Folium

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PRIMERA EDICIÓN PERIODISMO LITERARIO * MANIFESTACIONES POÉTICAS


EDITORIAL Para nosotros es un placer ofrecer esta primera edición de nuestra revista digital, puesto que supone un primer logro en nuestro proceso de consolidación. De ante mano, gracias por leernos, es un espacios hecho tanto para artístas comunicadores y litératos, como para ustedes, nuestros apreciados lectores. Folium Rasa significa hoja en blanco en latín. Transformamos entonces la palabra Rasa en Raza para referirnos a las etnias, siendo un pueblo, según nuestra constitución, multiétnico y multicultural. De esta manera nace Folium Raza como hoja en blanco para ser escrita y donde converge la diferencia humana expresada significativamente en el pensamiento, en las expresiones. Folium Raza es un medio de comunicación que sirve como laboratorio para comunicadores sociales, periodistas, publicistas, literatos y poetas en

proceso de formación, con el fin de que seas un espacio universitario para quienes no cuentan con un medio convencional o alternativo que les ofresca la oportunidad de demostrar sus capacidades y potencialidades. Aquí encontrarás tanto informacón académica, como informes y análsis sobre el periodismo y su hermana la literatura, como tambien obras de la misma naturaleza. Esperamos la disfruten. Folium Raza tiene como fin la cultura, las transformaciones sociales o tejido social, las expresiones del arte. Nuestra filosofía es la de enaltecer el trabajo del hombre en todos sus sentidos, dotarlo de dignidad y sobre todo, de humanidad. Nuestra filosofía es la de incentivar a la conciencia, hacerle frente, contrapeso, a las ideologías homogeneizadoras para rescatar la polivalencia y obviamente, la pluralidad amplia y profunda del hombre.

GRUPO EDITORIAL


CONTENIDO 4 En contra del viento poema 6 Héroe de las carcajadas vende felicidad en los buses crónica literaria 9 HÁBITATS Y ADAPTACIONES reportaje gráfico 16 El día se detuvo crónica literaria 22 LOS VIEJOS reportaje gráfico 28 STORA SOUVENIR cuento 32 Análisis semiótico de un cuento corto informe literario 36 Andrés sí escribió su autobiografía informe literario 42 ¿Día o noche? poema 44 Contra portada Caricatura


En contra del viento Poema I Hacia una misma dirección es a donde se dirige la ingesta de la igualdad dañina. A la filantropía la dejaron extraviar, no se conoce ni su rumbo, ni su ubicación ya y ahora nada parece complejo para los divagantes, soñadores, perjudiciales a la esencia que aflora. El alma no se quiebra, aún se sostiene.

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Dan Bustamente Estudiante de Comunicación Social

A la mirada perdida del extraño común, a la comodidad en la que habita el Mayor. II Resoplan con fuerza a la quietud inquietante del grave letargo en el que se está. En contra del viento recojo mis pedazos regados, mis ilusiones partidas y la esperanza olvidada y emprendo camino hacia lo más de mí.

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Fotocollectie Ewald Vanvugt , Colombia, 1974

Héroe de las carcajadas vende felicidad en los buses Crónica Literaria

“ Sin embargo sucede algo, un salvador, un héroe, un vendedor ambulante que no pasará tirando sus productos en nuestras caras a precios inconcebibles. Esta vez, él viene a vender felicidad.” .

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Yecidth Gutiérrez Fino Estudiante de Comunicación Social

