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Vanguardia & dise単o
SUMARIO
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Cartelera
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Perspectiva: Gui Bonsiepe
Invaciòn: Phillippe Starck
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Zona Diseño
En este numero de diseño y vanguardia presentamos una serie de entrevistas de dos personajes del mundo del diseño que han dado mucho que hablar, uno defiende a capa y espada el diseño de autor el otro lo ataca sin titubeo por supuesto nos referimos a Phillippe Starck y a Gui Bonsiepe dos titanes que nos cuentas si pelos en la lengua sus opiniones, aciertos, criticas y gustos Pag 2 y 4
LA VERGUENZA DEL TANGO Quien diría que de aquellos gigantescos aparatos que no hace muchos años pololeabamos con glamour en las calles hoy se convertirían en destacados accesorios Ya el tiempo nos ha hecho avergonzarnos de aquel viejo modelo Tango que cariñosamente llamábamos ladrillo para inflarnos de soberbia con este nuevo modelo también de Motorolla que despreocupado y majestuoso tiñe las paginas de esta revista
EL ELEGIDO DEL MES
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EN PERSPECTIVA
Odia el diseño de autor, la arquitectura llamativa y cualquierpretensiónposmodernistaqueseinterponga entre el usuario y sus herramientas. Gui Bonsiepe sabe lo que quiere y lo quiere para Latinoamérica, el continente que ama por periférico.
BIOGRAFIA Gui Bonsiepe es un reconocido diseñador nacido en Alemania (en 1934). Estudió y posteriormente enseñó en la HfG (Hochschule für Gestaltung) en Ulm, Alemania. La HfG es considerada por muchos una progresión de la Bauhaus, y fue fundada por Otl Aicher. El impacto de Bonsiepe sobre el diseño latinoamericano ha sido importante, introdujo la idea del diseño proyectual y del diseño de información y ha publicado algunos libros en español. Sus ideas sobre el diseño desde la periferia han sido muy influyentes. Gui argumenta que el diseño se debe de hacer desde los mismos países en el contexto en el que se vive. Bonsiepe afirma que no existe una teoría del diseño como tal, sino un discurso del diseño. El diseño no cuenta con un cuerpo teórico propio, sino toma prestadas teorías de otras disciplinas y las adapta al contexto del diseño. Sin embargo, promueve la madurez de la disciplina para que cuente con un cuerpo teórico sustentable que eleve al diseño al nivel de las ciencias sociales, ciencias exactas y las artes.
Estuvo casi una semana en Santiago dando conferencias a alumnos y colegas que se preocuparon de llegar temprano para “agarrar” asiento y no quedarse frente a la pantalla repetidora que se había colgado fuera de la sala. Una convocatoria masiva para un tema por el que pocos apostarían: la teoría del diseño. Le dijeron que era un gurú y él se defendió de su propia imagen mistificada. Dijo que no, que él no traía soluciones, sino sólo opiniones, miradas sobre las posibilidades del oficio en un mundo globalizado y competitivo. “No soy un gurú”, repite convencido el día de la entrevista, a pesar de que esa mañana recibió su medalla de Doctor Honoris Causa de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM) y dio una charla magistral que luego le pidieron para llevársela al Presidente Ricardo Lagos. Gui Bonsiepe dice estar agradecido del trato que se le da en Chile -”son increíblemente cálidos y generosos”- y no quiere sacarse la medalla en cuestión. La levanta para mostrársela al fotógrafo. Después se acerca para contestar las preguntas, mientras sus anfitriones esperan pacientemente a que termine para seguir con los agasajos. Y es que Bonsiepe, diseñador y teórico de esta disciplina, tiene estrechos lazos con Chile. Al egresar de Ulm, escuela alemana heredera de los postulados de la Bauhaus, viajó
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a trabajar a Argentina, desde donde se trasladó a Chile para elaborar un programa de cooperación y fomento de la pequeña y mediana industria. Eso fue en 1968 y cinco años después partiría rumbo a Brasil, lugar en el que reside hasta hoy. Alcanzó a inscribir como chilenas a dos de sus hijas y a hacerse un grupo de colegas amigos con los que se seguiría encontrando esporádicamente al pasar los años. Decidió radicarse definitivamente en Latinoamérica, un continente que le parece bastante más “entretenido” que la “resuelta” Europa a la que sus amigos no han logrado convencerle de volver. Parecen factores para cautivar a su audiencia. Pero tal vez lo logran más sus ideas que van desde la sentencia de muerte para el diseño gráfico en tiempos de internet, una acérrima guerra contra la vanidad de cierta arquitectura (un tema que saca aplausos en el gremio) y el inflexible rechazo a las ínfulas de artista con las que se invisten ciertos colegas. Utiliza un icono con el que logra sonrisas irónicas: Phillippe Starck y su exprimidor Alessi de 75 dólares, cuyo diseño no contempla la retención de las pepas de las naranjas. “Es una pieza para poner sobre los escritorios de los empresarios y decir que ellos sí aprecian el diseño y el arte. Una estupidez”, espeta mientras cambia la imagen del powerpoint. La audiencia suelta carcajadas.
