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CONCURSO 2017 J. S. Roy
Cherardo Callejón (En aragonés) David Garcés Zalaya CONCURSO 2018
Carlos Abuín Pérez (En aragonés) Cristina Cifuentes Bayo J. S. Roy
TALLER ESCRITURA
M. Ánchels Forcén Javier Arriaga
Chorche Galed
Víctor Longares Concha Elías
Álvaro Larraz David Garcés Nuria García
Fue en el año 2017 cuando dentro de las actividades que con motivo de la celebración de la XI Trobada de Gaita de Boto, organizada en L’Almozara por parte de la Asoziación cultural Bente D`Abiento, se decidió organizar un corcuso de relatos que estuviera centrado en este instrumento típicamente aragonés. Fue tal el éxito que se decido volver a convocar una segunda edición de dicho concurso en el año 2018 dentro también de la celebración de XII Trobada de Gaita de boto. Como resultado de estos concursos nace este libro donde se publican los relatos ganadores de los dos años. Hay que comentar que dichos concursos estaban abiertos a la presentación de relatos en las tres lenguas que se hablan en Aragón, por ello podrás encontrar relatos en aragonés y castellano. El que no se encuentre ninguno en catalán es causa de que en los dos años de concurso, este quedo desierto. Dentro de las actividades de la asociación, durante estos dos años (2017 y 2018) se ha realizado dos ciclos de talleres de escritura, donde como trabajo final los asistentes tenían que escribir un relato. La segunda parte se basa en los relatos que han escrito los participantes en el taller de escritura organizado también por la Asoziazión Bente d’Abiento y dirigidos con tanto atino como paciencia por la escritora Estela Alcay, con la palabra “balcón” como nexo. Así, los del primer año comienzan con la frase “Desde el balcón veía a los vecinos de enfrente”, mientras en los del segundo año, la exigencia fue menor, aunque todos debían contener esa palabra en su inicio. Es un hecho curioso, que una sola palabra de pie a historias tan diferentes como las que aparecen en el libro, lo que muestra de alguna manera la gran creatividad de los autores.
Olga Trenc
Rosa Navarro
Andrés J. Giménez
María del Mar Marín Cristina Cifuentes
Belén Gonzalvo Val
www.garadedizions.com
DE BALCONES Y OTRAS GAITAS
AUTORES PARTICIPANTES:
A. C. BENTE D’ABIENTO
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ASOZIAZIÓN CULTURAL BENTE D´ABIENTO La Asoziazión Cultural Bente d´Abiento nació el 20 de diciembre del 2006. De ahí su nombre (Abiento significa, en aragonés, diciembre). Se eligió esa fecha por ser el aniversario de la ejecución de Juan V de Lanuza “El Mozo”, el 20 de diciembre de 1591, por orden del rey castellano Felipe II. Los objetivos de la asociación son la defensa y recuperación de la memoria histórica de Aragón, así como la difusión y promoción de la cultura aragonesa en todas sus facetas. Con ese motivo, a lo largo de su historia, se han realizado innumerables actividades. Podríamos destacar como más relevantes la impartición de cursos de aragonés, creación de un concurso de cortos con efectos especiales en honor a Segundo de Chomón, diversas charlas y conferencias sobre nuestra historia, cultura, patrimonio, política, etc. También se realiza anualmente una Trobada alrededor de la gaita de boto, que ha pasado a ser un referente en el ámbito de la música tradicional. Fruto de estas inquietudes nació hace cuatro años la iniciativa de crear un club de lectura “Las huellas del círculo” dedicado a escritores aragoneses o que escribieran sobre “Aragón”. Cada lectura acababa en una interesante charla con el autor. Durante este tiempo hemos podido disfrutar de la lectura y compañía de más de 30 autores. Y la pasión por la lectura nos llevó, casi sin darnos cuenta, a la creación en un taller escritura, fruto del cual nació el libro que tenéis entre manos. Este libro cuenta con relatos cortos escritos por los participantes del taller y los ganadores de los concursos celebrados en torno a la gaita de boto. Queremos agradecer la colaboración de la Junta Municipal de La Almozara, por creer en este proyecto, corriendo a cargo de su financiación. Al personal del Centro Cívico “La Almozara” por su apoyo durante estos años y especialmente a Estela Alcay por su paciencia y dedicación a esta causa que no habría podido concebirse sin ella. Y para terminar solamente añadir que disfrutéis de la lectura de este libro, hecho por aficionados entusiastas, que no pretenden ser grandes escritores, sino disfrutar de la oportunidad de aprender y comprender lo complicado que resulta escribir.
