Argumentos Numero 3. El espacio electoral de Izquierda Unida

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Documentos de trabajo de la FEC Número 3. Septiembre de 2014—Serie Informes

INFORME El espacio electoral de Izquierda Unida: las elecciones generales de 2004 Irene Palacios Brihuega Jaime Aja Valle Luis Ramiro Fernández


Revista Argumentos. Documentos de trabajo de la FEC

Edita: Fundación por la Europa de los/as Ciudadanos/as Calle Olimpo, 35. 28043 Madrid Tel: 91 722 75 00 Ext:212 Fax: 91 721 98 08 Web: www.europadelosciudadanos.net Presidente: José María González Suarez Vicepresidente: José Manuel Mariscal Cifuentes Director: Jaime Aja Valle Patronato: Francisco Javier Alcázar Medina, Irene Aldabert González, Clara Alonso Jiménez, Jose Luis Centella Gómez, Antonio Cortes Rodríguez, Isabel Crespo Ruiz, Ascensión De Las Heras Ladera, Laura Domínguez Arroyo, Margarita Ferre Luparia, Manuel Fuentes Revuelta, Jose Antonio García Rubio, Alberto Garzón Blanco, Margarita González-Jubete Navarro, Milagros Hernández Calvo, Jesús Enrique Iglesias Fernández, Cayo Lara Moya, Gaspar Llamazares Trigo, Esther López Barceló, Ramón Luque Porrino, María Del Sol Martínez Torres, José Antonio Mesa Mora, Amanda Meyer Hidalgo, Concepción Moreno Dorado, Montserrat Muñoz De Diego, María Pilar Novales Estallo, Francisco José Pérez Esteban, María Carmen Pérez Rodríguez y Graciela Rojo Alberte. Dirección de la redacción de la revista: Jaime Aja Valle director@fundacioneuropadelosciudadanos.eu (Contacto para enviar posibles artículos) Diseño de la imagen: Francisco Gálvez ISSN: En trámite Reconocimiento – NoComercial – CompartirIgual (by-nc-sa): No se permite un uso comercial de la obra original ni de las posibles obras derivadas, la distribución de las cuales se debe hacer con una licencia igual a la que regula la obra original.


Este informe fue realizado para la FEC entre 2006 y 2007. En esta revista iremos compartiendo algunos de los trabajos que hemos realizado a lo largo de nuestra historia. Reproducimos este estudio en concreto por su amplitud, exhaustividad e interes. Aunque algunos elementos de la base electoral de IU se han modificado, las caracterĂ­sticas fundamentales continĂşan siendo las mismas.

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ÍNDICE

1. Introducción ................................................................................................................. 4 1. Las diferencias generacionales del voto ...................................................................... 7 3. El voto en función del sexo ......................................................................................... 11 4. El voto y el nivel formativo de los electores .............................................................. 14 5. El peso de la ideología sobre el voto .......................................................................... 18 5. 1. La cercanía ideológica de los electores con su partido .............................. 20 5. 2. La distancia ideológica entre IU y PSOE ...................................................... 21 6. Religiosidad y voto ..................................................................................................... 24 7. Posición en el mercado de trabajo: activos y pasivos.............................................. 28 8. Situación socio-laboral ............................................................................................... 31 9. Relación laboral ......................................................................................................... 35 10. Ocupación ................................................................................................................ 38 11. Centro de trabajo ...................................................................................................... 42 12. Sector de actividad .................................................................................................. 45 13. Estatus o clase social subjetiva ............................................................................... 47 14. Ingresos .................................................................................................................... 49 15. Conclusiones: El perfil de la base electoral de IU .................................................... 51 16. Datos técnicos.......................................................................................................... 56 17. Referencias bibliográficas ....................................................................................... 57

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1. INTRODUCCIÓN. El presente estudio tiene como objetivo fundamental describir la composición del espacio electoral de Izquierda Unida según criterios demográficos, socioeconómicos e ideológicos en las elecciones generales de marzo de 2004. Numerosos estudios e investigaciones han subrayado el impacto de las diferencias sociológicas y de “clase” en las preferencias políticas y partidistas de los electores en todas las democracias contemporáneas1. La ideología, la clase, la etnia, la ocupación o la religiosidad se han señalado frecuentemente como algunos de los principales mecanismos que moldean las inclinaciones electorales y políticas de los votantes. Tradicionalmente, la competición partidista y las decisiones de voto en las democracias occidentales se han estructurado sobre la base de las divisiones sociales existentes en la sociedad. De acuerdo con Lipset y Rokkan (1967), las divisiones ideológicas entre los partidos provenían de los cleavages sociales y de los conflictos entre grupos que se desarrollaban en toda la nación. Estos conflictos sociales, por tanto, definían la base ideológica de los partidos y proporcionaban el marco a partir del cual se estructuraba el conflicto político. En el caso español, el sistema de partidos de la transición se configuró con arreglo a dos ejes: la contraposición tradicional entre izquierda y derecha y la contraposición entre las fuerzas de ámbito nacional español y los nacionalismos periféricos de base étnico-cultural (la contraposición centro-periferia)2. No obstante, la estabilidad de ambas divisiones a lo largo de este primer cuarto de siglo de democracia ha estado vinculada a una serie de anclajes estructurales (como la edad, la clase o la religiosidad) que les han servido de apoyo. En este sentido, el presente informe trata de analizar la influencia de las distintas variables sociales y demográficas a la hora de determinar el anclaje del voto hacia IU y, de esta forma, definir el perfil sociológico de los electores de este partido. Para abordar esta descripción, se llevarán a cabo análisis bivariados de las variables que identifican el espacio electoral de un partido (Recuerdo de Voto) con las variables clasificadoras de control. Estas variables serán demográficas (edad y nivel de estudios), socioeconómicas (ocupación, categoría profesional, sector de trabajo, contrato, centro de trabajo y renta), ideológicas (posición ideológica y distancia con los partidos) y otras (sexo y religiosidad).

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Un texto clásico que ofrece un marco general sobre la influencia de distintos factores en el voto es el de Lipset y Rokkan (1967). Otros estudios de gran relieve, centrados en el caso español, son los de Linz y Montero (1986), Del Castillo (1995) o Ruiz Olabuénaga (1998). 2 González 2004.

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Por último, se compararán los resultados con los obtenidos en los comicios del año 2.000, con el fin de examinar las principales transformaciones que han experimentado las bases sociales de IU entre las dos últimas citas electorales3. El estudio tiene dos partes: la primera de ellas (apartados 2 al 6), se centra en el análisis de las variables demográficas, ideológicas, sexo y religiosidad en relación con el voto; la segunda (apartados 7 al 14), concreta su interés en el análisis de las variables socioeconómicas y de clase a la hora de configurar las preferencias partidistas de los electores.

La perspectiva clásica de los estudios sobre clase y voto parte de la clase como una de las líneas divisorias fundamentales (cleavages) en su relación con el comportamiento electoral. Una de las primeras obras en este sentido fue la investigación de Lipset y Rokkan (1967), quienes reconocieron que las grandes divisorias sociales de clase, religión, etnia y cultura (nacional), surgidas en Europa como líneas de fractura en los procesos de formación del Estado nacional, de industrialización y de ampliación de la democracia, permanecerían congeladas y constituirían la estructura condicionante del comportamiento electoral4. Para estos autores, con el transcurso del tiempo la confrontación política (en la fase de extensión de los derechos políticos) se habría centrado precisamente en las divisorias de clase, y de esa confrontación habrían surgido identidades políticas fuertes (los partidos obreros frente a los conservadores), que marcarían hasta hoy la política europea y configurarían los sistemas de partidos. Desde ese momento, numerosas exploraciones empíricas han constatado la existencia de una consistente relación entre posición de clase y comportamiento electoral, y han indagado en diversas explicaciones de sus variaciones intertemporales y/o internacionales. Así, mientras que algunos autores han tratado de demostrar que el peso de estas divisorias a la hora de explicar el comportamiento electoral ha venido disminuyendo a lo largo del último cuarto de siglo (Franklin, 1992), para otros aún sigue siendo suficientemente significativo como para considerar válida la tesis (Bartolini y Mair, 1990). Uno de los ejes sobre el que han girado los análisis de las relaciones entre la posición de clase y la existencia de una democracia de partidos es la medida en que los partidos políticos se encuentran arraigados en determinadas posiciones socioestructurales, derivadas de la División Industrial del Trabajo (DIT). Dicho de otro modo, la mayoría de estudios sobre estructura social y apoyo partidista en

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Para más información centrada en las elecciones generales de 2000 y el espacio electoral de la izquierda se puede consultar el estudio de Aja (2000). 4

Paramio 2000.

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Europa se han centrado en el análisis de la estructura de apoyos que diferencia a los partidos políticos en competencia y en la influencia que ejercen las distintas posiciones de la división del trabajo, donde encuentran sus electorados los diferentes partidos, sobre dicha estructura de apoyos. En este sentido, el presente estudio trata de analizar la relación existente entre la posición en la estructura de clases y el voto a IU en las últimas elecciones generales de 2004, así como las principales transformaciones que ha experimentado esta relación desde los comicios del año 2000. Para ello, se utilizarán aquellas variables socioestructurales recogidas en los cuestionarios del CIS que miden aspectos de la División del Trabajo, centrándonos especialmente en el funcionamiento de dichas variables respecto al mercado de trabajo (situación y relación laboral, ocupación, rama de actividad, centro de trabajo y salario, así como la clase social subjetiva), y se realizarán análisis bivariados con la variable Recuerdo de Voto, que identifica el espacio electoral de cada partido. Para realizar los análisis, los porcentajes de cada casilla se utilizarán como una estimación del nivel de apoyo dado a un partido por una determinada ubicación dentro de la estructura social, representada por aquella celdilla. En este sentido, las raíces o rechazos de los partidos políticos en cada categoría laboral hacen referencia al excedente o déficit obtenido en cada celda, producto de la diferencia entre los votos esperados y los recibidos, dadas las frecuencias marginales. Es decir, en cierto sentido estamos evaluando e interpretando en cada caso la probabilidad de que se produzca ese excedente o déficit. Las tablas que se presentan en cada apartado permiten comparar esas tendencias de apoyo observadas para cada uno de los partidos, es decir: dónde se presentan las mayores diferencias, dónde están los partidos mejor capacitados para competir, etc.

