NÚMERO 1 * DICIEMBRE * 2011
Portadilla
Mujer extraña obra del pintor cubano JosEvelio Rodríguez-Abreu
La mitad de una de mis tintas es dibujo la otra mitad es un sueño. JosEvelio Rodríguez
http://www.josevelioart.com/
Verbo(des)nudo Aテ前 1 No. 1 Santiago de Chile Diciembre/ 2011 ツゥ Todos los derechos reservados. ISSN 0719-1626
ツゥEditorial Verbodesnudo
Aguas Claras 1571, La Reina, Santiago de Chile. Email: revistaverbodesnudo@gmail.com
Editorial
La génesis de nuestro VERBO(DES)NUDO se incuba en la virtualidad.
Una gestación que
comienza a producirse más allá de nosotros mismos en el misterio azaroso de la blogósfera, cuando -sin conocernos los unos a los otros- cada cual funda su propio territorio virtual y sitúa la propia palabra en busca de los demás. Y en ese extenso, diverso y planetario suelo virtual nos encontramos, moradores de un mismo país y de una misma ciudad.
Pasamos entonces de la virtualidad real de la vida bloguera al contacto en carne y hueso: momentos compartidos, enriquecedora conversación, intereses comunes, abrazo fraternal. Individuales historias dan forma y contenido a este Colectivo; verbos que convergen en la desnudez de la creación, preciosos nudos que nos atan a la vocación escritural, ataduras que se desatan para creer fervientemente en el trabajo mancomunado y en la hermandad.
Es así como este hallazgo y este encuentro que a partir de nuestros blogs se materializa ahora en el primer número de VERBO(DES)NUDO, tiene su fundamento primero en querer replicar y amplificar el anhelo que nos une: entregar y recibir a través de la palabra creativa, cordón umbilical que nos conduce a nuestro origen y a nuestra sagrada existencia como especie.
El colectivo
Margarita Ávila Landerer (Scarlet)
HE MUERTO MUCHAS VECES
He muerto yo muchas veces resucitando en letargo, despierto porque me niego a permanecer callando. He muerto cuando he comprobado, que el sol no sale en todos lados solo sale para algunos, para otros, siempre nublado. También morí cuando el hambre, hacía en los niños estrago, y sin tener culpa alguna, padecían de maltrato. He muerto ante la injusticia, que se ensaña, sin reparo, egoísmo sin medida, ¿los valores?, ¡al carajo! Políticos y dictadores, tomándose de la mano, mientras el pueblo padece. los rigores, de aguantarlos. Por eso he resucitado, no moriré sin gritarlo.
http://bordandosuenhos.blogspot.com/
Margarita Ávila Landerer (Scarlet)
Y... Y mi caricia la brisa que jugó con tus cabellos, y mis manos fueron alas que volaron por tu cielo. y mi risa, melodía, con acordes muy secretos.
Mi pasión, ardientes brazas que encendieron tu deseo, y mi boca ,fue la fuente, de aquellos mágicos besos que sin pudor ni censura se paseaban por tu cuerpo.
Y fue mi amor el remanso que mitigó tu tormento, y mi seno, la ternura, que acunó tu antiguo miedo. Y es por eso que no hay duda que me quieres y te quiero
Eva Magallanes
Metástasis
Podría vaciarte toda por el tajo que me abre y desnucarte en mi frente, robarte todas las ganas, esas que cuelgan de tu labio en racimo y de tus ojos extremadamente en ansias podría prenderte de soles en mi cama hasta la temperatura letal para la carne, disecar tu cuerpo y ponerlo entre mis sábanas como en un libro de doradas tapas, borrar tu cara y dejar, mi señal como tus únicos rasgos o desfallecer de tanto tocarte en mis palmas, o morderte los talones para emponzoñarme ¿Cuándo enquistaste la célula y comenzó la metástasis? Mi osamenta te guarda te he traído a cuestas como a una mancha congénita, tengo tu tiempo en mis genes, tu gesto en las membranas, te pusieron en el semen de mi padre y es mi tajo el que arma, tu silueta incubada en mi órgano ramificada en los ganglios, metida en el entrecejo, disimulada en la sangre.
