“Piensa como yo o muere”. Voltaire.
ÍNDICE
JASON AGUILAR BENSON La voz de otros tiempos .........................................................................................................7 OCTAVIO GUERRA Sin título .....................................................................................................................................9 SERGIO ZENTENO Fish .............................................................................................................................................10 Foco ...........................................................................................................................................11 Siglas ..........................................................................................................................................13 LUIS DAMIÁN Labios tercermundistas .........................................................................................................16 Juego de sombras ...................................................................................................................16 Arráncate el disfraz ...............................................................................................................18 JORGE VALENZUELA El mar ........................................................................................................................................21 EMILIANO BARAJAS GONZÁLEZ Sin título ...................................................................................................................................23 PAÚL NAZAR Amor perro animal ................................................................................................................24 ONIX GALEL Daniel, Daniel, Daniel y Daniela ..........................................................................................26
HERANDY ROJAS Sergio Zenteno. Una pequeña introspectiva .....................................................................28 (Crónica de autor) BRYAN GERARDO La vida acuática de Wes Anderson .....................................................................................32 (Reseña de cine) HERANDY ROJAS “Los amantes del círculo polar” .........................................................................................33 (Reseña de cine)
ART ART PARTY PARTY
LA VOZ DE OTROS TIEMPOS En la noche, cuando algunas personas duermen, hay cosas que se escuchan mejor. Sobre todo si vives alejado de las grandes urbes, donde el grillo canta y los sapos croan.Todo esto adornado con las infinitas estrellas en la opacidad. Pero si v i ve s e n l a c i u d a d , c o m o yo, probablemente sólo escuches el tráfico y las peleas maritales de tus vecinos; otras veces se puede escuchar algo más. En la quietud de tu departamento, o en la soledad de tu casa, quizá puedes sumergirte en meditaciones o subir al vagón de la inconsciencia. Pero, ¿qué pasa cuando en aquel completo estado de contemplación, en la oscuridad del cuarto, empiezas a escuchar una voz que te habla lenta y repetidamente? Una tarde de verano que apuntaba ser como cualquier otra, llegando a casa, todo parecía normal: estaba cansado, pero no con demasiado sueño. Me recosté en cama boca arriba, mirando cómo la escasa luz que entraba por la
persiana reflejaba la sombra de una araña patona que yacía en el techo devorando a su presa. Pronto quedé en un estado de vigilia, del cual no había ningún pensamiento que me envolviera; no prestaba atención a mis sentidos. De repente escuché algo que sacudió mi mente y me sacó de aquel trance —no podía creerlo—. Lo que escuchaba era la voz de una mujer repitiéndose varias veces, sentí un miedo único y pensé que me estaba volviendo loco, se erizaron los bellos de mi cuerpo, esa experiencia fue algo que nunca olvidaré. No había ninguna mujer en mi habitación y el tono no pertenecía a ninguna dama que hubiera conocido antes, pero ahí estaba, inquietándome. Un arrebato de miedo me provocaba aquella voz que parecía tan madura y seria. La voz repetía constantemente lo mismo, sólo dos palabras: “Alesia Arvernus”. Lo repetía una y otra vez, hasta que la voz se fue apagando.
FUCK digital
En mi último viaje aprendí cómo funciona la mente de un loco. La lengua del loco es una hoja en blanco, la mente es como la bola de acero de las máquinas de escribir antiguas, tallada en alto relieve con letras, signos y números, pero más complejo; las letras representan ideas y la bola de acero parece no tener fin. Así pues, es como el loco habla, mientras su infinita mente gira sobre su propio eje imprimiendo ideas en su lengua. Es un ingenioso mecanismo que escribe libros que contienen poemas y cuentos, y van agarrados de la mano, codificados por un lenguaje basado no en letras ni palabras, sino en ideas y conceptos que cuando se aprende a leer, se puede hablar y escribir. Los locos hablan el lenguaje de Dios que es quien oprime las teclas, una lengua muerta para los cuerdos...
