Revista MEP Ed. 1

Page 1

EDICIÓN

N˚1

Movimiento Ecologista Popular



Fotografía : Nacimiento del Río Bogotá. Laguna de Guacheneque Cundinamarca, Colombia Juanita Ariza Guzmán. Infinita Cosmovisión Ancestral www.cantoalagua.com Marzo 2012


UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Rector Moisés Wasserman Vicerrector, Sede Bogotá María Clemencia Vargas Vargas Directora de Bienestar Universitario Sede Bogotá: Lucy Barrera Ortiz Decano Facultad de Derecho Ciencias Políticas y Sociales: Genaro Alfonso Sánchez Moncaleano asesora dirección de Bienestar Facultad de Derecho Ciencias Políticas y Sociales: María Angélica Russi Coordinadora Programa Gestión de Proyectos: Elizabeth Moreno Domínguez

REVISTA MEP COMITÉ EDITORIAL Director Santiago Peña Aranza Coordinadora María Camila Prieto Comité Editorial Valeria Jaramillo Carlos Dueñas Nubila González Andrés Serna Docente Encargado Claudia Arenas Ferro Diseño y Diagramación Leonardo Parra P. PGP Impreso por: Gracom, Gráficas Comerciales Tel: 310 8230

Contáctenos: ecologismopopular@gmail.com Visítenos: www.movimientoecologistapopular.blogspot.com Síguenos Facebook: Movimiento Ecologista Popular Twitter: @MEPCol

FACULTAD DE DERECHO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS FACULTAD DE SOCIALES DIRECC IÓN DE BIENESTAR DIRECCIÓN DE BIENESTAR UNIVERSITARIO ÁREA DE ACOMPAÑAMI ENTO INTEGRAL PROGRAMA GESTIÓN DE PROYECTOS


CONTENIDO Introducción

4

Bogotá: ¿ciudad sostenible?

7

Ecologismo: principios y luchas por la reconstrucción de la realidad.

15

Altos de Cazucá: espacio de latencia de un conflicto socio-ambiental

19

Respuestas marxistas y anarquistas al informe bruntland

25

Pertinencia de la participación ciudadana en políticas públicas ambientales

29

La participación local frente al manejo del agua

33

Más allá del desarrollo: confluencias y experiencias en torno a las alternativas

37


Fotografía : Nacimiento del Río Bogotá. Laguna de Guacheneque Cundinamarca, Colombia. Juanita Ariza Guzmán. Infinita Cosmovisión Ancestral www.cantoalagua.com Marzo 2012

Introducción

E

l tema ambiental se ha ido posicionando poco a poco en la agenda pública de la política mundial. Fenómenos como el cambio climático, la erosión, los desastres naturales, la escasez de los recursos, etc., son cada vez más preocupantes en un mundo donde son poco probables los cambios estructurales que den un viraje que apunte a una transformación real de la situación. Al hablar de cambios estructurales nos referimos a dejar de lado concepciones del desarrollo inherentes a modelos económicos, que aparte de depredar la naturaleza, dejan en la pobreza y la miseria a la gran mayoría de la población mundial mientras alimenta lujos innecesarios de unos pocos -pero poderosos- privilegiados.Por lo cual, diversos autores han planteado tesis y argumentos sobre la necesidad de una transición a una sociedad ecológica, donde el ser humano se adapta a los derechos de la naturaleza, y no a modelos económicos que evitan un verdadero equilibrio social-económico-ambiental, y de esta forma lograr un desarrollo sostenible y sustentable, que se preocupe por mejorar la calidad de vida en el presente y el futuro. Esta publicación, en la que participan expertos, movimientos, colectivos y estudiantes; pretende convertirse en un medio que de a conocer teorías, experiencias y casos relevantes para el estudio de dicha problemática, aportando así a un debate interesante que sin duda será cada vez más importante a nivel político y económico en el siglo XXI. De esta forma, como Movimiento Ecologista

4


Popular (MEP), contribuimos mostrando a la sociedad colombiana que el discurso del cuidado del medio ambiente es inseparable de la problemática social, política y económica que ha agobiado al país a lo largo de su historia. Ahora bien, en esta edición se encontrarán algunos artículos que hacen énfasis en debates teóricos sobre el desarrollo, el ecologismo, el capitalismo, etc. así como otros que se centran más en problemáticas de Bogotá o en las políticas públicas. Por último, queremos agradecer a las personas y agrupaciones que participaron de la convocatoria por su esfuerzo y paciencia. También a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá; y a la Unidad de Gestión de Proyectos de Bienestar, por el apoyo, la paciencia y los recursos que hacen posible esta publicación.

GRUPO MOVIMIENTO ECOLOGISTA POPULAR


6 Fotografía : Medio ambiente Bogotá. María Paula Lozano Gómez


BOGOTÁ: ¿Ciudad sostenible? Rafael Colmenares 1

Rafael Colmenares1

A

bordar la problemática ambiental de la ciudad va más allá de interrogarse por el estado de los elementos naturales que aún la circundan, el grado de arborización a su interior, la calidad del aire que se respira, o la disposición de las basuras que genera. Si bien incluye todo lo anterior se requiere una mirada mucho más amplia, profunda e integral. Para ello es entonces útil la pregunta que encabeza estas notas sobre el tema: ¿Qué tan sostenible es la Bogotá actual? La pertinencia del interrogante surge también de la responsabilidad política de quienes aspiran a gobernarla; pues si hasta ahora las expectativas, en gran medida insatisfechas o frustradas, de los ciudadanos han girado en torno al acceso a los servicios públicos, (una vivienda adecuada, un transporte eficiente, una educación de calidad, un empleo digno y otros aspectos de indudable importancia), hoy en día es también fundamental examinar las condiciones ambientales que garantizan que las actividades urbanas puedan seguirse realizando, así como el impacto que dichas actividades causan sobre la 1 Ex – vocero del referendo por el derecho humano al agua.

ciudad misma y el entorno inmediato y mediato que las posibilita y los factores globales que inciden en la viabilidad de una ciudad de las dimensiones de la capital colombiana. Todo lo anterior adquiere sentido en la perspectiva de transformación del modelo de ciudad hasta ahora imperante pues no cabe duda, a estas alturas, que el implementado ha generado múltiples problemas y una creciente segregación social en la ciudad.

La ciudad: hábitat cultural de la especie humana Para abordar los problemas urbanos desde esta perspectiva, es necesario explicitar algunos conceptos ambientales, comenzando por señalar que la ciudad es el <<habitat cultural del hombre>>, como lo señalara Augusto Ángel Maya, quien al igual que otros pensadores ambientales partía de identificar las diferencias entre la especie humana y otras especies vivas. Siendo aquella como éstas parte de la naturaleza, la especie humana sin embargo puede escapar a la organización de la vida en

7


cadenas tróficas y nichos ecológicos y mediante la tecnología puede transformar ciertas condiciones concentrando la producción de energía neta. Esto le ha permitido aumentar su población en forma vertiginosa en consonancia con los avances tecnológicos y concentrarla en ciudades. Tal proceso ha sido sin embargo desigual en términos sociales y traumático en términos ecológicos. Si bien la tecnología permite ampliar los limites de resiliencia de los ecosistemas para aumentar su producción y capacidad de absorción en función del desarrollo urbano, este proceso no carece de límites, es decir, la tecnología no es omnipotente y tarde o temprano el proceso mismo genera problemas que no puede resolver. Por otra parte el proceso de urbanización de los últimos dos siglos se ha dado en el marco del predominio del modo de producción capitalista el cual subordina la satisfacción de las necesidades humanas a la obtención de la ganancia y mercantiliza crecientemente todas las relaciones2. Esto ha impedido la reorientación de los paradigmas tecnológicos hacia formas más adecuadas de relación con los ecosistemas retrasando, por ejemplo, la utilización de energías limpias e imposibilitando la reorganización de los hábitats humanos en formas desconcentradas, menos energívoras, e interconectadas mediante los modernos medios de comunicación.

La forma metrópoli El proceso de urbanización ha desembocado en la segunda mitad del siglo XX en lo que Ramón Fernández Durán denomina “la forma metrópoli” 3, la cual se presenta bajo dos modalidades a saber: la Ciudad Global en los espacios centrales y la Megaciudad Miseria en los periféricos, el autor advierte que entre estas dos formas extremas hay toda una gama de combinaciones y una redefinición constante de la jerarquía del sistema mundial de metrópolis dependiendo de la disputa existente por la hegemonía mundial. Fernández Durán identifica de la siguiente manera las condiciones que han permitido el acentuamiento de la forma metrópoli particularmente en las Ciudades Globales, a partir de los años ochenta: 1) Un flujo petrolífero barato y en ascenso 2) Expansión sin precedentes del consumo de energía eléctrica, una gran parte del mismo de origen fósil 3) nuevas tecnologías de la información y las telecomunicaciones 4) Potenciación del transporte motorizado. 2 Véase, Augusto Ángel Maya, El retorno a la tierra, 3 Véase “Un planeta de metrópolis (en crisis)”. Ramón Fernández Durán es un investigador y activista español, miembro de Ecologistas en Acción, recientemente fallecido.

8

Ahora bien, si las condiciones expuestas han posibilitado el estallido de lo que el mismo autor denomina “mancha de lava metropolitana”, muestran a su vez la enorme vulnerabilidad de tales metrópolis sobre todo si tenemos en cuenta el denominado “pico del petróleo” y la amenaza del cambio climático global. Entre tanto y según el mismo autor: “Uno de los rasgos más característicos de las Megaciudades Miseria, en especial en sus escalones más bajos, es su fortísima dualización, y la existencia dentro de la misma metrópoli de dos mundos absolutamente diferentes. Aquel conectado con la Economía Mundo, y aquel otro absolutamente marginado de la misma. Aquel ligado a la economía formal y que participa en parte de los mismos “avances” de las metrópolis centrales: Grandes Centros Comerciales, transporte motorizado, vivienda producida industrialmente y urbanizada, de aquel otro en que estos adelantos son inalcanzables”4.

El cuadro urbano a finales del siglo XX, a lo largo del cual la población pasó de 1.600 a 6.200 millones de habitantes es según Fernández Durán el siguiente: En 2.000 había ya unas 400 metrópolis en el mundo que superaban el millón de habitantes, y de ellas cerca de 70 “Megaciudades”, o regiones metropolitanas, que excedían los diez millones de habitantes. Y en la actualidad hay casi 500 metrópolis millonarias….Sin lugar a dudas podemos afirmar que el siglo XX ha visto como la forma “metrópoli” proliferaba y se extendía sin control por el mundo entero, convirtiéndose en el elemento simbólico determinante de la urbanización mundial.

La estructura ecológica principal El territorio sobre el cual se asienta Bogotá es una planicie que forma parte de la Sabana del mismo nombre, enmarcada al oriente por los Cerros Orientales y al Occidente por el río Bogotá. Al Norte continua la Sabana y al Sur la cordillera va cerrando el espacio en dirección occidente. El territorio está atravesado por varios ríos y quebradas5 que discurren de Oriente a Occidente, desembocando en el río Bogotá que fluye, formando amplios 4 Ibídem pagina 21 5 Para tener una idea del importante flujo de aguas que proviene de los Cerros baste considerar que el equipo de humedales y quebradas de la Gerencia Ambiental de la EAAB, identificó 198 quebradas en el 2006. Véase “Ambientalistas en la gerencia ambiental del acueducto de Bogotá, balance y perspectivas” por Germán Galindo y Gloria Stella Moreno, en Boletín Institucional de Ecofondo No. 28, páginas 82 y siguientes.


