AIRE FLORAL

AIRE FLORAL HISTORIAS EN UNA ACUARELA

CARMEN NAVAJAS RODRÍGUEZ DE MONDELO

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Aire floral

AIRE FLORAL HISTORIAS EN UNA ACUARELA

I

DECORADO

Cuadro de colores vivos, ambiente floral. Todos los personajes poseen una fuerza vital como si estuvieran en primavera, son como flores, llenos de belleza.

Han crecido y han conseguido felicidad.

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II

PERSONAJES 1

Luciérnaga, joven superdotada

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Perrete, observador

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Manolito, aviador

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Hermanastras de Cenicienta

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Pascual, el de la boina

6

Angelito, que reposa en el árbol

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Árbol cotilla

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Antoñita y Maricarmen, pareja de lesbianas

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1 Luciérnaga, joven superdotada

A esta señorita la vida la trae de cabeza. Su obsesión por el vuelo ha llegado a tal punto que no para nunca en casa. Es una joven adicta al trabajo y al estudio, lo que le preocupa continuamente. Últimamente está sintiendo unos ataques de sintomatología algo extraña.

De todos es sabido que tiene un coeficiente intelectual que se sale de los parámetros normales, incluso de los de los superdotados. Conocida esta capacidad innata en plena adolescencia, en un primer momento, fue motivo de una gran alegría y elevación de la autoestima, ya que sus calificaciones escolares de cuando era niña no eran demasiado buenas, a pesar de los esfuerzos que le suponía atender en clase y estudiar, lo que la sumió en una depresión.

Esta situación cambió radicalmente y pasó a ser aceptada por todos sus profesores como el no va más de su clase. Ella misma sintió en su interior que lo suyo era el estudio y el aprendizaje, pues de esta manera tenía contentos a todos y esto le hacía feliz.

Pero un día, en un estado de quietud contemplativa, sintió en realidad que ella no era una joven ventajosa, sino una voladora radical. Inmediatamente, elevó la barbilla y el pecho y se lanzó al abismo. Desde la altura, pudo observar a los demás personajes del cuadro y colocar a cada uno en el lugar que le correspondía.

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2 Perrete observador

Perrete era un perro triste. Pedro, el amo que le había tocado en suerte, no estaba por la labor de cuidarlo mucho, por lo que Perrete se consideraba como un objeto de consumo más.

Pedro había comprado a Perrete como un remedio para curar la soledad de su alma. En un primer momento, no le pareció lo más adecuado, pero su médico de toda la vida se lo había prescrito con receta médica, por lo que no tuvo más remedio que comprar lo que el doctor le había recetado.

Los primeros días de Perrete en su nueva casa los pasó observando todo lo que había en su alrededor. Un día divisó por la ventana a Luciérnaga, voladora radical, y desde ese día su vida cambió. Perrete recibió de Luciérnaga su energía de voladora, lo que le permitió transformar las partículas contaminantes del aire en flores.

En la actualidad, Perrete es un alto cargo en una agencia de control medioambiental a nivel mundial. Su vida ha cambiado radicalmente, ya que se ha convertido en un Perrete observador floreado, lo que le ha llenado de color y aroma interior.

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3 Manolito

Manolito fue un niño feliz. Le encantaba jugar con sus cochecitos y hacer carreteras con las tizas que cogía de la pizarra del colegio. Su madre le regañaba porque estaba siempre distraído cuando le hablaban y no se concentraba en las tareas del colegio. Él no sabía por qué tenía ese constante ronroneo en la cabeza, como si fuera el ruido del motor de sus cochecitos corriendo a toda velocidad por la vía imaginaria de tizas blancas.

Un buen día, en la clase de matemáticas, Manolito fluyó. La sensación de fluidez fue tan intensa que lo lanzó desde el asiento de su pupitre hacia el ventanal de la clase de 6ºA. Salió al patio del colegio y de ahí, sin darse cuenta de cómo lo hacía, conectó su piloto automático y éste le fue llevando hacia un nuevo mundo.

Rápidamente sobrevoló países fantásticos y desde las alturas tuvo la oportunidad de ver a qué se dedicaban sus habitantes. Conectó con un fluido viscoso lleno de flores de colores y todo él se impregnó de un relajante perfume. Su aroma era tan fuerte que invadió a todos los habitantes del cuadro a los fue hipnotizando y dirigiendo hacia su destino vital.

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4 Hermanastras de Cenicienta

Las hermanastras de Cenicienta eran unas jóvenes de vida bastante compleja.

Se dedicaban a la destilación de la flor del jazmín para obtener su esencia aromática. La manipulaban de tal forma que conseguían transformar el perfume en un gas pestilente, que las sumía en un trance caótico cuando lo exhalaban.

Su comportamiento iba de mal en peor. Se peleaban con el lechero, el cocinero, el cabrero y el capitán del barco. Éste último no aguantó el repiqueteo de las hermanas y las transformó de inmediato en pequeñas ovejitas con sombrero. Desde ese momento, las hermanas se convirtieron en suaves y tiernas. Se hicieron amigas de su hermanastra Cenicienta y le prestaron sus trajes de gala para que pudiera ir a ligar a las fiestas del pueblo.

