Efemerides astronomicas el
septiembre 2011
Âżestamos solos en el
Š NASA, NOAA, Earth Observatory
Universo ?
el
EQUINOCCIO de
OTOÑO
Se denomina equinoccio al momento del año en que los días tienen una duración igual a la de las noches en todos los lugares de la Tierra, excepto en los polos. Ocurre dos veces por año: el 20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre, La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctĭum y significa «noche igual». El equinoccio otoñal se producirá este año 2011 a las 9horas 5minutos del viernes 23 de Septiembre (UT) o a las 11h 5m hora oficial peninsular. Las variaciones de un año a otro son debidas al modo en que encaja la secuencia de años según el calendario (unos bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol (duración conocida como año trópico) y puede oscilar del 21 al 24 de Septiembre. El Sol, en su movimiento anual aparente por la eclíptica, se sitúa ese día y a esa hora justo en el punto de la esfera celeste donde se encuentra con el ecuador celeste y que se conoce como “primer punto Libra” (ver figura), dando paso al otoño en el hemisferio norte y a la primavera en el hemisferio sur (en este caso se denomina equinoccio vernal). Esta estación durará 89 días y 20 horas. En los equinoccios el Sol sale exactamente por el Este y se pone exactamente por el Oeste, siendo la duración del día igual a la duración de la noche. El extremo de cualquier sombra traza ese día una línea recta que marca la dirección Oeste-Este. En el movimiento diurno media circunferencia ocurre por arriba del horizonte (día) y la otra media por debajo (noche).
Esta es la época del año en que la longitud del día se acorta más rápidamente. En las latitudes de la Península, el Sol sale por las mañanas más de un minuto más tarde que el día anterior y por la tarde se pone casi dos minutos antes, por lo que el acortamiento del día se hace especialmente apreciable por las tardes. En definitiva, en estos días el tiempo en que el Sol está por encima del horizonte se reduce en casi tres minutos cada día.
Posición del Sol en la esfera celeste el 23 de Septiembre de 2011
¿estamos solos
Universo?
en el
U
no de los frentes de batalla más apasionantes que ha iniciado la ciencia los últimos años es la búsqueda de vida extraterrestre. Dentro de nuestra galaxia hay 10.000 millones de estrellas. Los telescopios de última generación están apuntando a muchas de esas estrellas, las más cercanas, y descubriendo planetas orbitando a su alrededor. Si bien todos los encontrados hasta ahora (más de cien) son planetas gigantes como Júpiter, son una prueba esencial de que nuestro Sistema Solar no es producto de un capricho divino. Podemos suponer ya que existen ahí fuera múltiples y variados sistemas planetarios, y no sería descabellado pensar que hubiera vida en alguno de ellos, y porqué no, vida inteligente. Todo este razonamiento, que nos ha llevado a pensar en la existencia de civilizaciones extraterrestres inteligentes, es sólo eso, una suposición. Nada nos inclina a pensar que no sea así, pero falta mucho por andar. Acabamos de empezar a buscar. A diferencia de otras corrientes como la ufología, la ciencia se basa en el razonamiento, no especula, pero es imparable porque se apoya en ella misma para avanzar y lograr metas. Para esta causa ha comprometido a múltiples especialistas: químicos, astrónomos, astrofísicos, geólogos, biólogos, cosmólogos... y los ha integrado en una nueva rama, la Astrobiología. Para responder a la pregunta de ¿estamos solos?, la astrobiología estudia varios frentes. El primero de ellos, esencial, es descifrar cómo se origina la vida, qué condiciones y parámetros son los adecuados para que esta surja y evolucione. Y el único lugar donde, de momento, se puede estudiar el fenómeno de la vida es en la Tierra.
Imagen del radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico dedicado a la detección de señales.