Fotografía : Medio ambiente Bogotá. María Paula Lozano Gómez

meandros, hacia su salida de la Sabana en el Salto del Tequendama. Este flujo de las aguas desde los cerros hacia el río conforma una red hídrica que en las proximidades del río presenta chucuas, pantanos y lagunas, hoy en día denominados genéricamente como humedales. Actualmente los remanentes tanto de los cerros, como de los ríos y humedales y el propio río Bogotá conforman lo que ha dado en denominarse “Estructura Ecológica Principal” conformada por un conjunto de áreas de protección. Mientras la ciudad y su población no fueron muy grandes el impacto sobre el ecosistema en que se asentaba no fue mayor6. Al acelerarse el crecimiento urbano sobre todo a partir de la mitad del siglo XX, la devastación comenzó a agudizarse sobre todo si se tiene en cuenta que los elementos naturales del territorio no fueron vistos como valores e incluso la mentalidad colonial y neocolonial imperante llevó a asemejar el paisaje urbano y rural con los modelos europeos y norteamericanos7. 6 No obstante con posterioridad a la Conquista se inició un proceso de tala de bosque en las partes planas de la Sabana y en los Cerros, que condujo a mediados del Siglo XX a la desaparición del encenillo y a la mengua y extinción de especies de fauna como el venado. Igualmente se adelantaron diversas acciones de desecación de pantanos y chucuas a fin de habilitar tierras para cultivos y ganados. La introducción del eucalipto formó parte de los planes de desecación. 7 Esta tendencia se observa en la sustitución de la vegetación

A finales de los noventa la ciudad había llegado al río, salvo en algunos espacios, y solo la acción del movimiento ambiental con el apoyo discontinuo del DAMA y algunos medios de comunicación lograron salvar algunos humedales en particular el de La Conejera y parcialmente otros como Tibabuyes, Jaboque, Santa María del Lago, El Burro y la Vaca. Los ríos Juan Amarillo, Arzobispo, Fucha, Tunjuelo y San Francisco, entre otros, habían sido canalizados y sepultados y formaban oficialmente parte del sistema de alcantarillado de la ciudad. Los Cerros Orientales estaban siendo urbanizados tanto por los estratos altos como por los bajos bien arriba de la Carrera Séptima y solo subsistían en buen estado las zonas de mayor pendiente y los predios de propiedad de la EAAB. Las tensiones entre urbanización y preservación ambiental, pulso en el cual la segunda se sacrifica en aras de la primera conduciendo al debilitamiento de la figura de “Estructura Ecológica Principal” como forma de regular la expansión de la ciudad sobre los ecosistemas que estructuran el territorio donde se asienta o lo que queda de ellos, se evidencia en tres sectores claves de la misma: los Cerros Orientales, la ronda y la zona de manejo ambiental del río Bogotá y los humedales y el área al norte de la Calle 170. nativa por bosques de pinos y en la arborización urbana con base en especies foráneas, matizada en las dos últimas décadas con una revalorización de las especies nativas.

9


La Reserva Forestal de los Cerros Orientales La reserva data de la Ley 2ª de 1959 y tiene un área aproximada de 14.000 hectáreas, de las cuales 5.000 son propiedad de la Empresa de Acueducto de Bogotá EAAB y el resto son de propiedad privada. La figura de la Reserva Forestal, en este caso protectora, impide a los propietarios de la tierra realizar actividades diferentes a la conservación del bosque. No obstante esta prohibición no ha podido contener la urbanización del área, la cual se ha desarrollado de manera ilegal en los barrios populares y mediante subterfugios legales, como los antes anotados, en los sectores de estratos altos y también de manera abiertamente ilegal en otras ocasiones. El conflicto de intereses entre urbanización y preservación, en los Cerros Orientales, ha pretendido resolverse mediante un Plan de Manejo y Ordenamiento – POMCO – que fue resultado de una concertación entre el MAVDT, el DAMA y la CAR y para lo cual las tres entidades suscribieron el Convenio No. 012 de 2001. El

Fotografía: Inundación de Desechos. Diego Bernal

10

POMCO fue formulado reconociendo la urbanización existente en los Cerros Orientales de todos los estratos pero cuando debía ser aprobado por las entidades la CAR se retiró del Convenio, en Julio de 2004, aduciendo desacuerdos y anunciando que asumirá íntegramente su formulación. Entonces el MAVDT expide en Abril de 2005 la Resolución 463 mediante la cual redelimita la Reserva, adopta su zonificación, reglamenta sus usos y manejo. Esta resolución sustrae de la reserva 973 hectáreas, de las cuales la mitad no han sido aún urbanizadas, con lo cual queda claro el sentido de la decisión que no es otro que facilitar la construcción de viviendas en áreas aún intocadas dentro de la Reserva. Esta Resolución fue impugnada y el proceso administrativo se encuentra en el Consejo de Estado desde hace seis años a la espera de una sentencia. Entretanto la indefinición, de la cual se aprovechan los diferentes urbanizadores continúa. Un sendero ecológico que comenzó a construirse desde Usme hacia el norte fue suspendido a la espera de dicha decisión.


Fotografía: Contaminación. María Sofía Sánchez Piccó. Estudiante Universidad Javeriana

Área de Reserva Forestal Regional del Norte En Julio del presente año la CAR procedió a declarar la Reserva Forestal del Norte, transcurridos diez años desde que el Ministerio de Medio Ambiente mediante Resolución 475 de 17 de Mayo de 2000, ordenara que tal declaración se hiciera previo acuerdo entre la CAR y el Distrito. Pareciera que en este caso la preservación de tan importante espacio, el cual contiene un enorme acuífero y otros valores ambientales, triunfó sobre la urbanización destructiva. Sin embargo, muchos fueron los parajes de la ahora reserva urbanizados y destruidos mientras duró la indefinición. Fue sin embargo un resultado positivo de la negación de la expansión de la ciudad hacia el norte que pretendía el Alcalde de Peñalosa y que no fue aceptada ni por la CAR ni por el Ministerio.

El río Bogotá y los humedales El río es indudablemente el elemento estructurante del territorio en el cual se asienta Bogotá. Sin embargo en el, como en el que más, se refleja la huella ecológica de la ciudad.

La carga contaminante que se deposita en el río lo ha convertido según Pérez Preciado en la mayor alcantarilla abierta de Colombia8. Por otra parte la ciudad ha invadido la ronda del río en varios puntos. Dicha ronda fue definida por el Acuerdo 6 de 1990 en 300 metros a partir del borde del río, decisión que fue mantenida en el POT. La recuperación del río Bogotá ha pasado por diversas etapas sin que hasta el momento se haya encontrado un camino cierto para lograrla. A principios de los noventa 8 Véase Alfonso Pérez Preciado, “El problema del río Bogotá” en www.alverdevivo.org. Según el autor: “La contaminación biológica es muy alta entre la desembocadura del río Juan Amarillo y Alicachín (embalse del Muña) . Los valores máximos los alcanza aguas abajo del Tunjuelo una vez que el río ha recibido la totalidad de las aguas residuales de Bogotá. En este tramo la DBO alcanza valores medios cercanos a 143 mg/l, con cargas orgánicas del orden de 403 toneladas de O2 al día. Los coniformes totales suben a 28 millones en promedio, con picos de hasta 79 millones (NPM 100/ml). No obstante que la contaminación biológica disminuye aguas abajo de Alicachín, ella continúa siendo alta hasta el río Magdalena, al cual vierte una carga orgánica equivalente a 143 Ton O2/dia. Se estima que el río Bogotá vierte al Magdalena, diariamente, las siguientes cantidades de contaminantes físicos y químicos: 318 Kg de cromo, 278 Kg de plomo, 140 ton de hierro, 1.11 ton de detergentes, y 835 toneladas de sólidos en suspensión entre otros.”

11


Fotografía: Inundación de Desechos. Diego Bernal

la administración de Jaime Castro firmó un contrato con la Suez – Degremont, que actuaba con la denominación de Bogotana de Aguas, para construir tres plantas de tratamiento en la desembocadura de los ríos Salitre o Juan Amarillo, Fucha y Tunjuelo. Tanto la construcción de las plantas como los tipos de tratamiento (primario, secundario y terciario) serían progresivos. Es indudable que el contrato era altamente oneroso como corresponde a las prácticas leoninas de la multinacional, sin embargo garantizaba que el río volvería a tener aguas limpias. Se construyó la primera planta, la del Salitre, con tratamiento primario de las aguas residuales que llegaban a ella. Poco después la administración Peñalosa emprendió una campaña contra este tipo de solución y la segunda administración Mockus dió por terminado unilateralmente el Contrato con Bogotana de Aguas, pagando una indemnización de alrededor de 80 millones de dólares. Actualmente la descontaminación del río depende del cumplimiento de un Acuerdo Interinstitucional presionado por una sentencia del Tribunal Administrativo de Cundinamarca9. En este Acuerdo firmado entre el MAVDT, la 9 La sentencia fue proferida por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca el 25 de Agosto de 2004, en virtud de una Acción Popular interpuesta para lograr la descontaminación del río,

12

EAAB, el DAMA y la CAR, el 24 de noviembre de 2006, a la CAR le corresponden las acciones de tratamiento de las aguas residuales de las cuencas de los ríos Salitre, Torca y Jaboque en el sitio denominado PTAR – Salitre y su conducción final al Distrito de Riego de La Ramada. Así mismo la denominada adecuación hidráulica del río Bogota. Entretanto a la EAAB le correspondía realizar las obras para el manejo de caudales de la cuenca de El Salitre, los interceptores de aguas residuales en los ríos Fucha y Tunjuelo y el interceptor que conduce dichas aguas a la planta de tratamiento de aguas residuales – PTAR- Canoas. Así mismo la construcción de la estación elevadora para llevar las aguas tratadas al embalse del Muña a fin de utilizarlas en la generación de energía eléctrica La <<solución>> sería, finalmente, el entubamiento de las aguas residuales y del propio río Bogotá, alternativa desechada cuando se contrataron las tres plantas que construiría la Degremont10 . Sin embargo, la planta con ponencia de la Magistrada Nelly Villamizar de Peñaranda. 10 La principal crítica fue la imposibilidad de reutilizar las aguas servidas. Adicionalmente el entonces Alcalde Mockus consideró que tal solución era antipedagógica pues escondía la contaminación del río. En aquella época el mencionado Alcalde apoyaba la contratación con la compañía francesa. Luego cambió de posición y terminó avalando el entubamiento del río.


de Canoas no cuenta aún con financiación y este será uno de los temas a resolver por la próxima Alcaldía. El problema del deterioro del sistema hídrico que se ha venido analizando no significa solamente la pérdida del paisaje y de las especies de flora y fauna propias del mismo, razón suficientemente fuerte como para cuestionar el tipo de “desarrollo urbano”, imperante en Bogotá. Dicho problema trae como consecuencia las inundaciones de las cuales la población asentada en el borde occidental es la principal víctima. Estas son consecuencia de la pavimentación y endurecimiento del suelo urbano más allá de cualquier límite razonable y de la pérdida de los humedales como depósitos naturales de los excesos de agua propios de las temporadas de lluvia. La pérdida de los humedales como factor determinante de las inundaciones se suma así a la destrucción de los Cerros Orientales. Al respecto de la incidencia de estos dos factores combinados resulta ilustrativo un reciente informe de la EAAB, según el cual una gota de agua que cayera en los Cerros Orientales en los años cincuenta se demoraba dos días en llegar al río Bogotá, actualmente se demora dos horas.

Bogotá: ciudad miseria En los tres casos expuestos se ve con claridad como la urbanización guiada por el lucro derivado de la mercantilización del suelo urbano impide la planificación y desborda la ciudad sobre el territorio que le sirve de asiento, destruyendo los ecosistemas que vertebran dicho territorio y los servicios ambientales que los mismos brindan. Este proceso, la lengua de lava urbana de que habla Fernández Durán, genera diversos factores de insostenibilidad y a la vez exige mayores aportes de energía para el funcionamiento de la ciudad. Por ejemplo para la alimentación de la creciente población, la cual comienza a abastecerse de alimentos que provienen de regiones cada vez mas lejanas pues los agroecosistemas próximos han sido urbanizados o dedicados a cultivos industriales, como la floricultura, que aprovecha las oportunidades que brinda la infraestructura de transporte aéreo construida para la conexión de la ciudad con el resto del país y el mundo. Todo lo anterior mas la concomitante y creciente segregación social, ubican a Bogotá en la categoría de “Ciudad Miseria” que describía Fernández Durán.

Fotografía: Inundación de Desechos. Diego Bernal

13


La transición hacia una ciudad sostenible Es indudable que la insostenibilidad actual de Bogotá no puede superarse dentro del actual modelo urbano que la rige pues dicho modelo es esencialmente insostenible. Por ello la única opción es el cambio de modelo. ¿Cuáles serían las características del nuevo modelo? No es fácil resolver esta pregunta y se corre el riesgo de caer en la especulación. La dificultad radica en la ausencia de modelos alternativos que se hayan implementado. Sin embargo, existen experiencias en otras ciudades del punto y en la propia Bogotá hay propuestas que surgen de los sectores populares en cuanto a cómo resolver el problema de los Cerros Orientales (Mesa Cerros), la experiencia de salvamento de los últimos humedales existentes e incluso algunos avances en agricultura urbana y periurbana. Con la advertencia anterior algunas de las características de una ciudad alternativa y sostenible, pensando en Bogotá, apuntarían en primer lugar a una menor con-

14

centración poblacional. En segundo lugar, en vez de la actual conurbación se tendería a tener varios centros urbanos en la región, separados por espacios dedicados a la producción agropecuaria en términos sostenibles y por espacios dedicados a la conservación de los ecosistemas que proveen los servicios básicos para la población y para el mantenimiento de la capacidad de carga de los ecositemas. Dichos centros urbanos estarían interconectados aprovechando las telecomunicaciones contemporáneas. Se dispondría de una matriz energética sostenible y se evitaría el transporte intensivo. Por otra parte el avance hacia un nuevo modelo de ciudad implicaría decisiones de política a nivel nacional que tendrían que ver con una política de asentamientos urbanos prevista en la Ley 99 de 1993 y nunca implementada. Por el contrario la actual <<locomotora urbana>> del Plan de Desarrollo de Santos no haría sino profundizar el modelo que se viene criticando. Implicaría finalmente un Proyecto Nacional Alternativo y Ambientalmente Sostenible.