Para la realización de este informe hemos utilizado las encuestas postelectorales que realizó el Centro de Investigaciones Sociológicas tras las elecciones legislativas generales de los años 2000 y 2004. La primera de ellas se realizó entre los meses de marzo y abril del año 2000, y el tamaño de la muestra ascendió a 5.283 entrevistas (con un error para el conjunto de la población de ±1,34%). La segunda se realizó entre marzo y abril de 2004, y en este caso el tamaño de la muestra fue de 5.377 entrevistas (con un error de ±1,36%). Los datos técnicos de las encuestas se recogen en el anexo final del documento. Todas las relaciones entre las variables incluidas en el estudio y el voto son estadísticamente significativas, salvo que se indique lo contrario.

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2. LAS DIFERENCIAS GENERACIONALES DEL VOTO. Como se ha señalado anteriormente, la búsqueda de líneas de diferenciación entre el electorado de los diferentes partidos políticos se ha centrado tradicionalmente en el estudio de los factores sociales que inciden en el comportamiento electoral. La edad constituye uno de los principales factores de cambio en la configuración de las preferencias partidistas de los electores. Numerosos estudios han demostrado que mientras los anclajes relativos a la clase social se mantienen más o menos estables a lo largo de todo el ciclo vital, los relativos a la edad tienden a cambiar de signo5, promovidos por las diferencias de hábito y actitud que existen entre jóvenes y mayores. Así, Pérez Díaz (1996) contrapone el voto cívico de los sectores sociales más bien jóvenes, urbanos e ilustrados con el voto deferente de sus contrarios, y Carabaña sostiene que ”la hipótesis más obvia es la del voto inercial, deferente, oportunista o desconfiado” de los jóvenes (2001)6. Para su análisis, la variable edad se divide tradicionalmente en las siguientes cohortes o grupos de edad: 1.- De 18 a 24 años; 2.- De 25 a 34 años; 3.- De 35 a 44 años; 4.- De 45 a 54 años; 5.- De 55 a 64 años; 6.- 65 años y más. El siguiente gráfico provee una imagen clara del tamaño relativo de los distintos segmentos de edad de la población española en el año 2.004. Conviene observar que el tramo de edad de mayor tamaño corresponde a la cohorte de personas mayores de 65 años (22%), lo que representa a una población socioeconómicamente desarrollada, con una clara tendencia al envejecimiento y a una alta esperanza de vida.

5 6

González 2004. Citado en González y Salido 2003.

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La distribución por edad de los españoles en las elecciones de 2.004

12% 22% 18-24 años

19%

25-34 años 35-44 años 45-54 años 55-64 años 65 años y más

13%

15%

19%

Además, tal y como muestran los resultados de los análisis, podemos encontrar diferencias importantes atendiendo al perfil de edad de los electorados de los diferentes partidos políticos. Así, el electorado de IU es un electorado particularmente sesgado en edad, ya que las generaciones más jóvenes (cohortes 1 y 2: 18-34 años) concentran casi el doble de votantes (44,7%) que en el caso del PP (24,4%), y casi un tercio más que en el caso del PSOE (35%). También los electores de los partidos nacionalistas de izquierdas son mayoritariamente votantes jóvenes (53,9%), aunque éstos prevalecen especialmente entre los encuestados que votaron en blanco en las pasadas elecciones generales (57,5%). Para el caso del PP, podemos destacar que sus votantes son los de mayor edad (65 años y más: 27%), ligeramente por debajo de los electores de los partidos nacionalistas de derechas (28,8%) y algo más alejados de los que votaron al PSOE (19,2%). Por lo que respecta al PSOE, las diferencias generacionales son mucho más reducidas entre sus electores. Así, mientras que el 20,9% de los que votaron al PSOE en las pasadas elecciones generales eran personas de entre 25 y 34 años, un porcentaje muy similar (19,2%) tenía 65 años y más.

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Esta caracterización de las bases sociales del PSOE está muy relacionada con el cambio del perfil generacional que ha experimentado el electorado socialista a lo largo de los últimos diez años, motivado por el progresivo divorcio de los jóvenes españoles con los sucesivos gobiernos de este partido7.

Edad y Recuerdo de Voto en las elecciones de 2.004

IU – ICV PP

PSOE

Nacionalistas Nacionalistas Total de izquierdas de derechas muestra

18-24 años……..

14,9

8,5

14,1

20,6

4,7

11,8

25-34 años……..

29,8

15,8

20,9

33,3

12,4

18,8

35-44 años……..

26,0

16,9

19,3

19,9

18,8

18,8

45-54 años……..

17,8

16,3

15,6

12,8

13,5

15,4

55-64 años……..

7,2

15,3

10,8

5,7

21,8

12,9

65 años y más… 4,3

27,0

19,2

7,8

28,8

22,3

N…………………

1.219

2.052

141

170

4.652

208

Fuente: Estudio 2559, CIS.

La comparación de los datos de 2.000 y 2.004 en lo relativo al voto por grupos de edad subraya la consistencia de estos resultados. Así, en el año 2.000, IU continuó concentrando una de las mayores proporciones de votantes jóvenes (cohortes 1 y 2; 42,6%, más de trece puntos por encima de la media), mientras que el PP y los partidos nacionalistas de derechas aglutinaron a los votantes de mayor edad (24,4% y 24,6%, respectivamente). En relación con el año 2.000, los votantes de IU en 2.004 se concentraron especialmente entre los 25 y los 44 años: el 55,8% (cuando representan el 37,6% de la muestra) frente al 46,6% del 2.000. Por el contrario, pierde peso el electorado de edad más avanzada (65 años y más), que pasó de representar el 10% de su electorado en el año 2.000 al 4,3% en las elecciones de 2.004. También pierden peso los electores más jóvenes (menores de 25 años), que pasaron de representar el 18,9% al 14,9%; en esta cohorte los resultados son los peores desde la fundación de IU (6,7% de voto IU sobre el total de votantes). 7

González 2004.

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El electorado socialista fue el más favorecido por el electorado más joven en los últimos comicios, ya que fue el partido que más aumentó el apoyo recibido por éstos con respecto a los resultados del año 2.000 (hasta 6,1 puntos), lo que refleja que en buena medida fue el electorado joven el que propició la alternancia en marzo de 2.004. Por su parte, el PP pierde especialmente el apoyo de su electorado más joven, que desciende del 28,7% en el año 2.000 al 24,4% en 2.004.

Las diferencias por edad en el voto a IU en las elecciones de 2.004 35 30

29,8 26,0

25

22,3 20 15 10

18,8

18,8 14,9 11,8

17,8 15,4 12,9 7,2

5

4,3

0 18-24 años

25-34 años

35-44 años IU

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45-54 años

55-64 años

65 años y más

Total muestra

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3. EL VOTO EN FUNCIÓN DEL SEXO. El sexo constituye otro de los factores individuales que más se han utilizado para explicar pautas y niveles de participación electoral. Al considerar esta variable como predictora del voto estamos queriendo decir que existen diferencias significativas entre los porcentajes de votantes femeninos y masculinos que concentran las diferentes opciones políticas. Así, los dos partidos nacionales mayoritarios (PP y PSOE) son los que reúnen mayores porcentajes de mujeres entre su electorado (50,7% y 52,2%, respectivamente), aunque las diferencias con su electorado masculino no son significativas. Sí encontramos diferencias mayores en la distribución por sexo de los partidos nacionalistas (de izquierdas y de derechas) y de IU. Así, el electorado de IU está compuesto mayoritariamente por hombres (55,8%, frente al 44,2% de mujeres), y lo mismo ocurre con los partidos nacionalistas de izquierdas, donde las diferencias son aún mayores (57,4%, frente al 42,6% de mujeres). Esta diferencia entre géneros también está presente entre el electorado de los partidos nacionalistas de derechas, aunque es menos pronunciada (52,4%, frente al 47,6% de mujeres). En la encuesta postelectoral de 2.000, la distancia entre géneros en el electorado de IU es aún más acusada: 59% de hombres y 41% de mujeres. PP y PSOE también incrementan esta diferencia, aunque en los dos casos tal aumento se produce a favor de su electorado femenino (52,1% de mujeres y 47,9% de hombres en el caso del PP; y 54,1% frente a 45,9% en el PSOE).

IU-ICV

Hombre

44%

Mujer

56%

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PP

Hombre

51%

49%

Mujer

PSOE

52%

48%

Hombre Mujer

Según estos resultados, los partidos nacionalistas de izquierdas y de derechas e IU son los partidos más afectados por la incidencia del género en sus probabilidades de voto; mientras que PP y PSOE, los que menos. No obstante, hay que tener en cuenta que la variable sexo tiene una fuerte relación con otras variables, como la edad o la ocupación. Por tanto, habría que preguntarse si el efecto del sexo en el voto es independiente de las características individuales del sujeto (como, por ejemplo, la edad o la ocupación), o, dicho de otra manera, si dicho efecto se mantiene siempre constante para todas y cada una de las personas. En parte, el hecho de que voten a IU menos mujeres que hombres viene motivado por las importantes diferencias generacionales que marcaban a los electores de este partido, entre los cuales sólo el 4,3% eran personas de 65 años y más (cohorte en la que, como sabemos, son mayoritarias las mujeres). Como observamos en la tabla, donde figuran los porcentajes de apoyo a IU según sexo y cohorte, IU obtiene más

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logro entre los hombres en todas las edades, pero las diferencias no son excesivas, especialmente entre los menores de 35 años. También es destacable el hecho de que la distribución generacional del voto de izquierdas es muy similar entre hombres y mujeres.

Porcentaje de voto a IU por edad y por sexo en las elecciones generales de 2004 Varones

Mujeres

Total

De 18-24 años

6,9%

6,5%

6,7%

25-34 años

7,9%

7,6%

7,8%

35-44 años

8,2%

6,8%

7,5%

45-54 años

6,3%

5,9%

6,1%

55-64 años

3,6%

2,4%

2,9%

65 años y más

2,3%

0,4%

1,2%

Total

6,0%

4,8%

5,4%

Fuente: Estudio 2559, CIS.

