YO QUIERO ESCRIBIR UN LIBRO

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ยกYO QUIERO ESCRIBIR UN LIBRO! Un recorrido por el proceso intelectual, editorial y legal de la escritura y publicaciรณn de un libro.

A MARIANA, EMMA GABRIELA Y JAIRO


PRESENTACIÓN

Más de veinticinco años de dedicación al oficio de la edición de libros, a la enseñanza de las herramientas para escribir mejor y a la pasión por la escritura, constituyen el soporte para avalar la autoridad del profesor Freddy Morles en el campo del lenguaje escrito. Cerca de una centena de títulos editados, más ocho de su propia autoría (cinco de ellos, manuales didácticos relacionados con la escritura) dan fe de ello. Su serie “HERRAMIENTAS PARA ESCRIBIR MEJOR” está compuesta por cinco manuales de invalorable utilidad para las personas que aspiren solventar sus deficiencias a la hora de querer expresarse por escrito: - Herramientas básicas para escribir mejor - Herramientas sintácticas para escribir mejor - Las claves de la puntuación sintáctica - Las estrategias del escritor - Cómo redactar comunicaciones eficientes Ahora ese ciclo se cierra abordando -con esta guía-una carencia que constituye difícil obstáculo para los escritores inexpertos y para quienes aspiren iniciarse en el mundo de la escritura. Esta iniciativa ha sido motivada fundamentalmente por la innovadora modalidad de la Universidad Bicentenaria de Aragua, que permite a sus graduandos de Postgrado optar entre desarrollar una Tesis de Grado o escribir un libro como alternativa de investigación. El presente manual constituye una verdadera guía que nos transporta a lo largo del proceso intelectual, editorial y legal que debe transitar un escritor hasta ver plasmadas sus ideas en una publicación impresa o digital. Inicia con un ejercicio de autoevaluación que permite ponderar nuestras competencias para sumergirnos en el mundo de la escritura; luego nos introduce en el veleidoso mundo de la retórica (“arte de ganarse el alma de los hombres con las palabras”) enseñándonos algunos valiosos recursos para hacer irrebatibles nuestras argumentaciones; para posteriormente mostrarnos –en su alusión al estilo literario y la calidad estética- la “prodigiosa transformación de las palabras, mansas e inertes en el estilo vulgar, cuando las convoca el genio del artista”. Sus ejercicios reales de redacción son completos modelos para los lectores. Y el recorrido por los procesos editoriales y legales está sustentado en la experiencia real de tantos años de oficio. De manera, pues, que estamos plenamente seguros del valioso aporte que esta obra brindará a quienes siempre han soñado hacer realidad el sueño de escribir un libro. Dr. Basilio Sánchez Aranguren Rector de la Universidad Bicentenaria de Aragua


CONTENIDO

Página

I ¿Por qué escribir? ¿Quién puede escribir un libro? ¿Qué necesitamos para escribir bien? II El primer deber: escribir correctamente. La corrección ortográfica. Las claves de la corrección sintáctica. Ejercicios de autoevaluación. III El carácter retórico de la redacción. Recursos retóricos. IV El proceso argumentativo. Recursos argumentativos. La Solicitud como modelo argumentativo. Estructura del proceso argumentativo. V La estructura sistémica del texto. VI La calidad estética. Vocabulario. Eufonía. Ritmo y armonía. Expresividad. Formalidad. VII La práctica recursiva de la escritura. La maduración del texto. VIII El párrafo como elemento angular del texto. Un párrafo ejemplar. IX Cualidades básicas de un texto bien escrito. Unidad temática. Coherencia semántica. Cohesión estructural. Comprensibilidad. Pertinencia. Adecuación. Interés. Atractividad. Validez. Efectividad. X El estilo es el hombre. Estilo anglosajón. Estilo latino. Estilo oriental. Elección del estilo personal. XI Ejercicio práctico de redacción. Bosquejo previo. Preámbulo. Primer borrador. Corrección del borrador. Texto definitivo. Maduración del texto. Recomendaciones finales. XII El acto material de escribir un libro. Cómo empezar. Consideraciones previas: género literario, tema, destinatario, propósito. Título tentativo. Los Capítulos o Secciones. El paso decisivo: la Introducción. Inventario de información. Primer borrador. Versión preliminar. Validación por expertos. Versión definitiva. Elementos complementarios. XIII El proceso de edición y publicación. Componentes externos e internos de un libro. Etapas del proceso de edición. Diseño. Diagramación. Ilustración. Arte Final. Publicación impresa. Publicación digital. XIV Aspectos legales. El Derecho de Autor. Depósito Legal. ISBN. Código de Barras. APÉNDICES. Planillas para solicitud del Depósito Legal e ISBN. EL AUTOR


INTRODUCCIÓN “Tener un hijo, sembrar un árbol, escribir un libro…”. 1. ¿POR QUÉ ESCRIBIR? Ignoramos el origen del adagio que sirve de epígrafe a este escrito, pero con él se pretende resumir, en palabras, un emblemático ideal de realización personal que nunca pareciera perder vigencia. En el hijo, en el árbol y en el libro se resume la aspiración de quienes buscan una manera de trascender un poco más allá de la mediocridad cotidiana, no siempre pródiga en alicientes espirituales. Es que la escritura constituye una de las más elevadas expresiones de la grandeza del espíritu humano, y múltiples son las motivaciones que pueden impulsarnos a este ejercicio. Se escribe por placer intelectual, por compromiso académico, por obligación profesional, por necesidad de comunicar algo y hasta por vanidad. Incluso puede ser, simplemente, como leímos alguna vez que afirmaba André Gide: “Para que me lean”. (Alguien, más jactanciosamente, afirmó: “Si quieres ser inmortal, escribe un libro”).

2. ¿QUIÉN PUEDE ESCRIBIR UN LIBRO? Cualquier persona que tenga un conocimiento, una experiencia, una idea o una inspiración, puede convertirla en palabras para comunicarla a sus semejantes por medio de un libro. Pero escribir es un arte, como lo es tocar un instrumento musical o pintar al óleo. Por tal razón la distribución de las facultades naturales no es equitativa: algunas personas poseen condiciones sobresalientes para ello, mientras que otras tienen que esforzarse para hacerlo medianamente bien. De manera que, al tratar de abordar la tarea de escribir, conviene sopesar muy bien nuestras aptitudes personales para evitar el riesgo de hacer un mal papel ante nuestros hipotéticos futuros lectores. Por ello se hace obligante solicitar opiniones ajenas antes de dar a la luz pública cualquier material escrito. La incapacidad para abordar temas de cierta pertinencia por causa del desconocimiento de la materia, es una limitación de gran peso que puede salvarse mediante la adecuada documentación. Igualmente la falta de dominio de los fundamentos lingüísticos, que constituye una de las deficiencias más corrientes, aun en los sectores académicos y profesionales. Pero, fundamentalmente, sucede que el acto de escribir supone un esfuerzo considerable de voluntad y una disponibilidad de tiempo no siempre al alcance de todas las personas. Posiblemente sea esta la principal limitante para el ejercicio de la escritura. Al respecto, el prolífico Francisco Herrera Luque –que bastante sabía de esto- afirmó cierta vez que: “Escribir es 10% inspiración y 90% sudor”. Con ello nos quiso decir que el oficio de la escritura no sólo exige deseo y talento, sino –en enorme proporción- la voluntad para sentarnos largas horas a producir, organizar y transcribir nuestras ideas; la paciencia para leer, releer y reescribir lo que ya hemos plasmado; la rigurosidad para corregir una y otra vez nuestro producto; y la humildad para nunca darnos por satisfechos con lo que escribimos. De manera que escribir bien no es fácil. Por eso alguna vez leímos que: “Un escritor es alguien para quien escribir resulta más difícil que para las demás personas”. Ello, porque el buen escritor siempre siente que


sus escritos pueden ser mejorados, mientras que los malos escritores no se dan cuenta de lo mal que escriben, lo cual reduce su capacidad de autocrítica y excluye cualquier esfuerzo para tratar de mejorar. 3. ¿QUÉ NECESITAMOS PARA ESCRIBIR BIEN? El ejercicio de la escritura exige ciertas competencias de carácter imperativo para poder expresarnos adecuadamente y transmitir nuestro mensaje en forma clara y correcta (la claridad conceptual y la precisión didáctica de que hablaban los clásicos). A tal efecto es necesario tener siempre presente que “lo escrito, escrito queda”, por lo cual resultará vano cualquier empeño para ocultar, corregir o justificar nuestras deficiencias expresivas o errores gramaticales luego de salidos a la luz pública. De allí la necesidad de esmerarnos en el dominio de las herramientas lingüísticas básicas, pues el deber primario de un escritor es escribir correctamente. Hay una práctica fundamental para quien aspire dominar el arte de escribir: la lectura. Es necesario leer mucho; pero, básicamente, los escritos de autores reconocidos. De esa manera se podrá palpar la forma de escribir de los expertos y su manera de manejar los recursos que ofrece el idioma, al tiempo que se podrá enriquecer el vocabulario, nutrir la imaginación y empaparse de la atmósfera fascinante del mundo de las letras. Quien no lea no puede aspirar a escribir bien, ya que la lectura cumple una determinante función mnemotécnica por medio de la cual nuestra mente va registrando, inconscientemente, los procesos, gramaticales, léxicos, retóricos y estilísticos que conforman el ejercicio de la expresión escrita. El axioma es irrecusable: “Si quieres escribir, lee”. Adicionalmente existe una herramienta obligada y cotidiana que no puede faltar en la biblioteca de ningún escritor: un Diccionario de Sinónimos destinado a enriquecer la escritura con una variedad de vocablos que la hagan menos monótona y más atractiva. IMPORTANTE: Debemos señalar que los 10 apartes iniciales de este manual (referidos al proceso previo a la escritura de un libro) constituyen un compendio de los primeros títulos de la serie “Herramientas para Escribir Mejor”: Herramientas Básicas para Escribir Mejor, Herramientas Sintácticas para Escribir Mejor, Las Claves de la Puntuación Sintáctica y Las Estrategias del Escritor. Por ello recomendamos a las personas que necesiten subsanar deficiencias en esas áreas, consultar tales libros en el enlace http://www.issuu.com/freddymorles, ya que será difícil conseguir ejemplares impresos de ellos.


II

EL PRIMER DEBER: ESCRIBIR CORRECTAMENTE EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN La primera y más elemental obligación de quien escribe es escribir correctamente. Cuando las palabras ya han salido a la luz pública, no hay posibilidad –como ya dijimos- de ocultar los errores, ni de corregirlos, ni de justificarlos. En atención a ello vamos a proponer dos ejercicios que permitan al lector autoevaluar su nivel de competencia ortográfica y sintáctica, con la finalidad de que pueda tomar las medidas adecuadas para solventar cualquier deficiencia en esas áreas. Cada ejercicio tendrá su versión corregida, para hacer la debida comparación.

LA CORRECCIÓN ORTOGRÁFICA En alguna parte hemos leído que un error gramatical es “como una mancha de grasa en la ropa”. De allí la absoluta obligación del pleno dominio de las reglas básicas de la Ortografía: Acentuación, Uso de Letras, Empleo de Mayúsculas, Formación del Plural, Siglas y Abreviaturas. El siguiente ejercicio ha sido preparado para ponderar tal destreza. Haga las correcciones necesarias en el texto original, y luego compare con la corrección que aparece al final del capítulo.