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na noche solitaria, a una hora solitaria, las 10:15. Cojo el bus Caicedo Las Estancias para regresar a mi casa. Parece que ha estado ahí mucho tiempo estacionado, porque está casi con la totalidad de las sillas ocupadas. Me cae el peso de la monotonía y una extraña sensación de enajenamiento, ese peso grotesco de la vida cuando pierde los matices. Señoras ostentosas con su decadencia, señores dormidos contra las barandas metálicas de las sillas roncan estrepitosamente y, en ese silencio mecánico, porque de cortina está el sonido del motor, se escucha su falta de descanso en todos los rincones del destartalado bus. Sin embargo sucede algo, un salvador, un héroe, un vendedor ambulante que no pasará tirando sus productos en nuestras caras a precios inconcebibles.Esta vez, él viene a vender felicidad. Es extraño, lentamente salgo de mi enajenamiento. Salta la máquina registradora, abominable por sí sola, y se presenta

como quien viene a salvar el ánimo de cuarenta y punta de tristes asalariados. Un pobre pero contento hombre de aproximados 35 años, contextura delgada, tez quemada y sucia por su verriondez, una boina negra y camisa morada. Pantalones rotos, revejidos y sucios. Esboza una sonrisa casi mueca, solo dos dientes amarillos contrastando en una cavidad oscura y tal vez hedionda. “vengo a dar unas clasesitas de inglés, tanquiutanquiu”- dice mientras suelta una carcajada estrepitosa - que hace al mismo tiempo las veces de despertador - frente a un micrófono de juguete que puso cerca de su boca. En la otra mano lleva una grabadora inservible, obsoleta que hará las veces de amplificador. “veryguelveryguel.. ¿Saben cómo se dice un millón? Uanmilion.. UAN MILION”. Agita sus brazos como todo buen orador, mientras grita su respuesta con una voz gastada, estertora. Su cuello delata el esfuerzo de sus cuerdas vocales, varias venas como gruesos hilos se

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forman sonrojadas. Se ríe, se sonríe, suelta nuevamente carcajadas correspondidas por los pasajeros. No puedo evitar sonreír. Varios de ellos incluso interactúan con él. “si muestra los dientes le doy 50 pesos “dice alguien, “cuente un chiste” dice otro, “cante, cante” dice una señora mientras agitadamente aplaude. Este héroe tan particular responde a sus exclamaciones bailando. El bus está en marcha. La algarabía lo posee mientras continúa expeliendo saliva mientras habla y cuenta chistes. “vea este pues, vea este, una cabrita le dice a su mamá cabrita, mami plis déjame ir al cine…. Veeeee, veee, VEEEEE” exclama rítmicamente en voz alta. Risas colectivas. Muestra los dos únicos dientes a la muchedumbre, mientras arruga su frente marchita y sus ojos se convierten en dos líneas perdidas en la suciedad y sus cejas oscuras. “ustedes tiene que decir para todo plis, deme 50 plis, deme un milionplis, demen de a un dólar plis” aumentan las risas colectivas mientras sus dos dientecitos se roban el protagonismo. Han pasado 15 o 20 minutos. El héroe de las carcajadas no quiere bajarse del bus y sus estrategias cómicas no parecen generar el mismo efecto.

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Se dedica a pasar una y otra vez hablando disparates que esporádicamente resultan de agrado y generar sonrisas simultáneas. Se despide una y otra vez “chao, gudbaigudbai ahora si me voy, dios les pague y les dé el cielo”. “Un pobre pero contento hombre de aproximados 35 años, contextura delgada, tez quemada y sucia por su verriondez, una boina negra y camisa morada.”

Carcajadas muecas. Le ha ido bien en términos económicos. Parece estar haciendo tiempo para que el bus lo deje cerca de su casa. Efectivamente después de un rato grita “por aquiplisss por aquiplis” pasa eufórico sobre la registradora mientras el conductor amaga estacionarse y lo hace saltar estando el bus en movimiento. Afortunadamente y a causa de su habilidad en estos escenarios, no se cae. Todo vuelve a la normalidad. La atmósfera de la rutina recobra su fuerza y las señoras agitadas vuelven a conversar acerca de sus ensaladas con cebolla de huevo. Los matices de la vida desaparecen, volvemos a los inconvenientes por sopesar, la vida urdiendo sus tramas melancólicas, mientras el tiempo sigue, la vida sigue. He llegado a mi casa.


