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Nº 4 – 2016 – QUINTA ÉPOCA
R EVISTA DE E STUDIOS H ISTÓRICOS DE LAS C IENCIAS DE LA S ALUD
Enfermedades venéreas: un problema sanitario internacional en 1900 Josep L. Barona
Ramón de la Sota y Lastra (1832-1913): aproximación a su biografía socio-profesional Juan L. Carrillo www.fu1838.org
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Disfruta de la historia
www.fu1838.org Vista de la antigua biblioteca de la Fundación Uriach, en la calle Degà Bahí de Barcelona. Autor de la foto Agustí Centelles, 1961.
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REVISTA DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DE LAS CIENCIAS DE LA SALUD
MEDICINA e HISTORIA Nº 4 – 2016 – QUiNta ÉpoCa REVISTA DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DE LAS CIENCIAS DE LA SALUD publicación trimestral FUNdada eN 1964 Fundación Uriach 1838 Centro de documentación de Historia de las Ciencias de la Salud polígono industrial Riera de Caldes avda. Camí Reial 51-57 08184 palau-Solità i plegamans (Barcelona-españa) www.fu1838.org fundación-historia@uriach.com Director de la publicación: Javier Uriach torelló Soporte Válido con la ref. SVR nº 479 dep. legal: B-27541-1963 iSSN: 0300-8169 © de la edición: Fundación Uriach 1838 Reservados todos los derechos. el contenido de la presente publicación no puede ser reproducido, ni transmitido por ningún procedimiento electrónico o mecánico, grabación magnética, ni registrado por ningún sistema de recuperación de información, en ninguna forma, ni por algún medio, sin la previa autorización por escrito del titular de los derechos de explotación de la misma.
S4S Enfermedades venéreas: un problema sanitario internacional en 1900 Josep L. Barona
S 21 S Ramón de la Sota y Lastra (1832-1913): aproximación a su biografía socio-profesional Juan L. Carrillo
prohibida su venta.
Portada: Cartel publicitario “Sanatorio para sifilíticos” de Barcelona, 1900 (Ramon Casas). Litografía fondo archivístico de la Fundación Uriach 1838.
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Enfermedades venéreas: un problema sanitario internacional en 1900 Josep L. Barona*
Resumen: durante la segunda mitad del siglo XiX surgió un poderoso movimiento sanitario internacional como expresión de la importancia política y económica del binomio salud-enfermedad. desde los años 1850 una larga serie de conferencias sanitarias internacionales sobre epidemias, higiene, beneficencia, tuberculosis, salud materno-infantil y sanidad rural reunieron a médicos, diplomáticos y gobernantes de muchos países para buscar soluciones políticas al impacto social de las enfermedades. Surgía así una diplomacia sanitaria internacional como vía de debate y solución de los principales problemas de salud. Según las estadísticas oficiales, la elevada prevalencia de enfermos sifilíticos
al iniciarse el siglo XX disparó las alarmas ante los problemas de prevención y tratamiento de la enfermedad. Se convocaron dos conferencias internacionales sobre la sífilis. este artículo analiza las contribuciones y debates entre los expertos internacionales, los argumentos médico-sanitarios, morales y sociales, y las reacciones políticas, las regulaciones nacionales de la prostitución, así como las iniciativas y recomendaciones internacionales. Las principales fuentes utilizadas son las reglamentaciones nacionales, y las ponencias, informes y debates que tuvieron lugar durante las dos Conferencias internacionales sobre la sífilis, celebradas en parís y Bruselas, entre 1898 y 1902.
Venereal diseases: an international health problem in 1900 Abstract: during the second half of the XiX century a powerful international health movement appeared as the expression of the political and economic importance of the health-disease relationship. From 1850 a long series of international health conferences on epidemics, hygiene, charity, tuberculosis, mother-baby health and rural health brought together doctors, diplomats and governors from many countries to look for political solutions to the social impact of disease. an international health diplomacy arose from this as a channel for debate and solution to the main health problems. according to official statistics, the elevated prevalence of
La sanidad internacional y la sífilis como problema urante la segunda mitad del siglo XiX se fue configurando paulatinamente un movimiento sanitario internacional que abordó las políticas sanitarias para afrontar los grandes problemas de salud. Su creciente importancia indica la relevancia política y el coste económico que habían alcanzado la
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syphilitics at the beginning of the XX century set off the alarm regarding the problems of preventing and treating the disease. two international conferences on syphilis were convened. this article analyses the contributions and debates among the international experts, the medico-sanitary, moral and social arguments, and the political reactions, national regulations for prostitution as well as international initiatives and recommendations. the main sources used are national regulations, and the lectures, reports and debates that occurred during the two international Conferences on Syphilis, held in paris and Brussels between 1898 and 1902.
salud y la enfermedad en los países occidentales. también indica un giro importante en la manera a afrontar los conflictos internacionales mediante el empleo de la diplomacia y la negociación en vez del conflicto armado. desde la década de 1850 una larga serie de Conferencias Sanitarias internacionales reunió a expertos y autoridades sanitarias de numerosos países para buscar soluciones técnicas y establecer estrategias políticas a los problemas nacionales derivados
del impacto social de la enfermedad1. Cada vez era más evidente el coste económico de las epidemias, las enfermedades infecciosas y la elevada mortalidad, de modo que los buenos indicadores sanitarios de una sociedad se identificaban con la idea de progreso y desarrollo social. La diplomacia entorno a las enfermedades venéreas configuró una de las formas más claras de biopolítica, lo que Michel Foucault denominó biopoder2, es decir dominio disciplinador del uso
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del cuerpo a través de la medicina social. A comienzos del siglo XX, la importancia política de la salud y la enfermedad (biopolítica) se tradujo en el impulso a la creación de administraciones sanitarias nacionales y ministerios de sanidad en la mayoría de las sociedades liberales, especialmente en situaciones de conflicto bélico cuando el contexto era más crítico3. Con anterioridad a la firma del Tratado de Versalles y la creación de la Sociedad de Naciones en 1920 nada más concluir la Gran Guerra, ya se habían realizado una treintena de conferencias sanitarias internacionales, se habían creado comisiones de especialistas de diversos países y en ocasiones también comités técnicos para coordinar las regulaciones nacionales e internacionales sobre epidemias y cuarentenas, higiene y demografía, tuberculosis, sanidad rural, tráfico de mujeres y niños, instituciones de beneficencia y enfermedades venéreas4. Este movimiento sanitario internacional condujo a la creación de oficinas internacionales de la salud, tales como la Oficina Panamericana de la Salud (OPS) en Washington (1902), la Oficina Internacional de Higiene Pública de París (1907) y el Comité de Higiene de la Sociedad de Naciones en Ginebra (1920)5. Durante estos últimos años una rica historiografía ha investigado aspectos específicos de esa etapa inicial de la sanidad internacional6. Algunos de esos trabajos se han ocupado de la coordinación de campañas sanitarias y la lucha contra las epidemias7, del establecimiento de una red internacional de expertos en salud pública8, de la estandarización de los métodos estadísticos y de investigación de los productos biológicos y farmacéuticos9, y también de los orígenes de la epidemiología como una herramienta esencial para las políticas de salud pública10. Sin embargo, menos atención se ha prestado al papel desempeñado por las reuniones internacionales como espacio de debate científico y político de problemas sanitarios específicos como la tuberculosis, el paludismo o la lucha contra las enfermedades venéreas11. La abundante historiografía que aborda estas cuestiones se refiere al ámbito nacional.
Figura 1: Cartel de Ramón Casas anunciando el sanatorio para sifilíticos de la Bonanova (Barcelona).
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La prostitución como telón de fondo La mayoría de los países europeos establecieron durante el siglo XiX formas de regulación frente a la prostitución mediante reglamentos de ámbito municipal. en términos generales, los argumentos para la abolición o la regulación eran más de índole moral que sanitaria. Sin embargo, la sífilis y las enfermedades venéreas se convirtieron cada vez más en uno de los principales problemas sanitarios a comienzos del siglo XX12. Su elevada incidencia afectaba a todos los grupos sociales y de manera muy dramática a las familias obreras. en españa las primeras regulaciones municipales se implantaron en Zaragoza (1845) y en Madrid (1847), y en los años sucesivos de mediados del siglo XiX siguió una larga lista de capitales de provincia13. algo similar ocurrió en la mayoría de los países europeos. La prostitución fue objeto de regulaciones y políticas públicas desde una perspectiva moral y social. era considerada como un problema de orden público que, además, provocaba efectos muy negativos sobre la salud. Cuando la abolición no era la estrategia elegida, el control social se basaba principalmente en el registro e inscripción de las prostitutas, la inspección médica periódica de las prostitutas registradas y la hospitalización obligatoria cuando se detectaban enfermedades venéreas14. en españa no existía un modelo nacional centralizado para todas las provincias. Las políticas sobre la prostitución eran competencia de las autoridades provinciales a través de los gobernadores civiles y las autoridades municipales, y la situación era diferente en cada provincia en función de la ideología liberal o conservadora de los gobernantes. en el caso de Francia y Bélgica, las políticas sobre la prostitución se planteaban desde la perspectiva moral de la llamada policía de costumbres (police des moeurs) más que desde un enfoque sanitario de prevención de las enfermedades venéreas. en 1901, por iniciativa de alfred Fournier, se fundó la Société Française de Prophylaxie Sanitaire et Morale, organismo que entró a formar parte de la Société internationale del mismo nombre creada en Bruselas un par de años
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antes15. Como había sucedido anteriormente con las conferencias internacionales sobre las instituciones de protección a la lactancia llamadas gotas de leche y las instituciones de beneficencia, fueron asociaciones belgas las que convocaron las primeras reuniones internacionales para abordar de forma coordinada el problema de las enfermedades venéreas. en las primeras conferencias se planteaba tanto el control de la prostitución, como la vertiente sanitaria y social del problema. debido al fuerte impacto negativo de la sífilis y la prostitución sobre la salud de la población y al impacto tan negativo sobre la economía al afectar en gran medida a los obreros, a co-
mienzos del siglo XX tanto los salubristas como las autoridades políticas consideraban que tanto la sífilis como la prostitución representaban un obstáculo esencial para la modernización social del país. en efecto, al igual que lo señalado anteriormente para Francia, Bélgica y españa, en el resto de países europeo se fueron creando organismos e instituciones nacionales para hacer frente a las enfermedades de transmisión sexual. en Francia, la Commission de prophylaxie des maladies vénériennes (1916), la Office national d’hygiène sociale (1924), la Commission générale de propagande (1926) y el Conseil supérieur d’hygiène sociale (1938), todos ellos abundaban en la gran lacra que re-
Figura 2: portada del libro del médico libertario Luis Huerta “prostitución, abolicionismo y Mal Venéreo” (1935).
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Figura 3: Cartilla de registro de prostitutas.
presentaban las enfermedades venéreas. en españa las regulaciones municipales se fueron extendiendo durante el siglo XiX y finalmente se elaboró una normativa nacional bajo el nombre Bases para la reglamentación de la profilaxis pública de las enfermedades venéreo-sifilíticas (1918). Hubo también otras iniciativas institucionales, tales como la creación de un Comité Ejecutivo Antivenéreo (1928), que impulsó el establecimiento de dispensarios antivenéreos y de los llamados sifilocomios, centros para la asistencia y tratamiento de los pacientes con enfermedades venéreas16. La pesada carga representada por los pacientes afectados de sífilis y otras enfermedades venéreas ponía de relieve la complejidad y la dimensión poliédrica de un problema que incluía aspectos de moralidad privada y pública, sanidad, políticas sociales y que tenía consecuencias económicas sobre el rendimiento laboral y la asistencia sanitaria. por todo ello, las enfermedades venéreas fueron estigmatizadas como una de las causas principales del deterioro de la raza. Se les atribuía la degeneración del
cuerpo y de la mente humanas, y la destrucción de la familia y la estructura social. además, la sífilis hereditaria estigmatizaba a los niños inocentes afectados por la enfermedad. en definitiva, en torno a la sífilis y al resto de enfermedades venéreas se construyó un imaginario colectivo que las representaba como una gran amenaza tanto para las personas individuales, como para el sistema social en su conjunto. La gran amenaza requería una enérgica estrategia biopolítica. Si es cierto que la amenaza afectaba a todos los agentes sociales, los datos epidemiológicos resultaban especialmente aterradores en los suburbios obreros de las zonas industriales, donde los trabajadores vivían en unas condiciones higiénicas muy deficientes y sufrían una incidencia brutal de las principales lacras sanitarias de comienzos del siglo XX: la tuberculosis, la sífilis y el alcoholismo. todas estas enfermedades eran consideradas como factores esenciales de la degeneración humana17.
fectada por la sífilis. por su parte, la British Medical Association había calculado que entre 1880 y 1887 el número de hombres incapacitados laboralmente por padecer sífilis se había triplicado en Gran Bretaña. Las estadísticas de mortalidad publicadas por las sociedades aseguradora revelaban que el 11% de las muertes del Reino Unido eran provocadas por la sífilis18. en 1922, la Commission de prophylaxie des maladies vénériennes de Francia estimaba que las enfermedades venéreas tenían un coste anual de 140.000 muertes en el país galo: “unos 20.000 niños morían antes de nacer en el seno de la madre (mortinatalidad), se producían 40.000 abortos patológicos, 80.000 fallecimientos de niños y adultos. Una décima parte de la población francesa estaba afectada por la sífilis19.” Los datos eran aterradores y la población afectada de tabes dorsal y del sistema nervioso central –las últimas fases de la enfermedad– poblaba los manicomios.
Las estadísticas epidemiológicas oficiales indicaban, a comienzos del siglo XX, que en parís cerca de un 16 por ciento de la población estaba in-
dada la importancia política de las enfermedades venéreas en los distintos países europeos, el presente ensayo se propone analizar la respuesta
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internacional, es decir, el establecimiento de un contexto de debate en foros internacionales, donde se intercambiaban argumentos médicos y sociales, y se proponían iniciativas políticas frente a la sífilis y las enfermedades venéreas a principios del siglo XX. el objetivo principal es hacer hincapié en la relevancia biopolítica del problema de la sífilis a través de la reacción internacional, que muestra claramente la interacción entre política y medicina, entre los reglamentos nacionales y las recomendaciones internacionales. para esta investigación he empleado fuentes diversas, como son los reglamentos municipales y nacionales, documentos técnicos, artículos e informes, y especialmente las ponencias presentados durante la primera y segunda conferencias internacionales sobre la sífilis por parte de los especialistas en sifilografía y venereología, y de los delegados representantes de los diversos países.
Las primeras iniciativas internacionales al iniciarse el siglo XX, la sífilis y, en general, las enfermedades de transmisión sexual, aparecieron con fuerza en el escenario internacional20. en 1899 se había creado una oficina internacional para luchar contra el tráfico de mujeres y niños21. poco después, en 1902, se celebró en parís una Conference on International Traffic in Women and Children (Conferencia internacional sobre tráfico de mujeres y niños). Nada más crearse la Sociedad de Naciones comenzó a abordar el problema de la esclavitud de las mujeres y la trata de blancas (1921)22. La primera Conferencia internacional sobre la sífilis se celebró en Bruselas en 1899 y continuó en parís al año siguiente. Fue una iniciativa de la Société Internationale de Prophylaxie Sanitaire et Morale de la Syphilis et maladies veneréennes. a partir de entonces las entidades convocantes invitaron a las sociedades nacionales implicadas en la lucha contra la prostitución y las enfermedades venéreas a participar en sucesivas reuniones para discutir y coordinar iniciativas. también fueron invitadas las
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conciliables: la reglamentista y la abolicionista. La primera pretendía regular el ejercicio de la prostitución controlando a las personas y su estado de salud, empleando principalmente argumentos económicos y sanitarios. La segunda demandaba la prohibición de la prostitución con argumentos morales25.
Figura 4: programa de la ii Conferencia internacional para la profilaxis de la sífilis y las enfermedades venéreas. Bruselas, 1902.
autoridades de las principales capitales europeas. Se trataba de poner en contacto a los más destacados venereólogos con los responsables políticos y de las administraciones. La primera Conferencia internacional aprobó la propuesta de prohibir la prostitución en mujeres menores de edad civil, y el argumento principal que sostenía esa resolución era precisamente que las prostitutas menores eran el principal factor de la propagación de la sífilis23. este ejemplo demuestra hasta qué punto el amplio movimiento social que a comienzos del siglo XX se extendía por toda europa para la protección de los niños abandonados y vagabundos no sólo era fruto de razones sociales y morales, sino que también contenía argumentos de salud pública. Si una chica menor de edad no podía casarse sin el permiso de su familia, tampoco debía poder vender su cuerpo en condiciones que a menudo eran deplorables. “La moral social indica que el matrimonio es mejor que la unión libre y que tener hijos legales mejor que ilegítimos”24. en cuanto a la regulación de la prostitución, la primera Conferencia internacional de Bruselas no fue capaz de conciliar la dicotomía tradicional entre las dos posiciones irre-
La Segunda Conferencia internacional se celebró en Bruselas entre el 1 y el 6 de septiembre de 1902. Las ponencias y debates muestran la pluralidad de perspectivas que se manejaron en el análisis del problema de las enfermedades venéreas: argumentos higiénicos, sociales, morales, legales y policiales. de la importancia política del acontecimiento da cuenta el hecho de que la Conferencia se celebrase en el Palace de l’Académie, la ceremonia inaugural fuese presidida por el barón Van der Bruggen, que entonces ostentaba el cargo de Ministro Belga de agricultura y Salud. a su lado estaba el Ministro de estado, que presidía la Conferencia. Había delegados representando a países de los cinco continentes26. entre los delegados municipales de las principales capitales europeas había médicos, sociólogos, higienistas, abogados y representantes de grupos sociales y profesionales. La Conferencia comenzó con la intervención del venereólogo alemán albert Neisser, director de la clínica dermatológica de Breslau (alemania). después intervinieron los médicos L. Jullien y Le pileur, renombrados venereólogos de parís. Con motivo de la Conferencia, el Consejo permanente organizador invitó a participar a las autoridades de la ciudad de Madrid. el delegado nombrado por el consejo de la ciudad fue un médico, antonio pardo Regidor, que era experto en salud pública con experiencia en enfermedades venéreas, a propuesta del Secretario decano del Cuerpo facultativo de Beneficencia, Sanidad e Higiene en Madrid, el dr. albitos. pardo Regidor presentó en la Conferencia de Bruselas dos informes que estaban dedicados a discutir la profilaxis y la asistencia médica a los pacientes con sífilis y enfermedades venéreas. tras regresar a Madrid después de la Conferencia, a. pardo Regidor presentó un informe detallado a la Junta Consultiva del Cuerpo de Beneficencia
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La prevención implicaba un estricto control de las condiciones higiénicas de los espacios públicos y privados, tales como hoteles, residencias, iglesias, fábricas, escuelas, medios de transporte colectivo y lugares de ocio.
Figura 5: Fotografía de dorothea Lang “Migrant Family”
Municipal de Madrid que resumía el contenido y las resoluciones adoptadas por la Conferencia. aunque este tipo de informes era lo habitual tras la participación de las autoridades sanitarias y los delegados en reuniones internacionales, en este caso, el informe tiene el interés adicional de haber servido de referente para las políticas municipales y estatales posteriores aplicadas en españa27.