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5 Pascual, el de la boina

Pascual era un hombre sencillo. Su profesión era paseador por el campo. Con sus largos paseos favorecía la floración de las plantas y hacía que los árboles dieran sus frutos de forma más rápida y abundante.

En su pueblo lo cuidaban y respetaban todos sus habitantes. Sus paseos no sólo favorecían la producción agrícola, sino que cuando paseaba por los barrios industriales el rendimiento de los trabajadores y las máquinas de las fábricas aumentaba notoriamente.

Nadie sabía por qué Pascual tenía esa cualidad, ni siquiera él mismo. Desde pequeño era calvo. Su pelo nunca brotó y su madre le obligaba a ponerse su boina azul para salir a la calle. Un día, el fuerte viento se llevó la boina y Pascual se enfrió. Sus pensamientos quedaron congelados de inmediato y Pascual dejó de pasear. Comentó a sus vecinos que su vida había dejado de tener sentido.

En esas estaba cuando sobrevoló el pueblo Manolito aviador. Gracias a su hábil vuelo, la boina volvió a su lugar sobre la redonda y calva cabeza, Pascual recuperó su profesión y el pueblo su prosperidad.

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6 Angelito, que reposa en el árbol

Angelito es un ángel feliz. A los veinte años de edad bajó de los cielos y fue a parar a la copa de un manzano. Desde entonces se dedica al reposo y la contemplación. Sabe perfectamente que su jefe, el ángel mayor, lo mandó a la huerta para dedicarse a la labor de ángel de clausura. Pero de pronto, un día, un golpe de aire le sorprendió y Angelito perdió su par de ojos, que fueron a parar a un árbol vecino.

Desde ese momento, Angelito ya no fue el mismo. Había perdido sus utensilios de trabajo y perdió toda motivación para la contemplación. Ahora sólo reposa solo en su árbol. Todo lo contrario que el árbol vecino, que desde entonces se convirtió en un auténtico cotilla.

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7 Árbol cotilla

El árbol cotilla mantiene su par de ojos bien abiertos. Con ellos observa todo lo que sucede en el huerto para poder contarlo y comentarlo a continuación.

Este manzano de huerto es feliz. Su vida está plena, dominando todo lo que ocurre en el país floral. Sabe que tener ese par de ojos es un privilegio, aún sin saber cómo le llegaron como caídos del cielo, cómo habían llegado a posarse sobre sus ramas, ese par de ojos gigantes dominantes de las vidas ajenas.

Con ellos vio un día cómo habían conseguido sellar su unión sus amigas lesbianas. El pueblo desconocía tal circunstancia y él fue el primero en poder observar su beso de amor.

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8 Antoñita y Maricarmen, pareja de lesbianas

Antoñita, modista de profesión, era una joven aquejada de fuertes cefaleas.

Ella creía que sus horribles dolores de cabeza se debían a esa maldita máquina de coser que su tío Paco le había traído de China. Tenía tantos accesorios y posibilidades que coser, lo que se dice coser, no cosía. Ella no quería que su tío supiera lo mala que era la máquina, por lo que cuando le preguntaba sobre su funcionamiento siempre respondía que fenomenal. Por eso, todo el trabajo que le llegaba lo tenía que coser a mano. Como consecuencia, comenzó a sufrir una artrosis digital, lo que le obligó a dejar de coser.

A partir de entonces, su mente, liberada de sobrehilados y pespuntes, comenzó a descubrir tras las telas luces y sombras antes ocultas.

Un día, paseando por el huerto, vió pasar a Maricarmen y sintió correr por su cuerpo un calor que le invadía. Sin saber por qué ni poderlo evitar, se acercó a ella y la besó. A partir de ese momento su máquina comenzó a funcionar y se curaron sus cefaleas.

Maricarmen era una joven libre y feliz. Su deseo de libertad le había traído más de un problema grave en su vida, cuando siendo más joven había confundido libertad con falta de responsabilidad. Esa búsqueda le producía un continuo ir y venir sin encontrar un punto de anclaje estable.

Un día, paseando por el huerto, vió acercarse a Antoñita. Se dejó besar sin prejuicios de ningún tipo y desde ese día su vida se llenó de la fragancia que desprendía el huerto.

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III

CONCLUSIÓN

Luciérnaga consigue volar.

Perrete cambia el medio ambiente.

Manolito aviador transporta fragancias y color.

Las hermanastras de Cenicienta se convierten en suaves y tiernas.

Pascual sigue ayudando a los demás sin esfuerzo.

Angelito sigue reposando en la copa del árbol sin ver nada de lo que ocurre a su alrededor, mientras el árbol cotilla hace su trabajo.

Antoñita y Maricarmen siguen conociéndose y canalizando sus vidas.

Carmen Navajas Rodríguez de Mondelo

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