3 minute read
CARTIER
En la otra página: El Tank Chinoise ofrece una versión con su caja y hebilla engastadas con 161 diamantes talla brillante (1,70 quilates). Está limitada a 20 piezas. Junto a estas líneas: La versión de oro amarillo, de la que solo se harán cien piezas.
CITA PRIVADA CON LA EXCELENCIA
Advertisement
Cartier Privé es sinónimo de propuestas marcadas por la personalidad y la historia creativa de la maison. La última incorporación es el Tank Chinoise.
TEXTO RICARDO BALBONTÍN
LA EXCELENCIA EN CARTIER no se entiende sin una dosis extra de espectáculo, de exaltación de la belleza. A lo largo de su historia ha dejado tantas muestras como líneas de trabajo ha iniciado. Muchos dirán que el Cartier joyero es el responsable, pero la realidad está más cerca de que en Cartier siempre se ha potenciado un principio de creatividad tan personal como distintivo. Y de ello se beneficia cada nueva línea de trabajo. El mejor resumen de esta afirmación se encuentra en la colección Cartier Privé. Cada año, reinterpreta los modelos míticos de la casa a través de ediciones limitadas que no solo reflejan su estilo en formato contemporáneo, sino que son objeto de una pasión desbordante entre los coleccionistas.
Después del reloj Crash, el Tank Cintrée, el Tonneau, el Tank Asymétrique y el Cloche de Cartier, el reloj Tank Chinoise protagoniza el sexto capítulo de Cartier Privé. Creado en 1917 por Louis Cartier y comercializado dos años después, el Tank
Junto a estas líneas: El segundo modelo que ofrece Cartier Privé se declina en tres metales (en la imagen, la versión de platino) y tiene un diámetro de 39,49 x 29,2 mm, con un grosor de 6,09 mm. En la otra página: El Tank Chinoise de 1930. (Eric Sauvage, Collection Cartier © Cartier)
es uno de los relojes más extraordinarios no solo de Cartier, sino también de la historia relojera. Desde su creación, el carácter atemporal de sus líneas depuradas convirtieron al Tank en un reloj capaz de permanecer generación tras generación en la primera línea de la atención de los compradores.
Con la creación del Tank Chinoise, en 1922, Louis Cartier incorpora la riqueza de las artes de otras culturas y su resonancia en la joyería y la relojería. Cartier ya se distinguía por sus objetos preciosos –entre los que se encontraban relojes de sobremesa– adornados con elementos de la iconografía china. En el caso del Tank Chinoise, su diseño rinde homenaje a la arquitectura de los templos chinos y a la geometría de sus pórticos, que Cartier interpreta con unas angarillas horizontales colocadas sobre las verticales. A lo largo de sus cien años de vida, ha inspirado numerosas variantes, aunque su diseño no había sido renovado desde 2004, a excepción de las versiones encuadradas en Cartier Libre.
En el corazón de la nueva esfera rectangular, late un movimiento esqueleto, el 9627 MC de cuerda manual, desarrollado exclusivamente para este reloj. La esfera calada permite vislumbrar los engranajes del movimiento, a semejanza de las ventanas chinas tradicionales. Inspirada en el savoirfaire chino, la laca negra y roja aporta refinamiento y efectos de profundidad. Se declina en tres distintas versiones: platino, oro amarillo y platino con diamantes. Las dos primeras están limitadas a cien piezas; la última, a 20.
A este propuesta se suma una versión horas y minutos de platino, oro amarillo u oro rosa –limitada a 150 unidades– que, con angarillas horizontales y bordes biselados, luce en su interior el calibre manual 430 MC, el más delgado de los movimientos mecánicos de Cartier.