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4. EL VOTO Y EL NIVEL FORMATIVO DE LOS ELECTORES. El nivel de estudios representa otro de los elementos definidores que permite describir los motivos del anclaje del voto hacia los distintos partidos políticos. La introducción en el patrón explicativo de la variable educación puede ayudarnos a mejorar nuestra descripción de los perfiles de votantes, ya que resulta ser un factor fuertemente discriminante entre las distintas opciones políticas. No obstante, hay que tener también en cuenta que esta variable se relaciona con otras, especialmente con la edad y la situación laboral. La variable nivel formativo presenta las siguientes categorías: 1.- Sin estudios; 2.- Estudios primarios; 3.- Estudios secundarios – Bachillerato; 4.- Formación Profesional; 5.- Estudios universitarios medios; 6.- Estudios universitarios superiores; En el siguiente gráfico se presenta una panorámica general del nivel formativo de los españoles en el año 2.004. El porcentaje más elevado de electores que acudió a votar a la cita electoral de marzo de 2.004 tenía estudios secundarios o bachillerato (35,5%), seguidos de los que tenían estudios primarios (26,9%) y de los que habían realizado Formación Profesional de grado medio o superior (13,2%)8. Este patrón afectó casi por igual a los diferentes partidos políticos que concurrieron a estos comicios.

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Estas distribuciones se corresponden con la distribución de los españoles por niveles educativos.

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El nivel de estudios de los españoles en las elecciones de 2.004

Sin estudios

8%

9% 7%

Primarios

27%

13%

SecundariosBachillerato Formación Profesional Universitarios medios Universitarios superiores

36%

A pesar de esta pauta generalizada, la educación sirve claramente para crear una barrera separadora de los electorados de los espacios de izquierda y de derecha, especialmente en lo que se refiere a los niveles educativos más altos (universitarios medios y universitarios superiores). Así, IU y los partidos nacionalistas de izquierdas son los que concentran los mayores porcentajes de electores con estudios universitarios medios o superiores (el 25% y el 29,8%, respectivamente, frente al 15,7% de la media), seguidos de los electores del PP (16,7%) y de los votantes de los partidos nacionalistas de derechas (15,3%). Por lo que respecta a los electores del PSOE, la tendencia es la contraria a la de IU, de forma que es el partido que concentra el porcentaje más elevado de votantes sin estudios (el 10,5%, frente al 8,4% de la media) y el más reducido de votantes con estudios superiores (el 13,5%, frente al 15,7% de la media).

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La influencia de la educación en el voto

42,3

45

39,1

40

34,1

33,8 29,9

35 30

31,2 27,0

25,2

27,1

25 20 15

16,8 13,5

14,4 10,6

5

12,1 7,4

7,1

10

9,3

11,5

10,5

12,1

8,27,1

6,66,8

1,9

19,4

17,0 12,8 4,1

0,0

0 IU - ICV

PP

PSOE

Nacionalistas de izquierdas

Nacionalistas de derechas

Porcentaje de personas de los distintos niveles educativos que han votado a cada uno de estos partidos Sin estudios

Primarios

Secundarios-Bachillerato

Formación Profesional

Universitarios medios

Universitarios superiores

También se obtienen resultados interesantes al desagregar los niveles educativos superiores considerando por separado el Recuerdo de Voto de ingenieros y arquitectos (técnicos y superiores), de diplomados y de licenciados. IU y los partidos nacionalistas de izquierdas son de nuevo los que concentran mayores porcentajes de electores con estudios de licenciatura (el 13,9% y el 16,3%, respectivamente, frente al 7,8% de la media). No obstante, al mismo tiempo son también los partidos que menos votos reciben de ingenieros y arquitectos técnicos y superiores, ya que sólo el 1,4% de los que votaron a IU y a partidos nacionalistas de izquierdas tenían este tipo de formación universitaria (frente al 1,7% de la media).

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Las diferencias del voto en los niveles educativos superiores

18

16,4

16,3

16 13,9 14

12,1 11,0

12 9,6

10

8,2

8

6,3

5,5

6 4 2

1,4

7,1 7,1

6,3

2,7

2,1

1,6

1,4

1,2

0 IU - ICV

PP

PSOE

Nacionalistas de izquierdas

Nacionalistas de derechas

Votó en blanco

Porcentaje de personas de niveles educativos superiores que han votado a cada uno de estos partidos Arquitectos-Ingenieros

Diplomados

Licenciados-Estudios Postgrado

Por su parte, la cita electoral de marzo del año 2.000 estuvo especialmente marcada por la fuerte movilización de un electorado con un bajo nivel educativo (el 46,2% de los que acudieron a votar tenía sólo estudios primarios), lo que se relaciona, en parte, con la clara victoria electoral que logró el PP en estos comicios, ya que obtuvo de este grupo hasta el 47,7% de sus apoyos. IU y los partidos nacionalistas de izquierdas, al igual que en el 2.004, fueron los partidos más votados entre los electores con mayor nivel de estudios (universitarios medios y superiores). Así, en el año 2.000 el 32,1% de los que votaron a IU tenía estudios universitarios (medios y superiores), seguidos del 30,5% de los que votaron por partidos nacionalistas de izquierdas, y frente al 16,6% de la media. De esta manera, podemos concluir que el voto a IU está fuertemente condicionado por la educación. No obstante, una correcta interpretación de estos resultados requeriría también considerar la existencia de un importante solapamiento entre los efectos de la educación, por un lado, y la edad y la situación laboral, por otro. Así, para el caso de IU, sus votantes son más jóvenes que los del PP y el PSOE, y es un hecho que los votantes de generaciones más jóvenes presentan niveles educativos superiores a los de sus mayores, un dato que también es particularmente cierto para el caso del electorado de IU.

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5. EL PESO DE LA IDEOLOGÍA SOBRE EL VOTO. La ideología, medida generalmente con la escala de autoubicación en el eje izquierda-derecha, es una de las variables con mayor influencia sobre el voto. Sin embargo, como ocurre con otras variables, tal relación es contradictoria, pues la ideología es un factor explicativo, pero también está influida por las diferentes identidades políticas y sociales. Estos conceptos constituyen un elemento de referencia político constante que proporciona estabilidad electoral, pues simplifica y hace más manejable, para el electorado, los conflictos políticos, sociales y económicos. La ideología constituye una medida de los “prejuicios” que cada votante añade a su decisión de voto9. Es decir, actúa comúnmente como mecanismo simplificador de la decisión electoral, ya que los individuos tienden a votar por aquel partido al que sitúan ideológicamente más próximo a ellos mismos. Como es de esperar, los votantes de IU proceden de la fracción más izquierdista del electorado (el 33,2% de los que votan a IU se considera de extrema izquierda, frente al 8% de la media), en contraste con el PP, que capta a la mayoría de los más conservadores (el 8,3% de los que votaron a este partido se considera de extrema derecha, frente al 2,5% de la media). Por lo que respecta al espacio de izquierda, PSOE e IU parecen compartir un mismo espacio ideológico, ya que la inmensa mayoría de los electores de estos dos partidos se posicionan en la izquierda de la escala de autoubicación (69,5% y 87,9%, respectivamente). En concreto, tienden a situarse en las posiciones de izquierda moderada (3 y 4 en el eje de izquierda derecha). La diferencia entre ambos grupos estriba en que los votantes del PSOE tienden más hacia el centro que los de IU (3,9 y 2,9 de media en la escala 1-10, respectivamente). La distancia no es muy alta (un punto de diferencia entre las medias), aunque sí significativa, ya que la diferenciación entre el electorado del PP (6,5 de media) y del PSOE es mucha más clara que la de este último con IU.

9

Fiorina 1981.

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Ubicación ideológica según voto

70 60 50 40 30 20 10 0 Extrema izquierda

2

3

4

Extrema derecha

Escala de autoubicación ideológica IU - ICV

PP

PSOE

Por bloques ideológicos, el 46% de los encuestados que votaron en las últimas elecciones generales del año 2.004 se definen a sí mismos como personas de izquierda y extrema izquierda, lo que supone un 7,5% más de electores que se ubican en este bloque con respecto a las elecciones de 2.000. Además, cerca del 80% de estos votantes provenían, en las dos convocatorias, del electorado de PSOE e IU. Estos resultados demuestran la importante movilización del voto de izquierdas que se produjo en la última convocatoria electoral de 2.004. No obstante, aunque PSOE e IU compartan el mismo espacio de referencia, esto no significa que sus votantes perciban la cercanía entre ambas formaciones. En los siguientes epígrafes analizaremos la cercanía ideológica entre las formaciones políticas, teniendo en cuenta la autoubicación de los votantes y la posición que asignan a los partidos.

Argumentos, núm. 3, septiembre de 2014

19


El voto por bloques ideológicos en las elecciones generales de 2000 y 2004 Elecciones 2000

Elecciones 2004

Extrema izquierda

7,9

8,2

2

30,6

37,8

3

44,9

40,9

4

13,5

10,5

Extrema derecha

3,1

2,6

Fuente: Estudios 2384 y 2559, CIS.

5. 1. La cercanía ideológica de los electores con su partido. En cuanto mecanismo simplificador de la decisión del votante, la ideología requiere que la posición ideológica que se atribuye el individuo se aproxime, en principio, a la posición que asigna a su partido. En este epígrafe analizamos el grado de cercanía o distanciamiento con que los electores se sitúan con respecto al partido al que votaron en las últimas elecciones generales de 2.004. Como se examina en la siguiente tabla, es entre el electorado de IU y de los partidos nacionalistas de izquierdas donde se descubre una mayor identificación ideológica con el partido. IU es precisamente el partido con la mayor cercanía ideológica con su electorado, ya que sólo encontramos entre ambos una diferencia de -0,1 puntos en la escala de ideología (resultantes de restar los 2,9 puntos de media en los que se autoubica el conjunto del electorado de IU, a los 2,8 puntos en los que el electorado de IU ubica a su propio partido). Por lo que respecta al PSOE, la distancia ideológica de los electores con su partido también es de las menos acusadas, aunque mayor que en el caso de los partidos políticos más de izquierdas. El rasgo fundamental de la ubicación de los electores del PSOE es, a diferencia de los anteriores, que éstos se sitúan 0,3 puntos más a la izquierda de lo que ubican a su propio partido, que alcanza los 4,2 puntos en la escala ideológica 1-10 (frente a los 3,9 del conjunto de su electorado).

Argumentos, núm. 3, septiembre de 2014

20


El PP es el partido más alejado ideológicamente de sus electores, con una distancia de 0,6 puntos entre la posición que los electores asignan al partido y la posición ideológica en la que se ubican ellos mismos.

