ISSN 2256-2117
CURSOS NIVELATORIOS DE LECTO-ESCRITURA 2011
AUTORES: JESÚS DARÍO BONILLA TORRES DIEGO FERNANDO FONSECA VALERO FRANCISCO J. ROCHA. J. MARÍA MANUELA GÓMEZ GÓMEZ DAVID MARIÑO DYAM EDUARDO PALACIOS V. DIRECTORES GLORIA ESPERANZA MORA JUAN CARLOS MOLANO CARRILLO HERNÁN V. PUERTO
PRIMA EXAGIA - 2011 Grupo de Apoyo a Cursos Nivelatorios Lecto-Escritura
U N I V E R SI DA D NAC IONA L DE COL OM BI A
PR I M A E X AGI A
Rector
Directora y Editora 2009-2010
Vicerrector de sede
Comité editorial
Ignacio Mantilla
Gloria Esperanza Mora Monroy
María Clemencia Vargas Vargas
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Juan Carlos Molano Carrillo Hernán V. Puerto Gloria Esperanza Mora Óscar Chacón Gómez Natalia Jabonero
Coordinadora Programa
Corrección de estilo
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Universitario sede Bogotá
Gestión de Proyectos
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Sergio Bolaños Cuéllar
Directora de Bienestar Universitario Facultad de Ciencias Humanas
María Elvia Domínguez Blanco Dirección Académica sede Bogotá
Juan Manuel Tejeiro Sarmiento Directora Departamento de Lingüística
Luz Amparo Fajardo Uribe
Juan Carlos Molano Carrillo Hernán V. Puerto Gloria Esperanza Mora Óscar Chacón Gómez Correo electrónico
apoyolectoescritura@gmail.com Diagramación
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Gracom Gráficas Comerciales ISSN 2256-2117
C U R S O S N I V E L AT OR IO S DE L EC T O E S C R I T U R A SE DE B O G OTÁ Directora
Gloria Esperanza Mora Monroy Grupo de apoyo a los cursos
nivelatorios de lecto-escritura Coordinadores
Juan Carlos Molano Carrillo Hernán V. Puerto 2
PRIMA EX AGIA
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS DIRECC IÓN DE BIENEST AR DIRECCIÓN DE BIENEST AR UNIVERSITARIO ÁREA DE ACOMPAÑAMI ENTO INTEGRA L PROGRA MA GESTIÓN DE PROYECTOS
CONTENIDO 1. VIOLENCIA
Violencia: una constante en la sociedad colombiana El espacio de la experiencia y la violencia en el arte contemporáneo: Óscar Muñoz y José Alejandro Restrepo No todo se obtiene con una marcha La violencia no acaba con la violencia ¿Un sueño sin cumplir?
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2. FORMAS DE CONTROL SOCIAL
Amor y control La sociedad sin ciencia
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3. IDENTIDAD Y CULTURA
Influencia de las tecnologías de la información en el conflicto del mundo árabe (2011)
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PRESENTACIÓN
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enemos aquí el segundo número de nuestra publicación Prima exagia. En esta ocasión hemos seleccionado los mejores ensayos producidos por estudiantes de los Cursos nivelatorios de lectoescritura en el primer y segundo semestre de 2011. Al igual que en nuestro anterior número, este se divide en tres secciones. La primera de estas titulada Violencia, que agrupa cinco textos: Violencia: una constante en la sociedad colombiana; El espacio de la experiencia y la violencia en el arte contemporáneo: Óscar Muñoz y José Alejandro Restrepo; No todo se obtiene con una marcha; La violencia no acaba con la violencia; y ¿Un sueño sin cumplir? En cada uno de estos, sus autores plantean una reflexión frente a diferentes representaciones sociales de la violencia, desde lo artístico hasta lo publicitario, pasando por las formas como se conciben algunos hechos de carácter violento. En una segunda sección que hemos titulado Formas de control social, los autores presentan algunas hipótesis sobre la influencia que ejercen, por un lado, las relaciones afectivas y familiares y, por otro, la ciencia en los hábitos cotidianos de algunas personas. Se incluyen los textos: Amor y control y La sociedad sin ciencia. Finalmente, hemos incluido la sección Literacidad electrónica, que gira en torno a este concepto y alude a las nuevas formas de leer y escribir en el
contexto de los medios electrónicos, los cuales están transformando las maneras como los estudiantes se acercan a los libros y al trabajo académico en general. En relación con esta temática incluimos el texto: Influencia de las tecnologías de la información en el conflicto del mundo árabe (2011). Agradecemos la colaboración para seleccionar y hacer revisión previa de estos textos de parte de los asistentes docentes Carlos Fino, Diana Galindo, Diana Romero, Paola Mejía, Daniel Dávila y Daniel Osorio. Extendemos también nuestra gratitud a la Dirección Académica y a Dirección de Bienestar de la Facultad de Ciencias Humanas por su apoyo para que este proyecto siga adelante. De igual manera al Departamento de Lingüística.
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Esperamos que este proyecto editorial se constituya en un incentivo para que las nuevas generaciones de estudiantes se motiven por mostrar a los demás sus formas de entender el mundo contemporáneo, y sus deseos de trabajar y construir a través del medio escrito.
GLORIA ESPER ANZ A MOR A MONROY PROFESOR A DEPARTAMENTO DE LINGÜÍSTICA COORDINADOR A DE LOS CURSOS NI VEL ATORIOS DE LECTO-ESCRI TUR A gemoram@unal .edu.co HERNÁN V. PUERTO ES TUDIANTE C ARRER A DE LINGÜÍSTICA jhvargasp@unal .edu.co
P R E S E N TA C I Ó N
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VIOLENCIA
VIOLENCIA: UNA CONSTANTE EN LA SOCIEDAD COLOMBIANA FRANCISCO J. ROCHA J. f jrochaj@unal .edu.co C ARRER A: INGENIERÍA CIVIL CURSO NIV EL ATORIO DE LEC TO-ESCRITUR A 02-11 PROFESOR: DEISS Y M. G ARCÍA G .
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a violencia tradicionalmente se ha asociado con la guerra, los enfrentamientos armados, el uso de la fuerza física, las manifestaciones simbólicas, que por sus características agreden la integridad física o psicológica de las personas. No está ajena a esta la población colombiana que por más de 50 años ha convivido con ella. Demasiado tiempo y resistencia para soportar este flagelo. ¿Por qué ha perdurado tanto esta situación? ¿Qué factores han incidido para considerar a Colombia uno de los países más violentos del mundo? Muchas respuestas se pueden encontrar para dar una justificación a cada uno de los actos de crueldad y barbarie. Sin embargo, detrás de todos estos no hay solo una guerra, hay odios, resentimientos transmitidos de generación en generación, cuyas raíces están en la injusticia social, intolerancia, impunidad e inequidad ejercida por las clases dominantes y autoritarias de nuestro país desde los inicios de la República, donde las desigualdades, las discriminaciones, la marginación a la que se ha visto sometida la mayoría de la población colombiana ha estado siempre presente. Al recorrer la historia del país, se encuentran varios sucesos que desencadenaron la actual violencia en Colombia. En primer lugar, la manera como los indígenas fueron despojados y sometidos por los diferentes estamentos de la época para apoderarse de su territorio. En segundo lugar, la VIOLENCIA
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independencia y el deseo de libertad, que ocasionaron que pueblos fueran arrasados por pensar y actuar diferente. Detrás de esos enfrentamientos, había una clara conciencia de clase, se trataba de la lucha de los grandes hacendados contra los minifundistas, de los señores contra el pueblo, de una estrategia de autoridad contra una expresión de libertad. Sin otra opción, los más oprimidos terminaron apoyando a los señores libertadores, no porque estos hubiesen hecho algún acuerdo en materia de justicia social, sino porque los ejércitos españoles de la Reconquista cometieron tantos crímenes y masacres que se ganaron el odio de los mismos pueblos que los habían apoyado en un comienzo. Como consecuencia de lo anterior, se preparó el terreno para las posteriores guerras civiles, se facilitó el dominio de la iglesia frente al libre pensamiento, el dominio del autoritarismo contra la democracia y la creación de un nuevo grupo de hacendados, guerreros, comerciantes, leguleyos, quienes se encargaron de mantener silenciados los reclamos populares de las clases trabajadoras a cualquier costo. En tercer lugar, los asesinatos cometidos por grupos armados identificados con los dos partidos políticos tradicionales justificados en la búsqueda del predominio en las zonas menos urbanizadas del país a finales de los años cincuenta y la aparición de los primeros movimientos guerrilleros de izquierda que consolidaron cuadri12
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llas de bandoleros dedicadas al robo, la extorsión, el asesinato y demás expresiones de violencia criminal en las áreas rurales. Cabe recordar que la hegemonía conservadora impuso un régimen implacable, especialmente con el naciente movimiento obrero, reprimiéndolo mediante impuestos, balaceras y muertes. Muestra de ello fue la pavorosa matanza de las bananeras, con casi dos mil víctimas. Esta fue la principal causa del inicio del dominio conservador, pero también el punto de partida del moderno populismo colombiano, con el liberal Jorge Eliécer Gaitán, quien tomó la bandera de la lucha contra la United Fruit Company, el castigo a los asesinos de las bananeras y las oligarquías del momento. Es así como el “gaitanismo” y el Partido Comunista, fundado en 1930, crecían de manera sostenida y con ellos la organización de asociaciones campesinas. También, en esa década hubo otros dos movimientos armados en el agro, el que organizó en 1932 el entonces secretario general del Partido Comunista, Luis Vidales, en el norte de Cundinamarca, centro-sur de Boyacá y centro del Huila, y el que dirigió el líder indígena Quintín Lame en las cordilleras del Cauca, ambos como mecanismos de reacción frente a las injusticias y los atropellos contra la población más desfavorecida. Las luchas por el poder eran notorias, cualquier estrategia era válida para conseguirlo, como la empleada por los conservadores con los chulavi-
tas1, quienes les quitaban las cédulas de identidad a los campesinos liberales para impedir que estos votaran por Gaitán y entre ellos se generara un ambiente hostil. Tal estrategia fue tan eficaz que llegó hasta el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, y con su muerte se produjo una violenta insurrección en la capital. Después, el país quedó a la merced de la violencia generalizada de dos pueblos enfrentados por el odio y dos colores, el azul y el rojo, conservadores y liberales, respectivamente. Es en este periodo de la historia, entre 1946 y 1954, en el que ocurren las atrocidades enseñadas por los caudillos del siglo pasado, las mutilaciones, decapitaciones masivas y los más horrendos crímenes como referentes más próximos ante esta violencia. Pero esto también fue el punto de partida de una nueva forma de terror, como resultado del manejo al cual fue sometido el Estado colombiano por parte del Partido Conservador, convirtiéndolo en un órgano ilegal de persecución violenta contra la población civil. Posteriormente, se empezaron a formar las organizaciones guerrilleras como nuevo mecanismo de defensa de un dirigente campesino comunista quien lideraría grupos de autodefensa armada para proteger a la población 1 Se denominan Chulavitas o Policía Chulavita a un grupo armado de élite en Colombia que existió durante los primeros años de La Violencia, conformado por campesinos conservadores procedentes de la vereda “Chulavita” del municipio de Boavita en el departamento de Boyacá, reclutados por la policía boyacense, la cual era subordinada al gobierno de turno.
