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4 editorial
todos son bienvenidos Un año más celebrando la alegría de la vida compartida, sabiéndonos comunidad, una comunidad que se pone en movimiento para transformar la realidad. Hoy, una vez más, queremos empezar por agradecer, agradecerte a vos que siempre estuviste presente, que ofreciste tu tiempo, tu escucha, tu abrazo, a vos que nos recibís en tu casa, que confías en nosotros para acompañar a tu familia, a vos que nos recibís todos los días en la Fundación con una sonrisa que nos hace sentir en casa. El cerrar un año nos hace mirar para atrás y pasar por el corazón todo lo vivido. Es por ello que en esta oportunidad, queríamos empezar con un gran GRACIAS. Porque la Fundación Franciscana desde sus inicios se ha sostenido por el trabajo de tantos voluntarios que a través de gestos silenciosos, que se tejen en lo secreto pero que son enormes, nos han permitido que nuestra comunidad cada día siga creciendo y llegando a más familias. Cada
voluntario que llega viene con una historia, una historia que nos abre a nuevos modos de pensar, de ver el mundo, que nos enriquece y nos permite desde la diversidad seguir avanzando en un camino de apertura, que nos cuestiona y nos lleva a agudizar nuestros sentidos, sabiendo que el otro tiene mucho de misterio. Para nosotros el rol del voluntario es fundamental porque nos presenta una lógica que tiene que ver con el darse gratuitamente, el ofrecer su vida y ponerla al servicio. En nuestra cotidianeidad, en donde vivimos a un ritmo acelerado, en donde lo gratuito pareciera no tener lugar, queremos honrar la vida de tantos voluntarios que nos presentan un mensaje que es necesario proclamar como buena noticia. Todos somos bienvenidos, todos podemos tomarnos un minuto, ver a nuestro alrededor y saber que podemos dar una mano. Muchas veces no sabemos dónde ni cómo hacerlo. La Fundación Franciscana tiene
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Con el trabajo de los voluntarios, sumado a los aportes de tantas empresas, estado y particulares que nos acompañan, como el trabajo diario del equipo y las familias del barrio de Mariló y de Ejército de los Andes, conformamos hoy nuestra GRAN FAMILIA.
sus puertas abiertas para toda persona que quiera participar de los distintos programas. Tu aporte nos ayuda a ampliar nuestra mirada, a sumar nuevas voces y a que en la diversidad podamos seguir encontrándonos, desde la escucha y el amor, para poder transformar nuestra realidad juntos. Con el trabajo de los voluntarios, sumado a los aportes de tantas empresas, estado y particulares que nos acompañan, como el trabajo diario del equipo y las familias del barrio de Mariló y de Ejército de los Andes, conformamos hoy nuestra GRAN FAMILIA. Nos sentimos familia. Nos sentimos en casa. Sentimos que maduramos, aprendemos y caminamos juntos. Sabemos que muchas veces la realidad, que como país nos toca atravesar, no es fácil pero también sabemos que confiamos en una red que nos sostiene y en el buen Dios que nos da esperanza y nos reafirma, una vez más, que vamos por el camino correcto confiando en que el encuentro nos transforma. Agradecemos a cada uno de los equipos que conforman los programas que estamos llevando adelante: Estimulación Temprana, Desarrollo Infantil, Educación, Juegote-
ca, Campamentos, Orientación al Aprendizaje, Adolescentes, Jóvenes, Equipo Social, Economía Social y Psicología. Estos nos permiten una cercanía con las familias para lograr que, tanto niños como jóvenes y adultos, crezcan en un ambiente de contención y aprendizaje, logrando así un futuro mejor donde todos tengamos las mismas oportunidades. Desde el Consejo de Administración queremos también pedir perdón por las veces en que nuestros modos se manifestaron en contra del modo de Francisco de Asís, quien nos orienta. Agradecemos nuevamente por este año de confianza y trabajo en conjunto, y esperamos poder seguir caminando juntos. Fraternalmente, Federico Caserta - Presidente Mariela Rodriguez Bosio - Tesorera Diego Frias - Secretario fr. Claudio Equiza ofm - Vocal Manuel Lanusse - Vocal Teresita Thibaud - Vocal Pamela González - Vocal
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6 sumario
sumario PRESENTACIÓN
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QUIÉNES SOMOS
IMPACTO
OBJETIVOS Y PROGRAMAS
MURALES LO QUE NOS DICE EL BARRIO
NIÑEZ
18 22 24 25 26
“YO SOY”, NIÑEZ E IDENTIDAD
EL HOMBRE QUE PERDIÓ SU SOMBRA
TALLER DE RECICLADO
YOGA PARA NIÑOS
TODO NIÑO ES ARTISTA
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sumario 7
ADOLESCENCIA
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EDUCANDO EN VALORES
EXPRESIÓN LITERARIA PARA JÓVENES
EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL
TALLERES FAMILIARES
JÓVENES SOLIDARIOS
VOLUNTARIADO
39 44 48
UN DÍA EN LA VIDA DE JUAN
NADA RETENGAN PARA USTEDES
PSICOLOGÍA “EL AMOR ES LO QUE SOSTIENE”
DESARROLLO FAMILIAR
50 56 58 60
“POR MIS HIJAS TENGO QUE SEGUIR”
CRÉDITOS GRUPALES
TALLER DE JARDINERÍA
EQUIPO SOCIAL
TRABAJO EN RED
64 66 68
TORNEO DE FÚTBOL MIXTO
ACCIONES CON EMPRESAS
PASANTÍAS
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8 nosotros
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soy esta tierra 9
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10 impacto
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profundidad 11
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12 hacia dรณnde vamos
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objetivos y programas 13
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murales del barrio 15
lo que nos dice el barrio Los murales de EjĂŠrcito de los Andes y MarilĂł son memoria viva de sus comunidades. Paredes que hablan de las heridas, pasiones y deseos de dos barrios con historia.
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16 murales del barrio
Ejército de los Andes: derribando mitos, compartiendo pasiones A partir del proyecto social “A cielo abierto” (2014), vecinos y vecinas de Ejército de los Andes, junto a distintos muralistas, hicieron intervenciones en las paredes del barrio. Se pueden ver en la entrada de la escuela nº 7 o en el Centro Materno Infantil, entre otros espacios significativos para la comunidad. A través del arte, dicen lo que sienten y viven, expresan su identidad y buscan desmitificar la imagen destructiva que muchos medios de comunicación construyeron sobre el barrio.
El escudo de Almagro -azul, blanco y negro- emerge desde lo alto de un edificio bordó. Ese mismo escudo aparece en diferentes tamaños y paredes, acompañado por caras, hinchas de fútbol y símbolos religiosos. Cuando juega Almagro, mucha gente sale a alentar con silbatos y bombos en caravana directo al estadio. Se mueven por los colores del barrio, el sueño del ascenso y la amistad.
Al lado de una canchita, en un edificio alto y amarillo, está el mural de Carlos Tévez. El “apache”, con la camiseta de Argentina y el pelo y los ojos negros. Durante el día, siempre hay quien va a sacarse una foto con él. Los vecinos y vecinas cuentan la historia de siempre: que esa cancha es donde “Carlitos” jugaba de chico, que ese edificio es donde se crió y que cada tanto viene de visita y la gente sale a saludarlo. La cara de Tévez también está pintada al lado del escudo del club Santa Clara. Con las manos atrás de las orejas, su rostro les recuerda a los pibes que los sueños se pueden hacer realidad.
Frente a una plaza, en un pasillo o en una columna, con su pañuelo y rastra rojos y sus boleadoras en mano, está el Gauchito Gil. Lo acompaña un “gracias”, un escudo, unas caras jóvenes. Los vecinos y vecinas le piden al “gauchito milagroso” protección para sus seres queridos y descanso en paz para quienes ya no están. También le agradecen por el trabajo y la salud.
Mariló: prohibido olvidar Los ojos transparentes de Ismael, el pelo rojizo de Serena, la sonrisa de Matute. Estos chicos y chicas, como muchos otros, son recordados por su gente a través de retratos en las paredes de Mariló, Moreno. En la plaza donde se juntaban con sus amigos, frente a la casa de su familia, en el edificio donde vivían.
El artista de mi barrio
Vestidos con sus camperas favoritas, al lado de un escudo de fútbol, con nubes y frases de canciones. En letra cursiva y fileteada, la voz del barrio dice “te extrañamos”, “presente” y “justicia”. El viento, el frío y la lluvia levanta de a poco la pared, borra algunas letras y números. Pero sus miradas permanecen. En el ir y venir de los vecinos, entre perros y calles rotas, música alta y chicos corriendo, hay alguien que, en algún momento del día, detiene su paso frente a la mirada de uno de ellos. Al irse, esa cara se queda en su mente por un largo rato.
Ever Figueredo (36), conocido como “Ever Wason”, es un vecino y dibujante de Mariló. Hace algunos años, y a pedido de familiares y amigos, Ever empezó a hacer retratos en las paredes del barrio. Con fotos en mano, latas de pintura y el corazón desbordado, Ever dibujó, entre tantos otros, a Ismael. “El gringo”, sobrino de un amigo suyo, era como un hijo para él. Falleció a los diecisiete años por una infección en el pie. Lo dibujó con el gorrito que solía usar, con los aritos cuadrados y su ceja partida a la mitad. El retrato de Ismael está en una esquina, lleno de frases de canciones y ángeles. Fue el primer retrato que hizo y, según él, su cara nunca le saldrá igual. “Es imposible dibujar esa mirada transparente”, confiesa. Ever dibujó a los amigos y amigas que perdió en su juventud, algunos en accidentes, otros por gatillo fácil o enfermedades. A muchos de ellos quiere retratarlos pero no tiene fotos y lo lamenta. Su consuelo es dibujar a los parientes de aquellos a quienes perdió y recuerda. “¿Me dibujas a mi sobrina, amigo?”, le preguntan. Ever dirá que dibuja a todos, y cuando le consultan el costo del dibujo, él contesta “nada”. A los que insisten, les pide que le carguen el celular o le compren un tacho de pintura. Ever dibuja desde que es chico. Dice que lo heredó de su madre, que estudió arte. Para él, dibujar es transformar, recordar, homenajear, regalar una parte de sí mismo a otros, a su barrio. Hoy, también dibuja a los que admira, a famosos que lo inspiran. Dibujó a Ulises Bueno, Dalila, la Mona Jiménez, entre muchos otros. Con retrato en mano, Ever se acerca a la puerta de los boliches y estadios donde se presentan y les pide un minuto. A cada uno le regala su retrato y lo único que pide a cambio es una foto.
