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VI. A manera de conclusión: Antropogenia en Esquilo y autocreación del hombre en Sófocles

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Bibliografía

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hacerse continuamente y el psicoanálisis le ayuda en esta labor. El psicoanálisis

junto con la filosofía y la política persiguen la autocreación del individuo, de la

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sociedad y del pensamiento.

En resumen, para Franco, el individuo social es aquel que ha incorporado

las significaciones sociales instituidas y se comporta de conformidad con lo

aprendido. La sociedad le ofrece al individuo modelos que este incorpora y se

identifica con ellos. “La socialización de la psique implica la introyección por

parte del sujeto del mundo instituido. La sociedad será la dueña de la significación: el sujeto socializado es el resultado de este movimiento”352. Pero

también, el individuo socializado a partir de su imaginación radical puede

modificar la socialización impuesta y autocrear la propia. Ello implica hacer,

reflexionar, cuestionar lo aprendido. Cuestiones que desatan el miedo, el temor, la

angustia y el dolor en el individuo.

El individuo “…nunca ha de encontrar una forma definitiva sino que es

creación de formas, puesta en cuestión de lo instituido y creación de nuevas

formas de lo social, en el nivel de pensamiento como interrogación ilimitada…”353. Un individuo de carne y hueso inmerso en la praxis social que en

un momento de su historia libera su imaginación, rompe su condicionamiento,

cuestiona, reflexiona y comienza a actuar con autonomía, a hacer las cosas de otro

modo, inventar cosas, situaciones, querer vivir de otra forma a la dada. Según

Franco, Castoriadis destaca la potencia de los individuos y la sociedad para

transformarse en función de poder ejercer su libertad y autonomía.

352Ibíd., p. 169. 353Ibíd., p. 171.

En la interpretación de Franco no queda claro los límites entre el individuo

y lo social. Hasta donde llega el ámbito privado de trabajo reflexivo de sí mismo

respecto a lo social. Y hasta qué punto se puede imponer lo social sin transgredir

la individualidad como lo privado.

Se puede ver así dos visiones sobre la tesis del individuo social que

propone Castoriadis. La de Poirier, que la explica desde lo filosófico, político y

ontológico sin tomar en cuenta una parte fundamental del pensamiento de

Castoriadis como lo es el psicoanálisis. Y la de Franco, quien sí toma en cuenta

este aspecto primordial dándole la importancia que merece, y ofrece una

interpretación más cercana a la expuesta por el filósofo greco-francés.

Según Rafael Miranda354, la noción de individuo en Castoriadis, se refiere

a la de un sujeto cuyo movimiento se dirige necesariamente al cambio, la

alteración, lo nuevo. El individuo social una vez que cuestiona lo establecido, crea

su propio modo de ser, pero su modo de ser no es una situación acabada, por el

contrario, un por ser. Lo fundamental en la autocreación del modo de ser del

individuo es la forma como este asume su alteridad a partir de la efectividad de la

realidad social. El individuo se autocrea en el ámbito humano, social e histórico,

una vez que logra liberar su imaginación radical de los determinismos que le ha

impuesto lo imaginario histórico-social instituido. De acuerdo a Miranda, para

Castoriadis, se trata de la socialización de la psique, en la que ésta se ve obligada

a renunciar a sus representaciones originales para ingresar en la sociedad y donde

tenderá a la repetición de lo que le ha sido incorporado por lo instituido. Luego:

354Miranda, Rafael. “El sujeto autónomo y la alteridad. En Fragmentos del caos. Filosofía, sujeto y sociedad en Cornelius Castoriadis. Ob. cit.

“…gracias a la facultad del imaginario radical de representar-crear, la psique es capaz también de distanciarse de los objetos investidos. La manera en que esa facultad –haciendo uso de significaciones históricamente disponibles- se cristaliza en contenidos diferenciados de la sublimación va a dar a Castoriadis la pauta para argumentar sobre uno de los destinos de aquello que él denomina la “relación distinta con la institución”, relación que tiene su correlato entre las instancias del consciente y del inconsciente. Sobre la base de esta nueva relación se va a establecer la posibilidad del sujeto autónomo”355 .

De acuerdo a Miranda, es en esta relación distinta con la institución donde

el individuo socializado comienza a autocrear su propio modo de ser social como

un individuo imaginativo, reflexivo, que asume efectivamente la alteridad y él

mismo se convierte en alteridad. Se trata de un movimiento perpetuo en el que el

individuo “reflexiona y consecuentemente es capaz de pensar-se y de poner-se en entredicho a sí mismo…”356, y el psicoanálisis como actividad contribuye a ese

proyecto.

La lectura de Miranda es sumamente interesante, pues plantea una cuestión

que no hacen los otros intérpretes, esto es, cómo el individuo asume en términos

prácticos su transformación, su cambio, su propia alteridad. Tampoco Castoriadis

lo explica. Es una idea que queda abierta para su examen.

