Netflix Magazine

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EDITORIAL El Equipo Tomás Pérez Vizzón Editor Julieta de Marziani Editora de Arte Sebastián Angresano Editor de arte Martin Alé Jefe de redacción Carlos Greco Director en jefe Mario Greco Director Ejecutivo Cristian Alarcón Director Periodístico Sol García Dinerstein Producción ejecutiva Edgar I. Mateus Pabón Diagramación

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e intentado escribir el Paraíso, decía Ezra Pound en uno de sus cantares. Una frase que, con ligeras modificaciones, podría haber enunciado Carlos Greco cuando finalizó su labor como director que utilizó como plataforma para compartir su evolucionado. Después de la incomunicación y el retraso que se vivieron en las décadas inmediatamente posteriores a la guerra, este es un proyecto innovador que vino a aliviar un panorama editorial todavía dominado por las publicaciones impulsadas por las instituciones. Edgar I. Mateus encarna la visión retrospectiva de la modernidad con un “contraste editoria” único.


ÍNDICE Contenido

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BATES MOTEL

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THE SINNER

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MAD MEN

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MIND HUNTER

TERROR PSICOLÓGICO

MISTERIO DRAMÁTICO

DRAMA DE ÉPOCA

DRAMA CRIMINAL


BM ATES

OTEL

‘‘Cuando su padre muere, Norman Bates y su madre abren un motel. Pero el estado de salud mental de Norman los dirige a un oscuro y violento camino’’.

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l gran Pappo compuso alguna vez: “Nadie se atreva, a tocar a mi vieja, porque mi vieja, es lo más grande que hay”. Una frase compacta, un himno generacional y un canto de amor a las madres. Muchos se sintieron identificados con esta canción, porque se supone que una mamá es amor, es ternura y comprensión. Pero claro, no necesariamente siempre tiene que ser así, porque como hay madres bondadosas, hay otras como Norma Bates, la peligrosa mamá del histórico Norman, un chico que quizás no pueda empatizar con la canción de Pappo. Bienvenidos al Motel Bates, y bienvenidos a conocer otra forma de entender la maternidad. Seguramente uno de los personajes más interesantes de la serie es Emma Decody, una joven que sufre fibrosis quística, una enfermedad que afecta principalmente a los pulmones. Por sufrir esta enfermedad, Emma tiene una expectativa de vida muy corta y hasta debe utilizar un tubo de oxígeno. La razón por la que se incluyó este tema, es que Bill Balas, uno de los principales guionistas de Bates Motel, sufrió fibrosis quística y en su juventud debió recibir un doble transplante de pulmón. A través de Emma, Bill decidió concientizar a la gente sobre esta grave enfermedad.

Titulada My life in fast-forward esta página amplía el universo personal de la joven y permite conocer aspectos más íntimos de su vida, como por ejemplo sus gustos personales. De sus recomendaciones, destaca su pasión por la animación japonesa: menciona al excelente animé FLCL y al film de Hayao Miyazaki, El Viaje de Chihiro. También figura el historietista Naoki Urasawa, autor de grandes obras como 20th Century Boys (un cómic muy recomendable), Bill y Bat o Pluto. Uno de los descubrimientos más interesantes es el misterioso cuaderno de Jiao. En el primer episodio de la serie, Norman encuentra esta suerte de diario íntimo escondido en una habitación.

Realidad y ficción se entrecruzan en Bates Motel. En la web se puede encontrar el blog de Emma Decody, quien considera a Norman buen partido.

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Al maestro Hitchcock

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a precuela de ‘Psicosis’ en forma de serie de televisión lleva emitiéndose desde 2013. Narra la historia de Norman Bates y el desarrollo de su perturbada psique y su relación con su madre durante su adolescencia. La serie ya está emitiendo su quinta temporada y el último episodio visto en EE.UU. ha modificado la historia tal y como la conocíamos. En concreto le ha dado un giro a la famosa escena de la ducha. Rihanna interpreta en la serie a Marion Crane, el icónico personaje interpretado por Janet Leigh con el que arranca la historia de la película del genio Alfred Hitchcock y la protagonista de la mítica escena de la ducha. El personaje de Hitchcock supuso la primera vez que una protagonista es asesinada antes de la mitad de la película y la escena de su muerte a manos de Norman Bates se ha convertido en una de las más populares de la historia del cine.

episodio sin un asesinato en la ducha, Cuse ha asegurado que el público se habría enfadado mucho: “Si no hubiéramos hecho una escena de la ducha la gente habría estado realmente enojada. Es un poco como si vas a ver The Knack y no tocan “My Sharona”. Sé que es un ejemplo extraño. Nos sentimos como si tuviéramos que hacerlo, pero también estábamos decididos a no hacer que fuera lo mismo que estaba en la película”. También han confesado que en un principio no iban a desarrollar así la trama. “Sopesamos todas las opciones, y elegimos la que más nos gustó”. En cuanto a la inversión de roles de género Cuse aseguró que “no había forma de redefinir a Marion Crane como una mujer moderna y empoderada si la matábamos en la ducha”. En lugar de ser Marion la asesinada, la víctima del cuchillo de Norman Bates.