FISH cuando todo parece incomprensible y absurdo la única posibilidad es el arte efímero y todo lo que se esfuma cocinar, comer, inhalar caminar hacia ese monte wannabe calvario ahí, detrás de esta, tu casa no te besuquearé no te diré que eres única o necesaria aunque lo seas no habrá contrato kármico o boda espiritual con flores, mirra o cacería porque lo que has impartido es el desapego, la distancia y el silencio que aumentan ciertos tipos de amor contemporáneo sentirse más solo y más poeta es el legado que has dejado en esta cama te dedico un libro de páginas perecederas que caducan y se borran
al marcharme
te obsequio una piedra un peñasco o la rara joya que secretamente quieres ninfa tan deseada y dada al sueño, al ensueño y al despertar risueña no eres la misma de ayer ni la de antier eres la misma que pinté con un beso tibio y robado en la penumbra aunque la luz no es tan ajena la reservo para el día en que el mar sea nuestra morada pez hediondo de amor que se resiste y salado frenesí
FOCO tungsteno puse la mano en el toque y me dio hasta lo más interior de las piscinas subconscientes donde duele ser ultra consciente y predicar panfletos de código desconocido y misterioso es mejor echarse un taco y perderse en lo más ordinario y desapercibido así viví hasta que me rescataste hecho un trapo mojado de memorias he pintado cuadros redondos he desenterrado llaves que resultaron ser inútiles las que prometieron ser el fin de los dilemas he viajado en bicicleta hasta las vías más lácteas del placer intelectual del misticismo fue un libertinaje chico ante el tuyo llévame ante tu maestro el hoyo negro al que aluden tus historias implausibles dices que todo lo reinventas con un mero movimiento de cadera lo he visto en las marejadas que despiertan poblaciones prendo un foco y se ve que se han pintado las paredes de arcoiris
NO ME ENFADES
SIGLAS la g es de gato la h de hoyo la p es de peligro emocional y lágrimas de cocodrilo d es de dedo en el gatillo cacería de galaxias al punto pedo r es de Roxana la conocida sibarita cibersónica que puso su mano en mi frente andando yo en cierto estado y me transportó a su vorágine si no fuera por un apto ángel me pierdo en la fiesta de poetas beat de los buenos allá en los años inocentes de no se cuándo ya no es así es peor pero sin los pergaminos incendiarios que anunciaban el origen del continente mu m es de mu t es de tetra r es de retiro me retiro con la letra h que es muda
NO QUIERO HABLAR
LABIOS TERCERMUNDISTAS Tengo todo lo que no se puede decir, aquí, en estos labios. Todo aquello que fulgura entre tus sueños y supones que se borra al despertar. Aquello que se mueve detrás de una aurora boreal y que no alcanzas a ver. Todos los libros sagrados, se han fundido en estos labios, carentes, tercermundistas, helados. Juro que tus labios son la llave que los puede revelar, como el nacimiento de un sol en un silencio de inmensidad. Juro que si ahogas tus labios a los míos, conoceremos la verdad. Para entenderla, y desaprenderla, y entenderla y desaprenderla una y otra vez, teniendo el pretexto para siempre besarnos. Ven y funde tus labios a los míos para no morir jamás.
JUEGO DE SOMBRAS Siempre procuro verte. En realidad siempre te veo. Ya sea en la mancha de una pared o en la espalda de una mujer que camina con las bolsas del mandado y no alcanzo a verla de frente. Mis orejas se inclinan como las de un ciervo en un campo de cacería hacia cualquiera susurro que pueda asemejar tu nombre. Los escucho en los arbustos, en la locura del tráfico en el aceite hirviendo en el teclear de la computadora y hasta en el arrullo de una madre a su hijo. Cuando voy a la tienda
al banco, al salón de clases o cuando simplemente camino por ahí, dejo que mi mano recorra las paredes en que se proyectó tu sombra e imagino que algún dibujo oscuro, pintado por el golpe del atardecer o por los rayos de los autos es tu magnifica sombra. E imagino que de ella apareces y te acercas y me abrazas con tu cuerpo que es más vivo que el agua y que tu sombra y la mía juegan. Juegan mientras jugamos juegan mientras las vemos juegan por siempre para siempre aunque no haya luz que las pueda proyectar.
e-book
ARRÁNCATE EL DISFRAZ Ah, pero qué belleza poder poner mi cabeza, en el regazo de tu piel. Soltar mis manos salvajes, en el brebaje de tu carne, donde me hundo con mi miel. Invocar con un grito tuyo, a la luna que en su arrullo, su luz nos deja caer. Ah, pero qué certeza que perdidos en la maleza, dejemos de pensar, para volver a renacer. Muerde mi alma herida, que eso haré con tu vida para tenerte cerca de mi. Arráncate el disfraz, querida, para que puedas tener paz desnuda frente a mí. Vamos a hacer ese viaje olvídate de tu linaje que esto es sólo para ti.
