ISSN 2711-2829 2019
REVISTA COLOMBIANA DE
ILUSTRACIÓN CIENTÍFICA
Y NATURALISTA
Apoyan: Facultad de Ciencias Programa Gestión de Proyectos División de Acompañamiento Integral Dirección de Bienestar Universitario Sede Bogotá
Revista Colombiana de Ilustración Científica y Naturalista número 1 - 2019 /issn 2711-2829 publicación anual universidad nacional de colombia facultad de ciencias sede bogotá
RECTORA
Dolly Montoya Castaño
VICERRECTOR
Jaime Franky Rodríguez
DIRECTOR BIENESTAR SEDE BOGOTÁ
Oscar Arturo Oliveros Garay
JEFE DE DIVISIÓN DE ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL
Zulma Edith Camargo Cantor
COORDINADOR PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS
William Gutiérrez Moreno
DECANO FACULTAD DE CIENCIAS
Jairo Alexis Rodríguez López
DIRECTOR BIENESTAR POR FACULTAD
La RCICN es una publicación académica que vincula el arte y la ciencia, con una frecuencia semestral. Es editada por estudiantes de ciencias y apoyada por la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá.
Nancy Liliana Villegas Bolaños
COMITÉ EDITORIAL
Dirección PhD. Adriana Rocío Jerez Coordinación
Contacto del grupo gedic_bog@unal.edu.co facebook.com/groups/1152445638099297/ issuu.com/gestiondeproyectos Contacto PGP proyectoug_bog@unal.edu.co facebook.com/gestiondeproyectosUN issuu.com/gestiondeproyectos Universidad Nacional de Colombia Cra 45 No 26-85 Edificio Uriel Gutiérrez Sede Bogotá www.unal.edu.co La RCICN es una revista de arte y ciencia de la Universidad Nacional de Colombia y de los estudiantes vinculados a GEDIC (Grupo Estudiantil de Dibujo e Ilustración Científica) El material expuesto en esta publicación puede ser distribuido copiado y expuesto por terceros si se muestra en los créditos. No se puede obtener ningún beneficio comercial. No se pueden realizar obras derivadas Las ideas y opiniones presentadas en los textos de la siguiente publicación son responsabilidad exclusiva de sus respectivos autores y no reflejan necesariamente la opinión de la Universidad Nacional de Colombia.
Diego Aguilera Velasco (2015-2019) Gabriela Rincón Pinilla (2019-2020)
EDICIÓN
Diego Aguilera Velasco Gabriela Rincón Pinilla Autores y Autoras Camila Vergara Camilo Betancourt Claudia Sierra Nova Dayana Bolaños Diego Aguilera V. Gabriela Rincón P. Jeny Fuentes Acevedo Jimena Sotelo Juan Palacios Juliana Poveda Cantini Kelly Huertas Luis Miguel Murcia Marie Joel Giraud Miquel Baidal Crespo Valentina Nieto Fernández Xavier Marquinez casas Corrección de Estilo Daniela Acosta Celis (PGP) Diana Luque (PGP) Diagramación y Diseño Andrés Alba (PGP) Ilustraciones de portada Marie Joëlle Giraud López
CONTENIDO 6
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AGRADECIMIENTOS
GEDIC
PRESENTACIÓN
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La ilustración científica en los inicios de la Universidad Nacional de Colombia
¿Cuál es la importancia de la ilustración en las publicaciones científicas y de divulgación?
Empezar desde cero en la Ilustración de la naturaleza
Xavier Marquínez Casas
Miquel Baidal Crespo
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La IC. Una verdad, un sentimiento, una forma de vida
La apuesta pedagógica del arte científico (ilustrando matas, bichos y dichos)
Una apuesta por articular la enseñanza, la biodiversidad y la ilustración
Marie Joëlle Giraud López
Claudia Helena Sierra Nova
Jeny Andrea Fuentes Acevedo
10 PERSPECTIVAS
Valentina Nieto Fernández
32 COLOMBIA EN PELIGRO
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Algas del Caribe colombiano
Amazilia castaneiventris
Andinobates dorisswansonae
Diego Aguilera
Gabriela Rincón
Camilo Betancourt
42
44
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Atelopus farci
Cardisoma guanhumi
Dermochelys coriacea
Juliana Poveda
Kelly Huertas
Juan Palacios
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Espeletia paipana S. Díaz y Pedraza 2001
Limanopoda caerulata
Marmosops handleyi
Luis Miguel Murcia
Jimena Sotelo
Camila Vergara
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Pseudoplatystoma magdaleniatum
BIBLIOGRAFÍA
Dayana Bolaños
AGRADECIMIENTOS Durante casi cincuenta años, el departamento de Biología de la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá, en cabeza de sus directores y docentes, ha formado una gran cantidad de profesionales entregados a la protección de la naturaleza, elemento fundamental de nuestra realidad. Sin embargo, uno de los aportes que más ha impactado la vida académica de sus estudiantes ha sido el empeño por promover la escritura y la divulgación del conocimiento que se desarrolla dentro de los salones y laboratorios, no solo como una herramienta pedagógica, sino también como un instrumento de verdadera transformación social. Por esto y mucho más, el Grupo Estudiantil de Dibujo e Ilustración Científica (GEDIC) quiere dedicar este primer volumen a todos los docentes del Departamento de Biología y el Instituto de Ciencias Naturales, quienes han dejado su legado en nosotros, los estudiantes, para que nuestra sociedad cuente con personas llenas de amor por la naturaleza y un profundo respeto por la ciencia. A su vez, extendemos nuestros agradecimientos a los docentes Consuelo Burbano, Adriana Jerez, Xavier Marquinez, Luis Carlos Montenegro, Yih Wen Fung, Fagua Álvarez y Carmen Reyes, quienes no solo comparten todos sus conocimientos académicos con nosotros, sino que también apoyan y animan nuestra iniciativa sobre la ilustración científica en Colombia. A
Nidia Moreno que como secretaria de la dirección del departamento ha sido intermediaria de todos los requisitos de este grupo estudiantil y ha facilitado la comunicación entre los estudiantes y los docentes del departamento. Finalmente, agradecemos a la Facultad de Ciencias y al Programa Gestión de Proyectos del Área de Acompañamiento Integral de la Dirección de la Bienestar sede Bogotá, quienes brindan a los estudiantes las herramientas necesarias para concretar sus sueños en este tipo de proyectos, los cuales benefician los entornos académicos, investigativos y divulgativos en los que nos desenvolvemos.
GEDIC “El Grupo Estudiantil de Dibujo e Ilustración Científica (GEDIC) es una iniciativa que surgió entre estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia sede Bogotá, en el 2016, con el objetivo de explorar y dar a conocer la importancia del dibujo y la ilustración como herramienta de generación y divulgación del conocimiento científico. Para ello, realiza actividades enfocadas en mejorar las habilidades básicas de dibujo y pintura, tanto en las salidas de campo, como en las aulas de clase, de modo que los estudiantes de todas las áreas integren este conocimiento al trabajo académico desarrollado en la Facultad de Ciencias. Con base en lo anterior, GEDIC se proyecta como un referente del dibujo científico en Colombia, a partir del cual surja una nueva generación de ilustradores, con potencial investigativo y desde el cual se generen grandes resultados académicos, contribuyendo constantemente a la generación de conocimiento, de la mano de los investigadores de la Universidad Nacional de Colombia y de aquellos que ven, en la ilustración, una oportunidad para complementar y divulgar sus trabajos. Desde el 2016, GEDIC ha organizado diferentes exposiciones en el Departamento de Biología de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, con las ilustraciones que han realizado. Gracias a su trabajo continuo, en el 2017 publica-
ron la Guía ilustrada de las plantas nativas del campus de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Para el 2019, GEDIC presenta la primera edición de esta revista, después de presentarse a la Convocatoria Pública PGP 001-2019 (basada en el Acuerdo 20 de 2018 del Consejo de Bienestar Universitario), con el proyecto Revista Colombiana de Ilustración Científica y Naturalista; proyecto avalado y apoyado por la Facultad de Ciencias y la Dirección de Bienestar sede Bogotá, a través del Programa Gestión de Proyectos de la Área de Acompañamiento Integral.
