La concentración empresarial y los conglomerados multimedios han provocado un cambio radical en la industria editorial. Los editores independientes tienen que competir con poderosas empresas en desigualdad de condiciones.
En el contexto de la concentración –de la edición y de la distribución– y de “supremacía” de criterios de rentabilidad sobre valores culturales, las editoriales independientes –que no forman parte de grupos y dóndelas decisiones de lo qué editar se toman directamente por sus responsables– cumplen un rol de gran importancia para el desarrollo de las culturas locales y colaboran con la imprescindible diversidad cultural.La lógica puramente financiera empuja el mundo editorial hacia una mercantilización, incompatible con la creación y la difusión de bienes culturales. En todas partes la bibliodiversidad corre peligro.
Elena Enríquez Fuentes.