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Isla Invisible
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Consiste en la realización de viajes a la reserva Islote del Puerto y otros espacios cercanos por parte de un grupo de artistas, con la intención de generar producciones en función de ese contexto. La propuesta busca generar una experiencia directa por parte de artistas de disciplinas diversas con la intención de producir distintas obras que generen imágenes sobre un lugar que carece de representación. Las islas del estuario no son invisibles pero han sido invisibilizadas a lo largo de la historia de Bahía Blanca. El propósito de esta experiencia no radica solo en la producción de obra personal sino que procura, además, o ciar de instrumento para acercar este paisaje al público, reforzando el valor ecológico y cultural de las islas del estuario.
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...El Islote del Puerto o Islote de la Gaviota Cangrejera alberga una importante población de Gaviota Cangrejera, de Olrog o de cola negra (Larus atlanticus). Esta ave es una de las cinco especies de gaviotas en mayor riesgo de extinción en el mundo. La ubicación del islote, se halla a escasos 1000 metros del Puerto de Ingeniero White y de su polo petroquímico e industrial. La colonia de Gaviota Cangrejera se encuentra sujeta a disturbios tales como la contaminación sonora y lumínica, exposición a contaminantes líquidos y gaseosos, recolección ilegal de sus huevos y pichones y derrames de hidrocarburos eventuales y crónicos, entre otros. Además, el islote presenta severas modi caciones debido al antiguo depósito de sedimentos extraídos luego de las tareas de dragado llevado a cabo desde el año 1989 hasta 1992, actividad que redujo el área disponible para la cría de la especie, impacto que podría repetirse en un futuro cercano. Cabe destacar que debido a esta modi cación por las tareas de dragado, las aves dejaron de nidi car desde el año 1989 para reinstalarse en el año 1999, en los sectores no modi cados, siete años después de que comenzará a producirse el impacto. 5
Debido a su importancia para la conservación de la especie, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires declaró de Interés Provincial las actividades de conservación y protección llevadas a cabo en el Islote del Puerto por Resolución Nº 04/05. En la actualidad, la conservación de la Gaviota Cangrejera requiere de un marco legal de mayor importancia, con un enfoque regional y que le otorgue seguridad jurídica. Por otra parte, la ubicación del islote, por su proximidad a uno de los centros urbanos más grandes de la costa argentina, in ere una oportunidad única para la realización de actividades de educación ambiental, a efectos de generar en la comunidad, conciencia y actitudes ambientalmente responsables para la protección de esta especie y de sus hábitats asociados... (...)Además, se encuentran encalladas en el Islote, las ruinas históricas del barco pesquero Usurbil , que participara como aliado de nuestro país en el con icto bélico por las Islas Malvinas. Sumando un valor patrimonial e histórico al área natural protegida. Fragmento de Decreto 469/11 Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires
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Episodio piloto
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La primer actividad de aproximación a las islas iba a desarrollarse los días 28, 29 y 30 de octubre, pero cuestiones climáticas hicieron que nalmente solo vayamos los últimos dos. Partimos desde Puerto Galvàn en dos lanchas en la cual nos distribuimos los miembros de Isla Invisible, junto a Lucreia Dìaz, Guardaparque de la reserva, un veterinario y tres personas de Lanchas del Sur que manejaban las embarcaciones. Luego de pasar por el frente del puerto y cruzar por el canal principal, nos adentramos a un reco cruzar el canal principal nos adentramos por pequeños caminos donde llegamos a un refugio, vimos las islas Zuraitas y luego de poco màs de una hora de recorrido terminamos llegando a la Isla de la gaviota cangrejera. El descenso fue complejo debido a la cantidad de equipaje que trajimos pero nalmente pudimos atravesar las espartinas y llegamos a la costa. Allí Martín nos reiteró las pautas de manejo en el espacio e hicimos un recorrido que consto de conocer parte del perimetro de la isla, la colonia de gaviotas y algunos espacios característicos.
