Páginas 4-5 : Visiones cordilleranas en Patapampa, en el camino hacia Chivay. / Highland visions in Patapampa, on the road to Chivay. Páginas 6-7: Espectáculo profundo en la fortaleza de Chimpa, Madrigal. / Vertical spectacle at the fortress of Chimpa, Madrigal. Páginas 8-9: Cóndor majestuoso. Su vuelo es uno de los principales atractivos del cañón del Colca. / The majestic flight of the condor is one of the main attractions of Colca canyon. Páginas 10-11: Danza al amanecer. Un grupo de jóvenes baila wititi en la plaza de Yanque. / Dancing at dawn: In Yanque, a group of young people dance the wititi in the main square. Páginas 12-13: Verde lluvia. La andenería prehispánica continúa siendo utilizada en el Colca. / Pre-Hispanic terracing is used to this day in Colca. Páginas 302-303: Cumbre del nevado Ampato, donde se encontró a la famosa momia Juanita. /Summit of Mount Ampato, where the famous mummy Juanita was discovered. Páginas 304-305: Fotógrafo al pie del cañón. / Photographer at the base of the canyon. Páginas 306-307: La crianza de camélidos sudamericanos es una importante actividad económica en el Colca. / South American camelids form an important part of the local economy. Páginas 308-309: Contemplando la catarata de Huaruro. / Contemplating the falls at Huaruro.
COLCA
Paraíso profundo Depths of paradise
Fotos / Photos: JAMES POSSO SÁNCHEZ Texto / Text: ROLLY VALDIVIA CHÁVEZ
© Asociación Civil Ñan Perú © Municipalidad Provincial de Caylloma
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Amor por nuestra tierra
Love for our land
Hay miles de formas y palabras para expresar la belleza de un pueblo, pero me he convencido que una fotografía salida de la cámara de mi amigo “Charly”, James Posso Sánchez, lo expresa mejor y nos hace entender que vivimos en un pueblo privilegiado.
There are thousands of ways and words to express the beauty of a town, but I have become convinced that it is a photograph that came from the camera of my friend “Charly”, better known as James Posso Sánchez, which best expresses this idea, and which helps us to recognize that we occupy a privileged location.
Con James me une una ya antigua amistad consolidada desde aquel recibimiento que nos hizo en el pueblo de Cotahuasi, cuando venía realizando una caminata de reconocimiento por todos los pueblos de la Región Arequipa, acompañado de un grupo de técnicos. Llegamos arreando nuestra recua de llamas, que nos aliviaba en el transporte de nuestros enseres. Seguramente James debe conservar alguna de esas fotografías.
With James I have enjoyed a long, rewarding friendship that was deepened from the moment when he received us in the village of Cotahuasi, when we were making a reconnaissance trip through all the villages of the Arequipa region, accompanied by a multidisciplinary team. We arrived with our train of llamas, which had been helping to haul some of our gear, and I am certain that James must still have some of those photographs.
El presente material pretende expresar al mundo entero nuestra historia, nuestro pensamiento, nuestro sentimiento, nuestra forma de vida, nuestra cultura. Tal vez una de mis mayores virtudes sea mi amor profundo a nuestras culturas, a su gente.
The aim of this publication is to showcase before the entire world our history, our way of thinking, our feelings, our way of life, our culture. Perhaps one of the most important aspects of my character is the deep love I possess for our culture, for our people.
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En mis obras se respira ese amor, amor y sentimiento que también se expresará a través de estas páginas, en las que nos maravillaremos de la existencia y la vida de esta gran nación Collagua Cabana, la belleza natural de sus pueblos ancestrales, sus vestimentas bordadas, su música, su danza, su folclore. Nuestra tierra aún conserva su identidad cultural y la biodiversidad propia de la provincia de Caylloma. El Colca ha despertado interés de científicos, periodistas y nobles expedicionarios que han elaborado documentales, para medios de trascendencia global como la BBC de Londres, el canal de televisión ABC de Estados Unidos o la expedición amazónica de Jacques Cousteau. También nos han visitado arqueólogos, antropólogos, escritores, deportistas, entre otros personajes importantes que, seguramente, difundieron por el mundo la espectacular riqueza cultural y natural de nuestros pueblos. Nosotros, a través de muchos de nuestros actos, lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo. En esta oportunidad, nos valemos de la cámara de James y los textos de Rolly, para mostrar abiertamente al mundo entero el valor y el legado de mi terruño.
This love finds its expression in my work. That love and deep respect is also expressed in these pages, in which we can all marvel at the way of life of this great Collagua-Cabana nation, the natural beauty of their ancestral villages, their embroidered clothing, their music, their dance and their folklore. Our land has managed to conserve its cultural identity, as well as the biological diversity which characterizes the province of Caylloma. Colca has aroused the interest of scientists, journalists and noble explorers, who have produced documentaries for globally recognized television networks such as the BBC in London and the ABC network in the United States, as well as the film of the Amazon expedition led by Jacques Cousteau. We have been visited by archaeologists, anthropologists, writers, sportsmen and other important individuals who have helped to promote throughout the world the spectacular cultural and natural riches of our land. Through our own actions, we have also worked to promote this heritage, and we will continue to do so. On this occasion, we are doing just that through James’s camera and Rolly’s texts, so that the whole world can learn more about the legacy we are all so proud of.
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El Colca no sólo es maravilloso por la profundidad mayor de su cañón, por el vuelo majestuoso del cóndor, por su doncella Juanita, por sus colcas, por el privilegio de tener los orígenes del río Amazonas, por su folclore, su gente, su flora, su fauna, sus aguas termomedicinales. Hay mucho más por ver y conocer. Espero que, cuando usted llegue con deleite a la última página de este libro, sienta la motivación de visitar, conservar, difundir y querer al valle y al cañón del Colca.
Arq. Elmer Cáceres Llica
Colca is not only a wonderful location because of the extraordinary depth of its canyon, the majestic flight of the condor, its Ice Maiden Juanita, its colcas, for being home to the headwaters of the Amazon River, for its folklore, people, flora, fauna and medicinal thermal waters. There is so much more to see and experience. I hope that when you turn the final page of this book, you will feel moved to visit the Colca valley and canyon for yourself, and to contribute to its conservation and global renown.
Alcalde
Elmer Cáceres Llica
Provincia de Caylloma
Mayor Province of Caylloma
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Camino al desarrollo sostenible La Región Arequipa viene trabajando incesantemente por su desarrollo medioambiental y económicamente sostenible, democrático, con inclusión plena. En ese contexto, la consolidación de los circuitos viales-turísticos-productivos al interior de la región, articulados convenientemente con las regiones vecinas, se ha constituido en una tarea impostergable. El valle de Colca es uno de los principales atractivos turísticos de la Región Arequipa y del sur del Perú, y elemento fundamental del circuito vialturístico-productivo de la zona altoandina de la Región Arequipa, que se integra, además, al valle de los Volcanes y al cañón de Cotahuasi. Además de su riqueza agrícola se le suman sus iglesias —muchas de ellas de notable arquitectura y valiosas piezas de arte religioso—, sus costumbres y sus tradiciones que cada uno de sus pueblos muestran en su artesanía. Durante miles de años el hombre ha ocupado el Colca y, como producto de esta ocupación, han quedado como resultado muestras de una cultura que ha contribuido con importantes aportes a la humanidad. Sus manadas de camélidos sudamericanos
On the path to sustainable development The Arequipa region has been working ceaselessly in its sustainable environmental and economic development programs, as well as to foment democracy and social inclusion. In this context, the consolidation of the road, tourism and production circuits of the interior of the region and their integration into the circuits of neighboring regions has constituted for us a task that cannot be put off. The Colca valley is one of the main tourist attractions of the Arequipa region and of southern Peru in general, and a fundamental component of the road, tourism and productive circuit of the high Andean zone of the Arequipa region, which is also linked with the Valley of the Volcanoes and Cotahuasi Canyon. To its agricultural riches is added the legacy represented by its many churches, several of which are notable for their architecture and the valuable religious art they shelter. At the same time, the customs and traditions of the valley are reflected in the handcrafts of every village. Colca has been occupied by humans for thousands of years and, as a result of that occupation, as a region it has offered important contributions to the culture of the world. Its herds of South American
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y una serie de especies vegetales que eran la base de su alimentación testimonian, a través de las pinturas rupestres e instrumentos líticos en diferentes lugares del cañón, la presencia de estas manifestaciones en toda el área donde posteriormente se desarrollarían la nación de collaguas y cabanas.
camelids and a whole range of plant species formed the basis of its earliest inhabitants’ diet, and they are reflected in the rock art and stone implements found at different sites throughout the canyon, the territory in which the Collagua and Cabana nations would subsequently develop.
Luego de miles de años, solo a través del trabajo comunitario se pudo realizar la tarea de imponerse a las adversidades del medio y empezar a dominar a la naturaleza. La organización social andina posibilitó que el hombre pudiese vencer las dificultades de este espacio geográfico tan adverso.
After thousands of years, only through the collective work of a community could mankind stamp its authority upon nature and begin to dominate its environment and overcome adversity. Social organization in the Andes made it possible for humans to vanquish the difficulties presented by such harsh geography.
Luego de un largo proceso de domesticación de plantas y animales, se pasó a una economía agraria en la que el hombre del Colca comienza a construir andenes, desarrollando una agricultura de secano. De esta forma, se modificó el paisaje andino y se le dio una fisonomía peculiar.
After a long process of domestication of plants and animals, an agrarian economy was established in which the people of Colca began to construct terracing, developing a non-irrigated agriculture and modifying the landscape of the Andes to produce the remarkable scenery we see today.
Convertida en un centro administrativo que controló los diferentes valles, la agricultura de secano dio paso a la irrigación de andenerías a través de canales, para lo que debió recurrir a toda una tecnología constructiva e hidráulica. El desarrollo de su propia arquitectura edificada en piedra, de gran magnitud en la base del muro y de menor proporción en la parte superior, recorre laderas y cumbres de pequeños montículos hasta llegar a las paredes naturales que forman el cañón.
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With Colca already established as an administrative center that controlled neighboring valleys, non-irrigated agriculture gave way to new techniques for channeling water to the terraces and irrigating crops through rapidly advancing hydraulic engineering technology. A special architecture was developed in the drive to perfect this system of terracing, with stone retaining walls that had thick bases and gradually narrowed towards the top spreading across the slopes of hills, from their summits all the way down to the natural walls formed by the canyon itself.
Acerca de la presencia inca en la zona se ha elaborado toda una serie de cuentos y tradiciones, como la del mito del Inkarri, que en la localidad de Chivay muestra una variante: señala que durante la visita de Mayta Cápac este inca concedió diversos beneficios a los pueblos, como cebada y quinua a Chivay, agua a Maca, vientos a Pinchollo, maíz a Cabanaconde, minas de oro y plata a Tisco, el cochayuyo a Sibayo, etcétera. Estas manifestaciones están relacionadas con el control vertical de diferentes pisos ecológicos que lograron los antiguos pobladores, como base de su economía y organización. En su momento, tan importante fue la producción minera de Caylloma que el virrey Conde Chinchón las denominó como el tercer yacimiento de importancia, después de Potosí y Huancavelica. Este fenómeno económico hizo que pueblos como Caylloma, Tisco, Sibayo y Callalli entraran en auge, debido a su cercanía con la zona minera, mientras que las zonas de producción agrícolas, como Yanque, Lari y Chivay, empezaran a decaer grandemente. De este modo, las poblaciones abandonaron las andenerías y aparecieron problemas de desnutrición, hambre, epidemias y mortandad.
A number of versions of history and fanciful legends have sprung up around the fact of the Inca presence in the region. One of these is the “myth of Incarri”, which in the village of Chivay has its own variant that tells of how, during a visit made by the Inca Mayta Capac, the emperor granted a number of benefits to the local inhabitants, such as barley and quinoa for the community of Chivay; water in Maca; winds in Pinchollo; corn in Cabanaconde; gold and silver mines in Tisco; cochayuyo algae in Sibayo, etc. This story reflects the way in which vertical control was exercised upon different ecological floors by the ancient inhabitants of the zone, and how this formed the basis of their economy and social organization.
At one time, the mining production of Caylloma was so important that the viceroy Count Chinchón named the region as the third most important mining area after Potosí and Huancavelica. This economic phenomenon provided a boom for communities like Caylloma, Tisco, Sibayo and Callalli, which lay close to the mines themselves, while agricultural areas such as Yanque, Lari and Chivay slipped into a period of decline, with the population abandoning the terracing and beginning to exhibit signs of malnutrition, hunger and disease.
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Las primeras décadas de vida republicana fueron de transición para el Colca. Collaguas se transformó en una provincia del departamento de Arequipa y sus poblados fueron convertidos en distritos. La capital de esta provincia de Caylloma pasó a ser primero Caylloma, luego Yanque, Cabanaconde, Yura y, finalmente, a partir de la década de 1930, Chivay. Hoy, aunque el Proyecto Majes significó cambios bruscos en la fisonomía del Colca, con la construcción de carreteras, canales, represas y túneles, rompiendo el aislamiento de la zona, representa, junto a la actividad turística incesante y creciente, la esperanza de miles de cayllominos, arequipeños y peruanos por alcanzar trabajo digno y un nivel superior de vida.
Dr. Juan Manuel Guillén Benavides Presidente
The first decades of the republican period marked a time of transition for Colca. Collaguas was transformed into a province of the department of Arequipa, and the villages were converted into districts. The first capital of the province of Caylloma was Caylloma, before being moved to Yanque, Cabanaconde, Yura, and, finally, in the 1930s, to Chivay.
Today, although the Majes Project has led to abrupt changes in the physiognomy of Colca, with the construction of roads, canals, dams and tunnels –bringing the zone’s isolation to an end- such development, together with the growing tourism industry in the region, represents new hope for thousands of residents of Caylloma, Arequipa and other parts of Peru, who now have a chance of finding decent work and improving their standard of living.
Dr. Juan Manuel Guillén Benavides President
Gobierno Regional de Arequipa
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Regional Government of Arequipa
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Un destino privilegiado
A privileged destination
Nunca imaginé ver tanta belleza en un solo destino. El famoso cañón del Colca es, sin lugar a dudas, un paraíso profundo: sus pisos ecológicos forman microclimas y son una despensa de productos agrícolas, desde frutas —como plátanos y duraznos—, hasta la papa, aclimatada a los casi 4.000 metros de altura. Los terrenos de cultivos son andenerías preincas que dibujan la silueta de los cerros, creando un paisaje singular y, debido a su perfecta ingeniería, evitan la erosión de los suelos.
I never imagined there could be so much beauty in a single place. The famous Colca Canyon is, without a doubt, a vertical paradise, where the many ecological floors form microclimates that produce agricultural riches ranging from fruits –such as bananas and peaches- to varieties of potatoes adapted to thrive at altitudes of almost 4000 meters. Crops are still grown on pre-Inca terracing that has been sculpted from the hills, creating a unique landscape and, by virtue of its perfect engineering, preventing soil erosion.
Sus iglesias coloniales sobresalen dentro del paisaje urbano. Imponentes por donde se les mire, muestran diversos estilos. Todas, más allá de su importancia y dimensiones, ostentan valiosas piezas artísticas que, con solo verlas, nos hacen retroceder en el tiempo. Sus líneas arquitectónicas son admirables y denotan una prestancia de siglos. El Colca es también el escenario perfecto para el avistamiento de cóndores. Miles de turistas visitan este lugar para verlo volar y quedarse anonadados con su grandioso tamaño. Propios y extraños disfrutan con entusiasmo y perplejidad de su aerodinámico despliegue en el aire. Aguas termales, puentes coloniales, cataratas, complejos arqueológicos, yacimientos de arte rupestre, nevados, lagunas, flora, fauna y mucho más en la tierra de los cabanas y collaguas. Ellos viven en armonía con su medio, manteniendo sus costumbres ancestrales y el respeto por la Pachamama.
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This region’s colonial churches rise above the villages that surround them. Imposing however one looks at them, they display a variety of architectural styles. They are magnificent structures, and all of them, beyond their solid facades, contain valuable works of art which transport the viewer back to another time. Colca is also the perfect setting for spotting condors. Each year, thousands of tourists visit the canyon to see these birds fly and find themselves taken aback by their great size. Peruvians and foreign visitors alike observe them with enthusiasm, marveling at their seemingly effortless aerial display. Thermal baths, colonial bridges, waterfalls, archaeological sites, ancient rock art, snow-capped peaks, lakes, flora, fauna and much more can be seen and experienced in the land of the Cabana and Collagua peoples. These two groups live in harmony with their environment, conserving their ancestral customs and innate respect for Pachamama. Colca is an open library, laid out before those who visit to enable them to learn more our shared
El Colca, en resumen, es una biblioteca abierta para aprender y valorar nuestra identidad. Enseñanzas que se mantendrán en nuestra alma y en nuestro corazón, por el resto de nuestras vidas.
El turismo es la principal actividad económica en los pueblos del valle y beneficia a una gran parte de la población, pero aún falta mucho para que la redistribución llegue a todos. Sin embargo, es uno de los destinos más importantes del Perú. Las páginas de este libro, sus imágenes y sus textos, no hacen más que reafirmar las razones de su éxito como destino turístico. Después de expresar con estas palabras lo que en realidad sentí y lo mucho que disfruté en estos hermosos lugares, quiero agradecer a todas las personas que nos apoyaron y que caminaron con nosotros, en especial a los profesionales de la Autoridad Autónoma del Colca y Anexos (Autocolca) y al alcalde provincial de Caylloma, arquitecto Elmer Cáceres Llica, que confió y apostó decididamente por este proyecto.
identity and to value that legacy. And these teachings find a permanent place in our souls and hearts, remaining there for the rest of our lives. Tourism is the main economic activity of the people of the valley, benefiting most of the population. But there is still much to be done to ensure that such opportunities are shared equally among all. It is one of the most important travel destinations in Peru, and the pages of this book, with their photographs and texts, serve to reaffirm its success as an international tourist attraction.
Now that I have expressed with these words just how much I have personally enjoyed my time visiting these beautiful places, I want to thank all the people who supported us along the way, particularly the staff of the Autonomous Authority of Colca (Autocolca), and the mayor of the province of Caylloma, the architect Elmer Cáceres Llica, who had faith in us and never waivered in his support for this project.
Sinceramente espero que Colca, paraíso profundo sea del agrado de todos ustedes. Confío en que al hojear las páginas de este libro —elaboradas con esmero y pasión— se contagien del entusiasmo que sentí al recorrer el cañón y se animen a visitar esta tierra privilegiada.
I sincerely hope that “Colca, Depths of Paradise”, will be enjoyed by you all. I am sure that once you have leafed through the pages of this book –into which we have poured all our hard work and passionyou will be infected by my enthusiasm and set off on your own journey to the magnificent territory of Colca.
Mis palabras finales son para dar a conocer que nuestra institución Ñan Perú (Camino Peruano) cumple esforzadamente con la misión de promover el desarrollo del turismo sostenible, de la mano con los gobiernos locales y regionales.
Finally, I would also like to say that our institution Ñan Perú (Peruvian Pathway) remains dedicated to its mission to promote the development of sustainable tourism, working hand-in-hand with local and regional governments throughout Peru. James Posso Sánchez
James Posso Sánchez
President of Ñan Perú
Presidente de Ñan Perú
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Cuando no alcanzan las palabras ¿Otra vez al Colca? La pregunta surgía —certera e inevitable— siempre que preparábamos una nueva travesía. Cuando respondíamos que sí, la réplica era casi instantánea. “Si ya conocen”, retrucaban en un tono que iba de la extrañeza a la reprimenda. Pero eso no era todo. En más de una ocasión, nos espetaron, a manera de conclusión o corolario, un irritante y atrevidísimo: “Si por allá no hay casi nada”. Frente a la precariedad de tales argumentos, lo mejor era continuar armando la mochila y salir en la búsqueda de ese casi nada que, como muestran las páginas de Colca, paraíso profundo, terminó siendo mucho. Cada uno de nuestros viajes fue una revelación, una aventura intensa, un infinito descubrir que rebasaba nuestras expectativas y justificaba siempre un pronto retorno al valle y al cañón. “Y eso que no hay casi nada”, podríamos decirle hoy con amistosa ironía a quienes creen que un par de días son suficientes para conocer este rincón de la profundidad. Ellos están equivocados, porque esta tierra de andenes y montañas es más que un famoso mirador para avistar cóndores, más que un río cercado por colosales paredes, más que un rosario de espléndidas iglesias virreinales.
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When words are not enough “Colca again?” The question was asked –wellaimed and inevitable- every time we were preparing for a new trip. When we answered “yes”, the response was almost instantaneous: “But you’ve already been there”. And the tone in which it was couched lay somewhere between perplexity and reprimand. But that wasn’t all. On more than one occasion, they attempted to skewer us conclusively, by saying with undisguised irritation: “But there’s nothing there”. Faced with such specious arguments, the best thing to do was to carry on getting your backpack ready in preparation for venturing forth in search of that “nothing” which, as the pages of “Colca, Depths of Paradise” show, turned out to be quite something. Each one of our trips was a revelation, an intense adventure, an unquantifiable exploration that surpassed our expectations and always justified our return to the valley and the canyon. “And you said there was nothing there”, we might easily fire back now, in friendly irony, at those who believe that a couple of days are enough to visit this vertical realm. They are mistaken because this land of terraces and mountains is much more than a famous viewing point from which to spot condors, more than a river hemmed in by colossal walls, more than a chain of splendid viceroyalty-era churches.
No es un exceso de entusiasmo ni un desborde de nuestros recuerdos —tan cercanos, tan vívidos— el que nos lleva a afirmar que, más allá de nuestras constantes idas y venidas, todavía nos queda mucho por explorar en los veinte distritos de la provincia de Caylloma. Viajes pendientes, excursiones venideras que, como todas las anteriores, rebasarán la mera contemplación del paisaje. Sentir, vivir, alimentar los sentidos y el alma. Eso es lo que queremos transmitirles con nuestros textos, aunque somos conscientes de que ninguna palabra o imagen será capaz de describir fielmente o evidenciar, en toda su intensidad, la experiencia de recorrer el cañón del Colca y el vecino valle de los Volcanes, un portento geológico en el distrito de Andagua, provincia de Castilla. Hay que estar en el valle, otear la profundidad, andar por un camino bordeado de abismo, ser parte de una fiesta patronal o compartir los rituales a la Pachamama con los collaguas y cabanas, para darse cuenta de que existen momentos que no se pueden explicar. Tienen que vivirse y nosotros confiamos que, después de tener en sus manos Colca, paraíso profundo, se animará a visitar estas tierras de altura. Esa será nuestra mejor recompensa. Eso sí, no haga caso si alguien le dice que con dos días alcanza. Quédese un poco más, siempre un poquito más.
And this is no product of excess enthusiasm or a trick played by fond memory –for our memories are so recent and so vivid. In fact, even after so many journeys through that region, there is still so much that we have not explored in those twenty districts that make up the province of Caylloma. And all of our excursions have taken us -and those to come will do the same- far beyond mere contemplation of the scenery. Experience, life and a nourishing of the senses and the soul: that is what we hope to transmit through these texts, although we are aware that no words or images can faithfully describe the full intensity of journeying through Colca Canyon and the neighboring Valley of the Volcanoes, that imposing geological phenomenon of the district of Andagua, in the province of Castilla. One must go to the valley, run one’s eyes across its depths, walk a trail on the edge of an abyss, form part of a local fiesta or share in rituals to honor Pachamama with the Collagua and Cabana peoples, in order to understand that there exist moments which cannot be described. Such moments must be lived, and we believe that, after you have held this book in your hands, you will feel encouraged to visit Colca yourself. For us, that would be sufficient reward. And ignore anyone who tries to tell you that two days are enough. Stay a little longer, just a little bit longer.
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CRÉDITOS- CREDITS
Agradecimientos / Acknowledgements
COLCA PARAÍSO PROFUNDO / COLCA, DEPTHS OF PARADISE © Asociación Civil Ñan Perú Año 2012 / Derechos reservados / All rights reserved Jr. Tiahuanaco 128 / Independencia (Lima 28) / Perú caminoperuano@yahoo.com / Telf. : 990958425
José Ramos (El Che) Pedro Samallani Luciano Huaracha Jorge Guerra Wilian Lazarte Walter Tinta Pepitte Reátegui René López Fernando Sánchez Jessica Suárez Julissa Calderón Miguel Velásquez Efraín Murga Freddy Jiménez Aldo Quenta Humberto Huamaní Fabio Rivera Jaime Arredondo Rita Torres David Aquise Freddy Cáceres
© Municipalidad Provincial de Caylloma Plaza de Armas S/N, Chivay Asociación Civil Ñan Perú James Posso Sánchez, Rolly Valdivia Chávez, Nancy Chauca Vásquez, Rosa Aguilar Valdivia, Edith Saquicuray Sánchez, Carmen Posso Sánchez, Alfredo Ferreyros Calderón. Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 201206782 Registro del Proyecto Editorial: ISBN: 978-612-45364-1-0 Primera edición: Junio de 2012 / First edition: June 2012 2000 ejemplares / copies Prohibida la reproducción total o parcial sin la autorización expresa del editor. Any reproduction of this publication, either total or partial, is prohibited without the express permission of the editor. EDICIÓN GENERAL / GENERAL EDITOR: Municipalidad Provincial de Caylloma FOTOGRAFÍA Y EDICIÓN FOTOGRÁFICA / PHOTOGRAPHY AND PHOTOGRAPHIC EDITING: James Posso Sánchez EDICIÓN DE TEXTOS Y REDACCIÓN / TEXTS WRITTEN AND EDITED BY: Rolly Valdivia Chavéz DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN / DESIGN AND LAYOUT: Flor Paz Quispe TRADUCCIÓN / ENGLISH TRASLATION: Stephen Light CORRECCIÓN DE ESTILO / SPANISH TEXTS CORRECTED BY: Juan Carlos Bondy Esquerre INFORMACIÓN DE CAMPO / FIELD INFORMATION: José Ramos CARTOGRAFÍA / CARTOGRAPHY: Helard Rivera Ramírez / AUTOCOLCA ASISTENTE DE EDICIÓN / EDITOR’S ASSISTANT: María del Rosario Casafranca Medina ASISTENTE DE CAMPO / FIELD ASSISTANT: Wilian Lazarte PREPRENSA E IMPRESIÓN / PRINTED BY: Gráfica Biblos S. A. Jr. Morococha 152, Surquillo , Lima
Elvis Romero César Gamio Félix Ytuza Herbert Ramos Roberto Iriondo Karina Puma Felicita Mamani Jhonny Catata Tomás Ramírez John Mendoza Ana Cutipa Cáceres Sara Luz Simeón Cahui Severo Rosas Celsa Casas Fernando Pizarro Idalia Quispe Adelaida Picha Ruth Supo Sillustani Tours Sur Andes Adventure Cusi Runa
Unidad de Salvamento de Alta Montaña (USAM - Colca) A los guardaparques de Autocolca, en especial a don Cristóbal y al señor Rosas. A los mayordomos y altareros de Ichupampa y Maca. A los cabecillas del carnaval de Chivay. A los pueblos de Caylloma y del valle de los Volcanes, que nos permitieron conocer su tierra y su cultura. Colca Mountain Rescue Team Unit (USAM) The Autocolca park rangers, particularly Don Cristóbal and Mr. Rosas. The fiesta patrons of Ichupampa and Maca. The organizers of the Chivay carnival. The people of Caylloma and the Valley of the Volcanoes, who helped us learn more about their land and culture.
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Capítulo I: UN VALLE DE HISTORIA
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Chapter I: A historic valley
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Conociendo el pasado ¿Cómo vivían aquellos hombres y mujeres que, miles de años atrás, buscaron refugio y sosiego en esta cueva de altura? ¿Tenían miedo? ¿Hambre? ¿Sed? ¿Estaban cansados de su andar errante, de los riesgos y la incertidumbre de la caza, de su peregrinaje por valles y quebradas para recolectar unos cuantos alimentos? ¿En qué creían, de dónde provenían, hacia dónde se dirigían? Tantas preguntas sobre los hombres y mujeres que pintaron diversas escenas de su existencia y de su vida cotidiana en la cueva de Sumbay, ubicada en la ruta cimbreante que une Arequipa con Chivay. Esos trazos simples y rústicos —acaso plasmados por un naciente sentido de expresión y trascendencia— son un magnífico legado, una evidencia clara del periodo auroral de la civilización andina y colqueña. La presencia humana en el valle y cañón del Colca se remontaría a los 10000 años a. C. Quienes dieron esos primeros pasos en el largo camino del desarrollo humano y cultural fueron nómades, cazadores de auquénidos y recolectores de frutos que iban y venían por las pampas, quebradas y valles cordilleranos, descubriendo y adaptándose, poco a poco y sufridamente, a la maravillosa geografía que los rodeaba.
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Contact with the past How did those men and women live thousands of years ago? They would have sought shelter and safety in this cave in the highlands. They would have been afraid, hungry and cold, tired from their wanderings, from the hazards and uncertainties of the hunt. They would have been exhausted after scouring the valleys and canyons in search of food. What did they believe in? Where did they come from? Where were they headed? So many questions arise when one thinks of those men and women who painted scenes from their lives on the walls of that cave in Sumbay, situated on the sinuous road linking Chivay with Arequipa. Those simple, crude drawings –the product, perhaps, of a new-found, transcendent sense of expression- are a magnificent legacy, clear evidence of the first stirring of Andean civilization in the Colca region. The presence of humans in the Colca valley and canyon can be traced back to around 10,000 BC. The first people on the long road to cultural development were nomads, hunters of camelids and gatherers of the fruits of the earth they were able to find in the plains, gorges and valleys of the highlands, where they made new discoveries and gradually adapted to life in the marvelous geography that surrounded them.
Miles de años sin agricultura y sin cerámica, con flechas de piedra y noches inciertas en cuevas y abrigos: Mollepunco, Umajala y Sumbay. Arte rupestre. Escenas de caza, camélidos y figuras humanas cuya antigüedad —en el caso de la mencionada en el último lugar— oscilaría entre los 5800 y 3000 a. C., según las conclusiones del arqueólogo arequipeño Máximo Neira Avendaño. Esos pasos y andanzas en la antesala de la historia irían abriendo surcos en los que germinarían semillas civilizadoras. Surge la agricultura, la ganadería, la cerámica, los primeros asentamientos, la organización social. Sedentarismo en los Andes y en el Colca. Esto marcaría el advenimiento de una nueva etapa de desarrollo. Todo sería distinto. Todo empezaba a cambiar en el año 3000 a. C., aproximadamente. Sobre este momento transcendental, los autores Elías Mujica Barreda y Pablo de la Vera Cruz escriben que “la disponibilidad de mayores recursos y excedentes productivos de ganado y alimentos ocasionó un gran avance en la economía. Las pequeñas bandas familiares de cazadores fueron creciendo hasta transformarse en tribus”. Esto determinaría la aparición de “aldeas y pueblos cada vez más grandes”.
