TESTIMONIO 3

Empecé a masturbarme a los 13 años con porno y fantasías.

Mi primer orgasmo fue aleatorio, es decir, que no sabía ni que era un orgasmo. Solo sabía que quería experimentarlo otra vez y pensé que el porno y las fantasías eran una forma fácil y rápida de hacerlo. No es que me gustara hacerlo con porno y fantasías, es que era la mejor opción que pensaba que tenía.

Por eso continué viendo porno varios años y también comencé a buscar cada vez porno más extremo, porque aún pensaba que era la única manera de conseguir llegar al orgasmo cuando no estaba en una relación. Pensaba que no sería posible tener un orgasmo si no miraba porno o tenía una fantasía.

Mas adelante en mi vida, durante una conversación sobre la masturbación alguien compartió conmigo que en lugar de mirar porno o usar fantasías estuviera con mi cuerpo y disfrutara de ello, y que cuando entraban pensamientos de chicas o chicos (para mi eran chicas) era una señal de que no estaba realmente conmigo. Así que lo probé, y si me venían pensamientos sobre chicas no me criticaba sino observaba lo que ocurría y volvía a mí y a mi cuerpo.

Cuando estaba conectado con mi cuerpo, sentía el amor que me tenía y manejaba mi pene de una manera totalmente diferente, como parte de todo mi cuerpo y no solo concentrándome en eso y en el orgasmo.

No se trataba de terminar con ello sino de disfrutarlo y disfrutarme de una manera completamente distinta.

La primera vez que me masturbé de esta forma noté que el orgasmo no ocurría a través de mi pene, sino que lo sentí por todo el cuerpo, incluso en los dedos de los pies y de las manos.

Además, la masturbación fue mucho más larga, porque sentía todo mi cuerpo durante ese rato y no estaba distraído.

¡Me encantó masturbarme así y después de la primera vez empecé a cuestionarme por qué no lo sabía desde el principio en lugar de pensar que el porno y las fantasías eran la única manera!¡Algo tan simple, pero que nadie me había dicho hasta los 20 años!