ANALISIS DE MEDICAMENTOS.
UNIVERSIDAD TECNICA DE MACHALA “Calidad Pertinencia y Calidez” D.L. N° 69-04, DE 14 DE ABRIL DE 1969 PROV. DE EL ORO-REP. DEL ECUADOR UNIDAD ACADÉMICA DE CIENCIAS QUIMICAS Y DE LA SALUD CARRERA DE BIOQUÍMICA Y FARMACIA ANALISIS DE MEDICAMENTOS Nombre: GERARDO ESPINOZA PLUAS. Docente: Dr: CARLOS GARCIA GONZALEZ. Semestre: 9mo paralelo “A” Fecha: martes,20 de junio 2017. RESUMEN DE CLASE # 15
Transporte de fármacos a través de las membranas celulares Cualquier desplazamiento de una molécula farmacológica dentro del organismo exige su paso a través de las membranas biológicas. Esto influye tanto en los mecanismos de absorción como en los de distribución o eliminación. Existen dos mecanismos:
A través de hendiduras intercelulares: Filtración A través de membranas celulares
Para atravesar la pared de los capilares (endotelio) los fármacos utilizan la filtración. La filtración depende de: peso molecular del fármaco: a mayor peso molecular, más díficil es pasar. Gradiente de concentración: el fármaco pasa de donde hay más concentración a donde hay menos. Distancia entre células. Presiones a un lado y otro de la pared: presión hidrostática, que hace que el fármaco entre, y presión osmótica, que hace que se quede. Existen diferentes mecanismos de transporte a través de mbs. celulares, dependiendo si se trata de moléculas grandes o pequeñas. Las moléculas de gran tamaño atraviesan la mb. por procesos de pinocitosis y exocitosis. Las de pequeño tamaño bien en contra o a favor del gradiente:
Contra gradiente: se realiza con consumo de energía y gracias a una proteina transportadora. Es el transporte activo.
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A favor: sin gasto de energía y con ayuda de una proteina transportadora. Es la difusión facilitada. no se requiere la ayuda de ninguna proteina y puede ha-cerse por canales o a través de mb.. Es la difusión pasiva.
El transporte a través de membranas celulares depende de: peso molecular del fármaco. Gradiente de concentración. Liposolubilidad: que sea soluble en las grasas. Cuanto más liposoluble más rápidamente atravesará la membrana. Grado de ionización: pasan las sustancias no ionizadas. Depende del carácter del fármaco (si es ácido o básico) y del pH del medio. Las moléculas ioinizadas, por pequeñas que sean, no atraviesan la barrera lipídica. Un fármaco ácido en un medio ácido estará "no ionizado". Un fármaco ácido en un medio básico estará "ionizado". Un fármaco básico en un medio básico estará "no ionizado"
Una vez que un fármaco penetra en la circulación sistémica, se distribuye entre los tejidos corporales. Esta distribución no suele ser uniforme, debido a diferencias en la perfusión sanguínea, la fijación a los tejidos (p. ej., debido a su contenido graso), el pH regional y la permeabilidad de las membranas celulares. La velocidad de acceso de un fármaco a un tejido depende de la velocidad del flujo sanguíneo hacia dicho tejido, de la masa tisular y de los coeficientes de partición entre la sangre y el tejido. El equilibrio de distribución (momento en que las velocidades de entrada y de salida son iguales) entre la sangre y un tejido se alcanza más rápidamente en las regiones más vascularizadas, excepto cuando el paso limitante de la velocidad es la difusión a través de las membranas celulares. Una vez que se alcanza el equilibrio, las concentraciones del fármaco en los tejidos y en los líquidos extracelulares vienen dadas por su concentración plasmática. Al mismo tiempo que se produce la distribución, se están llevando a cabo también los procesos de metabolismo y excreción, por lo que se trata de un proceso dinámico y Gerardo Espinoza Pluas.
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complejo. La velocidad de distribución de un fármaco en el líquido intersticial de la mayoría de los tejidos depende fundamentalmente de la perfusión. En los tejidos poco perfundidos (p. ej., muscular, adiposo), la distribución es muy lenta, en especial si el tejido presenta una alta afinidad por el fármaco. Volumen de distribución.- El volumen aparente de distribución es el volumen teórico de líquido en el que habría que disolver la cantidad total de fármaco administrado para que su concentración fuese igual a la del plasma. Por ejemplo, si tras administrar 1000 mg de un fármaco se obtiene una concentración plasmática de 10 mg/L, los 1000 mg se han distribuido aparentemente en 100 L (dosis/volumen = concentración; 1000 mg/x L = 10 mg/L; por lo tanto, x= 1000 mg/10 mg/L = 100 L). El volumen de distribución no guarda correspondencia alguna con el volumen real del cuerpo o sus compartimientos líquidos, sino que está relacionado con la distribución del fármaco en el organismo. Cuando un fármaco se une mucho a los tejidos, solo queda circulando una pequeña parte de la dosis, por lo que la concentración plasmática será baja y el volumen de distribución grande. Los fármacos que permanecen en el torrente circulatorio tienden a presentar volúmenes de distribución pequeños. El volumen de distribución permite prever la concentración plasmática tras la administración de una dosis determinada, pero aporta poca información acerca de la forma específica de distribución. Cada fármaco se distribuye en el cuerpo de manera específica. Algunos se concentran principalmente en el tejido adiposo, otros permanecen en el líquido extracelular y otros se unen en gran medida a determinados tejidos.