EJERCICIO DE AUTOEVALUACIÓN ORTOGRÁFICA Corregir el siguiente texto respetando –en lo posible- la redacción original. Cuando Fernando Fernandez miró su relój se dió cuenta de que tenía mas de media hora de retardo; algo que también le sucedió el día anterior. Entonces bajó rápidamente hasta la calle y subió por la avenida Paez para dirigirse a pié hasta el Consejo Municipal. Dos cuadras más hallá-donde se alla la cancha de balómpié- se encontró con su viejo amigo Don Cristobal Diaz. -Buenos días, Don Cristóbal... ¿Como está usted? ¿Que a echo últimamente? -¿Como voy a estar? –respondió el anciano-: ¡Cómo para un partido completo de balóncesto! Pobresitos vosotros, que siempre estais cansados. No se cual va hacer el futuro del país con estos jóvenes que sólo se ocupan de fiestas. -Cambie esa aptitud tan pesimista. ¿Porqué cree que dicen que el mundo es de los jóvenes? Tenga fe, porque tal vez nosotros estamos mejor preparados para vivir en el mundo actual. -Ay, jovensito… Tu no haz vivido mas que yo; entonces has el favor y no me


discutas. Ni en docientos años ustedes abrán mejorado. Hay casos como tú amigo Enrique: el es el típico joven que, sin llegar a los dieziseis años, ya se a hechado al abandono por culpa del vicio. Fernando sonrió y se cayó para no contradecir al anciano. Luego, para olvidar el asunto, lo invitó a un cafesito en la panadería cercana; lo que Don Cristóbal aprovechó para uno de sus infaltables concejos: -Como veo que usted aun tiene problemas de la columna, realísese unas buenas secciones de acupuntura aún sino siente dolor; eso lo protejerá de problemas mayores. Yo se porqué se lo digo.

VERSIÓN CORREGIDA (Para comparar con el texto original) Cuando Fernando Fernández miró su reloj se dio cuenta de que tenía más de media hora de retardo; algo que también le sucedió el día anterior. Entonces bajó rápidamente hasta la calle y subió por la avenida Páez para dirigirse a pie hasta el Concejo Municipal. Dos cuadras más allá-donde se halla la cancha de balompié- se encontró con su viejo amigo don Cristóbal Díaz. - Buenos días, don Cristóbal... ¿Cómo está usted? ¿Qué ha hecho últimamente? - ¿Cómo voy a estar? –respondió el anciano-: ¡Como para un partido completo de baloncesto! Pobrecitos vosotros, que siempre estáis cansados. No sé cuál va a ser el futuro del país con estos jóvenes que sólo se ocupan de fiestas. -Cambie esa actitud tan pesimista. ¿Por qué cree que dicen que el mundo es de los jóvenes? Tenga fe, porque tal vez nosotros estamos mejor preparados para vivir en el mundo actual. -Ay, jovencito… Tú no has vivido más que yo; entonces haz el favor y no me discutas. Ni en doscientos años ustedes habrán mejorado. Hay casos como tu amigo Enrique: él es el típico joven que, sin llegar a los dieciséis años, ya se ha echado al abandono por culpa del vicio. Fernando sonrió y se calló para no contradecir al anciano. Luego, para olvidar el asunto, lo invitó a un cafecito en la panadería cercana; lo que don Cristóbal aprovechó para uno de sus infaltables consejos: -Como veo que usted aún tiene problemas de la columna, realícese unas buenas sesiones de acupuntura aun si no siente dolor; eso lo protegerá de problemas mayores. Yo sé por qué se lo digo.


LA CORRECCIÓN SINTÁCTICA El adecuado manejo de la Puntuación, de la Concordancia, del Orden Lógico y de los Conectores Gramaticales, permite darle al texto escrito la coherencia, cohesión y precisión necesarias para que pueda expresar lo que realmente queremos decir. Para lograrlo existen ciertas reglas que resultan sumamente útiles en el momento de la escritura: 1. En principio es fundamental identificar claramente las palabras o los elementos entre los cuales existe una relación gramatical que no se puede deshacer sin alterar el sentido de la oración o párrafo. Es el caso de la relación sujeto/verbo/predicado y nombre/adjetivo, que solo excepcionalmente pueden ser separados por algún signo de puntuación. 2. Definida la relación entre tales elementos, ella debe mantenerse -a toda costa- mediante la adecuada concordancia, el orden lógico y la correcta puntuación. 3. El texto se debe leer entonadamente, enfatizando las pausas lógicas; ellas nos orientarán sobre la puntuación más adecuada. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no siempre las pausas de la lectura se corresponden con pausas en la escritura. Aquí debemos enfatizar la importancia de saber leer correctamente, pues la buena entonación en la lectura permitirá delimitar las frases, las oraciones, los períodos gramaticales y los diversos tipos de incisos; así como identificar debidamente las formas expresivas. 5. Finalizada la escritura es necesario revisar el texto (una y todas las veces que podamos) con la finalidad de verificar si hemos logrado que nuestro escrito exprese realmente lo que nos hemos propuesto. Los signos de puntuación Los signos de puntuación constituyen elementos fundamentales para la comprensibilidad del texto escrito. Su indebido manejo puede convertir un hermoso texto en un confuso acertijo para los lectores; de allí la importancia de su adecuado uso para lograr darle coherencia a la escritura. Sin embargo, al ejecutar la puntuación se deben colocar los signos que dicte el sentido común, pero no más de los necesarios. Más aun, se debe tratar de emplear el menor número posible, con el fin de evitar que la lectura del texto se haga enrevesada. Un signo de puntuación mal ubicado puede cambiar radicalmente el significado de una frase o hacerla incomprensible, como se puede ver en los siguientes ejemplos: -No lo haremos / No, lo haremos. -Quien canta sus males, espanta / Quien canta, sus males espanta. Aunque la puntuación ortográfica no está determinada necesariamente por las pausas en la lectura, esta –como hemos dicho- es la mejor guía para orientar al escritor sobre su correcto uso. En efecto, cada signo de puntuación se corresponde con una determinada pausa, entonación o énfasis en la lectura. De allí que la clave para dominar este proceso consiste en leer detenidamente el texto, enfatizando la entonación


para detectar la adecuada localización de los signos correspondientes y evitar confusión o alteración de su contenido. El uso de estos signos gramaticales, sin embargo, no se rige por reglas inflexibles; por el contrario, frecuentemente está sometido al criterio subjetivo del escritor, y en no pocas oportunidades puede llegar a convertirse en objeto de dudas o controversias. Otras veces –como muchos aspectos del lenguaje escrito- se convierte en un fino juego de sutilezas en el que la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto bordea el límite de lo imperceptible. La concordancia La concordancia consiste, básicamente, en la igualdad de género y número entre el artículo, el sustantivo y el adjetivo; y la igualdad de número y persona entre el sujeto y el verbo. Ejemplo: Las rosas rojas - La vaca da leche. Se ve tan sencillo, que aparentemente no debería haber confusión para establecer la debida correspondencia entre tales elementos gramaticales. Sin embargo -como en muchos otros aspectos del idioma- siempre habrá casos en los cuales la duda o la diversidad de criterios se hagan presentes a la hora de redactar un párrafo. Por ello no es extraño encontrar errores como los siguientes: -*Juan es de las personas que siempre anda bien vestido. (Correcto: Juan es de las personas que siempre andan bien vestidas). -*Estaba media dormida y de pronto volví en sí. (Correcto: Estaba medio dormida y de pronto volví en mí). El orden lógico Aunque la sintaxis de nuestro idioma es bastante liberal, hay expresiones inaceptables porque alteran o afean la escritura, como podemos verlo en estos ejemplos: -*Todos no somos capaces de valorar la importancia de la Ecología. (Correcto: No todos somos capaces de valorar la importancia de la Ecología). -*Cada uno de nosotros hará lo que le corresponda hacer sin excepción. (Correcto: Cada uno de nosotros, sin excepción, hará lo que le corresponda).


EJERCICIO DE AUTOEVALUACIÓN SINTÁCTICA Corregir el siguiente texto respetando -en lo posible- la redacción original. La calidad de la escritura de una persona, es sin duda alguna reflejo palpable de su nivel de excelencia como profesional, lo que le concierne especialmente a aquellos cuyo oficio o condición académica los obligan a la máxima pulcritud en el uso de la herramienta conque ellos se comunican habitualmente, periodistas, abogados, docentes y porqué no, cualquier profesional que se de relieve entre sus colegas. En relación a esto se pudieran mencionar a algunos profesionales inclusive entre los mejores calificados, que adolecen suficiente destreza para expresarse correctamente por escrito pero que su actividad intelectual demasiada exigente les impide advertirlo. Es necesario pues que cada uno de nosotros nos auto-evaluemos y aún a costa de nuestra natural vanidad nos demos cuenta que tenemos carencias que no se pueden subsanar si no a base de 03 virtudes no siempre abundantes, la humildad para reconocer nuestras deficiencias, el estudio fuente del conocimiento y la disciplina para la elaboración, revisión y corrección permanente de nuestros escritos.


VERSIÓN CORREGIDA (para comparar con el texto original)

La calidad de la escritura de una persona es, sin duda alguna, reflejo palpable de su nivel de excelencia como profesional; lo que les concierne especialmente a aquellos cuyo oficio o condición académica los obliga a la máxima pulcritud en el uso de la herramienta con que ellos se comunican habitualmente: periodistas, abogados, docentes y ¿por qué no? cualquier profesional que se dé relieve entre sus colegas. En relación con esto se pudiera mencionar a algunos profesionales -incluso entre los mejor calificados- que carecen suficiente destreza para expresarse correctamente por escrito, pero cuya su actividad intelectual demasiado exigente les impide advertirlo. Es necesario, pues, que cada uno de nosotros se autoevalúe y -aun a costa de nuestra natural vanidad- se dé cuenta de que tenemos carencias que no se pueden subsanar sino sobre la base de tres virtudes no siempre abundantes: la humildad para reconocer nuestras deficiencias; el estudio, fuente del conocimiento; y la disciplina para la elaboración, revisión y corrección permanente de nuestros escritos.

III

EL CARÁCTER RETÓRICO DE LA REDACCIÓN “Ganarse las almas de los hombres por medio de las palabras”

Escribimos porque queremos comunicar algo a alguien. De manera, pues, que el primer objetivo del escritor es lograr que su mensaje llame la atención y logre la aceptación del público al que está dirigido. En caso contrario, simplemente habrá perdido el tiempo y el esfuerzo. La satisfacción de este propósito es el objeto de la Retórica: el arte de “ganarse las almas de los hombres por medio de las palabras”, según Platón. Hacia tal objetivo debe estar orientada la intención del escritor, mediante el adecuado empleo de ciertos recursos que le facilitarán la tarea de persuadir con la palabra a su público lector: RECURSOS RETÓRICOS Los griegos fueron los padres de la Retórica, “el arte del bien decir para convencer a la gente” y sostenían que el arte de persuadir con la palabra constaba tanto de elementos racionales como de elementos emocionales que deben ser adecuadamente manipulados para lograr alcanzar el objetivo propuesto. De manera, pues, que los recursos retóricos tienen que ser herramientas primordiales en el ejercicio de la escritura.


A continuación apreciaremos algunas formas literarias que nos mostrarán cómo las ideas más sencillas pueden alcanzar niveles superiores de belleza y expresividad si sabemos aprovechar tales recursos. Lo que José Enrique Rodó llamaría ”la prodigiosa transformación de las palabras, mansas e inertes en el rebaño del estilo vulgar, cuando las convoca y manda la mano del artista”. Metáfora: Comparación tácita basada en la semejanza. Su mirada era un sueño – Juventud, divino tesoro. Alegoría: Representación de las ideas por medio de objetos reales. La espada y la cruz simbolizaron la conquista de América. Antonomasia: Caracterización de un individuo por medio de un apelativo. Ese hombre es un `Nerón’ - El `Maestro’ Prieto. Antítesis: Enfrentamiento de ideas opuestas, con el fin de resaltar su significación. Ser grande aun en las cosas pequeñas. Hipérbole: Exageración. Ese escritor es un gigante de las letras. Perífrasis: Derroche de palabras para adornar la expresión. “Cuando los primeros ojos españoles se asomaron al inmenso espejo de agua que los nativos llamaban ‘Tacarigua’...”. (“Cuando los españoles descubrieron la laguna de Tacarigua”). Interrogación: Con el fin de excitar la reflexión del lector. ¿Se han preguntado ustedes por qué suceden esas cosas? Ironía: Expresión sarcástica para incitar a la reflexión sobre un asunto. ¡Si seguimos despilfarrando el dinero así, pronto nos vamos a volver millonarios! Prosopopeya: Humanización de los animales o cosas. La brisa mañanera le acariciaba las mejillas. Suspenso: Para avivar el interés de los lectores. ¿Se imaginan lo que habría sucedido si Pedro hubiera estado allí? Pleonasmo: Redundancia para enfatizar una idea. Lo vi con mis propios ojos. Eufemismo: Forma de suavizar la expresión de las ideas. “Lamentamos profundamente tener que informarle que, por razón de las restricciones financieras que nos impone la situación del país -y muy a nuestro pesar debido a la alta estimación a que usted se ha hecho acreedor en nuestra empresa- nos hemos visto en la imperiosa necesidad de prescindir de sus valiosos e insustituibles servicios...”. Mostrar más que declarar: Ilustrar lo que se quiere decir, para hacerlo más interesante.