EVA MAGALLANES
Impedimento
Nada tiene que ver el brillo lunar de tu mirada con la luna moribunda de mi pena. Nada tu respiraciĂłn con la ausencia funesta de mi alma. Nada y sin embargo perviven tus restos sobre mi lecho partido y yo quisiera taponaras mis grandes orificios. Pero nada puede tu saliva curandera con mi herida que no sana. Nada con la lamida angular que yo reclamo, con la lengua pascual que necesito y que se bate en retirada, indiferente, ignorante de mi queja. DesearĂa desmentir lo dicho y beber la leche de tus auroras, despertar maga para coser un talismĂĄn en la esquina de tu falda, se derrumbaran iglesias y sonaran campanas; pero nada puede mi beso en tu beso lavado por el cielo, nada el descalzo abrazo que nos damos; nada la palabra que ventilo, contigo. Y yo quisiera.
EVA MAGALLANES
Motel Celeste
Mientras, unos cuerpos se siniestran en un motel celeste del centro. Es rápido el amor como las llamas con viento sur. Como los yets, como las autopistas. La ciudad muele sus escombros y los amantes reparten sus restos -un pedazo de tu beso en el vértice mío-, tus frases juramentadas ardiendo tus frases mías; mi dedo calcinado en tu pliegue más pequeño. Es rápido el amor de los amantes en un motel celeste del centro.
Mientras Viajas
Domingo naciente. La mañana se vislumbra, recuerdo que el canto de los pájaros se oye al amanecer y te veo como al principio, en esa esquina, con esa esperanza intacta. Todo puede ser tan vano, todo tan sublime. Pudo haber sido un nimio indicio, un detalle urbano, una noche difuminada hasta el olvido. Pero te quedaste y esa simple esquina dejó de serlo para siempre. Antes de quedarte te quedaste y alojaste en mí como un ser alado.
Mafalda migliaro
Leyenda
Escuché de ti, de tu leyenda,
en una noche estrellada del Norte, al calor de un fogón.
Supe de ustedes, niños especiales, elegidos para el sacrificio que aplacaría la ira del espíritu que habitaba en el volcán. Me contaron que vosotros eran tres, pero tú, la única niña. Me contaron de vuestro andar lejano por el camino del inca con destino al volcán Licancabur, con vuestras madres caminando a distancia, cuidando vuestras vidas.
De ti, me contaron, que una vez elegida, tu madre sólo te llamaba panilicau (hija) y no por tu nombre, quizás para acostumbrarse a tu pérdida. Y te cuidaba, te abrigaba con la mantita tejida y alisaba tu largo cabello, impidiendo que el polvo del camino o una brizna de coirón lo enredara. Supe, porque me lo contaron en esa noche junto al fogón, que al llegar delante a tu destino quisiste hacer un regalo al volcán dormido situado al lado del Licancabur, y cortando tus sedosos cabellos hiciste una delicada trenza larga y subiste a la ladera derecha del volcán dormido y dejaste el regalo formando un perfecto círculo. Luego, bajando presurosa, tomaste la mano de tus compañeritos de viaje, besaste a tu madre, y subieron decididos hacia el sacrificio, para calmar la ira del espíritu del volcán activo. Me contaron también que tu madre lloraba en su regreso por el camino del inca, llamándote “mi panilicau, mi panilicau” Dice la leyenda que tu cabello fue cambiando de color como habría cambiado si hubieras crecido con él, y aún hoy lo podemos ver, blanco, perfecto círculo, en la ladera del volcán aún dormido, el que tranquilo y orgulloso muestra tu regalo.
Volcรกn Licancabur, San Pedro de Atacama, frontera entre Chile y Bolivia
Mafalda migliaro
De instantes y colores
Dos miradas y me adentro en tus ojos y mi mundo seguro gira al revĂŠs. Me arriesgo, camino a tu encuentro. Mas, una voz disonante rompe el encanto y en un instante todo se esfuma entre el rumor de la tarde. Vuelvo a mis hojas en mĂşltiples tonos y dibujo palabras.
