Gabriela Bejerman
Crin Belleza y Felicidad, 2001
puentes de sidra y helado en la larga estepa que circulábamos vos sobresalías más tenías como un puente o muchos a tu alrededor y yo me subía a todos o algo así vos te fotografiaste con vos mismo yo te tenía la cámara nada más parecía que hubiera un proyector de caras mostrando los rieles de los puentes un filtro de diamante opaco se apareció en tu ojo viste? yo qué sé había un viento total que se pegaban mis labios a un beso colgando de tus puentes sabios, rotos en la ropa que dejaste al lado del momento laguna hubo un bulto que se movió como la simpatía o el mal humor
parece tu estilo ver llover helados parece que estás llorando pero eso no te toca a vos, cariño sabés algo? creo que sos un espíritu que vive en mi casa en el fondo no te conozco voy a enseñarte a masticar agua es un chiste que se me ocurrió no te divierte?, ah pero probá viste que está buena el agüita? mordela bien no te atragantes qué boca gorda rica tenés mojado el rubor labial qué suerte que estés tan cerca así te puedo besar vení, mush, me acerco, mush después ya no había más sidra en nuestros corazones el chocolate crocante estaba roto en la heladera y el de dulce de leche a medio derretir quedó arte
mĂrenlo chicos vengan a chupar la sangre del primero de enero y al atardecer de este dĂa no ordenĂŠ los otros cortan sin dejar mensaje voy a buscar la pastillita, vos dormite
18° C Hace dieciocho grados a las cuatro de la mañana. La ciudad viaja en su taxi. “El puente Golden Retriever.” No sé por qué casi hago el amor sin desear. En el remís hay música de Air Supply, muy romántica. Pasan dos adolescentes deslizándose sin casco. “Él se apuró para darme un beso más al partir.” Me puso el corpiño y la bombacha como un experto torpe. Fumamos, charlamos, nos juramos eterna amistad. El colchón tenía partículas en vez de sábana. El agua y la cerveza nos dictaban palabras. Él me ofreció fruta tropical que rechacé. Quería darme clases de sutileza. Después me prometió un desayuno amoroso: Café con leche, diarios y factura tibia. Mientras hablaba palpaba. Yo me resistía disimulando ante mí también. Le di el gusto. Fui egoísta. Lo quiero.
el frasco de perfume está caído el frasco de perfume está caído nada se ha derramado de él, sin embargo las gotas contenidas dentro del vidrio espejan el resto del cuarto cilindros la alfombra teñida de pelitos los almohadones desenchufados palabras en la biblioteca desbordando mis gatas dormitan frente al computador encendido, vibrante se adoran como espuma de cuadros los bigotes detectan mi poesía naciendo la poesía del frasco de perfume que hoy derribé al salir rápido hacia mi trabajo bajé las escaleras
con la tapita en la mano y llegué hasta la puerta en la vereda sentí en la mano el sabor oliéndome como un camino que hago todos los días entre los árboles cambiantes las esferas del cielo los cuerpos celestes y las estaciones de néctar traslucen las cuadras hasta el colegio perfume de jazmincitos rosa china, arbustos en los coquetos monoblocks de belgrano r el frasco de perfume está caído es lindo saber de su caída que yo provoqué recordar mi apuro... ahora estoy tan tranquila estoy en el poema soy como una flor
por la que pasa el viento transpiro belleza, quietud blanca y perfumada desvanezco el aire que entra en mí plac! se cayó el frasco de perfume no importa voy a dejarlo así volteado sobre el escritorio, habla con mi lapicera roja con los papeles disueltos con el sombrero tejido y la cáscara de maní de 1999
no saber
el piso estĂĄ manchado de ilustraciones de mi vida el lazo de amor florece a cada hora el canto de las flores desborda el tiempo la mirada de las cosas las enciende no comprendo quietas, intactas, sueltas las almas el paseador de perros parece feliz contra la mancha del sol y sus amigos cotidianos lo respetan quieren darle un momento de alegrĂa las cortinitas de las casas tienen pequeĂąas mentiras bordadas para no tener que decirlas en las lĂĄgrimas de las alumnas
