Boletín mensual (5) Junio 2014 Editorial Estar ocupado Me gustaría compartir e investigar el tema del estar ocupado y del futuro. Como es lógico, pueden haber diferentes maneras de abordarlo. Parece normal estar constantemente ocupados, incluso para los que dicen no tener ocupaciones. Los niños van a la escuela durante el día, y en las tardes realizan actividades extracurriculares; los jóvenes en la universidad estudian horas y horas para aprobar los exámenes y tener buenas calificaciones, de lo contrario pueden ser devaluados; los adultos trabajan todo el día y luchan para sobrevivir económicamente; los ancianos comparten con sus familias y amigos diferentes juegos o entretenimientos. ¿Por qué existe esa constante demanda de hacer algo? ¿Somos conscientes de este fenómeno? Sin duda, creo que cualquier persona, si reflexiona sobre esto, puede ver que siempre estamos ocupados con alguna clase de actividad; incluso cuando esperamos turno o permanecemos en distintos lugares públicos, el celular controla nuestro cerebro. ¿Qué sentido tiene vivir de ocupación en ocupación? Al observar las cifras alarmantes de lo que llamamos depresión laboral, estrés, ansiedad, desordenes alimenticios, etc., nada de eso nos inquieta para interesarnos en encontrar una nueva manera de mirar la vida; nunca tenemos el tiempo suficiente para tomarnos en serio este problema tan
complejo de la vida, ¿Que más debe suceder para que abramos los ojos? ¿Por qué aceptamos esta forma de vida? Una vida que su significado es miserable, vanal, superficial y, a pesar de ser así, seguimos de la misma manera. ¿Qué hace que sigamos viviendo de ese modo? ¿Se debe a que el deseo de éxito es tan grande que nos impide mirar dentro y alrededor nuestro? En la sociedad, este fenómeno de perseguir el éxito personal es bien visto, aceptado y, peor aún, reconocido como algo honorable. Pero, si lo miramos bien, el éxito siempre viene acompañado con algún motivo escondido, sea económico, social, religioso, educativo o científico, que nos impulsa a actuar. En todo momento se espera algo a cambio, un resultado, que se cumpla un deseo, que me reconozcan, que me escuchen, etc., y este motivo oculto adquiere una relevancia muy importante en la vida diaria, porque ofrece algo por lo que luchar, sin importar el desgaste del cuerpo y mente que supone lograr el fin deseado. De modo que cualquier actividad se basa en afianzar el éxito o en la búsqueda de éxito. En consecuencia, la mente constantemente mira hacia el futuro; fijándolo, moldeando como uno quiere que sea, y según sus experiencias pasadas. Creo que este mecanismo de la mente es sumamente peligroso, ya que genera una constante lucha entre estas proyecciones de la mente y lo que sucede realmente en la vida diaria, una división entre lo que quiero y lo que de hecho acontece; una lucha y division que nunca terminan. Uno puede programar cosas en el futuro, como estudiar en una universidad, viajes, negocios, etc., pero ¿es posible programar un estado de ánimo, un estado psicológico? Si lo miramos bien, las proyecciones futuras vienen impulsadas por estados psicológicos; por ejemplo, el querer ser un empleado reconocido, viene motivado por el sentimiento de seguridad, de bienestar, etc., que le brinda esta idea. Sin embargo, sea cual sea el estado interno que motiva y fija el futuro, al mirar el día día, uno observa que las emociones, los sentimientos y las ideas cambian, se modifican, el mundo está en constante cambio y yo también, con la siempre incertidumbre de lo que puede suceder, de no
saber lo que nos depara el futuro; incluso no hay ninguna garantía de cómo voy a estar psicológicamente. En definitiva, como no sé lo que sucederá, como mis pronósticos físicos y psicológicos solo son ideas, como mis esperanzas y deseos futuros son inseguros, me doy cuenta de la inutilidad, de la pérdida de tiempo y energía de todo ese proceso de estar ocupado en el éxito y la seguridad física. En ese momento, la mente deja de mirar hacia el futuro y, en consecuencia, de malgastar energía inutilmente; por tanto, se vuelve más activa y tiene mayor capacidad para afrontar el presente interno y externo.
