Catálogo de la obra de Félix Vidal Chacón

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DE FÉLIX VIDAL CHACÓN


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FÉLIX VIDAL CHACÓN ALUCINADO POR LA REALIDAD

El paso de las imágenes al recuerdo -en el instante de ser interiorizadas- es tan inexplicable que su camino se ha convertido en un objeto de estudio. Particularmente interesa conocer la capacidad que tenemos de traer al presente un recuerdo almacenado en la memoria. No cabe duda que las asociaciones mentales participan intensamente en el ordenamiento de esos recuerdos para traerlos al presente con facilidad. Se vale pensar que en los procesos artísticos esta capacidad humana se amplifica, de tal manera que las imágenes salen una y otra vez cuando el artista se encuentra frente al lienzo. En la obra de Félix Vidal Chacón se manifiestan con persistencia las imágenes de las carretillas de mano -instrumentos de tracción humana- que casi han desaparecido en los países centroamericanos. Como él cuenta, siempre ha mantenido vivo en su memoria el recuerdo de “una serie de carretillas, una tras otra, despintadas y flojas, recostadas en puertas desajustadas o en paredes mohosas, carcomidas por el tiempo, cuando caminaba por la 24 calle de la zona 1 en compañía de su maestra Isabel Ruiz, con papeles, lápices y una paleta con tres colores primarios”. El registro mental que Félix Vidal Chacón hizo del olor a tierra mojada que impregnaba el ambiente de aquel día, provocó que su ser aprisionara para siempre los estímulos, de tal manera que convirtió las imágenes de aquellos instrumentos de trabajo duro y pesado en signos y símbolos de sus más íntimos sentimientos y pensamientos. La existencia fugaz de aquel instante se detuvo en una imagen mental como un “paisaje petrificado”, del cual Félix construye escenas nuevas sobre cada lienzo. Ha eternizado la realidad y cada obra cuenta una nueva historia. Su trabajo va desde la poesía a la protesta por realidades humanas de violencia e injusticia, en donde la carreta se convierte en un cuerpo humano que denuncia el sufrimiento y la muerte. Las imágenes vibran en sus lienzos, rompiendo el hilo continuo de la existencia como los “equis equis”. A los espectadores, Vidal Chacón nos pone ante esas realidades produciendo en nosotros un conjunto de emociones insólitas. Sus obras nos permiten mirar hechos sociales de otra manera, generando infinidad de sensaciones. Permitamos que el arte nos hable. Jose Rozas Botrán Presidente Fundación Rozas Botrán


GEOMETRISMO ESCÉNICO I, acrílico/tela, políptico (5 piezas de 150 x 150 cm), 2014

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LAS CARRETAS DE FÉLIX VIDAL CHACÓN Por su magnitud y seriedad, la exposición de Félix Vidal Chacón en la galería de la Fundación Rozas Botrán constituye un significativo reconocimiento a su obra y a su ya larga y exitosa carrera artística que a estas alturas merecen, más que un comentario, un detenido estudio que ponga en relieve las razones de su trascendencia artística y cultural.

I El largo camino recorrido por las carretas de Félix Vidal Chacón va de la realidad al símbolo y de allí, como quien dice de regreso a casa, a la conciencia estética, social e histórica del propio artista y de la sociedad en su conjunto. En efecto, este elemento de la vida urbana fue descubierto como tema artístico cuando el artista, tratando de escapar de los temas trillados y de la actitud artística del paisajismo tradicional, decidió documentar la vida tal como se daba en los barrios marginales de la ciudad de Guatemala y empezó a desarrollar una especie de anti paisaje que recogía escenas del entorno social que le interesaba registrar, sin duda todavía sin plena conciencia de las posibilidades críticas de este tipo de arte. Eran imágenes a la acuarela de un realismo muy crudo de los asentamientos precarios que proliferaron después del terremoto en los barrancos que rodean la ciudad y a los lados de la línea del ferrocarril, en las que aparecía aquí y allá alguna carreta que, en aquel contexto, indicaba más bien la forma de subsistencia de los habitantes de la covacha a cuyas puertas estaba el primitivo vehículo de tracción humana. Dibujante hábil e imaginativo, Félix Vidal no tardó mucho tiempo en descubrir la plasticidad formal de las carretas y prestarle toda su atención a su estructura elemental, a su peculiar colorido, a los nombres que las identifican y a las inscripciones grabadas o pintadas en sus tablas laterales. A partir de esos descubrimientos empezó a desarrollarlas no solo como un elemento plástico que llegaría a ser dominante en las escenas “anti paisajísticas” sino también como elemento clave capaz de suscitar en la conciencia, la imaginación y la emotividad de los espectadores una serie inagotable de asociaciones