-Usted ha dicho que el marketing se “comió” al diseño. ¿Se refiere a las alianzas entre marcas y diseñadores, como Phillippe Starck o Marc Newson, asociados a Puma o Alessi? “El marketing descubrió en el diseño una variable para fortalecer sus intenciones y el diseño se dejó seducir por él. Yo no quiero negar la importancia del marketing, pero me parece equivocado reducir el diseño a eso. Se trata de otro oficio que busca hacer objetos más usables e informaciones más comprensibles para el usuario, no para posicionar a empresas en el mercado”.
<<es una pieza para poner sobre los escritorios de los empresarios >> -¿Y quienes pelean de su lado están en batalla contra la banalización del diseño? Hoy, muchos piensan que mientras más sofisticado y creativo es un diseño, es mejor. “Yo creo que hoy la gente piensa que el diseño es una carrera fácil, de mucho baile y mucha entretención. Me temo que una generación de estudiantes va a sufrir un despertar muy doloroso, porque el diseño requiere un know how duro, profesional. Hay que saber de precios, de materiales, conocer las otras profesiones que intervienen en él, no es una cosa de estética y sensaciones. Por eso estoy en contra del diseño de autor, de la automarca tipo Phillippe Starck. Ojalá los productos diseñados interfieran de la manera menos molesta en mi vida, no quiero productos sobre los que se siente que han sido ‘diseñados’”. -¿Y de dónde provendría esta cercanía entre arte y diseño? ¿Tiene que ver con que el discurso crítico
y teórico del diseño no está muy desarrollado? “Son varios factores. Yo creo que todas las profesiones tienen un discurso propio, pero en este caso no hay una tradición de reflexión crítica. De hecho, hay una aparente oposición entre teoría y práctica, por eso yo evito presentarme como un teórico”. -”Nos han dicho que las Grandes Narrativas han muerto. Ese es sello de la condición posmoderna. Pero donde antes teníamos varias narrativas compitiendo, ahora encaramos -en larga escala- la propagación de una Meganarrativa, llamada Mercado”, escribió usted. ¿Es algo que debiese enfrentar el diseño? ¿De qué forma? “Es cierto que con el postmodernismo fue inaugurado el período de la muerte o de la desaparición de las grandes meganarrativas. Esa crítica al proyecto utópico de la modernidad me parece en parte justificado, pero creo que se hace eliminando toda la parte positiva del iluminismo. Estas nuevas corrientes juguetonas de la filosofía en que todo es entretenimiento, ironía y alusiones dejan de lado el tema que la modernidad es un proyecto inacabado como dice Habermas. Mi proyecto de diseño está arraigado en ese proyecto, porque hay muchas cosas aún por hacer, particularmente en los países periféricos donde las promesas del proyecto de la modernidad no han sido cumplidas”. -¿Y cómo sería ese diseño posmoderno que no cumple las promesas? “Se manifiesta con más claridad en la arquitectura. Grandes obras con curvaturas como el diseño de (Frank) Gehry para el museo Guggenheim de Bilbao en el que hay una categórica división entre la piel del edificio y la construcción in-
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terna. A pesar de todos los elogios que ha recibido, yo pregunto a los directores de museos si es que están contentos con esas condiciones para exhibir las obras. La arquitectura es tan importante que aplasta. Soy alérgico contra ese tipo de arquitecturas y contra su símil en diseño, el que hacen las estrellas que se venden como firmas. Para mí, la relación arte y diseño es una irresponsabilidad que mistifica una actividad profesional. Le dan una aura de incomprensibilidad, una idea de que no puede ser penetrable a criterios racionales, cuando el diseño tiene que ser eso: racional”. -¿Cuáles cree fueron los principales cambios en el diseño tras la irrupción de los nuevos medios? “Muchos. Se nos abren nuevos desafíos para los diseñadores, que exigen ciertas facultades intelectuales como es el dominio del lenguaje. la globalizacion y la masificacion total de los medios se han encargado de dar una nueva perspectiva y horizonte sde trabajo a una nueva camada de diseñadores sedientos de nuevos problemas para generar asi nuevas soluciones de seguro veremos, un cambio que debera apoyarse en la academia y la etica contemporanea porque despues de todo los diseñadores de hoy son los que hara historia mañana el tiempo no perdona nunca.