FILOSOFÍA DEL LENGUAJE
SUPER SUJETO LÓGICO REGRESO SIN RETORNO ATOMISTA LÓGICO
El mar A pesar de haber nacido no muy lejos del mar, a Gilberto nunca le gustaron las costas de Sonora. Él nació en Hermosillo y para llegar a las playitas de Guaymas (que en ese entonces eran lugares si no muy concurridos sí visitados por varias personas los fines de semana, en su mayoría familias que iban a festejar algún evento importante en su vida o con cualquier otro pretexto), no tardaba más de una hora, pero a Gil le desagradaba el calor casi insoportable, al menos para él, de por allá. En parte, porque su piel era muy sensible y siempre se le irritaba a causa de las altas temperaturas y, en parte, porque nunca se sintió a gusto con su cuerpo que era más bien delgado. Y lucirlo, ya no digamos en un traje de baño sino en playera de tirantes y un pantalón cortado a la altura de las piernas, no era su idea de pasar un buen día en la playa. Varias veces lo invitaron a diferentes playas de Sonora y él nunca aceptó las invitaciones, y si lo hizo no llegó al lugar en el que quedaban de verse sus amigos y él para salir de la ciudad. Y sus amigos, después de esperar treinta o cuarenta minutos decidían que Gilberto no iba a llegar, que seguramente se le había presentado algo y que era mejor que se fueran, que él entendería y no se sentiría mal por haber partido sin él. Así que subían todos al auto y se marchaban hacia la costa del estado, con sus hieleras llenas de cerveza y sus trajes de baño en una mochila y botanas en otra; con todas las ganas de sentir el agua, de tumbarse en la arena, de crear uno de esos momentos inolvidables y únicos que en realidad son iguales a cientos de momentos que de únicos no tienen nada, o no mucho, tampoco hay que ser tan negativos. Tiempo después Gilberto viajó a Ensenada y el clima le pareció muy bueno, muy agradable porque ahora no estaría obligado a usar ropa que le obligara a mostrar sus brazos o sus piernas. Ahora, esa que era su ropa preferida, las camisas de manga larga y los gruesos pantalones de mezclilla que allá en Hermosillo lo incomodaban porque lo hacían sudar excesivamente, aquí podría usarlos y sentirse a gusto, contento, con ganas de salir a caminar por ahí y presumir su ropa impecable y bien planchada. Pero Gilberto se sintió feliz o sintió algo muy cercano a la felicidad cuando visitó las playas de la ciudad. Entonces Gilberto pudo por fin recostarse en la arena que no le quemaba la piel y pudo caminar descalzo y mojarse sólo las manos y los pies pues no sabía nadar, en esa agua tan helada pero que a él le pareció agradable. Gilberto sonrió y se sintió dichoso, como si fuera la primera vez que veía el mar y en realidad para él sí era, porque las otras playas que había visitado en su juventud, varios años antes, no contaban para él, no eran playas, no era mar, como si la felicidad, su felicidad, dependiera solamente de los lugares fríos.
Todo aquello que tu madre no te ha contado por tu bien mismo Esos relatos que en la mente causa un sismo Si bien puedes ir tomando un fragmento Todo al final acumulará un lamento ++ Si entre todas las etapas La incertidumbre te traslapa Entre la espada y la pared Sigues cayendo de red en red Piensas que hacia delante debe ser Y en el campo construir Si no tienes más a donde ir El negocio de crear un nuevo ingreso Cuando la piedra que pateas te golpea de regreso ++ Entre el jardín de hojas caídas Las noches se cuentan por las sombras que por las estrellas Cambiando de estancias y estaciones Veo que caes dentro del río congelado Que antes fue tu cobijo amparado
AMOR PERRO ANIMAL Si fueras palabras ociosas sonido desgastes de guitarra sería más fácil dejar de quererte para entender el arte de este amor que mis pulmones inhala y duele mi alma que recopila tu esencia en las amorosas letras de los libros que devoran a mis ojos quiero salvarme de este amor animal que tritura con sus dientes rabiosos mi cuerpo en deseo torpe desmejorado lenguaje quiero encarnar esta soledad embarcar con mis sueños descubrir la cultura del olvido.
