Demolición & Reciclaje 25 Años

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A mi familia, principio y fin de las cosas.

Luis Fueyo Casado

EDITOR-DIRECTOR

Luis Fueyo

Doctor en C.C. Geológicas

Gemólogo Tasador

Jesús García

Director de Ventas

COLABORACIÓN ESPECIAL

Primitivo Fajardo Periodista

ADMINISTRACIÓN

Carmen Eiroa

Año XXV Número 109

Abril-Mayo-Junio 2024

DIRECTOR DE MÁRKETING Y PUBLICIDAD

Gestión Financiera de Empresa Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales

IMPRIME

Digital Booklet Ediciones, S.L.

REDACCIÓN, PUBLICIDAD, SUSCRIPCIONES Y PROMOCIÓN

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EDITA

© Queda totalmente prohibida la reproducción, ni en todo ni en parte, de los contenidos de esta revista sin el permiso previo y por escrito de la editorial Fueyo Editores, S.L.

ES TIEMPO DE ANIVERSARIO Nº 1. Enero 1999. Nº109. AbrilJunio 2024 25 1999-2024 A Ñ S ´
TEMAS QUE CONFORMAN LA PRESENTE EDICIÓN ESPECIAL DE LA REVISTA DEMOLICIÓN & RECICLAJE, EDITADA EN FORMATO LIBRO sumario/´ 4 Editorial: 25 años de D&R 6 Editorial: Cabeceras y logotipos 14 Opinión:
y FIR 18 Opinión: Pablo Budía, AEDED 20 Portadas: Pioneros de la prensa 22 Contenido: 25 años de reportajes 34
Ignacio Tertre, RCD
Índice de materias

Historia: Sede de CNH Industrial 128 Publicidad: Índice de anunciantes 138

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Ferias: Los Reyes con Fueyo 76 Historia: La Pagoda de Fisac 78 Libros: Literatura técnica 60 Ferias: Fíder, efecto demoledor 66 Historia: La «caída» del Windsor 96 Historia: La cárcel de Carabanchel 114

DEMOLICIÓNYRECICLAJE, PRIMER CUARTO DE SIGLO DE ANDADURA

25 ´ 1999-2024 A Ñ O S

Números 1 y 109 de «Demolición & Reciclaje», de enero de 1999 y abril-mayo-junio de 2024, respectivamente. 25 años han pasado desde que salió al mercado editorial español la publicación, destinada a los sectores que la propia cabecera describe con precisión.

6 editorial/´

Veinticincoaños han pasado desde que en las postrimerías del siglo XX concibiéramos, en la sede de Fueyo editores en la calle Arturo Baldasano 15, la posibilidad de sacar adelante una nueva y complementaria cabecera especializada para unirla como hermana a la veterana revista Rocas y Minerales, que por entonces ya había superado también sus veinticinco años. Rocas había nacido en enero de 1972 de la mano de Laureano Fueyo cuesta, que en esa misma fecha fundó editorial propia con el mismo nombre, Rocas y Minerales. A ello le llevó la experiencia de haber puesto en marcha cinco años antes, en marzo de 1967, la revista canteras y explotaciones, en el seno de la editorial Pedeca, Un año más tarde, en el 73, sacaría al mercado otra cabecera en el sector de la elevación, Movicarga, conjuntamente con Luis García Sánchez. era enero de 1999 cuando vio la luz Demolición & Reciclaje, que salió al mercado con la intención de cubrir la información técnica de un sector emergente que comenzaba a cobrar importancia en el mundo de la construcción por las positivas repercusiones medioambientales y económicas que las obras de deconstrucción tenían para el entorno en el que se llevaban a cabo, un sector que hoy es indispensable y cuyo protagonismo en la productividad es decisivo en lo que hace tiempo se dio por llamar «economía circular», que en la actualidad ha adquirido categoría de fundamental. Así lo expresaba en el editorial de aquel prístino número 1, que se publicó sin firma, su fundador y director Luis Fueyo casado:

«La necesidad primera de pensar en reciclar, reducir y aprovechar los residuos, tanto urbanos como de infraestructuras, fue sentida hace ya más de veinticinco años por los países del norte de europa. Unos por razones de sensibilidades medioambientales y otros por razones orográficas que no permitían relieves del terreno para crear vertederos, lo que obviamente planteaba un problema económico de primera magnitud, estos países han venido perfeccionando unas técnicas y creando una normativa que ha servido en cierto modo de punta de lanza al resto de la Ue, donde se calcula que la cantidad de desechos de demolición sobrepasa los doscientos millones de toneladas anuales».

Momento económico inmejorable

Los elementos clave para la gestión eficiente de los distintos procesos de demolición y reciclaje son la pinza, la garra, la cizalla y el martillo.

Pergeñada durante 1998 en el seno de la casa Fueyo, la revista Demolición & Reciclaje fue tomando cuerpo a impulsos de su creador y a raíz de las buenas perspectivas del mercado de cara a la irrupción del nuevo siglo. Las proyecciones que realizaba el FMi sobre españa eran de un aumento del PiB del 3,4 por ciento en 1998, una suave aceleración del consumo privado y una tendencia muy positiva de la inversión que, a diferencia de etapas anteriores, permitiría un comportamiento estable de los precios y una saneada posición exterior. Por tanto, la coyuntura prevista para el año 1999 era favorable, nuestra economía iba a continuar acelerando su ritmo de crecimiento y se anticipaba un buen ejer-

Pergeñada durante 1998 en el seno de la casa Fueyo, la revista Demolición & Reciclaje fue tomando cuerpo a impulsos de su creador y las buenas expectativas.

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Tres ejemplares con los tres logotipos distintos que ha tenido la revista en estos 25 años.

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editorial/´ 25 años de información

109 números de la revista «Demolición & Reciclaje», una cifra registrada en los 25 años de andadura de la publicación editada por Fueyo Editores.

La revista salió al mercado con un precio para suscriptores de 6.000 pesetas al año por 12 números.

Boletín impreso en los primeros números de la revista «Demolición & Reciclaje» para solicitar información gratuita de productos o suscribirse a la revista.

cicio para las ventas de equipos de obras públicas, construcción y excavación, que al liquidar el ejercicio 98 acababa de registrar 5.975 unidades vendidas, con un incremento del 42 por ciento respecto al ejercicio anterior, que se vendieron 4.190 unidades (fueron 3.140 del año 1996). esas casi 6.000 máquinas se alcanzaron tras cuatro años de incremento consecutivo de las ventas. Un lustro de lujo que culminaría al año siguiente, en el

ejercicio que cerraba el siglo, con un incremento de 1.000 unidades, alcanzándose el listón impensable entonces de las 7.000 máquinas puestas en el mercado español. Así, entrábamos triunfalmente en el mítico año 2000, puerta del tercer milenio. evidentemente, esa conquista de la maquinaria obedecía a motivos coyunturales y de bonanza económica, de inversión pública y privada, de bajos tipos de interés y tasas de inflación sostenida, que forjaron en la época un panorama suficientemente atractivo para el despegue de la construcción, siempre acechada por los vaivenes económicos. Y, por añadidura, un campo dispuesto para la siembra de una nueva publicación que venía a rellenar un hueco hasta entonces desierto: el de la información sobre la actividad de la demolición y el reciclaje en el sector de la construcción.

Lanzamiento de la publicación en 1999

Así, pues, en 1999, el año que iba a dar carpetazo a un siglo y que concluiría a buen seguro con grandes celebraciones, se iniciaba en españa el último gran ciclo económico con base en la construcción –la futura burbuja inmobiliaria ya nos ajustaría las cuentas unos años después–. Y salió al mercado de la prensa escrita Demolición & Reciclaje –lejos quedaba aún la llegada del mundo digital para revolucionarlo todo–, un nuevo modelo de publicación acorde al novedoso escenario de requerimientos medioambientales de nuestro país, coincidiendo además con la introducción en el mercado financiero, ese mismo mes de enero, de la nueva moneda europea, el euro, que entraría en circulación en 2002. Al tiempo, dos de las principales entidades bancarias españolas, el Banco Santander y el central Hispano, protagonizaban la primera fusión en la era del euro. Y también en Francia, la Société Générale y el Banco Pariba, dos de las principales entidades financieras francesas, anunciaban su fusión, convirtiéndose en el tercer banco europeo y el cuarto mundial.

La llegada al mercado del número 1 de Demolición & Reciclaje fue magníficamente aplaudida por todos los protagonistas de esta actividad industrial, fabricantes y distribuidores de equipos principalmente, siendo su puesta de largo en público un año después en Zaragoza durante la celebración en el mes de febrero de la feria Smopyc 2000. La publicación nació con un potente refuerzo internacional, pues contaba con los representantes que ya tenía la editorial Rocas y Minerales en el extranjero: intermedia para Alemania, Holanda, Suiza y Austria; Angel Business para el Reino Unido; Regie Publicité para Francia; y consultants Group para estados Unidos y Latinoamérica.

La revista salió al mercado con un precio para suscriptores de 6.000 pesetas al año por 12 números (tres años quedaban aún para la entrada en funcionamiento del euro) y de 11.000 (24 nú-

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editorial/´ 25 años de información 10

meros) si la suscripción se firmaba por dos años, siendo de 55 dólares anuales u 8.000 ptas. (14.000 por dos años) para los suscriptores europeos, y de 85 dólares (150 por dos años) para los de otros países del mundo. Las fórmulas para efectuar la suscripción eran las clásicas del teléfono o rellenando un boletín inserto en la revista para enviarlo por correo ordinario, por un lado, o, por otro, la tecnológica y más inmediata del momento: el envío de dicho boletín por fax. en ese primer número se anunciaba la preparación de un directorio de empresas con un precio especial para las que estuvieran interesadas en figurar en tan consultada sección. Los módulos eran de formato estándar, de 5,5 x 5,5 cm, y su precio de lanzamiento, de 50.000 ptas. anuales (300 euros). Desde entonces, la revista ha protagonizado toda la información relativa a los ámbitos que su cabecera describe, en españa y en el resto del mundo, siempre bajo los designios de su fundador y único director hasta ahora, Luis Fueyo casado, que dio a la revista una impronta de dinamismo, pedagogía y calidad tanto en lo técnico como en lo periodístico. Licenciado en ciencias Geológicas, su vocación le llevó a formarse en especialidades complementarias, como la minería, la gemología y el periodismo, siendo hoy día uno de los más reputados e influyentes informadores del sector de la maquinaria de construcción, obras públicas y minería en españa y liderando la principal feria de maquinaria del sector, Smopyc, de la que es director desde hace una década.

Fueyo imprimió carácter a Demolición & Reciclaje y, como líder de una revista pionera que entraba en un ambiente hasta entonces inexplorado, consiguió que fuera una publicación de referencia en tan pujantes sectores, que entonces comenzaban a cobrar importancia, aunque aún no existía la presión ni la obligación que existe hoy, doctrinal e institucional, por la deconstrucción, el reciclado de materiales, la descontaminación, la demolición selectiva, la recuperación, la reducción de emisiones, el corte y perforación, la valorización, la gestión de RcD, etc., si bien era creciente la legislación que imponían gobiernos e industria estableciendo obligaciones nunca antes exigidas a los contratistas de demolición al respecto del cuidado medioambiental y, por añadidura, contribuyendo a mejorar la seguridad en este trabajo.

la bola a la excavadora hidráulica cuando Demolición & Reciclaje vio la luz, lejos quedaba ya el uso de bolas de acero o cadenas montadas en la pluma de grúas, o la utilización de dóceres para derribar muros, prácticas que asumían enormes riesgos de accidentes, y se imponía la tecnología y la utilización de máquinas y equipos específicamente diseñados para demolición. De hecho la introducción de la excavadora hidráulica como herramienta de demolición acabó por revolucionar esta industria, que puede resultar una ardua tarea que con frecuencia precisa de la alta tecnología para que el trabajo resulte seguro y ajustado al presupuesto. en cualquier caso, se trata de una actividad en la que en cada ocasión se requiere la utilización de diferentes máquinas, implementos y técnicas y presenta al contratista múltiples, distintos y constantes desafíos. entonces, hace 25 años, igual que ahora, los trabajos de demolición podían ser de menor rango, si se trataba de demoler viejos edificios piedra a piedra, recuperando y señalando cada una de ellas para una futura reedificación, o de grandes retos si se trataba de demoler altos bloques de viviendas o chimeneas de antiguas industrias en centros urbanos o ro-

Ilustración de una excavadora de demolición generada por IA, Inteligencia Artificial.

“ ” Cuando Demolición &

Reciclaje vio la luz, lejos quedaba ya el uso de bolas de acero o cadenas en grúas o dóceres derribando muros. Los «vademécum» anuales son muy apreciados como guía del sector por los lectores de «Demolición & Reciclaje». He aquí los correspondientes a los años 2009 y 2013.

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De
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Queremos celebrar estos 25 años manteniendo nuestro compromiso con la divulgación e información veraz y de calidad.

deados de zonas edificadas. Qué duda cabe que cada derribo es un mundo singular que siempre ha estado marcado por obligaciones y dificultades propias y sus consiguientes desafíos. el tiempo y la experiencia de los profesionales en este ámbito han impuesto modernamente la demolición selectiva, que sigue incrementándose. Se trata de una práctica en la que todos los materiales –hormigón, ferralla, vigas, etc.– pueden ser separados troceándolos en la propia obra y transportados para su uso como materia prima reciclada. Gran parte del éxito y del crédito que han obtenido los nuevos métodos de demolición se debe a contratistas entusiastas que han creído en los métodos y máquinas propuestos por fabricantes como caterpillar, case, Komatsu, Liebherr, Hitachi, Hidromek, Brokk, JcB, etc., que tienen equipos especializados y cuentan con competentes y variados proveedores de implementos para la realización de estos complejos y peligrosos trabajos de demolición y reciclaje.

Información de calidad

los

con el

Desde un primer momento los contenidos de Demolición & Reciclaje han abarcado todos los ámbitos de la información relacionada: industrial, comercial, formación, tecnología, novedades, ferias, etc., lo que le ha proporcionado una

amplia y reconocida reputación entre las empresas españolas e internacionales. Durante un cuarto de siglo de andadura editorial, la revista ha dado cuenta de los principales trabajos llevados a cabo, muchos de ellos premiados por su complejidad y alto riesgo. Y diversos números especiales se han convertido en referente para los profesionales de estos sectores, contribuyendo a la vez a reforzar el prestigio de Fueyo editorial.

La revista basa buena parte de su éxito en esta capacidad para abarcar informativamente todo lo que ha sido capaz de realizar este puntero sector, compitiendo en calidad y contenidos con otras cabeceras que llegaron después. Una muestra de ello queda expuesta en las siguientes páginas de este número especial, donde reflejamos las portadas publicadas en estos 25 años, la apertura de muy distintos reportajes realizados a lo largo de este tiempo, los libros técnicos y divulgativos editados por la editorial desde su fundación en 1972, las ferias principales a las que hemos asistido con la revista y las que hemos organizado directamente nosotros en estos cinco prolíficos lustros, además de otras informaciones complementarias, entre las que señalamos algunos reportajes originales que hemos elaborado expresamente para este especial sobre míticas demoliciones: la Pagoda de Fisac, por coincidir su derribo con nuestra salida al mercado en 1999, y la torre Windsor por ser la demolición más impactante y mediática del periodo que contemplamos, además del derribo de la cárcel de carabanchel y del edificio de cnH industrial en coslada (Madrid). con ello se harán los lectores una idea de la capacidad y el trabajo que hemos desarrollado en conjunto en algo más de medio siglo de andadura de Fueyo editores y en estos últimos 25 años de Demolición & Reciclaje Al cumplir ahora la revista tan redonda efeméride, queremos celebrarlo manteniendo nuestro compromiso con la divulgación e información veraz y de calidad, tanto en la edición de papel de Demolición & Reciclaje como también a través de la página web de Fueyo editores. Sólo nos resta dar las gracias a quienes nos han apoyado durante este cuarto de siglo: lectores, anunciantes, suscriptores, proveedores y trabajadores de Fueyo editores. A todos les damos nuestras más sentidas y efusivas gracias con el ruego encarecido de que nos sigan prestando su cariño otros 25 años más. ¡Por lo menos! ◊

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Imagen de demolición con excavadora, generada por IA.
editorial/´
Portadas de números 53 y 61 de la revista, logotipo de la cabecera teñido de blanco o de negro.
25 años de información

LOS SIGNOS DISTINTIVOS

Cabeceras y logotipos

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Demolición & Reciclaje se concibió para destinarla a los sectores que su propia nomenclatura declara.

e la idea inicial de llevar al mundo editorial una revista técnica dedicada al universo de la maquinaria destinada a la minería, los áridos y el movimiento de tierras, hubo que pasar, una vez tomada la decisión de sacarla adelante, a la plasmación en papel del proyecto antes de que el primer número viera la luz. Había que definir el concepto de lo que se pretendía dar a conocer y la «cara» que esa publicación debía presentar ante el público al que iría destinada. Surgió así el boceto primero de la cabecera de Rocas y Minerales, elegido entre otras tantas opciones que fueron descartadas tras largas y sesudas deliberaciones por los dos socios confabulados en perpetrar la salida al mercado en 1972 de la nueva publicación, que se repartieron los papeles principales: Laureano Fueyo y carlos Vivas, el primero responsable de la parte editorial y administrativa, y el segundo, de la comercial. como en la época en la que salió a la calle la revista estábamos en trance de levantar españa, eso lo reflejó fielmente Laureano Fueyo en el logotipo de la editorial que constituyó al efecto, tan sencillo de trazo como ilustrativo de la idea que perseguía la publicación. el desarrollismo de los años 60 había comenzado fuerte a mediados de la década y ya en el inicio de los 70 apuntaba a una etapa próspera para el país, que se vio en parte truncada por la crisis del petróleo de 1973. Sin embargo, la exitosa salida de la publicación

por la precaria situación económica general y las páginas de Rocas y Minerales se editaron para destinarlas al objetivo con que fueron concebidas: su importante contribución informativa y formativa al sector de la minería, los áridos y el movimiento de tierras. La maquinaria se hizo fundamental en aquella época precisamente para levantar españa.

Y una vez levantada, llegó el final de siglo y de milenio y otro sector económico, dentro de la construcción, hizo su entrada triunfal: el mundo de la demolición y el reciclaje. Y vuelta a empezar. o mejor, a seguir en la senda trazada. el vástago que heredó la editorial en la que ya trabajaba desde hacía una década, Luis Fueyo, lo tuvo claro y concibió en 1999 Demolición & Reciclaje, una revista que iba a ser la referencia del importante sector de los equipos destinados a la demo-

Logotipos de la editorial Rocas y Minerales, que en sus comienzos se ilustraba con un dózer levantando España con sus fuertes brazos. Fue también el logotipo de la revista del mismo nombre que inició la saga de la casa Fueyo. Cuando éste se cambió para modernizarlo, se le añadió la palabra «editorial» para diferenciarlo de la cabecera de la publicación. Hoy es Fueyo Editores.

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editorial/25
de información
Portada del nº. 109, de Abril-Mayo-Junio de 2024, relativa a los 25 años de «Demolición & Reciclaje». Debajo, logotipo actual de Fueyo Editores, empresa editora de la revista.
años

La cabecera original de la revista «Demolición & Reciclaje» ha registrado tres variaciones en 25 años. De arriba abajo, el primer logotipo es el diseño primigenio de 1999, que se cambió justo un lustro después, en enero de 1984, y se volvió a renovar en julio de 2007. Este logo se mantiene en la actualidad. Sobre estas líneas, las cabeceras de otras revistas que la editorial Rocas y Minerales puso en marcha a partir de su fundación en 1972: «Rocas y Minerales», dedicada a las técnicas y procesos de minas y canteras, que fundó la saga; «Mecametal», a la mecanización de metales; «Movicarga», al sector de la elevación; y «RentalWorld», dedicada al alquiler de maquinaria, por Fueyo Editores.

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A la dcha., número especial de noviembre de 2015 de la revista «Rocas y Minerales», decana de Fueyo Editores. Bajo estas líneas, el número 3 de «Mecametal», de abrilmayo de 1974; y «Movicarga», de noviembre de 1973. Abajo, el número 1 de la revista «RentalWorld», y la guía Guitema que se editó en 1971.

lición y recuperación de materiales, que se lanzó al mercado en enero de ese año señalando su mercado de actividad en la propia cabecera. Aquel titular demostró ser un acierto y durante 25 años ha sido, junto con Rocas y Minerales, la marca distintiva de la casa. Después se registró una evolución en esa seña de identidad y tres han sido los cambios de tipografía de la cabecera, transformaciones lógicas en un diseño vivo que procura notables aportaciones a la calidad del producto, pues la publicación ha sido siempre muy dinámica y ha participado a lo largo de su corta historia de las modas y los avances tecnológicos que han ido imponiendo los tiempos. en las páginas anteriores están representados esos logotipos que la revista ha tenido durante estos cinco lustros de vida. Y junto a ellos, la evolución del logotipo de la propia editorial y de otras cabeceras que en su momento orbitaron bajo la dirección editorial del grupo, como Mecametal, de temática exclusiva en la industria de la mecanización de metales; Movicarga, dedicada a la maquinaria de elevación; y RentalWorld, destinada al mundo del alquiler de maquinaria. Además de Guitema, la Guía técnica de Maquinaria y equipos en la construcción, obras Públicas y Minas, que se editó en 1971. Vigente desde 1999 y gozando de una saludable actividad Demolición & Reciclaje, la revista de referencia del importante sector de los equipos destinados a la demolición y recuperación de materiales, cumple ahora sus primeros 25 años. A estas notables cabeceras se une la edición de unos cuantos libros de carácter técnico publicados en las cinco décadas de andadura editorial y otros que se añadieron a raíz de entrar de lleno con la revista Demolición & Reciclaje en este sector especializado de la construcción, libros que figuran en otro apartado de este número conmemorativo. ◊

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editorial/´ 25 años de información

25º ANIVERSARIO DE DEMOLICIÓN & RECICLAJE

25 años de apoyo al reciclaje de residuos de construcción y demolición (RCD)

N abril de 1999, en el café de una jornada sobre RCD en la ETSIM (LOEMCO), se presentó Luis Fueyo, con traje azul y corbata, y me pidió si podía prepararle un editorial para su nueva revista Demolición & Reciclaje. Todavía recuerdo el título de aquella edición, «Primer eslabón en la cadena de la regeneración». Desde ese momento y hasta hoy es difícil resumir lo que ha supuesto para el reciclado en estos 25 años la iniciativa y ayuda de la revista Demolición & Reciclaje, personalizada en Luis Fueyo, como marco de difusión, divulgación, empuje y referente para todos los

que se han ido sumando en estos años al reciclaje de los RCD en España.