PRESENTACIÓN La ilustración científica, en su definición, encierra muchos matices y condensa una gran cantidad de sucesos históricos que fueron, son y serán de gran importancia para el establecimiento de lo que conocemos como sociedad. Desde los primeros grupos de homínidos nómadas que representaban su concepción de la naturaleza pintando figuras en las cuevas que visitaban, hasta nuestros días, donde abundan herramientas digitales con las cuales podemos representar cualquier tipo de organismo o paisaje: la imaginación ha sido nuestro único límite. Por ello, nos atrevemos a afirmar que la importancia de la ilustración científica, en primera instancia, no radica solo en la correcta expresión de la belleza natural del mundo gracias a la técnica, sino también en la precisión de la información que logramos extraer de esa naturaleza, la cual se construye a través de un delicado proceso metodológico que está lleno de variables y es intervenido por múltiples actores. No es lo mismo pintar una hermosa ave a través de la observación directa, que fabricar una imagen de esa misma ave construida a partir de la conceptualización de sus principales características morfo anatómicas e incluso ecológicas. Gracias a esto, muchos autores se adentran en la discusión casi filosófica sobre cuál debería ser la directriz de la ilustración científica: ¿el arte o la ciencia? Sin embargo,
es totalmente valido considerar la ilustración científica como un arte impregnado de ciencia o redefinirlo como una ciencia enaltecida por el arte. En nuestro caso, como comité editorial, buscamos dejar de lado esa discusión para someter a consideración las necesidades que como estudiantes de ciencia vemos y que aseguramos deben ser discutidas con apremio. La primera de ellas, y la que le da forma a esta publicación en general, consiste en que no existe un espacio propicio para la discusión y divulgación del trabajo artístico-científico que se ha venido desarrollando en nuestro país durante los últimos años y que ha sido un paso esencial para fundamentar las bases de un gremio. Si bien existen publicaciones, recursos e instituciones públicas y privadas que tratan estos temas, la mayoría se encuentran atadas a las dinámicas internas de las editoriales, a la economía capitalista que rige las tendencias del mercado e, incluso, a la política de turno. Por ello, esta revista presenta una primera oportunidad para reconocer el trabajo particular y gremial de los ilustradores científicos en Colombia –tanto profesionales como principiantes–, no solo en el contexto tradicional en el que se evalúan las ilustraciones de acuerdo a una técnica artística específica, sino, también, desde las experiencias personales y culturales que construyen esta profesión y que están influyendo, de una u
otra forma, en los juicios valorativos de las obras. Es decir, aunque las grandes laminas que se realizaron para la Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada tienen un alto valor académico, histórico, cultural, político y monetario, también se le pueden adjudicar estos atributos a las historias de vida de los personajes que ayudaron a concebir este monumental trabajo y que, poco a poco, han sido desconocidos por no disponer, en su debido momento, de un espacio formal en los libros de la historia, desde el cual pudieran contar su experiencia personal. En segundo lugar, nos encontramos con la necesidad de divulgar la información que se está desarrollando en las diferentes instituciones académicas y que logra tener un mayor impacto sobre el lector cuando se encuentran correctamente ilustradas. Aquí resuena la frase tradicional: “una imagen vale más que mil palabras”; sin embargo, no de cualquier imagen se puede correlacionar eficientemente el arte con el texto científico. Por ello, esta revista busca aprovechar las ideas educativas que actualmente trabajan de la mano del arte y la ciencia para, de manera formal o informal, brinden la posibilidad a la sociedad colombiana de apropiarse del conocimiento y, en consecuencia, de transmitirlo. Por lo tanto, si bien las instituciones de educación superior constantemente están generando conocimiento
en las áreas de ciencias y tecnología, es fundamental abrir nuevos espacios donde se les brinde a los estudiantes la oportunidad de mostrar su trabajo y desarrollo en las áreas que divulgan este conocimiento, áreas como la del arte científico. Debemos ampliar la visión de la academia y entender que este ejercicio editorial puede tener un alto beneficio para el sector del arte, la comunicación e incluso la educación. En tercer lugar, existe la urgente necesidad de abarcar mucho más terreno en el conocimiento de la biodiversidad del territorio colombiano. Como mencionábamos anteriormente, aunque existen diferentes instituciones y sociedades que abordan el tema de la naturaleza e intentan divulgar esa información a través de iniciativas editoriales, son pocas aquellas que disponen de los recursos y las herramientas para sensibilizar de manera contundente y son aún menos aquellas que pueden exponer de forma libre las experiencias educativas y personales de los principales actores que intervienen en la conservación de esta información: el artista y el científico. En conclusión, la Revista Colombiana de Ilustración Científica y Naturalista de la Universidad Nacional de Colombia ofrece un espacio a todas las personas que se identifiquen con el gremio de los ilustradores científicos, para presentar su trabajo e,
incluso, para compartir sus experiencias profesionales. Esto, con el ánimo de instruir a aquellas personas que comienzan en dicha labor y que, como en cualquier otra profesión, buscan puntos de referencia que les ayuden en su desarrollo personal. Además de ello, esta publicación brinda a estudiantes y docentes la posibilidad de exponer trabajos personales en materia artístico-científica, enmarcados en el ámbito de la protección, la conservación y el reconocimiento del potencial natural de nuestro hermoso país. Es importante mencionar que esta primera edición no formuló sus objetivos con base en la belleza o eficiencia de las ilustraciones, ni en los textos de carácter biológico. Su motivación primordial recayó en la necesidad de fundar las bases para la formalización del gremio de ilustradores científicos en Colombia y, con esto, empezar a reconocer algunos de los actores que llevan cierto tiempo aportando a esta profesión en el país. Agradecemos a la gran cantidad de personas que se presentaron para exponer su punto de vista y esperamos contar con una mayor disponibilidad de espacio para próximas ediciones, con el fin de incluir todos esos escritos e ilustraciones que no pudieron ser distribuidos dentro de estas páginas.
PERSPECTIVAS
Este apartado es una puerta abierta para las personas que, de una u otra forma, han tenido relación con la ilustración científica y desean expresar su opinión y compartir resultados de investigación respecto a cualquiera de los ejes temáticos que se enmarcan en esta profesión. Con este ejercicio, también se busca reconocer el trabajo de algunos de los representantes actuales de este gremio y, al mismo tiempo, conceptualizar la realidad actual de este quehacer, a través de la mirada personal de cada uno de sus expositores.
revista ilustración cientifica no.
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Perspectivas
La ilustración científica en los inicios de la Universidad Nacional de Colombia
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Xavier Marquínez Casas Profesor Asociado Departamento de Biología Universidad Nacional de Colombia
l a i lu st r ac ión c i en t i f ic a e n l o s i n icio s de l a u n iv e r s i da d nac ional
Xavier Marquínez Casas
Uno de los referentes más importantes para la historia de la ilustración botánica es la Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (1787-1803) y sus cerca de 6.500 ilustraciones botánicas realizadas por alrededor de 60 artistas, entre los que cabe resaltar a Salvador Rizo y Francisco Javier Matís. Daniela Bleichmar (2016), en su maravilloso libro El Imperio Visible muestra cómo la elaboración de estas representaciones pictóricas, mediante el trabajo conjunto de naturalistas y artistas, permitió desarrollar un estilo único de visualización de la naturaleza del Nuevo Mundo. A comienzos de nuestra vida republicana, en la Expedición Corográfica, también se realizaron ilustraciones científicas, muchas de tipo etnográfico. En esta expedición participaron José Jerónimo Triana y el que posteriormente sería nuestro primer rector y fundador Manuel Ancízar. En 1867 se fundó la Universidad Nacional de Colombia y, en ella, la Escuela de Ciencias Naturales, en esta también se desarrollaron ilustradores, como señala Díaz-Piedrahita (1999) al mostrar dibujos botánicos y zoológicos hechos por los estudiantes entre 1869-1870. Además, en el libro Flora de Colombia (1897) de Santiago Cortes, aparecen algunas acuarelas pintadas al natural, que muchos años después el padre Enrique Pérez Arbeláez calificaría como “dibujos de plantas a todo color, pero insuficientes para cualquier diagnosis”. El padre Enrique Pérez Arbeláez es reconocido por sus innumerables logros, entre los que se incluye la fundación del Instituto
de Ciencias Naturales (ICN) de nuestra Universidad, la creación del Herbario Nacional Colombiano y la activación de la Flora de la Real Expedición Botánica de Mutis desde 1954, la cual ha generado más de 36 de los 51 tomos propuestos, con las ilustraciones originales acompañadas del análisis taxonómico de expertos. Sin embargo, pocos conocen su obra en cuatro volúmenes Tratado completo de biología moderna (1925). Este texto, elaborado con otros tres jesuitas, muestra la faceta de ilustrador científico de Pérez Arbeláez a sus 29 años e incluye dibujos en blanco y negro y a todo color, de anatomía animal y vegetal, histología y genética. Sus ilustraciones interpretan procesos como la mitosis y la meiosis, las leyes de Mendel, etc. Sobresale entre ellos un esquema sobre “formaciones celulares” (Lamina V) que muestra todas las diferentes estructuras subcelulares y organelos que pueden estar presentes en células vegetales y animales. En el ICN, fundado en 1936, también trabajaron dibujantes profesionales (Alberto Franco, Inés de Zulueta, Guillermo Varela, etc.), junto a expertos como Luis María Murillo, quien ilustró de manera exquisita sus propios libros sobre control biológico de insectos (1943). Destacan, además, las ilustraciones del entomólogo y artista Leopoldo Richter en la serie de publicaciones Catálogo de Membrácidos de Colombia publicadas entre 1940 y 1954 y la Iconografía Fitopatológica, rescatada parcialmente por Pablo Buriticá (1999), que corresponde a todo un programa de investigación de plagas de plantas de cultivo que se ilustraban
mostrando los síntomas del hospedante y las estructuras al microscopio del hongo o bacteria que lo afectaba. Finalmente, podemos resaltar las ilustraciones del artista Alemán Hugo Wallenius para el texto “Aves de la región Magdaleno-Caribe” de Armando Dugand (1939), donde el autor agradece este valioso obsequio, pero, a su vez, señala la falta de valor taxonómico de los dibujos. De igual forma, a partir de este texto podemos darnos cuenta de las diferentes valoraciones que suscitan las mismas ilustraciones pues, analizadas desde un contexto ecológico, estas resultan de gran valor al mostrar los hábitats de las diferentes especies. Desde el inicio del ICN (1936) y de la carrera de Biología (1971), la ilustración científica nos ha acompañado permanentemente en los libros editados y en las revistas emblemáticas como Caldasia y Acta Biológica Colombiana. Se han formado y requerido ilustradores para la realización de catálogos, para acompañar fotografías, en la descripción de nuevas especies, en los diagramas explicativos de procesos, en los perfiles de vegetación, entre muchos otros aspectos. Actualmente, con el desarrollo de cursos virtuales, con la elaboración de cartillas y textos dirigidos a diferentes públicos y con las exposiciones de Museos, la ilustración científica resurge, no para reproducir fotográficamente la realidad biológica, sino para ayudar a interpretarla. lógica, sino para ayudar a interpretarla.