Prostitución infantil y enfermedades venéreas Los participantes en las primeras conferencias internacionales ponían de manifiesto la existencia de un compromiso político en la discusión y coordinación de la lucha contra las enfermedades venéreas. Uno de los asuntos considerados fundamentales era tratar de evitar la transmisión y proteger a los niños abandonados y vagabundos, que eran un núcleo importante de prostitución y transmisión de infecciones. La prostitución infantil, la protección de los niños en situación de riesgo, como también las nodrizas o amas de cría, que se encargaban de la llamada lactancia mercenaria o subrogada, fueron considerados asuntos clave para
hacer frente a la propagación de las enfermedades venéreas. Los textos médicos y los debates en estos congresos indican que la construcción de la infancia como problema social y del niño como sujeto que debe protegerse, no solo se fundamentó en el abandono, la vagancia y la delincuencia, sino que también incluía el abuso sexual y la prostitución en todas sus dimensiones sociales, morales y sanitarias. por esa razón la infancia marginal y degradada se vinculaba a la prostitución y, por ende, a la transmisión de enfermedades venéreas. Los participantes en las dos primeras conferencias internacionales sobre la sífilis afrontaban el problema de la prostitución infantil no sólo desde el punto de vista de la protección social, la moralidad y el abandono familiar, sino también desde el punto de vista del problema sanitario que representaba la transmisión de enfermedades venéreas. Como la sífilis estaba ampliamente extendida y las cifras de contagios eran impresionantes, los responsables de la acción médica, social y preventiva manejaban un universo de peligros de contagio muy amplio: las nodrizas o amas de cría, las técnicas de vacunación brazo a brazo, los objetos y herramientas contaminados en las fábricas, industrias y lugares de trabajo, y cualquier objeto infectado.
en un contexto tan amplio, un punto crucial que se planteaba en las discusiones era la responsabilidad penal derivada del contagio. La responsabilidad penal se consideraba una buena medida represiva y disuasoria como medio para evitar el comportamiento irresponsable de quienes sabiéndose afectados por la enfermedad no tenían ningún cuidado para evitar infectar a otras personas. en este sentido, los médicos y las autoridades sanitarias debatían si los principios de la responsabilidad civil y penal deberían aplicarse o no a quienes transmitían enfermedades venéreas a sus parejas o descendientes. La penalización del contagio bajo determinadas circunstancias se convirtió en un asunto esencial para las estrategias de prevención, desde la perspectiva de la responsabilidad individual. Se trataba de controlar la doble vía de infección: evitar que la persona sana tuviera contacto peligroso con personas u objetos contaminados, y evitar que los enfermos infectaran al resto de la población. Fortalecer la prevención individual requería campañas de divulgación capaces de concienciar a los jóvenes y a la opinión pública acerca de los peligros de la sífilis y demás enfermedades venéreas para las personas y para la sociedad en su conjunto. La dimensión real del problema sólo podía estimarse mediante registros epidemiológicos comparables y estandarizados de los distintos países, pero los sistemas de registro de enfermedades eran muy dispares. en particular, ese objetivo era muy difícil de alcanzar debido a la dimensión oculta de la enfermedad asociada a la prostitución y a formas estigmatizadas de sexualidad, además de razones morales. No existían registros epidemiológicos fiables en la mayoría de los países y eso hizo que durante la Segunda Conferencia internacional, fuera del programa, se organizase una sesión extraordinaria en la que se analizaba la dimensión epidemiológica del problema y la necesidad de mejorar los sistemas de recogida de datos.
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dencia en admitir que las mujeres que se inician en la prostitución después de los 23 años lo hacen por razones diferentes de las menores de edad. entre el grupo de las mayores de 23 años, se atribuía la prostitución sobre todo a la pobreza y a las necesidades sociales, tales como la necesidad de mantener a los hijos tras el abandono del marido. esos eran los motivos principales. Sin embargo a las menores se les atribuían menos causas sociales y más psicológicas asociadas al vicio o la vida fácil. por otra parte, se estimaba que el 50 por ciento de las prostitutas menores estaban afectadas por alguna enfermedad venérea, siendo sífilis en la mitad de los casos. Sin embargo, el porcentaje de prostitutas mayores de edad afectadas se reducía al 17 por ciento. además, las menores por lo general carecían de tarjeta de registro por ejercer de modo ilegal y no estar sujetas al control médico. debido a estas razones, existía un acuerdo general sobre el peligro derivado de la prostitución de menores, un fenómeno creciente, que se debía atajar30.
Figura 6: Nodriza afectada por la sífilis. archivo fotográfico, Fundación Uriach.
en cuanto a la regulación de la prostitución, una vez más, la Conferencia de Bruselas hizo patentes las dos posiciones irreconciliables: la regulacionista y la abolicionista. el delegado español, a. pardo Regidor, se mostró a favor de la regulación de la prostitución. pardo se apoyaba en argumentos morales, sociales e higiénicos: “pero respétese á la mujer, que no sea objeto de vejámenes por parte de nadie, que no se la considere como a una delincuente por el hecho de estar enferma, cuídesela, asístasela y guárdense con ellas iguales consideraciones que con otro cualquier enfermo”28. pardo apoyó al prof. Landouzy en su solicitud de reconocimiento oficial de las prostitutas
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dentro del marco común del derecho laboral de los trabajadores. el argumento predominante indicaba que si las mujeres menores de edad -es decir, menores de 23 años según la legislación de la época- saliesen de la prostitución, una enorme cantidad de prostitutas desaparecería y el problema sanitario planteado por la sífilis también se reduciría enormemente. de acuerdo con los datos aportados por el francés L. Jullien, el 65,8 por ciento de las prostitutas eran menores de esta edad, y la tasa alcanzaba el 75 por ciento según los datos de Le pileur29. el efecto positivo no sólo estaría en la disminución de la cantidad de prostitutas, había una clara coinci-
a pesar del hecho de culpar a las prostitutas del proceso de transmisión de las enfermedades, la Conferencia mencionaba también la responsabilidad de los hombres que frecuentaban sus servicios, y también la de los padres que abandonaban a sus hijos. algunos conferenciantes mencionaban explícitamente una serie de factores sociales que incidían en el problema: los bajos salarios injustos para las mujeres, y la moral deficiente en el país derivado de la convivencia en habitaciones muy pequeñas y espacios hacinados, las malas compañías, la falta de instrucción, la débil formación religiosa y moral, el afán de lujo, y la propaganda pornográfica. todos ellos eran considerados como factores activos que arrastraban a las jóvenes a la prostitución. además, la Conferencia hacía énfasis en los lazos entre la prostitución y el mercado del sexo a través de las redes de proxenetismo. todo este debate hacía ver a las autoridades que el problema de la prostitución era bastante similar en la mayoría de los países europeos31. Con el fin de hacer frente a la prostitución de menores, el francés Le pileur propuso para su aprobación un proyecto de ley compuesto por cinco artículos principales:
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1. La prostitución de menores debe ser prohibida y perseguida. 2. Las prostitutas menores deben ser puestas a disposición de un juez local, dotado de capacidad para amonestarlas y enviarlas a la justicia ordinaria en el caso de reincidencia. 3. el tribunal ordinario de justicia impondrá el internamiento en una institución de educación especial en el distrito administrativo de la menor con cargo a los presupuestos del estado, hasta que la menor cumpla la condición civil de adulta. 4. Los padres o representantes legales de la menor han de ser objeto de una sanción, que se duplicaría en caso de reincidencia. 5. Las prostitutas menores extranjeras han de ser enviadas de vuelta a sus países de origen. a pesar del peso de los argumentos abolicionistas, la Conferencia acordó finalmente que cualquier mujer adulta dispuesta a ejercer la prostitución tenía derecho a hacerlo, siempre que su actividad estuviera registrada oficialmente, la mujer poseyera una tarjeta como prostituta y se sometiese a una exploración médica periódica32. La prostitución clandestina no se podía permitir en modo alguno, por ir en contra de la moral y la higiene33.
rias aportaciones importantes resultaron clave en la lucha contra las enfermedades venéreas durante la primera década del siglo XX. en el instituto pasteur de parís, el bacteriólogo ruso elie Metchnikoff y el inmunólogo francés pierre Roux lograron transmitir en 1903 a chimpancés utilizados como animal de experimentación el microbio responsable de causar la sífilis. poco después, las lesiones sifilíticas fueron reproducidas en los testículos y en el escroto de los simios, y también en la córnea de conejos. Con una serie de experimentos de laboratorio, Metchnikoff y Roux pronto demostraron la susceptibilidad de los chimpancés a la sífilis, al transmitir la sífilis experimentalmente de un chimpancé a otro. ambos inocularon el microbio tanto en los párpados como en los órganos genitales de los animales34. poco después, en 1905, Fritz Schaudinn y erich Hoffman identificaron el agente causal, la espiroqueta (Treponema pallidum), en el material infeccioso de un chancro humano y ensayaron una técnica de tinción que había sido utilizada anteriormente en investigaciones sobre el paludismo. en la misma década, august von Wassermann comenzó una serie de
investigaciones para desarrollar una prueba diagnóstica de la sífilis mediante el análisis de suero de pacientes infectados. aunque Wassermann había trabajado anteriormente en la búsqueda de una prueba serológica para la tuberculosis, el instituto Bacteriológico de la Charité de Berlín, donde trabajaba, dio prioridad a desarrollar una prueba diagnóstica para la sífilis. Como resultado de sus investigaciones propuso la prueba de fijación del complemento que lleva su nombre, la cual fue modificada inmediatamente después por otros serólogos. el impacto de la investigación de Wassermann fue tan grande que en 1930 había 10.000 trabajos en la literatura médica internacional que discutían la prueba serológica de Wassermann35. Justo cuando la primera década del siglo XX llegaba a su fin, el inmunólogo paul ehrlich comenzó un intenso trabajo de búsqueda de compuestos químicos antimicrobianos para el tratamiento de la sífilis. Su esfuerzo dio lugar después de muchos ensayos a una sustancia denominada provisionalmente compuesto 606, también conocido como Salvarsan, el producto farmacéutico de elección más eficiente para el tratamiento de
Avances en las investigaciones médicas sobre la sífilis desde las últimas décadas del siglo XiX, la bacteriología y la inmunología tuvieron un gran impacto en la comprensión de las causas y los mecanismos de transmisión de las enfermedades infecciosas. el nuevo paradigma microbiano fue desvelando la importancia de la inmunidad y dio nuevos instrumentos a la medicina para iniciar investigaciones dirigidas a hacer frente a las infecciones y combatir las epidemias. Una gran parte de la investigación médica se centró en este asunto y un prudente optimismo se extendió entre los bacteriólogos y las autoridades sanitarias acerca de las expectativas abiertas para lograr el control de la sífilis. Va-
Figura 7: envases de Salvarsan, tratamiento de elección para la sífilis antes de la penicilina.
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la sífilis hasta el descubrimiento de la penicilina. teniendo en cuenta todos estos hechos, hay que convenir que la primera década del siglo XX no solo concitó políticas nacionales para atajar la prostitución y frenar la expansión de las enfermedades venéreas, sino que también fue crucial para la búsqueda de un tratamiento médico eficaz para los pacientes sifilíticos, precisamente al mismo tiempo que se celebraban las primeras conferencias internacionales.
Estrategias políticas contra las enfermedades venéreas Las páginas anteriores demuestran hasta qué punto la sífilis y el resto de las enfermedades venéreas se convirtieron en un grave problema social y político a principios del siglo XX. Se produjo entonces una reacción diplomática a escala nacional e internacional en torno al control y la vigilancia de la prostitución como un medio ineludible para prevenir el principal núcleo de transmisión de estas enfermedades y para detectar y aislar los posibles casos. La prostitución fue identificada, sin ningún género de dudas, como núcleo del problema. La intervención política pasaba por crear un organismo clave, capaz de coordinar las políticas nacionales, es decir, una Comisión Sanitaria compuesta por médicos, jueces y jurados, elegidos de acuerdo con su competencia profesional y experiencia en la lucha antivenérea y contra la prostitución. entre las principales funciones atribuidas a la Comisión Sanitaria se encontraban: 1. el registro estadístico de los casos y la elaboración de registros epidemiológicos fiables. 2. La vigilancia sanitaria de los pacientes afectados de enfermedades venéreas, consideradas peligrosas para la salud pública por los médicos y por la policía. 3. La vigilancia sanitaria, que implicaba una serie de sectores: a) la información a los pacientes sobre las enfermedades venéreas para convencerles de la importancia de la continencia sexual. en el caso de infracción de la continen-
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cia, la policía debería dar conocimiento al juez. b) el tratamiento médico obligatorio. Los pacientes podían ser tratados de forma gratuita en los ambulatorios o dispensarios públicos, o podían solicitar el cuidado por parte de los médicos miembros de la Comisión a sus propias expensas. a los pacientes registrados por la Comisión se les tenía que abrir una tarjeta o documento sanitario individual, donde los médicos escribían sus notas para asegurarse de que el paciente seguía regularmente las prescripciones relativas a las exploraciones clínicas y el tratamiento. aquellos pacientes que no siguiesen las indicaciones médicas serían denunciados a la policía, y se pondrían en manos de la justicia cuando eran acusados de incumplimiento de las prescripciones de la Comisión Sanitaria. a pesar de todo ello, la Conferencia internacional consideraba absolutamente necesaria la separación entre la vigilancia sanitaria y la vigilancia policial36. además de actualizar los registros epidemiológicos sobre enfermedades venéreas, las autoridades sanitarias insistían en la importancia de establecer la declaración obligatoria de la enfermedad por parte del médico. La información podría realizarse de forma confidencial, sin identificar el nombre del paciente, cuidando siempre evitar duplicidades en el registro. La declaración médica obligatoria debía incluir: las iniciales del nombre y apellido del paciente, mes y año de nacimiento, diagnóstico exacto de la enfermedad, la fecha y el origen de la infección. esta declaración se consideraba muy importante para determinar la incidencia y la prevalencia de las enfermedades venéreas y también para identificar a las prostitutas clandestinas. también para la identificación y seguimiento de los pacientes sifilíticos, que no practicaban la continencia y contribuían a la diseminación de las enfermedades en su calidad de portadores. Un paciente venéreo habría cometido un delito al seguir manteniendo relaciones sexuales a sabiendas de su enfermedad, y eso aun cuando no se hubiese producido el contagio. Había que asumir como un principio esencial la confidencialidad y el compromiso de que
la persona identificada como causa de la transmisión de la enfermedad no por ello iba a ser castigada o condenado a pagar una indemnización por el daño causado, salvo en los casos en que el paciente tuviese un conocimiento explícito de su enfermedad. además, el médico debía comprometerse a informar a la Comisión Sanitaria del nombre del paciente cuando tuviese razones fundamentadas para sospechar que el enfermo seguía manteniendo relaciones sexuales, haciendo caso omiso de la orden de continencia y de las prescripciones sanitarias. La Comisión Sanitaria tenía que ser el único órgano con capacidad para decidir qué hacer y cómo proceder en estos casos. Respecto al tratamiento médico, las conferencias internacionales recomendaban unas normas muy estrictas para perseguir el intrusismo de todo tipo de charlatanes y prohibirles involucrarse en el tratamiento y en los remedios para tratar a los pacientes. debido a la vergüenza y a la condena moral, a menudo estas enfermedades se ocultaban, lo que hacía el tratamiento difícil, y la charlatanería y todo tipo de vendedores de humo sin escrúpulos encontraban en las enfermedades de transmisión sexual un campo fértil para el fraude. teniendo en cuenta la magnitud del problema, las primeras conferencias internacionales abundaban en la importancia de dar a los estudiantes de medicina suficiente información sobre venereología con el fin de que fueran capaces de identificar la enfermedad, informar al paciente y plantear el mejor tratamiento. La mayoría de los participantes compartían la idea de que la prostitución no es en sí misma un delito, aunque mayoritariamente opinaban que debía de ser penalizada cuando derivase en un comportamiento anti-higiénico e inmoral contra la sociedad. por todo cuanto se ha señalado anteriormente, vemos que la Comisión Sanitaria era concebida como el eje en torno al cual debía girar la biopolítica de la sífilis, la vigilancia y el control de la prostitución y la lucha antivenérea a escala nacional. Los delegados manifestaron también una opinión unánime en contra de la prostitución practicada sin control en domicilios privados o en la
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casa de la prostituta, a menos que se diese la improbable unanimidad de todos los vecinos y siempre en ausencia de niños en la casa. por su parte la vigilancia callejera era considerada deber de la policía en el intento de restringir la práctica pública de la prostitución. Los menores de edad afectados de enfermedades venéreas, igual que los sospechosos de practicar la prostitución, no debían ser simplemente castigados como delincuentes. Los expertos internacionales consideraban imprescindible poner en marcha medidas educativas. en este sentido, la Conferencia insistía en la importancia de someter a los afectados a una educación obligatoria tutorial. Los enfermos podría comenzar a la vez la educación y el tratamiento médico. esta educación obligatoria tutorial debía también aplicarse a los adolescentes en riesgo de abandono moral debido a la falta de los padres o tutores. este tipo de experiencias se había iniciado en prusia a partir de una Ley de 2 de julio de 1900. de suerte que los menores condenados por practicar la prostitución no debían entrar directamente en prisión, sino ser internados en unas casas de educación especial. en nuestro ámbito español se habló de reformatorios. La política de reeducación se dirigía a los niños abandonados y vagabundos que ejercían la mendicidad, cuya protección debía ser mejorada en el contexto europeo. Las medidas sociales de protección debían garantizar que las niñas en esa situación pudiesen sobrevivir con honra al llegar a cierta edad, sin tener que caer en la prostitución. el objetivo más general consistía en luchar contra la dinámica de marginalidad que conducía a la juventud hacia la delincuencia, la vagancia, la mendicidad y la prostitución. “Si salvamos a los niños ya nunca más habrá delincuentes37”. en esa lucha, los proxenetas debían ser procesados y castigados severamente. en el contexto de las conferencias internacionales se atribuía al estado una gran responsabilidad en fomentar el bien, evitar el mal, el suicidio y el comportamiento delictivo38. Sin excluir, por tanto, la responsabilidad individual, la comunidad internacional reconocía claramente la dimensión social y política del problema. desde el punto de vista de los resultados prácticos, albert Neisser
Figura 8: “Las enfermedades venéreas amenazan tu salud. ¡prevente contra ellas!”. Litografía de J. aviñó, intervenido UGt-CNt. Colección Cartells. Biblioteca Histórica, Universitat de València.
propuso una lista de conclusiones que fueron aprobadas por unanimidad en la 2ª Conferencia (Bruselas, 1902) y se enviaron como recomendaciones a todos los gobiernos participantes. Más adelante las abordaré con detalle. entre los aspectos más relevantes estaba la idea de que el estado no debe limitarse a regular la prostitución, sino también debe involucrarse en la lucha contra la propagación de las enfermedades venéreas desde una perspectiva higiénica y médica. para comenzar, el principal
instrumento de lucha era difundir una amplia información sobre las consecuencias de las enfermedades de transmisión sexual, su peligro y su importancia. en cada país era imprescindible crear una Comisión Sanitaria para hacer frente a todas las dimensiones del problema, elaborando un programa de medidas de vigilancia y control de los pacientes y de profilaxis para evitar la transmisión. en todas las ciudades había que establecer centros de salud y dispen-
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sarios dedicados a las enfermedades de transmisión sexual y crear servicios hospitalarios especializados para atender a los pacientes gratuitamente. Como complemento, se debía organizar un sistema para la distribución de medicamentos gratuitos. todas las regulaciones negativas y restrictivas en contra de los pacientes con enfermedades venéreas deberían desaparecer de los hospitales y dispensarios. este era el contexto ideológico y las acciones políticas y sanitarias que planteaban las primeras reuniones internacionales.
