Concurso Ensayo Crítico Willian Lara by Editorial Willian Lara

Integraci贸n Latinoamericana y del Caribe. Aportes de la Revoluci贸n Bolivariana en la uni贸n de los pueblos y el desarrollo regional

Junta directiva Dip. Diosdado Cabello Rondón Presidente Dip. Darío Vivas Primer vicepresidente Dip. Blanca Eekhout Segunda vicepresidenta Fidel Vásquez Secretario Elvis Hidrobo Subsecretario

ISBN: 978-980-7603-20-1 Depósito Legal lf: 387 2014 800 1206

F ondo E ditorial de la A samblea N acional “Willian L ara” Presidente Farith Fraija Norwood Edición y corrección al cuidado de: Juaníbal Reyes Carlos Alberto Zambrano Rodríguez Roberto Santana Diseño y diagramación: Lisbeth Nieto

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Integraci贸n Latinoamericana y del Caribe. Aportes de la Revoluci贸n Bolivariana en la uni贸n de los pueblos y el desarrollo regional

ÍNDICE VEREDICTO DEL JURADO PRESENTACIÓN 15 CHÁVEZ: PENSAMIENTO PRECURSOR DE LA NUEVA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA. Aportes de la revolución bolivariana a la unión de los pueblos y al desarrollo de la región (VÍCTOR ÁLVAREZ R.) Introducción Hugo Chávez y la nueva integración latinoamericana Chávez advierte que los TLC son un proyecto geopolítico ¿Integración entre desiguales? ¿Área de libre comercio o área libre de pobreza? Del libre comercio al comercio justo De la integración de los mercados a la integración de los pueblos Nueva ofensiva del imperialismo para imponer su proyecto colonial

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INTEGRACIÓN AMERICANISTA O “DESINTEGRACIÓN” IMPERIAL (JOSÉ G. LINARES)

BASES PARA PENSAR EN LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA Y DEL CARIBE (JONNATHAN E. PÉREZ P. ) Nuestro origen La República de la sociedad comercial y la economía política La América republicana

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LA INTEGRACIÓN BOLIVARIANA DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE COMO ALTERNATIVA AL PANAMERICANISMO MARCOS CASTILLO Introducción Dos modelos antagónicos de Integración: El Ideal Bolivariano frente al Panamericanismo de Estados Unidos Revolución Bolivariana y la integración latinoamericana y caribeña Conclusiones HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS: CAMPEÓN DE LA INTEGRACIÓN REGIONAL (JULIO R. SILVA S. ) Prefacio: La Revolución Bolivariana y el Socialismo del siglo XXI La integración regional: un anhelo y una tarea permanentes Apuntes para una conclusión: el legado permanente de un líder carismático LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE UNIDOS, UN HECHO QUE VIVE (MARIELIS D. FUENTES R.) La competencia La unión y causas que nos unen Características ventajosas de la integración de Latinoamérica y el Caribe

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VEREDICTO DEL JURADO SOBRE EL CONCURSO ENSAYO CRÍTICO WILLIAN LARA “INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA Y DEL CARIBE. APORTES DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA EN LA UNIÓN DE LOS PUEBLOS Y EL DESARROLLO REGIONAL” En el día de hoy, 30 de octubre de 2013, se reunió el jurado examinador de las obras participantes en el 1.er CONCURSO ENSAYO CRÍTICO WILLIAN LARA: “Integración latinoamericana y del Caribe. Aportes de la Revolución Bolivariana en la unión de los pueblos y el desarrollo regional”, con el objeto de emitir el veredicto donde se exponen los nombres de los participantes ganadores y los ensayos que cumplieron con los requisitos establecidos previamente para tal fin. En efecto, para dicho veredicto final se tomaron en consideración los siguientes aspectos: 1) Fiel apego a las condiciones suficientemente publicadas por el Fondo Editorial de la Asamblea Nacional “Willian Lara”; 2) Exposición del discurso escrito en consonancia con los lineamientos programáticos; 3) Argumentación sólida de los presupuestos del contenido; 4) Apego a la norma académica para los escritos realizados en idioma español; 5) Sustentación

precisa de los pensamientos y reflexiones bolivarianas en lo que respecta a los valores patrios y nacionalistas inmersos en el ideal bolivariano. Las obras concursantes superaron las expectativas de este primer llamado en cuanto a cantidad y calidad, por lo tanto el jurado examinador realizó una intensa lectura a fin de cumplir con el objetivo encomendado, la cual arrojó el siguiente resultado: Primer lugar: “Chávez: Pensamiento precursor de la nueva integración latinoamericana”, de Víctor Álvarez. Segundo lugar: “Integración americanista o desintegración imperial”, de José Gregorio Linares. Tercer lugar: “Bases para pensar en la integración latinoamericana y del Caribe”, de Jonnathan Eduardo Pérez Piña. Primer finalista: “La integración bolivariana de Latinoamérica y el Caribe como alternativa al panamericanismo”, de Marcos Castillo. Segundo finalista: “Hugo Rafael Chávez Frías: campeón de la integración regional”, de Julio Rafael Silva Sánchez. Tercer finalista: “Latinoamérica y el Caribe unidos, un hecho que vive”, de Marielis Daniela Fuentes Rodríguez. El jurado examinador estuvo integrado por los ciudadanos: Earle Herrera, Rodrigo Cabeza y Enrique Acuña. Además de darles las gracias a todos los participante, damos fe de lo anteriormente expuesto e invitamos a los no ganadores y al resto de la población interesada a proseguir enarbolando ideas integracionistas en procura de aplicar mayor fuerza a los lineamientos socialistas que nos hemos dado mediante nuestra Revolución Bolivariana del siglo XXI.

Presentación Nuestra Patria ha estado viviendo –y vive–, además de los factores políticos, sociales, económicos, una Revolución en el ámbito cultural, especialmente en lo tocante al espacio literario; esto, como consecuencia de la proyección nacional e internacional que nuestro máximo líder, Hugo Rafael Chávez Frías, impulsó en el frente de las letras; y que está siendo altamente propulsada por el Presidente Nicolás Maduro. En consecuencia, nuestro Fondo Editorial de la Asamblea Nacional “Willian Lara” no ha escatimado esfuerzos ni recursos a fin de darles respuesta a dichas directrices del Ejecutivo; y coloca en manos de los distintos autores venezolanos y latinoamericanos esta oportunidad para que dirijan sus importantes artículos al espacio que nos ocupa: el ensayo crítico. Es entonces, un honor para nosotros, en cuanto Fondo Editorial al servicio del Poder Popular, presentar al público lector, los ensayos ganadores del 1.er Concurso Ensayo Crítico Willian Lara. Aclarando que todos los trabajos presentados contienen importantes esquemas de progreso y esperanza social: no obstante, el jurado calificador, ajeno a este Fondo Editorial, ha presentado como merecedores de publicación los ensayos que exponemos en la presente edición. A todos los participantes, muchas gracias por su gran esfuerzo, y les seguimos ofreciendo nuestros espacios a fin de que perfilen sus futuros proyectos, pues, escribir, leer, tal como no los enseñó nuestro líder y gigante eterno, nos ayuda a perfeccionar la democracia socialista, la única, que nos hemos dado y merecemos. Farith Fraija Norwood

VÍCTOR ÁLVAREZ RODRÍGUEZ (Primer lugar en el concurso) Ensayo: CHÁVEZ: PENSAMIENTO PRECURSOR DE LA NUEVA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA. Aportes de la Revolución Bolivariana a la unión de los pueblos y al desarrollo de la región Biografía Economista venezolano, egresado de la Universidad de La Habana. Master en Planificación del Desarrollo, Cendes-UCV. Postgrados en Gerencia Pública, Iveplan y en Gerencia de la Ciencia y la Tecnología. En el Gobierno del Presidente Chávez se desempeñó como Ministro de Industrias Básicas y Minería; Presidente de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG); Director de Pdvsa; Presidente del Banco de Comercio Exterior; Viceministro de Industrias, entre otros importantes cargos. Dentro de sus obras destacan: Guía teórico-práctica para la creación de Empresas de Producción Socialista; Venezuela: ¿Hacia dónde va el modelo productivo?; Cuadernos de Educación Comunal; Del Estado Burocrático al Estado Comunal; Claves para la Industrialización Socialista.

PRIMER LUGAR

CHÁVEZ: PENSAMIENTO PRECURSOR DE LA NUEVA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA Aportes de la revolución bolivariana a la unión de los pueblos y al desarrollo de la región

VÍCTOR ÁLVAREZ R.

Introducción El pensamiento del Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías, en materia de solidaridad y cooperación entre los pueblos es una convocatoria a repensar, reinventar y refundar la integración latinoamericana y conjurar las amenazas del libre comercio y los Tratados de Libre Comercio (TLC), como expresión del proceso de globalización que ha arruinado a decenas de países, quebrado millares de empresas y postrado en el hambre y la miseria a millones de personas en todo el mundo. Ante la nueva ofensiva del capital transnacional para imponer los TLC, el ideario de Hugo Chávez se mantiene vigente y constituye una gran inspiración para la lucha contra el neoliberalismo y las tesis del libre comercio en las que se basa la estrategia anexionista de los EE.UU. para someter bajo un marco legal e institucional –diseñado a su imagen y semejanza–, a la mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe. Hugo Chávez dedicó buena parte de sus enormes esfuerzos a impulsar un nuevo proceso de integración latinoamericana y caribeña que permitiera preservar la autonomía e identidad latinoamericana, defender y proteger la soberanía de los pueblos y la autonomía de sus gobiernos, reivindicando la importancia de las políticas de desarrollo económico y social.

Chávez: pensamiento precursor de la nueva Integración Latinoamericana Víctor Álvarez R.

En este ensayo presentamos el ideario del Comandante Chávez como un pensamiento precursor de un nuevo paradigma de integración latinoamericana que rompe con el culto al libre mercado para priorizar la lucha contra la pobreza, el hambre y la exclusión social. Lo haremos con base en el análisis de la histórica Declaración Conjunta para la creación de la ALBA y el Acuerdo para la aplicación de la ALBA que firmaron el 14 de diciembre de 2004 en La Habana, el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, y el Presidente del Consejo de Estado de Cuba, Fidel Castro, en cuyo contenido se recogen las propuestas más relevantes que hizo el Comandante Chávez para impulsar los nuevos procesos de integración y cooperación en nuestro continente. HUGO CHÁVEZ Y LA NUEVA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA En la III Cumbre de las Américas del año 2001, el Comandante Chávez firma una histórica reserva en la que pone en duda los supuestos beneficios que el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) traería para la región; y plantea el imperativo de impulsar un nuevo tipo de integración que no responda a los criterios neoliberales de la competitividad y el libre mercado para priorizar la cooperación y el interés social. En la Tercera Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), celebrada en la Isla de Margarita los días 11 y 12 de diciembre de 2001, y a la luz de las discusiones sobre las amenazas del ALCA, el Presidente Chávez formuló una propuesta de integración radicalmente diferente. En esa oportunidad el Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana señaló: Ese modelo neoliberal no puede ser la base ni el marco para nuestros modelos de integración. No puede ser, es imposible que nosotros pongamos por delante para integrarnos, a la economía. No es la economía la que nos va a integrar y menos nuestras economías llenas de debilidades, de vulnerabilidades ¡no! 1 1 Hugo Chávez. Tercera Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC). Margarita, 11-12 de diciembre, 2001. Ver: www.alianzabolivariana.org 20

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Para enfrentar las tesis apologéticas del libre mercado, Chávez lanzó la propuesta de la ALBA como un modelo humanístico basado en medidas concretas de integración social, política y económica para Latinoamérica y el Caribe. Desde entonces se propuso enfrentar la amenaza anexionista y preservar la autonomía e identidad latinoamericana para derrotar la pobreza y la exclusión social. El 14 de diciembre de 2004 se realiza en La Habana la Primera Cumbre de la ALBA. El Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, y el Presidente del Consejo de Estado de Cuba, Fidel Castro, firman la histórica Declaración Conjunta para la creación de la ALBA y el Acuerdo para la aplicación de la ALBA. En su texto se señala lo siguiente: Subrayamos que el Área Libre de Comercio para la Américas (ALCA) es la expresión más acabada de los apetitos de dominación sobre la región y que, de entrar en vigor construiría la profundización del neoliberalismo y crearía niveles de dependencia y subordinación sin precedentes.2

Mientras que: […] la ALBA tiene por objetivo la transformación de las sociedades latinoamericanas, haciéndolas más justas, cultas, participativas y solidarias y que, por ello, está concebida como un proceso integral que asegure la eliminación de las desigualdades sociales y fomente la calidad de vida y una participación efectiva de los pueblos en la conformación de su propio destino.

En el contenido de Declaración para la creación de la ALBA se reconoce: […] la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), propuesta por el Presidente Hugo Chávez Frías 2 ALBA. Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América. Declaración conjunta entre el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y el Presidente del Consejo de Estado de Cuba para la creación de la Alba. En: www.alternativabolivariana.org/modules. php?name

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Chávez: pensamiento precursor de la nueva Integración Latinoamericana Víctor Álvarez R.

en ocasión a la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la Isla de Margarita en diciembre del 2001, traza los principios rectores de la verdadera integración latinoamericana y caribeña, basada en la justicia, y nos comprometemos a luchar conjuntamente para hacerla realidad. 3

El Presidente Chávez comprendió en todo su alcance la importancia de construir alianzas estratégicas entre los países de Latinoamérica y el Caribe. Una y otra vez insistió en la importancia de lanzar nuevos instrumentos para la cooperación y coordinación entre las naciones latinoamericanas, en función de fortalecer su resistencia frente a las propuestas a favor de la lógica explotadora, depredadora e inmoral del capital. Por esta razón le otorgó tanta importancia a la conformación de bloques subregionales como ALBA-TCP, Petrocaribe, Unasur, Celac y Mercosur, como nuevos espacios para construir posiciones de interés común, en función de lograr la verdadera independencia, defender la soberanía nacional y garantizar la mayor suma de felicidad posible para los pueblos. CHÁVEZ ADVIERTE QUE LOS TLC SON UN PROYECTO GEOPOLÍTICO Sería muy ingenuo pensar que las negociaciones de los TLC están gobernadas por una racionalidad meramente técnica que solo busca crear un área de libre comercio. De allí que la identificación y análisis de las implicaciones subyacentes en materia económica, política y militar sean aún más importantes. Hay que abordar el análisis de los TLC con una visión geopolítica de la globalización para no repetir la historia de la apertura ingenua o irresponsable que llenó de hambre y pobreza a los países de la región. Se impone estar alerta ante las implicaciones económicas, políticas, militares, sociales, tecnológicas y culturales –antes del ALCA y ahora con los TLC– y denunciar los objetivos geopolíticos que se plantea el imperialismo a través de los acuerdos de libre comercio. 3 Idem. 22

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El Comandante Chávez advirtió con certeza que ni el ALCA ni los TLC son simples acuerdos comerciales, sino proyectos geopolíticos encubiertos en una fachada técnica. Comienzan por Zonas de Libre Comercio y terminan por el establecimiento de un orden donde el capital transnacional tenga total libertad de acción. Según como se suscriba el acuerdo de integración, el país que lo hace “constitucionaliza” tales arreglos y renuncia a su soberanía para implementar políticas de desarrollo. Sus ciudadanos no podrían darse las leyes que consideran más convenientes ya que siempre se argumentaría que “eso viola los tratados internacionales”. Ante semejante amenaza a la soberanía nacional, el Comandante Chávez planteó una alternativa: Se nos ha ocurrido lanzar una propuesta, que pudiera llamarse la ALBA, Alternativa Bolivariana para las Américas. Un nuevo concepto de integración que no es nada nuevo, se trata de retraer o de traer nuevamente un sueño que creemos posible, se trata de otro camino, se trata de una búsqueda, porque ciertamente la integración para nosotros es vital: O nos unimos o nos hundimos. Escojamos, pues, las alternativas. 4

Consciente de que ni las políticas comerciales ni las negociaciones económicas internacionales buscan una finalidad meramente técnica, el Comandante Chávez siempre puso énfasis en el análisis de las implicaciones políticas al momento de formular las estrategias en las negociaciones internacionales: Creo que se impone de nuevo lo que pudiéramos llamar la revancha de la política, que la política vuelva a la carga y que tome la vanguardia de los procesos de integración. Y es la idea de Bolívar. Y es la idea original de muchos otros hombres y mujeres de nuestro continente, de nuestro Caribe, pero tal cual lo planteaba Simón Bolívar en la Carta de Jamaica, 1815. [...] Bolívar dice allí: “Sueño como ningún otro ver formado un solo cuerpo político en esta parte del mundo” y 4 Hugo Chávez. Tercera Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC). Margarita, 11-12 de diciembre, 2001.

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Chávez: pensamiento precursor de la nueva Integración Latinoamericana Víctor Álvarez R.

esa fue consigna hasta el último día de su vida, porque ocho años más tarde, ya no desde el Caribe vibrante sino desde la Cordillera del Alto Perú, convocaba al Congreso Anfictiónico de Panamá, y decía: ‘Vamos a convocarnos a una Liga, a una unión de naciones’. Un pacto político es lo que se impone hoy como era lo que se imponía entonces, y una integración integral, a lo bolivariano.5

Chávez impulsó una política de negociaciones internacionales orientada a la defensa de la soberanía nacional. Desde su visión, la política comercial y las negociaciones internacionales, lejos de limitarse a la simple adopción de normas técnicas para la creación de un área de libre comercio, representaban la estratagema imperialista para materializar un peligroso proyecto de anexión imperialista. En vez de contribuir a consolidar potencias hegemónicas, sus esfuerzos se orientaron a promover un mundo multipolar, impulsando la integración latinoamericana a través de una consulta permanente, orientada a identificar las implicaciones geopolíticas, económicas, culturales, etc. y, sobre esta base, concertar las estrategias más adecuadas al interés de los pueblos latinoamericanos y caribeños. ¿INTEGRACIÓN ENTRE DESIGUALES? El Comandante Chávez no se cansó de cuestionar que los Tratados de Libre Comercio se suscriben en medio de abismales diferencias entre los tamaños de las economías y los niveles de desarrollo. En efecto, en los TLC se establece que los derechos y obligaciones deberán ser comunes a todos los países. Esto implica que economías y agentes económicos profundamente desiguales estarían obligados a cumplir exactamente las mismas reglas y exigencias, y esto es profundamente injusto para los países que padecen marcadas carencias y rezagos en materia de infraestructura, servicios y la institucionalidad básica para apoyar la actividad productiva. El Comandante Chávez planteaba que la nueva integración latinoamericana solo se podría concretar a través de mecanismos que permitieran 5 Idem. 24

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compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio, atacando los obstáculos que impiden la verdadera integración como son la pobreza y la exclusión social, así como el intercambio desigual y las condiciones inequitativas en las relaciones internacionales y en el acceso a la información, a la tecnología y al conocimiento. Con estos fines se hace necesario: El fomento de las inversiones de capitales latinoamericanos en la propia América Latina y el Caribe, con el objetivo de reducir la dependencia de los países de la región de los inversionistas foráneos. Para ello se crearían un fondo latinoamericano de inversiones, un banco de desarrollo del sur, y la sociedad de garantías recíprocas latinoamericanas.

Chávez planteó la importancia de unir las capacidades y fortalezas de los países latinoamericanos y caribeños con el propósito de producir las transformaciones estructurales y generar un sistema de relaciones complementarias y necesarias para alcanzar el desarrollo integral. Sus ideas se sustentan en el aprovechamiento complementario y racional de los recursos naturales –incluido su potencial energético–, en función del bienestar de los pueblos: Integración energética entre los países de la región que asegure el suministro estable de productos energéticos en beneficio de las sociedades latinoamericanas y caribeñas, como promueve la República Bolivariana de Venezuela. 6

Todo esto en el marco de un: Trato especial y diferenciado, que tenga en cuenta el nivel de desarrollo de los diversos países y la dimensión de sus economías, y que garantice el acceso de todas las naciones que participen en los beneficios que se deriven del proceso de integración. 7 6 Acuerdo para la aplicación de la ALBA (ver: http://www.cubadebate.cu/especiales/2006/04/29/acuerdo-para-la-aplicacion-del-alba/). 7

Declaración conjunta para la creación de la ALBA.

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Chávez: pensamiento precursor de la nueva Integración Latinoamericana Víctor Álvarez R.

Chávez señalaba que si no se concretan las acciones necesarias para mejorar las condiciones del entorno social y productivo, países muy desiguales serían tratados como iguales y se verían obligados a competir bajo las mismas reglas a pesar de sus rezagos y debilidades. Un trato de iguales a economías profundamente desiguales no puede sino favorecer a los más fuertes a costa de los más débiles. Por eso decía: Queremos un modelo que nos integre de verdad. No un modelo que nos desintegre, que integre a unos a expensas de la desintegración de otros, ese no puede ser el camino, por tanto con mucha modestia y humildad proponemos desde Venezuela, a los caribeños y a los latinoamericanos que vayamos pensando de una buena vez en otra alternativa porque esa creemos que no es posible. 8

¿ÁREA DE LIBRE COMERCIO O ÁREA LIBRE DE POBREZA? Si algo le reconocen abiertamente al Comandante Chávez, hasta sus más encarnizados adversarios, es que supo colocar la lucha contra la pobreza y la exclusión social como el reto principal de América Latina y el Caribe. Chávez siempre cuestionó que la simple integración comercial pudiera encarar con éxito el desempleo, el hambre y la miseria que agobia y mata a nuestros pueblos. Con absoluta convicción enfrentó la tesis de que la sola liberalización del comercio, las inversiones y los movimientos del capital podrían asegurar el bienestar de los pueblos. Frente a la integración tradicional que se enfoca en la liberalización del comercio y de las inversiones, Chávez siempre otorgó la mayor importancia a la lucha contra la pobreza y la exclusión social. De allí que en diferentes foros, conferencias y cumbres internacionales el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela insista en la necesidad de discutir la viabilidad y conveniencia de trascender la agenda clásica de la integración comercial que se limita a la desgravación del arancel, a medidas no arancelarias, normas técnicas o a las medidas sanitarias y fitosanitarias, 8 Hugo Chávez. Tercera Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC). Margarita, 11-12 de diciembre, 2001. Ver: www.alianzabolivariana.org 26

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para priorizar la lucha contra el desempleo, la pobreza y la exclusión social. Tal como se lee en la Declaración: […] la ALBA no se hará realidad con criterios mercantilistas ni intereses egoístas de ganancia empresarial o beneficio nacional en perjuicio de otros pueblos. Solo una amplia visión latinoamericanista, que reconozca la imposibilidad de que nuestros países se desarrollen y sean verdaderamente independientes de forma aislada, será capaz de lograr lo que Bolívar llamó “ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza, que por su libertad y gloria” y que Martí concibiera como la “América Nuestra” para diferenciarla de la otra América, expansionista y de apetitos imperiales. 9

DEL LIBRE COMERCIO AL COMERCIO JUSTO Con su aguda y preclara visión, el Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana señaló que una zona de libre comercio no se crea por el solo hecho de eliminar el arancel. Explicaba que la convergencia estructural, legal y económica es imprescindible para asegurar que cualquier acuerdo de integración comercial sea una alianza en la que todos los que participan resulten realmente favorecidos. De allí la importancia de impulsar procesos de integración y cooperación alternativos que hagan posible un: Desarrollo integrador de las comunicaciones y el transporte entre los países latinoamericanos y caribeños, que incluya planes conjuntos de carreteras, ferrocarriles, líneas marítimas y aéreas, telecomunicaciones y otras.10

9 Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América. Declaración para la creación de la ALBA conjunta entre el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y el Presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba. 10 Idem.