Thousands of years passed without the innovations of agriculture or pottery. They hunted with stone arrows and spent watchful nights in caves like Mollepunco, Umajala and Sumbay. At these sites their rock art depicts hunting scenes, with human figures stalking camelids at the dawn of history. These paintings have been dated to between 5800 BC and 3000 BC by the Arequipa-born archaeologist Máximo Neira Avendaño. Those initial, exploratory steps in history’s antechamber would open up the way to the first flourishing of the seeds of the earliest civilizations. Agriculture would emerge, along with the raising of livestock, pottery making, the first settlements, social organization: sedentary culture in the Andes and in Colca. This would mark the beginning of a new stage of development. Everything would be different from then on. Everything began to change from around 3000 BC. Regarding this seminal moment, the writers Elías Mujica Barreda and Pablo de la Vera Cruz tell us that “the availability of greater resources and surplus production in terms of crops and livestock led to great economic advancement. Small family groups of hunters grew into tribes”. This would eventually lead to the emergence of “increasingly larger villages and towns”.
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La presencia Wari
The Wari presence
El perfeccionamiento agrícola en el Colca fue el resultado del esfuerzo de sus pobladores primigenios. La abrupta y encañonada geografía debió de ser una terrible barreda, tanto así que la agricultura en estos parajes cerriles, recién se volvería intensiva a partir del año 200 d. C., como lo señalan Mujica y De la Vera Cruz en su investigación “El valle del Colca: un paisaje cultural dinámico en el sur del Perú”. En su documentado trabajo, publicado en el libro Paisajes culturales en los Andes, los investigadores inciden en el hecho de que “las primeras chacras se construyeron en las laderas superiores del valle, aprovechando las fuentes de agua naturales procedentes de los glaciares que lo rodean. Más adelante fueron ampliando a las partes inferiores más cálidas de las laderas”. La consolidación del sedentarismo y los avances en la agricultura darían paso a una fase histórica que los investigadores denominan el Intermedio Temprano (del 200 al 700 d. C.). Esta etapa se caracteriza por su “baja densidad poblacional y sencilla agricultura a cargo de núcleos familiares”, según lo consignado por los autores Alberto Rubina, Carlos Salazar y Molvina Zeballos en el libro Colca, el vuelo del cóndor.
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The perfecting of agriculture in Colca was the result of the efforts of the earliest inhabitants. The rugged geography would have constituted a terrible barrier to the development of farming, so much so that in these mountainous lands agriculture would not be practiced intensively until around 200 AD, as Mujica and de la Vera Cruz point out in their research entitled “El valle del Colca: Un paisaje cultural dinámico en el Sur del Perú”. In this work, published in the book “Paisajes Culturales en los Andes”, the two authors conclude that “the first smallholdings were established on the upper slopes of the valley, taking advantage of the natural water sources proportioned by the encircling glaciers. Later, these would be expanded into the warmer, lower slopes of the valley”. The consolidation of sedentary culture and agricultural advances would give way to a historical phase which researchers have called the Early Intermediate (from 200 AD to 700 AD). This stage was characterized by a “low density population and simple agriculture carried out by nuclear families”, according to the writers Alberto Rubina, Carlos Salazar and Molvina Zeballos, in their book Colca, el vuelo del cóndor.
Se conoce muy poco de los habitantes del Intermedio Temprano. Quizá sus logros y avances fueron eclipsados por el poderío imperial y expansivo de los wari. Ellos cruzaban valles y montañas, imponiendo su superioridad, su orden y su ley en los Andes. Así lo harían en este reino de la profundidad entre el 700 y el 1100 d. C. Durante su apogeo se dinamizó la agricultura y se esculpieron los primeros andenes.
Very little is known about the people of the Early Intermediate. It may be that their achievements and advances were eclipsed by the imperial and expansionist power of the Wari. This culture crossed valleys and mountains, imposing its ways and laws throughout the Andes. They appear to have arrived in the vertical realm of Colca between 700 AD and 1100 AD. During its height, the Wari introduced great advances in agriculture, creating the first terraces.
Nada es eterno. Ocaso. Decadencia. El Imperio wari, que tuvo su origen en Ayacucho y se extendió al norte y al sur, al este y al oeste, comienza a desquebrajarse. Se avecina la caída de la que es considerada como la primera estructura estatal del antiguo Perú. Zozobra, declive, convulsión. Surgen nuevos poderes, nuevos predominios en el Intermedio Tardío (1100 al 1450 d. C.).
But nothing is eternal and the empire of the Wari, which had originated in present-day Ayacucho and spread north, south, east and west, began to fall apart. Its decline marked the end of what has been described as the first state structure of ancient Peru. A period of social unrest ensued, with new power bases emerging to dominate what we now call the Late Intermediate (1100 AD to 1450 AD).
En este momento trascendental se consolida la presencia de las dos etnias que, actualmente, comparten el valle de manera pacífica, sin odios, rivalidades ni enconos. Collaguas y Cabanas, descendientes de los volcanes, pastores y agricultores. Pueblos de raíces profundas que se adaptaron a los cambios, que no sucumbieron, que supieron mantener su identidad a pesar de la presencia inca e hispana.
During this time of great changes, two ethnic groups emerged to consolidate their presence, and they share the valley peacefully to this day, with no hint of friction or tension between them. Said to have descended from the volcanoes themselves, the Collaguas and Cabanas were shepherds and farmers. They established themselves in the valley and adapted to change, never succumbing to the vagaries of history and maintaining their identity in spite of invasion by the Incas and, later, by the Spanish conquistadores.
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Los hijos del Sol
The Children of the Sun
Los collaguas, de origen aimara, aprovecharon el declive de los Wari para asentarse en la actual provincia de Caylloma. Los cabanas ya habrían estado aquí desde antes. Es muy probable que en un principio sus relaciones no fueran muy amistosas. A pesar de eso, ambos grupos continuaron modificando su entorno, levantando ciudades y fortalezas, ganándole tierras de cultivo a las montañas. Son frutos de su sapiencia y su trabajo —continuado después por los incas— la mayor parte de las graderías de andenes que dejan maravillados a los foráneos que ahora recorren el valle, observando con deleite esas terrazas cultivables que suben por las faldas montañosas. Son tan perfectas y armónicas que su existencia no rompe —más bien conjuga— con la obra creadora de la naturaleza. Pero no hay que adelantarse. Hay que volver al pasado. A la segunda mitad del siglo XV (1470, aproximadamente). Otra vez la incertidumbre y la amenaza expansiva de un imperio surgido en el Cusco, cuyos soberanos se irrogaban el honor y el privilegio de ser los hijos del Sol. Sus fronteras se ensanchaban por la paz o por la guerra. Eran indetenibles y sus pasos victoriosos se acercaban al cañón.
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The Collaguas, of Aymara origin, took advantage of the decline of Wari culture and settled in the present-day province of Caylloma. The Cabanas had been there before the arrival of the Wari. It seems likely that at first relations would have been less than cordial. Nevertheless, both groups continued to adapt to their surroundings, building towns and fortresses and expanding their agricultural frontiers. The fruits of their accumulated knowledge and hard work can be seen in the form of the agricultural terracing that would later be extended by the Incas, and which to this day astonishes visitors to the area, who observe with delight the way these structures hug the contours of the land. They are perfectly adapted to their location, enhancing the timeless natural landscape rather than imposing themselves upon it. But let us not rush ahead. Instead, let’s go back for a moment to the second half of the 15th century (around 1470). Once again, uncertainty reigned in the valley as a result of the threat posed by the expansionist aims of the empire that had emerged from Cusco, whose sovereigns had proclaimed themselves the Children of the Sun. They pushed back the frontiers of their territories through both peaceful treaty and bloody warfare. They were unstoppable and it was not long before they marched into the Colca valley.
Enfrentar o negociar con los generales de Mayta Cápac. Esa era la disyuntiva que atormentaba a los curacas colqueños. Se rumoreaba que los incas eran bondadosos con sus aliados y severos con quienes osaban retarlos. ¿Qué hacer? Ser sometidos por la fuerza o buscar una alianza que les permitiera, hasta cierto punto, mantener su autonomía, preservar su cultura. La decisión fue tomada. No hubo guerras ni enfrentamientos. Paz en el cañón. La alianza quedó sellada con el matrimonio entre el inca Mayta Cápac y la Mama Tancaray Yacchi, la hija del curaca de Coporaque. La unión marcaría el inicio de la administración cusqueña en el Colca. Esta se extendería hasta la conquista española, que tendría su origen en agosto de 1535, con la entrega de la primera encomienda. Con la presencia ibérica se truncaría el desarrollo autónomo. Pensar qué hubiera sucedido si este acontecimiento histórico no ocurría es, hasta cierto punto, un esfuerzo inútil. Lo real, lo concreto, lo que ahora se puede ver y sentir al recorrer los pueblos del Colca, es el resultado de una milenaria evolución cultural que tuvo su origen en el andar de los nómades, en los trazos inciertos de un artista rupestre.
The chieftains of Colca were left with the choice of resisting the generals sent by Mayta Capac, or negotiating with them. It was rumored that the Incas were generous to their allies and merciless towards those who dared to oppose them. What should they do, risk being subjected by force to the will of the Incas, or seek an alliance that might allow them to retain, to some extent at least, their autonomy, and preserve their culture? The decision was made. There would be no war, no confrontation. Peace would reign in the canyon. The alliance was sealed with the marriage between the Inca Mayta Capac and Mama Tancaray Yacchi, the daughter of the chieftain of Coporaque. This union marked the beginning of a Cusco-led government in Colca which would endure until the Spanish conquest and the establishment in the valley of the first encomienda, in August 1535. Autonomous development of indigenous culture was cut short by the arrival of the Spanish. It would be useless to attempt to imagine what might have been, if the Spaniards had not come. All that we see when we travel today through the villages of Colca is the result of thousands of years of cultural evolution, beginning with the first nomads who painted scenes from their lives on rock walls.
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LAS PRIMERAS HUELLAS
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The first traces
Pinturas milenarias A quién preguntarle. No se ve a nadie ni en la capilla ni la estación del tren, tampoco en el puñado de casas —austeras y entristecidas— que son parte de este pueblo de apariencia fantasmal. De nada sirven los gritos, los hola y buenos días o el desesperado hay alguien aquí. Las voces se pierden en la pampa inconmensurable. El eco jaloneado por el viento es la única respuesta. Pasos inciertos. “Por allá debe de ser”, dice Wilian, quien trata de apelar a los recuerdos. De niño estuvo aquí, en este anexo que hoy luce abandonado, como los rieles de ese tren que quien sabe si seguirá pasando. Quizá por eso no hay nadie a quien preguntarle y lo único que queda es recurrir a la añoranza viajera de un compañero de ruta, para enrumbar a la cueva de Sumbay. Andanzas a más de cuatro mil metros de altura, recorrido por un sector de la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca en el distrito de Yanahuara (Arequipa), en el camino a Chivay y el cañón del Colca. Wilian parece dudar. Se detiene. Mira a todos lados. Dónde estará la cueva con sus pinturas rupestres trazadas entre el 5800 y 3000 a. C., según los estudios de su descubridor, el arqueólogo Máximo Neira Avendaño.
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Ancient paintings Who to ask? There seemed to be nobody in the chapel or the train station, or in the handful of houses –austere and sad- of which this apparent ghost town was formed. It was no use shouting “hello” or “good day” or the more desperate-sounding “is there anybody there”. All those words were lost on that immense plain, and their echoes dragged back to us by the wind were our only answer. We moved forward uncertainly. “It must be that way”, said Wilian, who was searching his memory. He had been here before, as a boy, visiting this now seemingly abandoned hamlet, with its railroad that appeared not to have seen a train in a long time. Perhaps that was why nobody was around to ask for directions. All we could do was place our trust in Wilian’s faded memories of that place, and continue searching for the cave of Sumbay. We were traveling at an altitude of more than four thousand meters, through a section of the Salinas y Aguada Blanca National Reserve in the district of Yanahuara (Arequipa), on the road to Chivay and Colca Canyon. Wilian was unsure of his route and he stopped again, looking in all directions. Where could that cave be, with its rock art painted sometime
Cuando lleguemos a Sumbay, lo que ocurrirá tarde o temprano, de alguna forma o manera y sin ser arqueólogos o apellidarnos Neira, será ver auquénidos, felinos, zorros y el suri o ñandú. También, trazos de figuras humanas en aparente actitud de danza. En este abrigo milenario de la quebrada de Q’ollpa priman las tonalidades ocres y amarillas. Lejos de esta cueva, ya en el valle y en el cañón del Colca, en el distrito de Callalli, en tres oquedades conocidas como Mollepunku para ser más exactos, encontraríamos después —sin extravíos y sin recurrir a la memoria viajera— otros trazos prehistóricos, que revelan la presencia del hombre en estas tierra de ichu y viento, de altura y soroche. Con una antigüedad que oscilaría entre los 6000 y los 3000 a. C., en sus paredes se conservan pinturas en bajo relieve y grabadas, en las que predominan los trazos en rojo, blanco y amarillo. En este yacimiento de arte rupestre hay figuras geométricas, vizcachas, auquénidos y hombres con tocados o sombreros. Pero eso no es todo, aquí se conserva aún una tumba de piedra. Un viaje a la prehistoria. Un viaje que —con dudas o certezas— permite acercarse a los orígenes de la civilización andina. Vamos, Wilian, tú puedes acordarte cuál es el camino.
between 5800 BC and 3000 BC, according to studies made by their discoverer, the archaeologist Máximo Neira Avendaño. When we got to Sumbay, which was sure to happen sooner or later, one way or another, without being archaeologists or bearing the surname Neira, we would see camelids, felines, foxes and the suri, or ñandú. We would also see human figures, apparently depicted dancing, in ocher and yellow tones. Later, far from that cave, in the Colca valley and canyon, in the district of Callalli, in three hollows known as Mollepunku, to be exact, we would find –without getting lost or appealing to the vague memories of a fellow traveler- other prehistoric drawings that reveal the earliest presence of man in this land of ichu grass and wind, high plains and altitude sickness. Dating back to between 6000 BC and 3000 BC, the pictures on these walls, produced in low relief or carved, were made in red, white and yellow. This rock art features geometric figures, vizcachas, camelids and men wearing headdresses or hats. And that is not all, for there is also a stone tomb. This is a journey back to prehistory, a journey that enables one to experience the origins of Andean civilization. Come on, Wilian, you can remember the way.
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La presencia humana en el Colca se remonta a la prehistoria. Las pinturas rupestres encontradas en diversas cuevas y abrigos testimonian el devenir de aquellos pobladores primigenios.
Colca has been occupied by man since prehistoric times. The rock paintings found in a number of caves depict the daily lives of those first inhabitants.
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Mollepunku, en el distrito de Callalli, es uno de los principales yacimientos de pinturas rupestre del valle del Colca.
Mollepunku, in the district of Callalli, is one of the main rock painting sites in the Colca valley.
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Pinturas rupestres en Huanca. Este yacimiento ha sido poco investigado. Se presume que algunos de los trazos son de origen wari.
Rock paintings at Huanca. This site has barely been investigated. It is believed that the designs are of Wari origin.
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TUMBAS COLGANTES
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Hanging tombs
Tumbas en la altura Tómenlo como un consejo. Cada vez que puedan, aminoren sus pasos y miren hacia arriba. No solo al cielo, con la esperanza de avistar a un cóndor, o a las cumbres de las montañas, que casi siempre están con sus mechones de nieve. Tienen que echarle un vistazo a las paredes de los cerros. Si los acompaña la suerte y están en el lugar indicado, sus ojos verán algo que los dejará sorprendidos. Lo que nadie nos dijo es que también había que mirar hacia abajo, sobre todo cuando se cruza el puente Sifón, la vía colgante que une los pueblos de Yanque y Coporaque. En este lugar, donde el río luce encañonado y bramante, los antiguos aprovecharon el talud —vayan a saber cómo lo hicieron y por favor no nos pidan averiguarlo in situ y vivencialmente— para construir varias colcas. Eso es lo que ocurre cuando se mira hacia abajo en Chininia, que así es como se le conocen a estos recintos en los que se almacenaban semillas de maíz, quinua y papa. Pero, en otros lugares, ya sea en la margen izquierda o derecha del valle, lo mejor es levantar la vista tal y como nos aconsejaron; entonces, ya no veríamos colcas en las paredes de los cerros, veríamos tumbas, varias tumbas colgantes.
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Highland tombs Take my advice: whenever you can, slow your pace and look above you. Don’t just look at the sky, hoping to see a condor, or at the summits of the mountains, which are almost always coated with snow. You need to take a look at the slopes of the hills: if you are lucky, and in the right place, your gaze will settle on something that will surprise you. What nobody told us is that it is also necessary to look down, particularly when crossing the bridge at Sifón, that suspension bridge joining the two villages of Yanque and Coporaque. Here, where the river is squeezed, narrow, between rock walls, the ancient inhabitants of this region took advantage of the cliffs to build a series of colcas. Work out for yourselves how they did it and please don’t ask us to demonstrate their methods en situ and in person. That is what you see when you look down at Chininia, which is the name by which these chambers are known. They were made to store corn, quinoa and potato seeds. However, at other places, either on the left or right side of the valley, it is best to look up, and if you do this you will no longer see colcas on the sides of the hills; instead, you will see a series of hanging tombs.
Otro legado prehispánico en los dominios de la profundidad. Arriba, en lo alto, allá donde aparentemente no hay forma de llegar, los antiguos collaguas y cabanas construían sus estancias para el descanso eterno. Esta herencia de piedra es en la actualidad uno de los tantos atractivos del valle y el cañón, un atractivo que se ve desde lejos en la mayoría de los casos... Pero siempre hay excepciones. “Yuraq Qaqa, 1,6 km”, se lee en una señal en el distrito de Coporaque (a seis kilómetros de Chivay y a 3.575 m. s. n. m.). Esta apunta hacia un sendero que hay que seguir, remontar, superar para acercarse a unas tumbas, similares a las que se ven a la distancia desde el mirador de Choquetico, en la ruta a la Cruz del Cóndor y al transitar por la carretera que enrumba hacia la fortaleza de Chimpa, en Madrigal. También se atisban desde Sangalle, cuando los viajeros descansan y recuperan fuerzas, antes de continuar en uno de los circuitos andariegos más famosos del Colca; pero ahora no estamos ahí, seguimos en Yuraq Qaqa, invadidos por una extraña mezcla de admiración y respeto hacia los hombres que escarbaron aquellas montañas para erigir su última morada.
This is another legacy of the pre-Hispanic past in this vertical landscape. High above, where one would think it impossible to reach, the ancient Collaguas and Cabanas built resting places for the dead. These stone tombs are now one of the many attractions of the valley and canyon, an attraction that most visitors usually view from a distance. But there are always exceptions. “Yuraq Qaqa, 1.6 km”, reads a signpost in the district of Coporaque (6 kilometers from Chivay, at an altitude of 3575 meters). It points the way to the trail one must follow, negotiate and overcome in order to reach some tombs similar to those that can be seen in the distance from the viewing point at Choquetico, on the road to Cruz del Condor, and from the road that leads to the fortress at Chimpa, in Madrigal. They can also be seen from Sangalle, when travelers stop to rest and recover their strength before continuing along one of the most well-known trekking circuits in Colca. But we are not there now. We are still in Yuraq Qaqa, filled with feelings of admiration and respect for the men who carved out their final resting places from the sides of these mountains.
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Izquierda: Tumbas prehispánicas en las paredes que encañonan Sangalle, en el distrito de Cabanaconde. Esta página: Los antiguos colqueños construyeron sus tumbas en perfiladas paredes. Estas se encuentran en distintos distritos del valle.
Left: Pre-Hispanic tombs in the rock walls of Sangalle, in the district of Cabanaconde. This page: The ancient inhabitants of Colca built their tombs on sheer rock faces. They can been seen in a number of districts throughout the valley.
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COLLAGUAS Y CABANAS
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Collaguas and Cabanas
Pueblos ancestrales Cercanos, parecidos y la vez distintos. Comparten el valle y el cañón desde hace siglos. Es su territorio y aquí están sus raíces, porque fueron sus antepasados quienes labraron los andenes en las montañas, los que edificaron ciudades y fortalezas de piedra, los que enterraron a sus muertos en las alturas de los cerros, los que pusieron su destreza y su esfuerzo en la construcción de los templos coloniales. Ellos lo saben, lo valoran, lo dicen con orgullo: “Soy collagua”, “soy cabana”. Dos pueblos, dos etnias que conviven en el Colca desde la caída de los waris, allá por el año 1200 de nuestra era. Surgieron, se asentaron, sembraron su cultura y supieron mantenerla cuando aparecieron los incas en la primera mitad del siglo XV, cuando irrumpieron los españoles en el siglo XVI. Cuentan las leyendas y los mitos que los collaguas provenían del volcán Collaguata. De allí salieron. Era su pacarina (lugar de origen) y, para no olvidarla jamás, se deformaban las cabezas. Su lengua era el aimara y sus dominios se extendían en la zona alta y central del río Colca. Hoy, los descendientes de esta etnia ocupan la mayoría de los distritos del valle. Los cabanas, asentados principalmente en el actual distrito de Cabanaconde, descendían de otro gigante
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Ancestral peoples Similar and yet at the same time distinct, these peoples have shared the valley and the canyon for centuries. It is their territory, and their roots are clearly visible here, for it was their ancestors who carved the agricultural terraces from the sides of the mountains, built the stone cities and fortresses, buried their dead on the hilltops and then dedicated all their accumulated skill and strength to the construction of colonial-era churches. They know this, and they value their past, saying with pride “I am Collagua”, or “I am Cabana”. They are two peoples, two ethnic groups who have shared Colca since the fall of the empire of the Wari, back around 1200 AD. They emerged, settled here, established their culture and were able to maintain it when the Incas appeared during the first half of the 15th century, and when the Spanish came in the 16th century. Legends and myths speak of how the Collaguas came from Collaguata volcano. They emerged from there. This was their pacarina (place of origin), and in order to ensure they never forgot this, they deformed their skulls. Their language was Aymara and their lands stretched into the central highlands above the Colca River. Today, the descendants of this ethnic group occupy most of the districts of the valley.
volcánico, el Hualca Hualca. Su idioma era el quechua, el cual se mantiene vivo en la provincia de Caylloma, sobre todo por la posterior presencia incaica. Al igual que sus vecinos, se deformaban las cabezas para recordar su pacarina y, de paso, diferenciarse y ser únicos. A finales del siglo XVI, en una relación escrita en 1586 por el corregidor español apellidado Ulloa y Mogollón, se deja en evidencia que los principales centros administrativos collaguas eran Yanque Collagua y Lare Collagua (hoy Lari), mientras que los cabanas predominaban en la zona sur (Pinchollo y Cabanaconde) y varios microvalles del oeste, donde se siembra el maíz. Pueblos antiguos, cargados de historia y tradición, que luchan por mantener su cultura. Eso es evidente, por ejemplo, en la vestimenta de las mujeres. Esta es parecida, pero —para no perder la costumbre— es distinta también. En ambos casos resaltan los vistosos bordados, pero los trajes de las cabanas son más llamativos. Sus sombreros también son distintos. Los collaguas llevan cintas, los cabanas son puros bordados. Una diferencia más entres dos pueblos de orígenes distintos, pero que, desde hace siglos, labran y siembran un futuro en común, un futuro compartido.
The Cabanas, who are mostly concentrated in the present-day district of Cabanaconde, descended from another gigantic volcano: Hualca Hualca. There language was Quechua, which is still spoken in the province of Caylloma, where its use was reinforced by the subsequent arrival of the Incas. Like their neighbors, they used to deform their skulls in order to recall their pacarina and, at the same time, to differentiate themselves from other groups. In the late 16th century, in a document written in 1586 by the Spanish governor Ulloa y Mogollón, information is recorded regarding the main administrative centers of the Collaguas, which were Yanque Collagua and Lare Collagua (now Lari), while the Cabanas dominated the southern zone (Pinchollo and Cabanaconde) and several lesser valleys to the west, where they grew corn. These are ancient peoples with long histories and living traditions who are fighting to maintain their culture. This is apparent, for example, in the clothing worn by the women. The costumes of the two groups are similar, but at the same time –of course- distinct. Both groups wear elaborately embroidered clothes, but those worn by the Cabanas are much brighter. Their hats are also different. The Collagua headgear sports hatbands, while Cabana hats are decorated with embroidery. But while there exist many differences between these two peoples, for centuries they have worked towards a common goal, and they will work together now to ensure a common future.
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En el Colca, las mujeres continĂşan utilizando su vestimenta tradicional. Es uno de los sĂmbolos de su cultura.
In Colca, women continue to use traditional dress as one of the symbols of their culture.
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LA ANDENERÍA DEL VALLE
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The terracing of the valley
Sembrando en las montañas La orden se repite una y otra vez, inquietando al chofer que ya está cansado de escuchar: pare aquí, allá, en la otra curva, por favor. El frenar a cada rato no le convence mucho. El trayecto es largo y con tanta interrupción la hora del arribo se vuelve incierta. En su opinión, lo mejor sería ir sin prisa pero sin pausa. Se lo ha dicho a los pasajeros, pero ellos no entienden, insisten, quieren fotografiarlo todo. El conductor está molesto. Igual que el otro día. Cuando íbamos a Madrigal y le decíamos que se detuviera allí, allá y más allá. No es por fastidiarlo, tampoco es que queramos pasarnos todo el día viajando. Pero qué se le hace. El panorama es irresistible y hay que bajar para verlo con calma, fotografiarlo y, de paso, grabarlo para siempre en nuestras retinas. Ojalá que se apuren, piensa el chofer en la milésima parada para ver lo mismo, siempre lo mismo. Ojalá que deje de renegar y de poner esa cara de fastidio cada vez que le decimos que se detenga para ver el río, el cañón, los andenes desde otra perspectiva. Opiniones distintas en la carretera hacia Cabanaconde y el posterior desvío a los distritos de Huambo, Lluta y Huanca.
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Growing crops in the mountains The instructions are repeated again and again, disturbing the driver, who is tired of being directed: stop here, stop there, at the next curve, please. He is irritated by the need to apply the brakes so often. It is a long trip and with so many interruptions he has no idea when they will arrive. In his opinion, the best thing would be to continue unhurriedly, but without pause. He has said as much to the passengers, but they don’t understand. They insist on taking photographs.
The driver is annoyed, just like the other day, when we were on the way to Madrigal and we kept asking him to stop here, there and everywhere. But we don’t do it to annoy him, and nor do we wish to spend the whole day traveling. But what can you do? The panorama is irresistible and we simply have to get off the bus and view it calmly, photograph it, or merely record it via our retinas. I hope they hurry up, thinks the driver as he is obliged to stop for the thousandth time so they can all look at the same thing again. If only he would stop getting upset and looking so furious every time we ask him to stop so we can look at the river, the canyon or the terracing from another angle. These are the conflicting points of view on the road to Cabanaconde and later through the districts of Huambo, Lluta and Huanca.
Ni lo uno ni lo otro. Quien maneja sigue renegando. Quienes viajan siguen pidiendo paradas. No hay acuerdo. La culpa es de la geografía y de los andenes, de la naturaleza y del hombre, porque la mayoría de esas terrazas cultivables fueron esculpidas en todo el valle por Collaguas y Cabanas —también por los incas—. Y lo hicieron con tal destreza que su existencia no quiebra la armonía del paisaje. Andenes de piedra en las faldas de los cerros, al pie del cañón, cerca de las cumbres. Piedra y barro en las laderas montañosas, en ambas márgenes del valle, en Sibayo y Callalli, en los distritos a los que ahora no dirigimos, aunque no sabemos a qué hora arribaremos. Seguimos parando para admirar esa obra arquitectónica y agrícola que permitió a los antiguos controlar la erosión y ganar áreas de cultivo. Maíz, habas y papa. Canales de regadío. Aprovechamiento de los deshielos. Diversidad de sembríos en las graderías ahora verdes, tupidas, productivas. Así están después de las lluvias; entonces, el panorama no solo es hermoso: es irresistible. Por eso hay que parar aquí y allá y más allá, aunque el conductor se moleste, no entienda y quiera continuar sin prisa pero sin pausa. Lo sentimos, amigo, eso no pasará en este viaje.
The driver continues to simmer in silence. The passengers continue to ask him to stop. It is the geography which is to blame, and those terraces. Nature and mankind are to blame. Those agricultural terraces were sculpted throughout the valley by the Collaguas and Cabanas, as well as the Incas. And they did it all with such skill that their creation does nothing to interfere with the harmony of the landscape.
The stone terraces stretch down all the way to the lower slopes of the hills, at the base of the canyon. The mountain slopes on both sides of the valley are formed from rock and mud, in Sibayo and Callalli, in the districts towards which we are now heading, although we don’t know what time we will arrive. We keep stopping to admire that architectural and agricultural marvel that enabled the ancient inhabitants of this land to control soil erosion and expand their field systems. Corn, beans and potatoes. Irrigation channels bring glacial melt waters down into the valleys. The terraces are cultivated with a variety of crops and they are green and fertile. This is how they always look just after the rainy season, when the panorama is not merely beautiful, but totally irresistible. That is why we just have to stop here, there and everywhere, even if it does bother the driver, who doesn’t understand and would rather continue, unhurriedly but without pause. We’re sorry, my friend, but that isn’t going to happen on this trip.
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Doble página anterior: Esta piedra labrada sería una maqueta de las andenerías prehispánicas. Se encuentra en el camino al mirador de la Cruz del Cóndor.
Previous two pages: This carved rock is a three-dimensional representation of pre-Hispanic terracing. It is located on the road to the viewing point at Cruz del Condor.
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Las andenerías colqueñas permiten incrementar las áreas de cultivo e impiden la erosión de los suelos.
The terracing in Colca expanded the agricultural frontier and prevented soil erosion.
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Doble página anterior: La esencia del Colca: el río, el cañón y los andenes. Desde tiempos inmemoriales se cultiva maíz, papa, oca, mashua y olluco en estas andenerías.
Previous two pages: The essence of Colca: the river, the canyon and terracing. Since time immemorial, corn, potatoes, oca, mashua and ulluco have been grown on these terraces.
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Si bien los andenes tendrĂan su origen en la ĂŠpoca wari, fueron los collaguas y cabanas sus mayores forjadores.
Although the first terraces date back to the Wari period, it was the Collagua and Cabana people who expanded and perfected them.
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Doble página anterior: Andenería y campos de cultivo en las cercanías de Cabanaconde. Izquierda y esta página: Antes de construir sus andenerías, los antiguos habrían elaborado sendas maquetas.
