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EL SECTOR CAMARONERO EN CIFRAS: EXPORTACIONES 2010-2018
by FUNDATUN
RUBÉN BALOA y ABELARDO RIERA –FUNDATUN -25 de Agosto 2019
La producción comercial del camarón de cultivo en Venezuela comienza a afianzar sus primeros pasos en los años 90’s; cuando hacia final de ese período se contabilizan unas ocho unidades de producción activas. Con la entrada en vigor de la Ley de Pesca y Acuicultura del 2001, en la que se le concede a la actividad un rango prioritario dentro de las áreas de desarrollo estratégico del país, se le brinda un importante impulso de crecimiento al sector de la camaronicultura; pasando a 22 unidades para finales del 2002 y llegando hasta unas 32 unidades para finales del 2006. Este crecimiento se vio perturbado en el año 2005 por la confirmación de la presencia del virus del Taura, el cual afectó más del 67% del total de granjas ya instaladas en los estados Zulia, Falcón y Nueva Esparta, generando pérdidas de producción superiores al 85%. Este duro golpe, que produjo gigantescas pérdidas al sector, hace que se brinde un apoyo financiero importante desde la Presidencia de la República para apuntalar la cadena de producción y que seevite el descalabro (pérdida de empleos, de infraestructuras, de fuentes de ingresos, etc.). El traspié azuzó un período de subsistencia y estabilización del crecimiento que dio paso a un repensar y reorientar la visión de este sector. No es sino hasta después del 2015 que surge un nuevo pulso de crecimiento que las lleva hasta las 32 unidades activas en 2016 y que para 2017 contabilizaba unos 16 nuevos proyectos en ejecución.
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Según declaraciones de Fernando Villamizar Esparza, médico veterinario y presidente de la Asociación de Productores de Camarones de Occidente (ASOPROCO), realizadas en 2018 y en el marco del Foro “Acuicultura y pesca: Un horizonte infinito de oportunidades para la innovación y desarrollo”, se produce 26.600 toneladas en el territorio nacional; asegurando que existen 12 mil hectáreas en producción y el 100% es comercializado en el exterior. Según el experto, para los próximos cuatro años, “deberíamos entrar en una producción de 10 mil hectáreas y eso representaría unas 30 o 40 mil toneladas más”. Según datos de Adriana Schoen Poyer (2018), existen treinta y ocho empresas productoras de camarón, distribuidas en los estados Trujillo, Mérida, Falcón, Zulia, Anzoátegui, Sucre y Nueva Esparta, de las cuales 11 mil hectáreas se ubican solo en Falcón y Zulia; y que adicionalmente, según datos Acuipesca Magazine (2018), generan más de 87 mil empleos.
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Según los datos manejados por Werner Gutiérrez Ferrer (2019) la camaronicultura nacional cuenta con doce plantas procesadoras; de la cuales siete están ubicadas en la región occidental, cuentan con una capacidad instalada para procesar 350 mil kilogramos por día, y el resto están situadas en la región oriental, con una capacidad instalada para procesar 50 mil kilogramos por día. Esta fuente señala adicionalmente que la producción nacional de alimentos balanceados para camarón actualmente está cercana a las 40 mil toneladas por año, principalmente formulados con materia prima importada; no obstante, la capacidad de procesamiento instalada sobrepasa las 180 mil toneladas. En conjunto estima que la industria dedicada a la cría, engorde, procesamiento y comercialización del camarón genera sobre los 87 mil empleos directos e indirectos en Venezuela.
Los principales mercados de camarón venezolano son Europa y los Estados Unidos. Durante el período comprendido entre el año 2010 hasta el año 2018 las exportaciones hacia el mercado de los Estados Unidos se han mantenido más o menos estables, oscilando entre 2000 y 4.000 toneladas al año. Las exportaciones hacia el mercado europeo han sufrido de una mayor fluctuación, dado que mantuvieron una tendencia al alza durante el período comprendido del año 2010 al 2012, para luego revertirla en el período comprendido entre los años 2012 al 2014 con una tendencia a la baja que fue significativa; sin embargo, la misma se fue recuperando a partir del año 2015. En cuanto a la participación en otros mercados, se observa una caída muy significativa durante el período 2011 al 2013, donde prácticamente no hubo exportaciones; posteriormente, a partir del año 2014, la participación en estos mercados se fue incrementando y para el año 2018 casi se iguala con la participación en el mercado de los Estados Unidos.
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El comportamiento general de las exportaciones de camarón venezolano, del año 2010 hasta el año 2015, tuvo una tendencia a la baja que las que disminuyeron un 33,24% durante ese período, pasando de 13.070 Ton en el año 2010 a 8.725 Ton en el año 2015. Posteriormente se observa una reversión de la tendencia, generada por un alza ocurrida en el lapso comprendido desde el año 2016 hasta el año 2018, donde las exportaciones se incrementaron en un 78,20%, llegando a 15.548 Ton en el año 2018.
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Para el año 2018 la mayor cantidad de exportaciones de camarón desde Venezuela se envió hacia Europa, con una proporción cercana al 58%. Los países que demandaron el producto venezolano en ese mercado fueron España, Francia y Holanda; de estos, España demandó el 37,6%, Francia el 62,10% y Holanda el 0,30%. En cuanto al resto de las exportaciones, el 23% se envió a Estados Unidos y la diferencia a otros mercados.
