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Contextos funerarios mochica: un recuento de las investigaciones
número y de las características de las deidades de Chavín se perpetúen en el debate arqueológico hasta el presente, a pesar de que el mismo Tello modificó una y otra vez sus puntos de vista.
Cinco piezas escultóricas de complejidad excepcional constituyen un punto de partida obligado en el debate sobre el tema: 1. El Lanzón; 2. El Obelisco Tello; 3. La Estela Raimondi; 4. y 5. Las dos columnas decoradas en el denominado Pórtico de los Falcón idas. Sólo la primera de las cinco piezas fue encontrada in situ, en la galería subterránea central en el Templo Viejo. Según Tel10109, las tres primeras esculturas representaban la misma deidad principal del templo. Las indudables diferencias se deberían a la evolución de las ideas religiosas: el Dios-Jaguar habría perdido gradualmente su terrorífico aspecto animal, que conservaba aún plenamente en el Obelisco Tello, transformándose en un ser antropomorfo con grandes colmi1 los (vg. Lanzón y Estela Raimondi). La compleja decoración del Obelisco revelaba, según Tel10 1101 la naturaleza dual, andrógina, del dios felino. En la influyente opinión de Rowe, 11 , sólo el Lanzón pudo representar con toda seguridad, por su ubicación, a la deidad venerada en el Templo Viejo, y merece por lo tanto el nombre de la Gran Imagen. Por otro lado, resulta imposible sostener que la misma deidad fue representada en los tres casos mencionados. Existe consenso de que el Obelisco Tel lo (figs. 61 a, b) representa a un lagarto fantástico: caimán 11 2 o cocodrilo ecuatoriano 113 • E,ri la figura del l anzón (figs. 35, 38) predomina la naturaleza humana y sus colmillos podrían remitir a la capacidad de manifestarse también bajo el aspecto de felino o de murciélago,w El personaje de la Estela Raimondi (fig. 44) tiene tres caras colmilludas (sin contar las del tocado), cada una diferente de la otra, y un cuerpo humano. En la interpretación de Rowe11 5 la pieza representa una de las dos versiones tardías de la deidad del Lanzón; la otra es la imagen del Dios Sonriente 11 6 (fig. 41 ). Esta atrayente propuesta, que ha merecido la aceptación de todos los investigadores117, no resuelve, sin embargo, los problemas que acabamos de mencionar. No sabemos, por ejemplo, cuál fue la relación entre el dios-felino y el dios-lagarto representado en el Obelisco Tello. Tampoco queda clara la razón por la cual la Deidad de los Báculos en la Estela Raimondi os.tenta otras dos caras
Fig. 61a, b. Obelisco Tello. Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia, Lima.
Fig. 62. Iconografía del Obelisco Tello. Redibujado de Rowe (1973). a. La mitad (una de las caras anchas y una de las caras angostas del Obelisco) con la imagen del lagarto macho. b. La mitad con la imagen del lagarto hembra. adicionales al lado de la del Dios Sonriente. Estos vacíos hacen dudar si efectivamente una sola deidad fue venerada en Chavín, e incluso, si las creencias religiosas no sufrieron cambios a lo largo de los seis u ocho siglos de la historia del centro ceremonial. Cabe también preguntarse qué deidad o deidades fueron veneradas en la cima de la pirámide que conforma el segundo cuerpo del Templo de Chavín, llamado el Templo Nuevo, contiguo al sur del edificio que oculta en · sus galerías la imagen del Lanzón.
La imagen del cosmos animado en.el Obelisco Tello
Creemos que el Obelisco Tello (figs. 62a, b), la pieza más compleja en el arte escultórico de Chavín, y también una de las más estudiadas, 181 puede aportar respuestas a algunas de las preguntas arriba enunciadas. El Obelisco es un monolito cuya parte inferior fue destinada a ser clavada en el suelo en tanto que la superior se estrecha considerablemente. Su morfología es, por lo tanto, similar en líneas
generales a la del Lanzón. A mi juicio, la pieza representa a dos animales míticos en el curso de una relación sexual concebida como condición de la generación de la vida vegetal y animal en la tierra. La naturaleza del acto y la identidad de los protagonistas se torna evidente sólo cuando nos-- acostumbramos a las convenciones figurativas del arte chavín. Para hacer más transparente la estructura de la representación es menester eliminar las figuras no relacionadas directamente con el cuerpo de los seres míticos, y, particularmente, las cabezas felínicas puestas en todos los lugares donde deberían situarse las principales articulaciones en el cuerpo de un cuadrúpedo. Liberado de aquellos elementos adicionales (figs. 63a, b), cada animal se presenta como un híbrido eón la cabeza y las patas de un reptil monstruoso, cocodrilo o caimán negro,19' y con la cola de un pez o
Fig.63a. Obelisco Tello: los componentes del cuerpo del lagarto macho.
Fig. 63b. Obelisco Tello: los componentes del cuerpo del lagarto hembra.
Fig. 64. Detalle del Obelisco Tello: concha de Strombus; debajo el motivo interpretado como el flujo de semen y asimismo la planta de la yuca.