Esto se puede tomar como una provocación, como arte, simplemente como un objeto bonito(...) e incluso se puede considerar como una gran mierda, como una gran obscenidad o como a uno más le plazca. A mi, las opiniones me importan un carajo Philippe Starck recibe de prestado en el despacho de un socio. La estrella del ‘starck system’ es un nómada postindustrial. Un monje que vive en islas sin agua ni luz y se desplaza en avión propio. Monumento a la contradicción, el inventor del materialismo cotidiano defiende una ética humanista, la política como filosofía y la utopía espiritual de un mundo mejor. Cualquier cocina, salón o cuarto de baño es el museo personal de este creador de objetos hogareños, desde exprimidores y cepillos de dientes hasta sillas, lámparas y ratones de ordenador que dice no utilizar. -¿Eligió hacer lo que hace?. -No. En absoluto. Vengo de una familia de aeronáuticos, formado en la idea de la invención y de la tecnología al más alto nivel para hacer, finalmente, cepillos de dientes. La vergüenza de mi vida es hacer este oficio. Por eso trato de hacerlo lo mejor posible. Me ha elegido más que lo he elegido yo. Por razones que ignoro. Pero sé por qué lo he aceptado: por pereza. -¿Reivindica la pereza? -No. Ni tampoco la practico. Trabajo día y noche. Pero, aún así, me entristece ver que soy todavía demasiado perezoso. Para mí la pereza es inexcusable. Nadie está obligado a ser un genio -yo no lo soy-, pero todo el mundo debe participar en la gran poesía que es nuestra civilización y, por tanto, trabajar.
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-¿Ha intentado escapar a la herencia tecnológica familiar? -No. Al contrario, seguramente somos los únicos en el mundo capaces de sacar de la nada una moto, un avión, un barco. Pero también un cepillo de dientes, un restaurante, un hotel, alimentos biológicos o zapatos inteligentes. No porque seamos esclavos de la tecnología sino porque la hemos integrado como un parámetro normal. Sólo somos esclavos de la debilidad humana. -¿Se considera un inventor? -Soy, ante todo, un inventor. En esta firma estamos mucho más cerca del espíritu, la estética, la belleza o la inteligencia de la ingeniería que del estilismo de moda. Nuestra manera de pensar es intemporal, redoblada con
¿Yo diseñador? mas bien seria un politico del diseño y eso a muchos eruditos y criticos les molesta aunque me divierte darles migajas para que coman... una visión vigilante sobre el futuro. Eso nos ha dado nuestra posición y longevidad. Si no hubiéramos sido más que estilistas o diseñadores, nos habríamos pasado de moda al cabo de dos años y estaríamos en la basura como todo el mundo. -¿No está en la cresta de la ola? -No. Pero sigo ahí. Extrañamente, los diseñadores que están de moda sirven sobre todo para llenar los medios de comunicación, están muy inscritos en un sistema institucional. Mientras que a nosotros la estabilidad nos da una libertad que nos permite, pese a todo, seguir en vanguardia. Porque somos estructuralmente libres. No nos hacen falta los medios -con perdón-, el dinero ni nada. Hacemos lo que queremos.
poético y surrealista sin ninguna relación con la visión de mutación de la especie humana o de civilización. -¿Hay ética en un cepillo de dientes? -Desde la fundación de esta empresa hace 25 años seguimos estrictamente una carta ética escrita. No trabajamos para las armas, los alcoholes fuertes, el tabaco, el juego, la religión, las compañías petroleras ni nada procedente del dinero sucio. Nos cuesta varios millones de euros al año rechazar esos mercados. Nuestros proyectos son elecciones éticas, que puedan servir a la gente o transmitir una parte de mensaje. Nuestro trabajo es esencialmente político. El diseño es tan mudo, un vehículo tan autista, que hace falta casi una vida para expresar una idea política. Todo lo que hacemos es siempre un fragmento de un discurso político.
-¿Y el estilo?
-¿En su trabajo, la ética prevalece sobre la estética?