Una mañana de principios de la semana, mientras se preparaba para irse al trabajo, Felipe experimentó un acerado dolor en el pecho y a los pocos segundos se desplomó fulminado por un inf arto (El lunes pasado Felipe se murió de un infarto).

IV

EL PROCESO ARGUMENTATIVO La argumentación constituye uno de los elementos fundamentales del proceso retórico; alrededor de ella giran los demás elementos del discurso. En principio debe tenerse en cuenta que toda afirmación o hipótesis expuesta en el texto –sea principal o secundaria- debe ser debidamente fundamentada, salvo que ello se considere absolutamente innecesario. RECURSOS ARGUMENTATIVOS El proceso argumentativo dispone de diversos recursos que facilitan el objetivo final de convencer al lector. A continuación presentamos -mediante ejemplificación- algunos de los más usuales: Definición Es una afirmación positiva que permite iniciar la argumentación sobre una base bien sustentada. Las enfermedades cardiovasculares son patologías que afectan, de manera altamente peligrosa, al corazón y los vasos circulatorios. Silogismo Recurso clásico para llegar a una conclusión lógica a partir de una proposición inicial. Los problemas cardiovasculares pueden ser mortales. Tú sufres del corazón; por tanto, estás obligado a cuidarte mucho. Inducción Permite llegar a conclusiones generales a partir de fenómenos particulares. Se ha comprobado que las personas que toman aspirina experimentan cierta mejoría en sus problemas cardiacos; luego, se puede afirmar que la aspirina es eficaz contra las patologías cardiovasculares. Deducción Permite hacer conclusiones particulares sobre la base de fenómenos generales. Se ha comprobado que la aspirina es eficaz contra los problemas cardiovasculares; por tanto, te recomiendo que la utilices de vez en cuando. Analogía Permite hacer conclusiones a partir de la comparación de fenómenos semejantes. A un vecino mío le fue muy bien, por lo cual ahora se la recomienda a todo el mundo. Contrastación Es un interesante recurso para hacer conclusiones a partir de la comparación de fenómenos semejantes. Por el contrario, su tía dejó de tomarla por un tiempo por causa de otro problema, y durante ese lapso se desmejoró seriamente. Causalidad


El vínculo causa-efecto constituye uno de los recursos argumentativos más contundentes. La vida sedentaria constituye uno de los principales factores de propensión a los accidentes cardiovasculares. Comparación Es otro de los recursos más usados para lograr las conclusiones deseadas. En cambio, quien practica habitualmente el ejercicio físico… Reiteración Es muy conveniente reiterar los razonamientos, con el objeto de reafirmar la argumentación. Quiero insistir en la peligrosidad de esta patología. Paradoja Es otro recurso para llamar la atención sobre la argumentación que se hace. Lamentablemente, muchos de los que la padecen se niegan a seguir un régimen de vida más sano . Manipulación Tratar de motivar los sentimientos del lector es un recurso que ayuda enormemente a predisponerlo a favor de nuestros argumentos. Yo sé que tú eres una persona muy inteligente y, por tanto, vas a tomar en cuenta estas recomendaciones. Citas Referenciales (Criterio de autoridad) La mención de criterios con autoridad reconocida constituye un argumento absolutamente convincente. Estadísticas elaboradas en Estados Unidos demuestran que las personas que hacen ejercicio y tienen una alimentación sana son menos propensas a padecer problemas cardiovasculares. Comprometer al lector Es otro valioso recurso para predisponer al lector hacia nuestro favor. No podemos permitir que la gente siga muriéndose por negligencia en su estilo de vida. Utilizar argumentos sólidos Es la mejor forma de convencer. Vale la pena recordar el irrebatible axioma “Nada convence más que la verdad”. Contextualización/Prospección Resulta muy útil extrapolar nuestro planteamiento hacia un ámbito superior, con el fin de crearle un contexto a nuestra argumentación y darle mayor fuerza. Esta es una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo; por lo que debería ser un asunto de interés prioritario para toda la sociedad.

ESTRUCTURA DEL PROCESO ARGUMENTATIVO El proceso argumentativo exige del escritor una sostenida fundamentación de su exposición, de manera que a los lectores no les queden dudas sobre la seriedad y validez del asunto tratado. A tal fin se hace necesario desarrollar una secuencia argumentativa suficientemente razonada y convincente, que deberá estar asentada sobre seis pilares básicos:


1. Planteamiento: ¿Qué quiero decir? 1.

Justificación: ¿Por qué lo digo?

3. Propósito: ¿Para qué lo digo? 4. Validación: ¿Cómo demostrar la validez de mi planteamiento 5. Refuerzo: ¿Cómo puedo fortalecer mi argumentación? 6. Conclusión: ¿Qué resultado se puede derivar de mi exposición?

Modelo genérico PLANTEAMIENTO (Enunciado/Hipótesis) JUSTIFICACIÓN (Por qué) PROPÓSITO (Para qué) VALIDACIÓN DEL PLANTEAMIENTO (Información/Argumentación/ Razonamiento/Demostración) REFUERZO (Inferencia/Reafirmación/Contraste/ Analogía/Contextualización/Extrapolación) CONCLUSIÓN (Resultado/Solución/Deducción/ Propuesta/Consecuencia)

V


LA ESTRUCTURA SISTÉMICA DEL TEXTO Un texto bien escrito debe ser una estructura sistémica en la cual todas sus partes se relacionen entre sí y con el todo. En esa cualidad reside la capacidad para transmitir el mensaje deseado. Se manifiesta mediante una estructura interna que le da funcionalidad, una unidad temática que le da coherencia y una interconexión sintáctica que le da cohesión. A esto hay que agregar el carácter dinámico representado por la progresión natural del discurso. La estructura interna supone la disposición del texto de manera que vaya conduciendo, en forma progresiva, secuencial y uniforme, hacia el logro de un mensaje preciso y coherente. Tres partes básicas deben conformar el cuerpo del texto: - Introducción - Desarrollo - Conclusión A ellas se añaden elementos de Inicio y de Cierre, algunos con carácter más bien efectista: - Título - Epígrafe - Epílogo - Colofón, etc. -El Título El Título es el señuelo que atraerá a los lectores hacia nuestro escrito. Por ello tiene necesariamente que ser preciso y atractivo: expresar en forma breve, concreta e interesante el tema que se va a tratar. Se puede utilizar un título tentativo para iniciar la escritura, pero el definitivo sólo será escogido al final. -El Epígrafe (Opcional) Muchas veces se acostumbra colocar antes del inicio del texto o de sus capítulos -si se trata de libros- una frase de fuerte impacto que contribuya a incentivar el interés de los lectores. Se podrían citar innumerables ejemplos interesantes, tales como: “Ser inmortal es baladí; salvo el hombre, todos los demás seres lo son pues ignoran la muerte”. (De Jorge Luis Borges, en la novela “El último papiro”, de Francisco Alcides Jaime). “Apaguen las estrellas, cubran el sol... Cierren el océano, detengan los ríos...”. (En “A la memoria de Daniel Rodríguez Bolívar”, en Temas del Alto Llano, de Freddy Morles). “Cosa triste esa juventud respetuosa, aduladora del poder”. (De Miguel de Unamuno, en “La rebelión de las esfinges”, de J. Conte Porras). -La Introducción Constituye el “abreboca” del escrito; el párrafo con el que se puede ganar o perder un lector. Por ello conviene redactarla con sumo esmero, con el fin de poder captar la atención del lector y mantener su interés por seguir hasta el final. Será el momento en que el lector decidirá si continúa o abandona la lectura.


Debe contener la revelación del tema que se va a tratar, su importancia y el propósito del escrito. Puede iniciarse con algún recurso retórico, como una frase impactante, una pregunta o una afirmación que incite la atención del lector. Hay primeras frases que se han hecho inolvidables: “En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...”. (Miguel de Cervantes: “El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha). “Un bongo remonta el Arauca bordeando las barrancas de la margen derecha…”. (Rómulo Gallegos: “Doña Bárbara”). “Muchos años después, frente al pelón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo…”. (Gabriel García Márquez: “Cien años de soledad”). “La noche se desgarró en fogonazos. El disparo apartó el aire cálido e hizo estallar el cráneo de la mujer…”. (Luis Felipe Castillo: “Camino a Escitión”. Concurso de Cuentos de El Nacional, 1994). -El Desarrollo En los párrafos siguientes se debe desarrollar el tema, cuidando que haya coherencia, secuencia y orden lógico en la escritura. Que cada párrafo tenga relación con el anterior. Que entre un párrafo y el siguiente haya un tránsito armonioso, sin saltos ni vacilaciones. Que las palabras, las ideas y los párrafos parezcan colocados conscientemente para facilitar su lectura y su comprensión. Cada párrafo –largo o corto- debe constituir una sola idea, y entre todos ellos debe existir absoluta unidad temática. El Desarrollo comprende básicamente la presentación de los elementos que constituyen el asunto, sus características, el carácter de sus relaciones y el producto de ellas, los hechos, las causas y las consecuencias. De acuerdo con el carácter del texto, deben cuidarse ciertos aspectos que serán fundamentales para que el escrito cumpla eficientemente su propósito: narrar, argumentar, informar, enseñar o describir. La narración debe cuidar fundamentalmente la secuencialidad del relato, de manera que las ideas fluyan en forma continua, siendo cada una continuación de la anterior y punto de partida de la siguiente. Deben evitarse los “vacíos” que interrumpan la progresión del relato. Es fundamental el uso de los conectores que indiquen la sucesión temporal o transición espacial de los acontecimientos: “luego, entonces, seguidamente, más tarde, no lejos de allí, etc.” La descripción se sustenta en la enumeración de los elementos constitutivos de lo descrito y de sus propiedades. Pero esa enumeración debe corresponderse con cierto orden lógico que permita al lector irse adueñando de las características del objeto. Este orden puede ser de lo general a lo particular o viceversa; desde afuera hacia adentro o al contrario; de arriba hacia abajo o de abajo hacia arriba; siempre manteniendo un eje descriptivo coherente. Todo esto -claro está- dentro de la flexibilidad que exigen los requerimientos estéticos de la escritura. La información exige del escritor un profundo conocimiento del asunto, gran precisión y claridad en la exposición y un orden lógico que permita al lector la adquisición gradual y progresiva del conocimiento


proporcionado. Se debe complementar con la definición, ejemplificación, explicación, causas, consecuencias y cualesquiera otros recursos que contribuyan a darle validez al escrito. El texto de carácter instruccional implica las características del texto informativo, pero enfatizando el proceso de aprendizaje que debe transitar el lector, y la adecuación a los principios didácticos. En este tipo de texto es fundamental dejar de lado las pretensiones literarias del autor, y escribir pensando en el estudiante, que necesita claridad y sencillez en las lecciones. La argumentación, como lo vimos en el aparte correspondiente, exige la demostración suficiente de las razonas aludidas, mediante los recursos y mecanismos señalados. -La Conclusión La conclusión constituye el compendio que define la razón de ser del discurso y recoge el logro del propósito. De acuerdo con el carácter del texto puede ser una solución, propuesta, deducción o consecuencia; en suma, el resultado de nuestra exposición. Dada su importancia y función dentro del texto, la Conclusión debe redactarse en forma muy clara y concreta. -El Cierre El texto puede cerrarse, finalmente, con alguna frase impactante que sirva de colofón y sea capaz de dejar en el lector el buen sabor de algo escrito para no ser olvidado. Puede consistir en una reflexión final, una moraleja o un epílogo. Ejemplos: Al cerrar sus “Memorias de una caraqueña de antes del diluvio”, Gabriela de La Cueva nos dice con admirable serenidad y lucidez: “No sé lo que guardan para mí los años que me quedan, pero de todos modos quiero decir como el poeta: `Vida, nada me debes. Vida, estamos en paz”. Y Gabriel García Márquez culmina así su extraordinario cuento “El coronel no tiene quien le escriba”: “El coronel necesitó setenta y cinco años –los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto- para llegar a ese instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder: ¡Mierda!”.


