Vivir en época de Pandemia
LA PANDEMIA DE LA COMUNICACIÓN María Pía | 33 años – Licenciada en Comunicación
Está claro que el coronavirus es, desde hace un tiempo atrás, motivo de charla familiar, entre amigos, vecinos, compañeros de trabajo; incluso actualmente, en época de aislamiento social, preventivo y obligatorio, los mensajes, la llamadas, los mails, giran alrededor de esta pandemia. No hay dudas que existe un riesgo real, que el virus representa una amenaza; y que, como toda amenaza, esté en boca de todos, sin ningún tipo de filtro etario, racial, profesional, etc. En términos comunicacionales, en los medios hay una sobreinformación (como suele
ocurrir generalmente) en el abordaje de tema. Opiniones encontradas, especialistas en TODO lo que implica intervención en esta pandemia (desde médicos hasta especialistas en látex y barbijos), consejos y sobreconsejos, lo cual provoca confusiones y -muchas veces- malas decisiones en la sociedad. Claramente las consecuencias son altamente nocivas, y contraproducentes, dejando -una vez más- a la desinformación como protagonista junto al Covid19. Entendiendo que los medios son “la ventana al mundo real”, el impacto que generan las producciones comunicaciones afectan directamente al espectador, en este caso, a toda la sociedad, porque está claro que, en aislamiento obligatorio, son los medios de comunicación los que nos “conectan” con ese mundo exterior, fuera de las 4 paredes de una casa. ¿No
resulta, acaso, responsabilidad suficiente como para parar la pelota y pensar en qué y cómo se comunica? Aparentemente, no. La prensa hace -aún más- fatalista la realidad, informando negativamente (y esta pandemia no iba a ser la excepción), acompañando de la imágenes más tristes y música acorde, creando climas de pánico y constante sugestión por parte del ciudadano común, que actualmente se encuentra más sensible y susceptible a todo tipo de información, y sin dar un marco editorial o comunicacional acorde que permita decodificar en forma “correcta” lo que se intenta comunicar. Si habitualmente, el ciudadano común accede a la información de forma inmediata en la web y en redes sociales, cuánto más se incrementa la circulación de información en aislamiento. Cada persona recibe un sinfín de datos e información, convirtiéndose rápidamente en un vehiculizador de la misma, que en una mínima proporción resulta útil. El escenario actual le da a los medios de comunicación (abarcando en el concepto tanto a los grandes medios masivos como a medios más pequeños, las agencias de comunicación, comunicadores particulares, actores de relevancia social, “instagramers” o aquellas figuras públicas que tienen llegada a
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