ECOLOGISMO: PRINCIPIOS Y LUCHAS POR LA RECONSTRUCCIÓN DE LA REALIDAD Álvaro Andrés López Garzón 1

Resumen: El presente artículo expondrá algunos de los principios y valores proclamados por el ecologismo, analizará un marco teórico en el cual estos principios y valores están insertados y mostrara cómo pueden ser comprendidos desde aspectos como su producción, contingencias y consolidaciones, para finalmente entenderlos como parte de un escenario constante de luchas por la redefinición de la realidad.

Álvaro Andrés López Garzón.1

E

n el caso del ecologismo sus voceros definen su posicionamiento ideológico basándose en tres principios que abreviadamente son: autocontención, igualdad y sostenibilidad. El desarrollo conceptual de estos principios servirá para involucrar el tema del presente artículo en un diálogo crítico desde y hacia las teorías del poder de Foucault y Bourdieu en el marco de dos ejes: el primero tratará la dinámica de los principios entendidos como reflejo de las identidades ideológicas en conflicto y el segundo discutirá alrededor de los mecanismos de consolidación de estas relaciones de poder. Dobson, et al. (2006) se refiere a la <<autocontención>> como un principio que privilegia el retroceso económico sobre la expansión, lo que nos muestra una marcada resistencia frente a la idea de desarrollo que a su vez está ligada a una imagen expansionista del hombre, quien debe multiplicarse y confirmar su dominio sobre el mundo visible. La autocontención pone límite a los posibles acercamientos que pueda tener el ecologismo con las ideologías predominantes del capitalismo y del socialismo. Desde la izquierda, la relación socialismo-ecologismo se ve impedida por la visión productivista y expansionista del primero (Dobson, et al, 2006), de esta forma, la superación del capitalismo no elimina necesariamente la contradicción ecológica: una sociedad sin clases puede ser perfectamente <<productivista>>. La relación capitalismo-ecologismo presenta aún más dificultades, pues la ló1. Politólogo, Universidad Nacional de Colombia, aalopezga@unal.edu.co

gica del funcionamiento del capitalismo es responsable de la crisis ecológica (irresoluble en términos de la economía capitalista (Wallerstein, 2007)), y por otra parte, la imposición de límites ecológicos daría lugar a una transformación que ya no sería capitalista (Dobson, et al., 2006). La igualdad, desde la perspectiva ecologista, busca romper con el credo del crecimiento: <<no serás respetable mientras no tengas más que los demás>> para reemplazarlo por el credo del equilibrio: <<solo es digno de ti lo que es bueno para todos>> (Tickell, 2002). En este sentido, el eco-principio de igualdad al tener en cuenta que el consumo ostentoso y la pobreza son las principales causas de la degeneración ambiental, convierte al tema de la igualdad y la desigualdad económicas en un eje importante del ecologismo (Dobson, et al., 2006). Este principio también implica que el trabajo y la naturaleza no deben ser igualados a mercancías, así, la fuerza laboral no puede convertirse en una mercancía como las demás sin que suponga poner en peligro la vida, la salud y la dignidad de los trabajadores (Juan Pablo II, 1982). De la misma forma, la naturaleza2 no puede ser una mercancía como las demás sin que esto suponga poner en peligro la integridad y la salud de la biosfera. A diferencia de la igualdad de raíz liberal, que hace 2. Desde la perspectiva ecologista, debe ser entendida como “ecosistema”: Comunidad de los seres vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan en función de los factores físicos de un mismo ambiente. (Comentario del autor)

15


partida se afirmará que se definen a través de luchas entendidas desde una perspectiva estratégica opuesta a los enfoques contractualistas y funcionalistas tradicionales. Estas luchas por la definición de la realidad son el fundamento de las posiciones ideológicas y políticas, posiciones que a su vez nacen de quienes se atreven a definir estas situaciones y procuran difundirlas de forma exitosa. Así, dentro de la dinámica de los principios entendidos como reflejo de las identidades ideológicas en conflicto, se considera que la importancia y el papel de estos radica en que sirven para identificar las partes en la contienda por el significado, las normas y la estética.

Fotografía: Contaminación. María Sofía Sánchez Piccó. Estudiante Universidad Javeriana

hincapié en una igualdad jurídica3, el ecologismo exige también la igualdad en términos económicos y ecológico4 La sostenibilidad o sustentabilidad solicita que los sistemas económico-sociales deban reproducirse más allá del corto plazo- sin deterioro de los ecosistemas sobre los que se apoyan. Dicho de otra manera, las actividades humanas no deben sobrecargar las funciones ambientales, ni deteriorar la calidad ambiental. Como señaló E.F. Schumacher (1978) sobre los límites del crecimiento en un comentario al primero de los informes al Club de Roma: <<El crecimiento infinito del consumo material en un mundo finito es una imposibilidad>>. Inicialmente, para analizar estos principios ecologistas se considera prioritario presentar el siguiente problema: ¿Cómo se definen la verdad, los valores supremos, lo que está bien y lo que está mal? Como punto de 3. Aquí se perfila la igualdad desde la ideología liberal. Diccionario Crítico de Ciencias Sociales de la Universidad Complutense de Madrid. http: //www.ucm.es/info/eurotheo/ diccionario /N/neoliberalismo.htm. Consultado el 11 de noviembre de 2009. 4. Este concepto apunta a la desigualdad en el uso de recursos a escala global. Así, el africano típico consume recursos equivalentes a 1’4 hectáreas, el europeo promedio 5 hectáreas, el estadounidense típico 9’6. Son cálculos de WWF elaborados a partir de los datos de 1999, y hechos públicos en 2002, en su informe Planeta vivo 2002.

16

Un análisis de los principios en el campo estratégico de las relaciones de poder debe tener en cuenta que por su amplitud y flexibilidad puede servir a cualquiera de las partes en lucha (Foucault, 1977). Un ejemplo de ello es lo que sucede con la sostenibilidad o en otras palabras la viabilidad ecológica, que al ser un principio ‘genérico’, puede luego especificarse en diferentes modelos económicos y órdenes sociales como se estableció anteriormente. Un ejemplo claro de esta situación es el surgimiento de la idea de <<desarrollo sostenible>> que para muchos ecologistas es una inadecuada interpretación del eco-principio de ‘sostenibilidad’ como lo plantean Groz y O’Connor (citados por Dobson et al., 2006): <<Cuesta dudar que discursos y políticas como las del desarrollo sostenible o la modernización ecológica no vayan dirigidos en gran medida a legitimar el establishment capitalista industrial, resolver sus contracciones y ocultar la mercantilización de nuevos ámbitos de la naturaleza, la captura de bienes públicos por organizaciones privadas, entre otros extremos impredecibles hace pocos años>>

Es importante aclarar que los principios tienen un carácter tanto deontológico como axiológico (Alexy, 1988), dualidad que les permite al mismo tiempo imponer e inducir determinados patrones de conducta. Desde esta perspectiva, el derecho es para Bourdieu la forma de la violencia simbólica por excelencia y de esa manera su conquista se convierte en la cumbre de la carrera por la consolidación de unos principios sobre otros: <<el derecho da forma a prácticas que a partir de ese momento se reconocen como convenientes, legitimas, necesarias>>(Morales, 2000, p.65). La teorización que Bourdieu hace del derecho es un aporte valioso para atacar la tesis positivista de la separación entre derecho y moral, ya que, mediante la afirmación de la autonomía relativa del campo jurídico (Morales, 2000), se reconoce tanto la influencia de los factores políticos, como la influencia de autonomía real de las prácticas jurídicas. Una postura similar es asumida por Alexy (1988), quien establece que la presencia de principios, y por tanto


de mandatos de optimización, tiene consecuencias en el sistema jurídico en cuanto al carácter de este y al concepto del derecho, el cual termina por debilitar la tesis de la separación entre derecho y moral. De manera análoga a lo que Bourdieu sostiene frente al lenguaje jurídico (este queda vaciado de contenidos políticos o éticos aparentemente, manifestándose como una forma neutra y universalizable (Morales, 2000), el lenguaje económico plantea principios que pretenden tener una <<forma neutra y universalizable>> como la proclamada neutralidad de los principios que orientan

años han sido alrededor de 600.000 millones de dólares5; de esta manera, el mercado asume los costos de formar a los futuros consumidores; crea patrones de conducta basados en una interpretación de principios propia de un sector social, el cual incorpora y reinterpreta principios de otros sectores sociales. Esta omnipresencia cuasi-imperceptible de los principios se enmarca en una relación de poder la cual es, en términos de Foucault, un modo de acción que no actúa directa e inmediatamente sobre otros. En cambio, actúa sobre sus acciones: <<una acción sobre una acción, sobre acciones existentes o sobre aquellas que pueden surgir

Fotografía: Inundación de Desechos. Diego Bernal

el mercado libre. Allí se llega a presumir que los valores morales son ‘exteriores’ al mercado y las decisiones se toman por criterios de eficiencia y no por los menos racionales criterios morales (Ovejero, 1994). Contrario a lo anterior, no hay que olvidar que el mercado también construye preferencias. Se trata de necesidades que solo surgen cuando son inducidas, muestra de ello son las inversiones publicitarias que en los últimos

en el presente o en el futuro>> (Foucault, 1991, p.84). Articulado a la teoría de los principios <<el ejercicio del poder se entendería como una estructura total de acciones llevada a actuar sobre acciones posibles: incita, induce, vuelve fácil o más difícil: en el límite constriñe o prohíbe absolutamente>> (Foucault, 1991, p.85). 5. Inversión publicitaria mundial. En: http: //www.infobrand. com.ar/nota-9254-0-Inversión-publicitaria-mundial. Consultado el 12 de noviembre de 2009.

17


De esta forma, cuando Foucault (1991) define el ejercicio del poder como un modo de acción sobre las acciones de otros incluye un elemento significativo: la libertad. <<El poder se ejerce solo sobre sujetos libres, y solamente en la medida en que ellos son libres>> (Foucault, 1991, p.87). Sin embargo, esta libertad debe ser relativizada, por ejemplo, la clase trabajadora urbana está más expuesta a amenazas fácilmente perceptibles, como aire contaminado, hacinamiento, etc. Asimismo, tienen menores posibilidades de escape o alivio. No obstante, cabe esperar también que los obreros, alentados por sus empleadores, perciban las regulaciones ambientales como amenazas a su empleo y su acceso a la sociedad de consumo (Botero & Tokatlian, 1983). Por otro lado, en Foucault y en Bourdieu, se advierte que las probabilidades de desobediencia y emancipación real tendrían dificultades para encontrar su lugar, ya que las subculturas (concepto empleado por ambos) serian incapaces de, finalmente, diferenciar e identificar sus propios principios debido a que, por el uso de la violencia simbólica legítima y el poder pastoral, estos serían continuamente mutilados, hibridados y reubicados por parte de los dominantes. Así, ambas posiciones asumen el poder como algo semi-terminado que luego de ser conquistado debe recibir mantenimiento y actualizaciones, desconociendo la influencia constante de múltiples fuerzas, que no son solo pasivas, reactivas y hasta desobedientes, sino también son activas, propositivas y pueden no simplemente desobedecer como un hijo al padre, un esclavo al amo (Rancière, 1996); sino también, al seguir su propia racionalidad, entablar en términos de igual a igual, luchas por el significado, lo normativo y lo estético. Así las cosas, las fuentes o mecanismos de legitimación y consolidación de principios y realidades, provenientes ya sea del uso del conocimiento y el lenguaje; de la conquista de la facultad de creación de normas jurídicas basadas en principios y valores estructurados y estructurantes; del uso de la desigualdad entendida como una posición estratégica y táctica superior (bien de los empleadores sobre los empleados, del científico sobre el lego, o la del programador de contenidos sobre los usuarios de estos) abren un abanico de posibilidades para el análisis crítico desde y hacia las teorías del poder, que principia develando el carácter que esta producción de sentido le da a las identidades, los significados, las acciones y no acciones de lo individual, lo colectivo y lo institucional; contexto que explica y acompaña a las dificultades extraordinarias que presenta la implantación de valores ecológicos en el escenario actual de las relaciones sociales de poder.