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Una proceso de integración que sea para todos la oportunidad que se pregona dependerá de la solidaridad. Los países con mayores recursos deben apoyar la creación de fondos estructurales. Este es el único modo de supeditar las políticas de libre comercio a los intereses nacionales y asegurar así la capacidad de maniobra para la implementación de políticas de promoción y desarrollo. Por eso, en la Declaración de la ALBA que dejara firmada para la Historia el Comandante Chávez se incluyó la: Cooperación y solidaridad que se exprese en planes especiales para los países menos desarrollados en la región, que incluya un plan continental contra el analfabetismo, utilizando modernas tecnologías que ya fueron probadas en Venezuela; un plan latinoamericano de tratamiento gratuito de salud a ciudadanos que carecen de tales servicios y un plan de becas de carácter regional, en las áreas de mayor interés para el desarrollo económico y social. 11

En el contenido de estos principios rectores quedan más que claras las diferencias del pensamiento integracionista de Hugo Chávez con los esquemas de integración que solo persiguen el libre comercio, e incluso con los viejos y fallidos intentos que terminaron siendo absorbidos por los TLC, tal como ocurrió con la CAN que quedó prácticamente disuelta ante la decisión unilateral de Colombia y Perú de negociar por su cuenta TLC con EE.UU. y la UE. Tanto es así que en la Declaración que crea la ALBA se plantea: Analizamos históricamente el proceso de integración de la América Latina y el Caribe, y constatamos que este, lejos de responder a los objetivos de desarrollo independiente y complementariedad económica regional, ha servido como un mecanismo para profundizar la dependencia y la dominación externa.

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Y de allí la importancia que le otorgaba a la: Concertación de posiciones en la esfera multilateral y en los procesos de negociación de todo tipo con países y bloques de otras regiones, incluida la lucha por la democratización y la transparencia de las instancias internacionales, particularmente de las Naciones Unidas y sus órganos.

DE LA INTEGRACIÓN DE LOS MERCADOS A LA INTEGRACIÓN DE LOS PUEBLOS El Comandante Chávez se comprometió a mantener informados a nuestros ciudadanos acerca de las implicaciones de los asuntos negociados en los diferentes procesos de integración, atendiendo al mandato del artículo 73 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) que plantea claramente: Serán sometidos a referendo [...] los tratados, convenios o acuerdos internacionales que pudieren comprometer la soberanía nacional o transferir competencias a órganos supranacionales [...].

Solo mediante un proceso de negociaciones efectivamente transparente al conjunto de la sociedad, a los sectores empresariales, a los trabajadores, a las organizaciones indígenas, de mujeres, culturales, ambientales, a los partidos políticos, al Parlamento, a la prensa, es que se puede construir un proceso de integración democrático. Una mayor transparencia, el acceso pleno de las sociedades a toda la información y el debate público sobre las negociaciones que se desarrollan en los procesos de integración son las claves de un proceso realmente participativo y protagónico. Las negociaciones de los TLC se fundamentan en un conjunto de supuestos teóricos y políticos que no han sido discutidos con suficiente profundidad entre los ciudadanos/as y sus respectivas organizaciones sociales y productivas. Se ha destacado en forma reiterada el desbalance existente entre la Integración Latinoamericana y del Caribe

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protección de los derechos mercantiles y comerciales y la protección de los derechos humanos, laborales, culturales, ambientales, de género, e incluso de los derechos democráticos. El Comandante Chávez siempre le otorgó una importancia crucial a los derechos humanos, laborales y de la mujer, a la defensa del ambiente y a la integración física. Al levantar las banderas del desarrollo humano integral, el Comandante Chávez fue pionero al impulsar un nuevo tipo de integración humanista, enfocado en el bienestar de los pueblos. Así pues, mientras el ALCA y los TLC responden a los intereses del capital transnacional y persiguen la liberalización absoluta del comercio de bienes y servicios e inversiones, las propuestas del Comandante Chávez colocaron el énfasis en el ser humano y, por lo tanto, en la lucha contra la pobreza y la exclusión social, logrando interpretar así el más profundo clamor de los pueblos latinoamericanos. Se lee en la Declaración en la que dejó estampada su firma: El comercio y la inversión no deben ser fines en sí mismos, sino instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y sustentable, pues la verdadera integración latinoamericana caribeña no puede ser hija ciega del mercado, ni tampoco una simple estrategia para ampliar los mercados externos estimulando el comercio para lograrlo, se requiere una efectiva participación del Estado como regulador y coordinador de la actividad económica. 12

Chávez estaba totalmente convencido de que la posibilidad real de avanzar en la construcción de una integración regional pasaba por la definición de nuestros propios proyectos nacionales de desarrollo, estructurados con base en principios de participación democrática, sustentabilidad social, política, económica y ambiental, y reducción de las brechas de desigualdad. Con visión esclarecida comprendió que la dimensión local es la base para la construcción de propuestas alternativas y acciones ciudadanas, que estas deben integrarse en una dimensión nacional para no quedarse aisladas, y que a su vez estos esfuerzos nacionales tenían que articularse a los nuevos procesos de integración y cooperación que con tanta convicción y fuerza impulsó. No 12 Idem. 30

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por casualidad, la integración alternativa se impulsa a través del desarrollo de nuevas formas de organización económica, social y política, que contribuyan a la construcción del poder popular y a la defensa de la identidad de nuestros pueblos. De allí la importancia de juntar esfuerzos para la: Defensa de la cultura latinoamericana y caribeña y de la identidad de los pueblos de la región, con particular respeto y fomento de las culturas autóctonas e indígenas. 13

La integración neoliberal prioriza la liberalización del comercio y las inversiones. En cambio, la integración alternativa promovida por el Comandante Chávez centra su atención en la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Mientras el ALCA y los TLC responden a los intereses del capital trasnacional y persiguen la liberalización total y absoluta del comercio de bienes y servicios e inversiones, la ALBA pone el énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social y, por lo tanto, expresa los intereses de los pueblos latinoamericanos. De allí que en la Declaración de la ALBA se incluya la: Creación del fondo de emergencia social, propuesto por el Presidente Hugo Chávez en la Cumbre de los Países Sudamericanos, celebrada en Ayacucho.

El pensamiento integracionista de Chávez pone el acento en la integración de los Pueblos del Caribe y América Latina, quienes comparten espacios geográficos, vínculos históricos y culturales, necesidades y potencialidades comunes. Chávez inspira un esquema de integración basado en principios de cooperación, solidaridad y complementariedad, que surge como una alternativa al modelo neoliberal, el cual no ha hecho más que profundizar las asimetrías estructurales y favorecer la acumulación de riquezas a minorías privilegiadas en detrimento del bienestar de los pueblos. De allí la importancia que se le reconoce a: La complementariedad económica y la cooperación entre los países y producciones, de tal modo que se promueva una 13

Declaración para la creación de la ALBA.

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especialización productiva eficiente y competitiva que sea compatible con el desarrollo económico equilibrado en cada país, con las estrategias de lucha por la pobreza y con la preservación de identidad cultural de los pueblos.

NUEVA OFENSIVA DEL IMPERIALISMO PARA IMPONER SU PROYECTO COLONIAL Alzamos la voz de alerta a los pueblos de América Latina, porque el imperialismo viene con una nueva ofensiva para imponer su proyecto de colonialismo económico a través del ALCA. ¡Así lo denunciamos, a los pueblos del mundo!14

Esta advertencia la hizo el presidente Nicolás Maduro en un acto de apoyo a Revolución Bolivariana que realizaron los movimientos sociales bolivianos en Cochabamba-Bolivia. Ciertamente, las amenazas al proceso integrador latinoamericano y caribeño no han sido del todo conjuradas. A pesar de que el ALCA fue enterrado en Mar del Plata, los EE.UU. se empeñan en imponer su proyecto anexionista a través de los Tratados de Libre Comercio (TLC). A esta obstinación de la gran potencia del norte contribuye la pérdida de vigencia y crisis de muchos proyectos de integración regional como Aladi, SELA, G-3, CAN, etc., lo cual impone la necesidad urgente de consolidar las nuevas formas de integración regional que han surgido justamente para enfrentar esta peligrosa amenaza anexionista. Derrotar la nueva arremetida del imperio y sus corporaciones transnacionales significa abandonar los viejos y fallidos intentos de integración para refundar nuevos esquemas de cooperación que permitan complementar y potenciar nuestras capacidades y recursos. Afortunadamente, las victorias populares en Venezuela, Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y otros países de la región son viento a favor para consolidar los nuevos procesos de integración y cooperación llamados a liberar nuestros pueblos del hambre y la miseria. 14 Ver más en: http:/albaciudad.org/wp/index.php/2013/05/imperialismo-viene-com-nueva-arremetida-a.traves-del-alca-denuncio-maduro-desde-bolivia/ 32

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El avance de la Alianza Bolivariana para América Latina es una clara expresión del despertar de la conciencia que se expresa en la emergencia de un nuevo liderazgo político, económico, social y militar en América Latina y el Caribe. No por casualidad esta propuesta aparece en los precisos momentos en que emergen gobiernos progresistas, de izquierda y revolucionarios en América Latina. La ALBA fue la inevitable respuesta de los pueblos latinoamericanos a la voracidad del neoliberalismo como la expresión más brutal del capitalismo salvaje. Hoy más que nunca están vigentes las advertencias del Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, sobre los peligros del ALCA y los TLC. Sus ideas fueron un llamado a la conciencia de todos los pueblos del continente, sobre todo si tenemos en cuenta que las élites políticas, empresariales, laborales y académicas aún no comprenden las verdaderas implicaciones que subyacen en los TLC y ni siquiera se han dado cuenta de que serán devoradas por esta expresión continental del proceso de globalización. Estas élites, que también están amenazadas y fueron irresponsable e ingenuamente útiles a las exigencias neoliberales de contar con mercados abiertos, han sido incapaces de repensar el obsoleto proyecto integrador que hoy sucumbe ante los nuevos procesos de integración y cooperación impulsados por el Comandante Chávez. A medida que gobiernos dóciles a los mandatos imperiales se separan de los débiles esquemas de integración subregional para negociar y firmar TLC, se hace más urgente consolidar los procesos de integración y cooperación alternativos que han surgido en América Latina. La victoria de fuerzas progresistas, de izquierda y revolucionarias en varios países del hemisferio son percibidas por los EE.UU. como una probabilidad real de consolidar una región latinoamericana y caribeña unida frente a las fuerzas hegemónicas externas. Y esto es una verdadera preocupación para el pensamiento neoliberal que todavía domina el mapa mental de buena parte de las élites políticas y empresariales de la región, donde las condiciones económicas, políticas e ideológicas aún son propicias para relanzar –a través de los TLC–, un acuerdo geopolítico continental bajo la hegemonía de los EE.UU. De hecho, en esos países se han venido negociando y firmando una serie de Tratados de Libre Comercio (TLC) que no son más que el mismo ALCA pero a nivel bilateral.

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Chávez: pensamiento precursor de la nueva Integración Latinoamericana Víctor Álvarez R.

El Comandante Chávez dejó como legado todo un pensamiento precursor de la nueva integración latinoamericana y caribeña, fundamentada en principios: ӑӑ

de respeto a la soberanía,

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solidaridad,

ӑӑ

cooperación,

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complementación,

ӑӑ

reciprocidad,

ӑӑ

equidad,

ӑӑ

y sustentabilidad.

Hoy por hoy, ante las nuevas arremetidas del imperialismo por imponer su proyecto anexionista y colonial, los pueblos en lucha se inspiran en el pensamiento precursor de Hugo Chávez para seguir construyendo y consolidando la integración latinoamericana, como una vía para liberarse del desempleo, la pobreza y la exclusión social.

Primer lugar

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BIBLIOGRAFÍA Acuerdo para la aplicación de la ALBA. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela Declaración Conjunta para la creación de la ALBA. Exposición del Presidente Hugo Chávez en la Tercera Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC). Margarita, 11-12 de diciembre, 2001. Extractos de la Tercera Cumbre de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), celebrada en la Isla de Margarita los días 11 y 12 de diciembre de 2001.

FUENTES DE INTERNET www.alianzabolivariana.org www.alternativabolivariana.org/modules.php?name www.cubadebate.cu/especiales/2006/04/29/acuerdo-para-la-aplicacion-del-alba/ http:/albaciudad.org/wp/index.php/2013/05/imperialismo-viene-com-nueva-arremetida-a.traves-del-alca-denuncio-maduro-desde-bolivia/

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JOSÉ GREGORIO LINARES (Segundo lugar en el concurso) Ensayo: INTEGRACIÓN AMERICANISTA O “DESINTEGRACIÓN” IMPERIAL Biografía Licenciado en Historia por la Universidad Central de Venezuela (UCV) y profesor de la misma institución y de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Director de publicaciones de la UBV. Autor de las obras: Nuestra América, pasado comunitario, porvenir socialista; La Utopía Posible: principios que orientan el socialismo en Nuestra América.

S EG U ND O L U G A R

INTEGRACIÓN AMERICANISTA O “DESINTEGRACIÓN” IMPERIAL

JOSÉ G. LINARES

La integración de naciones de Nuestra América es la única garantía de desarrollo y prosperidad de nuestros pueblos. No se circunscribe a los acuerdos políticos ni a los tratados comerciales entre gobiernos. Abarca a los pueblos en el ejercicio de todas sus facetas: ӑӑ

económica,

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cultural,

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política,

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militar,

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turística,

ӑӑ

energética,

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lúdica,

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comunicacional,

Integración americanista o “desintegración” imperial José G. Linares

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educativa,

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culinaria, etc.

Pero esta integración es antiimperialista y anticolonial o no es una integración efectiva y verdadera. Para las metrópolis y los imperios las relaciones entre los países se basan en la hegemonía que ejercen las naciones poderosas sobre las débiles. Jamás nación alguna ha prosperado bajo la sombra de una potencia. Nunca una opulenta metrópolis ha servido de plataforma para que un país “atrasado” prospere. Entre los ricos Estados imperialistas y las naciones pobres neocolonizadas no pueden existir relaciones de integración sino de extorsión. Los sueños de unión bajo la tutela de una potencia, no son sino frágiles puentes que conducen inexorablemente al abismo. Por esta razón, para los socialistas de Nuestra América, la verdadera integración va unida a la resistencia antiimperialista y anticolonial. Desde que nos planteamos la Independencia acometimos la integración como proyecto articulado con el anticolonialismo y el antiimperialismo. Francisco de Miranda tuvo la concepción de una América Hispana independiente e integrada. Este hombre que, al decir de Napoleón Bonaparte, “tiene el fuego sagrado en el alma”, recorrió el mundo con una idea fija: la independencia y la unión. Su argumento a favor de la integración es contundente: Poseemos el continente más fértil, más inexpugnable y más rico de la Tierra […] la unión nos asegurará permanencia y felicidad perpetua.1

En 1798, a los 48 años, funda la “Gran Reunión Americana”, organización ideológica y política de la lucha emancipadora de todas las naciones hispanohablantes sometidas al yugo colonial. Ese mismo año instituye el nombre de Colombia, en homenaje a Colón, para referirse a todo el continente que 1 Francisco de Miranda. “Proclama a los pueblos del continente Américo-Colombiano”. Coro, 2 de agosto de 1806 en: Miranda y la emancipación suramericana, de José María Antepara. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2006, pp. 222-226. 40

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formaban las colonias españolas y que debían unirse para garantizar su bienestar e independencia. Su casa en Londres, Grafton Street N.º 27, fue el vértice en el que confluyeron líderes de toda América: de Venezuela, Simón Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez; de Argentina, José de San Martín y Juan Martín de Pueyrredón; de Chile, Bernardo O’ Higgins y José Cortés de Madariaga; de Quito (actual Ecuador), Carlos Montúfar, Vicente Rocafuerte, Juan Pío de Montúfar; de Perú, Pablo de Olavide y José del Pozo y Sucre; de Nueva Granada (actual Colombia), Antonio Mariño y Francisco Antonio Zea; de Honduras, José Cecilio del Valle; de Cuba, Pedro José Caro; de México, Servando Teresa de Mier. Todos fueron allí a conversar con Miranda y discutieron su propuesta anticolonial integracionista. En estos diálogos se prefiguró Colombia, América toda unida en nación, independiente del colonialismo. En sus dos expediciones emancipadoras, Miranda difunde un documento esencial sobre el ideal americanista anticolonial, la Carta a los Españoles Americanos escrita en 1792 por el exjesuita peruano Juan Pablo de Viscardo y Guzmán (1748-1798), texto considerado como “el acta de independencia de la América Española”. El autor redacta en el exilio un memorial de agravios donde recuerda las vejaciones a que son sometidos los pueblos “vasallos” del imperio español, hace un llamado a luchar unidos por la emancipación, y a mantener la unidad americana para alcanzar una prosperidad común. Con este documento fragua el germen de la conciencia americana, la visión de una América unida, libre de metrópolis. Plantea: El nuevo mundo es nuestra patria, su historia es la nuestra […] La América reunirá las extremidades de la tierra, y sus habitantes serán atados por el interés común de una sola Grande Familia de Hermanos […] En fin, bajo cualquier aspecto que sea mirada nuestra dependencia de la España, se verá que todos nuestros deberes nos obligan a terminarla.2

2 Juan Pablo Viscardo y Guzmán. “Carta a los Españoles Americanos”. En: Miranda y la emancipación suramericana, de José María Antepara, Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2006, pp.13-52.

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Otro de los pioneros de la integración anticolonial en Hispanoamérica fue Andrés Bello (1781-1865). Él se planteó desde una perspectiva integradora la revalorización de nuestra naturaleza y sus habitantes, la reafirmación de lo nuestro como respuesta al menosprecio con que nos veían los colonialistas eurocéntricos, y como fundamento de una conciencia americanista. La idea general que los científicos y filósofos europeos de la época –Buffon (1707-1788), Kant (1724-1804), De Paw (1739-1799), Hegel (1770-1831), Comte (1798-1857)– tenían de América se basaba en la creencia de que nuestra flora, fauna y pueblos originarios eran de índole inmadura e inferior, o eran especies degeneradas en relación con las del viejo mundo. Andrés Bello combatió este prejuicio pseudocientífico eurocéntrico. Para él la naturaleza americana es más fecunda que la del Viejo Continente; y sus pobladores, gente grandiosa. Para demostrarlo escribió la Silva a la agricultura de la Zona Tórrida (1826), en la que enalteció a los hijos de América: […] “los que afortunados poseedores / habéis nacido de la tierra hermosa”, de “Naturaleza Bondadosa” donde es “la libertad más dulce que el imperio.3 Bajo esa misma concepción combatió el colonialismo mental y cultural. Se propuso fortalecer la independencia intelectual de los americanos como requisito para el logro de la plena emancipación de América. Expresaba: Quisiéramos sobre todo precaver a la juventud de una servilidad excesiva a la ciencia de la civilizada Europa. Jóvenes, aprended a juzgar por vosotros mismos; aspirad a la independencia de pensamiento.4

Un detalle significativo: Bello en sus libros no se dirigió a unos connacionales en particular sino a todos “nuestros lectores americanos”. Fue un decidido anticolonialista. Denunció a las metrópolis imperiales, dijo: “En la república de las naciones hay una aristocracia de grandes potencias, que es 3

Andrés Bello. Antología esencial. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2011, pp. 25-33.

4 Andrés Bello. “Modo de estudiar la historia”, en: El Araucano N.o 912. Santiago de Chile, 1848. http://www.w.ensayistas.org/antologia/XIXA/bello/ 42

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en la que de hecho reside exclusivamente la autoridad legislativa; el juicio de los Estados débiles ni se consulta, ni se respeta”.5 Igualmente, en su compatriota el Libertador Simón Bolívar, antiimperialismo, independencia e integración son nociones indisolubles. “Para nosotros, la Patria es la América6” afirmaba en la temprana fecha de 1814. En la Carta de Jamaica, de 1815, insistía: Seguramente la unión es lo que nos falta para completar la obra de nuestra regeneración, mas esta unión no nos vendrá por prodigios divinos sino por efectos sensibles y esfuerzos bien dirigidos.7

Subrayó: Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí en el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres, y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse.8

Su vida la dedicó a cumplir ese cometido. La Gran Colombia fue obra suya. El Congreso de Panamá, instalado en 1826, constituye el evento cúspide que sentaría las bases del proyecto integrador. Profetizó:

5 Andrés Bello. Principios de derecho internacional. París: Imprenta de Gustavo de Lamarzelle, 1864, p. 18. 6 Simón Bolívar. “Proclama a la división Urdaneta”. Pamplona (Colombia), 12 de noviembre de 1814, en El legado de Bolívar. Manuel Pérez Vila. Caracas: Academia de la Historia, 1989, p. 69. 7 Simón Bolívar. “Carta de Jamaica”, Kingston, 6 de septiembre de 1815, en: Para nosotros la patria es América. Caracas: Biblioteca Ayacucho y Banco Central de Venezuela, 2010, pp. 62-82. 8

Simón Bolívar. Ibíd.