Previous two pages: Terracing and fields of crops in the vicinity of Cabanaconde. Left and this page: Before building their terracing, ancient architects would have produced models.
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HERENCIA DE PIEDRA
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Legacy of stone
De fortalezas y colcas prehispánicas Simeón es guardaparque de una fortaleza de piedra ubicada en lo más alto de una montaña. Desde allí, en lo que técnicamente se debería llamar su centro de trabajo, otea con rutinaria fascinación el paisaje y el camino. Sus ojos, certeros e infalibles, no pretenden detectar el avance belicoso de un ejército enemigo ni la sigilosa presencia de un intruso con andares de espía. Siglos atrás, en esa etapa histórica que los estudios suelen identificar con el nombre de Periodo Prehispánico, su función habría sido distinta. Simeón sería guardián o vigía. Y en vez de mostrar con entusiasmo la silla de piedra y las maquetas labradas al intruso que escribe estas palabras, hubiera dado la voz de alto y de alerta. No en español, claro está, esa lengua se desconocía en esos tiempos. Pero como mucha agua ha pasado por el puente —perdón, por el cañón— desde aquellos años, ahora, Simeón, el guardián de Chimpa, distrito de Madrigal (a 3.262 m. s. n. m. y a 30 kilómetros de Chivay), se alegra cuando vienen a su puesto de trabajo. Eso sí, no son muchos los que lo hacen, quizá porque hay que caminar por más de una hora y trepar hasta los 3.500 metros de altitud, aproximadamente. 74
Pre-Hispanic fortresses and colcas Simeón is the park ranger at a stone fortress located at the top of a mountain. From there, at what might be technically described as his workplace, he scans the landscape and the trail with routine satisfaction. His eyes, sure and unfailing, are not focused on detecting signs of an advancing enemy army or the stealthy approach of an intruder bent on spying.
Centuries ago, during that period of history that scholars usually refer to as the pre-Hispanic era, his duties would have been quite different. Simeón would have been a guard or sentry. And instead of infecting the intruder now writing these words with his enthusiasm for a stone seat and the architectural models carved from the living rock, he would have been raising his voice to sound the alarm. But he would not have spoken in Spanish, of course, for that language was unknown here at the time. But since then a lot of water has passed under the bridge –or through the canyon- and today Simeón, the guardian of Chimpa, in the district of Madrigal (at an altitude of 3262 meters and some 30 kilometers from Chivay) is happy when visitors turn up at his place of work. Of course, not many people do make the trip, given that it takes almost an hour to get there on foot and involves hiking up to an altitude of approximately 3500 meters.
Es probable, también, que la razón sea otra. Quienes visitan el Colca centran su interés en el cañón, los andenes, las iglesias y en el cóndor. Los complejos arqueológicos se dejan al final. Si alcanza el tiempo. Eso lo sabe el solícito guardaparque que se pasa las horas bordeando la gran muralla y las colcas erigidas por los collaguas. “Desde aquí el cañón se ve espectacular y en las mañanas hay cóndores”, dice con verdad, como queriendo demostrar que Chimpa tiene lo suyo. Lejos de allí, en la otra margen del valle, Sara Luz, que no es guardaparque sino enfermera y guía ocasional, sabe que el legado de los antiguos es, hasta cierto punto, injusta e incomprensiblemente ignorado. “Y eso que hay bastante que ver”, dice enfática mientras dirige sus pasos hacia las alturas de Pumunuta (4.055 m. s. n. m.) por un senderito apaciblemente empinado. Después de faldear y ascender por un cerro durante 90 minutos, aparecen las cuevas, las colcas, los almacenes de alimentos creados por los collaguas, en el actual distrito de Tuti (a 3.800 m. s. n. m. y a 20 kilómetros de Chivay). Chimpa y Pumunuta. Dos nombres de una vasta herencia prehispánica que, poco a poco, se va poniendo en valor. Colca arqueológico. Colca de waris, cabanas, collaguas e incas. Colca prehispánico en Uyo Uyo (Yanque), San Antonio (Coporaque), Uskallacta y Kumurani (Chivay), solo algunos de los lugares que testimonian el desarrollo y el devenir profundamente humano de estas tierras milenarias.
There is another reason for the lack of visitors; normally those who visit Colca focus their attention on the canyon, the agricultural terracing, the churches and condors. They leave the archaeological sites for last, if they have time. The obliging park ranger knows this, as he whiles away the hours patrolling the great wall and the colcas built by the Collagua people.
“From here the canyon looks spectacular and in the mornings there are condors”, he tells me, as if wanting to convince me that Chimpa has its own attractions. Far away, on the other side of the valley, Sara Luz, who is not a park ranger but a nurse and occasional guide, knows that the legacy of the ancestors is, to a large extent, being unfairly and incomprehensibly ignored. “And there is so much to see”, she says emphatically, as she strides along towards the heights of Pumanuta (4055 meters), along a narrow, gently climbing path. After traversing and climbing the hill for 90 minutes, caves appear, along with colcas –those storehouses built by the Collaguas- in the present-day district of Tuti (at an altitude of 3800 meters and 20 kilometers from Chivay). Chimpa and Pumunuta; two names from the great pre-Hispanic past which, very slowly, are starting to gain recognition. Colca is a vast archaeological site, the home of the Wari, Cabana, Collagua and Inca cultures. Pre-Hispanic Colca can be seen at Uyo Uyo (Yanque), San Antonio (Coporaque), Uskallacta and Kumarani (Chivay). These are just some of the sites that testify to the profoundly human history of these seemingly timeless lands.
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Previous two pages: The imposing fortress of Chimpa, in the district of Madrigal. This page: Above: Wall and entrance at Chimpa. Below: Stone models.
Doble pรกgina anterior: Impresionante fortaleza de Chimpa en el distrito de Madrigal. Esta pรกgina: arriba, muralla y puerta de acceso a Chimpa; abajo, maquetas de piedra.
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Recientemente restaurada, esta fortaleza es una evidencia clara de la destreza arquitect贸nica de los collaguas.
Recently restored, this fortress is a fine example of the skills developed by Collagua architects.
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El valle del Colca ostenta innumerables complejos arqueol贸gicos. Uyo Uyo, en el distrito del Yanque, es uno de los m谩s importantes.
The Colca valley is home to countless archaeological sites. Uyo Uyo, in the district of Yanque, is one of the most important.
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Hasta antes de las reducciones coloniales, Uyo Uyo fue el nĂşcleo urbano de Yanque.
Until the introduction by the Spanish of reductions, Uyo Uyo was the main settlement in Yanque.
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Los collaguas fueron los constructores de Uyo Uyo. Esta ciudad prehispánica —con zonas urbanas, agrícolas y un cementerio— está siendo restaurada para recuperar su grandeza.
The Collaguas built Uyo Uyo. This pre-Hispanic city –with its urban and agricultural zones and a cemetery- is being restored to something like its former splendor.
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Detalles de las tumbas de Yuraq Qaqa, que permiten observar su ubicaci贸n en plena pared de piedra.
Details of the Yaraq Qaqa tombs, showing their position on the rock face.
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Un camino que nace en Coporaque conduce a las tumbas prehispĂĄnicas de Yuraq Qaqa. Estas serĂan de origen incaico.
A road that begins in Coporaque leads to the pre-Hispanic tombs of Yaraq Qaqa, where the Incas buried their dead.
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Complejo Arqueol贸gico de San Antonio en Coporaque. Es de origen inca y se encuentra muy cerca de las tumbas de Yuraq Qaqa.
The San Antonio archaeological complex in Coporaque was an Inca settlement, and is located not far from the Yaraq Qaqa tombs.
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Luces y sombras en el interior de Pumunuta, donde se almacenaban alimentos.
Light and shadow at Pumunuta, where crops were stored.
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Por dentro y por fuera, contrastes y visiones distintas de las colcas prehispรกnicas. Within and without; contrasting views of pre-Hispanic colcas.
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Izquierda: Para descubrir este vestigio del pasado, hay que ascender por un viejo camino pedestre. Imรกgenes como esta recompensan el esfuerzo. Esta pรกgina: Obra de los collaguas. En este cerro existen cinco oquedades con diferentes niveles.
Left: This vestige of the past is accessed via an old trail. Images like this make all the effort worthwhile. This page: Built by the Collaguas, the five cavities on this hill are set at different levels.
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Tinajas para el almacenamiento de granos en una de las oquedades de Pumunuta.
Earthenware jars used to store grain in one of the cavities at Pumunuta.
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Chullpas y recintos arqueol贸gicos en Tuti. Este distrito cuenta con varios atractivos prehisp谩nicos.
Chullpas and chambers in Tuti. This district boasts a number of vestiges of the pre-Hispanic past.
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Hallazgo en las alturas. Chullpas de Tahuaya o Tawa-Haya en el distrito de Callalli. Son muy poco visitadas. Discovery in the highlands: the chullpas of Tahuaya or Tawa-Haya, in the district of Callalli, are seldom visited.
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En la ruta a los ba帽os termales de La Calera, surge un camino ascendente que conduce a los restos arqueol贸gicos de Kumurani.
On the route to the thermal baths of La Calera lies the way to the archaeological site of Kumurani.
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Colca prehispánico: en el valle existen diversos complejos arqueológicos. Su progresiva puesta en valor contribuirá al desarrollo del turismo y permitirá conocer más de sus antiguos habitantes.
Pre-Hispanic Colca: there are several archaeological sites in the valley. Their eventual restoration will contribute to the development of tourism and increase knowledge regarding the region’s ancient inhabitants.
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Complejo arqueol贸gico de Uskallacta en Chivay.
The archaeological site of Uskallacta in Chivay.
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En esta zona se erige una chullpa y una gran cantidad de recintos de piedra, que tienen una coloraci贸n rojiza.
This site is composed of a chullpa and several stone buildings with reddish-tinted walls.
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Capítulo II: LOS VIENTOS COLONIALES
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Colonial winds
Chapter II: Colonial winds
La presencia hispana Un año: 1536; un mes: agosto; un hecho: se crea la primera encomienda en el Colca. Vientos de conquista e invasión se desatan impetuosos en el valle. Vientos de cambio, imposición e incertidumbre irrumpirían con fiereza en el cañón. Ya nada volvería a ser como antes. Se fundarían pueblos, se erigirían templos para un nuevo Dios, se repartirían las tierras de los ayllus. En ese año y en ese mes, la historia colonial empezaba a escribirse en la actual provincia de Caylloma. Ese sería el inicio de un tiempo sombrío, de opresión y resistencia. Sí, nada volvería a ser igual en este reino de la profundidad, cuando Cristóbal Pérez y su hijo Juan de Arbes recibieron como encomienda el pueblo de Caguana y a sus mil quinientos indios. La presencia hispana terminaría con el predominio de los hijos del Sol en los territorios de los collaguas y cabanas. La autoridad y la organización incásica serían progresivamente reemplazadas por las normas ibéricas. Nuevas leyes, nuevas normas, nuevos poderosos que cabalgaban en animales jamás visto se comunicaban en una lengua extraña y adoraban a un Dios que era padre, hijo y espíritu.
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The Spanish presence The year: 1536. The month: August. The event: the creation of Colca’s first encomienda. The winds of invasion and conquest are unleashed throughout the valley. These are winds of radical change, with uncertainty and cruelty sweeping through the canyon. Nothing will ever be the same again. New villages will be established, temples will be erected to a new God, the lands of the ayllus will be redistributed. In August 1536, the first pages of its colonial history were written in the present-day province of Caylloma. This would be the beginning of a dark period of oppression and resistance. Yes, nothing would ever be the same again in this vertical realm, after Cristóbal Pérez and his son Juan de Arbes received the settlement of “Caguana” as an encomienda, along with its fifteen hundred Indian inhabitants. The arrival of the Spanish put an end to the predominance of the Children of the Sun in the territories of the Collaguas and Cabanas. The authority and organization of the Inca state would be replaced now by the laws of Spain: new decrees, new structures, new leaders riding animals the people had never seen before. These newcomers spoke a strange language and worshipped a God they called father, son and spirit.
En los primeros años imperó la confusión. Los españoles no se ponían de acuerdo. De 1537 a 1544 se desataron varios enfrentamientos en el naciente Perú. Guerra civil. Una de las etapas de este conflicto se originó en 1542, cuando el rey Carlos I dictó una serie de normas que perjudicaban a los encomenderos. Estos perderían el derecho de heredar su privilegiada condición a su descendencia. La dación de estas medidas ocasionó la reacción violenta de los afectados, y se iniciaron nuevos enfrentamientos. El líder de esa rebelión fue Gonzalo Pizarro —hermano de uno de los tres socios de la conquista—, quien en 1540 había recibido la riquísima encomienda de Hanansaya (en la zona de Yanquecollagua), que comprendía desde Yanque (provincia de Caylloma) hasta Tivaya (provincia de Arequipa). Tras la derrota y ejecución de Pizarro volvería la calma. El Virreinato del Perú afirmaba sus raíces, se consolidaba y se organizaba. De 1571 a 1574, durante el mandato de Francisco de Toledo, se inicia un proceso de reformas políticas y administrativas que incluyen la creación de las llamadas “reducciones”; entonces, nuevos vientos de incertidumbre e imposición resoplaron en el Colca.
During those first years confusion reigned. The Spaniards squabbled among themselves. Between 1537 and 1544 there were a number of conflicts in early Peru which ended in civil war. At one stage during these power struggles, in 1542 King Charles I of Spain decreed a series of laws that affected the interests of the encomienda overseers, who lost the right to inherit their privileged condition. The introduction of these measures provoked a violent reaction from those affected, and fresh confrontation resulted. The leader of this rebellion was Gonzalo Pizarro –the brother of one of the three leaders of the conquest- who in 1540 had been given the prosperous encomienda of Hanansaya (in the Yanquecollagua region), which stretched from Yanque (in the province of Caylloma) to Tivaya (in the province of Arequipa). With the eventual defeat and execution of Pizarro, calm was restored. The viceroyalty of Peru consolidated its position and reorganized government. Between 1571 and 1574, during Francisco de Toledo’s period in office, a process of political and administrative reform was introduced which included the creation of the so-called “Reducciones” [Reductions]; and so it was that new winds of uncertainty and oppression blew across the Colca valley.
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Pueblos coloniales
Colonial settlements
No había forma de negarse. La ley tenía que cumplirse. Los hombres y las mujeres, quisieran o no, tendrían que abandonar sus tierras y comunidades. La idea era agruparlos, juntarlos, evitar la dispersión. De esa manera sería más fácil controlarlos, hacerlos trabajar, cobrarles tributos y, bueno, eso también, catequizarlos. Así aprenderían las bondades de aquel Dios llegado de Occidente.
There was no alternative. The law had to be obeyed. Whether they were willing to do so or not, men and women had to leave their lands and communities. The idea was to group them together, gather them, and prevent dispersion. This would make them easier to control, easier to put to work. They could be more efficiently taxed and evangelized. That way, they would learn about the virtues of the God who had arrived from Europe.
Ese era el objetivo de las reducciones ordenadas por el virrey Toledo. Ese fue el origen de los actuales distritos del valle Colca. Es de prever que fue un proceso doloroso. Es de imaginar el sufrimiento de los pobladores trasladados a la fuerza a esos pueblos que no eran los suyos, que no se parecían a los suyos, porque seguían el trazado clásico de las villas españolas.
Those were the objectives of the reductions ordered by viceroy Toledo, which formed the origin of the present-day districts of the Colca valley. Predictably, it was a painful process. We can only imagine the suffering of the population as they were forcibly moved to villages that were not their own and which did not even resemble their traditional homes, modeled as they were on the typical design of a Spanish village.
La plazas y el terreno reservados para las iglesias que, poco a poco, se irían levantando en las reducciones yanquecollaguas de Tisco, Sibayo, Callalli, Tuti, Canocota, Chivay, Coporaque, Yanque y Achoma; en las laricollaguas de Ichupampa, Lari, Maca, Madrigal, Tapay y Caylloma; también en las cabanas de Pinchollo, Cabanaconde, Huambo, Huanca, Lluta y Yura.
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Land was set aside for main squares and the churches that would be erected over time in the reductions of Yanquecollaguas de Tisco, Sibayo, Callalli, Tuti, Canocota, Chivay, Coporaque, Yanque and Achoma; in Laricollaguas de Ichupampa, Lari, Maca, Madrigal, Tapay and Caylloma; as well as among the Cabanas of Pinchollo, Cabanaconde, Huambo, Huanca, Lluta and Yura.
Y como esa conquista o invasión había surgido de la alianza de la cruz con la espada, en aquellos pueblos se inició un proceso de catequización. Este no solo buscaba difundir la religión católica y la conversión de los lugareños, sino que ellos renegaran de sus antiguas divinidades. Tenían que olvidarse de Pachamama, del Taita Inti y de los apus. Esas eran idolatrías, eso no era de cristianos. En esos tiempos aurorales, los frailes de la orden franciscana fueron los encargados de difundir la palabra de su Dios en las reducciones. Para facilitar su labor y cumplir a cabalidad su misión terrenal, se asentaron en Yanque y Callalli. Su voz fue escuchada. Su fe echó raíces en el valle pero lo que jamás consiguieron fue extirpar las creencias ancestrales de los collaguas y cabanas. Hoy, después de más de cinco siglos, se siguen realizando pagos y rituales. La madre tierra está viva y es generosa, el Sol sigue brillando bondadosamente y las montañas no dejan de proteger a los pueblos. Por eso se les rinde tributo, como lo hicieron los antepasados, aquellos hombres y mujeres que resistieron estoicamente y se aferraron a su cosmovisión y a su propia cultura.
And because the conquest had been achieved through an alliance between the cross and the sword, in those new settlements the process of catechization was begun immediately. The aim was not only to spread the Catholic faith and convert the indigenous people; they were also expected to renounce their old gods. They would have to turn away from Pachamama, Taita Inti and the Apus. Such beliefs were idolatrous. They were un-Christian. In those early days of the colonial period, the Franciscan order was entrusted with the task of spreading the word of God in the reductions. In order to facilitate their work and enable them to accomplish their earthly mission, they established themselves in Yanque and Callalli. Their voice was heard and their faith laid down roots in the valley, but they were never able to extinguish the ancestral beliefs of the Collaguas and Cabanas. Today, five centuries later, offerings and rituals are still performed. Mother Earth is alive and she is bountiful. The sun god shines brightly and the mountains continue to protect their people. That is why they are honored, just as they were by the ancestors, those men and women who held out stoically and managed to preserve their world view and native culture.
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Valle de iglesias
Valley of churches
En el pueblo de Caylloma había tres iglesias coloniales. San Francisco de Asís, para los indígenas, San Juan de Dios, donde iban los enfermos, y el convento de Santo Domingo, al que asistían los españoles. Solo uno queda en pie y se revela hidalga y centenaria frente a la Plaza de Armas, aunque, con el paso de los calendarios, ha sufrido algunos cambios y modificaciones. Severo, quien se encarga del cuidado del templo, cuenta esta historia mientras camina por la plaza de la Inquisición, adyacente a San Francisco de Asís. La iglesia de los indios es la que ha resistido todos los embates. La otra, la de los ricos, fue quemada en una revuelta, comenta. Hoy solo se ven las ruinas de sus claustros y una de sus torres. De San Juan de Dios queda poco o nada. Pero, más allá de lo ocurrido con estas casas de Dios, la pregunta que surge es cómo y por qué se levantaron tres monumentales obras arquitectónicas en un lugar tan distante. Esta inquietud podría hacer extensiva o plantearse sin inconvenientes en todo el valle del Colca. La respuesta, contrariamente a lo que se pueda pensar, no es tan difícil, sobre todo cuando se visita Caylloma.
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In the village of Caylloma there used to be three colonial-era churches: Saint Francis of Assisi for the Indians, Saint John of God for the sick, and the convent of Saint Dominic for the Spaniards. Only one church remains standing today, overlooking the main square, although with the passage of time it has suffered a number of changes and modifications. Severo, who is responsible for looking after the church, tells me this story as we walk through the Plaza of the Inquisition, adjacent to the church of Saint Francis of Assisi. The Indians’ church is the only one to have survived. The church attended by the rich was burned during an uprising, he tells me. Today only the ruins of the cloisters can be seen, together with one of the towers. Of the church of Saint John of God, little or nothing remains. But what is more interesting than the eventual fate of these houses of God is the reason why three monumental structures were built at such a remote location in the first place. And this same question might be asked quite easily of all the settlements throughout the Colca valley. The answer is a simple one, and can be understood by visiting Caylloma.
Esta inquietud empieza a absolverse durante el viaje. En todo el trayecto se ven camiones y volquetes que van o vienen de las minas que se explotan en las alturas. El aprovechamiento de estos recursos no es de corta data. Por el contrario, se remonta a 1626, cuando se descubre el potencial minero de esta zona. Acontecimiento que, como es de esperar, produjo una tremenda conmoción entre los españoles de la época. La explotación de las minas argentíferas de Caylloma marcó el inicio de un periodo de bonanza y riqueza que, como era costumbre en tiempos coloniales, no solo se plasmó en excesos y alardes propios de la vida mundana. Tenía que agradecerse a Dios la buena fortuna y los ibéricos que se asentaron en esta geografía inhóspita; no escatimaban en gastos cuando se trataba de congraciarse con el Todopoderoso. Y se construyeron muchos templos durante el predominio hispano, principalmente a finales del siglo XVII e inicios del XVIII. Este vasto legado arquitectónico, artístico y religioso es uno de los mayores atractivos del valle. Restaurados en los últimos años, los templos colqueños son testimonios de piedra y sillar, de un tiempo incierto en el que soplaron vientos de invasión y conquista.
The question is resolved as one travels through the area. Throughout the journey one sees trucks coming and going from the mines being exploited in the highlands. These resources have been mined for a long time, since 1626, in fact, when the potential of the region was first realized. Inevitably, this discovery led to great excitement among the Spanish population of the period. The exploitation of the silver mines of Caylloma marked the beginning of a boom in the region and, as was common during the colonial period, the Spaniards’ wealth led them to excess in many aspects of their daily lives. At the same time, they recognized the need to thank God for their good fortune in that inhospitable land, and they spared no expense when it came to ingratiating themselves with the Almighty. And so many churches were built during the period of Spanish rule, particularly during the late 17th and early 18th centuries. This magnificent architectural, artistic and religious legacy is now one of the principal attractions of the valley. Restored in recent years, the churches of Colca are a testament in stone and volcanic rock to a time when the winds of invasion and conquest blew across this land.
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UN ROSARIO DE TEMPLOS
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A rosary of churches
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Los templos del cañón Una pareja cruza la plaza, se acerca al templo caminando despacio. Ella viste con las prendas tradicionales de las mujeres cabanas. Él lleva un sombrero, una chompa de lana y un pantalón oscuro. Avanzan. No se agarran de las manos y sus gestos no revelan afecto. A pesar de ello, da la impresión de que llevan muchos años juntos, recorriendo caminos, sembrando, cosechando los frutos de la Pachamama. Llegan a la iglesia. Se quitan los sombreros. Se persignan. Ingresan. Saludan a los santos de los altares inclinando levemente la cabeza. En sus manos —ajadas, sarmentosas, campesinas— llevan unas velas apagadas que, en algún momento, encenderán como símbolo de su fe. Pero eso será después, cuando estén frente a esa imagen desgarradora que se debate entre la luz y la oscuridad. Es un Cristo crucificado, doliente, afligido. La pareja lo mira con cariño e infinita ternura. Ahora encienden sus velas. Rezan. Sus plegarias son susurros —en quechua, en español— con los que agradecen o piden un milagro en esta casa de Dios, una de las tantas, una de las muchas que hermosean los pueblos del Colca, con su colosal arquitectura, con su elegancia colonial, con sus tesoros artísticos.
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The canyon’s churches A couple crosses the main square, walking slowly towards the church. She is dressed in the traditional clothes worn by Cabana women. He is wearing a hat, a woolen sweater and dark trousers. They walk on. They are not holding hands and there are no other outward expressions of affection. But in spite of this it seems clear somehow that they have been together for many years, walking the same paths, sowing and harvesting the fruits of Mother Earth. They reach the church and remove their hats. They cross themselves and enter. They salute the saints on the altars by gently inclining their heads. In their hands –lined, gnarled, peasant hands- they are carrying unlighted candles which they will place on the altar shortly as a sign of their faith. They will do that when they are standing before the dramatic effigy that exists somewhere on the border between light and darkness. It is an image of the Crucified Christ, suffering and broken. The couple look at it affectionately, their eyes infinitely tender. They light their candles now and pray. They whisper their prayers in Quechua and Spanish, giving thanks or asking for intervention in this house of God, one of so many such houses that embellish the villages of Colca, with their colossal architecture, colonial elegance and artistic treasures.
Más allá de la profundidad y los andenes, la tierra del cañón ostenta un rosario de templos coloniales. Erigidas entre los siglos XVII y XVIII, estas cuentas de la religiosidad traída por los ibéricos se imponen en ambas márgenes del valle y en toda la provincia de Caylloma. Izquierda y derecha. Torres y campanarios. Sillar. Altares, pinturas, murales. Imágenes queridas, reverenciadas, festejadas durante varios días. Retadoras de los siglos, conservan aún gran parte de sus tesoros. Ni los terremotos ni los robos sacrílegos han podido opacar esa grandeza que sorprende y encandila, hasta hoy, esa monumentalidad que las convierte en la herencia arquitectónica y artística más valiosa de la época colonial, ese legado que conmueve en Yanque, Maca, Lari y Tisco, también en Coporaque, Chivay, Cabanaconde, Achoma, Madrigal, Pinchollo e Ichupampa. Hay más iglesias. La de Tapay, la de Sibayo —en proceso de restauración—, la de Callalli y la de Tuti. Donde quiera que se vaya. En el pueblo que se visite, siempre el templo con su incierta luminosidad, con sus púlpitos labrados, con sus murales, con sus silencios que propician la reflexión, con sus devotos que musitan oraciones, encienden velas, piden o agradecen milagros ante una imagen desgarradora.
In addition to the depths of the canyon and the rows of terracing, this land is also home to a rosary of colonial-era churches. Built during the 17th and 18th centuries, these symbols of the religious life brought from the Iberian Peninsula are scattered along both sides of the valley throughout the province of Caylloma: on the left and the right, towers and belfries, volcanic stone, altars, paintings, murals, beloved effigies that are revered and feted during festivities lasting many days.
Standing strong over the centuries, they have conserved many of their treasures. Neither earthquakes nor sacrilegious thefts have managed to tarnish that grandeur which visitors marvel at to this day, that monumental quality which makes them the most prized architectural and artistic legacy of the colonial period, a heritage enjoyed by the communities of Yanque, Maca, Lari and Tisco, as well as Coporaque, Chivay, Cabanaconde, Achoma, Madrigal, Pinchollo and Ichupampa. There are so many churches; in Tapay, in Sibayo (currently undergoing restoration), in Callalli and in Tuti. Wherever one goes in Colca there are churches. Every village is built around a place of worship, with its carved pulpits, murals, silences that invite reflection and worshippers mumbling their prayers, lighting candles, giving thanks or pleading for divine intervention before an image of Christ on the Cross.
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La catedral del Colca Dos niños corretean en el atrio del templo. El más pequeño va adelante y, a pesar de sus esfuerzos, será alcanzado. No tiene escapatoria. Cuando lo atrapen, lo cual ocurrirá en tan solo unos cuantos segundos, su perseguidor iniciará una tenaz ofensiva de cosquillas que, como es de prever, concluirá con un ataque de risa del recién capturado. La escena se repite una y mil veces. Las correrías, la captura, las cosquillas, las risas y una voz cariñosa que llama al orden y a la compostura. El pedido se acata pero solo temporalmente. Los niños vuelven a hacer de las suyas cuando la mujer que pronuncia esas palabras reinicia sus labores de limpieza y desbrozado de la hierba invasora, que crece en la entrada de una iglesia conocida como “la catedral del Colca”. Inmensa, monumental, la de mayores proporciones del valle y de la provincia de Caylloma. Un exceso de fe, una obra titánica que empezó a hacerse realidad en la segunda mitad del siglo XVIII. De estilo románico, este coloso arquitectónico, cuya construcción fue promovida por el sacerdote Juan Bautista Ramos, resalta por la prestancia de su cúpula, única en estas tierras.
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Colca’s cathedral Two children run through the atrium of the church. The smallest one rushes ahead but in spite of his efforts his companion will catch up with him. There can be no escape, and when he is finally cornered – which will happen in a few seconds from now- his pursuer will launch a vicious offensive consisting of an intensive bout of tickling that will, of course, leave his victim helpless with laughter. It is a scene that is repeated a thousand times; the chase, the capture, the tickling, followed by laughter and an affectionate voice calling for the reestablishment of calm and order. This request is heeded, but only momentarily, and almost immediately the children return to their madcap dashing as the woman who spoke those words resumes her task, sweeping and clearing away the invasive grass that has sprouted in the doorway of the church known as “Colca’s cathedral”. Immense, monumental, this is the largest church in the valley and in the entire province of Caylloma. It represents the deep-rooted faith of local people. It is a titanic structure, the construction of which was begun during the second half of the 18th century. This Romanesque architectural colossus was the brainchild of the priest Juan Bautista Ramos, and its cupola is the only one of its kind in the region.
En el atrio, los niños vuelven a sus juegos sin prestarle la más mínima atención al hombre que se acerca, que se persigna, que mira con auténtica devoción la fachada de dos torres de la Purísima Concepción. “Es lindo el templo de su pueblo”, le comenta a la mujer que ya no desbroza, que ahora se entiende con una escoba. Ella sonríe. Esa es su mejor y única respuesta.
In the atrium, the children return to their games and take no notice of the man who has arrived, crossing himself and looking up with real devotion at the façade and twin towers of the church of the Immaculate Conception. “This is a lovely church”, he says to the woman who has glanced up from her work, resting her weight on the broom. She smiles, and that is the perfect response to his comment.
Quienes visitan Lari, un pueblo pequeño, sencillo, pletórico de tranquilidad (a 3.300 m. s. n. m. y a 24 kilómetros de Chivay), terminan por preguntarse por qué se levantó una iglesia de tales proporciones en un lugar tan distante. Era tanto el amor a ese Dios foráneo cuyo culto impusieron los españoles o era el temor antes los pecados cometidos, los que impulsó a erigirlo como una manera de clamar perdón.
Those travelers who visit the small village of Lari, a simple, peaceful place 3300 meters above sea level and 24 kilometers from Chivay, invariably find themselves asking why a church of such massive proportions was ever built in such a remote place. Was it out of unbridled love for that foreign god imposed upon them by the Spaniards, or fear of punishment for the sins they had committed, that led the local community to erect such a noble tribute to Christian faith?