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Armado el campamento, tomamos unos mates. Algunos se quedaron trabajando un poco y luego cocinamos y cenamos. A la noche revisitamos la colonia, pero la experiencia nocturna fue muy distinta. La luz del polo iluminando la noche y el nerviosismo de las gaviotas termina generando una experiencia que mezcla horror y fascinación. Al día siguiente hicimos algunos recorridos más, Martín rescató una gaviota que llevó a curar a la costa, colocamos una mesa construida con maderas encontradas en la isla, levantamos campamento y nos fuimos a esperar que la lancha nos pase a buscar. A la vuelta pasamos detràs del Usurbil, luego desembarcamos y volvimos a nuestras casas a procesar la experiencia. Si bien hubo ideas previas sobre que realizar en la isla, en términos generales esta nos puso sus condiciones y fue tal la extrañeza vivida en el espacio real que hizo que estos pensamientos no pudieran ser llevados a cabo de manera automática. Inevitablemente hacía falta un pasar el territorio por el cuerpo para poder luego hacer. Luego de varias reuniones post viaje, quedamos en hacer una muestra de parte de la producción para el día 18 de diciembre pero un temporal hizo que se cancele el evento y 13
además destrozó la carpa en donde iba a hacerse la muestra. Ese día coincidía con el festejo de n de año de Ferrowhite, así que a pesar del mal tiempo, brindamos y festejamos con los presentes, posponiendo el evento para más adelante. Pasaron las vacaciones de verano y mientras tanto fuimos reparando la carpa y volviendo a juntarnos para pensar un poco màs la muestra. Esta vez sumanos además a las reuniones a Silvana Cinti que había escrito un libro sobre las islas de la bahìa blanca. Finalmente el 18 de marzo pudimos hacer la muestra que o ció no solo como cierre de la experiencia piloto sino como socialización de la misma y un espacio fundamental para pensar alrededor de la experiencia. Durante esta jornada recorrimos la salida al mar de la rambla de arrieta con Daniel Porte y Patricia Gonzalez, para luego hacer una ronda frente al castillo en donde Silvana nos contó algunas historias sobre las islas y los participantes del proyecto comentaron su producción y re exión de la experiencia.
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Isla Invisible Texto publicado en el blog Museo Taller de Ferrowhite respeto a la primer muestra del proyecto
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El domingo el museo se volvió campamento. Presentamos "Isla invisible", un proyecto de residencias en las islas de la Bahía Blanca, que iniciamos junto a Laura Biadiú, Massi Díaz, Julieta Gomez, Guido Poloni y Juliana Ramadori, a nes del año pasado. Para compartir la experiencia, los expedicionarios levantaron en el parque del castillo una carpa llena de tesoros, testimonio de que en la isla (¿pero sólo en la isla?) eso que llamamos trabajo artístico puede parecerse bastante a un acto de supervivencia. Allí la escritura o el dibujo, la escultura o el video, son actividades que se desarrollan a la par de otras, como la fabricación de un banco hecho con maderas que arrastró la marea, imprescindible a la hora de escribir, dibujar, modelar, lmar o tirarse a descansar un rato. Daniel Porte y Patricia González, guardaparques de la reserva natural "Bahía Blanca, Bahía Falsa, Bahía Verde" y socios, junto a Martín Sotelo, en esta aventura, guiaron al público por el cangrejal que rodea a la usina. En este sitio, alcanzar el mar siempre tiene algo de raro privilegio. Hacía frío, así que a la vuelta hicimos ronda, y en el centro, un fuego, para que Silvana Cinti nos cuente algunas de las historias que recopiló en su libro sobre la bahía, mientras la tarde se iba y la oscuridad nos volvía invisibles de a poco. 25
La isla a la que viajamos no tiene un nombre. Tiene dos. Algunos la conocen como la "Isla de la gaviota cangrejera". Otros, como el "Islote del puerto". Cada denominación recorta un modo muy distinto de mirar el mismo pedazo de tierra. La "Isla de la gaviota" induce a contemplar un santuario de la naturaleza, y a soñar en él con un mundo ajeno a la huella del hombre. En cambio, el "Islote del puerto" lleva nuestros ojos hacia las luces del polo petroquímico que, justo ahí enfrente, convierte en día a la noche, y a las aves en seres insomnes. Pero, si lo pensamos un poco, tampoco esa bahía que en 1822 los tripulantes de la goleta Warp bautizaron "blanca", parece ser una sola. Es una si, con los últimos pescadores artesanales, la llamamos "ría", y otra cuando, junto a los geólogos, la nominamos "estuario"; otra incluso en la voz del Licenciado en Comercio Internacional que distingue en ella "un puerto de aguas profundas"; y aún otra para quienes, como Ida Muhamed o Juan Carlos Alesoni, fue alguna vez el patio de su casa.