Hテ。ITATS Y

ADAPTACIONES Fluido entre lo inanimado y lo vivido

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Reportaje Gráfico

Las tres marias I Museo Cementerio de San Pedro I 2009 I La muerte como acto símbolico de conglomeración humana alrededor del duelo en campo santo. Comedor antioqueño I Pueblito Paisa I C. Nutibara I 2011 I La reunón entorno al acto comestible, se guarda silencio en la mesa mientras se digieren los alimentos.

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Juan Carlos Garc铆a Tob贸n Estudiante de Comunicaci贸n Social

La barra I Barocko viejo I Plazoleta de la villa I 2008 I La vida nocturna entorno a la bebida y el placer del ritmo en los estados alterados. Paso peatonal a Carabobo I Parque de las luces I 2012 I

La calle y el monumento para la memoria individual y colectiva del camino recorrido.


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Suramericana I Jardines I 2011 I El trabajo y la rutina entre el ejercicio del cumplimiento y la sobrevivencia pasional del consumismo. 14


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Fotografía : Jordan Voth: Photographer I Cortesía

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Cr贸nica literaria

El d铆a se detuvo 17


Nubia Amparo Mesa Granda Comunicadora Social- Periodista de la Universidad de Antioquia. Docente de tiempo completo de la misma universidad. Ha sido profesora de cátedra en la Universidad de Antioquia, la Universidad Pontificia Bolivariana, El Colegio Mayor y la Universidad Cooperativa de Colombia. Además del periodismo escribe literatura. Cuentos suyos han aparecido en varios libros colectivos. Obtuvo el segundo lugar en el Concurso Nacional de Cuento de la Cámara de Comercio de Montería.

“Ahora sí estaba asustada. Vi que alguien pasaba por mi lado; lo raro era que tenía una ropa como la que yo usaba. Me demoré para comprender que era mi reflejo en un espejo gigante que había quedado debajo de un puente. Apresuré el paso.”

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l primer asombro fue ver a través de la ventana la densa bruma que cubría el paisaje. Las montañas, los árboles y las casas del vecindario se desvanecían ante mis ojos, eran espectros mudos intentando escapar 18

de alguna amenaza. Pero pensé que así era mejor salir a caminar, sin la luz indiscreta del sol que había invadido todos los rincones en los últimos días. La calle estaba solitaria, no encontré al vigilante en


la portería y tampoco estaba el señor de los buñuelos. Así es, pocos gustan de los días grises, dicen que son días tristes e ideales para quedarse encerrados en casa. Me lo confirmó la puerta cerrada de la tienda de don Pedro, que generalmente abre con la primera luz de la mañana. Seguramente se dejó engañar por el color insulso del día. Sin embargo, me extrañó ver, junto a la puerta, una caja de quesos, que de no ser recogidos a tiempo serían presa fácil de los perros. Tampoco vi perros. Y ahora que lo pienso no escuché ladridos, ni las noticias de la radio que suelo escuchar cuando llego a la zapatería. Esta también estaba cerrada. Miré el reloj, a lo mejor era más temprano de lo que había pensado, pero comprobé que eran las 8 de la mañana. Qué maravilla, pensé, la calle para mí. A esa altura pasaba por la nueva obra de construcción y agradecí no tener que toparme con la mirada lujuriosa de los obreros. Y eso sí que me pareció extraño. Ningún día, por gris o lluvioso o tormentoso que sea, es excusa ante el capataz de una obra. Entonces me

alarmé. ¿Habría algún paro armado y yo no me había enterado? Pero si así fuera habría fuerza pública. Llegué a la avenida principal y noté que no pasaba ningún vehículo. Todo estaba detenido. En la esquina de la 80 con la 65 encontré un sofá atravesado en mitad de la calle, como si alguien lo hubiese descargado antes de huir, y una escalera estaba recostada contra un balcón donde nadie se asomaba. Ahora sí estaba asustada. Vi que alguien pasaba por mi lado; lo raro era que tenía una ropa como la que yo usaba. Me demoré para comprender que era mi reflejo en un espejo gigante que había quedado debajo de un puente. Apresuré el paso. Estaba cerca de la cafetería donde me detengo usualmente a tomar algo y a conversar unos minutos con doña Miriam, tal vez ella podría explicarme qué estaba pasando. Sobre las mesas había montones de platos, vasos, servilletas y restos de comida, que parecían las huellas dejadas por un grupo de fugitivos. Llamé y nadie me respondió. 19