Luis Fueyo y la revista Demolición & Reciclaje impulsaron las relaciones y cercanía entre demoledores y recicladores.

Como en todos los inicios, a todos nos movía el entusiasmo de formar parte del nacimiento de un nuevo sector, así que en el año 2000 preparamos un reportaje sobre la primera planta de tratamiento de RCD en Madrid a escala industrial, y Demolición & Reciclaje fue el enlace para que junto con otras iniciativas principalmente en Catalunya, País Vasco y Navarra, se iniciase el asociacionismo del reciclaje en España, con el GERD. que en pocos años llegó a tener más de 80 asociados, y con ANEFA y aquel comité de áridos reciclados que llegué a presidir unos años.

Luis Fueyo pasó a ser la voz de este auge del reciclaje. Con su motivación «editorial» heredada de su padre, en el año 2003 publicó el Manual de Demoliciones, Maquinaria y Manipulación de Materiales, donde repartió juego y capítulos entre los que formábamos cada una de las actividades relacionadas, coincidiendo este año también con el Primer Congreso de Demolición y Reciclaje en el mes de abril en Pamplona, y que fue el inicio de las ferias FÍDER donde compartíamos experiencias y aprendizaje sobre el reciclaje de los residuos de construcción y demolición.

Luis Fueyo y la revista Demolición & Reciclaje impulsaron también las relaciones y cercanía entre demoledores y recicladores, en más de una ocasión organizó encuentros o comidas en las

Ignacio Tertre Torán

Presidente de RCD Asociación y miembro de la junta directiva de la FIR.

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opinión/´
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que con Celso Anka y yo mismo pudimos acercar intereses, y que se materializaron en el año 2004 con la preparación conjunta del II Congreso y Feria Internacional de Demolición y Reciclaje y FÍDER 2004, ya en Zaragoza, acierto de organización ante el crecimiento del sector, y donde todos teníamos que aprender y compartir, y donde las empresas de maquinaria vieron su campo ampliado a esta actividad.

El éxito de estas iniciativas, y el crecimiento en auge del reciclaje en España, nos llevaron a la organización del III y IV Congreso de RCD en Zaragoza, y ferias internacionales FÍDER en los años 2006 y 2009, donde la revista Demolición & Reciclaje fue el cauce organizativo, y sus artículos fuente de aprendizaje para todas estas iniciativas.

Destacar la importancia que tuvieron en estos años de crecimiento del reciclaje de RCD los planteamientos reivindicativos del sector a nuestras instituciones ya presentes en estos congresos, y donde la revista fue también eco de todo ello, culminando en el año 2008 con el grupo de trabajo del Real Decreto 105, referente de legislación básica del estado para los RCD.

Pero los años de crecimiento, inversiones y proyectos se complican en el año 2009 con la mayor crisis del sector de la construcción conocida, derivada de la burbuja inmobiliaria, y que se acentúa en numerosas iniciativas de reciclaje que ni reciben residuos, ni demanda alguna a sus materiales reciclados. Esta crisis no es ajena a la revista Demolición & Reciclaje, que debe replantear sus estrategias de supervivencia y se ve obligada también ante la llegada de la transición digital.

En estos años, la revista sigue siendo el cauce para el impulso de la recuperación del sector, contando experiencias y nuevos proyectos, y donde en 2012 Fueyo Editores se involucra en la edición de la Guía Española de Áridos Reciclados, todavía a día de hoy referente técnico de los áridos reciclados en España, y donde su trabajo en edición y de soporte digital fueron reconocidos por todas las instituciones.

El reciclaje se extiende por todo el territorio, las competencias de las CCAA y los intereses de asociacionismo se dividen, y en el año 2014 aparecen nuevas asociaciones territoriales de gestión de RCD, principalmente en Catalunya y Andalucía, quedando la asociación RCDA como referente a nivel nacional, y con nuevos actores como el nuevo comité de áridos reciclados de ANEFA. Estos cambios obligan a la revista a multiplicar sus acciones y a equilibrar su neutralidad y discreción, cualidades que no le faltan a Luis.

Los años de recuperación se suceden y en 2018 se plantea retomar la iniciativa congresual para el reciclaje de RCD, obligada también por la aparición de numerosas normativas de la unión europea, Estado español y las CCAA, y donde Luis Fueyo y la revista Demolición & Reciclaje se suman desde el primer momento, iniciativa que se culmina con la celebración del I Congreso Internacional de Reciclaje de RCD, celebrado en octubre de 2019 en Madrid, con más de 350 congresistas. El éxito de este congreso motiva al comité organizador a plantearse su continuidad en el tiempo, pero pocos meses después, ahora por una pandemia, vuelve a complicarse la actividad y a dejar en suspenso estas iniciativas.

Hace unos meses me llamó Luis, ya había oído rumores de la celebración del II Congreso, y me habló de volver a Zaragoza, a nuestros orígenes de organización y futuro del reciclaje, hecho que ya puedo constatar con la próxima celebración del II Congreso Internacional de RCD para los días 13 y 14 de noviembre de este 2024 en la Feria de Zaragoza, en un congreso abierto a todos y para todos.

Luis y su revista Demolición & Reciclaje no han sido sólo un acompañamiento para el sector en estos 25 años, han sido realmente uno de los motores de actividad imprescindibles para que el reciclaje de RCD en España sea a día de hoy una realidad, y un referente de constancia y trabajo bien hecho. Mi enhorabuena a Luis Fueyo y su equipo, y felicidades por todo ello. ◊

«El crecimiento en auge del reciclaje en España nos llevó a la organización del III y IV Congreso de RCD en Zaragoza, y Ferias internacionales Fíder en los años 2006 y 2009, donde la revista ‘Demolición & Reciclaje’ fue el cauce organizativo, y sus artículos fuente de aprendizaje para todas estas iniciativas».

” El Segundo

Congreso Internacional de RCD se celebrará los días 13 y 14 de noviembre de este 2024 en la Feria de Zaragoza,

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25º

ANIVERSARIO

DE DEMOLICIÓN & RECICLAJE

25 años de avances en la industria

“EEstos 25 años nos han permitido crecer como personas, conocer a otros profesionales y explorar áreas y ámbitos de los que, en otras circunstancias, ni siquiera tendríamos constancia.

L 2024 marca un hito de gran valor: el 25º Aniversario de la revista Demolición & Reciclaje. Veinticinco años de trabajo y dedicación a estos dos gremios especializados, brindando información de calidad a los profesionales del sector.

En momentos así, no puedo evitar reflexionar sobre mi relación con esta industria durante este último cuarto de siglo. Muchas cosas han cambiado, mientras otras siguen igual.

No obstante, es innegable los grandes avances que logramos en estos últimos veinticinco años en algunos aspectos.

Uno de los más destacables, sin duda alguna, es la mejora de las condiciones de los trabajadores involucrados en los sectores de demolición y reciclaje. La mejora en los equipos usados en las obras, una mayor, y mejor, planificación, los nuevos sistemas de seguridad: todo esto contribuye a reducir los siniestros en obra. Y, de la misma forma, también lo vuelve más atractivo para futuros profesionales.

Asimismo, la creación e implementación de herramientas digitales es otra cuestión importante a tener en cuenta. No sólo amplía las oportunidades para aquellos que aún están por entrar, sino que también nos permiten una mejor ejecución, seguridad y eficiencia en las obras.

Por otro lado, también es importante recalcar la creciente convergencia de los sectores de demolición y reciclaje, marcados por su esfuerzo por la sostenibilidad. Los sectores que, durante décadas, se han tratado como totalmente separados (e, incluso, antagónicos en algunas ocasiones), ahora están encontrando un terreno común en su búsqueda de la economía circular. Como profesional que tiene una relación muy cercana con ambos sectores, es una auténtica alegría ver cómo, en vez de tratarse como opuestos, cada vez más se fomenta la colaboración entre ellos.

Sin embargo, para mí, las industrias de demolición y reciclaje no sólo es un ámbito de trabajo. Estos veinticinco años también marcaron una época de grandes aprendizajes y experiencias. Incontables conferencias, eventos –tanto nacionales como internacionales–, publicaciones, proyectos; todo esto va más allá de lo profesional. También nos han permitido crecer como personas, conocer a otros profesionales y explorar áreas y ámbitos de los que, en otras circunstancias, ni siquiera tendríamos constancia.

Tanto en mi calidad como Presidente de AEDED, como profesional de estos gremios, como a nivel personal, me enorgullece formar parte y aportar mi experiencia y conocimiento a las industrias de demolición y reciclaje.

Le deseo un feliz 25º Aniversario a la revista, y espero que nuestros valores compartidos de colaboración y compromiso con el gremio siga durante muchos más años. ◊

Presidente de AEDED. Asociación Española de Demolición, Descontaminación, Corte y Perforación.

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opinión/´

DEMOLICIÓN & RECICLAJE, REVISTA

DE LA EDITORIAL FUEYO EDITORES

Pioneros de la prensa técnica

En el nº 36, del mes de julio de 2007, se cambió la cabecera anterior (abajo) a la actual.

L primer número de la publicación Demolición & Reciclaje vio la luz en época finisecular, el mes de enero de 1999, a punto del cambio de milenio. En aquel tiempo, hace un cuarto de siglo, sorprendió su salida al mercado editorial porque era la primera publicación que aparecía en un sector tan especializado, cuya actividad llevaba un par de décadas de crecimiento sostenido y cobraba cada vez más importancia por su implicación en la economía circular y el aspecto medioambiental de las obras urbanísticas y de infraestructuras. La revista llegaba respaldada por una editorial veterana, fundada en 1972, Rocas y Minerales (en 2004 pasaría a denominarse Fueyo Editores), que en 2022 celebró sus 50 años de andadura y editó una publicación que daba cuenta además de los 600 números alcanzados.

Quiso su impulsor, Luis Fueyo Casado, que el número iniciático de la nueva publicación, pergeñada a lo largo de 1998 conjuntamente con su padre, Laureano Fueyo Cuesta, entonces director general de la editorial, saliera a la calle colmado de originalidad y atractivos temas para captar la atención de directivos, empresas y colectivos para alistarlos como lectores impenitentes para el tiempo futuro cargado de retos que habrían de afrontar la revista y el propio sector.

Una materia desconocida

Aquel número especial contenía una abundante selección de palpitantes noticias de actualidad y una específica temática técnica que el propio título de la revista señalaba

“ ”

La revista

Demolición & Reciclaje pretendía ofrecer lo mejor de los mundos que en su cabecera anunciaba.

Demolición & Reciclaje llegaba cargada de aspiraciones poco menos que universales y un fuerte armamento intelectual, el de su fundador y director Luis Fueyo, geólogo, minero y periodista. Y presentaba un formato estándar que es el más empleado hoy día en el mundo de las publicaciones periódicas, el Din-A4 (210 mm x 297 mm), y una cabecera original, colorista y con distintas tipografías a dos niveles, que se mejoró en sendas ocasiones, justo cinco años después de su lanzamiento, en 2004, y tres años y medio más tarde, en 2007, cuando se optó por uniformar la tipografía y fortalecer así la cabecera haciéndola contundente, llamativa y con fuerte personalidad.

Izda., nº 1, de enero de 1999. Arriba, nº 22, de enero de 2004. La primera cabecera de la revista se renovó cuatro años después de su lanzamiento, coincidiendo con el cambio de nombre de la editorial, que pasó de llamarse Rocas y Minerales a Fueyo Editores.

22 portadas/´
E

como declaración de intenciones. Pretendía ofrecer lo mejor de los mundos que en su cabecera anunciaba, actividad que en el campo de la construcción combinaba la demolición con la reducción de los materiales, su reciclaje y el aprovechamiento de los residuos. Como decía Luis Fueyo en el editorial de aquel prístino ejemplar: « El nuevo medio que hoy presentamos irá poco a poco entrando en todas y cada una de estas materias, y sólo aspira a ser un vehículo eficaz entre todos los estamentos involucrados en esta apasionante materia que hoy por hoy es una gran desconocida en la mayoría de los sectores de la sociedad española. Todos los temas relacionados con el sector, técnicos, comerciales, normativos, tecnológicos e innovadores serán la base de la información de ‘Demolición & Reciclaje’». Y despedía la pieza con un deseo: «Esperamos conseguir este objetivo y, con ello, contar con el apoyo del lector y del anunciante interesado en la promoción de sus equipos y su tecnología».

A la dcha., una de las últimas contraportadas publicadas, la del nº 105, de abril-junio de 2023, del cliente Hercal.

Así ha sido posteriormente y en cada uno de los 109 números de la revista editados en estos 25 años. Precisamente, el apoyo inicial de las empresas al proyecto fue el impulso decisivo para su lanzamiento y el que ha mantenido pujante la publicación durante este tiempo de andadura editorial. Desde el primer número. Ahí figura la portada de Liebherr o la contraportada de Eral (Omtrack), que fue la empresa que durante muchos años ocupó con preferencia las contras de todos los números, pasando por fabricantes y distribuidores que también insertaron su publicidad en ese primer ejemplar: Finanzauto (Caterpillar), Case, Atlas Copco, Ingersoll-Rand, Nordberg, Rammer (Komatsu), Svedala, Vernit, Larón, KMMB, Calderería de Humanes (Hartl), Eco Recycling Systems, Eurosealand (Brigade), Aleximport, Manuel Crespo Marcos (Ampa), Metaser (Airboss) y la Unión Española de Explosivos (UEE).

Un centenar de portadas

Todos apoyaron el nacimiento de la criatura de papel y figuran en ese número 1, por lo que les damos las gracias de nuevo y efusivamente por la confianza depositada. A ellos y a todos los que han seguido haciéndolo después y durante tantos años de incesante actividad de las empresas de-

A la izda., contraportada del nº 1, de enero de 1999, con la marca Omtrack, del distribuidor Eral Equipos y Procesos, que ha sido un anunciante fiel durante los 25 años de vida de la publicación y un asiduo al escaparate de la última página.

dicadas a la fabricación de maquinaria y equipos para construcción, demolición y reciclaje.

En ese primer parto del año 99, junto a los temas seleccionados, quedó impresa la pertinaz búsqueda de la excelencia que se propuso su inventor Luis Fueyo, al igual que lo había hecho su progenitor un cuarto de siglo antes cuando lanzó en 1972 la revista de técnicas y procesos mineros Rocas y Minerales con el fin de ofrecer siempre lo mejor de la actualidad de la minería y el movimiento de tierras en cada número.

El carisma, el conocimiento y la profesionalidad de Luis Fueyo impregnaron la filosofía de la publicación desde su origen, señalando la senda por la que había de transitar en el futuro, como así ha sido. Ahí están en el archivo de la casa para justificar el axioma los sumarios de esas 109 revistas editadas hasta hoy, cuyas portadas recogemos en las páginas siguientes. Son 109 las revistas publicadas que en esas primeras páginas simbolizan el espíritu de una publicación decana que ha estibado en su contenido todo lo bueno que los sectores de la demolición y el reciclaje han sido capaces de desarrollar en los últimos 25 años. Mojen el dedo y pasen las siguientes páginas. O amplíen la pantalla de su ordenador, la tableta o cualquier dispositivo móvil. Y vean... ◊

109

números en 25 años es el bagaje editado por la revista técnica Demolición & Reciclaje.

En 2022, «Rocas y Minerales», revista hermana de «Demolición & Reciclaje», celebró sus 50 años de existencia y los 600 números alcanzados en ese tiempo. Esta es la portada del libro conmemorativo.

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Nº 2. Abril de 1999. Nº 3. Julio de 1999. Nº 4. Octubre de 1999. Nº 5. Enero de 2000. Nº 1. Enero de 1999. Nº 6. Marzo de 2000. Nº 7. Junio de 2000. Nº 8. Septiembre de 2000. Nº 9. Enero de 2001. Nº 10. Abril de 2001. Nº 11. Julio de 2001. Nº 12. Septiembre de 2001. Nº 13. Enero de 2002. Nº 14. Abril de 2002. Nº 15. Julio de 2002. Nº 16. Septiembre de 2002. Nº 17. Enero de 2003.

Aunque todos no los podamos mostrar.

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Nº 26. Febrero de 2005. Nº 27. Abril de 2005. Nº 32. Julio de 2006. Nº 33. Octubre de 2006. Nº 34. Febrero de 2007. Nº 35. Mayo de 2007. Nº 36. Julio de 2007. Nº 37. Septiembre de 2007. Nº 38. Noviembre de 2007. Nº 39. Febrero de 2008. Nº 40. Mayo de 2008. Nº 41. Septiembre de 2008. Nº 42. Febrero de 2008. Nº 18. Abril de 2003. Nº 19. Julio de 2003. Nº 20. Septiembre de 2003. Nº 21. Noviembre de 2003. Nº 22. Enero de 2004. Nº 23. Abril de 2004. Nº 24. Julio de 2004. Nº 25. Septiembre de 2004. Nº 28. Julio de 2005. Nº 29. Octubre de 2005. Nº 30. Febrero de 2006.Nº 31. Mayo de 2006.
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Nº 43. Noviembre de 2008. Nº 44. Febrero de 2009. Nº 45. Mayo de 2009. Nº 46. Julio de 2009. Nº 47. Septiembre de 2009. Nº 48. Noviembre de 2009. Nº 49. Febrero de 2010. Nº 50. Mayo de 2010. Nº 51. Julio de 2010. Nº 52. Septiembre de 2010. Nº 53. Noviembre de 2010. Nº 54. Febrero de 2011. Nº 55. Mayo de 2011. Nº 56. Julio de 2011. Nº 57. Septiembre de 2011. Nº 58. Noviembre de 2011. Nº 59. Febrero de 2012. Nº 60. Mayo de 2012. Nº 61. Julio de 2012. Nº 62. Septiembre de 2012. Nº 63. Diciembre de 2012. Nº 64. Marzo de 2013. Nº 65. Junio de 2013. Nº 66. Septiembre de 2013. Nº 67. Diciembre de 2013. Nº 68. Marzo de 2014. Nº 69. Junio de 2014. Nº 70. Septiembre de 2014. Nº 71. Diciembre de 2014. Nº 72. Marzo de 2015. Nº 73. Junio de 2015. Nº 74. Septiembre de 2015. Nº 75. Diciembre de 2015. Nº 76. Marzo de 2016. Nº 77. Junio de 2016. Nº 78. Septiembre de 2016. Nº 79. Diciembre de 2016. Nº 80. Marzo de 2017. Nº 81. Abril de 2017. Nº 82. Julio de 2017. Nº 83. Diciembre de 2017. Nº 84. Marzo de 2018. Nº 85. Junio de 2018. Nº 86. Julio de 2018. Nº 87. Diciembre de 2018.
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Nº 88. Marzo de 2019. Nº 89. Junio de 2019. Nº 90. Julio-Sept. de 2019. Nº 91. Octubre-Dic. de 2019. Nº 92. Marzo de 2020. Nº 93. Abril-Junio de 2020. Nº 94. Julio-Sept. de 2020. Nº 95. Octubre-Dic. de 2020. Nº 96. Enero-Marzo de 2021. Nº 97. Abril-Junio de 2021. Nº 98. Julio-Sept. de 2021. Nº 99. Octubre-Dic. de 2021. Nº 100. Enero-Marzo de 2022. Nº 101. Abril-Junio de 2022. Nº 102. Julio-Sept. de 2022. Nº 103. Octubre-Dic. de 2022. Nº 104. Enero-Marzo de 2023. Nº 105. Abril-Junio de 2023. Nº 106. Julio-Sept. de 2023.
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Nº 107. Octubre-Dic. de 2023. Nº 108. Enero-Marzo de 2024.Nº 109. Abril-Junio de 2024.
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LOS ARTÍCULOS MÁS INTERESANTES Y ORIGINALES DE DEMOLICIÓN & RECICLAJE

25 años de reportajes

El

número 1 de

«Demolición & Reciclaje» salió al mercado editorial en el mes de enero de 1999.

” Medio millar de reportajes de obras de demolición ocentros de reciclaje ha publicado la revista en estos 25 años.

emolicion & Reciclaje cumple 25 años y por ello estamos de celebración en Fueyo editores. echamos la vista atrás y, como en este tiempo hemos acumulado recuerdos de trabajos realizados de todo tipo, hacemos aquí un recorrido visual por los contenidos tan especiales que la revista ha publicado en estas dos décadas y media dedicadas a la información y acercando al lector la tecnología imperante en cada momento aplicada a las necesidades operativas del proyecto en cuestión. ofrecemos en estas páginas una muestra de la larga trayectoria de análisis de obras, casos prácticos, novedades de maquinaria, trabajos especiales y todo tipo de artículos e información sobre reciclaje y demolición, escritos siempre, eso sí, con esmero, rigor y la mayor de las pasiones. Todo con el único objetivo de acercar a nuestros lectores la actualidad tecnológica más vibrante y cambiante del mundo de la deconstrucción. echando la vista atrás, allá por enero de 1999 vio la luz el primer número de nuestra revista con una portada en la que la protagonista de la magnífica fotografía del hotel Playa San Ramón, en marbella (málaga), era una excavadora hidráulica liebherr modelo R 954 V litronic, equipada con un brazo de demolición de 25 metros para echar abajo la obsoleta infraestructura hotelera. en el mismo número informábamos de la entrada en acción de la máquina de demolición más grande fabricada en europa, la Pc750Se-6, de Komatsu, que se estrenaba demoliendo un edificio en el casco histórico de londres. en el editorial del primer número, titulado «Hacia el futuro», el director luis Fueyo casado daba cuenta de las razones por las que la entonces editorial Rocas y minerales, que había fundado en 1972 su padre,

laureano Fueyo cuesta, y un lustro después de iniciado el nuevo siglo, en 2004, pasaría a denominarse Fueyo editores, lanzaba al mercado la publicación Demolición & Reciclaje para ocupar un hueco hasta ese momento vacío en este tipo de literatura técnica, a pesar de ser un sector que ya apuntaba maneras veinte años atrás, a mediados de los 70, y desde aquellos tiempos contaba con dos asociaciones europeas: eDa (asociación europea de Demoliciones) y FiR (Federación internacional del Reciclaje). « en nuestro país, el reciclaje es un concepto muy primario –decía Fueyo en ese prístino editorial–, aunque sin duda existe una sensibilidad creciente, tanto en la sociedad como en las dos principales asociaciones en esta materia (...) Vienen desde hace más de dos décadas coordinando y promoviendo los intereses de la industria de la demolición, tanto en beneficio de sus asociados en particular como de la sociedad en general».