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Perspectivas
¿Cuál es la importancia de la ilustración en las publicaciones científicas y de divulgación?
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Miquel Baidal Crespo Coordinador de Ilustraciencia Barcelona - España
¿ c ual
e s l a i m porta nc i a de l a i lu st r ac ión e n l a s p u b l ic ac ion es c i en t í f ic a s y de di vu l gac ión ?
Miquel Baidal Crespo
Muchas veces se considera que la imagen es un elemento meramente decorativo que no aporta ningún tipo de información al texto. Nada más lejos de la realidad. Una ilustración, por ejemplo, botánica, puede aportar tantos o más elementos como un texto escrito, con la gran diferencia de que, mediante el dibujo, es mucho más fácil esquematizar y visualizar los conceptos expuestos. La ilustración científica es una disciplina artístico-científica cuyo fin es sintetizar y representar la información de manera clara y visual, para que el público pueda interpretarla correctamente. Es, por tanto, una herramienta de comunicación. Como tal, resulta indispensable a la hora de ilustrar los últimos hallazgos publicados en las revistas científicas que, precisamente, consultarán otros investigadores. Aportar información visual, elaborada por un profesional de la ilustración científica, permite a otros profesionales comprender mejor la información descrita. En caso contrario, la falta de ilustraciones científicas dificultará dicha comprensión. Incluso puede inducir al error y disminuir el impacto de la publicación si, por no invertir en ello, se utiliza una ilustración no profesional que desvirtúe el estudio. Podríamos decir lo mismo de las publicaciones divulgativas, ya sean online o impresas, los medios de comunicación y las redes sociales –estas últimas representan la principal fuente de información científica para la población española, según la VIII Encuesta de la Percepción Social de
la Ciencia de la Fundación Española por la Ciencia y la Tecnología (FECYT), por poner un ejemplo. Comunicar ciencia sin imágenes es muy poco eficaz y más cuando nuestro público no está familiarizado con el tema. Por este motivo la ilustración es imprescindible para explicar conceptos o procesos complicados. En redes sociales la imagen tiene una gran importancia: acompañar un post con una imagen asegura que gran parte de la audiencia se interese por el mensaje. Tanto en la ilustración científica, como en la divulgativa, hay elementos que no se pueden fotografiar, como animales extintos o reconstrucciones históricas, y la única forma de visualizarlos es a través del dibujo. El trabajo del ilustrador científico es representar objetivamente y con exactitud el objeto de estudio, ya sea un animal, una planta, procesos complejos, diagramas o cualquier otro elemento que requiera una representación gráfica.
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Empezar desde cero en la Ilustración de la naturaleza
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Valentina Nieto Fernández Bióloga e ilustradora científica Universidad Nacional de Colombia
e m pe z a r de sde c e ro e n l a i lu s tr ac ión de l a nat u ra l e z a
Valentina Nieto Fernández
Hace 5 años, cuando estaba terminando mis estudios en biología, tuve la oportunidad de hacer mi primer dibujo aplicado a la ciencia. En ese entonces hacía parte del Laboratorio de investigaciones en abejas de la Universidad Nacional (LABUN), en donde estábamos organizando un congreso para el que se necesitaba una imagen promocional y me arriesgué a hacerla. En un principio fui muy tímida al respecto, es algo que he visto que nos pasa a muchos dibujantes, somos muy temerosos de mostrar lo que hacemos, tal vez el esfuerzo y cariño que ponemos en cada dibujo hace que exponerlo a la opinión pública resulte muy difícil. Para mi fortuna, la imagen tuvo bastante acogida y gracias a esto recibí mucho apoyo para seguir mostrando lo que hacía. Así empecé a dibujar para varios de mis profesores, con cada uno de los proyectos fui aprendiendo lo que significaba ser una “ilustradora científica”. Tal vez una de las cosas que más me sorprendió, y que aún me sigue fascinando, es ver cómo, mientras dibujaba, llegaba a ver cosas que nunca me había tomado el tiempo de detallar; rehacer con acuarela cada forma, cada textura o color hizo que realmente observara y llegara a conocer lo que estaba dibujando. Para mí es aquí donde radica la importancia del dibujante científico: aprender a observar. En primer lugar, si logramos captar cada detalle seremos capaces de aclarar y simplificar características que en una fotografía resultarían muy confusas, lo cual es vital en textos científi-
cos como las claves taxonómicas. De igual forma, después de pasar horas viendo e imitando los detalles de un animal, nos damos cuenta cómo, poco a poco, vamos aprendiendo a predecir la apariencia de cada estructura, lo que nos lleva a otra de las aplicaciones más importantes de la ilustración científica: representar un animal aunque no podamos verlo. Uno de los mayores retos con los que me he encontrado es dibujar especies raras e, incluso, extintas de las que no hay registro fotográfico. Este ha sido el caso de algunos reptiles cuya información disponible suele ser una descripción morfológica y, con suerte, la fotografía de un espécimen conservado en alcohol hace décadas. En estas ilustraciones pasamos de imitar algo que vemos, a recrearlo a partir de una descripción y así traer el animal de vuelta a la vida. Poder plasmar gráficamente algo que no vemos resulta especialmente útil en la biología, ya que hay muchos conceptos o situaciones que difícilmente podrían ser expuestas de otra forma. Hace un tiempo tuve la oportunidad de participar en un proyecto que mostraba los resultados de un estudio acerca de los colibríes y las especies de plantas que visitaban en una reserva forestal en Santander. Hacer estas ilustraciones requirió investigar acerca de la morfología de cada especie, leer de su comportamiento y así, poco a poco, darle forma a la escena que mostrara el colibrí en su planta favorita. Estas ilustraciones forman parte de una guía de colibríes dirigida
a los visitantes de esta zona, por lo que la estética pasa a ser un factor protagonista en la creación del dibujo pues, en convergencia con el arte, la ilustración científica se convierte en un puente que lleva la ciencia más allá de la comunidad académica. Así, los ilustradores de ciencia podemos contribuir desde varios puntos: no sólo apoyamos ámbitos estrictamente científicos, también logramos llevar el mensaje de la academia a cualquier persona. Es este el primer paso para despertar pasión y fascinación por la diversidad en la tierra y, así, motivar un sentido de responsabilidad para conservarla.
