Equipo Editorial Edith Johanna Morales Roa, Myriam Camacho, Jeni Carolina Grillo, Paola Suárez, Sandra Castro Rozo Colaboradoras Fondo tierra para mujeres, Gloria Rodríguez, Andrea Teresa Castillo Olarte, Paola López Bojaca, John Fredy Rodríguez Méndez, Edith Johanna Morales Roa, Jessica Niño Vera, Amaranta Hosca, Alba Vanegas Medina, Colectivo - GEA Feminista. Artistas invitadas: maiznegrofiligrana Jarilla ediciones: jarillaediciones.sl Elizabeth Gómez: eldiabloendetalles@gmail. com Jennifer Duarte: lastapas.de.simon Gabriela Patiño Laura Camila Suárez Luki Pascua Miroslava Basaldúa Flores. Fotografía de portada: Luis Carlos Ayala, 24M día 5 de cuarentena Bogotá DC Diseño y Diagramación : Paola Caterin Piraquive piroestudio@gmail.com
DiseĂąo por: Miroslava BasaldĂşa Flores.
A las lectoras Vivimos un momento histórico que está develando la necesidad de una transformación ética, económica y política como seres humanos. Desde nuestras reivindicaciones feministas luchamos por vivir esta crisis en condiciones de dignidad y apostamos por sociedades del cuidado en las que la vida esté en el centro, las mujeres vivamos una vida libre de violencias, gocemos de plena garantía de derechos y los lazos comunitarios sean la base para construir un mundo nuevo. En estos tiempos de confinamiento obligatorio nos hemos dado cuenta que las mujeres seguimos siendo objeto de violencia, y lamentamos profundamente que justo en estas circunstancias históricas, las cifras de feminicidios y violencia de género y hacia las mujeres, estén aumentando de manera dramática. Lo que reivindica una vez la necesidad de unir nuestras voces para seguir reclamando y luchando por espacios más democráticos y libres de violencia, en una sociedad que se ha encargado de normalizar conductas delictivas, que como ya hemos visto, se vuelven más intensas no solo en la calle, sino en la casa. Nos reencontramos para crear, para escribir, para difundir las creatividades de las mujeres diversas unidas bajo la bandera de que el feminismo es la alternativa al desarrollo, es la propuesta reivindicadora en tiempos de crisis. Desde diferentes geografías, desde diferentes labores, desde diferentes proyectos personales y colectivos, las integrantes de Fuerza Femenina Popular nos volvemos a reunir para dar vida al proyecto comunicativo popular revista Mirabal, financiada desde la autogestión, encontrando la virtualidad como medio para llegar a lectoras y lectores ávidos de contenidos alternativos y esperanzadores en medio de la pandemia que materializa las injusticias, inequidades, y en general la olla podrida del capitalismo en las vidas de todos y todas. Este número recoge diferentes resistencias y apuestas que desde antes de la pandemia actual luchaban contra la violencia, la discriminación, el abuso de autoridad, la invisibilidad de los trabajos del cuidado, entre otras formas de opresión que ahora se agudizan. Razón por la cual, a pesar del confinamiento es urgente seguir alzando nuestras voces desde el activismo político, la economía del cuidado, la exigencia de derechos de las mujeres, los saberes ancestrales y de la tierra. Agradecemos a cada una de las personas por sus valiosos aportes para hacer realidad este proyecto de comunicación popular.
La Sabana late
Fondo Tierra para Mujeres
El ahorro feminista, una forma de retomar la economĂa, la tierra colectiva y la esperanza
fondomujerestierra@gmail.com
La Sabana late Nuestro fondo de ahorro “Tierra para Mujeres”, nace en el año 2017, como un grupo intergeneracional de mujeres diversas, nos juntamos porque compartimos un profundo amor y respeto por la tierra, la añoramos… la mayoría de nosotras, somos de origen campesino; extrabajadoras de flores, artesanas, docentes y profesionales de agroecología y humanidades. Algunas de las integrantes hacemos parte de diferentes organizaciones sociales de la sabana de Bogotá, por lo cual estamos muy conectadas con los procesos de educación popular, soberanía alimentaria y economía solidaria, que se vienen desarrollando por la defensa de los territorios. A lo largo de su historia, Colombia se ha batido en innumerables conflictos por el control territorial, la desigualdad en el uso y propiedad de la tierra ha sido uno, por no decir el más importante, detonador del conflicto armado interno. Según Oxfam, los datos
ha conllevado a la degradación de ecosistemas estratégicos y al despojo de territorios ancestrales y tradicionales, pertenecientes a poblaciones indígenas, afro y campesinas. Entre otros fenómenos que profundizan la desigualdad en nuestro país. La situación entorno a la tierra en la sabana de Bogotá, se caracteriza por los recientes escándalos de corrupción en las alcaldías locales por el llamado volteo de tierras, es decir, la modificación amañada de los planes de ordenamiento territorial, en los cuales se cambia el uso del suelo agrícola por usos urbanos o industriales. Lo cual además de enriquecer a unos pocos, ha generado profundas problemáticas sociales y económicas en la región. Bajo este panorama de por sí ya bastante hostil, la situación de nosotras, las mujeres populares, es bastante preocupante; pues si bien, desde el año 1988 se nos reconoce el derecho a la propiedad de
“Las mujeres del Fondo de ahorro compartimos el potente sueño de reconstruir las prácticas de nuestras ancestras campesinas e indígenas, de tejer vida en comunidad en armonía con los ecosistemas, el sueño de ser soberanas en nuestra alimentación y en la forma en que reproducimos la vida día a día.” del último censo nacional agrario 2014, indican que Colombia es el país de América Latina con mayor concentración en la tenencia de tierra. Las políticas agropecuarias de los últimos gobiernos, han facilitado la concentración de grandes extensiones de tierra en manos de acaparadores y terratenientes, emparentados con las castas políticas regionales y nacionales. El 1 % de las fincas de mayor tamaño tienen en su poder el 81% de la tierra colombiana. El 19 % de tierra restante se reparte entre el 99% de las fincas. Este acaparamiento de tierra, viene acelerando la expansión del monocultivo, la deforestación, la ganadería y la mega minería. Evidentemente esto
la tierra; es evidente la profunda dificultad para el acceso efectivo y para la titulación de la misma, especialmente en la Sabana de Bogotá, donde los suelos de la región se encuentran entre los más costosos del país. Las mujeres del Fondo de ahorro compartimos el potente sueño de reconstruir las prácticas de nuestras ancestras campesinas e indígenas, de tejer vida en comunidad en armonía con los ecosistemas, el sueño de ser soberanas en nuestra alimentación y en la forma en que reproducimos la vida día a día. Para esto debemos adquirir un terreno de propiedad colectiva donde se consolide una comunidad
La Sabana late rural, donde podamos construir un proyecto de vivienda digna, para fomentar estilos de vida colectivos basados en el eco feminismo popular y la agroecología. Deseamos un lugar donde podamos seguir tejiendo procesos de educación popular con diferentes comunidades. Las mujeres populares hemos sabido desde hace bastante tiempo que estamos en crisis agroalimentaria, en nuestro territorio hay cada vez menos espacio para habitar y aún menos para sembrar comida o cuidar los ecosistemas. Entorno a la vivienda, en el mejor de los casos, la única opción en los municipios de la sabana, es endeudarse toda la vida con entidades bancarias y constructoras; destinándonos a una vida de trabajos precarios y sin descanso, para poder tener un apartamento propio de escasos metros cuadrados, hacinándonos en conjuntos residenciales donde el amontonamiento de gente no garantiza la vida en comunidad. Esa no es la vida digna que deseamos. Según Oxfam, en Colombia las mujeres solo tienen titularidad sobre el 26% de las tierras y más de un millón de hogares campesinos viven en menos espacio del que tiene una vaca para pastar. Frente a esta violencia económica las mujeres populares de la sabana creamos una resistencia solidaria llamada Fondo Tierra para Mujeres, nos resistimos a vivir como el capital, el colonialismo y el patriarcado nos imponen; y por ello, nos revelamos y nos organizamos para adquirir un terreno de propiedad colectiva donde podamos desarrollar un proyecto de vivienda digna y autoconstruida; donde podamos contar con una zona dedicada a la conservación del ecosistema, y donde podamos dar continuidad a los procesos de educación y soberanía alimentaria que las integrantes del fondo desarrollamos en la actualidad. Además, hemos evidenciado con el paso de los años, que como lideresas comunitarias debemos garantizar nuestro buen vivir para poder seguir aportando a otras mujeres y comunidades, ya que, al no tener un espacio propio, se incrementan las dificultades para sostener los proyectos y terminamos trabajando arduamente para
pagar los arrendamientos de los espacios donde desarrollamos el trabajo popular y comunitario. El fondo tierra para mujeres inicia con la idea del ahorro colectivo mensual como una estrategia para potenciar la economía solidaria. Tenemos un documento construido conjuntamente, en el cual establecimos la forma de manejar el dinero, los roles y las reglas entre nosotras. Pero más allá de esto, la experiencia de ahorrar de forma colectiva se ha convertido en una escuela para nosotras mismas, pues nos ha puesto a evaluar la forma como manejamos nuestras propias finanzas, en ese sentido, hemos aprendido la importancia de generar hábitos de ahorro a nivel personal y colectivo. Aunque nuestro objetivo esta mediado por el dinero para conseguir la tierra colectiva, en la práctica lo más valioso ha sido la experiencia de compartir nuestros sueños, saberes e incluso dificultades. Y así, hemos llegado a la conclusión de que estamos tejiendo desde ya, las redes de confianza y solidaridad, como la vecindad que queremos materializar. Además del ahorro mensual, hemos readaptado las estrategias aprendidas del movimiento social y de nuestras madres, quienes frente a las
¡LA TIERRA DEBE SER PARA LAS PERSONAS QUE LA CUIDAN Y LA TRABAJAN, LA TIERRA DEBE SER PARA ALIMENTAR LA VIDA!