civil de su región. Este dirigente abandonó su nombre y adoptó el de un campesino que había sido brutalmente asesinado por las bandas conservadoras. Desde esa época cobra gran relevancia el nombre de “Manuel Marulanda Vélez” y con él la lucha armada de su organización, denominada “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” (FARC), la organización guerrillera más grande y poderosa del país, que surgió como respuesta y reacción de un grupo de campesinos orientados por el Partido Comunista para defender la vida de las agresiones violentas del Estado, pero que con el tiempo ha perdido su filosofía y ahora se encarga de asesinar, secuestrar, extorsionar e intimidar a la población civil, siendo estas acciones un nuevo elemento para la aparición de otro actor de la violencia en Colombia: los grupos paramilitares a principios de la década de los 80 . Los paramilitares, en principio, se constituyeron como grupos armados con la ayuda de unidades y miembros del ejército para defenderse de las agresiones guerrilleras, pero, posteriormente, pasaron a ser actores de agresión mediante procedimientos crueles, salvajes y brutales, asesinando a civiles que consideraban sus simpatizantes o colaboradores. Los incontables crímenes que han cometido estos grupos contra los campesinos, estudiantes, dirigentes sindicales, periodistas, jueces, profesores universitarios y dirigentes políticos, entre otros, constituyen el último eslabón VIOLENCIA
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de esta larga y extensa cadena de violencia que pareciera mantener férreamente encadenado el curso histórico del país. Luego aparecerían los señores de la guerra2,las mafias de las esmeraldas y la mafia política, espacios donde el poder es el principal trofeo. Es desde ahí donde estas incorporan a gran escala los atentados, asesinatos de jueces y periodistas, los descuartizamientos más degradantes, con sierras, para que no se identificaran los cuerpos cuando eran lanzados a los ríos. Todas y cada una de estas actividades han significado la ampliación de territorios de la violencia en Colombia y, por tanto, la descomposición de su sociedad. Entre estas actividades se hace visible la corrupción en los diferentes partidos políticos, las fuerzas militares, los dineros que han logrado corromper y sobornar a ministros, mandatarios locales, a la misma gente del común. Aquellos que no se han dejado influenciar por la deshonestidad han sido brutalmente asesinados por sicarios de turno, mientras otros siguen luchando con valor y dignidad para no ser impregnados por un flagelo que carcome día a día el Estado colombiano: la «corrupción». Todo esto, y mucho más, conduce a una situación verdaderamente paradójica. Se plantea que Colombia es una sociedad de contradicciones, pues al lado de la sociedad ensangrentada, 2 Los señores de la guerra son los verdaderos ‘jefes a la sombra’ de las redes, quienes transformaron la visión de las mafias de contrabandistas de drogas a la de ‘empresarios de la protección’.
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funciona otra Colombia que trabaja con empeño y tranquilidad (Ospina, 1999). Al mismo tiempo, se observa como grandes multinacionales se llevan grandes ganancias producto de la explotación de sus recursos, mientras se dejan regiones desoladas y en la miseria, o qué decir de los movimientos sindicales que en mesas de negociación aceptan salarios mínimos de miseria y explotación de la fuerza de trabajo para poder subsistir; se convive con la muerte, pero a la vez coexistimos con la alegría de una fiesta, un partido de fútbol o la transmisión de un reinado. Por otra parte, se aprecia que en las zonas de violencia, la guerrilla crece en fuerza militar, eficacia operativa, manejo de recursos económicos, capacidad de combate, pero cada vez tiene menos apoyo, menos simpatía y menos colaboración activa de la población civil. Esta población civil se mueve cada vez más de una manera acomodada, colabora dependiendo de quién esté ocupando y mandando en el territorio transitoriamente, y de esta manera salva su vida. Romper esta cadena a través de un acuerdo de paz entre los diferentes grupos armados y el gobierno es uno de los retos más importantes que han tenido los colombianos en su historia. Sin embargo, al hacer una reflexión frente a este tema, se puede determinar que la violencia es un buen negocio para muchos sectores y fuerzas. Los paramilitares ganan enormes sumas de dinero con sus masacres,
desplazando a la fuerza poblaciones enteras y concentrando la propiedad de la tierra. Además, hay que agregar la violencia del narcotráfico y las grandes mafias que intentan la apropiación del poder político en las ciudades, y las fuerzas militares reciben del Estado mayores ingresos por intentar acabar con estos grupos; son demasiados actores interesados en que la violencia perdure como para que se pueda creer en una paz a corto plazo. La tan anhelada paz que se desea no es posible mientras existan injusticias sociales y la población colombiana se refugie en la enfermedad del olvido o en una amnesia permanente, mientras hechos de barbarie los despierten cada mañana. Para concluir, se puede afirmar que la violencia en Colombia ha estado presente desde los inicios de su formación como sociedad y como
nación. A través de ella se ha alcanzado la independencia, el poder político, el poder militar y el poder económico, todos ellos necesarios para el desarrollo de la sociedad. Desafortunadamente, la violencia forma parte de nuestra identidad. Parecería que es la vía de hecho, el mecanismo para que la gente del común pueda ser escuchada. Es esa violencia la que ha adquirido poder ante los demás para ser respetado y, con ella se puedan lograr cosas que a través de otros medios no serían posibles. No es que sea pesimista, pero es la realidad, ya no vale el llanto ni los ruegos de una madre que ha esperado trece años por el regreso a casa de su hijo o la restitución de una tierra que le fue arrebatada. Tal vez persista la esperanza de que algún día nuestra suerte cambiará.
REFERENCIAS DUNCAN, G. (2006). Los Señores de la Guerra. De paramilitares, mafiosos y autodefensas en Colombia. Bogotá: Editorial Planeta.
FRANCO, S. (1999). El Quinto: No Matar. Contextos Explicativos de la Violencia en Colombia. Bogotá: IEPRI-Tercer Mundo.
OSPINA, W. (2009). Colombia, el Proyecto Nacional y la Franja Amarilla. Bogotá:
Editorial Norma.
Wikipedia (2012). Los Chulavitas. Enciclopedia Libre. Recuperado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Los_Chulavita.
VIOLENCIA
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EL ESPACIO DE LA EXPERIENCIA Y LA VIOLENCIA EN EL ARTE CONTEMPORÁNEO: ÓSCAR MUÑOZ Y JOSÉ ALEJANDRO RESTREPO MARÍA M. GÓMEZ G. mmanu.gomez@gmail .com C ARRER A: FILOSOFÍA CURSO NIV EL ATORIO DE LEC TO-ESCRITUR A 02-11 PROFESOR: C ARLOS FINO
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l descontento con la historia oficial de la Violencia en Colombia durante las últimas décadas ha suscitado el interés de varios artistas por de–construirla y erigir sus alternativas (Plástica Colombiana, Cap. 1, 2005). Dos obras en particular, Musa Paradisíaca (1993-96), de José Alejandro Restrepo, y Ambulatorio (1994-95), de Óscar Muñoz, me llaman la atención como ejemplos de este proceso. La forma como están compuestas las instalaciones y sus dimensiones nos llevan a pensar que encontramos esas alternativas en el espacio de la experiencia que el público tiene con la obra. Justo en la experiencia con cada una de las obras, encontramos elementos temáticos en común —en especial el tiempo— y un deseo por romper la dicotomía entre obra y espectador. Ambulatorio empezó en la calles de Cali donde Óscar Muñoz colocó un mapa aéreo de la ciudad compuesto de 36 fotos en blanco y negro. Este mapa gigante, en medio de la calle y cubierto por un vidrio de seguridad estallado VIOLENCIA
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es fragmentado en pedazos, cada vez más pequeños, por los peatones que pasan por encima de él. A medida que el caminante rompe el vidrio en cada paso, los detalles del mapa se ofuscan entre las partículas de vidrio y el concreto. El vidrio se funde con el mapa en un acto de cierta forma violento, donde las casas y edificios toman otra textura. Así, esta es una “alegoría” de la Violencia que trajo la guerra de los carteles y empezó a instaurarse en la vida cotidiana y la ciudad misma. El conflicto entre los carteles y el Estado se intensificó a mediados de los noventa (Plástica Colombiana, Cap. 6, 2005). Esta interacción en la que el espectador ayuda a destruir el vidrio con el peso de su cuerpo pone en cuestión la relación entre el espectador y el conflicto dentro de la ciudad: la separación entre la víctima y el victimario se hace borrosa. La relación entre las partículas de vidrio y los edificios, las casas, etc. es multifacética. Por un lado, están el tamaño y la proporción: la inmensidad del mapa invita al espectador a caminarlo y sentirlo crujir. Este acercamiento al público, en donde existe temporalmente la obra, la relación entre vidrio, mapa y sujeto, se va transformando. Muñoz acierta en que Ambulatorio es una «superposición entre la ciudad, que es una red de edificación, de casas, de viviendas, la vivienda como la unidad de la ciudad, el elemento primero, y el gran vidrio estallado en que cada partícula corresponde a una de esas viviendas y edificaciones.» (Plástica Colombiana, Cap. 6, 2005). 18
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Por otro lado, está el tiempo. En un momento concreto, el vidrio funciona como una protección, momento en el que posiblemente el espectador actúa como vigilante, y en otro, después de ser completamente destrozado, solo como la ilusión de una protección: el peligro ya se había impregnado en las calles. Con el tiempo, la violencia obtiene visibilidad mientras que la fragmentación del mapa construye la imagen de una ciudad fracturada y disonante. Podríamos decir que Musa Paradisíaca es paralela a Ambulatoria. Del techo cuelgan racimos de banano que tienen en sus puntas —en donde debiera haber flores— monitores en blanco y negro, desguazados, emitiendo imágenes de diferentes noticieros, todos reportando las matanzas en la zona bananera (Plástica Colombiana, Cap. 8, 2005). La inspiración viene de un grabado en el que se encuentra una mulata y una planta de banano, una imagen hecha por los viajeros europeos en tiempos coloniales, quienes proliferaron una imagen del trópico como el paraíso (Plástica Colombiana, Cap. 8, 2005). La imagen de la planta del banano es polisémica. De manera simultánea nos recuerda un tiempo colonial, las masacres bananeras y la violencia de los años noventa. Los racimos de bananos representan una historia oficial removida de la realidad colombiana muy lejos de ser el llamado paraíso. Ahora, en los monitores de José Alejandro Restrepo, las imágenes de matanzas nos llegan aún como otro relato
sancionado por la historia. Existe una relación entre la botánica y la política que se manifiesta en los bananos y la violencia: viene desde los acontecimientos alrededor United Fruit Company en 1928 y llega hasta la situación actual en la región bananera de Urabá Colombia (Transhistorias, p. 7, 2001). El olor del banano en la interacción con el público produce diferentes reacciones mediante el paso del tiempo (Transhistorias, p. 46, 2001). En los primeros días de la instalación nos recibe el olor de bananos aún sin madurar, en ese momento contrapuestos a las imágenes macabras siendo proyectadas. Después de unos días, el olor dulce de bananos maduros desaparece; estos continúan su proceso y empiezan a descomponerse, encajonando el cuarto con el olor a acre, agudizando el detalle gráfico de las imágenes de la muerte. Esta es la historia de las zonas bananeras. El olor se puede entender como un reflejo de la situación actual de la violencia (Transhistorias, p. 47, 2001). Con el paso del tiempo, la droga y la crisis política contribuyeron no solo al estado de la economía, sino a difundir la violencia. Es decir, el paso del tiempo, en cuanto a su influencia en la violencia, nos habla de una inestabilidad que poco a poco llega a hacer parte de la experiencia cotidiana. La saturación de imágenes, y más que todo de la Violencia, “desensibiliza” la sociedad (Transhistorias, p. 7, 2001). La imagen que una vez tenía cierto poder pierde su habilidad para comunicar y conmover. Ambulatorio y
Musa Paradisíaca intentan construir otro poder de la imagen ofreciendo al público una experiencia con la obra que enfatiza otros sentidos como el olor y el sonido. Vemos como en Ambulatorio la obra es contingente: el espectador se para en ella y la siente, y posiblemente escucha cómo se rompe el vidrio. Similarmente, la experiencia con Musa Paradisíaca a los primeros días de ser instalada es diferente a los últimos, cuando todo ya se ha descompuesto. Así, la experiencia de cada persona y la obra en sí cambian con el paso del tiempo. En ambos casos, los artistas llegan a un público con un elemento efímero y lo usan en la construcción de una historia que permanece. Las dos obras confluyen en otro aspecto de la violencia: la vida cotidiana. Las obras no hablan solamente de una violencia que tiene un perpetrador claro, un lugar concreto o un evento singular, es decir, una violencia subjetiva, también evocan una violencia sistémica invisible (Žižek p. 8, 2008). Una violencia que se vuelve o hace parte del sistema, ejemplo de la vida cotidiana, incluyendo formas sutiles de coerción que sostienen las relaciones de poder y hasta la amenaza de la violencia: “la violencia” del peso del público, del tiempo, invade ambas obras con el olor, el sonido y la desaparición de los detalles.