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La IC. Una verdad, un sentimiento, una forma de vida
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Marie Joëlle Giraud López Ilustradora científica Ingeniera Geóloga
l a ic . u na v e r da d , u n s e nt i m i en t o , u na f or m a de v i da
Marie Joëlle Giraud López
Recuerdo que desde muy pequeña me atraía el murmullo del viento entre los árboles, los líquenes verdes grisáceos sobre rocas gigantes, el musgo verde y las gotas de rocío que humedecen siempre los costados del río que solíamos visitar en familia. Cuando los adultos insinuaban que había peligro en una gruta, allí estaba asomándome, buscando con mi simple ingenuidad los sonidos de la tierra, el eco de nuestros pasos, el agua transparente y, por supuesto, aquellos bichos raros que a todos asustaban. Nunca tuve predisposición a los animales. Por el contrario, me parecían fascinantes en todas sus presentaciones. Observaba con mis manos las texturas de los troncos, las irregularidades de las piedras en los ríos, el pelaje de las vacas. Desde muy niña solía perderme de todos para irme lejos de los seres humanos, a los que poco entendía, para buscar en la soledad de las arboledas un sitio en donde estar, en donde ser parte de lo que amaba sin explicación. Era igual de hermoso contemplar el vuelo de una mariposa que una araña cazando un desafortunado insecto o sentir el sonido de las hojas al quebrarse. Quería comenzar este escrito con una descripción de la percepción sensorial que tenía en mi infancia ya que, seguramente, habrán otros niños que perciban el mundo con tanto amor, existirán estudiantes de carreras diversas o adultos e ilustradores científicos que comparten esa sensación magnífica de sentirse uno con el paisaje, sentirse uno con la naturaleza. En algún momento, para describir a un público ge-
neral lo que sentía como ilustradora científica, hice una analogía que explicaba cómo se abordaba el espécimen que iba a dibujar. Mencionaba el acecho, la observación detallada, la integración del ilustrador con el objeto de su afecto, la rigurosidad en el detalle y la investigación. Los niños, al percibir el mundo, lo hacen de forma intuitiva, pero en el proceso de crecer y con la guía adecuada, si son dedicados, se convierten en grandes observadores y potenciales ilustradores. Haré un salto en el tiempo y me iré al momento en que te encuentras en la juventud y ese mundo mágico que decides seguir, se convierte en parte fundamental de tu vida. La ilustración científica es una rama especial de la ilustración. Ha habido discusiones relacionadas con las diferencias entre ser un ilustrador naturalista o ser parte del mundo científico. Puedo afirmar, en mi caso particular, que la precisión, el detalle, la aplicación y la investigación de fondo permiten definir nuestro oficio un poco más. Algo es muy claro en este sentido y es que la investigación, las referencias consultadas y el acompañamiento del científico son trascendentales en el resultado. Al principio, cuando los jóvenes se enfrentan a retos como llevar a la luz la idea de un científico, creen que dibujar bonito es suficiente y no. Muchos llegan a la puerta de acceso de esta profesión y terminan desistiendo sin llegar a entrar del todo. Es importante comprender que para ser ilustradores científicos, se necesita tener
ciertas cualidades y valores: 1. Eliminar el ego. A menos de que seas el científico y tengas todo el conocimiento necesario para abordar las artes con un elevado soporte técnico, no tienes todas las herramientas para desarrollar la ilustración. La humildad te ayuda a ver las cosas con más calma y te permite acercar al personal experto para hacer las preguntas que necesitas o para solicitar información. No te las sabes todas y tener a mano a un profesional especializado en el tema es totalmente fundamental. Si se tienen dudas con respecto a partes del organismo o a una técnica e incluso a un truco, podemos acudir a otros ilustradores científicos más experimentados. Muy seguramente no habrá reparos en darte un consejo muy útil o ampliarte las perspectivas con respecto a una solución específica. Leandro de Souza, Julius Csotonyi, Rachel May y Rosa Pereira, son ilustradores reconocidos y muy generosos, que no tienen reparo en dar consejos a quienes les escriben a sus correos. 2. Tener disciplina. Ilustrar es como danzar. Debe haber coordinación entre las partes, tanto en la información adquirida desde el comienzo para avanzar en el trabajo, como en la utilización de la técnica y la dedicación en horas de trabajo. Hay un inicio, un ritmo suave, melodioso y constante que te lleva a una concentración única cuando estás ilustrando. Así que es bueno tener un ambiente armonioso, despejado y bien iluminado para que esa danza entre las manos y el papel
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o el soporte en que trabajas, sea perfecta. Imagina que eres tú, a solas, con toda la información suficiente en el mejor escenario, totalmente integrado a la creación sin tener que estar interrumpiendo el proceso a cada rato. Una y otra vez se dibujan los detalles de forma organizada, hasta llegar a una satisfacción que sólo se equipara con la contemplación de un lago en calma. En conversaciones personales con Mauricio Anton, paleoartista español especializado, me recomendaba algo muy especial: no perder los detalles, trabajar con una inmensa consciencia y asesorarse demasiado en la parte técnica. Sam Greenhill es una de mis ilustradoras recomendadas para seguir avances. 3. Conocer los materiales de trabajo. En mi caso particular, conocer materiales de ilustración y dialogar al respecto con otros ilustradores profesionales para conocer sus experiencias y percepciones en cuanto a su uso, es bastante importante. Conocer tipos de papeles (composición, color, textura y gramaje), lápices de colores (secos y húmedos), marcas (hay una inmensa diferencia entre la procedencia de fábrica) y pigmentación de acuerdo a las marcas de origen (círculos de color, variedad tonal, pigmentos naturales o artificiales), composición de los materiales (oleosos, terrosos, cerúleos) tipos de borradores (en barra, en masa, gramaje, forma, dureza, mecánicos o eléctricos) variedades de acuarelas, óleos, acrílicos y gouaches (a base de agua, de aceite, en tubo,en pasta).
Geraldine Mackinson del Pozo ilustradora botánica chilena, es un maravilloso ejemplo sobre el conocimiento y dominio de los materiales, a tal punto que desarrolló su propia línea de productos (acuarelas) con una fórmula personal. 4. Aprender y desarrollar la técnica. Para poder llevar a cabo una buena ilustración es necesario elegir la técnica adecuada, pues este detalle te permite ser más eficaz en tu trabajo. Hay organismos que se ven más definidos en acuarela, en gouache, en lápices de colores, óleos o acrílicos y, ojo a esto, cada persona tiene una técnica preferida. Si no se tiene mucho tiempo o la ilustración es demasiado grande, se acude al muralismo o a la ilustración digital. El tiempo y la cantidad de ilustraciones son un factor decisivo en la elección de la técnica, ya que si el cliente solicita una suma elevada de productos en pocas semanas, la ilustración digital es una solución. Si el ilustrador domina las técnicas análogas y el contrato de trabajo le permite tomarse su tiempo porque la calidad e intención del contratante se lo permiten, va muy bien el romanticismo de la acuarela y las tintas, los lápices de colores, el grafito o el puntillismo. Hay ilustradores muy meticulosos en cuanto a la técnica: Mischa Skorecs (Suiza), Rogerio Lupo (Brasil), Pedro Salgado (Portugal), Mauricio Anton (España), Alejandra Migoya (Argentina), Camilo Maldonado Marín (Chile), para nombrar algunos ejemplos. 5. Tener consciencia del tiempo. Los ilustradores científicos tenemos la ten-