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18 niñez
“yo soy”, niñez e identidad Los chicos y chicas del Programa de Educación trabajaron en torno a la Identidad. Acompañados de manera personalizada y apoyados por un espacio grupal, desplegaron toda su imaginación y creatividad.
Inspirados en el libro “Mi lápiz”, una obra que habla sobre la importancia de ser auténticos, los participantes del Programa de Educación (niños y niñas de entre 6 y 15 años) conversan en el aula sobre sus propias vivencias. Comparten con la alfabetizadora los momentos en los que se sintieron confundidos o ansiosos, en los que no sabían por dónde empezar o
creyeron que no había salida. Después, comienzan a nombrar a personas que los ayudaron a salir adelante. Por último, cada uno se pone a escribir. De sus vivencias y aprendizajes surgieron estos textos. El 24 de marzo, Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el Programa de Educación propuso y llevó adelante un proyecto sobre Identidad.
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identidad 19
“Encuentra la felicidad en las cosas pequeñas”
A lo largo de tres meses, los chicos reflexionaron sobre la identidad del país, de cada uno de ellos y del grupo. Para abordar la temática, se prepararon diferentes actividades formuladas según edades y niveles de alfabetización. Una de las propuestas fue realizar una descripción personal a través de juegos y libros de literatura. Otro grupo buscó canciones, las analizó y escribieron por qué el tema era importante. Después, lo compilaron en una antología y escribieron el prólogo. Otros armaron máscaras de dos caras: de un lado, cómo los ven los demás y del otro, los aspectos que sólo muestran a los vínculos más íntimos. En otro de los grupos leyeron en voz alta el libro “Un nudo en la garganta” y se grabaron. También hicieron un libro utilizando inspirados en el formato de “Mi lápiz”, de Piñón. Por su parte, los más grandes del
Taller Creativo anotaron sus nombres en carteles con adjetivos que los describieran, leyeron varios cuentos y armaron títeres con plastilina. El proyecto de Identidad finalizó con una muestra abierta a toda la comunidad. Fue un hermoso espacio del que participaron familiares y amigos de los participantes.
¿POR QUÉ HABLAMOS SOBRE IDENTIDAD? Trabajar la identidad permite a cada niño reconocerse en sus virtudes y limitaciones, valorarse y poder vincularse con otros. El fortalecimiento de la autoestima también es muy importante ya que en la escuela, muchos no son comprendidos y no reciben ayuda acorde a su nivel de alfabetización, que suele estar por debajo del esperado para su edad. Esto produce frustración, enojo y dolor. Cuando llegan al Programa de Educación, no quieren agarrar el lápiz. Sin embargo, hacen un gran esfuerzo por aprender. El libro “Yo soy”, creado por ellos mismos, significa un logro muy especial para todos: los chicos, sus familias y el equipo de alfabetizadoras.
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20 niñez
“Piensa en grande”
“Para construir una vida mejor”
SOY PORQUE SOMOS: EL GRUPO COMO SOSTÉN
En el proceso de alfabetización, los niños van reconociendo que equivocarse es parte del aprendizaje y de a poco van perdiendo el miedo al error. En este tiempo, los niños del grupo tres crecieron emocionalmente y ganaron seguridad, lo cual impacta de manera muy positiva en su proceso de aprendizaje.
El programa de Educación está dividido en ocho grupos según edades y niveles de alfabetización. Uno de ellos, el “Grupo Tres”, está conformado por chicos de entre ocho y dieciséis años y su objetivo es utilizar la lectoescritura como herramienta de expresión y comprensión. Las dificultades más comunes se relacionan a la ortografía y la estructura de los textos. Acompañados por la alfabetizadora Marina Ogando (psicopedagoga), los chicos del grupo aprenden a escribir párrafos y logran expresar sus ideas. En cuanto a la lectura, lo hacen de manera fluida y comprenden lo que leen
Muchos llegan con dificultades para escribir oraciones. Acá aprenden a usar la escritura como medio de expresión y están empezando a disfrutar la lectura, dice Marina. Además de escuchar atentamente los cuentos, participan, reflexionan e intercambian opiniones. En el grupo se quieren y respetan, comparten un sentido de per tenencia. Cada día, llegan antes de horario y entran al aula con ganas de charlar de la vida. En este espacio de confianza, a través de la escritura y la lectura, pueden trabajar cuestiones emocionales.
Los chicos que asisten se sienten cómodos y seguros, y pueden expresarse libremente.
Si el proceso es acompañado por la familia -ayudando a que asistan, acercándose y manteniendo un contacto fluido con las alfabetizadoras- los resultados se ven mucho más rápido. HISTORIAS DE ESFUERZO Y SUPERACIÓN Pablo (11 años) llegó en 2016 con una carta de recomendación de la escuela a la que asiste. En la carta se expresaban un sinfín de dificultades en el aprendizaje. En un año, y a pesar de este panorama desalentador, Pablo hizo grandes avances. Cada paso dado lo impulsó a querer aprender más. Mejoró muchísimo su lectura y escritura y esto impactó de forma muy positiva en su actitud y vínculos. Al ver su proceso, la familia de Pablo inscribió a su tío Lucas (15) en el programa. Lucas llegó con un desfasaje muy grande en la alfabetización. En un año de mucho esfuerzo y dedicación, avanzó enormemente y consiguió escribir oraciones. Actualmente, Pablo y Lucas comparten el espacio grupal y tienen un muy lindo vínculo entre ellos y con los demás. Avanzan constantemente, se esfuerzan mucho y son muy conscientes de los pasos que van dando. Sólo faltaron dos veces, en días de tormenta, cuando no podían salir de su casa.
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"yo soy", un libro sobre la identidad 21
“Y conserva lo que más quieres”
El Programa de Educación funciona tres veces por semana y busca fortalecer la alfabetización con grupos reducidos acompañados por maestras, psicopedagogas y licenciadas en letras “Aprende de lo vivido”
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22 salidas didácticas
el hombre que perdió su sombra Los chicos y chicas de Mariló y Ejército de los Andes fueron a ver la obra de teatro “El hombre que perdió su sombra” al teatro Cervantes. Una experiencia inolvidable para todos.
La llegada al teatro fue emocionante: “¡Seño, está el telón rojo que nos dijiste! ¡Y la alfombra también! ¡Y las luces!”, gritaban. El teatro era como lo habían imaginado y más: los balcones, las butacas, el techo alto. En escena, los personajes y sus trajes y maquillaje los dejaron asombrados. Sentados en primera fila, ¡no cerraron la boca durante toda la obra!
Al cierre, se sacaron fotos con los protagonistas. Algunas mamás contaron que, al llegar a casa, no podían dormir de la felicidad. Durante las semanas previas a la salida, las alfabetizadoras trabajaron junto a los chicos los orígenes del teatro y la historia del teatro Cervantes. Dibujaron y escribieron lo que se imaginaban del teatro y salieron cosas muy lindas. Algunos lo relacionaron con el circo, otros con los títeres. Cada uno imaginó algo distinto. También leyeron la adaptación del cuento de Andersen sobre el que se basa la obra. Después, miraron fotos del teatro, vieron minutos de la obra. Al llegar allá, ¡recordaban todos los detalles que habían aprendido!
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24 juegoteca
taller de reciclado Cada sábado, ochenta niños y niñas llegan a la Juegoteca con ganas de jugar. Este año, hicimos atrapasueños y relojes con materiales reciclados. Un proyecto para desplegar la imaginación y la creatividad.
Con los materiales en la mesa, chicos y chicas escuchan atentos el relato del origen de los atrapasueños: “Hace muchos años, las personas creaban atrapasueños y los colgaban arriba de sus camas. Por las noches, la red atrapaba las pesadillas mientras que los sueños lindos quedaban atrapados en los hilos. Los sueños se deslizaban por las plumas y así, llegaban hasta las personas”. Después de escuchar esta mágica historia, los voluntarios del programa pusieron manos a la obra. Cada niño eligió los materiales y, con ayuda de los adultos, armaron sus atrapasueños. ¡Se fueron muy contentos!
“¡Hice un reloj! ¡Wow, no puede ser!”, gritaban algunos. Grandes y chicos se fueron felices con sus creaciones en mano, compartiendo los lugares donde iban a colgar el reloj o el atrapasueños y a quién se los iban a regalar. Esta propuesta busca promover el cuidado del medio ambiente. En un tiempo en el que todo se usa y se tira, los chicos pudieron aprender que reciclar es respetar y preservar la naturaleza. Además, reutilizar las cosas es una posibilidad para que desarrollen la imaginación y la creatividad, y para ver todo lo que pueden hacer con sus propias manos, integrándose al grupo a través del trabajo en equipo.
El siguiente proyecto fue el de los relojes. Primero, llegaron las preguntas: “¿Cómo se hace un reloj? ¡Es re difícil! ¿Con qué le vamos a hacer los números? ¿Y las agujas? ¿Va a funcionar?”. Después, se pusieron en acción. Para armarlos utilizaron restos de maderas, stencils con números y frases, acrílicos de colores y esponjitas de goma pluma. Los chicos pintaron la madera y las secaron con secadores de pelo. El siguiente paso fue la decoración: puntitos de colores, corazones, rayas, iniciales, ondas. Una vez secada la madera, se colocaron los números y pasaron las esponjas con acrílicos de colores.
Juegoteca es un programa que funciona todos los sábados para 80 niños y niñas de Mariló. Juegan, desarrollan la creatividad y crecen en valores y habilidades sociales. Los acompañan 17 voluntarios.
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desarrollo infantil 25
yoga para niños Desde abril del año pasado, empezamos a brindar un taller de yoga semanal para niños y niñas de entre 2 y 5 años. Un espacio para conectar con el cuerpo y las emociones.
El taller comienza con los niños del salón Nuestra Señora de los Ángeles, los más pequeños del Programa de Desarrollo Infantil Casa del Niño. Descalzos y en ronda, escuchan una canción que repite “¡Estoy vivo!”. Algunos se sacuden como perritos y sacan la lengua, otros están acostados y se van parando despacio, contagiados por los demás. Victoria Malagueño, la profesora, pregunta: “¿quién quiere decirle ‘hola al sol’?“. Los chicos gritan “yo” y se paran con los pies juntos y los brazos estirados. “Firmes como una montaña”, dice la canción. El saludo al sol les propone llevar las manos al corazón y, después, transformarse en perros o cobras. ¡Las más chiquitas se arrastran como viboritas! Después, los chicos arman la postura del guerrero, doblando las piernas y estirando los brazos. Con mucha concentración fruncen el ceño y se miran entre ellos. Algunos se tientan de risa y otros dicen “somos valientes y fuertes”. El saludo termina en aplausos.
