Memorias Congreso Nacional de Directivos Fe y Alegría Ecuador 2012

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Índice

Presentación ........................................................................

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Introducción ........................................................................

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Apertura del congreso ..........................................................

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Rasgos característicos de la Identidad y Espiritualidad de Fe y Alegría .........................................................................

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El Discernimiento y el Acompañamiento Ignaciano .............

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La propuesta de calidad de los centros educativos con los aportes de la Identidad y la Espiritualidad de Fe y Alegría .....

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La Espiritualidad del educador popular en el contexto de la educación de calidad ............................................................

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Reacción a la ponencia del P. Ignacio Suñol ............................

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Reacción a la ponencia del P. Gilberto Freire ..........................

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Reacciones a la ponencia de Elizabeth Riveros ......................

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Reacciones a la ponencia de Maritza Valderrama ....................

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Trabajo en grupo propuesto por el P. Gilberto Freire sobre su ponencia ...............................................................................

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Respuestas a las preguntas planteadas por Elizabeth Riveros sobre su ponencia .......................................................... Respuesta a la ponencia de Maritza Valderrama ....................

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Presentación El XLI Congreso de “Identidad y Espiritualidad al servicio de la misión”, celebrado en Bogotá en noviembre del 2011, nos ha abierto un abanico enriquecedor en torno al tema de identidad y espiritualidad y ha permitido la actualización del marco de referencia institucional, sobre el mismo tema. En Ecuador, asimilando el mensaje del Congreso Internacional, Fe y Alegría se preocupa por fomentar y fortalecer los procesos de identidad y espiritualidad, una de cuyas expresiones es la realización del congreso nacional de directivos para abordar esa temática. De esta forma, se fortalece el quehacer pastoral, construyendo así una propuesta válida en la que el Espíritu de Dios puede fluir y recrearse en la sencillez, la profundidad y la espiritualidad de nuestra gente. Cada exposición, cada reflexión, cada trabajo en grupo del congreso nacional nos impregnó de compromiso de vida, de fe, de afán evangelizador, de identificación con el pobre, privilegiado de Dios, abriéndonos a una nueva manera de ser y estar. Fuimos afortunados al contar con personas de destacada trayectoria, cuyas ponencias, experiencias y sentimientos están reflejados en los escritos de este documento. El Congreso creó la expectativa y la novedad, el deseo de saber más y de predisponerse para pasar del ser al hacer. Las palabras que se dijeron, las reflexiones y compromisos que se hicieron, solo tienen valor en la medida que encarnamos a Cristo en nuestro corazón, en nuestra realidad y lo proclamamos, sin miedo a expresarnos como creyentes comprometidos con el Anuncio del Reino; explicitando la espiritualidad en nuestros currículos y volviendo a las fuentes de la espiritualidad e identidad de FyA; viviendo con novedad el discernimiento y el acompañamiento y humanizando las relaciones con uno mismo, con Dios y con los otros; evangelizando toda la labor educativa desde la justicia, la solidaridad y la fraternidad. Todo esto nos compromete a generar una práctica educativa en clave pastoral (educar y evangelizar) con miras a la transformación personal y social.

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Felicitamos a nuestro Director Nacional, Carlos Vargas, por la iniciativa del Congreso y a todo el equipo que no escatimó esfuerzos en su preparación y desarrollo. El Congreso no terminó con su clausura, sino que continúa con la implementación de sus directrices, orientaciones y reflexiones plasmadas en este documento. Es tarea de cada uno de los directivos liderar su concreción en los centros respectivos, y es también responsabilidad de todos y todas en el Movimiento vivirlo y expresarlo. Al terminar, queremos irnos con las palabras de Ignacio Suñol, Coordinador General de la Federación, que abrieron el Congreso: “La inspiración cristiana de Fe y Alegría crea en nosotros una posición fundamental que es la base de la identidad de Fe y Alegría, por tanto dejemos a Dios ser Dios y sigamos educando, para liberar, transformar y celebrar la vida”.

Luz Célida Marulanda Coordinadora Nacional de Pastoral de Fe y Alegría

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Introducción Realizado el XLII Congreso Internacional “Identidad y espiritualidad de Fe y Alegría al servicio de la misión”, se vio la necesidad de socializar la experiencia con los directivos de los centros educativos, pues son ellos los principales gestores de la promoción, conservación y desarrollo de la identidad y de la espiritualidad de Fe y Alegría. En este sentido, son los primeros destinatarios del Congreso. Es necesario que las experiencias, reflexiones y propósitos sean debidamente encauzados, de manera que todos los actores que hacen Fe y Alegría puedan participar con más énfasis en el propósito del Movimiento. Es en este sentido que se presentan las exposiciones, reacciones y trabajos en grupo que se realizaron en el Congreso. Este material es un medio para recordar y socializar la experiencia de los participantes. Esperamos que las ponencias y reflexiones aquí reunidas, sirvan de inspiración y modelo para recrear la vida de todos quienes formamos esta familia, desde la espiritualidad y la identidad que incursiona en tiempos nuevos y situaciones nuevas.

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Inaguración del Congreso Nacional de Directivos de Fe y Alegría

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En una época de profundos cambios Apertura del congreso

Carlos Vargas, Director Nacional de Fe y Alegría – Ecuador

Buenas noches compañeras y compañeros de Fe y Alegría. Una de las cosas que nos pidió nuestro Coordinador General de la Federación Internacional, P. Ignacio Suñol, aquí presente, al finalizar el Cuadragésimo Segundo Congreso Internacional en Bogotá, era que “comuniquemos la experiencia vivida hasta la última escuela y el último educador de Fe y Alegría”. Este es el comienzo de la ejecución del pedido ya que ustedes como directivos de Fe y Alegría y sabiéndose servidores en la misión institucional, tienen el encargo de continuar con esta tarea. Deseamos que esta experiencia de reflexionar la Identidad y Espiritualidad de Fe y Alegría que empezó en Quito el año 2010 y continuó en el congreso de Bogotá con el nombre de Identidad y espiritualidad al servicio de la misión, sea recreada, experimentada y vivida en este congreso nacional de directivos, porque de los que estamos aquí, depende llevar a cabo los objetivos fundamentales del Movimiento Ecuador. En este contexto, permítanme compartir unas cuantas reflexiones. 1. Ustedes, como maestros comprometidos con la educación popular y la promoción social, saben que sin análisis de la realidad, o análisis de contexto como lo llaman, no podemos ser fieles a nuestra identidad, es decir a nuestra misión. También estamos conscientes de que la identidad no es estática, que día a día se va nutriendo de las nuevas angustias y alegrías provenientes del entramado de las relaciones sociales, creando así nuevos contextos. Estos nuevos contextos son los que le agregan vida y movimiento a la identidad, no para perder sus fundamentos sino, precisamente, para que no se queden amarrados en el tiempo que ya fue, como cuando se dice con nostalgia ¡qué tiempos aquellos! Si en esta perspectiva nos preguntamos por la manera en que hoy miramos a Fe y Alegría Ecuador, hay quienes dicen que nos estamos quedando sin

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identidad, que el espíritu ya no es el mismo y, con todo lo que conlleva, nos sigue saltando la frase ¡qué tiempos aquellos!... inclusive añoramos el compromiso y radicalidad en el trabajo a pesar de los malos sueldos y, en relación a aquellos tiempos, se enumeran infinidad de cosas que nos faltan hoy. No me detendré en la nostalgia por los tiempos pasados. Conectaré con la originaria esperanza que dio vida a Fe y Alegría Ecuador, que en 1964, provocaba a menos de 10 personas para que apostaran su creación. Hoy, 48 años después, educa a más de 25.000 alumnos, más de 1.400 personas entre profesores y administrativos y un amplio reconocimiento por la sociedad y el Estado ecuatoriano. El viernes pasado en Ambato, asistimos a la celebración de los 40 años de fundación de Fe y Alegría en esa ciudad y mirábamos las fotos de cómo comenzó la escuela, las antiguas directoras y directores que se regocijaban de la vida que le habían puesto, del golpear las puertas para vender la rifa. 2. Sin duda, hoy ha cambiado el escenario profesional y salarial; las necesidades de este mundo postmoderno son mayores y más urgentes, porque hoy te cortan la luz y el agua y la comida no te regalan. Pero esto no nos debe amilanar ante la lucha que exige estar juntos por conseguir los derechos que nos corresponden; no podemos cruzarnos de brazos y no indignarnos con las injusticias que a todos nos toca vivir en carne propia. Solo que hay que ir juntos, porque si nos dividimos, los de fuera nos comen. Juntos podemos enfrentar lo que se nos viene, especialmente los nuevos cambios educativos y la lucha por la ejecución del Convenio de Cooperación con el Ministerio de Educación, que resolvería en parte nuestra misión de educar a los más necesitados. 3. En este nuevo contexto, nos urge hablar de nuestra espiritualidad. Hablar de ella es hablar de una parte esencial de la persona: del Espíritu. Por tanto, tenemos que abrir el corazón para sentir y gustar de él, para descubrir que quizás hemos ido siguiendo otros derroteros que ya no son los de Fe y Alegría. A corazón abierto, queremos visualizar nuestro actuar, regresar a las fuentes para retomar el camino de la pasión por educar a los preferidos del Señor, al estilo de Vélaz. O como decían los grandes teólogos cuando había mucha turbulencia, confusión y flojedad: hay que regresar al crucificado para no perder el camino. Regresar al crucificado no es conformismo ni espiritualismo barato, es la promoción del Espíritu que nos impulsa a seguir apostando la vida por los derechos humanos, que implica la felicidad de todas y todos. Este movimiento del Espíritu, que los cristianos lo recibimos de Jesús de Nazaret y que fue el mayor fundamento de José María Vélaz al fundar Fe 8

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y Alegría, hoy, necesariamente, tendrá que entrar en diálogo con otras perspectivas culturales y religiosas. Ese mismo Espíritu es el que nos mueve a decir: que a pesar de tantas nubes oscuras, hay un halo de luz que se ve muy claro. A esta esperanza estamos llamados, a la del halo de luz en medio de la tormenta y a saber que los grandes proyectos no se sustentan en la roca firme ni en la propiedad privada, sino en la fe de que podemos caminar sobre las aguas. Caminar sobre las aguas es abandonar nuestra seguridad y atrevernos a mirar más allá de nuestros propios conceptos. Es poner la esperanza en lo que merece ser amado. Queridos compañeros y compañeras de F y A, esta tarea de recrear nuestra espiritualidad debe religarnos como hombres y mujeres libres, que a ejemplo del crucificado seguimos optamos por una educación inclusiva de calidad para los más pobres y hacer de ella un verdadero derecho fundamental. Por último, en esta espiritualidad de cielo abierto que nos proporciona el horizonte significativo de la responsabilidad, no podemos quedarnos satisfechos por los logros alcanzados, ni caer en el conformismo, ni en la mediocridad, ni en el derrotismo, bajo la excusa que nos faltan recursos. En nuestra espiritualidad, las carencias se convierten en retos y los logros en generadores de más utopías. Si queremos ser generadores de razones para vivir, de levantar un pueblo a través de la educación, hay que estar atentos para que nuestro decir no esté divorciado de nuestro actuar y, más que todo, que nuestro decir-actuar no sea algo que fue o que posiblemente será, sino que esté siendo posible hoy, en cada una de nuestras vidas.

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Ignacio Suñol, S.J., Coordinador General de la Federación Internacional de Fe y Alegría

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Rasgos característicos de la identidad y espiritualidad de fe y alegría Ignacio Suñol, S.J. Coordinador General de la Federación Internacional de Fe y Alegría

1. LOS DOS ULTIMOS CONGRESOS INTERNACIONALES La presente reflexión parte del recuerdo y profundización de los dos últimos Congresos de la Federación Internacional de Fe y Alegría. Después de escuchar y ver todos los testimonios presentados en el Congreso de Quito 2010, Luis Fernando Granados, jesuita que acompañó la reflexión de dicho congreso, nos ayudó a hacer una relectura desde la fe y la vida. Dijo que al escuchar todos los testimonios, el estudio presentado por Fe y Alegría Colombia y los videos con los testimonios de decenas de miembros del Movimiento, podía dar fe que en el escenario en donde Fe y Alegría trabaja está presente el misterio de Dios, tanto en jóvenes como en adultos, en educadores como en todas las personas que llevan adelante esta misión. Manifestó que, ante lo expuesto pudo constatar que la espiritualidad presente en Fe y Alegría es, ante todo, una espiritualidad que promueve la construcción de la humanidad, en donde cobran real importancia los educadores que son verdaderos expertos de la mirada que es capaz de transformar al otro, de formar hombres y mujeres que puedan leer su historia. Motivó a todos los delegados diciendo que, es de esperar que esta espiritualidad posibilite el crecimiento de las personas, las libere, mantenga su apertura a los cambios, desarrolle la capacidad de leer los signos de los tiempos y las convoque a estar presentes en las fronteras de los más excluidos para estar junto a ellos. Es una espiritualidad que parte desde Dios, y que es capaz de ser crítica consigo misma y con las estructuras. De modo parecido los delegados al Congreso consideraron que los testimonios presentados eran la manifestación del grado de significativa contextualización que lograron las Fe y Alegría en sus variadas realidades, dando respuesta in situ a los desafíos de la interculturalidad, la pluralidad y el diálogo ecuménico que surgieron como demanda de los contextos particulares. El Congreso de Quito (2010) se pregunta si la espiritualidad y la identidad de Fe y Alegría son un fin en sí mismo o tienen sentido en función de la misión.

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Y, el Congreso del siguiente año (2011) se define por esto último, y de hecho el cambio de nombre para el titulo del congreso da la respuesta: de identidad y espiritualidad “vividas en misión” se pasa a “al servicio de la misión”. Los dos últimos Congresos (2010-2011) han vuelto a colocar en la agenda del Movimiento el tema de la identidad de Fe y Alegría no porque ella esté en crisis sino porque la identidad se fortalece en la medida en que se vuelve sobre ella con nueva mirada y desde nuevas experiencias. La identidad no es estática, no se puede reducir a un ideario, por más inspirador que éste pueda ser. El ideario debe ser también releído y recontextualizado manteniendo una fidelidad creativa a las experiencias fundantes que nos haga mantener los principios fundamentales, pero hablando el lenguaje de nuestro tiempo y dialogando con los interlocutores actuales. Estos dos Congresos nos han recordado que la identidad de Fe y Alegría está en la espiritualidad, es decir, en aquello que moviliza al Movimiento hacia la misión y que está en el núcleo de su misma existencia. Los delegados de ambos Congresos identificaron como fuentes de su identidad a: Jesús y su proclamación del Reino de Dios, la experiencia fundante de José María Vélaz, de Abraham Reyes y su esposa Patricia, en los barrios marginales de Caracas, la espiritualidad ignaciana encarnada y apostólica, la espiritualidad de las diversas congregaciones religiosas y la espiritualidad laical que se han sumado a la experiencia fundante y a la misión del Movimiento. La inspiración cristiana de Fe y Alegría, crea en nosotros una posición fundamental que es la base de la “identidad de Fe y Alegría”. Los ejercicios espirituales de San Ignacio empiezan con el Principio y Fundamento donde se narra plásticamente la mirada de Dios Padre a toda la redondez de la tierra. Como Fe y Alegría, tenemos también un principio y fundamento, que parte como lo vivió Padre José María Vélaz, del ver y experimentar las grandes necesidades contemporáneas, de recorrer de cerca las inmensas aglomeraciones de miseria de nuestras ciudades y el desamparo atroz de las poblaciones rurales. Ahí, debe estar la praxis diaria de Fe y Alegría. Fe y Alegría siempre ha estado muy atenta a la dinámica de la espiritualidad de sus miembros, como punto de partida que da coherencia a sus objetivos y modela una identidad compartida. El tema, sigue siendo de mucha trascendencia para la región, pues al tiempo de avances en formulaciones programáticas laicas se abre un mayor espacio a la presencia de la espiritualidad como elemento constitutivo de la persona humana y de identidad cultural de nuestros pueblos. Parece que los espacios de vital importancia, para el desenvolvimiento de la humanidad de hoy, están situados en el aprendizaje del diálogo, la escucha y la práctica de comprender y aceptar si fuera el caso la propuesta del interlocutor diferente. 12

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Por todo lo que antecede nuestros dos últimos Congresos internacionales, se sitúan en una encrucijada histórica de mucha responsabilidad por la importancia que reviste el fortalecer nuestra identidad personal y corporativa para la misión educativa y social, y que, por esta identidad alcancemos a dar respuesta a los grandes retos, que nos plantea la inclusión de todos y todas.