ESTRUCTURA SISTÉMICA DEL TEXTO Modelo genérico

INTRODUCCIÓN (Planteamiento del asunto/ Importancia/Justificación/Propósito/ Motivación)

DESARROLLO (Elementos/Características/Relaciones/Hechos) Descripción Narración Información Instrucción Argumentación

CONCLUSIÓN (Resultado/Solución/Deducción/ Propuesta/Consecuencia) (Cierre) (Reflexión/Moraleja/Epílogo/Colofón)


VI LA CALIDAD ESTÉTICA DEL TEXTO

Nada atrae más que la belleza. Un texto rico en vocabulario, adornado con sobrias figuras de expresión, lleno de armonía y musicalidad en su redacción, es algo que provoca leer; y tal es el objetivo que persigue quien escribe. Por el contrario, un texto incoherente, monótono, redundante, sólo será leído por los que se vean en la imperiosa obligación o necesidad de hacerlo. La formalidad de los escritos académicos y científicos de ninguna manera colide con el criterio de atractividad de que hablamos, ya que esta cualidad no radica exclusivamente en el ornato o la musicalidad del lenguaje literario; la elegancia, la sobriedad y la precisión también constituyen atributos deseables en un texto para ser considerado atrayente, y con absoluta propiedad pueden ser atribuidos al lenguaje científico. Riqueza de vocabulario La escritura implica el manejo eficiente y atractivo de la palabra, por lo cual un texto pobre en vocabulario atenta contra esa elemental premisa. Para subsanar tal deficiencia, el escritor necesita leer mucho con el fin de enriquecer su acervo léxico. También resulta imprescindible tener siempre a mano un Diccionario de Sinónimos, para consultarlo permanentemente y poder utilizar vocablos alternativos cuando sea conveniente. Muchas palabras y expresiones corrientes pueden ser sustituidas por otras más atractivas o más elegantes, con el fin de mejorar la calidad estética del texto. Igualmente, para evitar las redundancias que tanto afean+++ la escritura. Carro/automóvil – Viejo/anciano – Muchacho/niño – Mujer/dama Pelo/cabello – Plata/dinero –Barriga/abdomen – Cochino/cerdo. Eufonía La lectura debe ser grata a la sensibilidad del lector; de otra manera es posible que éste la abandone antes de terminarla. Por ello, al escribir debemos procurar que la combinación de las palabras no resulte malsonante al oído, para lo cual es preciso seleccionar vocablos que combinen armónicamente y ordenarlos de una manera adecuada. Véanse los siguientes ejemplos y sus formas alternativas: -*Llegó hasta mi oído un suave sonido. -Un suave rumor llegó hasta mis oídos. -*En medio del rigor abrasador del fuerte calor. -Bajo los inclementes rayos del sol canicular.


Ritmo y armonía Asociada directamente a la falta de ritmo, la monotonía hace que la lectura resulte pesada y cansona. Se combate evitando las expresiones demasiado comunes, introduciendo formas expresivas contrastantes e invirtiendo los términos, de manera que el texto no resulte tan lineal. En los ejemplos siguientes se puede apreciar el contraste en la descripción de la misma situación: Por un camino de un lugar muy lejano, pasaba una vez un anciano. El anciano no había comido nada y tenía mucha hambre. Entonces se sentó en la orilla del camino para ver si alguien le daba un poquito de comida... -Agobiado por el ayuno obligado de varios días, un pobre anciano mendigaba un pedazo de pan, sentado a la vera del polvoriento camino... Al tocar este aspecto de la escritura se hace inevitable mirar hacia la poesía como suprema expresión literaria, en la que se puede observar cómo se juega con las palabras para conmover el espíritu del lector. Veamos –entre infinitas posibles- dos estrofas que nos parecen ejemplares: Alberto Arvelo Torrealba: De bandera va su capa, / su caballo de puntero; baquiano, volando rumbos, / artista, labrando pueblos; hombre, retoñando patrias; / picando glorias, tropero. (“Por aquí pasó”) Federico García Lorca ¡Qué gran torero en la plaza! / ¡Qué gran serrano en la sierra! ¡Qué blando con las espigas! / ¡Qué duro con las espuelas! ¡Qué tierno con el rocío! (“Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías”)

Expresividad Hay textos cuyo lenguaje y construcción resultan tan elementales que desdicen del nivel intelectual del escritor y –en consecuencia- resultan insoportables para los lectores. Para evitar esto es necesario que el escritor lea mucho, con el objeto de enriquecer su forma de expresión literaria. Igualmente, debe valerse de figuras de expresión que permitan hacer más atractivo el texto. Al respecto resulta muy recomendable la máxima de “mostrar más que declarar”, que recomienda expresar los hechos de manera figurada, en vez de narrarlos con la simpleza del lenguaje descriptivo corriente. Ejemplos contrastantes: Había una vez un señor muy pobre que vivía en un pueblito. El se llamaba Pedro y tenía una hija que se llamaba María y que era muy bonita y él la quería mucho.


-La tierna belleza de María era un haz de luz en la mísera vida de su padre; tan miserable como el pobre pueblo en que vivían. Formalidad La escritura exige un cierto grado de formalidad no requerible en la conversación cotidiana, porque –como hemos dicho- el texto escrito generalmente constituye un documento permanente y público que puede ser leído por muchas personas. Pedro agarró el tobo de agua y se lo echó encima porque tenía mucho calor. -Agobiado por el intenso calor, Pedro tomó el cubo de agua y lo vertió íntegramente sobre su cuerpo. De igual manera, la utilización de las frases llamadas “lugares comunes”, las “muletillas” y las palabras rebuscadas, denota falta de talento y produce inmediato rechazo en el lector. Por ello debe minimizarse el uso de expresiones del tipo de: El gran coloso del Norte -. Nuestra hermana República. El bravo pueblo de Caracas.- Un certero disparo.

VII LA PRÁCTICA RECURSIVA DE LA ESCRITURA (“Escribir es reescribir”: D. Murray) Muchos profesionales –aun de elevado nivel- consideran que un buen escritor es el que se sienta frente a su computadora y en cuestión de minutos escribe un denso artículo o informe al que considera no debe hacérsele ninguna corrección. En su criterio, releer o corregir lo que se ha escrito es una demostración de escaso talento, cuando no una vergüenza. Ese tipo de escritor lo que produce, generalmente, son pesados mamotretos literarios, llenos de incorrecciones gramaticales, deficiencias sintácticas e incoherencias que convierten la lectura del texto en un verdadero juego de acertijos que pocas personas serán capaces de leer o descifrar. Lo cierto es que los buenos escritores son quienes más revisan y reescriben sus textos. Puede suceder, incluso, que un día destruyan todo lo que han escrito el anterior, insatisfechos con la calidad de su trabajo. También hay obras famosas que en cada edición sufren transformaciones radicales por parte de sus autores. Los grandes escritores reescriben una y varias veces cada página. Basado en estadísticas norteamericanas, Daniel Cassany afirma que “los buenos escritores corrigen cada texto un promedio de 12,24 veces”. Paul Verlaine –por su parte- aconsejaba redactar todo texto siete veces como medida para alcanzar la excelencia expresiva. Y Humberto Eco –uno de los “monstruos” de la literatura contemporánea- afirma que él dedica 50 minutos a escribir un artículo y 45 a corregirlo; pero, cuando se trata de una novela, reescribe cuando menos 20 veces cada página.


Con toda razón Thomas Mann definió a un escritor como “una persona para quien la escritura resulta más difícil que para el resto de la gente”. Nosotros agregaríamos que un buen escritor es aquel que siempre encuentra la manera de mejorar lo que ha escrito previamente. Escribir -salvo por obligación- no es algo que se hace como una tarea escolar, sentándose en un escritorio durante determinado horario y con una meta de productividad prefijada. Quien escribe debe convencerse de la necesidad de revisar permanentemente el producto de su labor, y rehacerlo cuantas veces sea necesario; nunca darse por satisfecho. Tener el convencimiento de que cualquier cosa que haya escrito siempre será susceptible de mejorarse.

La maduración del texto Como lo hemos dicho con insistencia, un buen escritor nunca da por concluida definitivamente la redacción de un texto; al contrario, cada vez que lo relee encuentra algo posible de ser mejorado. Esta debe ser, precisamente, una de las principales virtudes de su oficio: la capacidad permanente de perfeccionar su obra y el no estar nunca satisfecho con lo que ha escrito. De allí la conveniencia de dejar pasar cierto tiempo luego de la escritura de un texto y, entonces, revisarlo nuevamente con absoluto detenimiento y tranquilidad. Esto es, dejar “madurar” el escrito antes de darlo por definitivo; con toda seguridad, siempre se encontrará algo que mejorar o corregir. En este hecho radica la vigencia de la frase “Escribir es reescribir”.

VIII EL PÁRRAFO COMO ELEMENTO ANGULAR DEL TEXTO La escritura eficiente comienza por la correcta elaboración de los párrafos y su concatenación con el fin de darle coherencia al texto. Por ello es fundamental tener siempre presentes las condiciones que debe reunir este elemento fundamental de la redacción. Todo escrito debe estar dividido en secciones que permitan organizar las ideas, darle estructura lógica al contenido e introducir pausas para su lectura. Ellos constituyen los agregados básicos del texto escrito, y cada uno debe cumplir una función determinada dentro de él: introducción, enlace, información, cierre, etc. Internamente cada párrafo debe ser un bloque contentivo de una idea central con sentido lógico completo. Su núcleo será una oración principal que defina el contenido de esa idea; alrededor de ella aparecerán, generalmente, oraciones secundarias destinadas a complementarla: enriquecerla, explicarla, justificarla, ejemplificarla, contrastarla, etc. La homogeneidad de contenido es fundamental en la conformación de cada una de tales secciones; no resulta razonable que dentro de ellas coexistan varias ideas principales o ideas secundarias no relacionadas con la temática central.


El contenido de cada párrafo, aunque sea gramatical y semánticamente autónomo, tiene que estar necesariamente conectado con las demás ideas del texto global, ya que los párrafos no pueden ser islas separadas unas de otras; como tampoco pueden tratar temas no relacionados entre sí. Entre un párrafo y otro debe existir una secuencia lógica derivada de la unidad temática propia del texto. El uso de los conectores gramaticales es fundamental para el establecimiento de tal vinculación; condición indispensable para darle coherencia a un escrito. La redacción del párrafo debe ajustarse a los principios de la correcta sintaxis, de manera que las ideas contenidas queden lógicamente expresadas y su lectura resulte agradable y no agotadora. La adecuada puntuación es fundamental para tal propósito: ella debe responder a las pausas que señale el sentido común al momento de leer el texto. Los signos de puntuación no deben romper la conexión entre las partes de una oración, pero son indispensables para separar ideas o para insertar elementos complementarios, secundarios o accesorios. En cuanto a su extensión, los párrafos pueden ser razonablemente largos o cortos, siempre y cuando cumplan con los enunciados anteriores y permitan una fácil lectura. UN PÁRRAFO EJEMPLAR: A continuación vamos a mostrar un excelente ejemplo de párrafo en el cual se pueden apreciar patentemente la coherencia, la cohesión, la armonía y la secuencialidad, tan preciadas en la escritura de calidad. Nótese cómo el texto va discurriendo en forma cadenciosa y progresiva hasta llegar, finalmente, al término del relato. “Aquel amigo mío se iba muriendo lentamente. Al darme la mano, todos los días me recordaba su debilidad, lo mortecino que estaba. Aquella mano se quedaba rendida en mi mano. No pesaba ni tenía esa bravura personal que se nota en las personas sanas. Sin embargo, él no se quejaba porque-ante la falta de dolor- no daba importancia a su flacura. Hasta que una tarde –gris y pesada como todas las tardes de otoño- el último resto de vida se le fue, también lenta e imperceptiblemente”. (Ramón Gómez de La Serna: “El doctor inverosímil”).