El espacio de yoga surgió a partir de la propuesta de Norma Alba, referente de la sala, a partir del trabajo cotidiano con los niños y sus familias. Surgió con la idea de ayudar a los chicos a concentrarse, ponerle palabra a los enojos, empezar a descubrir sus cuerpos y tratarlos con cuidado.
El objetivo de los talleres es que los niños tengan un espacio de disfrute en el que puedan conectarse con sus cuerpos y emociones jugando, cantando y bailando. Poder conocerse, expresarse y moverse con libertad y, también, ir reconociendo límites y pautas. El yoga les permite encontrar modos de moverse, de tratarse con amabilidad a sí mismos y a otros. Es un facilitador para que puedan detenerse, registrar cómo se sienten y escucharse.
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todo niño es artista El Programa de Desarrollo Infantil “Casa del Niño” emprendió un
proyecto de arte y realizó una muestra para compartir las obras con las familias de los participantes. Los chicos y chicas de Casa del Niño -de entre tres y doce años- realizaron talleres artísticos en los que aprendieron diferentes técnicas. Témperas, papel ba rrilete, tinta china, plasticolas, entre otras. Con ayuda de las “seños”, cada uno fue eligiendo colores y materiales con los que plasmar sus ideas. El proyecto, cuya premisa era “Todo niño es artista”, tuvo como objetivo expresar los deseos y necesidades de los chicos.
El arte como herramienta transformadora para promover la socialización y desarrollo, la creatividad, la imaginación y la descarga de tensiones.
Para la muestra, decoraron la sala y colgaron todos los trabajos. ¡Vinieron sesenta personas! Después de que las maestras compartieran algunas palabras, los niños y sus familias hicieron sus propias creaciones con materiales reciclados: tapas de botellas, cajas, temperas, envases de yogur, palitos, entre otras cosas. Fue un espacio de mucha compartida y disfrute.
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todo niño es artista 27
El Programa de Desarrollo Infantil “Casa del Niño” es un espacio de contención, estimulación y desarrollo integral que acompaña a 52 niños de 2 a 13 años con un jardín maternal, comedor y apoyo escolar.
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28 campamentos
educando en valores Los participantes del programa Campamentos cocinaron, vendieron locro y pasaron una noche en la Fundación para preparar el viaje de noviembre a Mar del Plata. Dos proyectos pensados para aprender a convivir, trabajar en equipo y vincularse sanamente. Como parte del proceso de educación en valores (respeto, trabajo en equipo, cuidado del medio ambiente), los participantes del programa de Campamentos se reunieron el 25 de mayo para cocinar y vender locro y pan casero. ¡Vendieron 100 porciones! Recaudaron $10.500, una suma muy importante para hacer posible el objetivo: el campamento de Mar del Plata de noviembre. La recaudación de fondos, que busca cubrir los gastos de cada campamento, es una parte muy importante del programa. Sobre todo, el involucramiento de las familias en las acciones de recaudación, una apuesta que empezó el año pasado y que está dando muy buenos resultados. Además, para preparar el viaje, los chicos y chicas tuvieron la experiencia de pre-campamento en la Fundación. Jugaron, prepararon la comida y pasaron la noche todos juntos con los voluntarios y el equipo. Fue una gran jornada para aprender normas de convivencia, trabajar junto a otros y vincularse de un modo sano entre pares. ¡Felicitamos a los chicos y al equipo por el gran trabajo realizado!
Campamentos trabaja en habilidades sociales, valores y cuidado del medio ambiente. Se juntan los sábados cada 15 días para preparar el viaje de fin de año a Mar del Plata.
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creatividad 29
expresión literaria para jóvenes María Lalanne y Rocío Villalba, integrantes del equipo de Educación, brindaron talleres de expresión literaria para los participantes del Programa de Jóvenes “Construyendo la Vida (CoVi)”.
El espacio arrancó con una ronda de presentación donde cada uno compartió cuál era su “relación con la literatura”. Después, María y Rocío contaron la historia de La Cicatriz, de Marco Denevi, sobre un joven que, en profunda admiración por su héroe, se realiza una cicatriz en el rostro para imitarlo. Después, hablaron sobre las cicatrices de la vida: las heridas físicas y emocionales que traemos con nosotros. Repartieron libros y revistas para leer, elegir alguna frase o palabra llamativa y escribirla en un papel. Finalmente, los chicos armaron un collage sobre “los sueños” en el que tenían que responder las siguientes preguntas: ¿Qué soñamos? ¿Qué queremos hacer a futuro? Los participantes compartieron su creación con el grupo. Surgieron cosas muy interesantes: viajar, comprar un auto, seguir compartiendo con amigos, luchar por las cosas importantes. Para finalizar, leyeron Los Soñadores, un cuento escrito por Albert Plá e ilustrado por Liniers. Seguimos desarrollando la creatividad y el pensamiento crítico, dos herramientas fundamentales para avanzar en la escuela secundaria y la universidad, y para crecer laboralmente y como personas. Crear y expresarse para construir el propio proyecto de vida.
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30 adolescentes
educación sexual integral Cada mes, en los programas de Adolescentes y Jóvenes, realizamos
talleres de Sexualidad Integral. Espacios en donde no solo buscamos prevenir embarazos no deseados o situaciones de violencia, sino brindar herramientas para que los chicos se conozcan y puedan construir vínculos de co-responsabilidad basados en el respeto y la libertad.
El equipo de Psicología realiza talleres de formación y prevención en los distintos programas de la Fundación. Este año, brindó talleres de Educación Sexual Integral en los Programas de Adolescentes “Arranque” y el de Jóvenes “Construyendo la Vida (CoVi)”, entre otros. Estos programas buscan brindar herramientas para que chicos y chicas entre 12 y 15 años y entre 16 y 21 años, respectivamente, puedan conocerse mejor y construir vínculos sanos. En Arranque se hizo hincapié en el registro del cuerpo y las emociones, ayudando a los chicos a descubrir los cambios que vienen atravesando y los sentimientos que estos procesos generan. Reconocer y nombrar las emociones les permite verbalizar cómo están, qué desean o qué necesitan. Este es un paso fundamental para comunicar lo que les pasa y así, por ejemplo, prevenir actitudes violentas o impulsivas. Para facilitar el registro personal utilizamos herramientas como la “Caja loca”: una caja de madera en cuyo interior se esconden papeles con preguntas y con-
signas. “Compartí una buena noticia” o “Cómo estas ahora” son algunas de las frases que pueden llegar a aparecer. Además, contamos con un “Emocionario”, una pizarra de corcho con sentimientos ordenados alfabéticamente para ayudar a los chicos a expresar sus emociones. Por otro lado, en el Programa de Jóvenes, el enfoque estuvo puesto en los Vínculos. Los participantes se sumergieron en el mundo afectivo y social para identificar cómo nos vinculamos los varones y las mujeres, entre amigos o en la familia.
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educación sexual integral 31
En uno de los encuentros, los chicos escucharon canciones de cumbia y reggaetón y las analizaron: ¿Qué dicen acerca del varón y la mujer? ¿Qué tipos de roles y vínculos promueven?
importante de los talleres es que se construyen a partir de las inquietudes de los participantes. Por eso, los encuentros se preparan con un Buzón de preguntas anónimas. Después de cada taller, los chicos pueden dejar todas sus dudas por escrito y las coordinadoras preparan el encuentro siguiente según el que haya sido el tema más pedido.
Además, se dividieron en subgrupos y actuaron distintos tipos de relaciones: posesivas, agresivas, de sumisión. En otro encuentro, analizaron caricaturas y viñetas y compartieron sus opiniones al respecto. Lo más
Agradecemos a Felicitas Jordán, miembro del equipo de Psicología, y a las voluntarias Margarita Ballvé, Micaela Péndola y Clara Fernández Febré por coordinar este espacio tan valioso.
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32 adolescentes
talleres familiares El Programa de Adolescentes inauguró un nuevo espacio: talleres mensuales de padres e hijos. Un lugar para que los jóvenes y sus familias puedan comunicarse mejor y generar dinámicas de convivencia positivas.
Paradas junto al pizarrón, Rosana y Milagros tienen dos minutos para hacer un dibujo. El cronómetro avanza mientras Rosana, que tiene una foto en la mano, le explica a Mili lo que ve: “Hay un pato en el agua… perdón, es un ganso, y al lado hay unas plantas…” El desafío consiste en que Mili, la dibujante, no puede mirar la foto y sólo debe guiarse por las indicaciones de su compañera. A partir de este sencillo ejercicio, Felicitas Rodríguez Cáceres, voluntaria del Programa “Arranque” y coordinadora del taller, invita al grupo a reflexionar acerca de los obstáculos en la comunicación. Es el tercer encuentro del año entre padres, madres e hijos.
Un espacio compartido entre adultos y adolescentes donde se dialoga sobre temas como comunicación, dinámicas familiares, límites y sexualidad. En los encuentros participaron más de 30 personas y hablamos sobre los cambios y procesos de la adolescencia y los obstáculos en la comunicación. Fueron tres de seis talleres que buscan brindar herramientas para que grandes y chicos puedan desarrollar sus potencialidades y logren construir juntos una dinámica familiar positiva. En los tres encuentros restantes se hablará nuevamente sobre la comunicación, cómo establecer límites y cómo vivir el autocuidado, la intimidad y la sexualidad en el hogar. Esperamos que los participantes de Arranque y sus familias puedan transformar sus obstáculos en oportunidades de encuentro para poder convivir mejor.
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34 jóvenes solidarios
jóvenes solidarios El Programa de Adolescentes “Arranque”, de Mariló, y el Grupo de Jóvenes, de Ejército de los Andes, realizaron dos proyectos solidarios. Una forma de dar lo que recibieron poniéndose al servicio de los demás.