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CONCURSO 2017 J. S. Roy
Cherardo Callejón (En aragonés) David Garcés Zalaya CONCURSO 2018
Carlos Abuín Pérez (En aragonés) Cristina Cifuentes Bayo J. S. Roy
TALLER ESCRITURA
M. Ánchels Forcén Javier Arriaga
Chorche Galed
Víctor Longares Concha Elías
Álvaro Larraz David Garcés Nuria García
Fue en el año 2017 cuando dentro de las actividades que con motivo de la celebración de la XI Trobada de Gaita de Boto, organizada en L’Almozara por parte de la Asoziación cultural Bente D`Abiento, se decidió organizar un corcuso de relatos que estuviera centrado en este instrumento típicamente aragonés. Fue tal el éxito que se decido volver a convocar una segunda edición de dicho concurso en el año 2018 dentro también de la celebración de XII Trobada de Gaita de boto. Como resultado de estos concursos nace este libro donde se publican los relatos ganadores de los dos años. Hay que comentar que dichos concursos estaban abiertos a la presentación de relatos en las tres lenguas que se hablan en Aragón, por ello podrás encontrar relatos en aragonés y castellano. El que no se encuentre ninguno en catalán es causa de que en los dos años de concurso, este quedo desierto. Dentro de las actividades de la asociación, durante estos dos años (2017 y 2018) se ha realizado dos ciclos de talleres de escritura, donde como trabajo final los asistentes tenían que escribir un relato. La segunda parte se basa en los relatos que han escrito los participantes en el taller de escritura organizado también por la Asoziazión Bente d’Abiento y dirigidos con tanto atino como paciencia por la escritora Estela Alcay, con la palabra “balcón” como nexo. Así, los del primer año comienzan con la frase “Desde el balcón veía a los vecinos de enfrente”, mientras en los del segundo año, la exigencia fue menor, aunque todos debían contener esa palabra en su inicio. Es un hecho curioso, que una sola palabra de pie a historias tan diferentes como las que aparecen en el libro, lo que muestra de alguna manera la gran creatividad de los autores.
Olga Trenc
Rosa Navarro
Andrés J. Giménez
María del Mar Marín Cristina Cifuentes
Belén Gonzalvo Val
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DE BALCONES Y OTRAS GAITAS
AUTORES PARTICIPANTES:
A. C. BENTE D’ABIENTO
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ASOZIAZIÓN CULTURAL BENTE D´ABIENTO La Asoziazión Cultural Bente d´Abiento nació el 20 de diciembre del 2006. De ahí su nombre (Abiento significa, en aragonés, diciembre). Se eligió esa fecha por ser el aniversario de la ejecución de Juan V de Lanuza “El Mozo”, el 20 de diciembre de 1591, por orden del rey castellano Felipe II. Los objetivos de la asociación son la defensa y recuperación de la memoria histórica de Aragón, así como la difusión y promoción de la cultura aragonesa en todas sus facetas. Con ese motivo, a lo largo de su historia, se han realizado innumerables actividades. Podríamos destacar como más relevantes la impartición de cursos de aragonés, creación de un concurso de cortos con efectos especiales en honor a Segundo de Chomón, diversas charlas y conferencias sobre nuestra historia, cultura, patrimonio, política, etc. También se realiza anualmente una Trobada alrededor de la gaita de boto, que ha pasado a ser un referente en el ámbito de la música tradicional. Fruto de estas inquietudes nació hace cuatro años la iniciativa de crear un club de lectura “Las huellas del círculo” dedicado a escritores aragoneses o que escribieran sobre “Aragón”. Cada lectura acababa en una interesante charla con el autor. Durante este tiempo hemos podido disfrutar de la lectura y compañía de más de 30 autores. Y la pasión por la lectura nos llevó, casi sin darnos cuenta, a la creación en un taller escritura, fruto del cual nació el libro que tenéis entre manos. Este libro cuenta con relatos cortos escritos por los participantes del taller y los ganadores de los concursos celebrados en torno a la gaita de boto. Queremos agradecer la colaboración de la Junta Municipal de La Almozara, por creer en este proyecto, corriendo a cargo de su financiación. Al personal del Centro Cívico “La Almozara” por su apoyo durante estos años y especialmente a Estela Alcay por su paciencia y dedicación a esta causa que no habría podido concebirse sin ella. Y para terminar solamente añadir que disfrutéis de la lectura de este libro, hecho por aficionados entusiastas, que no pretenden ser grandes escritores, sino disfrutar de la oportunidad de aprender y comprender lo complicado que resulta escribir.