La Sabana late injusticias económicas que impone este país, históricamente han cultivado una poderosa creatividad económica. Es así como generamos diversas actividades de autogestión, en las cuales vinculamos a nuestras familias, organizaciones y personas cercanas, haciendo de la activación de la economía una excusa más para encontrarnos en la esperanza y en el compartir sentidos. A lo largo de estos años hemos realizado actividades como; talleres de comida saludable, ventas de garaje, eventos culturales con venta de alimentos, paseos, entre otras. También tenemos el sueño de poder compartir nuestra experiencia y de poder multiplicar estas iniciativas, ya que no pensamos en un cambio solo para nosotras, sino que queremos hacer parte de una gran red de comunidades autónomas y dignas. Este camino recorrido nos ha traído grandes aprendizajes y la consolidación de un grupo base de 11 mujeres, quienes hemos adquirido hábitos de ahorro y de trabajo colectivo de manera solidaria. Sin embargo, nuestro fondo aún no cuenta con el monto necesario para acceder a la tierra que soñamos, debido a los altos costos de la tierra,
por ello en este año 2020 queremos utilizar la estrategia de recaudación de fondos a través de donaciones de personas, familias, organizaciones o emprendimientos amigos que compartan nuestra lucha por otras formas de vida, economía y cuidado del territorio.
Si te animas a apoyar esta estrategia puedes escribirnos a este número de WhatsApp: +573124973955 Queremos motivar con nuestra experiencia a las personas que nos están leyendo para lanzarse a crear colectivamente sus sueños, a pensar en estrategias para llevar a cabo sus proyectos, invitamos a no tener límites, a construir caminos de organización y solidaridad, a tomarnos la economía y el trabajo colectivo como un estilo de vida que paso a paso va tejiendo redes de amistad y sororidad como base de nuevos mundos justos y dignos para todxs, en los que cuidamos y rehacemos esa conexión con nuestra madre naturaleza.
La Sabana late
Saludo a todas las mujeres: Quiero compartir lo que significa para mí la tierra. es una bendición porque ella nos da la comida, aprendamos amarla respetarla como quererla con amor hacia la tierra porque lo más bello que en ella conseguimos todo lo que se desee de alimentos y por eso necesitamos espacios para poder sembrar hay casas que son muy pequeñas están enseñando los de las huertas pero no es posible, para mí significa mucho, muchísimo sembrar y yo algún día dije: para mí sembrar una lechuga y comérmela me sabe a Gloria, un tomate, un repollo, una alverja, una papa; lo más delicioso sembrar con las propias manos es lo más delicioso y exquisito, es muy gratificante y poder aportarle llevarlos a otras personas también porque tuve la experiencia yo vendía los productos, vendía mis lechugas, la quínoa y tómate todo lo que sembramos era muy hermoso. También nos enseña a cuidarnos son alimentos sanos para nosotras, entonces pues este es mi aporte y consejo. Gloria Rodríguez. Asociación Herrera
Consejos de sabias mujeres.
La Sabana late
IlustraciĂłn: MaĂz Negro
FRAGMENTOS: LOS CUIDADOS REBELDES EN TIEMPOS DE CRISIS Por: Andrea Teresa Castillo Olarte1 Mayo 03 de 2020 Yo deambulo sin rumbo por el mundo, voy buscando en silencio el equilibrio Respetando mi tiempo, mis ancestros me guían, enraizando los pies soy presencia y conexión. Soy mujer salvaje, serena, danzante, percibiendo los ciclos que viven en mi interior Y te miro y me miro en ti y me cuido y te cuido así (…) Canción “La Magara” – Magara.
Trabajadora Social, Magister en Investigación en problemas sociales contemporáneos. Docente e investigadora del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Central.
Voz, voto y acción
Volver sobre mí y escribir sobre esta experiencia, es una oportunidad que con gratitud valoro, pues me permite juntar -zurcir- recuerdos, saberes, vivencias, prácticas, sensaciones y emocionalidades que provienen de distintos lugares y que son el reflejo de las maneras en que habito los espacios y los tiempos; en ultimas, las formas diversas que he encontrado de vivir. Los cuatro fragmentos que he juntado en este texto, son los testigos del camino que he venido transitando en la búsqueda de lenguajes sensibles que me han permitido nombrar mis cotidianidades y que en tiempos de aislamiento social han sido compañía. Fragmento 1. Habitando la máxima feminista “Lo personal es político” En tiempos de confinamiento y aislamiento social lo que sucede en la intimidad de nuestros hogares, no corresponde -como nos han hecho creer por mucho tiempo- al ámbito privado, a lo que se queda “de puertas para adentro”. Todo lo contrario, las acciones y prácticas que consideramos más íntimas, se constituyen en una oportunidad para transgredir, resistir y deconstruir los códigos y órdenes heteronormativos de la sociedad patriarcal que como sabemos, se gestan y reproducen en instituciones como la familia.
Voz, voto y acción
En mi caso cuestionar y revertir los roles de género afincados en el binarismo sexo/genérico, desvelar las múltiples formas de opresión que experimentamos las mujeres y resignificar el lugar del trabajo de los cuidados –remunerados o no remunerados-, no han sido reflexiones que hayan llegado por mi cercanía con la academia o con las organizaciones sociales de mujeres. Los cuestionamientos más profundos han sucedido luego de una tarde sumergida en los álbumes de fotografías de mi familia y los mensajes silenciosos allí presentes atrapados entre mandatos heteronormativos; las más fuertes confrontaciones las he experimentado después de una discusión con mi compañero por la distribución de las tareas domésticas; mis mayores interrogantes frente al amor romántico proviene de mis propias relaciones –y no solo de pareja-.
