Boletín mensual (3) Marzo 2014 Editorial Hace poco, leyendo una charla pública de Krishnamurti en Ojai, me encontré con este extracto, en el que, refiriéndose al conocimiento propio y al darse cuenta, decía: "Desafortunadamente, la mayoría de ustedes solo desea hablar del viaje pero no quieren emprenderlo." Esta afirmación me conmovió, sentí que reflejaba nuestra realidad, la realidad de todos nosotros quienes llevamos tantos años dedicados a la enseñanza, leyendo libros, viendo videos, manteniendo diálogos con personas interesadas, siempre hablando o pensando en el viaje. Parece tan obvio que hablar de las enseñanzas y del darse cuenta no produce ningún cambio fundamental. Solo basta mirar los hechos. Los que nos dedicamos a la enseñanza, a su difusión, o los que nos consideramos profundamente interesados, ¿estamos libres de conflicto y sufrimiento? ¿Hemos ‘conseguido’ incorporar la enseñanza en nuestras vidas cotidianas, en nuestras relaciones de unos con otros? Si somos honestos, podemos observar en nuestras propias vidas que hablar de cambio, de conocimiento propio, de darse cuenta, no resuelve ningún problema, y la prueba es cómo vivimos. Hablamos de fraternidad, de paz, de amor, de unión, de felicidad, pero esa no es nuestra realidad, por mucho que nos gustaría. Nuestra vida es una sucesión de conflictos externos e internos, con nuestras familias, nuestros hijos, nuestros colegas de trabajo, nuestros amigos, y nosotros mismos. Esa es nuestra realidad, eso es lo que de hecho sucede. El amor, la felicidad, la unión, son simples palabras, y Krishnamurti nos reta a trascender las palabras y a emprender el viaje porque el viaje es
la única oportunidad, no las palabras. Pero no lo hacemos.¿Por qué? Quizás lo que sucede es que dedicamos nuestras vidas a leer el mapa del viaje, y después de un tiempo, nos volvemos expertos, unos expertos del mapa, conocemos todos sus lugares y caminos (el miedo, la envidia, el placer, el conocimiento, cómo funciona el pensamiento, etc.), lo comprendemos todo en el mapa, intelectualmente, de hecho lo hemos estudiando tanto, lo conocemos tan bien que nos engañamos y pensamos que estamos haciendo el viaje. Ese es uno de los trucos, confundir el mapa con el viaje. Y si vivimos en el engaño de que hemos emprendido el viaje, ¿cómo vamos a emprender el viaje?¿Vemos la diferencia? ¿Vemos la diferencia entre leer un mapa ––incluso el nuestro propio–– y viajar? ¿La diferencia entre saber cómo uno es, por qué reacciona como lo hace, etc., y conocerse a sí mismo, ser una luz para sí mismo? A menudo, comprendemos lo que Krishnamurti dice, intelectualmente al menos, pero no se trata de entender lo que dice Krishnamurti sino de conocernos a nosotros mismos. ¿Qué valor tiene comprender lo que él dice si no se produce ningún cambio fundamental en nuestras vidas? Eso es como saber que fumar es malo pero seguir fumando, ¿o no? Es necesario que demos un paso más, de no hacerlo nada cambiará, seguiremos en el mismo lugar, en el que estamos ahora. Para cambiar de lugar, uno ha de viajar. Les deseo a todos ¡bon voyage! Paloma Salvador, FKL. Noticias Participación de personas, directa o indirectamente, relacionadas con los Centros de Información Krishnamurti en Radio Mantra. Les recordamos que la FKL sigue abierta a la participación de los grupos y centros Krishnamurti de España y Latinoamérica. Pueden escuchar la última charla con Marina Audi del Centro de Información Krishnamurti de Barcelona sobre el tema de las relaciones.
Recordar que si están interesados en participar en ese espacio de Radio Mantra, contacten con Daniel, daniel@fkla.org. La FKL firma contrato de publicación con Olive Call, Buenos Aires La FKL acaba de firmar un contrato con la editorial Olive Call de Buenos Aires, Argentina, para la publicación de dos libros en formato electrónico. El primero de los dos libros que se publicará: El futuro es hoy.
Encuentro de la FKL con los Centros de Información y grupos Krishnamurti de España. El último fin de semana de Marzo, la Fundación se reunirá con los centros, asociaciones y grupos Krishnamurti de España en Aluenda, cerca de Calatayud, Zaragoza. Participaremos unas 20 personas y juntas trataremos de consolidar las bases de una relación y colaboración conjunta. Texto La mayoría de ustedes se enfrenta con una crisis, ya sea en relación con el dinero, con las personas, con el amor o con la muerte. Y cuando están atrapados en una crisis semejante, tienen que optar, tienen que decidir. ¿Cómo deciden? La decisión que toman emana del temor, del deseo, de la sensación. De modo que están meramente posponiendo, optan por lo que es conveniente, placentero; por lo tanto, sólo están creando otra oscuridad a través de la cual tienen que pasar. Únicamente cuando perciben el absurdo de su actual existencia, cuando lo perciben no sólo con el intelecto sino con la totalidad de la mente y del corazón, cuando de verdad perciben lo absurdo de este continuo optar, entonces, desde esa percepción alerta, nace el discernimiento. Entonces ya no optan; actúan. Es fácil dar ejemplos, pero no daré ninguno porque a menudo confunden. De modo que, para mí, la percepción alerta no resulta del esfuerzo por estar alerta; adviene por sí misma cuando estamos conscientes con la totalidad del ser, cuando nos damos cuenta de la inutilidad de la opción. Actualmente optamos eligiendo entre dos cosas, entre dos cursos de acción; elegimos entre esto y aquello, uno lo comprendemos, lo otro no.
Con el resultado de una acción semejante, esperamos llenar nuestra vida. Actuamos de acuerdo con nuestros anhelos, nuestros deseos. Naturalmente, cuando ese deseo se ve satisfecho, la acción llega a su fin. Entonces, puesto que seguimos sintiéndonos solos, aislados, buscamos otra acción, otra satisfacción. Cada uno de ustedes se enfrenta con una dualidad en la acción, optando entre hacer esto o aquello; pero cuando perciban la futilidad de la opción, cuando estén alerta con todo el ser, sin esfuerzo alguno, entonces conocerán el verdadero discernimiento. Pueden poner a prueba esto sólo cuando se encuentran realmente en una crisis; no pueden hacerlo con el intelecto, cómodamente sentados e imaginando un conflicto mental. Pueden aprehender la verdad de esto sólo cuando están cara a cara con una insistente exigencia de opción, cuando tienen que decidir, cuando todo el ser requiere acción. Si en ese instante perciben con la totalidad del ser y se dan cuenta de la futilidad de la opción, entonces de ello brota la flor de la intuición, la flor del discernimiento. La acción que nace de eso es infinita; entonces la acción es la vida misma. No hay división entre la acción y el actor, es todo un continuo. No existe esa satisfacción temporaria que pronto desaparece. El Arte de escuchar - Obras Completas.