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© Liberaciones © FUNDECEM / Entidades de atención Mérida Ministerio del Poder Popular para Servicios Penitenciarios Ministra Iris Varela Gobierno Socialista de Mérida Gobernador Alexis Ramírez Fundación para el Desarrollo Cultural del Estado Mérida - FUNDECEM Presidente Pausides Reyes Direccion de la Region Andina del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente Director de Regiones Moises Varela Entidades de Atencion Merida Directoras Viviana Guillen / Haydee Molina / Yahariany Andara Departamento de Participacion y Educacion Socio Cultural, Deportiva Coordinador Oswaldo Acuña / Renzo Uzcategui / Alejandro Carrero / Cristina Fernández Unidad de Literatura y Diseño de FUNDECEM Ever Delgado / Angela Márquez / Juan Jorge Inglessis Editor Gonzalo Fragui Gabinete Ministerial del Poder Popular para la Cultura - Mérida Director General Genry Flores Plataforma del Libro la y Lectura MPPPC Coordinador Simón Zambrano Facilitador del taller Ernesto Pineda HECHO EL DEPÓSITO DE LEY Depósito Legal: LF49120148001251 Mérida - República Bolivariana de Venezuela Abril — 2014
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Prólogo
LIBERACIONES es una muestra de cómo el hombre nace con espíritu de lucha y voluntad de superación ante las desigualdades sociales. Eso lo sabía muy bien César Rengifo: el hombre, limitado por su propia naturaleza, no es nada en relación con el infinito y la eternidad. No puede abarcar con sus sentidos la realidad total, sino fragmentos del espacio y del tiempo, de los cuales puede dar testimonio. Con esta publicación aspiramos difundir la palabra de noveles escritores que hoy se encuentran en una situación particular por estar en conflicto con la ley penal. Jóvenes que, a través del Programa Socio Educativo, el Departamento de Participación y Educación Socio Cultural y Deportiva, con el apoyo de instituciones externas como el Gabinete de Cultura del Estado Mérida y la Fundación para el Desarrollo Cultural, FUNDECEM, tienen acceso al disfrute de actividades literarias y de talleres de lectura y escritura. El Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario, de la mano de la ciudadana Ministra Dra. Iris Varela, ha venido contribuyendo con el proceso de humanización y dignificación de la población penal. Por ello este esfuerzo por integrar a este grupo de personas a las actividades artísticas y culturales, cumpliendo con los objetivos estratégicos que se plantea el Estado para alcanzar la democratización de la lectura, a través del libro como un bien cultural esencial destinado a la formación y el desarrollo de los ciudadanos y, en este caso, a la mujer y el hombre nuevo. — —
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Por ello, nos llena de entusiasmo y alegría el haber permitido que las puertas del saber y del conocimiento se abrieran para estos adolescentes y jóvenes de la patria. LA GENERACION DE ORO, así la llamó nuestro Comandante Eterno y Líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, ya que son testimonios de cómo una vida es capaz de transformarse en un libro. En este libro están VIVAS las voces de personas humildes y desposeídas, quienes han buscado en el arte una ventana abierta a la esperanza, que es como decir, a la vida, la libertad y el amor. Oswaldo Acuña
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Prólogo amoroso para mis hijos no concebidos
Allá adentro conocí a César, buen pana, muchacho inteligente y jovial, alma rebelde, estoy seguro que en otras circunstancias hubiésemos podido ser buenos amigos. Es un joven noble, pero las coyunturas en su vida lo obligaron a tomar el camino equivocado, así lo creo. César ya no está allí, se lo llevaron por seguir cometiendo errores, es joven y aún no aprende, ojalá esta última lección lo haga reaccionar y sea capaz de enderezar su andar. Lamento su partida, pero allá adentro quedaron todos los demás, mis queridos muchachos, amigos y compañeros en este viaje del vivir aprendiendo. Allí están ellos esperando por más gente que los atienda y entienda, que los enseñe, que los quiera. Allí está mi bien recordada Darling, con su Meta principal intacta y sus inolvidables lágrimas de despedida. Están los dos Carlos con su ingenuidad y su rebeldía, respectivamente. Están David y Dereth, siempre reflexionando sobre su situación. También están allí Urantia y Yeli, despiertas y pensando, deseando escribir más. Recuerdo también a Yoandri, a José Gregorio y a Juan, que viven entre pingüinos, recuerdos de amigos y manzanas, siempre palpitantes. Miguel Ángel desea ser rapero, y yo le dije: “¡tú puedes!, mira a Pedro, él ya es un rapero, todos bailamos con su canción El rap de la prisión”. Finalmente está Yaison, sereno y adusto, anhelando el día de su salida para no volver jamás. En total fueron 35 muchachas y muchachos llenos de esperanzas, de inquietudes, y también de resentimientos. Jó— —