Más allá de las razones que motivaron su construcción, “la catedral del Colca” es bella por su fachada y sus dos torres de planta cuadrada, por sus murales y su deslumbrante púlpito, por sus altares policromados hechos con piedra labrada y todas las piezas de arte religioso que, desde hace siglos, atesora en su interior, avivando la fe de los creyentes y despertando la sensibilidad de quienes dudan.
Whatever the motive for the construction of “Colca’s cathedral”, the beauty of its façade and the two square towers is undeniable, along with its murals and remarkable pulpit, its multicolored altars carved from stone and the many pieces of religious art that have adorned its interior for centuries, stimulating the faith of hordes of believers and awakening the consciousness of those doubters who wander through its doors.
Y es que aquí, más allá de las convicciones religiosas, siempre dan ganas de decir: gracias, Dios mío.
For whether they believe in the teachings of Catholicism or not, this magnificent structure is always capable of provoking a hushed, awestruck response from visitors.
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Abridora: “Catedral del Colca”: así es llamada la Purísima Concepción de Lari. Izquierda: Interior del templo de Lari. Sus altares —tallados en piedra y policromados— son barrocos y neoclásicos. Esta página: La iglesia de Lari fue la primera en ser restaurada por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) en coordinación con las autoridades de Caylloma.
Main photograph: “Colca cathedral” is the name often given to the Immaculate Conception church in Lari. Left: Interior of Lari church, with its baroque and neoclassical polychrome carved stone altars. This page: Lari church was the first to be restored by the Spanish Agency for International Cooperation (AECI), in coordination with the local authorities of Caylloma.
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El encierro de Santa Ana Al catequista que funge de cura no le gusta que la banda irrumpa bullanguera cada vez que un devoto dona algo para la fiesta de la Virgen Candelaria. “Tanto alboroto por un par de cirios o unas cuantas sartas de cohetones y bombardas”, refunfuña, cuando en el interior del templo de Maca se escucha ese sonsonete conocido con el beligerante nombre del “ataque”. “Que solo toquen cuando alguien se ofrezca para altarero o mayordomo”, ¿recomienda u ordena? Es difícil saberlo. Nadie le presta atención y el grito de banda corretea vibrante hasta las afuera del templo. Al oír el clamor de los creyentes y al no tener forma de enterarse de las advertencias del hombrecito que se cree sacerdote, los músicos vuelven a la carga con su estridente tonada. Y si bien los ejecutores del “ataque” no están dentro de la iglesia colonial, las notas de sus instrumentos hacen vibrar esas paredes de sillar, edificada en el siglo XVIII. Este detalle y otros tantos —como el estilo románico de su construcción y un marcado aire mestizo— son desconocidos por los músicos y el catequista que funge de cura, en una de las joyas religiosas del Colca.
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The running of Saint Anne The catechist standing in for the priest doesn’t like it when the band erupts riotously every time a member of the congregation donates something for the fiesta in honor of Our Lady of Candelaria. “All this fuss for a couple of candles and a few packs of rockets and assorted fireworks”, he grumbles when the interior of Maca’s church is filled with that musical phrase known by the confrontational name of “the attack”. “They should only play when someone offers to act as a patron of the festivities”. Is this a recommendation or an order? It is hard to tell. But nobody takes any notice of him and the roar of the band vibrates against the walls and is carried beyond the church. When they hear the cries of the believers who have no way of hearing the comments offered by that little man assuming the role of a priest, the musicians strike up again and their strident contribution to the proceedings is heard once more. And although the band members are not actually inside the 18th century colonial church, the notes produced by their instruments cause those walls made from volcanic rock to vibrate once more. The musicians and the catechist have no idea when this church was built, and know nothing of the Romanesque origins of a design that makes it one of Colca’s religious treasures.
El bullicio termina de exasperar al hombrecito que se cree sacerdote. Su mirada, rebosante de encono, es el indicio de una serie de pensamientos poco piadosos. Es muy probable que al terminar el “encierro” —así es llamada la costumbre por la cual los devotos se ofrecen para los cargos de la próxima celebración— se vea obligado a pedir perdón por sus oscuras cavilaciones. Primero a la “mamita” Candelaria y después a Santa Ana, la anfitriona de esta casa de Dios que, más allá de sus alardes arquitectónicos, sobrecoge por las sombras y claroscuros que se proyectan en su interior, creando una atmósfera que induce a la reflexión y lleva al respetuoso silencio, ese que quiere mantener el catequista que funge de cura en Maca (a 3.262 m. s. n. m. y a 23 kilómetros de Chivay). Pero en la tarde del “encierro”, la banda y sus “ataques”, las cóleras del hombrecito que se cree sacerdote y las conmovidas palabras de los mayordomos quiebran el sempiterno silencio del templo, aunque esto no impide observar con deleite sus altares dorados de estilo barroco, únicos en los pueblos de Caylloma, y algunos de los más de 200 marcos de plata donados por los descendientes de los collaguas. Es curioso y quizá hasta incomprensible, pero, en esos instantes de inquietud y movimiento, Santa Ana se muestra más monumental, más inolvidable que nunca, a pesar de los arranques de furia del catequista que funge de cura.
The noise leaves that little man assuming the role of a priest exasperated. His expression overflows with rancor, betraying the less than pious thoughts crossing his mind at that moment. It is more than likely that when the “running” ends (for that is what the faithful of these parts call the process of finding volunteers to oversee the organization of upcoming festivities), he will find himself having to ask forgiveness for his dark imaginings. First comes the fiesta of Our Lady of Candelaria, followed by that of Saint Anne, the patroness of this house of God which, in addition to its architectural features, offers a play of light and shadow to those who marvel at the magnificence of its interior, creating an atmosphere that encourages reflection and respectful silence. And that is what the catechist wants, in his role as stand-in priest of Maca (3262 meters above sea level and 23 kilometers from Chivay). But on the afternoon of “the running”, with the band and its “attacks”, the exasperation of the little man who thinks he is a priest and the deeply-felt words of the fiesta’s patrons, the eternal silence of the church is broken, although those present can still admire its gilded baroque-style altars, unique among the villages of Caylloma, and some of the more than 200 silver frames donated by descendants of the Collagua people. It is strange, incomprehensible perhaps, but in those moments of upheaval and movement, the church of Saint Anne appears even more monumental, even more unforgettable than ever, in spite of the petulant mood of the catechist pretending to be a priest.
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Abridora: Santa Ana la joya arquitectónica del pueblo de Maca. Izquierda: Brillo celestial en el altar mayor del templo de Maca. Esta página: Altares y retablos bañados en pan de oro engalanan el interior de este templo, uno de los más visitados del Colca.
Main photograph: Saint Anne church is the village of Maca’s architectural treasure. Left: Celestial brightness on the main altar of Maca’s church. This page: Altars and altarpieces coated in gold leaf adorn the interior of this church, one of the most frequently visited in Colca.
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El dilema de la Inmaculada Concepción
The dilemma of the Immaculate Conception
No se trata del celebérrimo ser o no ser. Pero igual es un profundo dilema. Este suele presentarse en las primeras horas del día, cuando, por esos apuros de los itinerarios con muchas paradas en la ruta, los viajeros que arriban cotidianamente al pueblo de Yanque se sienten más que apremiados por el tiempo que —sí, es verdad— a veces vuela.
It is not exactly a “to be or not to be” moment, but it is certainly a real dilemma. This tends to happen in the early hours of the day, as a result of those constraints that always arise in itineraries with a lot of stops along the way. Those travelers who arrive every day in the village of Yanque feel pushed for time, which seems to be literally flying by.
Ese dilema, que —repetimos— no tiene nada que ver con el famosísimo ser o no ser, podría conceptualizarse de la siguiente manera: la plaza con sus danzantes o la iglesia de la Inmaculada Concepción con sus tesoros artísticos y religiosos. En muchos otros lugares, esta disyuntiva no tendría ninguna trascendencia, pero aquí, en este rinconcito del valle del Colca, se presenta como un tremendo problema.
That dilemma –as we have said- is certainly not of the “to be or not to be” variety. Instead, it might be summarized in the following way: the plaza with its dancers, or the church of the Immaculate Conception with its artistic and religious treasures. In many other places, this choice would not present a problem. But here, in this little corner of the Colca valley, it emerges as a huge problem.
Si los turistas tuvieran más tiempo o si llegaran a media mañana o en la tarde, el dilema no existiría. Y es que únicamente al despertar el día, un grupo de jóvenes estudiantes se apodera del centro de la plaza para danzar alegremente el wititi. Su ritmo, su gracia, su entrega en ese baile tradicional, distrae a los recién llegados atrasando su visita a la casa de Dios.
If the tourists had more time or if they were to arrive in the mid-morning or afternoon, the dilemma would not exist. Only in the very early morning does a group of young students take over the middle of the main square and joyfully dance the wititi. Their rhythm, grace and devotion to their task are remarkable, distracting the new arrivals from their visit to the house of God.
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En algunos casos la “wititiada” entretiene tanto a los foráneos que justo cuando deciden cruzar hacia la iglesia —que ocupa todo un frente de la plaza— ya les van avisando que deben volver al bus para continuar la ruta; entonces, se quedan sin conocer el interior de un templo que resalta por su nobleza de sillar, sus portadas talladas en alto relieve —con motivos vegetales—, sus retablos de líneas neoclásicas. Hay que ser un malabarista de los minutos y segundos para estar el tiempo suficiente en la plaza y en la Inmaculada Concepción. Folclore y arte, arquitectura y fe en Yanque (a 3.417 m. s. n. m. y a ocho kilómetros de Chivay), donde, según dicen, fueron los collaguas de Juscallacta quienes trabajaron en la construcción de esta obra de inspiración divina, dirigida por el alarife Ignacio de Aldana a finales del siglo XVI. El templo es enorme y vistoso, se distingue y prevalece en el horizonte desde antes de llegar. Sus albas paredes refulgen con el sol. Su imponencia barroca y mestiza contrasta con la austeridad arquitectónica de las casas del pueblo. Eso incrementa su encanto y los deseos de conocerla con calma. Se impone la necesidad de convertirse en un malabarista de los minutos y segundos. Esa es la única forma de resolver el dilema entre la plaza y la iglesia.
In some cases, the “wititiada” entertains the strangers to such a degree that by the time they decide to cross the square to the church –which occupies one entire side of the square- they find themselves being instructed to board their bus again to continue on their way. And so they never make it to the interior of the church, with its noble volcanic rock walls, doorways carved in high-relief with floral motifs and neoclassical altarpieces. One has to juggle one’s time in order to grab enough minutes and seconds to see both the dancing on the square and the church of the Immaculate Conception: folklore and art, architecture and faith, in Yanque, 3417 meters above sea level and 8 kilometers from Chivay. They say that the Collaguas of Juscallacta worked on the construction of this divinely inspired structure, overseen by the master builder Ignacio de Aldana, in the late 16th century. The church is enormous and imposing, dominating the horizon before one arrives in the village. At dawn its walls reflect the sun. Its Andean baroque magnificence contrasts with the austerity of the houses in the village, and that only serves to highlight its charms and convince one to dedicate more time to the visit. One finds one’s self juggling time in order to prolong one’s stay. That is the only way to resolve the dilemma presented by the choice between main square and church.
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Abridora: Iglesia colonial Inmaculada Concepción de Yanque. Izquierda: Labrados en alto relieve en la portada de esta iglesia colonial. Por sus características son únicos en el Colca. Esta página: Interiores de la Inmaculada Concepción de Yanque, otra de las iglesias restauradas en el valle.
Main photograph: The colonial-era church of the Immaculate Conception in Yanque. Left: These high relief carvings at the entrance to this colonial church are examples of a style only seen in Colca. This page: Interior of the church of the Immaculate Conception in Yanque, another of the valley’s restored churches.
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San Pedro, la iglesia olvidada Si los gestos fuesen palabras, en el rostro adusto de este conductor se leería claramente un “Dios me libre”. La frase, para mayor detalle, estaría escrita en altas, con negritas y con sendos signos de admiración. Pero como los gestos no son palabras, es mejor no precipitarse y esperar una declaración que respalde o contradiga la sospecha inicial. El conductor —al que no debe interesarle el tema de los gestos y las palabras— no involucra ni a Dios ni a la libertad en su larga perorata. Más bien, esgrime una serie de razones o excusas para no ir hasta el distrito de Tisco. Es muy lejos (77 kilómetros de Chivay). Es altura (4.200 m. s. n. m.). Todavía está lloviendo. El camino debe estar hecho una desgracia. Puro barro. Muchos charcos. Su larga lista de pretextos termina con el clásico “si allá no hay nada que ver”, lo que demuestra una alarmante falta de originalidad y una clarísima intención de engaño y embuste, porque en el pueblo al que no quiere ir se encuentra una de las iglesias más espectaculares de la provincia de Caylloma. Un coloso que empezó a construirse en la primera mitad del siglo XVIII.
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Saint Peter’s, the forgotten church If facial expressions were words, the stern visage of the driver would be saying “God help me”. To be more precise, the phrase would be written in capital letters, in bold type and with exclamation marks. But given that expressions are not words, it would be better not to rush to judgment and wait instead for some declaration that might support or contradict these initial suspicions. The driver –who is probably not interested in the subject of words and gestures- does not invoke God or freedom in his long speech. In fact, he limits himself to setting out a series of reasons or excuses for not going on to the district of Tisco. It’s a long way (77 kilometers from Chivay). It’s high (4200 meters above sea level). It’s still raining. The road will be terrible. Full of mud. Flooding. His long list of pretexts ends with the classic “there isn’t anything to see there”, demonstrating a disturbing lack of originality and a clear intention to trick and lie, because in the village he doesn’t want to drive to there stands one of the most spectacular churches in the province of Caylloma, a colossus the construction of which was begun during the first half of the 18th century.
Lejano, distante y casi siempre ignorado, el templo de San Pedro Apóstol de Tisco impone su prestancia de sillar en una zona de altura, agreste y aparentemente desolada. De líneas eclécticas, su estilo arquitectónico y decorativo fusiona la inspiración de los maestros cusqueños, collaguas y arequipeños. Esta confluencia artística es única en el valle y el cañón del Colca. Pero eso no lo sabía o acaso no quería recordarlo el desanimado chofer, que, a pesar de todas sus excusas, ya está en ruta, aunque no pierde la esperanza de convencer a los viajeros de quedarse en Tuti, en Sibayo o en Callalli. Es inútil. Derechito hasta el templo, para admirar los tres cuerpos de su portada retablo y los vistosos decorados en relieve que se imponen en las áreas laterales de su fachada. Esa es la primera visión del templo; visión que justifica el viaje y acalla todos los reclamos y excusas. Y es que, más allá de la distancia, del camino maltrecho, de la lluvia y el frío, al ingresar a San Pedro Apóstol y al ver su púlpito de cedro tallado, sus murales, su altar mayor que conserva parte de su pan de oro original, el corazón se calienta y el espíritu se regocija. ¿Quién dice que no hay nada que ver en Tisco?
Remote, distant and largely unknown, Tisco’s church of Saint Peter the Apostle rises proudly over its rugged, apparently desolate highland location. Eclectic in style, its decorative architecture is a fusion created by craftsmen from Cusco, Arequipa and the local Collagua people. This artistic confluence is unique in the Colca valley and canyon. But the dejected driver either did not know all this or he was choosing to banish it from his mind. However, in spite of all his excuses, we were on our way, although he had still not given up hope of convincing the travelers to stay in Tuti, Sibayo or Callalli. But it was no good and he drove straight to the church, where the passengers admired the altarpiece doorway and the remarkable relief decoration on each side of the façade. That is the first sight one has of the church; a vision that fully justifies the journey to get there and silences all complaints and excuses. In spite of the distance, the terrible condition of the road, the rain and the cold, when one enters the church of Saint Peter the Apostle and sees the carved cedar wood pulpit, the murals and the main altar with much of its original gold leaf intact, one’s heart is warmed and one’s spirits soar. Who said there is nothing to see in Tisco?
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Abridora: Frontis de la iglesia San Pedro Apóstol de Tisco. Izquierda y esta página: En la iglesia de Tisco se nota con mayor claridad la fusión del estilo cusqueño y collavino con el arequipeño, según el investigador Luis Enrique Tord.
Main photograph: Facade of the church of the Apostle Saint Peter in Tisco. Left and this page: The church of Tisco clearly displays a fusion of the Cusco, Colca and Arequipa styles, according to the historian Luis Enrique Tord.
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Iglesia Virgen de la Natividad del anexo de Canocota, en el distrito de Chivay.
Church of Our Lady of the Nativity in Canacota, in the district of Chivay.
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Iglesia Nuestra Se帽ora de la Asunci贸n en Chivay, la capital de la provincia de Caylloma.
Church of Our Lady of the Assumption in Chivay, capital of the province of Caylloma.
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Iglesia Santiago Ap贸stol del distrito de Coporaque.
Church of the Apostle Saint James in the district of Coporaque.
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Izquierda: Iglesia San Francisco de Asís del distrito de Caylloma. En la época colonial fue el templo para los indígenas. Arriba y derecha abajo: Campanario del convento de Santo Domingo en Caylloma. El resto de sus recintos está en ruinas. Abajo y derecha arriba: Interior de la iglesia San Francisco de Asís. Es el único que se mantiene en pie en Caylloma.
Left: Church of Saint Francis of Assisi in the district of Caylloma. During the colonial period this was the Indians’ church. Above and below right: Bell tower of the convent of Saint Dominic in Caylloma. The rest of the church lies in ruins. Below and above left: Interior of the church of Saint Francis of Assisi, the only church that remains standing in Caylloma.
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Plaza principal e iglesia Santos Reyes Magos y Nuestra SeĂąora de BelĂŠn en el distrito de Achoma.
Main square and church of Kings from the East and Our Lady of Bethlehem in the district of Achoma.
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Plaza principal e iglesia San Pedro de Alcรกntara en el distrito de Cabanaconde.
Main square and church of Saint Peter of Alcantara in the district of Cabanaconde.
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Iglesia San Antonio de Padua en el distrito de Callalli.
Church of Saint Anthony of Padua in the district of Callalli.
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Iglesia San Juan Bautista en el distrito de Ichupampa.
Church of Saint John the Baptist in the district of Ichupampa.
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Iglesia San Sebastiรกn en el anexo de Pinchollo, distrito de Cabanaconde.
Church of Saint Sebastian in the village of Pinchollo, district of Cabanaconde.
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Iglesia San Juan Bautista del distrito de Sibayo.
Church of Saint John the Baptist in the district of Sibayo.
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Iglesia Santa Cruz del distrito de Tuti.
Church of the Holy Cross in the district of Tuti.
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Iglesia Santa MarĂa Magdalena del distrito de Tapay.
Church of Saint Mary Magdalene in the district of Tapay.
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Iglesia San Santiago del distrito de Madrigal.
Church of Saint James in the district of Madrigal.
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Capítulo III: EL REDESCUBRIMIENTO DEL COLCA
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Chapter III: The rediscovery of Colca
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El valle perdido No es una norma general ni un mandato impuesto por la ley, pero se estila y es bastante común que en las plazas principales de las ciudades, o en las placitas de los pueblos, se le rinda honores, con bustos o sendos monumentos, a los héroes, mártires y precursores que —con su valor o sabiduría, con su abnegación o su ciencia— escribieron algunas de las páginas más brillantes de la historia patria. Eso es lo que se estila en muchos lugares; eso no es lo que ocurre en el valle del Colca, donde los héroes oficiales, aquellos que aparecen en todos los libros, no ocupan un espacio preferencial ni preponderante en las Plazas de Armas. Es más, me atrevería a decir —apelando un poco a la memoria viajera que casi siempre es ingrata— que no ocupan espacio alguno. Están ausentes.
Y este detalle, que no tiene nada de malo ni de antipatriota, porque a fin de cuentas qué importa que en la plaza de Sibayo destaque una llama carguera —bien arregladita, dicho sea de paso—, que en la da Caylloma se distinga una alpaca o que en la de Achoma se vea una yunta abriendo surcos, por mencionar solo tres ejemplos, podría tener cierta relación con lo que pretendemos contarle.
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The lost valley
It is not a regulation or an obligation decreed by law, but it is common practice and it is quite normal to see in the main squares of towns, or in small village squares, how the heroes and martyrs and leading citizens who -through their valor, wisdom, self-denial or dedication to science- helped write some of the most brilliant pages of the nation’s history, are honored with busts and fine monuments. This is common practice in many places, but that is not what happens in the Colca valley, where the official heroes, those who appear in books, are not given a special place in the main squares. In fact, I would go as far as to say –having searched the occasionally unreliable memory of the traveler- that they do not occupy any spaces whatsoever. They are conspicuous by their absence. And this detail, which may have something to do with what we are about to recount here, most certainly has nothing to do with ill-feeling or unpatriotic sentiments. After all, in the end what does it matter if in the main square of Sibayo a llama dominates the square –a rather elegant llama, at that- while the village square of Caylloma is decorated with an alpaca, and in Achoma the centerpiece is a plow opening up a furrow.
Al menos eso es lo que espero. En caso contrario, todo lo escrito hasta aquí y, lo que es peor, todo lo que aún falta por escribir, carecería de sentido y no por culpa de los héroes precisamente. Ahora bien, si he hecho referencia a este asunto es porque creo —después de pensarlo detenidamente— que el tema de los monumentos está relacionado directamente con la historia republicana del Colca. Los monumentos actuales no solo expresan la trascendencia social, económica y hasta sentimental que tienen las llamas de Sibayo, las alpacas de Caylloma, las yuntas de Achoma. Hay otra perspectiva que podría explicar este hecho. Se sabe que, tras la proclamación de la independencia del Perú, se produjo una ausencia estatal en el valle. Esto terminaría por aislar —de cierta manera— a sus pueblos y a sus gentes. Dentro de esta perspectiva, es pertinente mencionar un fragmento del libro Colca, el vuelo de cóndor, de Alberto Rubina, Carlos Salazar y Molvina Zeballos. Los autores señalan que “el carácter dominantemente indígena de la población de la región del Colca fue también la causa principal de que los cambios surgidos a inicios del periodo republicano fueran virtualmente imperceptibles en la región”.
I hope, at least, that this phenomenon may help to shed light on the subject being addressed here, otherwise everything written up to this point and –much worse- all that I am about to write, will not make any sense, and we shall not be able to blame those absent heroes. The thing is, I have alluded to this matter because I believe –having thought about it carefully- that the subject of the monuments is directly related to the republican history of Colca.
The monuments we see today do not merely express the social, economic and even sentimental significance enjoyed by llamas in Sibayo, alpacas in Caylloma and plows in Achoma. There is something else which might better explain their existence. It is well known that, after Peru declared its independence, there was no state presence in the valley. This situation led to a certain degree of isolation for the villages and their residents. In this context, we should mention a fragment of the book “Colca, el vuelo del condor”, by Alberto Rubina, Carlos Salazar and Molvina Zeballos. These authors point out that the “predominantly indigenous character of the population of the Colca region was also the principal cause of the fact that the changes which emerged at the beginning of the republican period remained virtually imperceptible in the region”.
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Vuelo inolvidable
Unforgettable flight
Alejados del palpitar y los vaivenes de la naciente República, los pueblos de la actual provincia de Caylloma fortalecieron su propia identidad. El contacto con el resto del país se limitaba a las provincias cercanas. Este aislamiento —que no fue buscado, que simplemente se produjo— explica el porqué los llameros de Sibayo continuaron bajando a la costa con sus recuas, hasta la década de 1960 del siglo pasado. La escasa presencia del estado y la falta de infraestructura condenaron al valle a décadas de olvido. En el siglo XIX, solo la Iglesia —afirman Rubina, Salazar y Zeballos— “cubrió con mayor efectividad el vacío de poder ocasionado por la quiebra del antiguo orden”. Los autores señalan, además, que recién en la década de 1930 se produjo cierta articulación en el sur, originada por el comercio de fibras textiles. En esa misma década ocurrió otro hecho significativo que crearía una fisura en el apartamiento. Y es que los territorios del cañón fueron vistos y admirados en el mundo entero, gracias al vuelo precursor y a la expedición posterior encabezada por los estadounidenses Shippee y Johnson. Su travesía y sus sorprendentes hallazgos fueron difundidos en enero de 1934 por la revista National Geographic.
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Far from all the commotion and vicissitudes of the new republic, the communities of the present-day province of Caylloma consolidated their own identity. Contact with the rest of the country was limited to nearby provinces. This isolation –which they had not sought, it just happened that way- explains why the llama drovers of Sibayo continued to travel down to the coast with their llama trains until the 1960s. The virtual absence of the state and almost total lack of infrastructure meant that the valley was practically forgotten for decades. In the 19th century, only the Church –according to Rubina, Salazar and Zeballos— “covered with any effectiveness the power vacuum left by the breakdown of the old order”. These authors point out that only as recently as the 1930s was there any real degree of integration with the rest of the south, which came about through the textile trade. During that same decade, another significant event occurred that would create a fissure in that isolation. The territories of the canyon were seen and admired by the whole world, thanks to the flight and subsequent expedition organized by the Americans Shippee and Johnson. Their experiences and remarkable findings were published in the January 1934 edition of National Geographic magazine.
Esta historia de descubrimientos y aventuras comienza a escribirse en 1930, año en el que el historiador Robert Shippee y el teniente del Ejército norteamericano George Johnson sobrevolaron los cielos del sur Perú para realizar un trabajo aerofotográfico. Desde el aire, ellos avistaron la espectacular geografía del valle del Colca y del valle de los Volcanes. Aquellas visiones a ojo de pájaro —o de cóndor— aguijonearon sus espíritus aventureros. Tenían que volver para internarse en esas geografías de las que se sabía tan poco. Así lo hicieron en 1931, en compañía de otros profesionales y a bordo de la aeronave Washington. Cuentan que, ante la imposibilidad de aterrizar por la carencia de pistas apropiadas, emprendieron el camino por tierra. Fue una travesía inolvidable. Ya en la zona, acondicionaron, con tenacidad, apresuramiento y gracias al apoyo de los lugareños, un lugar para aterrizar en Lari y en Andagua. El Washington arribaría al Colca. No es difícil imaginar la conmoción del momento. Expedicionarios y pobladores descubriendo, compartiendo y conociéndose en ese lugar que Shippe y Johnson bautizarían con el nombre del “Desconocido Valle de los Incas”.
This history of discoveries and adventures started to be written in 1930, the year when the historian Robert Shippee and army lieutenant George Johnson first flew through the skies of southern Peru in order to carry out an aerial photographic survey. From the air, they observed the spectacular geography of the Colca valley and the Valley of the Volcanoes.
Those bird’s eye (or condor’s eye) views awakened their adventurous spirits. They realized they simply had to return and explore that geography about which so little was known. And that was what they did in 1931, accompanied by other professionals aboard the airliner Washington. Finding it impossible to land because of the rugged terrain, they returned to Colca overland. It was an unforgettable journey. As soon as they arrived in the area, with the help of local people they hurriedly built landing strips in Lari and in Andagua. The Washington would finally be able to land in Colca. One can imagine just what an impact this had on local life, with the members of the expedition and local people sharing their first contact in that place which Shippee and Johnson had named “The Unknown Valley of the Incas”.
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foto: Pedro Samallani
La integración del Colca La publicación en National Geographic crearía expectativa entre científicos e investigadores, pero no determinaría la quiebra del aislamiento de esas poblaciones. En cambio, la comercialización de fibras textiles crearía ciertos cambios en las relaciones sociales y una mayor integración con la capital regional, Arequipa, como lo explican en su obra, los autores Rubina, Salazar y Zeballos: “La intensificación del comercio de lanas y fibras provocó dos transformaciones sociales significativas: la aparición del grupo misti (ciudadanos principales, el añadido es nuestro) y la formación de grandes haciendas ganaderas. El primero vino a llenar el vacío de poder a partir de la inmediación en el comercio de lanas y fibras, con lo cual logró asentar la hegemonía económica que le permitió obtener la hegemonía política”. Otro punto a resaltar en este periodo es la consolidación de Chivay como “centro comercial de acopio” que “reemplazó a Caylloma como capital provincial”. Esto se mantiene hasta hoy, pues es esta ciudad —localizada a 151 kilómetros de Arequipa— la puerta de ingreso al ya no “Desconocido Valle de los Incas”. Desde aquí, la mayoría de turistas empieza sus recorridos por el cañón.
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The integration of Colca The article published in National Geographic would create excitement among scientists and researchers, but would not lead to an end to the isolation experienced by the local population. It was the trade in textiles that would prove to be the catalyst for certain changes in social relations and greater integration with the regional capital, Arequipa, as Rubina, Salazar and Zeballos explain in their book: “The intensification of trade in wool and other fibers led to two significant social transformations: the emergence of the Misti group (leading citizens) and the establishment of large ranches. The former filled the power vacuum by virtue of the profits to be had in the wool trade, which proportioned economic hegemony that was quickly transformed into political hegemony”. Another aspect regarding this period which also needs highlighting is the consolidation of Chivay as the “commercial hub” that “replaced Caylloma as the provincial capital”. This has remained the case to this day, with that town located 151 kilometers from Arequipa serving as the point of entry to the now not particularly “Unknown Valley of the Incas”. It is from here that most tourists begin their excursions to the canyon.
Un acontecimiento significativo en la integración de las tierras colqueñas con el resto del país fue la ejecución del proyecto Majes en la década de 1970. Esta obra, anhelada y ambicionada por el pueblo arequipeño, generaría electricidad y ampliaría la frontera agrícola, y representaría con ello un avance en el desarrollo regional.
La puesta en marcha del proyecto crearía conmoción en el valle. De un momento a otro, cuadrillas de trabajadores “invadieron” la zona y maquinarias enormes perforaban las montañas para abrir túneles y trazar canales. Más allá del desconcierto y la sorpresa inicial, el proceso constructivo “permitió restablecer el vínculo entre el Colca y Arequipa”, concluyen los autores anteriormente citados. Quizá si esa integración se hubiera producido en otro momento, digamos, en las primeras décadas del siglo XX, en la mayoría de plazas y placitas de los distritos de Caylloma se habrían erigidos bustos o monumentos que evocaran las hazañas y proezas de los héroes de la patria. Pero ellos no están aquí, al menos eso es lo que recuerda mi memoria viajera que, como manifesté al principio, suele ser ingrata.
Another significant event in the integration of Colca with the rest of the country was the execution of the Majes Project in the 1970s. This much anticipated project was designed to generate electricity and expand the agricultural frontier, and would form the core of the region’s development. The project caused an immediate change in the life of the valley. Suddenly, gangs of workers appeared, invading the countryside with their enormous machinery and drilling into the mountains to carve out tunnels and build canals. Although it caused much consternation at first, the construction work undertaken certainly “made it possible to reestablish the links between Colca and Arequipa”, as the aforementioned authors conclude. Perhaps if this integration had occurred at another time, during the first decades of the 20th century, let’s say, the majority of the plazas and little squares of the district of Caylloma would have erected busts and statues evoking the great feats of the nation’s heroes. But there are no such monuments in Colca, if my memory serves me well, although as I have already mentioned, a traveler’s memories can prove unreliable at times.
