Revista Verbo(des)nudo No. 23

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Abril 2018

Año 7

No. 23



Felipe Alarcรณn Echenique


Revista Verbo(des)nudo Año 7 No. 23 Abril 2018 ISSN: 0719-1626

Comité editorial: Mafalda Migliaro Sergio Melo Alicia Fontecilla Macarena Reyes (Cronca) Montse Ordoñez Ana Montrosis Noel Alonso Ginoris

Editor: GinoGinoris

contactoverbodesnudo@gmail.com

Toda la obra plástica usada en este número es creación del pintor cubano Felipe Alarcón Echenique


1er Lugar Taty Torres DĂ­az con el libro

Senderos para un pie desnudo

MenciĂłn del Jurado Roberto Corrial con el libro

Displasias


En este número

Visiones. Mafalda Migliaro Geordany Carcases. 4 poemas. De isla a isla. Noel Alonso. Víctor Campbell.Escritos que parecen Títulos. Olga Sotomayor. 100 Días. Ana Montrosis. Poemas. Tacones bajo la luna. Alfonso Pino. La Viuda Negra y sus Viuditas. Cronca. Problemas cotidianos. Aleisa Ribalta. Poemas de Talud. Felipe Alarcón Echenique. Pintor. José Baroja. En memoria de Trementino Marabunda. Cuento.


III CONCURSO NACIONAL DE POESÍA VERBO(DES)NUDO 2018

Verbo(des)nudo, al hacer el llamado a Concurso de Poesía 2018, en su tercera version, ha querido nuevamente poner a disposicion de los autores una instancia muchas veces escasa, una accion motivadora para que escritores con o sin experiencia muestren lo que esta allí a la espera de ver la luz. Para Verbo(des)nudo, el Concurso conlleva la emocion de ver aflorar esa semilla literaria a punto de germinar, deseosa de mostrarse, e implica a la vez, la responsabilidad de conducir un Concurso serio, creíble, dirigido a escritores nacionales o extranjeros residentes en el país: todos son bienvenidos con sus multiples matices, estilos y vivencias. Luego, inmerso en la voragine del Concurso, sucede muchas veces que al tabular las calificaciones de los Jurados, el Coordinador exclama: ¡sabía que tal Poemario tendría puntuaciones altas! Y viene el frenesí, el deseo de seguir recibiendo informacion por parte del Jurado, hasta que llega el minuto ultimo, al final de un día, en que claramente aparece quien tendra el Primer Premio, ese minuto en que el Coordinador, en la soledad de la noche, tiene ante sí el nombre del Ganador.

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Y sucede tambien, en esa misma soledad, el Coordinador recuerda a todos quienes han confiado en Verbo(des)nudo. Recuerda tantos escritos, tantos poemas que adornan este Concurso 2018, concluyendo que es una bendicion haberlos recibido. Como he dicho, en ese momento de soledad, comparece el nombre de Taty Torres Díaz. Chilena, proveniente de Penco, con su Poemario “Senderos para un pie desnudo” De ella, ya tendran la alegría de conocerla mas profundamente, a traves de su Libro que con ese mismo nombre sera publicado y que constituye el Primer Premio del Concurso. En esta oportunidad, a modo de primicia, solamente les hare conocer algunos de sus Poemas:


Temo que alguien vea mi palpitar lo descifre y descubra lo inexistente. Temo que bese mi comisura descubra en ella la palabra seca mal dicha y me deje sola con esta pena que cargo y no me pertenece.

Desde ese día soy milagro de hojas caídas salpicada de un no sueno. Para hablar de mí una palabra basta: nonata ausente a las cosas del cielo alma siempre al borde del precipicio.

Las pequeñas verdades no caben en un poema como despojos mueren en la comisura. En solemne procesión los pasos

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la fe. Mi corazón está cansado y muerdo este cielo que no aprendo a descifrar

Taty Torres Díaz


Tengo la esperanza puesta en la lluvia redentora que busca busca y busca sin encontrar el espacio. ¡Oh generacion de vida! ensenenme la riqueza de la alabanza la ley de la clemencia muestrenme las virtudes para revestirme con ellas hablenme del sacrificio y llevenme a casa. ¡Vengo de un largo invierno y estoy cansada!

Lejos la infancia de zapatos gastados y pan remojado en angustias. Lejos la palabra acida. Ella dijo: Dios conoce palmo a palmo tu corazon. Le creí. Mis ojos tanteaban en la oscuridad sus ojos aun lo hacen aun murmullan

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cuando vuelvo sobre mí misma. Ella dormita ahora el tiempo cuelga de sus costillas espera la venida de ese dios.

Taty Torres Díaz


Como les comentaba previamente, en ese momento de soledad, tambien comparece ante el Coordinador el nombre de Roberto Corrial. Chileno, de la Region Metropolitana, quien por las puntuaciones del Jurado ocupa en esta ocasion la Mencion Especial por su Poemario “Displasias”. De la lectura previa de sus Poemas tuve el presentimiento que no escaparía al ojo experto de nuestro Jurado. El Premio de Verbo(des)nudo para esta Mencion Especial sera la publicacion del Libro que lleva el mismo nombre del Poemario: “Displasias”. Dejo con ustedes algunos de los poemas de Roberto Corrial.

Extra Padre dichoso por tener un hijo del arbol le declara la guerra al sol y se quema las manos

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y los faroles siguen ahí esperando al hombre fatuo a que un rayo se deshilache en su pecho.

La poesía ya no respeta el mar.


El poema El poema mas lindo del mundo es cobarde le salieron orejas se le cae la baba tiene 4 hijos en un libro: la casa del terror un jabon con pelos la curvatura de un cable hacia el cielo. El poema mas lindo del mundo es chiquito y transparente como una gelatina frente al sol como un gallito que solo quiere escuchar: la fría melodía en el maíz los tropiezos del Belgrano los gritos del recreo. El poema mas lindo del mundo perdio el agua piensa en mujer mira a un fantasma que solo mira sus zapatos y nos da miedo. El poema mas lindo del mundo tiene todas las cartas que no llegaron los primos que no volvieron los ataudes que no cerraron.

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El poema mas lindo del mundo no tiene ni pies ni cabeza no tiene aplausos ¿entonces quien subio los gatitos al cielo? El poema mas lindo del mundo se acaba de sonrojar.


Buitre

Amarre a mis Alejandras a la cama para que ningun hijo de puta me las quite mientras tu con otro nombre me ahorcabas gritando ortopedias y manana que y manana que Av. La Paz sigue mas bonita que nunca.

Abuelo

Ponle un clavo a la memoria lo unico fijo es el olvido.

Displasias

AnomalĂ­as en el desarrollo de un tejido, de un organo o de una parte anatomica del organismo o maquillaje perfecto

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que devuelve las sirenas al cielo para que en pleno fin del mundo, las nubes vuelvan a hacer olas con su pelo.


De cero Tengamos un hijo que a la tierra le faltan muertos peinemoslo pero no lo vendamos. cuanto nos podrían dar por 8 meses de tu vientre no lo vendemos no se aceptan cheques aca se esponja la ternura el relleno de un craneo te lo regalo procreemos otro de cuajo con la puerta abierta vivamos de la familia anotemoslo todo a su cuenta que se parezca a la fuerza a su abuelo ¡que se parezca! que no sepas de que color ve el mundo ¡rojo! que sea una mezcla de sapo y princesa cortale las unas mientras le lees un cuento peinemoslo pero no lo vendamos aca se esponja la ternura el relleno de un craneo vivamos de la familia

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y que pague que pague bien caro nuestra alegría.


Para finalizar mis visiones, quisiera agradecer muy sinceramente el trabajo acucioso, serio y generoso de los miembros del Jurado que este ano 2018 nos han apoyado, dedicando su tiempo a esta labor intensa cual es calificar los Poemarios recibidos de tantos y tantos Poetas que estuvieron en la version 2018 del Concurso Verbo(des)nudo. A Alicia Fontecilla, Rossana Arellano, Noel Alonso Ginoris(NaGinoris), Montse Ordonez, Jose Emilio Fernandez Cepero y Ariel Gonzalez B., nuestro agradecimiento mas sincero. Simplemente gracias a nombre de Verbo(des)nudo.

