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RESPECTO A LA ORGANIZACIÓN DE LOS CENTROS
El inicio de la actividad presencial debería realizarse con unas condiciones de seguridad sanitaria adecuadas a las exigencias de la autoridad pertinente y con una organización en cada centro capaz de asumir las directrices que se impongan por las diferentes administraciones. Esto implica que quien debe liderar estas instrucciones es la propia administración educativa, la Consejería de Educación, atendiendo a las recomendaciones de las administraciones sanitarias y en colaboración con éstas y otras. Las instrucciones a los centros educativos deben ser claras y concisas, evitando diferentes interpretaciones para que éstos sólo tengan que implementarlas o, en algún caso adaptarlas en algún aspecto.
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INCORPORACIÓN a las aulas Sean cuales sean las medidas que se tomen para la incorporación a los centros en el próximo curso escolar 2020-21, parece evidente que deberán ser diferentes para cada etapa educativa, teniendo en cuenta las características diferenciales de cada una de ellas y de manera progresiva 1 32 4
Asegurar las condiciones sanitarias correspondientes para un acceso seguro a la escuela. Reducción de ratio y comienzo de las clases de forma escalonada con flexibilidad en función de las características de cada centro. Reforzar la comunicación con las familias y atender a sus necesidades en la medida que sea posible. La carga de enseñanza a distancia debería crecer a medida que se avanza en los niveles educativos.
Una de las decisiones más complejas que se ha de tomar en este futuro próximo
Las decisiones que se tomen deberían ir encaminadas a cómo continuar enseñando y aprendiendo, pero manteniendo en todo caso a la comunidad educativa a salvo y sin exponerla a riesgos innecesarios. La primera decisión inicial de cerrar los centros y cambiar la enseñanza presencial por una supuesta “enseñanza” a distancia está bien como medida de emergencia pero no es sostenible en el tiempo. Por ello, deben establecerse prioridades y normas que probablemente no serán agradables ni aceptadas de buen grado por todos y todas, pero que tendrán que ir en beneficio de aquellas personas que más lo necesiten en cada situación. La presión de la sociedad en general para que se inicien las clases es muy fuerte, pero hay que tener en cuenta que la conciliación laboral, argumento que se enarbola para hacer presión, no le corresponde facilitarla al sistema educativo, sino que debe partir principalmente de las propias empresas donde trabajan esos padres y madres. Es única y exclusivamente a este sector al que le corresponde negociar y facilitar esa conciliación, ofreciendo el sistema educativo su ayuda y apoyo como otro elemento más de cohesión social, pero siempre desde el límite que esa labor de enseñanza-aprendizaje establece.
“Las escuelas constituyen algo más que un lugar de aprendizaje. Son el vehículo de protección social, de nutrición, de salud y apoyo afectivo, y por lo tanto de seguridad vital para los más desfavorecidos” ¿Cuándo, en dónde y cómo volver a abrir las escuelas? UNESCO
Por un lado porque el sistema educativo está creado con el objetivo de educar a la ciudadanía. El hecho de que la escuela haya supuesto una solución idónea para aquellas familias cuyos adultos trabajan fuera de casa no se puede convertir en la justificación de la vuelta a las aulas de cualquier manera y con prisas, entre otras cosas porque la seguridad de todos los miembros de la comunidad educativa está por delante del derecho a la educación presencial.
Además, pueden existir centros educativos, sobre todo fuera de la zona metropolitana, en los que se pueda realizar una enseñanza totalmente presencial, porque son centros pequeños o porque no tienen una elevada ratio. En esos casos, la administración debe asegurar la flexibilidad para que cada centro se adapte a sus posibilidades reales, lo más próximas posible a la normalidad en su funcionamiento.
Educación infantil
Ya se realizaban hasta ahora periodos de adaptación en el inicio de curso y éste no puede ser menos. La incorporación de este nivel debería ser escalonada y sin prisas. Este proceso debería ser algo más largo que hasta ahora, pues todos los agentes involucrados deben ir adaptándose, ya no sólo son los niños y niñas los que necesitan de esa adaptación. No hay que olvidar las características esenciales de esta etapa, pues para que los efectos de esta educación sean positivos requiere de contextos estimulantes y de prácticas educativas basadas en el afecto, la autonomía, la exploración y el juego. “Además, en la Educación Infantil se atiende al progresivo desarrollo afectivo, a través de la construcción de nuevos vínculos y relaciones con las personas adultas y entre los niños y las niñas de su edad; se facilita que elaboren una imagen positiva y equilibrada de sí mismos, así como que adquieran autonomía personal y hábitos de control corporal. Se promueve el descubrimiento de las características físicas, sociales y culturales del medio, y la adquisición de pautas elementales de convivencia y relación social, así como el desarrollo de la comunicación y el lenguaje” 3 . En este sentido y dados los posibles
3 Fragmento extraído de la “Información de la etapa”, de la Consejería de Educación de Canarias
escenarios que puedan darse a partir del próximo curso, todos estos aspectos podrían verse afectados. Asimismo, el uso de mascarillas en el alumnado de Infantil, que parece que será de carácter obligatorio siempre y cuando no se pueda garantizar la distancia de seguridad entre los estudiantes, supone un impedimento en la correcta adquisición del lenguaje oral, debido a que mermaría las funciones del aparato fonador y la labor de las y los docentes se vería gravemente perjudicada en la enseñanza de la articulación de cada uno de los fonemas.