18

BIBLIOGRAFÍA: ALEXY, Robert. (1988). Sistema jurídico, principios jurídicos y razón práctica. Ponencia del autor en las IV Jornadas Internacionales de Lógica e Informática Jurídicas. San Sebastián. BOTERO, Margarita y TOKATLIAN, Juan. (1983) Ecodesarrollo, el pensamiento del decenio. INDERENA, PNUMA. Bogotá. Diccionario Crítico de Ciencias Sociales de la Universidad Complutense de Madrid. http: //www.ucm. es/info/eurotheo/diccionario /N/neoliberalismo.htm. Consultado el 11 de noviembre de 2009. DOBSON, Andrew y otros. (2006). La izquierda verde. Icaria, Nous Horitzons Fundación. Barcelona. FOUCAULT, Michel. (1977). Historia de la sexualidad: la voluntad de saber. Siglo XXI. FOUCAULT, Michel. (1991). El sujeto y el poder. Bogotá, Carpe Diem. JUAN PABLO II. (1982) Laborem Exercens. Ediciones paulinas. Bogotá. MORALES de SETIÉN RAVINA, Carlos (2000), Pierre Bourdieu: la realidad no visible de la realidad formal. En: BOURDIEU Pierre y TEUBNER Gunther, La fuerza del derecho, Bogotá: Uniandes/Instituto Pensar/ Siglo del Hombre. pp. 59-80. OVEJERO, Félix. (1994) Mercado, ética y economía. Editorial Icaria. Barcelona. RANCIÈRE, Jacques. (1996) El desacuerdo: política y filosofía. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires. SCHUMACHER, Friedrich. (1978). Lo pequeño es hermoso. Blume. Madrid. WALLERSTEIN, Immanuel. (2007). La crisis estructural del capitalismo. Desde abajo. Bogotá.


ALTOS DE CAZUCÁ: ESPACIO DE LATENCIA DE UN CONFLICTO SOCIO-AMBIENTAL Lina García - Ángela Henao 1

Solo se podrá anhelar un reconstruir, por lo menos de lo material, y eso en una mínima parte porque lo cultural ya se habrá transformado; lo medio ambiental, irreversiblemente, degradado; y lo simbólico será un patrimonio aniquilado. Fabio Avendaño

El mundo es un lugar peligroso. No por causa de los que hacen el mal, sino por aquellos que no hacen nada por evitarlo. Albert Einstein

1

Introducción

E

l objetivo principal de este trabajo es mostrar una investigación descriptiva del espacio de latencia de un conflicto socio-ambiental en las cercanías del asentamiento Altos de Cazucá2 en el municipio de Soacha, Cundinamarca. Éste conflicto es generado por varias problemáticas que son producto de los procesos históricos del país en los que han estado involucrados fenómenos como violencia, negligencia estatal, ausencia de control para la protección del medio ambiente, entre otros. Este documento es un intento de predecir el desarrollo de las problemáticas y la posible evolución de éstas en una dinámica de conflicto, identificando las partes, procesos y problemas, y teniendo en cuenta herramientas de las teóricas del conflicto. 1. Estudiantes de Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana y la Universidad Sergio Arboleda. 2. El área de trabajo delimitada para la ejecución del trabajo comprende la loma de Sierra Morena y el embalse de Terreros

Como marco conceptual tomamos la idea de sistemas socio-ecológicos, que desde la perspectiva de Elinor Ostrom (2003) “son sistemas complejos compuestos de elementos biofísicos y sociales, donde los individuos tienen conscientemente recursos invertidos en algún tipo de infraestructura que afecta la forma en que el sistema funciona”. Este concepto nos permite analizar las tensiones entre las dinámicas sociales y las ambientales, lo cual puede leerse como una etapa de latencia del conflicto socio-ambiental. El asentamiento de Altos de Cazucá está localizado a 40 km aproximadamente de la ciudad de Bogotá, ha presentado un creciente proceso de poblamiento resultado del conflicto social y político que vive el país. Según datos de la Alcaldía de Soacha contenidos en el plan de desarrollo municipal para el periodo 2008-2011, aproximadamente el 5% de la población del municipio está en situación de desplazamiento y a este llega el 36% del total de la población desplazada del departamento de

19


námicas de apropiación y comercialización del suelo por parte de los denominados <<terreros>>, que son grupos de pobladores foráneos o habitantes de la zona que han capitalizado las áreas desocupadas del sector. Estos realizan adecuaciones a los terrenos para luego venderlos a las familias que van ingresando a la zona.

Orígenes de los asentamientos en Soacha Desde los años setenta se ha experimentado un crecimiento poblacional acelerado en Bogotá, debido a migraciones de diferentes regiones del país en busca de nuevas oportunidades. De acuerdo con datos de CENSAT, Agua viva (1997), el proceso de asentamiento inicia con la invasión de los predios de las antiguas haciendas del Cazucá y El Porvenir, dando origen al barrio Julio Rincón (uno de los pocos lugares legales). Los demás asentamientos son ilegales, se localizan fuera del perímetro urbano del municipio y tienen aproximadamente 16 años de construidos. Las características de la mayoría de las viviendas son: alto porcentaje de hacinamiento, carencia de saneamiento básico, de zonas de servicios generales, baños y cocinas, falta de conexión a los servicios públicos, y construcción precaria.

Identificación de los principales problemas Fotografía: Humedal de la Vaca. Sofía Sánchez. Estudiante de Microbiología Industrial y Ecología. Universidad Javeriana

Cundinamarca. Sin embargo, es importante resaltar que estos registros muestran únicamente una realidad parcial, ya que, buena parte de la población que se asienta en el lugar no esta dispuesta a declarar su situación y prefieren no ser reconocidos como población desplazada. En este lugar se ha presentado un fuerte proceso de ocupación desde los años 80. Altos de Cazucá es un asentamiento poblacional que hace parte de la comuna 4 y cuenta con 42 barrios que se caracterizan por la constante migración rural a causa de la violencia o del olvido estatal y son asentamientos ilegales sin mínimas condiciones de infraestructura o habitabilidad. La demanda de ocupación de suelos de la zona de Soacha ha generado en particular, impactos en su estructura ambiental. Este es el caso de la perdida de bosques y de los acuíferos que han sido desecados para generar áreas urbanizables normalmente vinculadas a procesos de ocupación ilegal. De acuerdo a los procesos de urbanización que se iban dando en el sector de Altos de Cazucá y Ciudadela Sucre, y según Pérez (2004), se van dando di-

20

El eje transversal sobre el cual giran las problemáticas de Altos de Cazucá, es la falta de infraestructura para asegurar una vida digna. Lo que ocasiona daños tanto a la salud de los habitantes como al sistema ecológico en general. Por una parte, está la extracción de arena, grava y piedras calizas en el denominado Parque Industrial Minero3 3. Altos de Cazucá y una gran parte de Ciudad Bolívar poseen un alto potencial de recursos mineros que se explotan ampliamente para el sector de la construcción y, por lo tanto, representan una inmensa fuente de dinero, que no está al alcance de los habitantes de la zona. El parque minero industrial, además de lesionar de forma grave el medio ambiente, al ser minería a cielo abierto, es el resultado de la imposición de políticas recetadas por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional, lo que implicó que las explotaciones mineras fueran apropiadas por cuatro multinacionales, a través del uso desmedido de la fuerza y bajo el marco de la seguridad democrática. La supuesta conservación del orden público, con el fin de que las multinacionales, que conforman un monopolio, puedan trabajar en la zona, ha llevado a pactos entre estas y fuerzas paramilitares que, según los testimonios, usando el pretexto de acabar con la drogadicción y la delincuencia común, cometen infinidad de arbitrariedades, capturas totalmente ilegales, desapariciones forzadas, etc.


Fotografía: Humedal de la Vaca. Sofía Sánchez. Estudiante de Microbiología Industrial y Ecología. Universidad Javeriana

21


ubicado en el extremo suroriental que es un área montañosa que los campesinos han ido explotando de manera artesanal desde 1950 (época en la que aún era una población rural). Ahora se ha otorgado una concesión a las cementeras CEMEX (Mexicana) y HOLCIM (Suiza). En las zonas altas, donde se asientan las personas que llegan, se ubican las canteras, de este modo las personas deben coexistir con dichas concesiones, y por supuesto tienen que asumir los riesgos que eso conlleva. Entre ellos están las enfermedades, en su mayoría respiratorias, a causa de las partículas volátiles que salen del socavón. Este problema representa una tensión en la dinámica del sistema socio-ecológico porque en la comunidad como tal, aparte del problema de las enfermedades, está el daño que se le hace al sistema ecológico, la transformación abrupta del sistema rural en urbano y los grados de afectación generados por la explotación minera en la zona. Finalmente cada uno de estos daños se ven materializados en los cambios del paisaje.

esto, se da un proceso de erosión hídrica, hecho que ha generado muchos deslizamientos. La contaminación de las aguas es una problemática que requiere urgente atención. Dentro de las dinámicas que originan contaminación, se observa la presencia del relleno sanitario Doña Juana. Este ocasiona altos niveles de polución tanto en el agua como en el aire, ya que las basuras, dentro de su proceso de descomposición y en interacción con las aguas lluvias, emiten unos jugos denominados “lixiviados”, que se filtran por las capas del suelo llegando hasta la reserva de agua que se encuentra en la parte subterránea. Además de esto, la misma descomposición de las basuras repercute en la calidad del aire, pues este es más denso, tiene malos olores y la presencia de moscas es inevitable. Los campesinos han tenido que resignarse a convivir con dichos problemas que afectan tanto al paisaje como a la salud de los habitantes.

La abundante presencia industrial en la zona, contando con aquellas empresas que son extranjeras, produce altos grados de contaminación que inciden tanto en la salud de los habitantes y trabajadores del sector como en el sistema socio- ecológico.

En este lugar también son frecuentes las enfermedades respiratorias y nerviosas. Los cultivos que se hallan en la zona, también se ven afectados a causa de esta contaminación a gran escala, pues el agua con la que riegan dichos cultivos proviene de las fuentes contaminadas con aguas residuales, lixiviados y residuos de las fábricas.

Por otro lado, encontramos que el nivel de impacto de actividades relacionadas con la extracción sobre las fuentes de agua es bastante considerable, pues afecta ríos, quebradas, manantiales y embalses. Además de

Por otra parte, se evidenció también un problema que hace aún más compleja la situación: la ausencia de servicios públicos básicos, sumada al abandono al que se ha sometido a la comunidad por parte de las entidades

Fotografía: Humedal de la Vaca. Sofía Sánchez. Estudiante de Microbiología Industrial y Ecología. Universidad Javeriana

22


Fotografía: Inundación de Desechos. Diego Bernal

municipales. Hace ya algunos años, con el acelerado proceso de invasión, las casas son construidas en zonas de alto riesgo. Durante mucho tiempo los habitantes de estas zonas han tenido que sobrevivir sin agua y sin alcantarillado. En algunas ocasiones los habitantes del sector tuvieron que recurrir a acciones violentas para fijar la atención del Estado en las demandas por agua potable que se habían venido haciendo. Dichas acciones desembocaron en la construcción de un acueducto. Sin embargo, este resultó insuficiente porque el servicio únicamente llega a quince barrios, además la infraestructura de la zona no permite que la construcción del acueducto se dé adecuadamente, Cabe hacer alusión a lo que dice Chávez (2008) al respecto: <<La proliferación de urbanizaciones piratas obstaculiza la normal ampliación del sistema de distribución de agua potable contribuyendo al incremento de las pérdidas de agua, si se tiene en cuenta que estos barrios se ven obligados al uso de métodos, como la instalación de mangueras, para transportar el agua. Su funcionamiento presenta un alto porcentaje de fugas por lo imperfecto de un sistema improvisado y carente del más mínimo nivel técnico>>

En conexión con los postulados anteriores, tenemos que las prácticas de índole económica (como las extracciones de grava, arena y piedra para la construcción) afectan indudablemente la preservación de la estructura ecológica

del lugar, que según Hammen (2000), se basa en la ecología, la geomorfología e hidrografía del área y en la vegetación original. Es decir, las acciones antrópicas que se llevan a cabo diariamente en las canteras y cementeras, están debilitando cada vez más los suelos, así como contaminando el aire y los canales acuíferos. En la descripción hecha anteriormente se observa que de acuerdo a distintas actividades se va destruyendo el sistema ecológico. El medio ambiente es el soporte de la vida misma, no solo un elemento mejorador.