Ja kuniyo xá ma'yo – ina kiti Nu kuuro tu'un ja tu sa kuiti ja a tua kanta jita yaa va ku ja kuniri rro na va skuari te sari na va' - jiniri ndasa kuniri rro ja nu kíwi tachi ini-ri te úu añuri ja stutu na ja tu kancharo nu kuni xá tu'un tutu kanu ja yee xá nduchiri kuniri kentari nu kanté ja kuni xá' – ina kiti ja ntíi nji núú kue-ina xá ntatiu-ri ja kuni xá tu jiniro skántaro-rro kuniri sa' mari iniri ja ma' iiri nkiri nji jáni- niri ku kuniri na jini-ri na tua jani iniri
Daniel, Daniel, Daniel y Daniela “Y me pregunté si aquellos son los hombres quienes han sido objeto de los dedos acusadores, de las yemas de huella grotesca, y de las filosas garras de arpía. Si esa mirada, que resplandecía con la dicha del infante al volver jirones la envoltura de los regalos navideños, podía ser el objeto de las más bajas designaciones y de los más sangrientos comentarios. Si este hombre, este otro Danny, si este ser tan hermoso, tan ajeno a las pasiones plebeyas, que se escuda tiernamente de los horrores del exterior, que aferra a su pecho el felpudo cráneo de una Hinata de peluche puede, de verdad, ser víctima de la inquisidora voluntad de esa red de chismosos, de hipócritas, de esa silenciosa selva poblada de víboras y rastreras alimañas que gozan con la lenta putrefacción que sus venenosas fauces causan a la presa. ¡Si un ser que salta inflamado de júbilo en el podio del íntimo triunfo se revuelca, sin saberlo, en su perdición…!”. (…) Daniel Pérez terminó su violentísima sesión de baile al compás de Dschinghis Kahn. Daniel Rodán terminó de limpiar su colección de lolis de PVC. Daniel Brando terminó su tarea de la universidad: unos arbolitos morfosintácticos. El primero se fue a bañar, el segundo a ver anime y el tercero a tomarse una cerveza. ¿Quién es el más pendejo? (…) Una doncella que parece magnolia sentóse a la luz del sol en la solitaria banca de un parque de espesa verdura. Su frente resplandecía como la superficie de una mina de sal. Suspiró largamente, y sus ojos siguieron el vuelo de una enorme polilla que, a modo de colibrí, se desplazaba en fantasmal vuelo probando de cada grana obelisco el delicado néctar del rubio androceo. En algún lugar de la ciudad suena un teléfono con una melodía de Justin Bieber. —Dígame, señor pendejo.— Dijo una voz, no sé si de la del que llama o del que responde. —Oh, claro, señor pendejo. Deje lo comunico con el señor pendejo.— Respondió la otra voz, no sé si la del que llamaba o si la del que recibía la llamada. No sé si era voz de hombre o de mujer. —Gracias, señor pendejo.— Respondieron las dos voces, no sé si al mismo tiempo o si tomaron turnos. Colgaron. Pero no sé quién colgó primero. Y tampoco sé si el otro se quedó esperando a oír la voz del Señor Pendejo; sentado, tal vez, en el estacionamiento de algún OXXO, tal vez bebiendo leche directamente de un cartón desde donde una vaca sonríe como afectada por los humos de la marihuana, tal vez introduciendo la lengua en el agujero de su ya vacío galón de Tonayán, o Viva Villa o Johnny Walker Blue Label. No sé si era de piel blanca, negra o café con leche; si suspiraba, reía o transpiraba de nerviosismo por culpa de algún demonio, de esos que los pecados engendran para que nos persigan hasta someter nuestras nalgas a una indelicada sesión de acupuntura.
No sé si Daniela caminaba sola o con sus amigos o con alguno de esos pelafustanes macho alfa que la pretenden constantemente. No sé si su andar era como de costumbre, o sea, si caminaba como flamenco, moviendo los largos pilares blancos que tiene por piernas, de manera uniforme y acompasada, con la mirada perdida en el suelo correoso y ennegrecido del Centro, con esa, su frente salina ya no reflejando el sol estival sino reverberando del bullicio nocturno, reflejando esa artillería de luces que se usan para combatir la noche desde toda perspectiva; con sus largos brazos aferrados a cada costado como nívea hiedra. No sé si Danny Rodán acaricia la frente de su Hinata, apretándosela al pecho como madre a su hijo en medio del desamparo, consolando a la criatura al cobijo, con el cobijo de su cuerpo, haciéndole entender, mediante aquella expresión, viendo en la confección de palabras inútil instrumento, que todo estaría bien. No sé si Danny Brando se acaricia el bananón mientras hojea una revista Maxim en lo que llega su novia la Fanny, para ponerla de gatita y darle su lechita y después verla a los ojos con ese escrutinio que remonta a los cazadores neandertales que saborean a su presa antes de asestarle el golpe de gracia, decirle te amo, abofetearla, y echarse a dormir. No sé si el Danny restante, el Danny