Pues bien, en la serie y concretamente en el sexto capítulo de la quinta temporada, ha llegado al momento en el que Marion Crane llega a hospedarse al motel de Norman. Muchos podrían pensar que la aparición de Rihanna iba a ser fugaz, porque todos conocemos, basándonos en lo ocurrido en la película de 1960, el poco tiempo que le queda a Marion desde que llega al motel de Bates. Pues parece que los guionistas han modificado la mítica escena de la ducha y en la serie Marion no es asesinada por Bates.

NORMAN BATES: es un chico de diecisiete años de edad, inteligente, reservado, divertido, guapo y, a veces tímido con un lazo intensamente cercano con su madre Norma Bates. Norman se resiste a empezar de nuevo en una nueva ciudad, pero comienza a cambiar parecer mientras se comienza a sentirse libre.

En una entrevista para The Hollywood Reporter los showrunners Kerry Ehrin y Cartlon Cuse han hablado sobre los cambios en la mítica escena. Preguntado sobre si podrían haber hecho el

NORMA BATES: ella era emocionalmente compleja y, como madre soltera, completamente dedicada a su hi jo.Norma constantemente hacía malabarismos con sus propias necesidades.

Personajes

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TS HE

INNER

‘‘Crecí con Dios en mi casa y todo lo que trajo fue más dolor a nuestras vidas’’. Ella es una tranquila y algo taciturna dueña de casa, que ayuda en el negocio de la familia de su marido. Un soleado fin de semana van al parque que hay junto al lago, donde muchas otras familias y grupos de amigos se han instalado a disfrutar de la naturaleza. De pronto, sin mediar provocación, Cora se abalanza sobre un sujeto que está jugueteando con su novia y lo acuchilla ferozmente sorprendiendo a todos los que allí estaban. Esto ocurre a los pocos minutos del primer episodio, ante los atónitos ojos de decenas de testigos y los de los mismos espectadores. Como en las películas de Hitchcock, en The Sinner el asunto no va por averiguar quién cometió un crimen, sino el por qué.

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a mayoría de la gente tiene secretos. Lo que podría ser el lema de la serie The Sinner, es una frase que dice al pasar un personaje secundario, el detective de la policía Harry Ambrose, con la cara bonachona de Bill Pullman, ese actor de reparto que hemos visto en una buena cantidad de películas y series.

Y esto no resulta nada fácil de dilucidar: Cora, con la misma cara desconcertada que la de todos nosotros, asegura no conocer al sujeto al que atacó, ni tampoco qué la impulsó a hacerlo. A punta de racontos y flashbacks y la aparición de personajes que se cruzaron de alguna u otra forma en la vida de Cora, se va armando un puzzle que da cuenta de su tenebrosa infancia, marcada por una madre de un fanatismo religioso patológico.

El thriller que subió no hace tanto Netflix, ya tiene a varios atrapados en sus intensos, dramáticos y también sórdidos vericuetos. Ambrose se desempeña en un hermoso condado, de casas luminosas y rodeadas de verde, donde vive el matrimonio que conforman Cora y Mason Tanetti, junto a su pequeño hi jo.

Verdades a medias, contradicciones, recuerdos fragmentados y distorsionados, partes de memoria borrada, van surgiendo como muñecas rusas desde el dañado mundo interior de Cora.

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El éxito sorpresa de

Netflix

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etflix a veces despista. Puede que no fuera responsable de la creación de The Sinner, una producción del canal de cable USA Network (Suits), pero sí supieron rentabilizar la compra de los derechos internacionales. Este invierno era complicado acercarse a una cena con amigos y que todos no hubieran visto el retorcido caso de Cora Tannetti (Jessica Biel), la madre de familia que un buen día asesinaba un joven mientras tomaba el sol delante de todo el pueblo. Y, como las empresas no están hechas para desperdiciar los éxitos, ya hay una segunda temporada en camino. La idea de renovar la serie no tiene nada que ver con los números. En Netflix ha sido un éxito (y la plataforma la promocionó intensamente en su catálogo a diferencia de otras adquisiciones), en el canal USA Network fue un fenómeno veraniego en 2017 y hasta obtuvo menciones en la temporada de premios, especialmente para una Jessica Biel entregada en su difícil rol. Pero el caso se había cerrado. ¿Entonces de qué puede ir la segunda temporada? The Sinner, escrita por Derek Simonds, adaptaba la novela del mismo nombre de Petra Hammesfahr en la primera temporada. Simonds no tendrá otra elección que inventar un caso desde cero para exprimir el éxito con una segunda temporada. Pero tampoco es una noticia especialmente sorprendente: cada vez hay más series en antena donde