Al mercado de los Estados Unidos se enviaron un total de 3.616 Ton durante el año 2018 y la presentación de camarones predominante fue la de pelados, calentados con agua y congelados, con un total de 1.586 Ton; equivalente al 43,83% del total enviado para ese año. Con respecto a los precios a las que se negocian las diferentes presentaciones, en el mercado de Estados Unidos durante el mes de mayo del año 2019, se puede observar variaciones concordantes con el tamaño de los ejemplares (número de piezas en un kilogramo).
Las exportaciones de camarón desde Venezuela apenas representan poco más del 2% del total de 685.000 ton exportadas desde América Latina para el año 2018; en las que Ecuador es claramente el principal exportador, con una participación equivalente a casi un 57%. El resto de la exportaciones fueron realizadas por países como Brasil, Nicaragua, Honduras y México.
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Las potencialidades de Venezuela para el desarrollo de diferentes modalidades de acuicultura comercial son de las más altas entre los países latinoamericanos, principalmente debido a: su ubicación geográfica, que le brinda acceso rápido a los mercados más importantes (Europa - Estado Unidos); su orografía, que ofrece terrenosadecuados para el desarrollo de esta actividad (sobre todo en la zona costera, donde es posible encontrar terrenos de escazas pendientes y sitios de aguas calmas); que posee una vasta red de recursos hídricos para el aprovechamiento; sus relativamente estables condiciones climatologías con poca exposición a fenómenos naturales importantes; el escaso desarrollo de esta actividad (ocupamos el décimo cuarto puesto entre los diecinueve países de la región) y a una cada vez más creciente necesidad de producción de alimentos asociada al crecimiento poblacional local (soberanía alimentaria) y mundial. Adicional a que la piscicultura, como la actividad agro-productiva, es la de mayor potencial por unidad de superficie, superando cifras de producción obtenidas en avicultura, ganadería y porcicultura.
Sin embargo, también se ve desfavorecida por: el desconocimiento, indiferencia, embates, obstáculos e incomprensión que tiene la clase política nacional sobre el potencial enorme de la actividad para la generación de proteína pesquera para el consumo humano, lo que se traducen en falta de políticas gubernamentales para el fomento y desarrollo de esta actividad; los altos costos (en la camaronicultura estiman entre 10 a 12 mil $/Ha) con pocas posibilidades de acceso a financiamiento; el excesivo sometimiento a regulaciones ambientales e imposiciones tributarias que limitan los intentos de desarrollo acuícola comercial; las complicaciones en acceso a insumos básicos de funcionamiento como gasolina y electricidad; los altos riesgos de seguridad (robos, atracos, secuestros, cobro de vacuna e incluso homicidios) que expone una actividad señalada de ser “muy lucrativa”; la fractura existente en la cadena productiva; la poca tecnificación-profesionalización en la práctica de esta actividad, comparativamente con otros países; así como mejorar las vías de comunicación y el funcionamiento de puertos marítimos y aeropuertos para el manejo adecuado de estos productos perecederos.
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Es necesario promover la actividad, favoreciendo la inversión en el sector, corrigiendo las distorsiones y fallas en las que se incurrió en el pasado para generar gran cantidad de empleos, desarrollo regional, producción de alimentos y divisas. Se requieren generar condiciones necesarias para el desarrollo y crecimiento armónico, responsable y sostenible del sector, a partir de un marco normativo adecuado y una oferta institucional idónea; especialmente en lo relacionado a capital humano, acceso a recursos financieros, adecuados programas orientados de investigación y desarrollo de infraestructuras. También es necesario que se propicie la asociatividad entre los actores públicos y privados en condiciones amigables y favorables a las dos partes. Se debe inducir la recuperación, dotación, mantenimiento, tecnificación, potenciación y/o especialización de la infraestructura aun subsistente (producción de larvas, alimento, procesamiento, etc.) para llevarla a su máximo potencial (producir más, en menos espacio). Trabajo que debe venir de la mano de robustecer la vinculación-integración entre el sector productivo acuícola nacional y la academia, lo cual es fundamental para el logro de los objetivos de crecimiento propuestos para el sector; pues como señala el profesor de agronomía de la Universidad del Zulia (LUZ) Iván Chirinos “el fin es profesionalizar la industria del camarón porque, si nos vamos a la corta historia que tiene la industria acuícola en Venezuela, nos damos cuenta que toda la experiencia que se tiene en Venezuela es en base a la aplicación de recetas que se usan en otros países, son fórmulas que no se adaptan a nuestras condiciones”.
El exhaustivo trabajo de revisión realizado a las cifras y estimaciones del sector camaronicultor evidencia una gran divergencia entre las cifras proporcionadas en los discursos noticiosos, emanados tanto del sector oficial como del privado, con aquellas que poseen asentadas en sus bases de datos las instituciones nacionales e internacionales que registran las actividades comerciales del sector. Estas diferencias, entre cifras en el discurso noticioso con aquellas en las bases de datos de estas organizaciones, pueden ubicarse entre un 42% y hasta 53%; diferencia que se reduce a menos del 14% cuando al hacer la evaluación entre las bases de datos de las distintas organizaciones.
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