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Ninguna de las islas de la bahía es invisible. Figuran en mapas y cartas de navegación desde hace siglos. Sin embargo, resulta difícil establecer a qué prestamos atención en ellas y a qué somos ciegos, cuáles son los intereses que, de manera abierta o solapada, tabican nuestra mirada. A contrapelo de aquellos discursos que pretenden asignarle una identidad y un destino unívocos, "Isla invisible" invita a reimaginar nuestra relación con este territorio, a ampliar el margen de lo que podemos ver, decir y hacer en ese lugar incierto.
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Julieta Gomez
Julieta Gómez (Bahía Blanca, 1984) Docente y escritora de formación intersdisciplinaria. Exploradora del mundo. Profesora en Educación Primaria egresada de la Escuela Normal Superior Vicente Fatone, Universidad Nacional del Sur, y Bibliotecaria Escolar, Universidad de Mar del Plata. Desde adolescente asistió a talleres relacionados a diversas ramas del arte: literatura, artes plásticas, danza, entre otras. En el 2017 participó en Aquello que persiste , residencia de danza contemporánea coordinada por Jorgelina en Bahíadanza y en el 7°Festival de Poesía Latinoamericana. Ese mismo año también asistió a los talleres y clínicas coordinados en el marco de la Escuela Argentina de Producción Poética, Bahía Blanca. Coordina, en diversos espacios y desde el año 2008, talleres de escritura creativa y ciencias destinados a niños. Vive y trabaja en Bahía Blanca. 36
Me sumé a la expedición una tarde antes, no tenía idea de a qué ni por qué íbamos, pero como me copa andar en la naturaleza y el grupo estaba formado por gente toda muy grosa dije que sí sin dudarlo. Esperaba conocer un lugar nuevo, aprender y, sobre todo, disfrutar de la experiencia de observar, contemplar, escuchar, recorrer. No tenía ninguna función ni objetivos puntuales. Dos variables fueron muy importantes y nuevas para mí: Una, participar de una expedición en grupo, la mayoría de los integrantes siendo mis amigos. Generalmente viajo sola, o de a dos, o con totales desconocidos. Acá había algo de la intimidad y el amor que puede resultarme peligroso y as xiante, pero felizmente ¡no fue este el caso! La otra, participar de una actividad donde se planearon, o surgieron en el momento, acciones en relación al entorno que lo modi caban y/o iban a ser exhibidas: construir una mesa, tomar muestras, recolectar objetos, etc. Yo también empecé a pensar qué podía hacer: una crónica de la experiencia o un ltro desalinizador para una posible apocalipsis zombie. Pero, sobre todo, me fui con las ganas, más que de escribir o construir, de bailar. Pensamos con Maxi lo interesante que sería usar 37
el sonido de las gaviotas, el viento, el polo industrial como música, lo interesante y divertido de mover nuestros cuerpos en el barro, los movimientos que sugiere e invita ese material. Hace poco también me dieron ganas de hacer un registro o diario sonoro del lugar, por escrito, y después ver si da para hacer algo con eso, aunque con la experiencia y el diario, ya alcanza. Qué tanto con hacer tanto. Me gustaría también estar un día, una noche, sola en la isla. O estar con otros pero sin hablar. Me gustaría caminar y dormir donde está lleno de cortaderas, laberinto y refugio al mismo tiempo. Me gustaría ver al menos una vizcacha y andar en kayak cerca del barco encallado. Febrero 2018
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Massi Diaz Conocer una isla
Massi Díaz (La Matanza,1983) Artista y Profesor de Artes Visuales (pintura, grabado y escultura) egresado de la ESAV de B.Bca. Desde 2007 concurre a talleres y clínicas con Mariela Scafati, Fer Laguna, Diego Bianchi, entre otros. Participó en la gestión de Perfecta Galería (2010/ 2013) y Club Arte y Hobbie Salvaje (2013/2014). Trabaja en las Áreas de Patrimonio y Montaje en Museos de Arte: MBA-MAC de B.Bca. Es docente de secundario. Ensaya en curaduría y montajes independentes. Realizó muestras en museos, galerías y espacios culturales desde 2006. En 2012 obtuvo el Premio Adquisición Bienal Regional de Arte MBA-MAC de B.Bca. 39