Fig. 65. Detalle del Obelisco Tello: dragón bicéfalo con la parte delantera del cuerpo de felino y cuerpo escamado de serpiente.
T Fig. 66. Detalle del Obelisco Tello: apéndices serpentiformes que emergen de la boca del lagarto hembra, asociados a las figuras del águila crestada y del pez. de un ave. Cada uno de los reptiles está representado respectivamente en una de las dos caras anchas del Obelisco, de tal modo que ambos miran en direcciones opuestas. Solamente fijándose en las caras angostas y apreciándolos en la posición horizontal, en lugar de la vertical, el espectador puede darse cuenta de que, en rea1 idad, un animal está echado sobre la espalda del otro, y que hay un contacto entre sus cuerpos. Gracias a los detalles representados en las caras angostas ya Tello120 y Carrión Cachot121 se percataron de que los reptiles son de sexos opuestos. La identificación de los órganos anatómicos se vuelve algo difícil por el hecho de que los escultores los representaron de manera metafórica, bajo el aspecto de cabezas de felino y plantas: el miembro viril erecto y eyaculando122 (fig. 63a) es presentado bajo la apariencia de un tallo de yuca (Manihot esculenta) 123 ; el ano del animal masculino se asemeja a una planta de frondosas hojas (¿achira? Canna edulis) 124 ; del ano del lagarto hembra brotan tallos de calabaza (Lagena(ia siceraria), 25 , la semilla de una leguminosa o de maní (Arachis hypogea), 2/epresenta el órgano sexual femenino (fig. 63b). Ambos órganos sexuales están dotados de la imagen metafórica de flujos de líquidos fisiológicos. El flujo de semen, figurado a la vez como un haz de serpientes y de plantas, se dirige al interior de una concha marina de aguas tropicales (Strombus sp.; figs. 64, 62a), mientras que los líquidos vaginales127 toman la forma de una serpiente bicéfala dotada de brazos humanos y cabezas de lagarto (figs. 65, 62b). De modo similar, los flujos que el 66
reptil hembra segrega de su apéndice supranasal y de su boca (figs. 66, 67) están represent9-dos con el aspecto de cuerpos serpentiformes y escamados, con cabezas de felinos o de reptiles. El primero de estos flujos -apéndices dobles- parece transportar un pez atacado(?) por un águila con cresta, en la que se ha identificado el águila-arpía amazónica (fig. 66)128• La asociación mencionada sugiere, sin embargo, que podría tratarse también del águila marina (Pandión sp.), con amplios antecedentes en el arte religioso de la Costa Norte, incluyendo a la tradición Cupisnique, 29 • Un problema similar se está creando en relación con la identidad taxonómica de los dos lagartos: ¿caimán de la selva, o cocodrilo de la costa ecuatorial?. Las opiniones de especialistas son tan divididas como en el caso de las águilas. Por nuestra parte sospechamos que para los sacerdotes y artistas de Chavín, el lejano hábitat amazónico o 'no menos lejano origen marino de grandes lagartos de aspecto monstruoso, y de grandes águilas con cresta, podrían haber sido igual de sugerentes. Creemos también que no habrían hecho distinciones tan exactas entre las especies, como los especialistas modernos en taxonomía zoológica, y más bien se habrían fijado en el estrecho parentesco de las formas respectivas de ambas especies de reptiles y de ambas especies de falcónidas. Para estos escultores, los hábiles y fuertes cazadores del agua y del aire provistos de colmillos (las águilas también tienen una especie de colmillo en el pico130), pintorescos, fuertes y originarios de los confines del mundo conocido, se constituían probablemente en manifestaciones terrenales de las deidades supremas que moran donde el universo tiene sus límites y sus fundamentos. El jaguar y el puma, con sus hábitats naturales en los parajes inaccesibles de la ceja de selva y de la sierra, ambos representados en forma de felino mítico, remiten a una oposición simbólica similar a la precedente, y de hecho fueron también considerados encarnaciones de lo divino por los artistas de Chavín de Huantar. Hay que subrayar que la imagen del águila acompaña la cabeza del lagarto hembra, mientras que la del felino está al lado de la cara del lagarto macho. Cabe mencionar que de manera coincidente el águila crestada suele ser representada en el arte chavín con el órgano sexual femenino, que adopta la. forma de la vagina dentata
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Los apéndices en forma de las serpientes monstruosas que emanan de las cabezas y de los órganos sexuales de los lagartos a manera de flujos de líquidos fisiológicos representan, creemos, metafóricamente al movimiento del agua que circula PC?r el universo: desde las fuentes (órgano sexual del lagarto macho, fig. 63a) y desde los ríos celestiales cargados de l luvias132 (cuatro apéndices
Fig. 67. Detalle del Obelisco Tello: apéndices serpentiformes que emergen de la nariz del lagarto hembra, asociados a la imagen de la concha de Spondylus sp.
Fig. 68. Detalle del Obelisco Tello: cruz escalonada o andina, posible cosmograma sostenido en la pata delantera por el lagarto macho.
Fig. 69. Detalle del Obelisco Tello: felino mítico delante de la cabeza del lagarto macho.