Ubicación de los partidos por el electorado propio y autoubicación en el eje ideológico izquierda-derecha (1-10) en las elecciones generales de 2004 Ubicación Autoubicació partidos por el n del electorado electorado propio propio Diferencia de medias

PP Partidos derechas

Media

7,1

6,5

0,6

5,4

5,0

0,4

4,2

3,9

0,3

2,9

3,1

-0,2

2,8

2,9

-0,1

nacionalistas

PSOE Partidos izquierdas

Media

nacionalistas

IU - ICV

* La diferencia de medias mide la distancia entre la ubicación de los partidos por el electorado propio y la autoubicación. Fuente: Estudio 2559, CIS.

5. 2. La distancia ideológica entre IU y PSOE. Aunque, como veíamos, IU y PSOE ocupan el mismo espacio ideológico de referencia (la izquierda), el distanciamiento de sus respectivos electores con respecto al otro partido es más acusado de lo que cabría esperar en principio. En este epígrafe analizamos la distancia ideológica que existe entre el electorado de IU y el electorado del PSOE con respecto al otro partido, teniendo en cuenta la autoubicación de los votantes de cada uno de estos partidos y la posición que asignan al otro partido (es decir, la posición que asignan al PSOE los votantes de IU y la posición que asignan a IU los votantes del PSOE).

Argumentos, núm. 3, septiembre de 2014

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Como se puede apreciar en la tabla, los votantes de IU sienten un marcado distanciamiento ideológico respecto al PSOE (mayor que el de los votantes del PSOE hacia IU), ya que se autoubican ideológicamente hasta dos puntos más hacia la izquierda de la posición en la que ubican al partido socialista (2,9 puntos, frente a los 4,9 en los que el electorado de IU sitúa al PSOE). Por su parte, entre el electorado socialista no se percibe un rechazo tan fuerte hacia IU como a la inversa. La distancia entre la posición ideológica del electorado del PSOE con respecto a la posición que otorgan a IU se reduce a -1,4 puntos en la escala ideológica (frente a los dos puntos del caso anterior). Además, el signo negativo de esta puntuación indica que los electores del PSOE se sitúan más a la derecha (1,4 puntos más) de lo que sitúan a IU.

Ubicación de los partidos por el electorado del otro partido y autoubicación en el eje ideológico izquierda-derecha (1-10) en las elecciones generales de 2004 Ubicación partidos Autoubicación del por el electorado del electorado del otro Diferencia de otro partido partido medias*

Media

Media

PSOE

4,9

2,9

2,0

IU - ICV

2,5

3,9

-1,4

* La diferencia de medias mide la distancia entre la ubicación de de los partidos por el electorado del otro partido y la autoubicación. Fuente: Estudio 2559, CIS.

Por lo que respecta a la distancia entre las dos formaciones, el siguiente gráfico mide la diferencia entre el posicionamiento en la escala ideológica de IU y PSOE por sus respectivos electorados y por el conjunto de la muestra. Los electores de IU ubican a su partido 1,4 puntos más a la izquierda de lo que lo hacen los votantes del PSOE con su propio partido, al que acercan de esta forma a las posiciones más de “centro” de la escala. Así, mientras que IU es colocado por su electorado propio en las posiciones de extrema izquierda de la escala (punto 2,8), el PSOE es ascendido a las posiciones centristas y se sitúa en el 4,2. Esta distancia se amplía aún más si tenemos en cuenta la ubicación que hace de estos partidos el conjunto de la muestra. Así, IU se sitúa, para el total de los

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entrevistados, en el punto 2,4 de la escala ideológica (0,4 puntos más a la izquierda de lo que consideraba incluso su propio electorado), siendo el partido ubicado más a la izquierda por encima de los partidos nacionalistas de izquierdas (que se sitúan en el 3,1). Por su parte, el PSOE asciende 0,1 puntos hacia el centro con respecto a lo que opinaba su propio electorado, y aumenta su distancia con IU en 1,8 puntos en la escala ideológica.

Ubicación ideológica de IU y PSOE por el electorado propio, por el conjunto de la muestra y diferencia de medias

5,0

4,3

4,2 4,0 3,0

2,8 2,4

2,0 1,0 0,0 Electorado propio

Conjunto de la muestra

Diferencia de medias*

-1,0 -1,4

-2,0

-1,8

-3,0 Escala 1-10

IU - ICV

PSOE

* La diferencia de medias mide la distancia entre la posición ideológica de IU y PSOE que les otorga su propio electorado, por un lado, y el que les otorga el conjunto de la muestra, por otro.

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6. RELIGIOSIDAD Y VOTO. La religiosidad ha operado tradicionalmente como uno de los principales orientadores del voto en los estudios de comportamiento electoral. Puede complementar a la ideología en la decisión electoral, además de ser un factor importante en la construcción de las identidades políticas10. De hecho, investigaciones recientes han venido a demostrar el relevante papel que desempeñó la religiosidad en las fortunas electorales de los tres partidos nacionales en las elecciones legislativas de marzo de 2.00011. Las categorías que incluye la variable de religiosidad son: 1.- No creyente; 2.- Ateo; 3.- Poco practicante; 4.- Algo practicante; 5.- Muy practicante. Tal y como se desprende de la encuesta postelectoral del CIS, el 81,4% de los ciudadanos españoles se define como católico en materia religiosa, de los cuales el 46,3% es además algo o muy practicante. Estos elevados porcentajes nos pueden dar una pista de cómo las identidades religiosas pueden aún condicionar de varias maneras la forma de entender la vida social y política en nuestro país.

10 11

Linz (1986). Calvo y Montero (2002).

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La religiosidad de los españoles en las elecciones de 2.004

No creyente 19%

3%

10%

4%

Ateo Poco practicante

28%

36%

Algo practicante Muy practicante N.C.

Si tenemos en cuenta el recuerdo de voto de los entrevistados, en las elecciones de 2.004 el PP “derrota” al resto de partidos en todas las categorías religiosas (a excepción de la menos religiosa, donde ganan los partidos nacionalistas de derechas), al tiempo que concentra los porcentajes más pequeños de electores que se declaran no creyentes o ateos (3% y 1%, respectivamente, frente al 9,8% y al 4,4% de la media). Por su parte, IU reúne el mayor porcentaje de electores no creyentes (30,8%, frente al 9,8% de la media) y ateos (19,2%, frente al 4,4% de la media), aunque su electorado se concentra fundamentalmente entre aquéllos que se definen como católicos poco practicantes (34,1%). Si consideramos solamente los niveles de mayor religiosidad (los católicos algo o muy practicantes), éstos se concentran de forma mayoritaria entre los votantes del PP (64%, frente al 46,3% de la media), seguidos de los electores de los partidos nacionalistas de derechas (45,3%), y de los del PSOE (37,9%); mientras que IU reúne el porcentaje más bajo (12,5%). De esta forma, IU combina, por un lado, los mayores niveles de perfiles menos religiosos (ateos y no creyentes), con los menores índices de católicos algo o muy practicantes.

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La religiosidad de los votantes de IU

Algo practicante Muy practicante N.C. 9% 4% 3%

Poco practicante 34%

No creyente 31%

Ateo 19%

Voto y religiosidad

50

42,9

42,4

45 40 35

36,2

34,1

33,0 31,0 29,2

30,8

30

27,1

27,0

26,4

25 20

19,2

18,2 12,2

15 10 5

14,9 14,2 11,5

9,1 3,43,4

3,0

5,2

2,9

1,0

2,8

2,3

5,0

6,5 3,5

1,8

0

IU - ICV

PP

PSOE

Nacionalistas de izquierdas

Nacionalistas de derechas

Porcentaje de personas que se definen de cada una de estas opciones en materia religiosa No creyente

Ateo

Poco practicante

Algo practicante

Muy practicante

N.C.

Como cabe suponer, los perfiles religiosos de los españoles y sus preferencias partidistas apenas han cambiado entre 2.000 y 2.004. De esta forma, el PP fue de nuevo en 2000 el partido que atrajo las identidades de mayor religiosidad (el 66% de sus votantes eran algo o muy practicantes), mientras que IU continuó ocupando el polo puesto (con un 35,3% de electores no creyentes o ateos).

Argumentos, núm. 3, septiembre de 2014

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Por lo tanto, podemos concluir que el PP es el partido mĂĄs afectado por la incidencia de la religiosidad en sus probabilidades de voto; e IU, el que menos.

Argumentos, nĂşm. 3, septiembre de 2014

27


7. POSICIÓN ANTE EL MERCADO DE TRABAJO: ACTIVOS Y PASIVOS. En este primer apartado se analizan las consecuencias que tiene para la conducta de voto de los encuestados la posición ante el mercado de trabajo. Esta es la variable que tiene un carácter más amplio y, fundamentalmente, hace referencia al grado de participación en el mercado. Esta variable distingue entre dos categorías: 1.- Activos Laboralmente, entendiendo por tales los individuos vinculados al mercado de trabajo, que en el caso español representan más o menos la mitad del censo electoral; 2.- No Activos Laboralmente, siendo éstos: (a) los que ya han salido del mercado de trabajo (jubilados); (b) los que están al margen del mismo (amas de casa); y (c) los que todavía no han accedido al mismo: jóvenes, entendiendo por tales estudiantes y buscadores de primer empleo. El análisis del voto por la variable de posición en el mercado de trabajo puede resultar muy interesante, pues, como muestran los resultados, es un indicador con una fuerte capacidad discriminante que divide con claridad los distintos espacios electorales de cada formación política. El electorado de IU, y antes del PCE, siempre ha contado con un fuerte componente de votantes activos, aunque la proporción en la actualidad es mucho mayor. Así, el 80,8% de los votantes de IU en las elecciones generales de 2.004 era activo laboralmente, frente al 19,2% que era inactivo. En este sentido, la variable de posición en el mercado de trabajo puede concebirse como un importante “suelo” electoral respecto al apoyo partidista a IU, ya que representa una de las principales categorías de la División del Trabajo que constituyen raíces duraderas para este partido. Así, a pesar del descenso electoral que sufrió la coalición en los últimos comicios, su raíz de apoyo de electores activos se vio fortalecida, lo que parece indicar que las bases sociales de apoyo a IU están regresando a su composición tradicional, lo que es habitual en un momento de retroceso.