encuentro una razón para dar amor el tiempo parece inmóvil pero fluye a través de estos esbozos de vida ¿en qué orden? la conciencia va y viene como un péndulo bajo el agua iluminado por la luna por la luz verde de las plantas a la noche entrego mi deseo al universo soy viajante del espacio viajante nada se quiebra en el fluir los insectos siguen su destino los cantantes dan vida en su voz las pestañas protegen y seducen y así el rumbo de las cosas es un ensayo sin interrupción
Fulgor Los ojos de la tormenta estaban muy claros abiertos proyectando viento sobre las plazas y las ráfagas de agua pronto iniciaron su líquido estruendo. El perfume frío y la noche elevaban a los personajes fuera del tiempo. Las sillas volaban, las ramas se desprendían, el sonido de las voces era música nocturna que rodaba en el viento contra los automóviles espejo del viento superior que hacía flotar las nubes luminosas a pesar de la medianoche. Un primer beso, semi-oculto detrás del bar vidriado, casi atropella el tiempo haciendo verter todo el presente en visiones fugaces
del pasado y lo que vendrá. Suspensión. Deseo. Los aullidos de los labios que ansiaban besarse eran disimulados por palabras a través de las que se colaban hilos de verdad natural. Luego, el baile un fuego declarado en bocanadas de humo encendido. Frenesí. El movimiento áureo soltaba aquello escondido por siglos bajo el dictado de la voluntad. El fulgor volvió a encenderse desde los ojos, por los dedos a través de la piel parlante. El jugo de los bailarines se tocó. Verbo y silencio simultáneos: ejecución musical
de los besos. La carnalidad rosada por labios abría un nuevo aroma en la tormenta nocturna, muy lenta, la primera lección y sabia ya como la lengua. Los barriletes y los pararrayos atentos al relámpago querían morir en el fulgor.
un bote se aleja de la tarde
quisquillosa y atronadora la Ăşltima hora de la tarde nos separĂł como un terciopelo cortante quise decir una palabra pero desapareciste o enmudecĂ igual que la pena que ya no siento por vos sĂłlo amor alba de colores sanos un bote se aleja de las orillas para siempre
Los caballos comen de noche
el poco calor que el sauce fundió hoy en su clorofila vibra visualmente todo aquel murmullo del viento al que pertenezco hace mover también la hoja seca sobre gravel la voz de pájaros y otros animales del atardecer como un eunuco mi único placer sexual es el movimiento del micro recordándome sueños va llegando el color flúo este extraño resplandor ¿qué despierta en mí? frío fragor violeta un espíritu de eso como un alma
levanta niebla en mí voy más adentro del paisaje como si la luz reflejara el interior oscuro de las cosas sin corte transversal entro como un rayo láser ubicuo ya no hay nada de mí el viento es mi oído se funde sin luz mi cuerpo real entro al croar de la rana que el pájaro imita viajo, sigo viajando ya casi estoy en la noche que aquí no es verde sino rosada aparezco como un tambor apagado como un interno despertador ¡tanto vi! de noche también comen los caballos cruje entre sus dientes con labios un heno tierno ya los pájaros y perros no saben qué imitar
con su sonido el viento huracanó sus plumas y pelo adormecidos recordándoles el tiempo de la oscuridad el neutro silencio (épico) la voz también se interna en las rocas de su mineral ser y el agua del cuerpo percibe un blando letargo que deja fluir negro la noche nos está atravesando comen los caballos sin ver las paredes producen invisible textura luz fumando opio bajo tierra adentro de la montaña la tierra toma colores para el futuro temblor
Abre los ojos
el jardín de un cielo fuego también verde planeta de ojos de colores que mirar extraño oasis la cascada amarilla ascendente gran movimiento la tierra apenas sostiene vertical procesión y la ampliación continua de los círculos pero un ojo negro niega al vislumbrar mi nombre ¿por qué existe la oscuridad? se pregunta a sí mismo pestañea sin contestar vienen a besar sus párpados insectos brillantes del día y de la noche. Entre los dedos del aire pasa el tiempo como un haz de lápices sobre el papel a veces quedan palabras y a veces no si alguien piensa en mí