Pérez, vagabundea por la calle Bronce, con el ocio a cuestas y el despropósito (y es que el ocio a todo propósito lo parasita con el desmoralizador prefijo des) de toparse con la Danny, su tocaya, y luego verla a los ojos, ¡ay, esos ojos que ella tiene! ¡De búho, de Venus, de bosque nevado! ¡De acantilado en la tormenta! ¡Esos ojos que a todo aquel que en ellos reflexiona hacen viajar a través de los tiempos y de las posibilidades! ¡Que hacen pensar en un linaje prohibido!, verla, en fin, a esos sus ojos… ¡que asoman al Faro del Fin del mundo, y que vuelan por encima de la Tierra del fuego…! Y acercarse… acercarme… acercarme a ella… acercarse a ella… a ella… (…) Y es que yo conozco también esa soledad: cuando esperas el mensaje de aquellos lejanos, cuando tu mano se frena al instante de la iniciativa. No: ellos están ocupados, ocupados, ocupados. No pueden hablar o salir con un otaku como tú, cuya simiente se le escapa sola del cuerpo, y la vida se le escurre del cuerpo. Conozco la soledad que brota de la espera. La soledad que sólo se apacigua durante un promedio de 23 o 24 minutos, dos veces a la semana, que es lo que dura el capítulo de JoJo's o de One Piece. Porque yo también acaricié la faz de una Hinata de peluche. Y no sé ya si es el Danny Pérez o si soy yo el que escribe, el que suscribe, el que circunscribe en torno al vaso del que beben mis recuerdos. Ni si él fue el que le escribió con afán amoroso a Daniela. No sé quién quiere esconderse, taparse la máscara, no la cara, la máscara, por si acaso: Si él, o yo. ¿Y quién quiere desaparecer? No sé. No sé. ¿Y a quién le gustaría la caricia de Sugar? Ésa que te toca y te convierte en juguete y hace que todos se olviden de ti. Que todos se olviden de mí. Hasta resulta anestésico pronunciarlo, pensarlo, acariciar la idea. Que en un instante todos se olviden de mí. No. Eso sí lo sé. Vivo cada día como si la muerte me pegara la última carrera y ya todo fuera en vano. Como si caminara en una kilométrica plataforma unidireccional con destino al patíbulo. Vivo en el más absurdo de los inamovibles presentes. Como insignificante lechuga marina suspendida en las columnas de agua, impávidas a los anhelos. Consciente del peligro, camino sobre la cuerda floja sin siquiera saber andar sobre el concreto.Y el abismoinsondable se me figura a los acantilados de Moher: el mar se bate en augusta danza donde incontables crestas semejantes a soldados de a lanza combaten contra un enemigo invisible que los envuelve como la atmósfera misma. Y gélidas bóreasen forma de daga deshilachan la cuerda. Y, de todos modos, yo, viendo en la tempestad los ojos de Daniela, me envalentono y hecho a andar el primer pie. Me envalentonto. ¿Quién es el más pendejo?
SERGIO
ZENTENO UNA PEQUEÑA INTROSPECTIVA
El espacio se revela abierto en toda su esencia, obsequiándonos, a través de este interesante archivo fotográfico-documental en la casa-estudio del artista multidisciplinario Sergio Zenteno Bencomo, una perspectiva honesta, íntima, del universo que inquieta, inspira y mueve su creación artística, filosófica e intelectual. Así como los ritos ordinarios, perceptiblemente humanos, que constituyen su primera cotidianidad: objetos, símbolos, deseos, espiritualidad, y amor.
Mientras escogía las croquetas para los gatos recién nacidos en su domicilio, buscaba un aguacate en buen estado o reflexionaba respecto a las tortillas que cenaríamos esa noche, yo lo observaba. Se movía con gran naturalidad entre los pasillos, a la vez que iba reconociendo y saludando a los cajeros y carniceros del lugar. Aquel hombre, que en 1975 tuvo que dejar la ciudad para viajar a Los Ángeles, California, a causa de una grave enfermedad de su padre, se encontraba de regreso, aquí, en el puerto. Un ambiente sereno, fresco, rociado por el aire marino que solo el área de Playitas le puede ofrecer a la ciudad de Ensenada. Una zona que se siente como apartada del resto de la población, algo así como una aldea de gente tranquila, en su mayoría científicos e investigadores, me comentó esa vez Sergio Zenteno Bencomo mientras pedía, en la tienda de la esquina, un queso traído de Real del Castillo, como a una hora al sur de la ciudad, cerca de Ojos Negros. Viajamos hacia la carretera en busca de café y terminamos en el Oxxo de la colonia Moderna comprando un capuchino Andatti. De regreso a su casa, el Sol mostraba sus últimos rayos de luz. Cenamos. Platicamos un largo rato sobre el significado tan importante que implican las alianzas entre los artistas intelectuales, y todo el bagaje filosófico que constituye al Zenteno antropólogo se comenzaba a desbordar.