La sífilis hereditaria y el recién nacido Las Conferencias de Bruselas prestaron especial atención a la lactancia mercenaria y al papel de las nodrizas como fuente posible de propagación de las enfermedades venéreas y en particular de la sífilis. al considerar el riesgo de contagio extra-genital se tomaban en consideración una amplia serie de agentes intermediarios como las matronas, las herramientas de trabajo, la vacunación brazo-brazo, los artículos escolares infectados, los instrumentos musicales, las tazas, vasos, es decir, todos aquellos objetos compartidos entre personas que aparentemente podrían estar infectados y transmitir la sífilis. para evitar el contagio de la enfermedad mediante herramientas e instrumentos se plantearon una serie de medidas preventivas para la higiene en la escuela, los espacios de trabajo, las iglesias, mataderos, hoteles y otros muchos espacios públicos y privados. Los propietarios de los establecimientos debían involucrarse y recibir una hoja oficial de instrucciones. este enfoque social convertía a la sífilis en un vehículo de intervención, vigilancia y control de la vida privada y pública. el dr. Castelo (Madrid) presentó un informe sobre este asunto, junto con otros participantes: dr. Róna (Budapest), el dr. Ramazzotti (Milán) y el dr. petrini (Bucarest). Se describían los casos de transmisión de la sífilis de un niño infectado a la nodriza y viceversa. Se requería a los gobiernos que tomasen medidas de vigilan-
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cia y control sanitario de las nodrizas o amas de cría, puesto que los síntomas y las manifestaciones clínicas de la sífilis eran perfectamente conocidas. Había que asumir por parte de las autoridades que los niños ingresados en maternidades e inclusas, como también las amas de cría podrían verse infectados. algo similar ocurría con la blenorragia, enfermedad que en la época era considerada muy peligrosa puesto que podía causar la ceguera de los recién nacidos, debido a la inoculación del gonococo en la conjuntiva del neonato durante el proceso del parto. por lo tanto, la nodriza podía infectar al niño y también el niño podía infectar a la nodriza. La solución pasaba por el establecimiento de una institución en todas las ciudades capitales de distrito que estuviese dedicada exclusivamente a coordinar todos los asuntos relacionados con la lactancia, bajo la responsabilidad de un especialista competente en venereología. a partir de estas recomendaciones de principios del siglo XX se crearon las gotas de leche, instituciones que bajo diversas denominaciones se ocupaban de garantizar la higiene de la lactancia en los países europeos. Las gotas de leche no solo garantizaban el suministro de leche a todos los bebés como un alimento esencial en las primeras fases de la alimentación infantil, sino que también servían como medio de vigilancia y control de la lactancia subrogada para evitar la transmisión de la sífilis, entre otras enfermedades infecciosas. Las reglamentaciones que se fueron estableciendo en cada país solo autorizaban la lactancia subrogada en el caso de nodrizas que estuvieran previamente registradas en los registros sanitarios con un certificado de salud. Los certificados de salud incluían: nombre, edad, estado civil, antecedentes familiares, dirección, número de partos anteriores, la fecha del último de ellos, el estado de salud de sus hijos, enfermedades anteriores, abortos, y el resultado de una exploración médica. La institución debía establecer un sistema de castigo a las candidatas que hubiesen ocultado enfermedades o tratado de engañar a las autoridades sanitarias39. para asegurar el estado de salud del recién nacido, se debía instituir un servicio médico especial anexo al re-
gistro civil, gestionado por un especialista competente. de hecho, el registro civil debía incluir para su inscripción una certificación médica del estado de salud del niño y de la familia40. Los niños sifilíticos que habían heredado la enfermedad debían ser amamantados por su madre, pero si el bebé era sospechoso de haber sido infectado durante el proceso de entrega del bebé a la lactancia, entonces convenía recurrir a la alimentación artificial, por lo menos hasta la aparición de los primeros síntomas. Cuando las señales de la enfermedad aparecían, el bebé debía ser devuelto a la madre, y si esto no era posible se le entregaba a una nodriza sana. Los dispensarios debían desarrollar un papel activo en ofrecer una información gratuita y detallada entre las familias en relación con la lactancia higiénica, los peligros y los riesgos. en opinión de los expertos, para afrontar el problema de la sífilis en los neonatos –la llamada sífilis congénita– la mejor opción era crear un asilo anejo al edificio de la maternidad, donde las mujeres que habían sido autorizadas para actuar como nodrizas debían dar a luz. de ese modo los médicos y el personal sanitario podía tenerlas en observación y comprobar su estado de salud durante el último período de su embarazo y de cinco a seis semanas después del parto. también se podía reclutar nodrizas sifilíticas dada su utilidad en ciertos casos. este asilo debía ser la única institución que proporcionase amas de cría con total garantía de la salud de la nodriza y de su conducta moral, algo esencial ya que tenía que vivir en la intimidad de la familia. también se sometieron a debate algunas prácticas de lactancia. por ejemplo, los expertos recomendaban evitar el vaciado de la leche de la madre succionando el pezón para prevenir el contagio de la sífilis. en algunos lugares esto era una práctica popular realizada por algunas mujeres que en la Conferencia eran calificadas como hechiceras, las cuales podían padecer sífilis oral. además había que evitar el riesgo de que las manos de las matronas y enfermeras se infectasen. por lo tanto, todo el personal sanitario debía estar bien informado acerca de la prevención y de las formas de transmisión de las enfermedades venéreas41. por las mismas razones, la vacunación de brazo a brazo
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debía prohibirse definitivamente para evitar la transmisión de la infección. el suero de la vacuna debía obtenerse siempre de animales perfectamente controlados sanitariamente.
Información, propaganda y prevención Las Conferencias de Bruselas debatieron también la responsabilidad penal de los infectados que servían de vehículo de transmisión de la sífilis, sobre todo en los casos en que el enfermo era consciente de su condición y sin embargo no evitaba el riesgo de seguir manteniendo relaciones sexuales. todos los delegados y participantes en las conferencias estaban de acuerdo sobre la importancia de las campañas de divulgación informativa para superar los tabúes en torno a las enfermedades de transmisión sexual. el dr. Lassar (Berlín) proponía la publicación de los registros epidemiológicos en los periódicos locales, para divulgar la alta incidencia y el enorme número de muertes causadas por la sífilis. el secreto y la condena moral no eran una buena estrategia y debían evitarse, tratando de considerar a las enfermedades venéreas igual que a cualquiera otras, sin ningún tipo de estigma. por lo tanto, la información en la escuela era imprescindible, y la sexualidad y las enfermedades de transmisión sexual deberían formar parte de los programas de higiene en las escuelas42. Un siglo más tarde todavía parece que la tarea está pendiente de cumplirse. en aquellos momentos se proponía difundir carteles en las escuelas incluyendo mensajes tales como “Casi todas las prostitutas sufren de enfermedades de transmisión sexual”, “evita las relaciones sexuales cuando estés borracho”, “La gonorrea es causa grave de enfermedad, que afecta a hombres y mujeres”, “La continencia no perjudica la salud, por el contrario, es un beneficio para ella”. este tipo de consejos a los jóvenes cuando llegan a lo que los congresistas denominaban la edad peligrosa, sería un paso útil y eficaz en favor de la profilaxis individual y la detección precoz43. por otra parte, los expertos en sifilografía y venereología que partici-
paron en las Conferencias de Bruselas aportaron una perspectiva actualizada de las nuevas expectativas en el diagnóstico serológico y los avances terapéuticos. Finger (Universidad de Viena), alfred Fournier (Facultad de Medicina, parís), y Jadassohn (Universidad de Berna) fueron destacados participantes. Los tres llegaron a la conclusión de la importancia del tratamiento médico como medida profiláctica y la necesidad de que los gobiernos y municipios garantizaran a los enfermos venéreos la oportunidad de curarse ofreciéndoles todas las facilidades, tratamiento gratuito sin exclusiones y la obligatoriedad de someterse a tratamiento. el tratamiento obligatorio se había establecido anteriormente en la Ley danesa de 10 de abril de 1874 y de 1 de mayo, 1895. este referente servía para incitar a regulaciones de este tipo en todos los países adoptando varias opciones de atención médica: ambulatoria en el dispensario o centro de salud, o bien como ingreso hospitalario, aunque la larga duración de la enfermedad hacía inviable la hospitalización durante todo el proceso, hasta la curación total. por lo tanto, ambas formas de asistencia, la hospitalaria y la ambulatoria, deberían de combinarse. por otra parte, los prejuicios morales, la vergüenza, las obligaciones laborales, el precio de los medicamentos, y otros obstáculos, hacían muy difícil el objetivo último del tratamiento universal. Un aspecto importante que cualquier escenario terapéutico debería preservar es el respeto a la intimidad del paciente. en la práctica ambulatoria se consideraba importante para evitar la vergüenza de tener que mostrar los órganos genitales, o al recibir el diagnóstico, etc. por otra parte, el tratamiento médico tenía que adaptarse al nivel salarial de los enfermos, a garantizar el tiempo libre suficiente para acudir al médico, incluso en horario nocturno, días festivos o en domingo. Había que ser cuidadoso en la separación de los enfermos por sexos durante el procedimiento terapéutico, y aportarle toda la información detallada acerca de la enfermedad, explicándole que la continencia sexual no es perjudicial para la salud. Había que conseguir que el paciente fuese consciente del hecho de que las
enfermedades de transmisión sexual se propagan ampliamente entre todos los grupos sociales, siendo la sífilis y la blenorragia los más relevantes. La población debía saber que las enfermedades venéreas eran altamente contagiosas, que afectan a los órganos internos, y no sólo a la piel y o las membranas mucosas, que persisten mucho tiempo en el cuerpo enfermo, incluso cuando los pacientes no son conscientes por estar asintomáticos y que la amenaza del contagio se mantiene después de varios años de la infección primitiva.
Nombrar, identificar, clasificar en los foros internacionales se debatió la cartilla médica para pacientes con enfermedades venéreas y se llegó a recomendar que incluyese las siguientes informaciones:
Modelo de cédula individual Datos administrativos Estado civil 1 Nombre . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 apellido . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 Soltero. . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 Casado á la edad de. . . . . . . . 5 Viudo á la edad de. . . . . . . . . 6 Separado á la edad de . . . . . . 7 Sitio de nacimiento . . . . . . . . 8 provincia de . . . . . . . . . . . . . 9 año de nacimiento . . . . . . . .
Antecedentes de familia 10 padres vivos . . . . . . . . . . . . . 11 Huérfano de padre. . . . . . . . . 12 Huérfano de madre . . . . . . . . 13 abandonado por éstos á la edad de . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 Los ha dejado á la edad de . . 15 Vive con sus padres. . . . . . . . Culto 16 17 18 19 20
Católico . . . . . . . . . . . . . . . . . ortodoxo . . . . . . . . . . . . . . . . protestante . . . . . . . . . . . . . . Judío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . otro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Profesión 21 doméstica . . . . . . . . . . . . . . . 22 Sirve en establecimiento de cerveza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 en otro de bebidas . . . . . . . . 24 en fábrica . . . . . . . . . . . . . . . 25 en taller . . . . . . . . . . . . . . . . 26 Rural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 otra profesión . . . . . . . . . . . .
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Instrucción 28 Sabe leer y escribir . . . . . . . . 29 Sabe leer solamente . . . . . . . 30 No sabe ni leer ni escribir . . . Datos morales 31 Seducida . . . . . . . . . . . . . . . . 32 No seducida. . . . . . . . . . . . . . 33 desflorada á qué edad . . . . . . 34 por quién. . . . . . . . . . . . . . . . 35 No se prostituye . . . . . . . . . . 36 Se prostituyó á la edad de . . . 37 por miseria . .. .. 38 por pereza .... 39 por deseo de lucro fácil . . . . . 40 por placer . . . . . . . . . . . . . . . 41 por fuerza . . . . . . . . . . . . . . . 42 Reglamentada . . . . . . . . . . . . 43 No reglamentada . . . . . . . . . . Datos médicos Afección gonocóccica 44 antecedentes de familia . . . . 45 Cuidada á ó por . . . . . . . . . . . 46 edad de la aparición de las reglas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47 No ha concebido . . . . . . . . . . 48 abortos . . . . . . . . . . . . . . . . . 49 Cuántos hijos ha tenido vivos Sifilis 50 Chancro infectante . . . . . . . . 51 Sífilis secundaria . . . . . . . . . . 52 idem terciaria . . . . . . . . . . . . 53 Uretritis . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 Vaginitis y uretro-vaginitis . . 55 Rectitis gonocócica . . . . . . . . 56 otra manifestación gonocócica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Otras afecciones venéreas 57 Chancro blando. . . . . . . . . . . 58 Foliculitis . . . . . . . . . . . . . . . 59 Herpes genital . . . . . . . . . . . . 60 Vegetaciones . . . . . . . . . . . . . 6l otras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Recidivas 62 Fecha de la recidiva . . . . . . . edad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63 diagnóstico . . . . . . . . . . . . . . 64 tratamiento. . . . . . . . . . . . . . terminación . . . . . . . . . . . . . 65 Fecha de la terminación . . . . Cuando se planteó la conveniencia de la estandarización de los diagnósticos con fines epidemiológicos, Bertillon propuso que las mujeres pacientes se clasificaran en tres grupos principales: a. No prostitutas b. prostitutas sometidas a regulación c. prostitutas no reguladas
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esas categorías se dividían a su vez en 21 grupos con el objetivo de facilitar los registros estadísticos, dependiendo de la edad, profesión, grupo social, etc. el modelo propuesto por las autoridades españolas, que se puso en marcha paulatinamente en las ciudades estaba basado en este modelo. para lograr la oportuna uniformidad en la recogida y análisis de los datos con el objetivo de lograr una nomenclatura internacional, el dr. Santoliquido (Roma) hizo una propuesta inicial, que fue aprobada por unanimidad y que se refería a los siguientes aspectos: 1º es necesario establecer registros epidemiológicos internacionales referidos a la incidencia y la prevalencia de enfermedades venéreas, que sean comparables y procedan de una metodología uniforme. 2º Habría que crear una oficina internacional que se ocupase de la elaboración, actualización y coordinación de toda la información estadística. 3º el presidente de esa oficina enviaría a los gobiernos nacionales propuestas específicas, teniendo en cuenta las opiniones de los distintos países, acerca del establecimiento y la financiación de la oficina.
Principales acuerdos de las conferencias internacionales Resulta fácilmente comprensible que el objetivo principal de las conferencias internacionales sobre sífilis y enfermedades venéreas no era tanto intercambiar información como influir en el establecimiento de las políticas nacionales. de ahí la importancia de las conclusiones y recomendaciones, que posteriormente habían de servir como marco de actuación en los distintos países. Se trataba de complementar la expertise y el conocimiento médico-sanitario con las políticas públicas (biopolíticas) a través de plataformas de diplomacia internacional. Las principales recomendaciones de las dos primeras Conferencias de prevención Sanitaria de la sífilis y las enfermedades venéreas (Bruselas, 1898 y 1902) pueden resumirse de la siguiente manera:
1. el tratamiento para todos los pacientes de enfermedades venéreas debe de ser gratuito. 2. Las prostitutas que sufren enfermedades contagiosas deben considerarse igual que cualquier otro paciente, y no ser condenadas como delincuentes culpables. 3. Los soldados deben recibir información completa acerca de las enfermedades venéreas, la tuberculosis y la prevención de los peligros derivados del consumo de alcohol. 4. Las medidas destinadas a prevenir las enfermedades venéreas deben ser reguladas legalmente. 5. el reglamento que regula la prostitución deben adaptarse específicamente para los menores de edad. 6. La legislación sanitaria debería regular no sólo la prostitución, sino también las posibles responsabilidades penales en la transmisión de la enfermedad. 7. Quienes actúan en el tratamiento de pacientes con enfermedades venéreas sin un título de médico deben ser perseguidos, llevados a juicio y sancionados. 8. el tratamiento debe ser gratuito y estar accesible para todos los pacientes que sufren enfermedades venéreas, ya sea en los dispensarios o en un centro hospitalario. el estado, las mutualidades, las asociaciones públicas, etc ... deben asumir los gastos derivados de la gratuidad. 9. Las actitudes negativas y las disposiciones contrarias a los pacientes venéreos deben desaparecer de hospitales y quirófanos, y el secreto médico debe respetar la privacidad de los pacientes. 10. el estado se encuentra legitimado para luchar contra los peligros para la salud derivados de la prostitución mediante el uso de normas legales. La Conferencia reclamaba un sistema de salud para toda la población, en el marco de la perspectiva higiénica propuesta. 11. La Conferencia solicitaba a las autoridades sanitarias que aceptasen las propuestas de los médicos con respecto a la prohibición de contraer matrimonio de los pacientes afectados de enfermedades transmisibles que puedieran afectar gra-
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vemente a la pareja o a la descendencia. 12. es aconsejable un examen médico de enfermedades venéreas antes del matrimonio. 13. Los médicos deben dar información escrita sobre las enfermedades venéreas a los pacientes afectados y a los que están expuestos al contagio, excepto en aquellos casos en los que el médico considere que decirle el diagnóstico podría perjudicar al paciente. Respecto a la declaración obligatoria y al secreto médico, las instrucciones debe recibirlas el médico de la administración. 14. Con respecto al riesgo derivado de las vacunaciones, la Conferencia internacional recomendaba la vacuna animal para evitar el riesgo de contagio de la sífilis cuando la vacunación se aplicaba brazo a brazo. 15. La asociación para la Moral pública de Bélgica reclamaba que los profesores universitarios debían llamar la atención de sus estudiantes: a) Sobre el peligro derivado de las enfermedades de transmisión sexual tanto para las personas, como para las familias y la sociedad en su conjunto. b) Sobre las ventajas de la continencia desde el punto de vista físico e intelectual. c) Solicitar su implicación patriótica y humanitaria para combatir la sífilis como una de las principales causas de degeneración humana. 16. debe incluirse la responsabilidad civil y penal en la transmisión de enfermedades venéreas, excepto en la que se deriva de la relación con prostitutas. 17. No debe otorgarse licencia o autorización para vender bebidas alcohólicas a los establecimientos dedicados a la prostitución. 18. La legislación sobre blenorragia y sífilis era bastante eficaz en la mayoría de los países, por lo tanto, no se propusieron cambios sustanciales a las regulaciones existentes. 19. No debe autorizarse ninguna ama de cría o nodriza sin un certificado médico previo. en caso de contagio de la sífilis a través de la lactancia subrogada, la persona infectante
Figura 9: “evita las enfermedades venéreas, tan peligrosas como las balas enemigas”. inspección General de Sanidad Militar. Barcelona, i.G. Seix y Barral. Colección Cartells. Biblioteca Histórica, Universitat de València.
debe ser considerada responsable, y son los médicos quienes deben extender esta regulación legal.
rían estar obligados a asistir a una revisión periódica médica al recuperar la libertad.
20. Los mejores medios para prevenir las enfermedades venéreas son:
e) Quienes se nieguen a seguir con el tratamiento pueden ser considerados prófugos y pueden ser puestos a disposición del gobernador.
a) Los presos deben ser sometidos a una exploración médica al ingresar en prisión. b) Los presos infectados deben ser sometidos a tratamiento médico. c) Los presos no curados al salir de prisión debe ingresar en el hospital. d) Los presos curados de enfermedades venéreas en la cárcel debe-
en su informe del 10 de noviembre de 1902 a. pardo tejedor reclamaba a las autoridades municipales en Madrid y, en general, a las autoridades sanitarias españolas que asumiesen estas recomendaciones y pusieran en práctica las medidas pro-
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puestas y aprobadas por la Segunda Conferencia internacional de Bruselas.