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venes entusiastas que necesitan apoyo y comprensión, no condena. Todos capaces de crear y deseosos de participar. Mi experiencia con ellos fue ciertamente motivante, después de eso mi percepción sobre parte de la vida cambió. Antes pasaba frente a la Entidad de Atención y aquel recinto me era indiferente, desconocía lo que allí acontecía, ahora no, mientras ellos desean salir, yo deseo entrar de nuevo a reencontrarlos. Espero que así sea, más pronto que tarde. Aquel taller fue maravilloso, un encuentro cada mañana de jueves, tres horas juntos, leyendo, pensando, participando, riendo y escribiendo. De allí surgió este amoroso librito que hoy presentamos, lleno de propuestas y reflexiones, de inteligencia y emociones. Mis muchachos, lo digo con cariño, ya no son prisioneros, ahora son escritores, y como tal deben ser reconocidos. Ellos tenían, tienen, cosas que decir, y lo hicieron, esta es la prueba, la evidencia de sus talentos, yo simplemente acudí al llamado no declarado de sus voces. Esta breve, aunque suculenta antología de textos escritos por adolescentes en conflicto con la ley penal y privados de libertad no tiene precedentes conocidos, pero ojalá sea el comienzo de una labor creativa a lo interno de todas las Entidades de Atención en nuestro país, colmadas de mentes perspicaces e inquietas. Doy fe de que estos breves relatos son el producto de un esforzado trabajo durante el taller de lectura y escritura al que asistimos juntos, ellos y yo, en condiciones difíciles, bajo la mirada férrea y vigilante de sus custodios y maestros, a quienes agradezco el acompañamiento. Estoy convencido de que mis jóvenes amigos son un grupo de hermosos locos, en el más poético sentido del término, locos creativos y luminosos, futuros constructores de la Patria que necesitamos. Algún día saldrán de allí y podrán demostrarlo, así lo espero, en ellos confío. Puede ser que allá dentro estén privados de muchas cosas, pero nunca de la libertad de creer en sí mismos y de crear. — —
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Finalmente, agradezco a quien debo agradecer: a Simón Zambrano, por darme la oportunidad, a Oswaldo Acuña, Coordinador de Cultura de la Entidad de Atención, por acompañarme en la tarea, Al maestro Raimy Landeo, por apoyarme sin condiciones, al Gabinete de Mérida del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a la Entidad de Atención Mérida, a la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, y sobre todo al poeta Gonzalo Fragui, a Ever Delgado, y a FUNDECEM, por permitirme a través de la publicación de este amoroso librito ser la voz exterior de esos hijos que están allá adentro, en lo profundo, como diría nuestro supremo hacedor de realidades, Comandante Hugo Chávez, en las catacumbas… pero soñando que salimos. Ernesto Pineda Díaz
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Mi meta principal Darling
No me atrevería a decir qué hora era exactamente pues el sótano estaba bastante oscuro y en su celda apenas penetraba la luz del sol. El protagonista de esta historia llevaba encerrado mucho tiempo en aquel lugar. La superficie de las paredes era rugosa y húmeda, por eso no podía apoyarse en ellas, deseaba recibir un poco de luz a través de la rendija de la puerta, aunque no lo conseguía. Él intentaba calcular cuánto llevaba encerrado, pero no podía porque había perdido la noción del tiempo. Sus cabellos estaban largos, al igual que su varaba y sus uñas, muy sucios, se veía delgado y demacrado. Ya había olvidado el motivo por el cual lo habían encerrado, no recordaba su nombre ni a su familia. Sentía mucho frío en aquella lúgubre catacumba, apenas lograba un poco de calor prendiendo fuego con sus propias manos, sus dedos eran ágiles para esa tarea, no sabía cómo lo había aprendido, pero le servía de mucho. Cerca de él había un esqueleto medio cubierto con viejos harapos, le hablaba de vez en cuando para pedirle permiso y tomar algo de su ropa y quemarla. Estaba perdiendo la razón, ese compañero de celda era su único amigo, a pesar de que no le respondía palabra alguna cuando le hablaba. Cada mañana experimentaba una casi imperceptible alegría por continuar vivo, pero enseguida esta se confundía con la tristeza que le ocasionaba no poder mirar más que paredes y rejas, alambres y barrotes. La oscuridad abrumaba aún más la soledad de su corazón y de su espíritu oprimido. Los breves — 11 —