Así entonces, la experiencia personal, lo que sucede en la intimidad de nuestros hogares y la forma como encontramos para transitar cada una de esas vivencias puede tener un carácter político, esto significa que poseen la potencia para transformar las realidades propias y de otras mujeres y que son fuego que aviva las luchas colectivas y las juntanzas por la vida. Fragmento 2. “Desnaturalizando” los cuidados Todas las mujeres en algún momento de nuestras vidas hemos estado cercanas al arquetipo de la madre -nutricia-, a las imágenes de las mujeres virginales promovidas por los preceptos judeocristianos o incluso a la feminización de nuestros oficios o profesiones. Estas experiencias en muchas ocasiones violentas, son el reflejo de la esencialización de lo femenino y su reducción al instinto materno que se asocia -de un modo estereotipado- con el cuidado. Si al nacer se te define como mujer (basados en un régimen biológico) eres dotada de un conjunto de saberes, habilidades, “dones y talentos” que te hacen idónea para los cuidados. Uno de los aprendizajes que más valoro proviene de las experiencias de mujeres organizadas y sus cercanías con las economías feministas y del cuidado; sus conocimientos me han permitido trascender las ideas esencialistas sobre los cuidados, desnaturalizar y “des-romantizar” el cuidado como una extensión de la performatividad de la madre, la buena mujer, la mujer sacrificada; y finalmente, reconocer las lógicas bajo las cuales el capitalismo se ha valido de nosotras las mujeres,
nuestros cuerpos y los trabajos del cuidado, para mantenerse como sistema dominante en el mundo, desplegando los discursos como lo plantea Carrasco (2014) de la deuda de la obligación moral de las mujeres que nos inserta en el mundo de los cuidados, no remunerados y por supuesto invisibilizados. He ido re-construyendo las concepciones sobre los cuidados (así en plural): en mi versión cercana a la de Amaia Pérez cuando afirma que cuidado significa cuidado de la vida y abandono del principio de egoísmo que reivindica la economía neoclásica. Mi postura frente a los cuidados pretende resistir a las lógicas antropocéntricas, aboga por un respeto a todas las formas de vida. La apuesta por una ética de los cuidados, arranca por la intimidad de mi hogar y tiene tres puntos de partida: el activismo textil y la reflexión sobre lo que está en mi guardaropa –quien lo confecciona, bajo qué condiciones lo hace y que insumos se emplea para ello-; la alimentación consiente: el no consumo de carne, el consumo local y la reivindicación de la cocina como un espacio creativo y de trasmutación; y como tercero, el reconocimiento del carácter circular de las cosas: el re-uso, la cultura de la reparación y el reciclaje. Lo anterior ha dibujado no solo mis experiencias cotidianas y personales de consumo y otras relaciones económicas, sino que ha irradiado mi trabajo, mi ámbito profesional y las inquietudes que desde la academia me han surgido: las posibilidades de las economías feministas y del cuidado en los procesos de reincorporación de excombatientes de las FARC y la apuesta por una
economía para la vida o como Vandana Shiva las denomino economías vivas, pensadas en conjunto con la Red Popular de Mujeres de la Sabana, han trazado una línea que a modo de hebra han zurcido dos dimensiones de mi vida que por momentos parecían desconectadas: lo personal con lo laboral. Fragmento 3. Cuidados rebeldes I: El autocuidado y el amor propio “Cuídate para cuidar a otros” se ha convertido en el mantra de las campañas de prevención contra el virus del Covid-19. Pero esto que escuchamos de manera tan avasalladora por momentos, no siempre ha tenido el mismo sentido: la idea de autocuidado ha sido desdibujada y puesta incluso como sinónimo de egoísmo; Belén Lorente, refiere la figura de la “mujer alterocentrica” como aquella que esta para otros, antes que para sí misma, encargada de cuidar y sostener la vida. Ante esta figura alimentada y sedimentada –en muchas ocasiones- desde adentro de nuestras propias familias, la rebeldía como una forma de transgredir las órdenes de autoridades externas e incluso las que provienen de nosotras mismas, puede ser la clave para reivindicar el lugar de los cuidados propios. Así entonces, autocuidarnos constituye una forma de revelarnos ante el sistema patriarcal que nos ha asignado un lugar de sumisión y de entrega a otros, un modo de “indocilidad” que se atreve a cuestionar como lo plantea Gloria Anzaldua, las forma como en algunos contextos el egoísmo está condenado, sobre todo en las mujeres, produciendo ideales en donde la humildad, generosidad, entrega y sacrificio son consideradas una virtud.
Voz, voto y acción El amor es lo que el amor hace, dice Bell Hooks y en términos de autocuidado y amor propio esto se traduciría en un conjunto de prácticas concretas –materiales e inmateriales-: el tiempo y la energía para nuestros propios proyectos, laborales y no laborales, para meditar, para nuestras prácticas espirituales, para la lectura placentera de nuestros textos favoritos, para preparar nuestros propios alimentos, para mover nuestro cuerpo como se nos dé la gana y no por perfilar unas corporalidades deseables para otros. También es válido el tiempo para el no hacer, para el silencio, la quietud y el descanso, pues estos no deberían ser un privilegio, deberían ser la muestra de lo que el amor hace en nosotras. Volver la mirada sobre nosotras mismas, es una oportunidad para resarcir los efectos devastadores que el capitalismo ha producido sobre nuestros cuerpos y emociones. El cuidado de si y el amor propio resultan rebeldes en la medida en que transgreden aquella deuda moral que por momentos nos invade y nos hace creer que el tiempo para nosotras egoístamente es tiempo que restamos a otros. El autoamor y autocuidado, son rebeldes como lo plantea Irantzu Varela, en tanto
constituyen la estrategia de defensa más radical contra la opresión de las mujeres, la violencia machista y todas las estructuras de desigualdad que las sustentan, la principal de ellas el amor romántico. Fragmento 4. Cuidados rebeldes II: El silencio y el bordado de la transición El silencio ha estado presente en mi vida de distintas maneras: como actitud de respeto hacia otros (que no es lo mismo que sumisión), como un acto de resistencia a las lógicas modernas que imponen el ruido y la palabra como protagonistas en la producción de sentido; he planteado la idea del silencio como una potencia creativa, desde la posibilidad de crear: lenguajes otros, transgresores del orden logocéntrico a través del cual se narra el mundo, una ética del silencio que acompaña y nos permite transitar momentos, emociones, sensaciones. El tiempo, la energía y la intención para el silencio y en mi caso, para la experiencia de bordar en silencio, han representado una práctica de cuidado, una especie de autocuidado desde adentro. Se trata
Voz, voto y acción entonces de dedicar tiempo al cuidado de sí y al amor propio a través de uno de los regalos más genuinos: el silencio. Bordar en silencio como un acto doblemente creativo, me ha permito –usando la metáfora del trabajo textil- zurcir los fragmentos que hasta el momento he compartido en este escrito. El silencio y el bordado son la dupla que constituye mi acto de rebeldía en tiempos de crisis, en tanto me han permitido resistir al ruido avasallador de noticias, cifras –contador de muertos-, a lo abrumador que en momentos me resulta el trabajo virtual y como si me llevaran de la mano, me ayudan a transitar la emocionalidad, la frustración, la incertidumbre y la tristeza que me produce extrañar las aulas de clase, los estudiantes, las compañeras de trabajo, el muro de escalada, las rutas en bicicleta, las tardes de conversa con mi hermana, los almuerzos con mis padres, la cerveza con mis amigos-vecinos y otro tanto de movimientos que dibujan la espiral de mis días. Mujeres y obras inspiradoras citadas: Anzaldua, G. (1987) Movimientos de rebeldía y las culturas que traicionan. En: Borderlands/La
Frontera. The New Mestiza. San Francisco: Aunt Lute Books. Carrasco, C. (2014) Expolio y servidumbre: apuntes sobre la llamada deuda de los cuidados. En revista de economía critica –REC-, Núm. 18. Hooks, B. (2000) Clarity: Give love words. En: All about love. Estados Unidos: William Morrow. Lorente, B. (2002) La feminización, lo religioso y la profesionalización del cuidado. Elementos para el estudio de las llamadas profesiones femeninas, el caso del Trabajo Social. Colombia: Corporación Colombiana de investigaciones humanísticas – HumanizarPérez, A. (2006) Perspectivas feministas en torno a la economía. El caso de los cuidados. Madrid: Consejo Económico Social Shiva, V. (2009) Principios de la democracia de la tierra. España: Nodo 50. Disponible en: https:// www.nodo50.org/codoacodo/abril2009/vandana. htm Varela, I. (2019) El amor solo tiene una cara: la tuya. En: Amor propio. España: Continta me tienes.