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REFERENCIAS BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO. (2001). Transhistorias: historia y mito en la obra de José Alejando Restrepo. Bogotá: Banco de la República.
MINISTERIO DE CULTURA DE COLOMBIA. (2005). Plástica Colombiana: Arte Contemporáneo en Colombia. Formato DVD.
ŽIŽEK, S. (2008). Violence: Six Sideways Reflections. New York: Picador.
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NO TODO SE OBTIENE CON UNA MARCHA MAURO A . DÍA Z M. maadiazmo@unal .edu.co C ARRER A: QUÍMIC A CURSO NIV EL ATORIO DE LEC TO-ESCRITUR A 02-11 PROFESOR: DIANA G . CRUZ
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onflicto y guerra son términos difíciles de definir en cualquier contexto social y político; y es aún más difícil definirlos cuando el escenario es un país como Colombia, en donde las víctimas de grupos y actores violentos han sido numerosas. Incluso, (…) buscar una sola significación al término de violencia es un camino de difícil tránsito, que más que llevarnos a una solución, nos pone ante
opciones no concluyentes, que pueden servirnos de guía y, en contexto,
aproximarnos a una comprensión del fenómeno. (González y Molinares, 2010: 351-352).
Aunque exista la complejidad para darles significado, los movimientos sociales necesitan tener una definición determinada y específica en estos términos, ya que desde ahí, se establecen los parámetros de la evaluación de sus resultados como expresiones de participación ciudadana. García Durán (2006: 254) describe que (…) el concepto de paz ha sido el elemento decisivo en el proceso interpretativo que ha definido la estrategia para una movilización (masiva) por la paz. Sumado lo anterior, las marchas por la paz en Colombia son una forma de confrontación útil siempre y cuando estén acompañadas de una concientización de las múltiples formas de violencia y de una coherente exigencia de verdaderas políticas de paz. VIOLENCIA
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Los métodos no violentos como las marchas y concentraciones son una declaración del consenso de la población; un ejemplo de esto lo muestra García Durán (2006), al establecer que marchas como la del No Más de 1999 buscaron impulsar una movilización que tuviera un equilibrio en la denuncia de los responsables de la violencia contra la población civil, particularmente de las acusaciones específicas de secuestro y desaparición forzada. Pero es pertinente resaltar que las iniciativas de las marchas parten desde una posición política de sus promotores y participantes, y no son una manifestación “apolítica”, como muchas veces se ha hecho entender, porque de una u otra forma, mediante ellas se está rechazando alguna postura ideológica de un grupo armado, un gobierno extranjero o el propio gobierno nacional. El artículo Facing Down the Farc del semanario The Economist (2008) señala que en la marcha “Un millón de voces contra las FARC” del 2008, miembros de la oposición pidieron protestar en contra de los abusos de la fuerza pública, aunque la opinión en general se concentró en culpar a las FARC y no al Gobierno de que los secuestrados sigan en la selva. García Durán (2006) define cinco estrategias de los sectores sociales a favor de la paz, teniendo en cuenta la manera como priorizan su intervención: educar, organizar, actuar políticamente, protestar y resistir; y usa las categorías del sociólogo estadounidense John Lofland para clasificarlas 24
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según el nivel de confrontabilidad: acciones civiles y moderadas (bajo), acciones de protesta (medio) y acciones violentas (alto). Lo anterior indica que las marchas y concentraciones tienen un nivel de confrontabilidad medio. Al tener en cuenta que en la anterior clasificación la estrategia educar se ubica en primer lugar, es importante orientar los distintos sectores sociales a la idea de que la violencia no gira únicamente en torno a los grupos armados organizados al margen de la ley, sino que en Colombia, tal como lo expone la Comisión de Estudios sobre la Violencia (2009: 23): la violencia tiene múltiples expresiones que no excluyen, pero sí sobrepasan, la dimensión política. Estas expresiones incluyen la violencia intrafamiliar, violencia contra las minorías étnicas, la mujer, los medios de comunicación, la comunidad LGBT, los sindicalistas y demás sectores vulnerables a grupos que atenten contra su integridad física y moral; pero, la sociedad colombiana no ha hecho grandes movilizaciones en contra de estos modos de agresión. Un ejemplo significativo es el aspecto del desplazamiento forzado, que en el boletín informativo de CODHES (2011: 11) señala que según cifras oficiales, durante los ocho años del gobierno de Álvaro Uribe, [este] alcanzó una cifra de 2 650 628 personas y que el 51% de los desplazados que reconoce el gobierno entre 1997-2010 se vio obligada a abandonar sus regiones durante el mandato del presidente Uribe porque
no tuvieron seguridad para sus vidas, ni protección para sus tierras. Además, las iniciativas por conseguir la paz a través de la violencia están dirigidas desde la presidencia de la República, algo que se puede notar en el programa de gobierno de Juan Manuel Santos, específicamente en el ítem 96, en donde no se especifica una voluntad directa hacia el diálogo: Derrotaremos al terrorismo, terminaremos el
conflicto y construiremos la paz. Mantendremos una presión incesante sobre los violentos,
organizados en bandas criminales, grupos guerrilleros y terroristas. No les dejaremos
más opción que la rendición, la reinserción y la aceptación de la Constitución Política de Colombia. Mantendremos la exitosa política
del Presidente Álvaro Uribe Vélez, que combinó la mano tendida y el pulso firme. (Santos, 2010: 55).
Para López (2009), las propuestas de la no-violencia frente a la violencia física y directa consisten, básicamente en tener todo un repertorio de técnicas, metodologías y procedimientos de lucha no armados, pacíficos y no cruentos que sirvan de sustitutivo a la violencia, además de toda una carga argumental que deslegitime el uso de la violencia. Si bien esto destaca la importancia de deslegitimar la violencia, es algo que no se ha logrado completamente en Colombia luego de los esfuerzos del (…) fallido intento de acuerdo de paz liderado por el gobierno del presidente Andrés Pastrana, que dejó como resultado un fortalecimiento militar para la
guerrilla de las FARC (Observatorio de construcción de paz, 2011: 324), y luego del proceso de Justicia y paz del gobierno del presidente Álvaro Uribe, que a pesar de buscar la desmovilización de las AUC, fue la causa misma y detonante de una nueva ola de violencia con la organización de estructuras armadas posdesmovilización (Observatorio Internacional de DDR, 2010). Cualesquiera que sean los factores de fracaso o ineficiencia de ambos procesos que no se discuten en este ensayo, es evidente que las marchas no han ejercido una presión importante para el cambio social y político que Colombia necesita para profundizar la democracia y consolidar una paz sostenible. Los resultados han sido más claros y efectivos para cambiar los marcos culturales, que para afectar las políticas gubernamentales o detener la confrontación armada (GarcíaDurán, 2006). Las marchas tienen un nivel de confrontabilidad medio, pero que, por su discreta efectividad, tales movimientos por la paz no han podido ser tan exitosos como se desearía. Las movilizaciones no se pueden limitar solo a marchas, las ideas de un colectivo por la paz deben ser respaldadas por una comunidad participativa, que haya sido concientizada del problema de perpetuar la lucha armada.
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REFERENCIAS CODHES. (2011) Boletín informativo de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, Número 77. Bogotá, 15 de febrero de 2011. Recuperado de: http://www.codhes.org/images/stories/pdf/bolet%C3%ADn%2077.pdf
THE ECONOMIST. (2008). Facing down the FARC. 2/9/2008, Vol. 386, Fascículo 8566. ISSN: 00130613.
GARCÍA DURÁN, M. (2006). Movimiento por la paz en Colombia 1978-2003. Colombia: Cinep
GONZÁLEZ ARANA, R.; Molinares Guerrero, I. (2010). La Violencia en Colombia, Una mirada particular para su comprensión. De cómo percibimos la violencia
social a gran escala y hacemos invisible la violencia no mediática. Investigación y Desarrollo; dic2010, Vol. 18 Fascículo 2. ISSN: 01213261.
LÓPEZ, M (2009). Política sin violencia. La no violencia como humanización de la política. Bogotá: Corporación Universitaria Minuto de Dios.
OBSERVATORIO DE CONSTRUCCIÓN DE PAZ (2011). Estado y ciudadanía para
la paz. Serie de documentos para la paz. Colombia: Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano. Facultad de Relaciones Internacionales y Ciencias Jurídicas y Políticas.
OBSERVATORIO INTERNACIONAL DE DDR – Ley de Justicia y Paz. 2010.
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SANTOS, J. M. (2010). Buen gobierno para la prosperidad democrática, 110
iniciativas para lograrla. Recuperado de: http://www.santospresidente.com/pdf/ plan-de-gobierno-juan-manuel-santos.pdf
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LA VIOLENCIA NO ACABA CON LA VIOLENCIA DAVID E . MARIÑO B. demb_125@hotmail .com C ARRER A: MÚSIC A INS TRUMENTAL CURSO NIV EL ATORIO DE LEC TO-ESCRITUR A 02-11 PROFESOR: DANIEL F. OSORIO C .