económicas, sociales, históricas, psicológicas y, en general, culturales. Es decir, el desarrollo de las carretas como elemento formal que predomina en la pintura de nuestro artista se dio paralelamente a su desarrollo semántico, y en ambas vertientes tuvo más bien el carácter de un descubrimiento paulatino que el de una invención repentina, de una lenta y consecuente construcción de la imaginación que de una intuición instantánea del genio creador. En ese proceso de descubrimiento y construcción las carretas poco a poco se fueron apropiando del espacio pictórico al tiempo que, simultáneamente, iba desapareciendo el escenario de la pobreza, tan característico de su etapa de realismo social. De cierta manera se puede decir que las carretas, en tanto elemento plástico y semántico que caracteriza a la producción de este artista, absorbieron la escenografía de sus primeros paisajes realistas que, por otro lado, sigue estando presente como alusión insoslayable y como el término de una asociación ineludible de sentimientos, actitudes, conocimientos e ideas que van de la imagen poética plasmada en la obra a la realidad social de la que surge. II Es a partir de ese momento cuando ya se puede hablar de una segunda etapa en la evolución de Félix Vidal Chacón y de las carretas que aparecen en su obra ya no como uno de los diversos elementos plásticos o como un recurso expresivo que, entre otros, el artista utiliza a discreción, sino propiamente como símbolo en el que cristalizan tanto sus afanes formales de artista creativo como sus intenciones críticas de hombre de su época. Las carretas, en efecto, son, a partir de este momento, un símbolo

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poético muy poderoso: una imagen de la cultura popular y del folclor urbano que cautivó, además del gran público, a los conocedores y coleccionistas, precisamente por su aspecto inocente e inofensivo, por su falta de contexto que le daba cierto carácter de estampa pintoresca fuera del tiempo, presentada, eso sí, con inédita frescura, de leyenda urbana y tradición oral y, en fin, de cuadro de costumbres de un pasado ya superado que, sin embargo, cabe evocar con romántica nostalgia. Y es que las carretas de esta segunda etapa tenían la sutileza de esconder en su frágil y vulnerable arquitectura aspectos de la realidad social que literalmente nadie quería ver. Justamente fue por la sutileza con la que mostraban y escondían al mismo tiempo su espinosa carga semántica que las carretas de Félix Vidal, como otrora las ratas de Ixquiac Xicará, salidas ambas de los últimos estratos sociales, se infiltraron en el imaginario de las esferas cultas y refinadas de la sociedad guatemalteca donde siguen transmitiendo en clave poética su denuncia lamentablemente todavía vigente. Desarrollada con un realismo más elaborado, producto de una mayor y más clara conceptualización formal a la que contribuyeron decisivamente la observación objetiva y el dibujo hábil y fluido, esta segunda etapa del desarrollo del artista se caracteriza por la sobriedad expresiva. Es cierto que las carretas son ahora simbólicas pero siguen siendo, al mismo tiempo, representaciones convincentes y muy bien logradas de las carretas que existen en la realidad. Su función simbólica no altera su forma. Su contenido, como ya vimos, le viene del contexto social y humano que ya no aparece en el cuadro no porque haya sido suprimido sino porque ha sido absorbido por este elemento formal que ahora lo posee y lo libera como las connotaciones inevitables y automáticas que su presencia suscita en el espectador. En este caso se puede decir que las carretas significan -señalan- lo que no está presente en el cuadro, es decir el contexto social del que han sido tomadas. Su realismo formal y su veracidad objetiva eran las condiciones sine qua non de su efectividad simbólica.