CUIDAR A LOS QUE NOS CUIDAN En junio y julio realizamos “Cuidar a los que nos cuidan”, un proyecto solidario llevado adelante por los adolescentes de Arranque y el equipo de la Unidad Sanitaria Dr. Esquivel, del barrio San Ambrosio, en Moreno. Fue una iniciativa que duró más de un mes, en el que los participantes pensaron y realizaron un mural, pintaron un cartel de bienvenida y una rayuela y, además, confeccionaron juegos de mesa para la sala de espera. Arranque es un programa para adolescentes de 12 a 15 años donde realizamos talleres de sexualidad integral y proyectos solidarios. “Cuidar a los que nos cuidan” se centró un aspecto fundamental de la sexualidad: los vínculos. Además, trabajamos valores como el respeto, la colaboración y el “ser comunidad”. Gracias a la confianza y disponibilidad del “Colo” César Ortiz, director de la salita, los chicos pudieron ponerse al servicio de una institución destinada al cuidado de los vecinos y vecinas del barrio. Se brindaron con mucha energía, generosidad y responsabilidad participando activamente en cada momento del proyecto. ¡Felicidades!
El Programa de Adolescentes “Arranque” trabaja con jóvenes de 12 a 15 años en un espacio grupal semanal. Allí se forman en sexualidad integral, habilidades sociales, valores y prevención de violencia a través de talleres y proyectos solidarios.
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36 jóvenes solidarios
FESTIVAL DE JUEGOS El grupo de jóvenes de Ejército de los Andes organizó una jornada de juegos para los chicos y chicas del Programa de Desarrollo Infantil “Casa del Niño”. Fútbol, cuentos, maquillaje artístico y dibujos para pintar fueron algunas de las actividades que los chicos compartieron durante el festival. ¡Participaron veinte niños y niñas! El encuentro arrancó a las dos de la tarde con música y globos. Dos de los jóvenes organizaron juegos y fútbol en el patio y tres chicas se encargaron del rincón artístico en una de las salas.
Para organizar el festival, los jóvenes se reunieron durante tres encuentros en los que pensaron las actividades y consiguieron los materiales necesarios. La jornada fue el último día antes de las vacaciones. ¡Fue una verdadera fiesta! El cierre de la tarde fue con merienda y celebración de los cumpleaños del mes. También con aplausos de agradecimiento para los “chicos grandes”. Antes de irse, los jóvenes repartieron las bolsitas de caramelos que habían armado. Se llevaron sonrisas, besos y abrazos.
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38 voluntariado
un día en la vida de Juan Juan Villalba tiene 18 años y está en el último año de secundaria. A la mañana estudia, a la tarde va a la Fundación y a la noche trabaja para poder ir a la universidad y ayudar a su familia. Este es un día en su vida.
Son las nueve y media de la noche en Mariló, partido de Moreno. Juan toma el colectivo 269 de cartel amarillo, a una cuadra de su casa, se baja en la plaza de Muñiz y camina al trabajo. Su pelo es lacio y oscuro y lo peina hacia atrás. Tiene un piercing en la nariz, los ojos rasgados y la sonrisa amplia. Lleva un pantalón de vestir, camisa azul de jean y, en el bolsillo, un cartelito abrochado con su nombre y apellido. Antes de cruzar la puerta, se pone una gorra con una “M” grande y amarilla en el centro. Al llegar, mira las pantallas. Los combos están cada uno en su lugar. Saluda a sus compañeros, deja su mochila atrás del mostrador y se para frente a la caja de servicios. Con una sonrisa, recibe a la primera clienta de la noche. “Hola, ¿cómo está? ¿qué va a llevar?”, le dice. Juan prepara la bandeja y le pregunta por la bebida, si quiere agrandar el combo, si desea condimentos…
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Juan en el Taller de Creatividad
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40 un día en la vida de juan
Se acerca a la cocina y avisa a su compañero que la elección de la mujer es hamburguesa de carne con queso azul. Recibe la plata, toca algunos botones de la máquina y saca el ticket. Le agradece y le pide por favor que espere su pedido a un costado. En la fila ya hay cinco personas más. Según las estadísticas que elaboró en seis meses de trabajo, Juan calcula que una de esas cinco personas se va a enojar y va a pedirle que llame a su encargado. Porque “pasaron diez minutos y la hamburguesa no salió”, porque “la fila no avanza” o “la tarjeta no pasa”.
Juan siempre responde con sonrisas y disculpas. A veces, la gente se calma. Otras veces, se pone peor. Él respira y no contesta. Aprendió de chico, en casa y en la escuela, que atacar al que lo ataca empeora las cosas. A las tres de la mañana, las puertas del local se cierran. El AutoMac queda abierto. Juan hace su última hora extra en la caja de esa ventanilla. Es miércoles y está tranquilo. Solo pasan algunos autos con pedidos de café. Los fines de semana el escenario es otro. Los autos no dejan de circular y los chicos que salen de bailar pasan a pedirle que se “saque la gorra” y les regale algo. Él se ríe, les pide perdón y les dice que la próxima.
Juan llega a su casa en remis a las cuatro y media de la mañana. Se baja con una bolsa de papel madera llena de medialunas. El paso obligado para entrar es por la habitación de Severiana, su abuela. Dos golpes en la puerta y un “Vieja, llegué” son la clave para que ella se quede tranquila. Severiana lo crió desde sus quince días de vida y para Juan, es todo. En ese rato, se baña, prepara un café negro, se cambia el uniforme del trabajo y revisa las cosas de la escuela. Se sienta en la mesa de la cocina y relee su proyecto para el Consejo Estudiantil. Juan es vocal y se postula para presidente del Centro de Estudiantes. Que los chicos tengan talleres de escritura, lectura, música y baile, que puedan usar los celulares en el recreo… son algunas de sus tantas ideas. También quiere capacitarse y brindar talleres de sexualidad para los más chicos. Y, sobre todo, quiere trascender, dejar algo para otros, algo que les haga bien a los pibes, que les dé ganas de ir a la escuela y seguir. A las siete y cuarto, Ángel, su mejor amigo, silba desde la puerta. Juan recoge sus apuntes, los guarda en la mochila, agarra la bolsa de madera con las facturas y sale. Empiezan a caminar juntos hacia la escuela nº22. El trayecto es de unas quince cuadras. Ángel y Juan se cruzan con una señora que sale de su casa a hacer las compras con su changuito. Luego, saludan a un vecino que va repartiendo pastelitos en bici. Por la calle de tierra, niños y niñas de guardapolvos blancos y largos caminan y patean las piedritas. De a tramos, los acompaña algún perro que huele las medialunas y espera a que caiga alguna miga del paquete de papel madera. Cuando llegan a la escuela, pasan directo al
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niños y niñas llegan gritando y peleando. Juan canta “tapita, tapón” para que hagan silencio. El rato siguiente es todo sobre monstruos y casas embrujadas. En la oscuridad, Juan cabecea un instante, se queda dormido y se despierta con los aplausos de los pibes. Al finalizar el taller, se queda un rato junto a Maru, la encargada, y otras voluntarias para compartir unos mates y algunas ideas. La semana siguiente realizarán un taller de poesías. De la biblioteca, Juan pasa a otro salón dónde ya arrancó el COVI, el programa de jóvenes del que participa hace dos años. Acerca una silla y se suma al grupo que, en ronda, se pasa la “caja loca” al ritmo de la música. Cuando la caja llega a manos de Juan, la canción para. Las reglas del juego indican que tiene que abrirla y agarrar un papel sin mirar.
“¿Un deseo?”, lee. “Ir a la universidad y ser profesor de matemáticas”, comparte en voz alta y sin titubear. aula. Juan deja el paquete sobre un banco y sus compañeros lo abren apurados, entre risas, peleándose por la medialuna más grande. Juan se sienta en el pupitre y apoya la cabeza entre sus manos. Una mujer de pelos violetas y brazos tatuados, mate en mano, entra con un cuadernillo que dice “Pensamiento científico”. Es la profe de Filosofía. Comenzada la clase, Juan toma nota de las palabras clave y hace un resumen mental. Tiene un buen promedio. La única materia que se llevó es arte. Para él, el arte nunca da resultados exactos y eso no le gusta. Al mediodía, sale de la escuela y pasa por el almacén. Compra leche, harina, fideos, queso y huevos. Cuando llega a casa, deja la bolsa en la mesada, hace un saludo general con la mano y se desploma en la silla de la mesa. Hay estofado y está la familia completa: su abuela, Severiana, los tíos Sandra y Gustavo, y sus primas, Ariana y Lara. Juan agarra con una mano la cuchara y con la otra, el teléfono. Aprovecha para ponerse al día en los grupos de Whats App: le pregunta a sus amigos a qué hora se juntan a jugar a la pelota. “lunes a la tarde”, dice un mensaje. Después, mira la lista de cosas que tiene que llevar a la Fundación para el Taller Creativo, espacio del que es voluntario hace un par de meses. Terminado el repaso, guarda el teléfono y come lo último que queda del plato. Se levanta y va a su habitación a dormir la siesta. Una hora después, está en camino a la Fundación. Al llegar, va directo a la biblioteca. Acomoda algunos libros, cuelga unas sábanas blancas, apagas las luces y deja todo listo para el taller de Cuentos de Terror. Los
La música vuelve a empezar y la caja sigue girando. Terminado el juego, cada uno cuenta una buena noticia de la semana. La de Juan es que pasado mañana tiene franco y se va a juntar con sus compañeros del COVI a amasar unas pizzas. A las seis de la tarde, los chicos salen del salón y, antes de irse, se sacan una selfie grupal. Terminada la foto, que tarda un poco porque no encuentran la manera de que entren todos, Juan se asoma y pregunta cómo salió. Después, se despide de sus compañeros con un rápido abrazo. Tiene tres horas para volver a casa, tomar un café, “tirarse un rato”, armar la mochila, bañarse, ponerse el uniforme y volver a salir a la parada del colectivo para ir al trabajo. Cuando está por cruzar el portón, tres nenas que saltan la soga lo ven pasar y lo saludan. “¡Chau profe!”, gritan al unísono. Juan se da vuelta, las mira y las saluda. “Nos vemos la semana que viene”, les responde. Y en su cara se dibuja una sonrisa.
El Programa de Jóvenes “Construyendo la Vida (CoVi)” es un espacio semanal grupal donde los jóvenes de 16 a 21 años se capacitan social y laboralmente. Acompañados por un tutor personal, con el que se juntan quincenalmente, desarrollan sus habilidades y buscan concretar sus proyectos de vida.
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nada retengan para ustedes Los voluntarios de los equipos de Psicología de Mariló y Ejército de los Andes comparten sus experiencias de trabajo en la Fundación.