Que la revista venía para quedarse es manifestación que quedó impresa en la página editorial que recogió las intenciones de su creador: «las posibilidades de este sector en nuestro mercado –continuaba luis Fueyo– son infinitas dada la incipiente toma de conciencia de estas posibilidades y estructuras de las empresas demoledoras, donde en muchos casos no cuentan con todos los equipamientos integrales, no sólo de equipo de demolición, sino del de tratamiento integral de los residuos, ni la capacidad técnica o mentalidad de las posibilidades de un aprovechamiento “provechoso”, valga el retruécano». como muestra del camino emprendido por la revista, artículos de ese número iniciático fueron los que llevaban por título: «la gestión de los residuos generados en el sector de la construcción», firmado

Especial «Las más ‘demoledoras’ del mercado», en el primer número de la revista.

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contenidos/´ D

por técnicos del Gremio de entidades del Reciclaje de Derribos (Gerd); «los “overbands” en el reciclaje», de Drago electrónica; «equipos móviles específicamente diseñados para el reciclaje de infraestructuras», firmado por el doctor Steve minett; y «el reciclado hoy y en el futuro», firmado por Hartl crushtek y caldehusa, un interesante trabajo que daba un repaso al estado del reciclaje en los principales países de la Unión europea.

También se informaba en estas páginas de las novedades en equipos y accesorios, como el martillo SBc610 y tres nuevas cizallas modelos Hcc de atlas copco; los trabajos especiales de las cizallas de Krupp; los martillos Furukawa en Gran canaria; la cargadora de ruedas o&K l45, eficaz en demolición y reciclaje; nuevas ruedas anti-pinchazos para mixtas de airboss; la incorporación de la gama de demolición de Verachtert a caterpillar, tras la compra de la firma holandesa por parte del fabricante estadounidense; la case 1488 lc en la demolición de una fábrica de cementos del grupo Portland en Vicálvaro (madrid); y el grupo de reciclaje «Ulisse 96F», de omtrack. el número incorporaba además un monográfico especial titulado « las más “demoledoras” del mercado», un artículo que repasaba los equipos de las distintas marcas especialistas en demolición mecánica: case, caterpillar, jcB, Komatsu, liebherr, o&K y Samsung. a la vez, se completaba el trabajo con otro dedicado a los implementos de demolición de la marca jcB, y culminaba el número un trabajo sobre el «Reciclaje de materiales de construcción», firmado por eco Recycling Systems. aparte, noticias referidas a las empresas y a la feria Smopyc, que iba a celebrar su undécima edición al año siguiente, en febrero de 2000, donde se presentaría la nueva revista a bombo y platillo, con un año ya de rodaje. en este artículo especial queremos dar un repaso a algunas de los reportajes de tecnologías, obras y máquinas que marcaron un hito en su momento y fueron publicadas en la revista, formando parte de nuestro bagaje editorial. con las páginas de apertura de estos trabajos rememoramos todo lo bueno que ha desfilado por nuestro escaparate en este viaje de 25 años por la galaxia de la demolición –primero–, y el reciclaje –después–. ◊

Reportajes contenidos en el primer número de «Demolición & Reciclaje».

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PASAN LOS AÑOS Y CRECEN LOS SUEÑOS.

Han pasado ya muchos años desde que compramos en Holanda nuestra Åkerman H25DLC, la máquina que marcó un antes y un después en el mercado internacional de la demolición y una de las primeras máquinas de demolición de altura en España. Toda la familia ERRI BERRI dio la bienvenida a esta maravilla de la técnica bautizada como "la Carmen".

Hoy nuestra empresa, líder en el mercado de la demolición en España, sigue siendo una familia, seguimos invirtiendo en máquinas punteras y los proyectos siguen creciendo... pero nuestra Carmen permanece en casa, para recordarnos los sueños se cumplen con esfuerzo, conocimiento y pasión.

Proyectos:

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Más de 50 años en la distribución y mantenimiento de equipos para la obra pública, demolición, reciclaje y recuperación de metales

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[RE]construyendo futuro

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FONDO EDITORIAL

Literatura técnica

DArriba, «Manual de buenas prácticas para la gestión de residuos en las obras de construcción y demolición», de José Luis Martín Fandiño, publicado en el año 2014.

esdesus inicios en el mercado editorial, tanto el fundador de Rocas y Minerales, Laureano Fueyo, como el continuador de su obra y creador de demolición & Reciclaje, su hijo Luis Fueyo, tuvieron claro que su pulsión divulgadora debía transmitirse al mercado a través de otras publicaciones complementarias a las revistas que editara la empresa, conscientes de la siempre imprescindible labor didáctica que necesitan los sectores de la construcción, el movimiento de tierras y la minería. esa filosofía siguió siendo marca de la casa cuando pasó a llamarse Fueyo editores y se potenció el afán por dar a conocer las últimas tecnologías, los métodos racionales de explotación y los equipos adecuados a cada tajo, recopilando en manuales científicos toda la sabiduría acumulada al respecto de cada materia a tratar. de esa forma, echando cuentas, en las más de cinco décadas editando sin parar, sale medio centenar de libros publicados por Fueyo editores, a razón de uno por año, de media, aunque la distribución no haya sido homogénea en el tiempo porque más de la mitad de los libros se ha editado en las últimas tres décadas, con profusión de la temática de la demolición y el reciclaje.

Demoliciones por voladura. Esteban Langa Fuentes. 2011.

en total, la producción bibliográfica supera los 30.000 ejemplares impresos. La mayor parte son publicaciones de carácter técnico, realizados en colaboración con prestigiosos autores expertos en una materia determinada a la que se dedicó el conjunto de la obra. Pero también se han editado unos cuantos por encargo, destinados a proveer a congresos, jornadas, ferias, exposiciones y empresas, generalmente de contenido afín a las industrias minera y de la construcción. Algunos más se han publicado en el terreno técnico por iniciativa propia, escritos en esta casa por Luis Fueyo, solo o en compañía de otros autores. Finalmente, unos pocos se editaron fuera del terreno especializado y más próximo a la literatura convencional, principalmente guías, memorias y novelas. Mostramos en estas páginas una muestra gráfica de todo lo bueno que ha dado de sí en estos años la literatura especializada del sector, que Fueyo editores ha comercializado en todo el mundo. de hecho, de algunos libros se han vendido los derechos a editoriales de Argentina y Colombia para su venta en dichos países. ◊

Manual de RCD y áridos reciclados. Manuel Bustillo Revuelta. 2010.

Manual de demoliciones, reciclaje y manipulación de materiales. Editor: Luis Fueyo Casado. 2003.

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libros/´

Diccionario terminológico de minas, canteras y mineralurgia. 1975. Primer libro editado por «Rocas y Minerales».

Tecnología de los aparatos de fragmentación y de clasificación dimensional. Tomo 1. Machacadoras, trituradores y granuladotes. E. C. Blanc. 1975.

El beneficio de los minerales. Pierre Blazy. 1977.

Tecnología de los aparatos de fragmentación y de clasificación dimensional. Tomo 2. Molinos y pulverizadores. E. C. Blanc. 1975.

Circuitos de trituración y molienda de minerales. A. J. Lynch. 1980.

Tecnología de los aparatos de fragmentación y de clasificación dimensional. Tomo 3. Cribas, separadores y aparatos accesorios. Instalaciones de conjunto. E. C. Blanc. 1975.

III Jornadas técnicas de equipos e instalaciones: Casos prácticos.

Editores supera los 30.000 ejemplares en 50 años.

“ ” La producción bibliográfica de Fueyo
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Diseño de plantas de proceso de minerales. Mular Bhappu. 1985. Flotación en columna. Procesos, diseño y prácticas. Julius B. Rubinstein. 1997. 1999.

Literatura técnica libros/

Rocas industriales.

“Se han editado unos cuantos libros por encargo, destinados a proveer a congresos, jornadas, ferias y exposiciones.

”Manuel Bustillo Revuelta, José Pedro Calvo Sorando y Luis Fueyo Casado. 2001.

Equipos de trituración, molienda y clasificación. Tecnología, diseño y aplicación. Luis Fueyo Casado. 1ª edición. 1999. 2ª edición. 2002.

Programación y costes en las obras subterráneas. Javier Aznar Salinero. 2003.

Selección práctica y aplicaciones

Antonio

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Tecnología de canteras y graveras. Antonio Marfany Oanes. 2004. Materiales de construcción. Manuel Bustillo Revuelta y José Pedro Calvo Sorando. 2005. de los equipos de trituración. Durán López y Luis Fueyo Casado. 2007. Hormigones y morteros. Manuel Bustillo Revuelta. 2008. Manual de mantenimiento de plantas de áridos. José Francisco Lara Leal. 2009. Manual de movimiento de tierras a cielo abierto. Julián Rojo López. 2010.
´

La mejor manera de predecir el futuro es creándolo

La experiencia es un grado en el oficio de derribistas. Y sólo es posible acumularla si permanece intacta la voluntad original de encontrar y demoler los horizontes del presente para abrirle paso a un futuro mejor.

” De algunos libros se han vendido los derechos a editoriales de Argentina y Colombia para su venta en dichos países.

Literatura técnica

I Congreso nacional de minerales industriales. 2010.

Manual de Áridos.

Manuel

Maquinaria para Movimiento de Tierras. Roberto García Ovejero. 2016.

Explotaciones de áridos. Optimización técnica y económica. Ángel García de la Cal. 2011.

Manual de cribado y clasificación. Minería y Áridos. Ángel García de la Cal. 2014.

Tierras Raras. Geología, producción, aplicaciones y reciclado. Manuel Bustillo Revuelta y Javier Ruiz Sánchez-Porro. 2019.

Paisaje minero: Integración social y ecológica. Una filosofía. Bernardo Catón Santarén. 2013.

Minerales Industriales.

El sistema internacional de unidades. Roberto García Ovejero. 1976.

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Bustillo Revuelta, Antonio Durán López y Luis Fueyo Casado. 2014. Ángel Bustillo Revuelta, Elena Crespo Feo, José Pedro Calvo Sorando y Manuel Pozo Rodríguez. 2014.
´
libros/

Abajo, los libros que recogen las ponencias y comunicaciones presentadas en las tres primeras ediciones del Congreso Nacional de Áridos, organizados por la Federación de Áridos, fueron impresos por Fueyo Editores.

I Congreso Nacional de Áridos. Zaragoza. 2006.

II Congreso Nacional de Áridos. Valencia. 2009.

III Congreso Nacional de Áridos. Cáceres. 2012.

Equipos de trituración y clasificación. Tecnología, diseño y aplicación. Luis Fueyo Casado. Edición Colombia. 2002.

Equipos de trituración y clasificación. Luis Fueyo Casado. Edición Argentina. 2008.

Arriba, manuales de los que se han cedido los derechos para su edición en países hispanohablantes.

Sobre estas líneas, catálogo que recoge una selección de los volúmenes publicados por Fueyo Editores.

Flyer publicitario impreso por Fueyo Editores para promocionar su catálogo de libros en congresos y ferias. A la izda., la «Guía española de áridos reciclados procedentes de RCD» fue editada en 2014 en colaboración con el GERD.

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ferias/´ 25 años de información

FÍDER , FERIA INTERNACIONAL DE LA DEMOLICIÓN Y EL RECICLAJE

Efecto demoledor O

La revista «Demolición & Reciclaje» organizó en 2003 la primera feria Fíder, la feria internacional de equipos de demolición y reciclaje. Al año siguiente tendría lugar la edición de 2004.

rganizadopor la revista demolición & reciclaje, el primer evento realizado en España relacionado con el sector de la demolición y el reciclaje de rCd fue Fíder’2003, feria internacional de equipos y maquinaria de demolición y reciclaje, celebrada hace veintiún años en Pamplona, del 3 al 6 de abril. nunca hasta esa fecha se había desarrollado en España un acto asociado al tratamiento de rCd que reuniera en 12.000 m2 a lo más granado de los fabricantes de maquinaria de este sector, que presentaron las últimas innovaciones en excavadoras con brazo para demoliciones en altura, manipuladoras industriales, equipos móviles sobre orugas, machacadoras e implementos de demolición y manipulación.

La iniciativa surgió del análisis de mercado, las tendencias en construcción y la consecuente conclusión de prever con una clarividencia meridiana, por otra parte marca de la casa Fueyo Edi-

tores desde su fundación en 1973 por Laureano Fueyo Cuesta, que el sector estaba destinado a crecer en el futuro. Esta acertada visión animó al director de la publicación y de la editorial, Luis Fueyo Casado, a lanzarse en pos de la consecución de esta feria, que en principio pretendía ser anual y nómada, es decir, que tendría como sede en futuras ediciones diferentes capitales de provincia, si bien, al final, a partir de la segunda edición se pensaría en hacerla bienal y, por las circunstancias del mercado, se quedaría en la capital del Ebro debido a las inmejorables infraestructuras de Feria de zaragoza. a partir de 2006 se evaluó la conveniencia de convertirla en trienal, siguiendo el calendario del resto de ferias europeas dedicadas al sector de la maquinaria de construcción. de esta forma, pasó a celebrarse en 2009 y estaba también prevista para 2012, aunque ésta no llegó a celebrarse por la crisis.

En base a la experiencia adquirida con la feria de demolición Fíder y la revista demolición & reciclaje, Fueyo Editores se lanzó a organizar otros eventos por iniciativa propia, como el Congreso de Minerales industriales, o a participar en la consecución de otros ajenos. Como ejemplo de colaboración en la organización comercial están el Congreso nacional de Áridos, el Congreso nacional del Hormigón y el Metallic Mining Hall (MMH), Salón internacional de Minería Metálica, que se celebra cada dos años en Sevilla. Su primera edición fue en 2015 y la próxima en octubre de 2024.

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Fueyo Editores organizó en la primera década de este siglo las ferias Fíder a través de su publicación «Demolición & Reciclaje».

ferias/´ 25 años de información

Fíder avanza

Arriba, algunas instantáneas de la presencia de la revista «Demolición & Reciclaje» en la cuarta edición de la feria de demolición y reciclaje Fíder, celebrada en 2009 en Feria de Zaragoza y organizada por Fueyo Editores. Debajo, el acto de inauguración con las autoridades. A la dcha., el stand de la revista en la última edición de la feria Smopyc, en 2023.

El éxito de la primera edición de la feria Fíder fue importante al mostrar una oferta tan interesante y completa de las más importantes marcas fabricantes y distribuidoras del sector, y obtuvo unos excelentes resultados en cuanto a cifras de expositores y calidad de sus visitantes, que acreditaron su profesionalidad e interés por los equipos expuestos y por el avance tecnológico de los fabricantes de maquinaria de este sector.

En esa muestra iniciática de Fíder se expusieron los equipos más modernos que se utilizaban entonces en la demolición y el reciclaje de rCd, un sector que estaba creciendo con un dinamismo que los propios fabricantes de maquinaria, así como los organismos públicos e instituciones re-

lacionadas, no habían previsto. Los expositores que demolición & reciclaje consiguió reunir en Fíder fueron numerosos, contando con la participación de la asociación anmopyc, siempre presente en todo cuanto acontece al sector de la construcción, además del entonces gremio de Entidades del reciclaje de derribos (gerd).

Interforum del Reciclaje y I Congreso Nacional

La organización de la feria Fíder’2003 por parte de Fueyo Editores se hizo coincidir con el Xii interforum de la Fir, Federación internacional de reciclaje, y con el i Congreso nacional de rCd. En ambos congresos, celebrados en paralelo a la feria, se trataron los aspectos más importantes de un sector que estaba despertando entonces y del cual se conocía relativamente poco.

Más de 300 representantes procedentes de las principales empresas productoras de áridos reciclados, de empresas de construcción y demolición, de institutos de investigación de materiales,

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Versatilidad Seguridad Sostenibilidad

ferias/´ 25 años de información

Con la primera edición de Fíder se creó el precedente necesario para que la muestra se consagrara como el foro tributario de todas las innovaciones, avances y mejoras de un sector tan novedoso como complejo.

”En la foto de arriba, el stand de «Demolición & Reciclaje» en Fíder’2009.

de ingenierías de procesos y laboratorios, junto con responsables de medio ambiente, urbanismo y obras de administraciones públicas, se reunieron en Pamplona para analizar y debatir la situación del sector y las actuaciones de futuro. ambos congresos permitieron avanzar en la sensibilización de la sociedad sobre la importancia del reciclaje como un elemento necesario para favorecer los modelos de desarrollo sostenible. El tratamiento adecuado de los residuos de construcción y demolición era, ya entonces, un aspecto trascendente, dada la importancia que el sector estaba adquiriendo en el modelo económico general. Hace tan sólo veintiún años, más de 35

millones de toneladas anuales de rCd se vertían en las escombreras sin ningún tipo de tratamiento previo, a pesar de los esfuerzos de algunas empresas y administraciones públicas para evitarlo. Estábamos muy lejos entonces de lograr unos niveles de reciclaje equiparables a los países europeos más avanzados en esta industria.

Fíder, suma y sigue

Con esta primera edición de Fíder se creó el precedente necesario para que la muestra se consagrara como el foro tributario de todas las innovaciones, avances y mejoras de un sector tan novedoso como complejo. así, en mayo de 2004 llega-

Programa del I Congreso Nacional de la Demolición y el Reciclaje, desarrollado en 2003 durante la celebración de la primera edición de la feria Fíder en Pamplona. A la dcha., el cartel anunciador de la edición de 2006 de Fíder, organizada por Fueyo Editores.

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El stand de «Demolición & Reciclaje» y «Rocas y Minerales» en la feria Smopyc’2011.

A comienzos de este siglo, el número ingente de obras en marcha generaba un problema por la gran cantidad de residuos de la demolición de obras anteriores.

A la dcha., los carteles de las ediciones de 2009 y 2012 de Fíder. La última no llegó a celebrarse por el desastre causado por la crisis de 2008.

ría la segunda edición del Salón de la demolición y el reciclaje, que abrió sus puertas en las instalaciones de Feria de zaragoza y reunió a 76 expositores, duplicando el número de la edición precedente y acogiendo también el Congreso nacional de demolición y reciclaje. dos años después, la edición 2006 de la feria Fíder se celebró con gran éxito de participantes en las instalaciones de Feria de zaragoza, entre los días 25 y 27 de mayo. Esta tercera edición contó con un 55% más de expositores y la superficie neta de exposición ocupada creció un 37%. Fue, por lo tanto, la más numerosa, profesional y completa de las tres ediciones celebradas hasta entonces y consolidaba su posición dentro del mercado ferial sectorial.

Esta edición reunió en la institución ferial aragonesa a 145 firmas expositoras, procedentes de 18 países, y concentró a los principales exponentes

de los equipos de demolición y el reciclado a nivel internacional, lo que convirtió a esta muestra en un referente profesional para el sector y su actividad en España. El respaldo de los profesionales fue unánime y se consiguió superar en un 40% la cifra de visitantes que acudieron a la anterior edición, por lo que la cifra final se situó en más de 4200 asistentes.

Los datos apuntaban a que al buen camino emprendido en un sector en pleno desarrollo, en el que el uso de la tecnología y el respeto al medio ambiente se planteaban como los principales retos de futuro. El acto de inauguración fue presidido por el Secretario general Técnico de obras Públicas del gobierno de aragón, Jesús Sánchez Farracés, el director general de Calidad y Evaluación Medioambiental del Ministerio de Medio ambiente, Jaime alejandre, el presidente de Feria de zaragoza, Manuel Teruel, y el director general de Feria de zaragoza, José antonio Vicente, quienes estuvieron acompañados por el presidente del gremio de Entidades del reciclaje de derribos (gerd), José ignacio Tertre, y el presidente de la asociación Española de Empresarios de demolición (aeded), Celso anka Méndez.

La tercera edición a comienzos de este siglo, la actividad constructora en España pasaba por un momento de expansión, con un número ingente de obras en marcha, lo que al mismo tiempo generaba un problema por la gran cantidad de residuos creados, de los que un gran porcentaje provenía de la demoli-

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“En el seno de Fíder’06 se celebraron el III Congreso Nacional de Demolición y Reciclaje, la asamblea anual de la Asociación Europea de Demoledores (EDA) y la asamblea de la Asociación Española de Empresas de Demolición (Aeded).

”El stand de «Demolición & Reciclaje» en la feria Fíder’2003.

ción de obras anteriores. La eliminación de estos materiales suponía un gran problema para las administraciones Públicas y las empresas que los debían gestionar de manera racional pensando en la protección del medio ambiente. Por este motivo, se llevaron a cabo numerosas acciones y medidas para solventar esta circunstancia. Y una de ellas fue la creación, impulsada por el gobierno central para el periodo 2001-2006 con una inversión superior a los 420 millones de euros, del Plan nacional de residuos de Construcción y demolición, que llegaba a su fin coincidiendo con la tercera edición de Fíder.

Entre las actividades de esta edición destacó la celebración del iii Congreso nacional de demolición y reciclaje, la asamblea anual de la asociación Europea de demoledores (Eda) y la asamblea de la asociación Española de Empresas de demolición (aeded).

El iii Congreso nacional de demolición y reciclaje coincidió con el décimo aniversario del gremio de Entidades del reciclaje y derribos (gerd) y analizó los nuevos retos y proyectos hacia los que caminaba el sector de la demolición, así como el emergente protagonismo del reciclado como herramienta de construcción. En los debates, expertos en estas materias analizaron en profundidad los esfuerzos y estrategias que llevaban a cabo las empresas españolas para gestionar de manera correcta y siguiendo los protocolos de medio ambiente los residuos de construcción y demolición generados en sus actividades, así como el aumento en todo el país del número de plantas de reciclado.

Se trataba de un sector que estaba experimentando un desarrollo muy importante, con una significativa tasa de crecimiento y la implicación de cada vez un mayor número de empresas de construcción que respondían al aumento de la demanda de obras de deconstrucción.

Reunión de demoledores

También en el marco de Fíder’2006, la asociación Española de Empresas de demolición celebró su reunión anual. En esta ocasión, el gremio se había marcado como objetivo establecer contactos con otras instituciones y asociaciones relacionadas con el sector con el fin de obtener un mayor peso internacional. otra de las metas fundamentales era lograr una mayor expansión nacional. Entre los temas a tratar se contaban la defensa de la legitimidad en el trabajo y el perfeccionamiento de los métodos de demolición y de la gestión de los residuos. Se pretendía, al igual que ocurre en otros países de la Unión Europea, perfilar otros usos en las obras nuevas y en la rehabilitación de cascos históricos.

Por su parte, el centro de congresos del recinto ferial de zaragoza albergó la reunión anual de la asociación Europea de demoledores, en la que se trataron temas relativos a la calificación de los residuos para su posterior aprovechamiento y aspectos relacionados con la seguridad e higiene en el trabajo, con ejemplos del funcionamiento de la demolición en países tan diversos como dinamarca, austria, reino Unido y España. además de estas actividades, se habilitó una zona de demostraciones, próxima al pabellón de Fíder’2006, en la que varias empresas llevaron a cabo ejercicios y exhibiciones en las que mostraron el funcionamiento de sus equipos.