¿cambia este dibujo? siento que viene el sentido como una ola apenas llega la marea baja no sé si queda alguno en mí sólo hay colores estruendo que besa una posible inmensidad veo el abismo de lejos desde arriba como un insecto contempla, se lanza a una flor ¿por qué nunca sueño con paredes? ¿por qué pienso que estoy hecha de viento? ¿por qué soy feliz cuando estoy sola, los demás en mí, yo mirándolos? ésta es mi personal nube que a veces salpica ésta es mi cometa tiene garras suaves para captar coliflores de aire
en los que queda atrapado como una pinchuda flor el árido albergue de un cactus las espinas no solo hieren la piel también tajan el aire y eso es música incolora que ya hacia el cerebro y el ojo negro abre los ojos viendo al fin que su sombra no es más que claridad proyectada sobre el cuerpo y más allá la materia es sustancia oscura donde deslizar luz
lago y tú
voy al lago de la cama estás saludándome adentro del ventilador como un macho en partículas te arrojo las manchas de la bikini culpándote por las horas de playa dónde me vertiste? me rescató mi mujer (yo) tuve un sueño muy frágil devoraban mi cuerpo siete hombres me ardían las entrañas pero quería más gozar duele, verdad? a las cuatro de la tarde sonó el teléfono yo me reí de él partí corriendo para no quebrar la vida ruidosa volví al lago de la calma donde no hay nada que se parezca a las noticias respiro sin querer veo bloques de hielo no quiero morir estoy cosiendo tu cuerpo que destrocé lo que toco impacto mientras te canto pero mañana
tal vez vuelva a matarte sin querer adentro de las plantas pongo palabras mi secreto es así, no crece estoy furiosa y feliz muy rápido soy quien quiero ser en el silencio en el velador encendido a la luz del sol no sé qué estaba buscando en esta heladera tengo que salir hacia el calor perpetuo donde me hospeden pájaros que también puedo devorar, pero acaricio no, basta de ser trágica, en realidad me estoy riendo, no sé hacer que las bromas parezcan lo que son me tiento estoy a punto de caer al mundo mi arcoiris, mi paraguas, mi helicóptero... soy lluvia vibro en una transparencia quietos todos, los rodeo en gotas de mí perciban o soy yo la que me lluevo no sé qué hermoso o terrible no saber licúo todas las frutas y me meto adentro te saludo desde el vaso hola a través del vidrio bebeme que quiero vivir en tu cuerpo
y en tu mente, más que nada a ver qué es ser otro salgo a la calle con anteojos soy un par de lentes nadie sabe que hay alguien detrás incógnito de mi desaforada grieta basta, basta, cuántas veces lo repito? frenarme o acelerar hasta el dolor del placer es exactamente igual no es nada, es algo la verdad fluye lenta y misteriosa, voraz como mi surreal mantra está bien, acordemos algo tú y yo somos tú y yo miramos la luna desde el lago fumar es estar siendo alguien yo te vivo un rato después vos me destrozás nos incendiamos sin poder nunca acabar de ser dame la mano ¡¿qué es esto?! ***
esto es una ópera los que viven no pueden dejar de cantar les arde la garganta pero nadie los pesca de ahí ni los trae a lo seco sin canto yo quiero escuchar sin responsabilidad canten, vivan, no pueden descansar ni morir vayan ahora al agudo no osen detenerse permanezcan en el la por qué ordeno sufrir? en el intervalo tomo café nadie me mira yo los veo no mirarme ser ellos mismos los cantantes fatigados tratan de exterminarse pero los toca el acto siguiente tragedia los edificios del mundo están aburridos de ver microcélulas de frío terror indiferente tendrían que irse todos a las casas y ser personajes buenos el mundo es un monoblock