Un gran lobo de agua se me presentó el 29 de 0ctubre en el camino a la isla. Fui porque me daba
curiosidad y porque me invitó un gran amigo. Saldríamos en dos lanchas y excursionaríamos por la ría aprovechando la marea alta para extendernos hasta la Islas Zuraita y de vuelta desembarcar en el Islote del Puerto o Reserva de la Gaviota Cangrejera. Un gran camino de barro, cangrejos, vegetación y agua salada nos recibiría. Sería un día, noche incluida. Pensaba, junto al resto de los 7 expedicionistas, qué era invisible y qué era una isla. Nunca había ido a una y nunca fui invisible materialmente. Entonces ideé posibles formas de transitar ese lugar y recolectar vestigios de nuestra experiencia. Para esto llevé un cuaderno de dibujo y varias piezas de madera que conformarían un cajón contenedor. Al mediodía realizamos una caminata junto a Martín, guardaparque de la reserva de la Gaviota cangrejera, y observamos gaviotas con fondo de ría y petroquímica, miles de pichones con pocos días y hermanos suyos en huevos, vegetación. Caminamos por el medio de la isla entre cortaderas y otras especies hasta llegar al lado opuesto; ya no se veían las chimeneas de la industria petroquímica, sí una ría brillante, expandida y 40
xxx. Obtuve del suelo algunas piezas pequeñas, entre piedras, vidrios, huesos, esquirlas, etc., que luego se transformaron en unas cajas pedagógicas que pueden ser usadas con alumnos de escuelas que realicen visitas para adentrarse a xxx. También, obtuve, un recuerdo: Guillermo reencontrándose con varios tablones de madera que luego utilizó para construir, junto a Poloni, una mesa con bancos. Merienda, armado de carpas, construcción, cena, dibujo, dormir. Del transitar de ese día me quedé con la idea de que tenía que volver a la reserva, recorrerla y obtener información. Fue así que en la mañana del 30 fui hasta ese lugar. Observé que se podía realizar nuevamente el camino por la costa ya que las huellas de nuestro transito aún se mantenían: habíamos dejado una marca inocente y vivaz. Las gaviotas nos habían visto y en ese momento nos contaron, casi a gritos, que ese era su hogar. La isla no era invisible en su griterío. Tenía presencia, materialidad, un ecosistema logrado que le daba carácter y ahí, otra vez, la humanidad intentando aparecer. Nos contaron que a veces irrumpen otros hombres que tiran basura al mar y llega hasta ahí, que los pescadores de vez en cuando descansan por el lugar, que sus huevos son ultrajados para cocinar recetas de pastelería. Armé, con la ayuda de Laura y 41
Julieta, un cajón de madera que contendría un prisma de arena con la huella de la caminata. Si me llevaba esa marca, algo de la experiencia fugaz, se desaparecería de la isla. Para mí, la invisibilidad, en ese lugar no funciona ¿Podemos transitar por un lugar sin inevitablemente dejar una marca? Si la marca que dejamos no es física ¿cuánto tiempo habrá pasado para que una gaviota pueda olvidarse de nuestro pasar por la reserva? ¿La idea de isla que tenemos, ya es su ciente para que ese lugar sea visible? ¿Cómo reunir una serie de objetos que ilustren mi experiencia en ese lugar sin modi car el contexto? ¿Qué aspectos de ese maravilloso ecosistema queremos que sean visibles? ¿Qué cosas pasarán en un lugar invisible? Marzo de 2018
Datos técnicos de las piezas generadas: - Módulos didácticos para visitas de escuelas 1- Esquirlas de soldaduras, vidrio, cerámica refractaria de calentador eléctrico y madera. 25 x 30 cm. (tomar medidas) 2017. 2- Hueso actual de gaviota, fragmentos de caparazón de Gliptodonte, Sedimento fosilizado. 42
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Laura Biadiú Apuntes en ISLA INVISIBLE Mayo 2018
Laura Biadiú (Mar del Plata, 1959) Artista visual. Profesora en Artes Plásticas egresada de la Facultad de Bellas Artes. Universidad Nacional de la Plata. Master en Educación Superior por la UNComahue. Realizó una especialización en Currículo y Prácticas Escolares en Contexto, en FLACSO, 2004. Ha participado en varias jornadas de Historia del Arte y aprobado varios cursos de posgrado. Realizó varias muestras colectivas e individuales en diversos espacios de nuestra ciudad y la zona. Actualmente se desempeña como docente en nivel terciario. Vive y trabaja en Bahía Blanca 48