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momentos de alegría rápidamente se enfriaban como el hielo. Le parecía que su tiempo se había detenido sin razón. Él esperaba que pronto se definiera su lugar en este mundo y que acabara el tiempo de callar lo que aún sin voz su garganta quería dejar salir. Sus gestos y miradas expresaban lo que debía ocultar, lo retenido por la fuerza. Sus sentimientos se encontraban, pero él no permitía que su alma se contaminara de rabia, aunque es posible que en el fondo se enturbiara. Un día la puerta se abrió iluminando todo aquél tenebroso sótano, esto le permitió observar con claridad su desastroso estado y el de su celda, y notó que su locura se agudizaba. De pronto vio en el umbral de la puerta a una mujer vestida de blanco, de cabellos largos y dorados. Ella se acercó y él intento esconderse detrás de su amigo, pero su calavera rodó por el sucio suelo. Él pidió disculpas por su torpeza e intentó colocar la cabeza del esqueleto en su lugar. Al voltear hacia la mujer y mirar sus ojos vio un hermoso resplandor. Por su blanca mejilla rodaba una lágrima, él intentó hablarle, pero tartamudeó y prefirió callar. En un segundo intento logró decir: — ¿…Por qué…? Ella sonrió, él agacho la cabeza y pensó: “¿por qué?” De repente ella dijo en un tono muy suave mientras hacía el intento de sentarse a su lado: — ¿Qué quieres saber? Él la rechazó y ella se mantuvo de pie. El joven también se levantó y ella intentó abrazarlo, pero tampoco se lo permitió. Él acercó su sucia mano a la mejilla de aquella misteriosa dama y limpió la lágrima que ya llegaba hasta su barbilla. Él no recordaba a esa mujer, pero su mirada le confundía sin saber por qué. Lloró y ella lo abrazó. En ese instante comprendió que aquella mujer era su madre. Estaba confundido. Ambos se dirigieron hacia la puerta y salieron a la luz. Al salir encontraron a muchas personas y algunos hombrecillos vestidos de bufón. Todos aplaudían sin parar. — 12 —
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Lo condujeron hasta un enorme palacio lleno de cristales y soldados, allí fue recibido por un hombre alto, en su cabeza de corta y oscura cabellera llevaba una corona plateada. Al verlo lo abrazó, fue un momento hermoso y conmovedor, el regreso del heredero. La gente se quedó en el patio y él subió a la parte alta del palacio. Una docena de jovencitas con sus cuerpos desnudos y extrañamente adornados le condujeron a la tina y le ayudaron a asearse, luego le dieron de comer. Ya en la habitación le ofrecieron hermosos ropajes para que cubriera su cuerpo. — Necesito que baje… dijo el rey. La madre mandó a buscar al joven Shariat. Al poco tiempo una de las jóvenes anunció: — El joven ya viene… Luego procedió a abrir la puerta y en ese momento apareció el joven príncipe. Exhibía toda su estatura, su blanca piel, su cabello rubio y largo hasta los hombros, sus ojos grises brillaban como destellos de estrellas. Vestía un traje azul, con bordados dorados y una majestuosa capa… En su encierro él había pensado que nunca saldría y a pesar de eso no quería cambiar su forma de ser, aún sin recordar quién era. Quería mejorar su situación, eso sí, tal vez cambiar la conducta que lo había conducido a aquella infernal reclusión, pero no quería dejar de ser como era… ¿por qué habría de hacerlo? Sí, había aprendido y madurado mucho, sin creer ser mejor que nadie se estaba superando y deseaba seguir haciéndolo. Ahora quería ser mejor y tener una nueva oportunidad de vivir, de superarse para no estancarse. En la soledad supo que su mano podía hablar por él y comenzó a escribir. No deseaba parar porque comprendió que a pesar del encierro vivido el pensamiento y la escritura son libres y deben permanecer activos. Mi alma es ahora dominada por el impulso de entregar mi vida si es preciso para defender mi pensamiento y mi ex— 13 —
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presión. Clamo desesperadamente por ayuda porque tengo la certeza de que en algún lugar hay gente en las mismas circunstancias y sintiendo como lo hago yo, y sé que ellos me pueden enseñar a vivir mejor. Cada día es diferente y algo nuevo se puede aprender cada mañana. No quiero que mi mente se transforme de nuevo hacia el mal, porque mi meta principal es cada día ser mejor.
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Fuera de liga César Andrés
Quiero saber si vas al trabajo en el tren o si tienes novio Quizás por no saber nada sobre ti es que no te consigo …por más que lo intento Quiero ser tu amigo quisiera poder hablarte a veces me miro al espejo y practico por si alguna vez conversamos no lucir tan pendejo Pero a quién engaño yo sé que esto me hace daño ya te canté cuatro conceptos en el baño me siento bajo la lluvia cuando visito el agua fría de mi ducha te canto y llego hasta un nivel en que mis vecinos me escuchan Ellos me dicen: “¡loco, deja el enfame esa gata está muy dura para ti está fuera de tu liga!”
