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LA PESCA DEL CALAMAR O LURIA LOLIGO SPP EN VENEZUELA

Leo Walter González Cabellos - Instituto de Investigaciones Científicas - UDO - 03 de Marzo de 2021

INTRODUCCIÓN

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Durante los últimos veinte años, la pesca de moluscos cefalópodos ha atraído el interés mundial, especialmente las captura de calamares; lo cual está fundamentado en el declive de las capturas en muchas pesquerías tradicionales, induciendo un incremento del esfuerzo para desarrollar el potencial pesquero de otras especies no tradicionales, especialmente el dirigido al grupo de los invertebrados cefalópodos. Según señala Rodhouse (2005), las estimaciones de la cantidad de calamares que consumen los depredadores en todo el mundo, especialmente los cachalotes, indican que ingieren una cantidad mayor que el total de las capturas mundiales de todas las especies marinas combinadas (Voss, 1973; Clarke, 1983); dato que le parece interesante, tanto por el potencial comercial de la pesca del calamar, como por la importancia que ésta podría tener en el suministro de proteínas de alta calidad para el consumo humano (Caddy, 1983; Roper y col., 1984).

Alrededor de la cuarta parte de los desembarques mundiales de calamar no están identificados; lo que refleja que, en la pesca artesanal y costera de pequeña escala, existe un importante volumen de calamar que se captura, en grandes cantidades, en las regiones tropicales-subtropicales donde la diversidad de especies es elevada, especialmente entre los calamares loligínidos (Figura 1). En dichas zonas generalmente no se entiende bien la taxonomía de la fauna de calamares. El Calamar Patagónico (Doryteuthis gahi), el Calamar pálido (D. pealeii), el Calamar de Bajura Opalescente (D. opalescens) y el Calamar de Cabo Esperanza (Loligo reynaudii) actualmente son sólo las cuatro especies que se identifican a nivel de especie en las estadísticas pesqueras, de alrededor de 20 las especies de loligínidos de importancia comercial; el resto de las especies tienden a ser englobadas en el género Loligo o como “loligínidos no identificados” en los reportes de desembarco y las estadísticas mundiales (FAO, 2020; Vecchione y col., 1998). Esta estrategia de análisis de la producción pesquera es similar a la adoptada en la pesquería de otros grupos taxonómicos, incluyendo aquellos que integran la pesca artesanal.

Figura 1.- Clasificación, características y diagrama de la morfología de calamares de la familia Loliginidae, en (A) vista dorsal y (B) ventral. (Granados-Amores y col., 2014)

Los calamares loligínidos representan aproximadamente el 6% de la captura mundial de cefalópodos. Sus pesquerías se encuentran principalmente en Asia suroriental y en países mediterráneos, pero también se capturan en otras áreas geográficas como fauna acompañante en pesquerías costeras de arrastre dirigidas a camarones y peces demersales (FAO, 2020).

ANTECEDENTES

Las poblaciones de calamares constituyen importantes eslabones en las relaciones ecológicas de los ecosistemas marinos. Son predadores ágiles, rápidos y activos de crustáceos, poliquetos y, ocasionalmente, de otros cefalópodos (Barcellos, 2014). Sus cortos ciclos de vida, alto ritmo metabólico y rápido crecimiento están asociados a una elevada plasticidad en las características de su historia de vida; así como a una marcada sensibilidad a las variaciones medioambientales, las cuales se reflejan en fluctuaciones de la abundancia poblacional (Rodhouse y col., 2014).