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Tierra ind贸mita y caminos de aventura en el Colca, zona geogr谩fica que presenta distintos pisos ecol贸gicos.
Indomitable land and setting for adventure, the geography of Colca is composed of distinct ecological floors.
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Foto: Municipalidad de Callalli
Arriba: Alpacas en la nieve. Su crianza es una de las actividades principales de la población local. Arriba derecha: El “redescubrimiento” del Colca ha originado la construcción de modernos hoteles y alojamientos. Abajo: Durante años, paisajes como estos fueron desconocidos en el Perú y en el mundo.
Above: Alpacas in the snow: these animals are one of the mainstays of the local economy. Above right: The “rediscovery” of Colca has led to the construction of modern hotel accommodation. Below: For many years, these landscapes remained unknown beyond the region itself.
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Las aguas termales son un valioso recurso turístico en el valle y el cañón del Colca. Derecha: El aislamiento en el que se mantuvo Caylloma permitió que la población local mantuviera sus costumbres y tradiciones.
Thermal springs constitute a valuable tourist attraction in the Colca valley and canyon. Right: The isolation experienced by Caylloma enabled the local population to conserve their customs and traditions.
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Capítulo IV: CULTURA VIVA
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Chapter IV: Living culture
foto: Jorge Guerra
Pueblos festivos ¿En qué momento y por qué razón aquella ceremonia ritual, en la que primaba la armonía, la hermandad y los buenos deseos fluían con desbordante entusiasmo, se transformó en un desesperado sálvese quien pueda, en un religiosísimo Dios me libre y, a la vez o al mismo tiempo, en un confuso todos contra todos en el que, si alguien no corría, quedaba expuesto a un ataque artero y, lo que es peor, por varios flancos? Aquel alboroto se desató de manera imprevista, tomando por sorpresa a más de un asistente, especialmente a los foráneos que desconocían que la palabra pukllay (‘jugar’) no era un saludo reverencial a la Pachamama o un pedido de protección a los apus ancestrales, sino, más bien —¿o se debería escribir lamentablemente?— una peligrosa arenga carnavalesca. Sí, fue ese portentoso grito, repetido hasta el cansancio por varias señoritas en edad matrimonial —para mayor información y como ordena la costumbre—, el que iniciaría el colosal desorden y los festivos forcejeos. Ellas, armadas con un membrillo, se acercaban a los varones —posibles o imposibles pretendientes— para golpearlos en las piernas, echarles confeti, colgarles serpentinas y pintarles el rostro.
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Festive communities It was unclear in what moment and for what reason that ritual ceremony characterized by harmony, brotherhood and good wishes expressed with enormous enthusiasm, was suddenly transformed into a desperate free for all, into a highly religious God get me out of here, into a confused and generalized melee in which those who didn’t run quickly enough found themselves exposed to possible frontal attack or, even worse, an assault from several flanks. That cry which was so unexpectedly unleashed, taking more than one of those present by surprise, especially those strangers who had never heard the word pukllay (to play), was certainly no reverential salute to Pachamama, or a plea to the ancestral Apus for protection. No, it was more like –how shall I put it- a threatening yet festive outpouring. In fact, it was that great cry, repeated endlessly by a number of women of marriageable age –following the customs laid down over generations- that initiated the colossal disorder and the festive mayhem. Those women, armed with a quince, approached the men –both possible and unlikely suitors- in order to strike them in the legs, throw confetti over them, festoon them with streamers and paint their faces.
foto: Jorge Guerra
Fue así que se originó el pánico y campeó el sálvese quien pueda y el Dios me libre, entre quienes eran testigos y partícipes del pago a la tierra y que no comprendían lo que estaba ocurriendo ahora. Los otros, los lugareños, los hijos del cañón, incluyendo al hombre que oficiara de chamán, sí que se divertían de lo lindo y aprovechaban el alboroto para seguir brindando. Salud. Qué hacer. Resignarse, correr o contraatacar. Esconderse y huir de ese inesperado fin de fiesta o unirse de buena gana, para vivir, sentir y ser parte de las costumbres de los collaguas y cabanas, herederos de una rica tradición cultural que se expresa en el rezo compungido de la Semana Santa, en la alegría desenfrenada del carnaval, en los vivos bordados de los trajes femeninos, en los tributos a la tierra. Y cuando la tarde se va haciendo noche, cuando la fatiga empieza a mezclarse con el jolgorio, la tranquilidad vuelve a imponerse. Pero solo es una tregua, un breve descanso, un armisticio que se quebraría en la plaza de Chivay, tomada por asalto por grupos de entusiastas y achispados comuneros de Hanan Saya, Urin Saya y Ccapa. Las tres parcialidades, los tres ayllus del pueblo.
Yes, that was how it all started, the panic and the free for all and the God get me out of here, among those who were mere witnesses and those who were participating in the offering to Mother Earth, as well as those who had no idea what was happening around them. The locals, the children of the canyon -including the man who was acting as presiding shaman- were all having a wonderful time and took full advantage of the chaos around them to continue drinking each other’s health: “Salud!” What could one do? Resign one’s self, run, or counterattack. Hide or flee from that unexpected finale to the fiesta, or join in enthusiastically in order to live, absorb and feel like part of the customs of the Collaguas and Cabanas, those heirs to a rich cultural tradition expressed in the contrite prayers of Holy Week, in the unbridled joy of carnival, in the colorful embroidery of their women’s clothing, and in offerings made to the earth. And when the afternoon ended and night fell, when all that joyousness was suddenly tinged with fatigue, calm was eventually restored. But this would be a mere pause in proceedings, a brief respite, an armistice that would be broken in the main square of Chivay, taken over in an all out assault by groups of enthusiastic, tipsy villagers belonging to Hanan Saya, Urin Saya and Ccapa; the three bands, the three ayllus, of the community.
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Días de wititi
Days of wititi
Carnaval en Chivay. Carnaval en el Colca. Viernes de yunza. Viernes de solteras. Ellas hacen rondas y cantan en torno al árbol sembrado en el asfalto y adornado con cintas, globos y diversos objetos. Los varones entretienen su espera conversando y bebiendo. Ya les llegará el turno, ya se acercara alguna damita para invitarlo al ruedo. ¿Será el primer paso en el camino del romance y el amor? Golpe tras golpe. Las parejas se acercan con un hacha en la mano. El árbol está a punto de venirse abajo. Quien lo tumbe tendrá que apadrinar la yunza del próximo año. Y ya cae y ya está cayendo y muchos se lanzan en busca de alguno de los objetos prendidos en las ramas. Risas y bromas. Tiempo de recorrer la plaza bailando, para sacarle pica a los festejantes de los otros barrios. Y así se pasa la noche, así comienza el carnaval. Febrero es de regocijo en este reino de la profundidad. Febrero es de la Virgen Candelaria, que se celebra en varios pueblos, pero que ya no se celebra en Lari por una sorpresiva escasez de mayordomos y altareros. Ese es un mal pasajero, vaticina, asegura, lo desea el fervoroso guardián de la Purísima Concepción, llamada la “Catedral del Colca”.
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Carnival in Chivay. Carnival in Colca. The Friday when the yunza is celebrated. The Friday when singles day is celebrated, when the women circle a tree set into the asphalt and adorned with ribbons, balloons and other assorted objects. Meanwhile, the men entertain themselves talking and drinking. Their turn will come, when the women approach finally and invite them to dance. And, who knows, that dance might even prove to be the first step towards romance and love. One blow follows another. The couples approach with an ax in their hands. The tree is about to fall. Whoever fells it will be responsible for sponsoring next year’s yunza. And it’s coming down now. Yes. It’s falling and the people rush forward to grab themselves one of the objects hung from the branches. There is much laughter. And then it is time to dance around the main square, in order to goad the revelers from other districts. And that is how the night passes, that is how carnival begins. February is a time for celebration in this vertical landscape. February belongs to Our Lady of Candelaria, which is celebrated in a number of villages, except in Lari, where there is a surprising shortage of festival patrons.
Sábado y domingo. Sigue el carnaval. Maratón
de wititi, la emblemática estampa folclórica. Esta tuvo
su origen en Tapay, distrito sembrado en una lejana
marathon wititi, that emblematic folkloric dance which
ladera del cañón a la que hay que llegar caminando o a
originated in Tapay, a district situated on one of the farthest
lomo de bestia. No hay otra forma. Es la única manera.
slopes of the canyon, accessible only on foot or by horse or
Trepar o cabalgar durante horas, para arribar a un
mule. There is no other way to get there; you either have
pueblo que por su verdor es conocido como el “Jardín
to walk or ride for hours to reach that village known as “the
del Colca”.
Wititi. En la plaza y en las calles. Wititi. Ritmo
que contagia. Wititi. Lo bailan mujeres y hombres, niños y ancianos. Wititi. Danza tradicional que se
Saturday and Sunday: Carnival continues with a
Garden of Colca”.
Wititi. In the main square and the streets. Wititi, with
its contagious rhythm. It is danced by men and women alike, as well as by the children and old folk. This traditional dance is the centerpiece of fiestas celebrated throughout the
palpita en todo el valle y en varias fiestas. Wititi. Un
valley. The wititi is a ritual reenactment of a lovers’ dispute,
ritual o disputa amorosa convertida en movimiento.
transformed into movement. Wititi. The couples advance,
Wititi. Y avanzan las parejas, su andar es incansable
tireless in their frenetic movements. In the wititi everyone
y frenético. Wititi. Todos sonríen, gozan, disfrutan,
smiles, surrendering to their enjoyment. Even the tourists join
incluso los turistas que se han unido al galanteo.
in with this courtship ritual.
En esta danza —una de las tantas que hacen
For this dance –one of many performed in Caylloma,
de Caylloma la “Capital Folclórica de Arequipa”— las
the “folkloric capital of Arequipa”- the women, whether
damas —solteras o casadas, viudas o divorciadas, las
single, married, widowed or divorced, peasants and villagers,
que viven en el campo o habitan en las comunidades—
all wear the classic female costume of the region. This
lucen la vestimenta clásica de las mujeres de la región.
costume dazzles with its intricate embroidery and profusion
Un traje que deslumbra por su profusión de bordados
of ribbons, highlighting the natural beauty of the wearer.
y cintas, resaltando así, la belleza de quienes lo usan.
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Más allá del carnaval
Beyond carnival
Los últimos sones de las bandas. Se extingue el carnaval. Se acaba el tiempo para conseguir pareja, para no quedarse solterísimos. Se afanan los muchachos vestidos con monteras (especie de sombrero), con llicllas (mantas), chumpe (similar a una faja) y ¿con polleras?... Sí, bueno, qué se le hace, es el traje característico de los bailarines del wititi, es la costumbre, pues. Como es costumbre, el alboroto que se armó tras el grito de pukllay en una de las márgenes del cañón; como es costumbre, el pago a la tierra y a las montañas; como es costumbre, celebrar las cosechas (mayo a julio) y las siembras (agosto a setiembre); como es costumbre, fiestear por los santos patrones en toditos los pueblos o vestirse de negro por la muerte de Cristo en la Semana Santa. Fiestas por doquier. Fiesta todo el año. La Virgen de la Candelaria en febrero, las Cruces en mayo, la Virgen del Carmen en julio, la Virgen Asunta en Agosto, la Purísima Concepción en diciembre, por mencionar solo algunas. Si se citaran todas, no alcanzaría el espacio porque todavía hay que hablar de las otras danzas y de los bordados y de los tejidos y mejor no seguimos, mejor bailamos.
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The bands play their final notes and carnival draws to a close. The time for finding a partner, for avoiding another year alone, is passing. The young men dress elegantly in their typical caps, llicllas (cloaks), chumpes (cummerbunds) and wide skirts. Yes, that is the typical costume of the male dancers who take part in the wititi. That is the custom. It is as much a custom as the great uproar that followed the cry of “pukllay” across the slopes of the canyon; as much a custom as the offerings to the earth and the mountains; as much a custom as the celebrations surrounding harvesting (from May to July) and sowing (August to September), and the practice of honoring the patron saints of every village, or dressing in black to remember the death of Christ during Holy Week. Fiestas are celebrated everywhere. At any time of year there is a fiesta somewhere: Our Lady of Candelaria in February; the fiesta of the Cross in May; Our Lady of Mount Carmel in July; Our Lady of the Assumption in August; the Immaculate Conception in December, to name just a few. Were we to try to mention them all, we would run out of space, for we must now describe all the other dances, mention the costumes with their embroidered designs… so let’s just leave it at that, and carry on with the dancing.
Huayllacha (con sus saltos y cantos de despedida) o k’amiles (infaltable cuando se siembran las tierras) o, por qué no, la danza del turco, esa estampa que reúne a diversos personajes andinos y forasteros. Está el Sol (Inti) y la Luna (Killa), el champi (inca o curaca) y el Wallawiqsa (guía al grupo) y, claro, los turcos, guerreros que blanden espadas, que lucen sombreros, que llevan máscaras. Ya no se escucha el pukllay, ya no se ve a ningún bailarín. Otras costumbres. Otras vivencias en Sibayo, un distrito del cañón donde se realiza el turismo vivencial. Aquí se siembra, se pastorea, se borda con destreza y rapidez en una máquina de coser, se teje de todo un poco en rechinantes telares de madera. Arte hecho a mano. Arte que se enseña y se comparte. Arte de collaguas y cabanas. Y es que en el Colca la profundidad no está solo en el cañón, está presente, también, en sus arraigadas costumbres y tradiciones, en fin, en la forma de vivir y sentir de su gente, de toda su gente.
There is the huayllacha (with its leaping and songs of farewell); or the k’amiles (an essential part of the sowing season); or the dance of the Turk (Turco), a choreography that brings together a number of characters from the folklore of the Andes and other parts of the world. There is the Sun (Inti), the Moon (Killa), Champi (the Inca or chieftain) and the Wallawiqsa (the group’s leader); and, of course, there are the Turks, warriors who brandish their swords and wear hats and masks. And then the pukllay is heard no more and those dancers are no longer seen; other customs come to the fore, there are other experiences to be had in places like Sibayo, a district in the canyon where experiential tourism is practiced. Crops are sown, livestock is grazed. Skilled hands embroider using old sewing machines. Wooden looms are used for weaving. Art made by hand. Art that is taught and shared. The art of the Collaguas and Cabanas. The strongly embedded customs and traditions, the way of life and way of thinking of the population –the entire population of the region- are as deeply associated with the landscape of Colca as the vertical scenery itself.
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DÍAS DE FIESTA
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Festivities
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Fiestas como cañón Las calles, la plaza y el atrio de la iglesia son puro jolgorio. Se baila y se bebe. También se reza y se musitan plegarias. Así se alegra al santito, a la Virgencita y al padre cura que ha venido para la misa y la procesión. Y es que esta no es una fiesta cualquiera. Es una celebración religiosa en la que se danza en honor al patroncito milagroso o la Mamita Protectora y se brinda por fe y con fe. Sahumerio, rosarios y golpes de pecho en un templo colonial. Altares en forma de arco en las esquinas de la plaza. Andas vistosas recorriendo las calles mientras revientan las bombardas. Noches que se iluminan con los colores de artífico de los castillos. Almuerzos y cenas provenientes de ollas prodigiosas en las que siempre hay algo para servir e invitar. Vibra el Colca. Celebran sus pueblos, sus caseríos y sus comunidades campesinas. Alegría que conmueve. Fe, entusiasmo y tradición. Hombres y mujeres entregados al baile. Música que contagia e incita a unirse. Todos son bienvenidos. Los paisanos que migraron a las ciudades, los vecinos de los otros distritos, los extraños que pisan por primera vez estas tierras.
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Fiestas in the canyon The streets, plaza and atrium of the church are filled with revelers, dancing and singing. And amid the celebrations there are also prayers. That is how the saint and the virgin are feted, along with the priest who has come to preside over the mass and the procession. And this is not just any fiesta. It is a religious celebration in which the dancing is performed to honor the local patron saint and the mother figure who protects the villagers, and it is a show of faith.
Incense, rosaries and the beating of chests in the colonial church. Altars shaped like archways at each corner of the plaza. Brightly-decorated litters are carried through the streets as rockets explode above the celebrants. The nights are lit up by homemade fireworks launched from bamboo towers. Lunches and evening meals are prepared in enormous pots, and there is always something on the stove with which to greet a guest. Colca pulsates as its small towns, hamlets and remote rural communities celebrate. It is a joyous and moving time, marked by faith, enthusiasm and respect for tradition. Men and women dance. The music infects everyone and brings them together. Everyone is welcome: those local people who have migrated to the cities, neighbors from other districts, strangers who find themselves in this land for the first time.
Y el año se pasa rapidito entre misas y procesiones, entre el variado despliegue de danzas típicas —Caylloma es la capital del folclore de la región Arequipa— y el ir y venir de botellas de cerveza, chicha de jora y tragos de aguardiente. Fiesta en un distrito, en el pueblo de al lado, en uno de la margen del frente en honor de la Virgen de la Candelaria, San Francisco de Asís, San Isidro Labrador y San Antonio de Padua. Hay más santitos e imágenes agasajadas. La Inmaculada Concepción, San Miguel Arcángel, la Virgen de Belén... La lista es larga y, cuando esta se acaba, bienvenidos son los carnavales en los que se baila wititi hasta el agotamiento, los rituales campesinos por la siembra y la cosecha, los aniversarios de creación política y las efemérides patrióticas. Con tanto espíritu y predisposición celebratoria, es bastante probable que un auténtico vendaval de movimiento y color agite sus planes viajeros. Si eso pasara en sus andanzas colqueñas, no se moleste. Más bien acérquese, únase, comparta y, por qué no, reciba ese vasito de chica que tarde o temprano una señora sonriente o un hombre algo achispado le ofrecerá. Lo que viene después es fácil de imaginar. No se lo contaremos. Tiene que vivirlo.
The year flies by amid masses and processions, amid the panoply of typical dances. Caylloma is the
folkloric capital of the Arequipa region. Everywhere people are lifting bottles of beer and glasses of chicha and moonshine to their lips. There is always a fiesta somewhere: in one’s own district, in the neighboring village, in a community on the other side of the valley, honoring Our Lady of Candelaria, Saint Francis of Assisi, Saint Isidore the Laborer and Saint Anthony of Padua. Other saints and virgins are also honored: Our Lady of the Immaculate Conception, the Archangel Michael, Our Lady of Bethlehem. The list is long, and when those images have all been toasted it is time for carnival, when the wititi dance is performed until people collapse exhausted. And then there are the rural rituals surrounding the sowing and planting of crops, the anniversaries of towns or districts, and the national independence festivities. Given this celebratory spirit and predisposition, it is very likely that a sweeping storm of movement and color will, at some point, invade your travel plans. And if that happens while you are journeying through Colca, don’t turn away from the celebrations. Join in, share with the local people and –why not- accept the glass of chicha which, sooner or later, a broadly smiling man or woman is sure to offer you. And you can imagine what follows such an invitation. But let’s not speak of such things. They must be lived rather than spoken.
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Celebraci贸n de la Virgen de la Candelaria en el templo de Maca.
Celebration of Our Lady of Candelaria in the church at Maca.
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En el distrito de Ichupampa se celebra tambiĂŠn a la “Mamitaâ€? Candelaria. Todos son bienvenidos en la fiesta.
Candelaria is also celebrated in the district of Ichupampa, where everyone is welcome at the fiesta.
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Noche de Yunza en Chivay, organizada por las solteras de las tres parcialidades del distrito. Esta costumbre es, actualmente, parte del carnaval colqueĂąo, aunque fue introducida por migrantes del centro del paĂs.
Yunza night in Chivay, organized by the unmarried women of the district’s communities. This custom now forms part of carnival celebrations in Colca, although it was introduced by migrants from the interior of the country.
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El carnaval es para todos. La poblaci贸n se vuelca a la Plaza de Armas de Chivay, donde adultos y ni帽os bailan el wititi, lo que renueva la tradici贸n y asegura su continuidad.
Carnival is for everyone. The population gathers in the main square of Chivay, where adults and children dance the wititi, conserving their traditions for future generations.
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De la alegr铆a del carnaval a la congoja de la Semana Santa. Esta festividad religiosa se conmemora en todo el valle, y se ven conmovedoras escenas de fe y devoci贸n.
The joys of carnival are followed by the solemnity of Holy Week. This religious event is celebrated throughout the valley amid moving scenes of faith and devotion.
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El wititi es la danza más característica de Caylloma. La provincia es considerada como la “capital folclórica” de Arequipa.
The wititi is the most typical dance performed in Caylloma. The province is known as the “folkloric capital” of Arequipa.
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EL TRIBUTO A LA TIERRA
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Paying tribute to the land
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Gracias a la tierra
Giving thanks to the earth
Si la olvidamos, la tierra no nos perdonaría. Qué sería de nosotros, quiénes seríamos nosotros si nos volviéramos ingratos con ella y con las montañas. Usted sabe que los antiguos resistieron. Los españoles querían que abandonen sus creencias, les decían que eran malas, hasta diabólicas, pero ellos fueron tercos. A escondidas hacían sus pagos y rituales para la Pachamama y los apus.
If we forget her, the earth will not forgive us. And then what would become of us, who would we be if we were to display ingratitude to her and to the mountains? The ancients resisted, you know. The Spanish wanted them to abandon their beliefs. They told them they were bad, diabolical even, but they were stubborn. In secret, they continued their rituals and offerings to Pachamama and the Apus.
Cuántos siglos han pasado desde entonces, señor... Y aquí estamos, cómo no, con nuestras irantas (ofrendas) para hacer el pago. De todo hemos traído. Chicha, vino y aguardiente, coquita y maíz, cigarritos e incienso, serpentina, caramelos y pica pica. Varias horas vamos a estar y bien rico vamos a comer. Hemos traído almuerzo y merienda. Papita sancochada, habas, choclo y queso, también cuy y, claro, el sanco.
How many centuries have passed since then, sir… and here we are; with our irantas (offerings) ready to pay homage. We have brought everything: chicha, wine and liquor, coca leaves and corn, cigarettes and incense, streamers, candies and pica pica. We will be here for several hours and we will eat well. We have brought lunch and something for later: boiled potatoes, beans, corn and cheese, as well as guinea pig, of course, and sanco.
Ah, no sabes qué es el sanco. Paciencia. Lo probarás más tarde. Ahora hay que hacer el pago, para pedirle a la tierra que crezcan bien nuestros sembríos y que la cosecha sea buena. También voy a pedir la protección del nevado Bombaya y del apu Hualca Hualca. Ellos nos cuidan siempre y hay que respetarlos, pedirles permiso cuando se camina en sus dominios. Dejar nuestra piedrita en las apachetas.
Ah, you don’t know what sanco is. Be patient, you’ll be able to try it later. Now we must make the offering and ask the earth to nurture our crops well, so we will have a good harvest. I am also going to ask for protection from Mount Bombaya and Apu Hualca Hualca. They always take care of us and they must be respected. One must ask permission before walking through their realm, by leaving a stone on one of the cairns.
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This is how tribute is paid to preHispanic deities in a place near Cruz del Condor (Cabanaconde), through rituals, toasting and words spoken in Quechua. The best coca leaves are selected and held up in the direction of the mountains. The untu (llama fat) is molded into shapes. Skilled hands make it into a condor and place it on the ritual table with the other offerings.
Collaguas y cabanas forman un círculo alrededor de esa mesa que no es exactamente una mesa, sino una manta multicolor. El maestro que oficia la ceremonia le habla a la Pachamama con cariño. Y es que la tierra tiene vida. Ella es generosa, produce y alimenta, por eso se le rinde culto en el campo, en las chacras de los campesinos. Eso se hace desde siempre. Eso se hará por siempre.
Collaguas and Cabanas form a circle around that table which is not exactly a table, but rather a multicolored blanket. The master presiding over the ceremony speaks to Pachamama affectionately, for all life comes from the earth. Generously, she feeds all with what she produces, and that is why she is honored across this land in peasants’ farmsteads. It has always been this way. And this is how things will always be.
Si la olvidamos, la tierra no nos perdonaría, había dicho el maestro, el oficiante de esta ceremonia ancestral, antes de empezar a colocar las irantas en un hoyo. Manos que se juntan. Voces que piden buenas cosechas, que pare la lluvia, que la helada no malogre los cultivos. Se sigue brindando. Se sirve la merienda. No hay mesa ni cubiertos.
If we forget her, the earth will not forgive us, the master says, as he officiates over this ancestral ceremony, before placing the irantas in a hole. Hands are joined. Voices ask for a good harvest, for the rains to stop, for the frost to leave the crops untouched. The toasting continues and the food is served. There is no table and no cutlery.
Todo se coloca sobre una manta. Y allí está el sanco (maíz, cebada y trigo molido con hilachas de carne de alpaca). ¿Y qué tal? ¿Te gusta?... Jamás se responde con la boca llena.
Everything is placed on the blanket. And there is the sanco (corn, barley and wheat, ground together with strips of alpaca meat). What do you think? Do you like it? One should never speak with one’s mouth full…
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foto: Municipalidad de Callalli
Tributo a las divinidades prehispánicas en un paraje cercano a la Cruz del Cóndor (Cabanaconde). Rituales, brindis, palabras en quechua. Seleccionar las mejores hojas de coca y orientarlas hacia las montañas. Recibir el untu (masa de sebo de llama), darle forma, crear diversas figuras. Los más diestros hacen un cóndor y lo colocan en la mesa del pago. Allí están las demás ofrendas.
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Los pagos a la tierra y a las montaĂąas son parte de las costumbres de los cabanas y collaguas. Estos rituales de raĂces prehispĂĄnicas son parte de la herencia cultural de los pueblos del Colca.
Offerings to the earth and mountains form part of the customs of the Cabanas and Collaguas. These pre-Hispanic rituals are representative of the cultural legacy of the people of Colca.
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UN PUEBLO DE PIEDRA
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Village of stone
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Un pueblo de piedra “Siempre pasa lo mismo. Nos dicen que no quieren irse o que algún día van a volver. Será porque el pueblo es tranquilo y no hay nadita de bulla. A ellos les gusta el silencio, ir a la chacra, salir a pescar”, reflexiona, teje, se acomoda el sombrerito la señora Ana... “Para no salir tan mal en la foto”, bromea, se alegra, hace reír a Ruth, su amiga, su paisana, también su socia. Estalla el flash. Dos mujeres tejiendo en una banca. Ana y Ruth. Cordiales, atentas, acostumbradas a lidiar... Uy, perdón señoras, esas palabras no suenan bien, mejor escribo recibir y atender —con cariño y esmero..., así está mejor, ¿no es cierto?— a los turistas que visitan Sibayo, su Rumi Llacta (‘Pueblo de Piedra’), en busca de una experiencia que trascienda a lo convencional. Conocer, aprender, compartir. Trabajar la tierra al lado de los collaguas. Pastorear sus legendarias llamas cargueras que, hace años, en otros tiempos, descendían hasta la costa y volvían a la altura con grandes cantidades de cochayuyo (algas marinas). Y, también, explorar los sabores de la quinua, de la alpaca, de una truchita recién salidita del río.
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Village of stone
“It’s always the same. They tell us they don’t want to leave, or that one day they’ll return. It must be because the village is quiet and there’s no noise here. They like the silence, or going into the countryside, going fishing”, Ana reflected, before pausing in her weaving to adjust her hat. “So I won’t look too bad in the photo”, she jokes, making Ruth, her friend and work partner, smile broadly. The flash goes off. These two women weaving on a bench, Ana and Ruth, are polite and attentive, used to dealing with –I’m sorry, ladies, those aren’t the right words, I ought to have said receiving and welcoming, affectionately and with care… that’s better, isn’t it?- those tourists who visit Sibayo and its Rumi Llacta (“village of stone”), in search of an experience that goes beyond the conventional. Observing, learning, sharing: working the land together with the Collaguas, grazing their legendary pack llamas which, years ago, in another time, would go down to the coast, returning laden with huge quantities of cochayuyo (sea algae). And then there is the chance to explore the flavors of quinoa, alpaca, or a trout, freshly-caught in the local river.
“Bien rico comen los gringuitos”, comenta la señora Ana, quien ya no se arregla el sombrero. “Ufff, se acabaron las fotos”, dice aliviada al despedirse de Ruth, dueña de una de las diez casas vivenciales de su pueblo. Ambas son integrantes de una asociación que desde hace seis años apuesta por el turismo vivencial en Sibayo, pintoresco distrito colqueño a 3.880 m. s. n. m. y a 36 kilómetros de Chivay. De vuelta a la calle. Una plaza amplia. La iglesia colonial de San Juan Bautista. Muchas casas de piedra. “Así era el pueblo antiguo. ¿Has visto otro parecido en el valle?”. Silencio. Quien calla otorga. Más pasos. Hacia el taller de bordado de Adelaida —puntadas, fotos y sonrisas— y al Ecomuseo de la Cultura Collagua —telares tradicionales, lana de oveja, un grupo de señoras aprendiendo a teñir—.
“The gringos eat well”, says Ana, who has stopped fiddling with her hat. “Uff, they’ve finished taking photos”, she says, relieved, as she bids farewell to Ruth, the owner of one of the ten houses in the village that receive guests. They are members of an association which for the last six years has been promoting experiential tourism in Sibayo, a picturesque district of Colca, at an altitude of 3880 meters and some 36 kilometers from Chivay. Returning to the streets, the plaza is large, surrounded by the colonial church of Saint John the Baptist and the stone houses of the villagers. “That was what the old village was like. Have you seen another like it in the valley?” Her question is met with an acquiescent silence. We move on to the embroidery workshop owned by Adelaida, for more stitching, smiles and photos, and from there to the Collagua Culture Eco-Museum, with its traditional looms and sheep’s wool, where a group of women are learning about dyes.
Las fotos del adiós. La promesa de un pronto retorno y el juramento de volver siempre a Sibayo, para andar por sus calles y caminos que conducen a sus doce maravillas —momias, chullpas, canotaje, de todo un poco— para conversar con la señora Ruth, dejarse contagiar por la sonrisa de su socia Ana y tratar de aprender —aunque inútilmente— el arte del bordado y del tejido.
And then it is time for the farewell photos, the solemn promises of a quick return to Sibayo, to walk its streets again and hike the trails leading to its twelve attractions, including mummies, burial towers and river kayaking –a little of everything- as well as to chat once more with Ruth, allow one’s self to be infected by Ana’s laughter, and try once more to learn the arts of embroidery and weaving.
Sí, por qué no, regresar a Sibayo para sentir como un collagua y vivir en un pueblo de piedra.
Yes, return to Sibayo, and why not? To feel like part of a Collagua community and live in a village made from stone.