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ASOZIAZIÓN CULTURAL BENTE D’ABIENTO 2018
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Ilustrazión d’a portalada: Olga Trenc
Primera edizión: noviembre 2018
© Testos: Os autors © Debuixo d’a portalada: Olga Trenc ASOZIAZIÓN CULTURAL BENTE D’ABIENTO www.bentedabiento.com e-mail: info@bentedabiento.com
GARA D’EDIZIONS Avda. Navarra, 8 E-50010 Zaragoza www.garadedizions.com e-mail: gara@garadedizions.com I.S.B.N.: 978-84-8094-964-4 Deposito legal: Z 1930-2018 Impresión: Masquelibrosdigital
Cualsiquier forma de reproduczión, distribuzión, comunicazión publica u tresformazión d’ista obra nomás puestar realizada con l’autorizazión d’os suyos tetulars, fueras d’as eszepzions previstas por a lei. Endreze-se a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si prezisa fotocopiar u escaneyar bel fragmento d’ista obra.
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De Balcones y Otras Gaitas AntologĂa Bente d’Abiento
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“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el LIBRO; todos los demás son extensiones de su cuerpo… Sólo el Libro es una extensión de la imaginación y la memoria” Jorge Luis Borges
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La colla “Las Huellas del Círculo”, dentro de la Asozización Cultural Bente d’Abiento abre una nueva puerta a la imaginación, con un Taller de Escritura Creativa. El curso se impartirá desde el día 7 de noviembre de 2016 hasta el 29 de mayo del 2017” Así comenzaba hace dos años nuestra andadura por los vericuetos de la imaginación y la escritura. A partir de ese instante, los relatos crecieron, los personajes tomaron vida, y cada uno de los participantes en esta odisea de creación, descubrió que en su mente habitaban muchas vidas, todas ellas con algo que contar y narrar. Solo necesitaban que su mano describiese todo ese mundo, para que los demás pudiesen participar de esas fantásticas historias. El resumen de estos dos cursos nos lo ofrecen en estas narraciones, que bajo el título “De balcones y otras gaitas”, han dado lugar a un libro sin igual, donde el lector pasará a formar parte de este Taller de escritura creativa. Mis felicitaciones a todos los que han participado, porque han demostrado que la escritura y la lectura, dan la razón a la cita de Jorge Luis Borges. Estela Alcay Zaragoza, septiembre 2018
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I CONCURSO DE RELATOS BENTE D´ABIENTO EN TORNO A LA GAITA DE BOTO ARAGONESA El 10 de junio de 2017, la asociación cultural Bente d´Abiento celebró la XI Trobada de Gaita de Boto Aragonesa L´Almozara Folk. Dentro de esta edición, se organizó un concurso de relato breve, cuya condición era que tratase sobre la gaita de boto aragonesa. Los relatos podían presentarse en aragonés, catalán o castellano. Los que se presentan en las siguientes páginas son: El relato ganador: Sopla que sopla, de Jaime Sempere Roy. Los dos relatos finalistas: A gaita Mendieta, de Cherardo Callejón Mínguez y Alimento su recuerdo, de David Garcés Zalaya.