En el marco de esta edición se concedieron los primeros diplomas de innovaciones Técnicas en el sector de la demolición. La entrega de los mismos tuvo lugar justo tras la inauguración y durante el recorrido de las autoridades. Las empresas galardonadas fueron siete, de las cuales seis eran españolas: Áridos Pérez, de Caldas de Montbui (Barcelona); Tecnología y reciclado, de Madrid; imop, de arganda del rey (Madrid); MB Meccanica Breganzese, de Breganze (Vicenza) italia; recovery, de Barcelona; Suministros industriales rasan, de Huércal de almería (almería); y zB, de rentería (guipúzcoa).

La cuarta edición

La cuarta edición de Fíder se celebró en mayo de 2009 en Feria de zaragoza, cuando ya estaba España recibiendo los empellones de la crisis económica que se inició con vehemencia el año anterior. aún así, resistió el envite con entereza y obtuvo mejores resultados de los esperados, con la asistencia de más de 4.000 visitantes profesionales, cifra similar a la de su anterior edición, y la presencia de equipos, sistemas y servicios presentados por 80 marcas expuestas, procedentes de países como alemania, australia y Portugal. El balance final fue satisfactorio, según expresó la organización del único salón europeo de su especialidad, y, a pesar de que el número de em-

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presas expositoras se vio reducida, la maquinaria para la gestión, el tratamiento y la valorización de los residuos de la construcción estuvo perfectamente representada. Su propia naturaleza, a favor de la sostenibilidad ambiental, propiciaba que fuera un sector en clara expansión, con inmensas posibilidades de negocio y con mucho recorrido para la innovación tecnológica, tanto en maquinaria como en procesos, tratamientos y nuevos usos para los materiales reciclados.

En los 17.000 metros cuadrados habilitados para la exposición se vio maquinaria altamente especializada en demolición y reciclaje, con aportaciones verdaderamente innovadoras en máquinas e implementos para triturado y demolición y una tendencia hacia los equipos móviles y altamente polivalentes. Las plantas de reciclado llave en mano, con las últimas tecnologías de clasificación y tratamiento fueron uno de los productos estrella del certamen.

En cuanto a maquinaria, se presentaron cucharas trituradoras de última generación para demoliciones que permitían reciclar directamente in situ, reduciendo así costes en el proceso de tratamiento de los residuos por la reutilización del material para llenar zanjas, cimientos y fondos de carretera; cucharas de distintos tamaños, cubriendo los rangos que van desde excavadoras pequeñas hasta mayores de 28 toneladas; además de trituradoras de 28 toneladas y una capacidad de trituración de 200 toneladas por hora y tolva con sistema de precriba integrado, separador magnético y otros implementos que facilitaban la tarea de triturado y separación del material de rechazo. no faltaron tampoco las pinzas de demolición acoplables a grúa, distintos tipos de demoledores y grúas cargadoras. asimismo, se dieron a conocer otros equipos de vanguardia, como un triturador montado sobre orugas para todo tipo de escombros, hormigón, asfalto, etc., con capacidad de hasta 120 toneladas por hora y con un diámetro de alimentación de hasta 600 milímetros. Para reciclaje también se vieron interesantes cizallas portátiles, diversas cortadoras de ferralla, rompetuercas, gatos hidráulicos y almohadillas de elevación. En cuanto a maquinaria móvil, había de todo tipo, desde equipos de trituración y cribado y clasificación de materiales, como caliza, grava, granito, basalto, etc., hasta la maquinaria auxiliar y necesaria, como retroexcavadoras y palas imanes. Por último, se presentó una micro-machacadora de mandíbulas móvil e instalable en casi cualquier sitio gracias a sus reducidas dimensiones.

IV Congreso Nacional de Demolición y Reciclaje

La feria siguió fielmente su programación prevista y celebró sus actividades paralelas con gran éxito y alta participación, como el iV Congreso nacional de demolición y reciclaje, que reunió a

más de 300 asistentes, el XV interforum celebrado por la Federación internacional del reciclaje y que sirvió, entre otras cosas, para subrayar el carácter internacional de la feria, y «El proyecto gEar», una de las iniciativas emprendidas por el sector para hacer frente a la crisis, que celebró una mesa redonda con el título «Proyecto de guía Española de Áridos reciclados procedentes de rCd», o proyecto gEar, por sus siglas, impulsado y coordinado por el entonces gerd.

La quinta edición no llegó a celebrarse

Con el planteamiento de celebrarse de nuevo en el recinto de zaragoza, la quinta edición de la feria Fíder estaba prevista para el mes de mayo de 2012, en el peor momento de la crisis que se inició en 2008. En 2011, el mercado de la construcción había desaparecido prácticamente del mapa, cayendo la actividad en un 95%, y ante estas circunstancias y las nulas perspectivas de reactivación a corto plazo, el comité organizador y la propia Feria de zaragoza optaron por suspender la edición y esperar a la llegada de mejores tiempos. Éstos llegarían hacía el final de la década, pero no dio tiempo a organizar nada porque entonces apareció de improviso una peste aún peor que la crisis económica: la pandemia del Covid. ◊

Arriba, el stand de «Demolición & Reciclaje» en el I Congreso Nacional de Áridos, celebrado en 2006 en Zaragoza. Sobre estas líneas, el stand de la revista en la feria Smopyc’2023.

Fueyo Editores ha sido el organizador e impulsor de las ferias Fíder de demolición y reciclaje.

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EN EL STAND DE SMOPYC’2008

Los Reyes con Fueyo L

La feria Smopyc del año 2008 fue la mejor de la historia de la muestra aragonesa y los entonces Príncipes de Asturias, hoy Reyes de España, inauguraron la edición y visitaron el recinto, deteniéndose a curiosear en el stand de Fueyo Editores. El director Luis Fueyo obsequió al Príncipe con los últimos libros publicados y puestos a la venta por la editorial.

aS ferias monográficas han constituido siempre, desde que se inventaron a mediados del siglo pasado, la herramienta más eficaz para dar a conocer al mundo industrial las novedades que los fabricantes ponían en el mercado para mejorar la actividad de las empresas. Suponían la más interesante propuesta del márketing moderno, sustentada esta en ser el muestrario de todo lo bueno que es capaz de crear un sector, en nuestro caso el de la maquinaria de obras públicas, construcción y minería, en el que las ferias, patrias o internacionales, grandes o modestas, han jugado un papel fundamental como catalizador de la actividad, foro de encuentro multitudinario y escenario de propuestas e innovación. Muchas y variadas han sido las ferias en las que ha estado presente la revista demolición & reciclaje por todo el mundo en el cuarto de siglo que lleva transitando por el sendero editorial. incluso algunas han sido organizadas y otras lo siguen siendo por iniciativa propia de esta casa. Pero si una cabe reseñar y recordar aquí por su grandiosidad, esa es la edición 2008 de Smopyc, la más importante, concurrida y exitosa de la historia de la muestra zaragozana, tanto en cantidad de expositores y terreno expositivo como en número de visitantes y calidad de las autoridades presentes. de hecho, los actuales reyes de España, cuando aún eran Príncipes de asturias, inauguraron

esta edición de nuestra industria nacional de la maquinaria y en su recorrido por las instalaciones de Feria de zaragoza se pararon con su comitiva, de manera improvisada, en el stand de Fueyo Editores. nadie se lo esperaba y cundió la alarma en el lugar como en un submarino nuclear ante una fuga radiactiva. El primero en reaccionar fue el comandante del buque, Luis Fueyo, que reaccionó rápido y puso en marcha el dispositivo de urgencias protocolarias y se dirigió a sus altezas reales solícito y dispuesto a informarles de la actividad de la industria editorial del sector al que representan las publicaciones rocas y Minerales y demolición & reciclaje en el mundo de la minería. Los Príncipes, simpáticos y dicharacheros, intercambiaron con Luis Fueyo pareceres y preguntaron sobre lo que les llamó la atención al respecto de la diversidad de publicaciones exhibidas en los escaparates del stand de la editorial. La futura reina, en concreto, se interesó mucho por el tema del reciclaje. Prosiguieron a continuación Sus altezas su real marcha ferial agradeciendo el obsequio de un par de ejemplares del fondo bibliográfico de la editorial, el Manual de demoliciones, reciclaje y manipulación de materiales y Selección práctica y aplicaciones de los equipos de trituración, que el responsable de Fueyo Editores les entregó solemnemente como recuerdo de su paso por el stand y la feria. ◊

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ferias/´
información
25 años de

LA DEMOLICIÓN DE UN EDIFICIO ÚNICO E IRREPETIBLE

La Pagoda de Fisac, una obra maestra

La polémica demolición de la «Pagoda», en 1999, que el arquitecto Miguel Fisac había levantado entre los años 1965 y 1967, atrajo a los medios de comunicación y las protestas de los vecinos.

SI en enero de 1999 salía al mercado la revista Demolición & Reciclaje, auspiciada por la editorial Rocas y Minerales para acercar a los lectores profesionales a este sector cada vez más creciente e importante, hasta entonces poco considerado en la industria de la construcción y huérfano de fuentes de información, seis meses después, a finales de julio, la polémica saltaba a la prensa al comenzar las excavadoras de demolición a derribar uno de los edificios emblemáticos de la arquitectura madrileña de los años 60, un símbolo de los más carismáticos y singulares de la capital: la sede de Laboratorios Jorba, conocida como la «Pagoda» por sus formas asimilables a las tradicionales construcciones japonesas.

Al igual que nuestra publicación, en 2024 se cumplen los 25 años de la desaparición de aquel icono, hoy cuasi universal, que desató un importante revuelo cuando las máquinas armadas con martillos y cizallas entraron en acción y las protestas de la gente llegaron al escándalo por la incomprensible actitud del Ayuntamiento de Madrid ante el hecho, que no sólo no tenía a la Pagoda inscrita entre sus edificios protegidos, sino que permitió impávido que se consumiera la destrucción de esta señera obra firmada por el arquitecto, urbanista y pintor manchego Miguel Fisac Serna (1913-2006), natural de Daimiel (Ciudad Real), el más conocido internacionalmente de quienes hicieron la renovación moderna de la arquitectura española en la segunda mitad del siglo XX.Su trabajo es escalofriante, pues realizó en total unas 600 obras, 36 de ellas en Madrid.

Una torre original y llamativa

El complejo de la Pagoda se construyó entre noviembre de 1965 y septiembre de 1967 y se componía de varios edificios y dos zonas diferenciadas: por un lado, las naves para producción y almacenaje de medicamentos, de planta libre y geometría longitudinal, cubiertas por una ingeniosa solución técnica de elegante belleza que el

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El espectacular edificio con forma de pagoda

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ideado por Miguel Fisac para los Laboratorios Jorba fue uno de los más emblemáticos de la arquitectura madrileña de los años sesenta.

La Pagoda de Fisac

Construcción y deconstrucción de la obra de arte de Fisac. Poco más de tres décadas separan ambas fotografías en blanco y negro. 1967 fue el año de su estreno y 1999 el de su demolición.

Miguel Fisac Serna:

«Más de una vez he dicho que pretendo que mi arquitectura sea siempre buena y económica, nunca cara. Nunca tuve apetencias de nuevo rico... y hago verdaderos esfuerzos para no ser rico».

Dentro de su complejidad aparente, al ser una superficie reglada, pudo construirse a partir de rectas y, por lo tanto, se generó el encofrado utilizando listones rectilíneos, sin necesidad de acudir a encofrados curvos. La torre se sustentaba sobre 8 pilares metálicos céntricos situados en la proyección de las plantas, y quedó rematada por un pináculo ubicado sobre el núcleo central de las comunicaciones, las escaleras y el ascensor.

Este efecto oriental de elegantísima pagoda, que identificó a la torre de mayor atrevimiento formal de la ciudad, pretendía crear una silueta inconfundible que atrajera la atención de conductores y viandantes hacia el edificio, uno de los requisitos impuestos por el cliente a Fisac.

mismo Miguel Fisac había diseñado fijándose en los osarios de las vacas y bautizó como «vigas hueso», piezas huecas prefabricadas de hormigón, de sección triangular, unidas con barras de acero postensado, con las que conseguía grandes luces sin pilares intermedios. Por otro lado, un edificio a modo de torre de 6 plantas cuadradas, con sótano, que albergaba las oficinas, la biblioteca y la cafetería. La peculiaridad del bloque estribaba en que cada planta, de 16 metros de lado, aparecía girada 45º respecto a la inferior sobre un eje central, unidas las aristas de cada prisma con una envolvente de paraboloides hiperbólicos de hormigón visto. Este tipo de hiperboloide –conocido popularmente como «silla de montar»– generaba entre plantas figuras triangulares y superficies curvas.

En este proyecto tan especial, el arquitecto manchego demostró su brillantez con una propuesta de soluciones originales y provocativas que eliminaba los límites espaciales y olvidaba las restricciones presupuestarias, elevando la obra por encima de sus coetáneas. El resultado fue posible gracias al gran conocimiento sobre el hormigón que Fisac había adquirido durante su carrera y en los viajes que hizo por el mundo, sobre todo al norte de Europa y por los países de oriente. El maestro consideraba el hormigón un material maleable que no podía mantenerse semioculto en estructuras y cimentaciones, sino que debía mostrarse de manera funcional y expresiva, dejando a la vista el material estructural, algo nada habitual en las construcciones de la época, que solían recubrirse con otros elementos como el ladrillo o la piedra.

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historia/´

La Pagoda de Fisac

Los planos del conjunto del edificio diseñado por el arquitecto manchego Miguel Fisac.

“La

estructura de la torre se realizó con pilares y forjados metálicos que luego se ocultaron con una piel de hormigón.

”Una vista de la espectacularidad y simetría del noble edificio de Fisac.

«Levantar» la torre de arriba abajo

La devoción de Fisac por el hormigón pretensado como nuevo material de construcción, una técnica reciente en la España del momento, comenzó con la pura experimentación y pronto se convirtió en patentes que hicieron de sus proyectos auténticas obras de arte, logrando una fusión perfecta entre ingeniería y arquitectura. Precisamente, por su huella de hormigón, la peculiar obra madrileña de la Pagoda está considerada como uno de los emblemas desaparecidos del reputado «brutalismo», una corriente arquitectónica que se derivó de la precariedad de la posguerra mundial y cuya idiosincrasia se reconocía tanto en la sobriedad de los materiales –hormigón, ladrillo, metal– como en la funcionalidad de las construcciones (ejemplo vigente de brutalismo en Madrid es el edificio Torres Blancas).

Así como la solución estructural de las naves adjuntas a la Pagoda respondía al sistema de las vigas hueso ideadas por Fisac, con las que se aligeraba el peso de la cubierta y a la vez se resolvía la impermeabilización y se conseguía una entrada de luz cenital uniforme, la torre era más teatral en su resolución técnica: la estructura se realizó con pilares y forjados metálicos que luego se ocultaron con una piel de hormigón ejecutada

con encofrado de tablilla, lo que permitió resolver la forma compleja resultante. Fisac, absolutamente cuidadoso en todo el proceso de ejecución de sus obras, quiso que la fachada se fuera construyendo de arriba abajo, de tal manera que el hormigón vertido que pudiera caer no salpicara los pisos inferiores.

El edificio resultante, una figura muy sugerente y cambiante a la luz del sol, se convirtió pronto y de forma unánime en símbolo de la nueva arquitectura contemporánea y, precisamente por su expresividad, fue bien acogido por la mayor parte de los madrileños, que lo contemplaban al pasar con sus vehículos camino del aeropuerto de Barajas, dado que el conjunto se situaba a la salida de Madrid, pegado a la carretera de Barcelona, o por los foráneos que entraban procedentes de Zaragoza y la Ciudad Condal.

Desde su construcción y por su originalidad expresiva, además de su atractivo visual, el edificio se transformó en icono. De hecho, fue uno de los tres proyectos españoles, junto con uno de Ricardo Bofill y otro de Lluís Clotet, seleccionado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Moma, para su exposición de 1979 sobre la arquitectura de los años 1960-1980 (Transformations in Modern Architecture).

A la Pagoda le llegó su hora

La hermosa torre de los Laboratorios Jorba fue admirada durante tres décadas, hasta que el responsable de la firma y propietario del inmueble, José María Jorba Puigsubirá, que fundó la empresa en 1957, anunció a principios de 1999, seis meses antes del derribo, su intención de vender la Pagoda, dado que el negocio farmacéutico había cerrado su actividad una década atrás, aunque siguió funcionando varios años más como fabricante de productos para

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La Pagoda de Fisac historia/

El Ayuntamiento de Madrid, que cataloga cualquier cosa con más de cien años, aunque no tenga ningún valor, se «despistó» al analizar esta obra maestra y la dejó fuera de su catálogo de edificios protegidos.

“ ”

Esta obra cumbre sucumbió porque los terrenos en que fue edificada la Pagoda subieron enormemente de precio.

otros laboratorios. En enero de ese año la vendió al grupo inmobiliario Lar y Whitehall (Goldman Sachs) por 2.200 millones de pesetas (13,3 millones de euros) y los nuevos propietarios, según el propio Jorba, no tenían intención de tirarla sino de reformar el conjunto para hacer una ampliación del inmueble.

Sin embargo, utilizando la excusa de aumentar la edificabilidad de la parcela, permitida dentro de los planes urbanísticos, pues la construcción original no la agotaba, el grupo Lar no dudó en pasar por encima del «brutalismo expresionista» del maestro de Daimiel y procedió a su derribo para realizar posteriormente otro edificio con más suelo construido y, por tanto, con una plusvalía urbanística indiscutible.

Miguel Fisac, artífice de obra tan alabada por los organismos más prestigiosos en la materia y con el reconocimiento unánime de la profesión, a raíz de la venta, contó que «hace un mes o dos

vinieron a verme dos arquitectos jóvenes de Valencia. El grupo Lar, los nuevos propietarios, les habían encargado la ampliación, la transformación del edificio en oficinas. Me dijeron que no tenían ninguna intención de destruir un edificio tan llamativo. Estaban encantados de que siguiera en pie. Luego parece que la cosa se complicó. Los arquitectos municipales dijeron estupideces, que la obra no cumplía la normativa contra incendios... Cuando lo hice, en 1965, todo estaba bien y, si querían, me podrían haber llamado para poner unas escaleras exteriores».

Esta obra cumbre sucumbió por la confabulación de dos causas adversas: la primera, que los terrenos en que fue edificada, que en su momento estaban fuera de Madrid y apenas tenían valor, fueron integrándose en la progresiva expansión de la ciudad y subieron enormemente de precio. A los hechos nos remitimos: la parcela de 5.959 m2 que ocupó la famosa Pagoda de Fisac, pasó de tener 9.233 m2 de superficie total construida a los 16.343 m2 del actual edificio Merrimack, un bloque de oficinas de siete plantas de escaso valor arquitectónico levantado sobre sus ruinas. Con ello se consiguió la máxima explotación del solar.

La segunda adversidad fue que el Ayuntamiento de Madrid, que cataloga cualquier cosa con más de cien años, aunque no tenga ningún valor, se «despistó» al analizar esta obra maestra y la dejó fuera de su catálogo de edificios protegidos; luego, sus responsables no pudieron –ni tampoco quisieron– hacer nada para parar la demolición, aunque la gente y muchos arquitectos de todo el mundo clamaron contra semejante barbaridad.

Entre todos la mataron y ella sola se murió

La singular Pagoda y aledaños no pudieron resistirse a la especulación inmobiliaria que desde finales de los años 90 y hasta el año 2008, cuando nos enganchó la crisis, presidió nuestra economía, formando una de las mayores burbujas eco-

Noticia en la prensa madrileña del final de las obras de derribo de la Pagoda.

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Arriba, cómic contando la historia de la Pagoda de Miguel Fisac. Y la disposición del sistema de «vigas hueso» del edificio industrial del conjunto. A la dcha., el día que comenzó el derribo, el 20 de julio de 1999, un grupo de arquitectos, vecinos y personas contrarias a la demolición se concentraron delante de la Pagoda para intentar paralizar la orden, cosa que no consiguieron y el icono madrileño acabó siendo derruido. Abajo, la icónica estructura en sus buenos tiempos.

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La Pagoda de Fisac

Pagoda de Fisac recién levantada

1967.

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La pura y simple especulación urbanística en beneficio de los caudales públicos estuvo detrás del derribo del singular edificio.

nómicas de la historia de España, la cual explotó obligándonos a poner los pies en el suelo y recordándonos que por el interés monetario se ha destruido sin ningún pudor buena parte de nuestro patrimonio nacional.

Esta es sin duda la principal razón, los meros intereses económicos derivados de construir un edificio con mayor superficie útil, es decir, la pura y simple especulación urbanística, que en aquella época las Administraciones permitían con alegría en pos del desarrollo económico general y del beneficio de los caudales públicos en particular –la especulación suele cebarse en el patrimonio urbano y arquitectónico de las ciudades convirtiéndolo en mercadería–. A este pretexto se unieron otros burdos, además del ya señalado por el arquitecto del incumplimiento de la normativa contra incendios vigente en 1999, y varias teorías más para poner fin a tan singular edificación, como los celos profesionales, el fundamentalismo racionalista o la teoría de la conspiración del propio arquitecto, que vivió la demolición de la Pagoda como una vendetta del Opus Dei, organización que quiso destruir su imagen como arquitecto por abandonar el poderoso grupo religioso en el que había militado muchos años antes. Miguel Fisac afirmó que fue su pública desafección con el Opus, al cortar su vínculo con la enti-

dad religiosa después de casi 20 años de relación, el verdadero motivo de la destrucción de su obra, siendo la mano negra, según el arquitecto, el propio Ayuntamiento de Madrid, con su alcalde José María Álvarez del Manzano a la cabeza. Aseguró que el derribo fue una represalia a esas diferencias entre la institución religiosa y Fisac. Éste había construido decenas de iglesias durante el franquismo gracias a su cercanía al Opus y vio descender radicalmente el número de encargos cuando abandonó la obra para casarse en 1955.

Por si todo esto fuera poco, una formidable desidia funcionarial se añadió al cóctel letal: la miopía administrativa, encabezada por la ceguera del Ayuntamiento de Madrid y su alcalde, que fueron incapaces de mostrar la más mínima sensibilidad y en su mala praxis administrativa «olvidaron», primero, una ley que protegía desde el principio este tipo de edificios y, después, buscaron las excusas para no aplicarla. Hasta hubo irregularidades en la votación de la licencia de demolición de la torre.