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III El símbolo, aplicado a una situación de comunicación humana, más que una mera facultad de aludir a otra realidad, es un poder. Y en ese sentido las carretas de Félix Vidal Chacón en la segunda etapa del desarrollo de su obra se convirtieron en un símbolo cuyo poder radicaba en gran parte en la sutileza con que escondía en su “belleza formal” un significado social crítico y profundo. Una tercera etapa se abrió cuando las carretas, sin dejar del todo de ser los símbolos críticos a través de los cuales se mostraba un escenario social marginal, empezaron a actuar como personajes que pueden representar distintos papeles en los más diversos escenarios. Sin embargo, fieles a su origen crítico, representan/simbolizan al pueblo, esa entidad evasiva y tan difícil de definir; es decir que aluden ya no a un escenario o a un espacio social más o menos estable y permanente, sino más bien a otro actor que asiste asombrado a una representación de su propia historia y a unas dramatizaciones de ciertos hechos sociales y conductas culturales. Con este cambio de concepto y de forma, las carretas ya no se definen por la realidad social que su presencia denunciaba y criticaba sino por la actitud que adoptan en las diversas situaciones que les plantea la vida social. Cuando se habla de personajes y de representaciones se habla también de interpretaciones y dramatizaciones, de escenarios y puestas en escena. Así, de la sobriedad expresiva y la objetividad formal que caracterizó a la obra que produjo en la segunda etapa, Félix Vidal, encarnado ahora sin disimulo en sus carretas-personajes, pasó a desarrollar su obra con una mayor libertad expresiva, abarcando un universo temático más amplio teñido de un subjetivismo muy intenso y pronunciado. El referente sigue siendo un hecho objetivamente real pero la forma de las carretas parece ahora estar determinada más por un desborde de la fantasía que por el sobrio realismo del simbolismo imaginativo. Las carretas actuales, en efecto, en tanto personajes


del pueblo y de la vida real, tienen sentimientos, historia, memoria, familia, alegrías y, hasta cierto punto, conciencia de su identidad, y reaccionan y actúan en las diferentes situaciones dramáticas con una intensidad emotiva que distorsiona la forma real, clásica y objetiva de su función simbólica. Así, las vemos danzando ritual y alegremente, manteniendo un imposible equilibrio sobre el paisaje de Atitlán más característico, o bien reducidas a escombros y abandonadas en un terreno al borde del olvido, destruidas por el tiempo y la violencia, en clara alusión al conflicto armado interno del siglo pasado. El contenido de estas carretas más fantásticas que simbólicas ya no es una realidad objetiva sino más bien una proyección y una puesta en escena de los deseos y el pensamiento social y poético de Félix Vidal Chacón, y más que símbolos son la expresión del alter ego del artista. Sin embargo, en medio de toda esa fantasía algunas de estas carretas-personajes, en vez de ver lo que está afuera como paisaje y como historia objetiva, dirigen su atención a su propia interioridad y encuentran allí, en penosa introspección, el hilo realista y crítico de su origen. Son ejercicios críticos de memoria y autoanálisis, disecciones de su pasado crítico y de su forma realista y simbólica, en los que se reencuentran con el esquema intelectual-conceptual, con su forma gráfica, original y transparente, en la que reside su significatividad y su artisticidad, inmersas ahora en un contexto de figuras geométricas, trazos gestuales y dinámicos y ritmos cromáticos intensos que las destacan como creación de la imaginación y de la intención expresiva y comunicativa más genuina y plenamente lograda. Derivados de esta especie de autoanálisis son esos grandes polípticos que forman lo que el artista llama Geometrismo escénico en los que él literalmente juega con la forma plástica y la personalidad de las carretas, las sombras que proyectan sobre el espacio y su ensamblaje en una composición que aparentemente admite variaciones, seguro ya de la efectividad de su lenguaje y de la atención y comprensión de su público.