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ace unas semanas vi en un periódico -de esos que obsequian en la calle- una publicidad del MDG-F (Fondo para el Logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU) en la que se mostraba la imagen de un hombre encarcelado y en letras gigantescas decía: «A un hombre que le pega a las mujeres hay que cerrarle todas las puertas». En la misma fotografía estaba el escudo de Colombia con su lema “Libertad y orden”, y para más gracia encajaba a la perfección en uno de los barrotes que encarcelaban al modelo. La imagen habla por sí sola: es una campaña en contra del maltrato a la mujer. Eso es lo que la mayoría pensaría y posiblemente apoyaría, lo cual es preocupante, puesto que si así es la ligereza de los medios y de las corporaciones supuestamente protectoras de la sociedad al afirmar algo o proponer una idea de impacto ¿cómo podría llegar a ser la irreflexión de un ciudadano cualquiera expuesto a esto, que actuando conforme a lo que parece estar bien puede llegar a hacer mucho daño? Supongamos que la campaña crece y tiene una mayor acogida en la sociedad, por consiguiente ese individuo violento será aún más rechazado, marginado, etc. La pregunta es: ¿después de esto el individuo es más o menos violento? Un estudio realizado en el 2006 (Meyer-Linderberg & Weinberer. 2006), comprueba que una persona es violenta en mayor o menor proporción por la conexión entre la amígdala, en donde están las emociones negativas, y el cingulum, centro que analiza si las emociones deben ser justificadas o reprimirlas. Entre más débil sea la conexión VIOLENCIA
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más violenta será la persona (conexión que también está ligada al temor). Un ser humano reacciona de dos maneras frente al miedo: huyendo o respondiendo con violencia. Con esta información podemos, de alguna manera, deducir que la manera adecuada, o por lo menos no equívoca, de tratar a una persona violenta es dándole un trato clínico pasivo, en un ambiente estable, no uno de marginación y hostilidad que pueda estimular ese miedo inconsciente al que siempre responderá de forma violenta. Tal vez esto resuelve la pregunta anteriormente planteada:el rechazo en definitiva no es una opción. No defiendo en lo absoluto el maltrato a la mujer, pero tampoco el rechazo a las personas violentas, puesto que no es un avance significativo para reducir el maltrato a la mujer, violentando, rechazando y fomentando la represión y el resentimiento en personas con un problema previo. A ellos, más que a nadie, les causa un serio daño este método, porque si su nivel de conciencia un día fue bajo, con todo este dañino proceso de “castigoredención” puede disminuir al punto de ser nulo, lo cual —por obvias razones— es sumamente contraproducente. No se pueden enseñar caricias con púas, por eso lo más conveniente es enseñar antes de castigar. Pero, ¿cómo enseñar? Esta pregunta surge al pensar que los distintos métodos educativos en el mundo no han logrado cambiar significativamente las reacciones violentas —justificables, o no— de las personas. 30
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Pienso que algo crucial es decidir cuál es el método de enseñanza que se debe aplicar. Si es en la docilidad y sumisión que rechaza todo acto violento —como se acostumbra—, estamos obligados a negar la posibilidad de cualquier situación de violencia en el individuo, lo que conduce a la doble moral y al totalitarismo. En cambio, si debatimos, discutimos, podemos lograr que otros lleguen a una idea a través de la razón, sin mojigaterías ni dogmas. La persona que razona aprende, la que obedece almacena. Por eso en muchos casos las instituciones educativas al que memoriza le dan medalla de honor y al que razona matricula condicional, porque ni el psicólogo puede resolver los conflictos que pueden llevar a un individuo a ser razonable en una sociedad de tan compleja doble moral. Sostengo que se trata de crear el ambiente para el desarrollo de la razón y entonces se estará realmente abierto al conocimiento, mas no de implantar ideas en pro o en contra de algo, pues cuando una idea es almacenada no necesariamente ha sido interiorizada. No cambiamos nuestra mente de un momento a otro, tal vez creemos que sí, pero el inconsciente sigue con nosotros, el pasado sigue ahí. Jamás se tratará de tomar a quienes tienen antecedentes violentos y “salvarlos”, tampoco de poner en contra de éstos a otros relativamente iguales. Más bien se debe construir una conciencia colectiva que no requiera obligatoriamente de sitios de enseñanza para ser aprendida, por el contrario, que todos
accedan a ella con el diario vivir, que sea algo cotidiano, como el bogotano, que innatamente sabe a qué hora debe tomar el bus para llegar a su destino sin batir un récord mundial de estar en este por más horas. Todos debemos saber desde la cuna cuáles son las consecuencias de la violencia desde el ámbito biológico, histórico y cultural para que así al menos por instinto de conservación seamos conscientes de lo contraproducente que resulta dejarse llevar por ella, pero también lo necesaria que puede llegar a ser para que en el momento en que nos llegue a nosotros, como es natural, actuemos como una balanza, como seres racionales. De lo contrario, estaremos propensos a ser partícipes o iniciadores de sucesos como traumatizar definitivamente a un niño en la escuela, o matar a siete millones de judíos. O, peor aún, traumatizar a un niño en la escuela que luego provocará un holocausto. Hitler era un hombre con serios traumatismos psicológicos. Muchas hipótesis señalan que gran parte de ellos fueron desarrollados en su infancia y adolescencia, pero también que poseía un alto coeficiente. Ese niño al que le juegan una broma pesada que termina en violencia física o psicológica en la escuela, o que es rechazado y violentado en su adolescencia, puede ser marcado y mal encaminado provocando un severo daño en su momento y después, seguramente, los culpables muchas veces no llegan a ser conscientes de sus actos. Pero también sabemos que Hitler disparó un arma
contadas veces en su vida y su tiro más hiriente fue el de una idea que hipnotizó a personas sin criterio, sin conocimiento de causa, sin una moral madura, sin razonamiento propio y en el caso de los que eran poseedores de gran inteligencia y conocimiento también cegados por ideales, por la mala información que recibieron toda su vida, fueron contaminados de un vano sentido de pertenencia, de una embriaguez que no terminó si no hasta el día de su muerte y que mató a millones. Esto puede volver a ocurrir si no cultivamos la razón y costumbres edificantes. En los pueblos en donde se practica el budismo —religión que no solo es para los hombres pasivos de cabezas rapadas y mantas rojas o amarillas, sino también para la persona del común que decida hacer parte de ella— en realidad existe la paz sin necesidad de estar las veinticuatro horas meditando o arrodillado en algún tablón. Una explicación acertada es que en estos lugares no existe el individualismo: todos colaboran, tienen familias grandes y el uno ayuda al otro, se está en busca del honor y la sabiduría. La añoranza no es tener más dinero que el otro, la mujer más bella o una casa descomunal, se posee una admiración inagotable por los sabios, por las cabezas más altas, entonces no hay lugar para la envidia ni para el rencor. El odio es temido, la mayor preocupación posible es caer en él. Al tener esta noción podremos entonces entrar en algo llamado la nueva era, en la que se tiene una VIOLENCIA
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visión transpersonal, adoptando la concepción del yo soy nosotros, y se es consciente de que el mal ajeno es el mal propio y el bien de otros, también, porque hacemos parte del todo, somos estrellas y vida puesto que la mitad de nuestro cuerpo es mineral que alguna vez brilló y la otra es agua o soplo divino —si se quiere—. Solo así, viéndonos a nosotros mismos en el otro cesará la violencia en infinitos aspectos, hasta la tierra se tranquilizará y las catástrofes climáticas cesarán porque la humanidad aprenderá a cuidar la tierra para el que viene y no habrá protestas en las calles, pues se respetará desde la vida del hombre hasta la del animal más sabroso. Quienes gobiernen verán que la justicia no es un arma, ¡es una herramienta. Esta será la era en la que no se buscará la revolución puesto que no habrá necesidad de acelerar la historia y el hombre no necesitará salvarse porque de una vez por todas entenderá lo que Jesús dijo: “Mejores cosas verán, mejores cosas harán”. La nueva era es una idea optimista y en cierto sentido ingenua, utópica, pero solo basta con un viejo libro de historia para saber de la capacidad
que tiene el hombre de transformar su mente, de buscar alternativas, de lograr lo aparentemente imposible y la insaciable necesidad de comunicar es tan grande que en cuestión de un siglo se formó lo hasta ahora más cercano a la telepatía: la tecnología cibernética, las redes sociales, etc. Este es el órgano vital de la revolución en la que actualmente vivimos, ya que gran parte de la población vive conectada. La revolución es una manera de acelerar la historia, lo cual es excitante y contagioso, pero siempre se corrigen demasiadas cosas, se va muy lejos, pero nunca se llega a donde se quiere o se debería. Por eso el cambio ha de ser inteligente y cuidadoso, se deben tener en cuenta los grandes errores de la historia para no repetirlos. En este preciso instante la transición se puede lograr, somos privilegiados al vivir en la época en que los límites se desvanecen y las posibilidades son infinitas. La violencia está en las ramas del inmenso árbol de la ignorancia que nos llena de aire y es vano el intento de contener la respiración. Lo realmente crucial es alimentar nuestra alma del infinito bosque de la razón y el conocimiento.
REFERENCIAS MEYER-LINDERBERG, A. y WEINBERER D. (2006). News Medical, en
US-National Institute of Mental Health (NIMH). Recuperado de: http://www. newsmedical.net/news/2006/03/21/16766.aspx
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¿UN SUEÑO SIN CUMPLIR? DYAM E . PAL ACIOS V. depal acios v@unal .edu.co C ARRER A: MEDICINA CURSO NIV EL ATORIO DE LEC TO-ESCRITUR A 02-11 PROFESOR: GLORIA E. MOR A M.
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odo comenzó con un debate que tuve en una clase de Lecto-escritura. Compartíamos nuestras opiniones acerca de un texto de William Ospina, Colombia: el proyecto nacional y la franja amarilla (1996). El debate siempre generaba dudas al escuchar a alguno de mis compañeros expresar su punto de vista y, por ende, siempre buscaba un conjunto de argumentos para refutar esas ideas y poder aclarar mis titubeos. En cierto momento me di cuenta de que el tratar de objetar las opiniones de mis compañeros no era lo más viable, ya que la mayoría de mis intervenciones terminaba siendo complemento de otras y resultaba mejor agruparlas que tenerlas por separado. La verdad, aunque fue una experiencia espectacular, quedaron muchas preguntas en mi cabeza, lo que me condujo a leer otro texto del autor ya mencionado: Lo que le falta a Colombia (2002), muy bonito por cierto, que me demostró que verdaderamente nuestras opiniones frente al devenir nacional, tal vez no son escuchadas por algunos, ni bien utilizadas por otros. Es necesario compartir opiniones constructivas para que una sociedad marche sobre ruedas, porque la falta de estas puede lograr que un simple error se convierta en un conflicto social, y situaciones como estas hacen que los colombianos se sientan identificados con otras culturas y no con la propia.