Según el consistorio madrileño, la finca era legalmente propiedad privada y no estaba catalogada como protegida porque, cuando el Ayuntamiento elaboró el catálogo de edificios protegidos para el nuevo Plan de Urbanismo de 1997, dejó fuera la Pagoda por ser una construcción moderna y además industrial, así que consideró que no debía tener demasiado valor, y por tanto sus dueños podían hacer con ella lo que quisieran, que lo hicieron dos años después, cuando, como hemos señalado, el grupo Lar decidió que si lo derribaba y construía uno más grande podría sacar una mayor rentabilidad económica al solar.

La Pagoda estaba protegida

Cuando entraron en acción las máquinas demoledoras, la gerencia municipal de urbanismo se exculpó con el argumento de que el edificio de Miguel Fisac nunca había sido catalogado para su protección por los expertos, pero hay constancia de que otra pudiera haber sido la realidad. Los expertos aludidos mostraron pruebas de que fue propuesta su protección integral en el informe presentado a la comisión asesora, de la que la oficina municipal del plan formaba parte. Se sabe que la Pagoda fue incluida en el Proyecto de Catálogo de Edificios y Conjuntos de Madrid, con el registro ISBN número 84-500-2402-1 y Depósito Legal M.42111-1977, catalogada como Elemento de Carácter Singular, dentro de la relación

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La en el año

Las cizallas se encargaron de cumplir la orden de derribo del singular edificio.

“El edificio no opuso resistencia a la implacable acción de las excavadoras O&K y Caterpillar con la librea de Devoconsa.

”Fisac, con 86 años, aprovechó la fotografía publicada en el diario ABC para realizar un apunte rápido a acuarela del principio de la demolición de «su» pagoda.

La Pagoda de Fisac

elaborada por el arquitecto Juan López Jaén entre los años 1974 y 1977, quien lo atestiguó con documentación. Pero, además, ese elemento singular fue homologado como tal por el propio Ayuntamiento de Madrid en el pleno celebrado el 30 de septiembre de 1977: «Como prueba documental básica para preservar la ciudad de demoliciones salvajes, escamotear o provocar declaraciones de ruina y otras acciones que perjudican al conjunto urbano». El acuerdo plenario de la sesión municipal que catalogó la Pagoda fue publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Madrid de fecha 8 de noviembre de 1977, junto con la relación de elementos de carácter singular y sus planos, a escala 1:5.000. Es decir, un ayuntamiento de la predemocracia protegió un edificio que consistorios ulteriores dejaron desprotegido. Más tarde, las cosas se embrollaron con un baile de fechas distintas entre expertos y el consistorio a propósito de una reu-

nión de la comisión de patrimonio de urbanismo, a la que de pronto llegó la alarma sobre la inminente destrucción de la Pagoda. Entonces todos quisieron impedir su demolición cuando ya era tarde y nadie tuvo imaginación ni arrestos para paralizar las obras de derribo, con lo que se consumó el desastre bajo las protestas de la gente y el disimulo de los gobernantes de la capital. La falta de escrúpulos de unos, los intereses ocultos de otros y la desidia de todos proyectaron una sombra de desdén sobre la Pagoda y entre todos la mataron y ella sola se murió.

Ya fuera una sola de estas excusas o todas juntas a la vez, el misterio, nunca esclarecido del todo, sigue rodeando la causa real por la que tan bella estructura, uno de los edificios más emblemáticos de Madrid, sede de Laboratorios Jorba,

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” La Pagoda no era un edificio antiguo ni opulento, pero nunca mereció ser víctima de las máquinas de demolición.
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El cuidado entorno ambiental en el que se circunscribía la Pagoda a la salida de Madrid por la carretera de Barcelona.

Treinta y tres años separan estas dos fotografías de la Pagoda de Fisac.

La Pagoda de Fisac

fue desarbolada por las cizallas demoledoras de las máquinas hace 25 años.

Lo único que consiguió el escándalo a raíz de la estulticia generalizada es que se crease un debate en torno a su desaparición y a la figura de Fisac y su importancia para la historia de la arquitectura española moderna. La demolición fue tildada por los medios como un acto de «terrorismo cultural», y nada más ser demolido, el propio Ayuntamiento, «arrepentido» de semejante latrocinio, propuso reconstruir el edificio en otra parte, a lo que el arquitecto se negó.

Demolición con premeditación y alevosía

” En mayo de 1999 se concedió la licencia por el Ayto. de Madrid para la demolición de la Pagoda.

El 13 de mayo de 1999 se concedió la licencia por el ayuntamiento para demoler la Pagoda, aprobada en la junta de distrito de San Blas, trabajo que empezó un mes antes, según un vigilante del inmueble contiguo, pero no se hizo público hasta ya empezada la obra de derribo, que tuvo lugar durante la última semana de julio y la primera de agosto, es decir, a escondidas, con premeditación, alevosía y cuando no había nadie en Madrid.

El día que comenzó el derribo, el 20 de julio de 1999, un grupo de arquitectos, vecinos y personas contrarias a la demolición se concentraron delante de la Pagoda para intentar paralizar la orden, cosa que no consiguieron. Ni tampoco surtió efecto la protesta ante la prensa de arquitectos, ingenieros, historiadores de arte y la encendida defensa del edificio por parte del decano del

Colegio de Arquitectos de Madrid. Nada pudieron hacer por impedirlo. Las dos empresas responsables de la deconstrucción, Coarsa, encargada de ejecutar la obra de demolición, y el grupo Lar, nuevo propietario del terreno, iniciaron su actuación el día señalado y las máquinas comenzaron a moverse en el entorno y a «morder» las primeras aristas de la torre a partir de esa fecha. Fisac, ya con 86 años, tuvo que asistir a esta humillación innecesaria y aprovechó la fotografía publicada en el diario ABC para realizar un apunte rápido a acuarela (ver página anterior) del principio de esta demolición, que se vio interrumpida momentáneamente al presentarse en la obra la gente dispuesta a parar el destrozo. Era de esperar: la indignación y las críticas estallaron en la calle, en protestas, en manifestaciones, en la rebeldía de los arquitectos, en medio centenar de artículos en la prensa. Unos y otros, impotentes, vieron cómo se consumaba el inexorable derribo de la señera infraestructura, que no opuso resistencia alguna a la implacable acción de las excavadoras O&K y Caterpillar con la librea de Devoconsa equipadas con cizalla y demoledor, provocando en los primeros días de agosto la ruina del edificio emblema de la modernidad arquitectónica española.

Impresionante el perfil crepuscular de la Pagoda.

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El conjunto arquitectónico de la Pagoda de Fisac.

La Pagoda de Fisac

«Esfuerzos para no ser rico»

Sirvan las palabras del arquitecto para explicar lo que pasó: « Me ha gustado mucho la reacción de las gentes, de la prensa, de mis paisanos y sobre todo de mis compañeros arquitectos. Nunca me comunicaron nada sobre esto, me enteré por otros. El alcalde de Madrid, aunque es amigo mío, me dio la impresión de que estaba decidido a no enterarse. Pasado un tiempo, el concejal del Urbanismo me llamó para decirme: “El alcalde ha sentido mucho este derribo y dice que estaría dispuesto a comprarle el proyecto y edificarlo en otro sitio”. Le contesté: no lo acepto, porque si no dirían que me habíais comprado o que yo me había vendido; y eso sería una indecencia».

y los sueños futuristas de la época.

“ ” Se perdió un edifico a caballo entre la arquitectura asiática

Fisac dejó escrito que más tarde llegó a pensar que cuando viera al alcalde... « dada nuestra amistad, le preguntaré: “¿Cuántas coacciones has recibido para no querer ver ni oír nada durante los numerosos días que ha durado el derribo?”. Me consta que en este asunto ha habido muchas presiones y, luego, unos a otros han pretendido echarse las culpas... Más que nada me da pena este asunto porque he visto las malas intenciones de mis enemigos».

Miguel Fisac demostró su bonhomía cuando confesó en una ocasión: «Yo nunca tuve apetencias de nuevo rico y me refiero a coches, barcos, fincas, mansiones, etc. Tampoco procuré amonto-

nar dinero, ni colocarlo de una manera rentable y conveniente, como se puede demostrar... Repito: hago verdaderos esfuerzos para no ser rico. Los grandes negociantes de la arquitectura no quieren saber nada de mí, no coopero en negocios sucios... Más de una vez he dicho que pretendo que mi arquitectura sea siempre buena y económica, nunca cara. Sin embargo, no han faltado quienes han creído que yo, debido a la fama, cobraría más que otros profesionales. ¡Simples conjeturas! Yo cobro y he cobrado siempre la tarifa, la que es igual para todos los arquitectos».

El caso es que se acabó la pagoda del número 30 de la calle Josefa Valcárcel, un edifico a caballo entre la arquitectura asiática y los sueños futuristas de la época, y perdimos su silueta alabeada de vidrio y hormigón, uno de los edificios más interesantes, innovadores y expresivos de la capital madrileña. Uno que no era antiguo ni opulento, pero que nunca mereció ser víctima de nuestras máquinas de demolición.

La solución estructural de las naves adjuntas a la Pagoda respondía al sistema de las «vigas hueso» ideadas por Fisac, con las que se aligeraba el peso de la cubierta.

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La Pagoda de Fisac

Arriba, progreso de las obras de deconstrucción del edifico. Abajo, las obras de construcción, con el cerramiento exterior de la torre de oficinas por medio de paraboloides hiperbólicos.

Conservar edificios modernos

Aunque sólo fuera por razones de simbología, representación y que se trata de un hito de la arquitectura, la conservación de este patrimonio, si bien no puede considerarse histórico en relación a su edad, debería ser tenida en cuenta por los organismos públicos competentes en la materia.

El conjunto arquitectónico de Laboratorios

Jorba era una creación que manifestaba, desde un punto de vista técnico, los recursos constructivos del momento, configurando la utilización de patentes propias del autor, como las vigas-hueso de hormigón postensado en la zona de distribución y producción de la empresa, así como el cerramiento exterior de la torre de oficinas por medio de paraboloides hiperbólicos, lo que imprimió al edificio su originalidad y estilo.

Sea como fuere, ni el avanzado desarrollo técnico ni su belleza estructural y funcional, ni el hecho de que fuera un símbolo de Madrid e incluso de la arquitectura contemporánea mundial, pues recogía lo mejor del movimiento «expresionismo brutalista», caracterizados por el empleo descarnado del hormigón, lograron salvar este maravilloso edificio de su cruel destino. Tan respetado y admirado era por los madrileños que lo vieron en funcionamiento durante treinta años que su demolición en julio de 1999 supuso una de las pérdidas más dolorosas del patrimonio arquitectónico moderno español, que quedó en la memoria de la gente y, aún hoy, existe una iniciativa para recoger firmas a favor de su reconstrucción en los terrenos del antiguo Hospital del Aire de Madrid, muy cerca de su primigenia ubicación.

Si algo bueno trajo la desgracia de su derribo y el escándalo ocasionado es que sobre sus escombros se cimentó una historia de la Pagoda que caló en la sociedad y su demolición despertó la conciencia colectiva de conservar no sólo edificios históricos sino también actuales, una tendencia que comenzó a sensibilizar a ayuntamientos y organismos oficiales y que hoy se mantiene.

Su ejemplo sirvió para que surgieran planes de conservación de edificios modernos y calara en las Administraciones la conciencia de mantener este patrimonio y evitar que vuelva a ocurrir una desgracia como la que sufrió la obra de Miguel Fisac, que el 4 de agosto de 1999 dejó de existir. Ese día la Pagoda, un mito de la arquitectura española del siglo XX, se perdió para siempre. ◊

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Los restos calcinados del edificio Windsor, tras el incendio sufrido en febrero de 2005.

LA DEMOLICIÓN MÁS ESPECTACULAR Y MEDIÁTICA DE LA ÉPOCA ACTUAL

La «caída» de la torre Windsor E

N 2024 se cumple 50 años del inicio del proyecto de construcción del rascacielos Windsor, en 1974, que sería inaugurado un lustro después, en 1979, en el centro financiero de la capital española, el llamado «Manhattan madrileño», en la zona de Azca. Se cumple también 19 años desde que aquel fatídico 12 de febrero de 2005 el edificio sufrió un aparatoso incendio que lo convirtió en una tea, en un coloso en llamas a imagen y semejanza de la película de John Guillermin interpretada por Steve McQueen y Paul Newman, que fue estrenada el mismo año 74 en que se comenzó a levantar la estructura de la torre, de 106 metros y 32 plantas, 29 sobre rasante y 3 sótanos, Los abismos que el destino abre a su paso son insondables. El incendio ocurrió precisamente cuando se terminaban dos años de obras para adecuar el rascacielos a la normativa vigente de seguridad contra incendios. Para ello se había instalado una escalera exterior y, paradójicamente, el sistema antiincendios. Una grúa torre instalada en la azotea para llevar a cabo estos trabajos, a punto estaba de ser desmontada con el final de la remodelación cuando se originó el fuego. Aguantando altísimas temperaturas, se mantuvo enhiesta sobre el esqueleto calcinado del edificio, que quedó totalmente inutilizado, aunque sin llegar a colapsar la estructura. A pesar de soportar las 20 horas que duró el fuego, el Windsor no cayó y pasó a ocupar el puesto 35 entre los 100 edificios más altos del mundo que tuvieron que ser demolidos.

Esta es la historia de aquel suceso que obligó a emplear novedosos sistemas de demolición por control remoto en un rascacielos que era el octavo más alto de la ciudad y estaba valorado en 84 millones de euros (en 2003). La terrible silueta calcinada del antaño elegante Windsor había desaparecido para siempre del paisaje de Madrid. Se especula que su demolición alcanzó los 25 millones de coste. Sobre las cenizas del rey muerto se erigió después el rey puesto: la torre Titania.

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La famosa torre Windsor aguantó en pie algo más de un cuarto de siglo. Fue levantada entre 1975 y 1978, se inauguró en 1979 y se incendió en el año 2005.

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La «caída» de la torre Windsor historia/

El proceso de demolición del Windsor fue rápido y efectivo. Los trabajos de deconstrucción se llevaron a cabo con robots y personal desde cestas colgadas de grandes grúas.

“ ”

Los supersticiosos pensaron en un gafe oen la fija, siniestra y retorcida mirada de un tuerto como causa del fuego.

El Windsor, propiedad de la familia Rayzábal

En el año 2005, Madrid parecía la Roma imperial en su álgida decadencia, cuando Nerón la puso en una pira para reafirmar su inspiración artística. Entre atentados, incendios, accidentes y manifestaciones, el foro parecía la caldera de Pedro Botero en pleno carnaval. En ese invierno «caliente», que al tiempo fue crudo porque registró una nevada histórica el 23 de febrero, se churrascó del todo la dorada torre Windsor, pero poco antes había ardido parte del Palacio de Congresos y el Palacio de los Deportes, reconstruido e inaugurado ese mismo mes de febrero en que cayó la prestigiosa torre, sita entre la calle Orense y la Castellana, junto al Corte Inglés.

Los supersticiosos pensaron en un gafe o en la fija, siniestra y retorcida mirada de un tuerto, o en un desalmado con una mano negra de furibundo pirómano empeñado en hacerle la mejor propaganda a Madrid para su candidatura como sede olímpica para el 2012, que ya sabemos como acabó. El caso es que la capital ardía por los cuatro costados –exagerando un poco–.

El Windsor fue un edificio emblemático de la ciudad, obra de los arquitectos Genaro Alas, Pedro Casariego, Luis Alemany, Rafael Alemany, Ignacio Ferrero y Manuel del Río, y propiedad de la familia Reyzábal, cuyo patriarca, Julián Reyzábal, había muerto un año antes de su inau-

los Reyzábal Larrouy, dominaba un vasto imperio inmobiliario colmado de edificios residenciales, oficinas, suelos y locales comerciales. Eran propietarios también de una línea de cosméticos, varias discotecas de Madrid –entre ellas, Xenon, Victoria y Cleofás, a la que sumaron la Windsor, en los bajos de la torre, una de las más famosas y concurridas de la capital–, una treintena de salas de cine repartidas por todo Madrid y una productora, Ízaro Films, que lanzó a Fernando Esteso y Andrés Pajares y produjo No desearás al vecino del quinto, Los bingueros o La Lola nos lleva al huerto, además de Marco Antonio y Cleopatra, con Charlton Heston; y trajo a España a Rambo, Por un puñado de dólares, etc.

De origen campesino, Julián Reyzábal era un hombre conservador y religioso que llegó a Madrid en los años 30 con una mano delante y otra detrás, después de una primera etapa en Bilbao, adonde había emigrado desde su pueblo natal, Caleruega (Burgos). Desde el principio, supo leer muy bien las oportunidades de su tiempo. Todo lo que ganaba lo invertía febrilmente en inmuebles y solares. Bajo los cines de barrio abría discotecas donde paraban los jóvenes del éxodo rural que querían sacudirse la presión social de los bailes de las casas regionales. Los terrenos del Windsor, que habían pertenecido a un interna-

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DEMOLICIÓN

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La «caída» de la torre Windsor historia/´

Un robot dirigido por control remoto, modelo Brook 180, de la firma Perfox, especializa en demolición técnica, corte y perforación, demoliendo una cornisa de la arruinada torre Windsor.

do, los había comprado a principios de los años 50, junto a otros en Azca y alrededores donde luego se levantarían el edificio

Géminis y el edificio Bronce.

Así era el Windsor

“Las causas del incendio de esta noble y singular infraestructura nunca fueron esclarecidos del todo.

”El Windsor de su propiedad, que llevaba funcionando un cuarto de siglo y era el edificio más alto del complejo Azca hasta la construcción de la Torre Picasso, sufrió uno de los incendios más espectaculares y enigmáticos de los primeros años del siglo XXI, lo que propició el desmembramiento del imperio inmobiliario, en parte ya disgregado, y obligó a la Inmobiliaria Asón, madre de los negocios familiares de los Reyzábal y dueña del edificio, a vender en 2006 la finca y la propia inmobiliaria al Corte Inglés por 480 millones de euros.

Pero, veamos cómo era el magnífico edificio que devoraron juntos la negligencia y las llamas. Ubicado en Raimundo Fernández Villaverde 65, su proyecto data de 1974 y la realización abarcó de 1975 a 1978, siendo inaugurado en 1979. El edificio constaba de los siguientes elementos yuxtapuestos: torre de oficinas, locales comerciales, locales de espectáculos y sótanos para aparcamientos e instalaciones.

La torre de oficinas era, obviamente, el elemento más diferenciado y se le dio un tratamiento de extrema sencillez, con fachadas planas y modulación uniforme. El vidrio reflectante aligeraba su masa y la confundía con el cielo. Únicamente rompía su monotonía las plantas técnicas, que se aprovecharon en toda su altura para alojar elementos estructurales.

Los locales comerciales ocupaban las tres primeras plantas de la zona próxima a Raimundo Fernández Villaverde. Se diseñaron con un criterio más expresivo, horizontal, con grandes vuelos,

La grúa torre Potain, ubicada en la azotea del Windsor para acometer los trabajos de rehabilitación del edificio, resistió las acometidas del fuego y fue desmontada antes de proceder a la demolición. Dcha., muestras del estado en que quedó el rascacielos tras el pavoroso incendio.

variedad de planos y rompimientos producidos por cambios en las plantas por los accesos e intercomunicaciones peatonales que conexionaban con los correspondientes a los dos edificios próximos, creando claroscuros y transparencias. Aquí, el empleo del vidrio reflectante en los diferentes planos contribuía a dar mayor variedad volumétrica y más luminosidad a los pasos.

Los locales de ocio estaban ubicados en la zona interior del conjunto, con dos cines simétricos y, bajo ellos, una sala de fiestas, la afamada discoteca Windsor, de moda en los años 80. Frente a la entrada de los cines se construyó una gran escalera en un patio abierto, que comunicaba ambos niveles. Los sótanos para aparcamientos e instalaciones ocupaban la totalidad del solar y estaban conexionados a los dos niveles de la red viaria interior de Azca.

La causa probable del siniestro

Las causas del incendio de esta noble y singular infraestructura nunca fueron esclarecidos del todo. Supuestamente, una trabajadora dejó una colilla mal apagada en una papelera de la planta

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21... Es la determinación final de los peritos, pero pocos se creen que fuera un accidente la causa apuntada en el atestado que aún hoy sigue siendo un misterio. El sabotaje era más verosímil considerando que la planta era de la consultora Deloitte, aunque otras también lo eran. Pero, de ser así, ¿qué indujo a provocar un incendio en un edificio en el que no hubo víctimas porque el siniestro se produjo la noche de un sábado y el coloso estaba vacío? Se barajó el robo de bienes o la sustracción de información, ya que algunas de las consultoras que ocupaban oficinas en el edificio siniestrado custodiaban información comprometida de banqueros y entidades financieras como el entonces banco Santander Central Hispano oGescartera.

El día 31 de enero de 2006, el Juzgado de Instrucción número 28 de Madrid sobreseyó el caso al no apreciar responsabilidad penal. Sólo se pudo determinar un foco del fuego ubicado en un despacho de la planta 21, donde una trabajadora apagó un cigarrillo y luego se fue a su casa. Ella aseguró que había apagado todos los cigarros convenientemente y el magistrado la exoneró de responsabilidad.

Un descuido lo tiene cualquiera, eso ya se sabe. Más aún en el Windsor, donde al atardecer el espectáculo más allá de los cristales de la fachada oeste, con la sierra de Guadarrama de fondo, era tan impresionante que los jóvenes profesionales atrapados laboralmente en las tripas de la bestia financiera olvidaban por un momento su

Espectacular documento gráfico del día siguiente al incendio y de las labores de extinción del siniestrado edificio de la madrileña calle Raimundo Fernández Villaverde.

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La «caída» de la torre Windsor

Las jaulas con los especialistas encargados de la demolición del Windsor se colgaron de grandes gríuas para acceder a todos los rincones del arruinado edificio y poder llevar a cabo los trabajos de desmontaje de las distintas partes de la estructura.

prosaico ajetreo diario. Alguno hasta podría haber olvidado apagar su cigarrillo.

Cuando se cumplieron 14 años del incendio, el 12 de febrero de 2019, el juez del «Caso Villarejo» en la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, reclamó al periódico digital Moncloa.com los documentos que había publicado sobre el incendio del Windsor y que lo vinculaban a un encargo al ex comisario para destruir pruebas comprometedoras para el ex presidente del BBVA Francisco González sobre la firma FG Valores. El ex comisario negó en ese momento tener relación con el incendio y aseguró que era «rotundamente falso» que se le hiciera «algún tipo de encargo, de entidad alguna o de persona alguna, para sustraer o destruir físicamente documentos albergados en el edificio». Cuando el río suena...