Se trata ahora de obras de madurez en las que el artista se muestra más en control emotivo y conceptual de sus recursos expresivos y con mayor conciencia de las posibilidades y limitaciones de los símbolos plásticos de su deslumbrante y efectivo lenguaje visual. Las carretas son la expresión de esa madurez: tienen vida propia y respiran por sí mismas con cierto aire de suficiencia formal; ya no monopolizan el espacio pictórico sino que lo comparten con las puertas, otro elemento formal y semántico de hondo sentido metafórico, que en obras como La gran señora señala la exacta dimensión humana que explica la intención de la creación artística, el heroísmo del símbolo y la proeza de la comunicación lograda por Félix Vidal Chacón. Juan B. Juárez

Felix Vidal Chacón de 5 años de edad junto a su mamá en 1963.

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GEOMETRISMO ESCÉNICO II, acrílico/tela, políptico (5 piezas de 60 x 60 cm), 2014

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FÉLIX VIDAL CHACÓN

Félix Vidal Chacón ha alcanzado un lugar especial entre los acuarelistas de los últimos años. Sus carretas, a las que ha revestido de singular personalidad y belleza, y que ocuparan durante mucho tiempo la atención de su producción, van cediendo poco a poco el lugar a otros temas que con igual dedicación son tratados con acertado sentido plástico. Ya su obra superó la fase de búsqueda de “correcciones” de tinte académico, para entregarnos “expresiones” de humanas temperamentalidades. Sus acuarelas se gozan, con la fruición con que se goza la luz y el lugar que extrajo sus motivos. Hoy nos trae fragmentos luminosos de Atitlán y de la ciudad de Guatemala. ¿Qué buscar en sus acuarelas para decir algo de ellas...? ¿Hablar de la composición, de la selección y solución acertada en sus temas, del tratamiento del color, la transparencia y limpieza de la factura en la realización de sus obras...? Su trazo decidido y seguro, junto al dominio que ha alcanzado del color en la acuarela, y una alta poesía en sus ejecuciones le dan al trabajo de Vidal Chacón un carácter óptimo. Dejo testimonio de reconocimiento a la obra de altos vuelos y trascendencia entre los acuarelistas, acrisolada en la producción de Félix Vidal Chacón, y mi sincera felicitación y admiración por su creación plástica.

Enrique Anleu Díaz Nueva Guatemala de La Asunción de 1993

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GEOMETRISMO ESCÉNICO III, acuarela/papel, 54 x 72 cm, 2013

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Me contaron aquellos de la ciudad de los cuarenta y cincuenta, que se oía decir “Hay que buscar una carretilla” para llevar la mesa coja, el banquito, el canasto de chuchitos y los aguacates para las tostadas. Pero los carreteros decían: “El chilate caliente con chile para la goma voz”. Allá por el año 86, con sombrero, papel, lápiz y una paleta con tres colores primarios; acompañado por mi maestra Isabel Ruiz, caminábamos entre la 24 y la 25 calle de la zona 1, cuando encontramos las carretillas, una tras otra, despintadas y flojas, recostadas en puertas desajustadas o en paredes mohosas, carcomidas por el tiempo. Caminando por la calle con olor a tierra mojada o de piedra, llega el momento en que me enamoro de ellas, e inundan un profundo deseo en mi ser interior de artista, plasmando así los años cuarenta, cincuenta, el ayer, hoy y mañana. Así mis lienzos se han llenado de líneas y color, con olor a carretilla, y seguiremos viendo y diciendo “Hay que buscar una carretilla” de don Félix. Félix Vidal Chacón

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- De los recuerdos de ayer, hoy lo hace presente mi pintura… - Dándole vida al pasado en el tiempo de hoy…

LO QUE NOS DICE EL AUTOR En las obras de Félix lo que vemos hoy son escenas tan claras como las de ayer que activaban el barrio. Para recordar y contar de estas carretas a las nuevas generaciones. Hoy me he dado cuenta de que aquella historia ha desaparecido porque el modernismo la sepultó; en esto aparece la palabra VIVIFICACIONES en su sentido total: dar vida, nuevas fuerzas, fortalecer algo. Aparezco entonces con mi pintura desenterrando aquello del pasado para darle vida con la serie vivificaciones 2010. En cuanto a lo último de mi que hacer artístico surge la serie que se enmarca con una palabra compuesta: OSAMENCARRETAS; es decir restos de la estructura de carreta personificada, a la cual seguiré dándole vida.