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En verdad, Colombia es un país muy hermoso y eso a nadie se lo discuto. Nuestra biodiversidad, riqueza hidrográfica, étnica y sobre todo cultural, es inigualable. Por eso no entiendo cómo en este país, donde prácticamente todo es fiesta, pueda haber tanta corrupción desde todos los sectores y, aún más, tanta desigualdad producto de una intolerancia a lo diferente, a las creencias, incluso al mismo poder ajeno se trata de una envidia que muchas veces nos embarga y nos hace atacar al triunfador por la espalda, en lugar de tener una unidad de miles y miles, que juntos lograríamos muchas cosas. Es muy difícil de entender. No obstante, no hay que olvidar que «hay gente trabajando pero son contaos» (ChocQuibTown), luchando fuerte por sacar adelante todos sus sueños, compromisos y metas de la manera más honrada. Lastimosamente no son los más afortunados al ser tan solo los conejillos de indias en un país dominado por un sistema, el cual no tiene identidad propia, sino que quiere parecerse al de las grandes potencias. Siendo honesto, ahora, al escribir cada palabra, me invade la tristeza al recordar los instantes difíciles de mi país, sin mentir, con un resentimiento en lo más profundo de mi alma, con una melancolía y un desaliento que me destroza el corazón. ¡Ups!, solté un sonrisa sin querer y es al ver a mi hermana feliz en una foto; una simple sonrisa me ha inspirado en estos momentos y me dice que me dé cuenta de que soy un “colombiano de racaman36
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daca”, que siempre salgo adelante y que mi país lo hará algún día, porque siempre hemos sido fuertes ante la adversidad. La vida te da sorpresas y debemos estar preparados para no aturdirnos cuando nos sacudan los momentos duros y de tristezas o confiarnos en los de felicidad y sencillez. La fortaleza es un don que no todos tenemos, pero siempre podemos apoyarnos mutuamente. ¡Yo no! —diría un egoísta—, pero ¿y tú? Somos muchos dominados por pocos, son pocos quienes están en contra del dominio y aún menos los que se resisten al dominio, ya que al ser un estorbo ante el control, se convierten en “amenazas y toda amenaza debe ser reprimida sin importar los límites” Entonces no entiendo para qué me enseñan mis deberes y derechos desde pequeño, sabiendo que no podré hacer uso de estos de manera adecuada y justa sin miedo. No olvido nunca una frase que siempre me inculcó un profesor: “Mis derechos empiezan donde terminan los tuyos”. Si es así, no deberíamos estar en una sociedad de progreso total y casi, podría decirse, indefinido. Lástima que no es así. Son muchos los casos que como “extranjero de ciudad” vivo y comparto cada día en esta ciudad de gigantescos edificios cancerosos, pero son aún más los casos de impunidad que veo en imágenes gracias a programas que no son más que un simple causante de miedo y confusión, para lograr una sumisión ante el poder y que nos conllevan a una represión de razonamiento de manera absurda.
Cada día que pasa me duele el no estar en casa, con mis familiares o como muchos dicen por ahí, “en el hotel mamá”, pero he adquirido muchos compromisos conmigo y con ellos. Tal vez en más de una ocasión sufra y piense en arrepentirme. Tal vez en algún momento de mi vida la bajeza se quiera apoderar de mí, pero siempre recordaré que un día un hombre fue capaz de decir que no a un sistema corrupto, fue capaz de mover grandes masas, fue capaz de luchar por sus principios y por grandes metas, fue capaz de demostrarnos que podíamos. Hoy en día no está con nosotros, pero fue grande y para muchos como para mí es fuente de inspiración y de lucha tanto moral como política, gente como él y muchos más dan motivaciones que luego son destruidas al ser estas otro impedimento para los pertenecientes a la sociedad “señorial” o -como son más conocidos por el pueblo del cual tú y yo hacemos partela burguesía. Es una “clase alta” que desde hace mucho viene disputándose el poder de nuestro país de distintas maneras en una lucha en la que los más afectados son quienes no pertenecen a esa clase, los trabajadores, grandes pensadores y futuras cabezas líderes (que lastimosamente, y Dios no lo quiera, serán reprimidas por sus ideas). Sin embargo, como lo he mencionado en muchas ocasiones, no todo es malo. Nuestra hermosa nación no solo posee una de las mejores geografías al ser tan diversa, sino que también ha
sacado a relucir su nombre, con esos ilustres personajes que a través del tiempo han enorgullecido no solo a su familia, sino a un país entero al llevar su bandera a lo más alto de una montaña, al poner su nombre en la medalla de un premio Nobel, al pisar el podio en los Juegos Olímpicos representando a Colombia, al haber derrotado futbolísticamente a varios equipos con buenas jugadas y marcadores jugosos tanto nacional como internacionalmente. Estos y muchos otros eventos dejan una huella imborrable en tu corazón y un recuerdo único en tu mente de lo bueno que es ser colombiano. Pienso que lo que vivimos a diario es un sueño sin cumplir (como más de la mitad de los habitantes de esta hermosa nación) una corrupción en su máximo esplendor, una impunidad en su mayor apogeo, una desigualdad en su total expresión, un sufrimiento sin comparación, pero como buen colombiano que soy tendré siempre al lado de mis dudas un espacio para la esperanza. La verdad muchas cosas son fuente de inspiración para mí y nunca, pero nunca, ni el mismo gobierno con sus múltiples máscaras de beneficios podrá apartarlas de mí.
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REFERENCIAS CHOCQUIBTOWN (Compositor). (2009). De Donde Vengo Yo. [ChocQuibTown, Intérprete] Quibdó, Colombia.
OSPINA, W. (1996). Colombia: El proyecto nacional y la franja amarilla. Bogotá: Norma.
OSPINA, W. (2002). Lo que le falta a Colombia. Bogotá: Norma.
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AMOR Y CONTROL JOSÉ N. GUALTEROS N. jngualterosn@unal .edu.co C ARRER A: SOCIOLOGÍA CURSO NIV EL ATORIO DE LEC TO-ESCRITUR A 01-11 PROFESOR: GLORIA E. MOR A M.
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n este texto se abordarán, desde una perspectiva sociológica, algunas formas simbólicas de control social que ejerce la familia –tanto cultural como emocionalmente– sobre cada uno de sus miembros. A partir de la idea del panóptico de Bentham citado por Foucault (2003), se toma como referente a la familia tradicional, sin excluir a otros géneros, para tratar de explicar, primero entre la pareja y luego entre madre e hijos(as), así como otras maneras de control presentes en preguntas cotidianas de tipo: ¿Cómo te ha ido? y de maneras de actuar y pensar que representan una permanente vigilancia sobre la pareja e hijos(as). Esto a través de dispositivos mediáticos como amigos(as) y vecinos(as) que a su vez forman una red de vigilancia que implica tener un mayor control sobre los individuos y sus acciones. Posteriormente se planteará el interrogante: ¿La familia es un proyecto político? La familia, a lo largo de toda la historia, ha jugado un papel importante en la construcción y mantenimiento de las sociedades. Así, las reflexiones teóricas contemporáneas la han caracterizado como una institución voraz y represiva, definición que problematiza las tesis políticas clásicas que la han identificado como el pilar sobre el cual se fundamenta la formación de los individuos. Como podemos observar, estos paradigmas se contraponen, puesto que la primera da cuenta de la coacción que las normas culturalmente establecidas generan sobre el individuo ya sea hombre, mujer o niño. Y la segunda, por su parte, ve al sujeto como un ser social y evolutivo (pasa por la infancia, adolescencia y FORMA S DE CONTROL SOCIAL
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vejez), es decir, un ser emancipado, pero con deberes y obligaciones con la sociedad y con el Estado. Ahora bien, cabe señalar que el individuo está sujeto a una presión visible e inverificable. «Visible [pues] el detenido tendrá sin cesar ante los ojos la elevada silueta de la torre central de donde es espiado. Inverificable: el detenido no debe saber jamás si en aquel momento se le mira; pero debe estar seguro de que siempre puede ser mirado.» (Foucault, 2003, p. 205),1 esto, tanto dentro como fuera de su núcleo familiar2. Al respecto conviene decir que hay un tema que podemos resaltar sobre la familia, esto es, su valor simbólico como forma de control social sobre todos los miembros que la componen. Hasta aquí hemos mencionado cómo se ve la familia desde el punto de vista político y académico, pero no sabemos qué es familia. Para no entrar en discusiones morales con la comunidad LGBTI3 y para respetarlas replanteemos la pregunta como sigue: ¿Cuál es la base de la familia? Diremos, entonces, que la base de la familia es el amor recíproco entre la pareja, y entre esta y sus hijos y viceversa – es muy simple la definición, pero no excluye a nadie–. Teniendo claro esto, miremos cómo el hombre en la familia 1 La palabra ‘detenido’ aquí se toma como referente al individuo y “torre central” a la familia y al Estado respectivamente. Este es el principio de poder que plantea Bentham. 2 Cuando menciono fuera de su núcleo familiar quiero decir el estado y el sistema económico establecido. 3 Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgéneristas e Intersexuales.
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tradicional controla simbólicamente a su pareja llegando hasta el punto en el que se naturaliza esta dominación y se ve como natural que la esposa se dedique a los oficios del hogar y al cuidado de los hijos(as), mientras que su esposo trabaja. Tradicionalmente, la mujer ha dependido económicamente del hombre –con algunas excepciones–. Esta herencia se traslada a las familias modernas y ha implicado que en el hogar este último tenga más dominio sobre la primera en función del estatus profesional que tenga. Entre más elevado sea el cargo profesional, más prevalece esta diferencia de potestades conyugales. Pues bien, la sociedad hasta hace poco no toleraba a las mujeres en cargos profesionales exclusivos para hombres ya que culturalmente ella pertenecía al hogar y tenía que ser el consuelo afectivo del esposo y de los hijos. El trabajo de madre y esposa es considerado como servil, y a decir verdad, según el matrimonio, ambos deben intercambiar servicios, tanto sexuales como de otra índole. He aquí la importancia del contrato “divino” de las nupcias, que simboliza y establece qué debe hacer y qué no debe hacer la esposa. De esta forma, el marido con el solo hecho de ir a trabajar le dice simbólicamente a su mujer que cumpla con su parte del tratado marital. Esto hoy día ha cambiado, pero las barreras simbólicas de la “unión divina” todavía prevalecen, es decir, el germen de la dominación cultural aún predomina sobre el cuerpo de la
mujer vencida. Todavía se piensa que la madre y esposa debe ser la única que se encargue de los oficios de la casa y de criar a los hijos(as), además de las demandas sexuales del marido. Pero, ¿qué es lo que realmente está en juego: la igualdad de condiciones en el hogar o la distribución simbólica del poder en el seno de la familia? Bueno, Lewis Coser (1978, p. 97) nos dice: «Lo que se les ofrece formalmente se les niega normativamente.» En este sentido, lo que está en juego es la distribución simbólica del poder en el seno de la familia, puesto que hoy día está estipulada la igualdad de condiciones para las mujeres, pero el poder –por tradición, por norma cultural– lo sigue teniendo el hombre en el hogar. Aun así encontramos mujeres trabajando, estudiando y ejerciendo cargos públicos y privados de alto nivel, aunque los sueldos son, en ocasiones, más bajos que los de los hombres. Esto muestra que simbólicamente se sigue pensando que la mujer es de la casa y que su trabajo ni siquiera vale en su hogar por el solo hecho de no tener un grado de especialización en este. Pero también encontramos parejas más conscientes sobre esta situación y hombres menos machistas. No falta mucho para que el matrimonio pase de ser una institución voraz a una que «consista en mirar hacia afuera en la misma dirección» 4 (Coser, 1978, p. 98). 4 Aunque se entienda el matrimonio en sentido religioso, aclaro que es para expresar la unión de una pareja ya sea homo o heterosexual, en otras palabras, un acuerdo mutuo de convivencia.