Intentos III El amanecer nos regresa a este dulce frenesĂ
http://migli2007.wordpress.com/
Anouna Fabio
El alba
El alba es un presagio, toda esa luz penetrando sin ventanas, escurridiza se adentra...La huelo. Estamos en el iceberg, flotamos dulcemente sobre los espinos y aún así vamos curiosos en un vuelo seguro. No tengo temor al agua, al calor, al peso fuerte que viene de frente, más bien me dejo llevar. No es una hora más, no forma parte de las otras mañanas, es el aroma por conocer que he saboreado desde antes, y por el cual me quemo gloriosa.
Sobre la punta de una estrella que ya se difuma por el amanecer, dibujamos la curva de una ola; Sonido que se vuelca hacia y desde las bocas. No tengo más que cansancio renovado y la iluminada forma que observo por la rendija de tu aurora, intuida sobre la noche.
Anouna Fabio
OBLACIÓN
Hincarme ante el altar encender el cirio y en devota plegaria entregarme oración y palabra y verso abrir el cielo
Bendíceme…
con agua purificada en fuego me sostendré a las columnas comeré del pan el maná lloverá en mi frente
Sáciame…
rebosa mi copa ofrendo holocausto la miel y la paloma y la flor de lis crucificada a tu madero ahora y en la hora de mi goce
Amén
Si el sol comprendiera que su luz no me daĂąa, se quedarĂa conmigo toda la noche. Anouna Fabio
ginoGinoris
Papel en blanco
Aún admiro el blanco ofensivo de la página su candor de siniestra mercenaria, recta y distante a las contemplaciones como la memoria y su desquite. Dije admiro, entiéndase que temo, la arrogancia con que se deja seducir por la palabra. A veces no ayuda tanta irritación pero las más, desnudo su egoísmo, nos conquista. Por eso despliego mi venganza en las mañanas y le miento.
http://argoultimoviaje.blogspot.com/
GinoGinoris
Primer discurso ante el espejo
Voy de fundar mi dictadura de sueños convoco para ello a los negados al loco que esgrime el viento en sus harapos al que perdona los miedos con el miedo a salirse del cauce. Cavaré una trinchera de palabras en la acera infinita donde pastan los versos, aceptaré de una vez que soy de piedra espiga sexuada en mitad de la noche. Pájaros azules aletean ya como protesta a mis designios no me importa seré el ojo detrás de los cañones, el asesino de pequeñas plegarias dueño del pan y los aplausos, manadas de indefensas definirán sus marchas en el límite perverso de mi roca. Con mi sable de azulísima palabra compondré los signos que un día serán mi descendencia. Las inconformes que esperen detrás de cada puerta. Total seré quien manda.
GinoGinoris
Angelus domini
Voz que esgrime la inconsistencia del perd贸n. Enjuiciamiento que muerde las lib茅lulas. Je ne suis pas le mauvais.
Legado del Dictador La palpable mudez frente a los miedos.
Carmen Troncoso
En un pa铆s de ESOS
Llenos de orgullo los iconoclastas proclamaron parte de la verdad, en este prodigio del reparto todos creyeron poseerla, solo los traidores se consolaron abrazando banderas fundamentalistas. Lo que sigue es historia. Cadenas y grilletes brillando en un camino interminable, sin conmiseraci贸n, sin juicio, prestan u otorgan servicio al que cree en la libertad.
Carmen Troncoso
NARANJAS
Tengo un cajón de naranjas, naranjas de sangre, naranjas muy buenas, naranjitas chinas en primavera. De tu sabor yo haría mil cosas, pulpa perfumada, naranjas clementinas rodaría el mundo, vestiría el día, naranjas espinosas, naranja zajarí. Precisas comerlas para tu alegría, mil gajos perfectos en tu boca ardiente, no mientas ni digas que esta boca es mía. El vinculo tibio que sana mi alma, pequeña mandarina, donde quedo, el jugo de mieles que ayer se olvidó. Naranjita dulce, te quiero mentir no estás en mi vida prefiero morir.