Por otra parte, varias fueron las hipótesis que circularon sobre los «fantasmas» que aparecían en un vídeo casero tomado por un vecino de la

zona a las tres y media de la mañana, dos horas después de que los bomberos abandonaran el edificio al existir riesgo de colapso estructural: reflejos de otros edificios, personas que habían entrado para recuperar algo o los propios bomberos, aunque esto último fue negado por estos profesionales. El juez detalló que la ventana en la que aparecen las sombras con figura humana se puede ubicar en la planta 12. «Las sombras que aparecen no son producidas por un reflejo proveniente del exterior», según el juez, que añadió que aunque se pudiera admitir la posibilidad de la presencia de personas en el interior del edificio en ese momento, no existe evidencia alguna de que ello pudiera haber tenido alguna incidencia en la causa o propagación».

El inicio del fuego en la famosa planta 21

A las 11’05 h de la noche comenzó el incendio, los bomberos recibieron el aviso un cuarto de hora después y en 4 minutos estaban en el tajo. Pese a ello, en 15 minutos el fuego ya devoraba la planta completa y una hora más tarde ardían las cuatro superiores a la 21, y las llamas siguieron avanzando porque no había grúas con suficiente altura para llegar con las mangueras tan arriba. En la planta 21, el falso techo se le cayó encima a una decena de bomberos y algunos perdieron los equipos de protección. La situación era de alto riesgo, la visibilidad era nula y un bombero se desmayó al no llevar la mascarilla, siendo arras-

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La «caída» de la torre Windsor historia/

Distintas fases de la remodelación del Windsor y el esqueleto de hormigón y acero tras ser engullido por las llamas.

“Perfox aportó los robots de demolición por control remoto de la marca Brook.

”Fue la empresa Ortiz Construcciones y Proyectos la responsable de la demolición porque era la adjudicataria de la zona noroeste de Madrid desde 1985, y en virtud de ese concurso debía responder a cualquier emergencia en el plazo máximo de una hora, todos los días del año.

trado por otros compañeros que lo bajaron para que fuera atendido por el Samur. Fue un momento crítico. Algunos se salvaron de milagro.

En pocos minutos quedaron atrapados siete bomberos en esa planta, otros dos en la 22 y tres en los ascensores, a pesar de lo cual se reorganizaron y volvieron a intentar atacar el fuego, que tenía una propagación rapidísima por la estructura del edificio, que era de 1974, un par de años antes de la normativa municipal contra incendios.

Dos horas más tarde de iniciado el fuego, a la una de la madrugada del domingo, un estruendo alertó de que cinco plantas de la parte superior del inmueble colapsaron, derrumbándose sobre las plantas inferiores, lo que ofreció más material para alimentar el fuego. Las altas temperaturas y el peso de los escombros de los pisos superiores terminaron por vencer parte de la estructura y de nada sirvió para detener el avance de las llamas la planta técnica, una plancha de hormigón situada en el piso 17 que separaba en dos la estructura. La altura, el viento y la propia construcción dificultaron mucho las labores de extinción.

Se dio la orden de evacuar porque las llamas lo arrasaban todo y estaba en juego la vida de los 20 bomberos que operaban dentro. Los equipos abandonaron el coloso y continuaron trabajando durante horas para impedir la propagación «sorprendente» del fuego, que fue bajando y consumiendo planta a planta todo el edificio y amenazaba a una parte del Corte Inglés, sito junto al rascacielos, a pesar de los esfuerzos de los más de 200 bomberos de diferentes parques que a las siete de la tarde del domingo 13 de febrero, es decir, 20 horas después de su inicio, dieron por extinguido el incendio, y a la una del día 14 decretaron un periodo de 48 horas de seguridad antes de acceder y hacer cualquier valoración preliminar; después siguieron otros dos días más en el

lugar. Según los expertos, la rápida propagación de las llamas se debió a la cantidad de muebles y material de oficina que había en todos los pisos, y que complicó la intervención la ausencia de dos elementos clave: la compartimentación, que evita que se propaguen las llamas, y el apoyo de las instalaciones del edificio, pues el sistema automático de extinción de incendios se acababa de montar en la reforma pero no estaba operativo.

Interviene Ortiz Construcciones y Proyectos

Vencido tan importante desafío, y aunque aún no se había despejado la mayor parte de las incógnitas sobre el origen del suceso, que pudo ser trági-

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Demolición selectiva de las plantas del rascacielos con los robots Brook de la firma Perfox.

Demolición del edificio: escombros: 61.421 m³; superficie demolida: 21.749 m2; elementos metálicos: 620 t; hormigón: 71.300 toneladas.

co y permaneció en manos del juzgado un año, las autoridades y técnicos del Ayuntamiento de Madrid declararon la ruina y el procedimiento de «Acción inmediata», y decidieron acometer cuanto antes la demolición del edificio, cuya estructura central rígida de hormigón, que alojaba los núcleos de comunicación, escaleras y 10 ascensores en total, y su división en dos grandes cuerpos mediante las plantas técnicas T1, bajo la planta 4, y T2 bajo la planta 17, aguantó bien y de momento sostuvo al gigante.

El primer trabajo a realizar fue el desmontaje de la grúa torre Potain MD-85B que, si bien había resistido en pie la acometida de las temperaturas de casi 1000º, con su peso estaba ejerciendo presión sobre la estructura abrasada del frágil edificio y el riesgo de derrumbe era muy elevado.

Una vez se desmontara la grúa, el esqueleto de hormigón del edificio Windsor habría que reducirlo con métodos originales e inéditos entonces, hace casi cuatro lustros, y fue Ortiz Construcciones y Proyectos la firma responsable de la demolición porque era la empresa adjudicataria de la zona noroeste de Madrid desde 1985 –para el resto de zonas estaban designadas las firmas Coarsa, FCC y ACS-Dragados–, y en virtud de ese concurso debía responder a cualquier emergencia en el plazo máximo de una hora, todos los días del año. La misma noche del incendio comenzaron a trabajar contando con la ayuda de Indag, la empresa de ingeniería del Grupo Ortiz, que se ocupó de

la gestión técnica de los procesos de demolición y de la realización de un modelo matemático que les permitiera conocer, de forma más o menos precisa, el estado de la estructura y el comportamiento que podían esperar de ella. Unos días después, el Instituto Técnico de Materiales y Construcciones (Intemac) inspeccionó el edificio para obtener probetas que sometieron a numerosos ensayos. En total se estudiaron 21 probetas de plantas no dañadas y 6 de plantas dañadas. En los días siguientes se analizarían otras 22 procedentes de elementos desmontados.

Trabajo preciso, limpio y seguro

Fue el 26 de febrero cuando se firmó el acta de replanteo y comenzaron las operaciones especializadas para desmenuzar el monstruo, de cuya demolición se obtendrían 61.421,46 m³ de escombros, distribuidos en 24 plantas, desde la cuarta hasta la grúa sobre el torreón, con una superficie demolida de 21.749,95 m2. Otras 620 toneladas de elementos metálicos y 71.300 toneladas de hormigón y material cerámico se fueron acumulando en un punto limpio instalado dentro del perímetro de seguridad para luego distribuirlos a diversas plantas especiales de reciclaje con la idea de que buena parte de esos residuos pudieran ser aprovechados en trabajos de obras públicas. El desescombro debía ser frenético y a contrarreloj y en este delicado proceso participaría de sol a sol medio centenar largo de operarios y téc-

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La «caída» de

Se desestimó desde el principio el utilizar la demolición con explosivos, técnica altamente eficaz para el derribo de edificios de gran altura y método más económico y rápido.

“ ” No

fue posible el uso de demoledores aéreos para evitar que se proyectaran fragmentos al vacío.

nicos que hicieron su labor en silencio y sin descanso, trabajando en tres turnos durante 6 meses y sin registrar ni un solo accidente. Nadie resultó herido, lo que resulta asombroso por la extrema dificultad que tiene trabajar en estructuras siniestradas. La seguridad de personas y bienes se convirtió en una obsesión que condicionó el diseño del procedimiento y todas las decisiones que se tomaron apuntaban en la misma dirección: la seguridad de las personas, por lo que la regla sagrada fue «Trabajar siempre desde fuera». Este hecho y el buen ritmo de las obras demostró que el sistema de demolición elegido fue el más adecuado, aunque también un auténtico quebradero de cabeza para la empresa contratista. Empezando por el hecho de encontrarse la torre en una zona densamente poblada, rodeada de edificios de viviendas, oficinas y centros comerciales, sobre un subsuelo agujereado con túneles y aparcamientos subterráneos y sobre una de las avenidas más transitadas de Madrid. Todo esto hizo que se desestimada desde el principio el utilizar la demolición con explosivos, técnica altamente eficaz para el derribo de edificios de gran altura y el método más económico y rápido en casos de estructuras de este tamaño, pero que requería la entrada de los trabajadores para colocar los explosivos y realizar cortes selectivos previos, y generaría importantes proyecciones sobre las

zonas colindantes, densas nubes de polvo y la caída de escombros en las zonas contiguas al edificio, aspecto este último importante y negativo si la estructura se encuentra sobre túneles, como era el caso del edificio Windsor. Además, la torre estaba demasiado dañada y el menor fallo en la sincronización de las detonaciones provocaría que el edificio no fracturase según lo previsto.

Una demolición novedosa y especializada

La demolición con equipos mecánicos era la otra opción que quedaba disponible para proceder al derribo de la treintena de pisos hechos escombros. Pero las excavadoras con brazo de largo alcance para demolición permiten trabajar hasta los 35 metros de altura, y aunque hay equipos capaces de alcanzar los 50 metros, en este caso todavía hubieran faltando otros 50 metros de altura, que habría que demoler de alguna manera. En el edificio Windsor tampoco fue posible el uso de demoledores aéreos por la posibilidad de que se proyectaran fragmentos al precipitar al vacío grandes bloques. Ni fue factible la demolición de arriba abajo con equipos mecánicos como miniexcavadoras con implementos de demolición como martillos hidráulicos y demoledores que desde el último piso de la estructura fueran destruyendo el edificio. La presencia de escombros inestables en las distintas cornisas y la propia

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La «caída» de la torre Windsor

inestabilidad de la estructura desaconsejaron desde el principio cualquier tipo de peso apoyado sobre el bloque para estos trabajos. Todos se consideraron riesgos inasumibles.

Por lo tanto, si no se podían utilizar explosivos, ni excavadoras de gran tamaño, ni máquinas pequeñas para ir descendiendo la estructura del edificio, únicamente se podía hacer la demolición por medio de equipos mecánicos que sin estar apoyados sobre el edificio procedieran a la demolición de la estructura. De esa manera, buscando reducir al mínimo los riesgos personales, los técnicos de Grupo Ortiz y otras empresas colaboradoras en la demolición: Grúas Usabiaga, Grúas Peninsular, Perfox, Hidrodemolición, Manzano e Hijos, Recuperaciones Pablo Sanza, AG Arribas Gonzalo, Zakos Andamiajes, RMD Kwiksorm Ibérica, Intemac e Indag (Grupo Ortiz), diseñaron el desmontaje mediante troceado desde el exterior y se ideó un sistema para suspender las máquinas de demolición dirigidas por control remoto de la marca sueca Brokk, facilitadas por Perfox, armadas de cizallas y martillos, sistema utilizado en otros países con maquinaria pequeña para demoliciones de chimeneas, depósitos de agua y estructuras de gran altura, que pudiera trabajar en las mismas condiciones con unos parámetros de seguridad elevados. El sistema fue patentado en

2009 con el título «Procedimiento de demolición de edificios por encima de su estructura».

El trabajo de las grandes grúas

Para este menester llegaron al tajo sus protagonistas: las grandes grúas. Se utilizaron dos equipos, uno en la fachada oeste y otro en la sur, formados cada uno por dos grúas: una para cargar y descender las piezas y la otra para portar la barquilla desde la que los trabajadores manejaron los robots por control remoto, realizando los cortes y dirigiendo las maniobras de la grúa de carga.

La empresa Demoliciones Usabiaga montó además una excavadora Liebherr 944 Litronic sin tren de rodaje dentro de una estructura metálica, a la cual estaba atornillada, que se elevó y se dejó suspendida sobre el edificio durante los trabajos de demolición mediante una grúa sobre cadenas de 750 toneladas de capacidad de elevación. El control de la excavadora y del implemento de demolición se realizó mediante control remoto.

La estructura metálica la realizó la empresa navarra Industrias Metálicas Calderería Areta, siendo las medidas de 10 x 5 metros. En su interior se colocó esta excavadora, una de las más utilizadas para las demoliciones convencionales, que tenía montada en la punta del balancín un demoledor con una fuerza de corte de 980 toneladas. En función del tipo de trabajo, se fue cambiando el demoledor para trabajos primarios o secundarios.

Usabiaga también encargó a la empresa Imca la construcción de un pulpo hidráulico de gran tamaño para la retirada de los escombros y la ferra-

“ ” Grupo Ortiz diseñó el desmontaje del Windsor con otras empresas colaboradoras en la demolición.

Antes, durante y después del aparatoso incendio que destruyó un edificio emblemático de la capital de España como el Windsor.

Los operarios trabajando desde una jaula colgada de la grúa.

Los técnicos de Perfox manejando los robots Brook por control remoto en el tajo.
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La «caída» de la torre Windsor

Arriba, el robot Brook de Perfox demoliendo el forjado, asistido por dos operarios desde la jaula. Y un equipo de la firma AG Demoliciones trabajando en la deconstrucción de las primeras plantas del edificio.

lla. El pulpo tenía un diámetro de 6 metros, una altura de 8 metros, un peso de 20 toneladas y una configuración de seis brazos abiertos. Su potencia como implemento permitió que fuera utilizado como cizalla en algunas situaciones.

Demoliciones

Usabiaga montó una excavadora Liebherr 944 Litronic sin tren de rodaje dentro de una estructura metálica, a la cual estaba atornillada, que se elevó y se dejó suspendida sobre el edificio durante los trabajos de demolición.

Como grúa para el manejo de ambos equipos (la excavadora suspendida y el pulpo), Usabiaga utilizó una grúa Liebherr LR 1750, que fue configurada en la obra con 70 metros de pluma, 70 metros de plumín abatible y ballast trailer con 270 toneladas. También se instaló en la obra una Liebherr LG 1550, de la empresa Tecno Truck, para el descenso de piezas de gran tonelaje, configurada con pluma principal de celosía de 70 metros y 77 metros de plumín abatible con 200 toneladas de contrapeso. La LG 1550 fue elegida por sus buenas capacidades de carga, dada la dificultad de cálculo del peso de las piezas cortadas. Por último, Grúas Peninsular estuvo presente desde el comienzo de la demolición con una Liebherr LTM 1500 equipada con un plumín abatible de 84 metros de longitud y un contrapeso de 90 toneladas para labores de transporte de operarios, para corte y retirada de escombros.

La deconstrucción del edificio

El proceso de desmontaje, con diversas adaptaciones en las plantas técnicas y puntos especialmente conflictivos, fue sistemático y comenzaba con la limpieza de escombros en la planta utilizando los robots de Perfox por control remoto de la marca Brokk, distribuida en España por Anzeve. A continuación se sucedieron las siguientes fases: Troceo de forjados. Tras el replanteo de los cortes a realizar, el robot ejecutó las rozas, cortando el hormigón y respetando las armaduras, y practicó los orificios para enganchar la pieza y en los que los operarios de la barquilla introducían los útiles que sostenía la grúa de carga. Una vez hecha esta operación, y tensando aproximadamente al 70% del peso de la pieza, se procedía a cortar las armaduras mediante oxicorte. Durante este proceso se iba ajustando la tensión en los cables de la grúa de modo que, cuando se cortaba la última armadura, la pieza quedaba gravitando. A continuación se izaba y se descendía la pieza. Troceo de pantallas de hormigón. El procedimiento era el mismo pero sobre un elemento vertical: corte del hormigón, horizontal y vertical, mediante robot, ejecución de orificios, sujeción de útiles con tensión al 70% del peso estimado de la

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La «caída» de la torre Windsor historia/

pieza y corte de armaduras. A continuación la grúa de carga izaba y bajaba la pieza.

El rascacielos Windsor antes y durante el incendio que lo convirtió en una tea gigante. Abajo, un equipo de demolición por control remoto es elevado a su lugar de trabajo en la malograda estructura del edificio.

Desmontaje de pórticos. En este caso se realizaban dos orificios para útiles de sujeción, uno en cada extremo de la viga y se demolía el hormigón de los pilares a la altura de 1 metro, dejando sólo las armaduras. Una vez tensionados los cables que sujetaban el pórtico, los operarios procedían desde la barquilla a cortar las armaduras una a una y alternando los pilares mientras la tensión en los cables se iba ajustando a los esfuerzos. Una vez cortadas todas las armaduras, el pórtico quedaba equilibrado y se bajaba de forma segura.

Esta es la sencilla descripción de un proceso extremadamente complejo y delicado, ejecutado

en una estructura muy inestable y a una altura literalmente de vértigo. El desmontaje de la planta técnica T2 siguió idéntico procedimiento pero aplicado a inmensas vigas de hormigón de 3,20 metros de canto.

Cada paso del desmontaje se hizo con un cuidado extremo y adaptando los medios específicos a las características propias de la zona en la que se iba a proceder. La ingeniería más rigurosa asistida por la imaginación permitió bajar los ascensores colocando una cama de 9 metros de profundidad con neumáticos viejos. La misma que solucionó el problema de la planta 9 puenteándola de la 8 a la 10 para evitar solicitaciones a compresión a los retorcidos pilares de la fachada.

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´

La torre Windsor en la memoria colectiva Los trabajos de demolición avanzaron a un ritmo excelente y a mediados de julio las dos terceras partes del edificio ya no existían. El 30 de agosto de 2005, seis meses después del incendio y cuatro antes de lo esperado, se abría al tráfico la calle Raimundo Fernández-Villaverde. Desde la calle de Orense hasta el Paseo de la Castellana, el mobiliario urbano, el pavimento de calzadas y aceras y el ajardinamiento de todo el entorno aparecían renovados. La terrible silueta calcinada del antaño elegante Windsor había desaparecido para siempre del paisaje de Madrid. Los ciudadanos vieron cómo las labores de desescombro del Windsor acabaron con la pesadilla y con su historia.

Intemac, en las conclusiones de su informe tras el incendio, señaló que «el comportamiento de la estructura de hormigón (...) al enfrentarse a un incendio severo ha sido extraordinariamente positivo y claramente más favorable del que hubiera si-

do esperable por la aplicación estricta de la normativa vigente». Es inimaginable el daño que su colapso en llamas hubiera provocado.

Pero el Windsor no se derrumbó, hubo que desmontarlo y el trabajo se hizo deprisa, con seguridad y limpiamente. El ritmo vertiginoso y carente de incidentes provocó el interés de colegios profesionales y del mundo universitario de distintos países, como el Reino Unido y Japón, que quisieron conocer la técnica utilizada para importarla.

Su demolición la llevó a cabo un equipo humano muy competente con el mismo respeto, inteligencia y amor por la técnica que el demostrado por aquellos que en su día lo levantaron. Sobre sus cenizas, el Corte Inglés construyó la gran torre acristalada Titania, de 27 plantas, que alberga desde 2011 parte de su centro de Castellana.

El elegante rascacielos Windsor formó parte del sky line financiero de Madrid durante un cuarto de siglo (1979-2005). Sus 106 metros de altura fueron pasto del fuego, como antes lo habían sido de artistas y fotógrafos que inmortalizaron la mole en fotografías espectaculares, cuando desde el oeste se proyectaba cada tarde sobre los dorados cristales de su fachada la luz ababol del ocaso. ◊

Numerosas grúas intervinieron en la deconstrucción del señero rascacielos. Y vista interior del destrozo causado por el incendio en la estructura de la torre.

” El elegante rascacielos Windsor formó parte del sky line financiero de Madrid durante un cuarto de siglo (1979 -2005).

Vistas trasera, lateral y frontal del Windsor calcinado por el voraz incendio ocurrido el 12 de febrero de 2005, que ya era primavera en el famoso centro comercial.

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DEMOLICIÓN PENITENCIARIA CONTRA VIENTO Y MAREA

Cárcel de Carabanchel, el derribo de un icono

La cárcel de Carabanchel tenía capacidad para albergar a unos 2.000 reclusos y

A Prisión Provincial de Madrid, más conocida como Cárcel de Carabanchel, fue edificada nada más terminarse la Guerra Civil, entre 1940 y 1944, con el objetivo de cubrir las necesidades penitenciarias de la capital, pues la anterior cárcel de Madrid, la llamada Modelo, había sido prácticamente destruida por los efectos de la contienda, y la cárcel de Porlier, en la calle Díaz Porlier, no daba abasto para albergar a los presos políticos, por lo que el general Franco decidió construir un nuevo establecimiento que sirviera de reformatorio en unos terrenos de 200.000 metros cuadrados situados en el municipio de Carabanchel Alto, entonces un pueblo en las afueras de Madrid.

Los terrenos, que pertenecían a José Messía y Stuart, duque de Tamames y de Galisteo, fueron adquiridos el 16 de enero de 1940 al precio de 5,25 pesetas el metro cuadrado, por lo que el Estado pagó en total unas 700.000 pesetas. El diseño y la construcción, inspirados en la cárcel Modelo de Barcelona y con capacidad para albergar 2.000 reclusos, se debe a los arquitectos Vicente Agustí Elguero, José María de la Vega Samper y Luis de la Peña Hickman, y participaron en su construcción un millar de reclusos sometidos a trabajos forzados mediante el sistema de redención de penas por el trabajo.

El edificio, sin mucha relevancia arquitectónica más allá de la originalidad de su planta radial, fue diseñado con forma de estrella, inspirado en las cárceles clásicas del siglo XIX que pretendían que un solo vigilante pudiera observar a todos los prisioneros a la vez sin que ellos se dieran cuenta. Estaba compuesto de cuatro brazos iniciales a los que luego se le añadieron otros cuatro. Todos ellos partían de una estructura central cilíndrica cerrada con una cúpula de hormigón armado. Su finalidad era ser una prisión preventiva, un correccional con oficinas administrativas y residencias para sus funcionarios.

Las obras empezaron el 20 de abril de 1940 y fue inaugurada la cárcel el 22 de junio de 1944 por el Ministro de Justicia Eduardo Aunós para al-

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L
se debe a los arquitectos Vicente Agustí Elguero, José María de la Vega Samper y Luis de la Peña Hickman.

En la construcción de la cárcel participaron un millar de reclusos sometidos a trabajos forzados mediante el sistema de redención de penas por el trabajo.