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SOPLA QUE SOPLA J. S. Roy
«Del pueblo a la ciudad, y del país al mundo». Aquellas eran las palabras que empleaba mi maestro, don Efrén, cuando, de niños, le preguntábamos qué era el progreso. ¡Pobre hombre! De infinita paciencia y temple, seguro que pensó en abandonar Bielsa en más de una ocasión. No solo tenía que lidiar con una hueste de críos, sino también con nuestros mayores, que no veían con buenos ojos que un joven, proveniente de Zaragoza, hubiera ocupado la vacante dejada por el cura del pueblo, a excepción de mi familia, los Laborda. Mi padre, barbero de profesión, entabló amistad con él en cuanto pisó nuestra casa para cortarse el pelo. Yo todavía no lo conocía; desde que el padre Juan me dio un bofetón por mofarme ante otros compañeros de la voz del «Generalito», yo no había vuelto a acudir a la escuela: suficiente tenía con cuidar del ganado junto al tío Paco y preocuparme de ayudar a la abuela Laureana con el huerto. Afortunadamente, aquello quedó en una anécdota tras la muerte del sacerdote. Y es que, sin yo saberlo, podría haber puesto a mi padre en serios apuros, porque había hablado de él ante mis amigos. Sin embargo, la abuela, que guardaba para sí el miedo de que matasen a otro de sus hijos, sí que sufrió. Cuando se enteró de lo sucedido, se puso muy seria y me llevó a dar de comer a las gallinas. Mientras estas picoteaban los restos de 13
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comida, me habló de los dones y maldiciones con los que nacían los Laborda. Yo ya los había escuchado antes por boca de mi padre, y este por boca del suyo: «Cuida, Laborda; el desparpajo, la sinceridad y la cabezonería pueden ser una bendición o conducirte a la perdición». Y para la yaya el hecho de haber perdido a su marido en la maldita guerra así lo demostraba. Quizás fuera ese el motivo por el que ningún miembro de la familia olvidaba los horrores provocados por la «Nueva España», cuyos símbolos jamás ocuparon un hueco en nuestra casa. Cuando los vecinos y otros familiares huyeron tras los continuados ataques aéreos fascistas, mi padre se negó a abandonar su hogar, de modo que reunió a su mujer y a su madre recién enviudada, y organizó un retiro a una de las bordas. Por aquel entonces, yo no había venido aún al mundo, pero parte de dicho sufrimiento me sería transmitido al nacer, en 1950, cuando el pueblo volvía a crecer de nuevo. La llegada de don Efrén a nuestra casa fue recibida por la abuela como una señal del cielo, bien fuera porque el maestro había estudiado en el Seminario —una suerte de reconciliación con el Dios que la había abandonado—, bien porque yo ya podía volver tranquilo a la escuela. El primer día que lo invitaron, la comida no faltó en el plato y el pobre hombre tuvo que hacer grandes esfuerzos para acabárselo todo. —¿Quiere más, mozo? —insistía continuamente la yaya Laureana ante sus negativas—. ¡Pero si está usted en los huesos! ¿Acaso no comen en la ciudad? —Y a continuación le caía nuevamente otro cazo. Mi padre, llegado el momento, se vio obligado a intervenir: 14
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—Madre, ¿qué manera es esa de dirigirse a un maestro? ¿Y no ve que don Efrén no puede más? —¿Cómo no va a poder si todavía no hemos sacado la compota? Aprovechando que esta se iba a la despensa, invitó al maestro a acompañarlo a la cadiera, librándolo del siguiente envite, y se dispuso a mostrarle su mayor orgullo. —Verá —le explicaba—, muchos aseguran que es una satisfacción seguir la senda del padre en un oficio, pero para mí lo que es un honor es recordar su memoria a través de la música, una pasión que él me inculcó —recalcó—. Cuando tenía la edad de mi hijo, yo andaba siempre en busca de algo. No sabía qué era, pero recorría los bosques, escuchando a la naturaleza salvaje, o me entretenía oyendo los sonidos de los animales. —¿Y consiguió descubrir qué era, don Joaquín? —preguntó el maestro. —¡Oh, sí! —exclamó—. Aunque solo lo supe transcurridos unos años. Al regresar del campo, la montaña o el bosque, mi padre me esperaba justo aquí, donde usted y yo estamos sentados —señaló—. Nada más entrar en la casa, me indicaba que me acercara y que le hablase de las faenas del día. Luego musitaba para sí, dejando que el humo de su pipa flotase junto al hogar. A mí aquello me encantaba, y no tardaba en reiniciar esa búsqueda. Cuando veía mi sonrisa, sus ojos se encendían misteriosos y pasaba a hablarme de la música. —¿La música? —pareció dudar don Efrén, frunciendo ligeramente el ceño—. Creo que no lo entiendo. —Yo tampoco lo hacía entonces —compartió mi padre su misma opinión—. Pero él no hablaba de canciones, melodías o ritmos: se refería a otra cosa. Cuando advertía mi confusión, me decía con cariño: «¡Poderosas las llamadas 15