Carmen Troncoso
Sueño Salado La región abre su boca de sal, de sus comisuras fantasmas, sin memoria los recuerdos intentan su camino. Toma agua sol, toma agua parado. Hay más de dos en mi vaso, tú no quieres beber el agua y en esta pugna sin ensayo, sucumbiremos los dos a mi sed. Hay una voz que repta en mis oídos, estas borrando con el codo, los martillazos de la razón. Una ola de viento golpea con su puño mi espíritu Quizás si las palabras recuperaran su aliento… El recuerdo que nos hiere impalpable durmiendo en la rama como un pájaro imaginario canta a la memoria de un bosque incendiado. Quizá si el destino no volviera a mentir… Aunque la sangre abandone mis venas, salaria mis manos, incursionando en mis muslos y más arriba todavía. Quizá si el deseo comiera más seguido… Albatros observen mi sueño, aunque el mar no siga visitando mis costas, he cruzado el puerto del tedio evitando las eternas murmuraciones.
http://carmentroncoso.blogspot.com/
Luis Cerón
Psicosis
Día soleado, cielo verde intenso entre nubes de algodón de azúcar vuelan raudos elefantes celestes de orejas pequeñas con patas de avestruz. A lo lejos diviso un avión, de rojo azabache y negro italiano de sus alas caen plumas, plumas de gato enjaulado Corro por el agua, deseo una tomar, para la suerte dicen muchos, aunque confiar no puedo, hace tiempo llevo en mi bolsillo esa pata de caballo que trae fortuna según el librero, lo que es a mi nada me ha traído ¿Será la herradura de hule que ha frenado tal situación? Miro a mi alrededor, un tránsito alocado los autos de un azul intenso compiten furiosos con esas raras bicicletas nuevas con motor y doce ovaladas ruedas. Un perro camina sobre sus manos traseras moviendo sus siete colas al viento Un gato cacarea las desdichas de solo tener seis patas y no las ocho acostumbradas mientras, al final de la avenida el ladrón por fin atrapa a ese loco policía. que custodiaba a un mendigo que dictaba normas desde la casa de gobierno. De pronto sentado en mi excusado en la esquina norponiente de ese poste de alumbrado miro desde los ojos ubicados un poco más arriba de mí último pelo y a lo lejos, te logro ver. Estás rara, te encuentro extraña ¿Qué le ha pasado pregunta la oreja a mi lengua desganada?
Es depresión contesta mi ceja apurada. Caminas sobre tus pies Y con solo dos ojos ¿Cómo puedes ver? Jeans ajustado, blusa sin manga ¡sonríes! Sí ¡sonríes! A tu lado corren mil marcianos y pareces no verlos desvías tu mirada hacia donde yo estoy ¿No me ves? Soy yo, pasas sonriendo sin percatarte de mi presencia. Bueno me digo al fin, yo la perdono nadie puede ver bien teniendo solo dos ventanas de mirar. Sí, eres realmente extraña aun así, te sigo amando.
Luis Cerón
Locura septentrional
Al norte de mi sur vive la locura, al oeste de tu este, la perdición, en el centro de mi centro, solo locura, deseo, inanición.
Porcelana rústica, vivaz, alocada, elixir boreal, Solo un roce de tu cuerpo deseo Y de tu ambrosía poder disfrutar.
¿Será el estío de mi invierno? ¿O que te doblo en lo vivido? más bien solo vesania, una locura septentrional.
Epitafio para un poeta
Quiso cantar, cantar para olvidar su vida verdadera de mentiras y recordar su mentirosa vida de verdades.
Octavio Paz
Consejo Editorial: Mafalda Migliaro Margarita Ávila Carmen Troncoso Ana María Fabio Eva Magallanes Luis Cerón Edición y dirección: GinoGinoris