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El pajarito herido Carlos
Una vez yo andaba por la calle con mi papá y él me dijo: — Mira hijo, te vas para la casa a llevar el pollo y se lo das a tu mamá. Yo me fui por el camino y al mirar hacia adelante vi que un pajarito caía de un árbol, fue como si una piedra lo hubiera golpeado. Fui rápido a buscarlo y al llegar lo tomé entre mis manos, miré su ala y vi que estaba herido. Sentí mucha lástima y me dije: “¿Qué voy a hacer con este pajarito?”. Vi que por el camino venía un grupo de niños corriendo hacia donde yo estaba, y pensé: “voy a esconder este pajarito en mi bolsillo”, y así lo hice. Los niños llegaron y uno de ellos me dijo: — ¿No has visto un pajarito que cayó al suelo? — Yo no he visto ningún pajarito en el suelo─, dije, mientras miraba que en su mano tenía una flecha. Ellos vieron mi bolsillo y uno preguntó: — ¿Qué tienes ahí? — Una piedra. — Sácala para ver si es bonita. — ¿Para qué? — No, para nada. Ellos se quedaron pensando un momento y luego me agarraron entre varios, metieron la mano en mi bolsillo y sacaron el pajarito. Yo pensé rápido y les dije: — Vamos a hacer una competencia, el ganador se lleva el pajarito. La competencia era de pelear y el ganador fui yo. — 16 —
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La historia de carlos Carlos
Esta es la historia de un joven que vivía en la ciudad de Valencia, en un barrio muy peligroso, su nombre es Carlos. El chamo estudiaba y jugaba fútbol, llevaba una buena vida. Pero un día sus padres decidieron separarse y aquel muchacho cambió mucho su forma de ser. Dejó de hacer deporte y abandonó los estudios para pasársela con malas juntas. Con el tiempo le gustó el dinero fácil y lo tomó como forma de vida. Aquel chamo se echó a perder, ya no era el mismo de antes, ahora robaba y vendía drogas. Un día todo le salió al contrario de cómo lo esperaba, lo arrestaron y hoy se encuentra pagando una pequeña condena en el centro de atención de varones de Mérida. Ahora que el joven ha pasado tiempo privado de libertad ha cambiado su forma de pensar y de actuar. Lo único que desea es salir de nuevo a la calle para superarse y echar adelante, para demostrarle a su familia y a todos los demás que ha cambiado y que quiere y puede ser alguien en la vida. Ahora a Carlos le gusta escribir para expresarse, últimamente se inspiró y escribió un poema: El amor es como el agua Sin él no podríamos sobrevivir Quizás el amor es lo que le hace falta A todos para ser felices Y si todos fuéramos felices El mundo viviría en paz. — 17 —
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Desde el encierro David
En esta reclusión en la que vivo mi sistema emocional varía mucho diariamente. A veces tengo emociones positivas y otras veces son negativas. Estas últimas aparecen por culpa del encierro, por el estrés y por el grado de inmadurez de mis compañeros, por su falta de tolerancia y de respeto. Las emociones positivas aparecen cuando mi familia viene de visita y me dan aliento para seguir adelante. Yo no miro por el retrovisor, siempre miro hacia el final del mar, hacia el horizonte frente a mí, y me doy cuenta que nos queda mucho por aprender, por soñar y por hacer para decirle a la sociedad que somos útiles y servidores, porque en la sociedad hay de todo, y existen ciudadanos con diferentes personalidades y capacidades. La violencia es un factor que hoy está afectando a las personas, sobre todo en los barrios humildes donde existe la pobreza. Algunas personas ven al mundo desde otro punto de vista y se mezclan con el mal, a esto se debe el alto índice de delincuencia que existe actualmente. Aquí encerrado pienso que los jóvenes debemos tomar conciencia, pensar en grande y estudiar para tener un futuro exitoso. Aunque seamos de bajos recursos debemos luchar por lo que queremos para que cada día se desarrolle más nuestro país, para que seamos productivos y salgamos de abajo, como dijo nuestro padre Simón Bolívar: “Un ser sin estudios es un ser incompleto”. — 18 —
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Yo Dereth
En tiempos de antes me la pasaba con maleantes, me la pasaba en la calle y no le hacía caso a mis padres, mis sentimientos eran débiles y mi carácter rebelde, todo el día estaba drogado y siempre emocionado, pendiente de los poli, la plaza y la culebra. Siempre cuidaba de mi madre y de mi novia, pero una noche en la que estaba lejos de ellas me fui a robar para comprar la hierba, ese día caí preso en el retén… por ir en busca de mi fantasía. Dos días después me trasladaron unos policías, pero no venía solo, traía compañía. Al llegar a la cueva me di cuenta que esto es una prueba llena de odio y a la vez de amor. Me metieron a la celda, al rato de estar allí me llegaron unas culebras, pero no me dejé de ellas. Estaba asustado, pero como siempre activado. Al pasar el tiempo nos hicimos convives, no todo es color de rosas porque siempre hay envidiosos, pero esos no son más que unos locotrosos. Yo no les paro a esos bobos, les digo que no podrán con nosotros porque siempre estamos unidos, felices y gozosos. El convive y yo vamos a ser grandes y famosos, nos faltan poquitos días para irnos de este infierno y después de esto viene lo bueno. Voy en busca de mi felicidad para no juntarme de nuevo con maleantes. Continuará… (y hablaremos en el futuro)