EQUIPO MARILÓ
CATALINA LENNON
JERÓNIMO SASIAIÑ
26 años / San Isidro Universidad Católica Argentina (UCA)
24 años / Pilar Universidad del Salvador (USAL)
Sus puertas se encuentran abiertas, un portón de hierro pesado marca la entrada a una experiencia de encuentros y libertad. Cada día dentro de esas paredes, y junto a las personas que la conforman, es una oportunidad de crecimiento personal y profesional.
Dar el primer paso nunca es fácil. A todos nos cuesta salir de donde estamos parados y empezar a andar. La Fundación, en mi caso, fue ese primer paso. Un primer paso tan inesperado (tenía otros planes en mente), como acertado. Llegar a un lugar donde te reciben siempre con una sonrisa y te abren por completo sus puertas, hace que todo sea más fácil. Encontrarme con un grupo increíble de personas, amigos y profesionales de quienes aprendo y me sorprendo continuamente. Conectarme con cada una de las personas que llegan con la necesidad ser escuchadas. Acompañar. Aprender de la simpleza de los chicos. Poner lo que uno tiene al servicio del otro. En definitiva, creo que la experiencia en la Fundación puede resumirse en una sola palabra: ENCUENTRO. Encuentro con alguien que necesita de nosotros, pero que a la vez, nos da (y quizás mucho más de lo que nosotros podemos llegar a dar). Encuentro donde cada uno regala y comparte un poco de su propia magia, y donde aprendemos a caminar como profesionales pero sobre todo como personas.
Un reencuentro con el sentido de la profesión y la vida. Un espacio donde puedo reafirmar el modo de estar y comprender a los otros y a mí. Un lugar que me habilita a navegar aguas profundas porque me brindan el puerto y el faro. Me permiten explorar y lanzarme hacia nuevos desafíos. Cada día en la Fundación es como un viaje. A través de las historias, realidades, sentimientos, emociones y vivencias de las personas que llegan, me transporto a otros lugares. Descubro nuevos mundos, diversos y complejos, que enriquecen mi trabajo y persona. Estos encuentros le bridan una dimensión espiritual a mi tarea, algo que considero muy valioso y necesario. Agradezco la oportunidad de aprendizaje que a través y por la Fundación se me abre.
Encuentro con el que está a mi lado, y por supuesto... con uno mismo.
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EQUIPO MARILÓ
EQUIPO MARILÓ
CLARA FERNÁNDEZ FEBRÉ
GIULIANA PROTO CASSINA
23 años / Ciudad de Buenos Aires
27 años / Tigre
Musicoterapia, Universidad del Salvador (USAL)
Universidad de Buenos Aires (UBA)
Este año tuve el enorme regalo de ser convocada para participar como voluntaria en el Equipo de Psicología de la Fundación, desde mi profesión: la Musicoterapia. Desde el primer momento me sentí muy acogida por todo el equipo y sobre todo muy acompañada.
Este año tuve la oportunidad de ser voluntaria en la Fundación, lo cual me resulta una gran aventura. Se abrieron muchos interrogantes a la hora de acudir a la primera reunión: “¿Voy o no voy? ¿Lo podré sostener en el tiempo?” Pero me decidí y fui.
Ser terapeuta me enseña día a día que nuestras historias, si bien dejan huellas y forman nuestra personalidad, no nos determinan para siempre. Tenemos la oportunidad de de-construirnos y seguir creciendo, sanando los dolores y fortaleciendo nuestras capacidades infinitas. Este es el objetivo del equipo de voluntarios de psicología, poder acompañar procesos de cambio gracias a un vínculo amoroso basado en la escucha como principal herramienta. Desde la musicoterapia abrazamos la propia historia, trayendo las canciones que nos marcaron en el pasado y que nos acompañan en el presente para poner nuestras emociones al servicio del arte y así poder trabajar en y con ellas. Utilizamos las letras de las canciones, la escucha atenta de estímulos musicales, las improvisaciones vocales e instrumentales para dar sentido y valor a aquello que nos cuesta expresar y así mejorar nuestra calidad de vida.Recién empiezo este hermoso camino, acompañada de grandes profesionales que dan su luz para iluminar cada paso que doy. Agradecida infinitamente con el equipo de Psicología y todo el personal de la Fundación por su calidad humana tan valiosa y con mis pacientes que depositan su confianza en mí y me dejan acompañarlos en este proceso de cambio.
A los pocos minutos de estar ahí, me di cuenta de que la decisión ya estaba tomada. No tuve ni que pensar. La gente, el aire que respiraba, la energía que corría y la buena onda decidieron por mí. En el recorrido con los pacientes me fui sintiendo muy cómoda, ya que siempre tenía dónde apoyarme para no caer, y ese sostén me lo propiciaba el equipo de compañeros, los que siempre preguntan: ¿cómo estás?, ¿cómo te fue hoy? Más allá de la formación y las supervisiones que siempre tuvimos, y su gran aporte que hicieron al crecimiento profesional, el valor humano del equipo y de toda la Fundación es lo que permite, que uno, desde el momento en que cruza la puerta, se sienta con esa energía contagiosa para hacer, dar y recibir. Me siento muy agradecida de poder formar parte de la Fundación y brindar al menos un poquito de ayuda a aquellos que necesitan ser escuchados. Soy honrada por poder ejercer aquello que tanto me gusta y a la vez agradecida por los otros que confían en este espacio.
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46 voluntarios
EQUIPO MARILÓ
MICAELA PÉNDOLA
MARGARITA MARÍA BALLVÉ BENGOLEA
26 años / Tigre
23 años / San Miguel
Universidad Católica Argentina (UCA)
Universidad del Salvador (USAL)
Trabajar en la Fundación es una experiencia muy linda, donde tengo la posibilidad de ejercer mi profesión y combinarla con el servicio. Algo que no es fácil de encontrar. Personalmente ya hace varios años que participo de actividades parroquiales pero llegó un punto en el que sentí que había mucho más por hacer y mucho lo que se puede aportar desde la psicología. Por eso, encontrar a la Fundación fue fundamental en mi vida y es una experiencia que me está ayudando a crecer profesional y personalmente.
Estos son mis primeros pasos como psicóloga. La verdad que no pude haber encontrado un mejor lugar para animarme a darlos. Tengo el apoyo de un equipo impecable, todos trabajan con mucho respeto y compañerismo. En estos meses, me animé a cambiar mi mirada. Los pacientes se presentan con gran motivación para salir adelante, crecer personalmente y con enorme agradecimiento. Nos enseñan. Yo soy la que más aprendo. Nunca, ni un día, me fui siendo menos: siempre más. Más agradecida, más revuelta, más conmovida, más reflexiva. Sentir esto me ayuda a crecer, a valorar y a valorarme, a situarme en su lugar y respirar su mismo aire, entender que estoy ahí para aportarles mi granito de arena, con lo que tengo, comprendiendo mis limitaciones. Me enseñó tanto en tan poco tiempo que explicarlo en pocas palabras es imposible.
Lamentablemente sabemos que en nuestro país los sistemas de salud pública se encuentran desbordados y es mucha la demanda de atención. Por ello, tener la posibilidad de aportar, aunque sea un poquito, desde mi lugar, significa mucho. Al trabajar en un gabinete sé lo difícil que muchas veces se hacen las derivaciones y lo importante que es para los chicos y sus familias poder tener lugares que los acojan y reciban, donde los escuchen y puedan acompañarlos. Tener un lugar de referencia y de pertenencia es fundamental en la vida de toda persona y eso es lo que creo que genera la Fundación. Me resulta increíble e inspirador que ofrezca diversidad de programas para las familias. Ojalá pudiera replicarse esta modalidad en más barrios. Por último, creo que lo más importante es el amor y dedicación con la que trabajan todas las personas involucradas. Sin duda aprendo de ellos todos los días y me contagian la motivación y el compromiso para seguir trabajando por una sociedad más justa, donde se le ofrezcan las mismas posibilidades a todos.
El equipo de Psicología atiende individualmente a niños, jóvenes y adultos. Además, cuenta con un grupo terapéutico de mujeres, coordina a los tutores del Programa de Jóvenes y brinda talleres de formación y prevención en todos los programas.
JOAQUÍN LAPLACE 22 años / Escobar Universidad del Salvador (USAL) Me pone muy contento contar con el equipo de psicología. Siento que no estoy solo en esto sino que tengo un respaldo muy grande. Esto me deja tranquilo para poder desempeñarme de la mejor manera. A su vez, la conexión con las diferentes disciplinas de la Fundación nos da la oportunidad de exprimir más nuestro trabajo. Lo que más me gusta de este lugar es la alegría que se comparte y que fomenta las ganas de venir y seguir participando. Es un proyecto que cada día me entusiasma más, un lugar en donde me sentí muy cómodo desde el día uno, donde pude encontrar mi lugar y donde puedo ser yo mismo e ir en busca de desempeñar la mejor versión de mí. Además, no quería dejar de agradecer a la Fundación por abrir las puertas a este espacio que es muy necesario y que está dando un lindo soporte a la comunidad.
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EQUIPO EJÉRCITO DE LOS ANDES
EQUIPO EJÉRCITO DE LOS ANDES
SOFÍA LATTES 27 años / Ciudad de Buenos Aires Universidad del Salvador (USAL) La Fundación es un lugar en donde todos los que participamos, nos encontramos para ponernos juntos al servicio de la vida. Comencé en 2014, organizando talleres de promoción de la salud en la Juegoteca. Me conmovió la riqueza de la niñez y esto me llevo a involucrarme más. Empecé a participar del equipo de psicología en Ejército de los Andes. Llegué llena de entusiasmo y con muchas (demasiadas) ideas. Me acuerdo que el primer día, Tomi Ciminari nos llevó a recorrer el barrio. Así, caminando, empecé a borrar mis ideas. Necesité dejarlas para ponerme en contacto con la vida del barrio. Necsité escuchar las formas, los rituales, los estilos propios de este lugar y la gente. Salir de mis formulas y ponerme a la escucha. Los chicos me enseñan en sus formas, en sus modos, sus tiempos. Aprendo a compartir lugares del corazón que asustan: lugares confusos, desordenados, tristes, a donde solos es difícil entrar. Los chicos me piden que este ahí, que los espere. Necesitan contar con vos, para llevarte a los lugares que les dan miedo. También duele la separación, el abandono, la violencia, la desesperanza. La Fundación me recuerda que yo también soy pequeña, y que necesito a otros que me ayuden. Aprendo a apoyarme en la comunidad, en el equipo y caminar la vida con otros. Esta tarea me invita a dar saltos de fe y armarme de valor para encontrar, junto con el niño, la luz en esos escondites a donde nos refugiamos cuando no queremos sentir. Disfruto encontrar el potencial de cada chico y festejar esos recursos. Mostrárselos, devolvérselos. Y mientras los chicos crecen, los grandes nos transformamos.