Entonces decidí correr. Tenía que encontrar un refugio. De soslayo veía las imágenes de la vida que se había detenido: cobijas de colores ondeando en una terraza; una bicicleta que cuñaba una puerta; un ángel de yeso asomaba sus alas por una ventana; hasta había un maniquí vestido con un camuflado militar. Y la calle seguía desolada. Y yo, desamparada, vulnerable y desorientada. Me detuve ¿A dónde ir ahora? Puertas cerradas y puertas abiertas, no había voces, solo el crujir de las hojas de los árboles. Miré las nubes que avanzaban lentamente y decidí seguir su trayectoria mirándolas siempre. Lentas, erráticas, vaporosas. Como ellas, continué, ahora como empujada por el viento. Nada detendría mi vuelo. Iría lejos de ese mundo desolado e inerte. Quizás había demorado en entenderlo, todos habían huido del desencanto. Un rayo de sol pareció abandonar su prisión y desplegó su fulgor airoso cegándome por un instante.

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Volví a mirar el reloj, eran las 8. La bocina de un camión me hizo orillarme y un vendedor ambulante gritó: mandarinas a mil.


Fotografía : Julian Varela I Cortesía Puente 4 Sur, Medellín Itagüí, Antioquia, Colombia

http://www.flickr.com/photos/julianvr86/


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LOS VIEJOS ¿Quién dijo que están en desuso? 23


Reportaje Gráfico La presente secuencia fotográfica muestra una tres ancianos, cada una acompañada por otra fotografía que hace énfasis en el contexto y espacio en que se desenvuelve cada uno.

Es inevitable, los viejos habitan la calle y salen esparciendo ese cúmulo de experiencias que nutren al mundo de sabiduría. Aún así “varias arrugas y una que otra enfermedad” es como los entramados y concepciones sociales cotidianamente definen a “los viejos” Poco a poco la sociedad se ha convertido en una enciclopedia que guiada por los prototipos creados por el consumo ha definido lo viejo como lo que está en desuso o como lo que no sirve y debe ser desechado

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Daniela Godovina Estudiante de Comunicaci贸n Social

Sin embargo la vida cotidiana se ha atrevido a definirlo de otra manera, tanto en los pueblos como en las ciudades los adultos mayores se perfilan como seres aun capaces de desempe帽ar trabajos arduos, porque a pesar de su edad aun hacen frente a sus hogares. Daniela Godovina, 2013




STORA

Fotografía : Rosie Hardy I Cortesía http://www.fubiz.net/galleries/set/rosie-hardy/ 28


SOUVENIR Cuento

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STORA SOUVENIR

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ero ¿por qué?, le pregunté a Clara, mi esposa, que estaba sentada de copiloto. Después de mil compras me había manifestado que quería una cuna de ocho millones de pesos para nuestro hijo, que nacería dentro de tres meses. -Quiero que esté cómodo – dijo ella -; que cuando se caiga no se golpee contra el suelo, sino que lo reciba una gran almohada. -Pero hay pocas posibilidades de que se caiga – dije -¿Por qué no comprar una más barata? - Pero esa me gusta. Comprémosla, así sea de segunda Clara hizo un gesto que me conmovió el corazón, sus ojos se aguaron y con su boca hizo un puchero. -Está bien, – la tranquilice, mientras arrancaba del semáforo en rojo. – Quiero que mi bebé este feliz y si esa cuna lo hace y te hace feliz, haré lo que pueda. Acaricié su enorme barriga, pero me concentré tanto en mi bebé que olvidé mirar al frente. Cuando reaccioné ya había chocado fuertemente contra un Wolsvagen que estaba delante. Afortunadamente no había pasado a mayores, me desabroché el cinturón y abrí la puerta con la intención de ir a sacar a mi esposa. Pero en medio segundo pasó todo: vi cómo un camión se acercaba veloz, ella gritó aterrorizada y no tuve tiempo de sacarla del automóvil.