navegando en internet sin rumbo por qué yo lo miro? ahí estoy yo, tan chiquita, no me veo mis dramas parecen dibujos animados para adultos sofocados por la carencia del todo mi ansia es un manchón olvidado en la pantalla mi modernidad, oh, mi modernidad comienza a desplazar lo real hacia el fondo del escenario hay animales en la platea vendados con hojas de parra que no pueden dejar de oler quiero ser comida de perro amanecer en el más allá del perro ya soy ciega por tanta pantalla ahora pienso en flotar hacia acá más cerca de mí, dónde? las máscaras eran lindas pero las atropelló un viento igual nadie mira lo que hay salvo, oh, salvo, mi amiga y mi amigo nos vamos los tres a la laguna el balneario diseñado por lo real se dispersa contra el deseo de mí ellos son sofás muy cómodos donde me siento hasta desaparecer sin brutalidad, lenta como la verdad natural
mis amigos tienen algo que se llama ojos ahĂ me veo quĂŠ delicia es el amor me acarician sin que lo pida me devuelven mi piel mis Ăłrganos sensibles mi mente imaginaria no cantemos, por favor, quiero recordar este silencio para siempre donde el amor ocurre como una enorme necesidad del mundo olvidado sentido del tacto aparece una sola palabra intermitente y diluida en la leche rosada del tiempo neutro es una brisa del universo colada entre las manos la nada robĂłtica se esfuma ya y quedan quietas las palmas nutrientes entregando exquisitez
el tenue sabor de la sangre buena
está todo envuelto en sangre pero es pura, bella, sin dolor una sangre que es sólo vida sin símbolo ni herida, tibia y dúctil como el aire los alfajores y las tostadas los libros sobre la mesa todo en un baño casi transparente casi rojo sangre en mis manos se leen líquidas palabras de siluetas color carmín dicen los nombres de las personas que me aman las mismas que amo yo repetir estos nombres con las manos, con la boca me hace un bien santo me hace un bien eterno y limpio así que ya podemos merendar hay invitados fantasmas pero están todos, es verdad ilumina su tenuidad el sol,
la vida, algo tierno y fuerte que quiere ser mordido dando vueltas entre los fantasmas y yo el espíritu de la esperanza también incorpórea, casi roja quiero hablarle, decirle algo mi necesidad no tiene palabras quiero besar un cuerpo que no existe su sonrisa dispersa mi miedo como un polvo dispersa el temor, lo que domina, lo horrible la tristeza está sentada pero se porta bien toma la cuchara, sirve limón y trata de sonreír la felicidad habita todos los cuerpos irradia momentos de su estupor blanco ya casi no existo soy miles de fantasmas es tan bello desaparecer no ser, devenir invisibilidad
cenizas de un caballo despeinándose mucho
hoy estoy sola en la lluvia color rosa gris los árboles son caballos despeinados que se vuelven ceniza con un toque de marzo-abril-mayo voy a contar un cuento: todos los años llega un día en que estoy sola frente a un árbol muy despeinado, tan despeinado que creo que nunca saldré de esta depresión, porque no hay forma de volver su pelo al lugar de origen, tendría que esperar a la primavera, al verano para que lo peine y le tiña las canas verde, pero es utópico pensar que algún día la tristeza dejará de existir. estoy hecha, oh, sí, lo veo claramente en este día de petróleo recalcitrante, estoy hecha de las mismas cenizas que contemplo y quisiera darles vida, no, no, no puedo decir la palabra querido, querido, trato pero tartamudeo al azar del viento que me ruge a mí también todo el pelo, y no sería nada estar despeinada, es lo que significa: destrucción del ánimo, arrebato de mis últimas energías mientras preparaba un té que anuncia la caída. este cuento no tiene fin es un cuento muy triste y nunca puedo acordarme si es un cuento o no, me sale de la voz, oí toda la noche el barco rompiendo mis ventanas y rompiendo cada palabra que intentaba colgar del cielorraso: manzana, potasio, tazón, todas las palabras quedaban partidas en forma de