Predicciones sobre el conflicto Las partes involucradas en el conflicto son la comunidad del embalse de Terreros y la loma Sierra Morena; las cementeras HOLCIM y CEMEX; la administración local. Teniendo en cuenta que las presiones sobre los sistemas socio-ecológicos tienen una capacidad de resiliencia especial para cada caso, se puede decir que la comunidad que es la que se ve afectada directamente por los contaminantes que son liberados cada día, después de tomar conciencia sobre el problema quizá inicie un proceso en contra de las actividades mineras de extracción. Pero también sucede que muchas de las personas que laboran en las canteras son parte de la comunidad, lo cual sería un impedimento para adelantar acciones que frenen la contaminación en el lugar.

23


Por otro lado estaría la intervención de la administración local o defensoría del pueblo como instancias mediadoras en el conflicto entre la comunidad y las cementeras, no obstante la historia ha demostrados que los procesos jurídicos son inútiles si se trata de un problema como éste en el cual, las acciones no se frenarían aún si se declarara inhabilidad para las acciones en las canteras.

conflictivas. No obstante, hasta que no se de el proceso de toma de conciencia sobre la problemática, no solo por parte de la comunidad directamente afectada, sino por el resto de la comunidad de Soacha y Bogotá, no se puede hablar de un conflicto socio-ambiental expresado, sino sólo como una etapa de latencia donde se formas perspectivas sobre la situación.

Y además, las cementeras HOLCIM y CEMEX, al ser multinacionales especializadas en extracción de materiales para la construcción, tienen un cierto aval por parte de la estructura económica del país que permite la manipulación de recursos naturales visto como desarrollo socio-económico. Pensar en un conflicto de este tipo, sugiere examinar a fondo las tensiones que se dan en la compleja red de relaciones que dan forma a los sistemas socio-ecológicos. Un elemento que prevendría la expresión escalada del conflicto, serían medidas desde la administración local y departamental para mitigar un poco los impactos que tiene el campo económico sobre el social-natural.

Conclusiones Los factores que más influyen en las dinámicas de crecimiento de la población en condición de marginalidad son: el crecimiento desordenado de las ciudades, la falta de planeación adecuada a las realidades nacionales, el bajo sentido de pertenencia de los habitantes con la ciudad, la insuficiente capacidad institucional de los gobiernos locales y distritales para atender las demandas ciudadanas, entre otros. A medida que un espacio se convierte en lugar de vivienda de millones de personas, aumenta la presión sobre la capacidad del ecosistema de responder a las necesidades de subsistencia. Sumado a esta presión generada por el volumen de gente que se desplaza hacia las periferias de Bogotá, están las actividades económicas que se desarrollan allí, que ponen de presente un irrespeto hacia las personas que viven en los alrededores y hacia la naturaleza, representada por todos los organismos que hacen parte del ecosistema. En el contenido del trabajo se evidenció una tensión entre las actividades económicas y la conservación de los sistemas socio-ecológicos. Esta tensión entonces es una muestra de que los elementos para que el conflicto tome forma ya están en etapa de latencia, que quiere decir que se está generando un clima de conflicto. La latencia demuestra que cada parte del conflicto tiene intereses determinados ya sean políticos, económicos o ambientales, que determina el curso de acción de las dinámicas

24

Bibliografía OSTROM, E. (2003). “Design principles for robustness of institutions in social-ecological systems”. Boomington: Indiana University PEREZ, M. (2004). “Territorio y desplazamiento el caso de Altos de Cazucá, municipio de Soacha, un estudio exploratorio de los efectos sociales y ambientales del desplazamiento” 1a ed. Editor: Javegraf, 224 p. CENSAT, AGUA VIVA. (1997). “Impacto de los residuos industriales: salud de los trabajadores y medio ambiente”. Editorial: Instituto del Seguro Social CHÁVEZ, M. (2008) “Construcción de un acueducto interbarrial con participación comunitaria”. [en línea], disponible en www.uncrdlac.org/SHE/9_2_construccion _acueducto.pdf. HAMMEN, T. (2000) “Estructura ecológica Regional”. CAR-Gobernación de Cundinamarca- U. Externado de Colombia y SOS Bogotá. ALCALDÍA MUNICIPAL DE SOACHA (2008) “Acuerdo no. 18 “por medio del cual se adopta el plan de desarrollo municipal de Soacha año 2008-2011 -Soacha para vivir mejor-” [en línea], disponible e n h t t p : / / s o a c h a - c u n d i n a m a r c a . g o v. c o / a p c aa-files/32353537643938303864306130306333/ PLANDESARROLLO.pdf


RESPUESTAS MARXISTAS Y ANARQUISTAS AL INFORME DE BRUNTLAND Colectivo Ecológicista Totuma Red libertaria Popular Mateo Kramer

Resumen: Las tesis pro-capitalistas del Informe Bruntland generaron una serie de reacciones de diferentes sectores sociales que rechazaron el desarrollo sostenible como presupuesto para cesar el deterioro ambiental. Con el materialismo como fundamentación inicial, diferentes corrientes teóricas como el marxismo y el anarquismo diseñaron presupuestos conceptuales alternativos para superar la crisis ecológica, retomando elementos transversales que Bruntland deja de lado, a saber: ruptura del metabolismo campo/ciudad, desposesión, autogestión, consumo endógeno, etc. Estos pensamientos se presentan como herramientas contrahegemónicas frente a la crisis estructural que atraviesa nuestra relación con la naturaleza.

E

n el año 1987, la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU creó un documento llamado informe Bruntland. La propuesta surgió como un intento para identificar las principales problemáticas ambientales que empezaban a agudizarse a finales del siglo pasado y también para promover algunas posibles soluciones. Bruntland estableció que el crecimiento económico era el factor clave para solucionar el deterioro ecológico y la pobreza, sin embargo, no daba una respuesta coherente a las problemáticas de fondo que se desarrollan inexorablemente dentro las formas de producción global (Martinez, 1994). Esto hizo que dentro de espacios descentralizados como la academia o la práctica social se plantearan una plétora de inquietudes ¿es posible variar el impacto de la humanidad sobre la naturaleza sin modificar las prácticas de explotación? ¿Es necesario replantear las formas tradicionales de utilización para frenar el deterioro ambiental? ¿Qué alternativas de cambio tenemos? ¿Qué nos brinda la doctrina, la historia, la práctica? A continuación, trataremos de esbozar algunas de las respuestas que se dieron a partir de las teorías anarquistas y marxistas a la problemática que se

abrió con Bruntland, tesis que se articulan bajo un mismo postulado: la identificación del problema como dinámica estructural y su rechazo fehaciente al reformismo. Hablar de ecologismo no es hablar exclusivamente de naturaleza. De igual manera, hablar de ecologismo no puede versar únicamente sobre el ser humano. Hablar de ecologismo es en gran medida hablar de relación, interacción, causalidad y ruptura, de la incuestionable -aunque a veces olvidada- dependencia del ser humano hacia la tierra. Esta relación ha sido pensada profusamente y bajo una gama muy amplia de matices; sin embargo, son dos las corrientes que a nuestro parecer engloban esta pluralidad. Sobre el No-materialismo. Las principales posturas nomaterialistas destacan que la correlación entre el ser humano y la tierra está mediada por un vínculo que no es físico, se reconoce una importancia vital de la naturaleza, pero esta importancia nace como un respeto metafísico o espiritual hacia quien le da todo al hombre. Sobre el Materialismo. Aunque pueda presentarse un fin compartido con las tesis no-materialistas (en términos de resistencia o defensa del ambiente), la fuente que

25


le da nacimiento al materialismo es ostensiblemente disímil. Para el materialismo el ser nace junto con sus condiciones materiales; estas lo forman y lo deforman, en otras palabras el ser y las condiciones materiales no son susceptibles de separación. De esta manera, la preocupación por el devenir del entorno es la preocupación misma por el devenir del propio ser, de la familia, la comunidad o la humanidad en su totalidad. Fijemos nuestra atención en éste último punto. Una de las ideas que marcó el nacimiento y desarrollo de la Modernidad fue el replanteamiento de la inmanen-

tangible y material; al respecto Hardt y Negri afirman que <<en aquellos orígenes de la Modernidad, el conocimiento pasó del plano trascendente al inmanente y, en consecuencia, aquel conocimiento humano se transformó en hacer, en una práctica de naturaleza transformadora>> (Hardt y Negri, 2002, pág. 75). Lo anterior nos hace situarnos dentro de la tradición materialista, y a partir de esta desarrollaremos algunas de las críticas y respuestas que se han planteado frente al modo de producción capitalista y sus repercusiones sobre el ambiente. La respuesta marxista. Desde la izquierda, Bellamy Foster plantea una reconciliación entre el marxismo heterodoxo (no como el soviético, que a su parecer jugaba con las mismas dinámicas de explotación que el capitalismo) y el movimiento ecologista. De acuerdo con Foster, Marx y Darwin lograron comprender que la especie humana hace parte de una serie compleja de interacciones naturales, por esto sus acciones tienen consecuencias recíprocas. Foster retoma un elemento central de Marx: el concepto de metabolismo entendido como un <<proceso entre el hombre y la naturaleza, un proceso en el que el hombre, a través de sus propias acciones, media, regula y controla el metabolismo entre él y la sociedad>> (Foster, 2004, pág. 141). Equiparar la relación sociedad-naturaleza con un proceso metabólico no es un capricho, por el contrario, esta situación hace evidente la importancia y reciprocidad de estas relaciones, pues materialmente existen unos ciclos ecológicos que la sociedad humana no puede desconocer aun cuando el modelo consumista pretenda hacerlo. El sistema capitalista genera una ruptura esencial de la interacción metabólica que se da en la relación naturaleza - sociedad, dicha ruptura solo puede ser superada en una sociedad de productores asociados.

Fotografía: Humedal de la Vaca. Sofía Sánchez. Estudiante de Microbiología Industrial y Ecología. Universidad Javeriana

cia como sujeto justificador. Esto quiere decir que las explicaciones del orden, de lo misterioso, de las relaciones humano-humano y humano-entorno pasaron de atribuírsele a dios para descansar en lo humano, lo

26

Apoyado en los análisis teóricos de James Anderson, Marx afirma que la fertilidad de los suelos posee una base material que tiene que ver con el uso racional y sustentable que las personas hagan de ellos, así se plantea el problema del robo que se hace a los suelos de sus propiedades para reproducir la vida: su fertilidad (Marx, 1977, pág. 234). De acuerdo con Anderson la separación entre el campo y la ciudad –que Marx entendería como una consecuencia de la acumulación originaria y el proceso violento que implicó- impide que los desechos orgánicos derivados del consumo de alimentos (desechos humanos y animales) vuelvan al suelo y originen las condiciones para su reproducción, lo que trae como consecuencia la pérdida de nutrientes y fecundidad. Así, Marx llega a la conclusión de que la agricultura capitalista es anti-ecológica, y lo es porque la fertilidad de los suelos está mediada por relaciones sociales


La ruptura de las relaciones campo/ciudad tiene también cierto efecto psicológico en los consumidores, puesto que solemos olvidarnos de que todas nuestras acciones tienen consecuencias en los espacios no urbanos: todos los bienes que consumimos y utilizamos tienen un origen material y real, no nacieron en el supermercado o en la fábrica, para su producción fue necesaria la extracción de metales, la producción de plantas o explotación de animales, la tala de madera, la extracción de petróleo, entre muchos otros. La respuesta anarquista. El anarquismo autogestionario parte del realismo ecológico, ¿Qué significa esto? Significa que cualquier actividad productiva viva se realiza a costa de recursos limitados, lo que a su vez supone una interdependencia entre el modelo de producción y las prácticas ecológicas de utilización de estos recursos finitos (Bookchin, 1978). Dado lo anterior, surgen dos posibilidades de regulación o limitación en la explotación. Por un lado, encontramos las tesis tecnofascistas que son las limitaciones calculadas desde un aparato central e impuestas por este. A la vuelta, encontramos las propuestas conviviales o autogestionarias que parten del mismo realismo ecológico, pero que creen que es necesaria la reagrupación para construir técnicas de limitación y producción acordes con las necesidades reales, lo que significa una cimentación conjunta y consensual (Gorz, 1979).