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El día que nuestros plenipotenciarios hagan el canje de sus poderes, se fijará en la historia diplomática de América una época inmortal.9

Su lucha por la integración de la “americana meridional” está articulada con su oposición a las metrópolis colonialistas. Cuando tiene que enfrentarse a los imperios que se oponen a sus propósitos, lo hace con firmeza. Los Estados Unidos en 1818 les facilitan armas a los colonialistas españoles, entonces les responde: Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende.10

El 25 de mayo de 1820, asevera Bolívar: Jamás conducta ha sido más infame que la de los norteamericanos con nosotros.11

A propósito del Congreso Anfictiónico de Panamá de 1826, señala: No podemos permitir que los Estados Unidos participen en nuestros asuntos hispanoamericanos. Invitar a los Estados Unidos al seno de nuestra organización, donde se debate el destino de nuestros pueblos, es como invitar al gato a la fiesta de los ratones.12

9 Simón Bolívar. Convocatoria del Congreso de Panamá, 7 de diciembre de 1824, Id, pp. 143-146. 10 Simón Bolívar. Carta a J.B. Irvine, 29 de julio de 1818. Obras Completas, Vol. 1, Caracas: FIDE, 2006, p.197. 11 Simón Bolívar. Carta a José Rafael Revenga, 25 de mayo de 1820, Obras Completas, Vol. 2, Caracas: FIDE, 2006, p. 89. 12 Simón Bolívar. Carta a Francisco de Paula Santander, Obras Completas, Vol. 2, Caracas: FIDE, 2006. 44

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Este antiimperialismo de Bolívar no se limitaba al imperio del Norte. Entiende que en la lucha contra los imperios se hace necesario aprovechar las contradicciones que hay entre ellos. A propósito de la necesaria alianza con Inglaterra, subraya: Nacer y robustecerse es lo primero; lo demás viene después. En la infancia necesitamos apoyo, que en la virilidad sabremos defendernos. Ahora nos es muy útil, y en lo futuro ya seremos otra cosa.13

La lucha por la integración no es una simple declaración de principios. El haitiano Alejandro Petión lo demostró con hechos en sus actos de apoyo al Libertador, quien cuando lo conoció atravesaba uno de los momentos más apremiantes de su vida: se había perdido la Segunda República, los líderes patriotas estaban divididos, no había recursos para continuar la lucha, los gobiernos de las grandes naciones le negaban su apoyo o, peor aún, le perseguían. En ese momento crucial Petión recibió a Bolívar el 2 de enero de 1816, y le prometió su más amplio apoyo en la expedición que iba a preparar en Los Cayos para la reconquista del poder. Puso a la disposición del Libertador más de 6.000 fusiles con sus bayonetas, municiones, plomo, víveres, una imprenta completa, el flete de algunas goletas y una importante suma de dinero. Además, permitió que ciudadanos haitianos se alistasen en la expedición. La empresa fracasa y el Libertador vuelve a Haití donde, por segunda vez, recibió de Petión toda su generosa ayuda para emprender otro desembarco, que salió del Puerto de Jacmel el 18 de diciembre de 1816. Todos los patriotas que desde el destierro pensaban reanudar la lucha por la liberación, encontraron el apoyo más decidido de Petión y de todo el pueblo haitiano: Se presenció un espectáculo verdaderamente conmovedor: las principales familias de Los Cayos ofrecieron cada una un albergue en su propia casa a familias enteras, especialmente a las que tenían hijos menores. No hubo en Los Cayos, en aquellos días, casa de haitiano en la que no estuviesen 13

Simón Bolívar. Carta a José Rafael Revenga, 17 de febrero de 1826. Id, p. 344.

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hospedados dos o tres venezolanos o granadinos; y con los que carecían de todo, los haitianos compartían la comida y hasta la ropa.14

Un detalle en el que hay que insistir: cuando Simón Bolívar estuvo en Haití, Petión le regaló su espada, conocida como la “espada libertadora”, porque fue la que empuñó durante la guerra contra los colonialistas franceses, la que permitió instaurar, junto a otros próceres, en 1804, la República Libre de Haití, la que ayudó a abolir la esclavitud en su patria. Esta espada es la misma que simbólicamente han empuñado las mujeres y hombres que a lo largo de la historia han luchado por la unidad y contra la injerencia imperialista en nuestras naciones latinoamericanas. Todos los grandes pensadores y luchadores latinoamericanos y caribeños han defendido este ideal. Uno de ellos fue el chileno Francisco Bilbao (1823-1865), discípulo de Andrés Bello. Dirigió La Comuna de la Serena, primer Estado popular proletario en el continente, el cual duró casi tres meses, en 1851, veinte años antes que la Comuna de París. Además, creó la Sociedad de la Igualdad, quizá el primer partido proletario de la historia del continente. Este líder sostenía ideas radicales en materia de integración. Propuso un Congreso Federal de las Repúblicas que les diera unidad política a los pueblos hispanohablantes de América. En 1856 dictó una conferencia en París y en ella, por primera vez, se empleó la expresión América Latina, concebida como entidad integrada, en resistencia contra los imperios y las oligarquías antipatria. Es autor de las obras: Iniciativa de la América (1856), La América en Peligro (1862) y El Evangelio Americano (1864). Expresó enfáticamente: La unión es necesaria; unidad de ideas por principio y la asociación como medio […] Uno es nuestro origen y vivimos separados. Uno mismo nuestro bello idioma y no nos hablamos. Tenemos un mismo principio y buscamos aislados el mismo fin. Sentimos el mismo mal y no unimos nuestras fuerzas para conjurarlo. Columbramos idéntica esperanza y 14 Paul Verna. Bolívar y los emigrados patriotas en el Caribe, Caracas: Gráficas La Bodoniana, 1983, p. 60. 46

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nos volvemos las espaldas para alcanzarla, tenemos el mismo deber y no nos asociamos para cumplirlo.15

A la vez denunció el avance destructivo, a costa de las naciones latinoamericanas, del naciente imperialismo estadounidense: Los Estados Unidos extienden sus garras cada día en esa partida de caza que han emprendido contra el Sur. Ya vemos caer fragmentos de América en las mandíbulas sajonas del boa magnetizador […] Los Estados Des-Unidos de la América del Sur, empiezan a divisar el humo del campamento de los Estados-Unidos […] Y esa nación que debía haber sido nuestra estrella, nuestro modelo, nuestra fuerza, se convierte cada día en una amenaza de la AUTONOMÍA de la América del Sur.16

Francisco Bilbao también reivindica la grandeza espiritual de los pueblos latinoamericanos en comparación con la idiosincrasia materialista de los mercaderes del Norte que nos desprecian. Señala que el imperialismo cultural no ha logrado adulterar nuestra identidad. Somos, dice, de esencia noble. Expresa: En nuestro pecho hay espacio para el amor del género humano. No hemos perdido la tradición de la espiritualidad del destino del hombre. Creemos y amamos todo lo que une; preferimos lo social a lo individual, la justicia al poder, el espíritu puro al cálculo, el deber al interés.17

El chileno Francisco Bilbao veía claramente dos opciones: Suramérica pobre, dividida, indolente y sometida a los Estados Unidos del Norte, o Suramérica próspera, sensible, unida y autónoma. Ha pasado más de siglo y medio 15 Francisco Bilbao. “Iniciativa de la América. Idea de un Congreso Federal de las Repúblicas”, 1856. http://www.filosofia.org/aut/002/fbb1285.htm 16

Francisco Bilbao. Ibíd.

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y el pronóstico no ha cambiado. Podríamos decir, parafraseando a Martí, que Bilbao “tiene mucho que hacer en América todavía”. Luego, el ideal de la integración articulado con la lucha por la independencia es retomado con pasión por el puertorriqueño Eugenio María Hostos (1839-1903). Lucha por la independencia de Cuba y Puerto Rico, primero del colonialismo español, y luego del imperialismo estadounidense, el cual había tomado ambas islas como botín a raíz de su victoria contra España en la Guerra Hispano-americana de 1898. Hostos vivió en distintos países de América y en todos ellos se integró activamente en las luchas sociales y nacionales, pero sin perder de vista la noción continental. En Colombia logra la aprobación por el Congreso de una ley en beneficio de la emigración cubana. En Panamá propone la creación de un canal interoceánico neutral pero latinoamericano, y libre de las pretensiones de dominio imperialistas. En Argentina proyecta la creación de un mercado común suramericano y el ferrocarril trasandino que se construyó de hecho más tarde. En Perú funda las Sociedades de Auxilio a Cuba y la de Amantes del Saber. En Chile pronuncia un discurso sobre La enseñanza científica de la mujer, en el cual propone una innovación al sistema educativo chileno que hasta entonces no permitía el ingreso de mujeres a las aulas universitarias. En República Dominicana y Venezuela, y en todos los países por donde pasa, propone reformas profundas a la pedagogía y al sistema educativo. En los Estados Unidos organiza la Liga de Patriotas Puertorriqueños y varias expediciones en apoyo a la independencia de Cuba y Puerto Rico. Eugenio Hostos se consideraba “patriota en toda patria”. Buscaba la unificación de Latinoamérica. En ese sentido se propuso crear la Confederación Antillana para estrechar lazos entre las Antillas Hispanas –Cuba, República Dominicana y Puerto Rico– a fin de que se independizaran plenamente y constituyeran un solo frente ante sus enemigos. Se le ha llamado el Ciudadano de América por haber entregado su existencia a la lucha por la emancipación de su patria, la unidad de las naciones antillanas y de América Latina. Sin lugar a dudas, este puertorriqueño universal buscaba forjar un pensamiento y una praxis en la que el denominador común fuese la solidaridad y la integración entre pueblos hermanos en oposición a sus enemigos imperialistas. De allí que cuando el Norte imperial invade Puerto Rico, Eugenio Hostos escribe: “En los Estados Unidos no hay autoridad, ni fuerza, ni poder,

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ni voluntad que sea capaz de imponer a un pueblo la vergüenza de una anexión llevada a cabo por la violencia de las armas”.18 Cuando ya no puede hacer nada para enfrentar desde su tierra el alevoso ataque del águila altanero contra su Borinquen, se marchó alegando que no podría vivir en un “territorio prisionero”. Murió al poco tiempo “de asfixia moral”, según lo relatara el dominicano Pedro Henríquez Ureña. No podía ser de otro modo, porque las emociones de un luchador están ligadas a los destinos de su patria y de su pueblo: es feliz con los logros de su nación y de su gente; se entristece con sus reveses y penurias. La misma idea integracionista antiimperial es expresada por el líder cubano José Martí (1853-1895) quien alerta: ¡Tan enamorados que andamos de pueblos que tienen poca liga y ningún parentesco con los nuestros! y tan desatendidos que dejamos otros países que viven de nuestra misma alma […] Es necesario ir acercando lo que ha de acabar por estar junto. Si no, crecerán odios, se estará sin defensa apropiada para los colosales peligros, y se vivirá en perpetua e infame batalla entre hermanos.19

El apóstol cubano denuncia la política exterior de los: Estados Unidos, un pueblo que comienza a mirar como privilegio suyo la libertad, que es aspiración universal y perenne del hombre, y a invocarla para privar a los pueblos de ella.20

18 Carlos N. Carreras. Hostos, apóstol de la libertad, San Juan de Puerto Rico, Editorial Cordillera, 1958, p. 45. 19 José Martí. “Agrupamiento de los pueblos de América”, 1883. Obras Completas, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales, 1975, p. 73. 20 José Martí. Congreso Internacional de Washington. Su historia, sus elementos y sus tendencias, Nueva York, 2 de noviembre de 1889, en: Obras Completas, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales, 1975, p. 234.

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En su texto emblemático: Nuestra América, escrito en 1891, Martí enfatiza el significado que tiene para las naciones suramericanas la presencia de los Estados Unidos. Dice: El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América.21

El antiimperialismo de Martí no se circunscribe a lo geopolítico, abarca también el terreno cultural. Vivió muchos años en las entrañas del “monstruo”, pero nunca se dejó cautivar por el falaz “sueño americano”. Desde muy joven denuncia el modo de vida estadounidense. Proclama: “Las leyes americanas han dado al Norte alto grado de prosperidad, y lo han elevado también al más alto grado de corrupción. Lo han metalificado para hacerlo próspero. ¡Maldita sea la prosperidad a tanta costa!”22 En distintas oportunidades Martí compara las dos Américas, y a diferencia de los pitiyanquis de entonces y de siempre, resalta los antivalores que imperan en la América anglosajona, y destaca los nobles valores humanistas que enaltecen a nuestros pueblos suramericanos. Para Martí: no hay patria en que pueda tener el hombre más orgullo que en nuestras dolorosas repúblicas americanas.23

Manifiesta: En América hay dos pueblos, y no más que dos, de alma muy diversa […] De un lado está Nuestra América […] de la otra parte está la América que no es nuestra […] El pueblo más grande no es aquel en que una riqueza desigual y desenfrenada produce hombres crudos y sórdidos y mujeres venales y egoístas; pueblo grande, cualquiera que sea su tamaño, es 21 José Martí. “Nuestra América”, Gran enciclopedia martiana. Vol. 9, España: Publicaciones reunidas S.A., 1978, p. 1. 22 José Martí. “Cuaderno de apuntes personales”, 1871, en: Obras Completas, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales, 1975, p. 58. 23 50

José Martí. Nuestra América, Biblioteca Ayacucho N.o 1, 2008, p. 34.

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aquel que da hombres generosos y mujeres puras. La prueba de cada civilización humana está en la especie de hombre y de mujer que en ella se produce.24

Esta reivindicación de nuestra grandeza espiritual como pueblo –que luego también fue destacada por el uruguayo José Enrique Rodó– en contraposición a esa cultura alienante estadounidense que básicamente produce “hombres crudos y sórdidos, y mujeres venales y egoístas”, es condición indispensable para la reafirmación de nuestra autoestima colectiva, sin la cual no es posible el impulso de ningún proyecto integrador genuino en Nuestra América. El poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916) siguió la senda americanista trazada por Martí. No es un simple intercambio de cumplidos lo que ocurre cuando se conocieron en Nueva York en 1893. Darío lo llamó: “Padre y Maestro” y Martí le respondió: “Hijo mío”. En el mismo espíritu del ideario martiano, Rubén Darío reivindica la América Nuestra y les recuerda a los rubios enemigos de nuestra grandeza: Esa América que tiembla de huracanes y que vive de amor, hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive. Y sueña. Y ama, y vibra, y es la hija del Sol. Tened cuidado.25

Rubén Darío, “espigador de estrellas” como lo llama el venezolano Rufino Blanco Fombona, es el primer poeta hispanoamericano que logra el reconocimiento de la intelectualidad europea, que le rinde homenajes; y de los jóvenes suramericanos, que lo aclaman. Su voz resuena en toda la América hispana; su verbo se hace parodia contra la mentalidad y el modo de vida de los norteamericanos. De ellos dice: NO, NO PUEDO, no quiero estar de parte de esos búfalos de dientes de plata. Son enemigos míos, son los aborrecedores de la sangre latina, son los Bárbaros […] Colorados, pesados, 24 José Martí. Honduras y los Extranjeros, diciembre de 1894, Obras Completas, t. 8, La Habana, Cuba: Editorial Pablo de la Torriente Brau, 1958, p. 36. 25

Rubén Darío. Poesía, Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2008, p. 256.

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groseros, van por sus calles empujándose y rozándose animalmente, a la caza del dollar. El ideal de esos calibanes está circunscrito a la bolsa y a la fábrica. Comen, comen, calculan, beben whisky y hacen millones […] Nos miran, desde la torre de sus hombros, a los que no nos ingurgitamos de bifes y no decimos all right, como a seres inferiores.26

Y en relación con el expansionismo estadounidense advierte: Sobre el peligro que entrañan esas mandíbulas de boa todavía abiertas tras la tragada de Tejas; la codicia del anglosajón, el apetito yankee demostrado, la infamia política del gobierno del Norte […] Cuando lo porvenir peligroso es indicado por pensadores dirigentes, y cuando a la vista está la gula del Norte, no queda sino preparar la defensa.27

Los “comerciantes de la yanquería”, como los llamó, quisieran eliminar su poema “A Roosevelt”, texto abiertamente antiimperialista en el que de manera concreta combate al presidente Teodoro Roosevelt (1858-1919), quien promoviera la política del “Gran Garrote” contra las naciones suramericanas. Le dice: Eres los Estados Unidos, eres el futuro invasor de la América ingenua que tiene sangre indígena, que aún reza a Jesucristo y aún habla español… Se necesitaría, Roosevelt, ser, por Dios mismo, el Riflero terrible y el fuerte Cazador, para poder tenernos en vuestras férreas garras. Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!28 26 Rubén Darío. “El triunfo de Calibán”, en: Retratos y Figuras, Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2009, pp. 144-145.

Rubén Darío. Id, pp. 145-149.

Rubén Darío. Poesía, Caracas: Biblioteca Ayacucho N.º 9, 2009, p. 256.

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Otro proyecto de integración latinoamericana de gran envergadura fue concebido por un paisano de Rubén Darío, Augusto César Sandino (18951934), el cual difundió con el nombre de Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar. Allí el “General de Hombres Libres” habla, en primer lugar, de una alianza entre naciones americanas denominada “Nacionalidad latinoamericana”. Se plantea la conformación de un ejército continental que será la: base fundamental de los efectivos con que habrá de contar la Nacionalidad latinoamericana para la defensa y sostenimiento de su soberanía.29

En caso de agresión imperialista a cualesquiera de las naciones hispanoamericanas se procederá a “la confiscación automática de los intereses e inversiones que la o las potencias agresoras tuvieren”30. También se propone “el boicot económico contra la o las potencias que originaran la fricción”31. Igualmente exige “La desocupación inmediata y total de los Estados que se hallen intervenidos, recuperándose inmediatamente las porciones territoriales empleadas por los Estados Unidos de Norteamérica y que entrañen menoscabo de la soberanía”.32 Por otra parte, se plantea: Realizar la unificación de la Tarifas aduanales de los veintiún Estados, efectuando además, sobre el arancel ya unificado, un descuento del 25% para las exportaciones e importaciones. Las expresiones de cultura, libros, revistas y demás obras necesarias para el desarrollo de las ciencias y artes, gozarán de la más absoluta franquicia.33 29 Augusto César Sandino. Plan de realización del supremo sueño de Bolívar, Caracas: Fondo Editorial Ipasme, 2009, p. 7. 30

Ibid, p. 13.

Ibid, p. 14.

Ibid, p. 5.

33 Ibid, p. 16.

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Integración americanista o “desintegración” imperial José G. Linares

Asimismo, se propone fomentar: el turismo latinoamericano, concediéndoles a los turistas, entre otras ventajas, una rebaja del 10%.34

Del mismo modo: acuerda adoptar las medidas conducentes a que el ingreso de ciudadanos de los Estados Unidos de Norteamérica en territorio latinoamericano, no entrañe, por ningún motivo, una amenaza.35

Asimismo, se plantea “La constitución de un Comité de Banqueros Latinoamericanos, haciéndose cargo dicho comité de la construcción de obras materiales y vías de comunicación y transporte, así como de la flotación de empréstitos”.36 Sandino fue un precursor de todos los proyectos concretos de integración que se están adelantando hoy en día en Latinoamérica. Nada se escapó a su mirada. Su experiencia en la lucha le demuestra que es imposible la integración latinoamericana sin enfrentarse al poderoso enemigo del Norte. Entre 1926 y 1931, al frente de un puñado de patriotas, se enfrenta a un poderoso ejército de marines que pretende adueñarse de Nicaragua. Pero ese pueblo no está dispuesto a rendirse. Al pie de cada proclama sandinista aparece la consigna “Patria y Libertad” y a su lado un sello que representaba a un campesino con un machete decapitando a un soldado yanqui. Esta es la enseñanza que la historia de la integración latinoamericana y caribeña le aporta al presente: la unión de los pueblos y naciones del Sur en resistencia contra los imperios. Por tanto, debemos estar alerta contra las falsas banderas “integracionistas” enarboladas desde los centros imperiales. El panamericanismo y la globalización neoliberal se plantean una pseudointegración de contenido 34

Ibíd.

36 Ibid, p. 14. 54

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comercial, basada en acuerdos leoninos de puertas abiertas que acaban con las economías nacionales, desarticulan los vínculos entre los distintos países de la región y contaminan nuestro ecosistema. Esta es la idea del ALCA (Alianza de Libre Comercio para las Américas) y los TLC (Tratados de Libre Comercio) bilaterales. Por consiguiente, según denuncia Fidel Castro, el neoliberalismo: Desarrolló todo un discurso en el sentido de que había que hacer una integración para abrir una integración que ya no fuera la vieja integración proteccionista, sino una integración a través de la cual lográramos las mejores condiciones para insertarnos en esta economía global, en estos mercados que, supuestamente, al funcionar de manera libre, iban a arrojar los mejores resultados posibles para nuestros países […] La apertura, a cuyo servicio se supone que debíamos poner la integración, no ha arrojado ninguno de los resultados que se nos anunciaban en términos de crecimiento económico, de disminución de desigualdades y de logros del tan ansiado desarrollo que se decía que tenía que hacerse presente.37

Un ejemplo que ilustra lo que denuncia Fidel: el Banco Mundial, en 1991, propuso colaborar en la integración y el desarrollo de la región latinoamericana mediante la instalación de fábricas que atendieran las necesidades de sus pueblos. Algunos países se comieron el cuento. Lo que en realidad pretendían era, según el líder ecuatoriano Rafael Correa, el impulso de una: Mayor migración de empresas contaminadoras al Tercer Mundo, bajo los “argumentos técnicos” de que los ingresos perdidos por problemas de salud son obviamente más bajos en los países con menos salarios; que los países pobres están subcontaminados y, en consecuencia, los incrementos iniciales de contaminación tendrían al comienzo muy bajos costos; y, finalmente, que las preocupaciones por los problemas de salud causados por contaminación, por ejemplo el cáncer 37

Fidel Castro. Reflexiones de Fidel Castro, “La opinión unánime”, 16 de mayo de 2007.