“ El edificio, sin mucha relevancia

arquitectónica

más

allá de la originalidad de su planta radial, fue diseñado con forma de estrella.

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La cárcel de Carabanchel historia/´

Los materiales obtenidos de la demolición eran cortados en altura por los demoledores primarios y posteriormente eran reducidos a una granulometría más pequeña.

ron ejecutados mediante garrote vil los últimos condenados a pena de muerte en los años 60. Incluso el CSIC elaboró un estudio con el objetivo de recoger la vida de este edificio carcelario y estudiar sus posibilidades como futuro centro de la memoria histórica.

“ ”

Durante los años 2000 la cárcel fantasma estuvo abandonada y el vandalismo, el tiempo, los grafitis y los okupas la convirtieron en un espacio degradado.

bergar a presos políticos. Enseguida quedó absorbida por el exagerado crecimiento de la ciudad de Madrid, que se anexionó los municipios limítrofes, entre ellos Carabanchel Alto, en 1948, y la cárcel quedó en su interior, pasando posteriormente el Metro bajo sus cimientos, entre las estaciones de Aluche y Carabanchel. Con la amnistía de 1977 pasó a ser cárcel de presos comunes y estuvo en funcionamiento 55 años, hasta 1998, que se cerraron definitivamente las instalaciones, trasladando a los 2.500 presos –500 eran mujeres– a otras cárceles madrileñas.

Durante los años 2000 la cárcel fantasma estuvo abandonada y el vandalismo, el paso del tiempo, los grafitis y los okupas, que fueron desmontando ventanas, escaleras y puertas para venderlas como chatarra, la convirtieron en el espacio más degradado del distrito y un foco de problemas sociales y de seguridad.

Planes de remodelación

En tal mal estado quedó que los planes de recuperarla por parte de diversas instituciones y los vecinos del barrio fue inviable. Querían conservar el edificio como símbolo de la represión franquista, puesto que aquí estuvieron encarcelados, en la famosa tercera galería destinada a presos políticos, numerosos opositores a la dictadura y fue-

Una década después, en el mes de julio de 2008, el Ministerio del Interior y el Ayuntamiento de Madrid firmaron un acuerdo por el cual en la superficie de la cárcel se construirían 650 pisos, un hospital, bibliotecas, residencias para mayores, zonas verdes y oficinas del Estado. Antes, en 2002, el Ministerio de Interior utilizó una parte de esta gran parcela para establecer la comisaría de Policía Nacional del distrito de Latina y el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, que siguen funcionando en la actualidad. El resto, muros e infraestructuras penitenciarias, fue derribado en el año 2008.

Esto ocurrió la madrugada del martes 21 de octubre de ese año cuando un brazo de 20 metros de largo de una potente excavadora golpeó la cúpula de la vieja cárcel de Carabanchel por orden del Ministerio del Interior, que así acometió su derribo a pesar de la oposición vecinal, que quería que al menos se conservara su cúpula como testigo de lo que fue aquello, y con la premura de los ediles de Carabanchel, que querían borrar del mapa los últimos vestigios para revitalizar la imagen tremendamente negativa de un distrito estigmatizado por tener dicha cárcel en su territorio, que también influyó urbanística y sociológicamente en el barrio.

Nada de lo antedicho se hizo después. La falta de entendimiento entre las administraciones y la crisis económica, con la burbuja del ladrillo de por medio, provocó que todo quedase paralizado. Costó seis años retomar el proyecto y en 2015 el Ayuntamiento y el Ministerio del Interior modificaron el plan de sus predecesores, pero el cambio en la titularidad de la alcaldía volvió a dejar todo en el aire.

En 2020 el proyecto para la antigua prisión volvió a retomarse y el Ayuntamiento de Madrid aprobó un nuevo plan urbanístico en el que se contemplaba la edificación de 600 viviendas. En total

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La obra penitenciaria

“ ”Fue en 2023 cuando se aprobó definitivamente la urbanización del espacio en el que se ha previsto levantar 640 viviendas.

había proyectados 200.000 hogares. También se reservó una porción del terreno para la posible construcción del nuevo hospital. Sin embargo, esa legislatura concluyó sin ningún tipo de avance. Al igual que ocurrió con la famosa «Operación Campamento», la burocracia urbanística ha dificultado la ejecución porque, aunque el plan es del consistorio municipal, los terrenos son en su mayoría propiedad de la Administración Central del Estado, lo que obstaculiza su desarrollo. Fue en 2023 cuando se aprobó definitivamente la urbanización del espacio en el que se ha previsto levantar 640 viviendas, un 34% de protección oficial, oficinas, equipamientos sanitarios, sociales y educativos, la urbanización de 46.000 m2 de vías públicas y la creación de 23.460 m2 de zonas verdes. A pesar de ello, los vecinos insisten en preservar un lugar para la memoria y quieren que se compruebe si, debajo de los escombros, los subterráneos de la prisión bajo la cúpula siguen estando en un estado aceptable para crear el museo en esa zona, que sería parte de la cárcel original, ya que del resto no quedó nada, salvo el antiguo hospital penitenciario, que actualmente es el mencionado Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE).

Los arquitectos designados por el régimen construyeron en dos fases los cuatro sectores previstos: la prisión preventiva, de planta radial, compuesta de cuatro brazos que, como queda dicho, se ampliaron posteriormente a ocho, a partir de un cuerpo cilíndrico coronado por una cúpula de hormigón armado; la prisión correccional o taller, de planta en peine e integrada por cuatro galerías, una de las cuales, la tercera, se modificaría para otros usos como albergar presos políticos y opositores a la dictadura; un pabellón de administración; y un grupo residencial para los funcionarios. La cárcel estaba compuesta por un cuerpo perpendicular al eje de simetría de la cárcel y el edificio estrellado. En este primer cuerpo, que constituía la entrada, se encontraban las oficinas, el cuerpo de guardia y la vivienda de los altos mandos del centro. Tras él se situaba la plaza de ingresos a las puertas del espacio interior de la prisión.

Encarando la plaza de ingresos se construyó el edificio penitenciario propiamente dicho que estaba formado por el centro del que partían ocho radios a modo de galerías generando un perímetro octogonal que fue sufriendo modificaciones durante los años que se mantuvo en funcionamiento la cárcel. La primera galería coincidía con el eje de simetría y de ella partían dos pequeños edificios perpendiculares en los que se encontraban las comunicaciones, con las distintas dependencias que hacían posible los variados tipos de visita: locutorios, salas comunes para visitas familiares, y salas íntimas para los famosos vis a vis.

Las galerías, a excepción de la segunda y la sexta en la que se construyeron menos niveles, estaban formadas por cinco alturas contando la planta baja que daba a los patios triangulares. Las distintas galerías da-

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La cárcel de Carabanchel
Punto álgido en los trabajos de demolición de la cárcel.

La cárcel de Carabanchel

cúpula

Y noticia de prensa sobre el comienzo de la demolición:

«La piqueta entra en la cárcel de Carabanchel», reza el título.

“Todos los trabajos se realizaron mediante equipos mecánicos, excepto la independización de la parte de la cárcel, que se realizó de forma manual.

ban todas a un mismo centro en el que se dispuso una torre de control que tenía un carácter más intimidatorio que de vigilancia, ya que debido a las descomunales dimensiones de la prisión, desde ella no se alcanzaba a ver correctamente el interior de los brazos de la misma, que estaban separados de ese centro por medio de grandes portones metálicos de doce metros de altura que se abrían únicamente para salidas masivas de todo el módulo.

Por este motivo, a las galerías se accedía normalmente por una pequeña puerta situada al lado del portón que daba a una garita de control con despachos de funcionarios y las escaleras que comunicaban las cuatro alturas de la zona residencial. A pesar de que la cárcel estaba dividida en varias galerías, todas ellas dependían de la misma cocina y lavandería. Estaban situadas como prolongaciones del segundo y octavo radio, respectivamente.

Construida con estructura de hormigón armado y ladrillo visto en sus sobrios cerramientos de fachadas, la instalación mostraba incrustados elementos neo-herrerianos en aras del estilo imperialista impulsado por la ideología oficial, enmarcándose la entrada principal con una portada que arrancaba con columnas dóricas e incluía un balcón rematado por un frontón triangular.

La demolición a cargo de Ribera Navarra

El centro penitenciario se encontraba fuera de uso cuando se procedió a su derribo mediante un proyecto de demolición que incluía la identificación de todas las instalaciones que afectaran a

los trabajos, así como la anulación de las mismas y de sus infraestructuras y la retirada selectiva de los componentes que así lo requirieran. Entre las instalaciones a que se hace referencia estaban la eléctrica, el suministro de agua y combustibles, la telefonía y el saneamiento.

La demolición de esta compleja estructura de edificios corrió a cargo de una de las grandes empresas de demolición de este país, Ribera Navarra, que cuenta en su haber con importantes demoliciones y proyectos de reciclaje. Fue la empresa que realizó todos los trabajos en el centro penitenciario de Madrid y, prácticamente todos se realizaron mediante equipos mecánicos, excepto la independización de la parte de la cárcel, que se realizó de forma manual. Los trabajos consistieron en la limpieza de las edificaciones, la anulación de las acometidas, la propia demolición mecánica, que duró unas tres semanas, y el reciclado de todos los escombros.

La maquinaria utilizada durante la demolición fue una Komatsu PC 750 con brazo de excavación, una Liebherr 954 con brazo de demolición y alcance de 28 metros, dos excavadoras Hitachi ZX350, una excavadora Daewoo 500, una excavadora Daewoo 450, una excavadora de ruedas Daewoo 200, una cargadora Volvo L120 y una cargadora de cadenas Caterpillar 963.

Paralelamente a los trabajos de demolición, la empresa Ribera Navarra comenzó con el proyecto de reciclaje. Para ello, antes de realizar la demolición de las edificaciones, llevó a cabo un levantamiento topográfico de la zona, observándose en ella importantes desniveles de parcelas.

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La «mordida» por las excavadoras de Ribera Navarra.
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Así, el material triturado se utilizó para la nivelación de las diferentes parcelas y su acondicionamiento. Los materiales obtenidos de la demolición eran cortados en altura por los demoledores primarios y posteriormente eran reducidos a una granulometría más pequeña mediante los demoledores secundarios y los martillos hidráulicos. Así, los escombros ya reducidos a un tamaño no superior a los 800 mm eran triturados por un grupo móvil Extec C-12 con machacadora de mandíbulas y por una Kleemann Mobirex MR 130ZS con molino impactor, que reducían el 0-800 mm a un tamaño zahorra 0-40 mm apto para la nivelación y acondicionamiento de las parcelas. Los materiales peligrosos fueron tratados y retirados por sus respectivos gestores autorizados y el metal obtenido en toda la demolición se acopió y se retiró igualmente por la empresa autorizada para ello.

Una compleja actuación

El Centro Penitenciario de Carabanchel estaba situado en la Avenida de los Poblados, en el término municipal de Carabanchel, dentro de una parcela con forma sensiblemente triangular y con una superficie de 172.620 m2, entre la línea 5 del Metro de Madrid, que en esta zona discurre en superficie, y la Avenida de los Poblados. Su lado derecho, quebrado en diversos tramos, con orientación Norte, tenía una longitud total de 629 m, lindando con el cementerio de Carabanchel y con los terrenos del trazado de la línea 5 del Metro. Su lado izquierdo, con orientación SO, era una línea quebrada y con una cierta curvatura que lindaba con la Avenida de los Poblados en una longitud total de 622 m y su base, con orientación E, era una línea quebrada de 554 m de longitud total que lindaba con terrenos del Parque Eugenia de Montijo.

Dentro de esta parcela se definió un área de actuación para la demolición de 123.777 m2, que correspondía a la zona en la que se encontraban

las edificaciones del centro penitenciario, quedando excluidas las tres zonas ya mencionadas que se segregaron en 2002 de la actividad del centro. La zona delimitada para la demolición contaba con acceso rodado directo.

La cárcel constaba de varias edificaciones situadas sobre el eje vertebral del mismo, orientado NO-SE, y a su vez eje de acceso al centro. Todas ellas se situaban dentro del recinto de seguridad que definía un paseo de ronda perimetral que discurría entre dos vallas de 4,5 m de altura sobre las que se distribuían diversas torres de vigilancia.

Exteriormente a este recinto, se localizaban al SO del centro, junto a su lado Este, las edificaciones correspondientes al hospital psiquiátrico, en una zona que se amplió hacia el exterior del primer recinto de seguridad y que también se cerró al exterior mediante otro paseo de ronda con doble valla.

La disposición de las edificaciones se ordenaba a partir del eje vertebral del centro. En su extremo NO estaba situado el acceso, que se realizaba a través del edificio de oficinas y el cuerpo de guardia, independizado del resto. En el centro aproximado de ese eje principal y, sobre él, se situaba la edificación principal integrada por varias

Los materiales peligrosos fueron tratados y retirados por sus respectivos gestores autorizados.

Vista cenital del conjunto de la prisión de Carabnachel, con el edificio principal con forma de estrella en el centro.

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La cárcel de Carabanchel

“Las cubiertas eran planas en todos los edificios excepto en dos casos singulares: la galería de funcionarios y el centro de vigilancia.

galerías de alojamientos y servicios de internos, con planta en forma de estrella, en la que su centro de rotación lo constituía un gran distribuidor cilíndrico en el que se encontraba el centro de vigilancia, como ya se ha indicado. En el extremo opuesto al acceso, se situaba el módulo de jóvenes, que contaba con un bloque administrativo independiente y con acceso desde el exterior, también independiente.

Ajeno a esta estructura y con un esquema de ordenación en forma de peine, se situaba en una zona al SO de la parcela el hospital psiquiátrico, que se integró con posterioridad al centro penitenciario y también contaba con acceso independiente desde el exterior. Todos los edificios presentaban una construcción de similares características, con estructura de pórticos de hormigón armado con forjados unidireccionales de vigueta de hormigón y bovedilla cerámica, y también, en algunas zonas, losas de hormigón armado. No obstante, igualmente existían, en zonas ampliadas o reformadas, como la zona de visitas en el edificio de acceso o la sexta galería, elementos y zonas resueltos con estructura metálica.

Las divisiones interiores y fachadas eran fábricas de ladrillo cerámico visto. Las carpinterías eran metálicas de hierro y con rejas exteriores. Las cubiertas eran planas en todos los edificios excepto en dos casos singulares: la galería de

funcionarios y el centro de vigilancia. En el caso primero la cubierta contaba con varias zonas centrales resueltas mediante bóvedas de cañón de piezas de hormigón translúcido y, en el segundo, el centro de vigilancia, la cubierta era una cúpula tendida. Únicamente en la quinta galería se conservaba la grava que remataba las cubiertas planas. La cúpula del centro de vigilancia estaba terminada con pizarra que aún se conservaba.

Todo el centro se encontraba rodeado por un vallado de seguridad, compuesto por dos cerramientos de ladrillo visto, que entre ellos construían el llamado paseo de ronda. Estas vallas eran de 4,5 m de altura y 1 pie y medio de espesor, con un zócalo de granito macizo de 80 cm de alto. El centro contaba también con varios patios exteriores situados entre las galerías del edificio central de internos y entre los diversos cuerpos y bloques del módulo de jóvenes y el hospital psiquiátrico. Cada una de las edificaciones se identificaba claramente en el conjunto, siendo las siguientes: –Dirección-oficinas y cuerpo de guardia. Era el edificio de acceso principal, independiente del resto, con una ordenación en planta en forma de “H”. El programa de oficinas y dirección se distribuía en todo el edificio y el del cuerpo de guardia en el ala Norte del edificio (ala izquierda en el sentido de la entrada). El perímetro de la planta baja, que enmarcaba la plaza de acceso estaba

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historia/´
La Liebherr de Ribera Navarra se ocupa de derribar los restos de la cúpula de la cárcel.

La cárcel de Carabanchel historia/

rematado con un soportal abovedado. Sus dimensiones generales en planta eran de 103,73 m de anchura y 57 m de fondo total. Presentaba dos plantas y una altura de cornisa de 8 metros.

“El centro se encontraba rodeado por un vallado de seguridad compuesto por dos cerramientos de ladrillo visto.

Ls protestas vecinales sirvieron de poco y las máquinas hicieron su trabajo.

–Galería de acceso. Era una de las edificaciones integradas en la estructura del edificio central. La edificación presentaba una planta en forma de “T”, en la que el tronco constituía uno de las alas radiales del edificio principal. Su planta era rectangular, de dimensiones de 90 x 20 m, con un patio longitudinal central en el que se situaba un núcleo de distribución vertical con planta octogonal. Presentaba en el cuerpo perpendicular al eje de acceso (cabeza de la “T”) tres plantas y una altura de cornisa de 13 m, y en el cuerpo paralelo al eje (tronco de la “T”) cuatro plantas.

–Galería de funcionarios. Era un edificio rectangular, de dimensiones en planta de 56 x 14 m, con un eje de distribución central y dependencias situadas lateralmente al mismo. El distribuidor central presentaba una cubierta resuelta con bóvedas de cañón construidas con hormigón traslúcido. Constaba de tres plantas y una altura de cornisa de 18 metros.

– Galerías de internos. Eran edificaciones de acentuada geometría rectangular, algo deformada, integradas en el edificio principal y unidas por uno de sus extremos al centro de vigilancia, rótula en torno a la que giraban en forma radial las diferentes galerías en las que se disponían las diver-

sas áreas para uso de los internos. Tenían unas dimensiones de 91 x 14 metros.

Todas se distribuían mediante un esquema que constaba de un patio central interior, en torno al que se disponían dos galerías laterales desde las que se accedía a las celdas. El patio central era un espacio abierto en todas las plantas superiores rematado mediante una cubierta peraltada sobre la del resto del edificio a modo de pequeña linterna. La sexta galería suponía una excepción a este esquema ya que no existía ese patio central abierto sino que cada planta presentaba ese gran espacio de distribución central, que daba acceso en este caso a celdas múltiples.

Igualmente, era otra excepción la cuarta galería que no se llegó a terminar nunca y sólo contaba con la planta baja y parte de la zona de conexión al centro de vigilancia. Presentaba 5 plantas de altura y una altura de cornisa de 17,5 metros.

–Galería de enfermería. Constituía el octavo radio del edificio central. Como el resto, tenía planta rectangular con un pasillo de distribución central desde el que se accedía a las diversas dependencias. Sus dimensiones exteriores generales eran de 64 x 14 m. Presentaba 3 plantas y una altura de cornisa de 14 metros.

–Módulos de aislamiento. Eran módulos semicirculares situados en el extremo opuesto al centro de vigilancia, en las galerías 2 y 4, en los que estaban dispuestas las celdas de aislamiento en su perímetro exterior con una zona de control en

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El conjunto de la cárcel de Carabanchel abandonado.
´

el centro. Las dimensiones generales exteriores eran de 25 x 20 m y presentaban dos plantas y una altura de cornisa de 8,5 metros.

–Cocinas. Era un módulo semicircular, situado en el extremo de la octava galería, con diversas dependencias situadas en la zona de conexión a esa galería y una amplia nave en el resto. Sus dimensiones eran de 25 x 20 m y dos alturas con una altura aproximada de cornisa de 7,5 metros.

–Centro de vigilancia. Era la pieza central alrededor de la cual se disponían las 8 galerías del centro, constituyendo el conjunto principal de edificios del conjunto. Todo el espacio interior estaba al servicio de la conexión y distribución de las circulaciones entre todas las galerías, contando únicamente en su zona central con un módulo circular de control de un diámetro de 9 m. El diámetro exterior del centro de vigilancia era de 36 m y su altura de 20 metros.

–Módulo y oficinas de jóvenes. En el extremo Este del eje principal del centro penitenciario, junto al lindero de la parcela en esa zona se encontraba el módulo de jóvenes. Éste estaba constitui-

do por diversas edificaciones agrupadas en un esquema en forma de peine, con el bloque principal situado perpendicular al eje del centro, y con una disposición simétrica de los 3 bloques perpendiculares que tenía respecto de su eje central. El bloque principal tenía unas dimensiones de 213 x14 metros y los tres perpendiculares, de 46 x 15 m, los dos extremos, y de 46 x 12 m, el bloque central.

Independiente de este conjunto, pero también centrado respecto del eje central del centro y del módulo de jóvenes, se situaba el bloque de oficinas, también de jóvenes, con planta en forma de “U” abierta hacia el conjunto del módulo de jóvenes y dimensiones exteriores 82 x 22 metros.

Entre los diferentes bloques del conjunto quedan definidos 3 patios abiertos para uso de los internos, con acceso desde las zonas de soportales presentes en la planta baja de la edificación.

Este módulo de jóvenes disponía de acceso propio desde el exterior. El bloque principal presentaba 3 plantas, como los dos perpendiculares extremos, con una altura de cornisa de 12 m, mien-

La implacable cizalla se encarga de desmenuzar la cúpula de la prisión de Carabanchel.

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Vista general de la cárcel de Carabanchel antes de su derribo por las máquinas. Y proceso de demolición de estructuras a cargo de una excavadora Liebherr 954 Litronic y otra Daewoo 500.

La cárcel de Carabanchel

Sobre estas líneas y en la foto inferior, la excavadora Komatsu PC 750 SE derribando el último vestigio de la cupúla de la cárcel de Carabanchel.

tras que el tercero presentaba 2 plantas y una altura de cornisa de 7,5 metros.

A la dcha., dando cuenta del una de las galerías que conectaba con la cúpula central del establecimiento penitenciario madrileño.

–Hospital psiquiátrico. En la esquina SE del centro penitenciario se localizaba el hospital psiquiátrico. Éste quedaba fuera del recinto principal de seguridad, al ser agregado al centro con posterioridad, para lo que se amplió el límite del recinto de seguridad construyendo un nuevo paseo de ronda, delimitado por doble valla, que completaría el cierre del perímetro global del centro, también en la zona del hospital.

El hospital psiquiátrico era una edificación construida sobre un esquema en planta en forma de peine, con 3 alas perpendiculares al bloque principal. Las dimensiones generales aproxima-

das del cuerpo principal eran de 61 x 10 m y las de los tres bloques perpendiculares de 50 x 8 m. Todas ellas contaban con tres plantas y una altura de cornisa de 11 metros.