Ahora, esto no quiere decir que se acaben las formas de control, puesto que preguntas como “¿Mi amor, cómo te fue hoy?” poseen un valor simbólico que tiene como objetivo informar a la pareja en dónde estuvo, con quién y haciendo qué. Gracias a esto podemos dar cuenta de dos intenciones: la primera es vigilar a la otra persona sin que esta se dé cuenta y la segunda, tener un control y generar un diagnóstico sobre el estado del cónyuge. Así se es eficiente utilizando lo que se denominan «las no-preguntas» (Osorio, 2009, p. 9). Tomando en cuenta la base de la familia y lo anteriormente dicho encontramos dos formas de control: unas son culturales y otras emocionales. Las primeras son producto de la acumulación del tiempo, mientras que las segundas son el producto de la díada. Esto entre parejas, pero también las hay entre padres e hijos y viceversa. En estas relaciones se observa un control social mucho más simbólico que influye en nuestra formación como individuos. Ahora solo hablaremos de dos herramientas que ayudan a ejercer un control simbólico sobre los hijos(as) tomando como referente la relación madre e hijo(a): la primera es la disciplinar y la segunda la emocional. Cuando una madre quiere a su hijo(a) siempre le va a desear lo mejor, lo va a matricular en el “mejor colegio”, le va a comprar la “mejor ropa” y demás necesidades. En otras palabras, una buena madre quiere a sus hijos(as), pero es a partir de esto que comienza
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el control simbólico. Nuestras madres también fueron jóvenes y tuvieron sus conflictos. Ellas saben los riesgos que nos esperan en la vida y están conscientes de los peligros de la sociedad. Se comienza, entonces, a controlar la vida del joven, con el horario de llegada del colegio, con los amigos, con la determinación por parte de los padres de qué carrera estudiar. También nos escogen novias(os), nos prohíben toda clase de vicios como el cigarrillo, las bebidas alcohólicas y las drogas psicoactivas –las madres piensan en todo–, utilizan los principios del poder basados en el panóptico que mencionaba al inicio, la vigilancia en sus dos facetas, lo visible y lo inverificable, «A estos métodos que permiten el control minucioso de las operaciones del cuerpo, que garantizan la sujeción constante de sus fuerzas y les imponen una relación de docilidad–utilidad, es a lo que se puede llamar las disciplinas» (Foucault, 2003, p. 141). Ahora bien, tomando en cuenta lo anterior se utilizan estrategias o tácticas para unir tiempo, espacio y movimiento. La vigilancia es una de ellas. Entonces, se crean dispositivos mediáticos como los vecinos, los profesores y las madres de los amigos(as) que le permiten a la madre estar informada de lo que sucede con su hijo(a). Esas miradas son el producto de toda una red de vigilancia. Así pues, cuando los hijos(as) realicen algo indebido, dependiendo del hecho, sabrá a quién preguntarle sobre lo sucedido y luego, con base en unos criterios personales, tomará alguna decisión. 46
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La sola presencia de la madre en la casa es un símbolo de vigilancia, así ella no nos esté observando directamente. A raíz de esto también surgen preguntas irrelevantes: ¿cómo le fue?, ¿cómo estuvo el evento?, ¿para dónde va?, ¿con quién va a ir?, ¿a qué horas llega? Todo esto implica dar un detallado informe sobre las actividades desarrolladas. Cabe señalar que el uso de la tecnología no es ajena a esta vigilancia, puesto que el celular cumple el papel de la cámara de video, pero ya no visual, sino de forma oral. Las madres no solo se preocupan por vigilarnos, sino que también recogen información que les permita identificar algún desliz en el comportamiento de su hijo(a) para luego tomar los correctivos necesarios que implican enderezar el camino de su “amado retoño”. Nuestras madres crean lo que Foucault denomina «Una anatomía política, que es igualmente una mecánica del poder; define cómo se puede hacer presa en el cuerpo de los demás, no simplemente para que ellos hagan lo que se desea, sino para que operen como se quiere.» (Foucault, 2003, p. 141). Ellas terminan utilizando las emociones, la correa y las amenazas para hacer que actuemos como debe ser5. Esto sin duda alguna ayuda a mantener un orden socialmente establecido y la familia sería vista como un proyecto político6 encaminado a 5 Moralmente hablando por el camino del bien, es decir, no drogas, no alcohol, no cigarrillo, honestidad, responsabilidad, etc. 6 Aquí me refiero al poder político administrativo.
mantener tal orden. Pero vale preguntarnos si la familia es un proyecto político. La base de una sociedad es la familia. Esta es la premisa mayor que la política tiene sobre esta institución. Por lo tanto, es necesario que se proteja la familia y se mantenga unida, pero ¿algo tan popular como un paseo de olla es un proyecto político?7 Bueno, para responder a esto primero tenemos que preguntarnos: ¿qué fin tiene tal paseo? Su objetivo no es otro que el de compartir en familia, descansar, unir y crear nuevos lazos de fraternidad, en otras palabras mantener la unidad familiar. Esto sin ser un proyecto político contribuye al mantenimiento del orden social establecido, de unas instituciones estatales y al propio poder político, pero no porque este tenga un espíritu político propiamente dicho, sino porque surge a partir de las relaciones emocionales entre padres e hijos(as) y demás círculo familiar. Sucede lo mismo cuando se entregan notas en los colegios, puesto que los padres (los que quieren a sus hijos y quieren saber cómo van) son informados sobre el rendimiento académico y disciplinario de sus hijos. Esto les permite tener simbólicamente un control sobre sus “retoños”. ¿Cuál es el dolor más grande que puede soportar una madre? Ver sufrir o perder a su hijo(a). Lo más triste de un funeral, quizás, es ver a la madre llorar por la pérdida de su hijo(a). Teniendo en cuenta lo anterior, podemos decir, entonces, que el amor es con7 De igual forma que la cita anterior me refiero al poder político administrativo.
trol, pero que no toda manifestación de control es amor. Es por esto que la familia no es un proyecto político del estado, aunque ayude a mantener el buen funcionamiento de unas instituciones estatales. Es por el contrario, un proyecto familiar que se apoya en el amor de padres a hijos(as), los primeros siempre queriendo el bienestar para los segundos. No hay duda que al lado de este proyecto surgen intereses políticos que se acomodan a los familiares. Estos últimos son utilizados para mantener el orden social y un poder estatal estable. No obstante, vale decir que el proyecto familiar de bienestar está condicionado por el orden cultural y el sistema económico predominante, siempre sujeto a cambios. Un ejemplo de esto es la familia antioqueña, cuyo modelo económico para finales del siglo XIX se basaba en latifundios y minifundios. El futuro de los hijos(as) radicaba en el trabajo mancomunado familiar de sus parcelas. Hoy día lo que prevalece es el sistema económico capitalista y por lo tanto el trabajo especializado en la ciudad y en el exterior. En conclusión, las formas simbólicas de control social tienen, dentro de la familia, un doble valor. Este, a su vez, implica tener en cuenta dos factores, a saber: uno cultural y otro emocional. Ambas interpretaciones apuntan hacia una vorágine de incertidumbres sin respuesta, puesto que siempre nos estaremos preguntando: ¿quién domina a quién?, ¿quién obedece y quién manda?, ¿seremos,
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entonces, una copia de la generación anterior? o por el contrario ¿seremos copias fieles de modelos a un futuro ya preestablecido? Pero vale preguntarnos lo más importante: ¿Seremos dueños realmente de nuestros sueños, o en realidad estos son una vana ilu-
sión de la cual vivimos a diario sumergidos en un sinsabor de precipitaciones inherentes a una vida absurda? Quizás seamos un poco de cada cosa, quizás no. Lo único que podemos decir es que familia es familia y cariño es cariño.
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LA SOCIEDAD SIN CIENCIA DIEGO F. FONSECA V. diegofonseca06@hotmail .com C ARRER A: MATEMÁTIC A S CURSO NIV EL ATORIO DE LEC TO-ESCRITUR A 01-11 PROFESOR: DIANA G . CRUZ
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a ciencia no siempre ha sido un aspecto acogido a plenitud. La percepción frente al ámbito científico cambió en la Ilustración, movimiento que se desarrolla desde inicios del siglo XVIII –aunque los ideales se empezaron a gestar a finales del siglo XVII con el intento fallido de establecer una república inglesa desterrando la monarquía– hasta inicios del siglo XIX, e implicó una apertura a la racionalidad como concepción de mundo; antes era arriesgado contemplar la ciencia como una opción válida de conocimiento, pero es precisamente desde el reducido contexto científico desarrollado en vísperas de la Revolución Inglesa y Francesa que surge el proceso de la Ilustración. Consolidar aquel proceso significó levantar todos los impedimentos y restricciones que no permitían el desarrollo de la ciencia; aquellos países que acogieron el cambio de concepción en la forma de pensar y de concebir una organización diferente son los que hoy gozan de las mejores condiciones de vida para sus ciudadanos. Entonces, teniendo en cuenta el papel significativo que desempeña actualmente la ciencia en el progreso, es posible afirmar que las restricciones en el desarrollo científico de una sociedad son una forma de control social, entendiendo “restringir” como un concepto que implica establecer límites a un aspecto susceptible de ser condicionado. En este caso, la ciencia constituye dicho aspecto, ya que según su FORMA S DE CONTROL SOCIAL
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definición es conmensurable, si se toma en consideración que la ciencia se interpreta desde diversos enfoques y toma un papel relevante para algunos pensadores que exponen sus interpretaciones, y que debido a su autoridad hacen que sean comúnmente aceptadas como definiciones por la comunidad científica. Todo lo anterior coincide en determinar que la ciencia es un conjunto de conocimientos que se mantiene en una continua variación de extensión y alteración de elementos, por lo que en muchos casos se asume como un aspecto cambiante (Kuhn, 1971), esto garantiza el enfoque de la ciencia como un conjunto conmensurable de conocimientos. Puntualmente, en el campo de la Sociología, se establece el concepto de control social como una serie de aspectos tendientes a instaurar determinados lineamientos que encaminen los sujetos de una sociedad a desempeñar sus roles como se espera (Horton & Hunt, 1993). De esto se tiene que el control social lo establece la misma sociedad para autorregularse; tal situación implica el establecimiento de dos medios de control social: los formales y los informales. Para clasificar dichas acciones, en este caso las restricciones en diversos aspectos de la vida social, se instauran como medio de control social formal, ya que son fundamentadas por medidas gubernamentales que se sustentan en un fuero legal y político que la organización de dicha sociedad le otorga al Estado, y que tienen como principal premisa 52
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el orden (Ross, 1901). Por otro lado, encontramos las acciones no institucionalizadas, o informales, que se fundamentan en aspectos culturales y éticos de cada sociedad, entre estas se encuentran la educación, las normas morales, entre otras. Precisamente, en este tipo de acciones se ilustra cómo, a partir de algunos preceptos, se encamina la actuación de las personas a un tipo de vida aprobado por la sociedad; es aquí donde toma relevancia el concepto del ‘camino’, justamente Osorio (2009) al respecto señala que: “La idea del camino es tan poderosa que muchas personas en el momento en que deciden ceder socialmente, echan mano del razonamiento según el cual los caminos ya están hechos, y con ello justifican el rendirse en el esfuerzo de probar una vida propia cuando esta se separa un poco, al menos un poco de los modelos previsibles.” (p.39) Pero no solo aspectos como la idea del camino encausan a las personas a vivir una vida determinada, en sí todas las formas de control social tienen esta finalidad; es en dicho punto en donde se complementan los medios formales y los informales, los primeros representados por el Estado y sus medidas; los segundos, por los preceptos establecidos por la sociedad como es el caso de las preguntas que no exigen respuesta, pero que expresan una forma de vida (Osorio, 2009). Dicha relación define la viabilidad de las metas individuales que cualquier integrante de una sociedad