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Vanessa Cardona Henao Estudiante de Comunicación Social

El camión nos arrastró muchos metros hasta voltear el carro por completo. Boca abajé miré a mi esposa ensangrentada, quise abrazarla y llorar encima de ella, pero sentía como me iba, escuchaba un sonido insoportable. El sonido se intensificó. Abrí los ojos y me encontré en una cama, mejor dicho en mi cama, pero noté que mi esposa no estaba. Apagué el reloj despertador, me levanté y tomé mi bastón, como siempre. Me dirigí a las escaleras y bajé con la esperanza de encontrar a Clara y de que todo hubiera sido una pesadilla. -Buenos días, querido ¿quieres desayunar ya? – dijo alguien cuando me oyó en las escaleras. Me adentré en la cocina y encontré a Priscilla, mi esposa desde hace 12 años. El recuerdo que me producía mi primera esposa había causado en mí una tristeza profunda, la misma que me invadió tres años después del trágico accidente. Me paré en seco ya que una imagen se vino a mi mente causando malestar: Clara sirviendo el desayuno y nuestro hijo dándome los buenos días.Algo confuso continúe mi camino, saludé a Priscilla evitando que se diera cuenta de lo que me pasaba y me senté a desayunar. Stora Souvenir * Gran recuerdo, en sueco.

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An谩lisis semi贸tico de un cuento corto 32


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Jhon Jaime Osorio Es periodista deportivo y docente de la Facultad de Comunicación Social y Publicidad de la Funlam. El año pasado fue elegido como uno de los ganadores del premio a los diez Periodistas con Calidad Humana y Profesional, que entregó la Universidad de San Buenaventura en asocio con el Concejo de Medellín y la Asamblea Departamental.

Informe literario “Entender el cuento, sin saber su fecha de publicación remite al conocimiento del impacto histórico del grupo de Liverpool.”

“Es fácil juntar de nuevo a Los Beatles. Sólo se necesitan tres balazos”. Graffiti. De Orlando Enrique Van Bredam Una historia en trece palabras. Evidente capacidad de síntesis. Obsesión por la brevedad

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uestra de poder narrativo. Un protagonista (el grupo musical), un situación deseada (juntarlos) y un desenlace (lo que se requiere para juntarlos). Una influencia marcada del estilo obsesivamente puntual del Guatemalteco Augusto Monterroso.

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Para entender el cuento se requiere conocer la historia de los Beatles. El grupo se formó en 1940 y se disolvió en 1970. Fue tanta su influencia y tal su éxito que el mundo entero estuvo siempre atento a un posible regreso. John Lennon murió el 8 de diciembre de 1980, asesinado en Nueva York por un perturbado mental que quiso ser músico. Desde ese día, juntar al grupo dejó de ser una ilusión y se convirtió en un imposible. Para Van Bredam resultó fácil: no había que revivir al muerto, sino matar a los tres integrantes vivos. Entender el cuento, sin saber su fecha de publicación remite al conocimiento del impacto histórico del grupo de Liverpool. George Harrison, otro de los integrantes, falleció el 29 de noviembre del 2001 a causa de un cáncer de pulmón. Con este dato, el lector asume que el cuento fue escrito antes de esa fecha y obviamente, después del 80. El fondo del texto es eminentemente irónico, una figura muy kafkiana o borgiana. El humor que maneja es satírico, ácido. En el gaffiti sobre Los Beatles, es admirable el elemento sorpresa. El autor piensa en la lógica contraria a la común. Reunir el grupo, con un integrante fallecido. Es imposible en la lógica, por eso hay que apelar al pensamiento contrario. De allí que el remate del cuento y el efecto sean fulminantes. El relato apela también a la rapidez narrativa. Con dos frases se plantea, se ilustra y se concluye una situación. Lo que va a ocurrir ocurre de inmediato; en la segunda frase se agota la situación, se concluye. Dicho de otra forma, el planteamiento y el desenlace son súbitos. El texto deja una pregunta ¿Por qué titularlo Graffiti?... No se trata de una inscripción irreverente sobre una propiedad pública o privada. Tampoco tiene contenido político o social. Tal vez, el hecho de escribir sobre Los Beatles, sin permiso de ellos como protagonistas puede ser una explicación. O quizás sea el final propuesto: agresivo, trágico y fulminante. Van Bredam nació en Entre Ríos, una provincia argentina, muy distante de la capital. El cuento de los Beatles, graffiti para si autor, apareció publicado por primera vez en 1994, en el primero de sus dos textos de minificciones: “La vida te cambia los planes”. En el 96 escribió Las armas que carga el Diablo; pero su obra más numerosa se reúne en cinco poemarios. También ha escrito obras de teatro y novelas breves. Van Bredam tiene mucho para decir, por eso escribe poco.