Salimos desde el embarcadero de Ingeniero White un día despejado de noviembre, íbamos con un día de retraso, de acuerdo a lo planeado por los organizadores, por la lluvia de la noche anterior. Partimos felices. Ni la postergación del viaje pudo amainar nuestra felicidad, algo ingenua, algo infantil, ese hormigueo que se produce en el cuerpo ante la incertidumbre de lo que íbamos a ver, a hacer, o a no hacer , a compartir con otros una experiencia comunitaria que era novedosa para todos. Partir para que el aire con olor a mar in e los pulmones y la mirada pueda extenderse. Iniciamos un recorrido por las adyacencias de la Isla, acompañados por del nes y gaviotas que anticipaba la belleza de la llanura metida en el agua o cubierta por el agua. Islas que como suaves trazos amarronados aparecen en las aguas tranquilas del estuario resaltan en una paleta perfecta de azules y colores tierra. Llegamos a la Isla en el momento indicado, ese breve tiempo condicionado por las mareas, en los que las embarcaciones pueden aproximarse y no quedar encalladas en el cangrejal. Cerca de cien metros nos separaban de la isla y había que hacerlos a pie cargando mochilas, bidones de agua, carpas y lo que cada uno había llevado acorde a sus expectativas y a sus miedos. Avanzamos en hilera hundiéndonos poco a poco en ese barro arcilloso y resbaladizo. Caminando y pisando a ciegas, haciendo equilibrio con el equipaje, una caída y soltamos la carcajada, el primer momento en comunidad, el primer guiño en el grupo había sucedido. Eran cien metros de suelo arcilloso que la isla puso como resistencia, un aviso de que no se permitía el acceso a algunos 49
animales, por lo pronto a los humanos La arcilla, ese material amable se había transformado en una barrera. Los graznidos de las gaviotas, revoloteando sobre nuestras cabezas, en forma circular, repitiendo este ritual, esta alerta en cada momento, ante cada movimiento fue el sonido permanente durante el día y ruido aterrador durante la noche. Frente al Polo graznidos, gritos desgarradores, un aviso, el sonido preciso para la imagen lumínica del Polo. Caminamos durante el día bajo la mirada atenta de Martín, que nos iba mostrando a cada paso lo que estábamos viendo y lo que estábamos por pisar, sin verlo. Los sentidos entraron en alerta y el oído se agudizó y pudimos escuchar nuestras pisadas, ver las diferencias, distinguir vegetación. Verdes, amarillos, violetas, una vegetación resistente, pero de apariencia dócil cuando el viento la mueve generando olas doradas de un pastizal que contrasta con el azul impecable de nuestros cielos. Soy ceramista y no pude no extraer arcilla. Con esos 4 kilos de arcilla, preparada y mejorada, se construyeron elementos básicos de lo que será la vajilla de la Isla, para uso del guarda parques. Simple, sin más agregados que lo necesario para mejorar la plasticidad de la arcilla, respetando los colores auténticos de las tierras de la isla, una grisácea y otra más colorada. Un mate que Martín 50
puso en uso inmediatamente, platos, recipientes para líquidos y aún faltan hacer ollas. La idea que es a medida que se rompan, vuelvan a la tierra. LA BUSQUEDA DEL POLLO En las charlas previas a nuestra partida, nos habían comentado que la gaviota cocinera se alimenta de restos de comida que encuentran en la zona de Bahía Blanca. Uno de los alimentos que recogen son los deshechos óseos que quedan al procesar el pollo en los frigorí cos. A medida que caminábamos aparecían estos restos su comida y algunos restos óseos también de aves del lugar. Junté y junté huesitos para reconstruir algún esqueleto. Un trabajo cuasi forense, que aún sin terminar, nos permite pensar en la búsqueda y recuperación de cuerpos para determinar las causas de muerte y la identidad. Missing Pollo, se iba a llamar este proyecto. Con la foto de un pollo y la descripción de su osamenta intentaría recuperar un cuerpo. La naturaleza es así, bella y brutal a la vez, de apariencia tranquila e inofensiva se nutre también de la muerte. INVISIBLE Tatuados por el sol. Cuando llegamos, pedía a los participantes que se pegaran la palabra Invisible en la piel, en algún lugar en donde el sol pudiese broncear la piel y así obtener tatuajes. Este proyecto se refería al poder que da el ser invisible. Hoy, cuando todos los grupos y personas luchan por la visibilización, la invisibilización, en algunos casos, es garantía de libertad. La isla quiere ser invisible para que nadie la perturbe. Yo también. 51