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IU-ICV

19,2%

Activos laboralmente No activos laboralmente

80,8%

Por su parte, activos e inactivos apenas muestran un comportamiento electoral distinto respecto a sus apoyos a PP y PSOE, ya que los votantes de ambos partidos se dividen casi a partes idénticas entre estas dos categorías de la posición en el mercado de trabajo. Así, el 49,6% de los electores del PP son activos y el 50,4% inactivos, mientras que el PSOE obtiene un resultado sensiblemente mejor entre las clases activas que entre las inactivas: el 57,2% de sus votantes son activos y el 42,8% inactivos.

Argumentos, núm. 3, septiembre de 2014

29


PP

49,6%

50,4%

Activos laboralmente

No activos laboralmente

PSOE

42,8% 57,2%

Activos laboralmente

No activos laboralmente

Argumentos, nĂşm. 3, septiembre de 2014

30


8. LA SITUACIÓN SOCIO-LABORAL. La situación socio-laboral: utilizamos esta variable para evaluar la situación en el mercado de trabajo (no sólo la participación) de los activos e incluimos categorías propias de la División Social del Trabajo en la categoría de pasivos. Es decir, avanzamos en las subdivisones dentro de las categorías de la variable anterior. Esta variable se emplea para medir los aspectos más sociales de la División del Trabajo, ya que, por ejemplo, incluye categorías que formalmente no son parte del mercado, pero que sí lo son de la División Social del Trabajo (como, por ejemplo, las amas de casa, los jubilados o los desempleados) y, por tanto, proporcionan una estimación mucho más completa de las bases sociales del apoyo partidista12. La variable situación laboral contiene las siguientes categorías: 1.- Ocupados; 2.- Parados (con o sin empleo anterior); 3.- Estudiantes; 4.- Jubilados y/o pensionistas; 5.- Trabajo doméstico no remunerado; 6.- Otras situaciones. La siguiente tabla recoge los porcentajes de apoyo de los electores de cada partido en las pasadas elecciones de 2.004 en función de su situación laboral.

12

Feldman, Menés y García-Pardo 1989.

Argumentos, núm. 3, septiembre de 2014

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Situación Laboral y Recuerdo de Voto en las elecciones de 2.004 Nacionalistas Nacionalistas PSOE de derecha de izquierda

Total

IU-ICV

PP

Ocupados……….…..

70,8

43,2

48,1

51,6

72,2

48,9

Parados……….…….

10,4

6,4

9,1

2,7

7,3

7,9

Estudiantes….……..

5,2

5,4

6,9

0,5

7,3

6,1

Jubilados…….……..

5,7

26,5

20,7

31,3

9,3

21,8

Trabajo doméstico no remunerado……..

8,0

18,3

15,0

13,7

4,0

15,2

Otras situaciones….

0,0

0,2

0,2

0,0

0,0

0,2

N………………………

212

1.223

2.016

182

151

3.784

Fuente: Estudio 2559, CIS.

En la categoría de ocupados, la federación IU está fuertemente arraigada, ya que recibe de ellos hasta el 70,8% de sus apoyos electorales. Por su parte, el PP muestra unas raíces muy débiles en esta categoría, siendo el partido que menos apoyo proporcionalmente recibe (43,2%, frente al 48,9% de la media). Otra categoría dónde IU obtiene apoyos por encima de la media es la de parados, con el 10,4%. También se sitúan por encima de la media el PSOE y los nacionalistas de izquierda.

Argumentos, núm. 3, septiembre de 2014

32

muestra


La categoría de estudiantes no se encuentra especialmente arraigada en ninguna opción política, si bien sí muestra un rechazo extremo hacia los partidos nacionalistas de derechas (que prácticamente no obtienen ningún voto en esta categoría). Destaca sensiblemente el apoyo de los estudiantes hacia los partidos nacionalistas de izquierdas (7,3%, frente al 6,1% de la media), seguidos del PSOE (6,9%). PP (5,4%) e IU (5,2%) se encuentra por debajo de la media. El rechazo más importante que sufre IU proviene especialmente de la categoría de jubilados, ya que esta categoría está claramente infrarrepresentada en el electorado de la coalición. Así, los jubilados y/o pensionistas representan únicamente el 5,7% de los votantes de IU, frente al 21,8% que suponen en la media de la población. Son los partidos nacionalistas de derechas, seguidos del PP, los que atraen mayoritariamente el voto de esta categoría laboral, ya que representan hasta el 31,3% y el 26,5% de sus respectivos electorados. En la categoría de trabajado doméstico no remunerado, destaca el apoyo significativo que concede tanto a PP (18,3%) como a PSOE (15%), frente al 15,2% de la media. Por su parte, IU (8%) y los partidos nacionalistas de izquierdas (4%) sufren un importante rechazo en este segmento de la población, similar al que sufrían entre los jubilados. Del examen de los datos de los comicios del año 2.000 se desprenden los siguientes resultados: IU es de nuevo el partido con mayor arraigo en la categoría de ocupados (52,6%, frente al 43% de la media), sin llegar, sin embargo, a ser tan fuerte este apoyo como lo fue en las elecciones de 2.004 (cuando el 70,8% de su electorado pertenecía a esta categoría laboral). En compensación, todas las categorías restantes prestaron un apoyo mayor a la federación de izquierdas en 2.000 que en 2.004, si bien en ninguno de los casos superó el apoyo mostrado por la media de la población al resto de opciones políticas. El arraigo del PP fue también extremo en el año 2.000 en las categorías de trabajo doméstico no remunerado (19,2%, frente al 17,7% de la media) y de jubilados (27,3%, frente al 25,1% de la media), muy cerca del apoyo que también recibieron los partidos nacionalistas de derechas de esta categoría (27,5%). Por último, el PSOE no recibió en el año 2.000 un apoyo extremo por parte de ninguna categoría. Sólo es de destacar el apoyo que recibió de los parados, ya que fue el partido con mayor arraigo entre esta categoría laboral en dichas elecciones (9,3%, frente al 7,2% de la media).

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La Situación Laboral de los votantes de IU en las elecciones de 2.000 y 2.004

80% 70% 60% 50% 2004

40%

2000

30% 20% 10% 0% Trabajador

Parado

Estudiante

Argumentos, núm. 3, septiembre de 2014

Jubilado

Trabajo doméstico no remunerado

34


9. RELACIÓN LABORAL. En este apartado se analizan los vínculos entre el tipo de relación laboral y el apoyo partidista de los entrevistados que están actualmente empleados y de los parados que lo han estado con anterioridad, así como de otras categorías de activos. Con la variable relación laboral estudiamos la posición de los encuestados en los medios de producción y el tipo de relaciones de empleo que llevan consigo. Además, es una de las variables a las que más cabe atribuir capacidad explicativa en relación con los principales rasgos de la situación sociolaboral de los individuos: status laboral, control, estabilidad, etc. La variable relación laboral incluye cinco categorías: 1.- Empresarios o profesionales (con empleados); 2.- Profesionales liberales o autónomos (sin empleados); 3.- Asalariados fijos; 4.- Asalariados temporales; 5.- Otros activos: parados en busca de su primer empleo y trabajadores en otras situaciones (cooperativas, ayuda familiar, etc.). El siguiente gráfico provee una imagen clara del tamaño relativo de cada una de estas categorías en el segmento de población activa extraído del conjunto de la muestra. El cruce entre relación laboral y recuerdo de voto se presenta en la tabla que aparece a continuación.

La Relación Laboral de los españoles en las elecciones de 2.004 (Distribución porcentual)

Empresario o profesional (con empleados) 1,1%

2,6% 7,7%

16,8%

Profesional liberal o autónomo (sin empleados) Asalariado fijo

28,8%

Asalariado temporal

Otros activos

Argumentos, núm. 3, septiembre de 2014

35


Los resultados de la tabla muestran el arraigo extremo de IU en el segmento de asalariados fijos de la muestra, ya que el 43,4% de los que votaron por este partido en el año 2.004 pertenecía a esta categoría, frente al 28,8% del conjunto de la población. La categoría de asalariados temporales también se encuentra sobrerepresentada entre el electorado de IU, ya que un 24,5% de sus votantes gozaba de este tipo de relación laboral (frente al 16,8% de la media). Es, por tanto, entre los dos sectores del electorado asalariado (fijo y temporal) donde la coalición de izquierdas se encuentra mejor capacitada para competir con otros partidos. Por su parte, en la categoría de empresarios o profesionales con empleados, a IU se le rechaza fuertemente (el 1,4% de sus electores en 2.004 pertenecía a este sector, frente al 2,6% de la muestra), mientras que el PP está extremadamente arraigado (4,6%, frente al 2,6% de la muestra). Resulta bastante interesante la polarización en el comportamiento de los profesionales o autónomos sin empleados, que calan sus principales raíces en un nivel similar tanto entre el electorado de IU (9,9%) como entre el del PP (9,2%). El PSOE es el único partido que no obtiene un arraigo extremo en ninguna categoría de relación laboral, si bien obtiene un leve rechazo en dos de estas categorías: entre los empresarios o profesionales con empleados (1,5%, frente al 2,6% de la muestra), y entre los profesionales liberales o autónomos sin empleados (6,3%, frente al 7,7% de la media).

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Relación Laboral y Recuerdo de Voto en las elecciones de 2004 Nacionalist Nacionalist Total as de as de muestr derecha izquierda a

IU-ICV

PP

PSOE

Empresario o profesional (con empleados)

1,4

4,6

1,5

2,7

1,3

2,6

Profesional liberal o autónomo (sin empleados)

9,9

9,2

6,3

8,8

9,9

7,7

Asalariado fijo

43,4

23,8

28,7

32,4

45,7

28,8

Asalariado temporal

24,5

11,2

19,7

8,2

21,9

16,8

Otros activos

1,9

0,9

1,1

2,2

0,7

1,1

N…… ………………………

212

1.223

2.016

182

151

3.784

Fuente: Estudio 2559, CIS.