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de próstata, serán mucho más altas en los países donde la gente sobrevive para tener cáncer de próstata, antes que en aquellos países donde doscientos de cada mil personas se mueren antes de los cinco años de edad.38

Afortunadamente, en América Latina estamos enfrentando con éxito los perversos proyectos “integracionistas” imperiales. Ante estos los socialistas presentamos justicieras propuestas alternativas de integración. La ALBA, Unasur, la Celac, sustentan principios que son radicalmente opuestos a los de esa colonización globalizadora maquillada de integración, que no es más que una nueva forma de abuso y desprecio. La integración, desde nuestra perspectiva, ni siquiera puede basarse exclusivamente en el mutuo beneficio. Nuestra praxis está orientada hacia la ayuda mutua y la solidaridad que, como leyéramos alguna vez, es la ternura de los pueblos. Lo reafirmaba Hugo Chávez: La integración tiene que partir desde el alma de los pueblos; no es la competencia, es la cooperación entre los pueblos; que cada uno le dé al otro lo mejor que tenga de sí mismo, lo que pueda dar al otro.39

Juan Pablo Viscardo y Guzmán, Francisco de Miranda, Andrés Bello, Simón Bolívar, Alejandro Petión, Francisco Bilbao, Eugenio María Hostos, José Martí, Rubén Darío, Augusto César Sandino y muchos otros hijos e hijas de Nuestra América son los autores intelectuales y éticos de esa integración que es antiimperial o no es verdadera integración. Reivindicamos su ideal. Es su espíritu el que alimenta nuestra praxis. Ya estamos dando los primeros pasos. Seguimos su ejemplo. Nada nos detendrá.

38 Rafael Correa. Ecuador: de Banana Republic a la No República. Colombia: Nomos Impresores, 2009, p. 164. 39 Hugo Chávez. Pensamientos del presidente Chávez (compilación de Salomón Susi Sarfati), Caracas: Ediciones Correo del Orinoco, 2011, p. 113. 56

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Integración americanista o “desintegración” imperial José G. Linares

Juan Pablo Viscardo y Guzmán. “Carta a los Españoles Americanos”. En: Miranda y la emancipación suramericana, de José María Antepara, Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2006. Paul Verna. Bolívar y los emigrados patriotas en el Caribe, Caracas: Gráficas La Bodoniana, 1983. Rafael Correa. Ecuador: de Banana Republic a la No República. Colombia: Nomos Impresores, 2009. Rubén Darío. Poesía, Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2008. ________, “El triunfo de Calibán”, en: Retratos y Figuras, Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2009. Simón Bolívar. “Proclama a la división Urdaneta”. Pamplona (Colombia), 12 de noviembre de 1814, en El legado de Bolívar. Manuel Pérez Vila. Caracas: Academia de la Historia, 1989. ________, “Carta de Jamaica”, Kingston, 6 de septiembre de 1815, en: Para nosotros la patria es América. Caracas: Biblioteca Ayacucho y Banco Central de Venezuela, 2010. ________, Convocatoria del Congreso de Panamá, 7 de diciembre de 1824. ________, Carta a J. B. Irvine, 29 de julio de 1818. Obras Completas, Vol. 1, Caracas: FIDE, 2006. ________, Carta a José Rafael Revenga, 25 de mayo de 1820, Obras Completas, Vol. 2, Caracas: FIDE, 2006. ________, Carta a José Rafael Revenga, 17 de febrero de 1826. ________, Carta a Francisco de Paula Santander, Obras Completas, Vol. 2, Caracas: FIDE, 2006.

FUENTES EN INTERNET Francisco Bilbao. “Iniciativa de la América. Idea de un Congreso Federal de las Repúblicas”, 1856. http://www.filosofia.org/aut/002/fbb1285.htm Andrés Bello. “Modo de estudiar la historia”, en: El Araucano No 912. Santiago de Chile, 1848. http://www.w.ensayistas.org/antologia/XIXA/bello/

Segundo lugar

JONNATHAN EDUARDO PÉREZ PIÑA (3er lugar en el concurso) Ensayo: BASES PARA PENSAR EN LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA Y DEL CARIBE Biografía Politólogo (mención: Relaciones Internacionales) egresado de la Escuela de Estudios Políticos y Administrativos (EEPA) de la Universidad Central de Venezuela. Abogado egresado en el 2005 de la Universidad Católica Andrés Bello.

TERCER LUGAR

BASES PARA PENSAR EN LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA Y DEL CARIBE

JONNATHAN E. PÉREZ P.

Pensar en la integración Latinoamericana y del Caribe, por su infinita complejidad y diversidad, resulta una aventura. Como toda aventura es una invitación a imaginar y soñar. Sin embargo, siempre hay que tener presente las palabras de Pierre Rosanvallon, quien señala que “no se combaten estrategias con utopías”.1 Se aspira entonces a que estas líneas permitan explicar el origen de alguno de nuestros problemas pasados y presentes y ¿por qué no?: subsanar o allanar futuros. Producto de algunas lecturas, nos preguntamos si, quizá, nos haya sucedido algo similar a lo ocurrido al más ingenioso de los Hidalgos, aquel retratado por Cervantes, quien se “pasaba las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro de manera que vino a perder el juicio”2; para salir a corregir entuertos. Nuestra infinita complejidad se debe a que en el seno de nuestras sociedades reposa un conjunto de factores históricos, políticos, culturales, religiosos, económicos y sociales tan diversos que la diferencian del desarrollo de 1 Rosanvallon P. (2006). El capitalismo utópico: historia de la idea de mercado. Buenos Aires: Ediciones nueva visión. 2 Cervantes M. (2008). Don Quijote de la mancha. Perú: Santillana, Ediciones generales, edición de Francisco Rico. 63

Bases para pensar en la Integración Latinoamericana y del Caribe Jonnathan E. Pérez P.

otras partes del mundo, donde se han producido de forma más o menos gradual. Pero en especial nos diferencia del desarrollo de Europa y de Norteamérica, que en el fondo son los modelos conceptuales por medio de los cuales desafortunadamente en gran medida nos imaginamos a nosotros mismos. Así las cosas, pensar en nuestra integración, imaginarla, pasa primero por realizar un esfuerzo en buscar y entender nuestras raíces, nuestros orígenes. Para encontrar nuestro sentir, nuestro ser y nuestro existir –según Renouvin y Duroselle–, hay que buscar y entender nuestras fuerzas profundas. Esto al mismo tiempo representa lo que quizás sea el mayor aporte de la figura de Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana a la unión de los pueblos: el de conocernos y observarnos. Que no es otra cosa que mirar el proyecto de República y de unión de nuestros padres fundadores: Bolívar, San Martín, O´Higgins y Sucre, por nombrar algunos. Ya en la antigüedad, Sócrates sostenía que “el mayor deber del hombre era tener cuidado de su alma”, era necesario ocuparse por todos los medios de generar claridad en esta3. Ese cuidado pasaba por hacer propia la sentencia inscrita en el templo de Apolo en Delfos: “Conócete a ti mismo”.4 Conocerse uno mismo implica pensar. El pensar implica recordar. Y recordar supone hurgar en la memoria. Y tenemos memoria porque existen las palabras. Y las palabras, como acertadamente expresa Juan Carlos Monedero citando a Alex Grigelmo, se: […] arraigan en la inteligencia y crecen con ella, pero traen antes la semilla de una herencia cultural que trasciende al individuo. Viven, pues, también en los sentimientos, forman parte del alma y duermen en la memoria (2009: 76).

Esa herencia cultural que trasciende al individuo, siguiendo a Marx, no es otra cosa que aquella existencia social que condiciona la conciencia individual. Sigmund Freud quizás nos diría: las respuestas puede ser que estén en el inconsciente. 3 Humbert J. (2007). Sócrates y los socráticos menores. Caracas, Monte Ávila Editores, 1.ra Edición, p. 15. 4 64

Ídem: 84.

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Estos planteamientos nos invitan a adentrarnos en la memoria y el inconsciente (individual y colectivo) que por fortuna salen a la superficie; son observables y están a disposición de quien, con algo de curiosidad, intenta captarlos. Recordemos a Lewis Carroll quien en Alicia en el país de las maravillas nos advierte sobre ¡Cuán peligroso es no hacer caso a las pequeñas cosas! Pues a veces olvidamos que las pequeñas puertas pueden conducirnos a grandes salones.

NUESTRO ORIGEN Con la llegada de Cristóbal Colón en 1492, en lo que poco después se denominaría América (pues fue Américo Vespucio quien advirtió que esto era un nuevo Continente), se inicia un nuevo período en la historia de esta parte del globo. Este nuevo período envuelve un cuádruple proceso: 1. La resistencia de nuestros descendientes originarios y de toda su carga histórica. 2. La llegada obligada de los afrodescendientes y toda su carga histórica. 3. El establecimiento de los españoles y europeos en el continente, lo cual nos sitúa en lo que se denomina la cultura o Civilización Occidental. 4. El proceso de mestizaje en todos los órdenes que en mayor o menor grado se produjo a lo largo del Continente. En todo caso, el vínculo se genera en un período muy particular de la historia de Europa occidental. Ese período tan particular se encuentra entre el Renacimiento y el inicio y establecimiento de la Modernidad; es decir, el tránsito de la sociedad tradicional o antiguo régimen a la era moderna, y la Integración Latinoamericana y del Caribe

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resistencia y defensa a ese proceso bajo la Contrarreforma, donde el Reino de España jugó un papel principal. De esto resultan dos interrogantes: 1. ¿Qué es la Civilización Occidental? 2. ¿Qué es la Modernidad? 1) ¿Qué es la Civilización Occidental? Responder esta interrogante implica recordar que la Europa medieval logró cierta unidad espiritual, política, social, cultural y económica bajo la inspiración, recepción y guía de dos pilares fundamentales: un pilar es la tradición grecorromana o clásica. De donde –conforme a García-Pelayo– Occidente recogió: De Grecia […] la tendencia hacia el dominio de la naturaleza, y de Roma el impulso hacia el dominio político; y de una y otra la idea de que solo el poder metafísicamente fundado y racionalmente ordenado es un poder eficaz, de que solo un poder enraizado en una convicción espiritual que lo justifica, sustentado sobre un conocimiento de la ratio de las cosas que lo clarifica, y desarrollando la justa adecuación de medios y de fines, es un poder con fundamento y, por tanto, con posibilidades de éxito (2010: 58).

El otro pilar es la tradición judeocristiana (con sus tres cosmovisiones: católica, protestante y ortodoxa). Aquí, la Iglesia católica jugó un papel importante desde la Reforma Gregoriana (1073-1085), institucionalizando el evangelio como el “marco universal para la salvación de todos los seres humanos, como un estado espiritual, posibilitado por Einheitskultur [unidad cultural] de la Iglesia, a través de una eclesialización, de la cristianización del mundo europeo occidental” (Beriain. 2000:16). Esto fue posible, pues tras la caída del Imperio Romano de Occidente en el 450 aproximadamente, la Iglesia católica, única organización capaz de llenar el vacío de poder dejado, toma la estructura de dicho imperio para su despliegue político. Así,

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el cristiano occidental se corporizó históricamente en lo que fue el orbe romano occidental, donde el poder se diversifica en dos centros que inmediatamente entran en pugna.5

Esa pugna generó un proceso de fragmentación dentro del orbe cristiano. El proceso puede ubicarse en el seno de la propia institución católica con las tesis conciliaristas, agréguese el nacimiento de las ciudades medievales producto del reinicio de la actividad comercial y manufacturera, sumado al hallazgo y estudio del Digesto de Justiniano y las obras Ética Nicomaquea y Política de Aristóteles. Estos fenómenos generan una serie de cambios a lo interno y externo de esa institución que desembocaran a partir del siglo XV en el Renacimiento, el cisma de la Iglesia católica y en el inicio de la Modernidad. 2) ¿Qué es la Modernidad? Responder tal cuestionamiento es un asunto más complejo. Lo primero que debemos señalar es que la Modernidad descansa en tres pilares: A) el reinicio de la actividad comercial y manufacturera tras la progresiva y gradual expulsión de los musulmanes de Europa y del Mediterráneo; B) la carga conceptual de las ciudades-Estado italianas medievales, y C) la Reforma Protestante. Estas ideas en buena medida serán condensadas en el proceso histórico inglés desde que en 1534 el rey Enrique VIII se separa de la Iglesia católica y se declara jefe supremo de la Iglesia anglicana. Proceso que se intensificó con la llegada al trono de la Reina Isabel I (1558-1603). Y tomará su forma definitiva bajo Cromwell (1642-1658) y finalmente con la Revolución Gloriosa en 1688. Siguiendo a los teóricos de la nueva historia, a partir de ese momento se instala la República de la Sociedad Comercial (Commonwealth británica), que será el modelo político, económico, social y cultural a seguir. Sus bases conceptuales serán sistematizadas en el siglo XVIII por la Ilustración escocesa bajo el nombre de Economía Política (hoy mal denominada economía clásica). Este lenguaje o sistema definirá las bases conceptuales de la Modernidad. Con base en sus ideas se harán las críticas sobre la antigüedad (paso mitológico y metafísico) y – lo más importante– servirá para derrumbar cada 5

García-Pelayo. 2010: 58.

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una de las estructuras conceptuales del Antiguo Régimen. Cuando sus ideas son absorbidas, trasladadas y adaptadas por la Europa continental y pasa a los Estados Unidos de Norteamérica por vía de los colonos, se inicia un largo y complejo proceso histórico que en buena medida culminará en la Segunda Guerra Mundial y alcanza hasta el día de hoy con la globalización.6 Así las cosas, por razones de espacio, se puede señalar que la modernidad representa seis grandes temas: 1. El nacimiento del Estado moderno; 2. El nacimiento del capitalismo; 3. El individualismo; 4. La razón instrumental; 5. El método empírico experimental-deductivo y lógico–matemático como modelo epistemológico, y 6. El cristiano-protestante, hombre cargado con una nueva subjetividad, es decir, el tan anhelado “hombre nuevo”. El desarrollo de cada uno de estos seis temas lo hará la Ilustración escocesa. Adam Ferguson y finalmente Adam Smith en sus obras Teoría de los Sentimiento Morales y Riqueza de las Naciones en buena medida sistematizarán esas ideas. El desarrollo de las mismas seguirán con todo el proceso de las ilustraciones, luego podemos ubicarlo en las dos revoluciones industriales como símbolo de progreso (1750 y 1850 aproximadamente), para desembocar en el positivismo, en el materialismo y finalmente en el nihilismo postmoderno contemporáneo con sus tesis neoliberales y neocontractuales como su punta de lanza. Esto implica que en Europa –en mayor o menor medida– hubo un proceso más o menos evolutivo y gradual donde se llevaron a cabo varios hechos y movimientos que poco a poco fueron introduciendo dentro de esas sociedades un 6 La América hispana en su momento se empapará de esas ideas por la vía de las revoluciones norteamericana y francesa. 68

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mayor grado de desmitificación, secularización y racionalidad de la realidad, rompiendo paulatinamente con la sociedad tradicional; es decir, con el poder de la Iglesia católica y de las monarquías. Estos acontecimientos van a condicionar, socavar, transformar, deconstruir y reconstruir paulatinamente las bases de las sociedades europeas según el grado, impacto o resistencia de cada Estado o región, generando diversas consecuencias a nivel político, económico, social, religioso y cultural propias a esas sociedades, pero sobre todo generarán una desmitificación, secularización y racionalización de la realidad. Expuesto lo anterior, en términos generales y siguiendo parcialmente a Max Weber, es posible plantear como hipótesis una premisa que, quien suscribe hasta donde ha podido observar en la historiografía venezolana, nadie ha realizado. La hipótesis en cuestión es que: en un primer momento y debido al contexto de la época, la Reforma Protestante será el instrumento, la vía o el canal por excelencia a través del cual las ideas o los seis temas arriba planteados que encierra la Modernidad se propagarán y con su nueva subjetividad será el cristiano-protestate quien lleve la buena nueva.

De aquí su peligro y por ende la lucha implacable que llevó a cabo la Iglesia católica por erradicar “La Herejía” con la Contrarreforma, pues ella derrumbaba los cimientos del Antiguo Régimen. En otras palabras, el poder político, económico, social y cultural de la Iglesia católica y el de las monarquías europeas tiene como sustento el lenguaje cristiano-católico. Posteriormente, alterado el contexto, serán las revoluciones atlánticas el instrumento de irradiación de las ideas de la Modernidad. Y hoy es la globalización. En tal sentido, es observable que es el sujeto cristiano-protestante quien con esa nueva subjetividad encierra en él la Modernidad llevando la buena nueva y quien mejor se adapta a ese sistema conceptual o lenguaje como hoy se llama. El motivo descansa en que, en el fondo la modernidad y la conformación de la sociedad moderna descansan sobre pilares construidos por el protestantismo y su sistema axiológico, al punto de configurar y moldear sus aspectos políticos, sociales, económicos y culturales. Integración Latinoamericana y del Caribe

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LA REPÚBLICA DE LA SOCIEDAD COMERCIAL Y LA ECONOMÍA POLÍTICA Ayer fue el ágora y la ecclesia, hoy los grandes centros comerciales. Un simple vistazo a ciertos lugares públicos permite comprobar que nuestras plazas de a poco se van quedando vacías y las iglesias tienen cierta concurrencia. Por el contrario, los grandes centros comerciales, o por su término anglosajón, los grandes malls son cada vez más y por más tiempo visitados. ¿Esto es casualidad? ¿Necesidad? De ante mano la respuesta debe ser: ninguna de las dos. ӑӑ

En la antigüedad los asuntos públicos de la polis eran discutidos por los ciudadanos en el ágora.

ӑӑ

En la Edad Media los asuntos públicos de la ecclesia eran “discutidos” por fieles (creyentes) en el templo de Dios.

ӑӑ

En la Modernidad los asuntos públicos del dulce comercio son discutidos por los consumidores en el mercado (los grandes centros comerciales o malls).

Se afirmó que la Modernidad descansa en tres pilares: 1. El reinicio de la actividad comercial y manufacturera, tras la progresiva y gradual expulsión de los musulmanes de Europa y del Mediterráneo; 2. la carga conceptual de las ciudades-Estado italianas medievales y 3. la Reforma Protestante. De la primera toma el impulso y la prosperidad del dulce comercio. De la segunda toma la noción sistematizada en el Renacimiento sobre la idea de que el hombre es la figura central del universo y desde donde se piensa su propio fundamento, es decir, la idea del antropocentrismo; recordemos el dibujo de Leonardo de Vinci El hombre de Vitruvio. Sumado a las bases

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conceptuales republicanas, pues al tiempo que vincula a Occidente con la tradición grecorromana, sienta las bases para luchar contra el imperialismo papal. De la última, se tiene que, la traducción y publicación de la Biblia a los diferentes idiomas nacionales genera un doble proceso: se rompe el monopolio interpretativo y con ello el poder e influencia de la Iglesia católica, al no existir intermediarios (Papa e Iglesia) entre Dios y el hombre, el último queda solo. Adicionalmente, siguiendo a Weber en su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo se produce una nueva concepción sobre el trabajo. Es posible afirmar –junto con Max Weber– que dentro de la tradición cristiano-católica-latina, a la cual pertenecemos, no existe una palabra similar, ni que tenga la misma carga conceptual a la de Beruf o calling, las cuales sí existen en el protestantismo, traducidas por el autor como profesión y tienen toda una carga religiosa que implica la construcción de una realidad concreta bajo un orden. Así las cosas, siguiendo a Pierre Rosanvallon: “La gran cuestión de la modernidad es pensar una sociedad laica […] se trata de pensar la sociedad como autoinstituida, no basada en ningún orden externo al hombre”.7 A lo cual habría que sumar la idea de un sujeto libre. En tal sentido, se tiene que, la idea antropocéntrica, en primer lugar significa hablar del hombre, es decir, hablar de sus pasiones es hablar de él científicamente, negándose a fundar la sociedad en un orden moral normativo exterior. No se trata de enseñarle al hombre lo que debe hacer, primero hay que comprender lo que es.8

En segundo lugar, subyace la idea de refutar al Estado como ente social externo. Adam Ferguson lo resume de la siguiente manera: “Entre los griegos y los romanos, lo público es todo y el individuo no es nada; entre los modernos, el individuo es todo y lo público no es nada”.9 7

Rosanvallon, ob. cit. p. 21.

8 Ídem, 23. 9 Adam Fergusson, citado por Rosanvallon P. (2006). El capitalismo utópico: historia de la idea de mercado. Buenos Aires: Ediciones nueva visión, p. 22.

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Bajo estas dos premisas se derrumban los pilares fundamentales de la antigüedad: la idea de la polis y la del ciudadano virtuoso o moral fundado en el Areté griego y las cuatro virtudes cardinales de Aristóteles. En resumen, se deja de lado, el despotismo de la polis y el despotismo de un orden normativo (moral) exterior. Las bases teológicas conceptuales de la Edad Media se derrumbarán, en un primer momento, bajo el paradigma (Thomas Kuhn) del Contrato Social y del derecho natural como modelo político pensado desde la idea antropocéntrica o individualista y de las pasiones humanas. Sin embargo, este paradigma será refutado por la ilustración escocesa. Como bien sostiene Rosanvallon, para estos: El concepto de mercado, tal como piensa Smith, permite resolver dos preguntas sin respuestas en la filosofía política de su época: la cuestión de la guerra y la paz entre las naciones, la cuestión del fundamento de la obligación en el pacto social. Además, permite pensar en términos nuevos la cuestión de la institución de lo social.10

Así las cosas, el concepto de mercado pasa a ser de vital importancia, por un lado, permite repensar: las relaciones internacionales sobre una nueva base, al sustituir la lógica de un juego de suma cero (la de la potencia) por la lógica de un juego suma positiva (la del comercio).11

Por el otro, la idea de la mano invisible: […] constituye así una ley reguladora del orden social sin legislador. La ley del valor regula las relaciones de intercambio entre las mercancías, y las relaciones entre las personas que están comprendidas como relaciones entre mercancías, sin ninguna intervención exterior.12 10 Ídem, 48. 11 Ídem, 50. 12 72

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Ídem, 52.

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Bajo estas dos premisas se derrumba el poder político de las monarquías tanto a nivel internacional como a lo interno. Además, al fundarla en el comercio y en el intercambio comercial derrumba las bases económicas tanto de las monarquías como de la Iglesia cuyo sustento material era la propiedad sobre la tierra. Adicionalmente, genera una “disolución de la política que implica negar las distinciones sociales y su expresión para reducir a la sociedad a un mercado fluido de intereses parcializados que ninguna estructura social intermedia viene a obstaculizar”.13 En fin, para Adam Smith la noción de mercado representa: […] un concepto político y sociológico, y solo en tanto tal es una dimensión económica. En efecto, concibe las relaciones entre los hombres como relaciones entre mercancías, en la medida que la nación se define como el sistema de las necesidades.14

En resumen: La modernidad, bajo la idea de mercado, pretenderá borrar toda noción de despotismo, bien en el orden moral externo, bien de todo poder político, entiéndase del Estado y de lo público y teológico-metafísico (religioso). Solo así, bajo la idea de mercado, es decir, donde no hay ningún despotismo, es posible la libertad del ser humano. No obstante –como bien apuntara el principal crítico de la economía política y por ende de la República de la Sociedad Comercial, Carlos Marx– quedaba un último despotismo: el del mercado y su mano invisible. Y aunque no era su época, ese último despotismo hoy está representado por las grandes transnacionales. LA AMÉRICA REPUBLICANA Hablar de las raíces de América y el Caribe, además de lo anterior, implica precisar que en nuestras sociedades conviven yuxtapuestos principalmente dos lenguajes que han marcado nuestra psiquis individual y colectiva: 13

Ídem, 59.