Formas de crear Imposible no hablar sobre el amor (al arte) con Sergio Zenteno. Pues el amor es la pieza clave en sus obras. Amor, y admiración, al cuerpo humano, principalmente. “Yo pienso que una de las cosas más bellas y majestuosas en la vida es el cuerpo humano. Admiro a la gente cuando la veo en la calle, no hay nada más bello que un cuerpo en acción”, me dice el artista creador de las reconocidas caras y cabecitas humanas de trazos sencillos, cortos, pero contundentes. Caras que parecen representar seres de otro planeta, con cráneos ovoides, alargados. Así son las piezas de Zenteno. Un experimento interno que expone y manifiesta su larga búsqueda existencial a través de una inmensa gama de expresiones artísticas: músico, pintor, poeta, actor, cantante, fotógrafo, dibujante, cuentista, escultor, y de más. Y es que, aunque su fuerte es la obra plástica, yo lo conocí como director del performance Interno/Externo la tarde del 6 de abril de 2013, en la explanada del Centro Estatal de las Artes Ensenada (Cearte). Lo miré de lejos. Un pantalón holgado color gris, sweater negro y unos lentes que enfatizaban su look fresco y desenfadado. Aquel día me ofreció una manzana, una botellita de agua. Por momentos lo recuerdo descalzo, caminando entre los jóvenes, la mayoría estudiantes de Artes de la UABC. Ese fue el primero de muchos encuentros que posteriormente tendríamos por medio de nuestras amistades en común. Ser cercano a un artista con la calidad humana de Zenteno es una tarea que implica revaluar nuestra forma de ver el mundo, pues nunca son poco profundas sus tareas creadoras y menos la emoción e importancia que le adjudica a cada una de ellas. Así ha transcurrido su vida y obra. Enérgicamente entregada a su desarrollo como artista, productor de obras, e investigador sociocultural. Tras practicar performances en lugares públicos, como las calles más concurridas del centro de la ciudad, tener una gran colección fotográfica de hermosas mujeres o haber desarrollado un gran archivo de audio y video experimental, ahora se encuentra desarrollando Body, una serie fotográfica sobre su propio cuerpo desnudo.
Formas de sentir “La serie Body, sobre mi cuerpo, es una documentación que hago para rendirle homenaje al cuerpo humano, cómo me ha aguantado la vara a través del tiempo, por eso nunca me he tatuado, porque me parece que el cuerpo es perfecto como es. Siento que mi vida se ha desarrollado de esta manera por cuestiones de azar, no hay ninguna razón exótica del por qué ha esta edad vivo de esta manera. En lo sencillo está lo complejo, y lo profundo”. Me dice esto sentado fuera de su casa con los pies descalzos sobre la arena.“En cuanto a mi obra no se si soy un artista excepcional, so-so*, no sé qué es el éxito. Mi vida es muy convencional y no estoy seguro
de que haya algo mejor de lo que se tiene ahorita, mientras se pueda pintar y se pueda exhibir”. La estética se traduce, para el autor, en un estado emocional que irá fluctuando según el momento. “Pienso que la cuestión del arte viene de diferentes espacios. Hay situaciones en que todo está en un estado de plenitud, paz, pero en otros no te sientes cómodo y es una lucha motivarse. Necesito meditar, salirme un poco de mi cerebro, hacer cosas más inmediatas, tangibles. Quizá es por eso que quiero enamorarme”, me dice mientras reflexiona sobre lo que ha significado el arte en su vida. “Es como estar en una piscina de agua tibia, fluir en el agua, creo que es algo que todos necesitamos”. * Expresión en inglés que significa “regular”.