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de la música! A ti, la animal te galopa por dentro, conduciéndote ante grandes riscos o extensos prados; y la natural fortalece tu carácter, proporcionándote a la vez la tranquilidad de los árboles y la lucidez del rayo. Yo también la sentí, hijo, si bien ahora me llena la música del hogar. Tú has de hallar tu propia música, aquella que te proporcione una paz interior; solo en ese caso podrás saberte feliz por haber encontrado la música del alma». En cuanto terminó, todos permanecimos callados, meditando lo que acabábamos de oír. La yaya Laureana no pudo contenerse y rompió a llorar, cubriéndose el rostro con las manos. Mi madre trató de consolarla, pero ella la apartó y se dirigió temblorosa hacia la cadiera, en busca del calor de la lumbre. —Tu padre, que en paz descanse, era un buen hombre —dijo secándose las lágrimas con el delantal—. Me encantaba verlo fumar en pipa... era rara la vez que no sonriera, incluso antes de ser llamado a filas. Sin embargo —agregó—, no me atrevía a molestarlo y dejaba que disfrutara en ese estado el mayor tiempo posible. Por las noches, ya bajo las sábanas, yo le daba un beso y él me decía: «Mi raíz, mi paz». Esas expresiones, tan distintas entre sí, han sido un enigma para mí hasta que te he oído hoy, Joaquín. ¡Cuánto te pareces a tu padre! Él estaría muy orgullo de ti. Mi abuela extendió el brazo sobre el fuego y mi padre tomó su mano surcada de arrugas, permaneciendo unidos de ese modo durante unos minutos. Mi madre, más parca en cuanto a sentimientos, también se había emocionado: se agarraba el delantal con las puntas de los dedos para reprimir las lágrimas. Yo me acerqué a ella, y los dos nos fundimos en un abrazo. A continuación, mi padre se levantó y extrajo con cuidado el objeto que quería mostrar a don Efrén, su preciada gaita. Con las primeras notas, supe por 16
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primera vez a lo que se refería mi abuelo con la música del hogar. Finalizada la tonadilla, todos aplaudimos, incluido el impresionado maestro; hasta ese día no había visto tocar una gaita en vivo. Contagiado de aquella energía vibrante, le pedí a mi padre que me dejara probar, pero él, como solía hacer, me respondió que no, que quizás cuando fuese más mayor, pues se requería de fuerza y control para soplar. Entretanto, la abuela se las había ingeniado para ir y volver de la despensa con la compota de manzana, y ninguno fuimos capaces de decirle que no. Afortunadamente, el dulce palió el mal sabor de boca —aunque continuaba ofuscado y no reparé en que la yaya le decía algo a mi padre—. La primera en acabar el postre fue mi madre, y enseguida sirvió a los mayores un licor casero que ella preparaba con frutos silvestres. —Anda, Zilia —exclamó mi padre—; échale un poco al chico para brindar. —Pero, Joaquín... —Que sí, mujer, que sí —insistió él—. Si ya es casi un hombre; además, mejor que lo pruebe aquí, en casa, que no allá fuera. A regañadientes, mi madre accedió y me acercó un vaso. Por mi parte, yo estaba excitado y nervioso, era la primera vez que iba a participar en un brindis. En esta ocasión, la yaya Laureana fue la encargada de hablar: —Por la llegada a Bielsa de don Efrén; esperamos que se quede mucho tiempo entre nosotros. —Por don Efrén —coreamos todos al unísono, antes de beber. Aquel brebaje me abrasó al instante la garganta y no pude evitar toser, echándose a reír los demás. 17
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—No tengas vergüenza, muchacho —dijo el maestro—; a mí me pasó lo mismo cuando tenía tu edad. Y, sin saber muy bien el porqué, yo me uní a sus risas mientras sentía que mis carrillos se encendían. El resto de la tarde transcurrió apacible, entre charla y charla, hasta que el sol comenzó a descender, poniendo fin a aquel encuentro. Don Efrén se despidió de las mujeres, dándoles las gracias por la comida y el recibimiento, y mi padre y yo lo acompañamos al exterior. —Verá, don Efrén —comenzó a decir mi padre tomándome por el hombro—, ¿cree usted que mi hijo podría volver a la escuela? Nos vendría bien tener en la familia