Fijación.- El grado de distribución de un fármaco en los tejidos depende de su grado de fijación a las proteínas plasmáticas y a los propios tejidos. Los fármacos son transportados en el torrente sanguíneo en parte en forma libre (no fijada) y en parte unidos reversiblemente a componentes sanguíneos (p. ej., proteínas plasmáticas, eritrocitos). Entre las muchas proteínas plasmáticas que pueden interactuar con los fármacos, se destacan la albúmina, la α1-glucoproteína ácida y las lipoproteínas. Los fármacos de naturaleza ácida tienden a unirse a la albúmina, mientras que los de naturaleza básica lo hacen a la α1glucoproteína ácida, a las lipoproteínas o a ambas. Únicamente el fármaco libre puede difundir en forma pasiva a las localizaciones extravasculares o tisulares en donde debe ejercer sus efectos farmacológicos. Por ello, la concentración del fármaco no fijado en la circulación sistémica típicamente determina la concentración del fármaco en el sitio activo y, por lo tanto, su eficacia. Cuando la concentración del fármaco es elevada, la cantidad que se fija tiende a un límite superior que viene dado por el número de sitios de unión disponibles. El fundamento de las interacciones por desplazamiento entre fármacos (ver Interacciones fármaco–receptor) es la saturación de los sitios de unión. Los fármacos se fijan también a muchas otras sustancias no proteicas. La unión suele consistir en la asociación con una macromolécula en un entorno acuoso, pero también se puede producir cuando el fármaco se distribuye hacia el tejido adiposo. Como este último está poco perfundido, el tiempo que transcurre hasta que se alcanza el equilibrio es prolongado, en especial si el fármaco es muy lipofílico.
La acumulación de los fármacos en los tejidos o en los compartimientos corporales puede prolongar sus efectos, ya que los tejidos van liberando el fármaco acumulado según se reduce la concentración Gerardo Espinoza Pluas.
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plasmática. Por ejemplo, el tiopental es muy liposoluble, penetra rápidamente en el encéfalo tras una única inyección IV y ejerce un efecto anestésico rápido e intenso; este efecto desaparece al cabo de algunos minutos al producirse una redistribución del fármaco hacia el tejido adiposo, cuya perfusión es más lenta. A continuación, el tiopental es liberado lentamente desde el tejido adiposo, y se obtienen concentraciones plasmáticas subanestésicas. Estas concentraciones pueden tener consecuencias clínicas si se administran nuevas dosis de tiopental, lo que da lugar a la acumulación de grandes cantidades de éste en el tejido adiposo. Por lo tanto, inicialmente el almacenamiento del fármaco en el tejido adiposo acorta su efecto, pero después lo prolonga. Algunos fármacos se acumulan en las células al unirse a proteínas, fosfolípidos o ácidos nucleicos. Por ejemplo, la concentración de cloroquina en los leucocitos y las células hepáticas puede ser miles de veces superior a su concentración plasmática. El fármaco contenido en las células se encuentra en equilibrio con el presente en el plasma y se desplaza hacia este último a medida que el fármaco se elimina del organismo. Barrera hematoencefálica Los fármacos llegan al SNC a través de los capilares cerebrales y el LCR. Aunque el encéfalo recibe aproximadamente una sexta parte del volumen minuto, la penetración de los fármacos en éste se encuentra restringida debido a sus características de permeabilidad. Algunos fármacos liposolubles (p. ej., tiopental) penetran con facilidad en el encéfalo, pero los compuestos polares no. Esto es debido a la denominada barrera hematoencefálica, que está formada por el endotelio de los capilares encefálicos y la capa de astrocitos. Las células endoteliales de los capilares encefálicos parecen encontrarse unidas más estrechamente entre sí que las de otros capilares, lo que enlentece la difusión de los fármacos hidrosolubles. La capa de astrocitos consiste en una capa de células gliales de tejido conjuntivo (astrocitos) próxima a la membrana basal del endotelio capilar. El envejecimiento disminuye la eficacia de la barrera hematoencefálica, lo que facilita la penetración de sustancias en el encéfalo.
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GERARDO ESPINOZA PLUAS C.I# 0706951332
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