-Mi único estilo reconocible es la libertad. No se cambia de estilo según los proyectos. Se aplican siempre los mismos valores éticos, la misma lógica y el mismo proceso de pensar. Pero se les adapta a las necesidades del proyecto con la mayor libertad. Cuando diseñamos aeropuertos espaciales, coches de hidrógeno o catamaranes revolucionarios estamos en la alta tecnología. Pero si hacemos un restaurante en Pekín o un ‘night-club’ en Shangai, estamos en lo barroco, divertido, humorístico,
-Evidentemente. La estética no me interesa, no sé lo que es. Lo bonito es una apelación burguesa que para mí está vacía de sentido. Puedo comprender la coherencia de signos, la armonía de parámetros. La estética es un juicio cultural sin valor porque no es intemporal. No es más que la herramienta que sirve a la moda, al consumo, al ‘me gusta, no me gusta’. Nosotros trabajamos en un funcionalismo ilustrado, post-freudiano. La belleza de un objeto es su competencia para expresar un mensaje y una función. No trabajo en lo bello, intento trabajar en lo bueno. Cómo nos va a aportar una vida mejor, ser más felices, inteligentes, sexy, enamorados... -¿Se cree un diosecillo capaz de insuflar un alma a los objetos? -Yo no trato de dar una espiritualidad a la materia. Eso lo dije durante mucho tiempo, porque era joven e idiota. Dejo la materia como un pretexto, un pa-
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saje a veces obligatorio, para hablar de otra cosa. Evidentemente es político, filosófico. Sería una tontería olvidar que, ante todo, toda la vida es una filosofía y una política. Toda elección es política. -¿Y no elegir?. -Elegir es un acto político, pero inútil. La elección es una obligación. Pero se puede elegir decir ‘no’. Hoy es la opción más interesante. Hace 20 años decir ‘no’ hubiese sido negativo, reaccionario y conservador. Hoy hay que saber rechazar la máquina descerebradora, embrutecedora e idiotizante para refundar una civilización que sea un poco civilizada. -¿Dice ‘no’ a menudo? -Rechazamos del 90 al 95 por cientos de las propuestas, casi todo. Por varias razones. Trato de retirarme del mercado, desaparecer para hacer otras cosas. Pero es muy difícil. Sobre todo porque un estudio hace cuatro años calculó que yo alimentaba a 330.000 personas. Es una responsabilidad increíble. Como tener hijos. Ya no tienes derecho al suicidio. Pagas la única última libertad que es decidir sobre tu propia vida o muerte. Cuando das de comer a tanta gente ya no eres libre de suicidarte profesionalmente. -¿Hay una parte de su alma en sus creaciones? -Evidentemente. No hay ninguna voluntad de imperialismo, porque no estoy armado. No tengo ningún medio de imponer nada. Hago cero publicidad. La gente compra mis objetos por el boca a boca. Pero hay el mismo espíritu en todas mis acciones aunque parezcan totalmente diferentes y es eso lo que me gusta que se vea. lo que realmente intento Para ser sabio, hace falta haber cometido errores. Para ser generoso, hay que ser rico. Yo, que he contribuido de una manera no vergonzosa a la socie-
dad de consumo y de comunicación, estoy muy bien situado para ver sus límites y peligros. Mi posición no es paradójica, es normal, hoy por hoy el diseño se ha convertido en un estilo de vida,e s un sinonimo de distincion y buen gusto, claro que se que esto altera a muchos eruditos que con una inercia aptitudinaria se esfuerzan en buscar soluciones al modo de vid ade la gente con tratados y manifiestos que no hacen mas que llenar sus bolsillos de dinero con las milagrosas soluciones para los desposeidos del diseño ...
BIOGRAFIA Starck se acuerda todavía como pasó su niñez en las mesas de dibujar de su padre, como pasaban las horas serrando, cortando, pegando, desmontando bicis, motos y otras cosas. Horas (o más bien una vida) dedicadas a la creación y al desmontaje de todo lo que le afecta, a dar nueva forma al mundo que le rodeaba. Un par de años y algún prototipo más tarde los italianos le confían nuestra instalación, el presidente Mitterand le pide que cambie su vida en los Champs Elysées y el Café Costes se convierte en EL CAFÉ por excelencia. Diseña con el Royalton y el Paramount en Nueva York los primeros clásicos de la nueva imagen del sector hotelero. Dispersa en Japón sus extraordinarias capacidades arquitectónicas que le convierten en el padre de la arquitectura expresionista. Su respeto por el entorno y los hombres también llega a Francia por lo que se le concede la realización de la Escuela Superior Estatal de las Artes Plásticas en Paris así como la de la incineradora de la zona de Paris así como la construcción de la torre de control del aeropuerto de Bordeaux. En el extranjero sigue sacudiendo los cimientos culturales y las tradiciones de grandes metrópolis. Los restaurantes Felix en Hong Kong y Theatron en Mexico son sus siguientes obras (de arte). Sus hoteles enriquecen el territorio americano gracias a su excentricidad: el Delano en Miami, el Mondrian en Los Angeles, el Hudson en Nueva Cork, el Clift en San Francisco. En Londres la apertura este año de una nueva galería
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Z Zona Dise単o
Exprimidor listo para despegar
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