El origen de la vida en la Tierra S
e tiene la certeza de que la vida apareció en la Tierra hace 4.000 millones de años, cuando esta era muy joven, y geológicamente muy activa y caliente. La atmósfera de aquel entonces era rica en CO2 , nitrógeno, y no tenía oxígeno. Los geólogos, especialistas en extraer muchísima información de las piedras, tienen grandes dificultades para profundizar en el estudio de aquella época, porque no hay piedras en la corteza terrestre que hayan sobrevivido para contarlo. Este es un planeta geológicamente vivo, que ha cambiado la piel y borrado cualquier pista de su pasado, de sus primeros 3.000 millones de años. Las rocas más antiguas que se pueden encontrar sólo tienen 1.500 millones de años. Pero, ¿cómo calculan los geólogos la edad de una piedra?. Pues a través de unos isótopos radiactivos que contienen muchos minerales. Con el paso de los años estos isótopos se van descomponiendo, y la piedra emite cada vez menos radiactividad (siempre en unas cantidades ridículas). En este momento se están formando, por ejemplo, rocas nuevas en coladas volcánicas de Islandia, en las dorsales oceánicas, y en los deltas de los ríos, donde los compuestos se descomponen y se enlazan de nuevo formando otros minerales. Para explicar qué le sucedió a nuestro planeta en su juventud hay que preguntar a los especialistas en el Sistema solar. Cuando se formó el Sistema Solar, hace 4.500 millones de años, un 99% de la materia se acumuló en el centro formando el Sol, y el 1% restante se quedó suspendido orbitando alrededor de él. Esos minúsculos restos se fueron agrupando en planetas y otros cuerpos menores. Veámoslo con más detalle: Por un lado, estaban los planetas gaseosos, 4 enormes globos de gas con una composición similar a la del Sol (hidrógeno y helio principalmente). Por otro los 4 planetas rocosos, situados en órbitas cercanas al Sol. Y finalmente, millones de cuerpos menores, los cometas y asteroides. Hay 45.000 asteroides solo entre Marte y Júpiter, en el llamado cinturón de asteroides. Más allá de Neptuno se encuentra la nube de Oort, una amplísima zona por la que vagan millones de cuerpos helados, sobre todo cometas. Bien, pues los primeros cuerpos que se enfriaron y murieron geológicamente fueron los más pequeños, los cometas y asteroides. Sus rocas tienen la edad del Sistema Solar, 4.500 millones de años. La siguiente etapa reseñable fue la del Gran Bombardeo, hace 3.800 millones de años. Grandes asteroides y cometas impactaron la Tierra, impactos muchísimo más violentos que el que hace 65 millones de años provocó la extinción de los dinosaurios. ¿Aquellos cometas que se cruzaron con la Tierra pudieron traer los componentes a partir de los cuales se originó la vida?. Es posible. La sonda Giotto se acercó al cometa Halley, analizó su composición, y uno de los descubrimientos fue que, en relación a compuestos químicos, los seres vivos y los cometas coincidimos en un 98%. Pero entonces, si sumamos la cantidad de carbono y de agua que hay en la Tierra, y suponemos que son de proceden-
Nebulosa Orión: En las nebulosas, donde nacen las estrellas, se ha detectado la presencia de hielo amorfo y de química orgánica disuelta en él.
cia cometaria, ¡debió haber miles de impactos de cometas en aquella etapa primordial! ¿Y cómo se origina la vida?. Eso no lo sabemos todavía, aunque sí hay un acuerdo generalizado en pensar que surge a partir de 3 ingredientes: carbono, una fuente de energía, y agua.
Carbono No hay otro elemento de la tabla periódica que tenga tanta facilidad para montar largas cadenas de moléculas, y tan variadas. Las millones de especies que pueblan y han poblado la Tierra se basan TODAS en la química del carbono.
Fuente de energía Allí donde se forma vida, debe haber una fuente de energía generosa que la sustente y alimente. Esta puede proceder de la radiación de un cuerpo lejano como el Sol, o del calor emitido internamente por un planeta.