CARACTERÍSTICAS

Los calamares de la familia Loliginidae (Suborden: Myopsida), están representados por alrededor de 47 especies agrupadas en diez géneros y nueve subgéneros, y se encuentran distribuidos en las zonas neríticas de los mares tropicales, subtropicales y templados del mundo (Granados, 2013 – Figura 2). En general los loliginidos poseen vida corta (cerca de un año) y con un único desove seguido de la muerte (Barcellos, 2014). Ocupan una posición media en la red trófica marina, alimentándose de plancton y de pequeños peces y, a su vez, forman parte del sustento alimenticio de peces, aves y mamíferos marinos (Agnew y col., 2005). Son generalmente de color rojizomarrón, más obscuros en la parte dorsal, aunque presentan variaciones dependiendo del comportamiento. Se caracterizan por presentar una membrana cornea transparente que cubre los ojos. Poseen ocho brazos del mismo tamaño y dos tentáculos más largos que son utilizados para cazar y sostener la presa; estos presentan dos filas de ventosas y nunca tienen ganchos (Jereb y col., 2010). Muchas especies presentan siete costillas en la membrana bucal con pequeñas ventosas y las hembras poseen un solo oviducto con glándulas nidamentales accesorias (Jereb y col., 2010). Poseen un sistema circulatorio cerrado con tres corazones, dos de ellos cerca de las branquias. Tienden a ser organismos de tamaño mediano, alrededor de 50 cm de longitud.

Figura 2. Mapa con la actual distribución y riqueza de especies de la familia Loliginidae (Jereb y col., 2010)

Debido a la gran similitud morfológica entre las especies del género Doryteuthis, la identificación y validez taxonómica deberían basarse en criterios robustos, ya que el Calamar Insular (D. roperi) se puede confundir con el Calamar Flecha (D. plei) y a su vez, esta última se puede confundir con el Calamar pálido (D. pealeii) (Jereb y col., 2010). El estudio de divergencia de especies cripticas realizado por Sales y col. (2016), quienes comprobaron que los ejemplares del Calamar Flecha (D. plei) que habitan en el Atlántico noroccidental y Golfo de México representan una especie diferente al Calamar Flecha (D. plei) del Atlántico sur occidental, expresando que fenómenos oceanográficos y cambios tectónicos asociados con la formación del Mar Caribe probablemente influenciaron en el proceso de especiación aproximadamente hace 16 millones de años.

Arocha (1989) reportó tres especies de lurias en Venezuela; siendo la más abundante el Calamar Flecha (Doryteuthis plei), sumada al Calamar pálido (Loligo pealei) y al Calamar Surinamés (L. surinamensis) (Figura 3); pero que a los fines de la producción pesquera son agrupadas, en las estadísticas oficiales, con el nombre de calamares o lurias (Loligo spp.). El Calamar pálido (Loligo pealei) es un recurso pesquero que tiende a ser sobreexplotado y debe ser protegido por periodos de pesca temporales.

Figura 3.- Principales especies comerciales de calamares o lurias de Venezuela

DISTRIBUCIÓN

Los calamares loligínidos se distribuyen globalmente en aguas costeras tropicales, templadas y subpolares (Jereb y col., 2010 - Figura 4). Son habitantes demersales semipelágicos y se encuentran tanto en aguas costeras como sobre la plataforma continental y la parte superior del talud, hasta unos 400 m de profundidad (Roper y col., 1995). Normalmente las especies de esta familia presentan una fototaxis positiva verdadera, (movimiento dirigido hacia un gradiente específico en cantidad de luz), por lo que realizan migraciones verticales diurnas que las hacen agruparse hacia estratos más profundos con el incremento de la luz durante el día y dispersarse en la noche en la columna de agua. Esta característica permite que a menudo sean capturadas con técnicas pesqueras que utilizan fuentes luminosas (Roper y col., 1995). La Figura 5 presenta la distribución de las cuatro principales poblaciones de calamares del género Loligo registradas, en las estadísticas de FAO, a nivel de especies (FAO, 2020).