pueda plantearse, al mismo tiempo que establece unas formas aprobadas para alcanzarlas, entendiéndose que alcanzar las metas es ser exitoso. Además, se presenta como fenómeno casi general el sentimiento de fracaso y la resignación, esto se da porque la estructura social no le permite a todas las personas acceder a formas aprobadas de alcanzar sus objetivos (Merton, 1957); por lo tanto, la sociedad a través del control social restringe el acceso a oportunidades a ciertas personas, que en el caso de los países subdesarrollados constituye la mayoría de la población. Es necesario ver el aspecto científico como una oportunidad, no solo individual sino social, destacando que los cambios y fenómenos tanto sociales como físicos que afecten a la sociedad tendrán directas repercusiones en el aspecto científico, llevando esto a revaluar las formas de hacer ciencia (Kuhn, 1971). De la misma manera, un sujeto perteneciente a una sociedad científicamente avanzada tiene mayores posibilidades de acceder a formas aprobadas para cumplir sus metas y propósitos, pues las condiciones de vida son mejores en aquellas sociedades. La historia sustenta esta postura, ya que si nos remitimos a los pueblos más antiguos el desarrollo científico implicó el mejoramiento de las condiciones de vida y la prevalencia de estos pueblos. En la historia, precisamente, el surgimiento de la escritura es un hecho científico que marca el inicio
de la historia de la humanidad, se da en la sociedad sumeria, catalogada por estudiosos del tema como el primer pueblo en documentar sus conocimientos y costumbres. Además de establecer las primeras formas de enseñanza que se conocen (Samuel, 1985), este hecho marca un punto de inflexión entre aquellas sociedades primitivas y aquellas que empiezan a razonar de manera científica. En las primeras, al sujeto lo restringía la ignorancia; en las segundas, dicha restricción ya no existía, por consiguiente las condiciones de vida mejoraron y dentro de dicho contexto los medios informales de control social eran los que prevalecían. Teniendo en cuenta lo anterior, podemos considerar que en países como Colombia actualmente la mayoría de las restricciones son en su conjunto fundamentadas por medios formales de control social, ya que el Estado establece leyes que no solo prohíben, como son las leyes penales que tratan de salvaguardar una buena convivencia (Gimbernat, 2009), lo cual es admisible y necesario, sino que están dadas para restringir el acceso a diversas oportunidades que la misma sociedad establece como derechos, como es el caso de la educación si se tiene en consideración que la educación masiva y de calidad fundamenta el desarrollo científico. Zenaida Osorio (Osorio, 2009, p. 31) expone una concepción ampliamente aceptada de: «el fracaso y el éxito escolar son el indicador de una buena o mala vida» (Op. Cit.), pero
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dicha apreciación por el hecho de ser ampliamente acogida no significa que refleje la realidad, ya que si bien es cierto que educarse garantiza ciertas condiciones de vida, lo que está en discusión es el tipo de educación que se ofrece. En naciones como Colombia, el fenómeno que cada día gana más terreno es el conocido como “la educación para el trabajo”. Esto se manifiesta en la actitud que el Estado ha asumido a favor de la educación técnica y tecnológica a través de medidas que incentivan a la juventud a escoger dicha educación no como la mejor alternativa, sino como la única, aclarando que la postura según la cual los institutos técnicos y tecnológicos educan es incorrecta, ya que dichos institutos instruyen en una labor y forman trabajadores por encima de personas, en donde la investigación no existe, lo cual difiere del sentido de la educación. De esto se tiene que a
partir de la educación para el trabajo no se pueda garantizar un desarrollo científico. En este punto es claro que el Estado tiene la facultad de establecer formas de control social, aquellas formas no solo velan por una buena convivencia, ya que como el Estado lo constituyen seres humanos siempre existirán intereses particulares, más en naciones con desigualdades tan evidentes. Esto altera el sentido de las formas de control social, encaminándolas a garantizar beneficios de una parte de la sociedad a costa de la privación de oportunidades de la otra. Por consiguiente, promover la ignorancia y subtender a la población a una vida de resignación sin aspiraciones a partir de la desestimación del aspecto científico como el único medio para el desarrollo del país, asignándole dicha función a la formación de trabajadores, constituye una forma de control social.
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INFLUENCIA DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN EN EL CONFLICTO DEL MUNDO ÁRABE (2011) JESÚS D. BONILLA T. jesusdbt@gmail .com C ARRER A: FILOSOFÍA CURSO NIV EL ATORIO DE LEC TO-ESCRITUR A 02-11 PROFESOR: C ARLOS FINO
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a naturaleza del conflicto actual en los países del norte de África y Oriente medio, que detonó a partir del suicidio de un joven en Túnez y se desarrolló, en sus primeras etapas, con el uso de las redes sociales, es muestra de la significativa influencia del desarrollo científico e ideológico asociado al surgimiento y expansión de las tecnologías de la información. La razón es que estas tecnologías han originado una creciente seguridad en las comunidades, a raíz de los aprendizajes culturales posibilitados, que son de dominio global y no solo local, y se filtran, irremediablemente, en todos los rincones del mundo. Aunque el fenómeno de la desobediencia civil, en estos países, no es nuevo, así como la aparición de las nuevas tecnologías1, ha de admitirse que estas le ofrecen dos posibilidades determinantes: el debilitamiento de las barreras ideológicas que hace posible la conservación de regímenes patriarcales y sistemas doctrinales, y el debilitamiento de las barreras locales que impiden la libre circulación de la 1 Para Luis Alfonso Chávarro (2008), las nuevas tecnologías incluyen la microelectrónica, la informática, las telecomunicaciones, y las tecnologías biológicas. LITER ACIDAD ELEC TRÓNIC A
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información y la posibilidad de construir maneras de vivir más eficaces. La tecnología siempre ha sido compañera de la vida humana; es un recurso, una herramienta práctica y el resultado del pensamiento reflexivo que busca soluciones a los problemas humanos; sin embargo, solo hasta nuestros tiempos, el papel que desempeña es tan relevante que le ha otorgado un lugar a esta generación. ¿Qué tienen de especial las nuevas tecnologías para ser tan significativas en la sociedad? No se podría adjudicar la explicación al hecho de que están presentes en todos los rincones de la vida humana, porque también han estado presentes las antiguas tecnologías en la vida cotidiana de anteriores comunidades; se podría decir, de estas tecnologías, que han “impactado” en tal medida la sociedad que han provocado una discontinuidad en las formas de vida. Pero abordar la cuestión como un “impacto”, como si la tecnología se tratara de un objeto exterior que determina la sociedad sin que esta pueda hacer nada, es un error que no puede admitirse si consideramos que la tecnología es una invención humana y que, por tanto, depende de sus necesidades y deseos. Si bien es cierto que las tecnologías juegan un papel importante en la autodefinición de las sociedades contemporáneas, no se pueden considerar aisladas de la historia que las han engendrado. Abordemos el asunto desde otro punto de vista: las nuevas tecnologías son ante todo máquinas (o por lo 60
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menos tienen como base de su funcionamiento el uso de ellas) y como tal, deben su origen a la revolución industrial del siglo XIX, que se caracterizó por el desarrollo de la industria y el surgimiento de un capitalismo salvaje orientado hacia los intereses privados. En este siglo, la industria de la máquina fue tan significativa que implicó una transformación radical de las sociedades y se ve reflejada en la construcción de grandes ciudades y, con ellas, en el cambio en las actividades humanas y sus sistemas de valores. Se puede pensar que las tecnologías de la información, como herederas de estas transformaciones, representan no más que una nueva forma de establecer relaciones económicas con miras a satisfacer la demanda productiva y de paso configurarse como herramienta de poder y dominación. Dicho pensamiento, empero, es sesgado e ignora las posibilidades positivas del empleo de las nuevas tecnologías. En efecto, en la sociedad contemporánea, no tiene sentido defender una posición que ataca la economía basada en la acumulación del capital; esta forma de economía no existe en todos sus matices, se ha transformado y, en su lugar, el interés por la productividad y la competitividad, asociadas a la necesidad de innovación, determina la aparición de una economía de la información flexible y adaptada a las condiciones, y demandadas de la sociedad de cada cultura (Castells y Hall, 1994, p.26). Las tecnologías de la información, más que herederas de la Revolución
Industrial, son consecuencia de un modo de pensar que se viene consolidando desde el siglo XVII; se trata de la revolución científica, que implicó la ruptura con las autoridades que configuraban buena parte de la vida social; tal como sostiene Dewey en “La búsqueda de la certeza” (1929), estas autoridades dictaminaban las leyes acerca de lo permitido y lo condenable conforme a creencias, fundamentadas en realidades fijas, últimas y de naturaleza divina; ideas sustraídas de la tradición judeocristiana y justificadas con filosofías clásicas griegas (las ideas de Platón y Aristóteles). Estas creencias marcaron la pauta bajo la cual tomaron significación las diferentes actividades humanas, de manera que en vista de la apreciación por los valores que representaban lo fijo e inmutable, se despreció la técnica y se valoró la fe. Sin embargo, el desarrollo de las ciencias en el siglo XVII proporcionó conocimientos cada vez más alejados de los dogmas establecidos y las consideraciones teológicas, lo cual provocó una crisis en los valores que se veían enfrentados a los resultados de las ciencias; al mismo tiempo, proporcionó una creciente seguridad en la posibilidad de encontrar solución a los problemas humanos por medio de mecanismos humanos. La tecnología, pues, en el desarrollo y evolución que viene teniendo desde el siglo XIX, representa el triunfo de las capacidades humanas frente a los anhelos metafísicos y religiosos sobre los cuales se fundan las autoridades de los sistemas represivos y dic-
tatoriales de orden político-religioso. Así, aunque producidas con fines económicos, las nuevas tecnologías no se encuentran limitadas a los medios de producción, su uso se dirige al goce y la satisfacción de las necesidades de los usuarios, son de dominio público y no privado (es decir, su uso no es propiedad exclusiva de las industrias); por este motivo, la seguridad que representan es un aspecto transmitido a toda la sociedad, la cual no solo es receptora sino transformadora activa, pues como característica importante, las tecnologías de la información se encuentran en constante proceso de innovación con respecto a las necesidades y deseos de los usuarios. Sin duda alguna, la confianza del hombre consigo mismo, que aporta las nuevas tecnologías, es el resultado del gran número de posibilidades que otorga al usuario, entre las que se encuentran: - nuevos mecanismos más eficientes de comunicación que agilizan las actividades humanas y permiten la eliminación de las distancias y las barreras locales y culturales; - lo anterior abre la posibilidad de realizar intercambios culturales que enriquecen las experiencias y configuran una red de comunicación con otras posibilidades; - La conformación de redes sociales que permiten no solo el intercambio de ideas y la conexión sin distancias, sino la posibilidad de llevar a cabo acciones de tipo social y político; en materia de educación, abren la posibilidad de saciar las dudas prácticas