vidrio que corta mucho, más se reía ese aire malo cuando me veía llorar, suspirar frenéticamente, hiperrespirando a ver si me vuelve el alma al cuerpo, pero quedó lejos, viaja en un colectivo viejo y destartalado arrastrando de un hilo todo descosido mi alma en pena que sigue llorando, ¡como si las lágrimas fueran a frenar al tétrico! lo peor es que tengo que prender la estufa. tengo que prender la estufa y voy a tratar de quemar mi ropa como una forma histérica de renovación, aunque de antemano sé que nada ocurrirá. la ropa quemada huele a todo lo demás, al jardín devorado por la nieve pútrida. si me quemo las manos en la estufa podré comer algo caliente y crocante, y ya no tendré nada con que escribir palabras que me hacen bajar adentro de los restos de té que hirvió hace tres años, cuando creía todavía en la ilusión de que yo no era el único ser en la tierra. voy a hacer el último esfuerzo: el esfuerzo de encender la estufa en forma de abuela para ver si soy sustancia combustible, lo cual me daría una esperanza de fenecer como la gente. quisiera contar un cuento, no sé si es posible, si puedo dibujar aquí frente a mi vista desguarecida una oreja, por más triste que sea, para ralentar eternamente este cuento horrendo que necesito expiar: ¡no soy culpable! ¡no soy culpable de mi tristeza infecunda! no voy a seguir gritando “que alguien me salve”, sé que es en vano, sólo voy a contar, una vez más, este cuento: resulta que un árbol-caballo se me despeinó un invierno y ya no lo pude acariciar, porque era de piedra y si lo
tocaba yo me iba a desintegrar, a desangrar, iba a manchar todas las sábanas, ¡no es posible dejar tantas huellas de dejadez!, tengo que controlar mis nervios y ver en el árbol al caballo como era antes: potro negro brillante que da coces en los lugares exactos; si todo sigue así, como en este cuento, tendré que inventar un buen hotel, un hotel pasable, cuya sordidez me asile. el cuento sigue así: el caballo no quería que nadie lo tocara y si le decía palabras de aliento se descomponía más rápido. quería ver películas de violencia psicológica, películas que nadie se atreve a alquilar en el video club de la montaña. entonces yo le narraba al caballo este cuento muy triste, esperando que se recompusiera, pero nunca se recomponía, y yo me iba quedando sin voz, él escuchaba que yo enmudecía como una fuente que se va envenenando mientras vemos el peinado del caballo cómo se desarma. el puente que nos unía a la realidad profunda se desvanece y quedamos sueltos, cabalgando aire sin diamantes, atropellados por el más terrible e inhóspito miedo a la nada
Clarice A veces para escribir es necesaria una amplia calma que libere la superficie reveladora de las cosas, como ese hombre, mayor, rico y elegante, que mira lentamente el café hasta toparse con los colores de mi chal, donde –sin verme a mí– su mirada se vuelve aún más lánguida, parece que no tuviera fuerzas para fumar. Pequeños pájaros saltan sobre el toldo amarillo, a contraluz se ven las patitas, más nítidas que el cuerpo redondo, y su movimiento de a pequeños saltos. Una vez canté mucho, mi voz unía en su torrente las más diversas ramas del género humano, en el sonido que yo abría volaban también seres de carne, muertos por siglos, y cuyas sombras luminosas habían roído hasta entonces la piedra. Por momentos mi voz era un murmullo rígido adonde se acurrucaban las mismas almas que en el crescendo subían y se alejaban sin perderse de la vista de mi canto. Cualquier alma más podía ser nacida de ese canto luminoso, mientras yo sentía que nunca abandonaría mi voz. La fuente duerme un sueño de plantas mojadas o clava agujas de sonido en sí misma. Las migajas se hincharán hasta el verde en la fuente si es que un pájaro no ejecuta antes la miel de la devoración. Miles de niños forman las aguas danzantes del mar. La turbulencia de los árboles crea viento allí donde había una estática, una potencial fugacidad, así como el silencio está cosido con hilos de