Argumentos, núm. 3, septiembre de 2014

37


10. OCUPACIÓN. La relación entre ocupación y clase es uno de los asuntos que más controversia ha suscitado en la literatura. Mientras una parte de la literatura considera la clase como un concepto unidimensional, dado por la relación con los medios de producción, y tiende a considerar ocupación y clase como variables independientes, algunos modelos han llegado, por el contrario, a identificarlas (o a subsumir la segunda en la primera)13. Es otra variable que aporta una importante capacidad explicativa en relación con rasgos importantes de la situación sociolaboral de los individuos: status profesional, sector, probabilidad de promoción, etc. Más actualmente, numerosos autores han empleado la ocupación como una variable intermedia en la operacionalización de los diversos modelos de estratificación social, con lo que aquella ha parecido constituirse en el principio estructurante de esta última (Goldthorpe, 1993; González, 1992). La variable ocupación se emplea para estimar la posición de los encuestados en la División Industrial del Trabajo (DIT). De este modo, podemos evaluar las consecuencias para el apoyo partidista de la posición ocupada por los ciudadanos dentro de la fuerza de trabajo, tomando como base para el análisis aquello en lo que la mayoría de los adultos se encuentran ocupados y que, en nuestras sociedades, les proporciona la fuente más notoria de identidad social14. De nuevo en este apartado ampliaremos nuestro estudio de las relaciones entre ocupación y comportamiento electoral tanto a los entrevistados que están actualmente empleados como a los parados que lo han estado con anterioridad. Las categorías que se han utilizado para el estudio han sido las siguientes: 1.- Empresarios, profesionales con empleados, directivos, propietarios agrícolas; 2.- Profesionales liberales o autónomos (sin empleados); 3.- Técnicos y profesionales asalariados; 4.- Empleados (administración, comercio y hostelería); 5.- Trabajadores (industria, transporte y construcción); 6.- Trabajadores agrícolas. Nótese que para este análisis de las categorías ocupacionales hemos añadido los directivos y propietarios agrícolas a la categoría formada por empresarios o profesionales con empleados. La categoría compuesta por los asalariados (fijos y temporales) se ha divido en cuatro nuevas categorías en función de su ocupación (técnicos, empleados, trabajadores industriales y trabajadores agrícolas). La categoría de profesionales liberales o autónomos sin empleados se mantiene igual.

13 14

González 1992. Feldman, Menés y García Pardo 1989.

Argumentos, núm. 3, septiembre de 2014

38


La Ocupación de los españoles en las elecciones de 2004 (Distribución porcentual)

2,1%

Empresarios, profesionales con empleados, directivos, propietarios agrícolas

3,1% 7,7%

Profesionales liberales o autónomos (sin empleados)

15,3%

Técnicos y profesionales asalariados

7,9%

Empleados (administración, comercio y hostelería) Trabajadores (industria, transporte y construcción) Trabajadores agrícolas

19,7%

Por lo que respecta a los resultados de IU, la coalición se ve significativamente apoyada por los empleados de la administración, comercio y hostelería (el 28% de los que votaron a IU en 2.004 pertenecía a este sector, frente al 19,7% de la media), seguida de los partidos nacionalistas de izquierdas (27,8%) y del PSOE (20,8%). El segundo sector con más apoyo proporcional es el de trabajadores de la industria, el transporte y la construcción: 22,7%. En este grupo obtiene un apoyo del 7,4% por encima de la media (15,3%). También en este sector se encuentra sobre representados los nacionalistas de izquierda (21,9%) y el PSOE (17,5%). IU también obtiene un apoyo significativamente alto (cerca del doble que sobre el total de votantes) entre los técnicos y profesionales asalariados, que constituyeron en 2.004 el 14,7% de su electorado, frente al 7,9% de la media. En este caso, el perfil es similar al de los nacionalistas de izquierda (17,9%). El resto de grupos se encuentra infra-representados en este sector. Así, como se ha señalado anteriormente, el arraigo en una categoría, incluso cuando está basado en un valor absoluto (número de votos) moderado, indica que, al menos para esa categoría, es probable que el nivel de apoyo perdure y no se erosione fácilmente, como ocurre con el apoyo de estas categorías hacia IU. Por su parte, los datos referidos al grupo de empresarios, profesionales con empleados, directivos y propietarios agrícolas en la muestra de votantes de IU

Argumentos, núm. 3, septiembre de 2014

39


muestran un rechazo significativo de esta categoría hacia la coalición (1,9%, frente al 3,1% del total de la muestra), al igual que ocurre con el sector de trabajadores agrícolas (1,9%, frente al 2,1% de la media). El PP es el partido que obtiene mejores resultados entre la categoría de empresarios, profesionales con empleados, directivos y propietarios agrícolas (5%, frente al 3,1% de la media). El “suelo” electoral del PSOE queda caracterizado por las pocas categorías de la DIT donde este partido extiende sus raíces más profundas, a excepción del apoyo que obtiene entre los trabajadores agrícolas. De hecho, el respaldo al PSOE es el único fuerte entre esta categoría de trabajadores (2,8%, frente al 2,1% de la media). Esta caracterización del espacio electoral del PSOE está relacionada fundamentalmente con los ciclos políticos y con el cambio de perfil electoral que experimentan los partidos a su paso por el gobierno. Así, a su paso por el gobierno, los partidos se comportan como autobuses cargados de votantes, pero sin que dichos votantes tengan que ser siempre los mismos necesariamente15 y sin que se correspondan necesariamente con las bases sociales tradicionales de apoyo de dicho partido.

15

González 2004.

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Ocupación y Recuerdo de Voto en las elecciones de 2.004 Nacionalist Nacionalist Total as de as de muest derecha izquierda ra

IUICV

PP

PSOE

Empresarios, profesionales con empleados, directivos, propietarios agrícolas…… …………………......

1,9

5,0

2,2

2,7

1,3

3,1

Profesionales liberales o autónomos (sin empleados)…………………………

10,0

9,2

6,3

8,7

9,9

7,7

Técnicos y profesionales asalariados

14,7

6,5

7,5

6,0

17,9

7,9

Empleados (administración, comercio y hostelería)………………..…………

28,0

15,4

20,8

20,8

27,8

19,7

Trabajadores (industria, transporte y construcción)…………..………….

22,7

11,3

16,5

14,2

21,9

15,3

Trabajadores agrícolas…………………….………..

1,9

1,5

2,8

0,0

0,0

2,1

N…………………………………………

212

1.223

2.016

182

151

3.784

Fuente: Estudio 2559, CIS.

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11. CENTRO DE TRABAJO. La variable centro de trabajo se centra fundamentalmente en la distinción público/privado y en las implicaciones que esta distinción tiene sobre la conducta electoral de los trabajadores. En este sentido, algunos autores han demostrado que, al menos en los casos de Suecia y Estados Unidos, los empleados en los servicios estatales postcapitalistas son más progresistas en términos políticos que los empleados en la superestructura política, y que los empleados de clase media en el sector estatal de servicios son más progresistas que sus homólogos en el sector privado16. Así, esta variable se utiliza para explorar empíricamente las diferencias entre las actitudes y las orientaciones ideológicas de los empleados en el sector estatal y los empleados en el sector privado. Para su análisis, los asalariados (trabajadores y parados con empleo anterior) se dividen según la naturaleza pública/privada de su centro de trabajo. La variable centro de trabajo tiene las siguientes categorías: 1.- Asalariados de la Administración Pública; 2.- Asalariados de empresa pública; 3.- Asalariados de empresa privada; 4.- Otros activos: todas las categorías restantes.

El Centro de Trabajo de los españoles en las elecciones de 2.004 (Distribución porcentual)

2,5%

6,6% 1,4%

Asalariado administración pública Asalariado empresa pública Asalariado empresa privada Otros activos

36,1%

16

Wright y Cho 1992.

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IU presenta un arraigo extremo en todas las categorías de empleados tanto públicos como privados (a excepción de los trabajadores de empresas públicas), que se explica por su fuerte presencia en la categoría de asalariados frente a la de empresarios o profesionales autónomos que analizábamos anteriormente. La mayoría de sus votantes proceden de los asalariados de la empresa privada, donde obtiene un apoyo superior a la media (el 51,2% de su electorado pertenecía a esta categoría, frente al 36,1% de la media), sólo por detrás de los partidos nacionalistas de izquierdas (57%) y muy por encima del PSOE (38,7%). En este grupo es el PP (27,3%) el que menos apoyos registra sobre su base electoral total. La federación cala raíces fuertes en la categoría de trabajadores de la Administración Pública, donde obtiene un arraigo extremo (13,3%, frente al 6,6% de la media). El resto de opciones presentan porcentajes similares a la media, por lo que este parece ser uno de los rasgos distintivos del voto de IU.

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Centro de Trabajo y Recuerdo de Voto en las elecciones de 2.004 Nacionalistas Nacionalistas Total PSOE de derecha de izquierda muestra

IU-ICV

PP

Asalariado administración pública…

13,3

5,8

6,5

6,0

6,6

6,6

Asalariado empresa pública…………………….

1,4

1,1

1,6

1,6

2,0

1,4

Asalariado empresa privada…………………….

51,2

27,3

38,7

30,8

57,0

36,1

Otros activos…………….

3,8

1,8

2,7

4,4

2,7

2,5

N…………………………...

212

1.223

2.016

182

151

3.784

Fuente: Estudio 2559, CIS.

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12. SECTOR ECONÓMICO. El sector económico (o rama de actividad) se define como una estimación de base muy amplia de las diferentes formas en que se organizan las distintas actividades económicas. El sector económico mide factores tan importantes de la DIT como la magnitud y la jerarquía de las diferentes ramas de actividad dentro del mercado de trabajo, lo que puede tener consecuencias fundamentales sobre las bases sociales del apoyo partidista. La variable rama de actividad tiene las siguientes categorías: 1.- Sector Primario; 2.- Sector Industrial; 3.- Sector de la Construcción; 4.- Sector Servicios; 5.- Otros activos. En el siguiente gráfico se presenta una panorámica general de la División del Trabajo Sectorial en España en el año 2.004. Conviene observar que más del treinta y seis por cien de los empleos en España en ese año pertenecían al Sector Servicios generado por el sector privado de la economía, mientras que el Sector Primario comprendía únicamente el cuatro por cien del total.