LA VIDA ACUÁTICA DE WES ANDERSON
La vida acuática con Steve Zissou (2004) es el cuarto film del ahora proclamado director norteamericano Wes Anderson. Narra la vida del famoso explorador documentalista Steve Zissou (Bill Murray) y su equipo. Sin embargo, en la trama Zissou y su equipo no están pasando por el mejor momento debido a la escasez de popularidad y la misteriosa muerte de su compañero y amigo Esteban (Seymour Cassel), quien fue devorado por el mítico tiburón Jaguar en la que sería su última expedición por las profundidades marinas. Zissou se propone ir en busca del tiburón que dio muerte a Esteban embarcándose en una nueva expedición en busca y documentación del Jaguar y cobrar venganza de la muerte de su amigo, es así como arma la tripulación del Belafonte, también llamado equipo Zissou. En el lapso nuevos personajes aparecen, un supuesto hijo de Zissou, Ned Plymptom (Owen Wilson) un joven copiloto de aerolínea que asegura ser el hijo que Zissou nunca conoció, su esposa Eleanor (Anjelica Huston), que también colaboraba como coproductora de su marido, y una bella reportera embarazada (Cate Blanchett) encargada de cubrir la aventura de la expedición. A lo largo de la trama los protagonistas enfrentan complicaciones abrumadoras, incluyendo piratas, secuestros y la quiebra.Todo un filme caracterizado por el drama que Wes Anderson suele adaptar a sus personajes, ampliamente recomendado para los aficionados de su peculiar estilo visual simétrico, diálogos particulares, escenografías y vestuarios vistosos con una paleta de colores contratantes en suaves pasteles y sin dejar de mencionar un soundtrack de exquisitos covers en portugués del músico y cantante David Bowie a cabo de Seu Jorge.
Título Original: The Life Aquatic with Steve Zissou. Dirección: Wes Anderson. Fotografía: Robert D.Yeoman. País: Estados Unidos. Año: 2004. Interpretaciones: Bill Murray, Owen Wilson, Cate Blanchett, Anjelica Huston, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Michael Gambon, Noah Taylor, Bud Cort, Seu Jorge, Robyn Cohen, Seymour Cassel. Guión: Wes Anderson, Noah Baumbach. Producción: Wes Anderson, Barry Mendel, Scott Rudin. Música: Mark Mothersbaugh, Seu Jorge.
LOS AMANTES DEL CÍRCULO
POLAR “Hasta mañana, un beso. Si me oyes mándame tú otro”. Ana. Los amantes del círculo polar (1998) es una película dirigida por el guionista y productor de cine Julio Médem. En ella se transgrede la estructura lineal de la trama europea para dar lugar a un proceso cíclico de historias paralelas, tejidas sobre personajes independientes que le dan vida y comprensión a la vaporosa reflexión sobre la que gira la historia: el amor. Así, el film ilustra un pequeño fragmento casi universal, nuestro y de cualquier latitud, en el cual su autor transfigura la prosa intuitiva de las experiencias infantiles para, a través de sus letras, dejarnos ver un romance sutil que experimenta la inacabada forma de las ideas. Protagonizada por Najwa Nimri y Fele Martínez, la trama fue galardonada con dos de los premios Goya –Premios Anuales de la Academia española– al año siguiente de su presentación oficial; el estreno también obtuvo el reconocimiento de mejor actuación para la actriz vasca.
sensación que determina la coincidencia irracional del tiempo en todas sus formas: “Es bueno que las vidas tengan varios círculos. “Pero la mía, mi vida, sólo ha dado la vuelta una vez y no del todo. Falta lo más importante. He escrito tantas veces su nombre dentro.Y aquí, ahora mismo, no puedo cerrar nada. Estoy solo, y la espero”. La muerte y el destino aparecen como un coma que recrea el silencio en su propio interior y, así, es posible la reencarnación obligada, una efímera realidad que sólo a ella pertenece: “Es necesario que la vida tenga sus ciclos, todo nace y muere. Así es la vida: implacable, alegre y triste; todo caduca con el tiempo… el amor también”. Desarrollada sobre esa premisa, la trama de la película nos hace una dolorosa analogía de lo que significa la infinitud de la condición humana. El amor es un secreto audaz, nace de un anhelo inocente, lúcido... y muere en el instante fugaz de un nuevo amor: un golpe que flota y se desmorona sobre los pensamientos ininteligibles de la razón. Ciclos de vida y muerte La trivialidad que experimenta una fantasía solitaria es como una estela que recorre cada centímetro de su quietud incontenible. La muerte, la soledad, el amor, la amistad, los ciclos oscuros a los que pertenece y la conciencia inacabada de su propia existencia. “Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande.Y eso que las he tenido de muchas clases. Sí, podría contar mi vida uniendo casualidades”, dice Ana mientras observa el rosado fuir del horizonte; un ente que teje paradigmas absurdos, pero sin concluir o concretar una realidad propia y verdadera; un espasmo inerte que se materializa sobre la esencia fundamental de los deseos.