dencia a ser perfeccionistas y olvidarnos de la marcha del tiempo por trabajar en los detalles. En este caso el ritmo es algo muy importante ya que, cuando eres joven e inexperto, no saber medirte ni cuando parar, puede ser un grave error. La idea, cuando trabajas un producto, es que la misma calidad se mantenga en toda el área. En ocasiones, si no se mide muy bien el tiempo, se dedica mucho tiempo al comienzo del trabajo, pero puede suceder que al pasar las horas o los días, se corre demasiado y estos cambios son demasiado notorios. Una razón para detenerse es un análisis individual del avance, consultar al científico y tomarse un tiempo para descansar, haciendo pausas activas. Intenta no trabajar en la misma posición por más de 1 hora y hacer ejercicios de estiramiento o las consecuencias se verán reflejadas en las vértebras del cuello, la espalda, enrojecimiento ocular, varices y problemas de sobrepeso o artrosis. Mi historia clínica es un testimonio directo de la necesidad de descansar: años y años de trabajo y mi ausencia de descanso me pasaron factura y fui diagnosticada con Espondilo artrosis cervical y pinchamiento discal. Mis vertebras del cuello comenzaron a fundirse debido a una mala posición para trabajar y al rose constante al mantener la cabeza inclinada durante horas sin descanso. Lo dolores son demasiado fuertes. Debí cambiar mis hábitos de vida y cuidar mi salud, pues perdí mi trabajo en ese momento al incapacitarme, pero aprendí la lección
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Marie Joëlle Giraud López
y hoy ya no tengo crisis de dolor por una correcta postura. 6. Impecabilidad. La limpieza del entorno de la ilustración, si es de tipo análogo, es una muestra de la calidad del trabajo en desarrollo. Hay técnicas para enmascarar el área blanca y consiste en la elaboración de capas de papel con siluetas recortadas que bordean el área a ilustrar y son adheridas a la obra con cinta adhesiva en la parte posterior. Manchas de café, de pigmento o de grafito quitan valor a una lustración. La pureza de la línea en su valor y empates da un aspecto estético y pulcro al dibujo. El trabajo definitivo y su forma de entrega se constituyen en un sello personal. En el caso de ilustración análoga, pueden ser sellados y entregados con una autenticación notarial en una carpeta especial o con un passe par tout que incluya una lámina cubriente de protección, adherida mediante cinta, a la parte posterior de la ilustración y un flap de cierre con un sello de autor. Como se puede leer de primera mano, la ilustración es un proceso complejo cuya aplicación es complementar artículos, libros, publicaciones específicas, documentos especializados, exhibiciones y conferencias, entre otros. No reemplaza el texto, pero debe ser clara en cuanto a su contenido y ser una pieza adicional de información condensada o específica que libere información y aporte tranquilidad al científico por su contenido, técnica y aplicación. La negociación de las ilustraciones es elemental. Hay inicialmente un acuerdo
de precio, técnica, aportes de insumos para insumos técnicos están en tu mismo sitio de su desarrollo, tiempo de entrega y algo que trabajo o son suministrados por el contratante, es, en ocasiones, difícil para el ilustrador, ya se reduce el tiempo de ilustración, mientras que se requiere de inteligencia financiera: que hacer una investigación exhaustiva, hacer elaboración de proyectos y cálculo de costos. impresiones de referencias, realizar desplaGran parte de este proceso es responsabi- zamientos a bibliotecas, acordar citas con lidad del ilustrador, pero la buena noticia científicos y consultas en centros especialies que un verdadero científico no regatea zados, requiere de la inversión de un tiempo porque reconoce la complejidad del trabajo adicional. y el apoyo que brinda a sus investigaciones Hay una frase que repito siempre a mis o publicaciones. Una cuenta de cobro direc- alumnos: para un ilustrador el tiempo es ta, concreta y amable, con especificaciones dinero, horas de sueño y eficacia. Estas tres claras en cuanto al valor de la ilustración, es variables de la ecuación no deben ser negociaun documento de soporte en la negociación. das de forma negativa por dignidad y respeto ¿Que determina el valor de una ilustra- entre las partes. Quisiera sugerir al lector teción científica? ner en cuenta los derechos de autor del ilusDebido a mi experiencia en 10 años de trador. Recomiendo el registro de la pieza en ilustración científica con investigadores a Dereautor Colombia o tener muy claro cómo diverso nivel académico, entidades públicas se va a desarrollar la impresión, cantidad de e instituciones privadas, recomiendo hacer impresos, comisiones por venta y tipo de dealgunas aclaraciones a los clientes. La ilustra- recho patrimonial o derechos cedidos. En este ción tiene un precio de acuerdo a la técnica sentido, es bueno conocer las experiencias de empleada, tamaño, formato empleado, nivel otros ilustradores y asesorarse muy bien antes de detalle, hora-tiempo de trabajo, compleji- de firmar contratos. dad y, sobre todo, si se aportan o no insumos de base o referencias científicas, ¿esto último qué quiere decir? Si el ilustrador debe hacer una investigación profunda, consultar textos especializados difíciles de encontrar, elaborar una búsqueda y prospección de imágenes de referencia, desplazarse a centros de investigación y gestionar encuentros o juntas de asesoría, esto incrementa el costo. Este valioso consejo lo recibí de Leandro de Souza, un ilustrador científico especializado de Brasil. Su recomendación es totalmente cierta: si los
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La apuesta pedagógica del arte científico (Ilustrando matas, bichos y dichos)
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Claudia Helena Sierra Nova Ingeniera Agrícola - Universidad Nacional Magister en Ciencias Ambientales - Universidad Jorge Tadeo lozano, Docente Gestión en Bioprocesos La Gaitana I.E.D.
l a a p ue s ta pe dag ó g ic a de l a rt e c i en t í f ic o (I lu s tr a n d o m atas , b ic hos y dic ho s
Claudia Helena Sierra Nova
Con el ánimo de integrar la biodiversidad de la fauna y flora local y el interés de los estudiantes por el dibujo, surgió la idea de realizar un ejercicio de ilustración científica a través del cual logramos revelar algunos detalles de las especies presentes en los alrededores del colegio La Gaitana y de otras que comúnmente son usadas en dichos populares como: “tan abeja” o “qué oso”. Cargados de entusiasmo hicimos una recopilación de dichos entre las familias y la comunidad y empezamos a buscar a expertos que nos asesoraran en el proyecto, afortunadamente nos encontramos con el grupo GEDIC de la Universidad Nacional de Colombia, quienes, a través de redes sociales, convocan frecuentemente a estudiantes y egresados a sus talleres de formación en ilustración científica. Los miembros del grupo se contagiaron de nuestro entusiasmo y decidieron participar, para ello algunos estudiantes y profesionales de Biología se trasladaron hasta nuestra institución en la localidad de Suba (Colegio La Gaitana) durante varias sesiones y allí se dedicaron de forma amena y cordial a transmitir su conocimiento, no solo en aspectos de ilustración, sino que también resolvieron dudas que surgían entre los estudiantes sobre algunas características y comportamientos de las especies dibujadas. A partir de un recuento de la historia de la ilustración científica, lograron convocar estudiantes de diferentes grados quienes, después de recibir los talleres, compartieron su experiencia y aprendizaje con los demás estudiantes.
Gracias a la ilustración científica los estudiantes reconocieron en la observación un elemento fundamental para el proceso de investigación, identificaron como aspectos claves la exactitud y precisión de los detalles y lograron que sus ilustraciones transmitieran conceptos y, en algunos casos, la justificación del uso de especies en los dichos populares. Todo esto fue posible por medio de un ejercicio de documentación de la biodiversidad, a través del cual se hicieron conscientes de lo que tenemos y de la importancia de cuidar y proteger nuestro entorno.