IX CUALIDADES BÁSICAS DE UN TEXTO BIEN ESCRITO Unidad temática. Homogeneidad Cada escrito debe referirse a un tema central único, aunque alrededor de él giren otros sub-temas relacionados. Un ensayo, un artículo, una correspondencia, no podrá versar simultáneamente sobre varios asuntos, pues ello ocasionaría la lógica confusión en los lectores o destinatarios. Coherencia semántica


La coherencia del contenido es la característica que define a un texto como tal, y está representada por la relación estructural y sistémica entre todos los asuntos y segmentos que lo constituyen, de manera de darle un sentido definido al mensaje. Esta es una de las cualidades fundamentales de un texto bien escrito, porque demuestra que se ha logrado transmitir el mensaje propuesto. Cohesión estructural La coherencia, que es una cualidad interna del contenido, se manifiesta formalmente en la conexión gramatical entre las frases, oraciones y párrafos del texto. La utilización de los conectores gramaticales es uno de los recursos que permiten darle concreción a la coherencia del escrito. Comprensibilidad Indudablemente, si un texto no es entendible por los lectores, entonces no tiene razón de ser. De allí la importancia de la permanente revisión y recursividad de la escritura, con el fin de asegurarnos de haber escrito lo que realmente queríamos expresar. Pertinencia Escribir sólo por escribir –salvo circunstancias muy personales- es algo que no tiene sentido; sería una pérdida de tiempo y esfuerzo. Todo escrito debe tener una razón de ser, una motivación fundada en necesidades de carácter personal o social. Adecuación Todo escrito está dirigido a un público determinado; pero no todos los públicos son iguales. En consecuencia, el contenido, el enfoque y el lenguaje del texto deben adecuarse a las características de sus destinatarios; en caso contrario, no tendrá interés o no será entendido por aquellos que queremos que nos lean. Un ejemplo muy corriente de falta de adecuación son muchos de los Textos Escolares de Educación Básica que circulan en el país, cuyo lenguaje resulta totalmente incomprensible para nuestros estudiantes de ese nivel. Interés Si un texto no es interesante, pocas personas lo leerán, a no ser por obligación o necesidad. En consecuencia, se hace obligante que el tema tratado despierte la atención del público al cual está dirigido. Un artículo sobre los cultivos organopónicos no debe resultar muy interesante para los lectores de la página literaria de un periódico, ni un ensayo sobre la moda femenina en una revista científica. Atractividad Nos referimos al atractivo estético del texto, por demás comentado previamente. Por supuesto que en ciertos tipos de textos la formalidad de la expresión está por encima de cualesquiera consideraciones estéticas o literarias; sin embargo, no hay ninguna colisión entre ambas exigencias: un texto formal también puede ser elegante y hermoso; basta que esté bien escrito para que sea así. Validez


Lo que se escribe constituye un documento indeleble cuya responsabilidad radica en su autor. Entonces, es obligación de él garantizar la veracidad, fidelidad o racionalidad de su contenido. Un escritor no puede escribir cualquier cosa sólo por escribir; hacerlo sería una irresponsabilidad y un acto de desconsideración hacia el público lector. Efectividad Finalmente, todo escrito tiene un propósito que puede ser: informar, enseñar, convencer, deleitar, relatar, etc. Si no logramos ese propósito, hemos perdido el esfuerzo y el tiempo. De manera, pues, que debemos poner todo el empeño para que nuestro escrito reúna las cualidades suficientes para poder cumplir el propósito al que esté destinado.

X “EL ESTILO ES EL HOMBRE”

El estilo es la manera personal que tiene cada escritor para expresar mejor o más atractivamente sus ideas. Es una característica netamente personal; razón por la cual la expresión “El estilo es el hombre” constituye un verdadero axioma. Por ello es imposible hacer una clasificación universal de los estilos; entre las muchas existentes, podemos mencionar algunos ejemplos:

Sin embargo. la clasificación más amplia y en la que puede insertarse gran parte de las anteriores, es la que clasifica los estilos de acuerdo con la sencillez o ampulosidad del lenguaje empleado; esto es, según el manejo de las formas expresivas del idioma. Veamos: Estilo Anglosajón (Directo, concreto, lacónico): Se caracteriza por la precisión del lenguaje, la economía de palabras y el predominio de la funcionalidad sobre la estética. Ejemplo: El Estado debe proteger a los ancianos. Estilo Latino (Indirecto, perifrástico, lírico, rico en calificativos): Su característica fundamental es la ornamentalidad, el exceso verbal y el uso de la palabra como elemento estético para impresionar al lector. Ejemplo: Constituye deber primordial del Estado moderno garantizar la seguridad integral de los ciudadanos que han llegado a la tercera edad luego de toda una vida dedicada a servir a la familia, a la sociedad y a la nación. Estilo Oriental (Parabólico, narrativo, difuso): Convierte el proceso argumentativo en una especie de juego de moralejas en el que las razones no se dicen sino que se muestran figuradamente. Ejemplo:


Por un polvoriento camino de la más apartada provincia del país, caminaba un pobre anciano doblegado por el peso de los años y de la miseria, lamentándose en silencio de su total estado de desamparo. Casualmente, ese mismo día el poderoso Primer Ministro del reino se dirigía, con todo un imponente despliegue de pertrechos y de servidores, a disfrutar de sus periódicas vacaciones en la confortable mansión que poseía a poca distancia de allí... [Sigue un relato moralizante sobre el encuentro entre el anciano y el alto funcionario del reino...] A partir entonces, el monarca ordenó que todos los ancianos del país fueran objeto de especial atención por parte de las autoridades del reino.

LA ELECCIÓN DEL ESTILO PERSONAL El estilo del escritor tiene su correspondiente contraparte en el gusto del lector. Cada autor tiene su público y cada lector tiene sus autores preferidos. De todas maneras, cuando un texto está bien escrito siempre llama la atención de los buenos lectores, cualquiera sea el estilo de quien lo escribió. Ahora, ¿qué es lo que debe hacer el futuro escritor para enfrentarse al problema del estilo?... Tal vez no sea muy complicado. Podríamos sintetizarlo en algunas breves consideraciones: 1- Lo primero que debe hacer quien aspire a aprender el arte de escribir bien, esleer mucho. Leer cualquier cosa; pero -básicamente- los escritos de autores reconocidos. De esa manera podrá palpar la forma de de escribir bien, y se compenetrará con la atmósfera espiritual de la escritura. Recuerde que, en todos los procesos de aprendizaje, la observación es un recurso de primer orden. 2- Seleccione los autores cuyos estilos le llamen la atención, y dedíquese a leerlos intensamente y a disfrutar sus obras. 3- Escoja el estilo que más le agrade, e imítelo. Escriba trozos pequeños imitando las palabras y giros idiomáticos de su autor preferido. Recuerde que la imitación es uno de los mecanismos más importantes en el proceso de aprendizaje humano. Imitando aprendemos a caminar y a hablar… ¿por qué no aprender a escribir, imitando? 4- Cuando ya Ud. tenga un dominio aceptable del estilo que le agrada, dedíquese a darle un toque personal y creativo. Esto, a la larga, lo conducirá al logro de una expresión netamente propia. El ejercicio de escribir hará que su estilo personal vaya adquiriendo forma de manera natural y espontánea. 5- Para ampliar su vocabulario (algo fundamental en un escritor), provéase de un Diccionario de Sinónimos y utilícelo permanentemente. Dedique tiempo a buscar los equivalentes de las palabras que le interesen. Si puede, adquiera o consulte también un Diccionario de Dudas, que seguramente le resultará muy útil. 6- Después, dedíquese a escribir con empeño y disciplina, que la práctica hará el resto y su estilo personal irá aflorando solo.


XI EJERCICIO PRÁCTICO DE REDACCIÓN Utilizaremos un ejercicio real desarrollado en un momento en que el tema relevante en el escenario mundial era el ataque terrorista a las llamadas Torres Gemelas de Nueva York. Por ello lucía altamente oportuna la redacción de un artículo de prensa sobre tan interesante asunto; pero -para no redundar sobre el hecho específico del derrumbe de los edificios, el grupo terrorista y el pánico en la ciudad- se podría abordar el acontecimiento desde un punto de vista menos explorado en esos momentos: el terrorismo como problema mundial de graves consecuencias y difícil solución. Como artículo de prensa, estaría destinado a un público muy amplio pero de cierto nivel intelectual, al cual deberíamos ajustar nuestro léxico. Por la naturaleza del asunto y el deseo de causar cierto impacto psicológico en los posibles lectores, parecía muy conveniente un estilo figurativo, en el cual -en vez de narrar linealmente los hechos- se mostraran escenas dirigidas a provocar sensaciones de suspenso y tragedia acordes con la gravedad de los hechos.

2. El bosquejo previo. Definido el tema a desarrollar, comenzamos a trabajar sobre el papel siguiendo el procedimiento lógico: a) Elaboración mental de un inventario de la información que poseemos sobre el asunto. b) Documentación para enriquecer nuestro bagaje informativo. (En el caso de nuestro ejemplo, se hace necesario consultar la prensa e Internet, para ampliar y verificar la información previa). c) Torbellino de ideas: anotar las ideas tal como afloren en nuestra mente, sin importar el orden. d) Elaboración del bosquejo previo: se da cierto orden lógico a las ideas, construyendo un bosquejo que será desarrollado, posteriormente, en el borrador.

Ejemplo: 11 de Septiembre. Cuatro aviones secuestrados por terroristas se estrellaron en EUA: dos contra las Torres gemelas de Manhattan, uno contra el pentágono, y otro se estrelló cerca de ¿---------------? 18 terroristas. Mohamed Atta: “Solo los que desconocen la vida después de la muerte, temen a la muerte”. (Frase encontrada entre los papeles de este terrorista suicida). Bush dice que va a cortar la cabeza del terrorismo. ¿Tiene cabeza el terrorismo? Ejemplos: País Vasco, Irlanda, Colombia, Argelia. Tony Blair: “Cuando termine la guerra, el odio será mayor y la situación seguirá igual”.

3. El preámbulo. - Título


Un buen título constituye el primer gancho para captar al lector; por ello hay que tratar de que sea lo más interesante posible, pero siempre representativo del contenido del texto. Se deben tener varias opciones, y al final será cuando se haga la selección definitiva. Opciones que pudieran surgir en primera instancia:  “Los ataques terroristas a Nueva York”  “¡Pánico en Manhattan!”  “¿Viene la Tercera Guerra Mundial?”  ¿El Islam contra Occidente?  “Los ataques a Nueva York y la lucha contra el terrorismo”. Posiblemente el último título sea el más adecuado a nuestro propósito; sin embargo, sólo al concluir el artículo haremos la selección definitiva.