Agua Muchas de las excepcionales propiedades del agua le hacen un compuesto único en el Universo, e imprescindible para la vida. Recordemos que somos un 80% agua. Veamos algunas de sus características: El enlace: Los átomos de hidrógeno están unidos al átomo de oxígeno mediante un enlace covalente, es decir, comparten sus electrones (hasta aquí nada nuevo). Pero sucede que el oxígeno atrae con más intensidad a los electrones que el hidrógeno, y hace que la distribución de carga sea asimétrica, le da polaridad a la molécula. Esa polaridad permite un enlace entre moléculas, llamado puente de hidrógeno. Es un enlace muy débil. En estado líquido, estos puentes están en constante recombinación, se rompen y se vuelven a formar, dándole esa estructura de fluido estable y esa facilidad para disolver otras moléculas (incluso orgánicas). Si no fuera por esa polaridad, el agua sería un gas muy difícil de licuar y no disolvería nada. El hielo amorfo: En estado sólido, sin embargo, su estructura intermolecular es cristalina y ordenada. Eso es así salvo en el caso del hielo amorfo, donde el agua ha sufrido un enfriado tan brusco que no le ha dado tiempo a las moléculas a recombinarse.
Bien, pues en las nubes de gas y polvo, donde luego nacen estrellas, se han detectado más de 100 compuestos orgánicos basados en el carbono y el nitrógeno, y también agua. Agua en forma de hielo amorfo (dadas las bajísimas temperaturas) que no le dio tiempo a redistribuir su moléculas y contiene por tanto esas moléculas orgánicas en su interior, ‘disueltas’ en el hielo. ¿Y qué son los cometas?. Pues son grandes masas de hielo amorfo, hielo amorfo con frágiles moléculas orgánicas conviviendo entre las moléculas de agua, protegidas así del hostil ambiente exterior. Algunos de esos cometas impactaron con la Tierra. El hielo amorfo que sobrevivió al impacto se fue derritiendo poco a poco, pasando por la fase de hielo cristalizado, el ordinario (entre –70°C y 0° C), y en la que los compuestos orgánicos fueron delicadamente expulsados (el hielo cristalino no es disolvente). De esa forma, algunas moléculas orgánicas sobrevivieron al viaje y al impacto con el planeta, y se encontraron de pronto en un medio que quizás no les era demasiado hostil. Por tanto, repito, es posible que la semilla de la vida la trajeran los cometas.
Búsqueda de vida en el Sistema Solar Un paso trascendental para confirmar esta teoría sería encontrar restos de vida primitiva fuera de la Tierra. Aquellos cometas que trajeron tanta riqueza a la Tierra también impactaron en otros planetas, en Marte, Venus, etc. Así que un frente de investigación muy importante es buscar una prueba, aunque sea en forma fósil, de vida en otros puntos del Sistema Solar. Los astrobiólogos han repasado los cuerpos del Sistema Solar y han hecho sus cálculos. Aparte de en la Tierra, ¿dónde se cumplen las 3 condiciones para la formación de vida?. MERCURIO Los astrobiólogos descartan cualquier posibilidad de haber vida. VENUS Venus es muy peculiar. En principio, por su tamaño y su distancia al Sol, sería el candidato n° 1. Pero es un planeta con una atmósfera corrosiva, cubierta permanentemente por densas nubes de ácido sulfúrico, y el efecto invernadero provoca que se alcancen temperaturas superiores a los 500 °C.
MARTE Es posiblemente el lugar donde más cerca estamos de encontrar vida, o señales fósiles de ella. Disponemos de piedras marcianas recogidas en la Antártida, meteoritos procedentes de Marte, con una antigüedad de 1.400 millones de años. Se han analizado minúsculas cantidades de agua encontrada, y muestran una concentración de deuterio 5 veces superior al agua terrestre. Sólo se pueden conseguir niveles similares de este isótopo mediante evaporación de grandes extensiones de agua. Al deuterio le cuesta evaporarse y tiende a concentrarse en el residuo. Podría ser una demostración de la hipotética evaporación de grandes masa de agua líquida en Marte. El testimonio de la primitiva existencia de océanos. Y en esos océanos pudo haber vida.