Mafalda Migliaro C.

TĂş encĂĄrgate de escribirlo

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El libro lo hacemos nosotros


Poemas de Geordany Carcases

Geordany Carcases. Guantanamo,Cuba 1977. Licenciado en arte dramatico en el Instituto Superior de Arte, La Habana. Cuba. Graduado de Guitarra Clasica en el conservatorio Esteban Salas en Santiago de Cuba (1997). Ha sido profesor de actuacion en el Instituto Superior de Arte en la Habana, Cuba ( 2006-09) y del Teatro Prometeo en The Center for Literature and Theatre in Miami Dade College, Estados Unidos (2016). Su obra poetica ha sido recogida en diferentes revistas de arte y literatura en diferentes países.

I

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El frío bajo a las bestias de los arboles y una de ellas al llegar al suelo creo la magia el farmaco y la religion Mas tarde como consecuencia perdio el instinto en lo puntual del gesto y obedecio al arte de la imitacion Se imagino una navaja sin filo y ahondo y vio cuanto de original tenía dentro La herida limpio tanto el aire que cayo la miasma precipitandose como la escarcha Entonces se arrodillo y lloro fue un llanto prolongado y quedo un llanto en el cual hablo y maldijo pero no la libero sino que la encerro en sí misma Luego se despidio con la mano no se sabe de quien quiza se imagino frente a un espejo borrando el rostro de sí misma.


II ¡Que dulce es ver el templo de la aldea junto al campo de mostaza! ¡Que bueno es arroparse en el silencio de su altar! ¿como voy a echar a este huesped mudo? … Que heroico es callar Que valiente es la sombra que sin tocar la rosa se detiene en el rosal Que profunda es la huella del que huye de la derrota Que dulce es recordar el día cuando pase este día.

III Estoy disfrazado de viajero mordiendo una palabra de cristal que puede reflejar tu rostro en cualquier parte del camino Llevo flores rotas porque llueve donde voy Soy poeta para no matarte Walkiria salvaje amazonas de dos senos circe otra vez en cualquier vuelta de pagina El paisaje El disfraz Mi llegada Y las flores que traje ahora mezcladas con tu escandalo cuerpo.

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IV Provengo del polvo pero soy un polvo atribulado un polvo que suena que tiene premoniciones Por eso mi vida se extiende en una dialectica dolorosa entre las cenizas y la transfiguracion Soy un acertijo para mí mismo Un enigma exasperante esta dualidad extrana del polvo y la gloria.


Serie Micromundo 1. TĂŠcnica Mixta Cartulina. 2016


Por naGinoris

De isla a isla. Inicio del viaje

“Hoy me ha dado por calzarme el corazón con la bota de mi isla” Juana Rosa Pita

Una isla es una tempestad de tierra eterna. Una isla es un hombre en lontananza, una mujer en el silencio de los corales, una casa al descuido de las calmas. Es un anciano que camina solo en la longevidad de la isla. Tú también eres una isla. Cada uno tiene un fragmento en las manos, en los ojos, en la cansada senda de lo cotidiano. Hoy, mi isla, es un éxodo de aves al sur: siete mil quinientos kilómetros y las miradas son batallones de neblinas que llueven bien en el alma. Siente mil quinientos kilómetros y casi mi isla se forma en otras islas.

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De isla a isla no es solo la presunción de enunciar las distancias como extrañezas maravillosas, es la quiebra cáustica de las fronteras del mar y de la mente. Aquí estarán las huellas de mi circunstancia y la de las montañas andinas. Escritores, diseñadores, artistas visuales: todos dejarán verse amén de las distancias, conversarán contigo, te mostrarán lo mucho de isla-arte que hay en sus retóricas. Yo, un hombre-isla, estaré en la espectral hazaña de presentarlos, pero luego, hemos de romper juntos la máscara de los silencios: que el arte nos una, que nos unan nuestras utopías. Para iniciar este viaje nuestro, me permito invocar a los muertos. Sí, a los muertos que andan magullando al olvido, a la censura. La maldita circunstancia está naciendo: Virgilio Piñera, hombre de furias insulares, narrador, traductor, dramaturgo y poeta. Vivió doce años en Argentina donde conoció a Jorge Luis Borges y a Witold Gombrowicz. Publicó buena parte de su obra en la revista Sur. Fue miembro del grupo Orígenes, junto a José Lezama Lima, José Rodríguez Feo y Eliseo Diego.


Sufrió del mal de la censura después del 1959 no solo por su reconocida orientación sexual, sino por su poética lúcida y contestataria en el contexto cubano de la época. Mucho se podría decir aún, sin embargo no creo que sea pertinente: su obra tiene voz aún, florece en la agilidad del verso. El poema que presento es el más extenso de su obra, sin embargo el más hermoso. La isla en peso aún sagrado himno sobre la piel de los cubanos y de todos: nosotros somos islas, y sostenemos su peso insondable, para sabernos conectados a pesar de las distancias.

La isla en peso

La maldita circunstancia del agua por todas partes me obliga sentarme en la mesa del café. Si no pensara que el agua me rodea como un cáncer hubiera podido dormir a pierna suelta. Mientras los muchachos se despojaban de sus ropas para nadar doce personas morían en un cuarto por compresión. Cuando a la madrugada la pordiosera resbala en el agua en el preciso momento en que se lava uno de sus pezones, me acostumbro al hedor del puerto, me acostumbro a la misma mujer que invariablemente masturba, noche a noche, al soldado de guardia en medio del sueño de los peces. Una taza de café no puede alejar mi idea fija, en otro tiempo yo vivía adánicamente. ¿Qué trajo la metamorfosis?

La eterna miseria que es el acto de recordar. Si tú pudieras formar de nuevo aquellas combinaciones, devolviéndome el país sin el agua, me la bebería toda para escupir al cielo. Pero he visto la música detenida en las caderas,

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he visto a las negras bailando con vasos de ron en sus cabezas. Hay que saltar del lecho con la firme convicción de que tus dientes han crecido, de que tu corazón te saldrá por la boca. Aún flota en los arrecifes el uniforme del marinero ahogado. Hay que saltar del lecho y buscar la vena mayor del mar para desangrarlo.


Me he puesto a pescar esponjas frenéticamente, esos seres milagrosos que pueden desalojar hasta la última gota deagua y vivir secamente. Esta noche he llorado al conocer a una anciana que ha vivido ciento ocho años rodeada de agua por todas partes. Hay que morder, hay que gritar, hay que arañar. He dado las últimas instrucciones. Todos nos hemos desnudado.

[…] La santidad se desinfla en una carcajada. Sean los caóticos símbolos del amor los primeros objetos que palpe, afortunadamente desconocemos la voluptuosidad y la caricia rancesa, desconocemos el perfecto gozador y la mujer pulpo, desconocemos los espejos estratégicos, no sabemos llevar la sífilis con la reposada elegancia de un cisne, desconocemos que muy pronto vamos a practicar estas mortales elegancias.

Los cuerpos en la misteriosa llovizna tropical, en la llovizna diurna, en la llovizna nocturna, siempre en la llovizna, los cuerpos abriendo sus millones de ojos, los cuerpos, dominados por la luz, se repliegan ante el asesinato de la piel, los cuerpos, devorando oleadas de luz, revientan como girasoles de fuego encima de las aguas estáticas, los cuerpos, en las aguas, como carbones apagados derivan hacia el mar. […] Yo combino: el aguacero pega en el lomo de los caballos, la siesta atada a la cola de un caballo,

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el cañaveral devorando a los caballos, los caballos perdiéndose sigilosamente en la tenebrosa emanación del tabaco, el último gesto de los siboneyes mientras el humo pasa


por la horquilla como la carreta de la muerte, el último ademán de los siboneyes, y cavo esta tierra para encontrar los ídolos y hacerme una historia. Los pueblos y sus historias en boca de todo el pueblo. […] Las historias eternas frente a la historia de una vez del sol, las eternas historias de estas tierras paridoras de bufones y cotorras, las eternas historias de los negros que fueron, y los blancos que no fueron, o al revés o como os parezca mejor, las eternas historias blancas, negras, amarillas, rojas, azules, - toda la gama cromática reventando encima de mi cabeza en llamas-, la eterna historia de la cínica sonrisa del europeo llegado para apretar las tetas de mi madre. […] Cada hombre comiendo fragmentos de la isla, cada hombre devorando los frutos, las piedras y el excremento nutridor, cada hombre mordiendo el sitio dejado por su sombra, cada hombre lanzando dentelladas en el vacío donde el sol se acostumbra, cada hombre, abriendo su boca como una cisterna, embalsa el agua del mar, pero como el caballo del barón Munchausen, la arroja patéticamente por su cuarto trasero, cada hombre en el rencoroso trabajo de recortar los bordes de la isla más bella del mundo, cada hombre tratando de echar andar a la bestia cruzada de cocuyos. […] ¿Qué puede el sol en un pueblo tan triste? Las faenas del día se enroscan al cuello de los hombres mientras la leche cae desesperadamente.