- Epígrafe Muchas veces se acostumbra colocar al inicio del texto una frase de impacto, que contribuya a aumentar el interés por el artículo. En nuestro caso no hubo que pensar mucho para escoger como epígrafe la lapidaria frase encontrada entre los papeles de Mohamed Atta, líder de los terroristas suicidas de Nueva York: “Sólo los que desconocen la vida después de la muerte, temen a la muerte”. 4. EL PRIMER BORRADOR Provistos de los elementos necesarios para cumplir nuestro propósito, procederemos a elaborar la versión previa o “primer borrador”; sin preocuparnos demasiado por las deficiencias que pueda tener, pues éste será sólo un papel de trabajo que iremos puliendo cuanto sea necesario, hasta alcanzar un escrito que nos deje satisfechos. La denominación se justifica porque será imprevisible el número de veces que tendremos que rehacer el texto hasta quedar plenamente satisfechos. Mientras escribimos este “borrador” conviene destacar con determinadas señales (pueden ser signos de interrogación) las dudas y los aspectos que consideremos deficientes, para proceder posteriormente a trabajar más detenidamente en ellos. -Introducción Ya hemos dicho que la Introducción debe proporcionar una idea o descripción, aunque sea muy general, del asunto que se va a tratar. Conviene iniciarla con un recurso impactante, como una frase, una afirmación, una pregunta o cualquier otro recurso efectista que motive a los lectores para continuar leyendo. Por nuestra parte, nos pareció interesante comenzar el texto tratando de penetrar la mente del líder terrorista en los momentos previos a su insólita acción, dado lo inconcebible que resulta para nuestra mentalidad occidental el sacrificio de la vida de una manera tan fría y calculada. También, representar un contraste entre la violencia que bullía en el corazón del terrorista y el apacible ambiente suburbano


donde lo suponemos ubicado en las horas previas a su inesperada y trágica acción. Por ello decidimos comenzar así: Alborea--------¿? el día en una solitaria calle de ----------¿?, Massachusetts. Mohamed Atta se asoma cautelosamente---------------¿?a la puerta del pequeño hotel donde se ha alojado los tres días anteriores, mira hacia ambos lados y se encamina hacia la parada de autobús, recitando para sus adentros: “Sólo los que desconocen la vida después de la muerte, temen a la muerte”. Nadie puede adivinar el terrible mensaje que envuelven sus palabras. Unas horas más tarde, -----------¿? Dos aviones comerciales cargados de pasajeros se estrellan contra las Torres Gemelas de Nueva York, mientras otro se estrella contra el Pentágono y un cuarto cae cerca de …...¿? Mohamed Atta y 17 fanáticos musulmanes-----¿?, han sembrado el terror en todo el país, sacrificando sus vidas y las de 5.000 personas inocentes en aras de la guerra santa contra ----¿? los Estados Unidos. No olvidemos que apenas estamos elaborando un Borrador que posteriormente será sometido a tantas revisiones y correcciones como sean necesarias. Ello explica los signos de interrogación colocados sobre aspectos que debemos indagar mejor o reconsiderar en el texto final. -Desarrollo Utilizaremos la información recolectada (la acción terrorista islámica, la reacción del gobierno norteamericano, los antecedentes del terrorismo mundial), para hacer nuestra reflexión personal sobre tan terrible amenaza para la humanidad. Por ser un borrador, no nos preocuparemos mucho por la redacción ni los aspectos gramaticales. Cuando tengamos dudas de información o de redacción, las dejaremos señaladas con signos de interrogación: El gobierno americano declara la guerra contra el terrorismo. George Bush anuncia que “cortará la cabeza del terrorismo, dondequiera que esté”; que quien no esté contra el terrorismo ------- ¿? será considerado enemigo de los EEUU; que la guerra será total hasta lograr castigar a los culpables del ataque. -----¿? Nosotros nos preguntamos ¿Tiene el terrorismo una cabeza identificable posible de ser cortada, o es una especie de cáncer diseminado -----¿? en la sociedad moderna? ¿Es la guerra el remedio eficaz contra el terrorismo, o es necesario buscar sus verdaderas causas y erradicarlas ------¿?mediante el diálogo político?... La respuesta está evidente -------- ¿? en el País Vasco, en Irlanda del Norte, en Colombia, y en tantos países del mundo que tienen años tratando de acabar con el terrorismo----------¿?? y no lo han logrado derrotar-----¿???. -Conclusión y Cierre Como conclusión queremos expresar nuestra reflexión personal sobre la amenaza del terrorismo, y cerrar el tema con la impactante frase del Primer Ministro inglés acerca del asunto: Creemos que el problema del terrorismo sólo se resolverá enfrentando la realidad de sus verdaderas causas. De otra manera sólo confirmaremos ----------¿? las palabras del Primer Ministro de Inglaterra, Tony Blair: “Cuando termine la guerra el odio será mayor y la situación seguirá igual-----------¿?”.

5. Revisión del borrador.


Concluido el “borrador”, debemos dedicarnos a leerlo cuidadosamente para detectar sus deficiencias y decidir las mejoras posibles. Esta revisión no debe tener restricciones de tiempo ni de esfuerzo, y debe abarcar tanto el contenido como el estilo y la corrección gramatical Los grandes escritores reescriben una y varias veces cada página. ¿Por qué no hacerlo nosotros, que tal vez somos unos simples neófitos? Ya mencionamos que Paul Verlaine –por ejemplo- aconsejaba redactar todo texto siete veces como medida para alcanzar la excelencia expresiva. Y mencionamos, también, que Humberto Eco dedica 50 minutos a escribir un artículo y 45 a corregirlo; pero, cuando se trata de una novela, reescribe 20 veces cada página. Recordemos igualmente la aseveración de Daniel Cassany cuando señala que “los buenos escritores corrigen cada texto un promedio de 12,24 veces”. Y como colofón, la emblemática frase de Donald Murray: “Escribir es reescribir”.

6. Texto definitivo. Hecha la revisión y las correcciones y mejoras necesarias, ya disponemos de un texto que calificaremos como “Definitivo”; aunque un buen escritor nunca da por definitivo un escrito, pues siempre que lo lea encontrará algo que mejorar. Por ello se hace necesaria una posterior etapa de “maduración” que nos permitirá un más alto nivel de satisfacción con nuestro trabajo. Por supuesto que, antes de dar por terminado este texto “Definitivo”, debemos someterlo a una exhaustiva revisión bajo las mismas pautas a que fue sometido el “borrador”. La versión “definitiva” podría quedar así (Obsérvense los subrayados que resaltan los cambios realizados sobre el “borrador” con la finalidad de hacerlo mejor y más interesante):

LOS ATAQUES A NUEVA YORK Y LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO Alborea apenas el día en una tranquila calle del barrio bajo de Boston, Massachusetts. Tal vez poco abrigado para el intenso frío de la mañana, Mohamed Atta se asoma a la puerta del pequeño hotel donde se ha alojado durante los tres días anteriores; mira descuidadamente hacia los lados y luego se encamina, sin ninguna prisa, hacia la parada del autobús que lo llevará al cercano aeropuerto. Su cerebro es una caja de resonancia que recita obsesivamente una sola idea: “Sólo los que desconocen la vida después de la muerte, temen a la muerte”. Nadie podría adivinar el terrible mensaje que envuelven esas palabras. Unas horas más tarde –pocos minutos después de las 9 de la mañana- dos aviones comerciales cargados de pasajeros se estrellan contra las Torres Gemelas del Centro Mundial de Comercio de Nueva York, mientras que otro lo hace contra el edificio del Pentágono y un cuarto se precipita en las cercanías de la ciudad de Pittsburgh. Mohamed Atta y 17 fanáticos hasta la muerte, han sembrado el terror en la capital del mundo, sacrificando sus vidas y las de más de 5.000 personas inocentes, en aras de la guerra santa contra el “demonio” occidental encarnado en el Gobierno de los Estados Unidos.


La reacción inmediata de la potencia del Norte es la declaración de guerra total contra el terrorismo. El presidente George Bush anuncia que “cortará la cabeza del terrorismo, dondequiera que esté”; que quien no esté contra el terrorismo será considerado enemigo de los EEUU; que la guerra será total hasta lograr castigar a los culpables de la catástrofe. En estas circunstancias, nosotros nos preguntamos: ¿Es que, acaso, el terrorismo tiene una cabeza identificable y posible de ser cortada, o es –más bien- una especie de cáncer subrepticio diseminado bajo la epidermis de la sociedad actual? ¿Es la guerra el remedio adecuado contra el terrorismo, o es imperativo buscar sus verdaderas raíces y tratar de extirparlas mediante el diálogo político?... La respuesta se evidencia patéticamente en el País Vasco, en Irlanda del Norte, en Colombia, y en tantos países del mundo que tienen décadas tratando, infructuosamente, de acabar con la violencia por medio de las armas. Creemos que este problema sólo se resolverá enfrentando crudamente la realidad de las verdaderas causas que lo generan, y haciendo un ejercicio supremo de tolerancia con el objeto de que la razón se imponga sobre las pasiones o los odios. Tal vez sea imposible, pero no existe alternativa. De otra manera sólo alcanzaremos a ver confirmadas las apocalípticas palabras del Primer Ministro de Inglaterra, Tony Blair: “Cuando se termine la guerra, habrán muerto miles de inocentes, el odio será mayor y la situación seguirá igual”.

7. Maduración del texto. Si dentro de una semana leemos el texto escrito hoy, con toda seguridad encontraremos detalles que nos parecerán factibles de corregir o de mejorar. Igual sucederá si lo leemos dentro de un mes o dentro de un año. Si ciertamente es así, eso significa que nos encontramos ante a una de las principales virtudes que deben adornar al escritor: la capacidad permanente de mejorar su obra y el nunca sentirse satisfecho de lo que ha escrito. Por tal razón se hace obligante la práctica de releer varias veces nuestros escritos antes de darlos por definitivos; ello nos permitirá obtener textos cada vez más satisfactorios.

8. Recomendaciones finales. Ya dijimos que escribir bien es un arte, por lo cual la distribución de las facultades naturales para hacerlo no es equitativa; lo que nos obliga a ser conscientes de nuestras aptitudes y de nuestras limitaciones. Por tal razón debe ser una práctica habitual mostrar nuestros escritos a otras personas -si posible, especialistas- para que nos aporten sus opiniones y consejos. De esa manera tendremos la posibilidad de obtener juicios realistas que nos ayudarán mucho en nuestro propósito de escribir bien. Y, por supuesto, nunca será redundante insistir en la necesidad de leer mucho y tener mucha voluntad y disciplina para realizar una tarea que, como lo señalara Francisco Herrera Luque con toda autoridad, “es 10% inspiración y 90% sudor”.


XII EL ACTO MATERIAL DE ESCRIBIR UN LIBRO Cómo empezar a escribir Para concretar nuestro deseo de escribir –al igual que para cualquier otro propósito- debemos comenzar definiendo los términos de nuestro objetivo, como manera de tener un guía clara que nos oriente hacia la meta que aspiramos. Para ello debemos, inicialmente, trabajar sobre la base de un borrador o papel de trabajo conformado por ciertos elementos y consideraciones que nos darán el fundamento para iniciar el acto material de escribir, y que serán como faros en el vacío donde aún yace nuestro proyecto.

LAS CONSIDERACIONES PREVIAS El tipo de texto. Género literario. Sabemos que la escritura es un arte para el cual no todos hemos sido igualmente dotados por la naturaleza. De manera, pues, que al tratar de abordar esta tarea debemos sopesar muy bien nuestras facultades personales, para evitar el riesgo de hacer un mal papel ante quien nos lea. Tal vez no dispongamos de mucha inspiración para la poesía, pero posiblemente podamos llegar a ser unos excelentes ensayistas. Lo importante, sin embargo, es el empeño que pongamos para desarrollar nuestras facultades naturales o para subsanar nuestras deficiencias; conscientes siempre de que la disciplina y la voluntad son las bases que sustentan el talento creador. Múltiples son las clasificaciones hechas para tratar de identificar los diversos tipos de textos escritos. Para ubicar al interesado y orientarlo en la selección de la opción más interesante o más adecuada, presentamos una breve reseña de las modalidades comúnmente reconocidas: Géneros Literarios Numerosas son las opciones para la persona interesada en incursionar dentro del mundo de la escritura; existe espacio para todos los gustos. Sin embargo, debemos empezar por ubicarnos dentro del género que nos interesa y para el cual nos consideramos facultados. En la lista que presentamos a continuación hacemos mención de los tipos de textos más corrientes: -Cuento: Narración ficticia corta y de trama sencilla. -Novela: Narración ficticia larga y de trama compleja. -Poesía: Composición, generalmente en verso, destinada a excitar la sensibilidad espiritual del lector. -Monografía: Estudio particular, limitado y profundo de un asunto determinado. -Biografía: Estudio sobre la vida de una persona. -Manual Instruccional: Material destinado a la enseñanza. -Reseña: Noticia, descripción y análisis somero de un asunto. -Crónica: Relación de un acontecimiento, acompañada de observaciones personales del autor. -Reportaje: Investigación amplia y directa sobre un asunto de interés público, acompañada de abundante material gráfico.