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y teóricas de manera diversa y eficiente, lo cual dificulta la estabilidad de dogmas, tabúes y formas de pensar centradas en sí mismas. Los valores que configuran estas posibilidades son el motor de la modernidad contemporánea, un movimiento que presiona a los gobiernos autocráticos y las tradiciones religiosas; empuja a las comunidades hacia el acogimiento de la eficiencia y la globalización (que en el sentido positivo implica la desaparición de barreras que impiden la libre circulación de la información y el intercambio cultural). En este sentido, se puede afirmar que las recientes revueltas en el mundo árabe pueden significar un nuevo intento de modernización (como lo fue el Nahda en el siglo XIX) a cargo del pueblo, inspirado en el deseo de transformar el entorno de injusticia social. Sin embargo, muchos son los obstáculos que se oponen a esta iniciativa; según Samir Amin (2003), los pueblos árabes nunca han presentado una modernización en el amplio sentido de la palabra, debido a que no hay separación entre política y religión y, consecuentemente, no hay mayores posibilidades de realizar acciones políticas ajenas a la tradición, pues el pueblo legitima los poderes que se fundan en las tradiciones religiosas. También están los intereses privados que giran en torno al petróleo, a los que les convienen los regímenes dictatoriales que favorecen la exportación del crudo a costa de la pobreza de la comunidad. 62
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A la luz de la marcada influencia de las nuevas tecnologías, ¿se puede esperar algo nuevo con las revoluciones civiles del 2011? Para responder esta pregunta propongo una revisión de los principales acontecimientos en las revueltas árabes; tomo como ejemplo cuatro países significativos, sin olvidar que son aproximadamente 15 naciones las que han levantado su voz contra los regímenes respectivos. Túnez (EFE)2 El 17 de diciembre del 2010, Mohamed Boazizi se inmola en protesta a los abusos de la policía que le habría confiscado un carro de frutas y verduras con el pretexto de no contar con el permiso para tal actividad. La acción desencadenaría un gran número de protestas alimentadas por el resultado de la crisis económica en la que se encuentra el país desde el 2008. Ante la situación, el gobierno de Ben Alí responde con fuertes represalias: el 24 de diciembre se producen cuatro muertos como resultado del ataque por parte de los manifestantes al cuartel de la guardia nacional; el 4 de enero del 2011, el gobierno censura medios de comunicación, sitios web y correos electrónicos, en especial los de los usuarios de las redes sociales; entre el 8 y 9 de enero, la oposición registra 35 muertos, y el 11 de enero reconoce más de 50. Amenazado por la protestas, el gobierno de Ben Alí promete reformas 2 Visto en: http://www.abc.es/agencias/noticia. asp?noticia=654045 (Recuperado el 14 de enero de 2011)
a nivel político y económico, mientras que en las calles el número de muertos y heridos sigue en aumento (en enero de tal año la ONU reconoce 219 muertos y 510 heridos3). El 14 de enero, el presidente Ben Alí abandona el poder y lo deja a cargo del presidente del Parlamento tunecino hasta las elecciones democráticas que se llevarán a cabo el 24 de julio del 2011. Sin embargo, a pesar de la iniciativa, las protestas continúan y la respuestas del gobierno interino conservan el mismo tono. Egipto (BBCmundo)4 Inspirados por los acontecimientos en Túnez, el 25 de enero del 2011 comienzan a presentarse las primeras manifestaciones, convocadas vía internet; en diferentes ciudades de Egipto se protesta contra la pobreza, la corrupción y el desempleo. El 28 de enero, el gobierno de Mubarak declara el toque de queda, que no es acatado por la población descontenta que se enfrenta a la policía. Mubarak asegura atender las quejas, pero continúa la ofensiva policial. El 29 de enero, es nombrado en el poder el vicepresidente Omar Suleiman, pero los marchistas exigen la renuncia absoluta de su presidente, quien tan solo anuncia no presentarse en las próximas elecciones.
3 Visto en: http://www.rtve.es/noticias/20110201/ menos-219-personas-han-muerto-tunez-durantemanifestaciones-segun-onu/400145.shtml 4 Visto en: http://www.bbc.co.uk/mundo/ noticias/2011/02/110210_protestas_egipto_ cronologia_timeline_lav.shtml (11-feb-2011)
El 2 de febrero se producen fuertes enfrentamientos entre simpatizantes y opositores, los cuales retoman las calles dos días después. El 5 de febrero renuncian masivamente los líderes del gobierno y el 11 del mismo mes, dejando como saldo 365 muertos, se produce la tan aclamada renuncia del presidente Mubarak transfiriendo el poder al Consejo Militar. Actualmente, el orden en Egipto no se ha establecido; se presentan pequeñas disputas entre musulmanes y coptos que hacen temer a los más pesimistas una oleada de violencia entre sectas extremistas y religiosas. Sin embargo, un deseo de unidad y convivencia permea buena parte de la población5. Siria (elpaís.com)6 Los sirios no tienen, aún, la fortuna que tuvieron los egipcios y tunecinos. En lo que va corrido de las protestas se han registrado, al menos, 453 muertes, sin que el gobierno sufra reformas significativas. En el país, las revueltas comienzan el 23 de enero del 2011 cuando un joven se inmola, como lo hizo Boazizi, al noreste del país. El 28 de enero se produce una manifestación sin mucho éxito, mientras que en las redes sociales circula un malestar que convoca a nuevas manifestaciones que son frustradas por las fuerzas de seguridad del régimen. 5 Visto en: http://www.elmundo.es/ elmundo/2011/05/11/internacional/1305125902. html (Recuperado el 11 de mayo del 2011) 6 http://www.elpais.com/articulo/ internacional/Cronologia/revueltas/Siria/ elpepuint/20110511elpepuint_5/Tes (11 de mayo 2011)
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Con el paso del tiempo aumenta el número de detenciones de líderes y simpatizantes, así como el número de muertos. Ante la presión de la población y la comunidad internacional, el 24 de marzo el gobierno promete subir el sueldo a los funcionarios y revisar la ley de emergencia civil que será derogada el 19 de abril. El 22 de abril, 88 personas mueren por causa de la represión policial a las numerosas manifestaciones que se tomaron el país. El 25 de abril, tanques blindados entran al epicentro de las manifestaciones en Deraa y el 11 de mayo a Homs, tercera ciudad del país. La situación y el futuro de las protestas en Siria es incierta. Libia (marefa.org)7 Libia es el caso más dramático. En lo que va corrido del conflicto, la guerra ha cobrado la vida de al menos 10.000 personas8; las protestas pasaron de la simple manifestación de los deseos de un pueblo a la guerra civil. El 13 de enero, comienzan en diferentes ciudades de libia pequeñas manifestaciones que reclaman la salida del régimen de Muammar Gaddafi y con él la corrupción e injusticia que representa; en repuesta, el 27 de enero el gobierno asigna 24 millones de dólares para resolver problemas de vivienda. 7 Visto en: http://www.marefa.org/index.php/% D8%A7%D9%84%D8%AB%D9%88%D8%B1%D8 %A9_%D8%A7%D9%84%D9%84%D9%8A%D8% A8%D9%8A%D8%A9_2011 (Recuperado el 21 de marzo 2011) 8 Cifra del 19 de marzo del 2011 según el Consejo Nacional libio.
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Los manifestantes querían más, impulsados por los resultados de las revueltas en Egipto y Túnez. El 15 de febrero se reunieron una serie de personalidades, fuerzas políticas y organismos de los derechos humanos para exigir la salida del líder libio; en esta misma fecha, miles de manifestantes se dirigieron a la sede del Comité Popular, reclamando, entre otras cosas, la memoria de la muerte de 1200 prisioneros políticos en la prisión de Abu Saalim (1996). Los enfrentamientos dejaron como saldo 38 heridos. El 16 de febrero, tras la insistencia de los rebeldes, las fuerzas del régimen asesinaron a seis personas, hirieron a tres y quemaron más de 400 en una estación de policía. El 17 de febrero las fuerzas libias dispararon contra una marcha que se realizaba pacíficamente, cuyo resultado fue 24 manifestantes muertos. El 18 de febrero, mientras siguen las protestas, caen 30 rebeldes más, pero ocurre un hecho significativo: uno de los batallones de la guardia libia se une a los manifestantes. El 19 de febrero, las fuerzas de seguridad usan metralla pesada, misiles y cañones antiaéreos contra la población civil: un número de personas que se dirigía a enterrar a los muertos fue recibido a disparos por estas fuerzas. El nivel de la masacre y la fuerza de los rebeldes sigue esta línea; estos se toman ciudades, se les unen facciones del ejército, se utilizan recursos militares indiscriminadamente y aumenta el número de heridos y muertos. Ante la situación, en marzo
del presente año, la comunidad internacional decide imponer sanciones al gobierno libio, mientras evalúa la posibilidad de intervenir. La guerra continúa y las fuerzas rebeldes se debilitan con el tiempo. El 18 de marzo la ONU aprueba la intervención en Libia, alimentando las esperanzas de los manifestantes; sin embargo, el futuro de la revolución en Libia, así como el de los demás países involucrados en las revueltas árabes, es incierto. Sin duda alguna, los acontecimientos de la revolución árabe del 2011 no serán poco significativos y marcarán una etapa clave para una posible modernización del mundo árabe. Esta modernización, aunque impulsada por los valores que tiene adosado el uso de las tecnologías de la información, no será posible a menos que haya continuidad en los reclamos hacia las dictaduras y los sistemas dogmáticos. La religión y tradición árabe deberá ser transformada, como lo hizo en su tiempo la tradición religiosa occidental antes de la modernidad; esta idea no resulta ilusoria si se observa que la población de estas tierras no es un conglomerado de gentes analfabetas y, por el contrario, han existido numerosos intentos por establecer un sentido diferente en la religión: intentos que han sido aplacados por sectores extremistas con intenciones políticas. En Egipto se escucha un clamor por la convivencia entre coptos y musulmanes, un reclamo por formas de vivir más efectivas que proporcionen una calidad de vida superior a la que está sometida hoy la población árabe.
La revisión cronológica que hemos seguido muestra con claridad cómo el uso de la tecnología posibilita el desarrollo de las protestas, no solo en lo que se refiere al empleo de redes sociales, también a la formación de una identidad no local que motiva a los pueblos a seguir a sus vecinos y a levantar su voz en reclamo del cumplimiento de valores modernos como el de la libertad y la justicia social. Esta visión de la tecnología, como motor de una segunda fase de industrialización cercana a los valores anhelados por todos, no deja de ser un tanto utópica. Sin embargo, ha de reconocerse que aunque no se han derribado las intenciones económicas que favorecen los intereses privados a costa del perjuicio común, sí han ocurrido grandes progresos encaminados al cumplimiento de esta utopía. Entre estos pasos encontramos la aparición del internet como lugar común y global de intercambio cultural; el surgimiento del software libre, como una alternativa que hace frente a los proyectos privatistas, impulsados por intereses económicos y políticos; la consolidación de instituciones y comunidades en pro del bienestar humano y medioambiental; el reemplazo de la fábrica, como centro industrial de desarrollo, por las llamadas “tecnopolis” (Castells y Hall, 1994), y la creciente preocupación por la responsabilidad social y ambiental en las empresas. Si estos avances logran penetrar todos los rincones del mundo, estaremos ante una etapa significativa en la historia de la humanidad.
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