Fotografía: Humedal de la Vaca. Sofía Sánchez. Estudiante de Microbiología Industrial y Ecología. Universidad Javeriana

cuya interacción metabólica ha sido rota como consecuencia del proceso de acumulación originaria que desplazó a gran parte del campesinado de las zonas rurales (Marx, 1977). La ruptura campo/ciudad, propia de la acumulación capitalista y su desarrollo industrial; así como la transformación de las riquezas naturales en mercancías se oponen a las necesidades de nutrientes de los suelos y hasta hoy traen como consecuencia el crecimiento de la frontera agraria y la consecuente devastación de los ecosistemas. El crecimiento de la frontera agraria, a su vez, implica una nueva apertura del ciclo de desposesión con una mayor cantidad de territorios destruidos, lo que deriva en destrucción del ambiente y desplazamiento forzado -como en el caso de la gran minería, los agro-combustibles y la ganadería-.

En este sentido, el ecologismo autogestionario plantea una reestructuración de la sociedad asentada esencialmente en nuevas técnicas de producción y regulación, rechazando de plano el centralismo que inevitablemente seguiría reproduciendo las prácticas jerarquizadas, represivas y policiales, que finalmente no responden a las necesidades reales de las comunidades. Un sólo ejemplo dentro de la abundancia: en el proyecto de acuerdo No. 138 de 2006 sobre el trato de basuras1, el Concejo de Bogotá busca que las bolsas no se puedan abrir por parte de los recicladores. Esta propuesta tiene un fin ambiental positivo, pero desconoce las condiciones materiales de vida de más de 80.000 familias que viven del reciclaje. Las tesis anarco-ecologistas proponen que las relaciones de producción no sean hetero-reguladas por el mercado, porque esto produce inevitablemente fabricación abstracta (se piensa exclusivamente en función del valor de cambio y no de uso), competencia (lo que significa sobreexplotación y creación exógena –más de lo necesario) y no permite la agrupación de la comunidad en torno al uso adecuado de los recursos. 1 Proyecto de Acuerdo presentado por los Concejales de Bogotá Hugo Patiño y Alejandro Martínez, por medio del cual se establece la política pública distrital para la población recicladora de oficio en condiciones de vulnerabilidad, se implementan acciones afirmativas y se dictan otras disposiciones.

27


acto se pueden replantear las relaciones de poder que atraviesan a las sociedades jerárquicas: el hombre sobre la mujer, el Estado sobre el sujeto, el humano sobre el humano, la humanidad sobre la naturaleza. Siguiendo a Bookchin, este replanteamiento del poder nos lleva a pensar que: <<Hay que descentralizar las ciudades en comunidades ecológicas […] Hemos de recobrar un sentido exacto de nuestra necesidades dictadas por los mass media. En suma, hemos de desterrar cualquier forma de dominación, tanto social como individual de la imagen que tenemos de nosotros mismos, de los demás y de la naturaleza” (Bookchin, 1978, pág. 140).

El reformismo Bruntland hoy parece insuficiente. Las multas ambientales, las licencias y la tecnología limpia son propuestas que retrasan la catástrofe ambiental, pero no enfrentan el problema estructural. El marxismo heterodoxo y el anarquismo nos brindan nuevos elementos que al articularse con las prácticas comunitarias ejemplifican formas adecuadas de resistencia ambiental. Estos replanteamientos deben surgir en el seno de la colectividad y tender a la globalidad; no pueden quedarse en experiencias coyunturales, pues los conflictos globales deben tratarse con respuestas globales. En las luchas del Ecologismo Popular se empiezan a entretejer los lazos entre discurso y acto.

Fotografía: Humedal de la Vaca. Sofía Sánchez. Estudiante de Microbiología Industrial y Ecología. Universidad Javeriana

La división capitalista del trabajo trajo consigo la imposibilidad de la autogestión. Los Tratados de Libre Comercio, por ejemplo, buscan que se produzca una serie de productos de forma indeterminada, en masa, que nada tienen que ver con el consumo consciente y endógeno de una agrupación determinada. Tanto Gorz como Bookchin aclararan de manera reflexiva que no se trata de volver a modos económicos medievales; de lo que se trata el proyecto autogestionario es de poner la producción en manos de las autonomías individuales y comunitarias, para lo que haría falta una reestructuración del concepto de localidad, ahora lo suficientemente grandes para lograr una producción de lo que se necesita y lo suficientemente pequeñas para lograr la autarquía consciente. Sólo la autogestión lleva a la autodeterminación, sólo la autodeterminación lleva a la reflexión del acto, y sólo a través de la reflexión del

28

Bibliografía BOOKCHIN, M. (1979). Por una sociedad ecológica. Barcelona: Editorial Gustavo Gilli. FOSTER, B. (2004). La ecología de Marx: materialismo y naturaleza. Barcelona: El viejo Topo. GORZ, A. (1979). Ecología y libertad: técnica, técnicos y lucha de clases. Barcelona: Editorial Gustavo Gilli. HARDT, M. & NEGRI, A. (2002). Imperio. Barcelona: PAIDÓS. MARTINEZ ALIER, J. (1994). De la economía ecológica al ecologismo popular. Barcelona: Icaria. MARX, C. (1997). El capital, Tomo I. Bogotá, México: Fondo de cultura económica.


PERTINENCIA DE LA PARTICIPACIÓN

CIUDADANA EN POLÍTICAS PÚBLICAS AMBIENTALES Sergio Iván Martínez Porras 1

Resumen: Este artículo plantea como la sociedad actual puede influir en la agenda política referente a temas ambientales . En primera instancia muestra la pertinencia de esto a través de una corta exposición de la problemática a nivel mundial, en segundo lugar se muestra cómo la participación activa de la ciudadanía es una herramienta viable frente a la problemática ambiental, y en tercera instancia se muestran los caminos institucionales e independientes que pueden ser utilizados por la ciudadanía como colectividad, para así influir en las diversas etapas que conforman la vida de una política pública.

Sergio Iván Martínez Porras1¨

A

ctualmente existe una profunda crisis ecológica en el mundo entero. La contaminación de los ríos, los suelos y el aire es cada vez más grave, así como la deforestación, la explotación desmesurada de recursos naturales y la emisión de gases de invernadero. Estos son problemas producidos por la actividad humana y su dependencia de los combustibles fósiles y hacen que muchas personas se preocupen por el advenimiento de un punto crítico a nivel ecológico que desestabilice al mundo como lo conocemos. Es lamentable que estos problemas sólo tengan relevancia cuando tocan directamente a las personas, ya sea por las enfermedades que se producen gracias a la polución o por la preocupación que genera la crisis que se desataría al ver el agotamiento de los recursos naturales de los que tanto depende su modo de vida consumista. Sin embargo, es muy importante que se tome conciencia generalizada de esta problemática, para de este modo intervenirla y quizás estabilizarla.

con el poder que tienen los sectores económicos fuertes, que en última instancia, son los que más impacto ambiental generan con sus actividades, y a su vez son los que más influencia tienen al interior de las instituciones políticas a nivel global, nacional y local, lo cual deja desarmada a la población frente a su aspiración de defensa del medio ambiente. Por eso, la participación ciudadana es pertinente, pues se constituye como una práctica que fortalece a la democracia. Sólo a través de la participación activa en la construcción, implementación y evaluación de las políticas públicas que impactan en el medio ambiente podremos tener las armas necesarias para defendernos de una élite económica a la que poco o nada le interesa la problemática ambiental y su impacto a nivel social.

Por estos días, existen cientos de organizaciones dedicadas a la conservación del medio ambiente y los recursos naturales, pero sus esfuerzos no se comparan

La democracia no puede ser vista simplemente como un conjunto de instituciones representativas a las cuales el ciudadano común y corriente no puede resistir o influir. La participación política no se reduce a votar. La participación es algo que fortalece a la democracia como espacio de deliberación, de otro modo, nuestro sistema político quedaría reducido a una oligarquía consultiva.

1 Politólogo y estudiante becario de la Maestría en Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Colombia.

Partimos de una perspectiva de democracia radical o participativa, que se basa en que el desarrollo de los

29


Fotografía: Inundación de Desechos. Diego Bernal

seres humanos exige su participación democrática en los asuntos públicos puesto que los seres humanos son seres políticos (Cortina, 2001, 123). Se entiende por participación <<aquellas acciones intencionales, legales o no, desarrolladas por los individuos y grupos con el objetivo de apoyar o cuestionar a cualquiera de los distintos elementos que configuran el ámbito de lo político: toma de decisiones, autoridades o estructuras>> (Sabucedo, 1996, 134). Dentro de esta definición podemos identificar varios espacios institucionalizados en Colombia que abren la puerta a la participación ciudadana como: las audiencias públicas ambientales, la consulta previa, las veedurías ciudadanas en asuntos ambientales, los consejos directivos de las CAR, los derechos de petición en materia ambiental, la acción de tutela, la acción de cumplimiento, y no menos importante, la acción popular. A pesar de todos estos mecanismos, sin los cuales la crisis ambiental sería mucho más grave, falta que se tome una conciencia generalizada de los problemas ambientales en el mundo entero y que se participe en los múltiples frentes por donde la élite económica atenta contra el equilibrio ecológico.

30

De todos estos frentes, las políticas públicas es uno de los más importantes, y las definiremos como: <<un conjunto conformado por uno o varios objetivos colectivos considerados necesarios o deseables y por medios y acciones que son tratados, por lo menos parcialmente, por una institución u organización gubernamental con la finalidad de orientar el comportamiento de actores individuales o colectivos para modificar una situación percibida como insatisfactoria o problemática>> (Roth. 2002, 76).

La situación socialmente problemática que estamos estudiando se refiere a los distintos problemas ambientales antes descritos; sin embargo, no es suficiente hacer referencia únicamente a los problemas ambientales, pues hay políticas públicas que intervienen transversalmente en el equilibrio ecológico, encontramos, por ejemplo, las políticas económicas dañinas, de las que en Colombia sobran muestras: monocultivos de palma africana, deforestación, mega minería, etc. En todas estas políticas es necesaria la participación activa de la ciudadanía desde los mecanismos institucionales como desde la organización informal, para que se frene el desastre ambiental.


Participación ciudadana en las distintas etapas de la política pública El modelo esquemático de las políticas públicas puede estar dividido en varias fases, este modelo ha sido muy criticado a lo largo de los años, sin embargo, tiene una gran utilidad práctica al permitir identificar los distintos procesos que se evidencian en el accionar estatal. No quiero definir las etapas de la política pública, simplemente quiero describir en cuáles se puede participar activamente. En la formulación del problema, primera fase de la política pública, la ciudadanía debe jugar un papel central. Es a partir de la definición del problema que se tomará el referente para desplegar el resto de las acciones públicas. En esta fase se puede participar de diversas formas, institucionales o no; algunas más efectivas que otras dependiendo del problema. Lo importante es que la participación ciudadana que se esté desarrollando influya en la construcción de una agenda política, la cual vendrá a intervenir en la situación socialmente problemática. En todo caso será relevante organizarse y buscar el modo de influir, ya sea a partir de una protesta o una acción de tutela, la ciudadanía debe hacerse oír por el sector político, para de este modo intentar generar un dialogo que reforzará el ejercicio democrático.

La siguiente etapa es la formulación de soluciones, en este punto se debe decir que si bien cualquier persona podría plantear de un modo simple alguna solución frente a un problema ambiental, es necesaria la organización ciudadana para que sea más fácil el alcance de cierta rigurosidad, que es un elemento indispensable para que se escuche una propuesta en un escenario político democrático. Si bien ni en la toma de decisión ni en la implementación la ciudadanía puede jugar un papel central, en la evaluación de las políticas públicas si lo puede hacer. La evaluación es un ejercicio que todos realizamos incluso de forma inconsciente, sin embargo, es necesario retroalimentar esta información para que se pueda incidir en una nueva toma de decisión (Álvarez, 1992, 17). Se deben desarrollar las capacidades de argumentación de la ciudadanía para que sus voces sean escuchadas en los diversos foros públicos, pero esto sólo se logra a partir de la organización y la educación de la ciudadanía; de este modo las organizaciones que surjan en este proceso deben conocer bien las metodologías de evaluación, lo cual en muchos casos ya se está haciendo, pero es necesario que se generalicen estas prácticas para que su impacto sea proporcional al que tienen los sectores económicos que atentan contra el medio ambiente.

Fotografía: Humedal de la Vaca. Sofía Sánchez. Estudiante de Microbiología Industrial y Ecología. Universidad Javeriana

31


encuentra afectado por la actividad humana, pero sobre todo por la actividad de la élite económica. Así podemos plantear que la problemática ecológica que se evidencia en el mundo entero es en sí misma una razón para la organización y la movilización social. ¡No se puede seguir permitiendo que lo que es de todos, se quede en manos de unos pocos! No se puede seguir permitiendo que la élite económica mundial se siga enriqueciendo a costade nuestra salud, a costa de nuestros alimentos, a costa de nuestra tierra. Se debe tomar una postura sistémica frente al problema ambiental, ya que el territorio en el cual vivimos y que se ve afectado por la actividad humana está íntimamente ligado con un modelo de producción consumista y voraz con el medio ambiente. La democracia y las ventanas que esta abre a la participación deben ser nuestra arma frente a un modelo económico capitalista.