2. ¿EN QUÉ SE BASA LA PREOCUPACIÓN ACTUAL POR LA IDENTIDAD Y LA ESPIRITUALIDAD? Al interior de este proceso de prolongada reflexión, mantenido durante dos años, que coinciden con la aprobación y puesta en marcha de la ejecución del III Plan Estratégico de la Federación, es oportuno preguntarse en qué se basa nuestra preocupación por tratar de un modo unitario el tema de la Identidad y de la Espiritualidad, sabiendo que en muchas ocasiones este tipo de preocupaciones se da en momentos de crisis institucionales. Entiendo que no es este el caso de Fe y Alegría en la que de modo general se percibe entusiasmo generalizado en el trabajo, fortaleza en la superación de momentos de crisis locales, y es sentida como una gran red de referencia en los espacios de educación popular y promoción social. No estamos alarmados por un momento de recesión institucional o desorientados, porque se nos haya esfumado el horizonte utópico hacia el que caminamos. Ciertamente, hemos de redireccionar caminos y atravesar turbulencias que están ya, al frente nuestro. Nuestra reflexión y nuestra misma praxis nos han convencido de la necesidad de una espiritualidad, no única, pero de fines coincidentes y complementarios, que anime constantemente nuestro accionar. Mantenemos en permanente diálogo interactivo el fuego de la espiritualidad, (“una chispa que llegue a incendio”), con la brasa de la identidad que nos proporciona la cohesión grupal y la definición de nuestros objetivos. Si bien la identidad institucional nos clarifica y responde a las preguntas de ¿quienes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿cuáles son nuestras raíces?, ¿hacia dónde somos convocados?, no es menos cierto que la identidad apunta también a lo que queremos ser, cuál queremos que sea nuestro proyecto de vida compartido. No es posible reformular colectivamente ese futuro sin apoyar un pie en referentes históricos desde donde proyectarse. El aporte de las generaciones más jóvenes que no han compartido ni el mismo discurso ni el mismo contexto histórico, consiste en ser generadoras de nuevos imaginarios que den respuesta a nuevas formas de vida. No es tanto un tema de edad cronológica sino de tener o no la capacidad proyectiva de comprensión de los nuevos contextos sociales y escenarios ciudadanos. CUADERNOS DE EXPERIENCIA

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3. IDEARIO DE FE Y ALEGRÍA Los miembros de la Federación Internacional de Fe y Alegría que participaron en los Congresos Internacionales XV y XVI celebrados en 1984 en Mérida (Venezuela) y en 1985 en San Salvador (El Salvador), redactaron el Ideario como documento de “referencia fundamental de la identidad y misión del Movimiento”. Este documento, agradecidamente breve, dos páginas en su parte constitutiva, puede leerse todavía hoy día, con mucho significado; y a modo de manifestar mi adhesión al mismo voy a destacar aquéllos puntos que percibo siguen resonando fuertemente en nuestra percepción del Movimiento. Resaltan las siguientes características:

• Fe y Alegría se compromete con el proceso histórico de los sectores populares en la construcción de una sociedad justa y fraterna (1.1).

• Opta por los pobres y escoge los sectores más necesitados para realizar su •

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acción educativa y de promoción social, y desde allí dirige a la sociedad su reclamo constante (1.2). Ya después de concretar los objetivos, el Ideario de Fe y Alegría relata como primer medio, entiendo que es un posicionamiento priorizado, la presencia y acción de personas y grupos comprometidos en actitud de servicio (3.1). Formación permanente de todos los miembros (4.5). Creatividad en la búsqueda continúa de nuevos caminos, en fidelidad a los principios inspiradores del Movimiento (5.1). Multiplicación y selección de recursos humanos y materiales para una educación de calidad (5.7). Autonomía funcional de países, regiones y centros dentro de una comunión de principios y objetivos y de una intercomunicación y solidaridad en inquietudes y proyectos (6.1).

Estos son a mi juicio los siete principales elementos del Ideario, que me han resultado fácil distinguir en la práctica cotidiana, del trabajo en los centros y oficinas de Fe y Alegría, donde he tenido la oportunidad de convivir. Aún, siendo el Ideario un documento postconciliar, en cuanto a los puntos 4.1 y 6.2 que tratan del carácter evangelizador, pastoral y eclesial del Movimiento seguramente requieren una mayor adaptación y ubicación acordes a las nuevas situaciones de participación eclesial, y de personas cooperadoras de otros credos, al derecho de otras cosmovisiones religiosas y su espiritualidad, a la convivencia con sistemas educativos laicos, etc. En estos temas ha habido avances que en este proceso, a mi entender, debemos recoger, reflexionar y fomentar con mayor amplitud. Quiero recalcar en esta comunicación, porque me parece sumamente impor14

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tante, que la espiritualidad de cada uno de nosotros es la que da cara y figura a nuestra identidad colectiva. Es imposible aceptar e ilusionarse por una actividad con los rasgos comunes de Fe y Alegría si no ha despertado con anterioridad una vocación, una llamada. Pienso que nosotros, todas y todos con vocaciones diferentes, nos sentimos llamados y unidos por sueños comunes, convocados por Dios o por el clamor de los pueblos, o por la propia consciencia. Como decía San Ireneo “¡La Gloria de Dios es que la persona viva, y la vida de la persona es la visión de Dios!”1. Es importante que nuestros relatos y formulaciones de identidad institucional, reflejen mayores y mejores fortalezas de espiritualidad universal, más que, preocupación por el establecimiento y defensa de esquemas espirituales estrechos, manifestando siempre nuestra raíz, que sin duda es de raigambre cristiana, y de vivencia de Evangelio. Pero alrededor de esa raíz fuerte, espiritual y secular podemos congregarnos todas y todos los que sentimos internamente, y además queremos vivirlo y practicarlo, que lo más grande del mundo es dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, acompañar al enfermo, visitar al preso, entendiendo este escenario, no en la debilidad del rosario interminable de actos de beneficencia sino, en la amplitud de su simbolismo más profundo y actualizado en las grandes demandas sociales de educación y justicia de nuestro tiempo. En este contexto me parece oportuno citar un texto de Fabricio Alaña, s.j.: “La estructura de nuestra identidad está compuesta de un grupo de personas que poseen una espiritualidad, una sensibilidad humana que nos mueve a agruparnos desde una visión de fe que se resiste a contemplar el mundo de la injusticia y permanecer inmóviles. La fe busca comprender, la fe nos mueve a amar, y este amor es político, organizativo, esperanzador. Lo que exige personas proféticas que sepan denunciar las injusticias reinantes, que promuevan la justicia del Reino, que en nuestro caso se plasma en una justicia educativa, que busca educación de calidad para el pueblo”.

4. IDENTIDAD DE FUTURO Es lugar común entender la identidad corporativa o institucional como la respuesta a cuestionamientos de ¿quiénes somos?, ¿qué somos?, ¿de dónde procedemos?, ¿qué pretendemos?, ¿hacia dónde vamos?. Es cierto que no es posible pensar la identidad sin mirar hacia atrás, levantando los referentes históricos, nuestras tradiciones: es desde ahí, donde debemos proyectarnos. Pero no es 1

Ireneo, S II, PC.

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suficiente: en una situación de replanteo, de reformulación, de rediseño, es ineludible para el tratamiento de la identidad mirar con honestidad al futuro, preguntarnos por lo qué queremos ser, cómo deseamos situarnos en las novedades del presente y en las mayores del futuro a mediano plazo. Debido a la intercomunicación de los pueblos y al permanente cambio tecnológico estoy convencido que nuestra espiritualidad, la mía y la de mis coetáneos, y mucho más las de las generaciones más jóvenes, participa de elementos complexivamente más diversos, menos diferenciados y más compartidos. Y, estoy igualmente convencido que al paso de una espiritualidad cambiante, también debe cambiar la formulación de nuestra identidad. Con todo, así como permanecen en el tiempo colores y sonidos, también hay líneas de espiritualidad del pasado que mantienen carta de ciudadanía para el futuro. Estamos llamados a discernir para no perder nada de lo que es válido y formular el futuro sin estrecheces, con posiciones claras, acogedoras y dinámicas que puedan seguir convocando a la tarea siempre nueva de Fe y Alegría. En fin, para rediseñar una identidad a la que el pasado le siga siendo provechoso, que llegue a ser continuidad creativa y enriquecida sobre lo ya realizado, que responda a nombres nuevos porque hay nuevas realidades que están empezando recién a existir, es imprescindible situar el futuro entre nosotros, adivinarlo, intuirlo, quererlo y no temerlo. Esta idea nos la decía José María Vélaz con una frase muy lúcida e interesante: “Debo confesar que en mis ensueños siempre estaba presente un estímulo por los grandes ideales… lo que constituía una gran atracción personal era que ese afán último de servir a multitudes, fuera como fuera, correspondía a una realidad actual. Quisiera tener un pie en la historia y otro un poco más allá del año 2000”. Esto lo decía Vélaz el año 1978. ¡Cómo si hoy nos estuviera convocando para el año 2035! Y para acercar esta realidad a nuestra reflexión y vida me animo a presentar en varios incisos (tantos como letras tiene el nombre “Fe y Alegría”) las características de nuestra identidad y espiritualidad. Este acróstico reza así: 1. Firme indignación profética ante la situación de miseria e injusticia en la que viven mayorías en los barrios de las ciudades y minorías las culturas ancestrales. 2. Expertos en vivir los valores y educar en ellos, sabiendo que los valores tienen fuerza de evangelio aun sin adjetivos explicativos de confesionalidad. 3. Y el símbolo del asfalto, “donde termina el asfalto” es totalmente válido, actual y no se debe perder. Es nuestro punto de encuentro, nuestra frontera de la comodidad, y nos evalúa silenciosamente. 4. Atrevidamente fieles con nuestra espiritualidad, libres para crear con calidad, y proponer nuevos y mejores caminos tanto en lo educativo como en lo social. 5. La mayor dedicación a los sectores más empobrecidos y de mayores carencias. Aquí la fuerza está en las palabras más y mayores. 16

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6. El compromiso personal y colectivo al servicio del empoderamiento de los humildes, que sea garantía de buen uso de la autonomía funcional en países, regiones y centros… sin olvidar también en la Federación Internacional. 7. Generar procesos de cambio para mejora estructural de la sociedad nacional e internacional especialmente en temas educativos. 8. Revivir con alma de gratuidad y de enriquecimiento interior la relación ecuménica entre diversas confesiones cristianas, el diálogo interreligioso como lugar privilegiado de un mayor conocimiento de Dios y puerta de confraternidad universal. 9. Integrar un Movimiento, descentrado de sí mismo, que sale al encuentro de nuevas realidades de injusticia social y educativa crónicas o emergentes. 10. Asentimos que la educación junto con la acción social es instrumento de nuestra liberación colectiva, y por ello impulsamos también procesos pertinentes de autoformación y coformación. Es por todo ello que en Fe y Alegría nuestra misión es educar, no somos élite, no queremos estar en espacios sociales privilegiados, sino que el dónde y el hacia dónde que nos marca nuestra identidad lo tenemos claro. La espiritualidad, esa fuerza interior que para la mayoría de nosotros nace de Jesús de Nazareth, y que en otras compañeras y compañeros de camino procede de otras semillas del mismo Dios, que providencialmente han germinado en nuestra propia vereda.

5. LOS ADJETIVOS DEL IDEARIO He de confesar que en este agradecido tiempo que he podido reflexionar de un modo especial sobre el tema de la identidad, me he ido devocionando a paladear más los adjetivos y adverbios del Ideario, estas palabras adjuntas que acompañan el dibujo de la identidad de Fe y Alegría, en el sentido de que son los adjetivos los que califican la amplitud, lo peculiar, el modo y la finura de nuestra tarea, de nuestra misión. De entrada, en el primer párrafo del Ideario aparecen los adjetivos de justa y fraterna (1.1) referidos a la construcción de la sociedad, sentimos la aspereza de vivir en la desigualdad de oportunidades, del abuso sistemático y pretendido, de que es preciso enseñar y educar a convivir repartiendo, a nivelar valles y collados, a vociferar el grito de María que clama por la tarea continua de levantar a los humildes. Enfrentados a situaciones de injusticia nos comprometemos a liderar procesos históricos basados en la justicia. Enseguida nos centra el Ideario en la priorización del sector de la sociedad a la que dedicaremos nuestro trabajo, se trata de una opción por los pobres (1.2) CUADERNOS DE EXPERIENCIA

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y, en este segundo ítem, no deja lugar a escapatorias ni disimulos, pues en virtud de coherencia nos direcciona a seleccionar los sectores más necesitados (aquí un adverbio y un adjetivo muy claros y definidos) y desde allí, desde las favelas, barriadas, desde los basurales, desde las selvas dirigir a la sociedad un reclamo constante, nuestra tarea de incidencia pública y política. El Movimiento persigue dos objetivos y ambos están amalgamados con el adjetivo nuevo de modo que la finalidad de las actividades de Fe y Alegría encierran un medio que es un fin en sí mismo, la formación de la persona humana (2.1) que contribuya a la creación de una sociedad nueva (2.2). En síntesis, nuestra misión es formar con valor añadido para construir una sociedad distinta cuya novedad consiste en que los valores de amor y justicia se vivan en ella por el compromiso que nace de la fe cristiana o de una espiritualidad acorde con ella. Hay en el ideario una constelación de adjetivos que encuadran nuestra principal tarea que es la acción educativa y dimensión pedagógica de Fe y Alegría: la totalidad de ese ámbito debe tener un carácter liberador, evangelizador y pastoral (3.2 y 4.1). A mi modo de ver lo importante es que cada quien debe reflexionar sobre cómo vivir la dimensión evangelizadora, desde qué perspectiva carismática se sitúa al interior del cuerpo del Movimiento, cómo expresa la riqueza y hondura de su ser, cuál es la habilidad de diálogo, convencimiento y química con el entorno: cuál es en definitiva la buena noticia que vive, siente y plantea. Por respeto al tiempo de esta breve exposición y para no olvidar ninguno de los adjetivos, señalo con rapidez algunos más de ellos que se refieren a la creatividad, como ser que nuestra pedagogía debe ser creativa (4.3), que formamos para que el trabajo sea liberador y también productivo (4.4), y que así mismo la creatividad sea siempre continua en la búsqueda de nuevos caminos. De nuestra parte la habilidad de manifestar nuestra Fe en compromisos reales por la justicia (5.3). Y en este tema el ideario martillea y martillea, de modo que en ese contexto nos concientiza de la dimensión profética que debe tener nuestra actividad educativa (5.4) y de la justicia educativa como una manifestación concreta de la justicia estructural (5.5): que todas y todos tienen derecho a la educación y que todas y todos tienen derecho al trabajo. Este Congreso del que estamos participando es un lugar privilegiado para Fe y Alegría Ecuador, y sería imperdonable dejar escapar esta oportunidad, para que el Movimiento ahonde en el significado de su ser eclesial, porque al serlo y querer revestirnos de una identidad podemos perder la perspectiva de lo universal, de rebajarnos a ser miembro y no cuerpo, de colocar prevalencias allí donde lo más significativo es la corresponsabilidad y la animación espiritual para la fundación y el crecimiento.

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6. VIVIR EN UNA SOCIEDAD QUE DEJA DE SER NUESTRA PROPIEDAD Una de las características del tiempo actual es que hemos empezado a vivir y a educar en una sociedad que ha dejado de ser nuestra propiedad. Algunos se sienten muy ajenos y desconcertados por la pérdida de la institucionalidad eclesial en la mayor parte de las constituciones oficiales de los países de la región. Muchos de nosotros fuimos educados y hemos vivido en otra clave, en otra diversa mirada hacia la sociedad. Fuimos centro, permanente referencia ética, doctrinal y del bien hacer. Normalmente defendidos y levantados por las leyes y los reglamentos, provistos de bastantes privilegios. Ha llegado el momento de colocarnos en la circunferencia, con todas y todos, en igualdad de derechos y oportunidades. Valemos por lo que somos, por lo que aportamos, porque nos relacionamos éticamente, por nuestra entrega y por nuestro compromiso. Es posible que tengamos que agradecer a la sociedad el devolvernos al lugar y modo de nuestro origen como iglesia. Seguiremos influyendo en educación y promoción social si tenemos la habilidad y preparación profesional para organizarnos y ocupar aquellos espacios que la sociedad ofrece a unos pocos, o recrear estructuras privadas y públicas con la sostenibilidad social, cultural y económica que en estos tiempos sea posible. Nada fácil, al contrario, aceptar en nuestra convivencia que al reconfigurarse la sociedad han surgido diversos grados de confesionalidad de las obras y de nuestros centros, que hay modos diferentes de evangelizar en respuesta a diversos contextos, y que esto no significa que la institución educativa o social renuncia a su ideal evangelizador sino que, desaparecida la Iglesia de Cristiandad, lo realiza en un contexto de pluralismo religioso y que por tanto tiene que privilegiar el diálogo al anuncio, los valores humanos y la espiritualidad al dogma, el acompañamiento personal al rechazo o a la exclusión, y también que la Pneumatología pueda preceder a la Cristología. En estos años de alumbrarse una historia nueva que nos exige resituarnos, que la espiritualidad más que morir revive de mil diversas formas y maneras en jóvenes y adultos, en alumnas y alumnos, docentes y promotores sociales, es necesario alimentar una reflexión teológica que ante la universal protesta sin demasiada propuesta de las indignadas e indignados nos hable y convenza, como buena nueva de hoy y para hoy, de que es posible un mundo habitable para todas las personas y en comunión con el universo entero. Desde esta nueva reflexión teológica, emergente desde un contexto plurireligioso, estaremos retados como Fe y Alegría, por ser un movimiento eclesial y en consenso con las demás religiones tradicionales y originarias, a promover el crecimiento y desarrollo de nuestras específicas espiritualidades, las cuales convergerán en una propuesta humanitaria común de promover la justicia, la paz y la salvaguarda de toda la creación. Esta clarificación teológica es de vital importancia CUADERNOS DE EXPERIENCIA

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para Fe y Alegría que trabaja en su generalidad internacional no en la educación privada sino en la educación pública.