Sol de media noche La filmación se desarrolla en diferentes sitios de España y Finlandia, específicamente a los alrededores del círculo polar ártico, la Laponia finlandesa, sobre el Sol de media noche. Donde se desenlazan los temas cruciales que involucra toda la narración: la muerte, el destino, los extraños círculos de la vida y la consciencia sobre la misma. El recorrido de los personajes principales es una involuntaria representación de todo aquello que, inofensivamente, pertenece al núcleo de la naturaleza,
La circunstancia no confronta el destino, sólo se sucede a sí misma, como un hecho al que no cabe opción alguna. Les mostró a Otto y Ana la delicada propiedad de su conciencia: que no existe, pero que se vuelve eterna en un instante, en el desafortunado trance de los recuerdos. Los amantes del círculo polar nos muestra una inquietante representación que concluye en la más certera e incontenible declaración natural: un Sol a media noche.
Cuidado editorial Herandy Rojas
Arte y concepto Algo y universo
Colaboradores: Herandy Rojas Herandy Rojas nació en Los Mochis, Sinaloa, el 4 de marzo de 1989. Es reportera, reseñista, columnista y ensayista del suplemento cultural Palabra del diario El Vigía. Autora de Ni libro Ni árbol, ni hijo. Periodismo, arte y literatura (Colección Palabra, 2014). Encargada del concepto editorial de Colección Palabra, forma parte del consejo editorial de la revista literaria Baba Norte. Actualmente es encargada del cuidado editorial de la revista de arte y literatura El Matavenados. Algo y universo Desde sus inicios la frase ha sido usada como medio para personificar un estado, conciencia y desarrollo tanto intelectual como artístico. El término nace en el año 2005 como una forma que su creador utiliza para describir lo ulterior de las cosas sencillas e importantes: aquellas que se desarrollan en la particularidad de algo efímero, pequeño, pero desembocan en la magnificencia del todo universal. El autor es poeta, pintor, músico experimental, cantautor, filósofo y artista. Actualmente es encargado del área de arte y diseño de la revista El Matavenados. Jorge Valenzuela Jorge Valenzuela Escobar (9 de enero de 1997, Salina Cruz, Oaxaca). Colaborador del suplemento cultural Palabra y uno de los fundadores de la revista literariaBaba Norte. Sus principales referencias son Henry Miller, Roberto Bolaño y el infrarrealismo en general, así como la música de los años 70 y 80. Emiliano Barajas Emiliano Barajas. Estudiante de Artes Plásticas, inició su formación académica dentro de la plástica en 2011. Ha formado parte de varios talleres, conferencias y cursos en el Centro Estatal de las Artes Ensenada(Cearte), hasta la fecha ha participado en 8 exposiciones colectivas. También es parte del taller de gráfica La Morera del Cearte y actualmente se encuentra experimentando con la escritura. Paúl Nazar Paúl Nazar es poeta y artista nacido en Ensenada, Baja California. Autor del libro de poesía bilingüe Amerindia, compendio editado en español y mixteco por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. También es colaborador del suplemento cultural Palabra del diario El Vigía y actualmente se encuentra a punto de publicar un libro de poesía para niños.
Octavio Guerra Nacido en la ahora desaparecida Unión Soviética en el año de 1983, hijo de inmigrantes mexicanos. Es un pensador, filósofo, escritor y músico lírico amante del arte, cuya afición por el futuro lo ha llevado a descifrar el enigma de los futurólogos, ciencia de la cual no se tiene más información a excepto la proporcionada por Guerra. Sergio Zenteno Sergio Zenteno es periodista y artista interdisciplinario ensenadense, su obra visual se exhibe en el marco de la XIX Bienal de la Plástica de Baja California, que en la actualidad viaja en varias ciudades del estado; la poesía fue una de sus primeras formas. OnixGalel Mi nombre es OnixGalel Puerta Meza, nací el 23 de julio de 1994 en Ensenada, Baja California. Misma ciudad en la que resido desde entonces. Actualmente estudio Traducción en la Facultad de Idiomas de la UABC. Me interesa el modernismo, surrealismo, academicismo y realismo tanto en artes pictóricas como en literatura. Damián Fuentes Luis Damián Fuentes es escritor, poeta, periodista y estudiante de sociología en la Universidad Autónoma de Baja California. Actualmente radica en la ciudad de Ensenada. Como periodista se ha desarrollado de manera profesional en varios medios como Ensenada.net, el suplemento cultural Palabra del diario El Vigía, y actualmente en el periódico Frontera. Bryan Gerardo Bryan Gerardo Ramírez nació el 18 de febrero de 1991 en Los Ángeles, California. Actualmente estudia Diseño Integral y se desarrolla como freelance en la ciudad de Ensenada, Baja California. Sus principales intereses son la música, cine, el diseño y la contracultura. En este momento se encuentra viajando como músico de sesión con el grupo Young Pills en la gira Everyonegetsbigger in Texas, en diferentes ciudades de Estados Unidos y el norte de México.
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