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¿Qué puede el sol en un pueblo tan triste? Con un lujo mortal los macheteros abren grandes claros en el monte, la tristísima iguana salta barrocamente en un caño de sangre, los macheteros, introduciendo cargas de claridad, se van ensombreciendo hasta adquirir el tinte de un subterráneo egipcio. ¿Quién puede esperar clemencia en esta hora?


Confusamente un pueblo escapa de su propia piel adormeciéndose con la claridad, la fulminante droga que puede iniciar un sueño mortal en los bellos ojos de hombres y mujeres, en los inmensos y tenebrosos ojos de estas gentes por los cuales la piel entra a no sé qué extraños ritos. […] Los secretos más inconfesables son dichos: la claridad mueve las lenguas, la claridad mueve los brazos, la claridad se precipita sobre un frutero de guayabas, la claridad se precipita sobre los negros y los blancos, la claridad se golpea a sí misma, va de uno a otro lado convulsivamente, empieza a estallar, a reventar, a rajarse, la claridad empieza el alumbramiento más horroroso, la claridad empieza a parir claridad. Son las doce del día.

Todo un pueblo puede morir de luz como morir de peste. […] ¿Dónde encontrar en este cielo sin nubes el trueno cuyo estampido raje, de arriba abajo, el tímpano de los durmientes? ¿Qué concha paleolítica reventaría con su bronco cuerno el tímpano de los durmientes? Los hombres-conchas, los hombres-macaos, los hombres-túneles. ¡Pueblo mío, tan joven, no sabes ordenar! ¡Pueblo mío, divinamente retórico, no sabes relatar! Como la luz o la infancia aún no tienes un rostro. […]

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La noche es un mango, es una piña, es un jazmín, la noche es un árbol frente a otro árbol sin mover sus ramas, la noche es un insulto perfumado en la mejilla de la bestia; una noche esterilizada, un noche sin almas en pena, sin memoria, sin historia, una noche antillana; una noche interrumpida por el europeo,


el inevitable personaje de paso que deja su cagada ilustre, a lo sumo, quinientos años, un suspiro en el rodar de la nocheantillana, una excrecencia vencida por el olor de la noche antillana. ¡No importa que sea una procesión, una conga, una comparsa, un desfile! La noche invade con su olor y todos quieren copular. El olor sabe arrancar las máscaras de la civilización, sabe que el hombre y la mujer se encontrarán sin falta en el platanal. ¡Musa paradisíaca, ampara a los amantes!

No hay que ganar al cielo para gozarlo, dos cuerpos en el platanal valen tanto como la primera pareja, la odiosa pareja que sirvió para marcar la separación. ¡Musa paradisíaca, ampara a los amantes!

No queremos potencias celestiales, sino presencias terrestres, que la tierra nos ampare, que nos ampare el deseo, felizmente no llevamos el cielo en la masa de la sangre, solo sentimos su realidad física por la comunicación de la lluvia al golpear nuestras cabezas.

Bajo la lluvia, bajo el olor, bajo todo lo que es una realidad, un pueblo se hace y se deshace dejando los testimonios: un velorio, un guateque , una mano, un crimen, revueltos, confundidos, fundidos en la resaca perpetua, haciendo leves saludos, enseñando sus dientes, golpeando sus riñones, un pueblo desciende resuelto en enormes postas de abono, sintiendo como el agua le rodea por todas partes, más abajo, más abajo, y el mar picando en sus espaldas,

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un pueblo permanece junto a su bestia en la hora de partir, aullando en el mar, devorando frutas, sacrificando animales, siempre más abajo, hasta saber el peso de su isla, el peso de una isla en el amor de un pueblo. 1943


Serie “Generación perdida” Nostalgia por la tierra. Cartulina. Técnica mixta. 2011


Victor Campbell Escritos que parecen títulos

Mirar pajaros con ojos de escopeta y sorprenderse solo vacío entre las plumas. * La poesía es sembrar despertadores en el desierto. * Escribías por un fuerte temor a detenerte a perder las manos en la longitud de la mesa.

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* Sembrar el huevo piedra de la fertilidad onírica.


No resistĂ­ soltarla e ir a beber corriendo un cafe con su mano al cuello. * Sera la llave, lo que guardamos bajo llave. * En lo oscuro oscuro a la luz haces que no ves. * La memoria no sabe de memoria. * La caspa de la certeza borra piezas de la certeza sofisticado ejercicio metafĂ­sico en que creer y tactar no es relampago sino mula.

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* Serios y secretos portales oculta este mundo /pero imagino que tan solo/desorientados y proclives a la torpeza/ podrĂ­an / cruzarlos.


Ya que aun no somos camaras iniciaticas de nosotros mismos las representamos en un juego de aproximacion * Aspirar a que cada uno humille la propia imagen de discípulo o guru de sí mismo y así permitir el resurgimiento de sí en el entendido, que el sí mismo es un algo intangible, cosmico y sobre todo indescriptible. * Imitar a una flor de loto en un pantano intoxicado por flores de loto. * Urbanos símbolos / redondos amuletos / entorpecen el sueno

Victor Campbell. Nace en 1970. En la actualidad trabaja en la Corporación de Salud y Educación de las Condes, dictando talleres de desarrollo humano y literatura. Ha publicado entre otros libros de investigación: -La memoria sagrada (sabiduría de ancianos urbanos en extrema pobreza) -El otro viaje (un enfoque distinto acerca de la discapacidad)

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-Una toma de conciencia (una experiencia vívida en terreno sobre cooperativismo, política y amistad) * En poesía: -El libro de oro del movimiento lúdico en coautoría con el antropólogo Ignacio Muñoz Cristi (libro “raro” mezcla de misticismo, humor, filosofía, etc.) - “Escritos que parecen títulos” (Antología, libro absolutamente inédito)


Olga Sotomayor Sánchez (Chile, 1974). Bibliotecaria Documentalista. Ha participado en dos talleres literarios y publicado: Susurros que gritan (Olga cartonera 2013), Hablando conmigo (Opalina Cartonera, 2014) y "100 DIAS (la Veronica Cartonera, 2017). Sus poemas estan desparramados en la virtualidad de la web. El 2012 fundo la editorial Olga Cartonera.

Este “Ejercicio literario” de Olga Sotomayor fue escrito durante 100 días, entre el 15 de Diciembre de 2016 y el 25 de Marzo de 2017 y subido a su Facebook para ser leído o compartido, criticado o aplaudido. Luego LA VERONICA CARTONERA lo convirtio en libro. Aca aparecen algunos de esos textos que en su momento le sirvieron a la autora de ejercicio terapeutico y que si buscas en la web puedes encontrarlos en forma de libro contactando a la editora en el mail: laveronicacartonera@gmail.com

Día 1 Huevos revueltos... sentimientos revueltos. Emociones encontradas. Todas juntas

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arman una mezcla que no hace bien ni a la cabeza ni al corazon. [15 de diciembre]


Día 5

La curva mas linda, larga, sinuosa, peligrosa... la de tu sonrisa. [ 19 de diciembre ] Día 11

Por fin cerebro y corazon se pusieron de acuerdo. Desde ahora sabían que camino seguir. [ 25 de diciembre ]

Día 17-

Cuando las ideas van mas rapido que tu mano. Cuando no sabes por donde comenzar. Cuando escribir se hace difícil. Cuando tienes tanto que contar y no sabes como. Quizas manana empiece de nuevo.