7. RETOS DE FE Y ALEGRÍA Ante esta amplitud del horizonte de FyA podemos señalar importantes retos al quehacer de nuestro Movimiento. Uno inicial y muy importante para el Movimiento es sumergirse en la corriente espiritual que nos congrega a decenas de miles de compañeras y compañeros en un proyecto común de característica internacional e intercontinental. El esfuerzo de cada uno de nosotros irá instalando la identidad que el Movimiento nos solicita. Este reto institucional vivido al interior de nuestro corazón individual y colectivo debe ser la principal marca intangible de nuestra dedicación y servicio. Para todas y todos nosotros, profesionales del servicio educativo y de la promoción social, es muy importante evaluarnos a diario sobre la calidad de nuestro proceder, comenzando por la interrelación de valores que, por nuestra presencia en medio de las carencias sociales y de los graves problemas de la actual comunidad humana, son totalmente indispensables y otorgarán finura, calidez y respeto a todo lo que sentimos y realizamos. Como objetivo actual del Movimiento de FyA, en todas nosotras y nosotros debe seguir flameando el don de la audacia, que ha sido una característica permanente de nuestra historia institucional desde los tiempos de José Mª Vélaz: ¡de algún modo siempre estar y siempre crecer!, seguir incursionando en las zonas de las nuevas necesidades y registros históricos del dolor humano producto de la carencia de dignidad que a todo niño, niña, adolescente y adulto la sociedad debe otorgarle. El reto del mejor servicio humanitario sin fines de lucro es nuestro y es también de los estados y gobiernos. Sabemos que de éstos debe ser su principal responsabilidad social y su más alta función de Estado, pero nunca estaremos conformes en estar al margen de operar directamente para el bien de nuestros conciudadanos, queremos coparticipar en la gestión pública gratuita, no lucrativa, creando, inventando y ofertando nuevos modelos replicables de incidencia y mejora social. Estamos convencidos que, este punto Omega de terminalidad cristológica de los valores es nuestra principal tarea en un mundo caracterizado por la diversidad y las carencias. Nos decía con otras palabras muy acertadas, Rosana E. Navarro, que nos acompañó en el Congreso Internacional: “El propósito del 20

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diálogo interreligioso no podrá ser la desaparición progresiva de la pluralidad y la diversidad hasta lograr una especie de unidad-uniformidad. Muy por el contrario, el diálogo afirma la pluralidad y enriquece en la diversidad. Algo similar a lo ocurrido en pentecostés, un escenario donde cada uno habla una lengua diferente y sin embargo todos se entienden”. Para cooperar Fe y Alegría en estas grandes líneas, enmarcada en lo que es propio de su fundación y destino, que es la educación popular integral, así como la promoción social del mismo sector, es imprescindible renovarnos en nuestra misión de modo individual y colectivo, manteniendo siempre la fortaleza que se requiere para tan exigente y creativo propósito. Este es el principal motivo de encontrarnos aquí reunidos en lo que debe ser un significativo momento de reflexión y escucha, de renovar nuestra disposición a una tarea que está más allá de un oficio o profesión. Seguimos convocados bajo el lema del Congreso: “Identidad y espiritualidad al servicio de la misión”.

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P. Gilberto Freire, S.J., Provincial de la Compañía de Jesús - Ecuador

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el discernimiento y el acompañamiento ignaciano garantes de una educación de calidad

P. Gilberto Freire, S.J. Provincial de la Compañía de Jesús - Ecuador

Este Congreso Nacional de Fe y Alegría, cuyo lema es “Identidad y Espiritualidad al Servicio de la Misión” tiene por finalidad socializar y reflexionar el documento final del XLII Congreso Internacional de Fe y Alegría, denominado “Identidad y espiritualidad de Fe y Alegría al servicio de la misión”, realizado en Colombia, en noviembre de 2011. En el número 73 del documento elaborado en Colombia en noviembre de 2011, que corresponde al capítulo 6: “Espiritualidad de oración y discernimiento”, en lo referente al discernimiento dice lo siguiente: “El discernimiento es una pedagogía de la decisión para buscar en todo la voluntad de Dios; es un camino hacia la verdadera libertad, un método que ayuda a distinguir entre el buen espíritu, origen de los movimientos interiores que provienen de Dios, y el mal espíritu, que milita en su contra. Si lo que estoy discerniendo me lleva a obrar con justicia, solidaridad, perdón y amor, me estoy dejando llevar por un espíritu que proviene de Dios. Si me lleva a la soberbia, la vanidad, el egoísmo, el rencor, estoy siendo movido por el espíritu del mal”. La petición que me hicieran para mi ponencia, lleva el título “El discernimiento y el acompañamiento Ignacianos, garantes de una educación de calidad”. Esto quiere decir que el discernimiento y el acompañamiento deben apuntar a garantizar una educación de calidad en Fe y Alegría. Quiero referirme brevemente al discernimiento ignaciano y al acompañamiento espiritual, como medios para lograr una educación de calidad. Para lograr una educación de calidad deberemos discernir y dejarnos acompañar espiritualmente.

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1. DISCERNIMIENTO IGNACIANO La definición que está en el número 73 del XLII Congreso Internacional de Fe y Alegría, denominado: “Identidad y espiritualidad de Fe y Alegría al servicio de la misión”, nos presenta los elementos fundamentales del discernimiento: búsqueda de la voluntad de Dios, distinguir la acción del buen espíritu y del mal espíritu, ver los frutos de los espíritus, tomar las determinaciones adecuadas. Podemos partir de una experiencia de nuestra vida ordinaria que nos permita pasar al plano espiritual. Siempre estamos relacionados con estímulos, sentimientos, razón y la voluntad. Estímulo: persona, hecho, circunstancia, pensamiento, etc. que se presentan en mi vida. Sentimiento: estado anímico producido por el estímulo (paz, dolor, compasión, etc.). Razón: juzga si debe o no hacer lo que le dicen los sentimientos. Emite un juicio. Voluntad: ejecuta lo que le dice la razón. Mociones, en sentido amplio son los varios movimientos, impulsos y llamados, apelos y atracciones que experimentamos en nuestro corazón. Realizando una relectura religiosa de las mociones que se producen en nosotros, podemos descubrir mociones espirituales (movimientos o dinamismos espirituales). De esta experiencia humana pasemos al discernimiento espiritual. Veamos lo que son las mociones: buenas y malas; las mociones espirituales: consolaciones y desolaciones.

• Si provienen de la gracia de Dios, decimos que son mociones buenas (mocio-

nes del buen espíritu): vienen de Dios y conducen a Dios o a lo que Él quiere.

• Si provienen del enemigo de nuestra felicidad, decimos que son mociones malas (mociones del mal espíritu): no vienen de Dios y no conducen a Dios ni a lo que Él quiere. Apartan de Dios. Son tentaciones del enemigo.

Las mociones espirituales son aquellos movimientos interiores que se producen en nosotros, que provienen directamente de Dios o que son causados por un buen espíritu o por un mal espíritu. Pueden ser identificados por los efectos que producen en nosotros. Para conocer el origen de las mociones espirituales, esto es, sus fuentes, San Ignacio dejó por escrito varias indicaciones. Junto con las indicaciones para el modo de proceder en cada situación, forman las 22 reglas de discernimiento de los espíritus. Dejó las 22 reglas que indican no sólo el origen de las mociones espirituales, sino el modo de actuar en cada situación, y son denominadas “reglas de discernimiento de espíritus”. 24

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Consolación y desolación son estados interiores intensos, como un dolor en la piel producido por la picadura de una abeja. La Consolación tiene referencia explícita a Dios, a cualquiera de sus misterios, con una experiencia de una presencia interior inconfundible. Puede venir, por ejemplo, con un impulso para donarse a los otros y con un sentimiento profundo de que “Esto, sí, es vida”. En la Desolación hay un sentimiento de ausencia de Dios (lo contrario de la consolación) y predomina una visión tétrica de la vida (parece que nada vale la pena o que ni vale la pena vivir). Puede ser fuerte, entonces, el pesimismo o tendencias pesimistas crecerá desmedidamente. El discernimiento es una actividad personal o comunitaria. En este caso me referiré al discernimiento comunitario porque puede aplicarse con facilidad a la actividad educativa como es el caso que nos ocupa.

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1.1 Discernimiento comunitario Presentamos a continuación un tipo de discernimiento comunitario que puede darse en la experiencia concreta de nuestras comunidades, en la actividad de Fe y Alegría. Estudio de una problemática en comunidad Estudiar en comunidad una problemática concreta y ayudarse mutuamente a comprenderla, es una instancia de discernimiento en común indispensable. Evidentemente este ejercicio requiere tiempo y preparación. 26

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Pasos posibles: i. Oración, ojalá con un texto bíblico motivador; ii. Focalización de la temática y breve exposición de la misma por alguien del grupo. (ayuda mucho el haber leído todos, antes de la reunión, unas páginas sobre el tema); iii. Un tiempo para preguntas y clarificaciones; iv. Reacciones personales frente a la problemática tratada; v. Oración final, eventualmente con un texto bíblico iluminador de la temática. 1.2 Esquema clásico de una deliberación comunitaria y breve desarrollo Un esquema clásico que se inspira en la deliberación de los primeros compañeros de San Ignacio de Loyola, separa dos momentos para enfocar las razones en contra de una opción planteada y las razones a favor. Esta manera de preceder –combinado con tiempos de oración- asegura que la búsqueda común no se convierta en una pura discusión entre fuerzas opuestas, porque todo el grupo estará volcado sucesivamente hacia una sola dirección. Se trata de favorecer el diálogo, previa escucha tranquila de todos los argumentos. Lo que se quiere es que todos juntos lleguen a resolver el problema y decidir bien. Por eso, el método facilita la escucha mutua o por lo menos evita las interferencias irritantes y la confrontación reiterada, en el fondo inútil, de ambas posturas. Las etapas normales de una deliberación comunitaria son: a. Plantear el problema de modo conciso ante todos los participantes. Tiene que ser una alternativa simple, por ejemplo, (a) comprar una casa, (b) no comprarla.

• Es básico asegurar al máximo, desde el inicio, que todos los participan-

tes entiendan de modo idéntico lo que se está planteando. No dar por supuesto este paso, sino el malentendido resurgirá a cada rato.

• En asuntos importantes que involucran a muchas personas, hay que

pensar en un tiempo de preparación remota y de preparación próxima, para socializar la problemática y la información requerida. Ese es también el momento de motivar las disposiciones del corazón, de cara al discernimiento.

b. Planteada la alternativa para la elección, se entra en deliberación, conjugando oración, diálogo fraterno y purificación progresiva de nuestras maneras de ver y sentir. La interacción despertará mayor creatividad y, al evitar la dispersión, se facilitará un consenso cada vez mayor. CUADERNOS DE EXPERIENCIA

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El proceso completo implica cuatro vueltas de compartir y escuchar: i. Nos ponemos en el caso de que la propuesta (compra de una casa) sea rechazada, y compartimos sucesivamente (a) las razones a favor de ese rechazo y (b) las razones en contra de ese rechazo. ii. Nos ponemos ahora en el caso de que la propuesta sea aceptada, y compartimos sucesivamente (a) las razones a favor de esta aceptación y (b) las razones en contra de esa aceptación. Estas cuatro vueltas hacen aparecer más elementos y luces que si se planteara una sola vez razones a favor y razones en contra. El proceso se vuelve más completo y profundo. c. Retomamos ahora, en detalle, el proceso completo. Como veremos, integra las razones y las mociones, esto es, junta los dos tiempos de elección dos y tres. Primera alternativa: “No se va a comprar la casa” Oración personal larga, para disponerse y buscar la libertad interior o indiferencia. a. Puesta en común de las razones a favor del rechazo. Todos hablan en este sentido (salvo que no se encuentre razón alguna, lo que sería raro). Nadie debate; sólo nos escuchamos y tomamos nota. Oración personal suficiente para asimilar lo escuchado. b. Puesta en común de las razones en contra de ese rechazo, es decir de los inconvenientes que traería). Todos hablan, etc., como en (a). Oración personal suficiente para asimilar lo escuchado. c. Ponemos en común las mociones suscitadas después de las dos vueltas. (Se podría haber hecho también después de cada vuelta por separado). Sin discusión y sin juzgar lo que siente cada uno, tratamos de captar, al final de esta sesión, la “moción dominante”, la consolación compartida o su ausencia. d. Oración personal suficiente para asimilar las mociones escuchadas. Segunda alternativa: Se compra la casa Oración personal larga, para disponerse y buscar la libertad interior o indiferencia. 28

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a. Puesta en común de las razones en contra (de la compra). Todos hablan en este sentido. Nadie debate. Escuchamos y tomamos nota. Oración personal suficiente para asimilar lo escuchado b. Puesta en común de las razones a favor (de la compra). Todos hablan…. Como en (a). Oración personal suficiente para asimilar lo escuchado.

c. Ponemos con común las mociones suscitadas en cada uno después de las dos vueltas. (Se podría también haber hecho después de cada vuelta). Sin discusión y sin juzgar el sentir profundo de los participantes, tratamos de captar al final de esta segunda sesión, la “moción dominante”, la consolación compartida o su ausencia. Oración personal suficiente para asimilar las mociones compartidas.

• Acto de elección o decisión Éste es el momento de deliberar, dialogar y plantear las preguntas necesarias para entender plenamente lo ocurrido y las mociones percibidas. Se puede también reformular la alternativa planteada, si resulta ahora más clara y mejor definida. Finalmente, se puede aclarar si el consenso del grupo, después de la escucha, del debate y de las mociones recogidas, es suficiente para intentar un voto y proceder a él. Si hace falta, se puede hacer una votación tentativa, antes de la definitiva, momento a veces muy útil, porque indica el estado o tendencia espiritual de la comunidad. Recordemos que no hace falta la unanimidad. Si el proceso ha sido aprobado por todos, asumirán el resultado de la mayoría. Se recomienda poner por escrito lo acordado, para que todos la puedan retener, ponerlo en práctica según a cada uno corresponda, y guardarlo como referencia en próximas ocasiones.

• Confirmación Ésta es interna, en cuanto todos se adhieren firmemente a lo decidido y quieren que se haga (y se ponen a hacerlo, si les toca). Y es externa, cuando otra autoridad tiene la última palabra y da su aprobación. En general, esta aprobación eclesial se vive con alegría y se experimenta como un envío a vivir la opción elegida.

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Se recomienda poner por escrito lo acordado para que así todos tengan el documento preciso del acuerdo que servirá como punto de referencia después.

2. DIRECCIÓN ESPIRITUAL 2.1. Introducción La dirección o acompañamiento espiritual es una actividad muy necesaria que se ha realizado durante siglos en la tradición cristiana. La dirección espiritual ha sido entendida y practicada primordialmente como algo individual, privado, e incluso ha sido vista por algunos como un privilegio de unos cuantos, sin embargo es una experiencia al alcance de mucha gente y también una práctica comunitaria. 2.2. Problemática Al mirar la realidad eclesial hay muchos hombres y mujeres que necesitan ser acompañados espiritualmente en muchos momentos claves de su vida y no siempre lo consiguen. Resultan insuficientes los directores o acompañantes espirituales. Y, ¿qué hacemos? ¿Se prepara y motiva a los sacerdotes para que además de administrar los sacramentos en las parroquias den el servicio de acompañamiento? ¿Se prepara a religiosas y laicos para que con la ayuda del Espíritu atiendan a sus hermanos? El acompañamiento espiritual ha sido visto como exclusivo del sacerdote. Este tipo de visión ha limitado la posibilidad del acompañamiento de muchas personas. Esta realidad es muy clara en la vida religiosa femenina que ha descargado esta labor casi exclusivamente en los varones. Esto ha retrasado la formación de religiosas que puedan acompañar espiritualmente, así como dar los Ejercicios Espirituales o retiros. Y ¿qué decir de los laicos hombres y mujeres? Revisando cómo viven los laicos su vida espiritual se puede observar que tienen un modelo de vida espiritual tomado de los “consagrados”, religiosos/as o sacerdotes diocesanos. ¿No será posible que los laicos puedan vivir su seguimiento de Jesús con otra modalidad más secular, propia de su condición de casados, profesionales, de amas de casa...? Lo importante es que cada comunidad eclesial tenga un acompañamiento espiritual de los creyentes.