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las nuevas temporadas se resetean por completo o apenas mantienen personajes. Y el detective Ambrose de Pullman era suficientemente interesante como para querer seguirle (a él y a sus instintos masoquistas) una temporada más. Ahora lo único que necesitamos es que Jessica Biel aparezca como Cora de alguna forma, ni que sea en tres o cuatro episodios. ‘‘The Sinner’’ es una grandísima apuesta que maneja muy bien todas sus cartas. Derek Simonds domina muy bien los tiempos y, a priori, cierra bastante bien la trama -quizás se le puede reprochar algún cabo suelto-.

‘‘LA MAYORÍA DE LA GENTE TIENE SECRETOS’’.


MM AD

EN

‘‘No hay ninguna gran mentira, no hay ningún sistema, el universo es indiferente’’.

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ace dos años, la cadena AMC de Estados Unidos anunciaba el final de las aventuras de Don Draper en el mundo del marketing: la temporada 7 sería la última. Lamentablemente, esto no fue un anuncio alegre para los fans de la serie, ya que traía consigo la noticia de que la última temporada sería dividida en dos partes, una a televisarse durante el primer semestre de 2014 y la segunda durante el mismo período, pero de 2015.

en la avenida Madison (“Mad” no es por “locos” sino una abreviatura de Madison –Avenue- que solían utilizar los hombres del ambiente, al tratarse de la avenida que concentra las oficinas de las más importantes publicistas de Nueva York, no obstante, se puede interpretar como un juego de palabras). No se podría efectuar un análisis correcto de Mad Men sin mencionar a su principal protagonista femenina.

Don Draper (Jon Hamm), un exitoso ejecutivo de cuentas, con un excelente poder creativo y de disuasión para vender sus ideas, comienza su carrera en Sterling Cooper, una pequeña compañía de advertising con base en Manhattan. La serie aborda los primeros años de la agencia de marketing, que gracias a la creatividad de Draper comienza a escalar posiciones dentro del mercado, convirtiéndose en una de las de más renombre

Peggy Olson (Elisabeth Moss) representa a la heroína que nada contra viento y marea en un mundo donde los hombres relegan a las mujeres al puesto de secretaria o ama de casa. Peggy se gana un lugar en este ambiente, gobernado por el machismo a fuerza de inteligencia y coraje, yendo por fuera de los estereotipos de la mujer de la época, que presuponía a una mujer inocente y obediente de todo lo que el hombre dictara.

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Una serie que marcó una época

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adie esperaba algo como Mad Men. Aunque tuviera el aspecto de una serie de época (de una comedia romántica de Doris Day y Rock Hudson, incluso), el tratamiento de sus personajes era contemporáneo. Matthew Weiner, su creador, los veía desde una óptica moderna. Él podría desvelarse después como un obseso del detalle y de una ambientación rigurosa, pero Mad Men no era

una serie de los 60; era una serie que había aprendido de las que habían venido detrás, y había dado un nuevo salto evolutivo. Don Draper (Jon Hamm) se convirtió en un personaje icónico porque encarnaba todas las características de la serie que Ryan mencionaba en esa columna. La revelación de su verdadera identidad y todos sus intentos posteriores por encontrar un sentido a su vida, por encontrar algo de paz interior (demonios, quizás hasta felicidad) eran tanto tramas construidas como si fueran puzzles (quién es realmente Don Draper es casi el misterio que se desvela a lo largo de la primera temporada) como observa-

ciones sobre lo que suponía, supone, ser un hombre en un momento de incertidumbres sociales. Draper creía saber cuál era su lugar en el mundo, lo que se esperaba de él, la imagen que tenía que proyectar; los convulsos años 60 desmoronan su castillo de naipes, y facilitan el ascenso de nuevas generaciones, de la generación encabezada por una Peggy Olson (Elisabeth Moss) que puede autoengañarse en algunos aspectos (ese bebé), pero que tiene muy claro que no va conformarse con lo que la sociedad espera de ella; va a ser la sociedad la que reconozca su valía. Draper podía representar el sueño americano del hombre hecho a sí mismo, del hombre que sale de la nada y alcanza las más altas cotas del éxito, según la imagen del éxito que vendían los publicistas como él, pero también mostraba su cara oscura, la hipocresía, el desprecio hacia todos los que no se consideraban a su altura, su desprecio hacia sí mismo. Don estaba anclado en su búsqueda de algo que nunca lograba encontrar.