Comentario final Más allá de las estrategias nacionales y los programas de acción médica contra las enfermedades venéreas en los diferentes países, las páginas anteriores muestran hasta qué punto los sífilis y las enfermedades venéreas habían alcanzado la condición de emergencia sanitaria y representaban una verdadera tragedia social y sanitaria. así lo dejan ver los datos, los argumentos y las discusiones que tuvieron lugar en las dos Conferencias internacionales sobre la Sífilis celebradas en Bruselas a comienzos del siglo XX. Los argumentos y debates muestran la múltiple di-
mensión moral, médica y social del problema, que provocó una verdadera reacción diplomática internacional y una poderosa estrategia de intervención. el objetivo era intercambiar experiencias y establecer patrones internacionales para mejorar el control de la prostitución, fomentar la investigación bacteriológica, coordinar la intervención médica tanto preventiva como terapéutica, y las medidas de represión social para los pacientes infectados y las prostitutas. a pesar de que las autoridades conocían perfectamente que todos los grupos sociales estaban amenazados, una vez más, las medidas más duras recayeron sobre los sectores más débiles de la sociedad: las prostitutas, los obreros, los niños abandonados, o las mujeres pobres solteras que quedaban embarazadas y se convertían en madres solteras. La pluralidad de asuntos involucrados en la expansión
de las enfermedades venéreas hace de la investigación sobre esta biopolítica de la sífilis un excelente campo de investigación que desvela los valores y las contradicciones de la sociedad liberal, así como el papel de la medicina y la salud pública en el ámbito de la política. La sífilis, como realidad innegable, se convirtió en un asunto político susceptible de ser analizado y discutido, transformado en hilo conductor de procesos de dominio y civilización de las conductas corporales y específicamente de la sexualidad. esta poderosa biopolítica de la sífilis cobraba legitimidad al sustentarse en argumentos médicos y científicos, bacteriológicos, económicos, morales y de protección social. Un relato histórico que contribuye, mejor que cualquier otro, a retratar las dinámicas internas y las contradicciones de la sociedad liberal patriarcal, sexista e injusta de principios del siglo XX.
Notas: * Catedrático de Historia de la Ciencia. instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia López piñero. Universitat de València. barona@uv.es.
11). KoZMa, L., “Regulated Brothels in Mandatory Syria and Lebanon: Between the traffic in Women and the permanent Mandate Commissions”. en: RodRíGUeZ GaRCía et al. (eds.), The League of Nations’ Work… 2016, pp. 153-166.
1). BaRoNa, J.L., The Rockefeller Foundation, Public Health and International Diplomacy. London, pickering & Chatto, 2015.
12). Ibidem, p. 153.155.
2). FoUCaULt, M., “La naissance de la médecine sociale” Revista Centroamericana de Ciencias de la Salud, 6, 1977, pp. 89-108. (deuxième conférence prononcée dans le cadre du cours de médecine sociale à l’Université d’État de Rio de Janeiro, octobre 1974). 3). RodRíGUeZ GaRCía, M.; RodoGNo, d.; KoZMa, L., (eds.), The League of Nations’ Work on Social Issues. Visions, endeavours and experiments. Geneva, United Nations, 2016. 4). BaRoNa, J.L.; BeRNaBeU-MeStRe, J., La salud y el estado. El movimiento sanitario internacional y la administración española. Valencia, pUV, 2008. 5). BaRoNa, J.L., “La Fundación Rockefeller, la Sociedad de Naciones y la intervención sanitaria internacional..” en: BaRoNa, J.; GUiLLeM-LLoBat, X., (eds.), Sanidad Internacional… (2015), p. 127-154. 6). además de los trabajos citados anteriormente, véase: BaRoNa-ViLaR, J.; GUiLLeM, X., (eds.), Sanidad Internacional y transferencia de conocimiento científico. europa, 1900-1975. Valencia, pUV, 2015; dRoUX, J., “a League of its own? the League of Nations’ Child Welfare Committee (1919-1936) and international Monitoring of Child Welfare policies”. en: RodRíGUeZ GaRCía, et al. (eds.), The League of Nations’ Work… 2016, pp. 89-104; LUNt, J., “the League of Nations Health organization: Water, Health and development in Colonial africa”, 1925-40. en: RodRíGUeZ GaRCía, et al. (eds.), The League of Nations’ Work… 2016, pp. 167-186. 7). BaRoNa y BeRNaBeU, La salud y el estado… 2008, pp. 53-56 y 101103; poZZi, L.; GaLiaNa, M.e.; BeRNaBeU-MeStRe, J., “La cooperación internacional en la lucha contra el tracoma. el papel de la Sociedad de Naciones 1923-1935”. en: BaRoNa, J.; GUiLLeM, X., (eds.), Sanidad Internacional… 2015, pp. 45-66. 8). BaRoNa, J.L., The Rockefeller Foundation, 2015, pp. 75-136; BaRoNa y BeRNaBeU, La salud y el estado… 2008, capítulos Vi y Vii. 9). BaRoNa, J.L., The Rockefeller Foundation, 2015, pp. 122-135. 10). BeRNaBeU-MeStRe, J., (coord.), Historia de la Sociedad Española de Epidemiología 1978-2014. Madrid, See, 2014.
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13). CaSteJóN BoLea, R., “Las enfermedades venéreas y la regulación de la sexualidad en la españa contemporánea.” Asclepio, LVi (2), 2004, 223-241. 14). Ibidem. 15). BRUNet, J.B., “Évolution de la législation française sur les maladies sexuellement transmissibles” in Job-Spira, N. et al., Santé Publique et maladies a transmission sexuelle/Public health and the sexual transmission of diseases. Colloque iNSeRM, Chamonix 1990, paris-Londres, John Libbey, 1990, p. 115. 16). Comité ejecutivo antivenéreo. algo de su labor en la lucha contra las enfermedades venéreas. dispensarios y Sifilicomios, Madrid, imp. Clásica española, 1928. Citado por Castejón (2004). 17). CaMpoS, R.; Huertas, R., “alcoholismo y degeneración en la medicina positivista española”. Rev.Soc.esp., Neuropsiquiatría, 12, (1992), pp. 125-129; CaMpoS, R., “La teoría de la degeneración y la medicina social en españa en el cambio de siglo”. Llull, 21, (1998), pp. 333-356. 18). KRaUSe, R.M., “Metchnikoff and Syphilis Research during a decade of discovery, 1900-1910. development of an animal model and a preventive treatment st the stage for progress.” ASM, 62 (6), (1996), p. 308. 19). “projet de loi relative à la prophylaxie des maladies vénériennes, Rapport de Cavaillon et Sicard de plauzoles”, Prophylaxie antivénérienne, janvier 1929. Cited by de Luca V. (dir.), Pour la famille. Avec les familles. Des associations se mobilisent (1880-1950), paris, L’Harmattan, 2008. 20). MaX JoSepH, (herausgegeber) Dermatologisches Centralblatt. Internationale Rundschau auf dem Gebiete del Haut- und Geschlechts- Krankheiten. Leipzig, Verlag von Veit & Comp., 1901. 21). RodRíGUeZ GaRCía, et al. (eds.), The League of Nations’ Work on Social Issues, 2016, especialmente los capítulos citados de L. Kozma y J. droux. 22). RodRíGUeZ GaRCía, et al. (eds.), The League of Nations’ Work on Social Issues, 2016; GoRMaN, daniel. “empire, internationalism, and the Campaign against the traffic in Women and Children in the 1920s” in twentieth Century British History. oxford, oxford University press, 2007.
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Enfermedades venéreas: un problema sanitario internacional en 1900
23). paRdo ReGidoR, a., Segunda Conferencia de Bruselas (1º al 6 de septiembre de 1902) para la profilaxia de la sífilis y enfermedades venéreas, bajo el patronato del gobierno berlga. Madrid, imprenta Municipal, 1904, p. 7. 24). paRdo ReGidoR, 1904, p. 8. 25). Ibidem, p. 7-8; CaSteJóN BoLea, R., “Las enfermedades venéreas…” (2004).
32). paRdo ReGidoR, 1904, p. 9-10. 33). KRaUSe, 1996, p. 308. 34). KRaUSe, 1996, p. 308. 35). KRaUSe, 1996, p. 307-308. 36). Ibidem, p. 11.
26). No obstante, no se publicó la lista completa de los participantes y por esa razón no puedo hacer una estimación exacta de su composición.
37). Ibidem, p. 12.
27). paRdo ReGidoR, 1904.
39). Ibidem, p. 13.
28). Ibidem, p. 8.
40). Ibidem, p. 14-15.
29). Ibidem.
41). Ibidem, p. 16.
30). Ibidem.
42). Ibidem, p. 19-20.
31). paRdo ReGidoR, 1904, p. 9.
43). Ibidem, p. 20-21.
38). Ibidem.
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Josep L. Barona
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NORMAS PARA LA ADMISIÓN DE ORIGINALES Se considerarán para su evaluación trabajos originales que no hayan sido publicados en otros lugares. tras la revisión realizada por el comité de redacción, la Fundación Uriach dará cuenta del resultado de la misma y comunicará la fecha de publicación de los que resulten aceptados. asimismo, una vez publicados, se entregarán a los autores 20 ejemplares de la revista y una remuneración de 200 €. Los trabajos deben estar centrados en Historia de las Ciencias de la Salud y han de ser presentados en lengua española, en formato electrónico, con una extensión no superior a los 80.000 caracteres con espacios incluyendo notas bibliográficas, además de iconografía complementaria.
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Ramón de la Sota y Lastra (1832-1913): aproximación a su biografía socio-profesional Juan L. Carrillo*
Resumen: el presente artículo aspira a ser una aportación al mejor conocimiento del médico Ramón de la Sota y Lastra. Una exhaustiva labor heurística ha permitido reunir un conjunto de fuentes que han modificado, tanto cuantitativa como cualitativamente, la información que disponíamos sobre él. Se le ha recono-
cido su papel en el proceso de constitución de la especialidad otorrinolaringológica en nuestro país, pero sin entrar en su análisis. este papel, así como su carrera académica, su actividad profesional o la internacionalización de su obra escrita, se abordan en este trabajo.
Ramón de la Sota y Lastra (1832-1913): an approach to his social and professional biography Abstract: this article aims to be a contribution to a better understanding of the physician, Ramón de la Sota y Lastra. exhaustive heuristic work has permitted the gathering of a group of sources that has modified, both in quantity and quality, the information that was available on him.
i alegría fue intensa y verdadera, Sr. d. Ramón, cuando en el hospital de Enfants Malades, en el departamento clásico para las enfermedades de la garganta, las más graves y frecuentes que aquejan a los niños, no sólo se aplicaba el entubamiento de la laringe con destreza y habilidad, si[no] que, además, se prefería a la abertura de la tráquea. es decir, que me encontré con aquella operación, años ha por usted aconsejada, por usted defendida, por usted propagada en nuestro país con ardiente y sabia exposición, se llevaba a cabo en el corazón de Francia, llenando las capitales indicaciones, por usted señaladas en plausibles escritos”1.
“M
esta carta de Luis Comenge Ferrer (1854-1916) fue escrita y enviada poco después de su regreso de Francia donde realizó un viaje, comisionado por el periodista Francisco
His role in the constitution of the speciality of otorhinolaryngology in our country has been recognised, but without entering in detail. this role, as well as his academic career, his professional activity or the internationalisation of his written works, is addressed in this work.
peris Mencheta y el Hospital de niños pobres de Barcelona, en unión de José Saltor, lugar en el que pudo explorar la situación de los nosocomios franceses. es una larga misiva muy respetuosa y laudatoria, recordándole a su interlocutor aspectos de su propia vida profesional. tal vez fueran innecesarios por sobradamente conocidos por el Sr. d. Ramón. en parís había podido conocer los efectos de la sueroterapia antidiftérica introducida por emil von Behring (18541917) y pierre Roux (1853-1933), cuando a mediados octubre de 1894 el método de este último había sido aprobado por la academia de Medicina de Francia. aun reconociendo su alto valor terapéutico no creyó que constituyera un sustitutivo del entubamiento; en todo caso un buen complemento. Cuando hacia 1907, estando ya próxima su jubilación, Sota y Lastra
preparó su currículum, no conocemos con qué objetivo, en el que recogió lo que había sido su vida profesional, destacó dos hechos: “Fui el primero que en europa practicó el entubamiento de la laringe, y el segundo que en españa hizo la extirpación total de la laringe”2. el resto de su hoja de méritos está repleta de datos objetivos, escasamente formalizados, y sin ser sometidos a una valoración personal. efectivamente, una buena parte de su vida profesional la dedicó a batallar contra los defensores de la traqueotomía en los casos de crup diftérico ofreciendo como alternativa la intubación3. este primer entubamiento lo realizó a una niña enferma de difteria que vivía en la sevillana calle Borceguinería en la mañana del día 31 de mayo de 18874 y a éste siguieron otros que enriquecieron su casuística5. Varias eran sus razones para proponerla como alter-
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Juan L. Carrillo
Luis (1803-1876), cardenal arzobispo de Sevilla desde 1863; Juan José (m. 1879), que también se instaló en Tampico e hizo una gran fortuna; casó con su sobrina Gervasia en 1847 y en segundas nupcias con Inés de Rojas Casanova; se trasladó a Sevilla, estando constatada su presencia en 1865, vivieron en la calle Armas y era propietario8; Pedro Bernardino, que fue cura párroco en Santander y capellán curado del cabildo catedralicio, y Ramón, que fue médico.
Figura 1: Instrumental para la intubación (Chalot y Cestan, Tratado elemental de cirugía y técnicas operatorias. Barcelona, s. a., p. 662).
nativa a la traqueotomía: porque no compromete la vida del enfermo, no causa dolor, se realiza sin herida, la mejoría es más rápida, expone a menos peligros y no deja rastro.
Ramón de la Sota, un acercamiento al hombre y su entorno familiar Ramón de la Sota y Lastra6 nació en Santander el día 8 de diciembre de 1832, siendo bautizado en la Iglesia-Catedral un día después. Era hijo de Juan Julián de la Sota Agüero y María Josefa de la Lastra Cuesta, ambos cántabros nacidos en Hoz y Cubas respectivamente7. Fruto de
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este matrimonio también nacieron Pío –Conde de Sota y Lastra, título nobiliario pontificio– que fue escritor, jurisconsulto y magistrado del Tribunal Supremo; Venancio, Bernarda y Gertrudis Petra, casada con el II Conde de Casa-Giro. Sus abuelos paternos fueron Manuel de la Sota Cagigal y Josefa Mariana Agüero Peredo. Más visible e influyente fue su familia materna. Sus abuelos maternos fueron Bernardo de la Lastra Cuero, que era cirujano, y Brígida de la Cuesta Hontañón. De este matrimonio nacería su tío Diego (m. 1862), que se instaló en Tampico (México) en 1823, empresario y vicecónsul de España. Contrajo matrimonio con Ana Borrás y Pérez y nacieron en Tampico sus hijas Brígida en 1834 y Ana Petra en 1842. Otros tíos fueron
Terminada su carrera en 1856 aceptó el ofrecimiento de su tío Diego y se marchó a Tampico, donde un año después revalidó su título y comenzó a ejercer su profesión. Como era inevitable, se produjo un acercamiento a su prima Brígida (1834-1890) con quien contrajo matrimonio en 1858 y un año después se trasladaron a La Habana donde nacieron sus hijos Juan José (1859-1903), que fue médico y Mariano en 1861, abogado y notario, llegando a ser el decano del Colegio Notarial de Sevilla. Este corto periplo americano le permitió amasar una cierta fortuna9. No resulta extraño que cuando decidieron regresar a España eligieran Sevilla como su ciudad de residencia, pues no era cosa menor contar con sus tíos, especialmente con el Cardenal. Su hijo Pío nació circunstancialmente en abril de 1864 en Santander, pero en septiembre de este año ya estaba instalada la familia en el número 20 de la calle Monsalves, a la que se incorporó la abuela Josefa. Su patrimonio le permitió contar desde un primer momento con un varón asturiano y tres mujeres cántabras como sirvientes. En Sevilla nacerían el resto de sus hijos: María del Carmen (n. c. 1866), Concepción, Ramona (n. c. 1870), Ana (n. 1875) y José (n. 1876). El servicio doméstico en 1876 lo componían un hombre y tres mujeres y en 1895 cuatro mujeres10. Tenemos constancia de la existencia de otro hijo que murió a finales de 1876 o principios de 187711. A lo largo de todos estos años fue uno de los mayores contribuyentes de Sevilla12. Nunca perdió sus raíces culturales montañesas. Mantuvo buenas relaciones con Marcelino Menéndez Pelayo y con Enrique (1861-1921), menos médico que él, pero más literato y curator de la biblioteca de su hermano. Cuando José María Pereda
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Ramón de la Sota y Lastra (1832-1913): aproximación a su biografía socio-profesional
visitó Sevilla el 5 mayo de 1896, con dos cartas de presentación de don Marcelino para Francisco Rodríguez Marín y Luis Montoto Rautenstrauch, Sota era uno de los pocos amigos con los que contaba en Sevilla. pereda acudió a la tertulia que Montoto celebraba en la antesala de la biblioteca del ateneo y entre los asistentes allí estaba ese día don Ramón; en un lugar que debió considerar poco recomendable por su nunca participación. asistió Sota a una comida campera celebrada en una finca de alcalá de Guadaíra formando parte de ese reducido círculo de amigos. Cuando el periódico El Cantábrico abrió una suscripción en 1903 para entregarle a don Marcelino y a don José María las insignias de la Cruz de alfonso Xii, en Sevilla se formó una comisión al efecto compuesta por Sota, prudencio Sánchez de Merodio y Rodríguez Marín13; precisamente ese mismo año operó a este último de un tumor en las cuerdas vocales y, reoperado en Madrid, quedó con una afonía que le impidió el ejercicio de su profesión de abogado14. de ideología conservadora, era un ferviente católico que usó a lo largo de su vida de un director espiritual. en la revista El Comercio de Cádiz publicó en diciembre de 1859 una oda “a la Concepción inmaculada de María”. Fue cítara de plata y diploma de Socio de Mérito por su leyenda a la Virgen de Montserrat titulada “La expiación” que presentó en el certamen poético convocado en 1864 por la academia Bibliográfica Mariana de Lérida15. esta academia había sido creada en 1862 por iniciativa del sacerdote José escolá16. perteneció a la asociación de católicos de Sevilla creada por el marqués de Viluma el 24 de junio de 1869, siendo el presidente de la Junta parroquial de San Nicolás17. en 1870 presentó su dimisión como catedrático de la escuela Libre de Medicina al negarse a jurar la Constitución de 1869, recuperando la cátedra en 187218. participó activamente con el arzobispo Joaquín Lluch y Garriga (18161882), que reemplazó a su tío en la sede sevillana en 1877, en la fundación de la academia Hispalense de Santo tomás de aquino. desde esta excelente plataforma lanzó sus dardos contra el naciente pensamiento darwinista19. pertenecía a la academia Fi-
losófico-Médica de Santo tomás en Bolonia fundada en 1874 por el jesuita p. Cornoldi, que se caracterizaba por ser una institución defensora de la ortodoxia tomista ante el peligro de las ciencias físico-naturales. el 10 de marzo de 1872 ingresó como académico de la Real academia Sevillana de Buenas Letras bastión desde el que se combatía todo pensamiento que tuviera visos de modernidad20; bien pronto sería bibliotecario, académico preeminente y finalmente el director desde el 21 de abril de 1894 hasta 8 de junio de 1906. Francisco MateosGago Fernández (1827-1890) le envió a Marcelino Menéndez pelayo en 1881 un documento con 230 firmas entre las que se encontraba la de Ramón de la Sota y en su escrito de remisión le escribía: “Son casi todos tan carlistones como yo, pues creo que las excepciones no llegara a una veintena”21. en esa lista estaba lo más granado de la flor y nata del ultramontanismo sevillano. Sota y Lastra también jugó un destacado papel en la fundación de la Liga Católica de Sevilla en 1901, siendo la persona que presidió el acto de presentación pública22. desde un punto de vista estrictamente político fue silvelista en 1897 y un año después polaviejista23.
