2 minute read

TESTIMONIO 1 TESTIMONIO 2

Next Article
APOYO TRUE 2 YOU

APOYO TRUE 2 YOU

Empecé a masturbarme cuando era joven. Nadie me habló sobre la masturbación y no usaba ningún estímulo externo para hacerlo. Simplemente lo descubrí y conseguí alivio derivado del placer cuando estimulaba lo que después descubrí que era mi clítoris. Sobre todo lo hacía por la noche al irme a la cama, como medio para estar en calma y dormir. Me daba un sentimiento intenso de estimulación, pero principalmente calmaba mi cuerpo de la tensión del día.

No pensaba que era algo sexual en absoluto. Mis padres lo sabían y lo consideraban normal, algo que yo hacía. No lo escondía y no tenía ningún motivo para esconderlo, pero a medida que me hice mayor, me di cuenta de que era algo muy íntimo y personal, y entonces solo lo hacía cuando estaba conmigo.

Advertisement

Cuando me masturbaba, nunca tenía fantasías ni imaginaba cosas, simplemente estimulaba mis genitales para conseguir el alivio que el orgasmo te proporciona.

Al llegar a la juventud y empezar a tener actividad sexual, me di cuenta de que la autoestimulación también podía ser algo sexual y durante algunos años empecé a usar fantasías cuando lo hacía.

La masturbación me ayudó a saber exactamente dónde están mis puntos de placer físico, y recuerdo que me volvía loca si mis parejas no tenían ni idea de dónde me gustaba que me tocaran y buscaban tanteando torpemente. Tampoco me gustaba que me tocaran porque mis parejas nunca eran tan delicados y sensibles como era yo conmigo misma. Pero me abría y se lo decía, y les guiaba sobre cómo tocar mis preciosas partes íntimas.

En mi adolescencia me gustaba tocarme y masturbarme cuando estaba en la cama antes de dormir. Lo que me gustaba era cuando tocaba lo que ahora sé que es el clítoris, pero entonces no lo sabía. Era super sensible y cuando tenía un orgasmo atravesaba todo mi cuerpo y me daba un intenso placer durante unos segundos y luego desaparecía.

También tenía la sensación o sentimiento de que había hecho algo malo. Me avergonzaba un poco ya que pensaba que nadie haría algo así, y que, aunque me gustaba la sensación, sentía como si faltara algo. Ahora sé que lo que faltaba era la relación conmigo misma, porque cuando me masturbaba, aunque la sensación era buena, también había un sentimiento de vacío.

Entonces empecé a pensar que tenía que pensar en algo que me excitara para que no fuera raro (aunque no es raro), pero el tener que pensar en algo mientras me masturbaba provocaba dureza en mi cuerpo, y no me gustaba. Es como si tuviera que justificar por qué me masturbaba.

Al quererme más y tener más autoestima, vi que era mas fácil soltar esto y en su lugar, aprendí cómo estar simplemente conmigo cuando me masturbaba, experimentando cómo se sentía mi cuerpo y quedándome simplemente con eso. Esto era más fácil, me sentía más libre, no había dureza, no era extraño, podía explorar y estar con distintas partes de mi cuerpo. ¿Había partes de mi cuerpo en tensión?, ¿podía soltar un poquito más?, ¿era consciente de mi respiración?

¿cómo sentía mi corazón? ¿me gustaba cómo me estaba tocando, dónde estaba tocando? Esto me ayudó a soltar imágenes o ideas del exterior y en su lugar aprendí a simplemente quedarme conmigo y disfrutar de mi cuerpo.

This article is from: