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LA MÁQUINA DEL TIEMPO MUSICAL La censura del pajarito azul

LA CENSURA DEL PAJARITO AZUL

Lic. Jesús Antonio Aquino Rubio

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maquinadeltiempodekiko@gmail.com @kikotimemachine Maquina del Tiempo de Kiko Aquino Rubio maquinadeltiempodekiko Maquina del Tiempo Kiko

Corría el año de 1986. Las canciones juveniles estaban enfocadas en temas de interés para la juventud. Flans reventaba las emociones del amor juvenil al decir: “te conocí en un bazar, un sábado a mediodía”; o al exigir a los novios: “No controles mis sentidos”, es una sorprendente petición de respeto en la convivencia de parejas.

Franco y Emmanuel ponían a todos a bailar con su tema “Toda la vida”, y Opus, Stevie Wonder, Lionel Ritchie, Falco y The Outfield le daban razones a una de las mejores épocas de la música pop.

Pocas melodías pretendían filosofar en su lírica. Sin embargo, una destacó al cuestionar abiertamente: “¿Qué es la libertad? ¿Un juego para soñar? Juegas a no perder, y pierdes todo al ganar”.

Sorprendía que una pregunta de ese nivel fuese popular en la juventud, quedando así inmortalizada la composición de Alberto Berganza Zárate, en la voz de su primo Francisco Xavier, con un tema que logró los primeros lugares de popularidad en nuestro país.

Preguntas existenciales de difícil respuesta nos ponen contra la pared cuando se debe emitir una opinión. ¿Qué es la libertad? ¿Qué es la verdad? En ambos casos, el análisis profundo en la filosofía y doctrinas religiosas, se mantiene hasta nuestros días.

Siglos de planteamientos para dar respuesta a tales cuestiones, entran en un limbo infranqueable respecto a la manera en la que el hombre percibe el mundo, y es ahí donde los debates son interminables. Esa silla que vemos, ¿es silla? ¿Quién le puso el nombre? ¿Existe para mí como existe para ti?

El tema se reinventa y toma matices dramáticos cuando se suman otros elementos propios de nuestros días, como las redes sociales. Y más aún cuando son de repercusión mundial.

En días pasados, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, utilizó Twitter para exponer su inconformidad con los resultados de la reñida elección donde no pudo refrendar su cargo, utilizando su estilo beligerante por todos conocidos.

Trump, desde el primer día de su ejercicio como presidente de la nación más poderosa del mundo, encontró en Twitter su aliado perfecto para gritarle al mundo sus pensamientos, sin protocolos, sin intermediarios. Y el eco de ello era mundial. Así amenazó a México de pagar por un muro fronterizo, despidió colaboradores, amenazó a otras naciones, y un largo etcétera.

Pero la famosa red social no tuvo, o no encontró en esos

cuatro años, algún motivo para bloquear la cuenta del célebre presidente. Todo cambió en el recuento de los resultados electorales, donde los tweets de inconformidad de Trump resultaron en protestas de sus seguidores en las afueras del capitolio y la invasión del mismo, enfrentamientos contra los cuerpos de seguridad del lugar, incluyendo muertos en las revueltas que dejaron en pleno siglo XXI. Imágenes que no se recuerdan jamás del país que ha vendido por décadas su impecable caminar en las transiciones presidenciales.

A raíz de ello, la cuenta personal de Donald Trump fue bloqueada, en Twitter y en Facebook, y la razón de ello fue para no promover más violencia. La polémica estaba servida. En este juego de poder, hay muchos intereses de por medio y seguro nada volverá a ser igual.

¿Por qué ahora sí y antes no se bloqueó la cuenta de Twitter del señor Trump? Sus expresiones de odio o de inconformidad no eran nuevas, la manera de expresarse siempre fue controversial, y se entiende, protegido bajo la libertad de expresión. ¿Tiene Twitter el poder de silenciar las voces que no están bien vistas por la plataforma? Si el problema no fueron los mensajes, sino sus repercusiones, sin duda tuvo muchas oportunidades para censurar a Trump y a millones de usuarios que consideran que el marco de la libertad de expresión les permite colocar mensajes de todo tipo.

Twitter y sus reglas operativas están bajo la lupa. ¿Deben tener trato diferencial los usuarios normales de esta plataforma de los servidores públicos que la utilicen? En nuestro México lindo y querido así es desde 2019, cuando la Suprema Corte sentó el precedente y la prohibición a los servidores públicos de no bloquear a usuarios que manifiesten comentarios o críticas severas a su actuar.

Libertad de expresión, derecho a la información, reglas operativas internas de Twitter y su efecto en el derecho positivo mexicano, generan un choque de derechos interesante, donde nos replanteamos al final ¿Qué debe prevalecer? ¿La libertad? ¿Qué es la libertad?

No olvidemos que Twitter fue herramienta primordial para la famosa primavera árabe. Pero la plataforma no realizó censura alguna porque la búsqueda de sistemas democráticos es algo bien visto en Occidente, y coincide con la visión de mundo de la propia empresa. Pero ¿y si fuese de otra manera?

Es evidente que nadie desea violencia, ni pérdidas humanas, ni gente utilizando el poder para amedrentar a los demás con amenazas, o insultos, pero no se debe perder de vista que la censura siempre ha sido peligrosa. México tiene una cercana relación con el tema, y la música también lo ha sufrido. La fuerte convocatoria del rock en la juventud, siempre fue valorada como una amenaza a sistemas políticos de otros tiempos, y la prohibición de Luis Echeverría Álvarez para tocar ese género en conciertos, radio, discos y televisión, es muestra de ello.

Es innegable que la búsqueda de la verdad puede tener tantos caminos, como personas el mundo. A encontrar el nuestro en 2021, mientras vemos cómo evoluciona el tema de Twitter y la censura, que aún no ha escrito su último capítulo.

“Preguntas existenciales de difícil respuesta nos ponen contra la pared cuando se debe emitir una opinión. ¿Qué es la libertad? ¿Qué es la verdad? En ambos casos, el análisis profundo en la filosofía y doctrinas religiosas, se mantiene hasta nuestros días.”

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