LOS GIGANTES GASEOSOS Están formados por elementos que aquí en la Tierra son gases, pero allí hace mucho frío, el Sol está muy muy lejos, y se encuentran en otros estados. Hay carbono y agua en estado sólido, pero falta una fuente de energía.
Europa
Europa (imagen inferior) es un satélite de Júpiter muy curioso. Aparentemente se trata de una bola de hielo sucio, procedente con casi total seguridad de cometas como los que poblaron la Tierra de la química orgánica. Analizadas las imágenes obtenidas por las Voyager 1 y 2, se aprecian grietas selladas, prueba de que a una profundidad desconocida hay agua líquida. ¿Podría haber vida en ese océano oculto?. En la Antártida, debajo de la estación de investigación rusa Vostok y bajo una capa de hielo de más de 4000 kilómetros, se encuentra un gran lago, aislado completamente de cualquier agente externo desde hace más de 3.000 millones de años. Existe un proyecto internacional, en el que colabora el centro español de Astrobiología, que consiste en construir un robot, cryobot, que vaya derritiendo el hielo e introduciéndose hasta el fondo, de manera que nunca haya una contaminación exterior de ese ecosistema virgen. Una vez alcanzado el mar, el robot se transformará en hidrobot y buceará, enviando información al exterior. El resultado que se obtenga será fundamental para afrontar un proyecto espacial muy complejo: realizar el mismo experimento en el océano oculto del satélite Europa. Se taladra unos 4 metros por día y se espera llegar al lago este año o el que viene.
TITÁN Se trata de otro satélite muy interesante, esta vez de Saturno. Las sondas Voyager detectaron una atmósfera rica en nitrógeno y moléculas Imagen de radar del lago subglacial Vostok. orgánicas como el metano. Los geólogos creen © NASA, RADARSAT, Goddard Space Flight Center que Titán presenta ahora unas condiciones ambientales similares a las que pudo tener la Tierra hace 3.500 millones de años, cuando surgió la vida.
Vida en otras estrellas El otro gran frente de investigación es la búsqueda de planetas fuera del Sistema Solar con características similares al nuestro. Que pueda haber vida orbitando alrededor de otras estrellas podía ser bastante probable, habida cuenta que se han analizado las nubes de gas y polvo de algunas nebulosas, lugar donde nacen las estrellas, y contienen agua y química orgánica. Un paso más sería encontrar planetas del tamaño de la Tierra y situados en la ecosfera de su estrella, es decir, a una distancia en la que el agua sobre la superficie podría estar en estado líquido Por el momento estas ‘Tierras’ todavía están fuera de nuestro alcance tecnológico. Para hallar planetas de otras estrellas se estudia la estrella en sí, que es la única fuente de información que nos llega. Se estudia su luz. Como os podéis imaginar, son técnicas muy complejas y en las que hay que hilar muy fino, eliminar cualquier tipo de interferencia, etc. Las 2 técnicas más utilizadas son: el método de las velocidades radiales, que estudia el espectro de luz de la estrella, y el método de los tránsitos planetarios, que estudia la variación de luz aparente de la estrella (por efecto del transito por delante del planeta). Una periodicidad de años y una curva de variabilidad muy cuadrada son síntomas de que la variación es producto del tránsito de un planeta. En 1009 la NASA lanzó la misión Kepler. Se trata de un telescopio capaz de detectar planetas como la Tierra. Estudia posibles tránsitos planetarios en 100.000 estrellas. Lleva 42 cámaras CCD y un espejo primario de 1,4 metros de diámetro. Un poco antes, en 2005, la Agencia espacial Europea puso en órbita el telescopio Corot. Su misión original consiste en estudiar cualquier mínima variación de luz de las estrellas (hace prospección de estrellas variables que somos incapaces de detectar desde la Tierra), y donde están incluidos tránsitos planetarios. Cuatro cámaras CCD recogen toda la información y la envían a dos puntos de recepción situados en Natal (Brasil) y Villafranca del Castillo (España). Se estudiarán unas 60.000 estrellas.
