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ANDREI CRISTIAN MEDELEANU
La poesía que nos presenta el autor en este libro que consta de dos poemarios, El gris recuerdo de los cuervos y Otros huesos, otros restos, refleja una realidad donde todo está vivo, donde la luz es esclava de la oscuridad, donde la muerte, el amor y la soledad se mezclan con los espacios, donde el cuerpo, lo material, busca con fervor romper las cadenas con la realidad. Una poesía que busca ahondar en la compleja realidad del ser humano.
EL GRIS RECUERDO DE LOS CUERVOS ANDREI CRISTIAN MEDELEANU
El gris recuerdo de los cuervos. Otros huesos, otros restos.
OTROS HUESOS, OTROS RESTOS ANDREI CRISTIAN MEDELEANU
Andrei Cristian Medeleanu nació en Rumanía ( en la ciudad de Slatina ), en 1992. A la edad de 8 años llegó a España. Su pasión por la literatura le ha llevado a interesarse cada vez más por la lengua castellana y sus funciones. En este libro observamos como el autor se sumerge en las palabras, para así conocer y explicar de manera exhaustiva la realidad que pasa desapercibida, la realidad que nuestros ojos jamás podrán ver sin la ayuda de las palabras. El autor se declara ferviente admirador de Tristan Tzara, otro rumano que eligió su lengua de adopción como lengua de expresión literaria, en un ejemplo de admirable integración
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EL GRIS RECUERDO DE LOS CUERVOS
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COLECCIÓN MARETA
Mareta: nombre que en lengua aragonesa se les da a las sirenas de mar.
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ANDREI CRISTIAN MEDELEANU
La poesía que nos presenta el autor en este libro que consta de dos poemarios, El gris recuerdo de los cuervos y Otros huesos, otros restos, refleja una realidad donde todo está vivo, donde la luz es esclava de la oscuridad, donde la muerte, el amor y la soledad se mezclan con los espacios, donde el cuerpo, lo material, busca con fervor romper las cadenas con la realidad. Una poesía que busca ahondar en la compleja realidad del ser humano.
EL GRIS RECUERDO DE LOS CUERVOS ANDREI CRISTIAN MEDELEANU
El gris recuerdo de los cuervos. Otros huesos, otros restos.
OTROS HUESOS, OTROS RESTOS ANDREI CRISTIAN MEDELEANU
Andrei Cristian Medeleanu nació en Rumanía ( en la ciudad de Slatina ), en 1992. A la edad de 8 años llegó a España. Su pasión por la literatura le ha llevado a interesarse cada vez más por la lengua castellana y sus funciones. En este libro observamos como el autor se sumerge en las palabras, para así conocer y explicar de manera exhaustiva la realidad que pasa desapercibida, la realidad que nuestros ojos jamás podrán ver sin la ayuda de las palabras. El autor se declara ferviente admirador de Tristan Tzara, otro rumano que eligió su lengua de adopción como lengua de expresión literaria, en un ejemplo de admirable integración
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EL GRIS RECUERDO DE LOS CUERVOS
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COLECCIÓN MARETA
Mareta: nombre que en lengua aragonesa se les da a las sirenas de mar.
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EL GRIS RECUERDO DE LOS CUERVOS y OTROS HUESOS, OTROS RESTOS
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Diseño de portada: Gara d’Edizions Ilustración de portada: Pablo Lozano Plou
1ª edición noviembre, 2012
© de esta edición Gara d’Edizions GARA D’EDIZIONS Avda. Navarra, 8 E-50010 Zaragoza www.garadedizions.com e–mail: gara@garadedizions.com
I.S.B.N.: 978-84-8094-701-5 Dep. Legal: Z-2095-2012 Imprime: INO reproducciones
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EL GRIS RECUERDO DE LOS CUERVOS y OTROS HUESOS, OTROS RESTOS
ANDREI CRISTIAN
MEDELEANU
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EL GRIS RECUERDO DE LOS CUERVOS
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70 días de amor
Vendaje femenino del amor en esta selva podrida del olvido que rompe las paredes de lo gris y evoca a los labios que besaron. Las manos ya no escriben como antes, los dientes son negros por placer, las notas son botas de elefante que sueñan con sonar otra vez. Los ojos ya no gritan como antes, devoran con fervor al suave universo, la bola de razón ha perdido su peso saltando por la marca que anida en tus pechos. Mientras los niños juegan, ríen, gritan, se besan, corren, caen, la sangre ya no pinta, el río sigue mustio, la ventana es un portal de fantasmas moribundos, las noches son la cama y un triste bocadillo, las penas ahora son mujeres, Lilith y sexo. Y vuelve a empezar, la nota que despierta, 9
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el Astro que controla el reloj de la muerte, me vuelve a obligar, a mirar cĂłmo caminan las sombras por tus piernas, las canas por mi vello, y vuelvo a sentar la cabeza bien despacio, para abrir lento el espacio y besar tu cremosa lluvia y sentir tus venas vivas para envenenar las mĂas.