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Una apuesta por articular la enseñanza, la biodiversidad y la ilustración
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Jeny Andrea Fuentes Acevedo Coordinadora del grupo Bioilustrarte Lic. En biología - Universidad Pedagógica Nacional
u na a p ue s ta p or a rt icu l a r l a e n se ña n z a , l a b iodi ve r s i da d y l a i lu st r ac ión
Jeny Andrea Fuentes Acevedo
El grupo estudiantil Biodiversidad Ilustrada y Observada está conformado desde el año 2016 y nace a partir del interés de unir la ilustración, el arte y la enseñanza de la biología en el departamento de Biología de la Universidad Pedagógica Nacional. Durante ese año pude evidenciar que la ilustración científica es un campo poco conocido, estudiado y ofertado en nuestro país, por lo que los espacios académicos que abordan este tema son escaso, de ello surgió la necesidad de abrir espacios académicos y artísticos en relación con la ilustración enfocada en las ciencias. En aquel momento identifiqué diferentes talentos artísticos en compañeros del departamento, especialmente en el dibujo y la ilustración. Es curioso ver cómo se comparten pocas veces los intereses en común, para este caso, los proyectos estudiantiles asociados a la ilustración no conversaban entre sí, perdiéndose, de esta manera, la oportunidad de sumar esfuerzos y hacer de la ilustración un campo en la didáctica para la enseñanza de la biología. A partir de esto, se realizó una convocatoria abierta para estudiantes interesados en plantear un “Seminario de ilustración”. Al inicio la participación fue poca, empero, cuando algunos estudiantes conocieron el espacio, se fueron sumando: a lo largo de ese año se mantuvo un grupo base de cinco personas, que aportó a la consolidación y continuación del seminario de ilustración. Durante los últimos años, la estructura del seminario de ilustración se ha ido
modificado (incluido su nombre), pero se apoyar proyectos estudiantiles, los pequeños mantienen dos momentos: el primero es espacios que se logren obtener, se pueden conocer otros estudiantes interesados en la convertir en grandes aportes en el campo de ilustración y poder debatir sobre la relación la ilustración. entre la enseñanza de la biología y el arte; el segundo momento consiste en realizar talleres técnicos de ilustración, donde se abordan técnicas como el punteado, lápices de colores, técnicas mixtas y objetos para ilustrar que son escogidos por contexto, interés o estética. El primer trabajo mancomunado fue ilustrar organismos representativos de las colecciones biológicas de la UPN, con el objetivo de darlos a conocer a la comunidad universitaria. El grupo se presentó a la convocatoria de la editorial UPN y el libro Ilustrando las colecciones biológicas e la UPN fue aprobado para su publicación. Está conformado por un capítulo de reflexiones asociadas a la ilustración y la enseñanza de la biología, y por otro capítulo con ilustraciones de grupos taxonómicos representativos de las colecciones, acompañados con información ecológica. Después de este logro, el grupo se fue fortaleciendo en producciones académicas y en la fundamentación de las reflexiones, con lo cual se realizó el primer conversatorio sobre ilustración científica. Por otra parte, el grupo comenzó a desarrollar talleres externos a la universidad y a participar en otros seminarios o encuentros. Frente a esta grata experiencia, puedo decir que, a pesar de los pocos recursos que reciben las universidades públicas para
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COLOMBIA EN PELIGRO La biodiversidad que se encuentra en el territorio colombiano es una de las más grandes del mundo. De manera más precisa, Colombia ostenta el segundo puesto en biodiversidad, cosa que responde casi directamente a las condiciones del territorio. En él se puede encontrar una gran variedad de ecosistemas debido a la presencia de variaciones altitudinales, como las cordilleras del gran complejo andino, el espacio costero tanto en el mar Caribe como en el océano Pacífico, los diferentes afluentes de agua dulce que recorren todo el territorio, entre otros factores. Esto hace evidente que hay una gran cantidad de ecosistemas fundamentales dentro del territorio colombiano y que, como tal, deben ser cuidados de manera adecuada, con el fin de proteger la diversidad que en ellos confluye. Lo anterior se puede definir como una responsabilidad compartida por todos los habitantes de la nación, que, con sus acciones, pueden estar conduciendo el futuro de nuestro país. Sin embargo, a pesar de toda esta riqueza, la influencia negativa que ejercen las acciones antrópicas, como la caza excesiva, la modificación de los ecosistemas, la introducción de especies invasoras, etc., pueden tener efectos devastadores en los ambientes naturales. Estamos llegando a un punto sin retorno donde, por el accionar humano, se puede alcanzar acelerada-
mente la extinción de una o varias especies e, incluso, hacer inhabitable el ecosistema para ningún tipo de organismo. Aun así, existen personas e instituciones que, desde múltiples áreas del conocimiento, realizan arduos esfuerzos por la protección y recuperación efectiva de especies y ecosistemas en peligro, evitando de esta manera que a futuro se encuentren en condiciones menos favorables para su supervivencia. Para ello, la población en general debe comenzar a preocuparse mucho más por cuidar de la riqueza natural que se posee y ser transformadores sociales de su realidad. En este proceso todos los medios de visibilización grafica cumplen un rol importante. Las producciones gráficas ayudan a promover una mayor conciencia en los habitantes del territorio donde habitan estas especies o existen estos ecosistemas, ya que lo gráfico se caracteriza por ser el eje central de comunicación entre la academia y las comunidades. Definir correctamente las problemáticas y plantear posibles soluciones de manera eficiente, consiste en focalizar los temas de interés público, como el medio ambiente o la conservación de los recursos naturales, y lograr hacer de este tema algo realmente público, e incluir a la población dentro de las decisiones culturales y legales que pueden transformar nuestra sociedad.
En ese marco, este apartado de la revista, busca hacer una labor divulgativa de las principales características de algunas de las especies de flora y fauna en nuestro territorio que sufren actualmente algún grado de vulnerabilidad o riesgo. Elegimos la ilustración como medio para acercar y sensibilizar al público sobre la riqueza natural que estamos perdiendo al no tomar una postura de respeto, y sobre la defensa frente a las necesidades del ambiente que nos rodea. Al mismo tiempo, este espacio permite que nuestro grupo de trabajo afiance los conocimientos biológicos que se adquieren dentro de la carrera, pues concretamos una herramienta nemotécnica que sea funcional para todos aquellos que participen de este colectivo. Además, esperamos que sea una buena práctica para comenzar a definir correctamente el perfil básico de ilustrador científico y su requerimiento como parte importante en el quehacer profesional de la Biología.
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Algas del Caribe Colombiano Diego Aguilera Estudiante de Biología Coordinador GEDIC - 2019 diaaguilerave@unal.edu.co
Las algas son un gran grupo de organismos fotosintéticos que habitan en ambientes acuáticos, tanto dulces como salinos, y presentan una amplia variedad morfológica, desde individuos unicelulares hasta grandes complejos multicelulares. Actualmente se cuenta con una lista aproximada de 500 especies de algas bentónicas reportadas para el Caribe colombiano agrupadas en los Phylum Cyanophyta (algas verde-azules), Rodophyta (algas rojas), Cholophyta (algas verdes) y Ochrophyta (algas pardas) (Rincón-Díaz, 2016). A pesar de que son organismos que fácilmente pasan desapercibidos por la sociedad en general, ya que la mayoría son microscópicos y las macroalgas suelen ser de ambientes sumergidos, hay que resaltar que este grupo presenta tres características biológicas sumamente importantes, razón por la cual le dedicamos un apartado dentro de esta publicación. La primera de ellas es su alta tasa productiva de oxígeno, pues se consideran como las principales productoras de este elemento, indispensable para la supervivencia de la vida en la tierra. Según el Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) las algas producen más del 50 % del oxígeno atmosférico. En segundo lugar, su alta capacidad para capturar el dióxido
de carbono de la atmosfera, con lo cual contribuye a regular la temperatura de nuestro planeta. En tercer lugar, su alta productividad primaria, considerada como la parte más representativa de la base de las cadenas tróficas en todo el sistema. A pesar del gran aporte ecológico que realizan estos organismos y de las investigaciones y campañas de sensibilización para su conservación, aún se ven afectados por las dinámicas tradicionales de la cultura humana del consumo, el desarrollo regional y la industrialización. Un buen ejemplo de ello son las malas prácticas del ecoturismo en zonas de arrecife, uno de los principales y más afectados hábitats de estos organismos, prácticas que no están considerando el acompañamiento y mejoramiento que debe implementarse para minimizar los efectos nocivos sobre las algas. Algunas de estas costumbres son el uso de productos químicos como el bloqueador solar durante el denominado careteo, el paso constante de embarcaciones y el comercio de material biológico. Es necesario que la población civil y los entes gubernamentales reconsideren rápidamente el valor ecológico de las algas en el entorno natural de Colombia. Es necesario sensibilizar mucho más a la juventud sobre el papel que desempeñan estos organismos
y es imprescindible reevaluar nuestros compromisos al hablar de economías de carácter sostenible. La imagen que incluimos es la representación de un individuo característico en cada uno de los 4 grandes grupos de algas, y compara la forma individual del organismo respecto a su agrupación.