realidad sonora. Las frutas del cielo lloverán el manantial del primer día del Espíritu, beberemos del celeste como nuevos dioses naciendo lentamente y cada vez volando con mayor levedad. Trazan bocetos de sueños las palabras, sin alcanzar a desaparecer vibran un poco más en el aire lunar hechizando los ojos del alma apacible y ávida de dulce calma. El ruido confunde mis células, despierta mi silencio acumulándose como vino. En mi propio pelo anida el futuro, donde se pasea, esclavo del tiempo, yo le ofrendo lazos y no sé si deseo leerlo. Por la calle la gente rueda como bolas de cristal, están empañados por el humo de la vida que no han olvidado, pero algo sin tiempo y sin lugar permanece, como la emoción de la dicha que tal vez no se revelará. Esa mujer mira un pájaro sonriendo, ¿es la misma que antes se hamacó en los juegos de bebé? Esa mujer soy yo. Se durmió un pie. ¿Si se durmiera todo mi cuerpo, moriría? Estaría más cerca de no sentir mi cuerpo y conocer el sueño lento de la muerte. He soñado que escribía novelas y poemas enteros, esas noches fueron libros para siempre cerrados. En las palabras ocurre el tiempo, ¿verdadero? Las palabras me vuelven más real, me hacen existir ante mí misma a través de su deslumbrante libertad que me guía. Sé cuál es mi cuerpo en una multitud, ¿a quién se parece mi espíritu? Siento que en él cabe todo, caben los demás vistos por mí, por sí mismos y por los demás; con fruición intento correr y es igual hacerlo huyendo de mí que hacia mí, el mismo
lugar plagado de voces y miradas. Pero conozco mi medicina, soy capaz de atravesar mi dolor y mi tristeza, ¿es más mía mi felicidad, sin embargo? ¿O es más yo una pureza pálida que sonríe llorando? Adoro poder ser herida, soy vulnerable y por eso puedo cantar. Cuando me seduzco en las melodías del piano de mi voz planeo sobre lagos turquesas y arena volcánica y pareciera entonces que nunca volveré a devorar carne, suelto alas, pájaros y adolescentes llorosos, todos se zambullen en el cielo aéreo o en el cielo acuático, y yo floto convertida en un puñado de plumas que se dispersan en la inmensidad. Soy sigilosa para ver la humanidad, les hablo a los animales y ellos me escuchan y me contestan. ¡Tengo tantas lenguas!, no sé por dónde me salen, me asusto y pienso que todo eso no puedo ser yo. Sé que sé llorar, o no debería decir “sé”, debería decir “lloro”. Las lágrimas consuelan el vértigo de un desasosiego como manos que me soltaran en el vacío, ahí llega la laguna de piezas lacrimales, líquido adonde me hundo hacia una dulzura antigua, anónima, es extraño que allí sea más yo que en ningún otro lugar. Siento que pertenezco a una diosa con poder para dirigir la temperatura de los seres y las cosas. Me transmite ese don por rayos del amor que le entrego y puedo superponer las temperaturas a las palabras. Fumo en la terraza de un edificio alto y veo todas las ciudades. De la mano sostengo a mi amor circular. Las voces de lo bajo llegan como música de nubes altamente blancas y que serán más tarde púrpura como los ojos del
amor. Porque mi ley es amar y ser amada, por el aire de ciertos seres quienes nos nublamos en el placer y la suave tristeza y las crisis. Escribo por la mano de mi amiga que escribe. Ahora sé lo que soy yo, mi límite es como el agua, circunstancial, sospecho la felicidad detrás de los ojos (es el llanto), y es inmortal esta fugacidad (de vivir). Me sumerjo con ella en un arca de agua, puedo sentir sus rodillas bañadas por mis dedos, sus pies palpando la naturaleza como un feto vivo. Más que mi mano le doy la boca de donde sale agua de palabras, y el amor frío de metal se afila en un plano eterno, circular, de átomos manjar que cenamos bajo el agua junta de las dos. El mismo ser de amor es otro, fortuna, el cuerpo nos envuelve; no siento necesidad (de salir), todo está llegando, como en el cuerpo amor. Mi piel de agua está bautizándome. Piso el cielo y me hundo en fuegos frescos, violetas, donde huyen los átomos de realidad, ¡sé ser yo!, ¡sé ser yo! Los árboles disfrutan su indomable verdor.
fresca de talle
viene naciendo en mí un alba fresca está llena de bosques minúsculos como insectos del atardecer quiero encontrar las flores perfumadas de donde proviene este fragante veneno las brisas, las lomas, las albúminas quieren quebrar tu tallo rosado fléxil imposible
who are we?