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Izquierda: Calle típica del “Pueblo de Piedra” de Sibayo. Esta página: Una llama carguera se luce en el centro de la plaza de Sibayo, un pueblo de consumados arrieros.
Left: Typical street in the “stone village” of Sibayo. This page: A llama used as a pack animal, in the main square of Sibayo, a community of drovers.
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Arte, creatividad y color. En el Colca se teje, se cose y se borda: es parte de la tradici贸n cultural de los cabanas y collaguas.
Art, creativity and color: In Colca the people weave, sew and embroider as part of the cultural traditions of the Cabanas and Collaguas.
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Estampas rurales en los caminos y pueblos del cañón.
foto: Municipalidad de Callalli
Rural scenes on the canyon’s highways and in its villages.
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Casa hospedaje en el distrito de Sibayo, donde un grupo de pobladores ha acondicionado sus viviendas, para ofrecer experiencias vivenciales a los turistas.
A guesthouse in the district of Sibayo, where a group of residents have adapted their homes to receive guests and offer them experiential tourism programs.
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Capítulo V: VIAJE A LA PROFUNDIDAD
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Chapter V: Journey into the depths
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Hacia los orígenes Un metro más a la izquierda y... mejor ni pensarlo. No vaya a ser que por andar dándole vueltas a la posibilidad de un mal paso, de un ligero resbalón o tropiezo, el vértigo se desate y el vacío se vuelva una irresistible tentación. No, lo mejor es desechar esa idea y seguir obedientemente el camino, tratando siempre de mirar al frente y pegándose lo más posible a las paredes de los cerros. Pero es difícil. Sientes una extraña fascinación por las honduras del cañón. Quizá sea respeto por la obra de la naturaleza o tal vez simplemente un raro encanto por la profundidad. Sea lo que fuere, lo cierto es que aminoras la marcha. Te detienes. Te acercas al borde del sendero para contemplar el devenir de ese río presuroso, agobiado, contenido por sendos taludes. Solo la persistencia y la enjundia más que milenaria de ese cauce kilométrico, nacido en las alturas de los Andes, ha sido capaz de horadar estas paredes, formando un cañón que en su zona norte —en las cercanías de Quillo Orco (distrito de Huambo), para ser más exactos— alcanza los 4.160 metros de profundidad, mientras que en el sur su hondura máxima es de 3.600 metros, según los resultados de la segunda expedición polaca liderada por Andrew Pietowski en 2005.
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Origins of the canyon
A few more meters to the left and… best not to think about it. What you don’t want is to keep on imagining the consequences of a misstep, a slight slip or a trip, allowing vertigo to kick in so that the void becomes an irresistible temptation. No, it would be best to get rid of that idea and continue steadily along the trail, trying to look ahead all the time and pressing up as closely as possible to the side of the hill.
But it isn’t easy. You feel a strange fascination for the depths of the canyon. Perhaps it is a feeling of respect for the work of nature, or simply some kind of weird charm exercised upon you by the abyss. Whatever it is, you slow your pace. You stop and move towards the edge of the path in order to contemplate the river as it rushes along, crashing against the walls that confine it. Over millions of years, this river that emerges from the heights of the Andes has drilled down into the rock to create a canyon which, in its northern section in the vicinity of Quillo Orco (in the district of Huambo), is an incredible 4160 meters deep, while to the south its deepest point measures 3600 meters, according to surveys carried out by the second Polish expedition led by Andrew Pietowski in 2005.
Los orígenes más remotos del cañón podrían encontrarse hace 150 millones de años atrás. Geografía distinta. Planeta cambiante. Crecen las cumbres de los Andes, el agua erosiona las montañas en el Cuaternario. Todo se hace más profundo. Se abre un tajo y aparece la serpenteante cicatriz geológica que estás viendo ahora, desde el borde de un camino estrecho que va en busca de las orillas del río.
The remote origins of the canyon can be traced back 150 million years, when the geography of this ever-changing planet was quite distinct from that of the world we know today. The great peaks of the Andes were formed, while mountains were eroded by water during the Quaternary. Everything was deepened. A great cleft was opened up, creating the winding geological scar you are looking at now, from the edge of a narrow trail above the river.
Vuelves a la ruta. Miras al frente. Ignoras el vacío y ese panorama encañonado, que, cómo ibas a saberlo en ese momento, es bastante parecido al que existía ya hace un millón de años. Sí, en esos tiempos sin historia, el paisaje que admiraste y te deleitó en tu descenso a Sangalle ya existía. Pero antes de que eso ocurra, el cauce habría sido interrumpido por material volcánico del Sabancaya y Hualca Hualca.
You continue walking, looking ahead. You ignore the void and that vertical panorama which has changed little during the last million years. Yes, you realize that back in prehistory the landscape you have been admiring as you descend towards Sangalle already existed. And long before then, the river’s course had been interrupted by volcanic material from Sabancaya and Hualca Hualca.
Sus aguas se estancaron. Se formó una laguna, pero la fuerza del cauce rompería esa barrera volcánica. Su furia incontenible terminaría por perfilar las visiones actuales del cañón, ese prodigio de desfiladeros, pendientes y acantilados, donde la profundidad siempre es una tentación. Por eso hay que pensarlo mil veces, antes de dar un pasito más hacia el abismo.
Its waters were held back. A lake was formed, but eventually that weight of water would break through the volcanic barrier. Its uncontainable power would eventually carve the sheer profile we see today, with its marvelous gorges, slopes and cliffs, where the depths exert their mysterious pull. And that is why you find yourself running each step through your mind a thousand times before moving forward.
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De los Andes al Pacífico ¿De dónde vienen y adónde van tus aguas? ¿Cuál es la prisa de tu cauce y qué otras geografías conocen del paso de tu curso caudaloso? No todo es cañón en tu devenir. ¿Es verdad que en tu peregrinaje de más de 400 kilómetros —desde la altura del distrito de San Antonio de Chuca hasta las olas del Pacífico— franqueas Majes y Camaná y que en esas tierras te conocen con esos nombres? Mientras reflexionas y te haces esas preguntas que tú mismo tendrías que responder —porque el Colca, por más espectacular que sea, no tiene el don de la palabra—, el río discurre torrentoso bajo el puente Sifón (une los distritos de Yanque y Coporaque). Pronto, y eso es lo que estás esperando, unos jóvenes retarán sus rápidos. Canotaje en las aguas que forman uno de los cañones más profundos del mundo... “¿Cómo? ¿Perdón, qué estás diciendo? El más profundo”, aclaran siempre los colqueños. Ese punto no se discute y, cuando se quiere armar polémica, se recurre a la medición del polaco Pietowski o se desvía la atención hacia otros temas. “¿Sabía que en sus dos márgenes hay gigantescas montañas? ¿Le han contado que en el Mismi —que seguro ya lo ha visto, que seguro ya le gustó— nace el Amazonas?”.
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From the Andes to the Pacific Where do your waters come from and where do they go? What is your hurry, and what other landscapes have you passed through on your way? Your entire course is not composed of canyon walls. And is it true that on your journey of more than 400 kilometers –from the highlands of the district of San Antonio de Chuca to the Pacific coast- you flow through Majes and Camaná, and in those lands you are known by those names? As you reflect on these things and ask yourself all those questions that you will have to answer alone –because although it is spectacular Colca does not possess the gift of speech- the river continues on its way, passing beneath the bridge at Sifón that links the districts of Yanque and Coporaque. You have been waiting to see the rafters pass, young paddlers defying the rapids formed by the waters of one of the world’s deepest canyons… “What are you saying? You mean the deepest canyon”, the people of Colca point out regularly. This is not open to discussion, and local people are quick to quote the measurements made by the Pole Pietowski, or to subtly change the subject: “Did you know that there are enormous mountains on both sides of the canyon? They say that it is from Mismi – which you must have seen and admired already- that the headwaters of the Amazon emerge”.
Las balsas cruzan el puente. El cauce está crecido. Adrenalina y acción. El reto es mayor para los aventureros, como es mayor el caudal del torrente en la temporada de lluvias (de octubre a marzo, aproximadamente). En este tiempo, el río se incrementa. Las precipitaciones nutren un cauce que está formado por el aporte acuífero de manantiales y de diversos afluentes.
The rafters pass beneath the bridge. The rapids are fast here. It is all about action and adrenalin. The challenge for the adventurers is greatest when the flow of the river is at its mightiest, in the rainy season from October to March. During that period, the river swells, fed by the precipitation that refills the local water table and is channeled into its tributaries.
Ya no hay deportistas. Abandonas el puente. Se acaban tus preguntas. Se inician los recuerdos. Visiones inolvidables de escenarios encañonados que descubriste desde las alturas de la fortaleza de Chimpa, desde el mirador de la Cruz del Cóndor, desde el camino que desciende a Tapay, desde la pendiente a Cabanaconde, desde la carretera que uno los distritos de Huambo, Lluta y Huanca.
The rafts have gone and you leave the bridge. You have stopped asking yourself questions and begun to search your own memories. You recall the soaring scenery you viewed from the heights of the fortress complex at Chimpa, from the viewing point at Cruz del Condor, from the trail that descends to Tapay, from the slope down to Cabanaconde, from the road that links the districts of Huambo, Lluta and Huanca.
Tantos parajes estrechos en el fluir del Colca en su acercamiento al Andamayo. De esa confluencia nace el Majes. Y las aguas de la cordillera se van acercando a su destino final: el Pacífico. Pero aún falta un tramo. El Majes uniéndose con el Pucayura. El surgimiento del Camaná. La desembocadura en el océano. El final de un largo recorrido que va de la puna hasta la costa desértica.
There are so many vertical landscapes along the course of the Colca River, as it flows on towards the Andamayo to form the Majes River. The waters of the Andes approach their final destination: the Pacific. But first the Majes must join the Pucayura, which flows into the Camaná before the ocean is reached. And that is the end of the long journey from the high plains to the desert coast.
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El valle del cañón
The canyon’s valley
El Colca no solo es un río y un cañón. También es un valle de la vertiente occidental de la cordillera de los Andes. En sus márgenes existen varios distritos y comunidades de la provincias de Caylloma (en su mayoría) y Castilla. En el lado derecho están los pueblos de Coporaque, Ichupampa, Lari, Madrigal, Sibayo, Tapay, Tuti, Andahua, Ayo, Chilcaymarca, Chocos, Chachas y Orcopampa. Al frente se encuentra Chivay, Achoma, Cabanaconde, Callalli, Maca, Tisco, Huambo, Huancas y Yanque, el único distrito que cuenta con territorio en ambas márgenes. El área aproximada del valle es de 100 kilómetros de largo por 40 de ancho, según información consignada por los autores Elías Mujica Barreda y Pablo de la Vera. En su texto “El valle del Colca: un paisaje dinámico en el sur del Perú”, publicado en el libro Paisajes culturales en los Andes, señalan que el río “baja de los glaciares y nevados perpetuos que superan los 6.000 m. s. n. m., atravesando las punas altas por encima de los 4.000 metros, donde solo se puede criar camélidos sudamericanos. Luego recorre el fondo del valle alto, donde la agricultura es la actividad fundamental”.
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Colca is more than a river and a canyon. It is also a valley, lying below the western slopes of the Andes. The slopes of this valley are studded with a series of districts and villages that form the provinces of Caylloma and Castilla. The right slopes are home to the villages of Coporaque, Ichupampa, Lari, Madrigal, Sibayo, Tapay, Tuti, Andahua, Ayo, Chilcaymarca, Chocos, Chachas and Orcopampa. Opposite these are Chivay, Achoma, Cabanaconde, Callalli, Maca, Tisco, Huambo, Huancas and Yanque, the only district with territory on both the right and left slopes. In total, the valley is 100 kilometers long and 40 kilometers wide, according to information provided by the writers Elías Mujica Barreda and Pablo de la Vera. In their text “El Valle del Colca: un paisaje dinámico en el sur del Perú”, published in the book Paisajes Culturales en los Andes, they describe how the river “flows down from the glaciers and snows more than 6000 meters above sea level, crossing the high plains above 4000 meters, where the land is grazed by South American camelids. It then flows along the floor of the upper valley, where agriculture is the principal activity…”
Por las características geográficas de esta zona, la agricultura es, en ocasiones, una tarea titánica en la que es “necesario racionar estrictamente el riego, luchar contra el clima frío y vencer la pendiente con la construcción de aterrazamientos (sic) agrícolas o “andenes”. Estas graderías prehispánicas son una muestra extraordinaria del ingenio, la destreza y constancia de los antiguos peruanos. “Valle de las maravillas”, lo llamó alguna vez Mario Vargas Llosa. El Nobel de la Literatura no se equivocó al hacerlo, porque el Colca es más que su magnífica geografía y su espectacularidad escénica. Es su gente que abre surcos en la Pachamama, son sus montañas, su flora y su fauna que se protege en la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca, son sus pueblos de semblante rural. Ir y venir del Colca. Un destino inagotable. Un valle de tradición y cultura, un río en el que se vive la aventura, un cañón fascinante y explorable, gracias a las aguas que, durante millones de años, lograron labrar tercamente ese tajo sobre la piel de los Andes, en un tiempo sin historia, en un tiempo en el que el planeta, nuestro planeta, era totalmente distinto.
Given the geographical characteristics of this zone, agriculture is often a highly demanding activity, in which it is “necessary to strictly ration irrigation, struggle against the cold climate and vanquish the slopes through the construction of agricultural terracing”. These pre-Hispanic platforms survive as an extraordinary testament to the ingenuity, skill and persistence of ancient Peruvians. “Valley of Marvels”, was how Mario Vargas Llosa once described it. The Nobel laureate was right, for Colca is much more than magnificent geography and spectacular scenery. It is also characterized by its people, who live in picturesque villages and plow their furrows in the soils of Pachamama. And then there is its flora and fauna, protected by the Salinas y Aguada Blanca National Reserve. This is Colca: an inexhaustible travel destination, a valley filled with tradition and culture, a river on which grand adventures are launched, a fascinating canyon open to exploration, formed by water over millions of years into a great gash across the face of the Andes, its geology rooted in a time when this planet –our planet- was a very different place.
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RESERVA NACIONAL SALINAS Y AGUADA BLANCA
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Salinas y Aguada Blanca National Reserve
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La reserva del cañón ¿Dónde estás? ¿Por qué demoras tanto en salir? Ya pues, apúrate, taita Inti, regálanos tus rayos, calienta la pampita. Rapidito, por favor. Hace frío aquí. Rapidito que el viento sopla congelado, como si trajera la nieve de nuestros apus (montañas sagradas). Y como el aire es bien vivo y bien sabido, taita Inti, se da maña para meterse prontito hasta los huesos.
The canyon reserve Where are you? Why are you taking so long to appear? Come on, taita inti, hurry up. Send us your rays and warm the plains. Quickly, please. It’s cold. Move now, the wind is freezing, as if threatening to bring snow from the apus, the sacred mountains. And because that wind is clever and cunning, taita inti, it makes its way slyly through the thickest clothing, all the way to the bone.
Amanecer bajo cero y cielo tristón en la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca. Amanecer que va aclarando, calentándose, maquillándose de colores con exasperante lentitud, como si los volcanes, los nevados, las lagunas y los bofedales de esta área natural protegida tuvieran pudor de exhibir abiertamente su grandeza altiplánica a los viajeros que hoy enrumban hacia las profundidades del Colca.
At dawn it is below zero in the Salinas y Aguada National Reserve, and the sky is heavily overcast. Then the clouds begin to clear and the temperature rises. Exasperatingly slowly, the landscape is painted in fresh colors by the emerging sun, and the volcanoes, lakes and wetlands of this protected natural area gradually reveal their grandeur to those travelers journeying today to the depths of Colca Canyon.
Y el sol demora en salir. Ignora los ruegos, las palabras, los pedidos con aliento gélido de quienes claman por su calor y sus rayos brillantes, capaces de perforar la niebla e iluminarlo todo. Entonces, refulgirían las cumbres atrevidamente enhiestas que ahora se atisban borrosas y un halo dorado cubriría la pampa, permitiendo observar el andar atildado y siempre alerta de las vicuñas.
Yes, the sun takes its time to rise. It ignores the pleas, words and wishes of those who with their frigid breath cry out for its warmth. Very slowly, those bright rays strong enough to burn through any cloud and light up the world begin to shine brightly on the soaring peaks that can now be seen, hazily forming a golden halo that covers the plain and making it possible to observe at last the elegant, ever-alert gait of herds of vicuñas.
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A pesar del frío y el desdén de taita Inti, los viajeros resisten, hacen la lucha, se empeñan en quedarse en el llamado Mirador de los Volcanes o de los Andes, como lo hicieron antes en Patapampa, otro punto de observación de esta reserva de 366.936 hectáreas de extensión, compartidas por las provincias de Caylloma, Arequipa (región Arequipa) y General Sánchez Cerro (región Moquegua). Territorio plenamente altoandino —su altitud promedio es de 4.300 m. s. n. m.—, Salinas y Aguada Blanca es pampa agreste, es espejo de agua, es montaña vigilante y protectora. Sus escenarios naturales muestran una extraña armonía, una inspiradora belleza en la que la aparente severidad del paisaje se suaviza bajo la égida de un volcán o por el trotar milenario de un rebaño de alpacas. Refugio de camélidos sudamericanos. Observatorio natural de cordilleras y volcanes —el Misti, el Chachani, el Pichu Pichu, el Hualca Hualca, entre otros—. Reserva de agua que se debe proteger para saciar la sed en el futuro. Bastión de vida que es el hábitat de 207 especies de vertebrados y 358 de flora, según información del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). Eso es Salinas y Aguada Blanca, la antesala perfecta del cañón y el valle del Colca. Un lugar en el que, a veces o muchas veces, hay que pedirle al sol que se apure, que caliente rápido, rapidito, porque el viento ladino y taimado siempre se da maña para calar hasta los huesos.
In spite of the cold and the indifference of taita inti, the travelers hold on, fighting the cold and remaining at the place known as the Viewing Point of the Volcanoes, or Viewing Point of the Andes, just as they did at Patapampa, another observation point in this 366,936 hectare reserve that stretches across the provinces of Caylloma, Arequipa (Arequipa region) and General Sánchez Cerro (Moquegua region).
This is the high Andes, a great pampa some 4300 meters above sea level. Salinas y Aguada Blanca is composed of a rugged plain, wetlands and silent mountains. This natural scenery displays a strange harmony, an inspiring beauty in which the apparent severity of the landscape is softened beneath the protective slopes of a volcano, or by the trotting flocks of alpacas. This is a refuge for South American camelids, a natural observatory formed by mountains and volcanoes like Misti, Chachani, Pichu Pichu and Hualca Hualca. It is an important area of lakes and wetlands which must be conserved in order to slake the thirst of future generations. It is a bastion of life, with 207 species of vertebrates and 358 species of plants, according to information provided by the National Service of State-Protected Natural Areas (SERNANP). This is Salinas y Aguada Blanca; the perfect antechamber to the canyon and valleys of Colca. It is a place where, at times, one finds one’s self calling out for the sun to appear and warm the land as quickly as possible, because the sly, insinuating wind is always searching for a way to chill you to the bone.
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La Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca es un basti贸n de la diversidad andina. En su interior se encuentran, adem谩s, las pinturas rupestres de Sumbay, trazadas en tiempos prehist贸ricos.
The Salinas y Aguada Blanca National Reserve shelters the biodiversity of the Andes and is also home to the rock art of Sumbay, produced in prehistoric times.
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LA FLORA Y FAUNA DEL CAテ前N
The flora and fauna of the canyon
Vida en las alturas Vida. En el valle, en el cañón, en las pampas. Vida. En el agua, en el aire, en la tierra. Vida. En parajes que parecen yermos, en rincones ubérrimos de verdor inexplicable, en zonas de altura en la que escasea el viento. Vida que es queñua y yareta. Vida que es cóndor y halcón. Vida que es taruca y vicuña. Encuentros con la diversidad: flores entre las poderosas espinas de un cacto, ichu dorado en la desolación de la puna, papa y maíz en andenerías prehispánicas. Hallazgos en los caminos: vicuñas que pastan sin miedo con sus crías, parihuanas retozando en un espejo de aguas rojizas, un cóndor sobrevolando la fortaleza de Chimpa, alpacas y llamas conducidas sabiamente por un pastor. Fauna variada y contrastante en el Colca, un lugar privilegiado que por su diversidad de pisos ecológicos, es el hábitat de innumerables especies. Solo en el caso de las aves, se han registrado 171 especies, entre las que destacan el cóndor andino (Vultur gryphus) —su avistamiento es un espectáculo fabuloso—, las huallatas (Chloephaga melanoptera) y el pato de los torrentes (Merganetta armata).
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Life in the highlands Life. The valley, canyon and high plains are filled with life. There is life everywhere, in the water, air and earth. Even on those lands that appear at first totally barren, fertile corners flourish, inexplicably verdant at those high altitudes where the wind always blows. There is life in the queuña trees and the plant known as yareta. Life takes the form of the condor and the hawk, or the deer and vicuña. One finds evidence of diversity everywhere: flowers nestling between the rigid thorns of cacti, golden grasslands amid the desolation of the high plains, potato and corn grown on pre-Hispanic terracing. And hiking the trails one is met by new discoveries: vicuñas grazing unconcernedly with their young, Andean flamingos romping across reddish waters, a condor soaring over the fortress at Chimpa, alpacas and llamas watched over by a shepherd. There is abundant, diverse fauna in Colca, with its many ecological floors providing the perfect habitat for countless species. In terms of birds alone, Colca is rich in life, with 171 recorded species, including the condor (Vultur gryphus), the sight of which always creates such a spectacular moment, and Andean geese (Chloephaga melanoptera), as well as torrent ducks (Merganetta armata).
Flora típicamente andina. Papa, quinua, habas y maíz en chacras y en terrazas cultivables, muchos frutales en Tapay o en Canco. Yaretas (Azorella yareta), ichu (Stipa ichu), cactos, bosques de queñual (Polylepis spp.) en las zonas altas, y gigantescas puyas de Raimondi en Huambo, uno de los distritos menos visitados de la provincia de Caylloma. Pero la sombra de la extinción se proyecta amenazante sobre este paraíso de vida. Especies como la taruca (Hippocamelus antisensi), el osjollo (Leopardus colocolo), el gato andino (Leopardus jacobita), el guanaco (Lama guanicoe) o las parihuanas de James (Phoenicoparrus jamesi) están en peligro de desaparecer, según información de la Autoridad Autónoma del Colca y Anexos (Autocolca). El drama no termina ahí. Hay nueve especies en situación vulnerable. Esta lista incluye animales como la vicuña (Vicugna vicugna), el halcón peregrino (Falco peregrinus), la bandurria y hasta el mismísimo cóndor, el ave imponente que atrae a estas tierras a miles de turistas. Qué sería del cañón sin su presencia, qué sería de los Andes sin esta ave mitológica. Es tiempo de reflexionar. De ser conscientes. De cuidar y proteger a la naturaleza. De no olvidar jamás que somos parte de ella y que sin ella nosotros, todos nosotros, somos nada. Solo pensando y actuando así el cóndor volará para siempre en los cielos colqueños, en los cielos andinos.
The typical flora of the Andes visible here includes the potato, quinoa, beans and corn, all grown on agricultural terraces, as well as the fruit trees of Tapay and Canco. The plains are covered with yareta (Azorella yareta), coarse ichu grass (Stipa ichu), cacti and high altitude forests of native queuña trees (Polylepis spp.). At Huambo, one of the least-known districts of the province of Caylloma, there are fields of gigantic Puya raimondii. But the threat of extinction casts a shadow over this paradise of life. Species like the deer (Hippocamelus antisensi), colocolo (Leopardus colocolo), Andean mountain cat (Leopardus jacobita), guanaco (Lama guanicoe) and James flamingo (Phoenicoparrus jamesi) are endangered, according to information provided by the Autonomous Authority of Colca and Annexes (Autocolca). And the drama does not end there. Nine species are currently classed as vulnerable, and this list includes the vicuña (Vicugna vicugna), peregrine falcon (Falco peregrinus), the buff-necked ibis and even the condor, that imposing bird that attracts thousands of tourists to the area each year. What would the canyon –or the entire Andes range- be like without the presence of this emblematic bird? Now is the time for reflection. We must be aware of the danger and be prepared to care for and protect nature. We must never forget that we ourselves form part of nature and that without her we –all of us- are nothing. Only by thinking and acting in this way will the flight of the condor through the skies above Colca and the rest of the Andes be preserved for future generations.
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La flora andina es abundante en el Colca. Solo en la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca se han registrado 358 especies.
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Colca abounds with Andean flora. In the Salinas y Aguada Blanca National Reserve alone, 358 species have been recorded.
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Hasta en los parajes mรกs agrestes se pueden encontrar flores vistosas que alegran el andar de los viajeros.
Even the most seemingly inhospitable terrain is home to bright flowers that delight walkers.
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Alas de color. Las mariposas también están presentes en el valle y el cañón.
Colorful flight: Butterflies also inhabit the valley and canyon.
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No solo hay c贸ndores en las alturas de Caylloma, una gran variedad de aves surcan estos cielos.
As well as condors, many other species of birds inhabit the highlands of Caylloma.
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TIERRA DE MONTAÑAS Y VOLCANES
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Land of mountains and volcanoes
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Los apus del Colca Sé que estoy lejos y, aunque no pueda verlas quebrar el horizonte ni regocijar mi vista con su hermosura, igual me tomo la libertad de invocarlas, para pedirles que sean mis guías e inspiren estas palabras con las que busco —vaya pretensión la mía— describir su grandeza y el cúmulo de sensaciones que me invaden cada vez que las veo y las contemplo.
The Apus of Colca I know they are far away and although I can’t see them rising above the horizon, nor gladden my eyes with their beauty, I still take the liberty of invoking them, asking them to be my guides and inspire these words with which I seek –how presumptuous of meto describe their grandeur and the sensations that fill me every time I see them and contemplate them.
Las invoco sin ser hijo del valle y el cañón, sin que mis antepasados —que no son collaguas ni cabanas— tuvieran como pacarinas (lugares de origen) al Collaguata o al Hualca Hualca. Las invoco, entonces, solo con la fuerza de mi memoria, porque no tengo hojas de coca que ofrendarle y porque en el panorama que hoy se proyecta ante mis ojos no se vislumbra ninguna cordillera.
I invoke them even though I am not a child of the valley or the canyon. My ancestors were not Collaguas or Cabanas and had no pacarinas that might compare with Collaguata or Hualca Hualca. I invoke them, then, only through the strength of my own memories, because I have no coca leaves to offer them and because in the panorama I see before me today, there are no mountain tops.
Un panorama tan distinto al que se ve en sus dominios, donde son más que nevados y volcanes, donde son apus que protegen a los pueblos, donde sus deshielos proveen del agua que riega los campos. “Las montañas tienen vida”, he escuchado decir más de una vez en la profunda inmensidad del Colca, una tierra rodeada de cumbres de nieve, de cumbres retadoras, de cumbres omnipresentes.
This is a panorama very different from the one that can be seen in their realm, where the snowcapped mountains and volcanoes are also the Apus that watch over the people who live in their shadows, where the melt waters they produce nourish the fields. “The mountains are alive”, I have heard it said more than once in the plunging immensity of Colca, a land ringed by snowy peaks, by defiant and omnipresent summits.
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A los apus colqueños se les ve desde todos lados. Donde uno fija la mirada resalta una montaña. A la margen derecha están los gigantes de la cordillera del Chila, con cumbres emblemáticas como el Sepegrina (5.432 m. s. n. m.), el Bomboya (5.200 m. s. n. m.), el Quehuisha (5.318 m. s. n. m.) y el Mismi (5.597 m. s. n. m.), donde se encontraría el origen más remoto del río Amazonas, una de las maravillas naturales del planeta.
The Apus of Colca can be seen all around. Wherever one fixes one’s gaze, there stands a mountain. On the right side of the canyon are the giants of the Chila range, including emblematic peaks like Sepegrina (5432 meters), Bomboya (5200 meters), Quehiusha (5318 meters) and Mismi (5597 meters), which has been identified as the source of the Amazon River, one of the planet’s greatest natural wonders.
En la otra margen, la izquierda, se imponen el Hualca Hualca (6025 m. s. n. m.), el Sabancaya (5.976 m. s. n. m.) y el Ampato (6.265 m. s. n. m.). Aquí, en 1995, se encontró el cuerpo momificado de una doncella inca ofrendada al “dios montaña”. En la actualidad, Juanita o la Dama de Ampato, como se le conoce internacionalmente, es exhibida en el Museo Santuarios Andinos de la Universidad Católica Santa María de Arequipa.
On the left side of the canyon rise Hualca Hualca (6025 meters), Sabancaya (5976 meters) and Ampato (6265 meters). Here, in 1995, the mummified body of an Inca maiden was discovered. She had been given as an offering to the mountain god, and today Juanita, or the Lady of Ampato, as she is also known throughout the world, is exhibited in the Andean Sanctuaries Museum of Arequipa’s Santa María Catholic University.
A la izquierda y a la derecha... También en la carretera que conduce a Chivay, desde la que es posible observar el Misti, el Chachani y el Pichu Pichu, el trío de volcanes que preserva a la ciudad de Arequipa. Sí, tantos apus en la ruta, en el valle y en el cañón. Hoy los he invocado. Hoy me han escuchado. De otra manera no hubiera podido escribir estas palabras con las que he intentado, pretenciosamente, describirlas. No sé si lo he logrado.
To both the left and right. And on the road to Chivay it is possible to observe Misti, Chachani and Picchu Picchu, that trio of volcanoes that guard the city of Arequipa. Yes, there are so many Apus along the way, as one travels through the valley and the canyon. I have invoked them today and they have heard me. Without them I would not have been able to write these words with which, presumptuously, I have attempted to describe them. I am not sure that I have done them justice.
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Volcanes, nevados y paredes rocosas son parte de la geografĂa colqueĂąa.
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Volcanoes, snow-capped peaks and rock faces form part of the geography of Colca.
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foto: Jorge Guerra foto: Jorge Guerra
Izquierda, nevado Hualca Hualca, pacarina de los cabanas; izquierda abajo, vista del cañón desde Madrigal; arriba, rebaño de alpacas en la laguna de Mucurca en Cabanaconde; abajo, géiser del Infiernillo en Pinchollo. Página de al lado: Nevado Mismi, lugar de origen del río Amazonas.
foto: Jorge Guerra
Left: Mount Hualca Hualca, the pacarina of the Cabanas. Bottom left: View of the canyon from Madrigal. Above: Flock of alpacas at Lake Mucurca in Cabanaconde. Below: “Little Inferno” geyser in Pinchollo. Opposite page: Mount Mismi, origin of the Amazon River.