Teorías y reflexiones finales Pero, ¿y si es verdad que estamos solos?. Nunca podremos afirmar tal cosa. Vamos a exponer brevemente diversas teorías sobre el origen de la vida en la Tierra: Teológica. Fuimos hechos a imagen y semejanza de un Dios todopoderoso. Este ha sido el argumento más difundido en los dos últimos milenios, y el que más interpretaciones ha suscitado. La ciencia no comparte este razonamiento, que además oculta un cierto egocentrismo frente a las demás especies naturales. Las creencias religiosas en general son una parte de la evolución humana que estamos destinados a superar. Casuística. La vida es algo tan complicado e improbable, que surgió simplemente por casualidad, por accidente, y no se puede haber repetido en ningún otro lugar del Universo. El principio antrópico. Esta es una corriente científica defendida por un porcentaje muy pequeño de científicos (de creencias conservadoras). Para ellos el hombre existe gracias a que la constante gravitacional es exactamente la que es, y la masa del electrón la que es, la masa del protón, la constante de Plank, ... Variando levemente cualquiera de estas constantes no se habrían dado los condicionantes para la vida. Esos valores tan ‘bien elegidos’ son obra de un Creador. La mayoría de los científicos defienden la teoría emergente. Esta teoría viene a decir que existe un patrón preestablecido, en el que los niveles de organización son cada vez más complejos. La materia ha pasado de agruparse en átomos simples de hidrógeno y helio, durante los primeros tiempos del Universo, a desarrollar una tabla de elementos químicos muy diversos. Ahí encontramos un salto de nivel. Esos elementos se enlazan formando moléculas, y se obtienen entonces propiedades nuevas de la materia. Un nuevo salto. El siguiente salto fue alcanzar el nivel biológico. La evolución de las especies, la interrelación entre ellas, etc. El siguiente se está produciendo ahora en la Tierra. Se trata del salto a un nivel ético-intelectual de la especie humana. Una transición que dura desde que el hombre utiliza la escritura, principal instrumento del saber, y terminará cuando los seres humanos dejemos de ser un caldo caótico y desorganizado, cuando se cristalice esa macromolécula en la que todos formemos parte, sin ideologías enfrentadas, con un sistema óptimo de gestión de los recursos, en la era del bienestar, ... pero todavía pueden pasar muchos cientos de años.
planetas extrasolares y la búsqueda de otras tierras PLANETAS FUERA DE NUESTRO SISTEMA SOLAR Buscar planetas alrededor de otras estrellas se está convirtiendo en uno de los retos más grandes de la Ciencia. Es la primera vez en toda la Historia en el que se puede estudiar este campo tan comprometido de la astrofísica. Ya que, el objetivo último es encontrar planetas parecidos a la Tierra en los que existan condiciones tales que la vida haya podido surgir. En la Antigüedad, los griegos clásicos ya se preguntaban sobre si estábamos solos en el Universo. Mientras que en torno al siglo IV antes de Cristo, Epicuro pensaba que «deben existir otros mundos, con plantas y seres vivos, algunos de ellos similares y otros diferentes al nuestro», el maestro Aristóteles sostenía que «no pueden haber más mundos habitados que el nuestro». Sin embargo, quizás el caso más famoso es el del filósofo Giordano Bruno quien, en 1584, publicó el libro Sobre la pluralidad de los mundos habitados, en el que sostenía que «existen innumerables soles e innumerables tierras, pero no somos capaces de detectarlos porque las estrellas a las que pertenecen son mucho más luminosas que ellos». Por pensar así, fue quemado en la hoguera como hereje. La existencia de otros planetas orbitando alrededor de otras estrellas se intuyó ya en la época de Darwin. En 1855 Thomas Jefferson Jackson informó de ciertas anomalías en el sistema binario 70 Ophiuchi. Este astrónomo sugirió que dichas anomalías constituían un indicio "altamente probable" de la existencia de un cuerpo planetario en aquel sistema solar. 60 años más tarde Peter van de Kamp propuso la existencia de un compañero con la estrella Barnard (estrella en la constelación de Ophicus con mayor movimiento aparente visto desde la Tierra), incluso dijo que su masa debería estar próxima a la de Júpiter y su órbita muy cerca de la estrella. Pero posteriores estudios por parte de otros investigadores desestimaron esta teoría. Sin embargo durante dos décadas la estrella se volvió muy popular entre los aficionados a la astronomía y su fama entró también de lleno en la ciencia ficción. En España, se han dado obras como "Sueños entre las estrellas", de Rubén Serrano, que relata la terraformación y colonización por humanos de un supuesto mundo en el sistema Barnard.