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Guillermo Beluzo El polo opuesto Una re exión a partir de la experiencia "Isla Invisible" Guillermo Beluzo (Buenos Aires, 1975) Nace en la Ciudad de Buenos Aires en 1975. Estudia en el Instituto Universitario Nacional de Arte (IUNA) donde se recibe de Profesor Nacional de Pintura y Licenciado en Artes Visuales. Realiza estudios de posgrado en la Universidad de Barcelona y obtiene el título de Master en Antropología y Comunicación Audiovisual en 2004. Entre 2005 y 2008 trabaja como realizador audiovisual junto a Isaac Marrero y como realizador de maquetas para Cloud 9. Su maqueta del "Hotel Habitat", realizada para dicho estudio fue adquirida por el Museum of Modern Art de Nueva York (MoMA). En 2009 se radica en Bahía Blanca y trabaja como docente de Arte. Desde 2011 a la actualidad forma parte del equipo de trabajo de Ferrowhite museo taller. Junto a Ferrowhite y al Museo del Juguete, obtuvo el premio La coronación , en el marco del encuentro El museo reimaginado (Buenos Aires, 2015). En 2017 fue jurado del IX Salón Regional Mil Miradas (Arte Objeto) y trabajó como Director de Arte junto a Cecilia Taybo en el largometraje "Bahía Blanca", adaptación cinematográ ca de la novela homónima de Martín Kohan dirigida por Rodrigo Caprotti. 55
Volverse invisible parece ser el último, más exitoso y espeluznante objetivo del sistema capitalista. Dejamos de verlo simplemente porque está en todas partes. Sin embargo esta ceguera se ve alterada cuando se está ante uno de sus gigantescos motores. El Polo Petroquímico del puerto de Ingeniero White al mismo tiempo que aparece como una inmensa máquina del capital, con sus nubes de humo, sus estruendos, sus luces y sus sirenas, intenta invisibilizar su contexto, acallar cualquier divergencia. Como parte del negocio, el Polo pretende además organizar la forma y la dirección de la cultura a través de su política de Responsabilidad Social Empresaria. En la Isla de la Gaviota, hicimos lo que las gaviotas hacen cuando hacen sus nidos: disponer ramitas en un sitio, armar un lugar. De manera parecida, juntamos maderas y tablones de obra usados en el puerto que la marea dejó en la costa y con ellos construimos la mesa del campamento. No tuvimos tiempo de empollar ninguna idea en torno a ella. Durante el día recogimos huesos, barro, huellas, basura, imágenes, nombres, etc. A la noche caminamos hacia un terraplén, el punto más alto de la isla que apenas se eleva unos metros del mar. Mirando hacia el puerto vimos miles de gaviotas volando, el graznido era casi insoportable. En frente el motor insomne. 56
Las luces del Polo perpetúan el día en la costa Norte de la isla, justo donde están los nidos. Las gaviotas, al igual que los vecinos de White, viven en permanente estado de alerta. Ni ellas ni los vecinos del puerto pueden cerrar los ojos al capital, en este lugar el sistema jamás será invisible ¿Será también invencible? No volvimos con la respuesta, pero sí trajimos una certeza. De espaldas al puerto vimos lobos marinos y del nes y por un momento fuimos conscientes de ser parte de una diversidad inconmensurable. De espaldas al puerto percibimos el Polo opuesto. Ahí comienza la Reserva Natural que es tan pero tan basta que, en comparación, White y el Polo Petroquímico no son más que un poroto (¡de soja y plástico!). Mayo de 2018
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Guido Poloni Mi interés en el proyecto "Isla Invisible"