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2.3. Elementos fundamentales para el acompañamiento Es importante saber lo que se entiende por acompañar y el papel del acompañante. “Acompañar” es escuchar, acoger, reflejar, con-sentir, compadecer, respetar la singularidad del camino del acompañado para que se encuentre con Dios y realice su voluntad. Según la Real Academia Española la raíz de la palabra compañero viene de cum y panis que podemos traducir por compartir el pan. El acompañante es un “experto”, esto no quiere decir que es infalible, ni profesional en todos los campos, ni quien responde cualquier pregunta o el que en todo lugar y momento posee la verdad. Es, más bien, quien ha caminado ya un buen tiempo y ha tenido suficientes experiencias. Las experiencias le han hecho sentir, reflexionar, asimilar e integrar diversos elementos de la vida. El experto tiene la madurez de reconocer cuando no sabe, cuando no conoce, cuando no tiene respuesta, sea por no haber tenido una experiencia similar, o porque sus reflexiones no han tocado la experiencia del acompañado. El experto acepta lo particular de su experiencia y, como tal, la ofrece para que los demás aprovechen lo que quieran, y quizá descubrir algo en común. 2.4. El acompañamiento de Jesús El Dios de Israel es un Dios que acompaña. Esto se constata desde Abraham, pasando por Moisés y todos los profetas. Esta convicción del acompañamiento de Dios a su pueblo (“yo estaré contigo”) está en la base de toda fe Bíblica. Jesús viene a cumplir esa obra ya iniciada: hacerse cargo de la humanidad y llevarle a la casa del Padre. Acompañar, para Jesús, significa compartir su existencia. Jesús, no es sólo el maestro que enseña sino que los pone delante de su verdad, que con frecuencia es la ausencia de fe (Mc 4, 40), pero con la finalidad de ayudar a que sean verdaderos hijos de su Padre. La confesión de fe que hacen sus apóstoles en Cesarea y en Cafarnaúm es fruto del acompañamiento de Jesús. En sus encuentros con la gente les mostraba la misericordia de Dios. Esta es parte esencial del acompañamiento a un pueblo y a unas personas abatidas por el sufrimiento y el pecado. Los encuentros frecuentes con los pecadores y los marginados no eran para condenarlos sino para decirles que Dios no los olvidaba y que eran sus preferidos. Pero Jesús, además de ser acompañante, también es acompañado. El evangelio de Juan muestra varias veces la comunión de Jesús con su Padre: “Como tú, CUADERNOS DE EXPERIENCIA

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Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros” (Jn 18, 21). Jesús se siente siempre acompañado por su Padre. Jesús, habiendo acompañado a los suyos hasta el final, nos deja otro acompañante: el Paráclito (abogado), el Espíritu Santo. Con esto da a entender a sus discípulos que, para los nuevos caminos por los que los envía, les acompañará de una nueva manera. La ausencia visible de Jesús no pone fin a su acompañamiento. Esto nos habla de la importancia de no crear dependencias personales en el acompañamiento. En Jesús podemos distinguir fundamentalmente dos tipos de acompañamiento: individual y comunitario. 1° Individual: En los encuentros personales como con el joven rico, Zaqueo, Mateo, etc. En algunos casos dichos encuentros fueron únicos y no tuvieron seguimiento, como tradicionalmente se ha entendido el Acompañamiento Espiritual, pero tienen la riqueza de una reorientación de la vida en la mayoría de aquellos que se encontraban con Jesús. Se da el diálogo, la escucha, la acogida, la presencia misericordiosa de Dios, el contacto con la verdad para la libertad, el nuevo horizonte de vida (tierra o liberación prometida) y el respeto por la decisión tomada por el otro. Estos rasgos están presentes en el encuentro de Jesús. A continuación, y a manera de ejemplo, podemos ver dos encuentros interpersonales que revelan algunos de los rasgos que pueden ayudar a conocer la manera como Jesús acompañaba la vida de las personas en los encuentros individuales. Jn 3, 1-21: Encuentro con Nicodemo

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Jesús se dejó encontrar. Lo enfrenta con su verdad para hacer que surja la fe. Le invita a renacer por la acción de Dios: nadie nace por sí mismo. Le abre otro horizonte: la gratuidad de la presencia y acción de Dios. Le invita a libertad y flexibilidad: dejarse llevar como el viento.

Es interesante revisar el texto de Jn 19, 38-42 en el cual se puede ver los frutos, inesperados quizá, del acompañamiento que hizo Jesús. Nicodemo sigue con Jesús en las horas difíciles de la muerte. Jn 4, 4-42: Encuentro con la Samaritana

• Jesús toma la iniciativa. 32

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• Su lenguaje invita a no quedarse en la superficie. Cuesta entenderlo, se necesita tiempo.

• Enfrenta a la mujer con su verdad: marital (no tienes marido) y religiosa (adoras lo que no conoces por ser samaritana).

• No la condena. • Le da un pequeño signo para ayudarle. • La invita a una respuesta de adhesión personal al Cristo. 2° Comunitario: Con los doce, los discípulos y encuentros con grupos pequeños. Jesús se dedicó preferentemente a la formación de los doce apóstoles y lo hace compartiendo toda la vida: logros, fracasos, certezas, dudas, sentimientos, ideales, comida y camino. Les explica más los acontecimientos, les hace preguntas, les pone parábolas y sobre todo su ejemplo lo retoma para que ellos aprendan. Jesús como acompañante de los doce tiene preferencias sobre algunos de ellos (Pedro, Santiago y Juan) sin que lastime a los demás. El aprendizaje de los doce se da en un contexto específico: la voluntad decidida de colaborar en la construcción del Reinado de Dios. Aprenden en la acción, por el camino, en un estrecho contacto con la problemática de las grandes mayorías. Jesús les ayuda a que tengan conciencia de la acción del Espíritu de Dios en ellos como comunidad (Jn 16, 13). También al grupo de los 72 discípulos les da seguimiento, tanto para prepararlos para la misión, como después de ella para celebrarla, disfrutarla y asimilarla. Con frecuencia Jesús trató con grupos pequeños de oyentes, entre los cuales estaban los fariseos, los familiares de sus apóstoles, los asistentes a las pequeñas sinagogas de los caseríos, etc. Jesús se adaptaba a sus oyentes. Veamos un par de ejemplos de este tipo de acompañamiento comunitario. Mc 9, 30-37: Anuncio de la pasión y conflicto del poder.

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Jesús se escondía de la gente para estar con los doce. Por el camino les enseñaba. Anunciaba claramente su muerte y resurrección. Jesús les pregunta. Los apóstoles discutían por el poder. CUADERNOS DE EXPERIENCIA

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• Jesús les expone verbalmente su postura luego la ejemplifica visualmente con la presencia de un niño.

Lc 24, 13-35: Encuentro con los discípulos de Emaús.

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El encuentro se da en un camino público. Jesús se pone a caminar al lado de los dos discípulos. Pregunta. Escucha todo lo que le dicen. Da un reflejo: ¡Qué poco entienden! Permanece con ellos. Comparte la mesa, el pan.

2.5. Propuestas de acompañamiento a una comunidad El objetivo es acompañar a un grupo o comunidad en su proceso Pascual, en el seguimiento de Jesús y así crecer en libertad. Al recordar la manera como Jesús acompañaba a los apóstoles podemos subrayar los siguientes elementos para tener en cuenta en el acompañamiento grupal:

• Ayudar a cambiar la imagen de Dios: el Padre de misericordia interesado por la vida de los pobres y por la justicia. Compartir los ideales, la vida, el Reino. Reinterpretar la historia colectiva y personal desde la óptica del Padre. Explicación más detallada de los elementos del Reino. Conciencia y discernimiento de la acción permanente del Espíritu de Dios en la comunidad. • Compartir el pan, la mesa... • Acompañar en la cruz para la Resurrección.

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Es de alguna manera hacer lo que hizo Jesús con los doce: pregunta, dialoga, explica, corrige, discute, aclara, pone otros ejemplos, exige o pide más. Este nivel ofrece las ventajas del acompañamiento personal, como son la frecuencia, el seguimiento cercano, la preparación, etc. y por otro, permite recoger algo muy valioso que se da en el acompañamiento personal que es el discernimiento espiritual para el seguimiento de Jesús. También ayuda a la persona a tomar conciencia de que el seguimiento, siendo una opción personal, tiene una dimensión comunitaria ineludible.

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Este es el acompañamiento que se da en la Comunidad Eclesial o que se puede dar en los diferentes grupos eclesiales, que en muchos casos es realizado por los laicos. El acompañamiento comunitario debe darse en el seguimiento de Jesús con la ayuda del Discernimiento de espíritus de San Ignacio de Loyola. En estos grupos el acompañamiento se realiza como adaptación a la vida cotidiana de las reglas del discernimiento y del examen de la oración sobre la vida.

Participantes del Congreso

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Elizabeth Riveros Serrato, Coordinadora Ejecutiva P1

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la propuesta de calidad de los centros educativos con los aportes de la identidad y la espiritualidad de fe y alegría Elizabeth Riveros Serrato Coordinadora Ejecutiva P1

Durante más de cinco años se ha venido construyendo una propuesta de Calidad que responda a las necesidades y a la realidad de los centros de FyA. Se ha querido construir una propuesta alternativa que saliéndose de la mirada neoliberal, que solamente se interesa por los resultados, responda realmente a la idea de un concepto integral de Calidad. A lo largo de su proceso de construcción, una de las preguntas que se le han hecho a la propuesta gira alrededor del tema de la pastoral y de la espiritualidad. Los centros educativos y en especial los pastoralistas han cuestionado el SMCFyA (Sistema de Mejora de la Calidad de Fe y Alegría) por no tener presente la Pastoral. Uno de los retos de esta ponencia es precisamente mostrar cómo si es posible ver la espiritualidad y la pastoral en el proceso construido y cómo se puede aterrizar en acciones en los centros educativos. Quiero empezar resaltando algunos de los temas que aparecen en el documento del Congreso de FyA del 2011, que centró precisamente su reflexión en el tema de la identidad y la espiritualidad en FyA:

• Sabe verle a él en los más necesitados. • La espiritualidad entendida como la experiencia de Dios al interior de cada persona, experiencia que despierta la conciencia de ser sujetos.

• Movimiento que indignado por la situación de marginación opta por los marginados y excluidos.

• La identidad de FyA se manifiesta en una espiritualidad encarnada que en

todo manifiesta la misión y los valores que proclama. La identidad nos hace únicos. • Espiritualidad es comunión con Dios, con los hermanos y con la naturaleza. La espiritualidad está centrada en el Reino de Dios, se alimenta de un Dios que sólo busca y quiere una humanidad más justa y más feliz, y tiene como centro y tarea decisiva construir una vida más humana.

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Entender la hondura del concepto de Espiritualidad y el sentido que FyA le da, ayuda a entender como el SMCFyA, se puede ver desde la identidad y espiritualidad. Comprender que la espiritualidad es saber reconocer a Dios presente en los hechos, acontecimientos y en las personas, es vivir una experiencia de Dios que nos lleva a reconocer nuestro ser de sujetos, nuestra dignidad de personas, experiencia que lleva al movimiento a optar por los más pobres y necesitados y que hace que FyA se identifique como un movimiento que manifiesta en todo su ser y hacer esa experiencia de Dios hecho pobre y encarnado en nuestra realidad. Nos lleva a poner la discusión sobre la presencia de la pastoral en el SMCFyA en un nivel más alto que la de simplemente crear o construir un componente que visualice lo pastoral. Por este motivo quiero seguir haciendo énfasis en el tema que se profundizó en el Congreso sobre los rasgos de la espiritualidad en FyA.

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Espiritualidad encarnada en la realidad del pobre y del necesitado. Espiritualidad de la liberación. Espiritualidad apostólica y profética. Espiritualidad comprometida con la defensa de todo tipo de vida. Espiritualidad del amor práctico, de obras. Espiritualidad de oración y discernimiento. Espiritualidad que vive y celebra la fe en comunidad. Espiritualidad del pluralismo religioso. Espiritualidad pascual de la esperanza y la alegría.

Es una espiritualidad con unas características muy importantes y como se plantea en el mismo documento, es una espiritualidad que nos hace únicos, espiritualidad expresada en Puebla y en Medellín que parte de la idea de un Dios hecho hombre que opta en Jesús por encarnarse y meterse en la realidad, en la historia de un pueblo que sufre, que es marginado y excluido de la historia y de la misma vida y por lo tanto nos compromete con un proceso de liberación y de concientización de que cada sujeto “es” y por lo tanto, debe ser protagonista y constructor de su propia historia. Es una espiritualidad de obras, que va haciendo realidad, en todo lo que hace, la experiencia de ese mismo Dios misericordioso y encarnado. En los centros educativos del movimiento, y en la búsqueda de un sujeto que se compromete con la realidad de su pueblo y que desde la experiencia de Dios se hace líder y protagonista de su historia, no se puede hablar solamente de rendimiento escolar. El Congreso de Calidad del año 2003, realizado en Bogotá, definió desde esta misma realidad el concepto de Calidad en Fe y Alegría:

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• Forme la integralidad de la persona potenciando todas sus dimensiones. • Capacite para mejorar la calidad de vida de la persona y la comunidad. • Comprometa a la persona en la construcción de una sociedad más justa. El Congreso comprendió que el concepto de Calidad no es un concepto neutro, que se pueda definir unívocamente, de tal manera que signifique lo mismo, no importa donde se encuentre. Se partió entonces de la idea de una Calidad que busca la formación de sujetos integrales, capacitando al sujeto para una mejor calidad de vida y el compromiso con la construcción de una sociedad más justa. La calidad definida entonces, desde los principios y valores propios, marca el nacimiento de un SMC alternativo que quiere dar respuesta a la realidad específica de cada centro educativo y de cada país en el marco de un proyecto educativo para todos y todas. El SMCFyA nace del sentir los procesos de Calidad y de sentir la mirada de calidad que se construye en el mundo de hoy, como un concepto que excluye, margina y aumenta el circulo de la pobreza. Un concepto que mirado desde el rendimiento, es un “trampa mortal para los desheredados de la tierra”. Somos conscientes de la necesidad de trabajar en la calidad de la educación. Se ha considerado que, en medio de las transformaciones socio-económicas y fuerzas políticas que tienden a la mercantilización de la educación, a la excesiva cuantificación de los procesos, a la priorización de los resultados, a la primacía de la eficiencia sobre la equidad, y a la generación de ambientes de competitividad, y que generan, entre otras cosas, un olvido de las condiciones particulares de cada centro educativo y las historias singulares de los sujetos, es necesario construir un Sistema que aborde la calidad desde una perspectiva multidimensional y multifacética. Por esto e impulsados por nuestro SER y HACER, FyA se pone en la tarea de construir un SMC alternativo, que respondiera a las necesidades de nuestros centros educativos, ubicados todos ellos en lugares de pobreza, injusticia e inequidad. Un Sistema que sirva de base para generar procesos de mejora dentro de las escuelas y transformaciones estructurales que permitan formar sujetos empoderados y políticamente comprometidos con sus comunidades, de tal forma que se generen auténticos procesos de cambio y promoción social. El SMCFyA, por lo tanto, busca dar herramientas para poder construir una escuela de Calidad, que desde la mirada de FyA es aquella que forma el sujeto que se ha descrito anteriormente, y responde a su identidad y espiritualidad.

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Es por esto que al construir la matriz de Calidad y definir los indicadores de cada aspecto del SMCFyA, se reconoce nuestro ser y hacer. Definimos los aspectos como aquello que nos identifica y nos hace únicos. Es en esos aspectos donde se está definiendo el ser y hacer de cada centro educativo, y el ser y hacer de cada centro educativo de Fe y Alegría está definido en los tres momentos que hemos vivido de nuestra historia y de nuestra espiritualidad: la Espiritualidad fundante, la espiritualidad del ideario y la conformación de la Federación Internacional. Por ello el SMCFyA en sus procedimientos favorece, como una condición básica, los temas de formación y reflexión permanente de las prácticas; rasgo esencial de nuestra espiritualidad como movimiento de educación popular que busca desarrollar una aproximación analítica que conduzca a cada sujeto de la comunidad educativa a transformar formas de ser y hacer, desarrollar nuevas actitudes, ampliar perspectivas, en la lógica de un sujeto que vive la experiencia del Dios encarnado. Los principios, planteados por el Congreso de calidad como los binomios de la Calidad, dan cuenta de esta postura y contraponen:

• • • • • •

Eficacia con equidad. Eficiencia con creatividad. Pertinencia con participación. Innovación con transformación. Focalización con solidaridad. Impacto con calidad de vida.

