ยกร RASE UNA VEZ... U NA BR JA! U
Ilustraciones: Marcella Briotto
Resultado del taller realizado el 3 de diciembre de 2017 a las 12 horas
Agradecemos inmensamente a Ana Luelmo, Mario Carreón, Alfredo Roagui y Gustavo Arámbula por la realización de los seis talleres basados en nuestro libro ¡Érase una vez ... una Bruja! en la FIL Niños 2017, parte integrante de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. El libro, escrito por Carla Chaubet e ilustrado por Marcella Briotto, propone que el personaje principal cree su propia historia. Y fue exactamente eso que los niños hicieron: con escenarios, personajes y elementos adicionales, como escoba de bruja, polvo magico, fuego y otros, cada grupo de niños creó una historia para nuestra bruja, componiendo texto y escenarios que reproducimos en los seis libros de esa colección.
© 2017 Editora Pipoca® Todos los derechos reservados Producción gráfica y editorial: Editora Pipoca® Ilustraciones: Marcella Briotto ISBN: 978-85-5446-053-2 São Roque — SP www.editorapipoca.com.br contato@editorapipoca.com.br
Taller realizado a partir de la lectura del libro ¡Érase una vez... una bruja!, de Carla Chaubet, ilustrado por Marcella Briotto.
ยกร RASE UNA VEZ... U NA BR JA! U
Ilustraciones: Marcella Briotto
Resultado del taller realizado el 3 de diciembre de 2017 a las 12 horas
Un buen día la bruja viajó al bosque en busca de polvos mágicos. De pronto se topó con el leñador y el lobo, este último estaba buscando hadas para comérselas. –Hola, buenos hombres, ¿podrían porfavor ayudar a encontrar polvos magicos? –dijo la bruja.
–Claro, con gusto –dijo el leñador. –Claro que no –dijo el lobo–, yo estoy buscando hadas para comérmelas, no me interesa tu polvo. –Oh no! –dijo la bruja–, no deberías comerte a las hadas, ellas son buenas y no hacen nada malo a nadie. –Claro –dijo el leñador–. Podríamos pedirles sus polvos a las hadas pero nunca comerlas. Yo apoyo el consumo sustentable de hadas –dijo el leñador, que era un buen hombre y poniendose del lado de la bruja. Sacó su espada y continuó dirigiéndose al lobo: –me enfrentare a ti lobo malo. El lobo, asustado al ver la espada del leñador dio la vuelta y salió corriendo de ahí.
El leñador y la bruja caminaron por el bosque hasta que llegaron a un claro en las afueras de un pueblo y de pronto vieron una columna de humo en otro bosque cercano –Oh no, se quema el bosque –dijo el leñador–, debemos hacer algo pronto! –Bruja, usa tus poderes para apagar el fuego –dijo el Lenador. –Excelente idea –dijo la bruja.
Corrieron hacia el bosque en llamas y lo que encontraron ahĂ fue un gran dragĂłn que exhalaba enormes bolas de fuego una tras otra.
–Qué creen que están haciendo aquí– dijo el dragón al ver a la apresurada pareja que llegaba junto a él y “ACHUUUUU!”,una bola de fuego salió de la boca del dragón en dirección a la bruja.
–Ten mucho cuidado, casi me achicharras –dijo la bruja. –Lo siento –dijo el dragon–, estoy muy enfermo y no puedo dejar de estornudar. –No te preocupes dragón, yo te prepararé un delicioso jarabe mágico para que te alivie –dijo la bruja. –Muchas gracias, buena bruja –dijo el dragón. –Oh sí, ella es buenísima para eso –dijo el leñador! –A cambio puedo ofrecerte esta bolsa de polvos magicos –dijo el dragón–, llevo así desde hace cinco años.
El dragón pudo curar su catarro y la bruja conseguir sus polvos magicos, así ella y el leñador salieron de ahí contentos hacia el camino que llevaba al reino. Siguieron su camino y llegaron hasta un bonito puente donde se encontraron con el lobo, que había secuestrado a una princesa, quien pedía auxilio.
–Nos volvemos a encontrar –dijo la bruja. –Así es, y me dispongo a disfrutar de mi almuerzo –dijo el lobo mirando a la princesa –AYUDA, AYUDA –chilló la princesa. La bruja, muy astuta, sacó su bolso de polvos magicos y arrojó un poco sobre el lobo y este se transformo en un pequeño sapo frente a sus ojos. –Hijole –dijo el lobo–, me vengaré algún día. –Y dicho esto salió de ahí saltando.
–Muchas gracias, buena bruja –dijo la princesa–. En recompensa te dare más polvos magicos y los invitaré a mi castillo, pues esta noche dare una gran fiesta. –Me gustan mucho las pachangas –dijo la bruja! Llegaron hasta el castillo de la princesa y se encontraron con un dragon que se veía amenzante. –Te matare, dragón –dijo el leñador.
–Oh my god! –chillo el dragón al tiempo que escupió una diminuta bola de fuego que le incendió el sombrero al Leñador. –Detente, es mi mascota –dijo la princesa.
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