14 Ídem, 73.

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1. El lenguaje republicano de donde heredamos la Patria y el proyecto de nuestros padres fundadores, y que nos vincula en cierta medida a la Modernidad; y, 2. El lenguaje monárquico, que nos vincula a la tradición cristiano-católica y con ello al Antiguo Régimen cuya base descansa en la propiedad y tenencia de la tierra. Ahora bien, el hecho de haber sido excolonias del reino de España en buena medida condicionó hasta hoy nuestra cosmovisión sobre el mundo. Hay que recordar que la Reforma Protestante tuvo poco o ningún impacto en España (situación similar en el resto de los países latinos: Portugal, Italia y algo sui generis, Francia). Al contrario, España fue el bastión por excelencia de la Contrarreforma. Por otra parte, a lo interno de la América Hispana no hubo un proceso similar a la Reforma Protestante y lo que esta significó. Así, la América hispana, preeminentemente cristiana-católica –religión impuesta con la llegada de los españoles al continente– produjo (y aún hoy produce), junto con otras variables, una serie de consecuencias que son observables a nivel político, económico, social y cultural que se reflejan en nuestras sociedades. Adicionalmente, habría que analizar en qué medida se preservó, impactó y fusionó la cosmovisión de nuestros descendientes originarios –donde la Pachamama configura una tierra de abundancia– y la de los esclavos traídos del continente africano. Estas tres cosmovisiones configuran en mayor o menor medida un proceso sociopolítico cargado de un alto grado de sincretismo religioso que se expresa en el alto nivel de mistificación de nuestras sociedades.

En otras palabras: seguimos con un pie en el Antiguo Régimen, pues no hemos roto a plenitud con las bases conceptuales de la sociedad tradicional. Para ello basta con observar: 1. el poder y la influencia que ejerce la Iglesia católica en diversos órdenes sociales (véase en materia educativa),

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2. la forma en que se entienden las relaciones de poder (véase la forma en que nuestros ciudadanos ven y se relacionan con el Estado) y 3. el poco desarrollo industrial, pues la mayoría de nuestros países tiene en mayor o menor medida un sustento material en la tierra. El otro pie es difícil saber en dónde se encuentra, pues con base en lo expuesto en el primer punto, habría que precisar hasta qué punto entramos en cada uno de los seis temas que encierra la modernidad, más hoy cuando para algunos estamos en la postmodernidad. Así las cosas, con base en lo expuesto, es posible señalar que, desde el inicio de nuestras vidas republicanas hasta la actualidad, nuestro desarrollo sociopolítico podría ser calificado no como una familia disfuncional, sino como un desarrollo disfuncional. O para decirlo con la profesora Graciela Soriano, ha sido un desarrollo discrónico, es decir, una sociedad sui generis en la cual: […] se manifestaban peculiaridades castoides, estamentales y clasistas, con un modo de producción con elementos serviles-señoriales y esclavistas también sui generis vinculado a formas desarrolladas por el comercio (legal, pero sobre todo extralegal) administrativa y políticamente dependientes de la Monarquía católica, pero desarrollando una actividad política local bastante viva, en la cual estaban presentes desniveles y discronías desconocidos e inéditos en el desarrollo histórico europeo.15

Aunque en menor medida y barnizadas y edulcoradas, todavía hoy día es posible observar en las relaciones sociopolíticas de nuestras Repúblicas esas peculiaridades castoides, estamentales y clasistas. Esto es consecuencia de que en esta parte del mundo occidental no se produjo un movimiento similar al de la Reforma Protestante, pues como bien afirmó Hegel y posteriormente recogió Carl Schmitt citando a Lasson:

15 Soriano G. (2004). Hispanoamérica: historia, desarrollo discrónico e historia política N.º 10, Venezuela: Fundación Manuel García-Pelayo.Soriano. p. 28.

Integración Latinoamericana y del Caribe

Bases para pensar en la Integración Latinoamericana y del Caribe Jonnathan E. Pérez P.

Es una equivocación estúpida de los tiempos modernos creer que se puede cambiar un sistema de costumbres caducas, una constitución estatal y una legislación sin cambiar también la religión; creer haber hecho una revolución sin una reforma. Schmitt C. (1969).16

Las razones que lo justifican son: 1. Su impacto en la sociedad europea (junto con otras variables) será tan profundo que produjo, influyó y acentuó parte de esa transformación y al mismo tiempo sentó buena parte de las bases de esa nueva sociedad moderna. 2. Debido a que “Nuestros anhelos los medimos en relación con los logros de los demás”.17 En Venezuela y en Latinoamérica, durante el siglo XIX y buena parte del XX, nuestros modelos republicanos en buena medida trataron de asemejarse primero al modelo inglés y luego al de los Estados Unidos de Norteamérica; es decir, a las dos repúblicas de la sociedad comercial por excelencia cuyas ideas básicas se intentaron definir arriba y descansan en la concepto sociopolítico del mercado. En Venezuela, por ejemplo, esta idea tomó fuerza en un primer momento bajo la instauración de la Primera República y después de la fragmentación de Colombia (unión de las Repúblicas libertadas por Bolívar). Posteriormente asumida por los políticos e ideólogos de la Cuarta República. Solamente hasta la llegada al poder del Presidente Chávez será cuando surja el otro gran aporte de la Revolución Bolivariana para pensar reconstruir la integración, es decir, la revisión del modelo que nos legó la modernidad y del cual formamos parte. Asunto que, necesariamente, implica y genera una repolitización de los pueblos, pues es la conciencia de cada habitante de la Patria grande donde debe producirse el cambio. 16 Schmitt C. (1969). “Revista de estudios políticos N° 163”, Madrid: http://www.cepc. es/es /Publicaciones/ Revistas/ listado_ revistas/revistas03.aspx., p. 6. 17 Monedero J. (2009). El gobierno de las palabras: política para tiempo de confusión. México: FCE, p. 33. 76

Tercer lugar

Concurso Ensayo Crítico Willian Lara

En tal sentido, surgen entonces las siguientes interrogantes: ӑӑ

¿es posible constituir una República de la sociedad comercial cuyas bases axiológicas son de raíz cristiano-protestante, en una sociedad con bases axiológicas cristiano-católicas, como la venezolana y latinoamericanas del siglo XIX y XX?

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Vayamos más lejos aún ¿Es posible constituir una República de la sociedad comercial cuya base conceptual sea la economía política, sustentada en el “Dulce Comercio” (de la producción manufacturera e industrial) en una eminentemente agraria como la de Venezuela durante todo el siglo XIX y XX?

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Luego, si primero el comercio y el capital (industrial y financiero) para no desaparecer necesita expandirse y al expandirse se concentra, obligatoriamente, necesita un modelo político, un modelo de república acorde a esas dos necesidades internas, es decir, eso que hoy día denominamos capital ¿necesita una República aristocrática o una república popular?

Si el cristianismo renovado (protestantes, ejemplo los neoconservadores republicanos en Estados Unidos) tiene como misión divina, como voluntad querida por Dios, la regeneración del resto de la humanidad, esto conduce a una neocruzada. Esa neocruzada necesita entonces igualmente un modelo político acorde a sus necesidades. Surge nuevamente la pregunta ¿Cuál modelo, una República aristocrática o una República popular? El análisis que John Pocock hace de Maquiavelo en su obra El momento maquiavélico nos da las respuestas a estas interrogantes: se necesita una República popular, cuyas bases se inserten en la República de la sociedad comercial. Con base en lo expuesto surge entonces la necesidad de pensar y de definir cuál modelo político, económico, social, educativo, cultural e incluso artístico debemos sentar para las bases de nuestra integración. En las líneas que preceden intentamos sistematizar nuestros orígenes, las bases del modelo que representa la modernidad y mencionar el rumbo tomado por nuestros antepasados cuando dejaron de lado el proyectó de nuestros Integración Latinoamericana y del Caribe

Bases para pensar en la Integración Latinoamericana y del Caribe Jonnathan E. Pérez P.

libertadores y pretendieron fundar Repúblicas de la sociedad comercial o como a menudo son denominadas Estados liberales. Finalmente, la compleja y difícil actual situación internacional nos invita a criticar y a pensar en lo que es la principal necesidad de nuestros pueblos y dirigentes políticos: la integración de Latinoamérica y el Caribe. Pero se expresó al inicio: no se combaten estrategias con utopías.

Tercer lugar

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BIBLIOGRAFÍA Beriain J. (2000). La lucha de los dioses en la modernidad: del monoteísmo religioso al politeísmo cultural. Caracas: Faces/UCV. Cervantes M. (2008). Don Quijote de la Mancha. Perú: Santillana, Ediciones Generales, Edición de Francisco Rico. Duroselle, J-B. (2000). Todo imperio perecerá: teoría sobre las relaciones internacionales. México. FCE. Primera reimpresión. García-Pelayo M. (2010). Las culturas del libro. Caracas: Fundación García-Pelayo. Humbert J. (2007). Sócrates y los socráticos menores. Caracas: Monte Ávila Editores, 1.ra Edición. Kuhn, T (2007). La estructura de las revoluciones científicas. México, FCE. Monedero J. (2009). El gobierno de las palabras: política para tiempo de confusión. México: FCE. Schmitt C. (1969). “Revista de estudios políticos n.º 163”, Madrid: http:// www.cepc.es/es/ Publicaciones/ Revistas/listado_revistas/revistas03.aspx. Soriano G. (2004). Hispanoamérica: historia, desarrollo discrónico e historia política n.º 10, Venezuela: Fundación Manuel García-Pelayo. Rosanvallon P (2006). El capitalismo utópico: historia de la idea de mercado. Buenos Aires: Ediciones nueva visión.

Integración Latinoamericana y del Caribe

MARCOS CASTILLO (Primer finalista en el concurso) Ensayo: LA INTEGRACIÓN BOLIVARIANA DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE COMO ALTERNATIVA AL PANAMERICANISMO Biografía Nació en el estado Barinas, Venezuela en 1988. Licenciado en Ciencias Políticas; egresado de la Universidad de los Andes (ULA-Mérida). Escritor inédito que conjuga la literatura comprometida y la poética en varias vertientes. Finalista del Concurso de Ensayo Uslar 100 Años (Caracas, 2007). Fue primer finalista en el V Concurso de Poesía Librería Sónica (Caracas, 2012).

PRIMER FINALISTA

LA INTEGRACIÓN BOLIVARIANA DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE COMO ALTERNATIVA AL PANAMERICANISMO

MARCOS CASTILLO

Introducción La Integración que se configura en Latinoamérica y el Caribe no responde a imperativos casuales, sino que obedece a razones históricas que hunden sus raíces en la lucha emancipadora originaria de nuestros pueblos y que dibuja las contradicciones directas entre dos modelos de concertación regional. Un análisis en retrospectiva y en prospectiva da cuenta incuestionable de las dos corrientes antagónicas de Integración, esa especie de dicotomía que hilvana las relaciones de nuestros países. La Dicotomía de: ӑӑ

la Integración Latinoamericana y Caribeña responde al ideal bolivariano, diametralmente opuesto al

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Panamericanismo, propugnado por Estados Unidos como modo deleznable de intervención en nuestras naciones y pueblos.

Simón Bolívar, con su genialidad política y sociológica, comprendió lo imprescindible de la unión de la América meridional para hacer frente a las pretensiones imperiales apenas incipientes de Estados Unidos; así lo condensa en su pensamiento profético para rastrear las iniciales del presente y

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los principios de la Revolución Bolivariana proyectada desde Venezuela como alternativa cierta a las coartadas pro-imperiales. Venezuela, en consonancia con América Latina y el Caribe, entró en el eterno retorno de nuestra propia historia, de nuestra génesis bolivariana, para redefinir los mecanismos necesarios de solidaridad y hermandad. El Mercosur, la ALBA, Unasur, Banco del Sur, Petrocaribe y la Celac son prolongaciones del ideal bolivariano de integración esbozado en documentos impostergables como la Carta de Jamaica y en iniciativas como el Congreso de Panamá. Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana asumieron la vanguardia del proceso de integración verdadera de Latinoamérica y el Caribe sin la injerencia de Estados Unidos en la soberanía de nuestros pueblos, aunada a una visión geopolítica suramericana independiente y asignándole un viraje estratégico al petróleo como factor de unidad y hermandad con el Caribe, esa analogía prodigiosa con la cooperación patriótica de Alejandro Petión1 a Simón Bolívar. Hugo Chávez marca el punto de quiebre definitivo en el proceso de integración en Mar de Plata en 2005 liderando el entierro inexorable del ALCA y el nacimiento de la ALBA para la redención histórica de los pueblos al sur de Río Bravo.

1 Alexandre Pétion (Puerto Príncipe, 2 abril de 1770 - id., 29 marzo de 1818), militar y político haitiano. Hijo de una mujer negra (la dama Úrsula) y de un colono francés (Pascal Sabés). En 1788 fue enviado a Francia para estudiar en la Academia militar de París. Adopta el pseudónimo de Petión en honor de Pétion de Villeneuve, que fue miembro de la Convención y de la Sociedad de los amigos de los negros. De vuelta a su isla natal, participa en la campaña de expulsión de los británicos y de los españoles (1798-1799). Luego de vencer a los ejércitos colonialistas de Inglaterra, España y Francia, en 1815 el líder haitiano da asilo a Manuel Dorrego y convoca a Bolívar, que se encontraba refugiado en Jamaica. Petión le ofrece al futuro Libertador armas, barcos y soldados para retomar la lucha por la independencia americana. Alejandro Petión fue muy amigo de Bolívar, la ayuda que le ofreció fue de máxima importancia para la causa patriota; una deuda que aún está pendiente y que el Presidente Chávez reconoció en toda su vida política.

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DOS MODELOS ANTAGÓNICOS DE INTEGRACIÓN: EL IDEAL BOLIVARIANO FRENTE AL PANAMERICANISMO DE ESTADOS UNIDOS La contradicción histórica de dos modelos de integración claramente distintos se hizo evidente desde el primer momento en que se gesta la emancipación de Nuestra América, entre el imperialismo norteamericano, aún en su etapa incipiente, y el ideario de Simón Bolívar. Hasta hoy esa pugna sigue permanente y responde a la misma lógica hegemónica de Estados Unidos y sus políticas intervencionistas hacia los pueblos del Sur. El ideal bolivariano de integración comienza en el Manifiesto de Cartagena (1812) cuando plantea: Yo soy del sentir y del pensar que mientras no centralicemos nuestros gobiernos americanos, nuestros enemigos obtendrán las ventajas más completas; seremos envueltos indefectiblemente en los horrores de las disensiones civiles y conquistados vilipendiosamente por ese puñado de bandidos que infectan nuestras comarcas.

Simón Bolívar –con su acucioso sentido visionario– exhortaba a la unión de las nacientes repúblicas independientes para contrarrestar la amenaza norteamericana, ya que el imperio Español había entrado en decadencia y ese vacío de poder que dejaba podía ser ocupado por otro país hegemónico. Ante ese escenario Bolívar, en 1815, escribe un documento político imprescindible aún vigente para entender nuestra realidad geopolítica como bloque de poder. Es la Carta de Jamaica, donde expresa: Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo, una sola nación, con un solo vínculo, que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería por consiguiente tener un solo gobierno, que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse.

La ecuación de la integración latinoamericana y caribeña se estaba despejando y señalando para los tiempos futuros; echaba raíces en nuestra identidad Integración Latinoamericana y del Caribe

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originaria para no supeditarse a proyectos externos que buscaran horadar nuestra soberanía y libre determinación. Para acendrar el pensamiento integrador, Simón Bolívar redactó documentos como: ӑӑ

“Independencia de Venezuela con la batalla de Carabobo” (1821),

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“Tratado de Liga, Confederación y Unión Perpetua” (1822),

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“Independencia de Ecuador con la Batalla de Pichincha” (1822),

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“Tratado de Amistad y Alianza” (1823),

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“Tratado de Unión, Liga y Confederación” (1823),

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“Victoria de la Batalla de Junín” (1824),

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“Independencia de Perú con la Batalla de Ayacucho”(1824).2

En 1824, antes de la Batalla de Ayacucho, Simón Bolívar convoca al Congreso de Panamá con una visión anfictiónica con el objetivo de echar las bases de una confederación de naciones. No es casualidad que sea en Panamá puesto que allí confluía el equilibrio americano. El Congreso de Panamá se llevó a cabo en julio de 1826 y asistieron los representantes de la Gran Colombia, de México y Guatemala. Gran Bretaña y Holanda enviaron sus emisarios. Se aprobó la proposición de Bolívar de una Liga de países confederados y la conformación de un ejército para la defensa de las repúblicas independientes que nacían. Era una iniciativa que cabe en los preceptos teóricos del idealismo de las relaciones internacionales. Ahora bien, ¿qué acciones había tomado el naciente imperialismo norteamericano para frenar la iniciativa Bolivariana de Unidad Latinoamericana? El primer conato continuado y sostenido de la pretensión imperial norteamericana se resume en la “Doctrina Monroe” expuesta en 1823 por James Monroe, para entonces Secretario de Estado, quien pronunció aquel 2 De igual manera en toda la antología epistolar de Simón Bolívar se evidencia su concepción integracionista. 86

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deleznable axioma defendido todavía hoy por Estados Unidos: “América para los Americanos”. Apenas iniciaba la divergencia entre Monroe y Bolívar, el Bolivarianismo y el Panamericanismo.3 Los Estados Unidos de Norteamérica se resistieron desde el primer momento al ideario del Libertador Simón Bolívar de organizar al sur del Río Bravo una confederación de naciones del sur con el propósito de establecer definitivamente los contrapesos de poder para lograr la paz a largo plazo y el “equilibrio del Universo”. Por eso fraguan de manera premeditada una serie de instrumentos a lo largo de nuestra historia, a la Doctrina Monroe se le suma la Política de “Gran Garrote”, los 14 Puntos de Wilson, la Doctrina Roosevelt, la Doctrina Truman, la política del Buen Vecino, entre otros. En 1889 el secretario de Estado de Estados Unidos, James Blaine, durante el gobierno de Benjamín Harrison, convoca la 1ra. Conferencia Panamericana en Washington a la que asisten numerosos países latinoamericanos, incluyendo los representantes de Venezuela. Comenzaba a configurarse formalmente el sistema panamericano con la creación de la Oficina Internacional de las Repúblicas Americanas bajo el influjo directo e injerencista del país imperial del norte. Buenos Aires fue la sede de la siguiente Conferencia en 1910 en la que se da cuerpo a la Unión Panamericana. Retomando el ideal bolivariano ¿Cuál era la vigencia y continuidad del Bolivarianismo en la iniciativa de Integración de Nuestra América? Desde el Congreso de Panamá el proyecto integracionista, ya sin Bolívar, perdió fuerza y capacidad de poner en marcha los acuerdos que se refrendaban. Sin embargo, se convocan congresos para proseguir los postulados del Congreso de Panamá y en ese sentido se reúnen en Lima un conjunto de naciones de Latinoamérica en 1847, para luego congregarse en Santiago de Chile en 1864. Patriotas nacionalistas y nuestroamericanos como Eugenio María de Hostos, Francisco Morazán, José María Torres Caicedo y José Martí, el apóstol de la emancipación cubana, reivindicaron y ondearon, aun con las intermitencias del tiempo y la historia, el Ideario Bolivariano de Integración de los pueblos. Estados Unidos, en su afán panamericanista, como un prestidigitador imperial, impuso su agenda en la 9na Conferencia Interamericana de Bogotá en 3 En la presente hora de la Patria venezolana se retrata en la geopolítica internacional aquella analogía esta vez entre la Revolución Bolivariana y Estados Unidos con sus estrategias de mercado y libre comercio, como lo fue entre Hugo Chávez y la prolongación del Monroísmo en personeros como Bush.

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1948, como resultado nace la Organización de Estados Americanos (OEA) con su Secretaría General permanente en Washington para afrenta del bolivarianismo nuestroamericano. Se completaba así formalmente y con visos consensuados el proyecto panamericanista, una prolongación del monroísmo, de la Doctrina Roosevelt y la Doctrina Truman en el contexto que precedió la Guerra Fría. No es casualidad que en Río de Janeiro en 1947 se haya firmado el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). La OEA desde el primer momento vino a legitimar las políticas intervencionistas de Estados Unidos en Latinoamérica y el Caribe. En ese sentido Rodríguez (2012) agrega: La OEA ha sido […] instrumento de justificación de las agresiones de Estados Unidos en nuestro continente, empezando por Guatemala en 1954, a Cuba en 1961 y a República Dominicana en 1965, en 1973 la agresión fue contra Chile, por mencionar solo algunas. Así mismo, la vergonzosa expulsión de Cuba del sistema interamericano, acatando órdenes de Washington.4

La OEA siguió acendrando su nefasto inventario de dar sustento jurídico y político al intervencionismo norteamericano, en el caso de Venezuela con la aprobación de una clase política decadente y que en esencia mantuvo los preceptos ideológicos de la Doctrina Betancourt del “cordón sanitario” frente a gobiernos y países progresistas. Sin embargo, el fin de su hegemonía panamericanista estaba anunciado con la llegada de Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana. Los prodigios de la historia y el eterno retorno del ideal bolivariano. Con Chávez volvía la insurrección del pensamiento de Simón Bolívar, Libertador de los pueblos, para acometer, ahora sí, de manera definitiva, la verdadera Integración de Nuestra América y el Caribe. 4 Rodríguez, S. (2012). Se ha prendido la hierba en todo el continente. Relatos de Nuestra América. Mérida-Venezuela: Centro de Estudios Políticos y Sociales de América Latina (Cepsal), p. 53. 88

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REVOLUCIÓN BOLIVARIANA Y LA INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA Y CARIBEÑA La Revolución Bolivariana entra en la escena nacional y latinoamericana en 1999 con el liderazgo incuestionable del Comandante Chávez, y viene a agitar todas las bases políticas y sociales de nuestra región para establecer un nuevo orden latinoamericano y caribeño, así como liderar la conformación de un nuevo sistema internacional pluripolar en contradicción necesaria con la unipolaridad del imperialismo norteamericano. En el plano programático y jurídico la Revolución Bolivariana convocó una Asamblea Constituyente en consonancia con el poder originario del pueblo venezolano, con el fin de redactar una nueva Carta Magna aprobada mayoritariamente en referéndum el 15 de diciembre de 1999. El Artículo 153 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagra el proyecto integracionista: La República promoverá y favorecerá la integración latinoamericana y caribeña, en aras de avanzar hacia la creación de una comunidad de naciones, defendiendo los intereses económicos, sociales, culturales, políticos y ambientales de la región. La República podrá suscribir tratados internacionales que conjuguen y coordinen esfuerzos para promover el desarrollo común de nuestras naciones, y que garanticen el bienestar de los pueblos y la seguridad colectiva de sus habitantes. Para estos fines, la República podrá atribuir a organizaciones supranacionales, mediante tratados, el ejercicio de las competencias necesarias para llevar a cabo estos procesos de integración dentro de las políticas de integración y unión con Latinoamérica y el Caribe.