Se propone la aproximación a la Calidad desde el contexto de los centros educativos y el análisis del impacto pedagógico que este contexto propone a cada centro, pues se considera que la calidad parte del conocimiento de la realidad, de la valoración de la propia identidad cultural. Plantea también la necesidad de reconocer los recursos con los que se cuenta para profundizar el tema de la audacia y la creatividad que se proponen como rasgos de nuestro ser. El sistema propone como tercer elemento los Procesos: que no son otra cosa que construir y organizar la escuela desde los principios propios de FyA, orientado por la colegialidad y el trabajo en equipo frente al individualismo y el aislamiento, proceso que necesariamente está acompañado de una apertura de los centros educativos a las comunidades locales y un fortalecimiento del tejido social que tenga como eje la escuela. Sobra decir que el SMCFyA, le pone un énfasis esencial a la convivencia y construcción de ciudadanos, como un proceso particular y propio de FyA, en 40

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donde se enfatiza el tema de la formación de sujetos en Justicia y Equidad, en el reconocimiento a su cultura y a lo que le es propio, el clima de respeto y valoración de la diferencia, en la formación en valores y el empoderamiento de los sujetos. Todo esto enmarcado en el tema del acompañamiento. Creemos que en los centros educativos de Fe y Alegría es importante resaltar la figura del acompañante como aquel que camina al lado del otro, que muestra, que propicia, que reconoce, que valora, que lleva al otro a “ser”, que va permitiendo su protagonismo y su compromiso, que señala. Concepto de acompañante tomado de la figura de Jesús, especialmente en el pasaje de Emaús, es un Jesús que se pone de camino, que escucha, que muestra, señala y llama a hacer un reconocimiento de la historia y del contexto, que se hace invitar y comparte con los otros la cena, que va mostrándose desde su ser y hacer. El SMCFyA, es por lo tanto un sistema complejo, construido y basado en una forma de ser y hacer definida en Fe y Alegría como su identidad y espiritualidad, por lo tanto más allá de unas acciones el Sistema llama calidad a esa escuela que se construye y vive la identidad. A ese centro educativo que se diferencia por la forma como realiza y hace las cosas, a esa escuela que está en permanente evangelización, desde la reflexión, la construcción colectiva, la valoración de cada sujeto y el compromiso con sus comunidades locales en la construcción de una sociedad más justa, equitativa y solidaria. Una escuela que reconociendo la diferencia de los sujetos con los que construye historia, desarrolla y diseña estrategias de aula para que todos y todas aprendan, para que vayan asumiendo su realidad y tengan un proyecto de vida basado en valores humanos y cristianos. Para ello indudablemente los centros educativos necesitan visualizar y trabajar espacios y experiencias que permitan reconocer esa presencia de Dios en los sujetos y en la escuela. Es una apuesta por la acción educativa pastoral en todo el centro educativo, a través de todos los momentos, en todas las instancias, en todos y todas los sujetos, en una acción evangelizadora permanente. El trabajo central de la acción educativo-pastoral escolar es conseguir que se conecte con el Dios de Jesús en todas sus instalaciones y acciones escolares. Que lleguen las ondas a la portería, a la administración, al laboratorio, a la hora del recreo, ésa es la acción directa y clave de la acción educativo-pastoral. Es decir, asegurar que el anuncio del Reinado de Dios llegue a todas las instalaciones y a todos los momentos de la vida escolar. CUADERNOS DE EXPERIENCIA

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No nos vale trabajar simplemente la faceta “educativa” ni insistir únicamente en lo “pastoral”. Los dos componentes tienen que estar unidos: educativopastoral. Y eso nos obliga a cambiar de esquema. Todo lo que sucede en la escuela puede (y debe ser) educativo-pastoral. No podemos quedarnos simplemente en dar bien nuestras clases con coherencia, con seriedad y profundidad, respetando procesos, ni debemos quedarnos simplemente en actividades celebrativas o explícitamente cristianas como convivencias, buenos días, celebraciones... Es mucho más, es la suma de todo esto: crear una sensibilidad por los valores de Jesús a través de un lenguaje y de una manera de ser característica. Debe entenderse como un estilo que impregna toda la escuela. No tenemos que añadir ni superponer nada. Trabajar para que resuene la “buena nueva” de un Dios que da sentido al ser humano, que acompaña en los procesos de madurez humanos, que apuesta radicalmente por una vida digna y vivida en profundidad. En una palabra, es vivir la escuela como sacramento de Vida. Desde y en los procesos de gestión directiva, de enseñanza – aprendizaje, de convivencia y ciudadanía, de interacción escuela – comunidad. Cómo concretizarlo: 1. Es importante que el equipo de pastoral presente en la vida de la escuela, vaya tomando permanentemente el pulso de cómo se vive e impregna está manera de ser y hacer desde los valores del evangelio, el SMCFyA nos da pista en las percepciones emanadas en los aspectos de: estilo de liderazgo, gestión del proyecto educativo, estrategias de aula, objetivos educativos, proyecto colectivo, ambiente socioafectivo, formación en valores, empoderamiento, apertura a la comunidad e incidencia a la comunidad. 2. Incluir en el plan de mejora de la escuela líneas de acción concretas en los procesos o aspectos antes mencionados para generar espacios de formación en identidad, espiritualidad, apostando por itinerarios formativos para toda la Comunidad Educativa en la experiencia y en las vivencias: un itinerario celebrativo, asociativo, bíblico, para educar en la justicia y solidaridad, para la convivencia. 3. Generar un diálogo directo y concreto con reuniones programadas entre Dirección Pedagógica y Coordinación de Pastoral. Ellos son los responsables reales de la dimensión educativo-pastoral. 4. Creación de comisiones de Pastoral en las que se implique todo el profesorado repartiendo las distintas tareas y proyectos del curso escolar. 42

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5. Organizaci贸n de cursos, salones, como comunidades de vida. 6. Ofertar, desde la libertad, a toda la Comunidad Educativa experiencias de oraci贸n, formaci贸n, celebraci贸n, compromiso, fraternidad.

Participantes del Congreso

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Maritza Balderrama Cornejo, Educadora popular y consultora articular

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la espiritualidad del educador popular en el contexto de la educación de calidad

Maritza Balderrama Cornejo Educadora popular y consultora articular Quito, Marzo 2012

Recordemos que la espiritualidad de Fe y Alegría es una espiritualidad encarnada en la realidad que consiste en la profunda solidaridad con los pobres y excluidos y con el peregrinar junto a ellos en la construcción de una sociedad justa, fraterna y solidaria. Es, también, el descubrimiento de la dimensión social del amor que nutre la existencia y que se convierte en la forma de vivir la vida cristiana en cada acción y cada acontecimiento como una oportunidad de encuentro con Dios y de celebración de su amor2. Esta es la certeza que tiene Fe y Alegría sobre la espiritualidad, pero como está encarnada en la realidad es necesario saber si en nuestras leyes educativas hay algo que pueda servir como espacio para desarrollar, sin cuestionamientos, esta espiritualidad. En la actual Constitución del Ecuador se habla del buen vivir que, como dice Franklin Ramírez “es un concepto complejo e históricamente construido y en constante resignificación, que se entiende como: la satisfacción de las necesidades, la consecución de una calidad de vida y muerte dignas, el amar y ser amado, y el florecimiento saludable de todos y todas, en paz y armonía con la naturaleza y la prolongación indefinida de las culturas humanas. El Buen Vivir supone tener tiempo libre para la contemplación y la emancipación, y que las libertades, oportunidades, capacidades y potencialidades reales de los individuos se amplíen y florezcan de modo que permitan lograr simultáneamente aquello que la sociedad, los territorios, las diversas identidades colectivas y cada uno —visto como un ser humano universal y particular a la vez— valora como objetivo de vida deseable (tanto material como subjetivamente, y sin producir ningún tipo de dominación a un otro). Nuestro concepto de Buen Vivir nos obliga a reconstruir lo público para reconocernos, comprendernos y valorarnos unos a otros— entre diversos pero iguales— a fin de que prospere la posibilidad de reciprocidad y mutuo reconocimiento, y con ello posibilitar la autorrealización y la construcción de un porvenir social compartido”. 2

Lecturas Recomendadas, Fe y Alegría – Ecuador.

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Cuando hablamos de la educación popular en Fe y Alegría estamos hablando del redescubrimiento de la espiritualidad que nuestra sociedad necesita, en estos dos ámbitos, él de la institución educativa y él de la Constitución. Ambos demandan procesos que la transformen, que cambien la estructura de injusticia en la que vivimos para construir con y desde la espiritualidad una nueva realidad, más justa, más digna, más equilibrada. Sabemos que la sociedad misma es la encargada de hacer esa transformación. Pero, salta una pregunta: Dentro de la misma sociedad ¿quiénes serán los que asuman la tarea de abrir la brecha para esa transformación? La respuesta, desde Fe y Alegría, los educadores; pero, no cualquier educador o educadora, sino aquellos que sienten en su interior esa “chispa”, ese fuego de búsqueda, de inquietud, de indignación y de esperanza cimentada en la fuerza de un sueño o de varios sueños; esos educadores que saben que la espiritualidad no se opone a materia, ni a cuerpo, sino a la maldad (a la destrucción), a la muerte, a la ley del miedo, de la imposición, del castigo, y que tienen la capacidad, la potencia para mirar la realidad con ojos críticamente positivos y ponerse en relación con el mundo, con los demás, planteando la apertura al encuentro con Dios. Pensemos en las palabras de José María Vélaz, que cuando habla de educación, decía que Educar es dar oportunidades. Para dar esas oportunidades a todos, especialmente a los segregados y excluidos, crea Fe y Alegría como un movimiento social que busca entregar a las niñas, niños, adolescentes, jóvenes, padres de familia, docentes y comunidad, una educación popular integral y de calidad, que tiene como su centro al ser humano en su realidad y con su cultura, pero que está enraizado en la doctrina de Fe Cristiana como su norte y ruta de camino hacia el Padre. Cuando Vélaz habla de la Fe cristiana no habla de una fe cualquiera, sino una fe “liberadora que anuncia, porque la salvación cristiana incide directamente en nuestra historia que se centra en el respeto a los derechos humanos con paz, solidaridad y justicia, que implican transformación personal y social”. Vélaz sigue diciendo: “Así pues, la especificidad de la educación popular y por tanto del educador popular radica en ser una intervención intencionada, con instrumentos dentro del mundo del saber y el conocimiento; que busca el empoderamiento de sujetos y grupos excluidos –segregados, desiguales- quienes en el proceso, se constituyen en actores sociales capaces de ser parte activa en la transformación, de tal modo, que experimenten una nueva vivencia de su fe, una verdadera experiencia espiritual”3.

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Agustín Lazcano, S.J., Decía José María Vélaz. Extracto de sus ideas sobre educación popular.

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Pensemos que si la transformación es un proceso de desarrollo psicosocial integral de un individuo, pareja, familia, grupo, organización, comunidad, cultura, esa transformación debe hacerse desde las reflexiones, decisiones y acciones generadas y concertadas por las personas, sin coacción de ninguna índole. Solamente así podrán “desplegar, extender, o soltar lo que está envuelto o encerrado”, lo cual presupone que en cada grupo social pueden movilizarse los recursos necesarios para esa transformación, que requiere de una integración entre el grupo social y de las personas individualmente. Una integración en varias dimensiones: física, emocional, moral, cognoscitiva, económica, espiritual. Para Fe y Alegría la educación popular es “una propuesta ética, política y pedagógica, para transformar la sociedad, de modo que los excluidos se conviertan en sujetos de poder y actores de su vida y de un proyecto humanizador de sociedad y nación”.4 Una segunda pregunta que nos ayudará a comprender mejor la espiritualidad del Educador Popular de Fe y Alegría es: ¿Qué hacer para fortalecer la espiritualidad en los educadores? Para la respuesta a esta pregunta recurrimos a las palabras del Padre Dupla5: “El educador popular de Fe y Alegría debe creer en los hombres y mujeres. Hay una variedad de personas casi infinita. No hay dos seres idénticos sobre la ancha redondez de la Tierra. Pero todos coincidimos en tres rasgos importantísimos: 1. Cada uno de nosotros es querido por Dios, que nos llamó a la vida y desea que seamos felices. 2. Somos únicos, irrepetibles, absoluta y maravillosamente originales. 3. Nos espera un destino mejor, si creemos en él y escogemos vivir de acuerdo con esa esperanza. Insistir en las diferencias, dividir a las personas es de necios, que no ven lo que nos une, que son los tres rasgos mencionados antes, y es de corazón menguado y estrecho, que no siente al otro como hermano”. Fe y Alegría es una institución extraordinaria por muchas razones, por muchísimas. ¿Saben cuál es una de ellas? Porque cree en el ser humano. Porque cree que todo el mundo es capaz de grandes cosas. Porque quiere abolir las divisiones que establecemos los seres humanos y lucha para que todos tengan su oportunidad. Fe y Alegría cree no sólo en los niños, jóvenes y adultos, sino en sus 4

XXXII Congreso Internacional, Paraguay, 2002, La Pedagogía de la Educación Popular en Fe y Alegría.

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P. Javier Duplá, S.J., La formación de los docentes de Fe y Alegría, Primer Congreso Pedagógico Nacional, Ecuador, 2004.

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maestros y profesores, en sus educadores porque lleva este espíritu como parte de su carisma fundacional desde el P. José María Vélaz. Él creyó en la enorme generosidad y capacidad del pobre, del que no tiene recursos materiales, pero sí su generosidad, talento y ganas de cooperar, que valen mucho más que el dinero para emprender obras grandes. Creer en el ser humano y sus potencialidades, creer que es posible transformar al mundo para hacerlo mejor y menos injusto es fundamental en el educador popular; pero, esa transformación debe ser hecha desde la realidad concreta y contradictoria que no solo está presente en las calles y medios de información, también está en nuestras casas, en nuestras familias, en las relaciones de padres, madres, hijos, hijas; está presente en nuestras aulas y patios escolares, en las relaciones de los educadores, directivos, autoridades, estudiantes. El educador que cree en el ser humano debe dar testimonio de que cambiar es difícil, pero posible cuando se rechazan las posturas fatalistas de los que imponen una cultura de dependencia, que ejerce un poder que dictamina que nada se puede hacer si no se cuenta con determinadas condiciones intelectuales y económicas. Cuando no se pierde la postura pasiva de esperar las órdenes y no asumir el reto de la realidad con iniciativas, con autonomía, con creatividad, con sueños. Paulo Freire, el educador brasilero, decía constantemente “es difícil transformar el mundo, pero no imposible. Lo que no es posible es pensar en transformar el mundo sin un sueño, sin utopía o sin proyecto”6. Por tanto, el educador popular del Fe y Alegría debe tener sus sueños para construir su propio proyecto de vida y lograr que sus estudiantes lo construyan. Porque los sueños y proyectos son el acicate para que el ser humano luche, se desarrolle y se acerque al proyecto de Dios que es el de la felicidad, la justicia y la esperanza. Creer en el ser humano es acercarse a la espiritualidad. Se responde, también, a la pregunta cuando nos conocemos mejor. Es importante que el educador se conozca, lo mismo en sus potencialidades y posibilidades que en sus carencias; el desconocimiento de lo que somos nos inmoviliza y nos hace sucumbir frente a lo mecánico, a lo cotidiano, a la desesperanza, y hace imposible que seamos educadores transformadores de vida y sociedad. Volviendo a citar a Duplá: “Conocer las propias cualidades, agradecerlas y potenciarlas sin exageración es una manera de conocerse mejor y de vivir más feliz. Somos cada uno bastante más y tenemos, todos, potencialidades que se pierden de vista. Hace falta reconocerlo con humildad, agradecer a Dios por ello y ponerlas en obra a favor de los demás y de nosotros mismos”. El espíritu y las finalidades de Fe y Alegría piden que la mayoría de los educa6

Paulo Freire, Pedagogía de la indignación, 2º carta.

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dores redescubran lo que significa ser ciudadano hoy y colaboren con las implicaciones que esto conlleva. Ser ciudadano en el mundo es participar, es decir, es salir de sí mismo y pensar en los demás, sabiendo, como decía Vélaz que “no se trata meramente de trabajar para el pueblo, sino con y por el pueblo, reafirmando y asumiendo sus valores, sus costumbres, su identidad. Nuestro modo de ser debe ser, trabajar con una educación que surja en la medida de los saberes, en un diálogo constante entre la vida y nosotros, entre nosotros y el mundo. Buscamos una educación que se oriente a formar personas solidarias, ciudadanos responsables capaces de imaginar una sociedad distinta con un compromiso de construcción real”7. Además, el educador debe formarse como profesional educador, porque necesitamos educadores que posean un conjunto de habilidades que les haga capaces de resolver problemas e imprevistos, que asuman el conflicto y los errores como oportunidad de nuevos aprendizajes. Educadores que construyan ambientes cálidos y armónicos que promuevan la reflexión y el desarrollo de aprendizajes significativos. Que tengan cariño y habilidad por la lectura, la escritura y con ambos instrumentos desarrollen su pensamiento lógico, como herramientas para el desarrollo de sus proyectos personales y profesionales. Necesitamos educadores que conozcan sus raíces y su historia para educar en el presente con trascendencia hacia el futuro, Que esté inmerso en los modos de gestión cooperativa tanto al interior del centro como de la comunidad a la que sirve. Un educador que conozca y actualice sus conocimientos y que sepa elegir qué y cómo enseñar, que sepa cuándo, para qué y cómo evaluar. Que tenga la capacidad de situarse crítica, creativa y solidariamente en la sociedad, en la adquisición de destrezas de todo tipo, en la asimilación de valores, en la capacidad de tomar decisiones libres y responsables. Que se acerque a los niños y jóvenes en forma sencilla sin el estereotipo de tratar de ser “amigo” que cree ambientes de calidez y cordialidad sin exigencias pero con mucha exigibilidad. Que en las clases proponga más actividades lúdicas que lleven a los estudiantes a la reflexión, contrastación y al análisis crítico de la realidad que les rodea y que sean capaces de elaborar propuestas y aportar con soluciones “del tamaño de sus potencialidades”. Necesitamos educadores que no solo sepan lo que es el maltrato, sino que lo sientan cuando lo reciben y cuando lo ocasionan y lo rechacen. Necesitamos educadores con Valores que promuevan la fe y los valores cristianos, que tengan capacidad de liderazgo, con conocimiento de su entorno social - cultural y lingüístico. 7

José María Vélaz.