Fuerza Popular
Somos cuerpos menstruantes biológicamente y trans en cuerpo de mujer cerca de treinta años, cada mes, exceptuando los casos de alteración por métodos anticonceptivos o enfermedades que afectan al sistema sexual y reproductivo de la mujer. Este texto relaciona los cinco derechos menstruales (están en negrita) sustentados desde 2014 por la UNFPA- Fondo de población de las naciones unidas, y trabajados por “la colectiva de derechos menstruales Colombia” quienes se han dado a la tarea de pasar la práctica a la ley y que lo normativo sea efectivo. Complemento con preguntas que nos permitan ponernos como responsables de reconocerlos y garantizar para la mayor cantidad de cuerpos menstruantes. Es una invitación directa a que creemos debates al respecto y con la firme convicción de que lleguemos al goce pleno de los mismos: a) Derechos ambientales, ¿Qué elegimos usar para nuestra menstruación? estamos inmersas en una apropiación material y simbólica de la naturaleza que sobrepone la adquisición de elementos dañinos sin hacer consciencia de la cantidad de material contaminante que puede generar una sola mujer con el uso de tampones y toallas higiénicas desechables consideradas material limpio para absorber o recoger la sangre. b) Derecho al agua, para asear el cuerpo, higienizar elementos de recolección de sangre reutilizable y deshacerse del material utilizado en caso de ser desechable. Sabías que la mujer rural pertenece al 80% de la población sin acceso al agua por acueductos o sistemas mecánicos para su transporte, en muchas ocasiones ni siquiera es potable a la que acceden. c) Derechos de las mujeres,¿Se siente inmersa en un entorno con igualdad de oportunidades y una vida libre de violencias? la mirada “impura” y segregante de la mujer en fase menstrual, los estereotipos “nadie note que estás en el periodo”, tener que ponerle nombre de “galleta” a una toalla por la mirada misógina de “asco” y “vergüenza”. Que todo esto no sea cuestionado, sea reproducido entre generaciones nos pone “entre la espada y la
Por una menstruación
libre,
informada y gustosa Diana Paola López Bojaca
pared” más expropiadas de nuestras cuerpas o nos hala para reivindicar el propio derecho al habla, la comunicación, el significar y hacer lo prohibido como sembrar, tener sexo, coger con ganas y gusto. d) Derechos de las niñas, ¿Faltaste a la escuela por miedo a mancharte o por no tener como recolectar la sangre? Las niñas tienen derecho a cuidar del propio cuerpo y tener una preparación para el inicio de la menstruación, cuidar y ser cuidada. Que los cuidadores acompañen e informen de la mejor manera sin restricción por su estrato o nivel social. Como expone el proyecto menstru-acción (2018) “la garantía de la higiene menstrual y su impacto en el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres y las niñas, también tiene incidencia directa en la prevención de la violencia sexual y el reclutamiento en su contra.” e) Derecho a la educación, ¿has sido informada y acompañada entorno a cuidados y formas de tener mejor vivencia del ciclo menstrual? Tener una educación básica acerca del ciclo menstrual y el modo de manejar la menstruación sin incomodidad o temor,
Ilustración: Jennifer Duarte
Fuerza Popular esto incluye lo normativo, los diversos modos de recolectar la sangre, herramientas como los diarios de seguimiento de factores emocionales, mentales, físicos y biológicos de todo el ciclo menstrual. Además, herramientas de memoria que permitan incidir en los ámbitos educativos y entablar mesas con hombres y mujeres de distintas generaciones, así como la institucionalidad estatal y económica, confluir lo privado y lo público. Es necesario que nuestras generaciones no carguen con el silencio de las violaciones, atropellos, amenazas, daños físicos y psicológicos a las que se han visto expuestas, las mujeres y niñas a causa de su menstruación y la visión construida culturalmente.
Que sea desde lo formal y comunitario la incidencia del reconocimiento y divulgación de los cuerpos menstruantes. Poder ser líder, poder ser mujer y ser tranquilamente con sus condiciones étnicas, raciales, orientaciones sexuales diversas debe ser tan natural y cuidado, cómo reconocido y fortalecido.
f) Derecho al trabajo, ¿has sido señalada o usas lenguaje en clave cuando necesitas algo para tus días de menstruación en tu ámbito laboral? I) Acceso a baños con agua y luz aptos para proveer un entorno seguro y privado donde gestionar la recolección de la sangre menstrual, mecanismos y tecnologías en el ámbito laboral, reconocimiento y cuidado respecto a la variable hormonal de las fases del ciclo menstrual y la igualdad de oportunidades para obtener cargos altos sin discriminación por la comprensión de “la menstruación”. II) las mujeres madres protección en su salud reproductiva generando espacios de adaptación sin alejarla de la actividad productiva como de su independencia económica y de la posibilidad de distanciarse de círculos de violencia; y III) promoción de lenguaje no sexista, aumento de la participación, manejo de la ansiedad y depresión.
i) Derecho a la salud, información y cuidados de salud si sufren irregularidades relacionadas con la menstruación. Prevenir, tener acceso a atención en situaciones como la amenorrea, las alteraciones en el sistema sexual y reproductivo de manera asertiva y oportuna. La transición sea la menarquia, o primera menstruación o la Plenipausia, o finalización del ciclo menstrual; manejo de casos e incapacidad laboral por “trastornos” y situaciones anómalas del ciclo. ¿Sabes de dónde proviene la sangre menstrual y cúal es su composición?
g)
Derechos sindicales y políticos, crear realidades, organizarse, movilizar acciones en nuestros entornos vitales, transformar.
h) Derechos tributarios y económicos, desde la justicia financiera ampliar la batalla lograda para impuestos 0 a las toallas, para materiales que se usan como las esponjas marinas, la copa menstrual. El seguimiento a normatividad y creación para favorecer la salud menstrual.
j) Derechos comunidad Trans LGBTIQ, hay mujeres que empiezan el proceso de hormonas para ser hombres y también gracias a luchas colectivas en Colombia la EPS es quien asume los tres procesos que están ligados a la identidad de género y orientación sexual, estos tres pasos son la inyección hormonal, la extirpación de órganos del sistema reproductor de la mujer y la cirugía externa de adecuación sexo-género. También es el caso de quienes no hacen el proceso largo y viviendo como hombres menstrúan y es vital poder conocer y ser acompañado para el reconocimiento y acciones de cada fase del ciclo menstrual. Llegar a más esferas nos implica compromiso y acciones colectivas, unides somos más fuertes y contundentes. Mayo es internacionalmente el mes de la salud menstrual.
Fuerza Popular Históricamente las calles se han convertido en las mejores armas para luchar en contra de la violencia, en contra del olvido de quienes ya no están con nosotros, nosotras y nosotres. Por eso nos pintamos las uñas; por las mujeres, hombres o cisgéneros trans. Una combinación perfecta de indolencia hacia los escenarios patriarcales, hacia un Estado que durante los años ha marchitado el arcoíris de muchas compañeros, compañeras y compañeres . Nos pintamos las uñas con tal suavidad y dureza por la lucha en contra de la discriminación, una guerra que no termina, una pandemia que no tiene cura ni garantías ¡Por cierto! Hablando de epidemias… Las personas trans sufrimos de una violencia sistemática, sin garantías al acceso de educación, salud y opciones labores dignas, donde los actos transfóbicos por parte de las autoridades policiales y la vulneración de derechos humanos se ha convertido en barreras invisibles donde nadie habla, opina y solo queda en impunidad como el índice de 96 personas trans violentadas según el último informe (2018) de Colombia Diversa. Nos pintamos las uñas por quienes no tiene un hogar, por quienes caminan la selva de concreto sobreviviendo, exponiendo sus vidas y en muchos casos siendo sepultadas en las calles, en esas mismas que por la situación actual de contingencia por el Coronavirus ( COVID -19) no tenemos dónde quedarnos, dejándonos en un estado de emergencia y extrema vulnerabilidad.
