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Panorama Económico
Joaquín Esteva
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JoaquinEsteva2 Texto La guerra y el mercado nacional
Recientemente, grupos especuladores tratan de generar cierto ambiente de desconfianza en la economía mexicana, debido a que atribuyen a la guerra entre Rusia y Ucrania un efecto negativo, a corto plazo, en el mercado nacional.
La realidad parece llevar camino paralelo al de los rumores y comentarios de los personajes citados, ya que la vida económica mexicana sale de la pandemia con moneda estable y crecimiento económico conservador, pero sin datos negativos.
Para asegurar que la guerra entre Rusia y Ucrania puede afectar el mercado nacional, debemos conocer la relación de México con ambas naciones.
México-Rusia
La relación comercial con la extinta Unión Soviética es limitada: registró, en 2020, como los principales productos exportados de México a Rusia, automóviles de turismo, cajas de velocidades automáticas, teléfonos fijos y celulares, cobre y cerveza de malta.
Los principales productos que México importó en el mismo periodo fueron urea (incluso en disolución acuosa), aleaciones de aluminio, productos intermedios de hierro y acero sin alear, así como abonos minerales y químicos. De acuerdo con el boletín de la página Web de la Secretaría de Relaciones Exteriores, estos intercambios comerciales registraron ventas por mil 291.8 millones de dólares. Tal hecho sitúa a Rusia en el lugar 35 entre los socios comerciales de nuestro país, pese a que posteriormente se registró un crecimiento mayor al 5% en las exportaciones, sobre todo, de automóviles de turismo, además de celulares, desechos de cobre y cerveza de malta.
México-Ucrania
Con el país de Europa del Este no existe registro histórico de lazos comerciales, aunque han firmado cuatro tratados internacionales en temas de prevención de evasión fiscal, cooperación educativa y cultural, cooperación técnica, científica y tecnológica, y comercio y cooperación económica. México y Ucrania mantienen relaciones diplomáticas desde el 14 de enero de 1992, después de la desintegración de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, en diciembre de 1991; a partir de ese momento, ambos países intentan fortalecer sus intercambios culturales, educativos y comerciales, aunque sin trascender o mantener un trabajo permanente. La realidad es que los especuladores intentan dar un giro, sin sentido, al evento bélico o, tal vez, generar ambiente de alarma entre los mercados nacionales, a fin de desestabilizar la economía, incrementar precios y provocar compras de pánico. México es un país fuerte, rico en los recursos naturales necesarios para mantener el crecimiento, lejos de una guerra que beneficiará sólo a las naciones dedicadas a generar conflictos para ofrecer “ayuda humanitaria”, la cual rápidamente se convierte en deudas impagables que se traducen en sumisión y control.