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Que en determinados momentos sean motivadores sociales con criterio amplio, siendo visionarios para el trabajo y para la formación de ellos, de sus estudiantes, sus familias y sus comunidades. Educadores que recuperen los planteamientos centrales del ideario de Fe y Alegría, que intensifiquen y fortalezcan la inclusión y la atención educativas privilegiando a los más pobres, que trabajen buscando que sus estudiantes sean sujetos autónomos, demócratas, productivos. Que comprendan la multiculturalidad, y sean capaces de rescatar, ordenar, analizar críticamente y sistematizar sus propias prácticas para que otros las aprendan y utilicen. Al hablar de educación Jorge Cela dice: “La educación es obra de todos: la familia, la calle, los medios de comunicación social, el mercado, las autoridades, la escuela. Todo el mundo que nos rodea nos va enseñando a vivir: a interpretar el mundo, a interactuar en él, a soñar. Nos abre o nos cierra caminos. Nos pone modelos. Aprendemos qué mecanismos funcionan. Construimos una escala de valores que incluye nuestro entorno, nuestra cultura, nuestra propia identidad. Nos va constituyendo. Nos enseña a vivir solidarios o competidores, violentos o dialogantes, opresores o servidores, seguros o a la defensiva, orgullosos o avergonzados. El ideal sería que toda educación nos enseñara lo mejor de nuestra cultura, nos invitara a crecer como personas y como pueblo, nos ayudara a discernir. Que ninguna institución de nuestro entorno nos sacara de él, sino, que todas nos reinsertaran en él con creatividad, criticidad y proyecto para hacerlo crecer y crecer nosotros con él. La educación popular tiene que echar raíces en los callejones y campos de siembra, en la cultura de sus sujetos, incorporándolos como tales, y no como objetos desposeídos, receptores de dones que les quedan grandes, y que en su mayoría serán para guardarlos envueltos en un plástico, lejos del calor de la cotidianidad. La educación tiene que ser parte de la historia y el accionar de sus sujetos, portadora de la utopía viable y propia, no de la ajena e imposible. Tiene que ser apropiada por sus sujetos y dejar de ser el hada madrina de cuya varita mágica se espera convertir a cenicienta en princesa”8. Para que la educación deje de ser el hada madrina tiene que ir más allá, tiene que enfrentar con “indignación” a la pobreza, la injusticia, que también tienen sus mecanismos auto-reproductores creando lo que Oscar Lewis llamó “cultura de la pobreza”. La educación de Fe y Alegría debe dirigirse a romper la “cultura de la pobreza” por ser generadora de pobres. Para lograr esa ruptura debe tener como 8

Extracto el discurso del Padre Jorge Cela, Centro de Estudios Sociales Padre Juan Montalvo, S.J.

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ámbito de acción mucho más que los contenidos curriculares, buscar, sin duda alguna, esa espiritualidad encarnada en la realidad asumiendo cada acción y cada acontecimiento de esa realidad, como una oportunidad de encuentro con Dios y de celebración de su amor. Descubriendo la dimensión social del amor que nutre la existencia y que se convierte en la forma de vivir la vida cristiana. Ese descubrimiento no debe quedar, sin embargo, en la teoría, tiene que “aterrizar” en nuestras aulas y en nuestra comunidad. Una reflexión que los educadores tienen que hacer es que, si estos son nuestros postulados ¿cómo los llevamos a la vida cotidiana? ¿Cómo los vivimos en las aulas? Muchas veces trabajamos la ciencia y los saberes como algo aséptico, alejado de la realidad que circunda a los niños y jóvenes cuando la espiritualidad, la relación del ser humano con el mundo y con Dios, debe impregnar los procesos trabajados con el niño, la niña, el joven al que conocemos y con el que nos relacionamos. Esta espiritualidad tiene que dar sentido al aprendizaje de la lengua, de las matemáticas, al ejercicio de la disciplina, a los procesos de evaluación Como directores de los centros educativos ¿qué hemos hecho para que realmente sintamos esa maravillosa espiritualidad? ¿Hemos reflexionado sobre esos postulados, los hemos impregnado en nuestros códigos de convivencia?, ¿en nuestros procesos de capacitación? ¿Hemos impregnado nuestra cultura escolar con esta espiritualidad? Si como adultos estamos conscientes de la verdad de estas ideas ¿nuestros niños y jóvenes las conocen?, ¿por qué no pueden vivirlas si no las conocen y sienten como parte sustancial de su propio hacer cotidiano? La vida es hermosa cuando se la vive plenamente, es decir cuando se goza con la belleza de los paisajes, con la perfección de las flores y de los pequeños animalitos, cuando vemos al bebe recién nacido que crece descubriendo la sensación de la amplitud de su entorno, de sus objetos de sus amores, La vida es maravillosa cuando los muchachos y muchachas son capaces de gozar con sus descubrimientos, con sus creaciones, con la resolución de sus conflictos. La vida es plena cuando los adultos se sienten satisfechos al terminar cada día porque se han realizado pese a los problemas, a los obstáculos, a las injusticias. La vida es vida cuando los ancianos somos capaces de sentir y dar ternura, esperanza, alegría, cuando contribuimos a que los otros sueñen, crean, sientan, amen. La vida es vida cuando sentimos en cada amanecer esa maravilla que es la tierra y todas sus potencialidades. ¿No es todo esto la demostración infinita de la presencia querida de nuestro Padre? ¿No es todo esto la muestra de su infinito amor y su pasión por esa vida que nos ha donado? Cuando hablamos de espiritualidad, como educadores populares, es que estamos sintiendo y proclamando todo esto. CUADERNOS DE EXPERIENCIA

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Antonio Narváez, Pastoral Nacional Fe y Alegría – Ecuador

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reacción a la ponencia del p. ignacio suñol rasgos característicos de la identidad y espiritualidad de fe y alegría

Reacción de Antonio Narváez Pastoral Nacional Fe y Alegría – Ecuador

La ponencia parte de la pregunta por el origen de la identidad y la espiritualidad de Fe y Alegría, el cual, antes de nada, lo sitúa en una experiencia personal con Jesús de Nazareth que inspira al P. Vélaz, a Abraham Reyes y su esposa, a las religiosas y a los colaboradores laicos. Al revisar la praxis, no se mencionan hechos ni situaciones que no estén en la línea de Fe y Alegría, parece que no hay nada fuera de lo común. No obstante, las dificultades propias del trabajo propio del mundo de los excluidos, no se la cuestiona. Parece que está clara: la lucha por la construcción de una sociedad justa y fraterna, y en ese sentido van las citas del ideario. Sin embargo, al tratar la raíz pastoral, evangelizadora, de anuncio, se presenta como una realidad que parece perder continuidad. Entran en cuestión dos puntos del Ideario: 4.1 y 6.2, es decir, aquellos que hablan de la evangelización. Esta tendencia parece explicarse cuando se aclara que no se busca una evangelización de anuncio sino de diálogo, cuando se opta por la espiritualidad y los valores al anuncio del dogma, el acompañamiento a la exclusión, la Pneumatología a la Cristología. El último punto de la intervención propone actuar frente a los desafíos planteados. Esta inquietud se enmarca en la percepción de que la Iglesia parece ya no tener cabida en la sociedad, que ha pasado de “inquisidora”, es decir cuestionadora de la sociedad, de lo que pensamos y sentimos, ha pasado a ser una institución “inquirida”, es decir cuestionada, relegada, juzgada, muchas veces no querida; la ponencia dice que estamos en una “sociedad que ya no es nuestra”. De esta manera, las inquietudes van en el sentido de ¿Por qué la evangelización no puede continuar siendo explícita tanto en su anuncio como en su praxis?, ¿Por qué no aprovechar que estamos en una sociedad del diálogo, de lo “pluri”, de lo “multi”, para dejar clara nuestra posición? ¿Por qué decimos que debemos “aceptar, si fuera el caso, otras propuestas”?, ¿En qué sentido se dice que estamos llamados a trabajar en consenso con las otras tradiciones religiosas? ¿Es un consenso doctrinal o un consenso orientado a la práctica?

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Susana Gordón, Educadora popular - Rectora del Colegio San Ignacio de Checa

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reacción a la ponencia del p. gilberto freire el discernimiento y el acompañamiento ignaciano, garantes de una educación de calidad

Susana Gordón Educadora popular - Rectora del Colegio San Ignacio de Checa

El espíritu de Dios, reflejado en miles de niños, niñas y adolescentes con los que estamos comprometidos, nos tiene aquí convocados, para analizar nuestra práctica humano-pedagógica desde Fe y Alegría y fortalecernos espiritualmente de manera colectiva. La voluntad de Dios en Fe y Alegría, es que sepamos discernir entre un proyecto de vida y el proyecto de muerte, que disputan, el uno por favorecer intereses comunitarios, colectivos, para el bien común y buen vivir -sumak kawsay-, y el otro, por favorecer intereses privados y particulares de pocos, a costa del sacrificio de los pueblos y de la madre naturaleza. La perspectiva de Fe y Alegría hace que siempre optemos por aportar a la construcción y defensa de la vida plena, en todo sentido, de nuestros estudiantes, maestros, padres de familia, comunidad y sociedad. A diario nos enfrentamos con personas, hechos o situaciones, que nos exigen tomar una opción y ¿qué hacemos?, ¿quién manda?, ¿qué es lo que determina para resolver sin desfavorecer, ni desmerecer a nadie?. Claro está, muchas de las veces la decisión está en nuestras manos y debemos tener la sabiduría necesaria para optar, y esa sabiduría tiene que venir necesariamente de Dios, quién está siempre manifestándose en cada rostro humano, hecho o situación de vida; a nosotros también nos anima a ponernos en los zapatos del otro, en su contexto, para entender, comprender y acordar respuestas que involucren compromisos mutuos o colectivos para apoyar. Todo esto nos provoca un sentimiento de: paz, dolor, compasión, coraje e incertidumbre, porque todos tenemos un ánima que nos mueve frente a un estímulo. Lo posiblemente sabio será que nos llenemos de paciencia, de amor, comprensión, solidaridad y justicia.

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Analizamos cada situación o acontecimiento, buscamos en las leyes, en las normas establecidas, en nuestra experiencia o la de otros y sobretodo en Dios, la palabra o acción correcta, acercándonos lo más posible a la equidad y justicia según nos dicta nuestra razón, aunque esto en algunos casos signifique salirnos de esquemas formales, legales o de falsos criterios de autoridad que hacen que de manera cerrada o autoritaria se imponga esa normativa. No nos olvidemos de optar por los más débiles y del interés superior del niño, niña y adolescente. Cuantas veces nos hemos dicho a nosotros mismos, si estoy en Fe y Alegría es porque: “me siento útil a los demás” , “estoy dando mi vida a los niños y jóvenes”, “me siento realizado como persona y cristiano comprometido”, “tengo un trabajo digno que me dignifica como ser humano”. Aunque me pagan un salario siempre cuestionado, que no es el que me merezco. Pero seguimos apostando con esperanza en que el Espíritu de Dios hará justicia por medio de nuestros directivos, para que llegue la buena nueva a todos los maestros y maestras que alegremente nos movilizamos a cada rincón del país, donde está la chispa de la luz de Fe y Alegría. Entonces, ahí experimentamos la Consolación, que es la presencia de Dios en nosotros cuando somos felices y orgullosos de ser los continuadores de la gran obra del Padre José María Vélaz. Pero también experimentamos la Desolación que es ausencia de Dios cuando sentimos impotencia frente a situaciones difíciles de vida como: violencia en nuestros niños y jóvenes generada por una sociedad más violenta todavía; niños y niñas que crecen sin el afecto y cuidado de los padres, o por que han migrado, carencia de recursos humanos y económicos en cada centro educativo que trabajamos, siempre con limitaciones y austeridad; desequilibrio ambiental de nuestra madre tierra o pachamama, porque hay más consumismo y por tanto, más contaminación, más enfermedades, más muertes, más riqueza acumulada en unos pocos, más pobreza y miseria en muchos, más minerías, menos agua pura. Quien no ha experimentado el deseo de salir de Fe y Alegría, por la situación de salarios bajos. El padre Gilberto nos plantea el saber discernir los problemas o acontecimientos de manera comunitaria, es decir descubrir la voluntad de Dios pero colectivamente, no solo individual, ya que no somos islas. Somos y vivimos en comunidad. Para ello es necesario partir de: a) una oración motivadora, b) focalizar el problema, c) analizar detenidamente, disponiendo al corazón para el discernimiento con preguntas y respuestas a favor y en contra, d) poner en común las mociones más relevantes de cada uno y elegir la moción dominante de manera consensuada, para luego ser aprobada y ejecutada, por último, e) cerramos y sellamos la decisión colectiva con la oración iluminada por un texto bíblico u otro. 56

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ACOMPAÑAMIENTO ESPIRITUAL: Experiencia al alcance de todos y de manera comunitaria. Ya no es privilegio para sacerdotes y religiosas y más aún sólo desde los sacerdotes. Los maestros y maestras de Fe y Alegría, también sentimos la presencia de Jesús vivo en cada rostro de nuestros estudiantes y maestros, en cada problema por resolver, en cada situación injusta y dolorosa, en cada maravilla de la naturaleza y en nuestro entorno social y comunitario. La experiencia acumulada en años se convierte en sabiduría para muchos de nosotros maestros y directivos, que hemos crecido y fortalecido junto a los estudiantes, padres de familia y compañeros toda una vida de misión educativa con Fe y Alegría. El Dios de la historia y de la vida, siempre acompaña nuestro caminar y nuestros procesos educativos formativos. Jesús es nuestro modelo a seguir cuando nos comparte su vida sencilla y valiente, al saber llegar a la gente sin mucha bulla, de manera silenciosa pero acertada, cuando alivia a los enfermos y pecadores sin juzgar ni sentenciar, sino animando a vivir en plenitud, al servicio de su comunidad, dejando atrás sus dolores y pesares. Jesús hace primero un acompañamiento individual y luego necesariamente trasciende a la comunidad. Aprendamos de Jesús a ser acompañantes como lo fue con sus 12 apóstoles y amigos de misión: preguntemos, dialoguemos, expliquemos, corrijamos, discutamos, aclaremos, demos ejemplo y exijamos más…. entonces acompañados de Jesús y nuestro padre Dios de la vida, podemos seguir siendo constructores del Reino, constructores ahora del buen vivir o sumak kausay, que nos compromete y exige a ser hombres y mujeres honestos, amorosos, solidarios, alegres, responsables, defensores de los recursos no renovables de la naturaleza, éticos y coherentes en nuestra vida y accionar profesional. El Padre Dios, Jesús, Ignacio de Loyola, José María Vélaz, son los espíritus buenos que nos ayudan a discernir en nuestra tarea educativa, proyectada a la transformación social del buen vivir.

CUESTIONAMIENTO Y VISIÓN CRÍTICA DESDE MI EXPERIENCIA En nuestros centros educativos nos invade la desolación cuando no tenemos respuestas inmediatas y positivas ante las adversidades complejas que vivimos diariamente con nuestros estudiantes, maestros y padres de familia y optamos por lo peor…. sancionar, juzgar, descalificar, excluir, desmerecer, anular y lo CUADERNOS DE EXPERIENCIA

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peor expulsar de nuestros centros educativos, porque “es lo mejor para todos” entonces me pregunto: ¿Cómo vivimos hoy la afirmación del P. Vélaz “un niño sin escuela, es un problema de todos”? Pocos hemos tenido la suerte de vivir la experiencia de ejercicios espirituales desde la Pastoral de Fe y Alegría, gracias por esa oportunidad de quienes hemos vivido esa experiencia maravillosa, pero cuanta falta hace cubrir a más maestros que necesitan ordenar y revitalizar sus vidas. ¿Se puede considerar desde la Compañía de Jesús, la posibilidad de facilitar los recursos necesarios para realizar con más frecuencia retiros y ejercicios espirituales para todos los maestros, sin que el factor económico sea un limitante? Considerando que todos somos parte de la Compañía de Jesús y para los maestros sería una manera de compensación no salarial. La Federación Internacional de Fe y Alegría, nos está invitando a ser parte de varios procesos de formación y llega a los centros educativos por medio de los acompañantes educativos que “acompañan” a los maestros en las aulas y directivos en la gestión y administración. Pregunto al público: ¿Cuánto deberíamos asimilar de Jesús, siendo nosotros acompañantes pedagógicos para que lleguemos, no como jueces y sancionadores del accionar de los estudiantes y maestros, sino como facilitadores para mejorar nuestra práctica educativa y compromiso social con la vida?