Guido Poloni (Bahía Blanca, 1990) Artista visual y activista. En su trabajo con uye el interés en los o cios, los usos de las tecnologías, las prácticas grupales, la gestión de proyectos colectivos y el mundo editorial. Fundador de la Asociación para la Restitución de Patrimonio Artístico ( A.R.P.A), Perfecta Galería ( Bahía Blanca), Editorial NINJA, Club de Arte y Hobbie Salvaje ( Bahía Blanca) y TRIPLEXXX ( Buenos Aires). Su obra integra colecciones del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson ( San Juan) y el Museo de Bellas Artes-Museo de Arte Contemporáneo de Bahía Blanca. Vive y trabaja en Buenos Aires. 59
Isla Invisible es una plataforma desde donde generar una escena del arte en Bahía Blanca. Se caracteriza por la creación de dos espacios, uno simbólico y otro físico situado en la isla del puerto para contener, de manera asociativa y colaborativa, diversas propuestas. Voy a enfocarme en su condición de espacio potencial para construir un ámbito de práctica artística, más allá de la producción de obras especí cas. Este proyecto es un aglutinante entre instituciones del Estado, con el n de lograr una asociación tripartita donde se refuerza y fortalece un canal de acción. Me interesa que este proyecto aborda al arte desde un lugar dinámico y relacionado con la diversidad, la vida, la naturaleza, la cultura y la ciencia en un mismo nivel de jerarquía. Por este motivo es muy importante su existencia, su locación y su vínculo con las entidades públicas, guardaparques y ferrowhite museo. No es prioritario pensar sobre la producción artística realizada por los participantes durante la prueba piloto, sino sobre la información que brindó realizar esta experiencia y el potencial del proyecto en el campo artístico pero enfocado en la construcción de una escena y no de obras especí cas. Con este tipo de proyectos el capo fomenta prácticas 60
que exceden a una mera producción de obra por parte de los participantes. Lo que se genera es un espacio de reconocimiento y autoconocimiento, de apropiación del tiempo y el espacio en un lugar determinado. Señalar las islas no sólo tiene como objetivo hablar del estuario, su biodiversidad, sus problemas o intentar darle visibilidad pública a un territorio. Este proyecto forma parte activa de la construcción de una escena artística. La noción de escena re ere a un espacio donde agentes activos e inactivos, humanos y no humanos, actúan, se organizan y se nuclean para realizar una puesta generadora de un espacio de expansión, contención y proyección de un grupo de personas. Este proyecto consolida un ámbito de intercambio en un espacio geográ co especial de características únicas que se suma a la red de proyectos semejantes dedicados a la formación y residencias destinadas a la creación e investigación en artes. En esta etapa, las principales necesidades de esta propuesta consisten en a anzar una comisión directiva y consolidar la asociación fundamental con guardaparques y Ferrowhite museo. La comisión estará a cargo de llevar adelante la comunicación, gestión, producción 61
y desarrollo del proyecto. Sobre ésta recaerá la responsabilidad de gestionar recursos para asegurar la supervivencia y desarrollo de toda la fantasy. Isla invisible sitúa a Bahía Blanca y su escena del arte dentro de un mapa cultural nacional, lo cual es importante para el desarrollo, la proyección y profesionalización de los agentes culturales locales. agentes involucrados comisión directiva proyecto (agustin ?) / guardaparques / ferrowhite museo / residentes invitados / (entidades que aporten fondos) infraestructura en la isla refugio + baño / energía eléctrica- eólico/solar / muelle acceso a la isla / muelle en ferrowhite / vehículo transporte ferrowhite -isla invisible Guido Poloni Mayo 2018
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Juliana Ramadori
Juliana Ramadori (Bahía Blanca, 1983) Realizadora audiovisual. Diseñadora de Imagen y Sonido por la Universidad de Buenos Aires. Docente de la materia Producción y Comprensión de Textos Audiovisuales en la Universidad Nacional del Sur y de la materia Cine de la Escuela de Teatro. Gestora cultural de proyectos artísticos en la ciudad de Bahía Blanca. Trabajó en los Museos de Arte: MBA-MAC y actualmente integra el grupo interdisciplinario de Cerro Blanco. 63