Rama de Actividad (Distribución porcentual)

Trabajador sector primario

1,3%

4,0%

Trabajador sector industrial

10,4% Trabajador sector de la construcción Trabajador sector servicios

5,0%

Otros activos

36,2%

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Como muestran los resultados de la siguiente Tabla, todos los partidos compiten fuertemente en el Sector Servicios, que es el mayor sector de la economía española. IU tiene un fuerte arraigo en esa categoría, que llegó a representar más de la mitad de su electorado en las pasadas elecciones generales de marzo de 2.004 (56,1%, frente al 36,2% de la media). Estos resultados reflejan que los trabajadores del Sector Servicios representan una parte fundamental de las bases sociales de apoyo a IU, y pueden proporcionar un sostén consistente de respaldo electoral a largo plazo. IU está también arraigada en el Sector Industrial y el Sector de la Construcción. En la industria, IU obtiene 13,7%, frente al 10,4% de la media, en una sobrerepresentación menor a la de los partidos nacionalistas de izquierdas (19,2%). IU y el PSOE obtiene resultados por encima del total de la población en la construcción: 6,1% y 5,8%, respectivamente, frente al 5% de la media; mientras que al PP (3,7%) y a los partidos nacionalistas de izquierdas (2,6%) se les rechaza en este sector. PP y PSOE son los únicos partidos que compiten potencialmente en el Sector Agrario: ambos partidos están arraigados significativamente en esta categoría (4,8% y 4%, respectivamente, frente al 4% de la media), mientras que el resto de partidos obtienen un fuerte rechazo.

Rama de Actividad y Recuerdo de Voto en las elecciones de 2.004 Nacionalistas Nacionalistas PSOE de derecha de izquierda

Total muestra

IU-ICV

PP

Sector Primario……

2,4

4,8

4,0

1,1

2,6

4,0

Sector Industrial…..

13,7

9,3

10,2

9,8

19,2

10,4

Sector de la Construcción………..

6,1

3,7

5,8

5,5

2,6

5,0

Sector Servicios…..

56,1

30,5

36,1

37,7

54,3

36,2

Otros activos……....

2,8

1,4

1,2

0,5

0,7

1,3

N……………………..

212

1.223

2.016

182

151

3.784

Fuente: Estudio 2559, CIS.

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13. ESTATUS O CLASE SOCIAL SUBJETIVA. La identificación subjetiva de clase social refleja la forma en que el entrevistado percibe su propia situación de clase. Sintetiza, en un solo indicador, el resto de las dimensiones sociales, siendo especialmente interesante en tiempos de alta diferenciación social. La autoidentificación de clase social tiene una gran influencia en el desarrollo de las actitudes políticas y en el comportamiento electoral17, ya que define el sentimiento de “conciencia” e “identidad” social de los ciudadanos. Lamentablemente, la formulación de la pregunta (con cinco categorías: alta, mediaalta, media-media, media-baja y baja) es poco discriminante, ya que dos de cada tres entrevistados se sitúan en la posición “media-media”. En todos los partidos los votantes que se sitúan en la clase media-media son mayoría, especialmente en los partidos nacionalistas y en el PP. El voto a IU en el 2004 tiene una relación directa con las clases sociales mediamedia y media-baja, de las que obtiene el 93,3% de su electorado. El apoyo de la clase media-baja es especialmente fuerte en IU frente al de otros partidos, ya que obtiene de esta categoría el 37% de su respaldo electoral (frente al 27,7% de la media). El voto al PP tiene una relación ascendente con la percepción de clase social: obtiene más votos en las clases altas que en las bajas. Así, el 7,9% de los que votaron al PP en 2.004 se sitúa en las clases alta y media-alta (frente al 5,8% de la media), mientras que sólo el 5,7% se posiciona en la clase baja (frente al 6,6% de la media). En el PSOE la relación entre clase social subjetiva y voto es la contraria, ya que es el único partido que está arraigado significativamente en la clase baja (8,1%), frente al 6,6% de la media.

17

Aja, 2000.

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La Clase Social Subjetiva de los votantes de IU en las elecciones de 2004 (Distribución porcentual)

4,8%

1,9%

Alta y Mediaalta Media-media

37,0% Media-baja Baja

56,3%

A pesar de la debilidad de este indicador, la comparación de las encuestas postelectorales de 2.000 y 2.004 parece demostrar, en cierto modo, la consolidación de este tipo de voto (en función de la clase social subjetiva) hacia las diferentes opciones políticas. Así, en el año 2.000, IU es de nuevo el partido que más apoyo gana entre las clases media-media y media-baja (el 91,8%, frente al 87,5% de la media), si bien los votos de la clase media-baja son sustancialmente menores con respecto a los que obtiene en el año 2.004 (el 30,6%, frente al 37% de 2.004). Por su parte, el PSOE es el partido más votado por las clases bajas (9,6%, frente al 6,4% de la media), mientras que el PP gana más votos que ningún otro partido entre las clases alta y media-alta (7,5%, frente al 6,1% de la media).

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14. INGRESOS. El nivel de renta es uno de los indicadores más básicos de estratificación social. Los ingresos laborales representan un aspecto crucial del fenómeno clasista, en cuanto indicador privilegiado de los intereses materiales del individuo. Además, como han señalado numerosos autores, dan cuenta también de otros fenómenos cruciales en relación con las oportunidades vitales, como la capacidad de acción colectiva, la cultura política o el comportamiento electoral. Sin embargo, la renta per capita es una variable de tipo económico que manifiesta una capacidad explicativa insuficiente, dada su estrecha relación con otras variables como tamaño familiar, comunidad de residencia, sector económico, etc. Además, en las encuestas tiene un alto porcentaje de "no-respuesta" y muchos estudios actuales dudan de su fiabilidad.

Los Ingresos Laborales de los españoles en las elecciones de 2.004 (Distribución porcentual)

Menos de 601 E

5,8%

4,2%

14,9%

601 - 900 E

10,4%

901 - 1.200 E 1.201 - 1.800 E 1.801 - 2.400 E 2.401 - 3.000 E

21,2% Más de 3.000 E

20,9%

22,6%

En las elecciones de 2.004 la renta fue un factor poco discriminante. El PSOE recibió un apoyo electoral similar en todos los niveles de renta, imponiéndose en todos ellos, a excepción de los tres tramos superiores (a partir de 1.800 euros netos al mes declarados), donde obtuvo únicamente el 17,5% de sus votos, frente al 20,4% de la media.

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Por su parte, en IU se registra la tendencia contraria: es el partido que más votos recibe de las rentas superiores (entre 1.800 y más de 3.000 euros mensuales netos), ya que el 31,2% de los que votaron por este partido declaró esta cantidad de ingresos (frente al 20,4% de la media), mientras que el 68,9% provenía del resto de categorías (frente al 79,6% de la media). En la encuesta postelectoral de 2.000, las diferencias salariales entre los votantes de los distintos partidos políticos fueron menos acusadas, aunque significativas. Así, IU fue de nuevo el partido más arraigado en las categorías de renta más altas (de las que percibió el 16,5% de sus votos, frente al 12,7% de la media), aunque su apoyo disminuyó en este sector notablemente con respecto a 2.004 (cuando representaron el 31,2%). El PSOE continúa siendo el único partido arraigado entre los niveles de ingresos de las categorías más bajas (entre 600 y menos de 1.800 euros netos mensuales), ya que el 90,7% de los que votaron por este partido en el año 2.000 declaró esta renta, frente al 87,3% de la media.

Los Ingresos Laborales de los votantes de IU en las elecciones de 2.000 y 2.004

30% 25% 20% 2004

15%

2000

10% 5% 0% Menos de 601 - 900 601 E E

901 1.200 E

1.201 1.800 E

1.801 2.400 E

2.401 3.000 E

Más de 3.000 E

La relación entre la variable persona que más ingresos aporta al hogar y el voto es la única no significativa, tanto en el año 2000 como en el 2004.

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15. CONCLUSIONES: EL PERFIL DE LA BASE ELECTORAL DE IU. Por último, vamos a resumir en una serie de puntos las características principales del espacio electoral de Izquierda Unida empleando los criterios demográficos e ideológicos que se han manejado a lo largo del estudio. Esto facilita un análisis general del impacto de las distintas variables sobre el anclaje del voto a IU en los comicios de 2.000 y 2.004, y nos proporciona los principales rasgos de lo que podríamos llamar el votante típico de esta coalición.

El electorado de IU está muy influido por la edad, se concentra entre los 25 y 44 años, y es uno de los más jóvenes. IU concentra a más de la mitad de sus votantes entre los 25 y los 44 años: 55,8% frente al 37,6% de la media. Es una de las formaciones con mayor proporción de votantes jóvenes (menos de 35 años), sólo superado por los partidos nacionalistas de izquierdas. Esta tendencia se ha mantenido estable a lo largo de todas las citas electorales a las que ha concurrido la formación.

El electorado de IU es mayoritariamente masculino. El 56% de los que votaron a IU en las pasadas elecciones generales de 2.004 eran hombres, frente al 44% de mujeres. No obstante, esta disparidad se ha visto reducida con respecto a los resultados del año 2.000, cuando el porcentaje de hombres que votó a IU ascendió al 59%, mientras que el de mujeres fue del 41%. PP y PSOE se encuentran menos afectados por la incidencia del género en sus probabilidades de voto, ya que su electorado está compuesto de forma casi equitativa por hombres y mujeres, aunque con una cierta prevalencia del electorado femenino.

La mayoría de los electores de IU tiene estudios Secundarios; los graduados universitarios tienen un fuerte peso. El voto a IU está fuertemente condicionado por la educación. El sentido de esta relación es, además, ascendente: a mayor nivel educativo, más apoyo electoral obtiene este partido. La mayoría (59,1%) tiene estudios secundarios (Secundaria o Formación Profesional), por encima de la media (48%). Destaca especialmente la presencia de graduados universitarios (25%). Esta distribución por nivel educativo es la inversa a la que registra el PSOE.

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El electorado de IU es el más identificado ideológicamente con su partido. IU es el partido con la mayor identificación ideológica con su electorado, ya que sólo existe una diferencia de 0,1 puntos en la escala de ideología entre la posición en la que se autoubica de media el conjunto del electorado de IU (2,9 puntos) y la posición en la que el electorado de IU ubica a su propio partido (2,8). Además, también hay entre el electorado de IU un alto nivel de “rechazo”, medido como distanciamiento ideológico, hacia el PSOE; mientras que entre el electorado socialista no se percibe un distanciamiento tan fuerte como a la inversa.

El perfil del votante de IU es claramente no religioso. IU es el partido que reúne el mayor porcentaje de electores no creyentes y ateos (que representan conjuntamente el 50% de su electorado), al tiempo que concentra el menor índice de católicos algo o muy practicantes (12,5%). Este porcentaje de perfiles no religiosos se ha visto incrementado con relación a los resultados del año 2000, cuando el porcentaje de no creyentes y ateos que votaron a IU descendía al 35,3%, mientras que el de católicos algo o muy practicantes fue del 22,1%. Por su parte, el PP es el partido que atrae las identidades de mayor religiosidad, ya que el 64% de los que votaron a este partido en 2.004 eran algo o muy practicantes.

