![](https://stories.isu.pub/102217966/images/9_original_file_I48.png?crop=276%2C207%2Cx21%2Cy0&originalHeight=207&originalWidth=317&zoom=1&width=720&quality=85%2C50)
14 minute read
REFLEXIONES SOBRE LA REDUCCIÓN DE LA MORTALIDAD INCIDENTAL DE DELFINES
by FUNDATUN
Alvin Delgado y Abelardo A. Riera F. - FUNDATUN - 13 de octubre de 2022
INTRODUCCIÓN
Advertisement
Este año se cumplió el 30 mo Aniversario de la entrada en vigor del Acuerdo para la Conservación de Delfines, mejor conocido como “Acuerdo de La Jolla”; que luego de una actualización, fortalecimiento y aprobación en la 60ª Reunión de la CIAT pasa a ser el Acuerdo sobre el Programa Internacional para la Conservación de los Delfines (APICD). Han sido treinta años de logros significativos en la reducción de la mortalidad incidental de delfines en la pesquería de túnidos asociados a delfines; logros que se pudieron alcanzar gracias al esfuerzo mancomunado de capitanes, tripulaciones, gobiernos y Organizaciones No Gubernamentales (ONG), al que se le suma el trabajo de los observadores y los científicos.
Sin embargo, hay un aspecto muy importante, al que poca divulgación se le ha dado, y que tiene que ver con la evolución histórica del trabajo realizado para esta reducción de la mortalidad de delfines. Cuando los pescadores se dieron cuenta que los atunes nadaban asociados con manadas de delfines, éstos últimos se convirtieron en los indicadores de los atunes que nadaban debajo, porque estos salían continuamente a la superficie del agua y eran fácil avistarlos; con ello se facilitó las labores de captura de atunes pero conllevo a una mortalidad incidental de delfines muy alta, que los científicos estimaron entre 300 y 400 mil individuos al año, en esos primeros tiempos. Los propios pescadores hicieron ciertos cambios para tratar de disminuir esta mortalidad incidental, entre los que se pueden señalar: la realización de la llamada “maniobra retroceso” para liberar a los delfines y que se quedaran los atunes, así como la inclusión de un tipo de malla de menor tamaño (Paño Protector de Delfines) en cierta área de la red para evitar que los delfines se enmallaran, entre otros. Pese a que con la implementación de estas acciones hubo una reducción en la mortalidad, ésta aún era muy alta.
![](https://stories.isu.pub/102217966/images/9_original_file_I46.png?width=720&quality=85%2C50)
En 1976, la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) incorpora a sus objetivos el estudio de los delfines asociados a la pesca con redes de cerco de atún y como reducir la mortalidad incidental. Lo primero que instituye fue conseguir información in situ de lo que ocurría durante las faenas de pesca, con lo que se planteó iniciar un Programa de Observaciones a Bordo; el cual da inicio en 1979 con la colocación de observadores a bordo de las embarcaciones de manera voluntaria; posteriormente la CIAT establece el programa como obligatorio y con un 33% de cobertura de la flota que pesca con redes de cerco en el área que rige. La gran cantidad de información y datos recabados por los observadores, brindaron a los científicos las herramientas para comenzar a trabajar, dando inicio a la asociación entre ciencia y experiencia; la cual consistió en que con los datos recabados por los observadores, analizados por los expertos y sumándole la experiencia de los capitanes con mejores desempeños en la reducción de mortalidad, se pudo determinar que hay algunos factores que incidían en la mortalidad incidental de los delfines. La determinación de estos factores permitía ahora enfocar mejor los esfuerzos en la dirección de alcanzar mayores logros en la reducción de esa mortalidad incidental. En otras palabras, el trabajo de los observadores, junto con los análisis de los científicos y la experiencia de ciertos capitanes fueron el elemento determinante de los logros alcanzados en la reducción de la mortalidad incidental de los delfines.