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Las adversidades de una adolescente Urantia del Mar
Esta es la historia de una chica que desde muy niña se crió con sus tíos y sus abuelos. Cuando tenía cuatro años aún no había conocido a su madre y ella siempre preguntaba: “¿tengo madre y padre?”, pero nunca nadie le respondía. La niña creció con esa inquietud siempre presente, lo que ella no sospechaba es que sí tenía madre y la veía todo el tiempo, pero no querían decirle nada hasta que cumpliera su mayoría de edad. La más grande sorpresa que le tenían es que a su madre ella la llamaba tía, y no era la única sorpresa, había otra, tenía más hermanos. Cuando descubrió toda la verdad ya no quería saber más de su madre, padre o hermanos, pero la obligaron a irse con ellos. Aquella niña no imaginaba que iba a tener otra vida y a recibir una nueva educación. Ella se dio cuenta que tenía seis hermanos, además de padre y madre. Cuando tenía trece años su padre acostumbraba a pegarle a su madre, lo hacía borracho y ella miraba todo eso. Una navidad su padre llegó del trabajo y llamó a la niña junto con sus hermanos, les ordenó que se tomaran un poco de pastillas que él les entregó. Resulta que aquel hombre pretendía matarlos porque no los quería, y mucho menos a esa niña, a la que siempre había odiado. Su madre llegó ese día del trabajo y llamó a sus hijos, pero nadie respondió, a ella se le hizo sospechoso, buscó por toda la casa y al llegar al baño vio que todos sus hijos permanecían dormidos y no despertaban por más que ella lo intentaba. Enseguida la mujer se — 20 —
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dio cuenta que el padre les había suministrado una sobredosis de medicamentos. Rápidamente llamó a la policía y todos sus hijos fueron hospitalizados y desintoxicados. Todo esto hizo que la madre se diera cuenta de lo importante que eran sus hijos y pensó que les debía poner más atención y dedicarles más tiempo. También pensó que no se deben dejar los hijos al cuidado de cualquier persona, y menos a los niños pequeños, aunque sea con su propio padre. Aquella chica corrió con el infortunio de un mal padre, pero de allí en adelante su madre se entregó más a sus hijos y menos a su trabajo. Al cabo de varios años los tres hijos mayores comenzaron a ayudar a su madre y al resto de sus hermanos, pero a medida que la muchacha crecía empezó a salir de la casa y a conocer gente buena y mala. Con el transcurrir del tiempo la joven se alejaba más de su casa, sobre todo cuando su madre se enteró que a ella le gustaban las personas de su mismo sexo y empezó a negarla y maltratarla. La chica no aguantaba más aquella situación, comenzó a trabajar, a fumar, a tomar, y adquirió otros vicios, como andar con gente que hacía mal a los demás. Ella vio que en su casa no podía vivir y por esa situación comenzó a hacer esas cosas indebidas. Resulta que un día llegó a una casa en la que se encontraban unas parseras (como entre ellas se suelen llamar), y éstas la convidaron a robar porque no encontraban la forma de pagar su vicio… pero las cosas no les salieron bien. Hasta el sol de hoy esa muchacha se encuentra privada de libertad, ha aprendido que llevar una vida de ladrón o consumidor no deja nada bueno, y que sólo puede conducir al hospital, a la cárcel, que es donde ella está, o al cementerio. Ella se considera una persona pasiva ante una sociedad que la discrimina y la señala por su condición, la tranquilidad ha sido siempre parte de su personalidad, pero se mantiene llena de odio porque muchas personas la han enseñado a odiar y la han llenado de ese sentimiento. — 21 —
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A pesar de todo se considera una persona competitiva, nunca se da por vencida frente a los problemas, como el de estas paredes y rejas que la mantienen atrapada. A ella no le importa y hace un gran esfuerzo por demostrarle al mundo que no es una oveja negra, que simplemente es una oveja como todas las demás, no importa que traten de alejarla del rebaño, siempre encuentra la manera de integrarse. Debido a todo lo ocurrido su madre cambió de actitud y la joven aprendió a valorar el gran tesoro que es tener una familia y una madre. Desea ansiosamente su libertad porque extraña a su madre y a su familia. Yo he visto cómo ella ha cambiado mucho y reflexiona sobre el daño que le hacemos a las personas, porque esta vida de matar, robar o consumir no sirve para nada bueno. Nada hay tan bello como la libertad y la felicidad. Hay muchos caminos, tomemos cualquiera de ellos, menos este.