MARÍA SOL REVERENDO 25 años / Ciudad de Buenos Aires Universidad Católica de Cuyo (San Juan) En la Fundación encontré parte de la respuesta a una pregunta que me venía dando vueltas desde hace un tiempo: ¿Cómo puedo servir desde mi profesión? Hace poco más de un año me mudé de San Juan a Buenos Aires, me impresionó muchísimo ver a tantas personas almorzando solas los domingos en un bar perdido en la ciudad, otras gritándose con alguien a través de un celular, bocinas entre autos que quieren llegar a tiempo a su trabajo o donde sea. Pero lo que más me impactó fue encontrarme con tanta gente en la calle con frío, hambre, sed, con la mirada perdida, que con voz casi imperceptible te pide ayuda. Quería hacer algo. Como voluntaria de la Fundación puedo concretar ese querer, haciendo lo que tanto me apasiona que es la psicología. Ser parte de esto me enseña mucho de servicio, de alegría, de entrega, de amor; cada persona que trabaja ahí y cada historia que voy conociendo me alimenta, me hace crecer, es más lo que me deja que lo que puedo dar. Cada miércoles me voy con el corazón lleno y con ganas de seguir aprendiendo de todos.
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48 voluntariado
“el amor es lo que sostiene” Estefanía Defalco es voluntaria del equipo de Psicología de Ejército de los Andes desde hace cuatro años. Aquí comparte su experiencia de trabajo junto a los niños y niñas del programa de Desarrollo Infantil y junto a sus compañeros de equipo.
¿Cómo llegaste a la Fundación Franciscana? Llegué a partir de una amiga. Ella me dijo que estaban buscando psicólogos voluntarios para armar un equipo de Psicología en Mariló. Recuerdo que pensé: “¿Mariló? Queda re lejos. Pero vamos a ver de qué se trata”. Nos juntamos con Nicolás Obiglio (encargado del Programa de Psicología) y nos habló de la fundación, de los proyectos que venía armando y en todo lo que venía pensando en construir para el equipo. Desde el primer momento nos dio a entender que era un espacio para armar entre todos, nos hizo parte del equipo antes de empezar. Me encantó, así que no tuve muchas dudas y me sumé. ¿Por qué elegiste este lugar para ser voluntaria? Creo que en un primer momento elegí ser voluntaria acá porque me entusiasmó el entusiasmo de Nico, sin saber bien por qué, me convocó inmediatamente. Después elegí seguir siendo voluntaria porque me enamoré de la Fundación, de la gente, del compromiso, la dedicación con la que trabajan todos. Y de la bellísima mirada que existe hacia el otro. Me sentí feliz y cómoda desde el primer momento. Creo que hoy en día no es tan sencillo poder sostener un lugar de voluntariado. En mi caso pienso que, por un lado, el deseo y el amor que
uno pone -a la profesión, a la fundación, a los pacientes- y el amor y entrega que uno recibe de todos los miembros de la comunidad, es lo que sostiene. Y casi sin darme cuenta, ya pasaron cuatro años. ¿Cómo es el espacio de psicología para niños? Una sesión con un niño la pienso y pactamos con él y la familia. Suelen ser encuentros de media hora, una vez por semana. Puede pasar que en algunas ocasiones se extiendan un poco más, según lo requiera el día. Cuando hablamos de un niño, el trabajo siempre implica a una familia. Por lo tanto, es clave darles lugar a los padres en el tratamiento.
Es fundamental atender lo que sucede en el seno familiar y trabajar principalmente sobre los vínculos y las formas de vincularse. Tuve la suerte de ser parte del equipo de Mariló y ahora de Ejército de los Andes. Son dos comunidades con dos dispositivos muy diferentes y el equipo de psicología se tiene que adaptar a cada funcionamiento.
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"el amor es lo que sostiene" 49
En Mariló, los niños concurrían con algún familiar al horario citado y había un espacio (consultorio/aula) designado para cada psicólogo. En Ejército de los Ándes, busco a los chicos en la sala de Desarrollo Infantil y juntos buscamos un espacio. Mi lugar preferido es la sala de lecturas, porque invita a jugar y a explorar, así que generalmente ocupamos ese lugar. Lo más importante de todas las formas es el trabajo en equipo. Se trabaja mucho con las familias, con las escuelas, con las seños de la sala, con los otros psicólogos del equipo, con profesionales de otros espacios. No hay otra forma de pensar el trabajo que no sea siempre con otros. El “entre todos” es fundamental: intercambiar miradas, estrategias e incluso angustia e impotencia cuando nos sentimos sobrepasados. Creo que es la clave para avanzar con un paciente. ¿Con qué problemáticas te encontraste? Principalmente vemos infancias vulneradas. Un niño en su desarrollo necesita siempre del otro (padre, madre, abuelos, maestra, hermanos) y a veces, por diferentes circunstancias, eso no está. Entonces, los niños crecen en un ambiente con poco estímulo, sostén, cuidado y muy poco lugar para jugar. Todos necesitamos que haya alguien que nos ayude a entender la realidad, que comparta y que esté ahí, que nos ponga palabras y que nos abrace, más aún en los tiempos en los que vivimos, época en la que abunda la violencia. Cuando eso no está, pueden aparecer los síntomas, que son mensajes que denuncian que hay algo que no está bien pero que no se puede enunciar entonces se nos aparece escondido atrás de un disfraz. ¿Por qué es importante un programa de Psicología para el barrio? Creo que lo más importante es que exista el espacio, que circule en la comunidad, que haya un lugar de escucha. Cuando algo nos pasa, dar un paso no es fácil si se está solo. Los padres y madres muchas veces se encuentran sumergidos en situaciones muy comple-
jas, uno se ofrece e intenta sostener con la palabra, acompañar la maternidad y paternidad que no suele ser sencilla. Para la familia, que haya otro que se preocupe con ellos, que esté para ellos y para el niño, alivia y permite trabajar sobre aquello que está haciendo ruido. El espacio de psicología aporta a los niños una nueva mirada de cuidado y amor. Allí hay un otro que juega y acompaña construyendo con ellos la realidad, y les brinda palabras para expresar lo que les pasa. ¿Cómo es el trabajo del equipo de psicología de Ejército de los Andes? Es un trabajo muy lindo, actualmente somos cuatro psicólogos. Trabajamos juntos compartiendo reuniones de equipo semanales en las que intercambiamos estrategias y nos apoyamos mucho uno con otros, siempre hay ideas nuevas y ganas de multiplicar espacios, proyectos. Estamos muy acompañados también por parte de todos los miembros de la fundación y eso hace que el trabajo (con las familias y las realidades que estas traen) sea más fácil de sobrellevar. Es un espacio que se construye entre todos y ser parte del mismo me da la posibilidad de crecer, aprender, de reencontrarme con la vocación, de dar sentido a mi trabajo, algo para lo que no alcanzan las palabras de agradecimiento a los miembros del equipo y de la Fundación. ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? No hay día en el que me vaya de una jornada en la Fundación sin una sonrisa. El almuerzo entre todos es un mimo que se me hace necesario para empezar la tarde. Es un momento que disfruto mucho y me contagia de la energía que todos traen. A los pacientes los espero muy feliz. Sin duda, pasan a ser parte de uno y la entrega con los niños es recíproca, al igual que el amor. Me voy a casa siempre llena de sonrisas, abrazos y dibujos abajo del brazo. Disfruto muchísimo de las sesiones, de jugar, pintar, bailar, pero lo más lindo siempre es ver los avances de los chicos.
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50 desarrollo familiar
“por mis hijas tengo que seguir”
Rocío Acosta tiene 22 años y vive en el barrio Mariló, partido de Moreno. A los 17, se enteró que estaba embarazada y que su pareja tenía cáncer. Dos años después de la muerte de su compañero, Rocío decidió volver a empezar. Una historia de maternidad atravesada por la muerte y la resurrección.
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"por mis hijas tengo que seguir" 51
RocĂo y Alma
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52 desarrollo familiar
Rocío saca unas tortas fritas de la sartén, las espolvorea con azúcar y las lleva a la mesa. Al sentarse, Hugo le acerca un mate. Con una mano ceba y con la otra sostiene a Brisa, la bebé recién nacida. La nena balbucea y levanta los brazos buscando a su mamá. Rocío, con la ayuda de su pareja, la alza y le da un beso. El recuerdo de los mates con Hugo, su compañero de vida, la emociona hasta las lágrimas. Rocío cuenta su historia mientras prepara unas empanadas santiagueñas, su plato favorito. Lo aprendió de Hugo, con quien compartía la pasión por la cocina. Ya pasaron dos años y tres meses desde su partida. Rocío tiene veintidós años y una sonrisa grande. Desde los doce participa en diferentes espacios de la Fundación Franciscana: grupo de jóvenes, psicología, campamentos. También trabajó en el área de limpieza. Antes de cumplir dieciocho años, se enteró de la llegada de Brisa, su primera hija.
“Me sorprendió la noticia, yo quería quedar embarazada más adelante. Igual fue una emoción para todos”. El embarazo no planificado en adolescentes es una situación presente en todo el país. Según datos de Amnistía Internacional, en Argentina, 300 adolescentes se convierten en madres cada día y la mayoría admite que el embarazo no fue planificado. Al respecto, Felicitas Jordán, psicóloga y encargada del Grupo de Mujeres de la Fundación, explica que los embarazos adolescentes no sólo se relacionan con la falta de educación sexual sino, también, con la construcción de un proyecto de vida. La llegada de Brisa provocó una revolución. Con la ayuda de su familia, Rocío y Hugo construyeron una pieza en el terreno de su abuela y se mudaron. Rocío estaba en cuarto año de secundaria. Al poco tiempo, dejó la escuela para criar a su hija. El 21 de junio de 2015 (Día del Padre), Hugo volvió del trabajo con vómitos y fiebre. Tres días después, una hematóloga del hospital Paroissien le dio la peor noticia: Hugo tenía leucemia mieloide, la misma enfermedad con la que Rocío había despedido a su suegra años atrás.
Lo que vino después fue una nueva revolución: salir a las cuatro de la mañana a las sesiones de quimioterapia, desde Moreno a Isidro Casanova; ir a trabajar sin dormir; dejar a Brisa con un año y medio al cuidado de su familia. Fueron meses de corridas y dolor.