![](https://stories.isu.pub/102217966/images/9_original_file_I44.png?width=720&quality=85%2C50)
PROTECCIÓN A LOS DELFINES: del “Acuerdo de La Jolla” al APICD
Durante el período 1986-89, la mortalidad incidental de delfines se estimaba rondaba cerca de los 100 mil delfines al año. Para 1992, año en el que se discutieron los objetivos de la CIAT para la protección de delfines y la investigación necesaria para realizarlos, la mortalidad incidental se estimaba a la baja; rondando menos de los 20 mil ejemplares. La entrada en vigencia del Acuerdo de La Jolla, en 1993, fija como objetivo una reducción gradual de la mortalidad incidental de delfines en 7 años (1993-1999), monitoreada por un Programa de Observadores a Bordo con 100% de cobertura, hasta llegar a menos de 5.000 al final de ese período. Sin embargo, la mortalidad incidental reportada para 1993 fue de 3.601 delfines, menor al objetivo trazado para el último año del acuerdo. Para el año 1999 se ubicó en 1.350 delfines, una cifra casi cuatro veces menor al límite establecido de 5.000 ejemplares.
![](https://stories.isu.pub/102217966/images/10_original_file_I14.jpg?width=720&quality=85%2C50)
Con la entrada en vigor del APICD la mortalidad de delfines continúo descendiendo y, en 2021, la mortalidad incidental fue de 729 delfines; ligeramente superior a los 689 reportados para el 2020. Pese a que en los inicios muchos atribuyeron la disminución a que hubo una reducción en el número de lances sobre delfines, con el tiempo comenzó a incrementarse este número, hasta realizar el mismo número o más que años antes, manteniéndose en descenso la mortalidad incidental y por debajo del límite establecido para el año 1999.
![](https://stories.isu.pub/102217966/images/10_original_file_I15.png?width=720&quality=85%2C50)
LA CAPTURA INCIDENTAL: del problema a las soluciones
El problema asociado a la captura incidental se puede abordar de dos formas: una radical, no realizando las actividades de captura, o una que apunte a su reducción (minimizar impacto), disminuyendo los factores de riesgos para así disminuir esta captura; de tal forma que no se afecte el bienestar futuro de las poblaciones asociadas. En una profunda y meticulosa evaluación, todos optaron por la segunda; apuntando a identificar las causas o factores que más inciden en la captura incidental y muerte de delfines. Se identificaron las siguientes causas y la manera en que las mismas disminuyeran o se evitaran; lo que indefectiblemente tiene un reflejo en la reducción de la mortalidad incidental de los delfines:
![](https://stories.isu.pub/102217966/images/10_original_file_I17.jpg?width=720&quality=85%2C50)
1. Averías de Equipos: A pesar de haber logrado una reducción significativa cercana a dos tercios en los lances con problemas de averías en los equipos al momento de la captura, aún persiste alguna siniestralidad. Para el año 2020, la mortalidad por lance en casos de averías se ubicó en un 0,13%, mientras que sin avería se mantuvo por debajo del 0,07%. El trabajo para la reducción de las averías y, de ocurrir tratar, de resolverlas lo más rápido posible pasan por el buen mantenimiento de los equipos y evitar su sobrecarga o usos excesivos; tomando las medidas para mantener a los delfines lejos de la red como son el remolque de la red y el uso de plataformas de rescate (botes, lanchas, etc.).
![](https://stories.isu.pub/102217966/images/10_original_file_I18.jpg?width=720&quality=85%2C50)
2. Situaciones con la red una vez realizado el cerco: son situaciones que se presentan al momento de completar el cerco de captura y realizar la maniobra de retroceso para general el canal hacia el copo del encierro, donde se ubica el Paño Protector de Delfines (PPD), que permite la salida sin enredo de los delfines, por medios propio o asistidos por el personal calificado desde el agua o desde las plataformas de rescate. Estas situaciones se pueden catalogar en dos tipos:
![](https://stories.isu.pub/102217966/images/10_original_file_I19.jpg?width=720&quality=85%2C50)
a. Colapso: ocurre cuando las líneas de corchos opuestas se unen, colapsando el canal que se forma para la salida de los delfines. Las buenas prácticas desarrolladas han permitido una drástica reducción de lances con ese tipo de situaciones, hasta llevarla a menos del 1% de ocurrencia. Para el año 2020, la mortalidad por lance en casos donde se presentaron colapsos de la red se ubicó en 0,26%, mientras que en condiciones normales rondó un 0,07%. Cuando se presentan este tipo de situaciones es importante el uso a tiempo de las lanchas del barco para evitar que se unan las líneas de corchos y se colapse la red.