-Ensayo: Interpretación personal sobre determinado asunto. El futuro escritor debe ponderar objetivamente sus facultades naturales, de manera que la selección personal tenga posibilidades de resultar exitosa. Debe pensar si su capacidad de imaginación y de ficción será suficiente para crear un cuento o una novela de cierta calidad; si su sensibilidad lírica le permitirá dedicarse a la poesía sin caer en el simplismo o la cursilería; si su bagaje cultural y metodológico será suficiente para la realización de un trabajo académico acorde con las exigencias de su nivel. De igual manera para cualquier otro género. Existe, empero, –y no podemos dejar de repetirlo-el recurso de la lectura como medio para tratar de superar nuestras deficiencias y desarrollar nuestras facultades naturales. En efecto, tal práctica nos permitirá familiarizarnos con el género que nos interesa, con los mecanismos y recursos utilizados por los expertos, y nos hará sentirnos impregnados intelectualmente de su esencia. La lectura puede llegar a despertar al poeta o al narrador que posiblemente tengamos dormido en algún profundo lugar de nuestro ser. El tema La selección del tema a desarrollar tiene que fundamentarse obligatoriamente en tres consideraciones básicas: el conocimiento, la pertinencia y el interés. Escribir sobre un asunto que no se conoce suficientemente es una temeridad que puede conducir al ridículo y al menosprecio público. Sin embargo, existe la opción de documentarse debidamente, pero sin subestimar la capacidad crítica de los lectores. Por otra parte, no se justifica malgastar el tiempo y el esfuerzo en escribir sobre un asunto carente de relevancia actual. Escribir por escribir no tiene sentido y denota una desconexión con la realidad y atenta contra la seriedad del escritor. Tampoco tiene sentido escribir sobre algo que no le interese a nadie, a no ser en circunstancias muy excepcionales.

El destinatario Es fundamental definir las características del público al que está destinado un escrito, pues ello es lo que va a definir el carácter retórico del lenguaje que se empleará para cautivar al lector, que no puede ser igual en todas las circunstancias. El propósito La definición del propósito que se persigue al escribir un texto es fundamental para darle coherencia a nuestro escrito; de otra manera corremos el riesgo de divagar en torno a un asunto sin llegar a una finalidad determinada. Debemos estar claros en nuestro propósito de informar, describir, narrar, argumentar o instruir, ya que cada una de estas categorías discursivas exige un determinado enfoque para darle real validez a su contenido. -Título tentativo: Será la guía que orientará todo el esfuerzo intelectual del escritor. Debe escogerse muy cuidadosamente porque, como hemos dicho antes, será el señuelo para tratar de llamar la atención de los posibles lectores.


-El Índice tentativo: hoja de ruta del trabajo del escritor. Antes de comenzar a escribir es conveniente elaborar un Índice tentativo demarcando los, temas o capítulos que comprenderá nuestro libro, y que iremos desarrollando, sin un orden específico, a medida que vayamos obteniendo la información requerida. Ellos serán los pasos hacia el logro de la meta propuesta. También permitirán ir trabajando simultáneamente varios aspectos del tema general, de acuerdo con las circunstancias; al final todo se ensamblará para darle configuración definitiva a nuestro trabajo.

EL PASO DECISIVO -La Introducción: el paso decisivo. El paso decisivo del proceso de la escritura es la elaboración de la Introducción, pues al comenzar a escribirla estaremos dando el primer paso hacia una aventura que desde ese instante se adueñará de todos los momentos de nuestro tiempo. La idea rondará por nuestra mente día y noche, y no nos dará sosiego. Tendremos numerosos momentos de duda y de desánimo, pero ya no podremos desprendernos de ella hasta que –superados todos los obstáculos y contratiempos- logremos culminar nuestro propósito. De allí su gran importancia desde el punto de vista sicológico para quien escribe su primer libro. (Será algo parecido a lo que sucede cuando vamos a la playa: nos colocamos en la orilla, vacilamos y comenzamos a cavilar sobre si el agua está demasiado fría, si la arena tiene muchas piedras, si las olas son muy fuertes y si la playa es muy profunda. Pero cuando nos decidimos a dar el paso decisivo y nos sumergimos, entonces el agua deja de ser tan fría, nos olvidamos de las piedras, disfrutamos las olas, perdemos el miedo a la profundidad, y no queremos salir de ella hasta estar agotados). Por ello, luego de culminar la Introducción un impulso emocional nos arropará y nos empujará siempre hacia adelante en pos de nuestro objetivo, armados de la voluntad para afrontar las dificultades que lógicamente habremos de encontrar en una empresa ardua y dilatada como es la de escribir un libro. Ese impulso será como el motor de arranque de un proyecto que al final nos proporcionará inigualables satisfacciones. Por otra parte, si está bien elaborada, ella podrá ser el gancho definitivo para cautivar el interés del lector hacia nuestro trabajo. -El bosquejo previo: Inventario de ideas y acopio de información: Se hace en la computadora o en un cuaderno donde se anotarán todas las ideas y toda la información habida y obtenida. No tiene que ser en un orden determinado; simplemente se harán las anotaciones según vayan acudiendo a nuestra mente o según las vayamos recabando, de manera de ir desarrollando progresivamente cada capítulo. Tampoco hay que preocuparse de la ortografía, la sintaxis o el estilo; de eso nos ocuparemos al momento de elaborar la Versión Preliminar. -El Primer Borrador: Elaborada la Introducción y recabado el cúmulo de información necesaria, se van configurando los capítulos y desarrollando los temas hasta obtener una versión inicial que posteriormente irá enriqueciéndose y mejorándose –tanto en su contenido como en su estilo- hasta completar todos los


aspectos de nuestro trabajo. Será un simple Borrador para su posterior revisión, corrección y perfeccionamiento. IMPORTANTE: No será extraño que durante esta etapa nos invada el cansancio y el desánimo por ser este el momento más arduo de la escritura. Será el momento de concentrarnos en la tarea de sopesar, depurar y ordenar las ideas dispersas y de darle la redacción adecuada al texto, no solo de la manera más correcta sino, también, más atractiva; tarea no fácil pues exigirá la máxima meticulosidad y creatividad con la finalidad de superar los escollos que impiden escribir satisfactoriamente bien. Adicionalmente, con frecuencia la falta de tiempo o la premura de nuestros compromisos serán un freno para mantener el ritmo de trabajo deseado. Algunas veces nos sentiremos como náufragos en medio del océano porque nuestra mente se niega a proporcionarnos ideas para continuar desarrollando adecuadamente nuestro tema. Otras veces no encontraremos la forma o la palabra correcta para expresar bien una idea. Y muchas veces nos asaltará la duda de estar haciéndolo bien o no. Pero ese es el viacrucis de todos los escritores (con las debidas excepciones). Francisco Herrera Luque – que mucho sabía de ello- lo expresó lapidariamente: “Escribir es 10% inspiración y 90% sudor”. -La Versión Preliminar: El borrador debe ser revisado cuidadosamente – tanto en su contenido como en su estilo- hasta adquirir las características de un trabajo definitivo. Entonces ha llegado la hora de someter nu estro trabajo a la consideración de personas expertas que sean capaces de emitir un juicio autorizado acerca de la calidad y pertinencia nuestro trabajo, señalarnos sus deficiencias y hacernos recomendaciones para que sea considerado un trabajo de calidad. -La validación por expertos: Necesariamente debemos solicitar la opinión de, al menos, dos expertos: un profesional del área de nuestro trabajo, para que valore la pertinencia y la calidad del contenido; y, luego de acoger su opinión y hacer los ajustes necesarios, un especialista en Corrección de Estilo para que corrija los errores y deficiencias lingüísticas.

-La versión definitiva: Luego de hacer las correcciones y ajustes necesarios tendremos la Versión Definitiva ya lista, con lo cual podremos–entonces- ocuparnos de los elementos complementarios del texto y de los aspectos formales de carácter editorial y legal. -Elementos complementarios del texto:  Prólogo / Presentación/Prefacio/Proemio; Todos estos términos denotan un comentario inicial sobre la obra, que puede estar escrito por el autor u otra persona. Sin embargo, el Prólogo se caracteriza por la mayor profundidad de la reseña, y por estar reservado –generalmente- para una persona de alta relevancia en el medio profesional o académico.  Créditos: Constituyen el reconocimiento a las personas o instituciones que participaron en la realización de la obra: editorial, autor de la portada, ilustraciones, transcriptor, corrector, imprenta, etc. Se acostumbra colocarlos en la llamada Página Legal o de Créditos.  Dedicatorias:


Solo en casos de especial merecimiento.  Agradecimientos: También solo en casos especiales.  Reseña del Autor: Conviene que sea breve: no más de media página. Más recomendable en la parte interna final del libro.  Reseña exterior: Será una breve reseña de la obra (opcional), que puede colocarse en la contratapa para orientar a quien se interese por el libro sin tener que abrirlo.

XIII ASPECTOS EDITORIALES Componentes externos de un libro  Tapas o Cubiertas: Son las partes exteriores del libro; generalmente de un material más duro que el de las páginas interiores. En la tapa anterior aparece el título de la obra, su autor e ilustraciones o diseños para hacerlo identificable y atractivo; se le llama también –aunque inadecuadamente- Portada  Contratapa: Es la tapa o cubierta posterior; muchas veces llamada –también inadecuadamente. – Contraportada; lo cual solo es aceptable en el caso de las revistas.  Lomo: Es la parte posterior donde se sujetan todas las hojas. Suele llevar inscritos el título, autor y editorial.  Canto: Es el borde frontal de las páginas del libro. Estructura interna  Tripa: Es el conjunto de las páginas que conforman el libro.  Hojas de cortesía o de respeto: Son páginas en blanco que se colocan al comienzo y al final del libro.  Portada: Es la página interna en la que figura el título completo del libro, el nombre del autor o autores, el lugar y año de la impresión. Generalmente se confunde la Portada de un libro con su cubierta o tapa; lo que solo es cierto en las revistas.  Pie de imprenta; Inscripción del nombre de la imprenta o editorial y del lugar y año de impresión de un libro, que suele ir al pie de la portada.  Portadilla o anteportada: Es la hoja que antecede a la Portada y primera página impar impresa, en la que solo se coloca el título de la obra y el autor.  Contraportada: Realmente es la página posterior de la Portadilla. Sin embargo, suele llamarse así – inadecuadamente- a la Contratapa o Contracubierta.  Página Legal, de Créditos o de Derechos: Se encuentra detrás de la Portada y lleva los créditos de autoría y los elementos legales como el Copyright, el ISBN y el Depósito Legal, la Editorial y el año de publicación del libro. También puede incluir los nombres de personas e instituciones que participaron en la obra: diseño, ilustraciones, imprenta, etc.  Prólogo, Presentación, Preámbulo, Proemio, Prefacio: Se colocan a continuación de la Página Legal.  Dedicatoria, Agradecimientos: Son opcionales y se colocan a continuación de la Página Legal.


 Índice, Contenido, Sumario: Se puede colocar al comienzo o al final de la obra, a no ser que sea muy extenso y convenga más al final. Puede ser de varios tipos: -General: Contiene solo el enunciado de los contenidos del libro. -Alfabético: Hace mención, en orden alfabético, de los contenidos o de las personas o lugares que se citan. -Analítico: Menciona detalladamente los contenidos tratados. -Onomástico: Menciona, en orden alfabético, los nombres citados.  Bibliografía, Referencias: Se mencionan las fuentes que se han consultado para escribir la obra.  Apéndice o Anexos: Pueden ser documentos o fragmentos que permitan al lector profundizar el tema tratado en la obra.  Colofón: Anotación, generalmente ubicada en la última página, donde se detallan los datos de impresión del libro.