a alguien que supiera leer, contar y escribir. —No veo por qué no —respondió el maestro—, pero ¿no cree que sería mejor preguntarle a él? —Bueno, hijo, ¿tú qué dices? —No sé, padre; no sé... —Quizás podamos llegar a un acuerdo —insinuó—. Tú te comprometes a ir a la escuela por las tardes al acabar con el ganado del tío Paco, y yo te enseño a tocar. Eso sí —recalcó—, ten en cuenta que aprender los misterios de esta magia no te resultará fácil y que habrás de poner mucho empeño. Puede que yendo a la escuela te resulte más sencillo; allí estoy convencido de que escucharás otro tipo de música. Y si tu alma está llena, también lo estará tu boto y las notas que de él salgan. —¿El «boto»? —pregunté extrañado. Este sonrió satisfecho —sabía que había captado mi interés—, pero antes de que pudiera explicármelo, la abuela intervino: —¿Hay o no hay trato? —gritó desde el otro lado de la puerta. 18
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—¡Lo hay, yaya, lo hay! —resolví contento, mirando a mi padre. Don Efrén estrechó mi mano, felicitándome por la decisión, y me dijo que me esperaba el próximo día en la escuela, cuando hubiese acabado de atender a los animales. Conforme el maestro se alejaba en dirección al pueblo, nosotros volvimos al interior de la casa, donde mi abuela me recibió con un sonoro beso en la mejilla, de esos que nunca se olvidan. ¡Ay, qué tiempos aquellos! Pese a mis reticencias, la vuelta a la escuela no me resultó tan difícil como yo esperaba. Al atardecer, solíamos reunirnos un grupo de ocho chicos de distintas edades; y en tan solo un año y medio acabé de aprender a leer y a realizar operaciones matemáticas básicas —la escritura era caso aparte—. Independientemente de que estuviese agotado, mi padre nunca faltó a su promesa, aguardando pacientemente mi regreso por la noche para iniciar aquellas agradables veladas musicales. Lo primero que me enseñó fue a reconocer las distintas partes de la gaita y a colgármela correctamente, con el bordón bajo el brazo derecho. Él me explicaba que esa forma de coger la gaita era propia de nuestra tierra, distinta de la de otras regiones. Yo solía prestar mucha atención, queriendo empaparme de sus conocimientos. Mi primer tropiezo fue a la hora de soplar; no conseguía mantener el suficiente aire en el boto como para que el instrumento sonase como debiera. Aquello no le extrañó a mi padre; aquel era un arte que había que trabajar y abonar como los campos, de sol a sol. No obstante, me daba ánimos repitiéndome un refrán que, según él, le había trasmitido un gaitero de Espierba, su mentor. «Sopla que sopla el aire, que en la tierra no hay quien lo guarde», me decía. Y yo soplaba como si mi vida 19
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dependiera de ello, pero sin éxito; solo los años me proporcionarían esa pericia. Con la llegada del invierno de 1964, uno de los más fríos, mi madre enfermó. Volvió un día muy cansada de la plaza del mercado, sin poder respirar; la abuela le tocó la frente y enseguida me hizo ir a por el doctor, don Ramiro. Este era un hombre muy devoto, pero un buen profesional; nada más ver a mi madre, comprobar su temperatura y auscultarle el pecho, nos informó de que tenía una afección pulmonar. Recuerdo que mi padre se sentó en una silla y que la yaya Laureana se santiguó, besándose con fuerza el dedo pulgar. —¿Se recuperará, don Ramiro? —pregunté yo ingenuamente. —Solo Dios lo sabe, pequeño —me respondió antes de abrigarse bien y abandonar la casa. «¿Y eso qué querrá decir?», pensé, puesto que yo no conocía a nadie que hubiese hablado con Dios. Quise sonsacar a la yaya, pero mi padre me indicó que no con la cabeza. Aquella Navidad no hubo festejos en casa de los Laborda; según mi padre no había nada que celebrar, especialmente si tenía alguna relación con el tirano del cielo. Mi abuela, quien habitualmente no consentía esos comentarios, callaba y asentía cabizbaja. Pasaban los días, pero madre no mejoraba; todos insistíamos en que comiera, aunque ella no quería: murmuraba que la gana se la había llevado la nieve. Los únicos momentos en los que la veía relajada era cuando le leía algunos pasajes de El Lazarillo de Tormes, libro que don Efrén tuvo a bien prestarme. Poco a poco, la música del silencio se fue instalando en nuestras vidas, hasta que el final fue ya inevitable. Después del entierro, mi padre pidió consejo al maestro: sentía que su mundo se derrumbaba. Yo no supe entonces 20