![](https://stories.isu.pub/102217966/images/11_original_file_I3.png?width=720&quality=85%2C50)
b. Abultamiento: ocurre cuando se producen ondulaciones en la misma línea de corchos que puedan atrapar a los delfines. Al igual que en la situación anterior, se ha logrado una radical reducción de estos eventos; ubicándolos por debajo del 1% de ocurrencia. Para el año 2020, la mortalidad por lance en casos donde se presentaron abultamientos de la red se ubicó en un 0,89%, mientras que en condiciones normales rondó un 0,09%. El trabajo para evitar estas ondulaciones de la red que pueden atrapar delfines pasa por realizar los lances a favor del viento, evitar corrientes fuertes, tener un buen mantenimiento de los equipos, en caso de problemas hacer el remolque del buque y la red, minimizar retrasos en los lances, alejar los delfines de la red y hacer la maniobra de retroceso con el arco adecuado.
![](https://stories.isu.pub/102217966/images/11_original_file_I5.png?width=720&quality=85%2C50)
3. Procedimientos de protección de los delfines durante la captura: La implementación de la Maniobra de Retroceso junto a la incorporación del PPD, para evitar el enmalle de los delfines en su salida, han demostrado una alta efectividad en disminuir la mortalidad incidental en los lances sobre delfines. Esta operación no supera el tiempo medio de los 18 min de duración y la práctica ha demostrado la reducción sustancial de la presencia de delfines en la red después de su realización; hasta valores inferiores a los 0,01 delfines. Sin embargo, las buenas prácticas apunta a considerar:
![](https://stories.isu.pub/102217966/images/11_original_file_I2.jpg?width=720&quality=85%2C50)
a. realizar siempre la Maniobra de Retroceso hasta que salga el ultimo delfín;
b. realizar esfuerzos de recate si quedan delfines después del retroceso y evitar que lleguen delfines al saco;
c. no realizar lances nocturnos, incluidos los 30 minutos antes de ocultarse el sol, a los efectos de la buena visibilidad de quienes realizan las labores de apoyo;
d. la constante supervisión de la condición de la red y los equipos de protección de delfines.
4. Corrientes Fuertes: Estas condiciones no solo pueden afectar la red durante la Maniobra de Retroceso para liberar a los delfines, sino que también puede incidir sobre la deriva de la embarcación y la red durante la operación de captura, entre otras. Para el año 2020, la mortalidad por lance en casos de cercos sobre delfines con condiciones de corrientes fuertes se ubicó en 0,15%, mientras que con corrientes más calmas rondó el 0,06%. Soluciones: uso de equipos adecuados de detección, modificar la orientación de la red, remolque continuo de la red apoyándose en las lanchas, evitar zonas de altas corrientes en lances sobre delfines.
5. Efecto de las manadas en la mortalidad por lance: Otro aspecto que puede ejercer influencia en la mortalidad incidental y que se debe considerar tiene que ver con el comportamiento de la manada de delfines en cuanto a su tipo (especie y población), su tamaño de la manada y su composición (una sola o mezcla de especies). El personal de las labores de extracción de los individuos tiene que estar capacitados y entrenados para lidiar con los comportamientos diferenciales de las manadas en los lances sobre delfines.
![](https://stories.isu.pub/102217966/images/11_original_file_I7.png?width=720&quality=85%2C50)
En la medida que estos factores se fueron controlando y disminuyendo se fue disminuyendo la mortalidad incidental de delfines. La certeza de que esto estuviese ocurriendo, la brindó la necesaria ampliación de la cobertura de observación al 100% de la flota que opera en agua del Océano Pacífico Oriental (OPO).