Por: John Fredy Rodríguez Méndez
Nos pintamos las uñas por dignificar el trabajo sexual y buscar ayuda humanitaria por parte de los gobiernos con enfoque de derechos y perspectiva de género. Rechazando el diseño y ejecución de programas discriminatorios que nos deja en el centro de actos transfóbicos como su tal llamado: “Pico y Género”. Espacio inconstitucional con repercusiones a nuestras vidas. Esto demuestra la ausencia de un plan de contingencia incluyente que involucre trabajadoras sexuales, usuarios de drogas y personas privadas de la libertad ¡Por eso seguimos con nuestras uñas pintadas! Para alzar nuestras voces y luchar. Nos pintamos las uñas por ese bloque transfeminista que construimos en cada rincón de los territorios, por quienes el abuso policial y la indiferencia del Estado no l@s arrebatado. No somos cuerpos matables para las estrategias de contingencia (limpieza social) planeada por el Estado, no somos cuerpos matables para los prejuicios sociales y el abuso de autoridad. Nos pintamos las uñas por todas las personas trans asesinadas en el mundo. Seguimos marchando, bailando y luchando para sobrevivir… Resistir
Nos pintamos las uùas para sobrevivir‌
Resistir
FEMINISMO P LOS TIEMPOS CRISIS
( Luki Pascua. II encuentro internacional de mujeres que luchan EZLN, 2019
PARA S DE
Por: Edith Johanna Morales Roa Es maravilloso sentir que no estamos solas, que somos muchas, que la lucha estรก dando sus frutos, que lo vamos a lograr: el patriarcado se va a acabar. Coral Herrera
Fuerza Popular El mundo entero está atravesando una crisis sanitaria y económica por cuenta de la pandemia que ha desatado el coronavirus. Sin embargo, la causa de esta situación no es el virus, sino el sistema económico, político y cultural que degrada el planeta y promueve la desigualdad entre las personas y especies debido a sus diferencias. Razón por la cual, las mujeres nos vemos avocadas, como en otros momentos de la historia, a crear estrategias feministas basadas en la solidaridad para afrontar la coyuntura y construir un mundo nuevo. Respecto al Covid-19, ONU Mujeres (2020) ha dicho que sus impactos e implicaciones son diferentes para mujeres y hombres en América Latina y el Caribe. Concretamente, en estos tiempos de crisis las mujeres asumimos mayores costos físicos y emocionales. También seguimos siendo las más afectadas por el trabajo de cuidados no remunerado y la informalidad laboral. Esta situación no solo afecta la capacidad para conseguir nuestros medios de vida, sino que enfrenta a niñas y mujeres a mayores riesgos de vivir violencia y otras violaciones de Derechos Humanos durante el aislamiento, así como obstáculos adicionales para huir o acceder a servicios de acompañamiento social o jurídico (ONU, 2020). Este análisis diferencial de género frente a las consecuencias que tienen las pandemias y los problemas de salud pública no siempre fue tan claro. Esta perspectiva de análisis se debe a los feminismos; cuyos orígenes se remontan a mediados del siglo XVIII, tiempos desde los que sus debates se han ido ampliando y complejizando con el transcurrir histórico. Así pues, los feminismos han permitido avanzar en la desnaturalización de la neutralidad que tiene la propagación de los virus. De esta manera, por ejemplo, en tiempos de la “gripe española” (19181920) como lo plantean Tuells y Montagud (2010) “la mortalidad en niñas de 5 a 10 años fue mayor y las embarazadas tuvieron un incremento de letalidad y de abortos involuntarios” (p.33).
Sin embargo, esta situación límite permitió que, desde la solidaridad y la cooperación, las mujeres se juntaran y llevaran a cabo creativamente formas de enfrentar las crisis, sus consecuencias y desigualdades que trascendían esta coyuntura. En este sentido, hubo “un trastrueque de las relaciones de sexo y de emancipación de la mujer sin precedentes. (…) les abrió la posibilidad de incorporarse a nuevas actividades, nuevos
Fuerza Popular “No obstante, la historia de las mujeres nos ha demostrado que los feminismos además de permitirnos analizar la realidad a la luz de los múltiples sistemas de opresión que nos subordinan, han posibilitado ingeniarnos formas colectivas de resistencia y transformación.” en la vida de las mujeres, pues, por un lado, las dinámicas de poder desigual les obstaculiza la exigencia de prácticas sexuales seguras. De hecho, la violencia sexual que las mujeres viven, muchas veces de forma silenciada, al interior del hogar y en los espacios públicos incrementa el riesgo de transmisión. Y, por otro lado, somos nosotras quienes en mayor medida asumimos el cuidado de personas que viven con VIH o SIDA, generando cargas físicas, económicas y emocionales desproporcionadas. (ONU Mujeres, 2019).
oficios (…). Cambios que también trajeron la instauración en un buen número de países del sufragio femenino” (Tuells y Montagud, 2010, p. 34). Así mismo, la desigualdad de género es evidente en la pandemia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) que desde hace más de 4 décadas está presente en nuestra sociedad. Específicamente, hay una afectación diferenciada
Frente a esta pandemia, muchas mujeres se han organizado no solo para superar el estigma que les es impuesto socialmente, sino además para defender sus derechos y los de otras mujeres, especialmente en materia de salud. No obstante, las demandas no quedan allí, estas mujeres buscan mayor equidad en derechos sociales, políticos, culturales, entre otros, pero, sobre todo, trabajan en la transformación de imaginarios y la prevención de la propagación, a partir del cambio en las dinámicas de poder que traen las relaciones sexo-afectivas. Además de los ejemplos anteriores, cabe destacar que las mujeres hemos enfrentado otros problemas de salud pública que han atentado y puesto en tela de juicio nuestros derechos sexuales y reproductivos. Este es el caso de la naturalización de las violencias, la
Fuerza Popular
penalización del aborto, la inexistencia de métodos de anticoncepción efectivos que no afecten nuestra salud, entre otros. Si bien estas afectaciones se exacerban en momentos de crisis planetarias y pandemias, las mujeres nos enfrentamos a sistemas-virus permanentes como el patriarcado y el capitalismo. En los diversos momentos históricos, tal como menciona Judith Butler (2020) “la desigualdad social y económica asegurará que el virus discrimine. El virus por sí solo no discrimina, pero los humanos seguramente lo hacemos, modelados como estamos por los poderes entrelazados del nacionalismo, el racismo, la xenofobia y el capitalismo” (p.62). No obstante, la historia de las mujeres nos ha demostrado que los feminismos además de permitirnos analizar la realidad a la luz de los múltiples sistemas de opresión que nos subordinan, han posibilitado ingeniarnos formas colectivas de resistencia y transformación. En palabras de Coral Herrera (2018) “fabricar tus gafas violetas es más divertido y placentero cuando nos juntamos con otras mujeres. El feminismo es un espacio para celebrar, aprender, empoderarnos, colaborar, sacar adelante proyectos, luchar, cuidarnos, aprender a querernos, apoyarnos, escucharnos unas a otras y acompañarnos”. Y como en otros momentos históricos, esta juntanza sorora es lo que hoy está apareciendo: las mujeres nos estamos acompañando desde lo individual y lo colectivo, desde la presencialidad -aunque limitada físicamente, nunca ausente-, así como desde la virtualidad. Desde estos espacios las propuestas son diversas: fondos solidarios, saberes compartidos en círculos de mujeres, encuentros culturales desde la poesía y la música, entre muchas otras posibilidades que tienen como objetivo garantizarnos formas dignas de superar la coyuntura y seguir luchando por sucumbir las estructuras sociales patriarcales y resignificar nuestra manera de relacionarnos entre seres humanos y con otras formas de vida como la naturaleza. En últimas, estos procesos se direccionan, como diría la cantante española La Otra: Para construir un mundo nuevo, el que llevamos en nuestros corazones, un mundo de personas libres de
toda opresión. Un mundo en donde solo quede el recuerdo del poder captor; que nos agarra por detrás y nos coloca tantas, cadenas. Un mundo nuevo, porque en este ya no puedo (podemos) más. Un mundo en que el sonido de tu (nuestras) risa (risas) explote para extenderse como la pólvora. Referencias bibliográficas Butler, J. (2020). El capitalismo tiene sus límites. En G. Agamben, S. Zizek, J. L. Nancy, F. Berardi, S. López, J. Butler, . . . P. Preciado, Sopa de Wuhan: Pensamiento contemporáneo en tiempos de pandemias (págs. 59-66). ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio). Herrera, C. (8 de Junio de 2018). Aprender feminismo: ¿dónde encuentro mis gafas violetas? Obtenido de Coral Herrera Gómez. Lo romántico es político, ningún amor es ilegal, otras formas de quererse son posibles: https://haikita.blogspot. com/2018/06/aprender-feminismodonde-encuentro-mis.html ONU Mujeres . (2020). COVID-19 en América Latina y el Caribe: cómo incorporar a las mujeres y a la igualdad de género en la gestión de la respuesta a la crisis. ONU Mujeres. ONU Mujeres. (2019). VIH y SIDA. Obtenido de ONU Mujeres: https://www. unwomen.org/es/what-we-do/hiv-andaids Tuells, J., & Montagud, E. (2010). Mujeres ante la gripe de 1918: la acreditación de las enfermeras. Vacunas, 33-36.
