Hablar, escuchar, leer y escribir

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Hablar Se denomina hablar a la capacidad de comunicarse mediante sonidos articulados que tiene el ser humano. Estos sonidos son producidos por el aparato fonador, que incluye lengua, velo del paladar, cuerdas vocales, dientes, etc. Esta propiedad es distintiva en el hombre, ya que si bien está presente en distintas especies del reino animal, es en la naturaleza del hombre en la que alcanza su más alta manifestación, en la medida en que despliega un altísimo grado de complejidad y abstracción en lo referente al contenido. La disciplina que se orienta a explicar la comunicación mediante el habla se denomina lingüística. Esta fue iniciada a principios de siglo por Ferdinand de Saussure a través de las notas tomadas por sus alumnos en sus clases que conformarían el célebre Curso de Lingüística General; sus observaciones tomaban al lenguaje como un conjunto de estructuras de varios niveles, y serian el puntapié inicial para la conformación de la corriente estructuralista, que se abocó al estudio de diversas ciencias sociales. Muchas son los enfoques mediante los cuales la lingüística abordó al habla y a la comunicación mediante esta, pero uno de los más conspicuos es el elaborado por Noam Chomsky. Chomsky a partir del establecimiento de una gramática universal; este modelo distingue entre lo existente como común en todas las lenguas y aquellos elementos variables en cada una de ellas; así, se aboca a la descripción de una sintaxis aplicable a cada lengua del orbe. Cabe señalar que sus ideas pasaron por diversos períodos y avatares, pero han sido de lo más relevante que en lingüística ofreció el siglo XX. A pesar de las teorías y de lo avances en la materia, la capacidad de hablar guarda por el momento aspectos oscuros y de difícil elucidación que quizá obtengan respuesta en el futuro. La complejidad que alcanzó en un período tan corto de tiempo es sin duda un enigma a resolver.


Escuchar Es un verbo que hace referencia a la acción de poner atención en algo que es captado por el sentido auditivo. La palabra, que proviene del latín ascultāre, indica que la persona apela a las facultades de su oído para oír lo dicho. Por ejemplo: “¿Puedes bajar la música, por favor? No logro escuchar la televisión”, “Traté de escuchar lo que me dijo Don Raúl al pasar, pero fue imposible”, “Te doy un consejo: dedícate a escuchar más y a hablar menos”. El hecho de escuchar, por lo tanto, está vinculado a la audición y contempla un entramado psíquico y fisiológico que permite que una persona oiga. Varias son las enfermedades que existen con respecto al sentido del oído y que giran en torno a la escucha que realizan las personas sobre los que les rodea. En concreto, podemos subrayar que la sordera es la dolencia más habitual y esta consiste en la dificultad o en la imposibilidad de usar el oído por la pérdida de lo que es la capacidad auditiva. Más exactamente podemos determinar que existen dos tipos de sordera. Por un lado, está la parcial que es aquella que se define porque la persona en cuestión que la padece y sufre ha perdido de manera leve la mencionada capacidad de audición y eso supone que, en gran parte de los casos, se vea en la necesidad de hacer uso de un aparato auditivo para mejorar esta. Y en segundo lugar, nos encontramos con la llamada sordera completa, también conocida como total, que es la que tiene lugar cuando la persona que se ve afectada por la misma no tiene la capacidad de escuchar absolutamente nada. Es interesante recalcar que para conocer en profundidad la realidad de las personas que se encuentran sufriendo una pérdida de la audición total existen películas de gran calidad como es el caso de El País de los Sordos. En concreto dicha producción es un documental donde se muestra de manera muy contundente cómo viven las personas sordas y cómo se relacionan bien con el resto de la sociedad o bien con otros ciudadanos con los que comparten esta misma citada enfermedad. Los seres humanos cuentan con un sistema auditivo que se divide en periférico (compuesto por las diversas regiones del oído) y central (formado por los nervios responsables de la audición y el cerebro). El primero se encarga de captar los sonidos y enviar las ondas al cerebro, mientras que el segundo impulsa la actividad psicológica que completa la percepción. Cuando la oreja recibe una onda de sonido, se encarga de transmitirla hacia el tímpano a través del conducto auditivo. El tímpano recibe la onda y comienza a vibrar, permitiendo que unos huesos capten la vibración y amplifiquen el sonido. El sonido amplificado después llega al oído interno y moviliza unos líquidos que actúan sobre las células ciliadas, a cargo de transformar la onda en un impulso eléctrico que pasa por el nervio auditivo y llega a la corteza auditiva. Recién ahí el ser humano logra interpretar el sonido.