Andrés Konsens Santiago de Chile Noticias International Trustees Meeting en Ojai, California, Mayo 2014
Del 12 al 19 de Mayo 2014, tuvo lugar en la Fundación Krishnamurti América, Ojai, la reunión bi anual de Fundaciones Krishnamurti en la que participaron Paloma Salvador, Daniel Herschthal y Joan Colell de la Fundación Krishnamurti Latinoamericana. Krishnamurti insistía en que los síndicos de las fundaciones tenían que reunirse y pasar tiempo juntos, compartir, colaborar en un espíritu fraternal. Cuando en las reuniones que él mismo presidía, surgían conflictos entre fundaciones, solía decir ‘You are your brother keeper’ (algo como, eres el cuidador de tu hermano). También insistió hasta la saciedad que si bien por necesidades administrativas había 4 fundaciones y varias escuelas, todas las fundaciones y las escuelas eran una sola y compartían una sola mente. Tenemos el gusto de informar que en las reuniones de este año, se han tomado varios pasos significativos en esta dirección: se están poniendo muchos recursos en común, creando proyectos conjuntos de todas las fundaciones, mejorando los canales de comunicación para afrontar y responder a los distintos retos de una sola voz, siempre favoreciendo la unión frente a la fragmentación y la división. Al fin y al cabo, las fundaciones fueron creadas por K para preservar y difundir sus enseñanzas y tienen como único propósito cumplir su voluntad y deseos. El Futuro es hoy
El Futuro es hoy es la última publicación de la FKL en cooperación con
la editorial argentina Olive Call. Después de los distintos cierres a las importaciones, la FKL ha decidido volver a trabajar con editoriales locales y asegurar así que los libros de K puedan llegar a Argentina y demás países de la zona. Se trata de un libro fascinante que consta de las últimas charlas de K en la India, que muchos interpretaron como su despedida, su último adiós y donde una vez más, nos alerta sobre los peligros de la sociedad que estamos construyendo y nuestra responsabilidad en todo ello. El Futuro es hoy se puede pedir online o comprar en las ciertas librerías especializadas. Consulten con la editorial para más información.
Texto EL PRIMER PASO ES EL ÚLTIMO PASO Interlocutor P: Ayer dijo usted que el primer paso es el último paso. Para poder comprender esta afirmación, yo pienso que deberíamos investigar el problema del tiempo, y si es que existe una cosa como el estado final de iluminación. La confusión surge porque nuestras mentes están condicionadas para pensar en la iluminación como un estado final. ¿Es la comprensión o iluminación un estado final? KRISHNAMURTI: Vea, cuando dijimos que el primer paso es el último paso, ¿no estábamos pensando en el tiempo como un movimiento horizontal o vertical? ¿No pensábamos en un movimiento a lo largo de un plano? Decíamos ayer que si pudiéramos descartar por completo lo vertical y lo horizontal, estaríamos capacitados para observar este hecho de que dondequiera nos encontremos, a cualquier nivel de condicionamiento, de existencia, la percepción de la verdad, del hecho, es en ese instante el último paso. Tomemos un escribiente en una pequeña oficina, con toda la desdicha que eso implica; el escribiente escucha y percibe. El hombre escucha, y en ese momento realmente ve. Ese ver y esa percepción son el primero y el último paso. Porque en ese instante él ha tocado la verdad y ve algo muy claramente. Pero lo que ocurre después es que él desea cultivar ese estado. Desea perpetuarlo, convertir la percepción en un proceso, la liberación y la