En resumen, podemos decir que el votante típico de Izquierda Unida es un hombre, perteneciente a la segunda cohorte de edad (25-34 años), con estudios secundarios, ideológicamente de izquierdas y poco religioso.

IU es el partido más arraigado entre la categoría de activos. El electorado de IU siempre ha contado con la mayor proporción de votantes activos. Así, el 80,8% de los electores de IU en las elecciones generales de 2.004 era activo laboralmente, frente al 56,8% de la media del resto de partidos que pertenecía a esa misma categoría laboral. Este excelente resultado puede entenderse como una importante “vuelta a los orígenes” de las bases sociales de apoyo a IU. Así, las pérdidas electorales que sufrió la coalición en 2.004 se concentraron en aquellos grupos donde su presencia ya era

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reducida, mientras que los escasos nuevos votantes se han reunido en los grupos donde su apoyo ha sido tradicionalmente mayor, especialmente entre los votantes activos, siguiendo la tendencia registrada en las elecciones de 2000.

Los ocupados son los que más apoyo muestran a IU; los jubilados y las amas de casa rechazan esta opción de forma significativa. IU es el partido más arraigado entre la categoría de ocupados, ya que recibe de ellos hasta el 70,8% de sus apoyos electorales, frente al 48,9% de la media. También es la formación que más apoyos, en relación a la media, recibe entre los parados (10,4%). Las categorías de jubilados y de trabajo doméstico no remunerado rechazan significativamente a la coalición de izquierdas, mientras que PP y partidos nacionalistas de derechas atraen mayoritariamente sus votos.

El electorado de IU está compuesto mayoritariamente por asalariados fijos y temporales. IU es un partido sustancialmente arraigado en la categoría de asalariados fijos y temporales de su muestra de votantes (67,9%, frente al 45,6% de la media), por encima de los partidos nacionalistas de izquierdas (67,6%) y del PSOE (48,4%). El PP es, al contrario, el partido menos arraigado en esta categoría (35%). Por su parte, en la categoría de empresarios o profesionales con empleados, a IU se le rechaza fuertemente, mientras que el PP está extremadamente arraigado.

Los empleados y los trabajadores son los grupos mayoritarios en IU; los técnicos asalariados son los más sobre-representados. La coalición IU está arraigada en la categoría de empleados de la administración, comercio y hostelería, de los que obtiene hasta el 28% de sus apoyos, mientras que al PP se le rechaza fuertemente (15,4%, frente al 19,7% de la media). También en la categoría de trabajadores de la industria construcción y transporte (22,7% frente al 15,3% de la media). En la categoría de profesionales y técnicos obtiene casi el doble de apoyos que la media (14,7% frente a 7,9%). Por su parte, los empresarios, profesionales con empleados, directivos y propietarios agrícolas muestran un rechazo significativo a IU, mientras que el PP es el partido que obtiene mejores resultados entre esta categoría.

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La mayoría de los electores de IU trabaja en el Sector Privado de la economía; los trabajadores del Sector Público tienen un fuerte peso. IU obtiene un apoyo 15 puntos superior a la media entre la categoría de asalariados de la empresa privada, ya que el 51,2% de su electorado pertenecía a esta categoría, frente al 36,1% de la media. La coalición de izquierdas también cala raíces fuertes en la categoría de trabajadores de la Administración Pública (13,3%, frente al 6,6% de la media).

IU tiene un fuerte arraigo en el Sector Servicios. Los trabajadores del Sector Servicios representan una parte fundamental de las bases sociales de apoyo a IU, ya que llegaron a representar más de la mitad de su electorado en 2.004 (56,1%, frente al 36,2% de la media). El Sector Industrial también es fuerte entre los partidos de izquierdas: los partidos nacionalistas de izquierdas son los que obtienen un mejor resultado entre los trabajadores de este sector (19,2%, frente al 10,4% de la media) seguidos de IU (13,7%).

El voto a IU se concentra en las clases sociales media-media y media-baja. Aunque la variable, tal como está formulada por el CIS es poco discriminante, constatamos que IU es el partido que más apoyo gana proporcionalmente entre las clases media-media y media-baja, de las que obtiene el 93,3% de su electorado en el año 2.004 y el 91,8% en 2.000. Es destacable el mayor apoyo que recibe entre la clase media-baja en las últimas elecciones generales con respecto a los resultados del año 2.000 (el 37%, frente al 30,6% de 2.000), junto a la pérdida que experimenta entre la clase media-media (el 56,3%, frente al 61,2% de 2.000). Por su parte, el PSOE es el partido más votado por las clases bajas, mientras que el PP gana más votos que ningún otro partido entre las clases alta y media-alta.

Los votos a la federación de izquierdas se concentran en los hogares con ingresos entre 900 y 1.800 euros. La variable de ingresos en el hogar parece poco significativa, debido a la interrelación con otras variables. La mayoría de los votos de IU se concentran en los hogares con ingresos entre 900 y 1.800 euros. No obstante, IU tiene un fuerte entres las familias con más : el 31,2% de sus apoyos electorales, frente al 20,4% de la media.

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Por su parte, el PSOE es el único partido arraigado entre los niveles de ingresos más bajos (entre 600 y menos de 1.800 euros netos mensuales): Mientras, los votantes más ricos (más de 3.000 euros al mes) se concentran mayoritariamente entre los votantes de los partidos nacionalistas, tanto de izquierdas como de derechas, dado el mayor nivel de renta de sus comunidades.

Así, el votante típico de Izquierda Unida es un individuo activo laboralmente, ocupado, asalariado fijo o temporal, que trabaja en el Sector Privado, empleado en el Sector Servicios, que se autodefine de clase media-media, y con unos ingresos familiares entre 900 y 1.800 euros mensuales. En resumen, podemos decir que IU muestra una estructura de apoyos diferenciada del resto de partidos en dos aspectos. Primero, aunque el número de categorías donde la coalición está arraigada es reducido, sus raíces sí muestran una estructura sólida en estos sectores. Segundo, sus arraigos están ubicados en categorías que no son especialmente pequeñas en tamaño. En este sentido, y considerando conjuntamente los dos efectos de su “suelo” electoral, podemos concluir que IU presenta un fuerte arraigo en una serie de categorías socioeconómicas que apuntan a la existencia de una base consistente de apoyo, al menos para esas categorías, que no es previsible que erosione en el largo plazo.

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16. ANEXO: DATOS TÉCNICOS DE LOS ESTUDIOS.

1.- Título: POSTELECTORAL ELECCIONES GENERALES Y AUTONÓMICAS DE ANDALUCÍA. ESTUDIO PANEL, 2ª FASE. Número: 2.384. Fecha de realización: Del 18 de marzo al 18 de abril de 2.000. Ámbito: Nacional. Universo: Población española de ambos sexos de 18 años y más. Tamaño de la muestra: 5.283 entrevistas. Error muestral: ±1,34% para el conjunto de la muestra, para un nivel de confianza del 95,5% (dos sigmas), para una varianza máxima (P=Q) y en el supuesto de muestreo aleatorio simple.

2.- Título: POSTELECTORAL ELECCIONES GENERALES Y AUTONÓMICAS DE ANDALUCÍA. Número: 2.559. Fecha de realización: Del 23 de marzo al 3 de abril de 2.004. Ámbito: Nacional. Universo: Población española de ambos sexos de 18 años y más. Tamaño de la muestra: 5.377 entrevistas. Error muestral: ±1,36% para el conjunto de la muestra, para un nivel de confianza del 95,5% (dos sigmas), para una varianza máxima (P=Q) y en el supuesto de muestreo aleatorio simple.

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17. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. Aja, Jaime (2000). “El espacio electoral de la izquierda en España: Las elecciones generales del 2000” en Apuntes electorales. Revista del Instituto Electoral del Estado de México, nº 14: 55-112. Bartolini, S., y Peter Mair (1990). Identity, competition, and electoral availability: the stabilization of European electorates. Cambridge: Cambridge University Press. Calvo, Kerman y José Ramón Montero (2002). “Cuando ser conservador ya no es un problema: religiosidad, ideología y voto en las elecciones generales de 2000”, en Revista Española de Ciencia Política, nº 6. Del Castillo, Pilar (ed.) (1994). Comportamiento político y electoral. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas. Feldman, Alnold S., Jorge R. Menés y Natalia García-Pardo (1989). “La estructura social y el apoyo partidista en España”, en: Revista Española de Investigaciones Sociológicas, nº 47: 7-72. Fiorina, Morris P. (1981). Retrospective Voting in American National Elections. New Have: Yale. Franklin, M. (1992) "The decline of cleavage politics", en: M. Franklin, T. Mackie, H. Valen et al., Electoral change: responses to evolving social and attitudinal structures in Western countries. Cambridge: Cambridge University Press. Goldthorpe, John (1993). "Sobre la clase de servicio, su formación y su futuro", en: Julio Carabaña y Andrés de Francisco, Teorías contemporáneas de las clases sociales. Madrid: Editorial Pablo Iglesias. González, Juan Jesús (2004). "Las bases sociales de la política española", en: Revista Española de Sociología, nº 4: 119-142. _____ (1992). "La construcción empírica de las clases", en: Política y Sociedad, nº 11: 99-121. González, Juan Jesús, y Olga Salido (2003). “El voto de los jóvenes”, en: Revista de estudios de Juventud. Madrid: INJUVE: 159-172. Linz, Juan J., y José Ramón Montero (1986). Crisis y cambio: electores y partidos en la España de los años ochenta. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. Lipset, S. M., y S. Rokkan (1967). "Cleavage structures, party systems, and voter alignments", en: S. M. Lipset y S. Rokkan (comps.), Party systems and voter alignments: cross national perspectives. Nueva York: Free Press.

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Paramio, Ludolfo (2000). "Clases y voto: intereses, identidades y preferencias", en: Revista Española de Investigaciones Sociológicas, nº 90: 79-93. Ruiz Olabúenaga, José Ignacio, Trinidad L. Vicente Torrado, y Eduardo Ruiz Vieytez (1998). Sociología Electoral Vasca. Bilbao: Universidad de Deusto. Wright, Erik Olin, y Donmoon Cho (1992). “Empleo estatal, ubicación de clase y orientación ideológica: un análisis comparado de los Estados Unidos y Suecia”, en: Política y Sociedad, nº 11: 7-25.

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