Figura 4.- Mapa de distribución de individuos de la familia Loliginidae en el plancton, basado en datos cuantitativos (· - 409 obs.) y observaciones de “solo presencia” (o- 288.878 obs.) a nivel mundial (COPEPEDIA, 2020)

Figura 4. Distribución de las principales poblaciones de calamares del género Loligo en el mundo, que son explotadas por pesquerías comerciales y registradas a nivel de especies en las estadísticas de la FAO (Tomado de FAO, 2020)

Según Judkins (2009), el Calamar Flecha (Doryteuthis plei) es la especie de lurias más abundante en el Mar Caribe. Su distribución batimétrica abarca la superficie marina hasta los 370 m de profundidad, siendo más abundante en aguas poco profundas durante la noche y en la columna de agua durante el día (Postuma, 2015). Habita en el océano Atlántico Occidental, desde el Cabo Hateras, USA (36ºN) hasta el norte de Argentina (35ºS).

SU PESCA EN MARGARITA

El calamar o luria se captura con línea de mano que, en lugar de llevar un anzuelo, presenta un aparejo de pesca modificado llamado “potera”. El aparejo es fabricado por los mismos pescadores y consiste en una barra de plomo de 5 a 10 cm de largo donde se le adhiere una corona de alfileres doblados en un extremo y en la otra una argolla para colocar el nylon 40. Esta barra se envuelve con hilos de diferentes colores para aprovecha la curiosidad de los cefalópodos por los estímulos visuales y lograr que se enganchen (Figura 5). La faena comienza a partir de las 4 am, cuando salen los pescadores en sus peñeros en busca de los calamares o lurias hacia los lados del Farallón, en Pampatar, o a 2 millas de El Tirano o Playa El Agua con dirección al noreste de Margarita (rumbo al archipiélago Los Frailes); también se realizan faenas de pesca después de las 2 pm y hasta las 7 pm en Pampatar y Playa Moreno. Por lo general siempre va el patrón o dueño de la embarcación con dos o tres marinos. La pesca es muy variable; pues a veces no capturan nada, por el mal tiempo o las corrientes de fondo, como también pueden pescar hasta 20 kilos. En el primer semestre del 2020 el precio de la luria estuvo alrededor de 4,50 US$/kg (Juan Miguel Rodríguez, com. per.).

Figura 5. Potera utilizada para la pesca de calamar o luria en El Tirano. (Imagen: Juan Miguel Rodríguez y Ana Paola Salazar)

PRODUCCIÓN

Las capturas de cefalópodos disminuyeron a aproximadamente 3,6 millones de toneladas en 2017 y 2018, por debajo del nivel máximo de capturas de 4,9 millones de toneladas registrado en 2014, pero siguen siendo altas (FAO, 2020). Sin embargo, el desembarque de calamares Loligo spp. fue de 369 mil toneladas en 2018 contribuyendo con el 6% (FAO, 2020).

En la serie histórica de los desembarques de Venezuela (2010-2019) se observó una tendencia descendiente con fuertes fluctuaciones anuales; alcanzando su máximo rendimiento en el 2011 y la más drástica disminución en 2018 (Figura 6). Es importante señalar que los mayores volúmenes de desembarque los proporciona el estado Nueva Esparta.

Figura 6. Desembarque nacional de calamar o luria (Loligo spp.) en el período 2010-2019 en Venezuela (Fuente: Estadísticas de INSOPESCA)

REFERENCIAS CONSULTADAS

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Arocha, F. 1989. Cephalopod resources of Venezuela. Mar. Fish. Rev. 51(12): 47-51.

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Sales L., L. Rodriguez, Y. do S. Ferreira, J. Carneiro, N. Asp, P. Shaw, M. Haimovici, U. Markaida, J. Ready, H. Schneider y I. Sampaio. 2016. Divergence of cryptic species of Doryteuthis plei Blainville, 1823 (Loliginidae, Cephalopoda) in the Western Atlantic Ocean is associated with the formation of the Caribbean Sea. Mol. Phylogenet. Evol. 106:44-54.

Vecchione M., T.F. Brakoniecki, Y. Natsukari y R.T. Hanlon. 1998. A provisional generic classification of the family Loliginidae. En: Voss N.A., M. Vecchione. R.B. Toll y M.J. Sweeney (Eds). Systematic and Biogeography of Cephalopods, Vol. II. Smithson. Contr. Zool. 586: 215–222.

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