ilustraciรณn: Camila Suรกrez
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Johanna Morales, Marcha 8 de marzo, Bogotรก 2020
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arentena ¡No salga!, ¡no haga!, ¡es imposible!, ¡usted se lo busco!, ¡para eso nació!, ¡es su realización!, ¡no puede hacer nada!, ¡asúmalo!. Como retoños obsoletos se describe los cuerpos Mensajes tras cortinas configuran al “objeto” Ríos de sangre desbocan la existencia Amarrada a plegarias Se condiciona la vida.
recayendo sobre la estirpe. Insignias de pectoral, encerrando en las piernas la libertad Gélidos mensajes de sacrificio, romantizan la podredumbre… ¿Qué somos? ¿en que nos han convertido? ¿En dónde nos han situado?
Cuerpos de horas, de lunas, Encierros de piedras, Ramas mal tejidas recubren el hecho Rejas, besos, azotes, infamias, Ardores, fuegos y cruces…
¡Grita! Palabras mudas se afianzan en el verduzco horizonte Manos aliadas, piernas aireadas, mentes de cóndor sobrevuelan Floreciendo en las espinas, Volando enrudecidas sobre las semillas Fuerzas incandescentes se edifican.
Tiempos sin movimientos, se construyen sobre los deseos Tiempos de pecados y crucifijos,
MUJERES, FEMINISTAS, ABORTERAS, BRUJAS DEL MUNDO “¡UNIOS!“.
Ni un minuto de Silencio En épocas de cuarentena, es deber de los Estados velar por el cumplimiento de la legislación nacional y los mecanismos y/o herramientas internacionales ratificadas, con el fin de garantizar los derechos humanos de las mujeres, entre ellos: los derechos sexuales y reproductivos en los que se consagra el derecho al aborto, este está reconocido como una emergencia en salud. Lamentablemente se ha identificado en algunas instituciones como hospitales y EPS`s, de la Sabana de Bogotá, la dilatación o negación de la atención y el procedimiento, justificando dar prioridad a la vigilancia de COVID-19. Asimismo, denunciamos los innumerables casos en todo el territorio nacional, especialmente contra las mujeres populares y habitantes de la ruralidad, a quienes sistemáticamente se ha negado este derecho; condenándolas a la maternidad obligatoria, lo cual incurre en una violación de los derechos humanos de las mujeres, y una afectación en su salud física y mental. Dada esta situación instamos a los gobiernos territoriales, que dentro de sus políticas y decretos de emergencia, se contemple como eje fundamental la perspectiva de derechos humanos y de género, aunque sabemos que las medidas de confinamiento por la coyuntura mundial, próximamente serán flexibilizadas con ningún otro fin que el de sostener el modelo económico capitalista, que dentro de otras cosas, ha sido un eje fundamental para la reproducción de la desigualdad, la violencia y el empobrecimiento especialmente de las mujeres; exigimos, se dé prioridad al cumplimiento de la legislación, se garantice la atención ética y laica sobre nuestro
legítimo derecho a decidir, accediendo así a medicamentos de emergencia, atención oportuna y de calidad en casos de violencia sexual, y de requerirse, aborto seguro con permanencia. Estas son épocas donde la violencia contra las mujeres se agudiza, su naturalización está en etapa máxima, pues de alguna manera se confina casi que en su totalidad a los espacios privados, el desamparo institucional es aún más evidente, ante esto: mantenemos y reforzamos nuestro llamado a la unidad, a la posibilidad de existir como sujetas colectivamente, haciendo del cuidado entre nosotras una herramienta inquebrantable para la edificación de cuerpos- territorios dignos y soberanos. Por ello insistimos en que el aborto, legal y seguro, debe ser garantizado y más aún durante esta cuarentena. Solidificamos nuestro compromiso por su completa legalización y liberación, avanzando así en la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres. En caso de ser víctimas de algún tipo de violencia, entre ellas la institucional, compartimos algunos datos donde podemos recibir asesoría y acompañamiento: Comisarias de familia: Alcaldías municipales Acompañamiento psicosocial feminista y activación de rutas: 314 487 3939 Las Parceras - Línea y Red Feminista de Acompañamiento en Aborto: 318 7505775 Línea purpura distrital. Mujeres que escuchan mujeres: 300 755 1846 Consejería presidencial para la equidad de género: 155 Línea Nacional Línea Oriéntame: 744 7633 (Bogotá) Delegada para los derechos de las mujeres y asuntos de género, duplas de género: 314 7300 ext. 2323. 313 409 9582 Por: Alba Vanegas Medina, Red Popular de Mujeres de la Sabana.
Ni un minuto de Silencio
Johanna Morales, Marcha 8 de marzo, Bogotรก 2020
Voz de
Protesta*
Ni un minuto de Silencio Después salir a las calles a gritar y cantar, sigue retumbando en mi cabeza “y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni como vestía, el violador eres tú”… “el estado opresor es un macho violador” Luego leí en una publicación de Facebook con el video un comentario de una mujer que decía “las de pañoleta verde no me representan” haciendo referencia a parte de las mujeres que salieron a cantar que llevaban puesta una pañoleta verde, y después de eso vino un comentario y otro de unos y otros en pro y en contra del aborto. Y ante ese comentario pensé en responderle: ¡Que dicha poder manifestar una opinión libremente, desde el respeto y que eso no te cueste la vida, que podamos construir a partir de la diferencia! En gran medida por eso salí a las calles en el marco del paro nacional, por la defensa del pensamiento divergente y de una sociedad heterogénea en la que no todos pensamos igual y podemos tener posturas diferentes frente a un mismo tema, porque “pensar diferente no nos cueste la vida…”, ya que lamentablemente en este país sí cobra vidas. En cuanto al comentario que señalaba como incoherentes a las mujeres que dicen defender la vida y salen con una pañoleta verde, yo respiro profundo para intentar no caer en apasionamientos y no juzgar a un lado ni al otro. Considero personalmente que, han sido tantas las mujeres que fallecen por procedimientos poco adecuados en la práctica del aborto, resulta mejor que la práctica de este procedimiento sea “legal y seguro” como piden las mujeres que abanderan la legalización del aborto y que se identifican con las pañoletas verdes. Por nombrar algunas de las vulneraciones que históricamente se han hecho a la mujer, respecto al parto por ejemplo, tan solo hace 50 años atrás (o menos aun), cuando estaba en riesgo la vida de la mujer y se debía decidir si se propendía por la vida de la mujer o del bebé, era el hombre quien tomaba esta decisión ¡el hombre!, quien por lo general tomaba una decisión utilitarista de expandir su semilla, no importaba en el vientre de quien, así que elegía a su hijo/a (“¡que mejor fuera un hijo varón!”).