La Constitución Bolivariana significa el punto de inflexión con la política exterior del pasado cuyo fundamento ideológico esbozado en la vieja Constitución de 1961 defendía la integración norte-sur y se manejaba en base a la Doctrina Betancourt de aislar a los países progresistas cumpliendo con el mandato de Washington. La Carta Magna señala el camino de la integración sustentada en el ideario bolivariano, la idea anfictiónica de unidad Integración Latinoamericana y del Caribe

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latinoamericana, suramericana y caribeña. La Revolución Bolivariana viene profundizando gradualmente el bolivarianismo revolucionario de acuerdo a sus ciclos históricos. En ese sentido, se abre otro ciclo con el Plan de Desarrollo de la Nación 2001-20075 con sus Cinco Ejes. El quinto eje “Internacional” promueve el Equilibrio Internacional y la integración multipolar “para abordar con mayor eficacia las desigualdades sociales y los altos niveles de pobreza que afectan a los países de la región”. El Comandante Chávez empezaba así su política de echar las bases de una nueva geopolítica regional y subregional abarcando el Caribe que para Estados Unidos ha sido un espacio de su poder injerencista. Otro punto de quiebre se da en el año 2001 en la Cumbre de las Américas de Quebec, Canadá, cuando se firmó el Acta Constituyente del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), un nefasto instrumento imperial propuesto en 1994. El presidente Chávez para dignidad latinoamericana, caribeña y bolivariana fue el único que en solitario hizo su reserva al documento. Ahora bien, la Revolución Bolivariana impulsa y se pliega a los movimientos sociales para dejar sin efecto la tentativa del ALCA y proponer una alternativa de los pueblos. En la Cumbre de las Américas de 2005 en Mar de Plata, Argentina, se deja a un lado la iniciativa del ALCA. Ya el Comandante Chávez no estaba solo sino en apoyo de otros presidentes progresistas. Chávez arengaba: Bien, nosotros, camaradas, compañeros, amigas, amigos todos, hemos venido aquí hoy a muchas cosas, a caminar, a marchar, a saltar, a cantar, a gritar, a luchar, pero entre tantas cosas de las que hoy hemos venido a hacer aquí en Mar del Plata hoy y cada uno de nosotros trajo una pala, una pala de enterrador, porque aquí en Mar del Plata está la tumba del ALCA.6 5 En la página web http://www.gerenciasocial. gob.ve/bsocial/ bs_06/bs_06_32_ lineagener. htm aparecen los lineamientos Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2001-2007), de la siguiente manera: La política social del Gobierno Bolivariano, plasmada en los Lineamientos Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007, plantea entre los objetivos estratégicos del Equilibrio Social, alcanzar la justicia social, mejorando la distribución del ingreso y la riqueza, garantizando en forma equitativa los derechos de educación, salud, vivienda, empleo y seguridad social. Fortaleciendo la participación social y el poder ciudadano. 6 90

Discurso de Mar del Plata, 2005.

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En el discurso, Chávez definía el papel a desarrollar por los pueblos organizados de Latinoamérica y el Caribe con el fin de impulsar la integración bolivariana. Agrega y exhorta: Tenemos una doble tarea, por una parte, enterrar el ALCA y el modelo económico, imperialista, capitalista. Pero por la otra a nosotros nos toca, compañeros y compañeras, ser los parteros del nuevo tiempo, los parteros de la nueva historia, los parteros de la nueva integración, los parteros de la ALBA, Alternativa Bolivariana para las Américas, para los pueblos de América, una verdadera integración liberadora para la libertad, para la igualdad, para la justicia y para la paz.7

La Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América se presentó como propuesta en diciembre de 2004. Partía de un documento titulado “De la integración neoliberal a la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe. Principios rectores de la ALBA”, que interpretaba la lucha de los movimientos sociales. El Acuerdo de la ALBA se firmó en abril de 2005 por Venezuela y Cuba. En la IV Cumbre de la ALBA de la Habana en 2006 se unió el Estado Plurinacional de Bolivia. Desde entonces pasa a llamarse ALBA-Tratado de Comercio de los Pueblos. Otra vertiente de la integración puesta en marcha por la Revolución Bolivariana es la Cooperación Energética, asignándole una concepción geopolítica de índole humanitaria al petróleo para el desarrollo de nuestros pueblos hermanos. Es así como se crea Petrocaribe el 29 de junio de 2005, conformado por 14 países, precedido por el Acuerdo Energético de Caracas del 14 de abril de 2000. Petrocaribe es un mecanismo solidario con los países caribeños para contrarrestar el intervencionismo de Estados Unidos. Boersner (2011) sostiene: La estrategia estadounidense consiste en la negociación de tratados de libre comercio (TLC) bilaterales con un número de países del Gran Caribe, así como de acuerdos de seguridad y cooperación contra el terrorismo.8 7

Ídem.

8 Boersner, D. (2011). La Geopolítica del Caribe y sus implicaciones para la política exterior de Venezuela, Caracas: Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales, p. 2.

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Hasta este ciclo histórico la integración latinoamericana y caribeña había retomado la senda histórica del Ideario de Simón Bolívar, reivindicado por el Comandante Chávez en nombre de los sagrados principios nacionalistas de libertad, igualdad, no intervención en los asuntos internos y la libre determinación de los pueblos. Completaba Latinoamérica y el Caribe lo que Bolívar R. ha llamado: el cuarto momento de la integración […] Este cuarto momento de la integración vuelve su mirada sobre la propuesta bolivariana. Su concepción supera la integración arancelaria, una integración de mercados9.

Lo que pudiéramos llamar el quinto momento de la integración latinoamericana y caribeña comienza con el Programa de Gobierno ideado por Chávez, el Plan de Desarrollo Económico y Social 2007-2013, que define la nueva geopolítica mundial en base a un mundo pluripolar y multicéntrico. Uno de sus objetivos cardinales expresa: La construcción de un mundo multipolar implica la creación de nuevos polos de poder que representen el quiebre de la hegemonía del imperialismo norteamericano, en la búsqueda de la justicia social, la solidaridad y […], el respeto de las libertades de pensamiento, religión y autodeterminación de los pueblos […] La economía de los hidrocarburos deberá seguir teniendo un papel relevante en la política internacional de Venezuela para el fortalecimiento de relaciones multipolares en el planeta y para la política de integración latinoamericana y caribeña.

Un hito relevante que sigue configurando la integración latinoamericana es la firma del Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas en 2008 por parte de los 12 países que conforman la región suramericana. Se cumplía así con la proclama bolivariana de unidad condensada en la Carta 9 Bolívar, R. (2004). Hacia el cuarto momento de la Integración Latinoamericana, en Ediciones de la Presidencia de la República. Para comprender la Revolución Bolivariana. Caracas: Editorial Anauco, p. 140. 92

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de Jamaica. La creación de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac), en diciembre de 2011, en la Cumbre de Caracas, constituye la culminación definitoria del Proyecto de Integración Bolivariana y el inicio de un nuevo orden latinoamericano y caribeño sin la injerencia de Estados Unidos y su política intervencionista contra los pueblos. En el nuevo ciclo de la Revolución Bolivariana ¿cuál es el fundamento programático e ideológico para la Integración Latinoamericana y Caribeña? El Comandante Chávez con su genialidad visionaria y sin dejar espacio a contradicciones a largo plazo, escribió con su puño y letra un documento político imprescindible para comprender en las próximas décadas la política integracionista de la Revolución Bolivariana. Constituye este documento político el Plan de la Patria 2013-2019 que en el Tercer Objetivo histórico plantea: Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe, que garanticen la conformación de una zona de paz en nuestra América.

Uno de sus objetivos específicos establece: Profundizar el desarrollo de la nueva geopolítica nacional y regional, latinoamericana y caribeña.

El Cuarto Objetivo histórico resume el afán bolivariano de Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional en la cual tome cuerpo un mundo multicéntrico y pluripolar que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria.

La integración latinoamericana y caribeña responde a una coyuntura histórica nacionalista y soberana que enarbola el ideario de Simón Bolívar y Hugo Chávez; además, encarna el eterno retorno a las raíces originarias de Nuestra América y el Caribe para configurar un nuevo orden y una nueva geopolítica de solidaridad que asigne a los pueblos su papel definitorio. Integración Latinoamericana y del Caribe

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CONCLUSIONES Es una realidad palmaria el viraje de Nuestra América y el Caribe hacia una Integración Bolivariana en su concepción de solidaridad y cooperación con signos de hermandad verdadera, a contracorriente de las políticas intervencionistas de Estados Unidos y su corolario imperialista. En todo proceso histórico es necesaria la “chispa que encienda la pradera” como expresaba Mao. En Latinoamérica descuellan dos líderes en dos planos históricos distintos cronológicamente e iguales en el ideario de Integración: Simón Bolívar y Hugo Chávez. La Revolución Bolivariana vino a reivindicar el pensamiento integracionista bolivariano que coloca en el centro al pueblo en divergencia con la prioridad que asigna el modelo capitalista al comercio y sus instrumentos financieros. La historia política y social de América Latina y el Caribe tiene la impronta de la lucha del pueblo contra las pretensiones imperiales en connivencia con las clases políticas criollas y proconsulares. En ese contexto se inscribe el panamericanismo de la Doctrina Monroe, la Doctrina Truman, la Alianza para el Progreso, la Doctrina Betancourt, el ALCA, los TLC. Venezuela enarbola la bandera del ideario anfictiónico de Bolívar, el Congreso de Panamá, las ideas integracionistas constituidas en la Carta de Jamaica de conformar una unión de naciones desde el Río Bravo hasta Tierra del Fuego para establecer el “equilibrio del universo”. Para complementar Moncada afirma: El latinoamericanismo, la integración latinoamericana, es otra parte central de lo que significa bolivarianismo: la conciencia clarísima de que Venezuela sola es débil, pequeña y puede ser presa de los grandes poderes mundiales, pero que unida al resto de América Latina se convierte en un bloque de poder que puede ver a los ojos a los otros poderes. Eso es lo que Bolívar llamaba precisamente “el equilibrio del universo” frente a los grandes bloques de poder que él veía como los grandes imperios: el inglés, por ejemplo; o Estados Unidos, un imperio naciente; imperios enfermos como el español […]; él decía: “Si nosotros, que somos los herederos del

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imperio español, permanecemos separados, nos van a comer los otros imperios”; el único modo es que tengamos voz en el mundo, que colaboremos con el equilibrio del Universo, con una América Latina unida, fuerte, republicana y libre. El integracionismo latinoamericano, eso es Bolívar.10

Hugo Chávez con su reserva solitaria al Acta Constitutiva del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en la Cumbre de las Américas en Abril de 2001 en Quebec, Canadá, marcaba el eterno retorno al pensamiento bolivariano de integración latinoamericana y caribeña antagónico al panamericanismo Norteamericano. En 2005, en Mar de Plata, Hugo Chávez, en nombre de la Revolución Bolivariana, enterró al ALCA y con ello abre las alamedas para la nueva integración regional. Nacen ALBA, Unasur, Petrocaribe, Radio del Sur, Telesur, Celac. El Comandante Chávez, para completar su lucha por la redención de los pueblos, legó a la integración latinoamericana y futura las líneas cardinales de su mismo puño y letra condensadas en el Plan de la Patria para la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019 que en sus objetivos tercero y cuarto establecen la conformación de una zona de paz en Nuestra América en paralelo a una nueva geopolítica multicéntrica y pluripolar. Es la carta de navegación que proseguirá la Revolución Bolivariana en su papel de integrar un bloque de poder nuestroamericano y caribeño.

10 Moncada, S. (2004). Las Relaciones Internacionales de Venezuela, en Ediciones de la Presidencia de la República. Para comprender la Revolución Bolivariana. Caracas: Editorial Anauco, p. 118.

Integración Latinoamericana y del Caribe

La Integración Bolivariana de Latinoamérica y el Caribe como alternativa al panamericanismo Marcos Castillo

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Primer finalista

JULIO RAFAEL SILVA SÁNCHEZ (Segundo finalista del concurso) Ensayo: HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS: CAMPEÓN DE LA INTEGRACIÓN REGIONAL Biografía Tinaquillo, estado Cojedes, Venezuela, 1947. Magíster en Gerencia Educacional por la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Historiador, investigador, ensayista. Premio Nacional de Ensayos –Enriqueta Arvelo Larriva– Unellez (1988). Premio Nacional de Ensayos-Ipasme (1989). Premio Nacional de Ensayos Literarios-Conac (2005), Premio Nacional de Crónicas Literarias, Red de Escritores de Venezuela (2008). Premio Nacional de Ensayos Banco Central de Venezuela (2010). Premio Nacional de Literatura Rafael María Baralt / Mención Cuento (2013). Profesor de Postgrado en varias universidades nacionales. Su extenso currículo en cuanto a cursos y seminarios, aunado a su inmersión en los aspectos literarios, lo ha llevado, entre otras producciones, a elaborar diversas obras, dentro de las cuales destacan: Cortázar: Instrucciones para el Perseguidor; Desarrollo de actitudes, conductas y valores en adolescentes, a través de la manipulación que la televisión hace de la imagen arquetípica del héroe; El mundo de las cooperativas; Héroes y villanos, llaneros y llanura en las narraciones de José León Tapia.

S EG U N D O FIN A L I S

HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS: CAMPEÓN DE LA INTEGRACIÓN REGIONAL

JULIO R. SILVA S.

Estoy seguro de que habrá muchos hombres como Hugo Chávez, porque las ideas surgen de las realidades; sus ideas surgieron de las realidades que están viviendo, enraizadas en el pensamiento de los fundadores de la independencia de los países de América Latina. (Fidel Castro Ruz, La Habana, 1994) Una integración para liberarnos, una integración para ser libres, una integración para la dignidad. He allí el proyecto que hoy proponemos a los pueblos de este continente: integración para la vida. (Hugo Rafael Chávez Frías, La Habana, 2004) Hoy rendimos homenaje a un líder que fue trascendental, un líder que comprendió los tiempos históricos que vivíamos, que quiso continuar el camino histórico de Simón Bolívar, no solo en nuestra tierra natal; él quiso también fortalecer un proceso revolucionario que ha llevado grandes mejorasen el área social en todo el mundo. Él fue más allá de nuestras fronteras, consolidó la unión y la integración de América Latina y el Caribe, de África y de todos los pueblos y países del Sur. Y más que nada estamos rindiendo homenaje a un buen hombre, a un gran humanista: Hugo Rafael Chávez Frías. (Elías Jaua Milano, Homenaje en la ONU, 2013)

Prefacio: La Revolución Bolivariana y el Socialismo del siglo XXI En estos catorce años de Revolución Bolivariana, la lucha de clases se ha evidenciado con toda su crudeza. El bloque oligárquico-burgués encarna a la contrarrevolución pro imperialista que no da tregua a los cambios estructurales, ideológicos y culturales que ha emprendido el pueblo venezolano. Dos proyectos históricamente antagónicos pugnan por el poder en las particulares condiciones democráticas de nuestro país, marco en el cual la lucha político-social y la confrontación político-ideológica han sido las preponderantes, aunque la contrarrevolución burguesa ha intentado romper sus marcos a través de un frustrado golpe de Estado, del persistente sabotaje económico, de la conspiración y de la sedición. El camino a la Revolución Socialista es, en definitiva, el cumplimiento cabal de las tareas propuestas por los Padres Libertadores hace doscientos años y por los insurgentes de los siglos precedentes y de todos los tiempos, quienes impulsaron el proceso de emancipación en Venezuela y las luchas de liberación nacional que tendrán finalmente su expresión cenital con el acceso de Hugo Rafael Chávez Frías al poder. Esas luchas tienen su más remoto origen en los enfrentamientos impulsados por nuestros pueblos originarios desde el mismo día en el que el conquistador europeo posó su planta invasora en

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esta tierra de gracia y se prolongarían a lo largo de los siglos. Estas luchas y las ideas que las impulsaron encontrarán en el pensamiento y la acción de Hugo Rafael Chávez Frías el caldo de cultivo adecuado para conferirle al proceso de la Revolución Bolivariana el sustrato teórico y práctico que iría a definir y orientar los profundos cambios estructurales que se producirán en Venezuela a partir del año 1999; cuando las fuerzas revolucionarias acceden finalmente al poder, después de tantos años de lucha denodada contra los enemigos tradicionales del pueblo. En nuestros días, el Poder Popular Socialista, piedra angular y base del Nuevo Estado Comunal, enfrenta el desafío de hacerse pleno en un contexto extremadamente difícil. El pueblo, a través de sus instrumentos políticos y organizativos, está asumiendo cada vez más un mayor grado de protagonismo en esta batalla para consolidar y extender sus acciones fortaleciendo la institucionalidad constituyente, pero también es importante destacar la transición del modelo económico. De cómo avanzar en la socialización de los medios de producción, en cómo dar pasos efectivos hacia una economía productiva en la cual los trabajadores desempeñen el papel protagónico, no solo en su rol de fuerza de trabajo, sino en el control, en la gestión y administración de la producción. La innovación tecnológica, la capacitación permanente y ascendente de los trabajadores manuales e intelectuales deben ser elementos insoslayables de este proceso. Tal y como lo anota Víctor Álvarez en su obra Venezuela: ¿hacia dónde va el modelo productivo?: La Revolución Bolivariana ha hecho posible que Venezuela sea un país independiente en lo político y se plantea ahora ganar la batalla de la independencia económica para proclamar nuestra plena e íntegra soberanía. El Gobierno Bolivariano se ha planteado la construcción de un Nuevo Modelo Productivo que sirva de soporte material del nuevo sistema socioeconómico y que garantice la irreversibilidad de la Revolución.1

1 Álvarez, V. (2011). Venezuela: ¿hacia dónde va el modelo productivo? Barquisimeto: Editorial Horizonte, p. 15. 102

Segundo finalista

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Hoy los venezolanos vivimos en medio de un nuevo ciclo histórico de rebeldías libertarias, el cual, al igual que su antecesor originario, traspasa nuestras fronteras y se aloja en la profundidad del alma de Nuestra América. Es imprescindible entender nuestra propia historia como una continuidad con avances y retrocesos, con alzamientos y rebeliones derrotadas que vuelven a insurgir una vez repuestas las fuerzas y creadas las condiciones para nuevos combates. La historia de los de abajo forma parte de la identidad colectiva que nos congrega. Desde 1999 la Venezuela bolivariana avanza sostenidamente en el camino de la liberación nacional. Cada día somos más independientes, forjando por primera vez la soberanía nacional y popular como elementos indisolubles. La tan anhelada Unidad Nacional es ya un proceso irreversible que fortalece el proyecto histórico de la Revolución Bolivariana, indiscutiblemente liderado por su Comandante en Jefe Hugo Rafael Chávez Frías. Corren tiempos nuevos en Venezuela, en América Latina y el Caribe. Estamos inmersos en la época de la liberación definitiva de la región y ella se concreta y expresa en la Revolución Socialista del Siglo XXI. Revolución que reconoce antecedentes universales, regionales y locales, pero que debe inventarse a sí misma con la audaz creatividad que traen consigo los pueblos. Todo esto expresado en una causa común para todos los latinoamericanos que tienen un propósito ulterior y una meta compartida, como lo expresa la Declaración Conjunta, suscrita en La Habana, Cuba, el 14 de diciembre de 2004, por los Comandantes Fidel Castro Ruz y Hugo Rafael Chávez Frías, según la cual: Nuestro objetivo es transformar a las sociedades latinoamericanas haciéndolas más justas, cultas, participativas y solidarias, concebido como un proceso integral que asegure la eliminación de las desigualdades sociales y fomente la calidad de vida y una participación más efectiva de los pueblos en la conformación de su propio destino (Castro y Chávez, 2004: 8).

Ahora, cuando estamos transitando con pasos firmes la segunda década de este siglo, estamos construyendo en Venezuela un inédito, peculiar y original Integración Latinoamericana y del Caribe

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proceso de emancipación social de nuevo tipo, el cual llama poderosamente la atención en todo el mundo, muy especialmente en Latinoamérica. Este proceso tiene elementos particulares derivados de su situación específica y otros vinculados a la globalización. Se trata de un proceso de emancipación nacional, el cual, frente a la pretendida hegemonía del imperialismo norteamericano (que expresa políticamente el paradigma del neoliberalismo en el mundo y particularmente en Latinoamérica), sintetiza la tradición europea socialista y la tradición continentalista y popular bolivariana. Ya lo había expresado, con claridad y precisión, el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías (2003): Por las calles de Venezuela, por los caminos de América Latina, hemos podido constatar una irrefutable realidad: los pueblos de este subcontinente, oprimidos y dominados durante siglos, han entonado ahora nuevas voces de redención, de justicia y dignidad, y nada ni nadie podrá acallar esas voces (Chávez, 2003: 173).