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foto: Pedro Samallani
CAÑÓN DE AVENTURA
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Adventure canyon
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Sintiendo la adrenalina
Foto: Municipalidad de Callalli
El plan no preveía grandes hazañas ni proezas. Todo lo contrario, la idea era esforzarse lo menos posible. Por esa razón, el máximo desgaste previsto era seguir los senderitos que conducen a las atalayas de la Cruz del Cóndor y dar unas cuantas vueltas por los pueblos —actividad condicionada, dicho sea de paso, a los caprichos climatológicos—. Solo eso. Lo demás sería descansar y contemplar.
Feeling the adrenaline The plan did not contemplate great feats or displays of skill. On the contrary, the idea was to get by with as little effort as possible. For that reason, the greatest physical challenge expected was the walk along the little path leading to the viewing points at Cruz del Condor, as well as a brief stroll around the villages included in the itinerary –weather conditions permitting, of course. That was all. Everything else was to involve relaxation and contemplation.
Bueno, era un plan simple, eficaz y sin excesivas complicaciones. Un plan en el que, como quedaría en evidencia después, no se había previsto un factor que a la larga terminaría por desbaratar lo proyectado. No es fácil de explicar claramente qué fue lo que sucedió, aunque, si se hace un esfuerzo supremo por simplificarlo, se podría echar mano a la religiosísima frase de “caer en la tentación”.
Well, that was the plan: simple, efficient and devoid of excess complications. It was a plan which, as would become clear later, had not allowed for a factor that would eventually disrupt the entire program. It is not easy to explain exactly what happened, although if we were to simplify matters, we might classify those events under that religious phrase “succumbing to temptation”.
Una tentación de la que fue imposible librarse, más allá de las buenos oficios de los santos patrones de la provincia de Caylloma, que escucharon atentísimos las plegarias de aquel viajero —pésimo andariego, peor ciclista, modesto jinete y desconocedor total de los secretos del canotaje, el vuelo libre y la escalada en roca— que no quería apartarse de su sosegado y reposado plan.
And this was a temptation from which it was impossible to extricate one’s self, in spite of the good offices of the patron saints of the province of Caylloma, who listened attentively to the prayers offered up by that traveler –that unaccomplished hiker, awful cyclist, average horseman and total novice in the arts of river rafting, paragliding and rock climbing- who had no intention of deviating from his relaxed, laid back plan.
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Y no es que se ponga en duda el poder de esas imágenes veneradas, pero su intermediaciones ante Dios fracasaron estrepitosamente, ya que el mencionado visitante no pudo resistir los llamados de aventura que surgen desde la profundidad del cañón, del serpentear kilométrico del río, de las rocas propicias para escalar, de las cumbres seductoras y de los caminos que van y vienen por todo el valle del Colca. El plan fracasó. La adrenalina fue el compañero perfecto en escenarios que parecen haber sido creados para vivir y emprender apasionantes travesías. Solo hay que decidirse. Dar la primera zancada en ese tramo caminero que corre por varios pueblos y une ambas márgenes del cañón, armarse con un remo y enfrentarse a las aguas del río Colca o decidirse a ser cóndor y volar desde la cumbre de un cerro. La aventura se impuso esta vez, revelando la cara más osada de un destino maravilloso, donde, en ocasiones, es imposible librarse de la tentación, a pesar de la piadosa ayuda de los santos patrones que, según cuentan, no se cansan de hacer milagros desde hace siglos. Pero ahora fallaron. Acaso porque las sagradas imágenes colqueñas —y perdonen la herejía— tienen una oculta predilección por los retos y los desafíos viajeros.
And although the intention here is not to cast doubt upon the powers of those much venerated images, it has to be said that the traveler’s prayers ended in total failure, for in the end he was unable to resist the call to adventure that rose up from the depths of the canyon, with its river perfect for rafting, its rock walls seemingly designed for climbing and its seductive peaks and inviting trails crisscrossing the entire Colca valley. The plan ended in failure. Adrenalin took over as the ideal companion in moments created to satisfy the expectations of the most adventurous travelers. All one needs to do is take that road linking the many villages scattered across both sides of the canyon, grab a paddle and confront the waters of the Colca River, or transform one’s self into a condor and take flight from the top of a hill. The spirit of adventure took over as the more daring face of what is a marvelous travel destination was revealed; a place where, on occasion, it is impossible to free one’s self from temptation in spite of the merciful intervention of local patron saints who, it is said, have been performing miracles for centuries. But they failed this time. Perhaps, at heart, those sacred images of Colca –forgive the blasphemous thought- retain their own hidden desire to savor the challenges offered the adventurous traveler in this natural arena.
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foto: Municipalidad de Callalli
Aventura al lĂmite. La provincia de Caylloma es perfecta para la prĂĄctica de distintos deportes.
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High adventure: The province of Caylloma is the perfect setting for adventure sports.
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Pure rafting. Below: Adventurers pass close to the colcas of Chinina.
Puro canotaje. Abajo: Los deportistas pasan cerca de las colcas de Chinina.
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Vuelo libre en los cielos de Chivay.
Paragliding in the skies above Chivay.
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Capítulo VI: DESTINO TURÍSTICO
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Chapter VI: Tourist destination
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Andanzas colqueñas El cañón, los andenes, los templos que se yerguen como un milagro en los pliegues del valle. El río, los nevados, los volcanes apacibles que se perfilan en el horizonte. Una tropilla de vicuñas. Un rebaño de llamas y alpacas. El vuelo del cóndor. Muchos caminos. Varios pueblos. Sol, viento, frío. Altura y profundidad. Contemplación y aventura. Colca. Visiones y vivencias. Historia y cultura. Piedra y adobe. Pueblos antiguos. Collaguas y cabanas. Fiesta. Música. Folclore. Plegarias y rezos. Rituales: Pagos a la Pachamama y a los apus. Estampas cotidianas: Un hombre arando el campo. Una mujer pastoreando. Un niño yendo a la escuela. Varias señoras tejiendo, bordando, creando, poniéndole color a sus prendas, poniéndole color al valle y al cañón. Y se va descubriendo, conociendo y disfrutando. Y se va y se viene de un pueblo de bucólica quietud, de una iglesia de arquitectura portentosa, de un mirador que reta al vacío. Y se van las horas y los días y aún hay tanto por explorar y recorrer: un yacimiento de arte rupestre, un géiser vaporoso, una catarata estrepitosa, unas colcas en lo más alto de un cerro, unas chullpas en un paraje remoto.
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Wandering through Colca
The canyon, agricultural terracing, churches rising miraculously from the folds of the valley. The river, snow-capped peaks, sleeping volcanoes punctuating the horizon. A troop of vicuñas. A flock of llamas and alpacas. The flight of the condor. Endless trails. Many villages. Sun, wind, cold. Heights and depths. Contemplation and adventure. Colca. Sights and experiences. Stone and mud brick. Ancient peoples. Collaguas and Cabanas. Fiesta. Music. Folklore. Prayers. Rituals: offerings to Pachamama and the Apus. Everyday scenes: a man tilling a field. A woman grazing a flock. A child on his way to school. Groups of women weaving, embroidering, creating, adding color to their clothing, adding color to the valley and the canyon. One continues to uncover, discover and enjoy. One wanders into and beyond a village characterized by its bucolic peace, with an imposing church and a viewing point that hangs over a void. And the hours and days pass and there is still so much to explore and visit: an area filled with rock art, a steaming geyser, a roaring waterfall, a group of colcas arranged on a hilltop, burial towers on a remote plain.
Siempre hay algo o siempre falta algo. Siempre hay razones para volver al Colca, al valle y al cañón, a la Cruz del Cóndor, a la iglesia de Lari, a la inexpugnable fortaleza de Chimpa, al pueblo de piedra de Sibayo. Siempre es un desafío aventurarse por los caminos sinuosos que suben, que bajan, que hacen malabares y conducen a Fure y a Tapay, a San Juan de Chuccho y a Sangalle.
There is always something more to see. There are always reasons to return to the Colca valley and canyon, to Cruz del Condor, the church at Lari, the impregnable fortress of Chimpa, the stone village of Sibayo. There is always a new challenge along narrow, winding trails that hurtle down to villages like Fure, Tapay, San Juan de Chuccho or Sangalle.
Un destino, múltiples rutas. El Colca clásico. Por tierra desde Arequipa hasta Chivay (3.651 m. s. n. m.), la capital de la provincia de Caylloma. Tres horas, 151 kilómetros. Paradas estratégicas en la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca. El arribo al valle. Solaz y descanso. El viaje madrugador hacia la Cruz del Cóndor. La parada en Yanque cuando el sol empieza a despertar en las alturas andinas.
This is a single travel destination offering multiple attractions: the classic Colca experience, accessed overland via the road from Arequipa to Chivay (3651 meters), the capital of the province of Caylloma, a three-hour, 151-kilometer trip. Along the way there are many things to see as one passes through the Salinas y Aguada Blanca National Reserve, before arriving at the restful, peaceful valley. And then there is the early morning trip to Cruz del Condor, stopping at Yanque just as the sun is rising in the high Andes.
Jóvenes bailando en la plaza, alrededor de la pileta, frente a la casa del dios de la conquista, bajo la égida del apu ancentral. Wititi, la danza más representativa de la provincia. Color y movimiento. Arte y ritmo. Tradición y folclore. Fotos y aplausos antes de reanudar el viaje, viendo pasar por las ventanas del bus, los andenes, el río, los pueblos de la otra margen del cañón.
Young people dance in the main square, around the fountain, opposite the house of God built by the conquistadores, beneath the towering ancestral Apu. The wititi is the province’s most typical dance. Color and movement. Art and rhythm. Tradition and folklore. Photos and applause before the journey continues once more, and one looks through the window of the bus at the agricultural terraces, the river, the villages on the other side of the canyon.
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De cóndores y caminos
Roadways and condors
El mirador anhelado. El lugar al que todos quieren llegar. La diaria concentración cosmopolita en un atalaya natural que permite verlo todo: el cañón, el cauce cercado, los ríspidos taludes, las cumbres de nieve y hasta un puñado de casas sembradas al borde del abismo. Pero el panorama está incompleto. ¿Dónde está el cóndor? Crece la ansiedad. Se apela a la paciencia.
The longed-for viewing point. The place that everyone wants to visit. The daily cosmopolitan concentration of travelers at a natural viewing point from which a panoramic view is offered: the canyon, the winding river, the rock walls, the snowy peaks and even a handful of houses scattered along the edge of the abyss. But the panorama is incomplete. Where is the condor? The excitement grows. Patience is called for.
Rutina colqueña. Los turistas, las fotos, la espera que casi siempre es recompensada. Planeo. Vuelo magistral del kuntur mitológico que impone su majestuosidad. Espectáculo maravilloso, espléndido, acaso conmovedor. Inolvidable como tantos otros momentos que se viven aquí o allá. Sí, en esa calle vestida de jolgorio de un distrito donde se reza y se baila; sí, en ese sendero que zigzaguea entre el valle y las montañas.
This is the daily life of Colca. Tourists, photos, a wait that is almost always amply rewarded with the majestic flight of the mythological kuntur, as it soars over its ancestral home. It is a marvelous spectacle. Splendid. Moving, even. It is an unforgettable moment like so many other moments experienced throughout Colca: in that joyous street where people are praying and dancing; along that zigzagging trail between the valley and the mountains.
Retorno. Distrito de Maca. La última parada. Un águila domesticada en el atrio de Santa Ana. Una sonrisa. La postal del recuerdo. El ingreso al templo sombrío, silencioso, admirable por su arquitectura y sus tesoros de arte religioso. Otra partida. Otra vez la carretera, los andenes, el río, los pueblos, Chivay con sus baños termales, con sus flamantes malecones, con su tradicional puente de piedra.
On the return journey through the district of Maca there is one final stop. A domesticated eagle perches on the atrium of Santa Ana church. A smile and a postcard souvenir. Visitors enter the somber church in silence, admiring the architecture and religious art treasures, before setting off once more. Another road, more agricultural terraces, the river, villages, Chivay with its thermal baths and its new promenades and old stone bridge.
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Ciudad de adioses y bienvenidas para quienes visitan lo clásico o se atreven a buscar algo más. Cabalgar, pedalear, remar o sencillamente caminar. Descenso a las entrañas del cañón. De Cabanaconde hacia las honduras del Colca en la primera etapa del trekking favorito de los foráneos. Dos o tres días de andar agitado, de aire puro, de adrenalina desbordante. Metro a metro. Llegando y partiendo de San Juan de Chuccho. Subiendo al remoto y pintoresco Tapay —donde hay duraznos y verdor, donde hay un pueblo viejo secuestrado por el follaje—. Pasando por las fugaces geografías urbanas de Cosñihua y Malata. Acelerando la marcha en la bajada postrera que antecede al descanso efímero en las refrescantes piscinas y albergues de Sangalle. Tiempo de solaz. Espacio de sosiego para recuperar fuerzas. Es lo justo, es lo necesario antes de emprender esa pendiente tenaz y agotadora que se remonta con pasos breves, continuos, acaso heroicos. Es el retorno a Cabanaconde, donde todo comenzó, donde todo termina. Es allí, también, donde se emprende otra ruta fascinante pero menos transitada, apenas conocida. De vuelta a la profundidad. Rumbo a las aguas atronadoras y al velo poderosamente cristalino de la catarata de Huaruro. A pie o a lomo de bestia. Todo vale. Todo ayuda en estas sendas que hacen malabares en las paredes que aprisionan el cauce que está allá abajo, tan abajo, que el descenso parece interminable.
This is a city of welcomes and farewells for those who make the classic tour of the canyon or come in search of something more. Riding, biking, paddling or just walking. Descending into the bowels of the canyon, the route from Cabanaconde to the depths of Colca is the first stage of the trek many foreign visitors make. This is a tough two- or three-day walk, lungs filled with clean air and adrenalin coursing through the body.
Meter by meter. Arriving and departing from San Juan de Chuccho. Climbing to remote and picturesque Tapay –where there is abundant vegetation, including peach trees, with the old village almost overrun with foliage. The trail then passes the tiny hamlets of Cosñihua and Malata, before walkers up their pace as they descend towards Sangalle, where there are guesthouses and refreshing pools to swim in. A time for relaxation. A space in which to recover physically. And this is essential before trekkers can contemplate the steep, rough and exhausting ascent to come, which must be negotiated step after step and demands an almost heroic level of effort. This is the return to Cabanaconde, for the whole experience ends where it began. Cabanaconde is also the starting point for another equally fascinating but far less well-known route. Once again this involves plunging into the depths of the earth, towards the raging, crystal clear waters of the Huaruro waterfall, either on foot or on the back of a horse or mule. For this is a demanding route along a trail that twists and turns down the sheer walls through which the river rushes along, so far below that the descent seems, at times, interminable.
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Rumbo a lo desconocido
Into the unknown
Puentes colgantes. Ascensos kilométricos. Cruces repetidos de un lado al otro del cañón. Un arriero con sus mulas. Un saludo fugaz. Piedras y espinas. Parajes agrestes. Caseríos rurales en una travesía demoledora y a la vez reconfortante que se realiza en tres o cuatro días. En sus últimas jornadas, esta desemboca en el circuito Cabanaconde-Sangalle y permite conocer sus principales atractivos.
Suspension bridges. Ascents several kilometers long. Continuously crossing from one side of the canyon to the other. A mule driver with his pack animals. A brief greeting. Rocks and thorns. Sheer walls. Rural hamlets along a punishing route that is also somehow a tonic, completed over three or four days. During the final stages the trail emerges on to the Cabanaconde-Sangalle circuit, allowing hikers to enjoy the area’s main attractions.
Un nuevo final. Otro principio. Dónde ir, qué hacer, hacia qué punto dirigir la inquietud por apreciarlo todo. Tantos lugares. Muchas opciones. Pensar. Decidir. Animarse a volver al valle por una vía ignorada, siguiendo un trazo carretero que nace en Arequipa, se interna por Yura y trepa a la provincia de Caylloma por los distritos de Huanca, Lluta y Huambo (Caylloma), para extinguirse en Cabanaconde (3.287 m. s. n. m).
One route ends and another begins. There is so much to see, so much to do, and one is sometimes unsure of how best to invest one’s time. There are so many options from which to choose. Think. Decide. Opt to go back to the valley and explore a little-known trail, follow a road that starts in Arequipa, passes through Yura and ascends to the province of Caylloma through the districts of Huanca, Lluta and Huambo (Caylloma), before petering out at Cabanaconde (3287 meters).
Pinturas rupestres, andenes, nevados, lagunas, más iglesias, otras alpacas y vicuñas. “¿Ya fue a Canco, vio el Ampato, subió al mirador Capilla?”, preguntan, informan, describen los pobladores con arrebatado entusiasmo. Entonces, hablan de un paraíso con variedad de frutas, con truchas inmensas y camarones que parecen langostas.
Rock paintings, agricultural terraces, snowy peaks, lakes, more churches, more alpacas and vicuñas: “Have you been to Canco? Did you see Ampato? You must climb the Capilla viewing point”, local people ask or insist, describing these attractions with great enthusiasm before going on to speak of a paradise of fruit trees, immense river trout and shrimps the size of lobsters.
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“Esa es la parte más profunda del cañón”, mueven las manos y sacan pecho los pobladores cuando hablan de Canco. “Es un sitio fantástico”, diría después otro lugareño con una dosis de tristeza, porque ese edén colqueño es ajeno al trajinar de los turistas. Lo mismo ocurre en el valle de los Volcanes, en el distrito de Andagua, en la vecina provincia de Castilla, donde la presencia de andariegos es, todavía, inexplicablemente escasa. Y eso que su rosario de pequeños volcanes son un auténtico deleite para quienes buscan no solo un acercamiento con la naturaleza, sino, más que nada, asombrarse ante sus caprichos o delirios creativos. Eso es Andagua, un lugar que es parte del inacabable circuito del valle y del cañón, porque se encuentra bajo la jurisdicción de la Autoridad Autónoma del Colca y Anexos (Autocolca). Visiones del Colca. Visiones que se convierten en recuerdos profundos. Visiones que invitan a volver y a buscar nuevas rutas o, por qué no, a recorrer los caminos de siempre, a revivir los primeros pasos. Esos que conducen a la Cruz del Cóndor, a los fecundos andenes, a las iglesias monumentales. Esos que te hacen conocer la esencia del valle, la esencia del cañón.
“That is the deepest part of the canyon”, say the local people, puffing out their chests and gesturing with their hands as they speak of Canco. “It is a fantastic place”, says another man, his voice tinged with sadness, because that Eden at the heart of Colca is so far from the well-trodden circuit taken by most tourists. The same is the case with the Valley of the Volcanoes, in the district of Andagua, in the neighboring province of Castilla, where, inexplicably, very few travelers ever venture. There, the ring of little volcanoes is a true marvel, experienced by those who not only seek contact with nature, but who also go in search of the real wonders nature can produce, in all its delirious creativity. Andagua is such a place, forming part of the seemingly endless circuit through the valley and canyon, under the jurisdiction of the Autonomous Authority of Colca and Annexes (Autocolca). Visions of Colca. Visions that are transformed into abiding memories. Visions that call one back in search of new routes or, perhaps, to hike the same trails again and relive those first experiences that include Cruz del Condor, fertile terraces and monumental churches, those attractions that first placed one in touch with the essential nature of the valley, the essential nature of the canyon.
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LAS RUTAS CLÁSICAS
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Classic routes
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Los clásicos del Colca Chivay, amanecer de un día cualquiera, con frío intenso y la esperanza de que el sol irá calentándolo todo lentamente. Entonces, solo queda redoblar el abrigo, darle una vuelta más a la chalina, mientras se espera el despertar del pomposamente llamado astro rey y, sobre todo, el arranque de los buses, camionetas, autos o cualquier otro vehículo motorizado que emprenda camino por la margen izquierda del valle. A la izquierda y por la izquierda. Esa es la consigna cuando se parte al amanecer de la capital de Caylloma. Una salida mañanera que, es bueno decirlo, no se cimenta en el consabido “a quien madruga Dios lo ayuda”. Existe otra razón más terrenal, mundana, digamos turística. Se cree, se afirma y hasta se asegura que las primeras horas del día son las mejores para observar a los cóndores. Por eso se sale al alba y si se toma la izquierda no es por un arranque revolucionario. Nada que ver. En esa margen se encuentra el famoso mirador de la Cruz del Cóndor. Eso sí, hay que ser precavidos y despertar temprano. No vaya a ser que por dormilones se frustre el avistamiento. Viajero prevenido vale por dos, aunque, siendo sinceros, si se llega más tarde también hay altas las probabilidades de éxito.
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Colca’s classic routes Dawn in Chivay is marked by intense cold and the certainty that the sun will eventually warm everything. Meanwhile, all one can do is wrap up, pull a scarf tightly around one’s neck and wait as the sun rises slowly and the buses, trucks and cars begin to set off along the road towards the left slope of the valley. To the left, on the left; that is the slogan bandied around as groups of travelers set off from the capital of Caylloma. And the reason for this departure at such an unholy hour? This is no solemn religious pilgrimage. The shared motive of those taking to the road is much more earthbound, much more mundane. It is said that the first hours after dawn represent the best time to observe condors. And that is why people set off at dawn. And they drive on the left not out of some collective wish to make a revolutionary statement, but because it is on the left that the famous viewing point known as Cruz de Condor is located. Those who hope to see condors must get up early, for those who opt to spend an extra hour in their beds will surely be disappointed. Or that is what they say, at least. In fact, those who choose to arrive later will almost certainly be lucky enough to spot condors, too.
Pero lo mejor es no arriesgar cuando se trata del circuito clásico del valle y el cañón, un itinerario turístico que, en un día o dos, permite llegar y conocer las iglesias virreinales de la Inmaculada Concepción (Yanque) y Santa Ana (Maca), las reponedoras aguas termales de La Calera (Chivay), además de un rosario de miradores en los distritos de Achoma y Cabanaconde. Recorrido intenso. Un poco a la volada. Subiendo y bajando del bus en la carretera que conecta Arequipa con Chivay (151 kilómetros), para observar la fauna, la cadena de volcanes y el paisaje altiplánico de la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca. Miradores, mujeres que venden artesanías. Color hecho arte. La fisonomía urbana de Chivay al final de un serpentín.
But it is best not to take any chances when it comes to the classic tour of the valley and the canyon, an itinerary that can be completed over a single day or two, giving visitors time to see the viceroyalty era churches of the Immaculate Conception (Yanque) and Saint Anne (Maca), and to enjoy the relaxing thermal waters of La Calera (Chivay), as well as the series of panoramic viewing points in the districts of Achoma and Cabanaconde.
It is a tight, somewhat rushed tour, continuously disembarking from the bus that covers the route from Arequipa to Chivay (151 kilometers), to observe fauna, the chain of volcanoes and the landscape of the Salinas y Aguada Blanca National Reserve. Viewing points, women selling handcrafts. Color made into art. The small town of Chivay at the end of a winding road.
Una tarde en el pueblo. La noche tentadora. La noche truncada por la obligación de levantarse temprano. Amanecer a la espera del bus, la camioneta, el auto o cualquier vehículo motorizado saliendo hacia la margen izquierda. Las escalas en los miradores de Chinina, con sus colcas, y Choquetico, con sus maquetas de piedra.
There is time to enjoy the town in the afternoon, while any evening entertainment must be curtailed, in the knowledge that the next day will begin before dawn. And then there is the drive –by bus, truck or car- along the left side of the canyon; the steps at the viewing points of Chinina, with its colcas in the distance, and Choquetico with its stone carvings.
Y, claro, también en la ya legendaria Cruz del Cóndor, siempre en la Cruz del Cóndor. El paraje soñado del Colca.
And then, of course, there is the legendary place known as Cruz del Condor, that emblematic, long-imagined platform from which condors can be seen.
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Circuito a la Cruz del Cóndor ¿Qué sentiste la primera vez que estuviste aquí? ¿Lo recuerdas o prefieres no pensar en ello?. Quizá lo que pretendes es olvidar, engañarte, convencerte de que nunca antes has venido. Solo así entenderías la extraña sensación que ahora te invade. Esa mezcla de curiosidad y de expectativa que apresura los latidos de tu corazón. Ese palpitar atolondrado que es una especie de anuncio y presagio. Va a suceder tarde o temprano. Lo intuyes. Ya has vivido esta experiencia. Fue en tu viaje precursor a las tierras del cañón. ¿Hace cuántos años? Diez, quince... Eso no importa, lo que importa es estar aquí, dándole la espalda a esa cruz que no es enorme ni deslumbrante y mirando con apasionado deleite el panorama fantástico —hondo y montañoso— que se revela ante tus ojos de viajero. Eres un espectador privilegiado en una atalaya natural que desnuda la grandiosa, abrupta y profunda geografía colqueña. No eres el único. Decenas de turistas comparten tus visiones. En el mirador no interesan los pasaportes. No se necesitan traductores. Todos se entienden. Todos desean lo mismo. Por eso han llegado a la Cruz del Cóndor. Para eso han recorrido miles de kilómetros.
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The flight of the condor What did you feel the first time you were there? Do you remember, or do you prefer not to think about it? Perhaps you hope to forget, to deceive yourself, to convince yourself that you have never been here before. That is the only explanation you can find for the strange sensation that invades you now, that mix of curiosity and expectation that quickens your heartbeat; that throbbing which is like some kind of portent. It is going to happen sooner or later. You can feel it. You have been through this before, on your previous trip into the lands of the canyon. How many years ago? Ten, fifteen… It doesn’t matter. All that matters is that you are here, turning your back on that cross which is neither enormous nor dazzling, and looking out with passionate delight over that fantastic panorama –deep and mountainous- that is laid out before your traveler’s eyes. You are a privileged spectator at a natural viewing point from which all the grandeur, ruggedness and depth of the geography of Colca is revealed. And you are not the only one. Dozens of tourists are sharing in the sight. Nationalities mean nothing here, and there is no need for translators. Everyone understands why they are here. Everyone wants the same thing. That is why they have come to Cruz del Condor, why they have traveled thousands of kilometers.
Cuánto tiempo ha pasado. Horas o minutos. Es larga la espera o es tu ansiedad la que te confunde. No lo sabes. Es lo de menos. No piensas retornar a Chivay sin haber logrado tu objetivo, sin haber sido testigo del espectacular vuelo del cóndor andino (Vultur gryphus). Lo viste la primera vez y tienes que verlo hoy, planeando fastuoso sobre la geografía encañonada. “Hay que tener paciencia”, dicen los guías en varios idiomas. Ellos confían en su experiencia, en su constante ir y venir desde Chivay 3651 m.s.n.m. hasta la Cruz del Cóndor. Viaje de 42 kilómetros. Andenes, pueblos, iglesias coloniales, pastores en la carretera. Vistas hermosas del valle y el cañón. Paradas obligadas en los templos de Yanque y Maca (a ocho y 23 kilómetros de Chivay), también en varios miradores con vistas de ensueño. Eso será al retorno. Eso lo verás después, cuando se apacigüe el palpitar de tu corazón, de ese corazón que ya no late por un presagio, que ya late por una realidad. El cóndor vuela, planea, se exhibe. Lo admiras. Es glorioso. El ave carroñera más grande del mundo está sobre ti y puedes ver sus alas inmensas y su collar blanco, como lo hiciste hace diez o quince años. Ahora sí quieres recordar. Ahora te das cuenta de que la magia se mantiene, no cambia, se renueva diariamente en la Cruz del Cóndor. Ese es su encanto. Eso invita a volver.
How much time has passed? Hours or minutes? Has it been a long wait, or has your anxious state confused your senses? You have no idea, and it doesn’t matter. You have no intention of returning to Chivay without having achieved your objective, without having witnessed the spectacular flight of the Andean condor (Vultur gryphus). You saw it the first time you came and you must see it today, when those birds swoop over the vertical scenery. “You must be patient”, say the guides, in several languages. They trust their own experience, after so many road trips from Chivay (3651 meters) to Cruz del Condor, along that 42 kilometer route, passing agricultural terracing, villages, colonial churches, shepherds moving their livestock, fine views of the valley and the canyon. On the way back, groups will stop to see the churches of Yanque and Maca (8 and 23 kilometers from Chivay, respectively), and at the many marvelous viewing points on the road. But that is on the return journey. You’ll see all that later, when the beating of your heart has slowed. For now your heart is racing not because you are standing in tense expectation, but because you can see it now. A condor is gliding above the canyon, putting on a show. You admire it. It is glorious. The world’s largest flying bird is above you now, and you can see its immense, outstretched wings and its white collar, just like you did ten or fifteen years ago. And you will yourself to remember now. You see now that the magic has remained unchanged, for it is renewed each day at Cruz del Condor. That is its charm: that is what has drawn you back.
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Abridora: Contraluz en la Cruz del Cóndor, el mirador más visitado del cañón del Colca. Esta página y siguiente: Vuelos de gigantes. Un espectáculo cotidianamente conmovedor.
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Main photograph: Cruz del Condor is the most visited spot in Colca canyon. This and the previous page: Giants take flight: A daily, yet singularly inspiring spectacle.
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Left: Puente Inca is one of the architectural icons of Chivay. This page: Splendid thermal baths of La Calera.
Izquierda: Puente Inca, uno de los íconos arquitectónicos de Chivay. Esta página: Espléndidos baños termales de La Calera
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Entre el edén y el oasis
Part Eden, part oasis
Hay quienes prefieren no pensar en los kilómetros que les falta por andar. De nada sirve preocuparse por anticipado. Eso lo solucionarán mañana. Ahora, su consigna es la de disfrutar de este lugar tan verde, tan pacífico, tan silencioso. Ellos no tienen dudas. Lo mejor es relajarse en la piscina, tenderse bajo el sol o brindar distendidamente a la salud de los compañeros de ruta.
There are those who prefer not to think about how many more kilometers they might have to walk. There is no point in concerning one’s self with what is to come. That can be taken care of tomorrow. Their approach is to enjoy the greenery around them, so peaceful, so silent. They do not entertain doubts. The best thing is to relax in the pool, or lie down under the sun and drink the health of their fellow travelers.
Pero no todos piensan igual. Otros no se dejan seducir por los guiños del sosiego y pretenden descifrar cómo será ese camino que remonta la pared montañosa que se alza frente a sus ojos. Ellos son la minoría. Ellos son los que estuvieron a punto de acalambrarse, los que perdieron el aire en el primer ascenso, los que miraban con envidia a los que se libraron del cansancio gracias al parsimonioso trote de una mula. Solo piensan en el escollo final. En la subida más temida. Esa que no debería existir. Así disfrutarían sin atisbo de preocupación del cálido sosiego de Sangalle (2.195 m. s. n. m.), un oasis y un edén al pie del cañón, donde se han sembrado varios refugios para los caminantes que parten de Cabanaconde, pernoctan en San Juan de Chuccho, suben pundonorosamente a Tapay, y bajan a las poblaciones de Cosñihua y Malata.