LOS MÉTODOS DE BÚSQUEDA DE PLANETAS EXTRASOLARES I
Las tres técnicas de detección de planetas extrasolares son indirectas, debido a que estudian los efectos del planeta sobre su estrella. Como consecuencia se sabe que el planeta está ahí y puede calcularse su tamaño, pero muy excepcionalmente se ha podido tener una imagen directa de ellos. Un planeta puede afectar a su estrella de varios modos: su fuerza de gravedad, sobre todo en el caso de planetas gigantes, puede forzar a la estrella a dibujar una pequeña órbita la técnica de la astrometría consiste en medir con gran precisión la posición de una estrella de modo que cualquier "tambaleo" puede detectarse. La estrella, en su recorrido orbital, se acercará o alejará de nosotros, movimiento que provoca que la longitud de onda de su luz se comprima o extienda respectivamente, esto se conoce como desplazamiento al azul o rojo del espectro electromagnético. La medición de estas variaciones,
Imagen 1: Técnica de detección de exoplanetas mediante tránsitos
conocida como técnica de la espectroscopia Dopler, ha permitido detectar hasta el momento la mayoría de los exoplanetas. Otra técnica consiste en medir la disminución periódica del brillo de la estrella causado por el pa-
Imagen 2: Técnica de detección de exoplanetas mediante el Efecto Doppler
so de un planeta entre ella y el observador, conocida como método de los tránsitos. También se puede hacer uso de microlentes gravitatorias para encontrar exoplanetas, este método se basa en la ampliación de la luz que se tiene de un objeto lejano como consecuencia de un cuerpo masivo que actúa como lente. El primer exoplaneta fue descubierto en mayo de 1995 por los astrofísicos Michel Mayor y Didier Queloz usando la espectroscopia Doppler. La estrella era 51 Pegasi, muy similar a nuestra estrella solo que con una edad un poco más avanzada y localizada a 48 años-luz del Sol. La masa del exoplaneta se estimaba parecida a la de Júpiter, pero sólo tardaba 4 días en orbitar alrededor de 51 Pegasi. Esto era muy raro, un Júpiter tan cerca de la estrella. Al año siguiente, el grupo formado por Paul Butler y Georff Marcy anunció el descubrimiento de dos nuevos exopla- Primera imagen de un planeta fuera del Sistema Solar. Se trata de un planeta una pequeña y joven estrella enana marrón a una distancia dos netas en torno a las estrellas 47 Ursae Majoris y orbitando veces la órbita de Neptuno. La imagen se tomó con el telescopio VLT del obser70 Virginis, ambas también muy semejantes al vatorio Paranal de Chile. Sol. Y la lista de exoplanetas comenzó a crecer. 16 Cygni B, por ejemplo, tenía un planeta con una orbita muy elíptica, mientras que Upsilon Andromedae no tenía un único cuerpo girando a su alrededor, sino tres de ellos, siendo por tanto el primer sistema planetario extrasolar en ser descubierto. En la actualidad existe un surtido número de grupos de investigación que, valiéndose de técnicas fotométricas, barren la misma zona del cielo a diario en busca de posibles nuevos tránsitos. La tarea es ardua: ob-
Upsilon Anromedae, primer sistema planetario múltiple descubierto
servar el mismo campo, donde pueden entrar en torno a 10 000 estrellas, de forma continua y buscar variaciones del brillo en las estrellas. En el 2004 se obtuvo la detección del primer exoplaneta en torno a una estrella brillante con este método, a unos 500 años luz de la Tierra. Este exoplaneta tarda 3 días en orbitar a su estrella, poseyendo 3/4 partes de la masa de Júpiter, aunque su tamaño sea similar. La importancia del descubrimiento de TrES-1 radica en que pone al alcance de los astrónomos aficionados la detección de nuevos exoplanetas, algo totalmente impensable hace ni un lustro.