LA INTEGRACIÓN REGIONAL: UN ANHELO Y UNA TAREA PERMANENTES A través del tiempo subyacen en el pensamiento y la acción del Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías los esfuerzos por lograr el fortalecimiento del proceso de integración latinoamericana en todos los ámbitos, fundamentalmente en la esfera económica. Integración que, al mismo tiempo, haga posible la cooperación con los países de menor desarrollo relativo de la región y permita aprovechar las ventajas que se desprenden de las economías de escala en grandes mercados, para acrecentar el poder de negociación frente a otros países de mayor dimensión económica. Sin embargo (y en esto fue siempre insistente el Comandante Supremo), hay que esforzarse también en la dimensión política, cultural y social del proceso de integración, puesto que la empresa integradora solo tendrá verdaderamente éxito si se reducen las condiciones centrífugas que han predominado –con honrosas excepciones– en el comportamiento de los Estados de la región.

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Sabemos que en la consolidación de este proceso integrador está el horizonte más brillante y el más grande objetivo político-estratégico para los hombres de la aventura latina en América. Nuestro Comandante Supremo nos instó –en múltiples y diversas ocasiones– a reiniciar el camino de la epopeya iniciado por los héroes primigenios, a restituir el sueño de Miranda, el mandato de Bolívar o la tarea truncada de Zamora: no dar descanso a nuestras inteligencias ni a nuestros brazos hasta no ver constituida y firme la Gran Confederación Latinoamericana, como lo diría en el recordado Juramento ante el Samán de Güere, en aquella luminosa tarde de diciembre del año 1983 (al lado de los otros capitanes Jesús Urdaneta Hernández y Felipe Antonio Acosta Carlez) y que luego se convertiría en texto del juramento de incorporación al Movimiento Bolivariano Revolucionario 200: Juro por el Dios de mis padres; juro por mi patria; juro por mi honor; que no daré tranquilidad a mi alma ni descanso a mi brazo hasta no ver rotas las cadenas que oprimen a mi pueblo por voluntad de los poderosos. Elección popular; tierras y hombres libres; horror a la oligarquía (Chávez, 1983: 2). En tal sentido, el Comandante Supremo estuvo siempre convencido de que la integración latinoamericana no era una empresa sencilla. Que era preciso acometer, con agudo sentido de la realidad y con apego riguroso a las normas de la eficiencia, la más grande empresa que se haya propuesto la humanidad en toda su historia. No bastará –insistía una y otra vez– el trabajo duro y sin descanso: es necesario recurrir a la virtud heroica que abunda oculta en el espíritu de los hombres de América Latina. Integración Latinoamericana y del Caribe

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Ideas de nuestro máximo líder que también están recogidas en el Documento Fundacional del MBR-200 (1983): El nacionalismo propugnado por el MBR-200 debe orientarse hacia una clara y coherente política interna, la cual se constituya luego en la base fundamental para una política internacional racional con miras a lograr una auténtica integración sub-regional y regional. Es decir, según esta visión geopolítica, no existen límites precisos entre el nacionalismo y el internacionalismo. Sencillamente, porque ambas son parte de una misma situación (Chávez, 1983: 7).

También denotamos la mirada visionaria del Comandante Supremo en relación con la integración latinoamericana como una política humanista y solidaria bajo el principio de reciprocidad, equidad y justicia social internacional, en su discurso “Primera vez que vengo físicamente, porque en sueños, a Cuba he venido muchas veces”, pronunciado en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, Cuba, el 14 de diciembre de 1994, en el cual afirmaba: Algún día esperamos venir a Cuba en condiciones de extender los brazos y en condiciones de mutuamente alimentarnos en un proyecto revolucionario latinoamericano, imbuidos, como estamos, desde siglos hace, en la idea de un continente hispanoamericano, latinoamericano y caribeño, integrado, como una sola nación que somos.2

Tal concepción de la integración latinoamericana como un imperativo ético y una necesidad estratégica, en búsqueda de una clara visión espacio-temporal en el proyecto histórico nacional y de un futuro digno para la construcción de más amplios espacios geopolíticos en Latinoamérica, está presente también en otro texto,3 donde expresa: 2 Chávez, en Elizalde y Báez, 2005: p. 110. 3 Una Revolución Democrática: La propuesta de Hugo Chávez para transformar a Venezuela. 1998, p. 26. 106

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Los esfuerzos de integración que se cumplen en América Latina contarán con nuestro firme apoyo, por cuanto es imprescindible que en el actual escenario mundial, los países con menor grado de desarrollo hagamos causa común. El ideal de integración bolivariana tiene en el mundo contemporáneo su máxima vigencia. Venezuela tiene una posición geoestratégica privilegiada como punto de encuentro entre el Pacto Andino, Mercosur y el Caricom, lo cual determina nuestra fortaleza como centro de una dinámica integradora y de complementación económica en el ámbito regional.

El pensamiento del Comandante Supremo, centrado en la búsqueda denodada del fortalecimiento de esta gran nación latinoamericana, una y fuerte, que estamos llamados a ser (y que somos en potencia, como ninguno de los pueblos de la Tierra), en procura de la afirmación de nuestra cultura y el rescate de la dignidad latinoamericana, está presente también en el espíritu de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en cuyo Título IV: Del Poder Público, Capítulo I: De las Disposiciones Fundamentales, Sección Primera: de las Disposiciones Generales, artículo 153, se consagra: La República promoverá y favorecerá la integración latinoamericana y caribeña, en aras de avanzar hacia la creación de una Comunidad de Naciones, defendiendo los intereses económicos, sociales, culturales, políticos y ambientales de la región. La República podrá suscribir tratados internacionales que conjuguen y coordinen esfuerzos para promover el desarrollo común de nuestras naciones, y que aseguren el bienestar de los pueblos y la seguridad colectiva de sus habitantes. Para estos fines, la República podrá atribuir a organizaciones supranacionales, mediante tratados, el ejercicio de las competencias necesarias para llevar a cabo estos procesos de integración. Dentro de las políticas de integración y unión con Latinoamérica y el Caribe, la República privilegiará relaciones con Iberoamérica, procurando que sea una política común de toda nuestra América Latina. Las normas que se

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adopten en el marco de los acuerdos de integración serán consideradas parte integrante del ordenamiento legal vigente y de aplicación directa y preferente a la legislación interna.

Posteriormente, con ocasión de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la Isla de Margarita en diciembre del año 2001, el Comandante Supremo trazaría los principios rectores de la verdadera integración latinoamericana y del Caribe, basada en la justicia, la equidad, el respeto y la solidaridad. Con tal objetivo se anunció públicamente la creación de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), sustentada en el pensamiento de Bolívar, Martí, Sucre, O´Higgins, San Martín, Hidalgo, Petión, Morazán, Sandino y tantos otros próceres latinoamericanos y caribeños que soñaron, a lo largo de las épocas y la geografía, en la Patria Grande de la América Latina. Es oportuno señalar también el discurso del Comandante Supremo “El proyecto de Bolívar y Martí ha vuelto para triunfar”, pronunciado el 14 de diciembre del año 2004, en acto donde recibiera la orden “Carlos Manuel de Céspedes”, celebrado en el Teatro Karl Marx, de La Habana, Cuba. Allí reiteraría (a diez años de su primera visita a la isla) el compromiso en la conformación de la ALBA: Tenemos que avanzar en la conformación de un verdadero y nuevo modelo de integración, al que nosotros hemos propuesto llamar ALBA, Alternativa Bolivariana para las Américas; un mecanismo de integración que se fundamenta en nuevos principios de solidaridad, de reciprocidad, de respeto a las asimetrías y las diferencias de nuestras economías, de nuestras sociedades, de respeto a la soberanía de nuestros pueblos; pero de integración plena a lo Bolívar, a lo Martí […] Una integración para liberarnos, una integración para ser libres, una integración para la dignidad. He allí el proyecto que hoy proponemos a los pueblos de este continente: integración para la vida.4

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Chávez, en Elizalde y Báez, 2005: p. 189.

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Tiempo después, en junio del año 2009, los Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros decidieron que la ALBA-TCP se denominara Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) en el entendido que el crecimiento y fortalecimiento político de la ALBA-TCP la constituye en una fuerza real y efectiva. La ALBA-TCP quedaría finalmente integrada por Cuba, Bolivia, Nicaragua, Bolivia, Dominica, Honduras, Ecuador, San Vicente y Las Granadinas, Antigua y Barbuda, Santa Lucía (último país en incorporarse, el 30 de julio de 2013) y, por supuesto, Venezuela. Recientemente, a partir del martes 30 de junio de 2013, se realizó en Guayaquil, la XII Cumbre de Presidentes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), con la participación de los mandatarios de Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, República Dominicana, San Vicente y Las Granadinas, Antigua, Barbuda y Ecuador como anfitrión. En esta Cumbre los mandatarios discutieron diversos temas de integración en los ámbitos económico, político y cultural. La vigencia del pensamiento y la acción del Comandante Supremo, Hugo Rafael Chávez Frías, fue destacada por el presidente ecuatoriano Rafael Correa5 durante su discurso, en donde recordó al Comandante Hugo Chávez por su espíritu libertario en procura de la unión de Latinoamérica y el Caribe: Para sostener el cambio de época y hacerle frente a los peligros internos y externos, es necesaria la unidad e integración. El imperativo moral para nuestros pueblos, para nuestros gobiernos, es vencer la pobreza. En tal sentido, es imprescindible resaltar el legado de unidad que nos dejó el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, quien hoy y aquí está más vivo que nunca. Figuras como la de Hugo Chávez es lo que necesitamos, liderazgos que representan la voluntad de los pueblos (Correa, 2013: 8). 5 Rafael Vicente Correa Delgado (Guayaquil, Provincia de Guayas, Ecuador, 6 de abril de 1963). Político y economista. Es el actual Presidente de la República del Ecuador desde su victoria en las elecciones presidenciales de 2006, y reelecto para el cargo en las elecciones de 2009 (año en que fue presidente pro tempore de la Unasur), y reelecto Presidente de Ecuador, por tercera vez, en las elecciones presidenciales de 2013. Gran amigo de nuestro líder eterno Hugo Chávez; ganándose con ello el cariño de Venezuela toda.

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APUNTES PARA UNA CONCLUSIÓN: EL LEGADO PERMANENTE DE UN LÍDER CARISMÁTICO Durante los últimos años este proceso se ha reconocido como un proyecto socialista en construcción. Ello significa un nuevo salto cualitativo, en la medida que reconoce en cuál tradición se inserta y además representa una abierta convocatoria a encontrar complicidades entre los trabajadores de todo el mundo. Ese reconocimiento ha venido acompañado de una llamada a redefinir un nuevo socialismo. Se ha iniciado un debate respecto: ӑӑ

de qué socialismo se trata y

ӑӑ

cómo se puede implantar en forma concreta dicho socialismo.

Y aunque todo está abierto, ya en la práctica hay un gran camino recorrido. En cierta forma todo está por construir en la teoría y en la práctica, pero el pueblo de Venezuela ya está definiendo un nuevo modelo que nos orienta sobre cómo puede ser el socialismo del siglo XXI, para dar forma a la determinación inobjetable e inapelable del Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías en su propuesta ideológica, revolucionaria, socialista, humanitaria, nacionalista y comunitaria dirigida a la transformación profunda del Estado burgués venezolano. Pero, entonces: ¿Estamos diciendo, acaso, que en Venezuela vivimos en socialismo? La respuesta es clara y precisa: No. Estamos en transición, estamos construyendo el socialismo, estamos en camino hacia el socialismo. Y ¿cuál es ese camino? Como bien lo dijo el Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, el primero de mayo del año 2005: [...] Ese camino se llama democracia revolucionaria. La que está en marcha en Venezuela, empujada por un pueblo en dinamización permanente, en movilización permanente, en estudio permanente, en discusión permanente, en debate permanente. Una transición que debe ser impulsada con mucha participación colectiva (Chávez, 2005: p. 10).

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En nuestros días, luego de la lamentable desaparición física del Comandante Supremo de la Revolución, los venezolanos hemos decidido, inspirados en el legado de su pensamiento y su acción, transitar el camino hacia la verdadera democracia participativa y protagónica: la democracia socialista. Hemos emprendido, con el ejemplo del ímpetu libertario de nuestros Padres Libertadores y de muchos otros ancestros insurrectos, la construcción de una nueva sociedad, en los inicios de esta época del final del capitalismo. Estamos labrando el cambio revolucionario, el salto profundo y urgente, el faro que orienta el trabajo diario, la utopía máxima, la cual necesita anclarse en lo real para que pueda hacerse concreta, para que pueda consumarse. Y en la búsqueda de esa utopía, el Comandante Supremo fue el gran conductor, el líder incuestionable. Tal vez por eso el escritor mejicano Luis Hernández Navarro ha dicho: Hugo Chávez fue un verdadero antiimperialista, antineoliberal, y comenzó a hacer el milagro de construir los cimientos de la utopía en un país que imaginariamente estaba más cerca de Miami que de La Habana. Llanero de pura cepa, fabulador incansable, Chávez soñó revivir el ideal socialista cuando muy pocos querían hablar de él. Y lo hizo, para no traicionar nunca su infancia de niño pobre de Sabaneta.6

Porque así fue (y lo seguirá siendo por los siglos de los siglos) Hugo Rafael Chávez Frías: un hombre sencillo, humilde, generoso, desprendido, a quien el poder nunca envaneció. En su alma y en su corazón de joven espigó tempranamente la idea de la Patria. Una Patria amasada por la libertad, el derecho, la justicia, la dignidad, la paz y el amor. Fue un hombre que siempre estuvo presente; erguido en medio de las dificultades, como un inmenso tambor batiente en el corazón de todos. Fue un hombre que se la jugó por su pueblo y por todos los pueblos de nuestra América. En cada rendija de la Patria estuvo atisbando el pecho acongojado y brillante de esperanza de cada venezolano. Allí siempre estuvo el Comandante Supremo, en el centro del río, ese río de profunda historia, repleto de arena blanca y roja y amarilla, 6

Luis Hernández Navarro, El niño pobre de Sabaneta, 2013, p. 25.

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de limo untuoso, de piedrecillas sonoras, de multicolores peces, de revuelta tempestad, de impetuosa corriente. Lejos de la orilla, en el remolino trémulo y amenazante, como faro piloto, luz y guía, impulso y timonel. Chávez, el líder político democrático más carismático de las últimas décadas. Chávez, el de la palabra clara, precisa y lapidaria. Porque su arma más poderosa fue la palabra, gracias a la cual logró esa indisoluble e imperecedera conexión con su pueblo, que se traduce en su mensaje educativo, ético y paradigmático. Parece oportuna, entonces, la acotación de Maryclén Stelling: Chávez pierde la batalla de la vida y gana una eternidad heroica […] Se va el guerrero de la dignidad, del amor y la libertad y su pueblo complementa la épica. Me dicen que ya lo vieron por el Arauca, rumbo al Meta. Huyendo del encierro de un mausoleo.7

Así queremos dejar, por ahora, a nuestro Comandante Supremo; erguido, desafiante, batiéndose contra los molinos de viento de la incomprensión y la superficialidad, inconforme con su obra y su entorno, enfrentándose con los grandes monstruos de la política tradicional, derribando ídolos, ridiculizando la gravedad de los moralistas profesionales, riéndose de los conceptos esclerosados y codificados, arremetiendo contra los falsos líderes, tronantes y pérfidos. Siempre en el corazón de su pueblo, quien lo seguirá amando por los siglos venideros. Porque, como lo señala su hija María Gabriela en su Carta (2013):

Tú seguirás palpitando en mi corazón, tú seguirás viviendo en mi alma, tú seguirás brillando en mis ojos, y seguirás viviendo en tu pueblo para siempre […] Nosotros cuidaremos tu Patria y defenderemos tu legado como tú nos enseñaste a hacerlo. Jamás te irás, porque en nuestras manos está tu llamarada, Hugo Chávez (María Gabriela Chávez, 2013: 2)

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Maryclén Stelling, Épica del guerrero, 2013, p. 59.

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Segundo finalista

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FUENTES DE INTERNET Castro R., F. y Chávez Frías Hugo Rafael (2004). Declaración Conjunta, disponible en: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2004/esp/d141204e. html. Última consulta: julio 19, 2013. Chávez, M. G. (2013) “Carta”, en Revista Venezuela, Caracas, año 2, número 4. Edición Especial, disponible en: colarebo. wordpress. Com / carta –de – maria – Gabriela - chavez-a -su-padre. Última consulta: agosto 15 de 2013. Correa, R. (2013). Discurso en Homenaje a Hugo Chávez en la Inauguración de la XII Cumbre Presidencial de la ALBA, disponible en: www.aporrea. org/internacionales /n/23366.html. Última consulta: septiembre 12 de 2013.

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MARIELIS DANIELA FUENTES RODRÍGUEZ (Tercera finalista en el concurso) Ensayo: LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE UNIDOS, UN HECHO QUE VIVE Biografía Oriunda del estado Carabobo en 1987. Profesora, escritora, artesana, licenciada en Educación, mención Lengua y Literatura por la Universidad de Carabobo. Actualmente pertenece al colectivo artístico radical Cachuchas de Kahlo, del cual es una de las fundadoras, en donde desarrolla actividades dedicadas a la promoción de la literatura y la lectura como herramienta de apertura del pensamiento, encaminando la conciencia colectiva hacia la consolidación del socialismo. Ha participado en dos oportunidades en la Filven, Carabobo. Fue finalista por el municipio Valencia en el Concurso Gran explosión Cultural Bicentenaria. Luchadora y activista por los derechos de las mujeres y la sexo-diversidad. Hoy día desempeña labores como facilitadora en la Escuela de Formación Socialista para la igualdad y equidad de género “Ana María Campos”, ente adscrito al Min-mujer en el estado Carabobo. Entre sus obras literarias encontramos dos poemarios: Extranjera de este mundo y La jaula; y un libro de cuentos inéditos: Mariqueras, entre otras cosas.

TERCER FINALI

STA

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MARIELIS D. FUENTES R.

La competencia Desde que nacemos, incluso antes de nacer, la competencia forma parte de nuestra manera de vivir: competimos en la escuela, en el trabajo, en la calle, al subir al metro por conseguir primero un puesto y sentarnos tres minutos, competimos para subir por las escaleras mecánicas, organizamos competencias de belleza. Así, nuestra vida es siempre una competencia, la mayoría de los casos desigual, impar, siniestra y depredadora. Sentimos la presencia de los otros y otras como una amenaza constante contra nuestra propia existencia y ante esta atacamos, según sea el caso, con las armas y herramientas de que dispongamos en dicho instante, olvidando lo esencial, la humanidad, la convivencia y sobre todo el amor y la paz. Hablar de competencia es menospreciarse a uno mismo. Muchas veces al competir con otro u otra dejamos de lado los elementos que existen en el distinto que también habitan en nosotros mismos y descartamos aquellas cosas que posee el otro o la otra que ayudarían a nuestra propia vida a fortalecerse. Hablo con esto de complemento, integración, unión, conjunto, brindar al otro u otra aquello de lo cual carece y a su vez recibir de aquel o aquella todo lo que a nuestro ser le falta, consiguiendo de esta manera un engranaje casi perfecto capaz de crear, producir, soñar, pensar, educar,

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con mucha más fuerza y mayor efectividad ante las hazañas que puedan devenir. La competencia es la madre de la guerra, cruenta y desgraciada guerra, la búsqueda desesperada de dominio y control del mundo sin respeto alguno de la diversidad de pensamientos, creencias, culturas, colores y gustos; y a su vez, la competencia es hija del individualismo y este consecuencia directa del sistema capitalista implantado en el mundo actual, sistema que padecemos todos y todas los habitantes de la Tierra. Sistema que se encuentra en declive total no siendo ya sustentable pues atenta contra la propia existencia humana. El humano actual se encuentra en una disyuntiva para la cual es él quien tiene la solución en sus manos, la encrucijada moderna propone dos caminos: 1. Seguir con el sistema nefasto y caótico cuyas bases son la competencia y la desigualdad, el acaparamiento y enriquecimiento de pocos por el empobrecimiento y la desdicha de muchos, la muerte de todos y todas, el caos ecológico, la extinción humana, o 2. Crear en conjunto, al unísono, la alternativa social cuyos valores sean la igualdad, el amor, la paz, la integración, el intercambio justo o trueque, la justicia y el complemento como forma de vida para trascender y lograr un mundo mejor y una verdadera humanidad, consolidar el socialismo y las bases de pensamiento para superar como hecho histórico al fin, este sistema inoculado en nosotros desde hace tanto. LA UNIÓN Y CAUSAS QUE NOS UNEN Si tan solo pudiéramos entender de verdad el lema que dicta que en la unión está la fuerza y bajo este concepto construir el mundo nuevo, nuestros destinos tomarían otro curso y el futuro se llenaría de color para las generaciones venideras.1 1 Resulta interesante, en cuanto al aspecto de la unión, recordar las sempiternas palabras de nuestro Comandante Hugo Chávez cuando, no perdía oportunidad para invitarnos a la unidad. Por ejemplo, sus palabras imperecederas que todos recordamos del 12 de diciembre de 2012: ¡unidad, lucha, batalla y victoria! 120

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América, cuna de grandes razas, desde los Pieles Rojas hasta los ancestrales Incas, Aztecas y Mayas, madres y padres nuestros, de naturaleza indómita, llena de recursos y magia, la que ayer era una, hoy yace divida y subdividida, en el norte los Estados Unidos (USA) y Canadá y en el centro y sur, toda la población latinoamericana y caribeña, pisoteada durante siglos por los imperios que valiéndose del saqueo, el ultraje y la muerte, han dejado grandes cicatrices y heridas en nuestras tierras sagradas. ӑӑ

Latinoamérica y el Caribe, unidos por la historia y por el tiempo, por los padecimientos y alegrías,

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unidos por la secuencia sonora y rítmica de nuestros pasos labriegos;

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unidos por las lágrimas de miles de indígenas violadas y masacradas por el imperio español;

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unidos por el crujir de barcos negreros, por los gritos de hombres y mujeres secuestrados y apartados de su familia y de su naturaleza, obligados a obedecer a un amo impuesto a la fuerza y a la mala;

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unidos por una historia que las clases dominantes quisieron negar y ocultar, siendo inútiles sus intentos, pues mientras más quieran sepultarla más renace ella como una flor a pleno día.

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Numerosas las similitudes de los pobladores de estas tierras, el bagaje cultural tendido al sol, muestra cuánto de hermanos tenemos, con multiplicidad de colores, cantos y creencias, pluralidad de pensamientos, pero unidos desde siempre.

