Valencia en contraste Crรณnica visual contemporรกnea
C a l l e R o n d รณ n . C e n t r o d e Va l e n c i a
En ocasión de celebrar nuestro onceavo aniversario nos proponemos homenajear a la ciudad a través de una mirada reflexiva que nos permita ver en ella sus potencialidades como metrópoli habitable y amable, sin descuidar ni ignorar sus problemáticas. Así, Valencia en contraste. Crónica visual contemporánea, proyecto ideado por la Sra. María Cora Páez de Topel y materializado a través del lente de Mariana Cano, busca mostrar las incongruencias que conviven en la contemporaneidad de la ciudad que otrora fue la primera capital del país. De esta manera, Valencia en contraste nos ofrece la oportunidad de ser testigos oculares del acontecer de la ciudad, pero sin estar al acecho de los peligros que representa el estar allí. No obstante, también nos obsequia un espacio de reflexión ante esta ciudad ambivalente, paradójica y absurda. El propósito que persigue esta crónica visual contemporánea de la Gran Valencia es visibilizar los contrastes tan marcados por los que cada transeúnte discurre en su paso por la ciudad. Así, podrá ver las discrepancias entre una ciudad apocalíptica y una pujante, o una de desesperanza a otra de anhelos, o de convivir entre profundas patologías de las formas urbanas y una metrópoli de avanzada modernidad. Esta exposición representa para el GDEV un punto de inflexión que nos sensibiliza aún más con la ciudad y sus habitantes, reafirmando nuestro compromiso social como espacio museístico y de confrontación. Gabinete del Dibujo y de la Estampa de Valencia
Parque Doctor Fabián de Jesús Díaz. Urbanización Prebo
Av e n i d a p r i n c i p a l P a r q u e Va l e n c i a
VALENCIA ENTRE LA MODERNIDAD Y EL ATRASO EN UN PAÍS DE CONTRASTES Las dos caras de Valencia: la modernidad y el atraso. Son evidentes los desequilibrios sociales del país en el transcurrir de la vida diaria, basta con asomarse apenas a la calle para comenzar a ver los contrastes entre la extrema pobreza y la riqueza, el desarrollo económico y el estancamiento material. Ciudades y pueblos que se quedaron rezagados en el tiempo, sin ampliación de vías ni nuevos urbanismos, los mismos servicios asistenciales y la permanente falta de respuesta por parte del estado para atender los requerimientos de la población. Valencia, por su situación geográfica en el centro norte del país, alta densidad de población, abundantes recursos hídricos por la cercanía del Lago de Valencia y de Puerto Cabello, rica en recursos minerales y agrícolas, colindante con la Cordillera de la Costa, es un territorio privilegiado por poseer todos esos dones naturales, que no se han aprovechado armónicamente en beneficio de todos los habitantes de esta gran urbe. El tan vitoreado Socialismo Revolucionario del siglo XXI, en más de tres lustros controlando el poder, no produjo los resultados anunciados en las largas cadenas de radio y televisión, sobre reducir la pobreza y darle cumplimiento a la Misión Vivienda, sino que por el contrario, está a la vista el creciente número de gente humilde al pie de las paradas de los semáforos, o en las esquinas pidiendo limosna, madres con niños a cuestas que mandan a los pequeños entre los vehículos a solicitar ayuda económica, vendedores ambulantes ofreciendo cuanta mercancía barata puedan cargar consigo, animadores circenses haciendo malabarismos con el fin de obtener una propina al frente de los vehículos particulares, en los que van cómodamente sentadas una, dos o más personas ajenas a tan perentorias necesidades, inconformes con lo que sienten al no poder satisfacer tantas carencias, si acaso sacar unas monedas del bolsillo para cumplir con la más estricta obligación social y caridad cristiana. Amplias avenidas que fueron construidas en períodos gubernamentales progresistas —particularmente los que ejercieron a partir de la quinta década del siglo XX— que no han sido posteriormente mantenidas ni mucho menos se han ensanchado los canales de circulación, abriendo nuevas vías de tránsito que se conecten hacia diversos puntos de la ciudad. En 50 años la ciudad creció armónicamente: Se construyeron las avenidas Lara, la prolongación de la avenida Bolívar Norte - Sur, la Cedeño, la Cabriales, la Andrés Eloy Blanco, la Cuatricentenaria hacia Guataparo, la autopista del Este, la variante Bárbula - San
Fundaciรณn Reusamax. Casa Don Bosco. Redoma de Guaparo