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Amor de cristales derretidos
La oscuridad rompió el silencio de las nubes, no recuerdo tus ojos, el frenesí de la brisa, el asfalto de los locos. Pero estabas allí, estabas donde yo no estaba, donde yo me perdí por tus besos tropicales. Hoy recuerdo vagamente a esos locos bailarines del circo-mundo, la mano que abrazó a Dios, recuerdo el puente y las escaleras, el puño de la tormenta, tus labios de crema y el dolor de no probarlos. El amor era espacio de tiempo entre nuestras almas de rocío, el amor era de perros rabiosos, de gatos nocturnos, era amor lo que había, era alcohol lo que quedaba. El Sol salió riéndose, la muerte ya no estaba, ¿Dónde iré ahora? ¿Acabará la luz lo que no pudo perpetuar la sombra? 11
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Tus besos me sirven como bebida, mi cuerpo es cristal derretido, por el calor del cemento, por el frío de tu voz. Mas este amor de engaños y maldiciones espero que dure para siempre. Aunque no te tenga, aunque siempre tema, espero encontrar la forma de besarte en los ojos. Espero de tu amor y del mío alguna consecuencia, alguna respuesta, aunque sea la pena la que hable. Me queda la noche, y alguna tortura, y besos de los tuyos guardados por si acaso en esta nevera podrida, esperando con temor a que estos no caduquen.
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Amor
Grito de ausencias tras las cortinas, la sangre recuerda al cuervo herido en la batalla, otra luz se divisa en el pasillo, otra lágrima camina hacia el horizonte. La cama es una cárcel antigua y oxidada, el amor ya no cubre la habitación del caos, el cuadro dibuja los cadáveres deformes de las penas y los humos del último cigarro. Otra copa por favor. Es lo que necesitas. Otra vida, otro beso, otra noche de belleza. Carmín, la servilleta, el espejo que te miente, un móvil que agoniza tras las llamadas perdidas. Tu alma inmaterial no mueve la conciencia, tus días son de campo, tus noches, dictaduras. Mujer del arcoíris tu sonrisa ya no baila, solo conserva la apariencia para nunca delatarse. 13
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Las 10 de la noche, el universo se detiene, el cuervo posa sus plumas sobre la televisi贸n, el demonio vuelve a casa, los golpes se suceden, la muerte se aproxima, las flores se preguntan si esto es amor.
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Chloe
El amor se pintaba entre las perlas de su collar, mientras sentía a mi tristeza salir huyendo hacia el olvido. Sus labios eran piel, sueños y lagos de conciencia, sus ojos eran luz, carmín, canciones de primavera. Cada noche su piel provocaba terremotos de belleza y mi piel se derrumbaba entre escombros sin ausencias. Siempre la quise, siempre la quise, nunca lo supo, nunca lo supe. Pero el tiempo es hijo puta, y cada vez ella dormía menos y más sueños de miedo se le aparecían, la enfermedad llegó a su pecho de euforia y las lágrimas cayeron, se provocó el silencio. Ella murió entre nenúfares, se rompió entre cristales, 15
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el tiempo llovió sin música y yo desperté sin ganas. Ella se llamaba Chloe, y el lago tuvo su nombre mi oscuridad tiene su nombre, el Jazz aprendió de su nombre. El amor que le tuve solo era utopía, Chloe murió por las noches que dejaron de ser mías, murió por las estrellas que se fueron de viaje y los mares ya no viven y las drogas ya no sirven. Hoy es solo un día donde siempre la recuerdo, escucho su canción mientras toco su cuerpo, muerdo su collar de perlas abandonadas, cuídala bien ahora que está entre tus sábanas.