misma percepción que produce la liberación. Como consecuencia, queda atrapado y pierde por completo la cualidad de percepción. Lo que decirnos pues, es que cualquier proceso envuelve una finalidad. Es un movimiento de lo horizontal a lo vertical; lo vertical, conduce a una finalidad. Y por eso pensamos que la percepción, la liberación, es una finalidad, un punto que carece de movimiento. Después de todo, los métodos, las prácticas, los sistemas, implican un proceso hacia una finalidad. Si no existiera una idea conceptual de finalidad, no habría un proceso. P: Toda la estructura del pensamiento está edificada sobre un movimiento horizontal y por lo tanto, cualquier postulación de eternidad tiene que hallarse sobre el plano horizontal. KRISHNAMURTI: Estamos habituados a leer un libro horizontalmente. Todo es horizontal, todos nuestros libros. P: Todo tiene un principio y un final. KRISHNAMURTI: Y pensamos que el primer capitulo debe conducir inevitablemente al último capitulo. Sentimos que todas las prácticas se dirigen a una finalidad, a un desarrollo. Todo eso constituye una lectura horizontal. Nuestras mentes, ojos y actitudes, están condicionadas para funcionar en lo horizontal, y como remate asiste una finalidad. El libro se terminó. ¿Usted pregunta si la verdad e iluminación es un logro final, un punto decisivo más allá del cual nada hay? P: Un punto desde el cual no es posible resbalar hacia atrás. Yo pude percibir por un instante, y comprender la cualidad de eso. Un poco después vuelve a surgir el pensamiento. Y me digo: “estoy de vuelta en el viejo estado”. Me pregunto si ese ‘contacto’ tiene en absoluto alguna validez. Yo pongo una distancia, un bloque entre mí y ese estado; digo que si él fuera verdadero, no habría surgido el pensamiento. KRISHNAMURTI: Ya veo. Percibo algo que es extraordinario, algo que es verdadero. Quiero perpetuar esa percepción, darle una continuidad, de modo que esa percepción-acción prosiga a lo largo de toda mi vida. Creo que ahí es donde reside el error. La mente ha visto algo verdadero. Eso es suficiente. Esa mente es una mente muy clara, inocente, que no ha sido lastimada. El pensamiento desea continuar esa percepción a través de los actos cotidianos. La mente ha visto algo con
mucha claridad. Déjelo ahí. El siguiente paso es el paso final. El dejarlo es el paso siguiente, el paso final. A causa de que mi mente ya está fresca para dar el próximo paso final, en el movimiento diario del vivir ella no lleva consigo carga alguna. La percepción no se ha convertido en conocimiento. P: ¿Es el yo el que tiene que cesar -el yo como el actor con relación al pensamiento-, o es el ver? KRISHNAMURTI: Muera para la cosa que es verdadera. De otro modo ella se convierte en recuerdo, el que entonces se vuelve pensamiento, y el pensamiento pregunta: ¿cómo he de perpetuar ese estado? Si la mente ve con claridad -y sólo puede ver con claridad total cuando el ver es el cese de ello-, entonces la mente está en condiciones de iniciar un movimiento donde el primer paso es el último paso. En esto no hay envuelto proceso alguno. No existe el elemento del tiempo. El tiempo se introduce cuando habiendo visto claramente el hecho, habiéndolo percibido, hay un cargar con ello para aplicarlo en el acontecimiento siguiente. P: El cargar con ello es el no ser, el no percibir. KRISHNAMURTI: De modo que todos los enfoques tradicionales que ofrecen un proceso, deben tener un punto, una conclusión, una finalidad. Y todo aquello que tiene una finalidad, un punto final, no es en lo absoluto una cosa viva. Es como decir que hay muchos caminos hacia la estación. La estación está fija. ¿Es la verdad una finalidad que cuando ha sido alcanzada se ha terminado todo; la ansiedad, los temores, etcétera? ¿O ello funciona de un modo por completo diferente? Quiere decir que una vez que me encuentro en el tren, ¿ya nada puede sucederme? ¿Significa que espero que el tren me conducirá hacia mi destino? Todos estos son movimientos horizontales. Así es que un proceso implica un punto fijo. Todos los sistemas, métodos, prácticas, ofrecen un punto fijo, y prometen al hombre que cuando él lo alcance, se terminarán todas sus dificultades. ¿Existe algo que sea verdaderamente intemporal? Un punto fijo está en el tiempo. Está en el tiempo porque usted lo ha postulado, porque ha habido un pensar en el punto final, y el pensar sobre ello está en el tiempo. ¿Puede uno dar con esto que debe estar exento de tiempo, que no tiene proceso, ni sistema, ni método, ni dirección alguna? ¿Puede esta mente que de tal modo se halla condicionada en lo horizontal, sabiendo que vive horizontalmente, puede percibir aquello que no es horizontal ni vertical? ¿Puede ella percibir por un instante?