Proceso de edición de un libro Etapas del proceso Concluido el trabajo de redacción del libro, debemos pasar a la etapa de edición, que consiste en preparar el material original para su futura publicación impresa o digital. Esta etapa consta básicamente de los siguientes pasos: 1.Diseño del libro: Que implica decidir, con la debida asesoría de un experto, sobre los siguientes aspectos: -Formato: Ya sea tamaño Octavo, Dieciséis, Tabloide, Media Carta u otro. -Diagramación: Es el ajuste del contenido del libro al tamaño de la página, teniendo en cuenta los márgenes, el interlineado, el tamaño y tipos de fuentes, así como la alineación de los textos. -Portada: Que normalmente debe encargarse a un diseñador gráfico, y debe ser evaluada cuidadosamente para apreciar si cumple con el nivel conceptual y artístico para mover el interés del público. -Colores: Tanto de la Cubierta como del resto del libro: Monocolor, Cuatricromía, Full Color. 2.Arte Final: Para ser llevado a la publicación digital, o para la publicación impresa. En este momento es cuando se puede acudir a una empresa editorial o institución posible, para explorar la posibilidad de surja algún interés por la publicación de nuestra obra; en caso contrario podremos optar por la edición digital. 3.Impresión en papel Absolutamente satisfechos los requerimientos de calidad del material original, llega la hora de decidir sobre los aspectos de la impresión: - Tipo: Litografía (Offset). Copyprinter. Xerocopia. - Papel de la tripa: Bond, Biblia, Prensa. Gramaje. - Cartulina de la cubierta: Glasé, Bristol, Hilo. Gramaje. - Plastificado. Barnizado (opcional). - Revisión de prueba de imprenta, para prevenir cualquier defecto. - Tiraje: De acuerdo con la aspiración y el presupuesto disponible. - Encuadernación: De acuerdo a las necesidades y posibilidades: Rústica. Tapa dura. Cosida. Engrapada. A caballo. Encolada. Lomo cuadrado.


4. La publicación digital El elevado costo de la publicación impresa en papel obliga –muchas veces- a recurrir a la alternativa de la publicación digital, que resulta más accesible y más fácil, aunque con la desventaja de que no tiene la valoración y reconocimiento público de la primera. Sin embargo, tiene la ventaja de que, si se produce o se coloca en internet, queda al alcance del mundo entero; lo que no sucede con los libros convencionales. Bajo un criterio más práctico que técnico podemos clasificarla en dos opciones: -Publicación en Disco Compacto: Que puede ser, sencillamente, en un CD bajo el formato PDF; o en el formato de Adobe Flash Player, que permite la animación de la publicación, haciéndola muy interesante pero requiriendo la intervención de un experto en el manejo de dicho programa informático. -Publicación en Internet: Que tiene a la disposición múltiples opciones de autoedición, edición, costo e, incluso, de comercialización; y de tantas características que sería necesario un tratado entero para abarcar el tema. Se trata de tantos sistemas, plataformas, formatos, páginas, librerías y editoriales electrónicas, sitios web, etc., que el espacio solo nos permite nombrar los más conocidos, de manera que la persona interesada acceda al tales sitios y pueda decidir cuál conviene más a su interés. Entre tantos, podemos mencionar: Issuu Google Books Clickbank

Sribd Wikisource Bubok

Calameo My ebook Booktango

Amazon Lulu Kobo

WordPress Payhip Smashwords

XIV ASPECTOS LEGALES EL DERECHO DE AUTOR (Copyright) El Derecho de Autor tiene dos componentes: a) La Autoría, que es un Derecho Moral exclusivo del autor de la obra y que de ninguna manera puede ser enajenada. b) El Derecho Patrimonial de Explotación y Difusión, que sí puede ser traspasado a otras personas. Este Derecho está garantizado con la sola mención del creador en la publicación de la obra, y la Ley garantiza este derecho sobre cualquier producción literaria, científica o artística susceptible de ser divulgada o publicada por cualquier medio o procedimiento. Los demás mecanismos sólo tienen carácter complementario y confirmatorio.


Otros mecanismos que permiten reafirmarlo son: 1. El Depósito Legal, que es la obligación de consignar ante el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional cierto número de ejemplares de las obras publicadas. Este trámite se realiza en la Biblioteca Pública principal de cada entidad. 2.El ISBN (International Standard Book Number) es el número internacional normalizado para Libros. 3. El Código de Barras permite identificar los libros, entre otras cosas, para manejar su distribución. Se puede obtener conjuntamente con el ISBN. 4.El Registro de Propiedad Intelectual, que convalida la propiedad intelectual de cualquier invento, descubrimiento u obra aunque no se haya publicada. Este registro se realiza en el Sistema Autónomo de Propiedad Intelectual (SAPI) del Ministerio de Producción y Comercio, en Caracas. Este es un trámite no usual para el caso de libros, pues se emplea fundamentalmente para marcas e inventos. Los Derechos de Explotación o Difusión de una obra pertenecen a su autor, a no ser que la obra haya sido producida por encargo o bajo relación de trabajo, en cuyo caso esos derechos corresponden a la Institución; sin embargo, el autor tendrá derecho a una participación en su disfrute cuando la retribución de su trabajo sea desproporcionada con la magnitud del resultado. Se supone, en este caso, que el autor ha utilizado los espacios, los equipos y los fondos de la Institución para poder crear su obra. EL DEPÓSITO LEGAL La Ley establece que en la Página de Créditos del libro deberá colocarse el símbolo distintivo © (Copyright) y, a continuación, el nombre del titular del Derecho de Autor, el año de la primera publicación, la leyenda "HECHO EL DEPÓSITO DE LEY" y el número de Depósito Legal. También señala que el Depósito Legal de la obra (seis ejemplares) deberá efectuarse dentro de los treinta (30) días siguientes a su publicación y antes de su circulación, distribución y venta. Requisitos para la asignación del número de Depósito Legal - Planilla de Solicitud de Número de Depósito Legal para Libros y Folletos . - Si es la primera vez que solicita: Copia Fotostática del Registro Mercantil si el Editor es una empresa, o de Estatutos o Acta Constitutiva si el Editor es una Fundación o Asociación Civil, Copia Fotostática de la Cédula de Identidad del Editor si es una persona natural. NOTA: en caso de modificación en el Registro Mercantil o Estatutos debe consignarse fotocopia del mismo. - Carta de Solicitud de Número de Depósito Legal. - Carta explicando que el autor es, al mismo tiempo, editor de la obra (si es el caso). - Autorización o permiso por escrito del autor para editar la obra (o copia del Contrato de Edición). - Timbres Fiscales Nacionales de acuerdo a la Unidad Tributaria vigente (1/3 UT). - Fotocopia de la Cédula de Identidad del Autor y del Solicitante. - Copia de los recaudos. ISBN – ISSN – CÓDIGO DE BARRAS En Venezuela la Agencia Nacional del ISBN es el Centro Nacional del Libro (CENAL) , ubicado en Parque Central, Torre Este, Piso 3, Caracas Teléfonos: (0212) 576.56.50 - 576.53.70 - 577.51.06


Trámites para obtener el ISBN y el CÓDIGO DE BARRAS  Llenar las planillas de solicitud del ISBN. Para descargarlas, ingresar a la página del Cenal. - Planilla del Editor - Planilla del Título - (También pueden obtenerse en las oficinas del Cenal: Torre Norte, p. 17, Centro Simón Bolívar, El Silencio, Caracas).  Depositar el monto estipulado por concepto de ISBN en: Banco de Venezuela. Beneficiario: CENAL Cuenta Corriente Número: 0102 0552 2600 0003 7879 Una vez hecho el depósito, consignar en las oficinas el original de la correspondiente planilla, acompañado de dos fotocopias de cada documento que se exige como requisito y dos fotocopias de cada una de las planillas de solicitud debidamente completadas. También pueden enviarse por fax.  Requisitos para las personas naturales: -Fotocopia de la cédula de identidad del responsable del ISBN. -Fotocopia del RIF y NIT (preferible, mas no obligatorio). -Fotocopia de la carta de asignación del Depósito Legal expedida por la División de Depósito Legal del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional.

APÉNDICES


Modelos de planillas para solicitud del DepĂłsito Legal


Maracay, 25 de febrero de 2011 Señores INSTITUTO AUTÓNOMO BIBLIOTECA NACIONAL DIVISIÓN DE DEPÓSITO LEGAL Su Despacho. Por medio de la presente me dirijo a ustedes en la oportunidad de solicitar el número de Depósito Legal para la edición de la obra que se especifica a continuación: Título: LAS CLAVES DE LA PUNTUACIÓN SINTÁCTICA Autor: FREDDY MORLES SÁNCHEZ 2 951 819 Editor: FREDDY MORLES SÁNCHEZ Anexo la documentación solicitada por ese Despacho para obtener el referido número de Depósito Legal, tal como lo establece la Ley y su Reglamento. Igualmente doy fe de que los datos suministrados son auténticos. Atentamente, FREDDY MORLES SÁNCHEZ 2 951 819

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Maracay, 25 de agosto de 2012 Sres. INSTITUTO AUTÓNOMO BIBLIOTECA NACIONAL DIVISIÓN DE DEPÓSITO LEGAL Su Despacho.Por medio de la presente hago constar que he autorizado a la imprenta IMPRECOLOR, para editar –dentro del marco de las normas editoriales y legales pertinentes- el libro de mi autoría titulado: HERRAMIENTAS SINTÁCTICAS PARA ESCRIBIR MEJOR

Notificación que hago para los fines consiguientes,

FREDDY MORLES SÁNCHEZ 2 951 819 ---*---


Maracay, 12 de febrero de 2014 Sres. INSTITUTO AUTÓNOMO BIBLIOTECA NACIONAL DIVISIÓN DE DEPÓSITO LEGAL Su Despacho.

Por medio de la presente hago constar que tengo proyectado publicar, -bajo mi completa responsabilidad y dentro del marco de las normas editoriales y legales pertinentes- el libro de mi autoría titulado: CÓMO REDACTAR COMUNICACIONES EFICIENTES

Notificación que hago para los fines consiguientes,

FREDDY MORLES SÁNCHEZ 2 951 819

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Maracay, 28 de noviembre de 2008 Sres. INSTITUTO AUTÓNOMO BIBLIOTECA NACIONAL DIVISIÓN DE DEPÓSITO LEGAL. Su Despacho.

Por medio de la presente hago constar que he autorizado a la UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA, para publicar –dentro del marco de las normas editoriales y legales pertinentes- el libro de mi autoría titulado: LAS ESTRATEGIAS DEL ESCRITOR

Notificación que hago para los fines consiguientes,

FREDDY JOSÉ MORLES SÁNCHEZ C.I: 2.951.819


EL AUTOR

FREDDY MORLES SÁNCHEZ

(Churuguara, Edo. Falcón, 1943) Es un educador formado en las aulas de la Escuela Normal “Miguel Antonio Caro” y del Instituto Pedagógico Nacional de Caracas, con una extensa trayectoria en todos los niveles del sistema educativo venezolano y una profusa obra en el campo editorial y literario. Durante veinte años dirigió el Fondo Editorial de la Universidad Bicentenaria de Aragua y la Comisión de Revisión de Estilo de las publicaciones de esa Casa de Estudios. Actualmente se desempeña como editor independiente y mantiene la Cátedra Permanente de Redacción Profesional y Estilo Literario Es autor de: - Herramientas Básicas para Escribir Mejor - Herramientas Sintácticas para Escribir Mejor - Las claves de la Puntuación Sintáctica - Las Estrategias del Escritor - Cómo Redactar Comunicaciones Eficientes - Fechas Patrias y Otras Efemérides - Los Pasos de Nuestra Historia - Temas del Alto Llano - Yo Quiero Escribir un Libro -De una Universidad para la Creatividad a una Universidad para el Emprendimiento

La presente obra recoge el fruto de sus muchos años de experiencia en el campo de la edición y publicación de libros, y constituye un valioso apoyo para las personas que sueñan con incursionar como autores en ese maravilloso mundo. Su página web: issu.com/fmorless


“Que cada palabra lleve lo que dice. Que sea como el temblor que la sostiene. Que se mantenga como un latido”. Rafael Pineda. Ars Poética.

Maracay, Venezuela 2019


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