Fig. 70. Detalle del Obelisco Tello: "bolsa" con semillas o frutos de maní en su interior (compárese con fig. 63b: el símbolo en el lugar del órgano sexual femenino), atríbuto del lagarto hembra.
Fig. 71. Detalle del Obelisco Tello: pequeña aguila crestada en el interior de un signo ovalado (¿huevo?) sostenida por el lagarto hembra en la pata delantera; trazo dañado por la erosión.
Fig. 72. Detalle del Obelisco Tello: cabeza cortada con rasgos faciales felínicos, maní en lugar de cabello y la planta de yuca en la boca, sostenida por el lagarto macho.
serpentiformes sobre la cabeza del lagarto hembra, figs. 66, 67) al mar (conchas de Strombus y Spondylus, figs. 64, 67), y a los lagos-cochas en las alturas de la sierra (órgano sexual del lagarto hembra, fig. 63b) 133" La forma del órgano sexual femenino remite, quizás, al doble simbolismo de la laguna y de la semilla. Hacia el Spondylus se dirigen las serpientes procedentes de la boca y de la nariz del lagarto femenino mientras que la concha de Strombus recibe en su interior lo que parece ser el flujo de semen (figs. 62a, b).
Ha sido sin duda la intención de los escultores enfatizar que el intercambio simétrico de aguas entre los componentes masculinos y femeninos del universo condiciona la procreación de los animales y de las plantas. Lo señalan los atributos que los dos animales míticos sostienen en sus patas. El reptil macho tiene una cruz escalonada (fig. 68), imagen del universo cuatripartito, según Lathrap134 y McEwan,w y un felino casi naturalista (fig. 69) frente a sus patas delanteras. El reptil hembra abriga en este mismo lugar una bolsa con semillas (fig. 70) y un pequeño aguilucho136 (fig. 71) dentro de un marco ovoide (¿huevo?). En las patas traseras ambos seres sostienen cabezas-trofeo felinizadas que generan plantas desde su interior, respectivamente maní (Arachis hypogea) o una leguminosa y yuca (Manihot esculenta), en el lagarto-macho (fig. 63a), y el ají (Capsicum sp.), en el lagarto-hembra (fig. 63b), 37 •
Ambos lagartos merecen el nombre de animales cósmicos. Lathrap138' y recientemente McEwan 139 demostraron que el Obelisco tiene características de una imagen del axis mundi: los símbolos relacionados con el mundo de abajo, verbigra-
cia el felino, están en poder del gran lagarto masculino, mientras que los que se refieren al mundo de arriba, como el águila, corresponden al gran lagarto femenino. Siguiendo el sistema de subdivisiones horizontales técnicas, analizado por Kaulicke140 se llega a reconstruir un sistema complejo de espacios simbólicos en los que se descompone el Obelisco. Una de las líneas límites atraviesa la base de los órganos genitales y anales y la parte superior de los codos de las patas traseras. Las dos plantas representadas crecen hacia arriba a partir de esta línea, por lo que ésta representa probablemente la superficie de la tierra. Otra línea similar circunda el Obelisco separando los codos de las patas delanteras. Los símbolos marinos se agrupan alrededor de ella. Los escultores de Chavín 73 parecen haber creido, pues, que los dos lagartos míticos tenían sus patas traseras y su cola hundidas profundamente en las entrañas de la tierra, mientras que las delanteras estaban refrescadas por las corrientes marinas. El espacio en la espalda de cada uno corresponde probablemente al aire (cielo), a juzgar por la presencia de un ser alado en esta zona (fig. 62).
Otras cuatro parejas de seres sobrenaturales se reparten el espacio del universo delimitado por los cuerpos de los dos lagartos. De acuerdo a los resultados de nuestra lectura, las primeras dos parejas están situadas en el espacio que simbo1 iza el mar cósmico. Una de ellas emerge de las bocas agnáticas ubicadas en el lugar donde cada uno de los dos lagartos tiene la articulación de su cuello (figs. 62 y 74). Las deidades mencionadas tienen bocas sin colmillos con la comisura rebajada, y ojos redondos. Sus caras guardan parecido con las serpientes enrolladas, a manera de pulseras, alrededor de las patas traseras de los lagartos míticos. Las deidades tienen manos humanas, con las que agarran firmemente sus respectivas columnas vertebrales, como si su función principal hubiera sido la de estabi I izar el axis mundi. Las mismas columnas están representadas como bocas con colmillos. Las otras dos deidades de arriba tienen bocas colmilludas de felinos, alas desplegadas y tocados complejos; están sentadas dentro de una especie de recinto en forma de U (figs. 62 y 75). Las dos parejas restantes residían en las entrañas de la tierra, en el mundo de abajo, a juzgar por su ubicación estrechamente relacionada con la raíz del axis mundi. Las columnas vertebrales dentadas de los lagartos se encurvan cerca del coxis a manera de gancho, y forman cuellos de los que emanan cabezas monstruosas (figs. 62 y 77). Las dos cabezas tienen el mismo tocado de doble penacho y ras-