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LOS PRECIOS DEL PESCADO EN LA CIUDAD DE CARACAS

En la Tabla 1 se muestran los precios promedios, en la ciudad de Caracas, de varios rubros pesqueros que se comercializaron en fresco durante el mes de junio del presente año; también se observa su comportamiento con respecto al mes inmediato anterior. La información fue obtenida a través de observaciones directas, realizadas por personal de investigación de la Fundación, en algunos supermercados, mercados municipales y pescaderías ubicadas en zonas del este y centro de Caracas.

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El resultado de la información recopilada nos indica que entre los productos que se ofrecieron con mayor precio se encuentra la merluza, el atún y el cazón; cuyos precios promedios se encuentran entre Bs. 5.200.000 y Bs. 3.990.000 por kilo. Cabe señalar que algunos de los rubros habituales, de estos primeros puestos, como el pulpo, el pargo, la curvina, y el dorado tienen rato que no han estado disponibles en la oferta al momento de la evaluación; otros como la aguja calamar y carite sierra no aparecieron en la reciente evaluación. En cuanto a los productos que se mercadearon a menor precio promedio se observan la pepitona, el chicharro y la sardina; con precios promedios que van desde Bs. 1.290.000 hasta Bs. 230.000 por kilo.

Se debe recordar que el 20 de noviembre, la Superintendencia para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (SUNDDE) publicó una lista de precios regulados para algunos rubros pesqueros, en la Providencia Administrativa N°078/2017 (Tabla 2); dirigidas a paliar las alzas que venían sufriendo los consumidores. Es de hacer notar que algunos de estos rubros, incluidos en la resolución, dejaron de estar disponibles en la oferta al consumidor; probablemente solo sean conseguidas en los operativos de venta del gobierno (Caravana de la Sardina y Feria del Pescado).

Se observa nuevamente que 17 rubros evaluados caen en la categoría de precios “estables”, pero cuya “ausencia de variación” del precio promedio está asociada directamente a una ausencia en la oferta de productos al consumidor; más no porque estén presentes y hayan verdaderamente mantenido su cotización con respecto al mes inmediato anterior. Con esta ausencia del 56% (17 de 30) de los rubros evaluados, es poco lo que los actuales puestos en la lista pueden estar indicando; dado que cuando reaparecen los mismos regresan con fuertes ajustes de precio y saltan puestos por encima de rubros ausentes de mayor valor.

El seguimiento mensual de los rubros continúa la tendencia de estos últimos tiempos (ver boletines anteriores), en que se ha mostrado una marcada variabilidad en la oferta de productos disponibles al consumidor, adicional a las rápidas y elevadas variaciones de los precios; lo cual está afectando la evaluación que se realiza, ya que la rotación de productos (que aparecen y desaparecen) ha desbalanceado la lista de evaluación, ubicándola con más de la mitad de los rubros evaluados desaparecidos de la oferta. Se recalca que esta situación se inició en septiembre del 2017, con una lista de 7 productos desaparecidos de la oferta en una lista de 31, y tiene su auge desde enero del presente año, donde las desapariciones no han dejado de estar sobre el 50% de los productos evaluados. La situación que adquiere una mayor dimensión al pensar que el criterio de selección (desde hace ya muchísimo tiempo) de los rubros aquí evaluados era su presencia regular y su alta demanda en las preferencias del consumidor promedio. Un proceso de desaparición de rubros, en la oferta al consumidor, sólo ocurrió en el tiempo del proceso de cierre de la pesquería de arrastre industrial. Para el caso de la constante escalada de precios, deberíamos remontarnos a febrero de 2017; último mes que se logra ver que los rubros en aumento no superan a los rubros de precios realmente estables.

La situación ha sido advertida reiteradamente en esta misma sección desde boletines previos y debería ser motivo de atención a todos los niveles. Se debería trabajar en corrección de las causas de la desaparición de rubros en la oferta al consumidor y en soluciones para atenuar las consecutivas alzas. Variadas son las causas, explicaciones y justificaciones (sean valederas o no), pero las mismas no son motivo de análisis del presente artículo. Sin embargo, es bueno indicar que se debe realizar un proceso de consulta que incorpore a todos los sectores de la actividad pesquera (desde el productor al científico) y se analice a detalle las causas (naturales, sociales y económicas) que producen el problema descrito; ya que, de continuar tomando decisiones sólo desde la administración pesquera, no se corregirán los problemas ni se estabilizarán los precios al consumidor.

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