Pero no todo fue color de rosa desde la entrada en vigor del Acuerdo de La Jolla, pues aquellos barcos que realizaran aunque sea un intento de lances sobre delfines su carga era considerada “No Segura para los Delfines” (NO DOLPHIN SAFE); con ello era comercializada a un precio menor que la que era libre de lances sobre delfines. Sin embargo, los esfuerzos continuaron y la mortalidad incidental continúo bajando. Con el 100% de cobertura de la flota con observadores a bordo, el personal científico no solo recibía una cantidad enorme de datos sobre esta pesquería sino de todo lo que ocurría alrededor de ella; lo cual hace que la CIAT tenga una de las base de datos más completa sobre una pesquería y las interacciones con otras especies no objetivo.
![](https://stories.isu.pub/102217966/images/12_original_file_I2.png?width=720&quality=85%2C50)
ACCIONES Y REACCIONES
El personal de la CIAT realiza talleres, con la participación de los capitanes con mejor desempeño, al resto de los capitanes sobre: a) cómo actuar ante las diferentes situaciones de riesgo, y b) la realización de alineación de la red para hacer más efectivo y sin problemas la maniobra de retroceso; con lo que se logró la disminución y la eliminación de algunos factores que afectan directamente la mortalidad incidental de los delfines. Adicionalmente, el impacto de ciertas resoluciones adoptadas como obligatorias para poder pescar sobre delfines, como la Resolución sobre la Definición de un Patrón de Infracciones (Resolución A- 02-03) que permitió involucrar a los armadores y brindar la posibilidad de quitarle a la embarcación el poder pescar sobre delfines el año siguiente, apuntaló la contratación de los capitanes con mejor desempeño; generando una mayor preocupación de su desempeño para poder seguir trabajando.
El Acuerdo de La Jolla sentó las bases para el Acuerdo sobre el Programa Internacional para la Conservación de los Delfines (APICD), permitiendo mantener una sostenida disminución de la mortalidad incidental de los delfines; logrando que desde el año 2011 se ubicará por debajo del 20% del total de la meta de mortalidad permitida. Aun cuando la entrada en vigor del APICD trajo algunos importantes cambios como: a) el poder obtener la certificación DOLPHIN SAFE pescando sobre delfines siempre que no hubiese mortalidad o daño grave a los delfines (solo se invalidaba la bodega con mortalidad asociada); b) la creación de la propia certificación “APICD-DOLPHIN SAFE”; c) la creación de un sistema de seguimiento y verificación del atún que avalara la certificación; adicional a d) múltiples reconocimientos por la labor desempeñada, entre ellos la prestigiosa Medalla Margarita Lizárraga por Pesca Responsable de Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en el 2005; la comercialización de este atún sigue con restricciones para entrar en algunos mercados. Por lo cual es importante resaltar todos los aspectos que estuvieron y están asociados con esta pesquería, que no solo ha reducido la mortalidad incidental a niveles que no afectan el futuro de estas poblaciones, sino que las capturas de atunes se ha mantenido; adicional a que la mayoría de los atunes capturados en esta pesquería sobre delfines están en etapa adulta y han desovado un importante número de veces para garantizar el repoblamiento de las poblaciones, sumado a que la incidencia de captura de otras especies no objetivo son mínimas. Todo lo anteriormente dicho debería ser tomado en cuenta con el fin de mejorar la comercialización de este atún que ecológicamente es el más sustentable, en comparación con otras pesquerías de túnidos que capturan grandes cantidades de juveniles y de otras especies no objetivo.
Para finalizar, se hace un exhorto a que se siga trabajando para: 1) consolidar y mantener los objetivos y metas contenidas tanto en el Acuerdo de La Jolla como en su sucesor el APICD; 2) implementar e impulsar una mayor difusión no solo de los acuerdos, sino también de los logros obtenidos al presente; 3) resaltar el esfuerzo que para alcanzar estos excelentes logros por parte de capitanes, tripulantes, gobiernos, ONG, pescadores, observadores a bordo y científicos, en especial el Dr. Martin Hall. Para concluir, se debe exigir el incremento del uso de la certificación y etiquetado “APICD-DOLPHIN SAFE” por parte de los miembros de este Acuerdo; porque realmente es una certificación garantizada por una cobertura del 100% de la flota que pesca bajo esta modalidad.