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But not everyone thinks like that. Others refuse to allow themselves to be seduced by leisure and wish only to discover what lies on that trail that leads up the sheer rock wall rising up before them. They are in the minority. They are the ones who were on the verge of getting cramp, those who ran out of breath on the first ascent, who looked on with envy at those who avoided fatigue by entrusting their journey to the steady trot of a mule. They think only of the final ascent, in the most daring climb; that climb that ought not to exist. In this way they are able to enjoy without a hint of concern the welcoming tranquility of Sangalle (2195 meters), an oasis and Eden at the bottom of the canyon, where a number of refuges have been established for those hikers who set off from Cabanaconde, spend the night at San Juan de Chuccho, climb steadily to Tapay and then descend to the villages of Cosñihua and Malata.
Pasos de aventura en el circuito andariego más afamado del Colca. Un duelo con la distancia y la altura. Una ruta que se adentra en la profundidad. Un rosario de encuentros con arrieros y campesinos, con niños de mejillas sonrosadas, con ancianas que evocan otros tiempos: sin viajeros en los senderos, sin turistas pasando por las puertas de sus casas de piedra y adobe.
This is the adventurous route of the best known trek in Colca. It is a duel with distance and altitude, a route that ventures into the depths. It is a series of brief meetings with mule drivers and peasants, with rosy-cheeked children or old folk who evoke the past; a time when there were no tourists on these trails, or travelers passing the doorways of their stone and mud brick houses.
Sangalle es la última parada. Su vegetación atrae, reconforta, anima a bajar con entusiasmo por aquella pendiente amplia que desemboca en un puente colgante. Aminorar el ritmo para atravesarlo sin prisa, viendo y escuchando al río que corre con furia impetuosa. Sus aguas alborotadas y rugientes golpean con encono las paredes que estrechan su cauce y mutilan su libertad.
Sangalle is the final stop. Its vegetation draws the visitor, offering the promise of comfort and encouraging him to climb down along that broad trail that ends at a suspension bridge. Here one slows down, in order to cross the bridge unhurriedly and watch as the river races on wildly, its waters slamming together and roaring as they are squeezed between the narrowing walls of the canyon.
Entre la calma de muchos y la preocupación de unos cuantos, la oscuridad empieza a apoderarse del cielo. Noche estrellada. Risas y brindis. El camino se viste de sombras. Ya nadie quiere interpretarlo. Entonces, más allá del agotamiento y la aprensión que genera la pendiente a Cabanaconde (3.287 m. s. n. m.), todos disfrutan —por un momento, por varios momentos— de la paz de un lugar que es edén y es oasis.
Amid the calm of many and the anxiety of a few, darkness begins to spread across the sky. It is a starry night, and there is laughter and toasting. The trail is cloaked in shadows. Now nobody attempts to interpret their experience, beyond the exhaustion and apprehension provoked by the ascent to Cabanaconde (3287 meters). For a moment, everyone enjoys the peace of a place that is part Eden, and part oasis.
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Izquierda, arriba, panorama del cañón en el camino a Sangalle; izquierda, abajo, puente colgante sobre el río Colca; arriba, descanso en Sangalle; abajo, un oasis de verdor espera a los caminantes.
Above left: Panoramic view of the canyon on the road to Sangalle. Above, left: Suspension bridge over the Colca River. Above: Resting in Sangalle. Below: A verdant oasis awaits hikers.
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Las aguas relajantes de Sangalle, perfectas para recuperar las fuerzas perdidas en el camino. The relaxing waters of Sangalle, perfect for recovering the energy expended on the trail.
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LOS OTROS CAMINOS
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The other trails
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Fuera de ruta La culpa es tuya. Tenías que hacer un pago. Llevar tu coquita o poner una piedra en alguna apacheta antes de recorrer ese camino. Pero no lo hiciste. Te olvidaste y sufriste las consecuencias de tu olvido. No seas terco, pues. No insistas con tu cantaleta de que lo ocurrido es culpa de la mala suerte y de la torpeza desmedida de ese motociclista, supuesto conocedor de las carreteras de altura.
Off route It’s your fault. You just had to make an offering, take your coca leaves along or place a stone on some cairn before starting the journey. But you didn’t do it. You forgot and then suffered the consequences of your carelessness. Don’t be so stubborn. Stop trying to convince yourself that what happened was caused by bad luck and the incredible clumsiness of that motorcyclist, who ought to have been an expert on the roads of the highlands.
Casualidad o castigo en la ruta a un cuarteto de chullpas en el distrito de Callalli. Pero fue solo la maniobra imperfecta de un conductor avezado la que ocasionó el percance en aquel torrente que cruzaba la vía, o era acaso el escarmiento enviado por los dioses antiguos, a ese viajero impertinente que se atrevía a ingresar en sus dominios sin pedirles permiso, sin rendirles tributo.
Chance or punishment on the road to a quartet of chullpas in the district of Callalli: was it just the imperfect maneuver of an experienced rider which led to that incident in the torrent that ran across the road, or was it perhaps a warning sent by the ancient gods, directed at that impertinent traveler who had dared to enter their realm without asking permission, without paying them tribute.
Y el piloto no puede superar el cauce entrometido. Equilibrio extraviado. Hombres al agua. Frío intenso. ¿Eso ocurrió por ser imprudente y confiar en un desconocido?, ¿o por desdeñar a la propia voz de la conciencia que te exigía un pago? Dudas e incertidumbre. No debiste dejarte ganar por la premura y tus ansias de conocer, cuanto antes, los otros caminos, las otras rutas del valle y el cañón del Colca.
And the rider was unable to retain control as he hit the water. He lost his balance and suddenly there were men in the water. The cold was intense. Did it happen because of negligence, or was it the result of trusting a stranger? Or perhaps it happened because you ignored that voice within you that said an offering should be made? Doubts and uncertainty. You shouldn’t have let yourself be carried away by impatience and your desire to get there as quickly as possible and travel those other routes through the Colca valley and canyon.
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Empapado y tembloroso continuaste con la travesía y conociste las chullpas de Tahuaya. Lección aprendida. El viajero no volvería a cruzar un cauce en una moto, no volvería a aventurarse por los caminos de los collaguas y cabanas, sin pedirle permiso —con coca, con trago, con cigarrito, con una piedra o tan solo invocándolos— a sus apus ancestrales: el Callaguata y el Hualca Hualca, respectivamente.
Partió y retornó muchas veces. De las colcas de Pumunuta en Tuti, de la fortaleza de Chimpa en Madrigal, de la catarata de Fure y del verdor frutícola de Tapay, de los castillos de piedra en Callalli, de la ventana del Colca, de la distante Caylloma con sus iglesias desaparecidas, del vecino valle de los volcanes en la provincia de Castilla y de los ignotos distritos Huambo, Lluta y Huanca.
Soaked through and trembling you continued
your journey and made it to the chullpas at Tahuaya. The lesson had been learned. The traveler would never again cross a racing torrent on a motorcycle, and never again would he venture into the lands of the Collagua and Cabanas without first asking permission through an offering of coca leaves, alcohol, a cigarette, a stone or just by invoking the local gods, those ancestral Apus known still as Callaguata and Hualca Hualca. He left and returned many times, visiting the colcas of Pumunuta in Tuti, the fortress of Chimpa in Madrigal, the waterfall at Fure and the verdant orchards of Tapay, the stone castles and the Colca window in Callalli, distant Caylloma with its redundant churches, the neighboring Valley of the Volcanoes in the province of Castilla, and the littleknown districts of Huambo, Lluta and Huanca.
Viajes que fueron develando un potencial todavía no explotado. En el Colca no todos los caminos conducen o deben conducir a la Cruz del Cóndor o a las principales iglesias. Hay más rutas. Tantos senderos y trochas que están esperando a los turistas deseosos de encontrar algo nuevo, bello, desconocido.
Those trips gradually revealed the unexploited potential of the region. In Colca not all roads lead – or ought to lead- to Cruz del Condor or the most well-known churches. There are other roads, as well as trails and pathways, awaiting those tourists keen to experience something new, beautiful and unknown.
Solo es cuestión de decidirse, aventurarse y, también, por qué no, de escuchar a esa vocecilla en la conciencia que te pide respetar a los dioses antiguos, a los dioses de siempre.
It is just a question of making the decision, setting off and –why not- listening to that little voice we call conscience that asks you to respect those ancient gods, those timeless gods.
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La otra cara del cañón Por un momento —hay que admitirlo— la posibilidad de que Humberto se quedara dormido en pleno viaje era muy tentadora. Si él no despertaba, podría evitarse la caminata final hacia esa cueva o abrigo que, según sus palabras, nos dejaría con la boca abierta. Y no es que dudáramos de nuestro ocasional acompañante, pero las rutas suelen estar llenas de lugares extraordinarios que al final no lo son tanto. Así que lo mejor era que Humberto siguiera durmiendo, algo poco probable por los embates propios de la carretera, capaces de sacudir hasta el cansancio de una travesía larga y extenuante por los dominios del Ampato. Aquí priman las montañas, las iglesias coloniales, los andenes prehispánicos, los miradores extraordinarios como Saranquima y Capilla, y un paraíso terrenal llamado Canco. En esta zona apenas visitada, el cañón se muestra peculiarmente hondo y estrecho en Pichirigma (distrito de Lluta, 3.033 m. s. n. m.). Pero eso no es todo: la segunda expedición polaca, liderada por el matemático Andrew Pietowski en 2005, reveló que el punto de mayor profundidad del Colca se encuentra muy cerca de Quillo Orco, en el distrito de Huambo (3.222 m. s. n. m.).
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The other face of the canyon For a moment –it must be admitted- the possibility that Humberto might not wake up seemed distinctly appealing. If he didn’t open his eyes in time, then the final walk might be avoided to that cave where, according to him, we would be astonished by what we saw. We did not doubt our occasional trekking partner, but the truth is that his trails tend to be filled with extraordinary places which, when you get there, are not so extraordinary, after all. So the best thing to do was hope Humberto would remain asleep, although that seemed unlikely, the way the road was throwing us about and shaking from our bones all the tiredness from the long trip through the land around Ampato. This is a land of mountains, colonial churches, pre-Hispanic terracing and remarkable viewing points like Saranquima and Capilla; an earthly paradise called Canco. In this rarely-visited area, the canyon is especially deep and narrow at Pichirigma (in the district of Lluta, 3033 meters). But that is not all. It was here that the second Polish expedition, led by the mathematician Andrew Pietowski in 2005, revealed that the very deepest part of Colca canyon is located very near Quillo Orco, in the district of Huambo (3222 meters).
Pero Humberto despertó justo a tiempo. Se disipó la esperanza. Tendríamos que bajar de la camioneta en medio de la pampa, justo cuando el sol se despedía y el viento frío amenazaba con sus soplidos furibundos. “Quince minutos de ida. Nada más”, aseguró nuestro guía al iniciar su marcha entre matas de ichu y cactos de espinas afiladas que parecían viejos gigantes barbados. “¿Qué les parece?”, preguntaría Humberto. “Es mi Capilla Sixtina”, agregaría orgulloso ante nuestra falta de respuesta. Y es que estábamos anonadados, frente a esas pinturas rupestres trazadas por los wari, en esa cueva o abrigo en medio de la nada. No son muchas, son suficientes. La caza de auquénidos, un personaje que debió ser un dignatario, un mensajero, algunos trazos geométricos. La noche proyecta sus primeras sombras. Es tiempo de retornar entre el ichu y los cactos, pensando que, en este caso, a diferencia de muchos otros, sí nos quedamos con la boca abierta.
foto: Humberto Huamani
Los resultados de Pietowski y sus expedicionarios arrojaron una cifra extraordinaria: 4.160 metros. Solo eso bastaría para aventurarse por la carretera serpenteante que une los distritos de Huambo, Lluta y Huanca (3.050 m. s. n. m.), donde estamos ahora, esperando que Humberto no se despierte, para librarnos de esa parada fuera de itinerario que alargaría el retorno a Chivay o Arequipa (por la vía a Yura).
The measurements made by the Pietowski expedition produced an extraordinary figure: 4,160 meters. That fact alone was enough to convince us to venture along the narrow, winding road that links the districts of Huambo, Lluta and Huanca (3050 meters), where we found ourselves hoping that Humberto would not wake up, so we wouldn’t have to diverge from our itinerary and push back the return to Chivay or Arequipa (via the road to Yura). But Humberto woke up just in time and all hope was lost. We would have to get out of the truck in the middle of the plain, just as the sun was starting to go down and the cold wind was beginning to rise. “It is fifteen minutes there, that’s all”, our guide assured us, as we set off through the coarse ichu grass and thorny cacti that looked like enormous old bearded men. “What do you think?” Humberto asked. “This is my Sistine Chapel”, he added proudly, when we failed to reply. The fact is, we were taken aback as we contemplated those paintings made on rock by the Wari, in that small cave in the middle of nowhere. There aren’t many of them, but there are enough. They show camelids being hunted, an individual who is clearly a dignitary, a messenger and a series of geometric forms. The night casts its first shadows. It is time to return through the ichu and cacti, thinking that, on this occasion at least, Humberto had been right and what we had seen certainly merited the trouble taken to get there.
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foto: Humberto Huamani
Izquierda, plaza e iglesia de Huambo; arriba, vista de Canco, donde el cañón se muestra en toda su profundidad; abajo, la Garganta del Diablo; arriba derecha, interior del templo de San Lorenzo; abajo derecha, andenes en pleno verdor.
Left: Main square and church of Huambo. Above: View of Canco, where the canyon is at its deepest. Below: “The Devil’s Throat”. Above right: Interior of Saint Lawrence church. Below right: Verdant agricultural terracing.
foto: Humberto Huamani
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Lluta es otro distrito desconocido del ca帽贸n. En esta zona hay mucho por explorar y descubrir.
Lluta is another little-known district of the canyon. There is much to explore and discover here.
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El distrito de Huanca puede ser el final o el principio de un viaje intenso desde Chivay a Arequipa o viceversa.
The district of Huanca can mark the beginning or the end of an intense trip from Chivay to Arequipa or vice versa.
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La catarata del cañón
The canyon falls
La culpa es tuya, John. Te lo digo ahora que ya estamos lejos del camino, que ya dejamos de subir y bajar por las laderas del cañón. Sí, lo sé, debes estar preguntándote de qué cosa eres culpable si todo salió tan bien en la ruta y regresamos cansados pero victoriosos a la plaza de Cabanaconde.
It’s your fault John. I’m telling you now that we are far from that trail, now we are no longer scaling and descending the sides of the canyon. Yes, I know, you must be asking yourself what it is you did wrong, when everything turned out so well during the trek and we returned tired but victorious to the main square of Cabanaconde.
Pero es en vano. No lo sabes y ni siquiera te lo imaginas. Por eso te lo voy a explicar ahora. Fue al final de la primera jornada, cuando en el albergue sin lujos del escueto anexo de Fure (distrito de Tapay) hablaste de un camino en el que no entraban las mulas. Entonces, se encendieron mis alarmas, se acrecentaron mis temores, se esfumaron las ganas de seguir escuchándote. Te soy sincero. Toda la noche imaginé cómo sería ese sendero de equilibrista que conducía a Huaruro, acaso la joya escondida o mejor guardada de esta ruta extenuante que une Cabanaconde con varios anexos y caseríos de nombres extraños, de esos que muchas veces no figuran ni en los mapas. Luego, el camino remonta hacia Tapay, el “Jardín del Colca”, que florece a 2.400 m. s. n. m. y a 63 kilómetros de Chivay.
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But, of course, you cannot even begin to imagine what it is. And that is why I’m going to explain it to you now. It was at the end of the first day, when in the modest guesthouse in the village of Fure (in the district of Tapay), you spoke of a trail that mules could not negotiate. That was when alarm bells sounded, my anxiety levels increased, and any desire I had to continue listening to you vanished. I have to be honest with you. All that night I imagined what that narrow trail would be like to Huaruro, that hidden jewel -or best kept secret- on the trail that links Cabanaconde with a number of communities and hamlets with strange names, many of which do not even feature on maps of the region. After that, the trail continues to Tapay, the “Garden of Colca”, which flourishes at 2400 meters above sea level, some 63 kilometers from Chivay. It is a marvelous three- or four-day pilgrimage, from the heights of Cabanaconde (at 3287 meters and 56 kilometers from Chivay), as far as the banks of the Colca River (at approximately 2500 meters).
Tres o cuatro días de peregrinación profunda. Desde las alturas de Cabanaconde (a 3.287 m. s. n. m. y a 56 kilómetros de Chivay) hasta las orillas del río Colca (2.500 aproximadamente). Descensos y trepadas demoledoras. A un lado las montañas, al otro la oquedad. Si es así en las zonas donde pasan las mulas, cómo sería rumbo a Huaruro. Debí preguntártelo, John, en vez de atormentarme imaginando estrecheces y abismos. Partimos temprano. “Tres horas de ida y vuelta, yendo tranquilo”, afirmas confiado. Avanzamos hacia nuestro destino. Mido mis pasos. Hablo poco. Me concentro. Voy pensando en qué momento esta franja que culebrea entre el cerro y el verdor se volverá intransitable. ¿Tendría que usar mis manos o agarrarme de las plantas para no perderme en la nada? Repito, la culpa es tuya, John. Tus palabras desbocaron mis miedos y mi horror a los abismos. Tuve que enfrentarlos paso a paso. Al final, no era tan difícil. Llegué. Huaruro. Aguas de furia. Velo atronador que invita a acercarse para sentir su aliento frío y el golpetear de sus gotas, arrancadas del torrente por el viento andino. Frente a Huaruro me despojé de todos mis miedo. Ya no me asusta ninguna de tus palabras. Y caminamos. Y jineteamos tus mulas. Brindamos en Sangalle por el cañón, por la catarata, y, también, por los arrieros como tú, para que día tras día sigan transitando los caminos.
Steep descents and punishing ascents, with the mountains on one side and the void on the other. And if that is what it is like in the zones where mules can go, what, I wondered, would it be like on the trail to Huaruro? I should have asked you then, John, instead of tormenting myself by imagining impossibly narrow paths and plunging abysses. We left early: “Three hours there and back, walking slowly”, you stated. We advanced towards our destination. I measured my pace and spoke little. I was concentrating on the task. I was wondering at what moment that trail which wound through the scenery would suddenly become impassable. Would I have to use my hands, or grab hold of vegetation to stop myself from plunging into the void? I repeat: you are to blame, John. Your words unleashed all my fears and feelings of vertigo, which I had to face with every step I took. In the end, it wasn’t so difficult. I made it to Huaruro and those thundering waters; those racing falls which one is drawn to in order to feel their cold breath and get spattered by the moisture drawn off them by the Andean winds. Standing there at Huaruro all my fear left me. I was no longer cowed by your words. And we walked, and we rode your mules. In Sangalle, we raised a toast to the canyon, to the waterfall and, also, to you and the other mule drivers, so that day after day you might continue to journey along those trails.
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Izquierda: El velo espectacular de la catarata de Huaruro en el anexo de Fure, Tapay. El camino hacia la catarata de Huaruro se inicia en Cabanaconde. La ruta —que se recorre a pie o a lomo de bestia— es sencillamente impresionante.
Left: The spectacular Huaruro falls in Fure, Tapay. The breathtaking route to the Huaruro falls begins in Cabanaconde and can be completed on foot or my mule.
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Tierra volcánica “De poder se puede. Es lejos. Uno se demora de cuatro a cinco días. Pero no voy mucho por allá”, dice en un tono tajante con matices de advertencia. Es como si con sus palabras quisiera extinguir cualquier interés, afán o naciente ilusión de, por qué no, aventurarse por aquellos caminos que se alejan de la profundidad del cañón y se internan en un valle plagado de volcanes. Cuatro o cinco días. De Cabanaconde en Caylloma hasta Ayo en Castilla. Esa es la ruta pedestre que une el valle del Colca, con sus iglesias y andenes, con el valle de los Volcanes, un destino que provoca explorar e ir descubriendo. ¿Pero a pie?, ¿ahora?, ¿recién llegado de Fure, Tapay y Sangalle? No, paso, será para la próxima. Lo mejor es hacer caso al arriero de los tonos y los matices de advertencia. Mejor por carretera. Hacia Andagua (a 3.560 m. s. n. m.) y sus 32 conos y más de 60 grietas volcánicas. Un viaje largo desde Arequipa por una vía serpenteante de 323 kilómetros. Pero ese no es el único acceso. Desde Chivay se llega a través de un azaroso trayecto que incluye pasos motorizados por Sibayo, Caylloma y Orcopampa (ya en la provincia de Castilla y a 3.900 m. s. n. m.).
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Volcanic land “Sure, it can be done. It’s a long way. It takes between four and five days. But I don’t pass that way often”, he said in an emphatic tone that contained a note of warning. It was as if through his words he wished to extinguish all interest, desire or nascent illusion regarding the prospect of venturing along those trails that lead away from the depths of the canyon and enter the blighted valley of the volcanoes. Four or five days, from Cabanaconde in Caylloma to Ayo in Castilla; that is the footpath that links the Colca valley, with its churches and agricultural terracing, with the Valley of the Volcanoes, a destination that invites exploration. But on foot, now, when I have just arrived from Fure, Tapay and Sangalle? No, I can’t, maybe next time. It would be best to heed the warning voice of the mule driver. It would be better to do it by road, to Andagua (at 3560 meters) with its 32 volcanic cones and more than 60 fissures. It is a long trip from Arequipa along a winding 323 kilometer road. But that is not the only way. From Chivay it can be accessed via a hair-raising route that passes through Sibayo, Caylloma and Orcopampa (in the province of Castilla at an altitude of 3900 meters).
Un rosario de pequeños volcanes de diferentes épocas y periodos geológicos. Los más antiguos se habrían originado en el Pleistoceno (un millón de años atrás) y su altura sobrepasa los 100 metros. Otros, a los que podríamos calificar como los “jovencitos” de la zona, tienen de 300 a 400 años. Estos presentan menor tamaño (bordean los 50 centímetros). De madrugada en Andagua (provincia de Castilla). Falta abrigo. Hay que encontrar un hospedaje. “Hoy no atiendo. Me voy a la chacra”, informa un cuartelero. Seguir buscando o esperar el amanecer para subir al mirador que está detrás del complejo arqueológico de Antaymarca. Piedras y cactus. Restauración pendiente. Ya en la atalaya resaltan los volcanes mellizos de Huanacaure y el cono del KanallaMauras. En su interior existe un coso taurino que pronto será rehabilitado. Volver al pueblo. Más visitas y recorridos. Andando hacia la catarata de Shanquilay. Velo refrescante. En auto hacia el distrito de Chachas. Pueblo ganadero. Una laguna. La iglesia colonial de San Pedro. Las ganas de ir a Ayo —cálido, frutícola, exuberante— y a los restos arqueológicos de Soporo. No hay tiempo. Hay que volver a Arequipa. Será para la próxima Será para cuando vengamos caminando desde las tierras del cañón y la profundidad.
This is a series of small volcanoes from different geological periods, with the oldest dating back to the Pleistocene (a million years ago) and more than 100 meters high. Others might be described as “young” in comparison, dating back just three or four hundred years. These are much smaller (less than 50 centimeters tall). It is not yet dawn in Andagua (in the province of Castilla), and it is cold. Accommodation is required. “I’m not open today. I have to go out to the farm”, one innkeeper informs me. I can either keep looking or wait for dawn to climb the viewing point that stands behind the Antaymarca archaeological site. Rocks and cactus. Awaiting restoration. From the heights the twin volcanoes of Huanacaure and the cone of Kanalla-Mauras can be seen. There is a bullring that will soon be restored. I return to the village and continue my visit. There is a walk to the refreshing waterfall at Shanquilay. A car ride takes one to the district of Chachas, a livestock community. There is a lake, and the colonial-era Saint Peter’s church. I feel like pushing on to Ayo –warm, fruit-growing, fertile- and the archaeological site at Soporo. There isn’t time. We must return to Arequipa. It will have to wait until next time; the next time we come this way, from the lands where the depths of the canyon dominate the landscape.
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El valle de los Volcanes, en la provincia de Castilla, muestra escenarios paisajĂsticos capaces de entusiasmar a cualquier viajero.
The Valley of the Volcanoes, in the province of Castilla, offers scenery that will stir even the most experienced traveler.
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Aventurarse en el valle de los Volcanes permite conocer lugares de extraordinaria belleza. Siempre es una buena opci贸n.
Those who venture into the Valley of the Volcanoes will find a landscape of extraordinary beauty.
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ELMER CÁCERES LLICA ALCALDE PROVINCIAL DE CAYLLOMA
JUAN ELOY CONDORI TACO ALCALDE DE ACHOMA
JORGE ALFREDO GUERRA BERNEDO
MIEMBROS DEL DIRECTORIO DE AUTOCOLCA
PROVINCIAL DE CAYLLOMA
ARQ. ELMER CÁCERES LLICA ALCALDE DE LA PROVINCIA DE CAYLLOMA PRESIDENTE DEL DIRECTORIO DE AUTOCOLCA
ALCALDE DE CABANACONDE
ÁNGEL VILCAHUAMÁN PUMA ALCALDE DE CALLALLI
MARIO E. MENA MERCADO
ALCALDE DE COPORAQUE
GLEEN BEGAZO BEJARANO
MARIO EDUARDO MENA MERCADO
Prof. GERMÁN NICODEMO MAMANI TACO
ALCALDE DEL DISTRITO DE CAYLLOMA REPRESENTANTE ZONA ALTA DE LA PROVINCIA DE CAYLLOMA
Sr. DOMINGO TORRES CHOQUE
TEODOSIO ELIO BEGAZO MAICA ALCALDE DEL DISTRITO DE LLUTA REPRESENTANTE PARTE BAJA DE LA PROVINCIA DE CAYLLOMA
ALCALDE DE HUAMBO
ENRIQUE CERAFÍN GÓMEZ BEGAZO ALCALDE DE HUANCA
JAVIER SEBASTIÁN CHULLO TACO
Prof. RODOLFO SABINO SARAYASI SAMAYANI Sr. DEMETRIO CCAMA CANAZA
ALCALDE DE CAYLLOMA
VALERIANO RUFINO ROJAS ROSAS
REGIDORES DE LA MUNICIPALIDAD
JAVIER SEBASTIÁN CHULLO TACO
Sr. ISIDRO PONCIANO SISA SAPACAYO Sra. EVANGELINA SUCLLE ROJAS Prof. MARIO JACINTO LACASTRO SUYO Ing. JULIO CÉSAR VICENTE SALAS Lic. WILLIAM FLORENCIO BERNAL HUARCA
ALCALDE DEL DISTRITO DE ICHUPAMPA REPRESENTANTE MARGEN DERECHA
ALCALDE DE ICHUPAMPA
GUILLERMO ELOY ROJAS GARCÍA ALCALDE DE LARI
EDWIN GÓMEZ GUTIÉRREZ ALCALDE DEL DISTRITO DE MACA REPRESENTANTE MARGEN IZQUIERDA
TEODOSIO ELIO BEGAZO MAYCA ALCALDE DE LLUTA
EDWIN GÓMEZ GUTIÉRREZ ALCALDE DE MACA
JESÚS JUAN PURGUAYA SÁNCHEZ
GERENTE MUNICIPAL
ALCALDE DEL DISTRITO DE ANDAGUA REPRESENTANTE PROV. CASTILLA
Ing. GREGORIO PALMA FIGUEROA
FLORENTINO S. CHÁVEZ CASTRO ALCALDE DE MADRIGAL
ELARD A. HURTADO RETAMOZO ALCALDE DE MAJES
FRANZ GRUPP CASTELLO DIRECTOR DE LA DIRECCIÓN REGIONAL DE CULTURA REPRESENTANTE DE LA DIRECCIÓN REGIONAL DE CULTURA
BIBIANO QUISPE CAYLLAHUA ALCALDE DE SAN ANTONIO DE CHUCA
DR. JUAN MANUEL GUILLÉN BENAVIDES
RAÚL M. MAMANI PICHA
PRESIDENTE DEL GOBIERNO REGIONAL DE AREQUIPA REPRESENTANTE DEL GOBIERNO REGIONAL DE AREQUIPA
ALCALDE DE SIBAYO
CONCEPCIÓN HUACALLO TEJADA ALCALDE DE TAPAY
PABLO CÉSAR ROMO ROMÁN
WENCESLAO ACHAHUI ALMONTE
DIRECTOR NACIONAL DE DESARROLLO TURÍSTICO REPRESENTANTE DEL MINCETUR
ALCALDE DE TISCO
GERENTE DE AUTOCOLCA RANULFO CAPIRA MENDIVIL ALCALDE DE TUTI
JULIO MORRIBERÓN ROSAS
RAMÓN CAYLLAHUA CAYLLAHUA
PRESIDENTE DE LA CÁMARA DE COMERCIO E INDUSTRIA DE AREQUIPA
ALCALDE DE YANQUE
REPRESENTANTE DE LA CÁMARA DE COMERCIO E INDUSTRIA DE AREQUIPA
FREDY JIMÉNEZ BARRIOS
Índice / Index Prólogo / Prologue 14 Amor por nuestra tierra / Love for our land Arq. Elmer Cáceres Llica Alcalde provincial de Caylloma / Provincial Mayor of Caylloma Camino al desarrollo sostenible / On the path to sustainable development Dr. Juan Manuel Guillén Benavides Presidente Regional de Arequipa / Regional President of Arequipa Un destino privilegiado / A privileged destination 22 James Posso Sánchez Presidente Asociación Civil Ñan Perú / President Cuando no alcanzan las palabras / When words are not enough
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Capítulo I / Chapter I Un valle de historia / A historic valley 28 Las primeras huellas / The first traces 36 Tumbas colgantes / Hanging tombs 44 Collaguas y cabanas / Collaguas and Cabanas 50 La andenería del valle / The terracing of the valley 56 72 Herencia de piedra / Legacy of stone
Capítulo II / Chapter II Los vientos coloniales / Colonial winds 102 Un rosario de templo / A rosary of churches 110 Capítulo III / Chapter III El redescubrimiento del Colca / The rediscovery of Colca 164 Capítulo IV / Chapter IV Cultura viva / Living culture 176 Días de fiesta / Festivities 184 El tributo a la tierra / Paying tribute to the land 198 Un pueblo de piedra / Village of stone 204 Capítulo V / Chapter V Viaje a la profundidad / Journey into the depths 214 Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca / Salinas y Aguada Blanca National Reserve 222 La flora y fauna del cañón / The flora and fauna of the canyon 228 Tierra de montañas y volcanes / Land of mountains and volcanoes 238 Cañón de aventura / Adventure canyon 246 Capítulo VI / Chapter VI Destino turístico / Tourist destination 254 Las rutas clásicas / Classic routes 262 Los otros caminos / The other trails 278 300 Mapas / Maps
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