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Desert eagle Colores del triunfo, la habitación es sangre, la mujer en el espejo buscando la belleza en el aire. Noches de trifulcas, de bebidas de los dioses, de drogas rellenas de inocencia, de plátanos podridos. La mujer soñaba con el balcón, con la libertad de las alas, con el pintalabios, el quitaesmalte y el sexo esporádico. Pero la ciudad no provocaba, solo avergonzaba al ser, y la pistola seguía esperando en la cama. La mujer de colores rojos palpaba los plátanos podridos, sostenía entre sus dedos la arena de la diversión y el júbilo. La pistola se masturbaba en la cama. La noche viajaba entre las nubes, el mar de los demonios ya se había calmado, la mujer buscaba la luz, la copa de la sangre de los dioses. 17
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La pistola manchaba de orgasmos las sábanas. Llegaron las cincos horas de la muerte, las cinco páginas del libro, las cinco notas del último vals. La pistola hablaba a disparos. La sangre disolvía el ambiente, la mujer no supo contestar, los ojos se abrieron por la suerte buscando las nueces del altar. Sintieron las nueve manchas, llegaron las nueve horas, el sol descubrió la estampa, de la pistola que lloraba, de los niños que jugaban en las calles de los pobres. Y la mujer no dormía. Y en la pistola llovía. Y la mujer sonreía. Y la pistola moría.
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Disparo en la cuneta de los sueños
No había luz en la existencia y la apariencia se convirtió en sangre y todo de repente ante el tiempo. El sillón de los dormidos no dormía y ella bebía por las noches y lo hacía por las risas. Sus besos no llegaron al altar, ese altar lleno de somníferos y arpías envenenadas por el odio, las carnes revolvieron las lágrimas del santo sepulcro de la suerte, del miedo y las garras de sus faldas. Buscaba a su caballero en las puertas del infierno áureo, con los brazos firmes y despiadados ondeaba la oscuridad de las sombras, sus ojos no recordaron la cima del monte divino, su voz no fue escuchada por los sabios. Su cuerpo de veneno destilado jamás pudo sentir la pasión de otro veneno, nunca fue pasajera de su jardín, nunca vio en su sepulcro al cuervo.
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Por eso en la noche de los soles, con el grito faraónico de las aves la sangre viajó entre los mares rompió las piernas de los duendes para caer como cascada infernal dentro del sueño orgásmico de todas y cada una de esas mujeres. Las víctimas fueron una y el universo se convirtió en muchas, ellas dejaron de admirar el cielo, la mano las convirtió en cenizas. Por eso la copa se vacía, por eso los besos se olvidan y todas las almas jamás desean volver a enamorarse de sus sueños.
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ANDREI CRISTIAN MEDELEANU
La poesía que nos presenta el autor en este libro que consta de dos poemarios, El gris recuerdo de los cuervos y Otros huesos, otros restos, refleja una realidad donde todo está vivo, donde la luz es esclava de la oscuridad, donde la muerte, el amor y la soledad se mezclan con los espacios, donde el cuerpo, lo material, busca con fervor romper las cadenas con la realidad. Una poesía que busca ahondar en la compleja realidad del ser humano.
EL GRIS RECUERDO DE LOS CUERVOS ANDREI CRISTIAN MEDELEANU
El gris recuerdo de los cuervos. Otros huesos, otros restos.
OTROS HUESOS, OTROS RESTOS ANDREI CRISTIAN MEDELEANU
Andrei Cristian Medeleanu nació en Rumanía ( en la ciudad de Slatina ), en 1992. A la edad de 8 años llegó a España. Su pasión por la literatura le ha llevado a interesarse cada vez más por la lengua castellana y sus funciones. En este libro observamos como el autor se sumerge en las palabras, para así conocer y explicar de manera exhaustiva la realidad que pasa desapercibida, la realidad que nuestros ojos jamás podrán ver sin la ayuda de las palabras. El autor se declara ferviente admirador de Tristan Tzara, otro rumano que eligió su lengua de adopción como lengua de expresión literaria, en un ejemplo de admirable integración
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COLECCIÓN MARETA
Mareta: nombre que en lengua aragonesa se les da a las sirenas de mar.
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El gris recuerdo de los cuervos. Otros huesos, otros restos.
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Andrei Cristian Medeleanu nació en Rumanía ( en la ciudad de Slatina ), en 1992. A la edad de 8 años llegó a España. Su pasión por la literatura le ha llevado a interesarse cada vez más por la lengua castellana y sus funciones. En este libro observamos como el autor se sumerge en las palabras, para así conocer y explicar de manera exhaustiva la realidad que pasa desapercibida, la realidad que nuestros ojos jamás podrán ver sin la ayuda de las palabras. El autor se declara ferviente admirador de Tristan Tzara, otro rumano que eligió su lengua de adopción como lengua de expresión literaria, en un ejemplo de admirable integración
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Mareta: nombre que en lengua aragonesa se les da a las sirenas de mar.