Todo apunta, y así lo recomienda la AEP 4 que este nivel tendrá una incorporación más tardía que el resto de niveles, cuando la pandemia esté totalmente bajo control.
Educación Primaria
En este nivel podemos diferenciar dos grupos. Los cursos de 1º y 2º de primaria a los que se recomienda que sigan las mismas soluciones que infantil, por un lado, y los grupos desde 3º a 6º de primaria en los que la propuesta es la de asistencia de manera presencial en la mitad del horario lectivo.
4 Propuesta de la Asociación española de Pediatría - AEP En relación a la apertura gradual de las áreas de educación Infanto juvenil. Asociación Española de Pediatría (AEP). 12 de mayo de 2020
A medida que se avanza en el nivel educativo, la enseñanza a distancia puede ir cogiendo más protagonismo frente a la presencial, posibilitando que el alumnado sólo asista uno o dos días al centro.
La carga lectiva presencial debería ir disminuyendo al avanzar en el nivel educativo. De esta manera, la propuesta es que 1º y 2º ESO tenga la mitad de la semana presencial y 3º y 4º ESO tengan una carga a distancia mayor, con tutorías de apoyo.
El curso de 1º ESO es más especial por tratarse de la transición entre etapas y ser nuevo alumnado en el centro educativo, que no está acostumbrado a la forma de trabajar de esta nueva etapa. Por tanto, su carga presencial debe ser superior a la de los últimos niveles de secundaria. Lo mismo ocurre con 2º ESO. Se trata de un nivel donde todavía el alumnado NEAE precisa de intervenciones concretas por parte del profesorado y el equipo de Orientación y la propia edad media indica que muchos no tienen aún la capacidad para soportar una carga lectiva no presencial muy alta, con la autonomía personal que ese modelo de enseñanza conlleva.
Bachillerato
La enseñanza en esta etapa puede ser en su mayoría a distancia, estableciendo unas tutorías o periodos lectivos presenciales para realizar acciones que no pueda realizarse a distancia. La incorporación de esta etapa puede realizarse desde el primer momento.
Formación Profesional Básica (FPB)
Las condiciones específicas del alumnado de FPB hacen que esta etapa educativa tenga unas características muy especiales.
“Las condiciones específicas del alumnado de FPB hace que esta etapa sea especialmente sensible” ...
Podemos citar cuestiones como la dificultad de mantener una rutina de trabajo semanal, determinados patrones de comportamiento como las dificultades para expresar sus ideas y también sus emociones, la baja autoestima, la escasez de habilidades sociales y ejecutivas entre otras cuestiones. Si se reduce drásticamente el tiempo de intervención presencial en esta etapa, los efectos podrían ser devastadores, puesto que desde el punto de vista educativo y social, es el alumnado más expuesto al riesgo de exclusión y abandono. Si a todo ello le sumamos el hecho de que este alumnado tiene un déficit endémico de capacitación digital real, la posibilidad de alcanzar éxito académico en esta etapa es casi nula. No por saber usar una app de una red social implica necesariamente que sepan redactar un correo electrónico, adjuntar un archivo o incluir un índice con títulos, por poner ejemplos comúnmente repetidos. Un planteamiento en esta etapa podría ser el definir un número mínimo de días presenciales a la semana no inferior a tres, o un número de horas mínimas presenciales al día, si se concibe la idea de usar todos los días de lunes a viernes. Si tenemos en cuenta que en FPB hay concurrencia de factores como el absentismo y la baja puntualidad horaria, se debería poner especial cuidado en la organización horaria semanal.
En bachillerato, la enseñanza puede ser en su mayoría a distancia, estableciendo tutorías o periodos lectivos presenciales y su incorporación puede realizarse desde el primer momento.