DANZARINAS AL RITMO DEL CÍRCULO, acrílico/tela, 140 x 140 cm, 2014

Félix Vidal Chacón (2011)

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FLETES EN EL REDONDEL, acrílico/papel, 54 x 72 cm, 2014

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FLETES EN LA PUERTA COLGANTE NUMERAL II, acuarela/papel, 54 x 72 cm, 2014

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EVOCACIÓN DE LOS ENGRAMAS I, acrílico/papel, 54 x 74 cm, 2014

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EVOCACIÓN DE LOS ENGRAMAS II, acrílico/papel, 54 x 74 cm, 2014

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APUNTES DEL ALTIPLANO II, mixta/papel, 54 x 72 cm, 2014

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DE LO DEL GRAFISMO, acrílico/tela, 50 x 60 cm, 2014

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LA GRAN SEテ前RA, acrテュlico/tela, 160 x 180 cm, 2014

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DESCENDENCIA DE LA GRAN SEテ前RA, acrテュlico/tela, 160 x 180 cm, 2014

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FRAGMENTACIÓN 01, acrílico/tela en masonite, 28 x 34 cm, 2014

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DOS EN FILA, ACRÍLICO/TELA, 41 x 51 cm, 2014

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FRAGMENTACIÓN 02, acrílico/tela en masonite, 28 x 34 cm, 2014

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FRAGMENTACIÓN 03, acrílico/tela en masonite, 28 x 34 cm, 2014

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FRAGMENTACIÓN 04, acrílico/tela en masonite, 28 x 34 cm, 2014

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FRAGMENTACIÓN 05, acrílico/tela en masonite, 30 x 40 cm, 2014

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FRAGMENTACIÓN 06, acrílico/tela en masonite, 30 x 40 cm, 2014

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FRAGMENTACIÓN 07, acrílico/tela en masonite, 30 x 40 cm, 2014

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FRAGMENTACIÓN 08, acrílico/tela en masonite, 30 x 40 cm, 2014

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TRES EN FONDO ROJO, mixta/papel, 54 x 72 cm, 2014

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NUMERAL 41, acrílico/tela, 35 x 50 cm, 2014

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DE LA SOMBRA EN DÍPTICO, acrílico/tela, díptico (dos piezas de 52 x 60 cm), 2014

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TRES EN FILA, ACRÍLICO/TELA, 35 x 50 cm, 2014

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APUNTES DEL ALTIPLANO I, acrílico/tela, 100 x 120 cm, 2014

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FLETES EN LA PUERTA COLGANTE NUMERAL I, acrílico/papel, 54 x 74 cm, 2014

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DANZARINAS AL RITMO DEL XOCOMIL II, acrílico/papel, 54 x 73 cm, 2014

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DANZARINAS AL RITMO DEL XOCOMIL I, acrílico/tela, 130 x 152 cm, 2014

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DE LOS TEMAS DEL MERCADO, acuarela/papel, 38 x 52 cm, 2014

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FESTIVAL DE UNA VIVIFICACIÓN, acrílico/tela, 110 x 130 cm, 2011

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OSAMENCARRETAS 002, acuarela/papel, 28 x 38 cm, 2011

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OSAMENCARRETAS 003, acuarela/papel, 34 x 43 cm, 2011

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OSAMENCARRETAS 004, acuarela/papel, 30 x 38 cm, 2011

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OSAMENCARRETAS 005, acuarela/papel, 34 x 43 cm, 2011