Existe un momento en que lo velado se descubre a los ojos de quien está dispuesto a mirar. Antes del viaje, el territorio al que nos dirigimos tenía un solo nombre: Isla Invisible ¡Qué ash! pensé, una isla que está pero no se ve, que si no tiene forma entonces tampoco contenido. Fantaseaba con la idea de volverme inmaterial yo también. Por ejemplo, la noche anterior había llorado mucho y literalmente me hubiese gustado desaparecer al estilo Mi Bella Genio. La única noche que dormimos en la isla me pasó algo espectacular, al caminar de noche, linterna en mano, hacia la costa de las gaviotas. Es ahí donde estas criaturas tienen sus nidos y crían a sus crías; si vieron La marcha de los pingüinos, su imaginación se encuentra en la dirección adecuada. De día el recorrido había sido grupal, cada uno con su cámara y sus zapatillas todoterreno, observando la topografía del lugar, los cadáveres de animales, la vegetación autóctona y la vegetación introducida, la tierra seca formando telarañas en el suelo. De noche el panorama se presentó totalmente aterrador. Desde una especie de colina se ve la costa de enfrente: las guras del puerto y de las petroquímicas se recortan con sus luces de navidad y chimeneas fósforo, no, chimeneas de velas de cumpleaños, esas que no se apagan nunca. Las gaviotas que siempre chillan, chillaron64
chillaron: ruido constante e hipnótico. Me paralicé unos minutos y aguanté lo más que pude, porque al no verlas se transformaron en las peores pesadillas. ¡Vamos a explotar todos! pensé y huí. La Isla, que también la llaman Del Puerto y De la Gaviota Cangrejera está dibujada, fotogra ada, lmada, escrita e imaginada. es que no podía verlas, sólo escucharlas. de las que nunca se pagan. ¡No hay que irse tan lejos, las luces de NY acá también están! ¡No tenemos nada que envidiarle a NY! Sin embargo y a pesar de tanta neblina emocional, emprendí el viaje junto a mis compañeros. 65
viajé a conocer la Isla. El viaje también era viajar, meternos al mar, navegar. Pude descubrir un amigo en un cuerpo conocido y es así que su forma y su contenido trans guró. De la primera y única noche en la isla tengo un recuerdo especial. Estábamos cocinando una carne en un super fuego, faltaba un tiempito para comer y me fuí para el lado del puerto, donde horas antes habíamos estado husmeando los nidos de las gaviotas, mientras ellas madres de sus crías, sobrevolaban nuestras cabezas. El trayecto me pareció más largo al estar yo sola entrando en la noche cerrada, con la linterna que el día anterior, horas antes de llorar, había comprado en una armería de calle alsina. Juliana Ramadori Mayo 2018
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Participaron de ISLA INVISIBLE / Episodio Piloto: - Laura Biadiú, Massi Diaz, Julieta Gómez, Guido Poloni, Juliana Ramadori y Guillermo Beluzo, como artistas invitados que viajaron y producieron sobre la isla. - Silvana Cinti como conocedora de las historias de la islas y dando una charla sobre las mismas en la muestra. - Servicio de Guardaparques de la Reserva Natural Isla de la Gaviota Cangrejera: Daniel Porte, Lucrecia Diaz, Patricia Gonzalez y Martín Sotelo quién además nos acompañó en la isla y ayudo a pensar la propuesta. - Ferrowhite (museo-taller): Nicolás Testoni en la conceptualización y elaboración de textos, Carlos Mux en el diseño grá co de este libro-objeto y Agustín Rodríguez en la coordinación general.
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Isla Invisible es un proyecto organizado por Ferrowhite y el Servicio de Guardaparques de la Reserva Natural Islote de la Gaviota Cangrejera , bajo la coordinación de Agustín Rodríguez Contacto: Agustín Rodríguez mail: agedro@hotmail.com - tel: (291)155-746077 facebook.com/isla-invisible - blog: https://islainvisible.wordpress.com
Reserva Natural Islote de la Gaviota Cangrejera
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