tocamos maderas endurecidas puntiagudas que nunca cambian en las orillas de la casa rosados ríos de atardecer aterciopelado dorando el sol ciertos arcos que dan al infinito permanencia del suave verde algunas visitas alejándose de otros miríada de noviembre topacios en el cuello de una planta longa círculo de pinches concretos aridez de cadena montañosa cobertor natural en nubes caramelo el paisaje tiene cuernos da abundancia evasión hacia el todo nuestra meta son cristales de agua y hielo abandonados en el cáliz paradisíaco de moras y salvajes ánimas
crac y respirar el sol tocado por nuestros labios amarillos tazas de porcelana mágica como alfombras de velador de cielos nubes pomposas y frías del norte de los sueños con los ojos en blanco estupor vi tu enorme danza alimentar olas de mi devoción tibia, soplar lábiles vientos la naturaleza de las hojas y los ojos verdes como el pelo de conejos drogados bien en el untable frenesí de nuestra miel de luna, mil besares conozco el fresco sentimiento de dejar desear sábados juntos como piedras de una construcción del amor nuestro sutil manicomio, casa, lleno de muebles blandos de corazón armonización japonesa para las mañanas en que no han despertado los seres humanos las animalas van a nadar a nuestro atuendo, a nuestros aposentos de agua rara quisimos ver los vasos vivirnos al ver beber qué sentimientos poco simples para disfrazar de algún modo neutro, terso, lacio qué enferma riqueza que no podemos aprovechar, ¡a la reserva! ¡a las bicicletas de pelo largo!
a ver volar los mejores sueĂąos hacia nosotros mismos, envueltos en telas de vicio crac y respirar, biombos de paĂąo de piel, fiestas diminutas en los baĂąos respirar el terciopelo que te cubre y sopla, evidencia de tu ser sutil
el tilo vive lentamente ...a los sueños
el tilo es muy verde y perfecto su estar siendo vegetal es en sí una flor también verde cómo entiende la profusión haciéndola, creando profusión por vez primera eternamente yo voy caminando por la luz de la vereda celeste veo su amplia horma de follaje en crecimiento algo es elástico y se endurece la fresca erección de las hojas nacen del tallo elevadas luego, en el otoño sonarán irisadas de brisa ahora dan carne al aire del viento dulce, blanca, verde carne verde al pasar bajo su umbrella es como si me cantara una canción
la nota fa, que me cuesta cantar sonaba en mí tanto como en todo el cielo clavaba en las mejillas del árbol rutilante sol rayado, el color rojo como luz solar ya el tono vuelve a la vereda, el tilo ha pasado ahora vuela mi vestido y las baldosas me llevan a ver el balcón de enamorados frente a mi ventana crece un tilo que vive lentamente trae el tiempo de lo verde puede crecer y lo está haciendo recuerdo... cuando los bulbitos comenzaron a estallar había tormenta los tubos de agua gris saltando en los charcos de sí mismos ahora tan profuso el tiempo de las plantas
el tiempo de un árbol como nuestro tilo el tiempo del tilo cómo el ser humano podría escribir su progresión? jamás nuestras representaciones del tiempo podrían ser tiempo vegetal me repliego empanadas hago con las palabritas con las que intento dominar la mente o ella lo logra conmigo más repulgues que se cierren mis compuertas de la humanidad porque ahora deseo ser vegetal
ver la experiencia del verde haciéndome trenza en lianas vamos a los sueños vamos a los hojaldres de vida de sidra de chimpancé de cencerro de bambi tímido veloz como el ñandú pequeño que viaja casi volando al final de la bandada esta es la muerte del sujeto al fin resurrecta en el alma de natura somos todas ella delfines (género neutro) color turquesa vamos, a los sueños...! cristiana nunca no quiero creer más en el dolor que pase y se vaya adiós soy feliz!