El sistema capitalista ha puesto especial ahínco en desintegrarnos y desunirnos, romper el sueño de Bolívar de una Gran Colombia, quebrar nuestra cultura e implantarnos la ajena, llena de vicios y corrupción, absurda y ajena cultura del despilfarro, buscando siempre la manera de mantenernos dominados para explotarnos y conservar en sus manos el control de nuestras riquezas y mano de obra. Sabe bien el capitalismo que manteniéndonos distanciados somos Integración Latinoamericana y del Caribe

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vulnerables ante sus ataques haciendo propicio el terreno para la invasión, como también sabe el capitalismo que se ha quedado sin recursos y busca desesperado apropiarse de los nuestros por los medios que fueren. Geográficamente Estados Unidos posee la mitad del continente americano, por así decirlo, del cual se han ido apoderando al pasar de los años por medio de sus políticas invasivas y guerreristas. Llenos también de armas y de toda una maquinaria mediática más peligrosa incluso que las mismas armas atómicas y biológicas. Además, a través de esa maquinaria televisiva han implantado en muchos –durante décadas– una carga ideológica fatal, llena de antivalores que degeneran a la especie humana, adoctrinando a diario a miles de fieles inconscientes y ciegos. No hay descanso para la alienación yankee. Han logrado infundir hábitos y costumbres deplorables, como el consumismo, la superficialidad, el desinterés por el intelecto, la supremacía del dinero ante la vida humana, buscando con esto socavar en Latinoamérica, el Caribe y el mundo los valores idiosincrásicos de cada uno. Borrar la historia, desunir y alienar es la fórmula mágica para la dominación de un pueblo débil, aislado y empobrecido por las malas políticas y los malos gobiernos.2 Frente a esto la Unión Latinoamericana juega un rol decisivo a nivel mundial, pues siendo unas de las regiones con mayor cantidad de recursos naturales y poseyendo una cultura rica en fortaleza histórica contra la tiranía, está llamada a reivindicar a los pueblos del mundo y establecer la lucha frontal contra el sistema opresor capitalista e imperial transnacional que, aprovechando su poderío financiero, busca deslegitimar y desestabilizar a los gobiernos socialistas emergentes en la América. 2 Al respecto, veamos parte de las palabras de nuestro Presidente Hugo Chávez Frías, en su Discurso ante la FAO, en Roma-Italia, 16 de octubre de 2002, Día mundial de la alimentación: “…El ansia del consumismo y el modelo desarrollista ahora salpicado con el veneno del neoliberalismo ha destrozado bosques enteros en el planeta. En Venezuela hay algunos. Yo nací al sur de Venezuela a la orilla de grandes ríos y bosques y sabanas y vi cómo en la década de los 70 y de los 80 y la de los 90, grandes bosques que existieron hoy son prácticamente desiertos ¿ah?, porque allá llegó la visión del desarrollismo y la explotación de los recursos naturales, explotación irracional porque bien decía Mahatma Ghandi que la tierra tiene suficientes recursos para satisfacer las necesidades de todos. Pero también decía Ghandi ´que nunca tendrá la tierra suficientes recursos para satisfacer la codicia de unos cuantos´”. (información disponible en http://www. analitica. com/ bitblioteca / hchavez/ fao.asp). 122

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La integración latinoamericana y caribeña es así un factor de suma importancia para el desarrollo, fortalecimiento y afianzamiento de las políticas sociales que vayan en función del pueblo y para el pueblo, en donde el poder no se centre en las manos de algunos sino en las manos del pueblo mismo, como autolegislador y protagonista de su historia. Latinoamérica esta llamada también a romper con la cadena neocolonial impuesta desde el imperio, en donde por medio de la propiedad privada, el trabajo, la ganancia y las necesidades ficticias nos han llevado a la vida automática, la humanidad sin humanos, la guerra del hombre contra el hombre. Estamos llamados, pues, a romper con las cadenas de esta era, cadenas que han disfrazado de oficina e infiernos con aire acondicionado, esto, recordando las palabras del gran filósofo venezolano Ludovico Silva Michelena3, escritas en uno de sus ensayos más reveladores llamado Variaciones sobre el diablo. Claramente allí el autor nos muestra cómo el dinero se ha convertido en Dios, y los bancos en las grandes mecas de estos tiempos, a donde acudimos asiduamente todos los días. La integración es vital para la confirmación definitiva de las políticas sociales que vayan a favor del hombre y la mujer nueva. Esta unión fortalece varios aspectos tanto en el ámbito económico como vial, comercial, militar, cultural y educativo, entre otros. El sistema opresor capitalista nos ha enseñado a vernos como extranjeros los unos a los otros, como desconocidos; haciéndonos olvidar la sangre hermana que corre por nuestras venas.

La integración latinoamericana y caribeña rompería con ese paradigma absurdo, rompiendo a su vez con las fronteras entre nosotros y nosotras, y estableciendo lazos de comunicación más fuertes que nos permitirían a su vez crecer y desarrollarnos con mayor plenitud para enfrentar al enemigo común, el capitalismo. 3 Luis José Silva Michelena (Caracas, 16 de febrero de 1937 - ídem, 4 de diciembre de 1988), conocido como Ludovico Silva. Escritor, ensayista, filósofo y poeta venezolano, estudioso de Marx, considerado como uno de los más importantes intelectuales venezolanos del siglo XX. Ludovico Silva representa para Venezuela lo que José Carlos Mariátegui para el Perú, probablemente el autor marxista más respetado y que más contribuyó con el desarrollo teórico del marxismo en los años 60 y 70 en ese país.

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CARACTERÍSTICAS VENTAJOSAS DE LA INTEGRACIÓN DE LATINOAMÉRICA Y EL CARIBE Son numerosos los aspectos ventajosos que podemos dilucidar de la unificación entre Latinoamérica y el Caribe. Mencionaré aquellos que a mi parecer son de mayor importancia e intentaré retratar cuál sería el escenario frente a la unificación de nuestros pueblos. Factor comunicacional Podríamos comenzar hablando del auge y crecimiento comunicacional que representaría la unión de Latinoamérica y del Caribe, frente al bombardeo mediático interno y externo de nuestras naciones. A este respecto, la creación de medios de comunicación alternativos sería fundamental para la protección y resguardo de la soberanía en materia de información. Creación de nuevas formas de hacer la televisión, con contenido social, hecho por y para los pueblos, sistemas de radio, Web, telefonía de mayor alcance, ayudando a fortalecer a aquellos países que aún se encuentren en desventaja en este aspecto. Romper el cerco mediático4 es indispensable para el despertar de los pueblos, decir lo que otros no quieren escuchar, educar a la población a través de los variados medios audiovisuales existentes y darle así a la tecnología un uso más humano y menos alienante, buscando con esto impulsar la revolución comunicacional hecha por hombres y mujeres nuevas para el fortalecimiento de los nuevos valores socialistas y realmente humanos. 4 El 18 de septiembre del 2009, la entonces ministra del Poder Popular para la Comunicación y la Información, Blanca Eekhout (hoy, 2014, Vicepresidenta de la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, durante el I Encuentro Latinoamericano de Contrainformación y Comunicación Popular, que se efectuó en el auditorio de la estación del Metro La Hoyada, en Caracas, resaltó: “Una de las batallas más importantes que libra en Venezuela y el resto de los países del continente es la de las ideas, que forma parte de la artillería del pensamiento, que se debe librar desde el pueblo y con el pueblo y los medios alternativos, comunitarios, desde todos los espacios para romper el cerco mediático y la mentira... al destruir esa dictadura mediática se podrá construir una verdadera democracia comunicacional y se podrá exigir el derecho ineludible e irrenunciable de comunicarnos, porque la comunicación nos determina como seres humanos y solo podemos vivir en sociedad cuando nos comunicamos, y porque todo el modelo de la dictadura mediática está impidiendo la vida en sociedad y lo único que motiva a este modelo es el consumo y la guerra, despertar el odio entre los seres humanos e impedir el diálogo plural, diverso, entre todos; busca silenciarnos y negarnos e impedir que nos comuniquemos” (información disponible en http://www. radiomundial. com. ve/node/151068). 124

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La creación de vías comunicacionales tecnológicas, informativas, marítimas, terrestres y aéreas, incentivaría el flujo de información, proporcionando los medios para el intercambio cultural y educativo al alcance de todos y todas. Se crearían así las condiciones para tener mejores sistemas de ayuda y contingencia ante casos difíciles como terremotos u otros desastres naturales o situaciones cuales fueren, que ameriten el apoyo de los integrantes del frente integracional latinoamericano y caribeño, estableciendo las vías de acceso para la vigilancia y resguardo de las naciones. De esta manera también se impulsarían, a través de estrategias pautadas entre todos los miembros, formas que contribuyan a la desaparición de las distintas mafias que circulan en las fronteras en lo referente a distintos temas, entre ellos el tráfico de combustible, que tanto está afectando a Venezuela y Colombia. Por medio de la unión pueden crearse las circunstancias para establecer convenios que beneficien a las naciones que se vean afectadas por casos como estos, creando acuerdos que erradiquen dichas mafias. Visto de esta manera, nuestra Latinoamérica y el Caribe sin fronteras permitiría la creación de sistemas ferroviarios capaces de conectar de punta a punta la región. Este pensamiento es uno de los sueños del comandante Hugo Rafael Chávez Frías, poder recorrer América Latina en tren por medio de una vía de acceso que conecte a todos los países que conformen este frente de unión5, facilitando con esto el trasporte de mercancías de un país a otro de la región, fomentando el turismo ecológico, consciente y autónomo, que no dependa de transnacionales para su desarrollo y propagación; por ello su empeño en la construcción del gran sistema ferroviario venezolano. Otros puntos que se verían fortalecidos con la creación de una vía de acceso terrestre que unifique la América latina y el Caribe serían la educación y los intercambios estudiantiles. Permitiría un viaje menos costoso, que no requiriese de tantos requisitos, como pasaporte y otras trabas por las cuales 5 El presidente de la República, Hugo Chávez, en Consejo de Ministros manifiestó su interés de realizar un convenio ferrocarrilero con la República de Argentina que cubra la ruta Caracas-Buenos Aires en los próximos años, y de esta manera fortalecer la soberanía tecnológica de ambas naciones. Venezuela se encuentra en plena construcción de mil 74 kilómetros de vías férreas en todo el territorio nacional desde el eje norte- llanero hasta el norte-costero (información disponible en http://www.telesurtv. net/articulos/ 2012/03/21/ chavez- propone-construir-un-ferrocarril-con-ruta-caracas-buenos-aires).

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se debe pasar a la hora de viajar a otro país, acrecentando a su vez la unión e intercambio entre culturas para que así podamos conocernos mucho más, reforzando los lazos que nos unen desde antaño. Sería mucho más fácil, por ejemplo, ir a cursar estudios a cualquier país latinoamericano o caribeño estando conformados en este frente unido. En lo educativo En materia de intercambios estudiantiles, Venezuela y Cuba ya han dado algunos pasos al respecto (mediante misiones como Robinson) impulsadas por el líder de la revolución bolivariana Hugo Chávez en conjunto con el comandante Fidel Castro. Muchos han sido los estudiantes que han podido viajar a la Habana y viceversa, fomentando el desarrollo estudiantil y cultural en ambos países. En lo económico El aspecto económico se fortalecería, habría una expansión de los mercados por medio de la unión, aspecto que ya hemos visto representado en los acuerdos binacionales que mantiene actualmente nuestro país con otras naciones pertenecientes a la Celac, Mercosur, Unasur, ALBA y otras fuera del continente americano. Instituciones mediante las cuales se establecen acuerdos en distintos ámbitos, ya sean tecnológico-científicos, industriales, energéticos, económicos, sociales y culturales, con el fin de reforzar el crecimiento en cada una de esas áreas, aprovechando los intercambios justos entre una nación y otra. Es así como las grandes misiones Barrio Adentro, Vivienda Venezuela o Agro Venezuela se han fortalecido gracias a estos acuerdos binacionales. Con la unión latinoamericana y de los pueblos del Caribe, los acuerdos podrían hacerse con mayor amplitud, beneficiando con todo esto al protagonista y gestor principal de esta lucha, el pueblo, brindando mayores oportunidades de financiamiento y entrega de maquinarias a los campesinos para labrar la tierra, entrega de conocimiento científico-tecnológico para la creación de mejores técnicas que beneficien el aprovechamiento de sus cultivos, planificación y construcción de viviendas para los más necesitados, llevar alimentos libres de tóxicos, fomentando la nutrición sana, autóctona y soberana. En cuanto al sistema monetario (el sucre) Los acuerdos, intercambios y trueques serían un punto central para la abolición del sistema monetario actual, buscando la manera de crear otras formas de pago que no dependan en sí de la moneda, sino de la ayuda y

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cooperación mutua, poniendo en práctica aquel pensamiento marxista que propone que: “Dé cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades”6 y echando por tierra la tesis del capitalismo. En este punto la creación de una moneda única e independiente del dólar, es primordial para las relaciones económicas entre los pertenecientes al frente unido latinoamericano y caribeño. La propuesta de la creación del sucre es en esencia el principio para el derrocamiento de la hegemonía económica imperial. Lucha contra el monopolio y contra la comida chatarra En lo económico también se hace indispensable luchar contra el monopolio de las transnacionales capitalistas con respecto a los productos que estas ofertan y manejan a su conveniencia, en su mayoría alimentos y servicios de primera necesidad, por medio de los cuales esclavizan al pueblo y lo someten a comprar la porquería que ellos quieran ofrecer, productos estos que llenan el estómago pero no nutren al individuo, perjudicando el desarrollo de los jóvenes y las jóvenes, niños y niñas, mujeres y hombres, quienes se ven gravemente afectados tanto en lo económico por el alto costo y especulación en muchos de ellos, como en su salud. En consecuencia, es común observar en la sociedad de consumo en la que vivimos, altos índices de obesidad, diabetes, hipertensión, trastornos ocasionados por las malas costumbres alimenticias implantadas por el capitalismo. Por medio de su comida rápida y chatarra, ha degenerado nuestra salud tanto física como mental, haciéndonos vivir la pesadilla más grande de la sociedad actual, el cáncer. Ahora bien, rompiendo con los monopolios de mercados que imperan en nuestra región se crearían los escenarios indispensables para la creación de productos alimenticios de alta calidad, que proporcionen a nuestros hermanos y hermanas, alimentos de primera satisfaciendo sus necesidades de nutrición, libres de transgénicos o sustancias nocivas para nuestro sistema corporal. Con ello también se abre la puerta de exportación de estos productos al mundo, incrementando nuestros horizontes de intercambio, sin olvidar la prima de la justicia social y sin dejar que el dinero se sobreponga al bienestar de los pueblos. 6

Crítica al Programa de Gotha.

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Resguardo a la soberanía (democracia) y a los derechos humanos En otro sentido, la unificación de los pueblos hermanos de Latinoamérica y el Caribe permitiría un mayor resguardo de nuestras naciones con respecto a la protección de su soberanía y derechos humanos, no siendo indispensables organizaciones extranjeras para la resolución de asuntos internos. Por medio de nuestras propias organizaciones autónomas e independientes serían solucionados aquellos inconvenientes que se puedan presentar, como hasta ahora se ha venido ejecutando por medio de Unasur, por ejemplo, evitando así el intervencionismo yankee y su intromisión en asuntos que no son de su incumbencia, con mayor prontitud y efectividad pues como bien es sabido muchas de la organizaciones extranjeras que se encargan de “defender” a los pueblos, muchas son las veces que les han dado la espalda y se han colocado a favor de los intereses de los poderosos y el capital. Así, lograríamos la consolidación de la democracia en los diferentes países que nos componen y mayor resguardo de la misma, recordando siempre que el poder es del pueblo y para el pueblo y que nunca debe ser al contrario, evitando caer en el burocratismo y la corrupción de otrora para, de esta manera, crear la buena política que permita el nacimiento de una nueva humanidad, libre, independiente y consciente de su rol en la naturaleza y en el Universo, que no será ya un rol depredador sino más bien de convivencia recíproca entre todos los seres que coexistan en el planeta. Por medio de este frente unido se establecerían, de igual manera, los cercos de control necesarios contra el espionaje internacional, que ya ha afectado a varios países latinoamericanos, casos que han sido revelados al mundo recientemente por un exagente de la CIA, el muy mencionado Eduard Snowden. En materia de desarrollo energético En este rubro también habría fortalecimiento por medio de esta muy necesaria y emergente Unión Latinoamericana y del Caribe. A través de las relaciones y acuerdos se beneficiarían millones de pobladores, sobre todos los de las zonas más inhóspitas, para cubrir las necesidades que se presenten en aquellos países con un desarrollo energético bajo, manteniendo los criterios de cooperación e intercambio. En cultura Ante el panorama anterior, planteado desde una perspectiva ventajosa, existe también un factor que se vería enriquecido y fortalecido, la cultura.

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Una de las mayores riquezas que poseemos se encuentra bajo las minas de nuestro pecho. Latinoamérica y el Caribe son tierras llenas de tradiciones y costumbres; músicas, bailes, letras, pinturas, esculturas, expresiones, sentires, en sí el arte en pleno de estos parajes está siempre lleno de majestuosidad ancestral, somos los herederos del realismo mágico, del cacao y del café, del tambor y el melado, por nuestras venas corre un conglomerado de sangres; la indígena, la afrodescendiente, la blanca, desde el hombre de la mar hasta el hombre de los glaciales páramos; llevan en su ser afluencias de conocimientos que renacen en la piel del día a día, bajo la lluvia inclemente o el sol titánico. El arte como arma, como defensa ante el ataque psicológico-mediático, explosiones culturales como minas repartidas por el mundo –basta ver una pared de cualquier ciudad de nuestras tierras para darse cuenta de esto–, así hablan diariamente los pueblos emergentes buscando la emancipación ante la opresión neocolonial. Se exige cada segundo la consolidación del socialismo, se canta a gañote suelto, se danza a vena cortada.

Nuevas formas de arte recorren las arterias jóvenes de la América latina y el Caribe. Unificados, los frentes culturales seríamos el motor que dé apertura a la conciencia nueva, a la conciencia ecológica y verdaderamente humana. El artista, ya no visto como una esfinge de yeso colgando inerte, sino más bien como un ente activo de los procesos de cambio y principal educador y promotor de la abolición de antiguos paradigmas, el artista obrero, campesino, joven, sexodiverso, formaría círculos propicios para el despertar de la conciencia por medio del arte, como bien lo decía a este propósito Ludovico Silva: El verdadero arte consiste siempre en la creación de formas nuevas, que amplían el horizonte psicológico y cultural de los hombres y los pueblos. Una revolución social necesita de este ingrediente fundamental para poder realizar la transformación de las conciencias, necesaria para la aceptación del nuevo orden y el nuevo estilo vital.

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Con una perspectiva así planteada, la unificación de América Latina y el Caribe puede considerarse positiva y urgentemente necesaria para la consolidación del socialismo mundial tal como lo plantea el mismo Marx y para el desarrollo y emancipación total de los pueblos del Caribe y Latinoamérica. No será posible el socialismo sin la unión de todos los pueblos. Ver factores negativos es rehusarse al futuro; no se debe caer en la utopía de pensar que todo será sencillo y sin inconvenientes. Los cambios duelen y son producto del tiempo, el trabajo y el esfuerzo sin decaer, constante y diario. La unión vale todo riesgo, para consolidarnos realmente libres, realmente soberanos ante todos aquellos que piensen siquiera quebrantar nuestra patria toda.

Hay un enemigo común, el capitalismo, hacerlo sucumbir debe ser parte de los objetivos de esta unión. Ese capitalismo que cobra cuerpo, apellidos y nombres en los centros gubernamentales y de espionaje transnacional de los Estados Unidos. Bien lo dijo una vez nuestro Libertador Bolívar: Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la Libertad […]. No se equivocaba y, no es frente al pueblo de Estados Unidos contra quién me pronuncio, no contra el pueblo pobre y víctima, sino contra ese gobierno nefasto e imperial, que pretende que Latinoamérica y el Caribe seamos su patio trasero; contra esos que nos ven a todos y todas como marionetas al pie de sus intereses bancarios, aquellos que desprecian la vida humana por encima del dinero, contra aquellos es que dirijo la flecha de mis acusaciones. Venezuela ha dado la apertura para esta unión, el Comandante Hugo Chávez inició el camino sin regreso hacia el cumplimiento del sueño de Bolívar y junto a él muchos mandatarios han estrechado ya sus lazos, como hermanos, como camaradas. Cruzar el bosque de banderas en el patio del

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Cuartel de la Montaña7, desde donde vigila eterno el comandante de esta lucha, pacífica pero armada, hace sentir que la unión latinoamericana y caribeña no es un futuro por venir, sino un presente que ya comenzó. Estamos unidos hoy más que nunca, enarbolando la espada de Bolívar y su visión de integración, para acabar de una vez con el despotismo y la tiranía de aquellos que se creen dueños del mundo y de la vida. La unión latinoamericana y caribeña empezó hace mucho en la cabeza de ese hombre a caballo, es momento ahora de consolidarla y hacerla irreversible.

7 El Cuartel de la Montaña era el antiguo Museo Histórico Militar. Es una hermosísima edificación localizada en el sector de La Planicie en la parroquia 23 de Enero del Municipio Libertador en el Distrito Capital, al centro norte de Venezuela y al oeste de la ciudad de Caracas. Se trata de una estructura completada entre 1904 y 1906 entre los gobiernos de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, funcionó como sede del Museo Histórico Militar desde 1981, en donde exhiben objetos de gran valor histórico, y como mausoleo al expresidente eterno e invicto venezolano Hugo Chávez desde 2013.

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BIBLIOGRAFÍA Y OTRAS FUENTES UTILIZADAS Constitución de la República Bolivariana de Venezuela Carlos Marx, Crítica al Programa de Gotha, 1875. Publicado en la revista Neue Zeit, núm. 18, t. I. http://www. analitica. com/ bitblioteca / hchavez/ fao.asp http://www. radiomundial. com.ve/node/151068 http://www.telesurtv. net/articulos/ 2012/03/21/ chavez- propone-construir-un-ferrocarril-con-ruta-caracas-buen

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Notas

Este primer número de la colección Ensayo Crítico Willian Lara, editado y publicado por la Fundación Fondo Editorial de la Asamblea Nacional “Willian Lara” se terminó de imprimir en el mes de abril de 2014, en los talleres de Fundación Imprenta de la Cultura. Caracas, Venezuela. Con un tiraje de 3.000 ejemplares