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Los adolescentes y la sociedad Yely Yasmín
Los adolescentes en la sociedad se encuentran en una encrucijada, muchas veces el medio que los rodea está colmado de violencia, armas, drogas y muchas cosas negativas, así que muchos de ellos se dejan influenciar por estas cosas malas. Pero esta no es razón para creer y decir que estos jóvenes no se pueden transformar, por el contrario, debido a esas experiencias que han vivido pueden buscar con más insistencia un cambio para ellos mismos. Un joven que se desarrolla en medio de una sociedad violenta no necesariamente tiene que dejarse llevar por las malas influencias. Aunque sus padres también hayan vivido de esa manera, incluso hayan estado presos, no quiere decir que los jóvenes tengan que repetir la misma historia, a pesar de que suele ser el caso de muchos adolescentes de hoy. Pienso que lo que se debe tener son ganas de salir adelante, de superarse, de estudiar y ser alguien bueno para la sociedad. Con esto se demostraría que sí se puede caminar hacia el futuro diciendo: “Yo sí pude, salí de ese mundo, ¡Yo cambié!” Muchas personas piensan que por estar en el mundo de la delincuencia ya no pueden cambiar, pero están muy equivocados, porque con voluntad todo se puede. Yo en este lugar me siento ahogada, muchas veces siento como si estuviera asfixiándome y no pudiera continuar. Pero me detengo a pensar en mi familia y eso me llena de valor para seguir adelante. Sé que el tiempo de este encierro aún es largo, que las agujas del reloj corren lentamente, y a veces me — 23 —
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pierdo en un abismo sin final, pero hay una pequeña ilusión, además de mi familia, que me inspira, que me lleva en el tiempo y me hace pensar que no todo es malo, que puedo salir y continuar viviendo mi pequeño cuento de hadas. No sé cuándo terminará mi estadía en este lugar, mientras tanto me detengo a pensar en lo mucho que necesito a mi familia y en lo poco que los valoré mientras los tuve conmigo. A pesar de la adversidad que significa mi encierro, siento muy dentro de mí que no todo es malo, aquí estoy aprendiendo y comprendiendo muchas cosas importantes.
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Pingüinos juguetones Joandri
El señor Ronaldo estaba una tarde en su apartamento e inesperadamente le llegó un paquete grande. Él recibió este encargo y al abrir el paquete salió un pingüino. Asombrado no sabía qué hacer con aquel animal. De pronto le llegó una idea, subió por las escaleras de su apartamento y llevó el pingüino al baño de su casa, lo puso en la tina y abrió las llaves, luego salió del baño, cerró la puerta y se fue para su trabajo. Al llegar a la oficina lo recibió su secretaria con unas quejas de su jefe porque no había cumplido con las tareas que le había encomendado. En eso se le fue el día, estuvo distraído y ocupado. Al final de la tarde salió de la oficina y fue de regreso para su casa. Llegando a su casa notó que un vecino lo llamaba insistentemente al celular, pero no le hizo caso. Entró y subió rápidamente por las escaleras que daban al baño. Al abrir la puerta se encontró con una gran sorpresa, había olvidado cerrar las llaves de la tina y el baño estaba completamente inundado, cuando abrió la puerta salió repentinamente toda el agua y tumbó al pobre señor Ronaldo. El pingüino se le acercó y no hizo más que caminar graciosamente sobre su cuerpo. Con el tiempo el señor Ronaldo tuvo muchas vivencias con aquel pingüino, tantas que terminó queriéndolo. Luego llegaron más pingüinos y todos eran muy divertidos, pero hacían mucho desastre en su casa. El señor Ronaldo se había separado de su esposa debido a ciertas circunstancias, pero tenían dos hijos. Un día uno de ellos estaba cumpliendo años y el señor Ronaldo lo invitó a celebrar juntos. Al llegar al apar— 25 —
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tamento el niño se sorprendió grandemente al ver aquellos divertidos pingüinos, enseguida se puso a jugar con ellos y al igual que su padre les fue agarrando cariño. La otra hija del señor Ronaldo era una chica adolescente que tenía algunos problemas en su vida, le gustaba un chico, pero éste tenía otras pretendientes, lo cual entristecía a la joven. Su padre preguntó qué le sucedía y ella le contó. Él la ayudó a buscar la solución de su problema dándole la idea de que intentara conquistarlo escribiéndole un poema, ella se inspiró y escribió: Aquí, encerrada entre estas cuatro paredes Vivo triste pensando en ti y el motivo de escribirte Es para que te acuerdes de mí Cada vez que mires las estrellas Piensa en mí Porque en cada una de ellas Hay un beso para ti La muchacha se puso tan contenta que también se fue a jugar con los pingüinos. Aquellos pingüinos cambiaron la vida de todos. Hoy los hijos visitan a su padre y lloran de alegría al verse, pero les entristece saber que estarán juntos sólo por unas horas. Cuando se termina la visita se deprimen, especialmente el padre. Alguna gente cree que los hijos son malos por causar dolor a sus padres, los consideran insensibles y sin sentimientos, pero no es así. A pesar de lo que piense la gente aquellos hijos que aman son los mejores que puede tener un padre, a pesar de sus errores. La compañía de la familia le hace muy bien a todos, más aún si tienen pingüinos para divertirse. El amor aleja los malos pensamientos y las cosas que dañan. Junto a la familia sólo se piensan y se hacen cosas buenas, fluyen las ideas y también el deseo de ayudar a los demás cuando se puede. — 26 —