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Amazilia castaneiventris Gabriela Rincón Estudiante de Biología Integrante GEDIC – 2019 grinconp@unal.edu.co
También llamado Amazilia Ventricastaño o Quincha de Soatá, es un ave perteneciente a la familia Trochilidae (Palacio, 2011) y se caracteriza por ser endémica de la serranía de San Lucas y la cordillera oriental colombiana (Cortes-Herrera, Hernández-Jaramillo & Briceño-Buitrago, 2004; Chaves & Cortes, 2006). El tamaño de estos colibríes es cercano a los 8,4 cm y su nombre deriva del color castaño que exhibe su vientre, color que es más claro en las hembras de esta especie. Habita regiones entre los 850 y los 2200 m como bosques de crecimiento secundario, plantaciones forestales, bosques premontanos e, incluso, zonas áridas de piedemonte (López-Lamús, 2002; Chaves & Cortes, 2006), donde reside en los estratos altos de la vegetación allí ubicada (Chaves & Cortes, 2006). Esta especie ha sido reportada en los departamentos de Boyacá (en los municipios de Susacón, Soatá, Belén, El Espino y Villa de Leyva), Bolívar (cerca al municipio de Norosí en la vertiente occidental del rio Magdalena, en estribaciones de la serranía de San Lucas) y Santander (en el municipio de San Gil y en cercanías de la cuenca del río Chicamocha) (Cortes et al., 2004; Chaves & Cortes, 2006). Sin embargo, es de gran importancia recalcar que el reporte realizado en Villa de Leyva no ha podido ser corroborado en estudios posteriores, así como no se han vuelto a reportar avistamientos de esta especie en las cercanías de Norosí, debido, posiblemente, a la incidencia de actividades
como la minería y la deforestación (Cortés, Chavez & Hernández, 2016). Una de sus características más importantes es que, después de más de dos décadas de no ser documentada, fue encontrada y catalogada como una especie en peligro crítico de extinción, debido al nivel de degradación de su hábitat y su restringida distribución (Cortes et al., 2004). Actualmente, esta especie se encuentra catalogada como una especie en peligro (Cortés et al., 2016). Diversos estudios han documentado cómo algunas de las poblaciones de este colibrí interactúan, tanto positiva como negativamente, con habitantes de zonas como Soatá, donde, por ejemplo, la siembra de plantas para reforestar cursos de aguas negras, hacer cercas vivas o realizar producción apícola y agrícola de sostenimiento –y no de forma intensiva– ha permitido el sostenimiento de poblaciones de Amazilia castaneiventris, gracias a que plantas como Nicotiana tabacum, Melicoccus bijugatus, Abutilon spp y Trichanthera gigantea, que fueron sembradas con los fines anteriormente mencionados, les proporcionan el alimento necesario (Cortes et al., 2004; Chaves & Cortes, 2006). Otras plantas como Inga codonatha y Salvia xeropapillosa también son importantes fuentes alimenticias para el colibrí, especialmente para el T. gigantea, pues esta especie, aparentemente, posee una relación más estrecha con A. castaneivetris. Un ejemplo de esto es la correlación
que existe entre los periodos de floración de esta planta y la ocurrencia, por parte de los colibríes, de eventos reproductivos entre los meses de noviembre y enero, o de muda, entre los meses de julio y septiembre (Cortés et al., 2016). Sin embargo, las poblaciones de Amazilia Ventricastaño en esta zona del país, también sufren presiones negativas relacionadas con la presencia de agua contaminada, única fuente de recurso hídrico en algunas épocas del año, y con la caza de sustento que realizan algunos habitantes de la zona (Cortes et al., 2004). Otras actividades presentes en el resto de la cordillera oriental ponen en peligro la subsistencia de esta especie: la destrucción de su hábitat debido a la expansión de la frontera agrícola, la construcción de infraestructura, la minería, la ganadería y la llegada de plantas invasoras que limitan la proliferación de especies nativas que son fuentes alimenticias para Amazilia castaneiventris. Por esta razón, aunque ya algunas poblaciones están protegidas en áreas como la Reserva Natural de las Aves Cucarachero de Chicamocha y ya se han desarrollado programas de concientización acerca del cuidado de esta especie, es necesario continuar incentivando estrategias de educación frente a su conservación y promoviendo estudios enfocados a conocer más sobre la situación actual de las poblaciones de la especie (Cortés et al., 2016).
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Andinobates dorisswansonae
Camilo Betancourt Estudiante de Biología Integrante GEDIC – 2019 abetancourt@unal.edu.co
Generalidades La Andinobates dorisswansonae o ranita venenosa punteada es un anfibio cuya piel es de color negro o marrón brillante, con manchas en tonalidades de rojo, naranja o amarillo; estas manchas se extienden prácticamente por todo su cuerpo, ya que algunos ejemplares no las presentan en sus patas traseras. En apariencia es similar a otros dendrobátidos, sin embargo se caracteriza especialmente porque los dos primeros dedos de las patas traseras se encuentran unidos (Rueda-Almonacid, 2006). Descripción La ranita venenosa punteada pertenece a la familia Dendrobatidae; es endémica de las cercanías de Falan, al norte del departamento del Tolima, Colombia. Se distingue de otros dendrobátidos similares porque tiene el primer y segundo dedo del pie fusionado, característica que comparte únicamente con una especie cercana: Andinobates daleswansoni. Los machos miden entre 16,2 y 17,1 mm de longitud y las hembras entre 17,5 y 19,4 mm. Se encuentra entre la hojarasca, en presencia de bromelias, donde deposita sus renacuajos, a los que cuida y lleva en el dorso. Se alimenta de insectos, especialmente de hormigas (Rueda-Almonacid, 2006).
Situación actual En la actualidad, la ranita venenosa punteada se encuentra clasificada en la categoría VU (situación vulnerable) de la lista de animales en peligro de extinción, elaborada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Como suele ocurrir en estos casos, uno de los principales factores que ha llevado a esta especie a encontrarse en peligro de desaparecer es la acción del hombre: la deforestación y la introducción de nuevas especies de la A. dorisswansonae en el hábitat, son las causas principales de su escaso número. Sin embargo, y señalando el hecho de que la conocemos de forma bastante reciente, un elemento que complica su control es no tener datos previos en relación con el número de ejemplares. Igualmente, debemos tener en cuenta que, al ser una especie endémica, hace que se encuentre en un mayor peligro de extinción, debido a que depende por completo del estado de su hábitat, sin existir posibilidades de ser trasladada.
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Atelopus farci Juliana Poveda Bióloga – Universidad Nacional de Colombia Integrante GEDIC – 2019 japovedaca@unal.edu.co
Generalidades Atelopus farci es una rana endémica de Colombia que pertenece a la familia Bufonidae. Se encuentra en la ladera occidental de la cordillera oriental en el municipio de Albán, departamento de Cundinamarca, sobre los 2090 metros sobre el nivel del mar (Lynch, 2005) y su hábitat son los bosques de niebla andinos (Lynch, 1993; Lynch, 2005). Su nombre alude a la antigua guerrilla de las FARC, no por filiaciones políticas del autor, sino porque, con la presencia de la guerrilla en diferentes zonas naturales, se garantizaba la protección de la biodiversidad como efecto secundario (Lynch, 1993). Descripción Los machos adultos miden entre 26.9 y 30.2 mm y las hembras entre 36.1 y 36.4 mm. Su dorso es amarillo olivaceo, pero las superficies abdominales en los machos son grises o gris-azuloso, en las hembras son amarillo-oliva (Lynch, 2005). Presenta un hocico medianamente proyectado y extremidades cortas y robustas con pequeños tubérculos en su superficie (Lynch, 2005). Las crestas post-orbitales son prominentes, no tienen tímpano visible y sus superficies dorsales son suaves con grandes verrugas redondeadas: las más grandes se organizan en series dorsolaterales pues 2 o 3 confluyen en las crestas post-orbitales, seguidas de 5 a 7 verrugas en los bordes superiores de
los flancos. La piel del vientre es finamente aerolada o arrugada; los dedos presentan membranas basales y las palmas presentan un tuberculo palmar promimente y redondo; el iris es verde oscuro y alrededor de la pupila se presenta un anillo verde luminiscente (Lynch, 1993). Situación actual Atelopus farci se encuentra categorizada nacional e internacionalmente como una especia En peligro crítico (CR), debido al colapso de la única población conocida: para el año 2003 tan sólo se pudo localizar un renacuajo después de más de 80 horas de esfuerzo de muestreo (Lynch, 2005).
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Kelly Huertas
Cardisoma guanhumi Kelly Huertas Estudiante de Biología Integrante GEDIC – 2019 khuertas@unal.edu.co
Generalidades lores en la ilustración) (Silva, Shwarmborn & El cangrejo azul de tierra, también cono- Lins-Oliveira, 2014). cido como juey, habita en las costas de Brasil, Situación actual Cuba, Puerto Rico y Colombia, en bosques La población de esta especie ha venido recosteros, manglares, matorrales y campos duciendo su tamaño debido a varios factores, abiertos. Este individuo excava madrigue- entre ellos se encuentra la sobre explotación ras a nivel freático para llevar su alimento para ser utilizado como recurso gastronóy comerlo sin el riesgo de ser atacado por mico, ya que es uno de los ingredientes más un depredador. Estos individuos tienen un usados en la cocina de algunas zonas costeimportante valor a nivel ecológico, debido ras. Otras de las razones han sido el cambio a que, en su mayoría, son saprófagos, es de su entorno debido al cambio climático y decir, solo se alimentan de material vege- el uso de sus espacios naturales para industal en descomposición o incluso de fruta trias como la extracción de sal y las granjas u hojas que caen al piso, cosa que ayuda a de camarón (Silva et al, 2014). la descomposición del material orgánico (Campos, 2014). Descripción Dimorfismo sexual: Los machos poseen un abdomen semi triangular, mientras que las hembras tienen un abdomen totalmente redondeado. Además, durante el primer año de desarrollo no hay diferencia morfológica en el tamaño del caparazón, sin embargo, a partir de segundo año, los tamaños varían entre 5.2 cm para los machos y 5.3 cm en las hembras (Barrios, 2008). También hay cuatro patrones de colores para esta especie, pero uno de ellos no lo presentan los machos, solo se desarrolla en las hembras maduras: el tono ocre (último patrón de co-
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Dermochelys coriacea Juan Palacios Estudiante de Biología Integrante GEDIC – 2019 jpalaciosr@unal.edu.co
Generalidades Tortuga Laúd, Tortuga Canal y Tortuga de Cuero son los nombres más comunes por los que es conocida Dermochelys coriácea sin embargo, esta tortuga cuenta con una gran variedad de nombres en las diferentes zonas de distribución. Esta especie pertenece a la familia Dermochelyidae y cuenta con una amplia distribución, ha sido encontrada en todos los mares, tanto templados como tropicales, y sus áreas de anidación se encuentran en playas tropicales de América y África (Rueda, Ulloa & Medrano, 1992). Descripción Es la tortuga más grande en la actualidad, su caparazón mide en promedio entre 130 cm y 170 cm, aunque se han registrado machos que miden 3 metros y han llegado a pesar 1 tonelada (Herrera, 2016). Su característico caparazón posee 7 quillas longitudinales cubiertas por una delgada piel, lo que genera cierta similitud con el cuero, de ahí los nombres que se le asignan. Tiene una gran cabeza y extremidades bien desarrolladas, carentes de uñas. Hay dos subespecies según su ubicación en el Atlántico o el Pacífico: Dermochelys coriacea y Dermochelys coriacea schlegelii respectivamente (Rueda et
al., 1992). Situación actual Actualmente la Dermochelys coriacea, se encuentra en estado de vulnerabilidad (Wallace, 2013), como gran parte de las especies de tortugas marinas a nivel mundial, pero, en el caso puntual de Colombia, se encuentra en peligro crítico. Las pequeñas poblaciones de esta tortuga sufren de grandes problemas debido a la extracción de sus huevos para consumo, y también por la alta posibilidad de caer en redes de pesca (Rivera et al., 2016).