Ramón de la Sota, estudiante: su carrera académica Cursó los estudios primarios en Santander en la escuela privada del Sr. Rují y en la de don Valentín peinado. en los años académicos 18431844 y 1844-1845 realizó los dos primeros cursos de latinidad con don Bernabé Sáenz obteniendo la calificación de sobresaliente. Los cursos 3º y 4º los hizo en el internado del colegio que los escolapios tenían en Villacarriedo24 en donde obtuvo la calificación de regular en el primero y bueno en el segundo. el 5º, durante el curso 1847-1848, en el instituto provincial de Segunda enseñanza de Santander, superando en julio los ejercicios con aprobado por unanimidad y alcanzando el grado de Bachiller en Filosofía por la Universidad de oviedo. el título le fue expedido el 1 de septiembre25. terminado el bachillerato se desplazó a Sevilla y el 25 de septiembre
de 1848 realizó la solicitud de matriculación en el curso preparatorio de Medicina y Farmacia. tuvo como profesores a antonio Machado Núñez (1812-1896) en Mineralogía y Zoología; a Miguel Colmeiro penido (18161901) en Botánica y a Juan Campelo ayuevar (n. 1814) en Química26. La carrera de medicina la realizó en la Facultad de Cádiz de la Universidad de Sevilla entre los cursos 1849-1850 y 1855-56. Superado los ejercicios con aprobado por unanimidad obtuvo el grado de Bachiller en Medicina y Cirugía el 7 de junio de 1854. el 11 de junio de 1856 alcanzó el grado de Licenciado por unanimidad, haciéndole entrega del título, expedido el 23 de septiembre de 1856, el Gobernador Civil de Santander el 30 de diciembre. allí tuvo como profesores a José de Gardoqui y paino Valladares, Vicente domínguez daza, Francisco Flores arenas, Juan Ceballos Gómez, José Benjumeda Gens, Federico Benjumeda Fernández, Rafael ameller Romero, José Manuel porto Zepillo, entre otros. Fue un buen estudiante, aprobando todos los cursos en la convocatoria ordinaria de junio: bueno en primer curso, notablemente aprovechado en quinto y sexto año y sobresaliente en segundo, tercero, cuarto y séptimo27. durante estos años se dio a conocer en varias revistas gaditanas tales como La Moda, La Revista Médica y La Amistad que él mismo fundó28. disponemos del testimonio de Federico Rubio y Galí (1827-1902) que le conoció en Cádiz durante el curso 1849-1850; él estudiaba el séptimo año de la carrera y Ramón comenzaba primero. dice de él: “Conocí al hoy doctor La Sota cuando su primer curso de carrera médica. era un joven alto, delgado, moreno, ojos grandes, mirada tranquila e inteligente; limpio y decorosamente vestido, reposado y serio, y poco hablador; escribía versos alguna que otra vez y tenía vislumbres y conatos literarios. Llamó mi atención; salía del molde de la casa. Cual más cual menos, novatos o de años mayores, todos los estudiantes éramos del tipo bohemio, decidores, traviesos y echados para delante. No tardé en dar con el quid. La Sota venía de casa episcopal. Había sido educado en la atmósfera, atenuada por la distancia, de un su tío mitrado. Sin embargo, como el continente no era de semi-
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narista, y el aspecto del novato era abierto y franco, fue bien recibido y justamente apreciado”29. Sin embargo el doctorado lo alcanzó siendo ya profesor de la escuela Libre de Medicina y Cirugía de Sevilla. Los ejercicios de este grado se celebraron el día 3 de septiembre de 1870 y la investidura como doctor ante el Claustro de la escuela un día después. el tema elegido a defender como tesis fue “¿Qué se entiende por diátesis? Hacer la historia de los caracteres de las diferentes diátesis”30. el 9 de noviembre de 1885 defendió en la Universidad Central una memoria con el título “de la angina nicotínica” para obtener un nuevo doctorado31 que se consideró como una revalidación del título obtenido por la escuela Libre. doce años más tarde la publicaría32. No satisfecho con sólo su carrera médica, el 26 de septiembre de 1864 presentó solicitud de matriculación en la Facultad de Filosofía y Letras. en los cursos académicos 1864-1865 y 1865-1866 aprobó las asignaturas que le permitieron obtener el grado de Bachiller en Filosofía y Letras en 1867 y durante el curso 1866-1867 las asignaturas correspondientes a la licenciatura. el de Licenciado lo obtuvo el 7 de marzo de 1870, expidiéndose el título el 3 de septiembre. Las asignaturas de doctorado las cursó en 1871-1872 y grado de doctor lo obtuvo el 12 de junio de 1873, eligiendo como tema, entre los propuestos por la Facultad, “influencias de la religión sobre el sentimiento de lo bello”33. el conocimiento adquirido con estos estudios le posibilitó que ejerciera cátedras particulares en colegios de segunda enseñanza en Sevilla34, estando constatado que enseñó la asignatura psicología, Lógica y Ética en el colegio de San Fernando35.
Sota y Lastra, profesor universitario Nada más llegar a Sevilla, Sota y Lastra se dirigió a Federico Rubio para que le orientara en el modo más adecuado de “adelantar” en su carrera, a lo que don Federico respondió preguntándole por su especialidad. Ramón le contestó que ninguna
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y Rubio secamente le dijo: “desde mañana empieza usted a estudiar las enfermedades de la piel”36. Habrían de trascurrir veintiocho años para que se recuperaran los estudios médicos en la ciudad de Sevilla. Sota y Lastra, que sólo tenía tras de sí tres años de ejercicio profesional en Sevilla, fue uno de los veintitrés médicos invitado expresamente por el Rector de la Universidad y vocal de la Junta Revolucionaria antonio Machado Núñez a la sesión constitutiva de una Sociedad Médica de Libre Enseñanza celebrada el día 28 de octubre de 186837. por decreto de la Junta Revolucionaria y a propuesta de Federico Rubio ya se había creado la escuela Libre de Medicina y Cirugía38 y el 6 de noviembre se oficializaba su nombramiento como encargado de la cátedra de Dermatología y su clínica39. Circunstancialmente, en el curso 1869-1870, Sota y Lastra explicó Patología Médica desde el 3 de noviembre. pronto el proceso de liberalización de la enseñanza sufriría un giro copernicano. Se encendieron todas las alarmas tras la aparición de un decreto que pretendía regularizarlo lo que tuvo como consecuencia el cierre de buena parte de los establecimientos libres de enseñanza superior40. este decreto dejaba la puerta abierta para aquellos que se sometieran a un duro expediente de reconversión. Sevilla consiguió que se autorizara provisionalmente la enseñanza durante el curso 18741875 con desaparición de la enseñanza de las especialidades médicas. Sorprendentemente a Ramón de la Sota se le nombró para ocupar la cátedra de Medicina Legal y toxicología, pero de inmediato renunció porque “no era de su agrado, que no tenía estudios hechos acerca de esta materia y que se atrevía a decir que le era repulsiva”, a pesar de ello se comprometió a impartir la docencia hasta que se encontrara un sustituto41. en el epicentro de esta crisis falleció el 28 de noviembre de 1874 antonio Marsella Sierra (1808-1874), el primer director de la escuela. esta trágica muerte, se suicidó, puso a prueba los afanes literarios de Sota42 componiendo unas octavas a su amigo y compañero43. por fin, tras superar diversos trámites administrativos por Real orden
de 14 de septiembre de 1875 nació la escuela provincial de Medicina y Cirugía de Sevilla viéndose obligada a adaptar su plan de estudios a los que regían para la enseñanza oficial44. en estas condiciones estabilizó su situación Sota y Lasta como catedrático interino de patología Quirúrgica. La tradición establecía que dentro del territorio de esta disciplina se contemplara el abordaje de los problemas quirúrgicos que con posterioridad, y por un proceso de segmentación, terminarían constituyendo las especialidades quirúrgicas. esta nueva situación posibilitó que Sota y Lastra se encargara de la enseñanza teórica del territorio completo de la futura otorrinolaringología45. Una vez superada de crisis de 1874 se inició un incierto camino hacia la consolidación. tras dos fracasados intentos en 1880 y 1884 de reforma del plan de estudios, por fin en 1886 se implantó uno de larga vigencia46. Naturalmente la escuela provincial de Sevilla quedó sujeta al decreto máxime cuando en su artículo 1º hacía una explícita referencia a que era de aplicación a las supervivientes escuelas de Salamanca y Sevilla. La década de los 90 estuvo plagada de problemas para la escuela: dificultades presupuestarias, disminución del alumnado y al final la muerte el 6 de agosto de 1899 de José Moreno Fernández (1823-1899), el director de la escuela, que puso en manos de Ramón de la Sota la dirección de la misma, tomando posesión de este cargo el 1 de diciembre. a comienzos de 1901 hizo su aparición el llamado decreto García alix que reformaba la legislación que regía los establecimientos de enseñanza costeados por las corporaciones locales y que afectaba directamente a la escuela de Sevilla47. pero Sevilla se movilizó y logró arrancar del Conde de Romanones, el nuevo ministro de instrucción pública y Bellas artes, la promesa de una ley que resolviera definitivamente la situación de transitoriedad sufrida por la escuela en los úlLa timos veinticinco años48. superación de esta crisis y el camino hacia la completa integración como servicio estatal comenzó con la aparición del Real decreto de 24 de enero de 1902, que autorizó a la diputación de Sevilla para que sostuviera en propiedad los estudios correspondientes a la licenciatura en
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Ramón de la Sota y Lastra (1832-1913): aproximación a su biografía socio-profesional
medicina, integró definitivamente esta enseñanza en la universidad y la institución quedaba sujeta a la legislación general de instrucción pública que incluía todo lo referente a retribuciones, nombramientos, ascensos, traslados y permutas del profesorado, así como a las denominaciones de las asignaturas49. Quedaba garantizada la continuidad de los estudios médicos en la ciudad de Sevilla, pero como contrapartida se rompía con una tradición de inmediatas consecuencias al producirse una desvinculación parcial de la diputación provincial de Sevilla que tuvo un efecto inmediato sobre el proceso de reclutamiento del profesorado. al cumplir los requisitos establecidos en la disposición transitoria 2º del mencionado decreto, se confirmó a Sota y Lastra como catedrático de patología Quirúrgica y, al mismo tiempo, dejó de ocupar el cargo de director para ser nombrado decano de la recién nacida Facultad provincial de Medicina50. a partir de este momento se hizo muy evidente su deterioro físico –sus problemas habían comenzado en agosto de 1901– viéndose obligado a solicitar permisos por enfermedad. pero no todo iban a ser sinsabores. Con toda seguridad recibiría con entusiasmo el decreto por el que se introducían definitivamente las especialidades médicas en el currículum académico. el sueño acariciado por Federico Rubio que no pudo disfrutar. por Real decreto de 27 de octubre de 1902 Sota fue nombrado catedrático interino de Dermatología y sifilografía51; la Otorrinolaringología fue adscrita a Francisco Magro alfonso (1865-1907). Superada la crisis satisfactoriamente aún tendría que padecer algunos sinsabores la persona que ocupaba el decanato viéndose obligado a defender públicamente a los profesores de la recién nacida Facultad. La restricción que contemplaba esa disposición transitoria 2º –los profesores acogidos a ella no adquirían el derecho a ingresar en el escalafón general de catedráticos, ni trasladarse a otras universidades– posiblemente condujo a Sota a iniciar contactos y gestiones para lograr que se suprimiese. es significativa la visita efectuada por el Conde de Romanones a comienzos de 1904, cuando ya había cesado como ministro, en la que se comprometió
para interceder ante su sucesor, el sevillano Lorenzo domínguez pascual, para alcanzar ese objetivo. Conocedores de estos movimientos los catedráticos de las Facultades de Medicina de Granada y Cádiz trataron de interrumpir el proceso. Ya estaban descontentos por el procedimiento a través del cual habían alcanzado la cátedra y ahora pretendían escalafonarse y poder trasladarse de universidad. Consideraron que eso era ir demasiado lejos. por ello enviaron una misiva al Ministro de instrucción pública en la que mostraban su disconformidad con el modo en que habían adquirido la condición de catedráticos de la Universidad de Sevilla, por un nombramiento sin oposición, y por su pretensión de adquirir nuevos derechos. Conocedor de este escrito Sota redactó una carta firmada el 1 de marzo de 1904 dirigida a los catedráticos que habían mostrado tal disconformidad y la envió a los más importantes diarios de Sevilla: La Monarquía, El Noticiero Sevillano, El Liberal, Andalucía Moderna, El Correo de Andalucía, El Progreso, abriendo con ello un debate público. este debate fue un cúmulo de reproches en el que estaba presente la vieja rivalidad entre ambas instituciones. para el decano de Sevilla el asunto del escalafón fue una oferta de Romanones, que se encontraba satisfecho de haber sido él quien lo elevó a la categoría de centro oficial y constatar su buena dotación –microscopios, museos, 900 camas disponibles en el Hospital y la policlínica– y nunca una petición del claustro; que en el caso de admitirse no se lesionarían derechos ya que el lugar ocupado en el escalafón sería el de la fecha de admisión; que sus grandes maestros gaditanos no fueron catedráticos por oposición y por último hizo un repaso del claustro sevillano y sus métodos didácticos. en definitiva, que desde el nacimiento de una escuela Libre, nunca la vieron con buenos ojos52. Le respondió José Rubio argüelles (n. 1854) que en ese momento era el decano de la otra Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla, la que estaba en Cádiz. Le reprochó que acudiera a la prensa para dirimir el asunto; que le constaba, por esta misma prensa, sus gestiones ante las entidades oficiales en aras de alcan-
zar el objetivo; le echó en cara la legislación que, en su opinión, impedía su pretensión; le advirtió que el movimiento de oposición era nacional y no sólo granadino y gaditano; le recordó que al enumerar los claustrales sevillanos olvida a enrique Suñer ordóñez que había obtenido por oposición la cátedra de patología General en 1902; que los catedráticos que no lo fueron por oposición directa, la consiguieron por concurso tras haber obtenido previa oposición la plaza de auxiliar o que la Facultad de Cádiz no fue un traslado desde Sevilla, sino que nació allí53. Sota aprovechó la tribuna que le ofrecía la academia de Buenas Letras para, en un acto público, reprocharle el rechazo que mostraron ante la propuesta del dr. Francisco Revueltas Montel (18391887) de organizar un Congreso Regional de Ciencias Médicas en Cádiz54. tras este enojoso episodio, en octubre de ese mismo año, presentó su dimisión. La campaña emprendida tuvo su culminación cuando la víspera del día de los Santos inocentes de 1910 el ministro Julio Burell y Cuéllar puso a la firma del rey alfonso Xiii el decreto que derogaba aquella disposición transitoria. en la exposición de motivos se constataba la existencia en las Facultades de Medicina y Ciencias de Salamanca y en la de Medicina de Sevilla de dos tipos de catedráticos: los que ingresaron acogiéndose a la famosa transitoria y los que habían ido ocupando, en virtud de oposición nacional, las vacantes producidas a lo largo de los ocho últimos años. Sobre ello se argumentaba: “Ni favorece al buen régimen universitario esta diversidad de condiciones entre Catedráticos de un mismo Claustro, ni en reglas de justicia y equidad tiene fundamento esa situación, que priva a un grupo de Catedráticos de toda esperanza de mejora como premio a sus servicios y de entusiasmo y estímulo para el mejor desempeño de su función”. No sólo se beneficiaron los profesores de Sevilla sino también los de Salamanca. todos ocuparon los últimos lugares del escalafón y se les reconoció el derecho a participar en los concursos de traslado que se convocasen55. posiblemente Sota, inmerso
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en aquellos años en los homenajes que le tributaron, esbozó una ligera sonrisa, miró al cielo y pensó que se trataba de uno más en forma de perversa inocentada a sus colegas granadinos y gaditanos.
La policlínica, “joya de la escuela” La otorrinolaringología fue una especialidad que se construyó en europa entre 1858 y 1870 estando focalizado este proceso en ciudades como Viena, Berlín, parís o Londres56. Su introducción en españa fue moderadamente temprana si aceptamos el testimonio del propio Sota y Lastra que estimó su iniciación cuando en 1870 Rafael ariza y espejo (18261887) y él tomaron la decisión de consagrase, al menos parcialmente, al cultivo de esta recién nacida especialidad; hecho que ocurrió cuando en españa nadie sabía manejar un laringoscopio. dos años más tarde Sota estaba en disposición de impartir en la escuela un curso de laringoscopia y laringología57. de los tres campos que estructuraban el territorio, fue la laringología al que se le prestó más atención en el seno de la escuela58. Ya en 1874, dentro del departamento de óptica, se disponía de una sala dedicada a la práctica laringoscópica con una excelente dotación de material adquirido por la diputación provincial de Sevilla: un aparato de luz drummont, diversos tipos de laringoscopios, ballenas porta-esponjas, escarificadores, pulverizadores, fumigadores, porta-cáusticos, depresores de lengua, etc., instrumentos que permitían la exploración laríngea, el tratamiento tópico y el seguimiento laringoscópico de los resultados terapéuticos59. en el inventario se contemplaba también diverso material otológico (varios modelos de otoscopios, pera de politzer, auscultadores, diversas sondas para el cateterismo de la trompa de eustaquio, jeringas y cánulas) y rinofaringológico (pelotas nasales, pinzas faríngeas)60. Llama la atención la inexistencia del espejo frontal, pero es sabido que Sota y Lastra en fecha tan tardía como 1899 reconocía no usarlo, tanto por razones técnicas (deficiencia en la iluminación al per-
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Figura 2: Material laringológico adquirido en Berlín, (Universidad de Sevilla. Trabajos prácticos y estadísticos. Sevilla, 1895, pp. 147-148).