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Andrés sí escribió su autobiografía 37


Fotografías:http://memoriadocumental.blogspot.com

Informe literario “Amo la soledad pero a veces no la resisto, entonces busco compañía y me doy cuenta que no resisto la compañía” Mi Cuerpo Es Una Celda. Autobiografía -Andrés Caicedo

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uchos dicen que si Andrés Caicedo no se hubiera quitado la vida, no sería la leyenda que hoy es en la literatura colombiana y latinoamericana. Otros dicen que si el cinéfilo estuviera vivo, sus obras habrían adquirido el mismo éxito que tienen en la actualidad. Andrés Caicedo Estela nació en Cali (Colombia) en el año de 1955, proveniente de una familia de clase media, el flaco Caicedo decía que vivir más de los 25 años era una completa insensatez, por tal motivo se dedicó compulsivamente a escribir cuentos, guiones y críticas cinematográficas, a hacer teatro, a ver cine, a drogarse, a bailar y a soñar, a caminar su Calicalabozo antes de cumplir sus 26 años de vida.

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Daniel Yepes Cartagena Estudiante de Comunicación Social Por eso en la tarde del 4 de marzo de 1977, después de recibir el primer ejemplar de su obra cumbre. ¡Qué viva la música! Se suicidó. No considero valioso engancharlos a leer este escrito, contando el suicidio de uno de mis escritores favoritos, muchos se acercan a conocer su obra por lo trágica que fue su vida (y su muerte) pero en realidad el verdadero Andrés está inmerso en todos sus cuentos, en todos sus escritos, en sus novelas póstumas, el verdadero Andrés pueda estar en la Autobiografía, mi cuerpo es una celda, escrito por el mismo Caicedo muchos años después de haber muerto. Sí, con la ayuda del chileno Alberto Fuguet, Andrés Caicedo volvió a escribir.Y es que escribir sobre esta leyenda colombiana es realmente difícil, hay tanto que decir que cuando se elige decir algo no se deja de pensar en lo que no se dijo. Esto mismo le pasó a Alberto Fuguet, un periodista y escritor chileno que conoció la obra de Caicedo hace muy poco, (muy tarde, dice él) y se enamoró de su vida, de sus escritos y del mito Andrés Caicedo, por tal motivo viajó a Cali para investigar todo sobre el colombiano, habló con sus familiares, entrevistó a sus allegados, visitó los lugares preferidos del escritor y se devolvió para Chile con una maleta llena de material inédito, cartas, poemas, escritos, y diarios repletos de anotaciones que no habían salido a la luz pública. Al llegar a Chile y leer y releer todos estos documentos llenos de sensibilidad y de historia, Fuguet no sabía que obra sacar de Andrés, no quería hacer una novela, porque no quería tergiversar las ideas del escritor, por eso al chileno se le ocurrió la magnífica idea de realizar una autobiografía, así fue, todo el libro Mi cuerpo es una celda está escrito por Caicedo. Alberto realizó el montaje de semejante obra, ordenó las cartas, compiló las críticas cinematográficas, las notas, los poemas y nos reveló a ese Andrés de las mil actitudes frente a la vida, al drogadicto, al talentoso, al enamorado, al obsesivo, al Caicedo hijo, revoltoso, sensible, también al suicida y al que amaba la vida.

