El Cocuyo, o luciérnaga, conoce a una vieja Mora que le atiende con ternura y le pide que se case con ella. Pero el Cocuyo no quiere saber nada de una Mora vieja y deshojada. Pasado el tiempo, se vuelven a encontrar. Ella se ha transformado en una planta hermosa y él se arrepiente de su decisión.