vamos, vamos más... todos... a los sueños...! juntas las sombrillas al borde del borde de la playa un pote de cartón de dulce de dulce de leche mojado por la lluvia que está cayendo toda la arena mojada la bikini colgada de la puerta de madera del hogar de vacación la cabañita el campamento, la carpa estacas en la tierra que clavé el zumbido de millones de desconocidos a los pies de la carpa, con querida amiga extraña millones de insectos zumbadores zumban zumban
cuando más zumban es cuando más calor hace a la tarde al escribir la carpa, la canilla pública los demás: el niño loco pelirrojo que quisimos echar con un show cantamos bailamos felices “amando la libertad” pero el matrimonio se instaló pero el hijo estaba loco era pelirrojo y gritaba todo el día comencé a poder enloquecer con la locura del niño y a no poder escribir tanto sin querer canté sola en la playa desierta lejos a seis kilómetros que solía caminar bajo el ardor de fuego de luz
aunque No vi el eclipse. Esa noche dicen que fue naranja, la verdad: yo no la vi, me había atascado de buñuelitos de alga me dormí del estómago y el eclipse pasó por encima de mi carpa, de mi sueño necesario el tilo habrá visto el eclipse? qué del tilo, a bien decir? esta verdura no neutra los ojos de cada hoja
no “existían” cuando el eclipse –que gary y otros amigos vieron en la terraza y después los vecinos subieron con bebidas espumantes bella ebriedad ante un eclipse– la luna fue una roca naranja esa noche para mí que no pude verla la playa, también naranja? entro como tomando mate a los sueños de un tilo el tilo de la fuente de la luna tilín tilón
una circunferencia de naranja se instala en el dibujo del paraguas del tilo clavos de tilo en la mesa de olor esculturas alrededor de los árboles criaturas débiles al parecer animales elásticos la escala de su flor al ser así de tierno verde en expansión esta noche ahora salto por encima del tilo veo una ciudad y sus cafés giratorios transparentes como bandejas para discos
donde nuestra conversación es la música radiante y nunca hablamos esta noche es de día las luces del cuarto y las de la mente me lo van a decir allí donde se agita el final como un pañuelo junto al poblado río en el lugar donde el muelle termina
(haikus)
...
colección de piezas calchaquíes que recogí ... hay viento en la fiesta del tiempo, bañados ... un humor polar tienta su psyche
... rĂĄfaga de maĂz desatado, opio volando ... estar en las nubes de la tarde, albicie de agua congelada celestial ... western patagĂłnico filmado en ramas de ĂĄrbol invernal, quincenas ... pagoda con tapir, veloz canguro ...
rinocerontes en acuario inmenso, vitraux de tigre ... calor diluyendo su lava en hormigas ... mar de oro, brillantes crisantemos, copo de amar ... en la gris nevisca del sueĂąo, un cigarrillo plateado ... fresca montaĂąa de plĂĄtanos alfombras
... sónico tapiz, nácar de oveja, bilis ... perfuman filtros de ave quizá ... ojos fatigados por la perdurable fiesta ... cáliz, pomo de prunas, bresca ... recuéstate, tres palabras, antes de dormir
prometo darte tu época predilecta ... gengibre, malvón, perfumes secos, marrón ... quietas las sombrillas por un momento no son viento fragor de la espuma suena son rosa arena por tacto, estilo de puntas múltiples ... en el espacio un lánguido acuario color malva como delfines ...
princesa asiĂĄtica reina sobre los hombres que no existen ... quince leopardos cruzan el desierto al alba estrĂŠpito lila ... flores quintuplicadas efecto de rey ... agua de vidrio vendimia de cristal
... aireación y gamas la tersa agonía de la piel del día cruje en papel blanco víboras palidecen hacia el gris cielo ... fuente en que baño tus pies europeos río en que nadan tus pies americanos el agua autóctona trae recuerdos del agua universal ... en mi fuego encendido en mi castillo de la mente ... reposera para no pensar
jardĂn de plantas exĂłticas en un lugar desconocido fuentes vibran respirando agua y estatuas desnudas ninfas volcando vasijas volcando vasijas volcando ...
fina
fina vid empaĂąada de viento lavante ... olĂmpica frente en casa gesell bordados holanda bartok ... hamelĂn flautriste ratonas corriendo
dormidas atrás de la alacena horcajadas impermeable gris sólido evanescencia de cristal plástico incongruente vital ... esencia vainilla piel asno luz luna fenicia ... crisálida crepúsculo blanche ...
húmeda y perfecta el sol en el ojo rumba cangrejo ... resistencia fibra clima a nada índigo de los sueños velocidad irreal lenta? ... con los espejos bañada en lo extraño perfecto negro plateado ...
boca jilguero el ovejero cĂĄliz nupcia siempre vampĂrica dulzura ... hiena delgada fumando al borde de la muerte ... formas risco peĂąas del interior sandalias eslavas en salta ...
souvenir fresco de leche menta no puente de música ... alejandrinos trompetilla filipinas acústica vértice extra balance fiebre diamante amarilla calderón ... house of poesía nunca
no ... ofreciendo lĂĄnguidas pastillas ... aro fontana tregua ... were iris asĂ sutil light frĂĄgil forte piano trino silencio ...