Diego, la avenida Julio Centeno, la Fernando Figueredo, la autopista hacia el Campo Carabobo y algunas otras que le dieron libre circulación a los nuevos desarrollos urbanísticos modernos y bien planificados, aunque continúen las violaciones a las ordenanzas municipales causantes de los desórdenes en las aceras y en las calles, que entorpecen el tráfico e impiden la libre circulación, tanto de los vehículos como de los peatones. La ciudad colonial de las casas al mejor estilo andaluz, localizadas en las cuadras adyacentes a la catedral, en toda la cuadrícula reticular urbana, comenzó a desplazarse hacia el Norte desde el año 1943, cuando comenzó la modernización de Valencia con las primeras urbanizaciones residenciales de hermosas quintas, avenidas, calles y aceras proyectadas con visión de progreso por calificados arquitectos e ingenieros. Es la ciudad bien diseñada que continuó expandiéndose en todo el siglo XX hacia el Este-Oeste, de grandes conjuntos residenciales, centros comerciales y profesionales habitados y visitados por lo que se denomina la clase pudiente, mundana y culta, con acceso a la educación, así como la clase media profesional, muchos inmigrantes provenientes de Europa, Asia y el Medio Oriente llegaron para fundar residencia en Valencia, lo que nos hizo llegar a ser una ciudad multicultural y abierta a todas las tendencias del pensamiento universal, en contraposición a los estrechos moldes mentales de la época de la colonia. A pocos años de salir de una dictadura férrea como la de Juan Vicente Gómez, en 1936, es de suponer que políticamente Venezuela y con ella Valencia no estaba preparada para ese cambio social, por lo que, al quedar las casas del centro solas, abandonadas por sus legítimos propietarios, prestas a que se instalaran en ellas negocios sin la debida permisología y otras que han sido derribadas, dejando los terrenos vacíos para futuras construcciones, sin cumplir con las variables de zonificación, ocasionando el desorden urbanístico causante de tanta anarquía. Por otra parte, las tierras ejidales, o privadas de bajo costo ubicadas hacia el Sur y el Sur-Oeste de Valencia, comenzaron a ser invadidas por gente de bajos recursos económicos, la numerosa población desatendida por el Estado, que no ha sido capaz de invertir en la construcción de los urbanismos populares dotados de todos los servicios públicos, para albergar a esa gran masa humana, sometida parte de ella a condiciones de marginalidad y atraso, ignorante en gran medida por la falta de oportunidades y de facilidades que el Estado venezolano no les ha dado. De nada valen las leyes en Venezuela si las propias autoridades las desconocen y no las hacen cumplir, o son los propios funcionarios públicos quienes las transgreden para favorecer sus intereses personales, como también en nombre de una revolución engañosa en las promesas de bienestar social que ofreció, pero no cumplió, propiciando con ello el creciente
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malestar social de numerosa gente cansada de pedir una vivienda digna, en la que puedan tener mejores condiciones de vida, que se les ofreció a la hora de pedirles los votos en las elecciones parlamentarias, de la gobernación o de la presidencia de la República. La permanencia en los terrenos invadidos es precaria, siempre a la espera de obtener la propiedad de la tierra donde fueron ubicados, para darle comienzo a los trabajos de electrificación, agua, cloacas, drenajes, calles y continuar con la construcción de las viviendas, adaptadas a las exigencias sociales de toda comunidad organizada. Otras calamidades características del subdesarrollo son las aceras y calles rotas, al igual del desorden urbanístico producido por la violación de las leyes. En lo que era una vivienda, se monta una arepera, o un taller mecánico, obligando a quienes andan a pie por esa vía a tomar la calle para continuar el paso. De gran tamaño es la anarquía que vemos a diario en la ciudad, sin que los funcionarios municipales lo sancionen. Comercios que se instalaron ilegalmente bajo la mirada indiferente de los directivos de planeamiento urbano, sin suficientes puestos de estacionamiento, amplitud de espacios acordes con los negocios, ni medidas básicas de seguridad, comienzan a funcionar en zonas residenciales, desoyendo los reclamos de los vecinos organizados en asociaciones y juntas comunales. Para salir del atraso, los ciudadanos están en la obligación de reclamar y exigir sus derechos, así como cumplir sus deberes, ejerciendo la libertad de expresión y activándose como habitantes de un país que aspira a tener mejor calidad de vida. Si analizamos las protestas de los vecinos que se producen a diario, reseñadas en los medios de comunicación, nos damos cuenta que no es una población pasiva