Fotografía: La expasión de concreto. María Paula Lozano Gómez.

Uno de los métodos mencionados anteriormente es la evaluación de impacto ambiental, la cual puede ser aplicada en cualquier lugar, pero tiene más credibilidad cuando la realizan las comunidades locales, y es descrita como:

Es necesario redefinir el discurso frente al tema ambiental, es necesario tener muy en cuenta la injusticia ambiental que se vive hoy en el mundo producto de la apropiación de los recursos naturales de parte de las empresas multinacionales, que dan unas regalías irrisorias en comparación con los impuestos que deberían pagar sumado al daño ambiental y social que causan.

“un procedimiento de análisis, más o menos largo y complejo, encaminado a formar un juicio previo, lo más objetivo posible sobre la importancia de los impactos ambientales de una acción humana prevista y la posibilidad de evitarlos o reducirlos a niveles aceptables” (Figueroa Casas, 1998, citado en Roth 2002, pág. 146). Este tipo de evaluaciones, si bien son ex- ante, tienen un potencial alto sobretodo en un país en donde existe un boom de la explotación minera por parte de multinacionales. Estas evaluaciones lograrían influir en las decisiones políticas, que son el resultado de relaciones de poder acompañadas con estrategia de persuasión, es decir, un proceso de negociaciones y argumentación entre diferentes actores en donde cada uno busca defender sus propios intereses y puntos de vista (Roth, 2008, 62). Visto de este modo las comunidades deben tener una posición unificada, no deben fragmentarse en nombre de los múltiples cohechos que dan las multinacionales a unos sectores de la población altamente vulnerables. La vinculación de la ciudadanía a los diversos escenarios de participación institucional o no que existen en materia ambiental está íntimamente ligada a la voluntad por mejorar el entorno en el que se vive, el cual se

32

BIBLIOGRAFÍA ÁLVAREZ DÍAZ, ÁNGEL EDUARDO. (1992) “análisis de políticas públicas”, CLAD. Serie Temas de Coyuntura en Gestión Pública. Caracas, Venezuela. CORTINA, A (2001) Foro Ignacio Ellacuria, Solidaridad y Cristianismo, Radicalizar la Democracia, Verbo Divino, España. ROTH, ANDRÉ-NOEL (2002), Políticas públicas: formulación, implementación y evaluación, Bogotá, Ediciones Aurora. Cap. 5 la evaluación de las políticas públicas. ROTH, A (2008) Políticas Públicas, Derechos Humanos y Participación Ciudadana Bogotá, Colombia. SABUCEDO, J (1996) Psicología Política Síntesis, Madrid, España.


LA PARTICIPACIÓN LOCAL FRENTE AL MANEJO DEL AGUA Andrés Leonardo Rodríguez Venegas Movimiento Social Ambientalista 1

Resumen: Colombia, clasificado por la ONU como el séptimo país con mayor disponibilidad de recursos hídricos, tiene hoy en día a más de 12 millones de personas sin acceso al agua potable. Esto en el entendido de que la mayoría de las que se consideran beneficiarias del agua potable hacen un tratamiento alterno dentro de su hogar. Sin duda tenemos un manejo precario del agua que no involucra ninguna política pública para el mismo recurso, y que se manifiesta en un manejo central que termina por disminuir los costos de irrigación a los grandes cultivos del país, desconociendo a las pequeñas comunidades campesinas, indígenas y a la gran parte de la población que tiene escasos recursos; comenzando por deslegitimar su opinión frente al tema y desconociendo sus necesidades en procura de una economía de escala, mientras el agua que por derecho es de todos termina siendo embotellada y vendida a un precio que no todos pueden asumir. 11

P

uesto que las estrategias nacionales e internacionales no son suficientes, se hace necesario un manejo local del recurso hídrico para configurar así una explotación sostenible. El manejo centralizado del agua cada día se aproxima más a pequeños municipios que hasta ahora han tenido una buena experiencia con un manejo comunitario del recurso y a otros, que ante la falta o dificultad de obtención del recurso no han podido desarrollar estrategias convenientes desde lo local. En estas regiones de nuestro país ya son pocos los grandes ríos que no han sido represados, las zonas de riego amenazan el consumo humano de agua potable, los acuíferos son descuidados y contaminados; mientras que la toma de decisiones es ajena a los verdaderamente afectados por la falta del recurso. El manejo centralizado del agua tiene como estrategia principal la construcción de grandes proyectos de ingeniería que resultan más costosos e incluso incrementan la deuda pública nacional y local. También tienen un enorme impacto ambiental que a menudo genera una resistencia justificada en comunidades campesinas e indígenas de 1.Co-fundador Movimiento Social Ambiental.

bajos recursos a las que se les impone cargas ambientales que afectan gravemente su vivir (Sánchez, 2002). El manejo local del agua permite la descentralización de las decisiones y responsabilidades, democratizando el recurso y otorgándole a la comunidad, principalmente a los pobres, la posibilidad de decidir su futuro; permite también que los pueblos tradicionales tengan voz en este aspecto, con la posibilidad de integrar su saber a las nuevas tecnologías, promoviendo así un modelo eficaz y justo con el agua (Villasante, 1995). Reactivar los métodos de manejo tradicional del agua puede requerir inventiva técnica y política, pero la recompensa puede ser significativa y también sorprendente. Podemos encontrar cuantiosos ejemplos de cómo culturas tradicionales tenían métodos para cuidar el recurso y evitar la erosión del suelo, entre otros. Estas tradiciones deben ser articuladas con las nuevas tecnologías, lo que motiva en las zonas rurales la agricultura. La conservación del agua hace que la producción de alimentos sea más lucrativa, una necesidad en el marco de competitividad mundial al cual es sometida Colombia a inicios de esta década.

33


Fotografía: Agua y Necesidad. María Paula Lozano Gómez.

Las estrategias generalmente usadas en los países en desarrollo para el tratamiento de aguas servidas y grises alternan entre dos medidas: copiar aquellos sistemas que implican un uso intensivo de capital (propia de los países industrializados) y las arcaicas cloacas abiertas. Ninguna resulta realmente adecuada por el daño ambiental que conllevan. Los primeros son muy costosos para países pobres y debido a la falta de conocimiento técnico continuamente se tienen que importar tecnologías inapropiadas, que rara vez benefician a los verdaderamente necesitados. Los segundos aunque económicos, sin el mantenimiento adecuado acostumbran convertirse en una fuente de enfermedades y plagas.

34

Rehabilitar aguas servidas o grises para la agricultura es un proceso costoso, pero gracias a la investigación se han encontrado mecanismos que proveen soluciones con excelentes resultados socio-económicos y ambientales como la explotación local de plantas acuáticas como la lechuga de agua o la lenteja de agua, para convertir las aguas domesticas servidas en aguas idóneas para huertos pequeños. El tratamiento de aguas servidas a nivel local tiene dos ventajas; primero, los proyectos pequeños promueven una participación en su construcción, uso y manejo. Segundo, las distintas autoridades locales que se formen y las ONG, como ejecutores de estos proyectos, ganan


además las tierras irrigadas son la fuente del 40% de los alimentos que consumimos. Por tanto la irrigación es un punto trascendental en nuestra subsistencia. Estos hechos justifican totalmente el cuidado que debemos tener con el agua de irrigación, ya sea su obtención desde el subsuelo o en aguas superficiales (Brooks, D.,2002). Hay dos temas por desarrollar en cuanto al manejo del recurso para irrigación: Manejo del agua superficial: Está estrictamente ligado con el uso del suelo, por tanto, el buen manejo depende de la eficiencia de la irrigación. Manejo del agua subterránea: Se debe prevenir el bombeo excesivo y las perforaciones inadecuadas. Al igual que suscitar una equitativa repartición del recurso y de los gastos de mantenimiento. Por tanto, se requiere el conocimiento de las necesidades de la comunidad para el desarrollo de los proyectos, ya sean pequeños o de gran profundidad.

Manejo conjunto del agua El manejo del agua no depende solamente del trabajo conjunto con aguas superficiales y subterráneas, también depende de la interrelación que se debe dar entre los conocimientos tradicionales y las nuevas tecnologías. Del mismo modo, está dentro de este punto el enlace constante entre los investigadores y las agencias gubernamentales respectivas, pues de esta manera se consigue un impacto institucional de forma permanente. A nivel local es indispensable que estas estrategias vayan de la mano con una difusión activa de los conocimientos, pues así se asegura de forma determinante la permanencia y progreso de los proyectos. Los resultados investigativos deben ir más allá de las revistas académicas, deben llegar a la comunidad, para configurar la verdadera investigación de desarrollo (De Sousa, S., 2003). experiencia en el manejo de estos sistemas, en métodos de investigación, salud pública y análisis financiero de los proyectos locales. El objetivo principal es velar por una buena salud pública haciendo énfasis en la nutrición del ser humano, todo esto sin seguir devastando las ya sobre utilizadas fuentes de agua dulce.

Manejo de cuencas e irrigación Es un tema de vital importancia, pues el gasto de agua dulce para irrigación es cien veces más alto que aquel que se genera para proporcionarnos agua potable,

Propuestas para evitar los problemas del manejo local del agua A pesar de que la participación local es indispensable en el desarrollo de estas estrategias, no es suficiente. Dado que, si los proyectos son más grandes que los domésticos y se espera su funcionamiento por largo tiempo se necesitará el soporte continuo del gobierno. Se deben tener en cuenta el trabajo conjunto entre el gobierno y los métodos investigativos como primer frente de solución a los problemas del manejo local del agua. Es indispensable considerar los intereses pequeños y no deslegitimarlos en la promoción de una economía de

35


escala. La equidad es el motivo principal, no importa en qué lugar nos encontremos, tenemos los mismos derechos a un agua potable, segura y adecuada. El diseño de las políticas públicas no sólo debe buscar una gran aprobación en el público en general, sino que debe articularse con medidas de pequeña escala en donde la participación de la comunidad tendrá que sobrepasar el ámbito local (Mawaya y Meya P., 2010). Si nos dirigimos a grupos pequeños con pequeñas soluciones, se darán entonces mejores resultados para la mayoría, así evitamos los grandes conflictos que conllevan los megaproyectos. Los pequeños métodos locales terminan siendo más económicos y más fáciles de administrar. Sus efectos ambientales son relativamente benignos, así que son variables y de fácil regulación. Las pequeñas comunidades o aquellas alejadas de los centros urbanos tienen derecho, como todos y todas, a ser escuchados y a que sus necesidades y requerimientos sean tenidos en cuenta. Sin embargo, no sólo son sus demandas las que nos han de importar, sino las innovaciones sencillas que pueden proponer y que pueden llegar a proveer grandes y profundos beneficios y a su vez generar réplicas exitosas en comunidades similares. Las estrategias para el manejo local del agua deben ser complemento de los programas nacionales e internacionales para el manejo y conservación del recurso bajo los principios del desarrollo sostenible. La investigación científica y la educación son formas de difundir los métodos de mejoramiento en el manejo del recurso hídrico, particularmente en lo que a la agricultura se refiere, complementadas, por supuesto, por las estrategias de manejo local, algunas de ellas ya expuestas. El enlace entre las comunidades y los gobiernos centrales es decisivo, pues si consideramos las estrategias amplias, nacionales e internacionales, nos damos cuenta de que es necesaria la concordancia de políticas locales y nacionales para establecer una relación coherente. La participación activa de la población en general en la toma de decisiones, no sólo respecto al agua, sino frente a las políticas más importantes decididas por el gobierno, se configura como el siguiente paso en la búsqueda de una democracia real: la gobernanza.