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Eduardo Ramírez, Coordinador Nacional del Área de Educación Popular y Promoción Social

Kléver Quiroz, Acompañante educativo - Guayaquil

CUADERNOS DE EXPERIENCIA

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reacciones a la ponencia de elizabeth riveros la propuesta de calidad de los centros educativos con los aportes de la identidad y la espiritualidad de fe y alegría

Reacción de Eduardo Ramírez Coordinador Nacional del Área de Educación Popular y Promoción Social

En el marco de la ponencia de Elizabeth, tengo la certeza que este enfoque es una ventana desde donde mirar, una brújula desde la cual orientarnos, un marco desde donde situarse en la acción educativa, de una “mística” que entra en el misterio y la esperanza: con pocas respuestas y muchas preguntas, como nos exige Paulo Freire en Pedagogía de la Pregunta, en un ir y venir interminable, como lo exigen la sabiduría, el acompañamiento y el discernimiento. Con temor a equivocarme, creo que en la gran mayoría de los centros aún hay poca claridad teórica-metodológica y pocos espacios de reflexión de lo que se entiende por pastoral y sus implicaciones en la tarea educativa, es decir en el SER y HACER que plantea Elizabeth. Todo esto me provoca y nos desafía a que profundicemos el sentido de una escuela de calidad en clave pastoral (evangelizadora). La ponencia quiere llamar la atención sobre el conjunto de la gestión institucional. Hay que trabajar por un tipo de pastoral específicamente educativa, interesa pensar la escuela y sus procesos educativos como un campo de acción pastoral ¡evangelizador!, donde esté presente síntesis fe-ciencia, síntesis fecultura. Muchos de los centros educativos confían esto a una serie de “dispositivos evangelizadores” como la catequesis o los grupos de jóvenes. Distinguir las acciones religiosas que se dan en la escuela, de la pastoral educativa es fundamental: una cosa es que haya misa, que haya horas de religión o cultura religiosa o enseñanza religiosa escolar, que funcione un grupo juvenil o que haya muchos voluntarios. Ahora bien, poseemos varias prácticas y que, de seguro son significativas, me parece necesitan ser ordenadas, organizadas y buscar la articulación y el sentido en la lógica de la mejora procesual. Frente a esto: ¿Cuáles serían los primeros pasos específicos para desarrollar una pastoral educativa desde la mirada de calidad?

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Cuando decimos pastoral, queremos entender la praxis de la comunidad cristiana que, siguiendo la praxis de Jesús, busca la colaboración con la llegada del Reino de Dios a la sociedad por la implantación de la Comunidad de Comunidades. En este sentido, se debe avanzar para que no cueste tanto ver todo con los ojos de la fe, una mirada de fe sobre la acción educativa. Esto implica una iniciación o una reinducción tanto de las opciones ética, política y pedagógica, como evangelizadora y epistemológica, en los educadores populares. Lo que interesa pensar es: en qué medida lo educativo y sus contenidos9 pueden contribuir a esta llegada y a esta implantación. Hay unas necesarias condiciones para la pastoral educativa. La primera de ellas, es la existencia de una comunidad de educadores populares, que tenga conciencia de su misión. Uno o varios grupos de educadores populares con la conciencia misionera suficiente como para movilizar a todos hacia una acción planificada. La pastoral educativa se trata de empoderar a los grupos para que lleven adelante su proyecto creyente desde la escuela. Entonces, no hay pastoral educativa si el motor no está en los educadores populares. Los actores educativos son los actores de la pastoral educativa. ¿Cómo alcanzar esto si hay una constante rotación de los educadores populares, especialmente docentes? Tal vez una pregunta previa a la que acabo de hacer debería ser: ¿Nos consideramos, desde nuestro ser y hacer, como educadores populares? Hay una tarea clave o de fondo de la pastoral educativa: conformar comunidades de creyentes que se encuentran en torno a los saberes culturales socialmente significativos para su recreación crítica a la luz de la fe, buscando la conversión personal y grupal. Esta es una tarea de todos los educadores populares (directivos, docentes, administrativos), educandos, familias, líderes comunitarios, en fin, de todos y todas que conformamos el Movimiento. Esta tarea se da, en la vida escolar, a través de ejes que, a su vez, se abren en múltiples actividades. Por un lado el que tiene que ver con la evangelización de la cultura y la inculturación del evangelio. Es el proceso relacionado con el discernimiento que la comunidad educativa hace para descubrir a Dios en el seno de los bienes culturales que hacen al trabajo escolar y para desarrollar, en ellos, los bienes del Reino. El lugar privilegiado de las actividades de este proceso son los aprendizajes. Pero, además, está el eje de la evangelización de las situaciones cotidianas. No se trata solo de ofrecer una visión de la vida profundamente evangélica como una construcción coherente; se trata, además, de que esa visión sea operante en 9

Entiéndase por contenidos: los procesos que desde la mirada del SMCFyA se tienen que transformarse que son: Gestión Directiva, Enseñanza-Aprendizaje, Convivencia y Ciudadanía e Interrelación Escuela-Comunidad.

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la vida de todos los días de todos los actores educativos. Reconocer la Palabra de Dios en “los bienes de la dignidad humana, la unión fraterna y la libertad, en todos los frutos excelentes de la naturaleza y de nuestro esfuerzo” (GS 39) nos tiene que llevar a crecer en dignidad (Pedagogía de la Indignación, Paulo Freire), fraternidad, libertad, en transformación social hacia una sociedad justa y solidaria. El lugar privilegiado para las actividades de este proceso son la convivencia diaria y el acompañamiento de todas las personas, las situaciones imprevistas que requieren intervención, la constitución de grupos y comunidades de fe, el aprendizaje de las elecciones, las actividades solidarias y misioneras. Por otra parte, se tiene un frente mucho más dinámico y visible: la red de sentido de la vida que la institución ofrece, su propuesta curricular. Una escuela configura una determinada propuesta curricular porque cree que tiene sentido. En el fondo, lo que está diciendo es que se puede vivir humanamente aprendiendo eso que propone. Una escuela con proyecto de inspiración cristiana intenta decir algo más: busca descubrir una dimensión evangelizadora en esos mismos saberes, busca poner en diálogo los contenidos de todas las asignaturas con los del evangelio ¡negociación cultural! Busca educar para la contemplación, busca iniciar a la vida cristiana, busca formar integralmente sujetos a través de una pedagogía liberadora y evangelizadora10. Si profundizamos en ver todo con los ojos de la fe, podemos afirmar que cuando un centro educativo aplica cada una de las fases del ciclo de mejora también está evangelizando. Cuando la fase evaluación se implementa en el centro educativo ésta nos exige una seria preparación que lleve a un conocimiento estructural de la realidad del centro y del contexto. Entramos en la dinámica de acercarnos al otro, a lo que piensa, siente y percibe. Es reconocer al otro como sujeto que nos puede decir cómo van los procesos educativos en la institución. En definitiva, la fase de evaluación, mirada desde la fe, nos invita a reconocer la fragilidad educativa y del contexto, las fortalezas y el deseo de mejora. La fase de reflexión nos empuja a convertirnos, a que la experiencia de Dios nos acerque al Dios de Jesús, a la identificación y compromiso con los más pobres. A ser capaces de iluminar nuestras realidades desde los principios y valores evangélicos. Es discernir que las situaciones por las que pasan los actores del centro educativo necesitan ser transformadas. La planificación e implementación es una fase que parte del discernimiento participativo personal y comunitario (fase de reflexión) sobre la situación pre10

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Cf: Congresos Internacionales de Fe y Alegría XXI y XXII, Nicaragua 1990 y Brasil 1991.

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sente, y que nos predispone a procurar soluciones alternativas. Busca racionalmente promover mediante acciones, la conversión de las personas, grupos y procesos. Todo proceso y acción pastoral necesitan ser planificados. La sistematización la podemos ver como aquella fase que nos permite comunicar parte de la Buena Nueva que acontece en los centros educativos. Ahora bien, si se ve al SMCFyA como aquello que desafía a la “escuela” a construir y vivir la identidad, a que esté en permanente evangelización para la construcción de una sociedad más justa, equitativa y solidaria, dice Elizabeth, no puede ser asumido el SMCFyA como el “tesoro escondido” de un departamento o de una área sino como una herramienta estratégica de todos los que de una u otra forma intervienen, acompañan y direccionan los centros educativos. El desafío entonces está planteado: todos son llamados a liderar su implementación. Frente a todo este contexto de ver la escuela de calidad en clave de pastoral, Elizabeth, quisiera hacerte las siguiente preguntas: ¿Cuál es el rol de los acompañantes educativos, independientemente de su énfasis (pedagógico, pastoral, bienestar educativo, educación técnica) para apoyar en la procura de la evangelización y transformación social? ¿Qué cultura y capacidades hay que dejar instaladas en una escuela de calidad en clave de pastoral?

Reacción de Kléver Quiroz Acompañante educativo - Guayaquil En el quehacer educativo de Fe y Alegría hay palabras que tienen una trascendencia indiscutible. Una de esas palabras es “calidad”. Pero la claridad conceptual que tenemos –o debiéramos tener- frente al término calidad, de pronto se debilita cuando esta palabra está acompañada de otras dos de gran complejidad y que son el motivo de este Congreso: identidad y espiritualidad. Y es que en el enunciado que sirve de título a la ponencia de Elizabeth Riveros, surgió mi primera reacción como un desacomodo cognitivo: ¿Es la calidad, desde la Educación Popular que oferta Fe y Alegría, un fin o componente aislado y plenamente autónomo al que la identidad y la espiritualidad le pueden “aportar” elementos que la fundamenten o justifiquen? Cuando decimos calidad, identidad, espiritualidad, desde el lenguaje y el contexto del Movimiento, ¿no estamos refiriéndonos a tres aspectos articulados entre si? La calidad surge como una respuesta urgente a las problemáticas de los contextos escolares en los que Fe y Alegría hace presencia. Surge como una propuesta

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que no puede ni podrá conformarse con buscar la mejora del rendimiento escolar. Surge como una alternativa de generar condiciones de equidad para un desarrollo integral. Calidad de educación para una mejor calidad de vida. Por otro lado, la identidad es el principio que nos permite autorreconocernos como Movimiento de Educación Popular. Es esa opción por la liberación a través de una transformación social. Es la savia que nos distingue como institución, como Movimiento. Por espiritualidad, en cambio, entendemos esa experiencia –que es también acercamiento- que se da al interior de la persona. Una espiritualidad que es, conforme lo manifiesta Elizabeth R., una comunión con el Creador. Y así como la calidad, desde Fe y Alegría, no se limita a evaluar y mejorar solamente los resultados, sino que prioriza una mirada profunda hacia los procesos escolares, la espiritualidad no puede ser solamente el marco teológicofilosófico que justifique la acción Pastoral. La espiritualidad es la opción por los más pobres. Pero para concretar esa opción no alcanza con ejecutar acciones: hay que pensar procesos pero, sobre todo, pensar a nivel organizacional con mentalidad de proceso. Identidad y espiritualidad entonces, no solo “aportan” a la calidad en la propuesta que se implementa en los centros: Identidad y espiritualidad moldean, sostienen y explican el Sistema de Mejora de la Calidad no solo como propuesta de innovación pedagógica sino como herramienta de transformación. Por ello, la acción pastoral, que probablemente es vista como el producto tangible de la espiritualidad, no puede ser solo un elemento o dimensión que se incorpore o se añada al SMC: es y tiene que ser un eje transversal permanente del Sistema. Por lo tanto, habría que cuestionarse el hecho de referirse a lo pedagógico y a lo pastoral como dos dimensiones cercanas pero distintas: no olvidemos que para los educadores de Fe y Alegría nuestra labor pedagógica implica, en la praxis, una labor pastoral. Finalmente, un par de interrogantes para seguir reflexionando en el día a día: ¿Qué elementos o factores amenazan que la calidad, la identidad y la espiritualidad se articulen plenamente en la búsqueda de la transformación social? ¿Qué otros elementos o espacios nos permiten evidenciar esa articulación?

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María Teresa Ibujes, Rectora del Colegio Juan Pablo II (La Bramadora)

Javier Sosa, Trabajador Social – Oficina Nacional de Fe y Alegría

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reacciones a la ponencia de maritza valderrama la espiritualidad del educador popular en el contexto de la educación de calidad

Reacción de María Teresa Ibujes Rectora del Colegio de la Bramadora

Maritza, un profundo cariño a ti, cuando en mis inicios en FyA me enseñabas como aprender la matemática en los talleres de capacitación para la irradiación en los centros, llamada así en ese entonces. Un profundo cariño como mujer, por todos tus esfuerzos por construir con tus convicciones un mundo diferente que muchas y muchos soñamos. Profundo respeto a ti como mujer. Es verdad soy FyA, mas soy mujer, soy docente, soy hija, soy compañera, soy hermana, soy tía, amiga leal de mis amigos/as sinceras. Se me ha pedido resonancia a tu ponencia, a ti que en un primer momento en FyA fuiste mi maestra, y porque desde mi ubicación relacional y social como mujer, hago ahora mi crítica constructiva de liberación. En tu ponencia presentas la temática: La espiritualidad del educador popular en el contexto de la educación de calidad. Parte de un rasgo fundamental, la opción por los pobres, el peregrinar con ellos en la dinámica de construir un mundo más justo, fraterno y solidario. Espiritualidad llamada a vivir, como primer llamado hecho a los docentes, desde la indignación y la esperanza. ¿Qué hacer para fortalecer la espiritualidad FyA en docentes? Y, lo fundamentas desde la comprensión trivial de lo genuino: como seres únicos, irrepetibles e irremplazables. Se hace énfasis en el testimonio por cambiar, por transformar lo relacional, con la necesidad de reconocernos en nuestros valores, limitaciones, de reconocernos en el ejercicio de nuestra ciudadanía. Palabras de Vélaz: “no se trata meramente de trabajar para el pueblo, sino con y por el pueblo, reafirmando y asumiendo sus valores, sus costumbres, su identidad. Nuestro modo de ser

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debe ser, trabajar con una educación que surja en la medida de los saberes, en un diálogo constante entre la vida y nosotros, entre nosotros y el mundo…”. Buscamos una educación que se oriente a formar personas solidarias, comprometidas, ciudadanos responsables capaces de imaginar una sociedad distinta con un compromiso de construcción real”. Para lo anterior se amerita la formación profesional como docente y que seamos capaces de: • • • •

Desarrollar el pensamiento lógico, orientado al desarrollo personal y comunitario. Necesidad de conocer nuestra identidad como personas y desde allí proyectarnos al futuro. Con nuevas prácticas educativas en relación de profundo cariño a los estudiantes. La recuperación del ideario FyA y su inserción en una continua y renovada práctica docente.

Maritza, terminas tu ponencia con palabras de tu exclusividad, y expresas en ellas la profunda madurez, reconociéndote. “La vida es vida, cuando los ancianos somos capaces de sentir y dar ternura, esperanza, alegría, cuando contribuimos a que los “otros sueñen, crean, sientan amen. La vida es vida cuando sentimos en cada amanecer esa maravilla que es la tierra y todas sus potencialidades. ¿No es todo esto la demostración infinita de la presencia querida de nuestro Padre? ¿No es todo esto la muestra de su infinito amor y su pasión por esa vida que nos ha donado? “ Desde lo anterior, mis cuestionamientos a tu exposición con lo que sigue: 1. Esta es la certeza que tiene Fe y Alegría sobre la espiritualidad, pero, como está encarnada en la realidad, es necesario saber si en nuestras leyes educativas hay algo que pueda servir como espacio para desarrollar, sin cuestionamientos, esta espiritualidad. Al hacer referencia a leyes educativas, puede entenderse como responsabilizar a la organización, a directivos nacional, y la dirección nacional, pues son primeros garantes de la herencia legada en espiritualidad y de una apuesta por los pobres. Pero también, nos desligamos de responsabilidades cuando pensamos que son ellos, que tiene la tarea de hacer posible este fundamento de FyA, la CUADERNOS DE EXPERIENCIA

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opción por los pobres. Me pregunto: ¿hasta qué punto esta opción se ve reflejada en mi convicción profunda? porque mis prácticas pedagógicas sean liberadores, si le dedico el tiempo suficiente, o si me limito a repetir año tras año. ¿Hasta qué punto mi amor por mis estudiantes, me invita a preocuparme verdaderamente por ellos?, ¿hasta que punto erradico la violencia hacia estudiantes en el aula, en el centro educativo, en la calle? La espiritualidad la heredamos todos, pero es responsabilidad de cada uno.

• La espiritualidad de FyA debe estar en permanente cuestionamiento, no •

porque no la tengamos, la conozcamos o no la vivamos, sino porque la pregunta continua a las nuevas realidades de empobrecimiento. Cuando hablamos de nuevas realidades, no solo nos referimos a más pobres en la periferia, o más allá del asfalto, porque además ya muchos centros tienen buen acceso no solo de asfalto, sino que están ubicados en avenidas principales. Estos centros ahora nos demandan mejorar la calidad educativa, porque estamos manteniendo la cadena de pobreza, estudiantes que no pasan a la universidad por deficiencia educativa, pedagógica y humana. Estudiantes que pasan a las filas de violencia y del fortalecimiento de estructuras de destrucción hacia lo vulnerable. Cuando haces referencia a una espiritualidad encarnada en la cultura, en las culturas, me pregunto, si esa encarnación va en línea de transformación de dichas culturas o si me he acomodado en ella, y como ella, valido la violencia, el maltrato, el estereotipo humano y social. Nos hablas de docentes solidarios, pero hasta que punto mi tipo de solidaridad, asume consecuencias, riesgo, amenaza, ¿o me doy para atrás?