A este conjunto principal se adosaban dos cuerpos más bajos, uno en el extremo norte del bloque principal y otro en el extremo SE del bloque secundario. El primero suponía una prolongación del cuerpo principal de 30 x 12 m con un bloque perpendicular rectangular también de 38 x 11 m. El segundo se adosaba, en forma de “L”, con su bloque longitudinal más largo de 38 x 11 m y el más corto de 20 x 8 m. Estos bloques adosados tenían dos plantas y una altura de cornisa aproximada de 7 metros. ◊

historia/´ 126

Construyendo unfuturo juntos

17-20 NOV 1
“ ” 2026

EL TRATAMIENTO DE LOS RESIDUOS DE SU DEMOLICIÓN

Los restos de la sede de CNH Industrial

H

AY edificios emblemáticos que, por mucho que hayan desaparecido del mapa por las necesidades de optimizar los espacios disponibles a que obligan los nuevos tiempos y las nuevas industrias, nunca se borran del recuerdo de quienes los frecuentaron, en especial si gozaban de un atractivo diseño arquitectónico. Algunos ejemplos hemos visitado en las páginas anteriores de este número especial de Demolición & Reciclaje dedicado a conmemorar los 25 años de la publicación. Y ahora le ha llegado el turno a otro que estuvo muy relacionado con nuestro sector por albergar las instalaciones en España del fabricante italiano CNH Industrial Maquinaria Spain, responsable de las marcas de maquinaria de movimiento de tierras y construcción Case y New Holland. Se trata de la sede central en la que se ubicaron las oficinas y talleres, en la avenida de José Gárate 11, en Coslada (Madrid), que durante décadas fue destino prioritario de quienes ejercemos la información en este sector.

En su evolución, el mercado se rige sin miramientos y lleva a realizar demoliciones, replanteamientos y edificaciones de nuevas estructuras sobre la base de demoler las anteriores que ocupaban el espacio que se quiere rentabilizar. Así, el edificio de oficinas de CNH Industrial, que recibió en su día algunos reconocidos premios de arquitectura, se levantó en el año 1987 sobre una superficie total de 20.771 m2, siendo la superficie construida de 8.721 m2

Y fue en septiembre de 2020, y durante varias semanas, cuando se llevó a cabo su demolición por una de las empresas del sector más importantes de España: la firma madrileña Borraz

En septiembre de 2020 se llevó a cabo la demolición del conjunto de CNH Industrial Maquinaria Spain, en Coslada (Madrid), por una de las empresas del sector más importantes de España: la firma madrileña Borraz Demoliciones y Excavaciones.

Demoliciones y Excavaciones que, en base a su experiencia en demoliciones, desmantelamientos, rehabilitaciones y gestión de residuos, realizó un trabajo de derribo y gestión de residuos intachable. Para ello contó con un parque de maquinaria de primer nivel, suministrado en parte por la empresa Hispano Japonesa de Maquinaria, importa-

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Todos los residuos inertes fueron tratados en obra por la propiedad, siendo el objetivo la reutilización como mínimo del 80% de éstos, en coherencia con la certificación medioambiental de las actuaciones de la propiedad.

Antes de iniciarse los trabajos de demolición de las edificaciones, se procedió a su limpieza general y a la desinfección y retirada de los materiales catalogados peligrosos.

Todas las demoliciones se realizaron por medios mecánicos, a la vez que se demolía el total de las edificaciones, sin necesidad de apuntalar elementos intermedios.

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Los restos de la sede de CNH Industrial historia/

Los forjados, independientemente del material de las vigas, se demolieron después de haber retirado todos los elementos situados por encima, incluidos los muros y soportes, comenzando por los elementos que entrañaban mayor riesgo de desplome odesprendimiento.

“La estructura del edificio de oficinas de CNH Industrial estaba formada por soportes, muros y forjados de hormigón armado.

Equipos Hitachi, Liebherr y Metso reciclando el material producto de la demolición del edificio de CNH Industrial.

dor para España de marcas de movimiento de tierras como Hitachi y grupos móviles de trituración y clasificación como Metso, grupos móviles de tratamiento de residuos Doppstadt, dúmperes articulados Bell, dientes y portadientes Esco, etc.

Una edificación singular

El conjunto de la edificación de CNH Industrial, que se trasladó en diciembre de 2018 a la cercana sede de la marca hermana Iveco, en la Avda. de Aragón 402 (Autovía A-2, de Barcelona), ya en Madrid, estaba formado por un gran edificio de una sola planta que albergaba la zona industrial y los almacenes, un edificio de oficinas de tres plantas y pequeñas construcciones auxiliares para instalaciones.

Respecto a su posición en la parcela, el edificio industrial estaba situado en el centro de la misma, en posición perpendicular a la avenida de José Gárate. En la mitad posterior de la parcela se ubicaba una zona de almacenamiento exterior alrededor de un pequeño almacén y un depósito, y en la mitad anterior, dando frente a la avenida, se situaba el edificio de oficinas rodeado por zonas ajardinadas y el aparcamiento, con una zona destinada a los visitantes.

La estructura del edificio de oficinas estaba formada por soportes, muros y forjados de hormigón armado, a excepción de dos volúmenes que se anexaron al edificio (comedor y nivel 7) y que era de estructura metálica y forjado de chapa colaborante. La composición de la fachada estaba formada por paños de hormigón armado y algunos paramentos tenían un revestimiento exterior de lamas de madera. Los huecos que la conformaban eran ventanales corridos de carpintería de aluminio sobre antepechos de hormigón armado, y por delante de ellos discurría una celosía colgante de lamas horizontales de madera. La altura total de la edificación era de 11,70 m. El sistema constructivo del edificio de oficinas se componía de los siguientes elementos: cimentación mediante

zapatas aisladas y muros de hormigón armado; estructura de pilares y forjados de hormigón armado, solera de hormigón de 0,20 m de espesor con sellado elástico formada por capa de hormigón, hoja de polietileno y encachado; cerramiento: las fachadas estaban formadas por muro de hormigón armado visto, cámara de aire y trasdosado de hueco sencillo, enfoscado, enlucido y pintado; la cubierta era plana tradicional no transitable con acabado de losas de hormigón armado y losa filtrón.

La estructura industrial

La estructura del edificio industrial estaba compuesta por pilares metálicos en celosía y por cerchas metálicas; un segundo orden de correas metálicas entre cerchas soportaba las placas con aislante del cerramiento de la cubierta. En determinadas zonas, la estructura se completaba con arriostramientos formados por tensores. Los cerramientos de la zona industrial estaban compuestos por un murete de hormigón armado y cerramiento metálico en la parte superior. Los paramentos y divisiones interiores son de bloque de cemento en determinadas zonas y de fábrica de ladrillo en el interior del recinto de oficinas. En general, el solado era de hormigón pulido en la zona industrial. La comunicación entre plantas se realiza por medio de escaleras metálicas, además de un montacargas. La altura total de la edificación era de 10,50 m.

El sistema constructivo del edificio industrial se componía de los siguientes elementos: cimentación mediante zapatas aisladas de hormigón armado y vigas riostras y murete perimetral de hormigón armado en la parte inferior de la fachada; la estructura de pilares metálicos era en celosía en el área de almacén y de perfil laminado en el

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área de oficinas y entreplantas, cerchas y vigas metálicas, forjado unidireccional y solera de hormigón pulido de 0,20 m de espesor con sellado elástico, formada por capa de hormigón, hoja de polietileno y encachado; cerramiento y fachadas: los cerramientos de la zona industrial eran de panel de chapa, las fachadas y divisiones interiores eran, en su mayoría, de fábrica de bloque de hormigón, enfoscadas y pintadas, alicatadas con azulejo y paneles de PVC; el cerramiento de la cubierta estaba formado por paneles sándwich de chapa y lucernarios de policarbonato.

La estructura del edificio auxiliar principal estaba formada por pilares y vigas metálicas; un segundo orden de correas metálicas entre cerchas soportaba las placas con aislante del cerramiento de la cubierta. En determinadas zonas, la estructura se completaba con arriostramientos. Los ce-

rramientos estaban compuestos por bloque de hormigón enfoscado y pintado, y por cerramiento metálico. En general, el solado era hormigón pulido. La altura total estimada de la edificación variaba entre 6 y 7 metros.

Las pequeñas edificaciones del grupo de presión de PCI, del compresor y del centro de transformación propio estaban construidas con muros de bloque de hormigón, ladrillo revestido con mortero monocapa y ladrillo enfoscado y pintado, según los casos.

Junto al límite de la parcela con la avenida de José Gárate se ubicaba otro edificio semienterrado para otro grupo de bombeo. La estructura y los cerramientos eran de hormigón armado. Anexo a él había un depósito enterrado de 90 m³ de agua. La demolición de esta parte venía determinada por la intención de llevar a cabo una nueva edificación. Pese a ello, el estado del edificio a demoler se encontraba en buen estado. Debido a la superficie de la parcela con la que se contaba, a la ubicación concreta de la edificación dentro de la parcela y a las características propias de la construcción y de los materiales que fueron empleados, la incidencia de la demolición en el entorno fue nula.

Se propuso la reutilización de materiales inertes, fundamentalmente hormigón procedente de la demolición de elementos estructurales: soleras, zapatas, pozos de cimentación, muros de hormigón...

El cerramiento de la cubierta estaba formado por paneles sándwich de chapa y lucernarios de policarbonato.

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Los restos de la sede de CNH

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Trabajos de demolición

Fue necesaria la excavación de la parcela para proceder posteriormente a su relleno con las tierras propias, hasta alcanzar los niveles de plataforma previstos para el futuro edificio.

El tipo de demolición efectuado por Borraz Demoliciones y Excavaciones fue total, haciendo desaparecer por completo la edificación existente, quedando un solar, así como la demolición de todos los elementos bajo rasante (cimentaciones, redes y depósitos enterrados...). Para ello fue necesaria la excavación de parte de la parcela para proceder posteriormente a su relleno con las tierras propias, hasta alcanzar los niveles de plataforma previstos para la construcción del futuro edificio industrial.

Como criterio general, la demolición se efectuó siguiendo el orden inverso al que corresponde a la construcción de una obra nueva, procediendo desde arriba abajo e intentando que la demolición se realizara al mismo nivel, evitando la presencia de personas situadas en las proximidades de elementos que se derribasen o volcasen.

En la ejecución de la demolición se tuvieron presentes los siguientes principios o normas básicas: se eliminaron y retiraron todos los elementos que dificultaban el correcto desescombrado; el proceso de demolición comenzó por las plantas superiores, descendiendo planta a planta hasta la baja; las plantas se aligeraron de forma simétrica, retirándose periódicamente los escombros para evitar sobrecargas no soportables por la estructura; antes de demoler los elementos estructurales se aligeraron las cargas, retirándose los escom-

bros que descansan sobre ellos; los cuerpos volados o las vigas de grandes luces se apuntalaron cuando entrañaban un riesgo excesivo; se arriostraron aquellos elementos que pudieran sufrir empujes durante la ejecución de la demolición, como fue el caso de los muros de sótano y las medianeras; en el caso de estructuras hiperestáticas, se demolieron en el orden en que se provocara menores esfuerzos, flechas, giros y desplazamientos.

Se definieron claramente las partes de la obra que corresponden a cada sistema de demolición, procediendo a demoler previamente la zona que corresponde al sistema de elemento a elemento, dejando en equilibrio estable los elementos de la zona que se derribaron por el sistema de colapso. El proceso de demolición se efectuó, en todo caso, de forma manual (elemento a elemento) hasta una altura fácilmente alcanzable por el brazo de las máquinas.

Antes de iniciarse los trabajos de demolición de las edificaciones, se procedió a su limpieza general y a la desinfección y retirada de aquellos materiales catalogados como peligrosos, según su código LER.

Se retiró la maquinaria y los equipos existentes que molestaban o entrañaban un riesgo añadido en la ejecución de la demolición, como los cuadros eléctricos, luminarias (fluorescencias), calderas, depósitos de gasoil, etc., así como trapos,

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historia/
Industrial
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Los restos de la sede de CNH Industrial historia/

Para la obtención de la máxima puntuación, se planteó la revalorización de hasta el 95% de los residuos (excluyendo los peligrosos), además de la reutilización in situ de un mínimo del 51% de la fracción pétrea generada.

“En

cuanto a las cubiertas, antes del levantado y retirada de la cobertura, se desmontaron cuidadosamente todos los elementos singulares, evitando su caída o vuelco sobre la cubierta.

aguas u otros elementos que hubieran estado en contacto con hidrocarburos o aceites propios de la maquinaria. No hubo presencia de amianto en las edificaciones. A continuación, se describe el método de la demolición en cada uno de los elementos:

Cubiertas y estructuras

En cuanto a las cubiertas, antes del levantado y retirada de la cobertura, se desmontaron cuidadosamente todos los elementos singulares, evitando su caída o vuelco sobre la cubierta.

Los tramos de la escalera se demolieron antes que el forjado superior donde se apoyaba. En primer lugar se retiraron los peldaños y posteriormente las zancas, demoliendo cada tramo de la escalera desde un andamio que cubría la totalidad del hueco de la misma, retirando el escombro a medida que se iba demoliendo.

Los forjados, independientemente del material de las vigas, se demolieron después de haber retirado todos los elementos situados por encima, incluidos los muros y soportes, comenzando por los elementos que entrañaban mayor riesgo de desplome o desprendimiento.

Antes de proceder a la demolición del forjado se apuntalaron los elementos salientes o voladizos y los paños del forjado en los que se apreciaba una deformación excesiva, comprobando que los elementos estructurales inferiores que soportan el apuntalamiento se encontraban en buen estado y que las cargas transmitidas no superaban en ningún caso su capacidad portante.

Los apuntalamientos se realizaron en sentido ascendente, de abajo hacia arriba, por lo general en sentido contrario al proceso de demolición, mientras se procedía a la retirada del entrevigado antes de cortar las viguetas, evitando debilitarlas. Se desmontaron después de apuntalarlas o suspenderlas, cortándolas por sus extremos, junto a los apoyos.

Las vigas se retiraron suspendiéndolas o apuntándolas previamente, cortando o desmontando

sus extremos, sin dejar partes en voladizo sin apuntalar. Durante las interrupciones de la demolición no se dejaron elementos inestables sin apuntalar. Todas estas demoliciones se realizaron por medios mecánicos, a la vez que se demolía el total de las edificaciones, sin necesidad de apuntalar elementos intermedios. Respecto a los pórticos, cerchas y vigas, cuando las correas y los cabios constituían el propio arriostramiento de las cerchas metálicas, éstos no se eliminaban hasta que no se apuntalaban las cerchas. En caso de que se descendieran de una pieza, previamente se aseguraban fijando los cables de suspensión por encima del centro de gravedad. Cuando las cerchas se desmontaban por piezas, se apuntalaban siempre y se troceaban empezando por los pares, demoliendo previamente los techos o elementos que colgaban de ellas. Cuando las correas y los cabios constituían el propio arriostramiento de las vigas metálicas, éstos no se eliminaban hasta que no se apuntalaban los pórticos. Se demolieron suspendiéndolas o apuntándolas previamente, cortando o desmontando sus extremos, sin dejar partes en voladizo sin apuntalar.

Se demolieron previamente todos los elementos que apoyaban sobre los muros y todos los elementos que acometían superiormente a las columnas o soportes, no permitiéndose su vuelco sobre los forjados. Para la demolición de los soportes metálicos no se permitió la realización de cortes de manera indiscriminada o aleatoria sin el visto bueno de la dirección facultativa.

Se cortaron por las secciones que provocaban el mínimo de flechas, giros y desplazamientos. En general, por la base del forjado sobre la placa de anclaje, apuntalándose previamente por la parte superior para controlar su caída.

El arriostramiento se retiró cuando las plantas estaban totalmente desmenuzadas, demoliéndose previamente todos los elementos que acometían superiormente al soporte, no permitiéndose su vuelco sobre los forjados.

Se permitió abatir cuidadosamente la pieza sólo cuando se hubieron cortado las armaduras longitudinales de su parte inferior, excepto las de una cara, que actuaban de charnela y que se cortaron posteriormente, una vez abatido.

Antes de demoler la tabiquería se tomó la precaución de apuntalar convenientemente el forjado, en especial cuando el estado de conservación del edificio era deficiente. El sentido de la demolición de la tabiquería fue, como en el resto de los elementos, de arriba abajo, levantando los cercos de la carpintería a medida que avanza la demolición.

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´
El

objetivo era la reducción del volumen de residuo generado con destino a vertedero, minimizando el transporte de materiales.

El desmontaje no originó residuos plásticos, grasos, eléctricos, radiactivos, biológicos, fibras de vidrio, etc., que necesitaran un posterior tratamiento o un especial depósito.

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“Todos los posibles residuos generados en la obra de demolición se codificaron atendiendo a la Orden

MAM/304/

2002 de 8 de febrero.

”La empresa Borraz, con experiencia de muchos años en el sector de las demoliciones, cuenta con un parque de maquinaria de excavadoras con brazo largo de demolición, equipos convencionales de carga, maquinaria auxiliar, equipos de acarreo, etc.

Los tabiques alicatados o chapados se pudieron demoler conjuntamente con su acabado, utilizándose la técnica de demolición por presión, empleándose el empuje en los casos que lo requirieron. Aquí, se tomó la precaución de cortar los paramentos de arriba hacia abajo en cajas verticales, efectuando posteriormente el vuelco por empuje, que se aplicó por encima del centro de gravedad del paño a derribar, con el fin de controlar su caída en el sentido deseado.

Cuando se interrumpía el trabajo en las zonas expuestas a la acción de fuertes vientos, no se dejaron sin arriostrar los tabiques que por su esbeltez entrañaban un riesgo de desplome.

La gestión de los residuos

Se propuso la reutilización de materiales inertes, fundamentalmente hormigón procedente de la demolición de elementos estructurales: soleras, zapatas, pozos de cimentación, muros de hormigón... El objetivo era la reducción del volumen de residuo generado con destino a vertedero, minimizando el transporte de materiales.

Todos los residuos producidos pertenecían al mismo grupo, por lo que no fue necesaria una separación selectiva y carecían de peligrosidad. Todos eran residuos inertes, no contaminantes. El

desmontaje no originó residuos plásticos, grasos, eléctricos, radiactivos, biológicos, fibras de vidrio, etc., que necesitaran un posterior tratamiento o un especial depósito.

Todos los residuos inertes fueron tratados en obra por la propiedad, siendo el objetivo la reutilización como mínimo del 80% de éstos, en coherencia con la certificación medioambiental de las actuaciones de la propiedad, de cara a conseguir BREEAM Muy Bueno, por lo que se realizó una auditoría pre-ejecución para la identificación de los volúmenes de residuos para que las empresas pudieran planificar sus actividades de reutilización, reciclaje y recuperación antes del inicio de las obras.

Para la obtención de la máxima puntuación, se planteó la revalorización de hasta el 95% de los residuos (excluyendo los peligrosos), además de la reutilización in situ de un mínimo del 51% de la fracción pétrea generada.

Todos los posibles residuos generados en la obra de demolición se codificaron atendiendo a la Orden MAM/304/2002 de 8 de febrero por la que se publican las operaciones de valorización y eliminación de residuos, según la Lista Europea de Residuos (LER) aprobada por la Decisión 2005/ 532/CE. La cantidad, expresada en toneladas y

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Los restos de la sede de CNH Industrial

metros cúbicos, de los residuos de construcción, que se generaron en la obra fueron 13.579,79 m2 de superficie y un volumen de 3.147,13 m3. De ellos, se reutilizaron in situ un mínimo del 51%, es decir, 1.605,04 m³. Por lo que el volumen estimado de residuos RCD fue de 8.347,70 m³. El volumen resultante de residuos RCD fue de 8.347,70 m³ x 0,05 = 417,39 m³.

La maquinaria de Borraz Demoliciones

La empresa Borraz, con experiencia de muchos años en el sector de las demoliciones, cuenta con un parque de maquinaria variado y compuesto tanto por excavadoras con brazo largo de demolición como por equipos convencionales de carga, maquinaria auxiliar, equipos de acarreo, etc. Para la demolición del edificio de CNH en 2020 la empresa empleó una excavadora Daewoo Solar con brazo para demoliciones de hasta 20 metros de altura y, para el arranque y carga, dos excavadoras convencionales de cadenas Hyundai, así como otras dos sobre ruedas Liebherr, entre otros equipos de apoyo más pequeños.

También se decantó por la marca japonesa Hitachi, de la que es importador y distribuidor para toda España la firma leonesa Hispano Japonesa de Maquinaria, ante la necesidad de incorporar nueva maquinaria pesada para optimizar los trabajos realizados por los equipos de demolición, que debían ser fiables, robustos y productivos y que se ajustaran perfectamente a sus necesidades.

Además de los equipos de excavación Hitachi, Borraz Demoliciones adquirió a Hispano Japonesa de Maquinaria una unidad móvil sobre cadenas de trituración de la firma Metso, un modelo Nordtrack J90, grupo móvil con machacadora de mandíbulas de boca 890 x 500 mm, 23,9 toneladas de peso y una potencia de 162 kW, para valorizar la importante cantidad de RCD que se generaron en la demolición, transformándolos in situ en árido reciclados que se utilizó en la construcción de las nuevas instalaciones. ◊

Todos los residuos producidos pertenecían al mismo grupo, por lo que no fue necesaria una separación selectiva. Todos eran residuos inertes no contaminantes.

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QUE ACOMPAÑAN A LA REVISTA DEMOLICIÓN & RECICLAJE EN ESTE ESPECIAL DEL 25º ANIVERSARIO Ability 13 AG Demoliciones 77 Alex Implements 53 Anka Demoliciones 81 Anzeve 25 Arden Equipment 103 Ascendum-Volvo 91 Bobcat 37 Borraz Demoliciones 43 BYG 32-33 Casalé 27 Centrocar-Develon 105 Cohidrex 39 Deltapunt Derribos 63 dMol Demoliciones 69 Drago Electrónica 71 EMSA 95 138 publicidad/Índice
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Erri Berri 51 Felemamg 107 Feria de Zaragoza 127 Finanzauto 21 Grupo Población 83 Hercal Diggers 57 Ingema Solutions 49 JCB Maquinaria 17 Kobelco CME 45 Lezama Demoliciones 29 MB Crusher 73 Metso-HJM 123 Miningland 87 Montabert 119 Perfox 9 Reciclajes Camacho 55 Rotar 99 Skako Dartek 111 Smartcrush 117 Solintal LRD 93 139

Este número especial de Demolición & Reciclaje se ha editado en formato libro para conmemorar los 25 años de la revista especializada de Fueyo Editores.

Se terminó de imprimir en los talleres madrileños de Digital Booklet Ediciones, S.L., el jueves 30 de mayo de 2024, festividad del Corpus Christi y de Santa Juana de Arco, la Doncella de Orleans, virgen y mártir, joven campesina que fue procesada por el obispo Pierre Cauchon y el duque Juan de Bedford la quemó en la hoguera en Ruan el 30 de mayo de 1431, cuando tenía 19 años de edad.

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