Leer Es el proceso de percibir y comprender la escritura, ya sea mediante la vista o el tacto. Leer es un acto por el cual se otorga significado a hechos, cosas y fenómenos y mediante el cual también se devela un mensaje cifrado, sea éste un mapa, un gráfico, un texto. De este modo viene a ser una respuesta a la inquietud por conocer la realidad, pero también al interés de conocernos a nosotros mismos, todo ello a propósito de enfrentarnos con los mensajes contenidos, en todo tipo de materiales. Es interrogar activamente un texto, construir su significado, basarlo en las experiencias previas, en los esquemas cognitivos y en los propósitos del lector. El lector "crea" el sentido del texto, se basa en el texto mismo y usa sus conocimientos y propósitos. Leer, es en efecto, reunir letra por letra, palabra por palabra; reunir lo que allí en el texto se encuentra expuesto ante nosotros, como es también volver a reunir de nuevo, recogiendo lo comprendido, recreándolo con nuevas formas de expresión. De tal modo que el hablar bien, el decir algo bien de algo signifique un decir lo coincidente, es decir, andarse con la verdad y es que andarse con la verdad exige un decir adecuado y correspondiente con la verdad que quiere exponer.

Si nos fijamos concretamente en lo subrayado, leer exige, ante todo, una correspondencia de planos hermenéuticos. En tal sentido no basta decir, sino saber decir. El sujeto dice de algo, pero el objeto también dice de sí algo. ¿Dónde está, entonces, la verdad? El leer supone así un decir de alguien. Un adivinar. Pero tal adivinación no es ciega, fortuita. Parte de la naturaleza misma del texto, de la realidad leída. De esta manera, leer significa acordar. Significa, sobre todo, realizar intersecciones de planos hermenéuticos. Esos puntos comunes entre el sujeto y el objeto (llámese texto o realidad), se llama leer. Se llama comprender. En últimas, es la verdad que estábamos buscando. De tal suerte que leer implica un desenterrar de sentidos ocultos al lector, cuyas características afloran en el momento en que el sujeto alerta sus sentidos y apunta su mirada a lo común que hay en las cosas.


Escribir Escribir es la acción de representar palabras o ideas con letras o signos en papel o cualquier otra superficie. Se le llama escribir al ejercicio de la escritura con el propósito de transmitir ideas, redactar un tratado, documento o texto de ficción, trazar notas y signos musicales, inscribir datos o cualquier otra acción de transposición de letras y símbolos en una superficie dada. La historia de la escritura como sistema de representación gráfica de una lengua se remonta al 4000 a.C. Es la composición de un código de comunicación verbal a través de signos grabados o dibujados sobre un soporte que puede ser un papel, un muro, una tabla y hasta un dispositivo digital como una computadora. Así, la escritura debe corresponderse con una lengua o idioma dados, compartido por una o más personas que puedan interpretar las ideas y conceptos plasmados en el acto de escribir. Escribir es una acción que tiene lugar en todo tipo de ámbitos y con diversos propósitos. Un individuo puede escribir una nota, un poema o cualquier serie de letras con el mero propósito de expresarlos y conservarlos para sí mismo, como ocurre con un diario íntimo. También, la escritura puede emplearse como medio de canalización de historias, cuentos, novelas y otro tipo de textos poéticos o literarios. Este objetivo es estético, creativo, cultural y es quizás el que más enriquecimiento de la lengua ha ejercido a través de la historia. La escritura se utiliza de manera informal para comunicar informaciones más o menos relevantes, como una conversación a través de un programa de mensajería instantánea entre dos amigos. Por otro lado, también se emplea con un propósito formal en los negocios, en ámbitos legales e institucionales, en escenarios laborales y otros. Incluso, también es largamente utilizada como medio de comunicación entre dos individuos con fines emotivos, como una carta o un poema de amor. Los fines de la escritura son evidentemente infinitos y, más allá del lenguaje oral, constituyen el más relevante medio de comunicación humana.


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