Y trabajar en perspectiva de género en FyA no es solo que las mujeres estemos en las directivas de los centros educativos. Valoramos el aporte de la mujer en este servicio, ya es un paso el reconocernos como nosotras, en el lenguaje, las, ellas, nosotras, pero esto es solo un paso, hay que caminar a aterrizar esta nueva pobreza explicitada como signo de los últimos tiempos, en la literatura, en la teología, en la danza, en las luchas sociales, en la oración, en el reconocimiento público del movimiento de Jesús, en el discipulado de mujeres, en su anuncio del resucitado. Las mujeres nos sentimos incluidas en el género humano, y nominadas como hombres como raíz de interpretación, pero está lejos de nuestra identidad, también muchas mujeres queremos ser reconocidas. Cómo ayudar a nuestras mujeres a abolir el estereotipo de mujer en nuestra sociedad: mujer sumisa, mujer obediente, mujer casa, mujer madre, mujer cuer68

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po, estereotipo manejado en nuestras aulas, en nuestros programas festivos, en nuestras familias. Si nuestra educación es integral, aun tenemos en nuestras aulas a estudiantes mujeres y varones que les enseñamos a ser mujeres y varones como lo hicieron con nosotros nuestros maestros/as, no en línea de reclamo a ellos, sino agradecidas por lo que nos enseñaron. Cuando soñamos un mundo de mujeres y hombres con ojos nuevos, que juntos buscamos un mundo posible para todas y todos, para lo diverso, que comprenda la multiculturalidad, interculturalidad y sean capaces de rescatar, ordenar analizar críticamente y sistematizar sus propias prácticas para que otros las aprendan y utilicen. Esto va a suponer no hablar de multiculturalidad, mas la planteo como relación intercultural, comunicación, respeto, porque la interculturalidad también me va a plantear la interrelación en profundo respeto a mi misma, a mi identidad primera como mujer, al redescubrimiento de la identidad de otros/as. Inclusión en la espiritualidad encarnada, o que la espiritualidad se encarna en contextos, colectivos, procesos sociales, espiritualidad ¿qué incluya otras espiritualidades que construyen y apuestan por un mundo mejor?

Reacción de Javier Sosa Trabajador Social – Oficina Nacional de Fe y Alegría Estoy muy seguro que la mayoría de los educadores de FyA son conscientes de los postulados que hacen que esta noble institución posea una espiritualidad única y extraordinaria, pero ésta no nace simplemente por el hecho de formar parte de esta institución, ni menos aún, por ser destinatario de ella, sino que surge de la valoración del desarrollo del ser humano como fin último de la educación, el mismo que conlleva a la promoción social de las personas y comunidades como objetivo primordial. Una de las claves importantes para fortalecer nuestra identidad y sobre todo el espíritu de institución, es sin duda alguna, no limitarnos a recordar que la espiritualidad de Fe y Alegría, debe estar encarnada en la realidad, sino llevarlo a la praxis, dinamizando nuestro quehacer educativo, de modo que se potencien las vitalidades del ser humano y, nuestra fe se evidencie en rostros concretos que nos demandan una postura ante las situaciones de injusticia.

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Esta actitud radical frente a la injusticia parte principalmente del conocimiento de la realidad contextual y la comprensión de la compleja situación en la que nuestras familias se configuran, las dificultades y retos que experimentan los inconsistentes escenarios socioeconómicos, que amenazan con la satisfacción de sus necesidades básicas y afectan a su calidad de vida. No olvidemos que nuestro compromiso plasmado en el ideario es primeramente una educación popular que, será popular, siempre y cuando sienta y acompañe al pueblo en la construcción de su identidad, en el proyecto de irse convirtiendo en el sujeto de un proyecto histórico alternativo. Impulsando la organización de los sectores populares para que estos sean protagonistas de su propia historia y tejedores de sus propios sueños. Para propiciar la articulación de nuestro quehacer educativo con los desafíos coyunturales, debemos partir de la concepción de amar lo que hacemos, sea como directivo, educador entre otros, sin sensacionalismo, ni menos aún, con vanos apasionamientos estériles y momentáneos, que lo único que constituyen es un incremento de todo tipo de pobreza, es prescindir del valor de creer en el ser humano y reconocer sus potencialidades, de creer que es posible transformar al mundo para hacerlo mejor y menos injusto. Deseo rescatar una de las reflexiones expuestas por Maritza en su intervención y que destacan con un claro ejemplo el espíritu de un educador comprometido con la obra y de un educador que no siente esa chispa interna que lo ilumina “El educador que cree en el ser humano debe dar testimonio de que cambiar es difícil, pero posible cuando se rechazan las posturas fatalistas de los que imponen una cultura de dependencia, que ejercen un poder que dictamina que nada se puede hacer si no se cuenta con determinadas condiciones intelectuales y económicas”. En la práctica cotidiana, de visita y acompañamiento a centros, esta reacción es muy común, sobre todo, con docentes que están conscientes de que su labor educativa no termina con la fría reproducción de conocimientos, sino que está consciente que su trabajo inicia cuando experimenta dificultades de aprendizaje en sus estudiantes, necesidades educativas especiales asociadas al aprendizaje o bien especificas, asociadas a las condiciones de contexto. Esta experiencia significativa de equiparación de oportunidades se convierte a más de un testimonio vivido, en una orientación ética solidaria con la justicia social y económica como base del ejercicio de las libertades de todas y todos. No quisiera dejar pasar por alto un tema de concordancia entre la Constitución y la identidad de FyA, en donde ambas expresiones superan la visión reduccionista y limitante del desarrollo humano y social como crecimiento económico, y coloca como enfoque de desarrollo al ser humano y como objetivo final el alcance del sumak kawsay o buen vivir, el mismo que implica, además de mejorar la calidad de vida de la población, desarrollar sus capacidades y potencialidades y contar con un sistema económico que promueva la igualdad 70

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a través de la redistribución social y territorial de los beneficios del desarrollo. Esto indica que estamos enrumbados tanto por un camino ético como políticosocial. En tal virtud, exhorto a un esfuerzo de reflexión personal que nos permita identificar si desde nuestra labor de servicio, sea como directivo, docente, acompañante y, desde nuestra postura como destinatario, sea padre de familia, estudiante, etc., aportamos al fortalecimiento de la propuesta educativa popular. Recordemos a Perez Esclarín cuando propone el perfil del educador popular y menciona que el hecho de que sea popular no quiere decir necesariamente que sea del pueblo. 1. ¿Cómo inyectarles una dosis de espiritualidad a nuestros docentes cuando sus salarios no les alcanzan? 2. ¿Qué y quién es el educador popular? 3. ¿Qué debería ser primero, la educación popular o la identidad? 4. ¿Educador popular es aquel que presta sus servicios en educación popular? 5. Frente a los nuevos escenarios y desafíos de inclusión educativa, ¿no preciso generar ya una reconceptualización del educador popular?.

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preguntas del p. ignacio suñol sobre su ponencia ideas principales aportadas por los grupos de trabajo a. De los rasgos característicos de Fe y Alegría, escoge tres que te parezcan más significativos, y uno de ellos explícalo brevemente al grupo

• Una Espiritualidad Encarnada, que se esfuerza en testimoniar en todo su quehacer educativo, y en su modo de proceder los valores que proclama: justicia, solidaridad, amor.

• Movimiento de Educación Popular Integral y Promoción Social nacido de

la vivencia cristiana, animado por la acción del espíritu que se contextualiza a los signos de los tiempos presentes en las realidades de los centros educativos. Reconoce en todo ser humano a un hijo e hija de Dios y que opta por buscar junto a cada persona la dignidad que le corresponde.

b. Una característica de Fe y Alegría muy priorizada por el P. José María Vélaz es la audacia como fidelidad institucional a las exigencias de los tiempos nuevos. ¿Qué nos pediría realizar hoy este don de la audacia? Estar atentos y saber leer la realidad que rodea a nuestros centros educativos, a sus familias y estudiantes;

• Reflexionar nuestras prácticas educativas y pastorales; • Hacer realidad los sueños proponiéndonos metas que nos lleven a ser refe-

rentes de una educación humana y humanizadora, que promueva la transformación personal y social. • Buscar nuevas estrategias y proyectos educativos que respondan a la cambiante realidad. Nos ha de llevar a ser propositivos, creativos, adelantándonos con propuestas y proyectos a las situaciones de nuevas formas de pobreza y exclusión. • Ser proféticos y proféticas. c. Dice el Ideario que Fe y Alegría se compromete con el proceso histórico de los sectores populares en la construcción de una sociedad justa y fraterna (1.1). ¿Cuáles son los compromisos que en esta línea hoy debemos asumir como Fe y Alegría Ecuador?

• Fortalecer la educación en la práctica de valores. • Propiciar el trabajo en y con los sectores más necesitados.

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• Lograr una educación de calidad en los centros educativos. • Descubrir las nuevas fronteras de los sitios donde estamos y ser capaces de reaccionar.

• Promover la capacitación de los docentes en forma permanente, con segui-

miento, acompañamiento y evaluación que faciliten mayor incidencia en la comunidad local. • Promover y fortalecer una educación inclusiva que ofrezca alternativas para los estudiantes con necesidades educativas específicas y especiales. • Realizar seguimiento a los jóvenes que egresan de nuestros centros y sus posibilidades de inserción social y laboral.

Trabajo en grupo

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trabajo en grupo propuesto por el p. gilberto freire sobre su ponencia el discernimiento y el acompañamiento ignaciano, garantes de una educación de calidad A) Ejercicio de discernimiento comunitario Con la explicación sintética del discernimiento, podemos realizar un ejercicio práctico de discernimiento comunitario. Para lo cual abordamos un tema concreto de la educación de calidad de nuestros Centros Educativos de Fe y Alegría: “¿Es conveniente recibir en los Centros Educativos de Fe y Alegría a estudiantes con capacidades especiales?”. Para discernir el tema, nos planteamos dos alternativas: a. De acuerdo a nuestros principios humanos y cristianos, es conveniente recibir en los Centros Educativos de Fe y Alegría a estudiantes con capacidades especiales. b. De acuerdo a nuestros principios humanos y cristianos, no es conveniente recibir en los Centros Educativos de Fe y Alegría a estudiantes con capacidades especiales. En este ejercicio de discernimiento comunitario tendremos en cuenta los dos tiempos de elección, las “razones a favor y en contra” y los “movimientos de consolación y desolación”. Para ambas opciones, y se sugieren los siguientes pasos metodológicos: 1. Oración personal suficiente para buscar la libertad interior o indiferencia. 2. Puesta en común de las razones a favor de la recepción, en los Centros Educativos de Fe y Alegría, a estudiantes con capacidades especiales. Todos hablan. Nadie debate. Tomar Nota. 3. Oración personal para asimilar lo escuchado. 4. Puesta en común de las razones en contra de la recepción, en los Centros Educativos de Fe y Alegría, a estudiantes con capacidades especiales. Todos hablan. Nadie debate. Tomar Nota. 5. Poner en común las mociones (consolaciones o desolaciones) suscitadas después de las dos vueltas. Sin discutir y sin juzgar lo que cada uno expone. Todos hablan. Nadie debate. Tomar Nota. 6. Seguidamente, tratar de captar la moción dominante. 7. Elección o decisión: momento para deliberar, dialogar, preguntar para entender plenamente lo ocurrido y las mociones percibidas.

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8. Consenso: ver si hay consenso y si se puede pasar a la votación. Puede haber unanimidad o no. Se debe asumir el resultado de la mayoría. Poner por escrito. 9. Confirmación: Interna: adhesión de todos a lo decidido. Externa: cuando una autoridad tiene la última palabra y da su aprobación. Lo normal, en ambas alternativas, es la paz, alegría y esperanza. Poner por escrito.

Trabajo en grupo

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RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS PLANTEADAS POR ELIZABETH RIVEROS SOBRE SU PONENCIA LA PROPUESTA DE CALIDAD DE LOS CENTROS EDUCATIVOS CON LOS APORTES DE LA IDENTIDAD Y LA ESPIRITUALIDAD DE FE Y ALEGRÍA

1. ¿Existen otras formas mejores de hacer visible la pastoral en el centro educativo? Explique su respuesta • Haciendo bien el sistema de calidad hacemos pastoral, identidad, espiritualidad. • Articular todas las acciones a nivel nacional y regional, por ejemplo empezar a trabajar primero Identidad y espiritualidad, luego las siguientes etapas. Que no nos bombardeen con diferentes actividades de manera simultánea. • Que se planifiquen las diferentes áreas incluyendo y desde la dimensión pastoral. • Que todos los maestros sean sensibilizados y que se comprometan a la acción evangelizadora. 2. ¿Cómo mostrar a la comunidad educativa que la pastoral está en la esencia de lo que somos y hacemos? Vamos a planificar acciones pastorales directas, explícitas, pastoral explícita. 3. ¿Cómo organizar la escuela con visualización de la pastoral? No respondieron. 4. ¿Qué experiencias puede compartir de implementación del SMCFyA, con visualización de lo pastoral? • Análisis de Contexto ayudó a ver la realidad y desear su transformación • Grupos de Reflexión ayudaron a analizar las prácticas a volver sobre nuestras acciones para descubrir las fortalezas y debilidades 5. ¿Qué recomendaciones le hace a quienes acompañan la implementación del SMCFyA? • Que los acompañantes tenga claro todo el proceso para poder realizar un trabajo efectivo. • Cuando se hagan peticiones de ayuda sobre el proceso del sistema sean respondidas de manera rápida (se demoran de 2 a 3 meses en responder, eso hace que el proceso se enfríe). • Que todos conozcan bien el significado, los pasos y procesos de la SMCFyA. • Que ayuden en la articulación de las acciones. • Que se realicen un acompañamiento de manera más cercana y permanente a los centros que han entrado al proceso.

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RESPUESTA A LA PONENCIA DE MARITZA VALDERRAMA LA ESPIRITUALIDAD DEL EDUCADOR POPULAR EN EL CONTEXTO DE LA EDUCACIÓN DE CALIDAD

a. ¿Los educadores conocen esta nuestra teoría, estos postulados y los llevan a las aulas? Los maestros nuevos desconocen la espiritualidad encarnada de Fe y Alegría; los antiguos poseen un conocimiento sobre todo teórico, sin vivencias personales significativas, de allí que no generan aplicaciones en el aula. Sin embargo, se reconoce que muchos de los maestros se entregan con esmero y dedicación a la labor cotidiana de nuestros centros educativos. Entre las causas para el poco conocimiento de la espiritualidad e identidad del Movimiento, destacan las siguientes: el descuido en cuanto a la generación de procesos de inducción y re-inducción de la identidad dirigidos a los docentes, directivos y funcionarios del Movimiento, principalmente al personal nuevo; la gran variedad de credos religiosos que profesan nuestros docentes; el divorcio entre lo pedagógico y lo pastoral y entre la teoría y la práctica; un cierto cansancio en ciertos maestros y maestras que llevan algunos años en Fe y Alegría. b. ¿Qué podemos hacer, como educadores populares, para que nuestros niños reflexionen y sientan el placer y la emoción, de tener un sueño y gozar con la espiritualidad? Los directivos y docentes reconocen que son los primeros llamados y llamadas a encarnar la espiritualidad e identidad de Fe y Alegría, pues nadie da de lo que no tiene; requiere que sean creativos a la hora de potenciarla en los demás. Exige revisar la propia vocación docente, siendo ejemplo de vida cristiana que inspire a los niños, a los jóvenes y a toda la comunidad educativa. Están llamados a compartir el Espíritu, generando sueños y alegrías en cada uno de los actores del movimiento. Los directivos reconocen asimismo la necesidad de profundizar en el conocimiento y la puesta en práctica de los postulados de la educación popular, de impulsar un aprendizaje basado en proyectos para que desde el aula se construyan alternativas a la realidad contextualizada de la comunidad educativa y que en todos los centros se fomente una cultura de la gratitud

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c. ¿Cuál es la relación que existe actualmente entre las disciplinas que se enseñan a nuestros estudiantes y la espiritualidad que propone Fe y Alegría? En la actualidad, la espiritualidad se considera un eje transversal que busca fomentar en nuestros estudiantes la capacidad de reflexión, de crítica constructiva, de denuncia de las injusticias; esto es enseñar para la transformación de la vida, configurando aspectos esenciales que diferencian a Fe y Alegría de otras propuestas educativas. Junto a las otras disciplinas, la espiritualidad ayuda a la integración entre lo académico y la vida. Sin embargo, se cae en cuenta que no se ha dado tiempo para articular el contenido de la espiritualidad, integrándola metódicamente en los contenidos de las disciplinas impartidas a los estudiantes. d. ¿Cómo podemos apoyar a los educadores populares para que fortalezcan su espiritualidad en la realización de su vida cotidiana? Creando espacios para que la espiritualidad se aprehenda con conciencia, sin esperar que el Área de Pastoral lleve un sacerdote, un religioso o religiosa, sino que sean los mismos docentes seglares quienes asuman el desafío de empoderarse y promover la espiritualidad del Movimiento. Además, se pueden crear espacios formativos, como talleres de formación en espiritualidad, convivencias, retiros. No se puede desistir de la formación permanente y acompañamiento integral a los educadores, pues la espiritualidad de Fe y Alegría se revitaliza en el camino, avivando la pedagogía de la ternura y el amor.

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Congreso Nacional de Directivos de Fe y AlegrĂ­a Participantes del Congreso

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