*Diciembre 2019.
Ni un minuto de Silencio
También he de compartir que amigas mías han abortado, y no las juzgo -considero que nadie debería hacerlo-, las he apoyado porque abogo por su bienestar y tranquilidad, porque han tomado su decisión basadas en una lectura de sus condiciones y momento de la vida en el que no les es posible asumir una maternidad. Y sí, somos las mujeres las que decidimos, tanto si queremos ser mamás, como si no queremos serlo, porque nadie más que una, en su profundo yo interno, sabe lo que se puede dar y ofrecer a sí misma y a los demás y no es una cuestión sólo de las condiciones materiales, es una cuestión de traer a este mundo niñas y niños que puedan tener condiciones de vida dignas, es decir, vivir en una familia que les ama, en donde se les puede asegurar el disfrute y ejercicio de sus derechos, para que no sigamos viendo y viviendo esas realidades de niñas y niños en las calles, escarbando en las basuras, pidiendo dinero en los semáforos, maltratados por sus familiares, que son tomados como reproducción de mano de obra y no se les permite el disfrute de su niñez y en general quienes no son amados. Quienes son mamás y papás presentes y responsables saben que es una labor demandante, así que quienes decidan serlo, ¡que lo decidan! abogo por el parto consciente y humanizado, así como por el ejercicio de la maternidad y la paternidad consciente, y responsable. Que la pregunta por el aborto, no nos ponga en dos bandos, sino que nos genere a su vez reflexiones y acciones respecto a las condiciones de vida ya existentes, Lo que se desdibuja con comentarios como los de la mujer que mencionaba al comienzo, es desvirtuar la manifestación de las mujeres en la calle cantando y gritando “el estado opresor es un macho violador” y “la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni como vestía…” Yo la aplaudo, aquí y en todos los lugares del mundo en los que ha tenido lugar. Agradezco a las mujeres del colectivo artístico chileno que lo propusieron y a las mujeres que se han dado cita en los diferentes lugares del mundo para replicarlo, añadir más estrofas o arengas al canto y salir a las calles, porque me parece una forma contundente de visibilizar tantas violencias hacia las mujeres que por tantos años han sido silenciadas desde las mujeres mismas, pero que también han sido calladas por otros.
El estribillo es una forma clara y contundente con la que dejamos expuesto que la culpa no es de la víctima, del lugar o del vestuario pues: cuando un niño, una niña, una mujer es violada, abusada o violentada; la culpa no es de el niño, la niña, la mujer, porque ¿quién decide si abusar o no del otro?, ¿quién decide sobrepasar la voluntad del otro?, ¿quién decide si vulnera la tranquilidad del otro?, es ese que decide sobrepasar al otro quien es un ABUSADOR y si hablaramos de culpas, sería a este a quien le correspondería, y aunque esto parece lógico y evidente, en nuestras sociedades, y en nuestro sistema de “justicia” muchas veces se trata a la víctima de abuso como culpable, y son comentarios que he escuchado más de una vez: “pero luego ¿qué hacía a esas horas en la calle”, o “pero es que mírela cómo se viste”, o “es que esa muchachita estaba que se le metía hasta por los ojos”… Recuerdo otro comentario de la misma mujer que decía: “ustedes que se declaran víctimas de un macho violador”, le respondo: Sí, ¡todas/os hemos sido víctimas del “estado opresor”!, porque el gobierno autoritario y guerrerista “es un macho violador” que pasa por encima de todos los que conforman el grueso de la población, de eso que llamamos “pueblo”. He de manifestar, además, que en el trabajo que he realizado con mujeres y en diferentes conversaciones compartidas entre amigas, colegas, compañeras en los últimos 10 años, me he venido dando cuenta que no hay mujer exenta de una memoria de abuso en su vida. Y de ahí la fuerza y la potencia de cantar y gritar diciéndole también a otras mujeres “la culpa no era mía, ni donde estaba, ni como vestía”, para liberar y liberarnos de la culpa que de manera silenciosa sentimos cuando hemos sido abusadas. No te culpes, la culpa de ese abuso no fue tuya: no fue tu culpa tomar por ese callejón sin prever lo que iba a pasar, no fue tu culpa pasar por ese puente caminando, no fue tu culpa doblar por esa esquina al salir del colegio, no fue tu culpa que otro te mirara de manera obscena o se creyera con el derecho a tocarte o decirte cosas por tener una falda más arriba de la rodilla, no fue tu culpa por irte de fiesta con tus amigos, no fue tu culpa por quedarte sola en casa, no fue tu culpa por quedarte dormida, no fue tu culpa por
Johanna Morales, Marcha 8 de marzo, Bogotá 2020
quedarte sentada en sus piernas sin entender lo que estaba pasando, no fue tu culpa por guardar silencio. NO ES CULPABLE DE QUIEN SE ABUSA, EL DOLO ESTÁ EN EL ABUSADOR. Y sí, en ese sentido somos muchas víctimas de machos violadores que se reproducen socialmente cuando por ejemplo, al interior de las casas la distribución de tareas se hace por roles de sexo y las mujeres lavan losa y sirven la comida mientras los hombres esperan a ser servidos de primeras y tienen la mejor parte, o cuando le preguntan a los niños si ya tiene novia y cuantas novias tiene, o cuando se acepta abiertamente la masturbación en los hombres mientras que en las mujeres es un tabú, o cuando en la calle un hombre se siente con el poder y libertad de irrumpir en la tranquilidad de una mujer haciéndole cualquier comentario sobre su apariencia física. Y para mí el nombrarse como víctima no es sinónimo de victimizarse, nombrarlo de este modo es poder de denuncia, de alzar la voz, de liberarse de la culpa y decir: QUIERO QUE ESTO PARE, no quiero que se repita, quiero que mis abuelas, mi mamá, mis tías, mis
hermanas, mis amigas, mis sobrinas, las hijas de mis amigas, de mis vecinas, todas las mujeres del mundo, se sientan libres y tranquilas de poder caminar por donde quieran, a la hora que quieran, vestidas como quieran sin sentir que están en peligro, sin temor a la mirada del otro. Así que si bien estas en tu derecho de manifestar libremente tu opinión y decir que algo no te representa, pediría a ti y a otras mujeres que tengamos la capacidad de ver y valorar cuan reivindicativo puede ser un acto como este de salir a la calle juntas a cantar y gritar ¡Y aquí no para!, desde mi perspectiva es necesario pero no suficiente, sigue en nuestras casas, en las escuelas, colegios, universidades, en los lugares de trabajo, en las instituciones gubernamentales, con nuestros abuelos, padres, hermanos, tíos, primos, amigos, colegas, hijos, sobrinos, nietos… y… sigue en las calles. 10 y 11 de Diciembre de 2019. Jessica Niño Vera.