“Muchas veces me quedaba en el hospital porque no tenía para el pasaje. Cuando llegaba, era darle un beso a la nena y tener que irme. Yo estaba sin dormir ni comer y él iba empeorando”, recuerda Rocío. Cuando iba a limpiar a la Fundación, Rocío llevaba los estudios de Hugo al equipo Social, preguntaba dónde podía hacer algún análisis y contaba cómo se sentía. “Voy a la Fundación desde los doce años. En ese tiempo difícil, yo sabía que estaban”. En diciembre de 2015, tras una larga lucha contra la leucemia, Hugo se fue. Fue la Navidad más difícil de todas. Dos meses después, en el medio del duelo, Rocío se enteró que estaba esperando a una nueva hija: Alma.
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"por mis hijas tengo que seguir" 53
“Mis hijas me sorprenden todos los días, sus travesuras, las cosas que dicen y hacen. Ellas me dieron el empujón para salir adelante”. Un año después, Rocío encontró una posibilidad para volver a empezar. Su padrino le presentó a un amigo, Eduardo, con quien empezaría a construir una nueva relación. Con su ayuda pudo criar a Brisa y Alma y, además, decidieron tener una nueva hija: Nicole. “Eduardo es mi compañero, mi pilar. Estuvo y está conmigo en los momentos más difíciles. Crió a mis hijas desde chiquitas. Siempre dice ‘Las tres son mis hijas’”. Hace unos días, Brisa se cayó jugando con su primo y se lastimó. Rocío y Eduardo la llevaron al hospital Posadas y se enteraron que tenía plaquetas y glóbulos blancos bajos, anemia y bajo peso. A raíz de la enfermedad de su papá y su abuela, Brisa debe someterse a controles periódicos y a un tratamiento especial. En la actualidad, habiendo cumplido un año de pareja con Eduardo, Rocío decidió retomar la escuela y volver al espacio de terapia de la Fundación. Su sueño es terminar la secundaria y estudiar enfermería. Además, sacó un crédito de ANSES para agrandar la habitación y construir una pieza arriba para las chicas.
“Cuando miro para atrás pienso que no sé de dónde saqué tanta fuerza. Mi familia me ayuda mucho con las nenas para que pueda hacerlo (retomar el secundario). Por ellas tengo que seguir”. Las empanadas están listas. Eduardo llega justo a tiempo caminando con Brisa de la mano. Vienen del jardín de infantes. Alma, de un año y medio, mira los dibujitos animados en la tele y Nicole, de cuatro meses, duerme tranquila en su cuna. En un rato estarán todos juntos compartiendo la mesa.
Estimulación Temprana es un programa semanal que acompaña a 15 niños y capacita a madres y padres para prevenir retrasos en el desarrollo de la primera infancia.
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56 economía social
todos para uno, uno para todos Cuatro vecinos deciden sacar un crédito y se acercan a la nueva modalidad de créditos grupales de Economía Social. Confianza, compromiso y trabajo en equipo como modo de poder mejorar la calidad de vida.
Lucia, Ramón, Analía y Pedro son vecinos de Mariló y participan de la Fundación hace algunos años. Sus hijos forman parte de los programas de Educación, Campamentos y Psicología. Este año se enteraron de los créditos grupales y decidieron armar un grupo. Éstos son sus objetivos: • • • •
Lucía necesita financiar su emprendimiento de tortas. Ramón quiere comprar una heladera. Analía necesita materiales para terminar el baño. Pedro quiere adquirir un tanque de agua.
En la primera reunión los recibe Agustín Martínez, referente de Economía Social. El grupo presenta un escrito con los motivos del crédito y los ingresos con los que cuentan para afrontar las tres cuotas. Se comprometen a asistir a todas las reuniones y cada uno recibe 4000 pesos para iniciar su proyecto. Entre todos ponen fecha para los próximos encuentros: uno de seguimiento y otro de pago. Se aseguran de poder estar todos ya que las fechas no se mueven y no es posible mandar a nadie en representación. Quince
días después, llega la reunión de seguimiento: allí se juntan para ver cómo vienen o si necesitan algo y se ponen al día: • Lucia compró una multiprocesadora usada y moldes para tortas. • Ramón compró e instaló la heladera. • Analía compró los azulejos y la canilla. • Pedro compró el tanque de agua y falta colocarlo. En la siguiente reunión, la de pago, el grupo abona la totalidad de la primera cuota. Comparten unos mates y charlan sobre cómo vienen con el crédito. Ramón explica que sus empleadores demoraron en el pago y que le era imposible afrontar el pago de la cuota. Sus compañeros lo ayudan a cubrir su cuota poniendo un poco cada uno. La reunión finaliza entre risas y con fecha para el próximo encuentro. * La historia de los vecinos y vecinas fue construida a partir de experiencias concretas de diferentes vecinos pero Lucia, Ramon, Analia y Pedro son personajes ficticios.
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créditos grupales 57
CUOTAS
SEGUIMIENTO
Los créditos pueden pagarse hasta en 6 cuotas
Se establecen reuniones cada quince días
GRUPOS
EQUIPO
Los forman los propios vecinos
El equipo de Economía Social acompaña, asesora y capacita
CO-RESPONSABILIDAD
CRÉDITO
La responsabilidad mútua de pagar en tiempo y forma
Una posibilidad para mejorar la calidad de vida
COMPROMISO
NUEVAS INCORPORACIONES
Sin excepción: 75% de asistencia
El grupo presenta candidatos y vota en secreto por sí o no
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58 formación en oficios
taller de jardinería El espacio de jardinería reúne a los vecinos de Mariló con un objetivo común: intercambiar especies de plantas, reciclar macetas y pallets y, en un futuro, salir a vender por las ferias de la zona. Un espacio abierto a la comunidad.
Cada miércoles, un grupo de mujeres llega a la Fundación con mate en mano, bolsitas con yuyos y botellas de plástico con plantines de lo más variados: orégano, aloe vera, romero, kalanchoe. Si hace frío, se arriman unas sillas y comparten mates dulces, buenas noticias y datos: “Ponés una hoja de aloe vera en un litro de agua y la tomas todos los días. Es buena para el estómago”, dice una de las chicas.
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taller de jardinería 59
Con ayuda de un grupo de voluntarios, comenzaron a construir la estructura del invernadero gracias a una donación de pallets y maderas.
La idea es poder llenar este espacio de plantas y tener un lugar para trabajar durante el invierno. Los pallets que no se usan se reciclan para maceteros. Después de acomodar las maderas, lijarlos y barnizarlos, los llenan de macetas. ¡Quedaron muy lindos y resisten las lluvias! El Taller de Jardinería pertenece al Programa de Economía Social y cuenta con el acompañamiento de su referente, Agustín Martínez. Es un proyecto muy valioso que reúne a varios participantes de otros programas y son ellos mismos los que arman equipo para cada proyecto.
El Programa de Economía Social busca mejorar la calidad de vida de las familias a través de capacitaciones laborales, emprendedorismo, créditos habitacionales y productivos, bolsa de trabajo y formación en oficios.
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60 acompaĂąamiento familiar
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la agenda del equipo social 61
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T
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64 desarrollo infantil
torneo de fútbol mixto En agosto, los participantes del Programa de Jóvenes organizaron un torneo de fútbol 5 mixto en Mariló. Una propuesta para mostrar
algunos de nuestros valores: la igualdad, la recreación y competencia sana, el trabajo en equipo y el compartir en comunidad.
Con el deseo de abrir las puertas y seguir integrando la Fundación al barrio, los jóvenes de Construyendo la Vida (CoVi) organizaron la Copa ATR (A Todo Ritmo): un torneo de fútbol para varones y mujeres. Una propuesta para compartir lo que somos y hacemos y poder sumar a más jóvenes al espacio. El sábado 11 de agosto, bien temprano por la mañana, los chicos fueron llevando sillas, parlantes, pelotas de fútbol y pecheras al predio del Club Fini, ubicado en
Avenida Roca y Galileo Galilei. Acomodaron la mesa, prepararon unas pizarras con la tabla de posiciones y los nombres de los equipos y prendieron la música. De a poco, los equipos fueron acercándose a la mesa de inscripciones. Cuatro equipos de Trujui, Moreno, se anotaron para participar: Los del Barrio, Alma Fuerte, Arsenal y los NN, equipos con mucha personalidad conformados por varones y mujeres entre 15 y 19 años, aproximadamente. Después de anotarse, compartimos unas palabras de bienvenida y comenzó el primer partido.
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La jornada se desarrolló en un clima de fiesta, respeto y muchas ganas de competir. Durante el partido, los chicos del CoVi atendían el bufet. Vendían panchos, pochoclos, budines y gaseosas. La música de fondo acompañó a cada momento y hasta más de uno se animó a relatar los partidos. La final, disputada por Arsenal y Los del Barrio, fue muy pareja: ¡terminó en penales! Los del Barrio tuvieron mejor puntería y salieron campeones. De premio se llevaron diez kilos de asado y una radio portátil (para cada jugador). Arsenal no se quedó con las manos
vacías y recibió una torta de chocolate. El goleador del torneo fue para Ronaldo, delantero de Los del Barrio, y el mejor arquero fue para Brian, de Arsenal. Damián Arévalo, participante del CoVi, hizo entrega de los trofeos y, por último, los equipos y los organizadores posaron para la foto final. Queremos felicitar a los chicos y chicas del Programa de Jóvenes por el esfuerzo, las ganas y el compromiso con el que llevaron adelante la competencia. Y, también, agradecemos muy especialmente a Carlitos, dueño de las canchas, que nos abrió las puertas del club con mucha generosidad. Esperamos poder repetir la Copa ATR para seguir compartiendo lo que somos y hacemos y para que más jóvenes puedan sumarse a nuestros programas.
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66 acciones con empresas
trabajo en red con empresas y organizaciones La articulación con empresas, organizaciones e instituciones públicas es una de las claves para acompañar de una maera profunda a las familias de Mariló y Ejército de los Ándes. Estas son algunas de las acciones que llevamos a cabo juntos durante el año.
VOLUNTARIADO CORPORATIVO EN EJÉRCITO DE LOS ANDES El sábado 12 de mayo realizamos una jornada de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) junto a 16 empleados del estudio jurídico Mitrani Caballero Ruiz Moreno. Refaccionamos el patio, pintamos los juegos y realizamos un mural en una de las aulas de Ejército de los Andes. Los voluntarios participaron con muchas pilas, ¡dejaron todo! Después, compartimos el almuerzo y dimos una vuelta por el barrio. Agradecemos profundamente al estudio por sumarse y construir redes para que los niños y niñas de Ejército de los Andes puedan desarrollarse en un lugar en buenas condiciones.