[ 31 de diciembre ]

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Día 34

No sentir. Esa es la consigna, pero hay cosas para las cuales no solo basta con la voluntad. [18 de enero ]


Día 47 Soy unica, mujer, hermana, madre, hija, tía, abuela, ancestro, descendiente. Soy ojos, cuerpo, labios, manos, pies y carne. Soy sangre enriquecida por culturas hermanas. [ 31 de enero ]

Día 68 Hago tres intentos. Si todos fallan... desaparezco. [ 21 de febrero ]

Día 78 Sueno en colores aunque la vida sea en blanco y negro. [ 3 de marzo ]

Día 95 Se llevo las respuestas, mientras ella sigue replanteandose todas las preguntas. [ 20 de marzo ]

Día 100 Nueva historia. En una noche de luna llena pasan muchas cosas. Ella coquetea, el le sigue el juego. Se repiten los ciclos y comienza todo de nuevo.

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[ 25 de marzo ]


Serie Crónicas en blanco y negro III. Cartulina. Técnica mixta. 100 x 70. 2013


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El pasado 24 de Marzo se presento la segunda edicion de Tacones bajo la luna, una luna aumentada y publicada por Verbo(des)nudo Editorial. Estoy emocionada, porque mi editor creyo en este proyecto que empezo hace once anos, empezo cuando jamas imagine publicar un libro. A este libro lo comparo con una nina triste, pero ahora esta nina se rebela, habla y muestra su parte menguante para cerrar un ciclo o tal vez para abrirlo. Tacones lo presente en la Casa de la Cultura de San Bernardo, porque es ahĂ­ donde retome la escritura y reescribĂ­ una historia familiar, una historia de mujeres, mis mujeres, donde el maltrato es a veces entre lunas y tacones, un maltrato oculto y timorato, un maltrato con maculas hereditarias. Los invito a leer Tacones bajo la luna, los invito a reencontrarse con los ancestros, con la musica de estos poemas observados desde las cuatro facetas de la luna y con esa simpleza siempre enigmatica, pero tan bella como todas mis mujeres.

Ana Montrosis


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Hay un labio pequenito que navega dichoso y no es un angel Ahora mi hija duerme y observo la curvatura que crece en su vientre dentro de su universo salpica toda la sed del mundo y no es río, ni mar, ni charco de agua Me pregunto si es logico adivinarme muerta y ¡no quiero Dios, aun no quiero! Insisto en percibir sus ojos semejantes a los míos o tal vez tener la posibilitad de sostener la belleza desde estas escrituras ¡Ay, Dios no calzan las metaforas cuando le invoco! no cabe tampoco ningun imaginario mas que la ansiedad de verle sonreír y sostener su llanto de nino Cierro estos ojos y juego con peces blancos uno de ellos es equivalente a mi boca a mis manos y a todas las celulas del cuerpo He transcrito canciones solo para que se vulgarice el cielo y se prepare hacia camino de la lluvia No hay eventualidad de estupefaccion en la tierra no todavía, es por eso que vuelvo al mar y nado junto a un nino pez

Ana Montrosis

Mi niño pez


No hay prisa

Amanece como si la manana fuese otro ritual uno de mis gatos espera en silencio en la cocina el otro maulla en la puerta de la calle Mi esposo simula que duerme beso su frente e intenta detener el tiempo Me levanto sin prisa descalza voy apagando todas las luces observo a mis hijas que crecen con la velocidad de las estaciones Una de ellas suena con cielos y mares la otra con todo el rock del universo

Es verano y aun no he cosechado el ciruelo tampoco he escrito cuentos Apilo una cantidad de libros que no he leĂ­do de madrugada preparo pan tostado e imagino a mi nieto sentado frente a una mesa le hablo sobre el lenguaje de los peces y como es la caricatura de las lluvias de Valdivia El escenario es abrazador tiene ese olor a cocina de mama pero dibujado en la mĂ­a

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Nacer en el mes de los muertos

Madrigales, fiestas, peregrinaciones tal vez para predicar la algarabĂ­a de los rezos Tengo algunos muertos colgados en las paredes la mayorĂ­a han odiado mi gramatica otros nunca dijeron nada He aprendido a protestar lejos del patriarcado antes que los duelos sean pedacitos de defunciones ubicados en la memoria Los que juzgan, no saben como es estar Sola/Asustada/Manoseada en un vergel espiando como juegan otros ninos

Ana Montrosis

Lluvia Valdiviana


El girar del calendario

Perdona, pero no se lo que escribo tampoco comprendo el tic tac

Ana Montrosis

de las palabras Puede que este mas atenta al crepitar de las hojas Espero ese sonido justo cuando gira el calendario Quiero que vuelvas y me abraces que te quedes en ese pedacito de jardín que no he limpiado Quedate en mis delirios y en la cocina Ya se cocinar lo hago a media noche

Mi abuela

porque a esa hora son mas lentos los relojes

Y ahora aparece mi abuela invertida en un pendulo rojo y me complica cada vez que estoy lucida Esta escenografía es similar a la caída de las estrellas pero mas hermosa Cuando hablo sobre el suicidio de las estrellas no hablo de extirparme un ojo o una mano hablo de enlutar fantasmas alrededor del cuello Mi abuela recopilaba collares ella solía jugar con ellos en esta misma cama debe ser por eso que la busco en la agonía de la belleza La belleza es accidental, mutable y despiadada emigra como los pajaros en la ciudad sagrada

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Mi abuela nuevamente se aparece con sus collares collares blancos, collares grises, collares negros La veo dentro de esta cama huyendo sostengo una mano le falta una pierna y toda su dentadura


C U E N T O La Viuda Negra y sus Viuditas Alfonso Pino

La investigacion de la policía y el resultado de la autopsia que se realizo en la ciudad de Castro demostraron, sin lugar a duda ninguna, que el Pancho, —nacido y criado en una pequena isla distante a dos horas de navegacion de la capital provincial del archipielago de Chiloe— había fallecido en su hogar, el lunes treinta de enero del ano dos mil doce alrededor de las veinte horas, a raíz de mordeduras —mientras cortaba alfalfa para el forraje de sus animales—, cuyas características correspondían a las ocasionadas por la arana del trigo. El informe pericial indicaba que: —la ropa y el calzado del difunto mostraban trazas claras de haber sido utilizadas en esa faena—. Ademas agregaba: —no se han encontrado los ejemplares de la o las aranas, lo cual no es extrano ya que esto habría ocurrido en el trigal, y los síntomas de estas mordeduras se sienten algunas horas despues de ocurridos los hechos—. De acuerdo con el expediente judicial, la esposa y sus tres hijas le habían prestado al occiso la asistencia apropiada, —considerando las circunstancias del lugar, que no cuenta con atencion primaria de salud, el aislamiento físico y la carencia de servicios de comunicaciones que permitan ayuda medica adecuada y oportuna para este tipo de casos—.

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El fin de semana anterior, se había celebrado en la isla la tradicional fiesta anual costumbrista, donde el Pancho se había lucido cantando y tocando el acordeon. Por su parte, dona María, la madre, Justiniana la hija mayor, de dieciocho anos y Ernestina la menor de doce anos recien cumplidos, se afanaron preparando su especialidad: el mejor pulmay que se conocía en la isla, con un caldo que todos decían podía resucitar hasta un muerto, pero que no fue suficiente para que el Pancho, esposo de dona María y padre de las ninas, sobreviviera a ese accidente que le costo la vida —como fue catalogado por la Fiscalía—. Mientras su madre y hermanas preparaban el curanto, y su padre animaba la fiesta, Rosario, de tan solo quince anos, se dedicaba a los quehaceres domesticos y a preparar chapalele que llevaba hasta la plaza del pueblo; recorrido que hacía lentamente para aprovechar el tiempo en su gran aficion: —la busqueda y recoleccion de insectos, escarabajos, aranas, que los colocaba, algunos vivos otros muertos, en un insectario que guardaba en un lugar seguro, junto a los aperos, herramientas y otros elementos utilizados en la agricultura, lejos del alcance y la vista de cualquier visitante ajeno a la familia.