¿Puede la mente percibir que el ver la ha purificado, y así terminar con ello? En esto se encuentra el primer y último paso, porque la mente ha visto de un modo nuevo. Usted pregunta: una mente así, ¿está siempre libre de inquietud? Creo que es una pregunta equivocada. Usted todavía está pensando en términos de finalidad cuando formula esa pregunta. Ya ha llegado a una conclusión, y por consiguiente ha vuelto otra vez al proceso horizontal. P: La sutileza de ello es que la mente tiene que formular preguntas fundamentales, pero nunca el ‘cómo’. KRISHNAMURTI: Terminantemente. Yo he visto con mucha claridad, percibo. La percepción es luz. Quiero llevarla conmigo como recuerdo, como pensamiento, y aplicarla al vivir de todos los días; por lo tanto, introduzco en ello la dualidad, el conflicto, la contradicción. De modo que digo: ¿cómo he de estar fuera de esto? Todos los sistemas ofrecen un proceso, un punto fijo y el fin para todas las dificultades. El acto de percibir es luz para la mente. Ella no se interesa más en la percepción porque si se interesa, esa percepción se convierte en recuerdo. ¿Puede la mente que ve algo con absoluta claridad, terminar con esa percepción? Entonces, aquí el primer paso es el último paso. La mente está fresca para mirar. Para una mente así, ¿se terminan las dificultades? Yo no formulo una pregunta semejante. Cuando ello suceda, veré. ¿Qué ocurre entonces? Cuando pregunto: “¿terminará esto con todas las dificultades?”, ya estoy pensando en el futuro y por consiguiente, estoy preso en el tiempo. Pero eso no me interesa. Percibo. Se acabó. Veo algo muy claramente la claridad de la percepción. La percepción es luz. Cosa terminada. Por lo tanto, la mente jamás está atrapada en el tiempo. Porque yo he dado el primer paso y también he dado, cada vez, el último paso. Vemos entonces que todos los procesos, todos los sistemas, deben descartarse totalmente, porque ellos perpetúan el tiempo. A través del tiempo usted espera llegar a lo intemporal. P: Yo veo que los instrumentos empleados en lo que usted dice son el ver y el escuchar. Estos son movimientos sensoriales. Es también a través de movimientos sensoriales que surge el condicionamiento. ¿Qué es lo que hace que uno de los movimientos disuelva el condicionamiento, y el otro lo refuerce? KRISHNAMURTI: ¿Cómo escucho esta pregunta? En primer lugar, no sé; voy a aprender. Si aprendo con el fin de adquirir conocimientos
desde los cuales voy a actuar, esa acción se torna mecánica. Pero cuando aprendo sin acumular lo que significa percibir, escuchar sin adquirir-, la mente está siempre vacía. Cuál es entonces la pregunta? ¿Puede la mente vacía estar alguna vez condicionada, y si es así, por qué se condiciona? Una mente que en verdad está escuchando, ¿puede alguna vez ser condicionada? Siempre está aprendiendo, siempre se halla en movimiento. No es un movimiento de algo hacia algo. Ese movimiento no puede tener un comienzo y un final. Es algo vivo, jamás condicionado. Una mente que adquiere conocimiento para funcionar, es una mente condicionada por su propio conocimiento. Del Libro Tradición y Revolución