Vivir en época de Pandemia
INVITACIÓN A LA EXPERIENCIA Estamos viviendo un momento único, una situación para la cual nadie estaba preparado. Ni siquiera las películas han previsto esta situación como algo posible a través de la ciencia ficción.
Un virus surgido en el lugar más recóndito, terminó paralizando al mundo entero. Pese a que muchos hicieron lo imposible, hasta el cansancio, para que eso no suceda, tuvieron que terminar cediendo ante él. Y entonces, el mundo globalizado, hiperactivo como lo conocemos en la actualidad, hiperconectado, un día se paralizó y nos dio una oportunidad única para pensar; para pensar(nos) si es que estamos en el camino correcto. Un momento de reflexión único, un
momento de reflexión universal, ese momento que el Planeta nos venía pidiendo hace tiempo… (Quizá podemos imaginar que, tal vez, nos viene pidiendo por favor que paremos un segundo desde que el mundo se industrializó, y cuánto más aún, desde que las economías y los mercados se han globalizado).
ESE DÍA LLEGÓ, ES HOY ¿SEREMOS CAPACES UNA VEZ MÁS DE DESAPROVECHARLO? Mientras escribo estas palabras, pienso, y claramente no me permito dejar pasar todo lo negativo que esta pandemia trae consigo, de lo drásticas de las decisiones que han tenido que asumir la mayoría de los gobiernos, ni siquiera insinúo que esta pandemia tiene algo de positivo, pero sí me tomo un segundo y reflexiono acerca de que es una gran señal para no dejar
pasar, una vez más. Un momento donde, por primera vez, se ha puesto en la tapa de los diarios dominantes la discusión sobre teorías instaladas y escritas en letras de molde. La teoría del derrame y el consumismo, hoy están siendo discutidas por teorías colaborativas como la de los juegos de John Nash. Es así que, escuchamos hablar de la economía solidaria, del consumo sólo por necesidad, la administración de la escasez, y de preocuparnos por nuestros desconocidos. De ahí que surgen con más frecuencia ideas tales como: “nadie es más importante que todos juntos” o “nadie se salva solo”, como dijo el Papa Francisco en su último mensaje. Estas ideas, se han convertido casi en una cuestión de estado, y aquellos que aún no la comparten y
continúan empujando por el individualismo, quedan ridículamente expuestos como verdaderas minorías.
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