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Hollywood tiene un nuevo icono

UN ESPACIO DE EXHIBICIÓN QUE RINDE TRIBUTO AL SÉPTIMO ARTE A TRAVÉS DE EXCEPCIONALES EXPOSICIONES Y RETROSPECTIVAS. ESTÁ EN LOS ÁNGELES, CALIFORNIA. APLAUSOS.

TEXTO MARÍA ESTÉVEZ

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EL MUSEO DE LA ACADEMIA DE CINEMATOGRAFÍA abrió al público, recientemente en Los Ángeles. Con ese motivo Tom Hanks y el arquitecto Renzo Piano dieron la bienvenida a los medios de comunicación para mostrar las galerías completamente instaladas. La colección del museo cuenta con 8,000 artículos de películas icónicas que incluyen las zapatillas rojo rubí de Dorothy en El mago de Oz, el tocado de H.R. Giger en Alien o la máquina de escribir en la que Alfred Hitchcock escribió Psicosis. Hanks, uno de los directores ejecutivos del museo y coordinador de los esfuerzos para la recaudación de fondos, junto con Annette Bening y Bob Iger, dijo que su galería favorita estaba llena de linternas antiguas, artilugios mágicos, de hace cientos de años cuando se proyectaban imágenes a la luz de las velas. “Puede que no sea tan glamoroso como ver a R2-D2, el protagonista de Star Wars, pero las linternas ilustran el poder de la narración. Esas imágenes a la luz de las velas hicieron que la gente quisiera entrar en una habitación oscura para ser transportada a otro lugar. Eso es lo que hacen las películas”, explicó Hanks. Otras ciudades tienen museos de cine, pero “este museo tiene que ser el Partenón de esos lugares”, apuntó el actor.

Después de casi una década de planificación, el Museo de la Academia de Cine ha abierto finalmente las puertas al público. Con un presupuesto de 482 millones de dólares, este majestuoso edificio está diseñado por Renzo Piano, quien —para su consternación— ha visto como el teatro esférico, financiado por David Geffen, recibía el apodo de “estrella de la muerte”, por los angelinos. El arquitecto, ganador del Pritzker, suplicó a los periodistas que no lo llamaran “la estrella de la muerte”. El museo ha estado en construcción durante los últimos seis años y ese poco halagador apodo lo adquirió cuando diseñó una esfera de vidrio y concreto de casi cuarenta metros de alto que ahora constituye la mitad de la Institución. Piano dijo preferir cualquier otro de los nombres con los que han bautizado a su creación: burbuja de jabón, nave espacial o embarcación voladora.

Historias en sus galerías Escondidas en las galerías del Museo de la Academia hay muchas estaciones de respiro: pequeñas zonas de descanso integradas donde puedes sentarte y dejar que tus ojos y tu mente divaguen por las historias del cine. Hay mucho que ver, desde grabados en madera antiguos, las mencionadas linternas mágicas y otras innovaciones legendarias, así como pinturas y miniaturas de una era anterior al mundo pre-digital. Hay trajes de Black Panther y androides de Star Wars, hojas sueltas de Bruce Lee, páginas descoloridas del guion de Robert Towne de Chinatown y el vestido de May Queen cuidadosamente conservado y que Andrea Flesch diseñó para Midsommar. Hay desde una sala entera dedicada a la creación y el legado de El mago de Oz hasta las superproducciones de Hollywood. Mientras en la sala Inventing Worlds & Characters se presentan modelos y disfraces sobre gunos de los artistas favoritos de Hollywood.

El museo fue diseñado por Renzo Piano, Premio Pritzker. Abajo, las zapatillas rojas de Dorothy en El Mago de Oz, uno de los objetos exhibidos actualmente.

Destacan las exhibiciones temporales sobre Hayao Miyazaki y Pedro Almodóvar, un director japonés y otro español, “una declaración de intenciones del alcance internacional del cine”, admitió Hanks. Los dos cineastas reciben un homenaje a sus estilos visuales claramente sorprendentes que los convierten en candidatos naturales para este tipo de presentación. Destacan los deslumbrantes azules y rojos de la exhibición de Almodóvar, construida alrededor de una disposición simple, pero inmersiva de cortos de las películas del maestro manchego, sin duda una de las galerías más importantes del museo. También ayuda que tanto Miyazaki como Almodóvar se encuentren entre un puñado selecto de autores adorados por la crítica norteamericana.

De vuelta a la galería de Historia de los Premios de la Academia, la cronología escrita comienza con la primera entrega de premios en 1929 y termina en 2021, cuando Chloé Zhao se convirtió en la primera mujer asiática y la segunda mujer en ganar el premio a la mejor directora.

La noción de un museo al cine surgió por primera vez durante una reunión de la junta de la Academia en 1929. Casi un siglo después, los planes arquitectónicos concretos se materializaron en 2012 y el proyecto se inició en 2015. A partir de ahí, más allá de los retrasos habituales en la construcción y el aumento del presupuesto, el museo enfrentó un gran revés con la repentina salida del director Kerry Brougher.

El museo ofrece dos opciones de realidad aumentada: un parque montañoso para mirar un cielo animado y Experiencia Oscar. El visitante se convierte en la estrella sobre un escenario, donde recibe una ovación de pie de una audiencia digital mientras sostiene un Premio de la Academia real. La intención de este museo es reflejar el paradigma contemporáneo que afrontan las instituciones culturales, por un lado, honrando una historia y por otro aceptando la inmersión digital.

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