El día domingo, una vez terminado el encuentro costumbrista, —como era habitual— las mujeres se retiraron a sus casas y los hombres continuaron bebiendo, celebrando el exito de la fiesta que cada ano atraía mas y mas turistas. Ese veintinueve de enero no fue la excepcion, y tampoco escuchar —como a menudo lo hacía los sabados en que los hombres se juntaban a beber en la cantina—, las maldiciones de Pancho porque Dios no le había dado ni siquiera un hijo varon, en vez de eso, tres mujeres. Tambien era normal oírlo exclamar que el que mandaba en su casa era el, solo el y pobre de la yegua o potranca que no le sirviera con prontitud lo que pedía u ordenara. Cuando el cuerpo del Pancho, una vez terminada la autopsia, retorno de Castro para ser sepultado en la isla, todo el pueblo asistio al funeral. Fue en ese momento cuando la gente comenzo a murmurar sobre la extrana actitud de su familia. La esposa del difunto, vestida de riguroso negro —si hasta un velo le cubría el rostro— y sus tres hijas, con recatadas vestimentas, eran las que encabezaban el cortejo —que se hace a pie desde la iglesia hasta el cementerio— pero nadie, nadie, las vio derramar, en ningun momento, ni una sola lagrima y tampoco mostraron congoja durante el velorio que tuvo lugar la noche anterior. No falto la vecina que hizo ver este hecho a otras mujeres de la comunidad. A lo mejor se debio —decían las que eran mas amigas de la senora María— a que hubo que preparar mucha comida para tantísima gente que vino de otros lugares, y quien va a tener tiempo pa’ llorar en esas condiciones. Otra anadio mas antecedentes y conto que: —mientras el pobre Pancho “toavía” estaba en Castro —y no se pa’ que llevarlo de aquí pa’ alla si el hombre ya estaba siendo juzgado por el Altísimo— , fui a visitar a dona María por si necesitaba algo y no me van a creer ustedes, desde la casa de dona Feliciana a la que pase a saludar —que esta lejazo de la casa del “finao”—, se escuchaba musica extranjera a todo volumen. —Hace varios días que pasa eso, si hasta yo la he escuchado y eso que estoy media sorda, —me dijo dona Feliciana y agrego— tan buen hombre que era el Pancho, siempre listo pa’ ayudar en cualquier minga, aquí o en otra isla. Claro que a veces tenía la mano pesada con dona María y las hijas, especialmente con la Rosarito, que camina tan re lento y siempre mirando el suelo.

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Las murmuraciones continuaron con el tiempo, al extremo que a la senora María y sus hijas, se las comenzo a llamar como la Viuda Negra y sus Viuditas. Cierto que esta familia con sus actitudes fomentaba los rumores, tanto era así que algunas personas comentaban que antes de cumplir un mes de enterrado el Pancho, su viuda y sus tres hijas vestían llamativas tenidas de colores, e incluso con polleras afirmadas solo por tirantes, en ese verano que había sido especialmente caluroso. Así fue como, algunos meses despues de la muerte del Pancho, el pueblo entero llego a la conclusion que en ese lamentable hecho, no había gato encerrado si no mas bien, una arana suelta en el momento oportuno. Solo dos personas que, por su investidura, estuvieron relacionadas con el caso sabían o sospechaban lo que pudo haber sucedido.


Uno era el cura, confesor de todo el pueblo, que cuando alguien tocaba el tema de la muerte del Pancho, decía con esa entonacion de letanía típica de los sacerdotes: —Dios siempre encuentra la forma adecuada de castigar los pecados del hombre—, levantaba la mirada al cielo y en un susurro apenas audible, exclamaba —Senor, perdona mis pecados— y hacía, tres veces, la senal de la cruz. El otro, era el Fiscal asignado a este caso que en cuanto llego a la casa del Pancho —al proceder a interrogar a su mujer e hijas—, le llamo la atencion la forma que estas rodeaban y cuidaban a su madre, en un acto de maxima proteccion y union. —¿Como se hizo esos moretones que tiene en los brazos?, —le pregunto el Fiscal a la senora María. Antes que ella respondiera, intervino Justiniana diciendo: —mi mama sufre de vertigo y problemas de mareo, pierde el equilibrio y se cae, con decirle que ni a la lancha se puede subir —y agrego— en el hospital de Castro, una doctorcita que la reviso le dijo que tenía problemas en el “oído del medio” o algo aquí en “la cuchara”, —y con la mano derecha senalaba en el pecho la zona del corazon— ¿me entiende usted?. —Me imagino que normalmente pierde el equilibrio los días sabado en la noche cuando tu papa regresa de la cantina —dijo el fiscal. A ese comentario, las cuatro mujeres al unísono, ademas de mantenerse en silencio bajaron las cabezas y quedaron mirando al suelo, en una tacita senal de afirmacion. Solo Rosario lo miro de reojo… Dos anos despues, un día de inicio de marzo, se encuentra temprano en la manana el Fiscal del caso de Pancho —ahora a cargo de la oficina Regional de esa reparticion publica—, bebiendo su primer cafe y leyendo uno de los diarios de la zona.

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En la seccion Sociedad se encuentra con una fotografía donde se ve a Rosario, junto a su madre y hermanas, recibiendo la bendicion del cura. La nota que acompana a la foto, indica que: “Rosario, se embarca en el transbordador a Castro para iniciar sus estudios en la Facultad de Ciencias de una Universidad en la ciudad de Valdivia, y así hacer realidad su gran sueno que es ser entomologa. Sus estudios han sido posible gracias a una beca lograda, entre otras cosas, por llegar a formar el mas grande e importante insectario que se conoce en todo el archipielago de Chiloe, — en el cual cada ejemplar esta debidamente clasificado con el nombre científico y popular—, donde destancan los dos unicos especímenes hembras de latrodectus mactans, —mas conocida como viuda negra o arana del trigo— que se han encontrado en la isla”. El Fiscal sonríe, recuerda que: «las declaraciones de las cuatro mujeres de como habían ocurrido los hechos, fueron consistentes y coherentes, sin existir contradicciones entre ellas y que, a lo mejor, la gente de la isla tenía razon cuando se refería a la muerte del Pancho; porque dos picaduras de arana del trigo —en un mismo sujeto—, no es casualidad». Deja el periodico a un lado, bebe el resto de cafe y —cerrando en su conciencia el caso del Pancho—, da inicio a su día laboral.


Alfonso Pino Pizarro

Santiago de Chile 1945. Ingeniero Eléctrico. Publica en su blog www.alfonsopino.blog. Finalista del concurso Literario Gonzalo Rojas en la categoría cuento. Textos suyos han sido publicados en el periódico El Definido y la Revista Verbo(des)nudo.

Serie Micromundo V. Técnica Mixta Lienzo 2014


Desde que era una nina, he pasado largas horas observando el entorno. SolĂ­a escoger una esquina y acomodarme a experimentar el momento y los cambios que a el se arriman, lo que me otorgaba una nocion de lo fragiles y apurados que vamos por la vida. Problemas cotidianos pretende en cosa de instantes y fragmentos, llevarnos a retomar la detencion en el ahora y de formas simples, a traves del transito por la ciudad que nos contempla. Cronca

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Los museos solĂ­an ser el lugar para detenerse y observar el paso del tiempo. Sin embargo, me tope con un busto conflictuado respecto a su condicion de espectador. Al parecer, es su turno de observar a quienes a su vez miran el instante a traves de camaras y dispositivos. En tiempos de vitrinas, mas de una obra de arte, se encontrara asĂ­ misma carente de sentido, con aires de vacĂ­o pese a la concurrencia y por sobre todo, dubitativa respecto a si es o no objeto de deseo.


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Disfruto encontrar en las mismas calles de siempre, a personas de diversos lugares, ya que puedo leer en sus gestos y miradas, que si bien traen maletas cargadas de tristezas, abrigan consigo esperanzas de re comenzar en un nuevo lugar e invitar a sus ninos pasados, a renacer y habitar uno que podrĂ­a ser el espacio definitivo.