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Dos amigos y la vida José Gregorio
Esta es la historia de un niño de diez años al que le gustaba jugar fútbol, pero tenía un problema: no jugaba muy bien, así que casi nunca participaba en los campeonatos. Eso a él no le molestaba, por el contrario, cada vez hacía un mayor esfuerzo por mejorar, pero como no podía jugar a la par de sus compañeros las personas solían burlarse. Un día todos decidieron no jugar más juntos y cada quien tomó un camino distinto. Algunos todavía juegan fútbol, pero otros orientaron sus vidas por malos caminos, consumían drogas, robaban y asesinaban. Tan lejos llegaron que incluso entre ellos mismos tuvieron problemas y se buscaban para matarse. Uno de los que mejor jugaba, por razones de chismes, buscaba a aquel que no jugaba bien para asesinarlo, y viceversa. Con el pasar el tiempo tuvieron algunas comunicaciones por mensajes, fueron hablando y lograron superar sus diferencias. Pero el que sabía jugar bien al fútbol cayó preso. El otro siguió con su mala vida, delinquiendo y drogándose. Se le presentaron muchas oportunidades de cambiar, pero debido a su ceguera e inmadurez se negó a hacerlo y prefirió seguir en su mundo de mentiras y de conflictos. Luego de un tiempo él comenzó a vivir con una mujer, a los pocos meses ella quedó embarazada y cuando tenía seis meses de embarazo él también cayó preso por no haber cumplido las normas impuestas por un tribunal que lo juzgó por un delito en el que había incurrido. Al llegar a la entidad de atención se encontró con ese viejo amigo que por chismes — 27 —
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quiso matarlo una vez. Hoy en día hablan y recuerdan todas aquellas cosas que hacían de niños, cuando jugaban fútbol. Se arrepienten de su mala vida y dicen: “cuando salgamos de aquí vamos a cambiar y a seguir jugando como antes, pues siempre nos divertíamos sin tener que drogarnos ni delinquir.” El que no sabía jugar bien al fútbol piensa con frecuencia en sus padres y sus hermanos, también en su esposa y su hijo que está por nacer. Lamenta no haber atendido las orientaciones de sus padres y piensa que de haberlo hecho estaría ahora con ellos. Sin embargo, él reflexiona y da gracias a Dios por haber caído en prisión, porque de otra forma no hubiera dejado de consumir drogas, e incluso podría haber muerto. Hoy en día está arrepentido y alegre de haber aprendido una gran lección y tener la oportunidad de cambiar. Él ha reconocido su error y sabe que estaba haciendo mal a sus semejantes, a su familia y a la sociedad. Estando encerrado él ha llegado a pensar que consumir drogas es algo sin sentido que sólo conduce a malas acciones, como robar y matar, eso fue lo que terminó por alejarlo de su familia. Piensa mucho en el inminente nacimiento de su hijo y por estar encerrado no va a estar a su lado, pero da gracias a Dios por estar vivo y poder acompañar muy pronto a todos sus familiares. Sólo le restan tres meses de condena y cuando salga a la libertad su hijo apenas tendrá dos meses de nacido. Él es quien le da las fuerzas para seguir adelante y desear cambios en su vida.
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El árbol de manzanas Juan
En el patio de mi casa hay un árbol de manzanas, era de mi tío Eduardo y este al morir se lo regaló a mi hermano Elías. A mi hermano no le gustaba que agarraran las manzanas de su árbol. Un día yo tenía hambre y mi mamá no estaba en casa para prepararme algo de comer, y qué más, me tocó… !uummmh!... tuve que agarrar unas manzanas para comer y calmar mi hambre. Al rato llegó mi hermano y vio que me estaba comiendo sus manzanas. Esto lo puso furioso, pero yo le expliqué la razón y él comprendió. Finalmente nos fuimos al patio a comer juntos esas deliciosas manzanas. Nunca más se volvió a poner bravo porque yo le tumbara las manzanas de su hermoso árbol. Yo me siento emocionado cuando creo que estoy haciendo algo bien, cuando comparto con mi familia y cuando ellos me hacen sentir que puedo hacer las cosas bien porque soy inteligente.
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El sueño de un joven Miguel Ángel
Había una vez un joven llamado Miguel Ángel al que le gustaba mucho la música rap, el hip hop. A toda hora se la pasaba escuchando rap, por lo que un día se dijo: “quiero ser rapero”. Pasaron unos días y quiso compartir esa idea con sus amigos, pero ellos le dijeron: “deje de ser bobo”, “esa idea es muy estúpida”. A pesar de ello él decidió seguir con su sueño y llegar a ser un buen rapero. Un día se dijo: “Yo si puedo”, y se puso a escribir y a escribir, hasta el punto en que no encontró nada más que hacer, sino escribir. Siguieron pasando los días y ya tenía varios temas compuestos, por lo que se dispuso a grabarlos. Hoy en día ese joven es un gran rapero, se hace llamar Mc Pocho. Luego de un tiempo de tener éxito yo pensé que a pesar de lo que me decían mis amigos seguí adelante con mis sueños, porque el que se propone lo logra.