OTROS SISTEMAS PLANETARIOS De todos los posibles planetas extrasolares encontrados, muy pocos se ajustan a lo que tenemos en el Sistema Solar. La cifra de planetas descubiertos en torno a otras estrellas superaban los 330 en Enero del 2009, y sus características desafían la teoría que explica cómo se forman los sistemas planetarios, elaborada a partir del estudio de nuestro Sistema Solar. Según ésta, los planetas nacen a partir de un disco plano de gas, polvo y pequeñas rocas en rotación, en cuyo centro se halla la estrella en formación. Este planteamiento impide la formación de planetas en las zonas más externas e internas del disco, en parte porque se encontrarían a temperaturas extremas -demasiado bajas o altas respectivamente- y en parte por la falta de materiales para ello. Sin embargo, muchos de los planetas detectados se caracterizan por la proximidad a su estrella -con distancias menores que la de Mercurio al Sol- y por su velocidad- uno de ellos concluye una vuelta alrededor de su estrella en solo 3.1 días terrestres. También la gran masa de muchos de ellos, que oscila entre la mitad y diez veces la de Júpiter, el gigante de nuestro sistema, preocupa a los científicos. La teoría tradicional presuponía que la mayoría de los sistemas solares contendría un planeta semejante a Júpiter nada más pasar la "línea de nieve", o distancia a partir de la que las temperaturas bajan tanto que el vapor de agua se condensa en forma de hielo; nunca más cerca, ya que los gigantes gaseosos sólo pueden formarse en las zonas más frías, a una distancia mínima de cinco veces la que hay de la Tierra al Sol. La detección de esos "júpiters" tan veloces y próximos a su estrella ha llevado a los científicos a elaborar alternativas a la teoría tradicional, como las basadas en la formación de los planetas en partes del disco más benignas y en su posterior migración hacia el interior. Otras teorías apuestan por un desequilibrio gravitatorio producido por la existencia de varios planetas gigantes, lo que también explicaría la órbita elíptica de algunos de ellos: si los cuatro gigantes gaseosos del Sistema Solar hubieran crecido hasta el tamaño de Júpiter, habrían ejercido fuerzas gravitatorias sobre los otros y causado la excentricidad de las órbitas, la expulsión de alguno de ellos fuera del sistema o incluso un choque.
EL FUTURO
Imagen 4: Zonas de habitabilidad en torno a distintas estrellas
Sistema planetario alrededor de la estrella Gliese 581. El planeta es solo es el doble de pesado que nuestra Tierra.