He comenzado a pensar en que nadie busca lo que dice buscar. Hay un punto de fuga en el que nos enganamos con la promesa de una autosatisfaccion que nunca llega y sin embargo seguimos persiguiendo la belleza, la solucion, una noticia, la antelacion a esta o la reflexion post catastrofe. Yo pensaba mientras los veĂ­a con gestos de preocupacion buscar en sus celulares, los diarios, las revistas, el suelo y las plantas: ÂżQue sera lo que realmente buscan?


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Me gusta ver al pasado caminar hacia el pasado y sentir que aunque no me pertenece de alguna forma lo acerco solo por el hecho de que si pudiesemos elegirlo, probablemente serĂ­a uno romantico, nostalgico y lleno de silencios conmovedores. Lo pienso y luego comprendo que no tiene sentido andar por la vida deseando tiempos ajenos. Mientras lo vea manifestarse en el presente, me recuerdan la importancia de la conciencia del ahora.


Dulcinea OnĂ­rica. Mixta Cartulina 70x50 cm. 2016


Aleisa Ribalta Guzman

Aleisa Ribalta. (La Habana, 1971).

Nacida en Cuba. Reside en Suecia desde 1998.

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Es ingeniera de profesión y actualmente se desempeña como docente de asignaturas demasiado técnicas y no directamente relacionadas a la literatura como: Diseño de Interfaces Gráficas, Diseño Web y Programación de Aplicaciones. Escribe desde muy joven mayormente poesía. Alega que los lenguajes de programación son también un modo de entender la comunicación y hasta de saborearla. Para la autora, en esos símbolos para algunos incomprensibles está también la literatura como forma vital de expresión. Talud es su primer poemario. Aquí conmina sus miedos, convoca también a sus demonios y más que nada, rumia sus lecturas en un ejercicio de humildad. Este poemario propone, lúdico, un pacto entre el lector y esa voz desde el otro lado que le dice, no sin cierta lascivia: "¡Salta!"


Amarelo

Viste una foto del otono, te parecio que allí faltaba algo. Abrimos una revista de moda. Pasame las tijeras. Toma. Recortaríamos a esa muchacha que nunca había visto el otono, era tan probable que no lo entendiera. La dejaríamos sola en ese crepitar de hojas bajo los pies. Fue ella quien de repente empezo a sentir que allí seguía faltando algo. ¿Ahora que hacemos? Recorta un perro, pinta una luna, ¡haz algo! Ya esta: un perro. La luna no, que es demasiado. Dejaríamos que caminara así, crepitando bajo los pies las hojas. Nos dio la sensacion de que tenía que encontrarse con algo. ¿Alguien? ¡Sí, recortamos!

¿Este tipo tan triste? ¡No! Tiene que haber otro. Bueno, este esta que se sale de contento. Lo recortaríamos y le saldría al camino.

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No la mira. Esta ido. Va por ahí cantando… que de pajaros. Empujalo un poquito. Pega ahí. ¡Se escapo el perro! ¡Ella, que oronda! Ya esta, ahora dejalos darse un beso.


Talud

Ah, eso de caer, tirarse toda,

Y yo, queriendo escribir

tanto miedo a tanta altura.

estos versos invalidos,

El vertigo por fin ya, conquista

dandoles mi voz para que

de despenarse entera.

al fin sepas, mientras

Ana cayendo, Ana al vacío

escucho la voz de Ana

desde la ventana sorda

cayendo al vacío,

de ese rascacielos tirandose

reventada,

¿o tirada?

en su penultimo grito,

Ana cayendo... ¿otra vez?

ya susurro

¿quien empuja?

que me dice: ¡dale, salta!.

Ana queriendo sangre, mucha sangre, mas sangre cada día, sangre de pollo, sangre de mujer, sangre de cualquier criatura. Ana hormiguita incansable, pintando cuerpos de grana, mutilando para crear sin saber que un día el suyo, minusculo y sin levitar, yacería rojo y abierto en el 300 de Mercer Street. Ana que no murio de dos y dos son cuatro porque la tragedia de Ana siempre fue la de crear un universo totalmente suyo.

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Algo desde donde poder tirarse ya, despetroncarse, tanto que decir tenía. Ana gritando ahora van a saber por fin, de lo que soy capaz.


Postdata al Nautilosaurius

Llegado ha mi tiempo de olvidar

¿Y que de las vidas

Deleble has de partir

por entregar al Sol?

Hete ahí presto

Solo fatuos anteproyectos de

¡Que noche fractal a la deriva!

la nada

Nudos medía con nocturlabio en Piscis

¿Y que del mar dentro

me atormentaban las mareas

de ti cantando?

adolecía

El mar sí

sonar así

como un sueno olvidado

infinito

que duerme ajeno duro/

el mar

puber/ intacto dentro del cuerno sin vida de un

Verte pastar de lejos

animal

darte de beber

mitologico

nutrirte a distancia

y sabio

consentida muda orografía de la ilusion

La pleamar hara surgir el valle cada cierto equinoccio sumergido volvera la estacion no seras convocado Vedado ese lugar

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que imaginaba recoveco virtual humedo ¿seguro? ¡Todo tan utopico!


Talud, de Aleisa Ribalta

El telón ha quedado suspendido a mitad de camino: volver a la obra, abrir sus millones de ojos, desajustar los fragmentos; mas, a esta altura, Aleisa Ribalta ha bordado en el verso los gestos de las calles y las diminutas sonrisas del azar. Talud no es solo la magnífica ejecución de la obra de todos los días, sino también la voluntad de sostener al tiempo en el preciso momento en que el verso nace. Y todos hemos de verlo crecer. De voz sosegada, mirada fija y cálida: así nos recibe Talud cuando sus historias encuentran lugar en cada uno de nosotros. Todo encaja, como si cada fragmento fuera mío y tuyo y nuestro en la conjugación de una intimidad universal. La poeta ha trazado los círculos donde converge la humanidad, la de la isla, la de todas las islas, la de toda la tierra. Y ser palabra, viento, hoja, otoño: y siempre ser más, y siempre encontrarnos en la dirección ancestral que nos ha tejido Aleisa en la dramaturgia de sus fragmentos. Antes que el telón caiga, y la tarde sea ida, no se marchen, en la piedra blanca nos esperan las utopías que nos faltan.

Noel Alonso Ginoris

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Insularmente La Habana y 5 de abril del 2018


Donde el barro espaĂąol prosigue su historia. TĂŠcnica Mixta. Cartulina. 70 x50cm 2017

Felipe Alarcon Echenique


Felipe Alarcón Echenique Pintor, Grabador, Dibujante y escritor. Miembro de VEGAP y la Asociacion Espanola de Pintores y Escultores de Madrid. Presidente de la Asociacion de Creadores Iberoamericanos (A.C.I.) Nacio en Ciudad de la Habana, el 21 de Marzo de 1966. Graduado en la Academia de Bellas Artes “San Alejandro”. Fundador de la Catedra de Educacion Artística (1987). Impartio clases como profesor de Artes Plasticas (1987-1995 en Primaria y Secundaria Basica). Curso estudios en el Instituto Superior de Arte ‘Jose Varona’ (1995-1998) en Licenciatura de Educacion Artística. Estudio-Taller 1996-1997 C/Obispo, La Habana (Cuba). E-mail: aechenique2003@yahoo.com