derse luz en dos reflexiones) como por razones estéticas (ridícula posición y aparato poco estético), morales (preservar la decencia, especialmente si se trata de mujeres), higiénicas (proximidad de los rostros) y la mera costumbre61. Un cambio cuantitativo tanto en el plano asistencial como en el docente se produjo en 1878 con la creación de una institución pionera en españa, pero muy consolidada a nivel europeo: la policlínica de la escuela de la que tan orgullosos se sentían62. el proceso de creación se inició tras su aprobación en el claustro celebrado el 29 de septiembre de 1878, realizando la propuesta el entonces director antonio Rivera Ramos (1815-1887)63. el modelo a seguir fue la dotación de gabinetes especiales análogos a los que existían en otros países, especialmente alemania. en un corto espacio de tiempo se ade-
cuaron las instalaciones y pudo comenzar su funcionamiento64. Sota y Lastra se encargó de las clínicas de “enfermedades de la piel” y “enfermedades de la garganta”, lo que estaba perfectamente ajustado a su trayectoria profesional y docente. Nada más acceder a la dirección José Moreno Fernández, el catedrático de Fisiología, puso en marcha una reforma de la policlínica, implantada plenamente durante el curso 1888-1889. esta reforma, entre otros, contempló dos hechos: se creó una sesión de otología y una ampliación de personal con un auxiliar por cada clínica. La recién creada clínica de otología se encargó a Francisco Laborde y Winthuyssen (1853-1925), que comenzó su carrera docente como profesor auxiliar interino en 1888 bajo la protección de Sota quien le orientó su ejercicio libre profesional hacia la otología. La plaza de auxiliar de dermatología y laringología fue a manos
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Ramón de la Sota y Lastra (1832-1913): aproximación a su biografía socio-profesional
de antonio Gallegos pedraceli (18581914)65. Las nuevas responsabilidades adquiridas por Sota cuando fue nombrado director de la escuela determinaron algunas cambios en la policlínica: él paso a tener la condición de “honorario de laringología y dermatología” entregando su puesto a Gallegos pedraceli, su inseparable discípulo y se creó una segunda sección de otología para Francisco Magro, otro de sus discípulos66. Un hecho destacable es la escasa autopercepción que tenían de este trabajo especializado. Sólo tres la reconocían públicamente en 1888: Sota y Lastra (garganta y piel), Gallegos (garganta y boca) y Manuel Moreno parra (1862-1927) (enfermedades venéreas y sifilíticas)67. a pesar de las dificultades económicas surgidas en la década de los 90 se realizó una importante adquisición de material en parís y Berlín con destino a la policlínica, pagándolo con fondos de la propia escuela, que mejoró su equipamiento68 . para la clínica otológica se compraron distintos modelos y tamaños de espéculos, diapasones construidos por Wesselhärft en Halle (C, C1, C2, C3 y C4), legras, sondas, pinzas cortantes de pólipos, catéteres, un aparato pneumático, un espejo frontal, entre otro material69. para la laringológica dos espejos de nariz (Voltolini), tonsilotomos de tres tamaños (Mackenzie), diversos modelos de pinzas, etc70. de todo este material comprado es interesante reasaltar la adquisición del juego de diapasones lo que permitía realizar diagnósticos topográficos de las hipoacusias, método introducido en clínica años antes71. de todas formas es necesario tomar en consideración que el futuro de los diversos tipos de acúmetros (itard, politzer) estaba seriamente comprometido desde la construcción del primer prototipo de audiómetro (acúmetro telefónico) dado a conocer por arthur Hartmann (1849-1931) en sesión de la Berliner phisiolosgischen Gesellschaft el 11 de enero de 187872. desde la posición que ostentaba como director de la escuela, Sota y Lastra se planteó la necesidad de una nueva reforma de la policlínica. en primer lugar disponer de un edificio más digno y más moderno que el que se venía usando. Ya en el curso 19001901 presionó a la diputación para
que se reparara esta situación apelando tanto a argumentos históricos, como era la tarea asistencial y docente desarrollada a lo largo de casi veinticinco años de funcionamiento, como a la nueva retórica finisecular regeneracionista73. Resuelta la crisis de 1901 Sota volvió a la carga con el interrumpido proyecto de reforma, ahora con un nuevo impulso resultado del modo en que tal crisis se superó. a requerimientos de la diputación esgrimió los argumentos ya conocidos y estimó que 30.000 pesetas serían suficientes para dotarla adecuadamente74. Los cambios producidos a nivel nacional como fueron la introducción de las especialidades en los planes de estudio y la organización de la enseñanza clínica, así como el cambio institucional local, tuvieron un fuerte impacto en la organización de la policlínica75. por primera vez Sota y Lastra sólo sirvió la clínica dermatológica; de la de laringología (y rinología) se encargó Gallegos pedraceli y Laborde fue desplazado por Magro alfonso constituyéndose una nueva clínica de otología, rinología y laringología. Como puede constatarse eran dos clínicas muy similares para dos discípulos de Sota. Julio Cobos Carceller (1882-1953), un estudiante de medicina cántabro, fue nombrado ayudante y destinado a esta clínica otorrinolaringológica.
El institucionismo de Ramón de la Sota es sobradamente conocido que la fortaleza de un grupo social no depende tanto del número de sus elementos constitutivos -sin que este hecho sea despreciable- como de su cohesión interna. Cualquier mecanismo que la fortalezca siempre es bien aceptado por el grupo en cuestión. el naciente espacialismo médico de la segunda mitad del siglo XiX se fortaleció a través de favorecer el conocimiento mutuo (relaciones personales) y el intercambio solidario de información. La pertenencia a asociaciones médicas, los encuentros (viajes, congresos) y el periodismo médico cumplieron esta función. este era el mundo profesional en el que se movió Sota y Lastra, llamando la
atención su integración en el territorio de la laringología, desentendiéndose por completo de la dermatología. Sota fue un factor fundamental en la organización de los tres congresos médicos que se celebraron en andalucía entre 1876 y 1882. el primero de ellos como Congreso Médico andaluz se celebró en Sevilla los días 28 de abril de 1876. Un congresista, Carlos María Cortezo prieto (18501933), que recogió en las páginas de El Siglo Médico resúmenes de las comunicaciones presentadas, hizo un elogio de la institución con las siguientes palabras: “la escuela de Medicina de Sevilla merece con justicia el respeto que se le ha tenido cuando se han querido coartar los que se han juzgado sobrados esparcimientos de la libre enseñanza”76. este dinamismo y vitalidad de la escuela lo personalizó en Moreno Fernández y en Sota y Lastra, precisamente las dos personas que dirigieron la institución entre 1887 y 1904. tres años después, en agosto de 1879, se celebró en Cádiz el Congreso Regional de Ciencias Médicas gracias a la intervención de Sota para que la iniciativa no se fuera al traste. el profesorado de la escuela sevillana adquirió un protagonismo, al parecer, no deseado. a este congreso Sota presentó dos comunicaciones77. La sede del tercer evento volvió a ser Sevilla tres años después. Se trató del Congreso Médico internacional del que fue inspirador Ramón de la Sota78. La aspiración internacionalista de Sota es muy evidente. Ufano proclamaba antonio Rivera, director de la escuela y presidente de Congreso, que era el primero de ese carácter que se celebraba en españa79. en este congreso surgió la idea de crear una nueva institución médica en Sevilla. La propuesta concreta la realizaron en diciembre de 1883 José Roquero Martínez (1852-1936) y Jaime Mitjavila Ribas (1855-1910) y así nació la Sociedad Médico-Quirúrgica de Sevilla asumiendo Ramón de la Sota una vice-presidencia de la misma80. a partir de 1880 comenzó la visibilidad de Sota y Lastra a nivel internacional. asistió al Congrès international de Laryngologie que se celebró en Milán en septiembre de 1880 y fue nombrado Socio extranjero de la Société Française d’otologie et Laryngologie, creada en 1882 por iniciativa
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de Jean Gabriel Émile Moure (18551941). en la sesión de esta sociedad de 15 de octubre de 1885 presentó una comunicación81. por otra parte colaboró en el proceso de institucionalización de la especialidad en españa. perteneció y participó en el acto fundacional de la Sociedad española de Laringología, otología y Rinología, que tuvo su sede en Barcelona y que fue fundada en 1886 por Rafael ariza junto a un grupo de médicos catalanes: José Roquer Casadesús, Luis Suñé Molist y pedro Verdós Mauri; en este acto leyó un trabajo titulado “de la artritis crico-aritenoidea”82. presentó una muy oportuna comunicación en el Congreso Ginecológico español celebrado en Madrid en mayo de 1888 para dar a conocer su experiencia en la intubación83. acudió al Congrès international d’otologie et de Laryngologie celebrado en parís los días 16 al 21 de septiembre de 1889. La celebración en Madrid durante los días 10 al 18 de noviembre de 1900 del Congreso Social y económico Hispano-americano fue una buena ocasión para que su ambición internacionalista dirigiera ahora su mirada al mundo ibero-americano al que no había prestado atención alguna. en la Comisión de Ciencias, presidida por el médico José Calvo Martín (1814-1904), se abordaron temas sobre el intercambio científico de conocimiento y publicaciones, los contactos personales, el intercambio de profesores y estudiantes facilitado por el vehículo común que era la lengua, etc. aparte de su asistencia a congresos internacionales de la especialidad también estuvo presente en otros de carácter generalista, si bien solían tener sesiones dedicadas a las especialidades: el Xi Congresso Medico internazionale celebrado en Roma entre el 25 de marzo y 5 de abril de 189484; el XiV Congreso internacional de Medicina celebrado en Madrid entre el 23 y el 30 de abril de 1903 y el XV Congresso internacional de Medicina de Lisboa, en 19-26 abril de 1906. Viajar por los centros extranjeros fue otra actividad que cultivó. tenemos constancia de que el 9 de julio de 1900 comenzó a disfrutar una licencia de seis meses concedida por el Ministro de Fomento para viajar por españa y el extranjero. tras solicitar por correspondencia suero antidiftérico sin resultados viajó a Berlín para estudiar el trata-
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miento de Koch de la tuberculosis, volvió muy satisfecho al haber podido observar la forma de aplicar el suero y las reacciones que se producían en los enfermos, pero desgraciadamente al final no se confirmaron los resultados85.
La internacionalización de la obra de Sota y Lastra Se puede afirmar sin lugar a dudas que Ramón de la Sota fue el médico sevillano que gozó de mayor prestigio y respeto internacional. Ni siquiera Federico Rubio alcanzó tal situación. por el contrario Rubio fue mitificado en españa hasta límites increíbles86 y Sota no padeció esa cruel tortura histórica. esta conexión internacional deviene en primer lugar de su basto conocimiento en idiomas. Sabemos que leía inglés, francés, alemán e italiano, lo que le permitió estar bien conectado con la producción científica europea y norteamericana. Gracias a ello en 1879 se embarcó en la aventura editorial de dar a la luz una publicación periódica titulada Lecciones Clínicas y Noticias Médicas. Con ello
pretendía poner al alcance de los médicos españoles una información general que pudiera serle de utilidad. Las Lecciones eran traducción de artículos publicados en inglés y las Noticias, generalmente de terapéutica, breves resúmenes críticos extraídos de publicaciones médicas francesas, italianas, inglesas, norteamericanas, alemanas y españolas. Fue un gran trabajo de lectura, selección, traducción y editorial87. Una tarea semejante, pero especializada, fue su participación en la “Revista de Laringología” publicada en El Siglo Médico por Rafael ariza. igualmente era cooperador ejecutando un trabajo semejante en el The Journal of Laryngology and Rhinology de Sir Morell Mackenzie (1837-1892) desde el momento de su aparición en enero de 1887. tradujo del inglés El crup en sus relaciones con la traqueotomía del laringólogo Jacob da Silva SolisCohen (1838-1927) con el que mantenía una fluida correspondencia; él fue quien le proporcionó los tubos con los que realizó en Sevilla sus primeras intubaciones88. del italiano tradujo el libro de Ferdinando Massei (1847-1917) Lecciones Clínicas que recogía su anual experiencia clínica
Figura 3: Reseña publicada en el primer volumen (1887) de la revista The Journal of the Laryngology and Rhinology, p. 112.
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Ramón de la Sota y Lastra (1832-1913): aproximación a su biografía socio-profesional
en el dispensario laringológico del Hospital Clínico de la Universidad de Nápoles89. asimismo fue traductor de la Higiene de los órganos vocales de Morell Mackenzie por cuya iniciativa se fundó en 1863 en Londres un hospital destinado a las enfermedades de la garganta90.
entre 1885 y 1888 a perfeccionar la técnica de la intubación laríngea ofreciéndola como una alternativa a la traqueotomía. Mientras la vieja europa permanecía anclada en el pasado, las ideas y técnicas del o’dwyer encontraron en españa su más firme valedor.
en la hoja de servicios redactada por nuestro médico hacia 1907 hace constar la traducción de tres obras alemanas y una francesa de cierta envergadura por su número de páginas, pero no he logrado encontrarlas editadas. posiblemente las tradujo y no llegaron a publicarse. Son las del médico Bernhard Fränkel (1836-1911), profesor de rinología y laringología en la Universidad de Berlín, “el cáncer de laringe, su diagnóstico y tratamiento”91; las “experiencias de las enfermedades de la garganta y de la nariz”92 del vienés ottokar Chiari (1853-1918) que era director de la clínica laringológica y profesor de la Universidad de Viena; “extirpación de la laringe”93 de eugen Hahn (18411902) de Berlín, publicada por Richard Volkman en sus Sammlung klinischer Vorträge de Leipzig y “enfermedades de la boca y de la faringe”94 de albert Ruault (18501928), que era médico jefe de la clínica laringológica en la institución nacional de sordos-mudos de parís.
Como solía ocurrir con frecuencia, la labor publicista de Sota y Lastra aparece sobredimensionada al utilizar para un mismo trabajo diversos tipos de soportes editoriales. así encontramos duplicidades (artículo de revista y folleto) y traducciones de textos ya editados en españa. desde un punto de vista temático suelen ser casos clínicos y reflexiones sobre los mismos. el intervalo activo hay que situarlo entre 1882 y 190396. publicó en revistas generalistas españolas y extranjeras, pero también usó el naciente periodismo especializado español, europeo y norteamericano97.
Cuando el otólogo norteamericano Charles Henry Burnett (18421902) decidió publicar el primer tratado de otorrinolaringología en américa, realizado como obra colectiva con participación internacional en la redacción de sus diferentes capítulos por los más notables especialistas, contó con Sota y Lastra para escribir el titulado “Lupuos and Leprous Laryngitis” que sería vertido al inglés por david Cerna (n. 1857)95. Su nombre quedaría vinculado a lo más selecto de los otorrinolaringólogos. esta obra dirigida por Burnett se componía de dos volúmenes y cada uno en dos partes: las enfermedades de la faringe y de la laringe ocuparon toda la parte segunda del volumen segundo. Junto a todos estos mantuvo una estrecha amistad con el pediatra norteamericano Joseph o’dwyer (18411898). Su enorme experiencia en el tratamiento de niños que presentaban un crup diftérico le condujo
La obra de Sota y Lastra mereció ser citada en algunos de los grandes tratados de la especialidad europeos y norteamericanos. Fue citado por el laringólogo londinense Lennox Browne (1841-1902) en su The Throat and its Diseases (London, 1878); Francke Huntington Bosworth (1843-1925), neoyorquino, en A Treatise on Diseases of the Nose and Throat (New York, 1890-1892); Ferdinando Massei en su Patologia e terapia della faringe, delle fosse nasale e della laringe (Milano, 1889). también los parisinos Léonce Louis Marie Lacoarret (1861-1925) y Jean Garel (1852-1931), el muniqués Ludwig Grünwald (1863-1927), además de Émile Moure, achille Gouguenheim (1839-1901) y Solis-Cohen, que le nombró Correspondant Fellow of the american Laryngological association98.
Sota y Lastra, académico Bien pronto la academia Sevillana de Buenas Letras le llamó a su seno porque en tan sólo ocho años ya había dado pruebas de su posición ideológica y además era sobrino del Cardenal. ingresó el 10 de marzo de 1872 con un discurso en el que se mostró no sólo defensor del creacionismo bíblico sino también activo mi-
litante antidarwinista. “Yo me propongo en este trabajo combatir el darwinismo, sostener la inmutabilidad de la especie, hacer ver que cada uno tuvo un tipo originario distinto” y tras recurrir a manoseados argumentos concluyó su discurso diciendo: “que un ser único, de un tipo primitivo, por la acción del tiempo y de otras circunstancias, se han formado las numerosísimas [especies] que hoy existen, es un delirio impropio del que habla en nombre de la ciencia”. e invita a los oyentes a levantar los ojos al cielo donde podrán encortar al “único Ser del que precede el universo”99. invitación innecesaria para aquel auditorio. a lo largo de los años la academia le encargó varios discursos. el de contestación a José Moreno Fernández el 30 de mayo de 1875 planteándose el problema de una posible vida extraterrestre, a lo que responde negativamente100. Luego le encargaron la necrológica del cardenal Benito Sanz y Forés leída el 8 de noviembre de 1896, una completa hagiografía. “He procurado exponer con sencillez y con verdad la historia de un varón apostólico grande en la fe, firme en la esperanza, rico en la caridad”101 y lo culmina con una retahíla de adjetivos laudatorios. años después, siendo todavía director, se encomendó el discurso de contestación a Francisco Laborde Winthuyssen102 el 9 de octubre de 1904: ante la cuestión del llamado “problema social” Sota toma partido por el capital porque responde al orden natural de las cosas, “los obreros honrados no iban a la huelga” y apela a “la caridad cristiana para remediar la vida de los asalariados que no alcanzan una retribución digna”103. este mismo año participó en el libro Caridad heroica donde escribió un artículo y emitió un testimonio favorable a la construcción de la leprosería San Francisco de Borja. Si en esta empresa estaba el episcopado español no podía faltar su firma. también aquí el concepto cristiano de caridad debía ser el motor de la acción social. Nos dirá: “el pobre no puede obtener los beneficios de la higiene más que en un asilo levantado por la Caridad, bajo la dirección de la Ciencia”104. Siendo ya académico correspondiente de la Real academia de Medicina de Madrid, el día 28 de marzo de
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1903 fue nombrado académico electo de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla, pero no leyó su discurso de recepción hasta el 19 de diciembre de 1909105 cuando ya se había jubilado. Desde luego la Academia no fue muy diligente si tomamos en cuenta que elegía a un médico con setenta años cumplidos y que hacía muchos años que había mostrado méritos más que suficientes para formar parte de esa corporación. Tal vez esa sea la razón por la que Ramón de la Sota se tomó el asunto de la lectura con la misma parsimonia que la Academia se había tomado en su elección: hasta 1909 cuando Sevilla ya le había rendido el homenaje que se merecía. Con unas palabras que suenan a un hola y adiós inició su discurso: “Con el pie ya en el estribo y en las ansias de la muerte”, para de inmediato echarles educadamente en cara lo siguiente “Pero, señores, ya pasé yo de aquella época de la vida, en que nada contiene el incesante batallar del ingenio humano en busca del aprecio y de la consideración de sus semejantes; por lo que para presentarme ante vosotros, no puedo ofreceros ningún nuevo parto de mi inteligencia bueno o malo, tengo que acudir al arsenal de mis recuerdos y entre los trabajos antiguos buscar uno, aquél que pudiera desagradaros menos”106. Y por ello no preparó el discurso de recepción sino que se limitó a leer un texto que ya había hecho público el mismo año de su elección107. Mauricio Domínguez Adame (18611928), el académico que contestó a ese discurso, dijo: “Con 75 años y más de 50 de experiencia científica, ya puede lamentar la Academia lo mucho que ha tardado el Dr. Sota, en ocupar uno de sus preeminentes puestos”108. No parece que fuera un reproche por los seis años de demora, sino por los veinticinco, cuando menos, que había tardado la institución en darse cuenta de su valía.