BIBLIOGRAFÍA: - MAWAYA CHIMWEMWE Y MEYA P. KALINDEKAFE (2010). Natural Resource Management, The Impact of Gender and Social Issues. Fountain Publishers. - VILLASANTE, T. (1995): Las democracias participativas. De la participación ciudadana a las alternativas de sociedad. Madrid: HOAC. - DE SOUSA SANTOS, B. (2003): Democracia y participación. El ejemplo del Presupuesto Participativo de Porto Alegre. Barcelona: El Viejo Topo. - BROOKS, B. DAVID. (2002). Water local-level Management. IDRC. - SANCHEZ, RICARDO. El desafío ambiental, entre el Derecho y la Política, inédito (2002)

36


MÁS ALLÁ DEL DESARROLLO: CONFLUENCIAS Y EXPERIENCIAS EN TORNO A LAS ALTERNATIVAS Héctor Nicolás Roldán Rueda. 1

Resumen: La actual crisis civilizatoria que vive el planeta debe ser abordada desde diferentes sectores de la sociedad, para generar nuevos espacios en los que las propuestas y las alternativas convoquen a originar nuevas experiencias dentro de un nuevo modelo económico. Es una invitación a reconocer en los sectores olvidados, en los movimientos sociales y desde la académia crítica y propositiva nuevas formas de transformar y apropiarse del entorno. Será de la mano de las alternativas y de las propuestas que las generaciones futuras y las actuales conformarán una sociedad realmente sustentable, consciente de las urgencias y las necesidades que le apremian. Pero el camino hasta ahora comienza y será deber de la sociedad en su conjunto la puesta en marcha de nuevas formas de hacer y enseñar economía y como resultado de eso nacerán nuevas formas de consumir, producir, transformar y preservar el entorno.

Héctor Nicolás Roldán Rueda1

A

proximarse a conceptos que pretendan cuestionar la forma de pensar y de actuar de los seres humanos implica reconocer, entre muchos otros factores, el poder de lo aprendido a través de los años por la sociedad occidental moderna y al mismo tiempo resignifica la importancia de desaprender, deconstruir y reconstruir nuevas formas de modificar el entorno. Como resultado de esa urgencia por desaprender y por construir nuevas relaciones y nuevos contratos sociales, desde diferentes latitudes se da la bienvenida a las “alternativas al desarrollo”: nuevas formas de reconocer en el “otro” el valor de sus enseñanzas, la complejidad de sus decisiones y la importancia de sus acciones. En esa delgada línea que se traza entre lo aprendido, aquello que está por aprenderse y lo que esperamos desarraigar de nuestras experiencias modernas surgen propuestas e iniciativas que invitan a una construcción social, interdisciplinar y coherente que se conecte con las urgencias que desde hace un tiempo han trastocado la armonía de la vida. Urgencias que se manifiestan en diferentes escenarios y en diferentes partes del mun1 Economista Universidad Nacional de Colombia. hnroldanr@unal.edu.co

do, y sin embargo se concentran en un objetivo similar: detenerse a pensar, reflexionar y proponer alternativas en torno a una misma preocupación, un futuro sustentable que exige cambios desde el presente. Más allá de los excesos que promueve el modelo económico, es crucial reconocer que la crisis ambiental, económica y social es producto de una forma de concebir, apropiarse y transformar el entorno: “El modelo civilizatorio actual que estructura la vida social, política y económica, y que se ha convertido en hegemónico, imponiéndose a lo largo y ancho del planeta tierra, se basa sobre una visión de mundo específica: la Modernidad; que está constituida esencialmente por el conocimiento científico, ligada a una concepción económica particular, donde se le da primacía, casi absoluta, a la racionalidad instrumentalista y economicista. Una visión donde el mundo natural queda relegado para ser cuantificado, planificado, dominado y explotado.” (M.L.Eschenhagen. 2007, 3)

En este sentido, deben surgir continuamente las reivindicaciones de los Derechos Humanos, de los Derechos de la naturaleza, de las prácticas locales, del consumo local,

37


de la preservación de espacios y de los escenarios de discusión en los que primen las urgencias locales. “El buen vivir, la plurinacionalidad, los derechos de la naturaleza, la economía social y solidaria, la participación ciudadana, la democracia directa, proponen un reto: vivir juntos queriendo estar juntos.” (Wray, 2009, 51). Por lo tanto, las propuestas que surjan deben invitar a crear una nueva representación que se aproxime a la recuperación de la armonía del equilibrio, que también reconozca los excesos de consumo, del desperdicio, de la degradación y de la transformación; factores que ya en estos días resultan nefastos para la generación actual y para las futuras. Quizá es hora de percibir los efectos y consecuencias de tantas décadas de excesos y necesidades mal habidas. Quizá es el momento de empezar a despejar las mentes de la espesa niebla, de la cortina de humo que en ellas deja la Modernidad con sus procesos de industrialización. Las prioridades deben recomponerse, las necesidades deben ser cuestionadas y los proyectos construidos por diferentes sectores de la sociedad, para así empezar una nueva conquista como lo expresa el filósofo Estanislao Zuleta: “Puede decirse que nuestro problema no consiste solamente ni principalmente en que no seamos capaces de conquistar lo que nos proponemos, sino en aquello que nos proponemos: que nuestra desgracia no está tanto en la frustración de nuestros deseos, como en la forma misma de desear. Deseamos mal.” (E. Zuleta, S/f, 1)

En otras palabras, se trata de reconocer que el modelo económico que ha guiado las riendas de la humanidad está en crisis y es una crisis que está afectando y degradando cada vez más a todos los sectores de la sociedad; especialmente a los países del sur y a las zonas menos favorecidas de los países del norte: “Hoy no se trata sólo de desplazar el control o las decisiones de un grupo hegemónico a otro, ni siquiera solo de “desprivatizar” esas decisiones, sino de afrontar transformaciones de fondo que lleven a una economía centrada en la acumulación y la tiranía del mercado, hacia una orientada a la sostenibilidad de la vida, la justicia y la democracia. Esto supone cambios en la matriz productiva, en las visiones y políticas acerca de quiénes y cómo hacen economía, de qué y cómo producir, qué y cómo consumir, de cómo, en última instancia, reproducir la vida.” (León, 2009, 63)

Pareciera que “la especie humana está decidida a llevar una existencia corta, pero extravagante” (GeorgescuRoegen, citado por Gómez, Vargas y Posada, 2007, 30), una vida en la que los servicios ambientales, las comunidades indígenas, los movimientos feministas, los movimientos campesinos no entran a formar parte del

38


Fotograf铆a: Inundaci贸n de Desechos. Diego Bernal

39


Fotografía: Humedal de la Vaca. Sofía Sánchez. Estudiante de Microbiología Industrial y Ecología. Universidad Javeriana

40


sistema. Así que, la tarea empieza por reconocer al ser humano como parte de un sistema mucho más grande y complejo: la biosfera, un sistema donde existen ciclos que no se deben alterar, un sistema donde existen residuos de energía (en palabras de Georgescu Roegen, entropía) y no un sistema cerrado en el que solo existen, productos, servicios, consumidores y productores. (Martínez Allier. 1995).

La fragmentación del mundo “moderno” La humanidad está cada vez más cerca de chocar contra una realidad que destruye su entorno a un ritmo acelerado. Una destrucción que propone soluciones inmediatas, parciales y fragmentadas y es el resultado de un mundo modernizado, esperanzado en soluciones tecnológicas y científicas que pretenden ofrecer respuesta a los desequilibrios que la humanidad ha desencadenado, sin detenerse a cuestionar los impactos globales de sus decisiones, es decir: “Al vivir en un mundo moderno y estar acostumbrados a la fragmentación, y por ende a la especialización del conocimiento -que constantemente nos presenta propuestas “objetivas”, conceptos “universales”, hechos “verdaderos”, y que está sobre todo preocupado por explicar el “cómo” y “qué” de las cosas, muchos aspectos vivenciales se han quedado en el camino. El “por qué”, “para qué”, “de dónde”, y otras muchas preguntas más se han perdido en este camino. Resulta ser un conocimiento que ya no piensa la vida y su sustentabilidad. Un conocimiento que ya no cuestiona la “objetividad”, “universalidad” y “verdad”. En contraste, las crisis ambientales, sociales, políticas, económicas y los replanteamientos epistemológicos en las ciencias, están cuestionando cada vez más estos supuestos.” (Eschenhagen M. L., 2008, 2).

En los últimos cien años se ha acumulado conocimiento como nunca antes en toda nuestra existencia, con la salvedad de que ese conocimiento no ha sido una invitación a la comprensión de la complejidad de nuestro entorno. Como lo expresa Max-Neef: “El conocimiento no es la ruta que lleva al comprender, puesto que el comprender está en otra ribera, y precisa, por lo tanto, de otra navegación. Descubriremos, entonces, que sólo podemos pretender comprender aquello de lo cual nos hacemos parte. Que el comprender es el resultado de la integración, mientras que el saber ha sido el resultado de la separación. Que el comprender es holístico, mientras que el saber es fragmentado.” (Max-Neef, 2005, 96).

41


Y el resultado de esa fragmentación es la pretensión de dejar de lado los problemas; por eso aspiramos a un mundo mejor que sea guiado por otros o uno que encontrará la solución a todos sus males dentro de los laboratorios y las investigaciones patrocinadas por intereses particulares. Es indiscutible que debemos reconocer la importancia de la universidad, de su autonomía y sus iniciativas para ofrecer otras respuestas, al mismo tiempo es necesario hacer una invitación a las culturas indígenas, a sus cosmovisiones y conocimientos ancestrales para que hagan parte de las soluciones, las propuestas y las experiencias. Finalmente, y en pocas palabras: “No se trata hoy en día de buscar y justificar un desarrollo alternativo, sino de construir alternativas al desarrollo.” (Benalcazar, 2009,115). O como bien lo expresaba Eschenhagen en la apertura del Seminario Internacional Alternativas al Desarrollo en, desde y para América Latina, celebrado en la ciudad de Medellín el 8 y 9 de septiembre de 2011: “Algunas de las formas que han tomado dichas reflexiones hoy se pueden encontrar en expresiones como el ecodesarrollo (Illich), el decrecimiento (Latouche), el postdesarrollo (Escobar), el buen vivir (indígenas de América Latina) y las etnociencias (Toledo, 1992), cada una con una particularidad específica, pero con un común denominador: la conciencia en torno al problema ambiental que reconoce la relación entre desarrollo, sociedad e impacto ambiental, que giran en torno a la reflexión en torno al concepto “necesidad” y sus intrínsecas variables como el consumo y la producción.” (Eshenhagen, M.L, Rojas, S, 2011, 4)

BIBLIOGRAFÍA. BENALCAZAR. P. C. (2009). El buen vivir, más allá del desarrollo. La nueva perspectiva Constitucional en Ecuador. En: El Buen Vivir. Una vía para el desarrollo. Ed. Abya Yala. Ecuador. Págs. 115-136 ESCHENHAGEN, M. L. (2001). Argumentos para repensar el desarrollo. INNOVAR. Revista de Ciencias Administrativas y Sociales. Universidad Nacional de Colombia,Enero - Junio, del 2001, Pags. 109-122. ESCHENHAGEN, M. L . (2007). ¿Será necesario ambientalizar la educación ambiental?. En: Hojas de Sol en la Victoria Regia, Emergencias de un Pensamiento Ambiental Alternativo en América Latina. Ed. Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales, Nov. 2007. Pags.113148. ESCHENHAGEN, M. L. (2008). Aproximaciones al pensamiento ambiental de Enrique Leff. Recuperado el 17 de 5 de 2010, de ISEE publicación ocasional: http://www. pensamientoambiental.de/pensamiento-ambiental.htm. ESCHENHAGEN, M. L., ROJAS S. (2011). Alternativas al desarrollo: en, desde y para América Latina. Presentación. Medellín, Colombia. Universidad Pontificia Bolivariana. GEORGESCU-ROEGEN. N. (1971). La ley de la entropía y el proceso económico. Ed. Visor distribuciones. Madrid. LEÓN. M. (2009). Cambiar la economía para cambiar la vida. Desafíos de una economía para la vida. En: El Buen Vivir. Una vía para el desarrollo. Ed. Abya Yala. Ecuador. Págs. 63-74. MARTINEZ-ALIER, J. (1995). Curso de economía ecológica. México: PNUMA. MAX-NEEF, M. (2005). Del saber al comprender: navegaciones y regresos. Recuperado el 8 de noviembre de 2011 de Manfred Max-Neef: Libros, artículos, entrevistas y conferencias: http://sites.google.com/a/decrecimiento. info/max-neef/ WRAY. N. (2009). Los retos del régimen del desarrollo. El buen vivir en la Constitución. En: El Buen Vivir. Una vía para el desarrollo. Ed. Abya Yala. Ecuador. Págs. 51-62 ZULETA E. (s.f). Elogio de la dificultad. Recuperado el 9 de noviembre de 2011. http://www.elabedul.net/Articulos/ el_elogio_de_la_dificultad.php

42





FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES DIRECC IÓN DE BIENEST AR DIRECCIÓN DE BIENEST AR UNIVERSITARIO ÁREA DE ACOMPAÑAMI ENTO INTEGRA L PROGRA MA GESTIÓN DE PROYECTOS

4


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.