Web: www.f-alarcon.com

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OBRAS EN PROPIEDAD Obra propiedad del Museo de la Ciudad de la Habana-Vieja, La Habana (Cuba), 1995. Obra propiedad del Hospital Oncologico de La Habana (Cuba), 1996. Obra propiedad del Centro de Prensa Internacional, La Habana (Cuba).1997 Obra propiedad Galería Catarsis, Madrid (Espana), 1998 Obras propiedad de AUPEX, Universidad Popular de Extremadura, Badajoz (Espana), 2000. Obras propiedad de Fundacion Ciudadanía, Merida (Espana), 2000. Obra propiedad de la Embajada de Cuba en Madrid (Espana), 2002. Obra propiedad del Grupo Duplex en Barcelona (Espana), 2003. Obra propiedad de ACEAS (Asociacion Internacional de Artistas Plasticos) Barcelona, (Espana). 2003 Obra propiedad del Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid (Espana). 2004 Edicion Grafica propiedad de ARTE Y NATURALEZA, Madrid (Espana). 2005 Obra propiedad de Galería Jose Lorenzo, Santiago de Compostela (Espana).2005 Obra propiedad del Ayuntamiento de Baeza, Jaen. (Espana). 2006 Obra propiedad del Museo del Dibujo y la Ilustracion de Buenos Aires. (Argentina), 2007 Obras propiedad de la Fundacion Pepe Rubianes, para la entrega anual del premio de teatro. Barcelona (Espana). 2014 Obra propiedad de la Katz & Bach Galerie Richter, Berlín (Alemania), 2015 Obra propiedad del Ex-Ministro de Cultura Cubano y asesor del Presidente, D. Abel Prieto, La Habana (Cuba), 2015 Obra propiedad del Grupo La Rioja y su presidente Jose Castro, Luxemburgo. 2015 Obra propiedad del Restaurante 'Disfruta Raíz' de Roa, Burgos. (Espana), 2015 Obra propiedad del Museo Cervantino de El Toboso, Toledo. (Espana), 2015 Obra propiedad del Centro Hispano de la Cultura (Exposicion permanente Fernando Ortíz), L a Habana (Cuba), 2015 Obra propiedad de Summa Editorial, Madrid (Espana), 2015 Obra propiedad de la Universidad Jean Monnet de Sant Etienne (Francia), 2015 Coleccion permanente en la Bodega Campos de Dulcinea con el título 'Dulcinea Onírica'. El Toboso, Toledo (Espana). 2015


Obra propiedad de la Universidad de Navarra, Facultad de Filosofía y Letras, Grupo Siglo de Oro Espanol. Pamplona (Espana). Portada del Libro CAP CAPES (Un recorrido por la literatura y la cultura espanolas) editado por la Universidad Jean Monnet de Sant Ettienne (Francia), 2015 Coleccion permanente Museo-Casa Cultura de Casablanca, La Habana (Cuba), 2015 Obra propiedad del Instituto de Las Letras Modernas, Uex. Caceres (Espana). 2016 Obra propiedad de la Fundacion Ciudadanía. Merida, Badajoz (Espana). 2016 Obra propiedad del Centro Cervantino CXXI. Quintanar de la Orden (Toledo). Espana 2016 Obra MURAL, "La sinergia del conocimiento'. Biblioteca Publica JFK, Hialeah, Miami (Florida) 2016 Obra propiedad de La Oficina del Historiador de La Habana. La Habana (Cuba) 2018

Principales Premios 2017 - Molinero Universal, 2017. Asociacion Amigos de los Molinos. Mota del Cuervo, Cuenca (Espana) - Mencion de Honor. Concurso Artista del Ano, Circle Foundation. (EstadosUnidos) 2016 -'Hombre de La Mancha, 2016'. Centro Cervantino CXXI. Quintanar de la Orden, Toledo (Espana). - Premio de la Crítica, C'ART 2016. Venecia (Italia). - Primera Mencion de Honor, IV Bienal de Microformato de la Asociacion Aires de Cordoba. Cordoba (Espana). 2015 - Mencion de Honor , Museo Cervantino, Tema: Dulcinea El Toboso Toledo, (Espana). 2006

- Premio de Honor Artista Latino, Galería Artexpresion (Miami).USA - Primer Premio de Dibujo de la A.E.P.E (Asociacion Espanola de Pintores y Escultores de Madrid) en el Certamen Lorenzo Aguirre. Madrid (Espana).

2005

- Mencion de Honor, Revista Iberoamericana de Arte de USA. Miami, Florida. (USA). - Tercer Premio de Dibujo en el Primer Certamen de Valdescorriel, Tema El Quijote. Zamora (Espana). - Mencion de Honor de The Cove Rincon Int’l. Miami, Florida. (USA). - Segundo Premio de AEPE (Asociacion Espanola de Pintores y Escultores de Madrid) en el Certamen de Artes Plasticas ‘Tema

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El Quijote’, Madrid (Espana) 2004

- Primer Premio de AEPE (Asociacion Espanola de Pintores y Escultores de Madrid), en el Certamen de Pintura ‘Tema Dalí’. Junta Municipal de Arganzuela, Madrid (Espana). - Primer Premio al Artista Extranjero en el II Salon Internacional de Pequeno Formato en ACEAS (Federacion Internacional de Artistas Plasticos de Barcelona) Espana.


2003

- Gran Premio en el XIII Salon Internacional de ACEAS (Federacion Internacional de Artistas Plasticos de Barcelona), Espana. - Premio Alfonso Arana. Asociacion Internacional de Plastica Latina. Francia. - Primer Premio de Tecnica Mixta en el I Salon Internacional de Pequeno Formato en ACEAS (Federacion Internacional de Artistas Plasticos de Barcelona), Espana. - Primer Premio de Dibujo Creativo en el XII Salon Internacional de ACEAS (Federacion Internacional de Artistas Plasticos de Barcelona), Espana.

1999

- Finalista del LXVI Salon de Otono de Madrid. Madrid (Espana).

1998

- Premio Copa Zeus. Roma (Italia).

1996

- Finalista del Salon Fayad Jamis. Casa de la Cultura de Alamar, La Habana (Cuba).

1987

- Premio 150 Aniversario de Maximo Gomez. Museo de la Ciudad, La Habana (Cuba).

1983

- Premio Salon San Alejandro. Escuela de Bellas Artes, La Habana (Cuba).

1981

- Mencion Salon San Alejandro. Escuela de Bellas Artes, La Habana (Cuba).

1977

- Premio por la Solidaridad. Embajada de la Union Sovietica, La Habana (Cuba).

1975

- Premio por la Paz. Embajada de la India, La Habana (Cuba). - Premio Transito. P. N. R. La Habana (Cuba).

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La obra de Felipe Alarcon Echenique ha sido recogida en mas de 50 Exposiciones personales y cerca de 100 exposiciones colectivas desde el ano 1995 hasta el 2018 en muchos paĂ­ses como Cuba, Espana, EEUU, Argentina, Portugal, Francia, Italia, China, Costa Rica y Alemania.


Serie Crónicas en blanco y Negro I Técnica Mixta. Cartulina. 100x70cm. 2013


Un Cuento de José Baroja

EN MEMORIA DEL ALMA DE TREMENTINO MARABUNTA *

“Toda la vida del hombre gira alrededor de lo caliente. El hombre teme lo frío: la comida fría, la mujer fría, las ropas frías, el viento frío”. Manuel Rojas. Hijo de ladrón

Trementino Marabunta amaba cocinar. En efecto, don Trementino, por sobre todas las actividades a las que un artista hubiera podido dedicarse, había optado, desde hace mucho, por la que mas amaba: la cocina. Esto, aun cuando, durante toda su vida, hay testigos de esto, solo supo cocinar un unico plato caliente; uno y nada mas. Sin embargo, en su defensa, habra que decir que cada vez que lo preparaba, cada vez que lo servía, el sabor, el olor y la textura de su obra magna transmitían al afortunado comensal, sentimientos tan variados, tan íntimos, que ese unico plato caliente parecía multiplicarse hacia el infinito.