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Camila Vergara
Espeletia paipana S. Díaz y Pedraza 2001 Camila Vergara Estudiante de Biología Integrante GEDIC – 2019 mvergara@unal.edu.co
Generalidades Conocido también como frailejón de Paipa, es una planta perteneciente a la familia Asteraceae. Su nombre hace alusión al municipio de Paipa, ubicado en el departamento de Boyacá, donde se han registrado los únicos individuos de la especie. Se encuentra entre los 3500 y3550 metros de altura, lo que corresponde al ecosistema alpino tropical, conocido como páramo. Está generalmente asociado a otros frailejones como Espeletia incana y Espeliopsis jimenez-quesadae (García, Calderón & Galeano, 2005). Descripción Es una roseta caulinar que alcanza los 2 m de altura. Presenta hojas anchas, suculentas, de color gris cuando son adultas y verde amarillento cuando jóvenes y cuentan con abundante indumento lanoso blanco amarillento. Las hojas muertas no se desprenden, sino que forman lo que se conoce como necromasa, la cual protege al individuo de la radiación UV, la temperatura y la desecación. En cuanto a las flores, se encuentran en forma de inflorescencias con 7-9 capítulos entre 4 y5 cm de diámetro. Las brácteas florales poseen una mayor longitud que los entrenudos. Se ha descrito con flores en diciembre y con frutos en febrero (López-Torres, 2004; García et al., 2005).
Situación actual Al tratarse de una especie endémica, su población cuenta con un número muy limitado de individuos, llegando tan solo a 38 en el 2017 (González-Giraldo, 2017). E. paipana está clasificada como una especie en peligro crítico, pues los pocos sobrevivientes ya no se desarrollan con facilidad debido a que sus tallos se debilitan por la fricción con el ganado (caprino y bovino) y roedores en la necromasa; además, sus capítulos florales son objeto de depredación de insectos y larvas (como se cita en Bohórquez-Quintero, Araque-Barrera & Pacheco-Maldonado, 2016).
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Limanopoda caerulata Luis Miguel Murcia Estudiante de Biología Integrante GEDIC – 2019 lmurciab@unal.edu.co
Generalidades Esta mariposa de la Sierra Nevada de Santa Marta, conocida también como Limanopoda azul, es una especie endémica exclusiva de esta región de Colombia, su distribución altitudinal se encuentra entre los 1100 y 2600 m, suele volar en solitario en zonas boscosas de cañazas (bambuza guadua) y cerca a fuentes de agua. Es una especie poco estudiada, se sabe que se alimenta de poaceas bambusoideas y que habita en el bosque húmedo montano. Se encuentra en categoría vulnerable según el Libro Rojo de Vertebrados Terrestres de Colombia (2007). Debido a la desaparición de su hábitat por la deforestación de los bosques para el uso de cultivos ilícitos. Su distribución exclusiva y estrecha relación con su planta hospedera la convierte en una especie microendémica con un alta vulnerabilidad a los disturbios antrópicos. Descripción Es una especie hermosa por su coloración azul metalizado, no muy común en la subfamilia Satyrinae. Posee una mancha negra que recorre todo el margen del par de alas en la vista dorsal, en su vista ventral es de color naranja y sus alas superiores poseen una mancha oscura.
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Marmosops handleyi Jimena Sotelo Estudiante de Biología Integrante GEDIC – 2019 jsotelo@unal.edu.co
Generalidades El Tunato de Handley o “Chucha mantequera” es un marsupial que se encuentra en la parte norte de la cordillera central de Colombia, en tres municipios del departamento de Antioquia y es endémico del bosque húmedo y bosque húmedo premontano de esta zona del país (Sánchez & Díaz, 2008). Ha sido encontrado en fragmentos de bosque secundario, en alturas entre los 1400 y 1950 msnm. Descripción Dentro del género Marmosops es una especie de tamaño mediano, su pelaje es de color gris en la base y se va tornando castaño hacia las puntas. El pelaje de la zona ventral es de puntas blanquecinas y posee manchas de color negro alrededor de los ojos. La piel de sus dedos es pálida y sus orejas tienen un tono blanco en la base. Posee vibrisas no solo en el rostro y la cabeza, sino también en sus patas delanteras, en el antebrazo y cerca de la muñeca, además de presentarse en la base de sus garras. Tienen una cola larga y prensil. Estas últimas características son típicas de una especie arborícola, pero se cree que son muy activos en el sotobosque, puesto que allí se capturaron varios individuos para su estudio. Dimorfismo sexual: los machos presen-
tan una protuberancia o tubérculo carpiano en las patas traseras, mientras que en hembras no se encuentran. Adicionalmente, las hembras son más pequeñas que los machos, presentan caninos superiores con una cúspide adicional y un área mamaria con siete pezones rojizos (Díaz, Gómez & Sánchez, 2011). Situación actual Esta especie se encuentra registrada en el Libro Rojo de Especies de Mamíferos de Colombia, en la categoría críticamente amenazada (CR), esto debido a que se encuentra distribuida en un área pequeña de la cual dependen (Solari et al, 2013). Se ve amenazada porque su hábitat podría convertirse en una zona agrícola como ha ocurrido en sus alrededores o por el desarrollo residencial y comercial (Pérez & Cáceres, 2016).
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Dayana Bolaños
Pseudoplatystoma magdaleniatum Dayana Bolaños Estudiante de Biología Integrante GEDIC – 2019 dabolanosba@unal.edu.co
Pseudoplatystomas magdalenitum, comúnmente conocida como bagre rayado del Magdalena o pintadillo, es una especie endémica de Colombia que habita cuerpos de agua dulce y propio de clima tropical, se le puede encontrar en los lechos de ríos y lagunas de inundación entre los 7 y 200 metros de altura. La longitud promedio de la especie puede llegar a ser de 1,5 metros estándar y su peso promedio puede oscilar entre 4 a 5 kg. Las hembras suelen ser más grandes que los machos. Se pueden apreciar en la cuenca de río Magdalena, Cauca y San Jorge, beneficiando la economía de los pescadores del lugar y aportando no menos de 25 mil millones a la economía anual del río (Jiménez, Palacio & López, 2009). Razón por la cual su población se ve fuertemente afectada al convertirse en una especie comercial, catalogándola como una especie en riesgo crítico (CR) según la UICN. Esta especie se caracteriza por su cabeza grande y deprimida. Tiene un cuerpo alargado y fusiforme, su proceso occipital largo alcanza a unirse con las placas predorsales, cuenta con una fontanela larga en la región media del cráneo y sus ojos son pequeños y se ubican dorsalmente. En cuanto a coloración, se puede apreciar un patrón irregular de líneas o manchas alargadas a nivel dorsal, cosa que le da origen a su nombre; posee un
vientre claro y barbillones mentonianos más largos que la cabeza. Se considera que cumple un papel ecológico importante como regulador de otras especies y ha llegado a ser considerado símbolo nacional (Chaves, 2017).
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