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Una de las mejores definiciones que han escrito sobre Andrés Caicedo está en el prólogo de su ‘Autobiografía’ , el escritor venezolano Luis Britto García definió así el mundo imaginativo del precoz escritor: “anclados en una aterida adolescencia, o en un amor contrariado, o en un desacuerdo con el medio, renuncian a curar, a avanzar hacia esa aceptación de las derrotas que se llama madurez, y se enquistan en una edad o en una fábula o en un gesto determinado, con el orgullo de Dios, el único ser que puede proclamarse inafectado por el tiempo, algunos de estos personajes, empeñados en la contemplación de las heridas que no sanan, nos despiertan la desazón de que acaso no estamos curados. De que quizá sangraremos hasta la muerte y después de ella.” Hoy en día el género epistolar tiende a desaparecer con las nuevas tecnologías que con tan solo hacer un click desde un computador ubicado en Colombia pueda enviar una información hasta Australia, Rusia o China, vivimos agradecidos con la inmediatez pero añorando las cartas aromatizadas, la caligrafía y hasta la máquina de escribir, con la autobiografía de Andrés se revive ese amor, esa nostalgia pura y especial de las cartas, de las bien escritas. Las cartas son el utensilio más adecuado para limpiar el alma. Aquí cito a Alberto Aguirre editor Antioqueño fallecido el año pasado en la ciudad de Medellín, en una de las cartas que le envío a Héctor Abad Faciolince cuando estaba en el exilio, se refirió sobre las cartas así: “en la carta se vacía uno, es más espontáneo, más puro. Y hay tantas cosas que decir, tantos sueños, tantas ilusiones, tantas ideas. Y es tan dulce saber que existe alguien que quiera oírlos. En la carta al amigo uno es limpio de corazón. Y pudoroso como una doncella. ”Así espontáneo y puro fue Andrés Caicedo, no solo en sus cartas ni en sus escritos, también en su corta vida, hay que darle las gracias a Andrés, por su obsesión con dejar legado y obra, por su talento y por su amor al arte. En una de las páginas de Los Hermanos Karamazov de FiodorDostoyevsky está inscrita una cita de la sagrada biblia del evangelio de San Juan que dice: “...en verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo caído en la tierra no muere, quedará solo: pero si muere, producirá mucho fruto...” Caicedo de pronto fue una semilla que decidió morirse para regalarle al mundo los mejores frutos, sus obras.

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¿Día o noche? Poema Por Dan Bustamante Se vive, ¿ahora qué es lo real? ¿Qué se está pariendo? ¿Aún sufro?

¿Día o noche? El ser ya no siente, considera su nulidad. Mis sentidos se confunden a mi propio existir, desvirtuando lo que percibo.

¿De día? El gozo parece mermar, la alegría deja de sonreír, el sentimiento sangra. ¿De noche?

¿De día? El sol no asoma, la caricia ha parado, se ha perdido toda noción. ¿De noche? La luna se esconde, no está el frío, no hay miedo. Se existe, ¿se sigue en la mentira? ¿El caos continúa? ¿Aún sufro? He dejado de saber quién soy.

La esperanza da vuelo, el grito se hace la lágrima se congela. Mi alma quiere desterrarse a lo inexistente donde todo puede ser. ¿Día o noche? La vida juega con sus marionetas, algunas han cortado sus hilos, otras más permanecen igual.

Ilustración realizada por Santiago García Tobón Estudiante de diseño gráfico Universidad Pontificia Bolivariana 43


Caricatura realizada por Andrés Mauricio García Patiño. Estudiante de Comunicación Social Fundación Universitaria Luís Amigó


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