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En ese momento, en ese preciso momento en que las papilas gustativas entraban en franco contacto con el preciado tesoro, muchas sonrisas no se dejaban esperar. Especialmente, entre quienes eran sus principales críticos, quienes, sin siquiera saberlo, revelaban unas pupilas tan dilatadas que, sorprendentemente, parecían cubrir todo el globo ocular; ademas, los movimientos ansiosos de las bocas y unos corazones latiendo muy fuerte, siempre acusaban el querer un poco mas. Quizas, despues de comer junto a Trementino Marabunta, ese unico plato caliente, creado con tanta pasion, mas de alguno concluiría que un unico plato de comida puede equivaler a todos los platos de comida caliente que se han servido desde el inicio de los tiempos. Sin duda, Trementino Marabunta amaba cocinar. —¿Que cocinaba?—, se preguntaran con todo derecho. La respuesta en sí es compleja. La gente mas superficial, mas “adulta”, mas comoda en dicho rol, tal vez dira, con soberbia seguridad, que el unico plato de Marabunta era una simpleza: arroz con carne molida. Incluso, es posible, como vi ocurrir en mas de una ocasion, esa gente despreciara lo gentilmente servido advirtiendo que cualquier persona, en esta y en cualquier realidad, sería capaz de cocinar algo tan insignificante. No obstante, tambien existen aquellos con mas corazon, mas ajenos a la obtusa rutina, esos que se parecen a los ninos a los que el siempre les servía con tanto carino. Ellos, y solo ellos, siempre lograban notar que cada plato caliente, de quien fuera nuestro querido chef, tenía un sabor diferente. * Cuento publicado en el libro “Baroja, J. En memoria del alma de Don Trementino Marabunta y otros cuentos. Ediciones Escaparate: Concepción, 2018”.


Sin duda, para la mayoría de nosotros resultaba magico que su arroz recordara tan explícitamente los dulces que, hace algunos días, habíamos robado, con evidente talento, de algun pequeno supermercado del barrio. Otros se imaginaban que así debía ser el sabor de un filete minon, de esos que se ven en las películas, pero que, difícilmente, se pueden conocer en el mundo real. Los mas osados se aventuraban a hablar del mana, a proposito de la historia bíblica, que alguna manana de escuela dominical, una senora de olores antiguos nos había contado. En esta, Dios había proveído a su pueblo elegido de este manjar cuando pasaban hambre en el desierto; el hambre, algo tan reconocible entre nosotros, los privilegiados comensales de Marabunta. Creo que, en parte, lo veíamos como ese dios proveedor o, al menos, sus ojos nos lo hicieron pensar, en mas de una ocasion. Dios era bueno. A diferencia de los ninos a los que atendía, Trementino vivio con su padre y su madre durante toda su infancia: el, un serio profesor de Matematica; ella, una inteligente duena de casa. Sin duda, quien lo conocio en esa epoca podra afirmar que fue un nino a quien le gustaba jugar en la calle, correr y correr como esos locos que faltan en la adultez, lleno de alegría y sin absurdas preocupaciones y que, por supuesto, gozaba con pequeneces que, en ese entonces, le resultaban enormemente maravillosas. Tal vez, sea correcto decir que todavía lo eran. Don Trementino Marabunta no perdía oportunidad de contarnos muchos cuentos sobre la vida esperando que nosotros creyeramos que eran absoluta verdad. Recuerdo que, en una ocasion, me narro acerca de un hombre que entro a un cafe y que convirtio un terron de azucar en un pez: yo no le creí, pues ya no era tan pequeno para creer en esas cosas; no obstante, el parecía creerlo. Incluso me hubiera atrevido a decir que el era el hombre del terron de azucar. Como sea, sí puedo concluir que Trementino Marabunta recordaba y revivía con amor lo hermosa que había sido su infancia. Si le preguntan a quienes fueron sus mas cercanos o a sus familiares, estaran de acuerdo conmigo. El Sr. Trementino sabía cocinar infinitos platos de comida caliente, al menos —y es lo importante—, eso afirmaban los ninos con los que compartía, voluntaria y gratuitamente, en aquel “hogar” donde chicos sin padre o madre, o bien mal llamados delincuentes, esperaban por alguna luz de carino; incluso entre esos pasillos que encaminaban hacia fríos cuartos de recurrente soledad. Marabunta lo sabía y, por eso, las dos veces que nos visitaba durante la semana, se esforzaba en que la comida tuviera ese unico elemento que no puede faltar.

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Una vez, un cura visito nuestro “hogar”, con el objetivo, por supuesto, de probar la comida de nuestro heroe. Ciertamente, los comentarios acerca de el se habían extendido generando algo de curiosidad entre los mas escepticos. La expectativa era muy alta: el eclesiastico esperaba encontrarse un plato gourmet, que valiera toda esa alharaca. Recuerdo muy bien su cara de sorpresa cuando frente a el solo hallo un humilde plato de arroz con carne molida. Igualmente recuerdo como se fue refunfunando sin siquiera probar un bocado. Lo que contrasto, casi de inmediato, con la cara de felicidad de mis companeros —y la mía—, tras llevar el tenedor a la boca: “¡El mío es de pizza!” “¡Aca tiene sabor a pure!” “¡Que ricas papas fritas!” Parecía una locura, pero en verdad los sabores se multiplicaban, mientras los ojos de Trementino brillaban ante nosotros como los de un dios. Me arriesgare a decir que ese brillo surgía por su pasado. Su infancia fue hermosa y gozaba compartiendo un momento de esta con tantos ninos, a traves de ese unico plato de comida caliente que tan bien cocinaba. Es probable que si le pidieran recordar algun momento negativo antes de los dieciocho anos solo sonriera, levantara los hombros y dijera con su serena voz: “Fui feliz”. ¿Cual había sido su plato favorito en ese tiempo? Como ya lo adivinas, querido lector, el arroz con carne molida que su madre preparaba sonriente y que el esperaba encontrar cada vez que regresaba del colegio.


Ya adulto, sin embargo, le habría de llamar la atencion que durante practicamente dos meses, cuando solo tenía diez anos, fue el unico plato que comio. Recuerda, con amor, la imagen de su madre calentando el agua en esa antigua tetera milenaria que antes fuera de su abuela. Por eso, Trementino, mientras cocinaba, hacia memoria e imitaba el como su mamita picaba el ajo, echaba el arroz en una taza bien bonita para luego arrojarlo en una olla donde el aceite se hacía escuchar. En especial, le gustaba repetir la parte en que tras revolverlo, vertía dos tazas de agua caliente dentro de la olla provocando un explosivo sonido que anunciaba con cierto ímpetu el inicio de la espera: veinticinco magicos minutos. Siempre le había parecido bello ver como esa carne tan fea y barata, se convertía en algo tan bonito y delicioso al mezclarse con el arroz. Ese era su recuerdo: simple y hermoso. Luego, se enteraría de que durante esos dos extranos meses, su padre padecio lo que muchas familias en Chile: tenía una deuda tan grande que lo obligo a vender pertenencias, a comprometerse a pagos, a llorar incluso. Ambos ya eran su admiracion entonces, pero en el momento en que supo esto, su madre y su padre le parecieron gigantes, pues frente a ellos, a el y sus dos hermanos, jamas, jamas se quejaron. En cambio, siempre hubo un maravilloso plato de comida caliente al almuerzo. Por lo anterior, no es extrano que don Trementino Marabunta aprendiera a cocinar infinitos platos, aunque todos se parecieran y se llamaran igual. Los ninos del “hogar” siempre fueron los mejores críticos gastronomicos para juzgar su arte, pues nunca lo hicieron con sus ojos. Ahora, Trementino se ha ido, nunca supimos nada mas alla de sus sonrisas, de sus ojos brillantes, de sus ojos de nino y de la hermosa infancia que tuvo. Don Trementino Marabunta fue, sin duda, el mas grande artista que conocí.

En tu memoria.

José Baroja. Valdivia, Chile, en 1983. Vive en Talca donde se desempeña desde el año 2015 como docente de literatura universal y literatura española en la carrera de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación de la Universidad Católica del Maule.

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Ha publicado cuatro libros de relatos y un poemario: El hombre del terrón de azúcar y otros cuentos (2015), reeditado este 2018; Sonatas (2016), único poemario del autor; Un hijo de perra y otros cuentos (2017); El curioso caso de la sombra que murió como un recuerdo y otros cuentos (2018), publicado recientemente en Barcelona, España; y En memoria del alma de Don Trementino Marabunta y otros cuentos (2018). También ha participado como prologuista de algunos autores, así como en varias antologías.


Plaza no muy grande, no muy chica, Mota del Cuervo. Cartulina TĂŠcnica mixta 70x50 cm. 2017


Abril 2018

contactoverbodesnudo@gmail.com


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