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El rap de la prisión Pedro
Estando yo aquí preso me pongo a pensar Lo que decía mi madre era la realidad Ahora aquí encerrado lo que hago es llorar Pidiéndole a Diosito una oportunidad Porque estando yo preso lo que hago es pensar Es día de visita y lo que hago es pensar Si viene mi hermanito o viene mi mamá Sólo con la noticia de la oportunidad De irme pa’ la calle o me condenarán Espero esa noticia para yo reaccionar Y si eso no me llega me voy es a dañar Cada noche que pasa me pongo a pensar Todo lo que me decían era la realidad Pidiéndole a Diosito una oportunidad Porque estando yo preso lo que hago es pensar Sólo por mi familia me pongo a llorar Entre estas paredes lo que hago es improvisar Todo aquel que esté en la calle que vaya a trabajar Porque en la delincuencia los pueden agarrar No sé nada de nadie tampoco de mi padre Sólo por mis amistades estoy preso en esta madre Para irme a la calle me toca que esperarme Que el abogado se mueva en tribunales — 31 —
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Y todo este encierro me está volviendo loco Por eso hoy en día lloro poco a poco Pidiéndole a Diosito una oportunidad Porque estando yo preso lo que quiero es cambiar Es día de mi audiencia y me pongo a rezar Para que la juez no me vaya a condenar Y salir para la calle a abrazar a mi mamá Pidiéndole a Diosito una oportunidad Porque estando yo preso lo que quiero es cambiar
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Liberaciones
Las vivencias de Pedro Ramírez Yaison
Cuando Pedro Ramírez, un joven de buena familia y mejores modales, llegó a la adolescencia le gustaba salir a fiestas y a todas partes. Tenía muchas amistades, buenas y malas, le gustaba el deporte y era buen estudiante. Pero sus malas amistades del liceo lo influenciaron negativamente y terminó descarrilándose. Comenzó a ejecutar malas acciones y a tener conductas inadecuadas. Empezó a faltar a los estudios y a fallar en el deporte, ya no quería asistir a ninguno de los dos. Se convirtió en un joven irrespetuoso con sus padres, no le hacía caso a nadie. Poco a poco se estaba involucrando en una mala vida. Terminó metido en la delincuencia y cometiendo una serie de delitos, lo cual le condujo a la privación de su libertad cuando fue sentenciado por un crimen. Pasaron los meses y los años y ya el joven estaba arrepentido de todas las faltas y errores cometidos. Por no haber hecho caso a sus padres su vida acabó mal. Deseaba salir a la sociedad, conseguir su libertad y tener una vida más sana. Un día tuvo su revisión de medida, se la negaron y él entristeció mucho durante varios días, pero luego decidió seguir adelante. Esperó hasta su próxima revisión de medida, se había portado mucho mejor que antes, estaba seguro de que esta vez sí saldría en libertad. Llegó el día tan esperado por Pedro, el joven estaba ansioso, apareció la juez, pero la mala noticia lo atacó de nuevo, le volvieron a negar su libertad. Nuevamente se desilusionó mucho, se puso muy triste y molesto. Pero de nuevo decidió — 33 —
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continuar con su vida lo mejor que podía, aunque siempre encerrado. Pedro Ramírez hoy continúa esperando ansiosamente su libertad y reflexionando sobre el bien y el mal. Él piensa que hay personas que incurren en la mala vida impulsadas por las circunstancias, tal vez por el lugar donde viven, por su entorno familiar, o por sus amistades. Llegan a la vida de la delincuencia debido a las drogas, y cometen robos u homicidios. Él piensa que esto puede ser causado por la discriminación de los padres o por la falta de dinero, esas pueden ser las causas por las cuales muchos jóvenes cometen esos errores. A Pedro Ramírez le trae buenas emociones el estar con su familia, el recordar todos esos momentos que ha pasado junto a ellos, aunque también le trae malas emociones el no poder estar más tiempo a su lado y eso lo llena de resentimiento.
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ÍNDICE Prólogo
págs. 5
Prólogo amoroso para mis hijos no concebidos Mi meta principal Fuera de liga El pajarito herido La historia de carlos Desde el encierro Yo Las adversidades de una adolescente Los adolescentes y la sociedad Pingüinos juguetones Dos amigos y la vida El árbol de manzanas El sueño de un joven El rap de la prisión Las vivencias de Pedro Ramírez
Este libro
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se imprimió en la Unidad de Literatura y Diseño de FUNDECEM en abril de 2014. en su elaboración se utilizó papel bond gramaje 20 y la fuente Calibri en 11 puntos. — 35 —
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