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MH IND

UNTER

‘‘¿Cómo entienden las emociones, los psicópatas, si no las tienen?’’.

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n ‘Mindhunter’, la australiana Anna Torv (‘Fringe’) interpreta a la doctora Wendy Carr, psicóloga y académica que llega a trabajar con agentes del FBI para convertir sus informales entrevistas a asesinos en serie en un estudio que permita elaborar conclusiones con estándares científicos. El personaje está inspirado en Ann Burgess, profesora y enfermera con experiencia en víctimas de abuso sexual, mencionada brevemente en el libro en el cual se basa la serie, pero que cumplió un rol esencial en la historia del FBI. Burgess, que en 2013 fue nombrada una “leyenda viviente” por la Asociación de Enfermeras Psiquiátricas de EE. UU.,

llegó a colaborar con la Unidad de Análisis de Conducta de la agencia en 1980 y ayudó a analizar resultados de entrevistas y perfiles criminales. En 1992, ella y su marido, Allen Burgess, escribieron junto con John Douglas y Robert Ressler el ‘Manual de clasificación de crímenes’, una biblia para investigación de crímenes violentos. Holden Ford, el protagonista de ‘Mindhunter’, interpretado por Jonathan Groff, es el alter ego de John Douglas, que escribió el libro ‘Mindhunter’, en el que se basa la serie y es una leyenda de la investigación criminal. Ford, como Douglas, es un entusiasta agente del FBI que quiere entender los impulsos y las motivaciones de los criminales y comienza a entrevistar a asesinos en serie encarcelados. El personaje de ficción y el real comparten una habilidad para improvisar y probar métodos no convencionales, aunque Ford no tiene el humor a menudo inapropiado que Douglas muestra en su libro. Muchas de las situaciones que ponen en problemas al protagonista de la serie ocurrieron en la vida real, pero sin las mismas repercusiones. Douglas se unió a la Unidad de Análisis de Conducta en 1977, cuando llevaba 7 años en el FBI y había sido parte del equipo Swat. En el libro ‘Mindhunter’, el investigador explica cómo la creación de perfiles criminales –que existía solo a nivel teórico– que pudieran usarse en investigaciones policiales.

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La serie que intenta descifrar cómo piensa un asesino

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indhunter, la nueva serie de Netflix, me llamó la atención de inmediato. Dos detectives se unen para entender la mente de un nuevo tipo de criminales que comienzan a aparecer en los años 70. Matan sin razón alguna pero sus acciones son tan atroces como irracionales. Holden Ford y Bill Tench, intentan entender cómo funciona el cerebro de estas personas, entrevistando a asesinos en serie encerrados en prisión y resolviendo crímenes con sus descubrimientos. Suena interesante ¿no? Bueno, agrégale que sucedió en la vida real y casi todos los asesinos que aparecen en el show, realmente cometieron todo lo que dicen. Esta serie producida por Netflix, nos va mostrando elegantemente cómo es que los criminales tras las rejas piensan y cometen tan terribles asesinatos. Es casi como si tuvieran una conversación de sobre mesa luego de tomar el té. “Los que cazamos personas por vocación, todo lo que queremos hacer es contar cómo lo hacemos”, “Así que tomé un martillo y la golpeé hasta la muerte, le corté la cabeza y la humillé”, esas son solo algunas de las impactantes frases que uno de los principales asesinos.

Junto con estas intrigantes escenas, las actuaciones de Jonathan Groff, Holt McCallany y Hannah Gross (el equipo detrás de los descubrimientos), son tan creíbles que cuando los asesinos confiesan sus pensamientos, se te ponen los pelos de punta. Además, el ambiente que se genera en el show es casi perfecto para generar intriga y miedo a la vez. La música, fotografía y luz son oscuras y tenebrosas, y nos dan la sensación de que en cualquier momento saldrá un monstruo a asustarnos o un cadáver a atormentarnos. Y la guinda de la torta: es diferente. Sí, amamos las series de crímenes pero tenemos que admitir que hay cada vez más de ellas y están siendo cada vez peores en su calidad. Esta, sin embargo, es completamente distinta. Nos da una cuota justa de asesinatos y sangre sin ser grotesca o trillada. No recrean ningún asesinato y solo nos producen tensión con fotos terribles de los cuerpos o testimonios desgarradores. Esos 10 capítulos de casi una hora, se te hacen cortísimos y solo anhelarás que confirmen una segunda temporada.

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