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Cherardo Callejón (En aragonés) David Garcés Zalaya CONCURSO 2018
Carlos Abuín Pérez (En aragonés) Cristina Cifuentes Bayo J. S. Roy
TALLER ESCRITURA
M. Ánchels Forcén Javier Arriaga
Chorche Galed
Víctor Longares Concha Elías
Álvaro Larraz David Garcés Nuria García
Fue en el año 2017 cuando dentro de las actividades que con motivo de la celebración de la XI Trobada de Gaita de Boto, organizada en L’Almozara por parte de la Asoziación cultural Bente D`Abiento, se decidió organizar un corcuso de relatos que estuviera centrado en este instrumento típicamente aragonés. Fue tal el éxito que se decido volver a convocar una segunda edición de dicho concurso en el año 2018 dentro también de la celebración de XII Trobada de Gaita de boto. Como resultado de estos concursos nace este libro donde se publican los relatos ganadores de los dos años. Hay que comentar que dichos concursos estaban abiertos a la presentación de relatos en las tres lenguas que se hablan en Aragón, por ello podrás encontrar relatos en aragonés y castellano. El que no se encuentre ninguno en catalán es causa de que en los dos años de concurso, este quedo desierto. Dentro de las actividades de la asociación, durante estos dos años (2017 y 2018) se ha realizado dos ciclos de talleres de escritura, donde como trabajo final los asistentes tenían que escribir un relato. La segunda parte se basa en los relatos que han escrito los participantes en el taller de escritura organizado también por la Asoziazión Bente d’Abiento y dirigidos con tanto atino como paciencia por la escritora Estela Alcay, con la palabra “balcón” como nexo. Así, los del primer año comienzan con la frase “Desde el balcón veía a los vecinos de enfrente”, mientras en los del segundo año, la exigencia fue menor, aunque todos debían contener esa palabra en su inicio. Es un hecho curioso, que una sola palabra de pie a historias tan diferentes como las que aparecen en el libro, lo que muestra de alguna manera la gran creatividad de los autores.
Olga Trenc
Rosa Navarro
Andrés J. Giménez
María del Mar Marín Cristina Cifuentes
Belén Gonzalvo Val
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DE BALCONES Y OTRAS GAITAS
AUTORES PARTICIPANTES:
A. C. BENTE D’ABIENTO
1
ASOZIAZIÓN CULTURAL BENTE D´ABIENTO La Asoziazión Cultural Bente d´Abiento nació el 20 de diciembre del 2006. De ahí su nombre (Abiento significa, en aragonés, diciembre). Se eligió esa fecha por ser el aniversario de la ejecución de Juan V de Lanuza “El Mozo”, el 20 de diciembre de 1591, por orden del rey castellano Felipe II. Los objetivos de la asociación son la defensa y recuperación de la memoria histórica de Aragón, así como la difusión y promoción de la cultura aragonesa en todas sus facetas. Con ese motivo, a lo largo de su historia, se han realizado innumerables actividades. Podríamos destacar como más relevantes la impartición de cursos de aragonés, creación de un concurso de cortos con efectos especiales en honor a Segundo de Chomón, diversas charlas y conferencias sobre nuestra historia, cultura, patrimonio, política, etc. También se realiza anualmente una Trobada alrededor de la gaita de boto, que ha pasado a ser un referente en el ámbito de la música tradicional. Fruto de estas inquietudes nació hace cuatro años la iniciativa de crear un club de lectura “Las huellas del círculo” dedicado a escritores aragoneses o que escribieran sobre “Aragón”. Cada lectura acababa en una interesante charla con el autor. Durante este tiempo hemos podido disfrutar de la lectura y compañía de más de 30 autores. Y la pasión por la lectura nos llevó, casi sin darnos cuenta, a la creación en un taller escritura, fruto del cual nació el libro que tenéis entre manos. Este libro cuenta con relatos cortos escritos por los participantes del taller y los ganadores de los concursos celebrados en torno a la gaita de boto. Queremos agradecer la colaboración de la Junta Municipal de La Almozara, por creer en este proyecto, corriendo a cargo de su financiación. Al personal del Centro Cívico “La Almozara” por su apoyo durante estos años y especialmente a Estela Alcay por su paciencia y dedicación a esta causa que no habría podido concebirse sin ella. Y para terminar solamente añadir que disfrutéis de la lectura de este libro, hecho por aficionados entusiastas, que no pretenden ser grandes escritores, sino disfrutar de la oportunidad de aprender y comprender lo complicado que resulta escribir.