Jubilación: el reconocimiento sevillano de su obra Tras tantos años de trabajo por fin le llegó la merecida jubilación, cuando contaba ya 76 años de edad,
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Figura 4: Cubierta del discurso de ingreso en la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla.
por Real Orden de 14 de febrero de 1909, si bien el cese efectivo no se produjo hasta septiembre de ese año109. La Revista Médica de Sevilla, de la que en ese momento era director Pedro Ruiz de Arteaga Rodríguez (1861-1920), dedicó el número 5 completo correspondiente al 15 de marzo de 1909 “Al Doctor D. Ramón de la Sota en su jubilación”. Ruiz de Arteaga movilizó a más de una treintena de médicos para que colaboraran en el homenaje. Algunos enviaron unas breves líneas, otros textos algo más extensos, pero que en términos generales no sobrepasaban el par de páginas. Naturalmente todos elogiando al homenajeado. Entre ellos
sus discípulos Gallegos y Cobos ya que Magro había fallecido en 1907110. Algunos números después la misma revista daba más noticias del homenaje que le había realizado. Aportó información acerca de dos nuevas iniciativas. En primer lugar transcribió una noticia aparecida en El Liberal de Sevilla en la que se informaba sobre una visita realizada por la Revista Médica de Sevilla al domicilio para entregarle una placa con el siguiente texto: “Al doctor don Ramón de la Sota y Lastra. Bajo el nombre excelso del sabio laringólogo, la Revista Médica de Sevilla perpetúa en esta lámina, con la fecha del ho-
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menaje por su jubilación, la admiración, el cariño y el respeto más acendrados”. Lo segundo fue la reproducción de un documento dirigido al Ministro de instrucción pública y Bellas artes y firmado por todas las fuerzas vivas de la ciudad solicitando se le concediera la Gran Cruz de alfonso Xii111. Una tercera iniciativa fue la petición al ayuntamiento para que se sumara al homenaje y le nombrase Hijo adoptivo y predilecto. avalaba esta petición una carta fechada el 10 de mayo de 1909 que iba firmada por unas doscientas personas. en la sesión de 14 de mayo la apoyó el médico y concejal Vicente Chiralt y Selma (1831-1911) realizando un elogio de su actividad. Se adhirieron varios concejales, pero al no estar en el orden del día se aplazó para otra sesión por sugerencia de ángel María Camacho perea. en el debate de la sesión del 21 de mayo Camacho volvió a mostrar sus reparos y al final se acordó sólo pedir al gobierno la Cruz de alfonso Xii y colocar una lápida conmemorativa en su domicilio de la calle Conde de ibarra 9112 con el siguiente texto “al doctor don Ramón de la Sota y Lastra, Catedrático fundador de la escuela de Medicina y de la de especialidades policlínicas, eminente laringólogo y escritor correctísimo, el excmo. ayuntamiento de Sevilla, por acuerdo unánime, mandó poner esta lápida en su casa morada para memoria de sus méritos científicos y literarios”113. el iii Congreso español de otoRino-Laringología se celebró en Sevilla en 1910. Habían trascurrido diez años desde la celebración en Barcelona del ii Congreso y esta atonía trató de ser superada aprovechando la jubilación de Sota y Lasta al convertirlo en un homenaje a su persona, aunque sin olvidar a Rafael ariza114. el art. 4º del reglamento del congreso dedicado a regular sus sesiones plenarias decía en relación con la inaugural: “Colocación de las insignias de la Gran Cruz de alfonso Xii al dr. Sota y Lastra”115. desde luego en Santander, ya el día 5 de abril, había un gran regocijo por la concesión a este “ilustre doctor montañés” y decano de los laringólogos españoles de esta alta distinción116. en efecto, esta sesión inaugural del congreso se celebró el 13 de
abril en el Salón de actos de la Facultad de Medicina y todo estuvo rodeado de un boato muy especial. Se dejó un sillón vacante en la mesa presidencial, una comisión compuesta por Juan Cisneros Sevillano, el presidente del congreso, por eduardo Gómez Gereda, el secretario general, y por Francisco pagés Belloc, rector de la universidad, buscaron a don Ramón que penetró en el salón en medio de grandes aplausos hasta ocupar su sitio. tras la lectura de una memoria por el secretario general, el dr. Sota se acercó a la mesa y el infante don Carlos le entregó el Real decreto y un estuche con la insignia117. después se produjeron diversas intervenciones altamente laudatorias118. pero, curiosamente, el Real decreto fue firmado varios días después que la prensa aireara esta concesión y dos después de su imposición “en atención a los relevantes servicios prestados a la cultura nacional”119. Fue su tercera condecoración tras haber obtenido en 1868 la Cruz de la Real de la orden de Carlos iii al obtener la condición de Caballero de la citada orden120 y en 1891 la Cruz Blanca de tercera clase al Mérito Militar con distintivo blanco.
el día 23 de julio de 1913 a las ocho de la mañana fallecía don Ramón121. La noticia no partió de Sevilla, sino de Cádiz. a las doce de la noche salió hacia la redacción del diario ABC de Madrid y se decía que entre otros cargos “había ocupado el de director de la escuela de Medicina de Cádiz”122. Un caso de apropiación indebida. el 12 de octubre de ese año la academia Sevillana de Buenas Letras le dedicó una sesión necrológica pública y solemne. el discurso le fue encargado al académico pedro Ruiz de arteaga y como es habitual en situaciones como esas se aprovechó para resaltar los aspectos de la vida. en este caso puso un especial énfasis en destacar su catolicismo y su resistencia “a que ni los embates del tiempo, ni los avances de la ciencia, ni las doctrinas de la enciclopedia, ni la invasión del krausismo, ni la corriente de ideas heterodoxas… le hicieran dudar ni vacilar un punto”123. al cumplirse una década de su muerte, cuando casi nadie en españa se acordó de él, el laringólogo david Bryson delavan (1850-1942) escribía una corta biografía y publicaba su retrato en la revista Transactions of the American Laryngological Association de philadelphia124.
Figura 5: Real decreto concediéndole la Cruz de alfonso Xii.
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Notas: *
Catedrático jubilado de Historia de la Medicina.
1). Carta de Luis Comenge Ferrer a Ramón de la Sota y Lastra fechada el 14 de diciembre de 1894. Reproducida en CaSCaLeS MUñoZ, J., Sevilla intelectual: sus escritores y artistas contemporáneos. Madrid: Victoriano Suárez, 1896, pp. 265-270, la cita textual en pp. 267-268. 2). archivo Histórico de la Facultad de Medicina de Sevilla (en adelante aHFMS). Títulos, méritos y servicios del personal de la Escuela Provincial de Medicina de Sevilla, libro 62, fols. 43-44v+3 hojas sin numerar autógrafas con relación de méritos. La primera laringectomía total está documentada en un varón de 41 años con necrosis de los cartílagos laríngeos y fallecimiento del enfermo a los cinco días de la operación, RUBio, F., Caries y stenose laríngea. extirpación total de la laringe. El Siglo Médico, 25, 322, 369-374, 389-392, 404-408 (1878). 3). Sobre estos debates académicos véanse HaRdY, a., tracheotomy versus intubation: Surgical intervention in diphtheria in europe and the United States, 1825-1930. Bulletin of the History of Medicine, 66, 536-559 (1992); WeiSZ, G., The Medical Mandarins: The French Academy of Medicine in the Ninenteenth and Early Twentieth Centuries. New York-oxfort: oxfort University press, 1995, pp. 169-171. 4). Sota Y LaStRa, Ramón de la (en adelante SL)., Un caso de crup tratado con el entubamiento de la laringe. Madrid: imprenta de Nicolás Moya, 1887; también publicado en la Revista de Medicina y Cirugía Prácticas, 21, 449460 (1887) y en la Revista Médica de Sevilla, 10, 177-187 (1887).
20). SL, discurso del Señor -----, el 10 de marzo de 1872. en: Discursos leídos ante la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, en las recepciones públicas de sus individuos. Sevilla: imp. de Rafael tarascó y Lassa, 1876, vol. ii, pp. 163-188. 21). BiBLioteCa ViRtUaL MeNÉNdeZ peLaYo. Epistolario, vol. 5, carta 9. Carta de Francisco Mateos-Gago a Marcelino Menéndez pelayo de 9 de junio de 1881. el anexo que se adjunta esta fechado el 4 de junio. 22). RUiZ SáNCHeZ, J-L., Política e Iglesia durante la Restauración: La Liga Católica de Sevilla. Sevilla: diputación provincial, 1994, p. 31. 23). Ibidem, pp. 46-48. 24). Sobre este centro docente muy elitista véase GUtiÉRReZ GUtiÉRReZ, C., Colegio de los pp. escolapios de Villacarriedo (1746-1860). en: Enseñanza de los primeras letras y latinidad en Cantabria (1700-1860). Santander: Servicio de publicaciones de la Universidad de Cantabria, 2001, pp. 241-265. 25). aHUS., Índice de carreras, leg. 170-16; CaSCaLeS, nota 1, p. 259; GaRCía deL MoRaL, nota 6, p. 57. aunque no está aún clarificada con firmeza la cronología de los estudios secundarios de José María pereda, la amistad que mantuvieron procede, muy posiblemente, de esta etapa estudiantil en el instituto cántabro. 26). aHUS., Índice de carreras, leg. 170-16. 27). archivo de la Facultad de Medicina de Cádiz. Expedientes, leg. 91, nº 14; Libro de matrículas, 1, fol. 429v; 2, fol. 90.
5). SL, trece casos de crup tratados con el entubamiento de la laringe. Revista Médica de Sevilla, 11, 327-349 (1887), un resumen lo presentó en forma de conferencia: trece casos de crup tratados con el entubamiento de la laringe. en: UNiVeRSidad de SeViLLa. Curso de 1887-1888. escuela de Medicina. Conferencias científicas leídas por los profesores. Sevilla: imprenta de díaz y Carballo, 1888, pp. 17-37; de la conducta que se debe seguir en el entubamiento de la laringe para evitar sus inconvenientes. El Siglo Médico, 35, 402406 (1888); dos casos de entubamiento de la laringe. Archivos de Medicina y Cirugía de los Niños, 5, 97-101 (1889) y Mis últimos entubamientos de la laringe. El Siglo Médico, 37, 646-651 (1890).
28). CaSCaLeS, nota 1, p. 259.
6). Sobre su vida y obra pueden consultarse diversos trabajos de desigual calidad: CaSCaLeS, nota 1, pp. 259-264; GaRCía deL MoRaL, J., Galería de escritores médicos montañeses. Ensayo bio-bibliográfico. Santander: imp. Lit y enc. Viuda de F. Fons, 1906, pp. 56-67; GoNZáLeZ de RiaNCHo CoLoNGUeS, a., Manuel Ramón de la Sota y Lastra (1832-1913)., Un santanderino, el primer laringólogo español. Altamira. Revista del Centro de Estudios Montañeses, 64, 161-170 (2004).
32). SL, La angina nicotínica. Sevilla, imp. de t. albisú, 1902.
7). archivo Histórico Universidad de Sevilla (en adelante aHUS). Índice de carreras, leg. 170-16, fol. 2.
36). SL, Manual de enfermedades de la piel. Barcelona: espasa y Cia. c. 1896, p. V. esta obra podría considerarse como expresión del cumplimiento de la tarea encomendada por Federico Rubio. La demanda de esta obra determinó la existencia de dos ediciones más, la segunda en 1900 y la tercera hacia 1904.
8). GóMeZ ZaRZUeLa, M., (en adelante GS y año), Guía de Sevilla. Sevilla: La andalucía, 1865, p. LViii. 9). CaSCaLeS, nota 1, pp. 260-261. 10). archivo Municipal de Sevilla. Censo General de la Población de Sevilla, p/1559, p/2260, p/3427. 11). ULeCia CaRdoNa, R., Revista Médica de Sevilla, 52, 139 (1909). 12). CaSCaLeS, nota 1, p. 261. 13). CReSpo LópeZ, M., Flores en la tapia. Biografía de Enrique Menéndez Pelayo (1861-1921), Madrid: edición electrónica digibís, 2013, p. 78. 14). El Quijote, Rodríguez Marín y el CSIC. exposición. CSiC, 2005, p. 12. 15). GaRCía deL MoRaL, nota 6, p. 60; CaSCaLeS, nota 1, pp. 259-261. 16). aNdRÉS-GaLLeGo, J.; paZoS, a. M., La Iglesia en la España contemporánea 1800-1936. Madrid: ediciones encuentro, vol. i, 1999, p. 206. 17). GS, 1872, p. 287; JiMÉNeZ dUQUe, B., La espiritualidad en el siglo XIX español. Salamanca: Universidad pontificia, 1974, pp. 97 y 139; RUiZ SáNCHeZ, J-L.; áLVaReZ ReY, L., en: Ros, C. Historia de la Iglesia en Sevilla. Sevilla: editorial Castillejo, 1990, pp. 700-702; MaRtíN RieGo, M., Las conferencias morales y la formación permanente del clero en la archidiócesis de Sevilla (siglos XVIII al XX). Sevilla: Fundación infanta Luisa, 1997, p. 142; CaRRiLLo, J. L., ¡Si los confesionarios hablaran!: enfermedad, género y clase social en la Sevilla decimonónica. Cronos, 9, 99-148 (2006), p. 109.
29). RUBio, F., prólogo. en: Sota y Lastra, R de la., Manual de enfermedades de la piel. Barcelona: espasa y Cia, c. 1896, p. Viii. 30). aHFMS., Expedientes académicos terminados: Medicina. Plan anterior al de 1944, leg. 268, nº 19; Libro de Actas, 1, fol. 30v. 31). SL, De la angina nicotínica: Memoria presentada por el doctor ----- para obtener el grado de doctor en medicina y cirugía. tesis de doctorado leída en la Universidad Central el 9 de noviembre de 1885. 10 hojas. Universidad de Madrid. Biblioteca de Medicina. depósito Ca 2504 (882). 33). aHUS., Índice de carreras, leg. 170-16. Fecha del texto 18 de mayo de 1873. 34). CaSCaLeS, nota 1, p. 250. 35). RodRíGUeZ poRRÚa, F., al dr. d. Ramón de la Sota y Lastra., Revista Médica de Sevilla, 52, 142-144 (1909), p.143.
37). aHFMS. Libro de Actas, 1, fols. 1-1v. 38). Junta provincial Revolucionaria. decreto 10 de octubre de 1868, por el que se crea la escuela Libre de Medicina y Cirugía de Sevilla al amparo de los principios de libertad de enseñanza y de asociación libre (Boletín Oficial de la Provincia de Sevilla, nº 235 de 14 de octubre de 1868, pp. 1-2). 39). Boletín Oficial de la Provincia de Sevilla, nº 253 de 6 de noviembre de 1868, p. 4. 40). decreto de 29 de julio de 1874, regularizando el ejercicio de la libertad de enseñanza. en: Compilación Legislativa de Instrucción Pública. tomo i. disposiciones generales, administración y gobierno. Madrid: imprenta t. Fortanet, 1876, pp. 173-179. 41). en claustro general de fecha 23 de octubre de 1874 se dio lectura a un telegrama de la dirección General de instrucción pública en la que eran designados los profesores de acuerdo a la plantilla formada por la diputación provincial de Sevilla a los que se les dio posesión. aHFMS., Libro de Actas, 1, fols. 80v-81; CaRRiLLo, J. L., La enseñanza de la medicina legal en Sevilla (18242006). Nómina de catedráticos. Cuadernos de Medicina Forense, 11, 261-266 (2005), pp. 263-264.
18). aHFMS., Títulos, méritos y servicios del personal de la Escuela Provincial de Medicina de Sevilla, libro 62, fol. 43.
42). otras piezas literarias conocidas son “elegía de don José María Cacho” (1 hoja+2 fols. ms.) y “Un amor sin esperanza/Leyenda/” (1 hoja+28 fols. ms.). Véase GUtiÉRReZ iGLeSiaS, F.; SáeZ piCaZo, F., Catálogo de los manuscritos de la sección de fondos modernos de la biblioteca de Menéndez Pelayo. Santander: imp. provincial, 1980, doc. 752 y doc. 796.
19). Boletín Oficial del Arzobispado de Sevilla. 2º época, nº 1115, 4 de diciembre de 1880, pp. 610-611. da noticia de una lección impartida por Sota el 17 de noviembre de 1880 en la academia Hispalense de Santo tomás de aquino con el título “darwinismo. Refutación en particular de la imaginada mutación de la especie”.
43). SL, a la memoria de mi respetado amigo d. antonio Marsella Sierra. octavas. en: eSCUeLa de MediCiNa de SeViLLa. Sesión literaria acordada por la Junta de profesores en honor del que fue su director el doctor Antonio Marsella Sierra y celebrada el día 17 de enero de 1875. Sevilla: Rafael tarascó y Lassa, 1875, p. 21.
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Ramón de la Sota y Lastra (1832-1913): aproximación a su biografía socio-profesional
44). Real orden de 14 de septiembre de 1875, por la que se autoriza a la diputación de Sevilla a instalar en la capital con carácter público y oficial los estudios de la licenciatura de medicina y cirugía (Gaceta de Madrid de 18 de septiembre de 1875). en claustro general de 17 de octubre de 1875 se informó que el Ministro de Fomento había tenido a bien aprobar el cuadro de interinos que, para el desempeño de las cátedras de la escuela provincial de Medicina de Sevilla, le había propuesto el Rector en fecha 21 de septiembre de 1875. aHFMS. Libro de Actas, 1, fols. 87v-88v. 45). La permanencia de este dominio en obras médicas y quirúrgicas generales es muy evidente. a título de ejemplo véanse CoLLet, F. J., Manual de Patología Interna. Barcelona: José espasa, s. a., vol. i, pp. 327-360 (enfermedades de la faringe); vol. ii, pp. 1-53 (Fosas nasales y laringe); CHaLot, V.; CeStaN, É., Tratado elemental de cirugía y técnica operatorias. Barcelona: José espasa, s. a., pp. 606-621 (operaciones en el aparato auditivo), pp. 622-652 (operaciones de la nariz, las fosas nasales y la rino-faringe), pp. 661-674 (operaciones en el cuello: Laringe). MURGa MaCHado, L., Apuntes de patología quirúrgica, arreglados a las explicaciones del Dr. D. Ramón de la Sota y Lastra. Sevilla: Librería Médica, imprenta y Litografía de d. Carlos M. Santigosa, 1883. 2 vols.
especialidad. esta obra, cuyo volumen i he citado en la nota 57, no recoge capítulos referentes a la otología: el volumen ii Manual teórico y práctico de las enfermedades de la boca y de la faringe. Sevilla: escuela tipográfica Salesiana, 1902 y el iii Manual teórico y práctico de las enfermedades de la laringe. Sevilla: escuela tipográfica Salesiana, 1902. 59). eSCUeLa LiBRe de MediCiNa Y CiRUGía de SeViLLa. Breve descripción de su estado actual, explicada y comprobada con los planos del edificio y con los inventarios de mobiliario y de los instrumentos y aparatos destinados a la enseñanza. Sevilla: ángel Resuche, 1874, pp. 43-44. 60). Ibidem, pp. 30-33. 61). SL, nota 57, pp. 26-29. 62). CaRRiLLo, J. L., asistencia y enseñanza clínica de las especialidades en la escuela de Federico Rubio: la «policlínica» cono institución innovadora en españa (1878-1903). en: CaRRiLLo, J. L., (ed.), Medicina y Sociedad en la España de la segunda mitad del siglo XIX: Una aproximación a la obra de Federico Rubio y Galí (1827-1902). el puerto de Santa María: ayuntamiento de el puerto de Santa María/asociación «Federico Rubio», 2003, pp. 239-268.
46). Real decreto de 16 de septiembre de 1886 reformando los estudios de la Facultad de Medicina (Gaceta de Madrid de 19 de septiembre de 1886), art. 3º, que establecía una enseñanza oficial de asignaturas especiales no necesarias para la obtención del título de Licenciado ni el de doctor: los cursos de Sifilografía y dermatología, oftalmología y otología y Neuropatías con inclusión de las enfermedades mentales.