Entre Mariposas
Ante la necesidad de incidir en la realidad adversa que sufre el país e intentando generar una búsqueda colectiva de alternativas en la esfera ambiental y laboral que pudieran proyectar sueños y acciones de compañeras y compañeros con quienes compartimos y articulamos al movimiento estudiantil de la Universidad Distrital, decidimos juntarnos para direccionar nuestros saberes hacia la creación y producción de soluciones y propuestas que sumaran a alcanzar la vida digna. De este modo, en el año 2015, mujeres y hombres jóvenes, estudiantes y profesionales de distintas edades creamos la Cooperativa Multiactiva GEA. Identificamos en la economía social y solidaria una respuesta para resolver la necesidad frente al trabajo y así generar mecanismos de apoyo entre las personas con quienes venimos construyendo y consolidando proyectos de vida desde la autonomía e independencia ante un contexto laboral que nos enfrenta a problemas de desempleo, informalidad, precariedad laboral, contratos irregulares, brechas de género, etc. que impiden obtener condiciones de vida digna y soberanía. En consecuencia, con la filosofía de reflexión y autocrítica permanente, se desarrolla la raíz feminista de la organización. La juntanza de mujeres inicialmente surge de iniciativas autónomas de varias integrantes que inician una articulación con el movimiento social o popular, luego creamos un horizonte eco-feminista dentro de la organización al ver una conexión entre la explotación y degradación del mundo natural junto con la subordinación y opresión de las mujeres; y así, queremos impulsar el feminismo en todos los ámbitos de trabajo y con todos los integrantes para establecernos como organización no sexista y antipatriarcal.
Entre Mariposas Nuestro empoderamiento se da a través de una iniciativa económica autónoma, somos ejemplo con nuestras acciones El feminismo es tan heterogéneo como diversidad de mujeres existe, nosotras como mujeres populares estamos determinadas por el territorio y desde allí sentimos un arraigo para defendernos. La medicina está en nosotras Nuestro primer territorio es nuestro cuerpo, Para nosotras el ejercicio de expresar nuestras vidas es atípico pero es liberador, nos sentimos sujetas de derecho, más reconocidas y valoradas porque se nos escucha. No poder acceder a la salud, a la educación, nos afecta porque no sabemos cómo asumir nuestras vidas Nuestro feminismo es un movimiento de reivindicación de derechos. cación de derechos
porque reconocemos que las mujeres populares hemos asumido la jefatura del hogar a nivel económico y de cuidado. Nuestro primer territorio es nuestro cuerpo allí somos medicina nos escuchamos y eso nos hace sentir liberadas, reconocidas y valoradas porque por décadas hemos asumido la jefatura del hogar, de la economía y el cuidado de nuestras familias y aún así no tenemos acceso a una educación y salud digna de las madres e hijas que trabajan por un pueblo, por un país, por ello exigimos se nos devuelva nuestros derechos para asumir la vida con amor y dignidad construyendo alternativas de economía solidaria donde todes vivamos en libertad.
MUJERES QUE BUSCAN REHACERSE EN LIBERTAD
DiseĂąado por: Elizabeth GĂłmez
Entrada Libre
Espinas
de mayo
Son ásperas las manos de mi madre, su caricia es fría y temblorosa Su beso de madrugada lo guardo todo el día… estiro con cuidado esa corta dosis de ternura Entre el cuarto frio y el cultivo, se desperdigó toda su piel y su belleza Lleva largos años alimentando una monstruosa rosa peregrina En las escasas noches a su lado, me narra como la abuela olía a hierba fresca Pero a ella, el veneno la persigue hasta la casa, mezclándose entre la charla y la comida Suspiramos juntas imaginando otros tiempos, campos libres de plástico y cemento Y me recojo en su abrazo impregnado del tóxico perfume de las flores
Sus silencios me susurran cómo el amor y el hambre la motivan Son la fuerza huracanada de su mente, calculando ansiosa el día a día Sé que el descanso no la arrulla, apura sus pasos hasta en sueños, bajo la vieja sombra de la culpa Esmaltes oscuros y brillantes son el coqueto disimulo de la tierra encarnada entre sus uñas… La única tierra que nos queda Escucho los gritos de su carne; la espalda y las muñecas, el cuello y las rodillas Son esquirlas de cristales que se esparcen por la casa y por la ruta, por la calle y por la flora… Pedacitos quebrados del cuerpo de mi madre. Amaranta Hosca
Entrada Libre
Ing redientes 1 cebolla roja (Alicina, aliinas, azufres, quercetina, aminoácidos, minerales, vitamina C, disulfuro de alilo, teo sulfinatos)
jarabe prebiótico y activador del sistema inmunológico En tiempos donde unas personas nos dicen que no salgamos a la calle y otras que debemos cuidarnos, nos preguntamos ¿Cómo nos debemos cuidar y cómo prevenir no enfermarnos?. Hemos escuchado hablar del Sistema Inmunológico y de la necesidad de fortalecerlo, pues sí, este sistema reúne varios órganos y tejidos que trabajan en conjunto, entre ellos (El timo, la medula ósea, el bazo, el tejido linfático, los vasos linfáticos y los ganglios linfáticos) los cuales juegan un papel muy importante en nuestro cuerpo, protegiéndolo de invasores externos tales como bacterias, virus, hongos y toxinas. Por eso, desde Lakiva Boticaria un proceso de autogestión Boticario y transfeminista, les queremos compartir recetas para incrementar las defensas de su cuerpo y prevenir varias enfermedades y malestares.
9 dientes de ájo (aumenta producción de interferon, alicina) 3 rabanos (yodo, vitamina C, glucosinalatos, fibra). 5 cucharadas de miel de romero (se consigue en tiendas naturistas) o miel de abejas / agave. 2 cucharadas de jengibre pelado y rayado (Zinc, gingerol). 4 limones criollos -8calcio, fósforo, hierro, magnesio, vitamina C). Adiciona 5 cucharadas de miel (de romero i la consiguen) Agrega el jarabe en un recipiente de vidrio con tapa Y listo Este jarabe se debe mantener en la nevera para conservarlo, puede durar 8 días.
Dosis Adultxos: Tomar una cucharada 3 veces al día. Bebes: 6 gotas 1 vez al día. Niñxs 4 años: 20 a 30 gotas 1 vez al día. Niñxs 10 años: Una cucharadita pequeña 3 veces al día.
Ing redientes
baño herbal para fortalecer el sistema inmunológico 2 puñados de Menta Poleo 2 puñados de Romero 2 puñados de Ruda 3 cucharadas de Sal Marina 10 litros de agua libre de cloro o filtrada
Este baño erbal es real para realizarlo, en la noche por lo cual no es recomendable que te expongas al frío después de realizarlo, la Menta poleo es ideal para afecciones respiratorias, el romero aportará sus cualidades antibióticas, la ruda actua como estabilizante emocional y activador energético, y la sal marina nos ayuda a remineralizar el cuerpo.
P reparacion 1. Colocar las hierbas y la sal marina en una olla grande 2. Taparla y esperar a que la preparación este bien caliente 3. Agregar el agua y las hierbasen una tinaja o bañera incorporando agua fría hasta que la mezcla quede a la máxima temperatura de calor que tu cuerpo soporte 4. Realizar el baño introduciendo los pies y agregando el agua hasta llegar a la cabeza (repite el proceso hasta que el agua este templada), simultáneamente frotar un puñado de Menta poleo de los pies hasta el cuello.
5. Frotar el romero en la cabeza, haciendo un masaje capilar. 6. Ten en cuenta que si el baño lo vas a realizar a pequeños menores de 10 años, personas lactantes o en embarazo, no agregues laruda.
Entrada Libre
DiseĂąo e lustraciĂłn: Jarilla Ediciones
Entrada Libre
La Revista Mirabal es un proceso que le apuesta a las autonomĂas en todos sus ĂĄmbitos en esta oportunidad compartimos este espacio para conocer a las propuestas de economĂas feministas y solidarias en la sabana de BogotĂĄ.
Entrada Libre
Entrada Libre
Ilustración: Gabriela Patiño
IlustraciĂłn: Miroslava BasaldĂşa Flores.