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tejiendo redes 67
CURSO DE MAQUILLAJE PROFESIONAL
APOYO ESCOLAR EN MARILÓ
Por segundo año consecutivo, la Fundación de los Colores realizó su curso de maquillaje en la Fundación Franciscana. En el primer semestre, realizaron las clases en Ejército de los Andes. Después de las vacaciones de invierno, iniciaron el curso en Mariló.
Desde el 2015, los alumnos de 6to año de secundaria del colegio Santa Ethnea, de Bella Vista, brindan un espacio de apoyo escolar semanal en Mariló. Coordinados por Bárbara Christie Newbery, docente del colegio y ex-alfabetizadora del Programa de Educación, los alumnos vienen todos los miércoles a ayudar a niños y niñas con la tarea, los trabajos prácticos y la preparación de los exámenes.
La capacitación dura tres meses y se realiza una vez por semana. Las egresadas reciben un maletín con productos, uniforme y un título avalado por la Universidad de Flores. Es una gran oportunidad para insertarse en el mundo laboral. Agradecemos a la Fundación de los Colores por volver a trabajar en conjunto con nosotros y por darles una posibilidad laboral a las familias de Mariló y Ejército de los Andes.
El apoyo escolar es parte del proyecto pastoral-social del Santa Ethnea. Para nosotros, es una oportunidad de acompañar a los chicos para que puedan avanzar en su escolarización. Este espacio es un complemento del Programa de Educación, cuyo eje fundamental es la alfabetización, el acompañamiento psicopedagógico y el desarrollo de la creatividad de niños y niñas.
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68 trabajo en red
“se aprende mucho de todos” En el marco del trabajo en red con otras organizaciones locales, cuatro pasantes de la licenciatura en Trabajo Social de la
Universidad de Moreno realizaron sus prácticas en la Fundación. Aquí comparten su experiencia de voluntariado en el Equipo Social, el programa encargado de acompañar de forma personalizada a todas las familias.
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testimonios de las pasantes 69
Agustina Prinotti (19 años)
Ludmila Ruffino (20 años)
Estos meses en la Fundación me brindaron mucha experiencia para este camino profesional y también para mi vida personal.
Ser voluntaria significa brindar mi tiempo a los demás en un espacio donde día a día se aprenden cosas nuevas. Estos meses me dejaron una experiencia muy linda y un gran aprendizaje gracias al tiempo compartido en diferentes espacios y con otros.
Me llevo conocimientos sobre el trabajo comunitario, la articulación con el barrio y el trabajo en equipo. Destaco el compromiso de quienes llevan adelante el trabajo y aquellos que participan. El vínculo con los/as niños/as, los/as adolescentes, el acompañamiento en los procesos de sus vidas, desde el juego hasta la escucha. Mi experiencia fue muy linda y no me arrepiento de haber elegido este lugar como Centro de Prácticas.
Participar en la Fundación me brindó conocimiento sobre la intervención en lo social, el trabajo en equipo y el funcionamiento de una institución en relación a su población y a las instituciones con las que articula. ¡Invitaría a todos a participar! El ambiente en el que se trabaja es agradable y se comparte con muchas personas de diversos ámbitos. Es un lugar donde se aprende mucho de todos.
Agustina Maumerman (19 años)
Julieta Pontieri (19 años)
De a poco pude ir entrando y conociendo el modo de trabajo de la Fundación. Me sentí muy cómoda, cada persona que encontré me brindó información y estuvo a disposición. A través de diferentes actividades, aprendí cosas nuevas. Destaco la disposición de nuestra referente, Erika Martínez (trabajadora social del equipo), y de las familias ya que todas estuvieron predispuestas a participar de las distintas cosas que proponíamos.
Ser voluntaria en la Fundación para mí es muy importante. Es un lugar donde adquiero nuevos conocimientos: desde insertarme en la comunidad hasta aprender cómo inte ractuar con los adultos y niños que concurren a la misma. Les tomé mucho cariño.Fueron cuatro meses maravi llosos. Un tiempo lleno de incertidumbre y asombro ante cada situación que observábamos. Me divertí mucho con los chicos que participan del programa Campamentos y con el grupo de madres. ¡Son muy simpáticas! Me llevo el compañerismo, el respeto y los valores siempre presentes frente al otro. También, aprendí que, con algo mínimo que hagas, podes ayudar mucho. Las personas que forman parte de la Fundación son muy buenas e hicieron de mi primer centro de prácticas una experiencia fructífera. Es algo que nunca me voy a olvidar. ¡Muchas gracias!
A los estudiantes de Trabajo Social les diría que la Fundación es una posibilidad para seguir entendiendo el rol del trabajo social, para aprender a trabajar con otros y para recibir apoyo y acompañamiento en nuestra formación profesional.
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72 un año lleno de vida
eventos y actividades 2018 fue un año lleno de vida. Aquí compartimos algunas fotos de eventos de difusión, festejos, encuentros comunitarios y mucho más.
Abril. Jornadas comunitarias de salud (abajo, a la derecha)
Marzo. Bienvenida de las familias (arriba a la izquierda)
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Abril y junio. After office solidario en Brew Republic (abajo, a la izquierda y derecha)
Mayo. Capacitaciรณn interna en rondas comunitarias (arriba)
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74 eventos y actividades
Julio. “Pobrecito de Asís” en Teatro Helios
Agosto. Fiesta de Santa Clara de Asís
Estos eventos y actividades son posibles gracias al trabajo junto a donantes, empresas, organizaciones y vecinos de nuestros barrios.
Agosto. Día del Niño en Mariló (arriba a la izquierda)
Agosto. Día del Niño, Ejército de los Ándes (arriba a la derecha)
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76 empleados y voluntarios
hay equipo La calidad de nuestro trabajo se sostiene gracias a la calidad humana de nuestros equipos. Una comunidad de trabajadores que comparten sus saberes y capacidades.
ÁREAS Consejo de Administración • Presidente: Federico Caserta. • Tesorero: Mariela Rodriguez Bosio. • Secretario: Diego Frías. • Vocales: fr. Claudio Equiza OFM, Manuel Lanusse, Pamela González, Teresita Thibaud. Coordinación Institucional • Josefina D’Alessio. Desarrollo de Recursos • Equipo: Marcela González, Fermín Delettieres.
Desarrollo de Recursos • Equipo: Marcela González, Fermín Delettieres. Administración • Coordinadora: Belén Márquez. • Equipo: Luján Fernández.
PROGRAMAS LOMAS DE MARILÓ Coordinación de Proyectos: • Chantal Merelle.
Recursos Humanos
Recepción: Doris Silva, Mónica Puntoriero.
• Coordinadora: Grisel González.
Limpieza: Dora Gallardo.
Comunicación
Estimulación Temprana
• Coordinador: Juan José Alberdi. • Equipo: Victoria Malagueño. • Voluntaria: Nora Sequeira.
• Encargada: Milagros Oromí. • Equipo: Guillermina Fleitas. • Voluntaria: Adriana Liz.
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Psicología • Encargado: Nicolás Obiglio. • Equipo: Felicitas Jordán. • Voluntarios: Catalina Lennon, Jerónimo Sasiaiñ, Clara Fernández Febré, Giuliana Proto Cassina, Margarita Ballvé, Joaquín Laplace, Micaela Péndola. Equipo Social • Encargada: Justina Merelle. • Equipo: Erika Martínez. Economía Social • Equipo: Agustín Martínez. • Voluntarias: Norma Eguez, Cintia Maciel, Justina Rojas, Belén Márquez. Juegoteca
Campamentos
• Referente: Doris Silva. • Equipo: Marina Ogando. • Voluntarios: Nicolás Rossignoli, Clara San Gil, María Marta Dominique, Alejandra Castillo, Gabriela Tolosa, Norma Eguez, Inés Delle Ville, Marita Méndez, Erika Martínez, Sofía del Campillo, Valeria Ospital, Silvia Moreno, Sergio Molina, Norma Ascar, Zaida Ortiz.
• Encargado: César Ortiz. • Equipo: Mónica Puntoriero. • Voluntarios: Joaquín González, Gonzalo Ferreyra, Elías Rojas, Francisco Rojas, Damián Arévalo, Lucas Arévalo, Aldana Flores, Cecilia Valdez, Roberto Solís, Doris Silva.
Educación • Encargada: Alejandra Fonzo. • Alfabetizadoras: Flavia Peralta, Marina Ogando, María Lalanne. • Referente de Talleres: María Lalanne. • Referente del Servicio de Orientación en el Aprendizaje: Julieta Coll. • Voluntarios: Sofía Duña, Rocío Santamaría, Sofía Russo, Valentina Saucedo, Belén Acevedo, Nuria Springer, Iara Peralta Brites, Candela Rivas Ayala, Juan Villalba, Rocío Villalba, Rocío Cáceres, Virginia D’Alessio, Raquel Badaroux.
Adolescentes • Encargado: Juan José Alberdi. • Voluntarios: Valentina Saucedo, Juan Villalba, Victoria Ibarra, Felicitas Rodríguez Cáceres, Miguel Moreno. Jóvenes • Encargado: Juan José Alberdi. • Voluntarios: fr. Jesús Gómez, Enrique Barros, Miguel Moreno. • Tutores: Abel Hernández, Malena Cleris, Josefina Stafforini, Juan Santoro, fr. Agustín Jara, Santiago Touyaá, fr. Jesús Gómez, Enrique Barros, Marcela González, Victoria Malagueño, Josefina D›Alessio, Chantal Merelle, Nicolás Obiglio, Doris Silva.
EJÉRCITO DE LOS ANDES Coordinación de Proyectos: Tomás Ciminari, Grisel González Desarrollo Infantil • Encargada: Beatriz Alba. • Equipo: Tatiana Vallejos, Adriana Cabrera, Norma Alba. • Cocina: Lorena Lemos, Teresa Aguilar, Sonia Canaza. Psicología • Encargado: Federico Fernández Cisneros. • Voluntarias: Sofía Lattes, Sol Reverendo, Estefanía de Falco, Grisel González. Servicio de Orientación en el Aprendizaje • Encargada: Julieta Coll. • Voluntaria: Dolores Pizarro. Grupo de Jóvenes • Voluntarias: Victoria Malagueño, Celina Grau Baena.
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