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Cherardo Callejón (En aragonés) David Garcés Zalaya CONCURSO 2018
Carlos Abuín Pérez (En aragonés) Cristina Cifuentes Bayo J. S. Roy
TALLER ESCRITURA
M. Ánchels Forcén Javier Arriaga
Chorche Galed
Víctor Longares Concha Elías
Álvaro Larraz David Garcés Nuria García
Fue en el año 2017 cuando dentro de las actividades que con motivo de la celebración de la XI Trobada de Gaita de Boto, organizada en L’Almozara por parte de la Asoziación cultural Bente D`Abiento, se decidió organizar un corcuso de relatos que estuviera centrado en este instrumento típicamente aragonés. Fue tal el éxito que se decido volver a convocar una segunda edición de dicho concurso en el año 2018 dentro también de la celebración de XII Trobada de Gaita de boto. Como resultado de estos concursos nace este libro donde se publican los relatos ganadores de los dos años. Hay que comentar que dichos concursos estaban abiertos a la presentación de relatos en las tres lenguas que se hablan en Aragón, por ello podrás encontrar relatos en aragonés y castellano. El que no se encuentre ninguno en catalán es causa de que en los dos años de concurso, este quedo desierto. Dentro de las actividades de la asociación, durante estos dos años (2017 y 2018) se ha realizado dos ciclos de talleres de escritura, donde como trabajo final los asistentes tenían que escribir un relato. La segunda parte se basa en los relatos que han escrito los participantes en el taller de escritura organizado también por la Asoziazión Bente d’Abiento y dirigidos con tanto atino como paciencia por la escritora Estela Alcay, con la palabra “balcón” como nexo. Así, los del primer año comienzan con la frase “Desde el balcón veía a los vecinos de enfrente”, mientras en los del segundo año, la exigencia fue menor, aunque todos debían contener esa palabra en su inicio. Es un hecho curioso, que una sola palabra de pie a historias tan diferentes como las que aparecen en el libro, lo que muestra de alguna manera la gran creatividad de los autores.
Olga Trenc
Rosa Navarro
Andrés J. Giménez
María del Mar Marín Cristina Cifuentes
Belén Gonzalvo Val
www.garadedizions.com
DE BALCONES Y OTRAS GAITAS
AUTORES PARTICIPANTES:
A. C. BENTE D’ABIENTO
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ASOZIAZIÓN CULTURAL BENTE D´ABIENTO La Asoziazión Cultural Bente d´Abiento nació el 20 de diciembre del 2006. De ahí su nombre (Abiento significa, en aragonés, diciembre). Se eligió esa fecha por ser el aniversario de la ejecución de Juan V de Lanuza “El Mozo”, el 20 de diciembre de 1591, por orden del rey castellano Felipe II. Los objetivos de la asociación son la defensa y recuperación de la memoria histórica de Aragón, así como la difusión y promoción de la cultura aragonesa en todas sus facetas. Con ese motivo, a lo largo de su historia, se han realizado innumerables actividades. Podríamos destacar como más relevantes la impartición de cursos de aragonés, creación de un concurso de cortos con efectos especiales en honor a Segundo de Chomón, diversas charlas y conferencias sobre nuestra historia, cultura, patrimonio, política, etc. También se realiza anualmente una Trobada alrededor de la gaita de boto, que ha pasado a ser un referente en el ámbito de la música tradicional. Fruto de estas inquietudes nació hace cuatro años la iniciativa de crear un club de lectura “Las huellas del círculo” dedicado a escritores aragoneses o que escribieran sobre “Aragón”. Cada lectura acababa en una interesante charla con el autor. Durante este tiempo hemos podido disfrutar de la lectura y compañía de más de 30 autores. Y la pasión por la lectura nos llevó, casi sin darnos cuenta, a la creación en un taller escritura, fruto del cual nació el libro que tenéis entre manos. Este libro cuenta con relatos cortos escritos por los participantes del taller y los ganadores de los concursos celebrados en torno a la gaita de boto. Queremos agradecer la colaboración de la Junta Municipal de La Almozara, por creer en este proyecto, corriendo a cargo de su financiación. Al personal del Centro Cívico “La Almozara” por su apoyo durante estos años y especialmente a Estela Alcay por su paciencia y dedicación a esta causa que no habría podido concebirse sin ella. Y para terminar solamente añadir que disfrutéis de la lectura de este libro, hecho por aficionados entusiastas, que no pretenden ser grandes escritores, sino disfrutar de la oportunidad de aprender y comprender lo complicado que resulta escribir.