Una vez comprobada la existencia de planetas alrededor de otras estrellas, nos interesa conocer si pueden albergar vida. El desarrollo de la vida se relaciona con muchos factores, pero sobre todo con la presencia de agua líquida, lo que impone a su vez condiciones sobre el tamaño y densidad del planeta. Estas dos medidas determinan la gravedad de éste, que debe ser la justa: no demasiado pequeña porque, como ocurre en la Luna, el agua se perdería en el espacio en lugar de condensarse y regresar a la superficie, pero tampoco puede ser demasiado elevada porque, como sucede en Júpiter, retendría fuertes cantidades de metano y amoníaco ambos letales. No todas las estrellas son aptas para albergar planetas de tipo terrestre. Deben ser astros relativamente tranquilos, que se encuentren en la fase conocida como secuencia principal, en la que la estrella transforma hidrógeno en helio de forma estable. En torno a estas estrellas, se define una zona de habitabilidad dentro de la que se podrían encontrar planetas como el nuestro. Las estrellas menos luminosas tendrán esta zona más cerca de ellas, mientras que en las estrellas más luminosas la zona de habitabilidad se encontrará más lejos. Además, las órbitas de los planetas no puede ser demasiado elípticas, puesto que se correría el peligro de salir de esta región en sus puntos más extremos. Varios son los proyectos para intentar cazar planetas como el nuestro. Uno de ellos es el proyecto COROT, un pequeño telescopio espacial puesto en órbita el 27 de diciembre de 2006 en un cohete Ariane. Se trata de una misión liderada por Francia, pero cuenta con colaboración de Brasil y varios países europeos, entre ellos España. En marzo de 2009 también se lanzó al espacio el satélite Kepler, construido por la NASA. Ambos basan sus observaciones en el método de tránsitos. Hasta la fecha, junio de 2011, se han descubierto más de 470 sistemas planetarios con un total de 565 cuerpos planetarios, 57 de ellos múltiples y 27 con una masa estimada en más de 13 veces la masa de Júpiter, por lo que casi seguro que serán en realidad enanas marrones. Bibliografía. "La vida de los planetas". Richard Corfield. Edt. Paidos, 2009 http://www.iaa.es/corot/ http://kepler.nasa.gov/
visibilidad de los planetas mercurio venus marte júpiter saturno urano neptuno
Muy bajo sobre el horizonte crepuscular a comienzos de mes. Vuelve a aparecer como lucero vespertino. Visible bajo en el horizonte ESTE a últimas horas de la noche entre Géminis y Cáncer Visible a lo largo de toda la noche en Aries. Visible a comienzos de mes muy bajo en el horizonte OESTE cuando anochece. Visible durante casi toda la noche entre Piscis y Cetus, la Ballena. Visible durante casi toda la noche en Acuario.
Fuente: Stellarium y NASA
Tormenta en Saturno
Desde el pasado 5 de diciembre de 2010 se encuentra activa una gran tormenta sobre la superficie de Saturno y cubre 4000 millones de km2.
sección lunar
fases lunares septiembre 2011 lunes
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luna LLENA
09 HORAS
luna nueva 11 H.
Dibujos: Virtual Atlas Moon
ISS Z A R A G O Z A
estación espacial internacional 4 1 . 6 3 3N O R T E
0 . 8 8 3O E S T E
Este mes de septiembre no es un mes especialmente bueno para la observación del paso de la ISS por nuestros cielos. Incluso durante un tercio del mes no la veremos surcar el firmamento. El día 23 pasará justo por encima de las Pléyades famoso cúmulo de estrellas.
Fecha
Magnitud
Hora comienzo evento
Hora final evento
1 de septiembre
-2.9
21:44:08
21:48:52
2 de septiembre
-3.4
20:45:45
20:51:56
21 de septiembre
-2.4
06:57:55
07:04:01
23 de septiembre
-3.4
06:37:39
06:42:18
25 de septiembre
-3.2
06:17:12
06:20:22
1 de sept. ‐2.9 21:44:08‐ 21:48:52 Más pasos e información: http://heavens‐above.com Posición en tiempo real de la ISS: www.n2yo.com
Vega
2 de sept. ‐3.4 20:45:45 ‐ 20:51:56
Pléyades
Aldebarán
23 de sept. ‐3.4 06:37:39 ‐ 06:42:18
NGC4921
Imagen tomada el pasado 7 de junio por el NASA Solar Dynamics Observatory de una enorme eyección de masa en el grupo de manchas 1226-1227. Este tipo de tormentas solares pueden causar problemas en las comunicaciones por satélite. Es la mayor detectada desde 2006. Copyright: NASA
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