En Pensar al Sujeto a partir de Castoriadis357, Raúl Anzaldúa señala que

el filósofo greco-francés propone estudiar al hombre como un proyecto de

autoinstitución, de autonomía y libertad. Sostiene que Castoriadis asume al

individuo como un sujeto creativo que instituye un mundo para sí. Un sujeto que

organiza al mundo según sus propias características para garantizar su

supervivencia y subsistencia. El individuo es un ser biológico, un sujeto psíquico

y un individuo social- histórico. Estos tres aspectos constituyen al individuo, y la

355Ibíd., p. 141. 356Ibíd., p. 142. 357Anzaldúa Arce, Raúl Enrique. Pensar al sujeto a partir de Castoriadis. En Fragmentos del Caos. Filosofía, sujeto y sociedad en Cornelius Castoriadis. Ob. cit.

categoría que lo distingue es la imaginación, potencia creadora cuyo ejercicio le

produce significado y sentido de su modo de ser social.

Para Anzaldúa:

“En el dominio de la psique, lo imaginario actúa como imaginación radical, que es la capacidad de la psique de crear un flujo incesante de representaciones, intenciones (deseos) y afectos, que se produce ex nihilo, pues no están en lugar de nada, ni son delegadas de nadie. La denomina “radical” porque alude a la creación (originaria), a la raíz, a la fuente de creación. Se trata de un flujo de creación y no sólo de una combinación o repetición de representaciones previas. La imaginación radical es disfuncional, se presenta como un flujo irrefrenable que hace aparecer lo nuevo incesantemente, como parte de la autoalteración inherente al devenir psíquico del sujeto”358 . Según Anzaldúa, el individuo que presenta Castoriadis es el efecto de la

forma de vinculación que se da entre la psique y lo social, lo que implica la

relación del individuo consigo mismo, con los otros y con las instituciones como

alteración, transformación, creación. Aquí interviene la práctica psicoanalítica

como una actividad que ayuda al individuo a cuestionar la socialización de la que

ha sido objeto para transformarla atribuyéndole un nuevo sentido que le posibilita

el ejercicio de su libertad y su autonomía.

Anzaldúa al igual que Poirier separa lo biológico de lo psíquico. Valga la

misma crítica que le hiciera a Poirier. Por otro lado, refiere a que el individuo es el

resultado de la forma de vinculación entre la psique y lo social, pero no explica en

qué consiste, de qué trata o como se produce la vinculación. Ni tampoco si de ella

se derivan distintas formas de vincularse o sólo existe una única forma. No

desarrolla lo qué quiso decir cuando señala que el individuo social surge de la

forma de vinculación entre la imaginación y lo imaginario.

358“El ser humano, como ente (bio)psíquico en producción histórico-social, es proceso de subjetivación que implica una tensión paradójica entre lo determinado y lo indeterminable…El sujeto no es un ser trascendente sino un ser siendo, devenir siempre abierto a procesos de subjetivización. Es donde se realiza la subjetividad, pero también efecto de la subjetividad misma” Ibíd., pp. 191 y 194.

Por último, Miranda y Anzaldúa, ponen el énfasis en el por hacer del

individuo social, en la praxis de la imaginación radical. En que el individuo social

es un proyecto que responde a un por hacer y aun por ser.

Estos intérpretes, si bien coinciden en su interpretación del proceso de

socialización del individuo, destacan aspectos distintos. Poirier, lo ontológico,

filosófico y político. Franco, lo psicoanalítico. Miranda y Anzaldúa lo filosófico y

lo psicoanalítico.

Con base a estas interpretaciones, se puede decir que para Castoriadis lo

que conforma al individuo es la imaginación radical junto a lo imaginario. La

socialización del individuo comienza desde que llega al mundo y se le adapta a lo

imaginario establecido, toda vez que, al sujeto le inculcan valores, costumbres, le

enseñan a cumplir las normas ya establecidas. De este modo, el hombre como

individuo remite a un mundo privado (imaginación radical) y a un espacio público

(lo imaginario), que deben estar en una cooperación activa permanente. Al

encontrarse la imaginación con lo imaginario, a partir de la ruptura de la mónada

psíquica se inicia el proceso de desarrollo del individuo, de su individualidad, su

socialización y la incorporación en su imaginación de las representaciones que le

ofrecen las instituciones establecidas.

“…lo que pertenece al mundo social de las significaciones es, sin dudas, lo que más nos importa en la discusión de lo que puede ser causa parcial o condición parcial de un proceso psíquico. Y en efecto –es una de las vertientes de la cuestión de la fabricación del individuo social-, sabemos, constatamos estos hechos macizos, brutos y llenos de significación: que el orden social, la institución de significaciones imaginarias sociales dadas cada vez condiciona al individuo, es causa en el desarrollo de sus procesos psíquicos, tiende a condicionarlo, y esto, en principio, de manera absoluta. La institución social fabrica al individuo social, y al hacerlo apunta a imponerle cuasi-mecanismos de motivación, que vuelven a sus actos no sólo –en general- previsibles, sino también conformes a la mira de conservación de la institución y a sus <otras> miras…”359 .

359Franco, Yago. Magma. Cornelius Castoriadis: psicoanálisis, filosofía, política. Ob. cit., p. 164.

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