Astillero electricista # 24
La visita política de Ratzinger a México parte de la estrategia coyuntural de la derecha ante las elecciones, la participación del SME en el siguiente proceso electoral y la construcción de la nueva central de trabajadores. Joseph Ratzinger es el máximo representante conservador y reaccionario del viejo sistema dogmático, ortodoxo y fundamentalista de la jerarquía de la iglesia católica (Opus Dei), responsable conjuntamente con Juan Pablo II de las desviaciones del llamado clero político (titulo concedido por el maestro y periodista Tomas Mojarro a la jerarquía católica apegada mas a la política que a su ministerio espiritual), que han repercutido seriamente en la credibilidad y autenticidad de la iglesia y del propio pontificado manifestandose en la reducción constante de las ordenes sacerdotales y el alejamiento masivo de sus fieles, que la hacen ver como una institución caduca, rebasada por el contexto actual, contraria totalmente a la doctrina y enseñanza evangélica cristiana y que están más apegados al beneficio económico, político y de influencia social, que al mensaje de salvación y de evangelización que su fundador Jesucristo, impulso hace más de dos mil años. La prueba palpable de la desviación que el clero político realiza en todos los ámbitos de la vida pública, abusando de la espiritualidad y de la fe de la gente, es sin duda la visita política a México del sumo pontífice, específicamente a las ciudades de León, Guanajuato y Silao, aduciendo que es un encuentro del tipo “pastoral” y que la única intención del “jerarca católico” era mandar un mensaje de “paz y de reconciliación” al pueblo de México. Como es lógico suponer, esta visita ha traído como consecuencia inevitable grandes beneficios económicos tanto para la arquidiócesis de León (feudo y baluarte del movimiento cristero y actualmente bastión de la organización secreta y ultraderechista llamada yunque) como para la arquidiócesis de México (Norberto Rivera) y el propio Estado Vaticano, todo a costa del erario público del cual pagamos todos nosotros. El recurso económico es un motivo plenamente suficiente (pero no el único) para que una persona de más de 80 años y con problemas graves de salud como es Benedicto XVI (al cual llamaremos para simplificar como B16) haya realizado un Por Gerbycortocircuito@gmail.com
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