63). aHFMS., Libro de Actas, 1, fol. 92.
47). Real decreto de 18 de febrero de 1901, sometiendo las Facultades y escuelas provinciales y Municipales al mismo régimen que las sostenidas por el estado. en: Anuario Legislativo de Instrucción Pública correspondiente a 1901. toledo: imprenta, Librería y encuadernación de Rafael Gómez-Menor, 1902, pp. 75-79.
65). UNiVeRSidad LiteRaRia de SeViLLa. Escuela de Medicina de Sevilla. Curso de 1887 a 1888. Trabajos prácticos efectuados en el anfiteatro anatómico, en los laboratorios, en las clínicas y en la policlínica. Sevilla: (imprenta almudena 5), 1888, pp. 239-245.
48). CaRRiLLo, J. L. 1901-1902, del desánimo a la euforia: un episodio de la historia de la enseñanza de la medicina en Sevilla. Edición facsímil de la “Memoria estadística del curso académico 1901 a 1902”. Sevilla: Universidad de Sevilla, 1998.
66). GS, 1900, pp. 282-283; 1902, p. 295; 1903, p. 307; 1904, p. 318.
49). Real decreto de 24 de enero de 1902. Facultades de Medicina y Ciencias de Salamanca y Sevilla: organización en propiedad de sus plantillas e inversión de sus recursos (Gaceta de Madrid de 26 de enero de 1902). 50). aHUS., Expedientes. Años 1897-1957 (fallecidos), leg.1994-B, nº 23. 51). Real decreto de 21 de septiembre de 1902 estableciendo el estudio de varias especialidades en la Facultad de Medicina. en: Anuario Legislativo de Instrucción Pública correspondiente a 1902. Madrid: imprenta, Librería y encuadernación de Rafael Gómez-Menor, 1903, pp. 797-802; aHFMS., Expedientes de curso (1901-1902), leg. 25. 52). SL, Justa defensa. La Facultad de Medicina de Sevilla. El Liberal, nº 1152, 3 de marzo de 1904. Reproducida en: La Facultad de Medicina de Sevilla. Revista Médica de Sevilla, 43, 142-146 (1904); aHFMS., (Recortes de prensa), leg. 46. 53). RUBio aRGÜeLLeS, J., La Facultad de Medicina. El Liberal, nº 1160, 11 de marzo de 1904.
64). eSCUeLa pRoViNCiaL de MediCiNa de SeViLLa. Memoria estadística del curso 1877 a 1878, leída con ocasión de la repartición de premios e inauguración de las policlínicas, en sesión pública, celebrada el domingo 6 de octubre de 1878 por el Doctor D. Antonio Rivera y Ramos. Sevilla: Juan Moyano, 1878, pp. 5-6.
67). GS, 1888, p. 332. 68). UNiVeRSidad de SeViLLa. escuela provincial de Medicina de Sevilla. Trabajos prácticos y estadísticos. Curso de 1894 a 1895. Sevilla: (imprenta almudena 5), 1895, pp. 68-69, 70-72 y 74-75. el número de enfermos vistos durante el curso 1894-1895 fue de 82 en la de dermatología (eczemas, impétigo, herpes zóster, las de mayor frecuencia), 259 en la de laringología (laringitis, especialmente tuberculosa, rinitis y ocena, faringitis y cáncer laríngeo) y 103 en la de otología (otitis media, especialmente purulenta, cuerpos extraños y obstrucción por cerumen, esclerosis). 69). Ibidem, pp.148-149. 70). Ibidem, pp. 147-148. 71). en 1885 ya había un alto grado de formalización de los test con diapasones (Rinné, Weber, Schwabach). SCHWaBaCH, d., Ueber den Werth des Rinne’schen Versuches für die diagnostik der Gehörkrankaiten. Zeitschrift für Ohrenheilkunde, 14, 61-148 (1885). Fragmentos de este texto han sido publicados en su versión inglesa en GaRCía BaLLeSteR, L.; oLaGÜe, G.; CiGeS, M., (eds.), Classics in Modern Otology. Granada: at the University press, 1978, pp. 103-110.
54). SL, Contestación del Sr. dr. d. -----, presidente de la academia. en: Discursos leídos ante la Academia Sevillana de Buenas Letras por los señores D. Francisco Laborde Winthuyssen y Ramón de la Sota y Lastra, en la recepción pública y solemne del primero el día 9 de octubre de 1904. Sevilla: establecimiento tipográfico de Gironés, 1904, pp. 23-24.
72). HaRtMaNN, a., eine neue Methode der Hörprüfung mit Hülfe elektrischer Ströme. Archiv für Physiologie, 155-157 (1878).
55). Real decreto de 27 de diciembre de 1910 (Gaceta de Madrid de 2 de enero de 1911).
75). aHFMS., Libro de Actas, 2, fols. 77-78. Sota dio lectura del proyecto de distribución de las consultas aprobándose el cuadro propuesto, así como se nombró una comisión compuesta por Francisco domínguez adame (18501905) y Gabriel Lupiáñez estévez (1860-1929) para que redactasen un nuevo reglamento de funcionamiento.
56). diversos aspectos de la historia de la otorrinolaringología pueden verse en: LeSKY, e., The Vienna Medical School of the 19th Century. Baltimore-London: the Johns Hopkins University press, 1976, pp. 164-168 y 365-392; WeiSZ, G., the development of Medical Specialization in Nineteenth-Century in paris. en: La BeRGe, a.; FeiNGoLd, M., (eds.), French Medical Culture in the Nineteenth Century. amsterdam-atlanta: editions Rodopi B. V., 1994, pp. 149-188; RUtKoW, i. M., The History of Surgery in the United States, 17751900: Textbooks, Monographs and Treatises. San Francisco: Norman publishing, 1988, vol. i, pp. 197-242; para el caso español HeRReRa CaSado, a., Nacimiento y desarrollo de la otorrinolaringología en España (1875-1936). Madrid: Universidad Complutense de Madrid, 1988. 57). SL, (Manual teórico y práctico de las enfermedades de la nariz, boca y garganta) Manual teórico y práctico de las enfermedades de la nariz y de sus senos accesorios. Sevilla: escuela tipográfica Salesiana, 1899, vol. i, pp. (V)-Vi. 58). informes sobre la actividad de estas clínicas pueden consultarse en iNiStitUto poLiCLíNiCo de La eSCUeLa pRoViNCiaL de MediCiNa de SeViLLa. Sección enfermedades de la garganta. Sevilla: a. Resuche, 1884; poLiCLíNiCa de La eSCUeLa de MediCiNa (Resumen de la Memoria histórica y estadística). Revista Médica de Sevilla, 9, 193-202, 225-237, 257-268, 289-294 (1886), pp. 199-202, donde se facilita la información sobre las clínicas de dermatología y garganta. Que Sota y Lastra mostró escaso interés personal por la otología queda claro si dirigimos nuestra mirada a su manual de la
73). aHFMS., Expedientes varios (1873-1963), leg. 48, nº 6. 74). Ibidem, nº 7.
76). CaRRiLLo, J. L., La enseñanza de la medicina en Sevilla. en: danón, J. (coord.), La enseñanza de la medicina en las Universidades Españolas. Barcelona: Fundación Uriach 1838, 1998, p. 87. 77). SL, Clasificación de las enfermedades de la piel. en: Actas de la sesiones del Congreso Regional de Ciencias Médicas. Cádiz: Casa editorial, establecimiento tipográfico y taller de encuadernación de F. de p. Jordán, 1880, pp. 437-446 y tratamiento local de la tisis laríngea, pp. 676-691. 78). ACTAS del Congreso Médico Internacional de Sevilla, 9 de abril de 1882. Sevilla: imp. Litog, y Libr. Médica de Carlos María Santigosa, 1882, p. 7; SL, De los caracteres clínicos que distinguen la lepra, el lupus y el cáncer de garganta, memoria leída en el Congreso Médico de Sevilla, celebrado en el mes de abril de 1882. Sevilla: imprenta Gironés y orduña, 1882. 79). ACTAS, nota 78, p. 13. 80). Revista Médica de Sevilla, 3, 273-278 (1883). 81). SL, Group. Trachéotomie. Extraction d’une grande fausse menbrane de la trachée et des brounches. Mort. Bordeaux: imp. Nouvelle a. Bellier et Cie., 1885. 82). SL, de la artritis crico-aritenoidea. Revista de Laringología, Otología y Rinología, 2, 1-9 (1886).
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Juan L. Carrillo
83). SL, de la conducta que conviene seguir en el entubamiento de la laringe para evitar sus inconvenientes. en: Actas de la sesiones del Congreso Ginecológico Español. Madrid: establecimiento tipográfico de Gabriel pedraza, 1889, pp. 439-443.
100). SL, discurso leído por el Sr. d. -----, académico de número en contestación al del Sr. Moreno. en: Discursos leídos ante la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, en las recepciones públicas de sus individuos. Sevilla: imprenta e. Rasco, 1890, vol. iii, pp. 167-190.
84). Ramón de la Sota no presentó comunicaciones. en la sesión de laringología el único español que lo hizo fue Ricardo Botey con cuatro muy cortas. Atti dell’XI Congresso Médico Internazionale. Roma: tipografia della Camera dei deputati, 1895, vol. Vi, pp. 137-138.
101). SL, Necrología del Eminentísimo Señor Cardenal Doctor Don Benito Sanz y Forés Arzobispo de Sevilla, escrita y publicada en cumplimiento de acuerdo de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y leída ante la misma por el socio preeminente y director de esta corporación -----. Sevilla: tipografía y Librería Salesianas, 1896, p. 40.
85). SL, Mis impresiones acerca del método del doctor Koch contra la tuberculosis. Sevilla: imp. díaz y Carballo, 1901. 86). BeRNaL, e., La construcción social de un mito: el caso de Federico Rubio. en: Carrillo, J. L., (ed.), Medicina y Sociedad en la España de la segunda mitad del siglo XIX: Una aproximación a la obra de Federico Rubio y Galí (1827-1902). el puerto de Santa María: ayuntamiento de el puerto de Santa María/asociación «Federico Rubio», 2003, pp. 397-409. 87). Lecciones Clínicas y Noticias Médicas. Sevilla: imp. de Gironés orduña y Castro, 1879-1881., 3 vols., el tomo i (1879) de 295 páginas, Xi lecciones y 163 noticias; el ii (1880) de 292 páginas, XXiii lecciones y 82 noticias y el iii (1881) de 292 páginas, XXXVi lecciones y 82 noticias.
102). Sobre Laborde véase CaRRiLLo, J. L., problemas de salud, regeneracionismo y saneamiento en Sevilla: La obra sanitaria de Francisco Laborde y Winthuyssen (1853-d. 1923). en: Carrillo, J. L., (ed.), Entre Sevilla y Madrid: Estudios sobre Hauser y su entorno. Sevilla: imprenta a. pinelo, 1996, pp. 211-235. 103). SL, nota 54 , p. 33. 104). SL, La lepra en Sevilla desde el siglo Xiii hasta el siglo XX. en: Caridad heroica. Colonia Sanatorio Nacional de San Francisco de Borja para los pobres leprosos. Valencia: tipografía Moderna, 1904, pp. 103-106. La cita en p. 161.
88). SoLiS-CoHeN, J., da S. Croup, in this relation to tracheotomy. philadelphia: Linsey and Blakiston, 1874; El crup en sus relaciones con la traqueotomía. Sevilla: imprenta díaz y Carballo, 1887.
105). MUñoZ GoNZáLeZ, p., Real academia de Medicina y Cirugía de Sevilla. académicos numerarios ingresados en el siglo XX. en: Memorias académicas de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla. Sevilla: Real academia de Medicina-Fundación el Monte, FoCUS, abengoa, 2003, p. 299.
89). MaSSei, F., Lezione cliniche sulle malattie della gola dettate nell’Ospedale clinico di Napoli durante l’anno scolastico 1882-1883. Milano: F. Vallardi, 1884; Lecciones clínicas sobre las enfermedades de la garganta dadas en el Hospital Clínico de Nápoles durante el año escolástico de 1882-1883… traducidas directamente del italiano por el profesor Ramón de la Sota y Lastra. Sevilla-Madrid: imp. y Lit. de José Mª ariza, 1885.
106). SL, Discursos leídos ante la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla en la recepción pública y solemne del Dr. D.-----. Sevilla: imprenta de Francisco de p. díaz, 1909, pp. 3-24, la cita en p. 5 (Si es conveniente desde el punto de vista médico y social la intervención quirúrgica en toda clase de cánceres laríngeos y en todas sus fases o periodos).
90). MaCKeNZie, M., The Hygiene of the Vocal Organs. A Practical Handbook for Singers and Speakers. London: Macmillan and Co., 1887; La higiene de los órganos vocales: manual práctico para cantores y oradores. Traducidos de la quinta edición por Ramón de la Sota y Lastra. Madrid: enrique teodoro, 1888. 91). FRÄNKeL, B., Der Kehlkopfkrebs, seine Diagnose und Behandlung. Leipzig und Berlin: G. thieme, 1889. 56 pp. 92). CHiaRi, o., Erfahrungen aus dem Gebiete der Hals- und Nasenkrankheiten. Leipzig und Wien: toeplitz und deuticke, 1887. 84 pp. 93). HaHN, e., Ueber Kehlkopfsextirpation. Sammlung klinischer Vorträge, nº 260 (nº 80 chirurgie), 2259-2306 (1885). 94). RUaULt, a., Maladies de la bouche et du pharynx. en: Charcot, J-M.; Bouchard, C.; Brissoud, e., Traité de médecine. deuxième edition. paris: Masson et Cie. editeurs, 1900, vol. iV, pp. 1-155. 95). SL, Lupous and Leprous Laryngitis. en: Burnett, C. H., System of Diseases of the Ear, Nose, and Throat. London-philadelphia: H. K. Lewis-J. B., Lipincott, 1893, vol. ii, pp. 412-456. 96). Sus primeras publicaciones médicas datan de 1865 y todas aparecieron en una revista sevillana, de efímera vida (1864-1865), impulsada Federico Rubio, Rafael ariza y José Moreno Fernández: púrpura hemorrágica. La Crónica Médica, 2, 53-56 (1865); enfermedades palúdeas, pp. 38, 91-94 y 105-108; de la piel considerada anatómicamente, pp. 134-137; de la piel considerada fisiológicamente, pp. 147-149 y de la piel considerada patológicamente, pp. 181-185. Como puede constatarse estas publicaciones podían ser la respuesta a Federico Rubio dándole a entender que se había tomado seriamente su mandato. 97). a modo de ejemplo he recogido, aparte de los trabajos ya citados en el texto y en las distintas notas críticas, los siguientes títulos: on extirpation of the Larynx. Edinburgh Medical Journal, 29, 207-216 (1883), publicado también en los Anales de Otología y Laringología; Myopathic paralysis of the posterior Crico-arytenoid Muscles. Edinburgh Medical Journal, 31, 543-546 (1885), publicado también como parálisis miopática de los crico-aritenoideos posteriores. Anales de Otología y Laringología, 4, 128-131 (1886). ambas traducciones fueron realizadas por John Boyd (1822-1902), un médico escocés que ejercía como Gp en Slamannan. a Contribution to de Study of Lupus of the throat. New York Medical Journal, 44, 35-38 (1886); Laringitis hemorrágica. Sevilla: impr. de díaz y Carballo, 1887; Angina de Ludwig. Sevilla: impr. de díaz y Carballo, 1887; Rebellious paralysis of the Vocal Cords Cured by Massage. Journal of the Respiratory Organs, 1, 109 (1889); Sífilis terciaria de la laringe y de la tráquea. Revista de Laringología, Otología y Rinología, 6, 5357 (1890); Un caso de extirpación total de la laringe. Revista de Medicina y Cirugía Prácticas, 32, 5, 57 y 121 (1893); diphtheric Cricoid perichondritis and Necrosis. Journal of American Medical Association, 23, 492-496 (1894); pólipo mucoso de la cuerda vocal izquierda, supuesto angioma de la misma. Archivos Latinos de Rinología, Laringología y Otología, 6, 302-305 (1895); Laryngitis leprosa. Dermatologische Zeitschrift, 4, 163-187 (1897). 98). past Fellows., Transactions of the American Laryngological Association, 95, 153 (1974). 99). SL, nota 20, pp. 169 y 188.
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107). SL, L’intervention chirurgical est-elle indiquée au point vue médical et social dans toutes sortes de cancers du larynx et dans toutes les phases ou périodes? Comptes rendus du XIV Congrès International de Médecine, Section otorrinolaringologie. Madrid: imp. de J. Sastre y Ca., 1904, pp. 118-129. también publicado en Revue Hebdomadaire de Laryngologie, d’Otologie et de Rhinologie. 108). doMíNGUeZ adaMe, M., Contestación al discurso del dr. d. Ramón de la Sota y Lasta en su recepción de académico de número de la Real de Medicina y Cirugía de Sevilla. en: Discursos leídos ante la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla en la recepción pública y solemne del Dr. D. Ramón de la Sota y Lastra. Sevilla: imprenta de Francisco de p. díaz, 1909, pp. 28-29. 109). aHFMS., Expedientes de catedráticos (Letras R-Y), leg. 81. 110). Revista Médica de Sevilla, 52, 130-164 (1909). 111). el homenaje al dr. Sota y Lastra. Revista Médica de Sevilla, 52, 248251 (1909) en p. 248 la transcripción del El Liberal de 13 de abril de 1909; en pp. 249-251 texto de la solicitud al Ministro de instrucción pública y Bellas artes de fecha 30 de abril de 1909. 112). doNíNGUeZ-Rodiño y d. adaMe, e., “La niña diftérica” (Un momento estelar de la medicina sevillana decimonónica). en: Historia de la medicina sevillana. Sevilla: Sociedad Nicolás Monardes, 1993, pp. 255-259. 113). Ibidem, p. 260. 114). ACTAS del III Congreso Español de Oto-Rino-Laringología, celebrado en Sevilla del 13 al 17 de abril de 1910. Madrid: establecimiento tipográfico de Fortanet, 1910, p. 8. 115). Ibidem, p. 11. 116). La Vanguardia, miércoles 6 de abril de 1910, p. 9. La noticia la firmaba torralba desde Santander. 117). Ibidem, pp. 27-28. 118). Ibidem, pp. 32-33. 119). Real decreto de 15 de abril de 1910 concediéndole la Gran Cruz de la orden Civil de alfonso Xii. (Gaceta de Madrid de 16 de abril de 1910), p. 118. 120). CáRdeNaS RieRa, e. de. Propuestas, solicitudes y decretos de la Real y muy distinguida Orden de Carlos III. tomo V. Decretos. R-Z. Madrid: Gráficas arias Montano, 1996, p. 161. 121). archivo del Registro Civil de Sevilla. Libro de defunciones, 132/4, fols. 126-127; esquela mortuoria. El Noticiero Sevillano, nº 8170, 24 de julio de 1913; d. Ramón de la Sota., El Liberal, nº 4494, 24 de julio de 1913, p. 1. 122). Sota y Lastra. Muerto ilustre. ABC, 24 de julio de 1913, p. 13. 123). RUiZ de aRteaGa, p., Discurso necrológico del Excmo. Sr. D. Ramón de la Sota y Lastra leído en sesión pública y solemne celebrada en la Real Academia Sevillana de Buenas Letras el día 12 de octubre de 1913 por -----. Sevilla: tipografía de Francisco de p. díaz, 1913, p. 9. 124). deLaVaN, d. B., Biography. Transactions of the American Laryngological Association, 45, 293 (1923).
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