la que aguanta vivir entre escombros y basura, contaminando el ambiente por la falta de atención sanitaria. La gente se queja porque el gobierno, sea municipal, estadal o nacional, no es diligente en la prestación de los servicios públicos, por lo que salen a la calle a manifestar, contribuyendo también los medios de comunicación a divulgar las informaciones, para que lleguen al conocimiento de quienes tienen en sus manos la solución de los problemas. Reportar las fallas en asambleas de vecinos es una preocupación, pero hay que insistir públicamente, porque los gobernantes le temen al juicio público, sabiendo que ello repercute negativamente en su imagen. La calle es el termómetro que mide el acontecer diario, donde se reflejan todas las vicisitudes de la sociedad, la que nos permite apreciar que son múltiples los problemas que aquejan a las comunidades en la ciudad de Valencia, al igual que en el resto del país, particularmente en los estratos más humildes ubicados hacia la periferia, como también en el interior de los
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municipios carabobeños, cuyos habitantes exigen constantemente la solución de los servicios públicos deficientes en la prestación de sus funciones. No son casos aislados ni fáciles de resolver los que reseñan los medios de comunicación, cuando abundan los señalamientos por parte de los vecinos organizados en asociaciones y juntas comunales pidiendo mayor atención de los organismos públicos, para que atiendan los reclamos por la falta de agua, por las tuberías obstruidas, los drenajes tapados, la acumulación de basura, urgidos de que esas conexiones dañadas sean reemplazadas para evitar mayores desastres, objetando muchas veces la demora en darle respuesta a muchas de las peticiones de carácter urgente. Declarar el estado de emergencia es una manera de presionar, como es usual ver a los vecinos portando pancartas con señalamientos precisos para que les repongan la luz, el agua o reclamando mayor seguridad. En ocasiones se necesita sólo obtener los permisos para ejecutar las obras, darle el visto bueno al inicio de los trabajos, prestarle interés a los reclamos vecinales, colaborando entre unas y otras instancias departamentales en procurar la eficiencia para resolver los casos planteados que redundarán en beneficio de las comunidades afectadas. HIDROCENTRO debería resolver cuando se le pide reponer el servicio de agua residencial, tomando en cuenta la necesidad del vital líquido, por lo que son razonables las manifestaciones de total incomodidad al momento de suspender ese servicio por no reparar las fallas a tiempo. Tal sucede con CORPOELEC, al ocurrir los cortes de luz. Se tapan las tuberías por la gran cantidad de escombros, desechos sólidos, maleza, aparatos inservibles y tantos otros desperdicios que arrojan muchas personas inconscientes del daño que le causan al ambiente, sin que esa conducta irresponsable se sancione con multas, ni el servicio de aseo urbano recoja la basura con regularidad. En todo caso, las alcaldías y la gobernación deberían promover campañas de educación ambiental para despertar en los ciudadanos la importancia de cuidar su entorno, así como exigirle a los institutos de servicio público mayor prontitud en atender las solicitudes. La labor de la recolección de la basura es competencia de las municipalidades. La ineptitud, o por el contrario la eficiencia en ejecutar esas labores son indicativas de una mala o buena gestión de los ayuntamientos locales, puesta a la vista del público que clama por la limpieza de las calles como una de las principales justificaciones para cancelar los impuestos y apoyar la gestión de las alcaldías. María Cora Páez de Topel
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F u n d a c i ó n G a b i n e t e d e l D i b u j o y d e l a E s t a m p a d e Va l e n c i a
León Topel Capriles † María Cora Páez de Topel Fundadores Leyzer León Topel Páez Presidente Yoel Topel Páez Vicepresidente María Cora Páez de Topel María Cora Topel Páez María Cristina Sereno de Topel Directoras Ejecutivas Lizett Alvarez Ayesteran Directora Yolimar Delgado Gudiño Coordinadora operativa Esther Stranieri de Pérez Asistente de Dirección María Ximena Agüín Ramírez Personal de Sala
Valencia en contraste Crónica visual contemporánea
Año 11 Exposición 52 Del 05 de marzo al 14 de mayo, 2017
María Cora Páez de Topel Texto Equipo GDEV Museografía Mariana Cano Fotografías Ana Chirinos Registro de sala Equipo GDEV Montaje El Nido Creativo Diseño Publicación WEB: www.issuu.com/gdev
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