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FELIX VIDAL CHACÓN Lugar y fecha de nacimiento: 19 de octubre de 1957, Salamá Baja Verapaz, Guatemala. De 1981 a 1986, estudio Artes plásticas en la Universidad popular, bajo la dirección de los maestros Rodolfo Galiotti Torres, Enrique Anleu Díaz e Isabel Ruiz, con especialización en dibujo, pintura y grabado (xilografía), y en el año 2009 recibió un taller intensivo de Escultura con el maestro Sebastián Barrientos. Desde 1988 ha preparado más de 20 exposiciones personales en galerías del país como: Galería el Túnel Museo Ixchel Galería Fórum Galería el Sereno Antigua Guatemala Galería el Áttico La Antigua, Galería de Arte Ha participado en numerosas exposiciones colectivas y en las diferentes subastas del país, Juannio, Club Rotario, Fundación Aldo Castañeda, Funsilec, Junkabal, Rozas Botrán, Artes muy especiales, Margarita Tejada, y Fundación Fundal; y en el extranjero, como en: México, Dinamarca, Estados Unidos, Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Su Obra se encuentra en colecciones privadas nacionales e Internacionales: Centro América, Sudamérica, Estados unidos, Europa. En Instituciones importantes como: La Pinacoteca del Palacio Nacional, Casa de la Cultura de Quetzaltenango, Administradora de Valores de Guatemala, Miembro del Grupo Financiero Uno, Banco de Guatemala, Banco G&T, Banco Industrial y en el Extranjero. Actualmente imparte demostraciones de acuarela. DISTINCIONES 1987 1er. Premio 8° Salón Nacional de la Acuarela 1988 2do. Premio 9° Salón Nacional de la Acuarela 1989 Fue declarado “Artista Amigo” por la Casa de la Cultura de Mixco 1990 Glifo de Plata VII Bienal de Arte Paiz, opción naturalista, categoría Artistas invitados 1990 1ra.Mención Honorífica XXII Certamen Arturo Martínez Quetzaltenango 1991 1er. Premio XXIII Certamen Arturo Martínez, Quetzaltenango 1991 1er. Premio 11° Salón Nacional de la Acuarela 1992 2do. Premio XXIV Certamen Arturo Martínez, Quetzaltenango 1994 2do. Premio 14° Salón Nacional de la Acuarela 1995 1er. Premio 15° Salón Nacional de la Acuarela 1996 Participación como Jurado 16° Salón Nacional de la Acuarela 2004 Homenajeado por el taller de arte Raquel Ferrús de Dacaret y Fundación La luz Casa MIMA 2008 Homenajeado por la Asociación Sábados culturales de Salamá Baja Verapaz EXPOSICIONES PERSONALES RECIENTES: Serie de Fragmentos Galería el Túnel (2006); Serie Tierra Mojada, Galería el Túnel, acrílicos, óleos y acuarelas (2007); Exposición individual, Serie Vivificaciones, Galería el Túnel (2010). EXPOSICIONES COLECTIVAS: Tres Visiones Contemporáneas de Guatemala. Juan Carlos Calderón, Hugo González Ayala, Félix Vidal Chacón, en Galería el Túnel (2014); Autóctono Colectivo De Arte, en la Sala del Artista Casa Santo Domingo (2007); Expresiones en movimiento. Félix Vidal Chacón, Hugo González Ayala, Galería La Antigua (2013); Un acontecimiento importante para el artista fue exponer por primera vez conjuntamente con su hijo Ricardo en la exposición Protagonistas del espacio urbano. Artistas: Félix Vidal Chacón y Ricardo Chacón Zaldaña (Ricardóch) Galería el Túnel (2013).

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Presidente: Jose Rozas Botrán Dirección: Mariana Solórzano Directora Cayalá: María de Botrán La Revista: Cristina Rozas Botrán Museografía: David Urbina Textos: Jose Rozas Botrán Juan B. Juárez

Enrique Anleu Díaz Félix Vidal Chacón Fotografía: Fernando Quel Diseño: Luis Quel, QUELSA-F4 Impresión: Corporación Litográfica Edición y producción: Thelma Castillo © Fundación Rozas-Botrán Guatemala, enero 2015 Instituto para la Investigación Científica y la Educación acerca de las Enfermedades Genéticas y Metabólicas Humanas (INVEGEM) Centro de Rescate, Estudio y Análisis Científico para el Arte (CREA) Hospicio y hospital San José para niños VIH positivo y niños seronegativo. De forma ambulatoria monitorea a niños y adultos VIH positivos, así como a pacientes que han sido expuestos al virus y pacientes seronegativo. Centro Ocupacional Especial Laboral Integral (COELI)

www.fundacionrozasbotran.org

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